Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Química Perfecta {Zayn Malik y tu}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 5 de 6. • Comparte
Página 5 de 6. • 1, 2, 3, 4, 5, 6
Re: Química Perfecta {Zayn Malik y tu}
Capítulo 010
Vaya, esto sí que es fuerte. Estamos en el despacho del director. Aguirre y Peterson a un lado, y la señorita Perfecta y el gilipollas de su novio al otro... y yo plantado aquí, solo. Nadie está de mi parte, eso es obvio.
Aguirre carraspea antes de aseverar:
- Zayn, esta es la segunda vez en dos semanas que estás en mi despacho.
Eso sí que es un buen resumen. Este tipo es un verdadero genio.
- Señor -digo. Le sigo el juego porque estoy harto de que la señorita Perfecta y su novio controlen a todo el jodido instituto-. He tenido un pequeño percance durante la comida y se me han manchado los pantalones de grasa. Pero en lugar de faltar a clase, he pedido a un amigo que me busque estos para cambiarme -le explico, señalando los vaqueros nuevos que Paco ha conseguido encontrar en mi casa-. Señora Peterson -digo, volviéndome hacia mi profesora de química-. No podía permitir que una pequeña mancha me obligara a perderme una de sus valiosísimas lecciones.
- No intente convencerme, Zayn -resopla Peterson-. Está aquí por sus payasadas -continúa, alzando la mano al aire. A continuación, mira a ___________ y a Colin como si les invitara a atacarme, hasta que finalmente añade-: Y no crean que ustedes dos han actuado mucho mejor.
_______ está conmocionada por la reprimenda, aunque parecía divertirse mucho cuando la señora P. me recriminaba a mí.
- No podemos ser compañeros -espeta la señorita Perfecta.
Colín da un paso adelante.
- Puede hacer el proyecto con Darlene y conmigo. -Casi se me escapa la risa cuando veo la reacción de la señora P. ante el comentario de Colin. Se le han enarcado las cejas en un gesto tan exagerado que parece que, en cualquier momento, vayan a salírsele de la cara.
- ¿Y qué les hace creer que son tan especiales como para pensar que voy a cambiar la organización de mi clase? -¡A por ellos, Peterson!
- Ya me encargo yo -interviene Aguirre, antes de señalar una foto de nuestro instituto enmarcada en la pared. Los chicos de la zona norte no tienen tiempo de responder a la pregunta de la señora P. porque Aguirre prosigue-: Chicos, el lema del Instituto Fairfield es "La diversidad genera conocimiento." Si se les olvida en cualquier momento, está grabado en la estela de piedra de la entrada principal, así que la próxima vez que pasen por allí detenganse un momento para pensar en el significado de esas palabras. Puedo asegurarles que mi principal objetivo como nuevo director es recomponer cualquier brecha que se haya abierto en la política del instituto y que amenace con invalidar ese lema.
De acuerdo, así que la diversidad genera conocimiento. Sin embargo, yo añadiría que también genera odio e ignorancia. Lo he visto con mis propios ojos. No me apetece manchar la visión de color de rosa del lema al que Aguirre hace referencia, porque empiezo a pensar que nuestro director cree realmente en todas las estupideces que le salen por la boca.
- El director Aguirre y yo estamos de acuerdo. Teniendo eso en cuenta... -Peterson me fulmina con una de sus miradas, que con toda seguridad debe de ensayar frente al espejo-. Zayn, deje de provocar a _______ -insiste, pero luego lanza la misma mirada a los dos chicos que están al otro lado del despacho-.________, deja de comportarte como una diva. Y Colin... ni siquiera sé qué rol tiene usted aquí.
- Soy su novio.
- Entonces les agradecería que mantuvieran su relación fuera de mi clase.
- Pero... -empieza Colin.
Peterson le corta en seco agitando una mano- Ya es suficiente. Nosotros hemos acabado y ustedes también.
Colin coge a su diva de la mano y los dos salen del despacho.
Justo cuando me propongo hacer lo mismo, Peterson me agarra del codo.
Me detengo y la miro a los ojos, reparando en la simpatía grabada en su expresión. No me hace nada de gracia.
- ¿Sí?
