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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Somewhere after the death |n.c | ¡Resultados!
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Re: Somewhere after the death |n.c | ¡Resultados!
Leighton Littrell.
>Nombre del personaje femenino: Leighton Littrell Dorough.
>Representante: Kylie Jenner.
>Causa de muerte: Suicidio.
>Chico: Niall Horan.
>Escrito de tu autoría:
>Representante: Kylie Jenner.
>Causa de muerte: Suicidio.
>Chico: Niall Horan.
>Escrito de tu autoría:
- Capítulo de ene cé que nunca se hizo (?).:
- — ¿Crees que es una buena idea hacer esto, Chris? —le pregunté con inseguridad a la rubia.
—Tú cállate y ayúdame a llevar estos amplificadores —me respondió Christina, mientras arrastraba un carro con unos tres amplificadores.
— ¿Qué llevas en la mochila? —señalé disimuladamente la mochila rosa que llevaba colgada en su hombro derecho, mientras la ayudaba a empujar el carro.
—Tu micrófono y unas extensiones de cable para conectar los amplificadores —se encogió de hombros.
— ¿Enserio crees que me dejarán cantar en medio de la plaza de comidas del centro comercial?
—No..., ¿pero quién dijo que teníamos que pedir permiso? —preguntó con su mirada maliciosa.
Esto no me gustaba para nada, regularmente cuando Christina tenía algún "plan", nos iba mal. Desde que tengo siete años soy amiga de ella, y desde los siete años he empezado a meterme en problemas. El primer problema en el que me metí, fue cuando Christina me pidió que la ayudara a teñir su cabello, no todo, pero sí algunas mechas y puntas. Su madre nos atrapó, y le dijo a mi mamá, ese día recibí mi primer castigo. Y el más reciente fue cuando, antes de salir de la universidad, a la profesora de historia, la señorita McCann, le lanzamos pintura verde en la cabeza, pero mi mamá se cansó de intentar hacerme cambiar mediante castigos, por lo que no me dijo nada.
Se suponía que yo sería abogada, pero no terminé lo suficientemente bien la universidad como para conseguir un trabajo decente. Cuando me enteré de esto, le pedí ayuda a Christina, me di cuenta de que sería una mala idea cuando vi el brillo de maldad que desprendían sus ojos.
Ella tampoco terminó muy bien la escuela de derecho, pero que tenía otros planes para poder trabajar. Quiere ser bailarina, baila bien, por lo que creo que podrá trabajar y ganar bien. Espero que sus planes resulten, incluyendo el que está haciendo conmigo, ese espero que funcione bien.{***}Íbamos entrando a la plaza de comidas del centro comercial, cuando me di cuenta de nuestro primer problema, la excesiva cantidad de guardias que circulaban por allí. Después de sufrir más de diez robos en un mes, el centro comercial decidió hacer extremadamente grande su seguridad, contratando a más del doble de los guardias de seguridad que había anteriormente.
—Chris —la tomé del brazo, deteniéndola para que no siguiera arrastrando su carro—, ¿no crees que los guardias nos arrestarán después de esto?
—Para empezar, mi querida Jean —ella sabe que odio que me diga por mi segundo nombre—, los guardias no arrestan, esos son los policías —iba a decir algo, pero ella levantó su dedo, como diciéndome que guardara silencio—. Y segundo, cuando salgamos de aquí serás una pequeña estrella que será grande pronto —me sonrió sinceramente.
Aunque siempre me metiera en problemas por esta rubia teñida, la quería mucho, siempre estuvo allí para mí, y eso la hace muy especial. Nadie se compara a mi Chris, porque es mía, y ella lo sabe.
—Muévete, ayúdame a subir los amplificadores a la mesa de allí —señaló la mesa que estaba en la mitad de la plaza de comidas, era la más grande, y era un milagro de que estuviera vacía.
— ¿Qué día es hoy? —pregunté extrañada mientras veía a varias personas corriendo de un lado para otro.
—26 de diciembre, el día de cambio de regalos —la mire interrogante—. Ya sabes, cuando te dan una camiseta que no era de tu talla y quieres cambiarla en la tienda. Va a haber mucha gente aquí, así que decidí aprovechar éste día para ayudarte.
—Oh, interesante —murmuré más para mí que para ella.
—Pásame la extensión de cable naranja, por favor —pidió. Yo obedientemente se la pasé.
Y vi como ella montaba "mi show". Me preocupaba que algo malo saliera, sinceramente no tenía ganas de hacerlo, pero tal vez mis presentimientos eran falsos y algo saldría bien.
—Listo —sonrió satisfecha viendo como había montado todo—, ahora súbete a la mesa y canta.
—Ni que estuviéramos en mi casa —reí un poco ante mi propia broma, suerte de que ella también rió, sino hubiera sido patético. Me subí a la bendita mesa, y ya había empezado a captar miradas— oh, Dios mío —susurré nerviosa para mí misma, ya había empezado a sudar de los nervios.
—Toma —me sonrió mi amiga, pasándome el micrófono adornado con la bandera de Inglaterra—. ¡¿Qué vas a cantar?! —preguntó de repente, alarmada. Mierda, no habíamos planeado lo más importante, la canción.
— ¿Trajiste el disco que tenía en mi cama? —recordé que esa mañana había dejado un disco con algunas canciones instrumentales mías, y le dije a Christina que si se le daba la gana, lo trajera.
—Sí —dijo—, ¿lo pongo en la laptop? —se mordió el labio, con miedo.
—Hazlo —le dije, más decidida que nunca.
Puso el disco, y la primera canción que salió fue "Hit Me Baby One More Time", ésta me gustaba mucho, sería fácil. Le hice con una seña que le pusiera pausa, y que la empezara a poner desde el principio cuando yo le dijera.
—Hola a todos —hablé por medio del micrófono, todos los que estaban en aquél piso del centro comercial dejaron sus compras de lado, y se acercaron a mí, rodeándome, y casi aplastando a Christina, la cual se tuvo que sentar en la mesa para que no le pasara algo malo a ella—, soy Natalie, y quisiera cantarles un poco —encarné una ceja con arrogancia, sí, estaba entrando en el papel que me dijo Christina, ojalá funcione—, Christina, por favor —ella me hizo caso y le puso a la canción.
La música empezó a sonar, y gran parte de la gente se hizo para atrás, dándose cuenta de que los amplificadores tenían mucha potencia. Luego de eso, sólo me dejé llevar por la emoción del momento.{***}—Hit me, baby, one more time —finalicé la canción, sin darme cuenta ya había atraído a medio centro comercial hacia donde yo estaba. Hasta algunos guardias estaban allí. Todos me empezaron a aplaudir, y me acerqué victoriosa la borde de la gran mesa, Christina me esperaba con su mano extendida, la tomé y bajé felizmente.
La gente se empezó a dispersar, poco a poco, pero algunos se quedaron a alagarme, no estaba muy cómoda con ello, no lo sé, pero nunca me ha gustado ser alagada.
Cuando por fin fui libre, Christina se me acercó con una sonrisa. Se notaba que ella estaba feliz, casi más feliz que yo, pero no creo que sea posible.
—Salió genial.
—Gracias, pero todo fue gracias a ti —sonreí.
—Lo sé, agradécele todo a esta rubia teñida con mechones negros —se señaló a sí misma. Si algo no le faltaba era ego y vanidad.
—Cállate y mejor desmontemos todo —la golpeé ligeramente en el brazo, empezamos a guardar todo, cuando siento que alguien me toca el hombro levemente, me doy la vuelta y veo a una linda chica sonriéndome—, ¿necesitas algo? —pregunté amablemente.
—Alguien te busca, y me pidió que te avisara para que fueras con él —sonrió.
—Oh, ¿quién?
—Él —señaló a un rubio que miraba su celular despreocupadamente, muy lindo, tenía que admitir.
—Chris, vuelvo en unos instantes —informé, sin mirar a la aludida.
— ¿A dónde vas? —me miró con curiosidad
—Él quiere hablar conmigo —mire en dirección a mi amiga, y señalé al chico con mi pulgar.
—Es lindo —admitió mirándolo de arriba a abajo. Por suerte que no nos estaba viendo, sino me moría de vergüenza en ese instante.
—No lo mires, yo lo aparté desde que lo vi.
—Como quieras, miss simpatía —levantó sus manos en forma de derrota, y siguió acomodando las cosas. Me acerqué al rubio, y en cuanto iba llegando hacia él, me miró, gracias a Dios que no me desmayé en aquél instante en que esos ojos verdes se posaron en mí.
—Hola, soy Natalie, ¿tú me buscabas?
—Sí, te buscaba, soy Lance Bass —al escuchar su voz grave, se me puso la piel de gallina, literalmente—, soy manager musical, y acabo de ver tu actuación, y sorprendes mucho, linda. Y me preguntaba si te gustaría trabajar conmigo —iba a decirle que sí inmediatamente, pero él me interrumpió—, no es necesario que me respondas ahora, piénsalo, y me dices tu decisión el viernes, tienes exactamente tres días para pensarlo —sacó algo de su bolsillo trasero—, ten, mi tarjeta —la tomé, sin decir nada y le di una rápida mirada a la tarjeta—, mándame un mensaje con tu dirección a mi celular, para irte a buscar el viernes y hablemos bien en mi oficina, espero que trabajemos juntos pronto, Jean —me guiñó el ojo para luego desaparecer de mi vista. ¿Cómo sabía mi segundo nombre?
— ¿Quién era? —preguntó de repente Christina, me sobresalté al escuchar su voz.
—Un manager musical.
—No me digas que... ¿quería ser tu manager?
—Sí... Eso creo —dudé.
— ¿Qué le dijiste?
—Nada, me dijo que lo pensara y que el viernes le daré mi decisión.
—Vas cada vez mejor Kitt, ahora vamos a casa.
Invitado
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Re: Somewhere after the death |n.c | ¡Resultados!
Gene, no, yo escribo mal
Tú lo más probable es que escribas perfecto ;-;.
Tú lo más probable es que escribas perfecto ;-;.
Invitado
Invitado
Re: Somewhere after the death |n.c | ¡Resultados!
“I wanna protect you”
Omg. Que idea tan buena. Me encanto. Me enamore. Bueno, ya. Voy a audicionar definitivamente. Lastima que Gene va por el rubio Ella es tan buena
Pero lo voy a intentar. Vale la pena.
Espera mi ficha Bel. Besos.
Omg. Que idea tan buena. Me encanto. Me enamore. Bueno, ya. Voy a audicionar definitivamente. Lastima que Gene va por el rubio Ella es tan buena
Pero lo voy a intentar. Vale la pena.
Espera mi ficha Bel. Besos.
Invitado
Invitado
Re: Somewhere after the death |n.c | ¡Resultados!
Ay, ¿¡Que!? Conny también va por el rubio Omg, esto sera duro, muy duro.
Invitado
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Re: Somewhere after the death |n.c | ¡Resultados!
Gene escribió:
Crystal Enfield>Nombre del personaje femenino: Crystal Enfield.
>Representante: Lily Collins.
>Causa de muerte: Suicidio.
>Chico: Niall Horan.
>Escrito de tu autoría:
- {Habla Ahora | OS}:
Ondas de humo se formaban en mi boca, esfumándose hacia el cielo, mientras suspiraba una y otra vez al ver sus ojos azules. Era extraño que él no me preguntase qué pasaba, sin embargo al ver el rubor de sus mejillas cuando sonreía me daba cuenta de que su posición no era tan diferente a la mía. El problema mayor era que aquello me daba ilusiones y esperanzas, aunque más que todo me decía que tenía aún una oportunidad. El éxito era encontrarla.
—Annie—Dijo mientras me veía directamente a los ojos. Tomé un ligero sorbo de café y me preparé para lo que sea que él tenía que decirme. No podría ser tan malo, en cualquier caso.
