♡Knives and Pens.

La seducción debe servirse de la provocación.

El amor es poesia, es magia, es locura...

Es poesia porque es precioso e intentamos que sea perfecto (como todo buen verso).
Es magia porque es misterioso e inexplicable. Y es locura, simplemente porque es asi; porque nos vuelve locos.

(Hace que hagamos estupideces, que sintamos cosas increibles, que experimentemos sensaciones nuevas que cuando no estamos enamorados, no podemos ni siquiera imaginar...).

Some people believe in God, I believe in Music...

No lamentes nada de lo que hagas, porque al final, eso es lo que hace que seas lo que eres...

Es necesario vivir para soñar, pero también es necesario soñar para vivir...

- ¿Sabes qué, Hector? Dicen que el rey Carlos I solía repetir: "Hablo en español con Dios, en italiano con las mujeres, en francés con los hombres y en alemán con mi caballo”.

- Y supongo que como siempre, eso te habrá hecho pensar alguna incoherencia...

- ¡No seas bobo!, sólo me he puesto a pensar qué haría yo:
No me veo manteniendo una conversación con Dios, soy más del “Some people believe in God, I believe in Music”, así que supongo que en estos casos hablaría en inglés. ¿Con las mujeres? Es algo práctico, no tengo más pretensiones que las de comunicarme, así que me declino por el español para hablar con ellas. Pero… ¿y con ellos? ¡Ah!, aquí la cosa cambia... Probablemente quiera gustar, conquistar, hacer reír, enamorar…(todo depende del individuo, claramente); pero por eso de no hacer distinciones, elijo el italiano para comunicarme con los chicos. ¿Con mi caballo? Muy bonitos, pero yo no tengo un caballo al que susurrarle... Así que dame un chico y yo intentaré comunicarme con él, del mejor modo posible; le diré “hola” en español, le hablaré en inglés (porque ¡oh dios! como me gustan las voces de los ingleses… esos tonos graves…), le susurraré en italiano, le cantaré en francés y le diré “adiós” en alemán… tschüss, tschüss…

- ¿Tengo que entender que vas a ponerte a buscar un chico con el que refrescar idiomas y poner en práctica tu teoría?

- ¿Bromeas?, tienes un inglés perfecto y sabes que nadie responde a mis susurros como tú...

Nos enseñan (nos meten en la cabeza) que para ser feliz hay que alcanzar una serie de metas. No nuestras propias metas; unas metas estándar que lo mismo valen para unos que para otros. A pesar de que en la variedad esta el gusto y de que (gracias a dios; o a algo) no somos todos iguales, nos hacen creer que una serie de cosas servirán para proporcionarnos la felicidad a todos. Ahora entiendo que haya tanta gente que se siente insatisfecha, incluso desgraciada con su vida; puede que tengan muchísimos elementos para ser felices, pero no han alcanzado todo aquello que se proponían (que les habían hecho proponerse) y sienten que de algún modo no han cumplido. Puede que tengan instantes de felicidad, pero al pensar en lo que no tienen (cosas que quizás si nadie les hubiera dicho que necesitarían, no se habrían planteado necesitar para estar bien), caen de nuevo en la amargura; en esos momentos de frustración que todos tenemos.
Naces, creces, estudias (MUCHO, y si es una carrera, mejor), te buscas un buen trabajo (bueno no porque te guste mucho o porque hagas un bien a la sociedad; bueno porque ganas mucho), te buscas una pareja estable (esto puedes haberlo hecho por el camino, pero a poder ser sin despistarte demasiado), te casas (mira que si te “arrejuntas” como dicen las abuelas, no es lo mismo), tienes hijos, sigues ascendiendo en tu trabajo, tienes una buena casa, si puedes pasas a un buen coche… ¡ah! y procura irte de vacaciones todos los años (si tienes una casa de vacaciones, cerca del mar, mucho mejor).