- Ya te he calado, ¿sabes?
Necesito borrarle esa mueca afectuosa de la cara. La última vez que un profesor me miró de ese modo, fue en primer curso, justo después de que le dispararan a mi padre.
- Solo llevamos dos semanas de clases. Quizás quieras esperar un mes o dos antes de hacer una afirmación como esa.-le digo.
Ella suelta una risita y prosigue
- No llevo mucho tiempo enseñando, pero he visto en mis clases a más Zayn Malik de los que verá la mayoría de los profesores en toda su vida.
- Pensaba que era único -digo, llevándome la mano al pecho-. Me ha ofendido profesora.
- ¿De verdad quieres ser único, Zayn? Pues termina el instituto, gradúate y ve a la universidad.
- Ese es el plan -digo, aunque es la primera vez que lo admito abiertamente. Sé que mi madre quiere que me gradúe, pero nunca hablamos del tema. Y, a decir verdad, no estoy muy seguro de que sea algo que dé por sentado.
- Todos dicen lo mismo al principio -confiesa ella, abriendo el bolso y sacando mi bandana-. No dejes que tu vida fuera del instituto dicte tu futuro -añade, esta vez muy seria.
Me guardo la bandana en el bolsillo trasero de los vaqueros. Ella no tiene ni idea de cómo la vida fuera del instituto influye en la que llevo dentro él. Ni un edificio de ladrillo rojo podría protegerme del mundo exterior. MierdA, ni siquiera podría esconderme aquí dentro por mucho que quisiera.
- Ya sé lo que va a decir ahora... "Si alguna vez necesitas una amiga, Zayn, puedes contar conmigo".
- Te equivocas, yo no soy tu amiga. Si lo fuera, no pertenecerías a una banda. Pero he visto las calificaciones de tus exámenes. Eres un chico inteligente, y puedes triunfar si te tomas en serio el instituto.
Triunfar. Triunfar. Ahora todo es relativo, ¿no?
- ¿Puedo irme ya a clase? -pregunto porque no sé qué contestarle. Estoy preparado para aceptar que mi profesora de química y el nuevo director no estén de mi lado... aunque tampoco estoy muy seguro que lo estén del otro. Eso me rompe un poco los esquemas.
- Sí, ve a clase, Zayn.
Todavía estoy pensando en lo que me ha dicho Peterson cuando la oigo gritar:
- Y si vuelves a comportarte asi, tendrás el placer de recibir otra papeleta de castigo, además de escribir una redacción sobre el respeto. Recuérdalo, no soy tu amiga.
Mientras camino por el pasillo, no puedo evitar esbozar una sonrisa. Esta mujer empuña las papeletas azules de castigo y las amenazas de redacciones como auténticas armas de fuego.
- ¿QUE TAL?:
- HOLAAAAAAA LINDURAS
Mil perdones por no subir capitulo ayer, estuve algo ocupada, hoy tambien lo estoy y mañana ni les cuento.
Les queria recordar que el jueves ya no voy a estar por las vacaciones,si es que puedo subo capitulo desde donde este, pero no creo poder tener internet :(Pero prometo que apenas vuelvo subo capitulo y les mando un mesanje privado a cada una avisandole de mi llegada <3 pero no dejen caer el tema y comenten :_
Las quiero miles de besos y si puedo hoy subo algun otro capitulo ¡TAL VEZ HAGA MARATON! Todo depende de sus bellos comentarios
Solcij
Re: Química Perfecta {Zayn Malik y tu}
Síguela!!!!!
Ahajequejwjdufjr
Siguela!!
No te preocupes ;)
Ahajequejwjdufjr
Siguela!!
No te preocupes ;)
AndyKP
Re: Química Perfecta {Zayn Malik y tu}
Capítulo 011
Solo disponemos de media hora en el gimnasio. Mientras me pongo la ropa de deporte, pienso en lo que ha ocurrido en el despacho de Aguirre. La señora Peterson nos ha culpado de lo sucedido tanto a Zayn como a mí. Zayn está echando a perder mi último curso nada más empezar.
Mientras me subo los shorts de gimnasia, el sonido de unos tacones me advierte de que no estoy sola en los vestuarios. Me cubro el pecho con la camiseta y veo aparecer a Carmen Sánchez. ¡Ay, dios mio!