—¿Qué pasa? —Inquirí. El ligero tono de incertidumbre en su voz me alertó, encendiendo el interruptor del sexto sentido al máximo en mi mente y poniéndome cautelosa y en busca de posibilidades que hiciesen que el aire se tornase pesado de pronto. —¿Qué está mal, Louis? ¿Qué ha pasado? —Bajó la mirada, batiendo deliberadamente su café con la diminuta pajita de color marrón y haciendo una mueca de arrepentimiento. Pero, ¿de qué? Lo conocía perfectamente y algo no le gustaba. Algo le estaba turbando y él quería decírmelo pero no estaba seguro. Yo tampoco lo estaba, sinceramente.
—Es que yo… ¿cómo explicar algo que… ni tú mismo logras comprender? Annie…—¿Por qué se trababa tanto? No podía creer que no me tenía la suficiente confianza como para contarme cualquier cosa. ¡Se suponía que éramos mejores amigos! Aunque yo no lo quería ver así.
Sin embargo, era ciertamente extraño lo que le sucedía, y a decir verdad no lo había visto así desde el instante en que me contó su noviazgo con Lyra y mi mundo se vino abajo. A pesar de todo busqué la manera de levantarme de entre los escombros y ser el prototipo de mujer fuerte y valiente que no se rendiría jamás y lucharía por la persona que amase. En ese caso era Louis y no permitiría dejarlo ir una vez más.
Miró hacia arriba, evitando a toda costa centrarse en mis ojos por un instante. Suspiró y volvió en sí. Sus pupilas eran una mezcla de sentimientos; miedo, inseguridad y más que todo ansias de cambiar alguna cosa en específico. No tenía claro que era.
—Me casaré con Lyra…—Finalmente habló. Me tomó unos minutos procesar la información. ¿Casamiento? ¿Lyra? ¿Louis? ¿Los dos juntos? ¿Y dónde quedo yo? ¿Dónde queda mis fantasías e ilusiones con él? No había respuesta más coherente que en algún lugar en medio de la nada. —¿Qué opinas?
¿Qué opinaba? ¿Qué decía yo al respecto? La pregunta adecuada era: ¿Qué podría decir? Bien, de seguro no podría arruinar todo oponiéndome desde el instante cero y gritándole mi amor a los cuatro vientos. ¿Y si lo hacía? ¿Cambiaría algo en sí?: «Hey, Louis, he estado enamorada de ti desde el inicio de los tiempos; no te cases con ella, hazlo conmigo; viviremos como una pareja por mucho tiempo, envejeceremos juntos y nos enterrarán agarrados de la mano». Sería ridículo especular esa frase cuando ya todo estaba perdido y cuando ya no veía algún tipo de esperanza. Después de todo, mis falsas ilusiones se hicieron trizas con ese «me casaré con Lyra».
—Oh, qué bien por ustedes —suspiré—, realmente está bien—.Trataba de demostrar un poco de emoción en mi tono de voz, pero lo único que lograba era formar una oración sarcástica y nada cortés. Odiaba mentir, más sin embargo me odiaría a mí misma si le dijese algo vulgar y expresase mis sentimientos de una manera incorrecta; no quería hacerle sentir mal.
—¿Sólo eso? ¿No vas a decir nada más? —me miró acusativamente—¿Nada?
—¿Qué quieres que te diga, eh, Louis? ¿Quieres que te diga que estoy feliz por aquello? ¡Pues no! ¿Sabes? Me esperaba de todo ¡menos eso! —Respiré un poco— ¿Cómo quieres que reaccione? ¿Quieres que me convierta en la mujer más alegre del universo y te felicite? ¡No estoy ni un poquito cerca de sentir felicidad! Y ahora ya lo sabes —. Bien, estaba en problemas. Las palabras habían salido solas y caí en cuenta de todo lo dicho una vez que ya habían llegado a los oídos de Louis. No había vuelta atrás en este caso.
—¡Annie! ¿Cómo es posible que digas eso? —Se exaltó— ¡Pensaba que ibas a apoyarme! Pero veo que sin embargo he perdido mi tiempo contándotelo.
—¿Cómo quieres que te apoye, Louis, si no tienes ni idea de mi posición? —Bueno, al menos tendría que entrar a la defensiva un instante porque, al contrario me sentiría devastada al verlo hecho añicos por mis palabras. Cosa que no demoraría mucho en pasar.
—¿De qué posición hablas? ¡Tú no sabes lo que haces! —Miró al cielo, revoloteando las pestañas, de la misma forma en la que lo hacía cuando se enojaba de niño, nunca conmigo.
—Déjame decirte que en este punto tú eres el que no tiene ni una mínima idea de lo que hace y de la estupidez que va a cometer.
—¿Crees acaso que casarme es una estupidez? —Dijo con los humos subiéndole a la cabeza mientras sus manos se oprimían duramente en un puño encima de la mesa.
—No. Creo que casarte con la mujer equivocada es una estupidez—Mis palabras llegaron a tocar cierto punto de su mente que desconocía, pues un trance limitado lo inundó; calmándolo un poco, haciéndolo recapacitar—; ella es la mujer equivocada—. Repetí. Me miró de una manera que nunca antes había presenciado; devorándome con ella, haciéndome completamente suya en un instante.
—¿Y según tú quién es la correcta, Annie? —Vaya que no me esperaba aquella contestación. Los cinco minutos de valentía se habían esfumando mientras me perdía en su mirada deslumbrante.
Y en ese instante podría decir que ya nada me importaba, en lo absoluto.
Me acerqué lentamente hacia él, observando como todo su cuerpo se tensaba y la expresión de su rostro se tornaba a una dura y temerosa. ¿Qué pensaba que iba a hacerle? Romperle la cara no era una de ésas. Aunque las ganas no faltaban.
Junté sus labios a los míos en un suave, triste y tierno beso; el sabor de café caliente, menta y canela me volvían loca. Sus labios encajando con los míos, uniéndose como perfectas piezas de rompecabezas me deprimían al saber que jamás podría volver a hacer algo así. Aun así sabía que no me arrepentiría.
Sus manos se posaron en mis mejillas intensificando el beso, haciéndolo más íntimo, creando una escena romántica. Poniendo mi corazón a latir fuertemente. Cerré los ojos, perdiéndome en las sensaciones. Nadando en un mundo dónde solo existíamos él y yo; nada más simple y mágico que eso.
Nos separamos de una manera muy sutil y lenta; queriendo seguir con aquello. Aunque no; no podíamos.
—¿Entonces quién es la mujer correcta? —Preguntó de nuevo, impresionado, ruborizado y con los labios rojizos e hinchados. Un atisbo de sonrisa permanecía grabado en su rostro.
—Tú sabes perfectamente quién es la mujer correcta—. Me acerqué, le di un ligero beso en los labios y me dispuse a salir. Agarré un taxi, con las lágrimas corriendo por mis mejillas y con una sonrisa amarga que desequilibraba el ambiente de melancolía que suponía tener.
Desde lejos escuchaba sus gritos: «¡Annie, Annie, regresa!» Sin embargo, ¿para qué? Ya no serviría de nada…{***}
Días pasaban, horas se consumían y yo seguía enterrada en las cálidas mantas de mi cama que me recordaban al beso de Louis. Era ciertamente ilógico que cualquier frase, sentimiento o acción me regresasen a él; a aquel momento mágico que sabía no duraría mucho. De todas formas había roto cualquier tipo de récord en reproducción de esa escena, en mi mente, en mi alma…, en mis sueños.
Y simplemente no podía ser posible.
De alguna manera buscaba olvidar aquello, pero me había dado cuenta de que lo único que hacía era reprimirme diariamente por haber callado mi amor durante tanto tiempo. Así que volvía a mí en cualquier instante, hasta en el más inoportuno.
Los pensamientos divagaban en mi mente, amenazando con llevarme a la locura en cualquier momento. Mi corazón gritaba diciendo que no todo estaba perdido, sin embargo mi razón —y más que nada el orgullo— me reprimía constantemente.
Las ideas iban y venían, los planes no faltaban y más de una vez pensé en intentar cualquier estupidez de la que sabría que me arrepentiría. Y de igual forma, ¿qué más iba a dar? Si todo era su culpa… Sus ojos conectándose con los míos en un instante mágico; enseñándome su alma abiertamente… y ésta pidiendo amor. Sin duda aquello me había dado esperanza, aunque sea la más mínima, mientras nuestro beso se consumía ansiando ser más; algo que no se podía concebir coherentemente.{***}Trataba de aplacar mi cabello sutilmente pero éste no cooperaba en lo absoluto. Mientras me veía en el espejo pensaba en cómo Louis —y también Lyra, claro— irían a reaccionar. Ya tenía una decisión tomada y no me daría por vencida hasta verla cumplida. Aunque hiciese daño ya no me importaría. No lo haría.
Me había quedado claro que si fallaba trataría de recoger mi orgullo del suelo conjuntamente con mi dignidad, o lo que quedase de ellos. Mientras que si el plan salía a la perfección y Louis, por lo tanto, ayudaba, me convertiría en la persona con más suerte del mundo. Aunque había que tomar en cuenta que «mala suerte» era mi segundo nombre.
{***}
Movía mis dedos deliberadamente como símbolo de nerviosismo mientras veía a Louis moverse inquieto alrededor de toda la iglesia.
Escondida, detrás de las cortinas, buscaba la manera de acercarme a él y exponerle todo lo que le había querido decir desde la adolescencia, sin embargo cualquier circunstancia lo agobiaba y se iba, adentro, afuera; lejos de mí.
Nunca me hicieron llegar la invitación y era algo lógico.
Cuando las personas comenzaron a llegar a la iglesia y cada uno tomó asiento en su respectivo lugar se dio inicio a lo que suponía iba a ser el peor —o quizás mejor— momento de mi vida. Esperaba paciente, con un poco de alteración y un incontrolable temblor en brazos y piernas. A pesar de tener presente la idea de que en cualquier instante me desmayaría, lentamente me dirigí hacia un asiento en la última fila.
—Ha llegado la parte difícil de todas las bodas, porque uno nunca sabe quién puede estar en contra del amor. En cualquier caso hay que hacerlo— dijo el cura sonriendo—. Está bien, si hay alguien en esta boda que no esté de acuerdo con la unión de Louis William Tomlinson y Lyra Jane Evans que hable ahora o calle para siempre.
Sintiendo como mi corazón se aceleraba violentamente y mis manos sudaban de una manera incontrolable, me levanté evitando hacer algún tipo de ruido. Al llegar hasta la mitad de la iglesia, con todos los murmullos para mí, alcé mi vista y me topé con Louis; atónito, sorprendido pero más que nada contento. Lo conocía bien.
Desde algún lugar busqué las fuerzas para especular una pequeña frase puesto que sentía que había perdido la voz, incluso.
Absolutamente todas las miradas estaban sobre mí sin embargo yo sólo lo miraba a él. Alcé mi mano, a pesar de que ya no tendría sentido hacerlo, y en uno de mis más locos ataques de valentía, dije:
—Yo me opongo—. Aquellas palabras salieron quebrantadas pero aun así no había ningún atisbo de inseguridad presente— Lo siento, Louis, simplemente no puedo seguir más de esta manera—respiré lentamente— ¿Acaso no te has dado cuenta de lo muchísimo que te quiero? ¿No te has fijado en la manera que mi pulso se acelera con solo sentir tu respiración? Sé que he cometido muchos errores y el peor—lancé un melancólico suspiro—… el peor fue callarlo todo; Callar lo que sentía por ti. No sé qué es lo que podrías estar pensando ahora, sin embargo tengo por seguro que deberías estar odiándome por arruinar tu «día perfecto». Pero, enserio, Louis, no puedo seguir así, ¡no puedo más! —alcé mi voz sintiendo como las lágrimas caían por mis mejillas— Te amo; te amo muchísimo y no he tenido la suficiente seguridad para decírtelo y, de verdad, tienes todo el derecho de aborrecerme por hacerlo justo en este instante.