La verdad, esa vida que nos ofrecen, me parece SOBERANAMENTE aburrida. Estoy de acuerdo en que es bueno estudiar, pero ese es mi caso; para alguien que prefiere mil veces armar y desarmar un motor que estar ante un libro, pienso (sin lugar a dudas) que debería pasar muy mucho de ir a la facultad y debería ponerse a trabajar en un taller… ¿Nadie se da cuenta de que electricistas, mecánicos, peluqueros, fontaneros, etc. son necesarios?, ¿Vamos a hacerles estudiar derecho para que acaben cambiando ruedas que era lo que desde un principio querían?

El amor… sin duda, es algo que considero importante para ser feliz, pero no creo que deba encontrarlo en un momento determinado, ni que tenga que casarme con esa persona en el momento en que la sociedad lo imponga…

Todos conocemos a alguien que cumple con todas esas “metas” señaladas arriba… ¿de verdad es feliz? Pues puede que haya algunos que sí, pero otros muchos están hasta la puñeta de una vida que ni les va ni les viene y de todo el esfuerzo que han puesto en conseguir algo que no les llena….

Quién me dice que ahora, en unos años, acabo la universidad (porque quiero, no porque me lo impongan) y en vez de buscarme un trabajo, cojo y me subo a una furgoneta. Recorro el mundo, parándome dónde quiera en el momento en que quiera, pasando el tiempo que me parezca en cada lugar… Conociendo gente, conociendo costumbres, conociendo lugares; aprendiendo. Enamorándome, disfrutando ese amor hasta que dura, sin más pretensiones que amar y sentirme amada. Sacando fotos a todo lo que me haga soñar, escribiendo, capturando más amaneces, bañándome en el mar de noche… Sin un sitio fijo, sabiendo que “mi Ítaca” me espera…

Puede que justo en el momento que decida dar la vuelta, me encuentre un chico que haya estado haciendo lo mismo que yo, me enamore, volvamos juntos… a mi Ítaca, a la suya… o la que será la Ítaca de nuestros hijos…

Porque puede que sepa que es él… ¿y ahora qué hacemos? Hemos aprendido idiomas, y lo que no son idiomas… hemos aprendido de la vida; de “las vidas”, porque hemos estado en muchos lugares…

Siempre podemos buscar un trabajo relacionado con lo que estudiamos… ¡espera! él no ha estudiado, pero es un gran fotógrafo… Podemos vender nuestras fotos, nuestros escritos… contar lo que hemos vivido… y así, poco a poco ir saliendo a flote; sin casa en la playa… sin un mercedes… pero siendo felices a nuestra manera.

¿Y cuándo eso no interese a nadie (si es que le ha interesado a alguien en algún momento? Pues… siempre nos quedará escribir una novela, contando nuestra atípica historia…

Y cuando ya no haya más que exprimir de nuestros viajes… sabré que aún así habrá merecido la pena porque he enriquecido mi alma y lo he conocido a él…

Al fin y al cabo, siempre habrá tiempo para ser “normales”, o para fingir serlo…

"Utiliza la sombra. Lee, sueña, descansa, diviértete. No cedas a la desesperación. Usa tus sueños. Y si están rotos, ¡pégalos! Un sueño roto bien pegado puede volverse aún más bello de lo que era. Ama las cosas. ¡Estás vivo! Y lucha solo: de ahí saldrá tu fuerza interior."

Debajo del mar están las nubes...

Se han empeñado en decirme que no existe el amor tal y como yo lo anhelo... Es cierto que soy romántica, es cierto que sueño mucho (más de lo que debería, dicen), que no lo encuentro y que por lo que veo no abunda...
Pero yo he visto muy poco; soy joven y no he recorrido el mundo entero...
"Esos poetas con los que sueñas no existen; sus vidas apasionadas y extraordinarias, no fueron tales. Deseas lo que las películas y los libros te han mostrado, es ficción."
No lo creo... Las biografías están ahí, muchas veces escritas por contemporáneos o por el propio autor. Puede que se permitan alguna "licencia poética" pero... ¿por qué habrían de mentirnos?, ¿por qué inventarse una nueva vida cuando la de ellos ya era "perfecta"? Con más o menos problemas, era la vida de un genio; eso convierte una vida en inmortal... ¿Qué más podrían pedir?
Además, las obras están ahí; datadas, firmadas... Aún en el supuesto de que sus vidas no fuesen tal y como nos han llegado... ¡Los poemas están ahí! Y me niego a pensar que todo lo que en ellos aparece es ficción; nadie puede describir un sentimiento que no ha experimentado. Por tanto, el amor en el que creo, existe. O al menos existió...
Pero me niego a pensar que ya no quedan poetas...