- Debe de ser mi día de suerte -dice, mirándome fijamente como un puma dispuesto a atacar. Aunque los pumas no tienen el pelo moreno, liso y largo... sí que tienen garras. Y las garras de Carmen están pintadas de color rojo.
Se acerca a mí.
Siento el impulso de dar un paso atrás. En realidad, lo que me gustaría es echar a correr. Pero no lo hago, básicamente porque creo que me seguiría de todos modos.
- ¿Sabes? -añade, con una sonrisa malvada-. Siempre me he preguntado de qué color sería el sujetador de _________ Miori. Rosa. Te va que ni pintado. Apuesto a que te ha costado tanta pasta como lo que te cobraron por teñirte el pelo.
- No has venido aquí para hablar de sujetadores y tintes, Carmen -respondo mientras me meto la camiseta por la cabeza. Trago saliva con fuerza antes de añadir-: Sino para pegarme.
- Cuando una lagartona se insinúa a mi hombre, me sale mi lado territorial.
- No estoy interesada en tu hombre, Carmen. Ya tengo uno.
- Venga ya. Las chicas como tú quieren que todos los chicos pierdan la cabeza por ellas, así pueden disponer de ellos cuando les apetezca -añade, cada vez más furiosa. Estoy metida en un buen lío-. He oído que vas criticándome por ahí. Crees que lo eres todo, señorita Engreída. Veamos qué cara se te queda cuando te deje el labio partido y el ojo morado. ¿Vendrás al instituto con una bolsa de basura sobre la cabeza? ¿O te quedarás encerrada en tu enorme casa y no saldrás nunca?
No aparto la vista de ella mientras sigue acercándose. La miro fijamente. Carmen tiene claro que para mí la imagen que doy lo es todo, y a ella le da igual que la expulsen... o que la echen definitivamente.
- ¡Contéstame! -grita, y me da un empujón en el hombro, que acaba impactando contra la taquilla que está situada a mi espalda.
Creo que no la estaba escuchando porque no tengo ni idea de qué he de responder. Si regreso a casa amoratada o con señales de haber estado en una pelea, las consecuencias serán desastrosas. Mi madre se pondrá hecha una furia y me echará las culpas por no haber evitado que ocurriera. Espero que eso no le haga empezar otra vez con lo de ingresar a Shelley en algún centro. Cuando hay algo de tensión en casa, mis padres siempre hablan de mandar a Shelley a algún sitio. Como si, por arte de magia, todos los problemas de los Miori fueran a desvanecerse en cuanto Shelley desapareciera.
- ¿No crees que el entrenador Bautista vendrá a buscarme? ¿Quieres que te expulsen? -pregunto pese a saber que son razones de poco peso. Sin embargo, intento ganar algo de tiempo.
- Me importa una mierda que me expulsen -dice entre risitas.
No parece haber funcionado, aunque merecía la pena intentarlo.
En lugar de encogerme de miedo junto a la taquilla, me enderezo. Carmen intenta empujarme otra vez por el hombro, pero esta vez me las apaño para apartarle el brazo de un manotazo.
Estoy a punto de enzarzarme en mi primera pelea. Una pelea en la que seguramente saldré perdiendo. El corazón me late con fuerza, como si fuera a salirme del pecho. Me he pasado toda la vida intentando evitar situaciones como esta, pero esta vez no tengo elección. Me pregunto si puedo disparar la alarma de incendios para librarme de ella, como he visto alguna vez en el cine. Pero, por supuesto, no veo ninguna de esas cajitas rojas cerca.
- Carmen, déjala en paz.
Ambas nos volvemos hacia el sonido de una voz de chica. Es Isabel. Una «no amiga». Pero una no amiga que acaba de evitar que me partan la cara.
- Isa, no te metas en mis asuntos -gruñe Carmen. Isabel se acerca a nosotras. Lleva el pelo recogido en una alta cola de caballo que se balancea a medida que camina.
- No le pongas la mano encima, Carmen.
- ¿Por qué no? -pregunta ella-. ¿Acaso crees que serás su amiga del alma ahora que están juntas en esa estupidez de las animadoras?