Vi como ese par de ojos azules me observaban directamente, con ternura, mientras se llenaban de lágrimas. La emoción estaba tan presente en él como el nerviosismo en mí.
—Te amo—. Finalmente lo dije sin vacilaciones.
El cura continuó con la boda y yo esperaba de pie, a lado de la primera banquilla. Donde sus padres estaban; me miraban con amor y sorpresa. Yo sabía que desde siempre nos habían vinculado juntos, a Louis y a mí. Entonces, por allí, no tenía nada que temer.
Lyra había especulado el «sí, acepto» con una voz llena de rabia y furia; y no, no sentía remordimiento por aquello.
—Louis William Tomlinson. ¿Acepta a Lyra Jane Evans como su legítima esposa para amarla, respetarla, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe? —Sentía que el corazón se me salía por la boca mientras internamente cruzaba los dedos.
Respiró lenta y sutilmente, con un poco de diversión pero, aun así, nada de inseguridad.
—Yo…—suspiró—, Lyra, lo siento. No; no acepto—. Las palabras rondaron en mi mente: «¡Dijo no, dijo no, dijo no!» y la sonrisa que se hizo presente en mí podría haberme roto las mejillas de una sola vez.
Saltó la pequeña banquilla de la iglesia que lo separaba de mí, entrelazó sus dedos con los míos mientras me apegaba a él, regalándome un dulce y apasionado beso. Corrimos a la entrada y nos dispusimos a ser felices… por siempre, para siempre, o mientras durase.
Ficha aceptada
Gene, decir que tu shot me fascinó es poco. ¡Fue hermoso! Al final se quedaron juntos, esa sin dudas fue la mejor parte En cuanto a la ortografía y gramática no tengo mucho para decirte porque por lo que veo sos una experta en el tema, no noté ninguna falta y además usas el guión largo Tu ficha está más que aceptada, ¡Suerte!
Diamandis.
Re: Somewhere after the death |n.c | ¡Resultados!
Grace Chesterfield
>Nombre del personaje femenino: Grace Elizabeth Chesterfield.
>Representante: Shailene Woodley.
>Causa de muerte: Suicidio.
>Chico: Niall Horan.
>Escrito de tu autoría: - [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
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>Representante: Shailene Woodley.
>Causa de muerte: Suicidio.
>Chico: Niall Horan.
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Invitado
Invitado
Re: Somewhere after the death |n.c | ¡Resultados!
Valerie. escribió:
Sophia Army.>Nombre del personaje femenino: Sophia Isabella Army>Representante: Vanessa Hudgens>Causa de muerte: Enfermedad>Chico: Liam Payne>Escrito de tu autoría
- OS.:
La fila avanzaba poco a poco y mis nervios con ella. Los gritos no ayudaban mucho. Podía ver la emoción y adrenalina que tenia Zayn en su cara. No podía decirle que no, no si lo miraba a los ojos. La gente bajaba aturdida de la montaña rusa. Algunos se dirigían rápidamente a los basureros a devolver lo que habían comido. Mi cara palideció rápidamente, justo en el momento en el que Zayn volteo. Su expresion cambio a una preocupada. No podía arruinar la salida que tanto le había costado. No terminaría en un hospital, no lo haría.- "Siguiente" - dijo el chico que operaba la demoniaca maquina. En el turno anterior se habia casi se dormia. ¿Que pasaba si se olvidaba de nosotros? ¿Y si .... nos deja allí mas del tiempo necesario?Este era el momento, solo tenia que correr, llegar hasta el juego de los carritos y esconderme hasta que Zayn baje. Me disponia a hacerlo, pero sentia que algo me lo impedia. El tenia su mano en mi espalda. Poco a poco me empujaba a subirme. Mis piernas temblaban. Creo que me caeria en cualquier momento.-"¿Subiras, si o no?" -dijo, o eso creo, no le entendi por aquella desagradable goma de mascar en su boca-.Me rendí, "si no puedes vencerlos, uneteles". Asi que rápidamente me senté en la primera parte de los carriles y Zayn a mi lado. Los seguros bajaron y el chico los reviso. Ya no podía hacer nada. Los engranajes empezaron a sonar, anunciando que ya iba a empezar mi infierno. El carrito empezó a moverse, y mi respiracion a acelerarse. Pero justo antes de caer, Zayn susurro en mi oido; "Disfruta de la montaña rusa que es la vida" . El carrito bajo y mi adrenalina hizo lo contrario. El viento golpeaba mi rostro y mis brazos se estiraron hacia arriba. Un grito agudo salio de mis labios, y cerre mis ojos. Senti su mirada sobre mi, luego como tomaba mi mano y la apretaba fuertemente.Entendí, que la vida no es nada sin riesgos. Y Zayn, le daría eso a la mia.
Ficha aceptada
Me gusto mucho, mucho, mucho tu escrito, de verás, así como también el mensaje que transmitiste en él. La ficha está perfecta y completamente aceptada :) ¡Ya estás participando! :D
Última edición por belen0311 el Vie 07 Feb 2014, 1:02 pm, editado 2 veces
Diamandis.
Re: Somewhere after the death |n.c | ¡Resultados!
Todas van por el rubio hermoso, chicas quieren matarme o qué? Esto va a ser difícil
Diamandis.
Re: Somewhere after the death |n.c | ¡Resultados!
Toothiana escribió:
Sara Stilinski.>Nombre del personaje femenino: Sara Jane Stilinski.
>Representante: Leighton Meester.
>Causa de muerte: Asesina.
>Chico: Tyler Hoechlin.
>Escrito de tu autoría:
- Doctor Who:
CAPITULO DOS ½Edward Bloom
Emily se había dormido en la parte de atrás, encima de las maletas. Cinco años en Nueva York y con el cambio de horario, aun recordaba que cuando llegamos a Nueva York ella aun no se acostumbraba al cambio de horario, ahora que hemos vuelto le costara mas.
Detuve el auto cuando ya habíamos llegado, sacudí a Emily y se despertó.
- Ya llegamos?
- Si, la reja esta abierta, toma tus cosas y visitemos esa mansión.
Ella sonrió, tomo las cámaras y salimos del Jeep, entramos al terreno, tome mi cámara y fotografié la casa, mi hermana ya estaba corriendo para entrar, la seguí.
- Donde nos hospedaremos?- pregunto mientras entraba.
- Rente una casa no muy lejos de aquí, por la fotografía que había en Internet es una casa bastante bonita.
Ella sonrió.
- Papá estará emocionado cuando nos vea y cuando sepa que ahora trabajaremos aquí.
- Eche de menos Londres.
- Yo también.
Encendí las linternas, Emy encendió la suya, se fue a un cuarto y la seguí.
- Mira el patio, no es asombroso.
Mire la pared y vi que algo había sido escrito detrás del pintado.
- Em, mira.
Ella lo miro confundida y se acerco.
- No parpadees, parpadea y morirás, no les de la espalda, no le quites la mirada y no parpadees...
- Y buena suerte Sally Sparrow.
- Del Doctor en...
- Veo un uno y un nueve...
Le tome una foto y fuimos a la planta de arriba.
- Esto es extraño- murmuro mi hermana.
- Mas extraño de lo de Beacon Hills.
- Mas extraño que esos tipos de la Chevrolte Impala negro?
- Eso si que eran extraños, pero tenían un bonito auto.
- Eso es verdad.
- Bien, si ahora trabajaremos para una revista de eventos paranormales, debemos acostumbrarnos mas a esto.
- Cuando nos enviaron a Beacon Hills por una plana de los lugares que han tenido mas ataques de animales.
- El comisario era agradable pero su hijo era...
- Extraño.
- Lindo, me sorprendió el nivel de ataques que hubo.
- Gracias a nosotros no habrá mucho turismo en ese lugar.
- Vamos, los dejamos en tercer lugar.
- Pero debieron estar en...
Emily se paro en seco y choque con su espalda, contuvo un gemido de asombro y siguió caminando.
- Mira una estatua.
Había una estatua de una mujer cubriendose el rostro.
- Es un Ángel que llora.
- No parece estar llorando, mas bien parece ocultarse.
Emily la miraba detenidamente, puso una mano bajo las manos que ocultaban el rostro de la mujer.
- Es bellísima, Edward toma una foto.
Hice caso al pedido, y como si el momento pasara en cámara lenta al tomar la foto, el flash nos cegó a ambos y presencie como la estatua tomaba la muñeca de mi hermana.
- Listo?- pregunto Emily con una sonrisa, pero yo no respondía- Que pasa?- se volteo al Ángel y quedo igual de pasmada que yo, el Ángel le sonreía.
- Emily, quedare quieta.- busque algo con que golpear el brazo del Ángel.
- Ed, que diablos es esto? Acaso es una broma?
Estaba igual de asustada que yo, tome un fiero que encontré en otra de las habitaciones, cuando regrese con ella, el Ángel ya la había tomado de las dos muñecas.
- Que ha pasado?!- dije alarmado.
- Yo que quieres que sepa, cerré los ojos por un momento y ya había tomado mi muñeca- mire a la estatua confundido- Edward, podrías ayudarme en vez de mirar a la estatua.
Ambos no entendíamos lo que pasaba, golpe los brazos del Ángel hasta haberlos echo pedazos, mientras parpadeaba notaba como me empezaba a mirar y abría la boca enojada y esa cosa tenia colmillos. Cuando libere a Emily la tome de la mano y empezamos a bajar las escaleras, mirábamos a la estatua sobre nuestros hombros, se movía intentando perseguirnos y se movía rápido, al llegar a la puerta solo nos encontramos con un hombre de cabello castaño, con un gran mentón quien tenia una clase de juguete extraño con el que revisaba la puerta, levanto le vista hacia nosotros y nos sonrió.
- Hola, vengo por las fotos.
CAPITULO Dos 2/2Emily Bloom.
De repente estábamos siguiendo al hombre que habíamos encontrado en la entrada quien ahora examinaba a la estatua con su juguete.
- Quien es usted?- pregunte intentando calmarme.
- Soy el Doctor- respondió sin mucho interés.
- Doctor que?- pregunto mi hermano sentandose en las escaleras.
- Solo Doctor.
- Y tienes un titulo como para llamarte Doctor- pregunte sin dejar de mirar al Ángel el me había dicho que dejara de mirarla y que no parpadeara,
- No exactamente.
El nos había explicado que había llegado a destruir al Ángel porque iba a liberar a sus hermanas quienes estaban en el sótano y que irían tras el si no lo detenían a tiempo.
- Ahora yo puedo preguntar quienes son ustedes y que hacían aquí?
- Oh! Lo siento, me llamo Emily Bloom y el es mi hermano Edward Bloom, estábamos fotografiando esta casa, porque nos habían dicho que estaba embrujada y todo eso.
- Mi hermana y yo trabajos en una revista de eventos paranormales y nos mandaron a tomar fotos.
- Acabamos de regresar de Nueva York, antes trabajamos para la revista Times pero decidimos volver a casa.
- Oh! En serio y porque han decidió volver?
- Por nuestro padre.
- Porque nos hartamos de la gran ciudad.
Ed y yo respondimos al mismo tiempo, hubo un silencio incomodo y solo se escuchaba el juguete del Doctor zumbar.
- Y bien, que es esa estatua?
- Es un Angel Lloroso, se alimenta del tiempo de las personas y de las paradojas, es raro que no te hayan mandado a otra época.
- A mi?- pregunte.
- Yep, también te hubiera roto el cuello.
- Eso es tranquilizados sabes.- dije con sarcasmo- Entonces "Doctor" usted escribió ese mensaje para Sally Sparrow?
- Yep.
- Ah ella también la salvo o murió?- pregunto Edward.