En el París de mediados de los cincuenta, las cosas eran distintas...
Yo contaba con veinte años, mi escritor tenía treinta y cuatro y el nuevo pintor diecinueve...
Por mi corta edad, podría haber sido una niña estúpida e inexperta, pero no era el caso. Vivía con un hombre mayor que yo, un escritor consagrado y de éxito, alguien atractivo tanto física como intelectualmente. Éramos amantes, y con esto no quiero decir que él tuviese una mujer y yo fuese "la otra". En el París de aquel momento y en los círculos artísticos e intelectuales en los que nos movíamos, evitábamos el matrimonio, no hablábamos de noviazgos y nos limitábamos a amar, sin más etiquetas; erámos amantes, éramos compañeros...
Tenía todo lo que siempre había soñado: libertad, amor, felicidad, me movía en un ambiente lleno de artístas... Y fue en ese ambiente en el que lo conocí a él; era un joven atractivo, carismático, recién llegado a París pero con cierta fama adquirida gracias a sus pinturas en su Londres natal.
Tenía una mirada seductora y un aura atrayante, la magia de quien se sabe irresistible y existoso. Él admiraba al escritor, por ende, yo le resultaba aún más apetecible. No era una conquista más, podría haber tenido a cualquier belleza de la capital francesa, pero él me quería a mí; a la mujer que había encandilado a uno de sus ídolos (alguien, que por otro lado, no era fácil de contentar...).
Me invitó a su estudio y allí me presenté; me había recomendado llevar ropa cómoda "adecuada para poder pintar con él, sin miedo a estropearla...". Llegué, me dio dos besos, me enseñó su ático, sus cuadros, sus bocetos y me llevó frente a un lienzo enorme, apoyado contra la pared y que ocupaba gran parte de ésta. Empezó a mezclar colores en el centro, me pidió que colaborase y con mis manos empecé a extender la pintura sin mucho sentido; así comenzó un juego de manos entre ambos. Movidos por la pasión del momento, notando el tacto líquido y frío de la pintura, que contrastaba con el calor que sentíamos. Allí, contra aquel lienzo apollado en la pared, dimos rienda suelta a la pasión... Cuando al fin tuve ojos para algo más que él, nos contemplé a nosotros, contemplé la escena... Éstabamos llenos de pintura; nuestras manos, cuerpo, cabellos... y además; habíamos esparcido la pintura en el lienzo. Podía observarse un borrón, el lugar donde había estado mi mano, su pierna, su mano, mi cara...
Era extraordinariamente bello, lo miré a él, que también contemplaba la obra, nuestra obra; fruto del amor, o la pasión, de ese Je ne sais quoi...
Con la pintura que quedaba en mis manos, escribí con los dedos, al lado del gran borrón central: LOVE.
Me duché, nos despedimos y por respeto al escritor, nunca más volvimos a vernos a solas. Años después, me enteré de que esa obra había alcanzado un gran valor en el mercado; por supuesto nadie conocía el verdadero significado, pero se rifaban sus cuadros. Fueron muchos los que establecieron teorías sobre lo que en él se reflejaba, pero el pintor jamás se molestó en desmentirlas... Nunca habló demasiado de esa obra y quizás fue eso lo que acrecentó su fama.
Poco antes de morir, confesó la verdadera historia del cuadro; por respeto a mí y al escritor (con el que había entablado una bonita amistad con el paso de los años), no dio nombres. Pero confesó la historia tras los trazos del lienzo y dijo que aquella mujer había sido el único y verdadero amor de su vida.
Así, comprobé que tras el joven Don Juan por el que yo había sentido algo tan intenso (algo que había ocultado y callado en mi interior durante casi cuarenta años), había un hombre totalmente enamorado de mí...
Ya se sabe que los amores imposibles o no correspondidos, son los que más duran...