Isa apoya firmemente las manos en las caderas.
- Estás colada por Zayn, Carmen. Esa es la razón por la que te comportas como una pirada.
Al escuchar el nombre de Zayn, Carmen se pone rígida.
- Cállate, Isa. No tienes ni idea.
Ella dirige toda su rabia contra Isabel y se pone a chillarle como una loca. Isabel no se siente intimidada, se ha plantado delante de ella y también le está gritando. Isabel es bajita y puede que pese menos que yo, por eso me sorprende que se enfrente a Carmen. Sin embargo, parece que sabe defenderse. Es obvio que sus palabras hacen retroceder a su contrincante.
El entrenador Bautista aparece detrás de Carmen.
- ¿ Están dando una fiesta y no han invitado al resto de la clase?
- Estamos charlando un poco -dice Carmen, sin sobresaltarse en absoluto y actuando como si fuéramos tres amigas pasando el rato.
- Bueno, pues les sugiero que charlen después de clase. Señoritas Miori y Ávila, unanse al resto de sus compañeros en el gimnasio. Señorita Sánchez, vaya donde se suponga que debería estar a esta hora.
Carmen me señala con su uña pintada de rojo.
- Nos veremos después -me advierte, y sale de los vestuarios después de que Isabel se haga a un lado.
- Gracias -le digo en voz baja a Isabel.
Ella me responde con un asentimiento de cabeza.
Solcij
Re: Química Perfecta {Zayn Malik y tu}
Capítulo 012
- ¿Te queda mucho con el Honda? Es hora de cerrar -dice mi primo Enrique.
Trabajo en su taller todos los días después de clase... para ayudar a mi familia a poner los garbanzos sobre la mesa, para olvidarme unas horas de los Latino Blood y, sobre todo, porque soy un hacha arreglando coches.
Cubierto de grasa y aceite después de haber reparado un Civic, me asomo por debajo del vehículo.
- Está casi terminado.
- Bien. Hace tres días que el tío me acosa para recuperarlo.
Ajusto el último perno y me acerco a Enrique mientras este se limpia las sucias manos en un trapo.
- ¿Puedo pedirte algo?
- Dispara.
- ¿Puedo tomarme un día libre la semana que viene? Tengo que hacer un proyecto de química para el instituto -explico, pensando en el tema que nos han asignado hoy-. Y tenemos que encontrar...
- La clase de Peterson. Sí, la recuerdo. Es un hueso duro de roer -dice mi primo con un escalofrío.
- ¿Te dio clase? -pregunto, interesado. Me gustaría saber si sus padres son del ejército o algo así. Está claro que esa mujer lleva la disciplina en la sangre.
- ¿Cómo iba a olvidarla? «No triunfarás en la vida hasta que descubráis la cura a una enfermedad o salves el planeta» -cita Enrique, haciendo una imitación bastante buena de la señora P.-. Nunca terminas de olvidar una pesadilla viviente como la Peterson. Pero estoy seguro de que tener a _______ Miori como compañera...
- ¿Cómo lo sabes?
- Marcus vino y me habló de ella, dice que está en su clase. Está celoso porque te ha tocado una compañera con piernas largas y grandes... -dice Enrique llevándose las manos al pecho y zarandeándolas un poco-. Bueno, ya sabes.
Sí, ya sé.
Cambio el peso del cuerpo de un pie a otro.
- ¿Qué te parece el jueves?
- No hay problema -responde mi primo, y carraspeando, añade-: Héctor vino a buscarte ayer.
Héctor. Héctor Martínez, el cabecilla de los Latino Blood, el que actúa entre bambalinas.
- A veces no soporto... ya sabes.
- Estás atrapado en los Latino Blood -dice Enrique-. Como todos nosotros. Nunca permitas que Héctor te oiga cuestionar nuestro compromiso con la banda. Si sospecha que no eres leal, te ganarás a tantos enemigos que empezará a darte vueltas la cabeza. Eres un chico listo, Zayn. Ándate con ojo.