- Ella sigue viva y ella me salvo.
Dejo se apuntar al Ángel con su juguete.
- Y que es esa cosa? Es algo paranormal o un espíritu?- pregunto mi hermano.
- Si y no.
- Y eres una clase de cazador de lo paranormal?
- Si, extermino espíritus malos y todo eso.
Mentía, yo lo sabia. Pero quien fuera aquel hombre nos estaba ayudando.
- Ya puedo parpadear? Porque me duelen los ojos y ya no puedo aguantar mas.
- Bueno, necesitamos eliminaron, pero no tenemos con que eliminarlo...- el hombre dejo de hablar.
- Que pasa?- pregunto mi hermano.
La linterna que tenia mi hermano para apuntar al Ángel empezaron a fallar y tenia la linterna en el rostro del Ángel, cuando la mía empezó a fallar, el Ángel empezó a mover el rostro. Como si quisiera comerse mi rostro.
- Edward hay un Angel lloroso detrás de ti.
Escuche los chirridos de la madera de las escaleras, sentí la
mano de mi hermano y empezamos a subir las escaleras, mire hacia atrás y vi a dos Ángeles detrás de nosotros y mientras mas parpadeaba la linterna mas se acercaban mas.
- Ha esta habitación- dijo el Doctor y entramos a la habitación.
Edward tomo una silla y la atranco en la puerta, El Doctor se acerco a mi, su rostro mostraba preocupación y parecía como si hubiese visto un fantasma.
- Que pasa? Acaso me estoy volviendo uno de ellos?- mire sobre mi asegurandome de que no había nada detrás, pero seguía mirandome. Toque mi rostro pero nada.
- Que pasa?!
La puerta empezó a se golpeada y Edward estaba reteniendo la puerta, corrí hacia a el ayudandolo.
- Doctor, que hacemos?- grite.
Pero el seguía mirando la nada y me miraba confundido.
- Maldición, vamos a morir.
Tome una tabla, la puse en mi pecho y cerré los ojos.
- Abran la puerta- murmuro el Doctor.
- Que?!- exclamo mi hermano confundido.
- Que abramos la puerta- repetí
- Lo se, pero acaso esta loco? Si dejamos entrar esas cosas, moriremos.
El Doctor se acerco a la puerta, otra vez la examino con su juguete.
- Doctor, no es el momento de examinar la puerta con su juguete.
- Oh Emily! Esto no es un juguete, es un destornillador sonico- dijo con una sonrisa de psicópata que podría asustar a alguien pero a mi relajo. Su destornillador dejo de zumbar y se abrió como un huevo- Es caoba!!!
Edward me miro como si no pudiera creer en que situación nos habíamos metido. El Doctor se acerco a nosotros y puso sus manos en nuestros hombros.
- Tengo un plan, pero necesito que tan bien corren?
- Nos encanta correr- respondí con una sonrisa y la puerta se empezaba a romper.
- Fantástico! Bien, cuando abran la puerta, ustedes saldrán corriendo lo mas rápido posible, la puerta se cerrara y no importa lo que suceda, ustedes se irán lo mas lejos posible, entendido?
- No te dejaremos aquí- dijo Edward.
- Tienen que hacerlo- dijo separandose de nosotros.
- No, que tal si esas cosas te matan?- pregunte enojada.
El Doctor se revolvió el cabello y camino de un lado a otro de la habitación.
- No vamos a arriesgarnos.
- Necesitamos otro plan, un plan en el que todos salgamos vivos.
El Doctor tomo si destornillador y se lo dio a Edward, lo mire el hombre se nos volvió a acercar.
- Nuevo plan, ustedes saldrán corriendo y cuando vean que los Ángeles han entrado, ustedes apuntaran a la puerta y apretaran el botón y se irán hasta volver a casa.
- Es peor que el anterior.
- Les eh dejado mi destornillador, es la cosa mas preciada que tengo, les aseguro de que saldré vivo de aquí y volveré por el. Solo confíen en mi. Volveré.
Edward y yo nos miramos, asentimos, El Doctor retrocedió y se quito su saco.
- No parpadees, parpadea y morirás, no les de la espalda, no le quites la mirada y no parpadees...- asintió, quitamos la silla y nos hicimos a un lado, la puerta se abrió y los Ángeles entraron, Edward y yo salimos corriendo y utilizamos el destornillador y la puerta se cerro- Y buena suerte Edward y Emily Bloom.
******
- Ya terminaste?- grito Edward desde arriba.
Golpe la ultima cabeza de Ángel que había en el sótano, el fierro que tenia ya se estaba deformando.
- Termine y tu?
Edward bajo y sonrió.
- Ya, quieres comer algo?
Subimos, saque el destornillador de la chaqueta y mi teléfono sonó.
- Hola papá.
- Hola Emily, como están?
- Bien, acabamos de terminar de trabajar.
- Excelente, solo quería llamarles porque tal vez no vuelva esta noche, hay un problema en el departamento y parece ser algo muy grave.
- Esta bien, nosotros seguiremos aquí.
- Bien, pasame a Edward.
- Adiós papá- antes de pasarle
- Le eh dicho que estamos trabajando.- le dije a Ed antes de darle el celular.
- Esta bien- le di el celular, el se sentó en las escaleras y yo salí a tomar aire.
Ya habían pasado dos semanas desde que vimos al Doctor, regresamos tres días después, nuestro padre no nos creyó lo de los Ángeles Llorosos y no envió a ninguna oráculos a revisa a pesar de que le dijimos que seguramente había muerto el hombre que nos ayudo, no fue un reencuentro feliz pero éramos presas del pánico, en esos tres días intentábamos tomar un decisión de volver o no, volvimos al cuarto día a ver si había un cuerpo, pero solo encontramos su saco y a los dos Ángeles mirándose, los demás días renunciamos y conseguimos un empleo horrible, pero ya era algo. Los de la revista quedaron confundidos, debido a que no habíamos durado nada trabajando hay, hoy es nuestro día libre y como siempre al terminar de trabajar o en nuestros días libres esperamos al Doctor, hoy hemos decidido matar a los Ángeles que había en la casa. Pulse el botón del destornillador y la luz verde se encendió con el zumbido. Edward se puso a mi lado y el seguí hablando con papá. Escuche un chillido del otro lado, como el motor de un auto descompuesto o como cuando el auto no quiere arrancar, ni se que clase de sonido era; pero venia afuera de la mansión. Edward y no nos miramos, salimos corriendo hacia el cancel de la mansión.
- Deben de estar robándonos el Jeep- dije y Edward salimos.
Nuestro Jeep seguía hay, no había nadie pero vimos una cabina de policía azul, me acerque y Edward seguía hablando con papá y le contaba lo que estaba pasando.
- Ah aparecido una cabina de policía azul...no papá no bromeo...si Emily esta conmigo...esta bien.
Me paso el teléfono.
- Hola otra vez papá.
- Que apareció una cabina telefónica de la nada?
- Sip, pensábamos que nos robarían el Jeep pero hemos ido a revisar y no había nadie, solo la cabina de policía que acaba de aparecer.
- Acaso están consumiendo algún tipo de droga?
- Oh! Claro papá, estoy consumiendo una mezcla de metanfetamina y crack, quieres probarlo porque puedo conseguir montones de estos, tal vez cuando llegues podamos probarlo todos.
- No utilices tu sarcasmo conmigo jovencita.
Escuche como papá me hacia miles de preguntas, de repente la cabina se abrió y una chica rubia salió.
- No puedo ir a casa por ropa limpia sin que tu me dejes, te pierdas y termines perdiendo tus juguetes.- la chica se dio cuenta de nuestra presencia y se paro en seco.
- Yo no me fui, fue la Tardis ella me llevo a este lugar, debe de haber algún fallo en el sistema, tal vez se deba a que comiste encima del comando y no es un juguete, es un destornillador sonico por ultima vez Scarlet...- un hombre salió de la cabina y lo reconocí en seguida.
- Doctor?- dijimos Edward y yo.
- Emily, sigues hay?
La chica empezó a hablarle al Doctor en voz baja y recordé que seguía hablando con papá.
- Oh! Lo siento papá, pero tengo que colgar.
- Que?!
- Lo siento, te amo.
Colgué y la chica de nombre Scarlet dejo de hablar en cuanto se dio cuenta de que colgué. El Doctor se acerco a nosotros y nos sonrió.
- Los hermanos Bloom me esperaron- dijo con una sonrisa de que no lo podía creer, movía las manos y veía sobre su hombro a la rubia con una sonrisa de psicópata.
- Por dos semanas para ser exactos- dijo Edward.
Se le borro la sonrisa al Doctor al escuchar eso, miro a mi hermano de hito a hito y me miro igual, pero cuando violáis tenia su saco quedo confundido.
- Oh! Lo siento, lo tome sin permiso- me empece a quitar el saco, pero antes saque el destornillador- Aquí esta- dije con una sonrisa.
El tomo sus cosas y nos miro, otra vez miro a la chica y ella solo se encogió de hombros.
- Oh! Por cierto, destruimos a los Ángeles.- dije como si no fuera la gran cosa.
- Los han destruido?! Como?!- dijo sorprendido.
- Fue fácil, tomamos unos fieros, tubos y bats de fierro y los empezamos a despedazar.- dijo Edward.
Nos miro otra vez, miraba otra vez a la chica y nos volvía a mirar.
- Podrías dejar de hacer eso- dijo mi hermano como si me hubiera leído la mente. Suspire y empece a retroceder.
- Bien, parece que eso es todo, solo queríamos asegurarnos de que volverías para devolverte tus cosas y darte las gracias... Gracias Doctor..
- Gracias Doctor, seguramente hubiéramos perdido nuestras vidas sin usted- dijo Edward y le dio un apretón al hombre y yo lo abrace.
- No hay de que- dijo desconcertado.
Edward y yo nos miramos, estábamos a punto de volver a la mansión a recoger nuestras cosas cuando el Doctor nos grito:
- Hey chicos, no quieren mi cabina por dentro?- dijo con una sonrisa.
Nos encogimos de hombros, fuimos detrás de la chica y del Doctor, cuando entramos a la cabina, no era lo que me iba a esperar. Mi hermano y yo nos quedamos pasmados, era mucho mas grande por dentro, era como sacado de una serie de Ciencia Ficción.
- Esto es imposible- solo pudo decir mi hermano antes de salir de la cabina.
Yo solo miraba boquiabierta el lugar, empece a reír sorprendida. Mire al Doctor quien estaba sonriéndome, mire la puertas y solo vi a la chica Scarlet explicándole a mi hermano como era posible y mi hermano seguía fascinado.
- Sorprendente, no?
Me apoyo en lo que parecía ser un comando futurista.
- Sip, pero yo no diría sorprendente, ni asombroso.
Mire el techo, no podía creer en el lugar en el que estaba.
- Así que no eres un cazador de lo supernatural?
El hizo una expresión graciosa, mientras lo pensaba.
- No, pero salvo al mundo de cosas peores.
Reí y empece a morderme las uñas.
- Les han creído en la revista lo que paso?- pregunto el Doctor poniéndose el saco.
Solte una risita.
- Nop, porque jamas se los dijimos, renunciamos tres días después. Le dijimos a la policía lo que paso, pero no nos creyeron. Pero ahora estamos bastante bien, ya tenemos otro empleo.
- Oh! En serio? Y que es?
- Fotografía aun, esta vez tomamos fotos para fiestas y todo eso, es una basura, pero mientras tenga una cámara con la cual trabajar- chasque la lengua y reí.
- Que te gustaría fotografía?
Lo mire, el solo me sonreí y notaba algo en esa sonrisa.
- No lo se, cuando tenia 17 quería tomar fotos del espacio, ver las estrellas y nuevos mundos, porque a pesar de lo oscuro y misterioso que puede ser haya fuera, hay mundos nuevos y fantásticos, cosas geniales y asombrosas que uno quiere ver con sus propios ojos y hacerlos perdurar en un fotografía, y revivir ese momento cada vez que lo veas.- lo mire y reí- No se porque le estoy contando esto a un nombre que apenas acabo de conocer.
Me aleje del comando.
- Podrías conocerme mejor si nos acompañaras.
- Acompañarte a donde?
- No lo se, a donde tu quieras. Cualquier parte del mundo y el
Universo que tu quisieras ir. Ir a nuevos mundos y ver cosas asombrosas.
Lo mire confundida, debía estar chiflado por lo que me decía pero yo debía ser idiota si no le creía, estaba en un cabina que era mucho mas grande por dentro de lo que aparentaba.
- En serio?
- La Tardis puede ir a donde quieras.
- La Tardís?
- Si, se podía decir que es mi nave espacial.
Sonreí y mire mi teléfono, escuche a Edward reír.
- No puedo dejarlo.
- Edward podría venir.-dijo encogiéndose de hombros.
- No me refiero a Edward, el siempre estará a mi lado, e refiero a mi padre, es el jefe de policía, si desaparecemos un día se vuelve loco, y nosotros somos lo único que le queda.
El se acerco a mi y lo mire.
- Es tu decisión, puedes quedarte o venir conmigo y con Scarlet. Solo te digo que esto es una cabina telefónica que viaja atreves del espacio y del tiempo.
- Esto viaja en el tiempo?
- Si- otra vez su sonrisa de psicópata.
Sonreí, salí de la cabina y vi a Scarlet y a mi hermano reír, tome a Edward y lo arrastre. Le explique todo lo que me había dicho el Doctor, el como siempre me interrumpía pero siempre terminaba de contar.
- Entonces que? Vienes?- dije con una sonrisa.
El solo miraba el suelo y lo pateaba, tenia sus manos en sus bolsillos, eso significaba que no estaba seguro.
- Oh! Ya entendí.
Empece a morder mis uñas, pero Edward tomo mi mano.
- No lo hagas.
- Esta bien, no iré.
El río y me revolvió el cabello.
- No tonta, me refiero a las uñas, yo quiero que vayas.
- Pero papá y tu?
- Nosotros estaremos bien, ve con ellos y vívelo- me sonrió y me apretó la mano- Pero promete regresar.
Lo abrace.
- Esta bien- empece a llorar pero no sabia si era de angustia o alegría- Y tu renuncia a ese empleo, yo se que tu quieres algo mas.
Asintió, me puse de puntillas y le revolví el cabello.
- Le diré a papá que te quedaras con unas personas durante un tiempo.
- Bien, volveré pronto.
Saque mi cámara del Jeep y le sonreí, lo volví a abrazar y le bese la mejilla.
- Nos vemos.
- Nos vemos.
Me acerque al Doctor y a Scarlet, sonriendoles.
- Que tanto te gusta correr?- me pregunto la rubia.
- Me encanta.
El Doctor y Scarlet entraron y le tome una foto a mi hermano antes de entrar, su mano izquierda se despedía de mi, mientras que la derecha tomaba una fotografía.
- New Rebelion:
Capítulo "002"Día de la Cosecha.♡Hazel odiaba ir al campus de entrenamiento, desde que el Capitolio había recobrado el poder y de volver a hacer "Los juegos del hambre". El Distrito 1 había vuelto a abrir campus de entrenamiento donde antes se utilizaba para convocar a la gente o hacer festivales. Pero ahora tendrían que buscar otro lugar para convocar a la gente y de los festivales ya no habría, porque se había vuelto una pesadilla.
Hazel miro a los demás jóvenes, era hora de que su Distrito dejara en claro que siempre serian los mejores.
- Algunos no dejan de ser arrogantes.-se dijo a si misma la pelirroja.
Miro que un entrenador iba hacia ella y en seguida tomo un cuchillo y lo lanzo un muñeco. Falla pero era de esperarse, ella nunca era buena para matar a muñecos a sangre fría y tal vez jamás a una persona.
-Felices juegos del hambre, Hazel querida.- susurro alguien a su oído y en seguida ella se volteo y se puso en modo de defensa. Era normal que de repente un entrenador te atacara por sorpresa y Hazel siempre era el blanco de ellos.
- Hey, tranquila.
Era Rose Tyler, su mejor amiga.
- Por dios Rose, no me asustes. Pensé que eras algún entrenador.
La rubia solo se río y le dio unas palmadas en el espalda.
-Lo siento, pero quería recordaste que hoy "Es el gran día de la Cosecha".
-Me muero de ganas por saber a quien llevaran a la arena.- dijo Hazel con una falsa sonrisa.
-Lo se, David dice que muere de ganas por ser un tributo.
Guardaron silencio por un momento, miraron a los demás chicos quienes seguían convirtiendose en asesinos. En Profesionales.
-David y yo prometimos que si en caso de que el nombre del otro salga, nos ofreceríamos como tributos y así ser compañeros en la arena y quien sabe hacer lo mismo que el panadero y el sinsajo.
-Rose, no hables de ello-dijo Hazel en un tono serio.
Volvió el silencio y Hazel miro el suelo y encontró un listón azul y lo recogió.
-Hazel no juntes cosas del suelo, Snow ya debe de haberlo chupado.
La pelirroja no hizo caso a lo que le dijo su amiga y intento agarrarse el cabello con el.
-Dejame ayudarte, eres un asco con este tipo de cosas.-dijo la rubia.
En cuanto Rose termino, llego David el novio-amigo de Rose.
-Hola David.-saludaron las dos chicas al mismo tiempo.
-Listas para la Cosecha?
-Segura-contesto Rose.
La pelirroja se miro de reojo en un cuchillo que tenia y miro su coleta.
-Como me veo?
La pareja miro de reojo a su amiga y sonrieron
-Luces asombrosa-contesto la rubia.
Hazel volvió a mirarse por el cuchillo.
-No es verdad.
-Oh vamos Waters!-exclamo David.
Los entrenadores hicieron sonar la campana y todos se dirigieron a la salida.
-Allos-y, chicas.-dijo David
-Tienes un plan de refuerzo en caso de que salgas Hazel?-pregunto Rose sacando a Hazel de sus pensamientos.
Ella solo miro el cuchillo y lo tiro.
-No
******
Hazel miraba a un sinsajo por su ventana mientras que su abuela le recogía el cabello con un listón que había recogido su nieta. La mujer recordaba como cuando arreglo a su hija el primer día de su Cosecha, cuando aun no había levantamiento y solo era miedo. El mismo cabello de su difunta hija, la mujer
intento llorar al pensar en ella. Termino de arreglar el cabello de su nieta.
-Te vez preciosa cariño.
-Gracias abuela, pero aun sigue mojado mi cabello.
-Descuida, pronto se secara.
Amabas salieron de la casa y se encaminaron a la plaza central.
Hazel miro su atuendo, una camisa azul y una falda gris que le llegaba a las rodillas y sus zapatillas blancas, su abuela le decía que su madre utilizo esas ropas el día de la ultima Cosecha, cuando todo cambio y hubo esperanza.
-Mujeres a la izquierda, hombres a la derecha y familiares junto con los demás-gritaba un agente de la paz desde la entrada de la plaza. Antes de entrar las Waters se detuvieron un seco y se miraron. Hazel era mas alta que su abuela, la anciana puso su mano en la mejilla de la chica y Hazel se agacho un poco para que ella se la besara.
-Buena suerte-dijo su abuela a su oído-Nos vemos para comer.
La chica sonrió y abrazo a su abuela.
-Te quiero
-Yo también mi niña.
Hazel vio que otros niños abrazaban a sus madres y padres, a los adolescentes les daban abrazos y palmadas en el hombro y los miraban con sonrisas. Creían que si su nombre salía volverían como ganadores. Hazel se separo de su abuela.
-Adiós
-Adiós
Hazel entro y se fue a registrar, en cuanto llego se turno tomaran su mano y le pincharon el dedo haciendo que ella soltara una queja. La sangre que tenia en el dedo lo pusieron en una casilla de un libro, y revisaron que era Hazel Grace de 17 años.
Fue con las demás chicas y vio a Rose abrazando a David. La rubia se fue corriendo intentando contener las lagrimas y se acerco a la pelirroja en cuanto la vio.
-Hola
-Hola, te vez bonita Rose.
-Gracias, mi madre dijo que cuidara el vestido, es blanco así que se lo dejo a cargo de la persona mas sucia de todas pero un así me dijo que me amaba.
-Crees que salgas?
-No lo se, pero no importa si el sale o yo salgo, los dos estaremos juntos.
Hazel sonrió y todos dirigieron la mirada en Jocasta la escolta del Distrito 1.
-Bienvenidos. Damas y caballeros-la voz de la mujer parecía resonar en cada lugar del Distrito.
Después de unas palabras de lo emocionada que estaba Jocasta, decidió comenzar.
-Primero las damas.
Se acerco a la urna del lado izquierdo metió su mano y dando vuelta su mano adentro de la urna, hundió su mano entre los papeles y cuando saco la mano tres papeles de cayeron quedándose solo con uno. La mujer del Capitolio se acerco al micrófono y abrió el papel.
-Hazel Waters.
La chica agarro su coleta y empezó a jugar con su cabello. Hazel miro a Rose, quien la miraba asustada y antes de que ella abriera la boca, Hazel tomo su mano y le sonrió.
-No lo hagas, ni se te ocurra hacerlo.
-Pero...
-Descuida, este es mi plan.- dijo y le sonrió-estaré bien.
Rose miro a su amiga y la abrazo.
-Hazel Waters, ven aquí cariño.-dijo la voz de Jocasta.
La pelirroja se separo de su amiga y camino hacia el escenario.
Miro a su abuela que estaba llorando y una mujer intentaba calmarla.
-Ahora los varones.
Hazel solo miraba a Rose, a su abuela y a David. Las únicas personas que les importaba.
-Finn Harries- anuncio Jocasta.
Hazel vi como un chico subía al escenario, lo había visto el campus pero jamás había hablado con el. Bueno ella no solía ser una chica muy social.
-Hazel Waters y Finn Harries, nuestros tributos.
Jocasta tomo la mano de los dos y las alzo en el aire.
Hazel no recuerda mucho de la despedida de sus amigos y familiares, ella estaba en un estado de shock, recuerda haberse despedido de su abuela y abrazarla y hablando con Rose y con David. Pero no recordaba que les había dicho.
-Cuidado con las escaleras querida.
Hazel subió las escaleras del tren y cuando entro miro a su abuela en lagrimas abrazada por David y Rose, el tren empezó a avanzar y se despidió de ellos por la ventana.
Ficha aceptada
Oh Dios, elegiste a Tyler Este hombre es completamente perfecto! Cambiando de tema, ambos escritos me encantaron, en especial el de Doctor Who porque mantuviste la intriga y el misterio en todo el capítulo aunque claro el de New Rebelion tuvo lo suyo también :) Noté algunas faltas ortográficas pero no es nada grave. Bien, ya estás participando Grace, ¡Suerte!
Diamandis.
Re: Somewhere after the death |n.c | ¡Resultados!
SamanthaM. escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Samantha O'Donell>Nombre del personaje femenino: Samantha Devonne O'Donell Mitchell.
>Representante: Bridgit Mendler.
>Causa de muerte: Accidente Automovilístico.
>Chico: Harry Styles.
>Escrito de tu autoría {en spoiler o link}
- planned Lifes:
◁||By: Sam/SamanthaM.||Capitulo 05Esta es exactamente la quinta ocasión que lo veo en mis veintidós años de vida. Desde la primera vez hasta hoy, eh podido notar muchos cambios en el, aunque sea a distancia. Su estatura a aumentado, haciéndolo ver favorablemente más alto que yo, cuando al principio estoy segura de que yo le llevaba aproximadamente una cabeza de altura.