Enrique fue uno de los primeros miembros de los Latino Blood. Hace mucho tiempo que demostró su valía ante la banda. Pagó sus cuotas, de modo que ahora puede sentarse tranquilo mientras los miembros más jóvenes se colocan en la línea de fuego. Según él, yo acabo de empezar y pasará mucho tiempo antes de que mis amigos y yo lleguemos al estatus de GO.
- ¿Un chico listo? Me aposté la moto a que conseguiría acostarme con _______ Miori -confieso.
- Pues retiro lo dicho -contesta mi primo, señalándome con una sonrisa burlona-. Eres un imbécil, y pronto serás un imbécil sin moto. Las chicas como ella no se fijan en tipos como nosotros.
Empiezo a pensar que mi primo tiene razón. ¿Cómo narices llegué siquiera a pensar que un chico como yo, pobre, chicano y con una vida muy oscura, conseguiría ligarse a una chica como ella, la guapa, rica y blanca _______ Miori?
Hay un chico del instituto, Diego Vázquez, que nació en la zona norte de Fairfield. Por supuesto, mis amigos le consideran un blanquito, aunque su piel sea más oscura que la mía. También creen que Mike Burns, un chico blanco que vive en la zona sur, es chicano pese a que no tenga ni una gota de sangre mexicana, ni de Latino Blood, en las venas. Aun así, se le considera uno de los nuestros. En Fairfield, el lugar donde naces determina tu destino.
Suena una bocina frente al garaje.
Enrique presiona el botón para levantar la enorme puerta.
El coche de Javier Moreno se cuela dentro con un chirrido de ruedas.
- Cierra la puerta, Enrique -ordena Javier sin aliento-. La policía nos está buscando.
Mi primo presiona el botón de un puñetazo y apaga las luces del taller.
- ¿Qué coño han hecho, chicos?
Carmen está en el asiento trasero. Tiene los ojos inyectados en sangre, por las drogas o por el alcohol, no lo sé exactamente. Y ha estado tonteando con quien sea que está detrás con ella, porque conozco muy bien el aspecto de Carmen cuando ha estado divirtiéndose con alguien.
- Raúl intentó pegarle un tiro a un Satín Hood -masculla Carmen, sacando la cabeza por la ventanilla del coche-. Pero tiene la puntería en el culo.
Raúl se vuelve hacia ella y le grita desde el asiento del copiloto:
- Desgraciada, intenta apuntar a un blanco móvil mientras Javier conduce.
Hago una mueca cuando Javier sale del coche.
- ¿Te ríes de mi manera de conducir, Raúl? -le pregunta-. Porque si es así, tengo un puño aquí que va a acabar estrellándose en tu cara.
Raúl sale del coche.
- ¿Vas a pegarme, cabrón? -le amenaza.
Me pongo delante de Raúl y le hago retroceder.
- Mierda, chicos. La policía está ahí fuera. -Esas son las primeras palabras de Sam, el tipo que debe de haber pasado la noche con Carmen.
Todos nos agachamos cuando la policía se asoma con las linternas a las ventanas del garaje. Me agazapo detrás de una enorme caja de herramientas, conteniendo la respiración. Lo último que necesito en mi historial es que me acusen de intento de asesinato. Milagrosamente, he conseguido librarme hasta ahora de que me detengan, pero algún día se me va a acabar la suerte. No es muy habitual que un pandillero logre sortear siempre a la policía. O el calabozo.
A Enrique se le refleja todo en el rostro. Le ha costado mucho ahorrar lo suficiente como para abrir su propio taller, y su sueño depende de que cuatro gamberros de instituto consigan mantener la boca cerrada. La policia se llevará a mi primo, con sus viejos tatuajes de Latino Blood en la nuca, junto a todos nosotros. Y en una semana se habrá quedado sin negocio.
Alguien zarandea la puerta del taller. Hago una mueca y rezo para que esté bien cerrada. Los policias se alejan de la puerta y vuelven a enfocar con sus linternas el garaje a través de las ventanas. Me pregunto quién los habrá llamado, no hay ningún soplón en este vecindario. Un código secreto de silencio y afiliación mantiene a salvo a las familias.
Después de lo que me parece una eternidad, los policias se largan.
- Mierda, qué poco ha faltado -dice Javier.
- Demasiado poco -coincide Enrique-. Esperen diez minutos y después vayanse de aquí.