Esas facciones de niño y adolescente ahora son parte del pasado porque ya no están, lo único que puedes ver en este momento es un rostro mucho más maduro y adulto para la edad que tiene, y es por obvias razones. El a sido el único que se quedó a cargo de todo cuando su padre falleció.
Su cuerpo flaco y pequeño fue sustituido por uno musculoso y fornido. Se puede apreciar gracias a el traje gris claro que esta usando. Un traje que le favorece de cualquier manera. Eso es lo único que puedo ver por ahora, su físico.
No me vendría para nada mal saber su manera de pensar, sus gustos como los disgustos, su personalidad o cualquier cosa que me haga conocer más sobre el. Al fin y al cabo es mi futuro esposo.
—Samantha deja de estar en las nubes, ya empezará el evento cariño.— Mi anciano y acabado padre me distrajo de mi inspección visual hacia el hombre que esta a solo unos metros de mi.
–Papá.—Lo llame y el giró su cabeza para mirarme.—¿En realidad tengo que hacerlo?.
–Es solo un evento de beneficencia Sam, has venido a muchos de estos. No se porque me preguntas eso ahora.—Me dice notándose confundido.
—No estoy hablando de estos eventos, de lo que hablo es sobre mi futuro matrimonio.
—Ya hemos hablado las veces suficientes sobre ese tema. Sabes que no podré estar siempre a cargo.— Me tomó del brazo y entramos al gran salón donde se esta por comenzar el evento. Caminamos hacia una mesa que se encuentra cerca del escenario y tomamos asiento.—En algún momento ya no podré hacerlo más y no quiero dejarte a ti sola con todos estos asuntos para que al final termines como yo.
—Ya lo se papá, es solo que aún no me cabe la idea de porque tengo que casarme con una persona que solo eh visto, con la que ni siquiera he podido hablar una sola vez en mi vida.
—Hasta ahora no se porque ha sido así, pero podrás hablar con el todo lo que quieras cuando estén casados. No veo cual es el problema.
Hay ocasiones en las que llego a odiar la actitud despreocupada de mi padre y más cuando es hacia mi. ¿No ve cual es el problema?, por favor si es demasiado obvio. No se nada sobre el, no se si me odia por que yo seré parte de su vida sin su consentimiento, no se si me agrada, no se si está de acuerdo con todo eso que está por pasar, cosa con la cual yo no, pero me toca la absurda resignación.
Tengo que hacerlo, debo hacerlo, por mi padre y por mi madre. Solo me queda esperar y ver como va progresando o acabándose esta situación una vez que comience, estaré al pendiente de que es lo que sucede primero.
Comienza a escucharse música. Una melodía repetitiva, lenta y aburrida solo para poder tratar de llenar el ambiente y creo que animarlo, si es que puede ser posible. Después de varios minutos de solo escuchar la misma música una y otra vez, conversaciones que no me interesaban entre mi padre y personas que nunca había visto y mirar a personas caminar de un lado hacia otro con vestimenta elegante y copas en sus manos.
Siento como algo rodea mi cuello y una mano tomarme la mía que estaba sobre mi regazo. Me sobresalto al sentir ese contacto extraño, pero me sorprendí al saber de quien se trataba.
Era el, ese chico desconocido para mi. Su mirada estaba hacia el frente viendo lo que yo hace unos instantes, pero de todas formas su rostro de perfil pude apreciarlo. Cejas y pestañas claras. Tiene pequeñas pecas, no tan visibles esparcidas por su mejilla y nariz, la cual es de un tamaño y forma considerable.
Su cabello rubio con raíces castañas alborotado y desordenado pero de todas formas haciéndolo lucir de alguna manera bien. El aroma que desprende es agradable para mi, menos mal que no es un chico apestoso, porque no creo soportarlo.
No negaré que es atractivo, porque entonces me convertiría en una gran mentirosa. Pero de todas maneras porque me toma de la mano, rodea mi cuello abrazándolo de una manera sutil y confianzuda . No tiene porque hacerlo. Y me importa poco que sea mi prometido. No hemos pasado por el momento en el que tenemos la confianza y claro mi permiso para que el pueda hacerlo.
—¿Disculpa, que es lo que haces?.—Le cuestiono. Y el de inmediato gira su rostro y me mira directo a los ojos, los cuales puedo apreciar mucho mejor. Son azules, un azul muy penetrante y brillante.
—No es obvio, estoy abrazándote y tomando tu mano.—Me respondió mirándome de una manera neutra.
—Si, lo es. Pero, ¿Por qué lo haces?.
—No es que fuese la persona más alegre cómoda por hacerlo, pero al igual que tu tengo que.—Su voz al decirlo sonó cansada y disgustada.
—Lo haces por el anuncio sobre el compromiso.—Afirme.
Hace unos días, detrás de la puerta de la oficina de mi padre, lo escuche hablar con la Señora Horan acerca de que pronto se realizara la fiesta de mi compromiso con el respectivo prometido. Se suponía que yo no debía escucharlo, tenía que haber sucedido de esa manera, pero solo existe una culpable llamada curiosidad.
Mi maldita curiosidad me llevó a escucharlo todo. Esta situación está acercándose cada vez más hasta que por fin se haga realidad. Odio y detesto la forma en que mi vida esta progresando.
—Se supone que no deberías de saberlo.—Su confusión se notaba en su rostro.
—Se supone que no, pero lo se. No soy estúpida, si tomaste una actitud cariñosa conmigo cuando tu y yo sabemos nada uno del otro, es por que hay unas razones.— Le menciono.
—Te confesaré algo, apenas estoy iniciando con esto y ya estoy aburrido.—El a ignorado mi comentario, sacando un nuevo tema. Pero aún no a quitado sus manos y brazos de mi.—¿Será así de aburrida nuestra “perfecta”— Dijo haciendo comillas con su mano que esta sobre mi hombro.— vida de casados?, porque si será así te advierto que muy pronto te pediré el divorcio.
Divorcio. Nunca había pensado en esa palabra, ¿podré hacerlo?. Papá nunca, hasta hoy, no lo a mencionado. Tal vez en algún futuro, cuando las cosas no hayan funcionado para nosotros, podremos solo separarnos y buscar la felicidad, la verdadera, con alguien más. La verdad no se que pueda pasar entre nosotros.
Desde el momento en el que diga el “si, acepto” el futuro que nos espera, de el solo se encargará el destino. Es el único que decidirá sobre mi y sobre el, nadie más.
—¿Podremos hacerlo?—Le preguntó.
—Supongo que si, la mayoría de los matrimonios normales lo hacen, no veo porque nosotros no podamos.—Dice mientras se encoge de hombros.
—Solo hay un problema.—Me mira atento esperando a que continúe.—Que nuestro matrimonio no será normal. Ninguno quiere que suceda.
—Mi madre y tu padre si quieren que pase. Y por lo de que no seremos un matrimonio normal, tienes razón.
Mi padre saludo a Niall interrumpiendo nuestra primera conversación. Se acercó la madre de el, me saludo dándome un abrazo débil y creo que lo que me dio en la mejilla fue un beso, el cual no sentí pero si escuche.
Durante todo el transcurso de el evento de beneficencia realmente me sentí demasiado incómoda por tener y sentir la cercanía de el. En ocasiones, con la punta de sus dedos empezaba a acariciar mi hombro y parte de mi brazo. No se si lo hacía porque fuese despistado no se daba cuenta de lo que hacía o porque hay que comenzar a aparentar más que somos alguna clase de pareja, pero me ponía muy nerviosa.
Cuando por fin termino en evento, el cual se me hizo eterno. Llegó el momento en el que las personas, las que quisieran, bailaran. Mi padre se levanto de su lugar y creí que quería que bailara con el como las anteriores ocasiones, no fue así. Si invito a alguien a bailar, la señora Horan la cual acepto gustosa según pude verlo en su rostro. Me dedique a mirarlos mientras bailaban, mi padre es un desastre haciéndolo, hace sus movimientos muy marcados y firmes.
Obligaron a levantarme de mi lugar al jalar mi brazo. El causante me guío hasta el centro de la pista quitando de su camino a las personas que le impedían llegar hasta ahí. Volvió a jalarme, esta vez hacia el. Mi abdomen y pecho chocaron con su abdomen y pecho. Me tomó por la cintura con su mano y con la que tenía libre tomo la mía. Porque estaba tomando esa actitud así conmigo. Solo lo miraba confundida, mientras mi cuerpo lo seguía balanceándose al ritmo de la música.
—¿Por qué me miras así?.—Me pregunta al notar mi seño y mirada con clara confusión.
—¿Qué fue todo esto?, actuaste de una manera muy extraña.
—Se llama aparentar Samantha. Desde hoy, en este momento tienes que aprender a usarlo con respecto a nosotros. —Me miró directo a los ojos.–A partir de ya, solo seremos una pareja que se basará en aparentar.
Es cierto, desde ahora solo seremos una pareja que aparentara ser feliz, que aparentara ser “perfecta“. Son y serán solo apariencias.Se me paso poner esto: “I wanna protect you”.
Ficha aceptada
Sam creo que ya te conocía aunque no logro acordarme, a veces no tengo buena memoria lol.
¡Amé tu capítulo! Me encanta la temática de las bodas planeadas y todo eso asjksdh, además la protagonista tiene que fingir con el rubio La verdad me sorprendí un poco cuando se trataba de él jaja. Tenes algunas faltas ortográficas pero ya te digo nada grave. ¡Ya estás participando, suerte!
¡Amé tu capítulo! Me encanta la temática de las bodas planeadas y todo eso asjksdh, además la protagonista tiene que fingir con el rubio La verdad me sorprendí un poco cuando se trataba de él jaja. Tenes algunas faltas ortográficas pero ya te digo nada grave. ¡Ya estás participando, suerte!
Diamandis.
Re: Somewhere after the death |n.c | ¡Resultados!
Vicky2001 escribió:
Claire Lee
>Nombre del personaje femenino: Claire Alana Lee.
>Representante: Jennifer Lawrence.
>Causa de muerte: Sufrió un accidente automovilístico.
>Chico: Harry Styles.
>Escrito de tu autoría: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] y [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]."I wanna protect you"
Ficha aceptada
Vicky te llamas igual que mi mejor amiga. Todos tus escritos me encantaron muchísimo, amo tu forma de narrar es simplemente única. No encontré ninguna falta ortográfica y vos también usas el guión largo, qué bueno Well, no tengo más nada que decir porque todo está perfecto. ¡Ya estás participando, suerte!
Diamandis.
Re: Somewhere after the death |n.c | ¡Resultados!
^Rushioner~Jolover^ escribió:
Cassey Adams>Nombre del personaje femenino: Cassey Adams.
>Representante: Ariana Grande
>Causa de muerte: Tenía una grave enfermedad
>Chico: Austin Mahone.
>Escrito de tu autoría {en spoiler o link}:
- aquí:
La noticia acerca de Elizabeth (quién fue encontrada muerta en un basurero) sorprendió a todo el barrio de Silent Hollow, no porque ella era una chica dulce que no peleaba con nadie. Sino porque allí, era un lugar casi vacío. Era como un barrio fantasma, no había nadie. Solo esa calle. Luego estaba completamente deshabitado por antiguos hechos que ocurrieron allí hace mucho tiempo.
Muchas personas describen el cuerpo de ella cómo mutilado, cortado en trozos. Solo algunos adultos tenían permiso de ver el cuerpo muerto de Beth, quien era una adorable niña de 15 años. Sus amigos, habían recibido el permiso de verla, por lo menos una vez para despedirse, pero luego se acobardaron de verla a ella tendida en una cama, muerta. Sin embargo, imaginaron cómo hubiera sido eso; ella tirada en una camilla de hospital, con los ojos cerrados y pálida, llevando un perfecto vestido blanco como en las películas, o ella cortada en trozos, como dijo la Señora Town, quién fue la única que vio el cuerpo sin desmayarse.