Carmen sale del coche y, efectivamente, está drogada.
- Eh, Zayn. Anoche te eché de menos.
Me doy la vuelta para mirar a Sam.
- Sí, ya veo cuánto me echaste de menos.
- ¿Sam? Él no me gusta -susurra, acercándose más a mí. El olor a marihuana es casi insoportable-. Aún sigo esperándote.
- Eso no va a pasar.
- ¿Es por la estúpida de tu compañera de laboratorio? -me pregunta, agarrándome de la barbilla y obligándome a mirarla.
Sus largas uñas se me clavan en la piel. La cojo por las muñecas y la aparto con brusquedad. Me pregunto en qué momento mi ex novia Carmen, la dura de pelar, ha llegado a convertirse en Carmen, la lagartona.
- _______ no tiene nada que ver ni contigo ni conmigo. Me han dicho que has estado amenazándola.
- ¿Te lo ha contado Isa? -pregunta, entrecerrando los ojos.
- Tú mantente lejos de ella -digo ignorando su pregunta-. O tendrás que enfrentarte a algo más serio que un ex novio resentido.
- ¿Estás resentido, Zayn? Porque no actúas como tal. Actúas como si te importara una mierda.
Tiene razón. Después de encontrarla en la cama con otro chico, tardé mucho tiempo en olvidarlo, en olvidarme de ella. No dejaba de preguntarme qué era lo que yo no podía darle y otros sí.
- Antes me importaba una mierda -le digo-. Ahora ni eso.
Carmen me da una bofetada. -Vete a la mierda, zayn.
- ¿Pelea de enamorados? -interviene Javier desde el capó del coche.
- Cállate -le espetamos al unísono. Carmen se da la vuelta, se vuelve a meter en el coche y se sienta en el asiento trasero. La observo mientras arrastra la cabeza de Sam hacia ella. El sonido de los intensos besos y los gemidos llenan el taller.
- Enrique, abre la puerta. Nos largamos de aquí -grita Javier.
Raúl, que se había ido a echar una meada al cuarto de baño, me dice:
- Vente, Zayn. Te necesitamos. Paco y ese Satín Hood van a pelear esta noche en el Gilson Park. Y ya sabes que los Satín Hood nunca juegan limpio.
Paco no me ha contado lo de la pelea, probablemente porque sabe que intentaré convencerlo para que la evite. A veces, mi mejor amigo se mete en situaciones de las que no puede salir solo. Y a veces, me expone a situaciones de las que yo mismo no puedo escapar.
- Vamos -accedo, antes de subirme de un salto en el asiento del copiloto, invitando así a Raúl a buscarse un hueco detrás, con los dos tortolitos.
Reducimos la velocidad una manzana antes de llegar al parque. Fuera, la tensión es tan densa que se puede cortar con un cuchillo, y también puedo sentirla dentro. ¿Dónde está Paco? ¿Le estarán dando una paliza en la parte de atrás de algún callejón?
Está muy oscuro. Hay sombras que se mueven, poniéndome los pelos de punta. Todo me parece amenazante, incluso los árboles que se agitan a merced del viento. Durante el día, Gilson Park no se diferencia mucho del resto de parques de los barrios residenciales... excepto por el graffiti de los Latino Blood que cubre los muros de los edificios que lo rodean. Este es nuestro territorio. Y está marcado como tal.
Aquí, en los suburbios de Chicago, somos nosotros quienes mandamos en el vecindario y en las calles. No obstante, esta es una guerra callejera, y las otras bandas del suburbio nos disputan el territorio. A tres manzanas de aquí están las mansiones y las casas que valen millones de dólares. En este lugar, en el mundo real, estalla la guerra. Y los millonarios ni siquiera son conscientes de que está a punto de librarse una batalla a menos de un kilómetro de sus jardines.
- Ahí está -digo, señalando dos siluetas que se levantan a pocos metros de los columpios. Las farolas que iluminan el parque están apagadas, pero puedo distinguir a Paco de inmediato por su corta estatura y su característica pose de boxeador recién subido al cuadrilátero.