Los padres de Beth, se estaban por divorciar. Por lo que salió el rumor de que Beth se suicidó por ello, aunque no tenía mucho sentido ya que decían que el cuerpo había sido cortado ¿cómo podría cortarse ella todo el cuepo sin morir en el intento? ¿Y cómo, la inocente Beth, podría ocurrírsele semejante barbaridad? Ella no se suicidaría, tenía una buena vida y varios amigos.
Los policías, luego de encontrarla muerta, hicieron una búsqueda del posible asesino de la pobre Beth, pero al cabo de una semana, sin hayar pistas, decidieron dejar el caso como un suicidio, aunque todos sabían que no era así. Porque era imposible cortarse partes del cuerpo sin morir antes. Beth no era tan fuerte.
Beth iba de paseo por la zona abandonada de Silent Hollow, sola. Ella no quería que alguien la acompañase, porque por más que sus amigos insistieran, no iba a llevar a nadie a su lado. Entonces, ella comenzó a caminar hacia allí mientras sus amigos la veían irse. Se le veía decaída, aunque ellos no quisieron preguntar. Debieron hacerlo. Mientras Beth caminaba por el largo pasto verde, vigilando no encontrarse con alguna serpiente, chocó con un hombre. Alto, flaco, de cabello y ojos castaños, de aspecto normal. ¿Quién sospecharía que él pudiese matar a alguien?
Él llevaba una maleta en su mano, y Beth empezó a tener miedo. ¿Quién era él? ¿Por qué nunca lo había visto? ¿Qué hacía con esa maleta en medio de la nada? Que, en realidad, no era la nada. Era solo un simple prado por dónde se podía ir a la zona abandonada de Silent Hollow, que no se encontraba tan lejos, y si Beth mirase para atrás, todavía vería a sus amigos observándola con ese señor.
Beth tenía una expresión de sorpresa mientras examinaba al hombre. ¿Quién era? ¿Por qué no lo conocía? Ella conoce a todos los de ahí, ¿por qué no a él? ¿quién sería? ¿un visitante?
De todas formas, guardó silencio y se presentó. Elizabeth Galburd, dijo. Adoptando el apellido de soltera de su madre, si él terminaba siendo un psicópata, ella podría huír y esconderse en algún lado. Si él preguntaba en su barrio por ella, nadie sabría qué responderle porque por allí no había una Elizabeth Galburd.
—Dr. Williams. —Se presentó él, estirando su mano para que Beth pudiera saludar.
¿Doctor? ¿El señor era doctor? ¿De dónde había salido? ¿Era nuevo por aquí? Porque los últimos doctores que llegaron a esa zona fueron Throubles y Phillips, hace dos años. Nadie había dejado el hospital, así que ¿qué hacía él aquí? ¿Qué haría acá? ¿Vendría de la zona abandonada? ¿Dentro de su maleta llevaba cosas de médicos?
—¿Doctor? —preguntó inocentemente Beth, mirándolo boquiabierto. El hombre sonrió un poco, mirando hacia el suelo y sonrió. No era muy viejo, tendría unos 30 años. Y era atractivo. ¿Qué clase de doctor guapo y joven vendría a trabajar a Silent Hollow?—. ¿Cuándo llegaste?
—Hoy. Mi autobús me detuvo de alguna manera en dónde no había nadie —dijo él, mirándola a los ojos—, pensé que no existía realmente este pueblo. Entonces fue cuando volteé —entrecerró sus ojos— y vi las casas de ahí. Decidí arriesgarme a ir hacia allí, total, si no había nadie ¿qué podría pasar? Sería lo mismo. —Ella se cruzó de brazos sin saber qué hacer—. Y bueno, voy camino hacia allí. ¿Qué haces aquí?
—Voy hacia...allí —tartamudeó Beth al quedarse sin aire. Señaló a la zona abandonada y él volteó. Sonrió satisfecho y la miró.
—¿Irás sola? —preguntó él, ella bajó la mirada y asintió. Él volvió a sonreír—. ¿No quieres que te acompañe? —Ella levantó su cabeza y lo miró fijamente, estupefacta. ¿Por qué él querría perder su tiempo en ella?
—¿N...no tienes que ir al barrio a trabajar? —preguntó ella, inocentemente. Levantó sus ojos para ver los ojos de él observarla fijamente y luego despegar la vista, ella lo siguió mirando mientras él en esos segundos pensaba.
—Me esperaban para mañana —dice él, con voz ronca. Se aclara la garganta mientras regresa la vista a Beth—. Así que puedo acompañarte para que no estés sola y no te dé miedo...
—No lo sé, mi madre me dijo que no hable con extraños y que mucho menos esté con ellos. —Retrocedió unos pasos, mirándolo con miedo luego de haber recordado que era un extraño que, aparte de ser doctor, podría ser un asesino.
—Pero si ya me hablaste y ya estás conmigo —dice él, acercándose a ella.
Beth voltea a mirar a sus amigos, ya se habían ido de allí, excepto Ben. Él era muy callado y no iría corriendo si Beth le gritase, además, si el doctor fuese asesino. No dejaría que ella gritara porque la golpearía antes, o la arrastraría hacia su lecho de muerte.
«Pero no, él es doctor. Él salva vidas. Él parece buena gente.» Pensó Beth cuando regresó la vista al hombre que estaba frente a ella. Para la segunda vez que miró a su amigo, ese la miraba fijamente a lo lejos, preguntándose si debería ir con ella ahora o quedarse ahí mirando al hombre que está frente a ella
—¿Qué haces, Ben? —dijo Lily cuando lo encontró todavía sentado cerca de los pastizales, miró hacia dónde él observaba y se encontró con que Beth la estaba mirando, indecisa—. Con los chicos vamos a ir a elegir nuestros distraces ¿no vienes? —Apartó la vista de su amiga y lo miró—. Vamos, Ben. No quiere estar con nosotros, después le hablas.
—Está bien, pero no confío en ese hombre que está con ella —dice él poniéndose de pie, todavía mirando a su amiga con ese hombre—. Voy a ir con ella.
—No, Ben. Déjala, debe de ser algún pariente —dice Lily, mirándolo. Ben tenía los labios levemente separados mientras miraba hacia el hombre que hablaba con su Beth—. Vamos. —Lily tomó la mano de Ben y empezó a caminar mientras él seguía observando al hombre, segundos más tarde, él había apartado la vista y ella caminaba con el hombre hacia la parte abandonada del barrio.
—Así que... es doctor —dice ella, caminando a su lado.
El hombre frunció el ceño al tener que volver a responder a la misma pregunta. Asintió mirándola y luego sonrió. A los pocos minutos llegaron a lo abandonado, y Beth se preguntó por qué lo llevó hacia ahí. No había nada que pudiera hacer con él ahí. Ella solo pensaba en sentarse en el suelo y mirar hacia todas partes.
—Vamos por acá —dice el Dr. Williams, guiando a Beth hacia una casa abandonada que no quedaba muy lejos.
¿Qué hacía él, que recién llegaba, guiándola a ella que ha vivido sus 15 años en el mismo lugar? Ella miró la casa que el Dr. Williams le había señalado, es pequeña y está toda desecha. ¿Por qué él quería que ella vaya hacia ahí? ¿Que esperaba encontrar? ¿Cómo sabe qué hay adentro si acababa de llegar?
—N...no —tartamudeó Beth, nerviosa. Su expresión ahora era de pánico y miedo, un desconocido quería que se metiera dentro de una casa abandonada. Claramente, él buscaba algo—. Mis padres deben de estar preocupados, me tengo que ir.
Se dio media vuelta y empezó a caminar rumbo a sus amigos que ya se habían ido. Cuando escuchó algo precipitarse sobre ella. Era él, el dr. Williams.
Ella gritó y pataleó al hombre que estaba sobre ella, pero él no se movía. Ella pensó que pudo haberse muerto haciendo fuerza, y comenzó a gritar más fuerte. Él le gritó que se callara y colocó su brazo alrededor de su cuello. Parecía que la estaba abrazando, aunque claramente, así no era.
Entraron finalmente a la casa dónde principalmente el dr. Williams quería ir. Estaba completamente desecha, todo gastado, cuadros doblados, muebles fuera de lugar. ¿Quién habría hecho eso? Las casas estaban bien cuando los residentes de esa zona se fueron, o al menos, algunas. ¿Por qué destruirían la casa?
El hombre sostenía ahora la nuca de Beth con su mano izquierda, mientras que con la derecha buscaba alguna herramienta en su bolisllo. Beth caminó un poco más deprisa y el dr Williams la sostuvo con mucha más fuerza. Ella gimió del dolor y se detuvo.
—Camina —le ordenó el hombre, tomando una cuchilla que había sobre una mesa. La colocó sobre la cabeza de Beth y luego apretó un poco. Ella al sentir la punta fría contra su cabeza obedeció—. Sube las escaleras.
Él soltó la cuchilla un poco, y la observó un poco. Esa no era su cuchilla, estaba desafilada. Beth al sentir que no la intentaba matar en ese momento, apuró el paso y empezó a correr escalera arriba hacia alguna habitación para refugiarse. Forzó una puerta y cuando pudo abrirla, la mano del dr. Williams la cerró. Ella volteó asustada, estaba pálida y el labio inferior le temblaba. Él clavó la cuchilla en la madera de la puerta y colocó su brazo izquierda a un lado de la cabeza de Beth, impidiéndole la salida.
—Ahora, no te muevas ¿de acuerdo? —dice él, muy cerca del rostro de Beth—. Tendrías que hacerle caso a tu madre. No hablar ni estar con extraños —dijo, lamiéndose los labios—. Ya aprendiste la lección ¿cierto?
¿Esto era para que aprendiera? ¿No intenta matarla? Ella suspiró un poco aliviada y asintió, pensando que él la iba a dejar ir mientras reía. Pero no, él no se movió. Se quedó quieto, frunciendo el ceño. Posiblemente esté pensando por qué Beth estaría aliviada.
—Qué mala suerte que no estés con vida para no repetirlo. —La expresión de ella volvió a cambiar, si antes estaba tranquila, ahora estaba inquieta. En pocas palabras, él dijo lo que ella no quería oír.
La iba a matar.
Él se separó un poco más, luego de advertirle que moriría de una incómoda manera si se movía. Por lo que Beth asintió con nervios mientras el dr. Williams caminaba por el pasillo observando cada puerta de madera que había allí. Cuando por fin abrió la puerta, miró hacia Beth para confirmar que no había escapado, abrió la puerta y entró.
Beth lo miró confundida ¿por qué entraba ahí y dejaba la cuchilla? No lo pensó dos veces y salió corriendo escaleras abajo mientras el dr. Williams hacía algo en esa habitación. No se detuvo a pensar en que quizás no la dejara vivir y la matara antes, pero tenía que huir de ahí lo más rápido. No podía morir hoy, no podía morir allí.
Llegó a los pastizales corriendo y pudo ver las casas, corrió más rápido mientras gritaba que la ayudaran, aunque honestamente, sabía que no podían oírla. Sabía que si el dr Williams la persiguiera la atraparía y no podría oír.
—¡Algui...!
Entonces algó golpeó su cráneo, haciéndola caer sobre el pasto. ¿Con qué la había golpeado? ¿Le tiró alguna piedra o un hacha? Miró desde el suelo hacia el barrio, nadie parecía haberse dado cuenta de sus gritos, aunque no fueron muy fuertes. Sintió sus ojos entrecerrarse, aunque no quería, parecía estarse adormeciendo.
Sintió un líquido espeso por su cabeza y a los segundos por su brazo, movió un poco la cabeza hacia su brazo. Era sangre. ¿El dr Williams la había alcanzado? ¿Qué le había lanzado? Antes de que ella pudiese mover su brazo para quitar la posible hacha que el dr Williams tiró, dejó de sentir todo.
Él caminó hacia ella, y al llegar a su lado, se hincó observándola. ¿Ya murió? Quitó la cuchilla de su cabeza y le acarició el cabello, susurrando algunas palabras. Más sangre salió y a él no le preocupó, simplemente la sostuvo y la dejó caer sobre su hombro, llevándola nuevamente a esa casa.
—Todo pudo haber sido distinto ¿sabes? —dijo él, aunque ella ya no podía oírlo.
Una semana más tarde, todos estaban preocupados por la desaparición de Beth. Sus padres prácticamente se vuelven locos al ver que ella no regresó de su paseo. Sus amigos, más Ben, la buscaban y gritaban su nombre a diario, esperando que ella volviera. Pero no.
Una tarde, la Sra. Town fue a depositar la basura en el contenedor del barrio. Y en cuanto abrió la tapa del elemento de plástico, varias moscas salieron de ahí. Ella cerró el contenedor de inmediato al sentir el fuerte olor descomponedor. Dejó las bolsas en el suelo, se tapó la nariz y abrió nuevamente. Para encontrarse, esta vez, con el cuerpo de Beth mutilado dentro.I wanna protect you
Ficha aceptada
Ay Dios, decir que amé tu shot es poco. Fue tan... tan increíble, de verdad una de las mejores cosas que leí en el foro hasta ahora. Personalmente me gustan las historias de crímenes, pero tu forma de narrar es increíble. Además, no encontré ningún problema con la ortografía y (esto debo decirlo) usas el guión largo de diálogo ;)
Bien, no tengo más nada para agregar porque ya lo dije todo lol ¡Ya estás participando, suerte!
Bien, no tengo más nada para agregar porque ya lo dije todo lol ¡Ya estás participando, suerte!
Diamandis.
Re: Somewhere after the death |n.c | ¡Resultados!
Conny Carter escribió:
Leighton Littrell.>Nombre del personaje femenino: Leighton Littrell Dorough.
>Representante: Kylie Jenner.
>Causa de muerte: Suicidio.
>Chico: Niall Horan.
>Escrito de tu autoría:
- Capítulo de ene cé que nunca se hizo (?).:
— ¿Crees que es una buena idea hacer esto, Chris? —le pregunté con inseguridad a la rubia.
—Tú cállate y ayúdame a llevar estos amplificadores —me respondió Christina, mientras arrastraba un carro con unos tres amplificadores.
— ¿Qué llevas en la mochila? —señalé disimuladamente la mochila rosa que llevaba colgada en su hombro derecho, mientras la ayudaba a empujar el carro.
—Tu micrófono y unas extensiones de cable para conectar los amplificadores —se encogió de hombros.
— ¿Enserio crees que me dejarán cantar en medio de la plaza de comidas del centro comercial?
—No..., ¿pero quién dijo que teníamos que pedir permiso? —preguntó con su mirada maliciosa.
Esto no me gustaba para nada, regularmente cuando Christina tenía algún "plan", nos iba mal. Desde que tengo siete años soy amiga de ella, y desde los siete años he empezado a meterme en problemas. El primer problema en el que me metí, fue cuando Christina me pidió que la ayudara a teñir su cabello, no todo, pero sí algunas mechas y puntas. Su madre nos atrapó, y le dijo a mi mamá, ese día recibí mi primer castigo. Y el más reciente fue cuando, antes de salir de la universidad, a la profesora de historia, la señorita McCann, le lanzamos pintura verde en la cabeza, pero mi mamá se cansó de intentar hacerme cambiar mediante castigos, por lo que no me dijo nada.
Se suponía que yo sería abogada, pero no terminé lo suficientemente bien la universidad como para conseguir un trabajo decente. Cuando me enteré de esto, le pedí ayuda a Christina, me di cuenta de que sería una mala idea cuando vi el brillo de maldad que desprendían sus ojos.
Ella tampoco terminó muy bien la escuela de derecho, pero que tenía otros planes para poder trabajar. Quiere ser bailarina, baila bien, por lo que creo que podrá trabajar y ganar bien. Espero que sus planes resulten, incluyendo el que está haciendo conmigo, ese espero que funcione bien.{***}Íbamos entrando a la plaza de comidas del centro comercial, cuando me di cuenta de nuestro primer problema, la excesiva cantidad de guardias que circulaban por allí. Después de sufrir más de diez robos en un mes, el centro comercial decidió hacer extremadamente grande su seguridad, contratando a más del doble de los guardias de seguridad que había anteriormente.
—Chris —la tomé del brazo, deteniéndola para que no siguiera arrastrando su carro—, ¿no crees que los guardias nos arrestarán después de esto?
—Para empezar, mi querida Jean —ella sabe que odio que me diga por mi segundo nombre—, los guardias no arrestan, esos son los policías —iba a decir algo, pero ella levantó su dedo, como diciéndome que guardara silencio—. Y segundo, cuando salgamos de aquí serás una pequeña estrella que será grande pronto —me sonrió sinceramente.
Aunque siempre me metiera en problemas por esta rubia teñida, la quería mucho, siempre estuvo allí para mí, y eso la hace muy especial. Nadie se compara a mi Chris, porque es mía, y ella lo sabe.
—Muévete, ayúdame a subir los amplificadores a la mesa de allí —señaló la mesa que estaba en la mitad de la plaza de comidas, era la más grande, y era un milagro de que estuviera vacía.
— ¿Qué día es hoy? —pregunté extrañada mientras veía a varias personas corriendo de un lado para otro.
—26 de diciembre, el día de cambio de regalos —la mire interrogante—. Ya sabes, cuando te dan una camiseta que no era de tu talla y quieres cambiarla en la tienda. Va a haber mucha gente aquí, así que decidí aprovechar éste día para ayudarte.
—Oh, interesante —murmuré más para mí que para ella.
—Pásame la extensión de cable naranja, por favor —pidió. Yo obedientemente se la pasé.
Y vi como ella montaba "mi show". Me preocupaba que algo malo saliera, sinceramente no tenía ganas de hacerlo, pero tal vez mis presentimientos eran falsos y algo saldría bien.
—Listo —sonrió satisfecha viendo como había montado todo—, ahora súbete a la mesa y canta.
—Ni que estuviéramos en mi casa —reí un poco ante mi propia broma, suerte de que ella también rió, sino hubiera sido patético. Me subí a la bendita mesa, y ya había empezado a captar miradas— oh, Dios mío —susurré nerviosa para mí misma, ya había empezado a sudar de los nervios.
—Toma —me sonrió mi amiga, pasándome el micrófono adornado con la bandera de Inglaterra—. ¡¿Qué vas a cantar?! —preguntó de repente, alarmada. Mierda, no habíamos planeado lo más importante, la canción.
— ¿Trajiste el disco que tenía en mi cama? —recordé que esa mañana había dejado un disco con algunas canciones instrumentales mías, y le dije a Christina que si se le daba la gana, lo trajera.
—Sí —dijo—, ¿lo pongo en la laptop? —se mordió el labio, con miedo.
—Hazlo —le dije, más decidida que nunca.
Puso el disco, y la primera canción que salió fue "Hit Me Baby One More Time", ésta me gustaba mucho, sería fácil. Le hice con una seña que le pusiera pausa, y que la empezara a poner desde el principio cuando yo le dijera.
—Hola a todos —hablé por medio del micrófono, todos los que estaban en aquél piso del centro comercial dejaron sus compras de lado, y se acercaron a mí, rodeándome, y casi aplastando a Christina, la cual se tuvo que sentar en la mesa para que no le pasara algo malo a ella—, soy Natalie, y quisiera cantarles un poco —encarné una ceja con arrogancia, sí, estaba entrando en el papel que me dijo Christina, ojalá funcione—, Christina, por favor —ella me hizo caso y le puso a la canción.
La música empezó a sonar, y gran parte de la gente se hizo para atrás, dándose cuenta de que los amplificadores tenían mucha potencia. Luego de eso, sólo me dejé llevar por la emoción del momento.{***}—Hit me, baby, one more time —finalicé la canción, sin darme cuenta ya había atraído a medio centro comercial hacia donde yo estaba. Hasta algunos guardias estaban allí. Todos me empezaron a aplaudir, y me acerqué victoriosa la borde de la gran mesa, Christina me esperaba con su mano extendida, la tomé y bajé felizmente.
La gente se empezó a dispersar, poco a poco, pero algunos se quedaron a alagarme, no estaba muy cómoda con ello, no lo sé, pero nunca me ha gustado ser alagada.
Cuando por fin fui libre, Christina se me acercó con una sonrisa. Se notaba que ella estaba feliz, casi más feliz que yo, pero no creo que sea posible.
—Salió genial.
—Gracias, pero todo fue gracias a ti —sonreí.
—Lo sé, agradécele todo a esta rubia teñida con mechones negros —se señaló a sí misma. Si algo no le faltaba era ego y vanidad.
—Cállate y mejor desmontemos todo —la golpeé ligeramente en el brazo, empezamos a guardar todo, cuando siento que alguien me toca el hombro levemente, me doy la vuelta y veo a una linda chica sonriéndome—, ¿necesitas algo? —pregunté amablemente.
—Alguien te busca, y me pidió que te avisara para que fueras con él —sonrió.
—Oh, ¿quién?
—Él —señaló a un rubio que miraba su celular despreocupadamente, muy lindo, tenía que admitir.
—Chris, vuelvo en unos instantes —informé, sin mirar a la aludida.
— ¿A dónde vas? —me miró con curiosidad
—Él quiere hablar conmigo —mire en dirección a mi amiga, y señalé al chico con mi pulgar.
—Es lindo —admitió mirándolo de arriba a abajo. Por suerte que no nos estaba viendo, sino me moría de vergüenza en ese instante.
—No lo mires, yo lo aparté desde que lo vi.
—Como quieras, miss simpatía —levantó sus manos en forma de derrota, y siguió acomodando las cosas. Me acerqué al rubio, y en cuanto iba llegando hacia él, me miró, gracias a Dios que no me desmayé en aquél instante en que esos ojos verdes se posaron en mí.
—Hola, soy Natalie, ¿tú me buscabas?
—Sí, te buscaba, soy Lance Bass —al escuchar su voz grave, se me puso la piel de gallina, literalmente—, soy manager musical, y acabo de ver tu actuación, y sorprendes mucho, linda. Y me preguntaba si te gustaría trabajar conmigo —iba a decirle que sí inmediatamente, pero él me interrumpió—, no es necesario que me respondas ahora, piénsalo, y me dices tu decisión el viernes, tienes exactamente tres días para pensarlo —sacó algo de su bolsillo trasero—, ten, mi tarjeta —la tomé, sin decir nada y le di una rápida mirada a la tarjeta—, mándame un mensaje con tu dirección a mi celular, para irte a buscar el viernes y hablemos bien en mi oficina, espero que trabajemos juntos pronto, Jean —me guiñó el ojo para luego desaparecer de mi vista. ¿Cómo sabía mi segundo nombre?
— ¿Quién era? —preguntó de repente Christina, me sobresalté al escuchar su voz.
—Un manager musical.
—No me digas que... ¿quería ser tu manager?
—Sí... Eso creo —dudé.
— ¿Qué le dijiste?
—Nada, me dijo que lo pensara y que el viernes le daré mi decisión.
—Vas cada vez mejor Kitt, ahora vamos a casa.
Ficha aceptada
Bueno no hay mucho para decir, salvo que escribís hermoso y que no tenes ninguna falta a la vista. Por cierto (ya voy a parecer muy pesada repitiendo esto) utilizas es guión de diálogo lo que es genial ;) Qué lastima que esta enecé nunca se hizo porque estoy segura que la hubiera leído. Anyway, ¡ya estas participando, suerte!
Diamandis.
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