Una de las siluetas empuja a la otra. Salto del vehículo en marcha porque veo a cinco Satín Hood más aproximándose desde el otro lado de la calle. Me preparo para luchar al lado de mi mejor amigo, olvidando por un instante que un enfrentamiento como aquel puede hacer que los dos acabemos en la morgue. Si me lanzo a la batalla con determinación y ensañamiento, sin pensar en las consecuencias, siempre salgo ganando. Si le doy demasiadas vueltas, cavaré mi propia tumba.
Corro hacia Paco y su adversario antes de que lleguen el resto de sus compinches. Paco está haciéndolo muy bien, pero el otro tipo es como un gusano, se retuerce y se libra del agarrón de mi amigo. Cojo al Satín Hood por la camiseta, con fuerza, lo levanto del suelo y mis puños hacen el resto. Antes de que pueda levantar la cabeza hacia mí, miro a Paco.
- Puedo arreglármelas solo, Zayn -dice Paco mientras se seca la sangre del labio.
- Sí, ¿pero qué me dices de ellos? -pregunto, mirando hacia los cinco Satín Hood que aparecen tras él.
Ahora que los veo de cerca, me doy cuenta de que todos son unos chavales. Miembros nuevos, con ganas de marcha y poco más. Puedo ocuparme de los novatos, aunque también es verdad que los más jóvenes siempre van armados y son más peligrosos.
Javier, Carmen, Sam y Raúl llegan a mi lado. Tengo que admitir que somos un grupo intimidatorio, incluso con Carmen. Nuestra pandillera sabe apañárselas muy bien en una pelea, y sus uñas pueden ser mortales.
El chico que estaba enzarzado con Paco se levanta, me señala con un dedo y dice:
- Estás muerto.
- Escúchame, enano -le digo. Los tipos pequeños odian que se rían de su estatura y yo no puedo resistirme a eso-. Vuelve a tu territorio y deja que nosotros nos quedemos en nuestro agujero.
El enano señala a Paco.
- Pero me ha robado el volante del coche, .
Miro a Paco, consciente de que es típico de él provocar a un Satín Hood robándole algo tan ridículo como aquello. Cuando me dirijo de nuevo al enano, veo que lleva una navaja automática en la mano. Y que me apunta a mí.
Mierda. Cuando acabe con estos Satín Hood, el próximo en la lista es mi mejor amigo.
Solcij
Re: Química Perfecta {Zayn Malik y tu}
Capítulo 013
Mi compañero de laboratorio no ha aparecido por el instituto desde que nos asignaron los proyectos. Finalmente, una semana más tarde, se presenta pavoneándose por la clase. Me saca de quicio, porque aunque mi vida en casa sea un desastre, no por ello dejo de venir al instituto.
- Qué amabilidad por tu parte aparecer -le digo.
- Qué amabilidad por tu parte darte cuenta -responde él mientras se quita la bandana.
La señora Peterson entra en clase. Me da la impresión de que se siente aliviada de ver a Zayn. Enderezando los hombros, anuncia:
- Iba a ponerles un examen sorpresa esta mañana, pero al final he decidido que trabajarán en la biblioteca junto a sus compañeros. El plazo para entregar el borrador del proyecto acaba en dos semanas.
Colin y yo nos cogemos de la mano de camino a la biblioteca. Zayn va detrás, por alguna parte, hablando con sus compinches. Colin me aprieta con fuerza la mano y pregunta:
- ¿Quieres que quedemos después del entrenamiento?
- No puedo. Después de entrenar tengo que irme a casa.
Baghda se despidió el pasado sábado y a mi madre le entró el pánico. Hasta que contrate a una nueva cuidadora tengo que ayudarla más. Él frena en seco y me suelta la mano.
- Mierda, ________. ¿Vas a tener algo de tiempo para mí o qué?
- Puedes venir conmigo -sugiero.
- ¿Para mirar mientras cuidas de tu hermana? No, gracias. No quiero parecer un descarado, pero tengo ganas de estar contigo... solos tú y yo.
- Lo sé. A mí también me apetece.
- ¿Y el viernes?
Se supone que deberla quedarme con Shelley, sin embargo, mi relación con Colin está tambaleándose y no quiero que crea que no quiero estar con él.
- El viernes me va bien.
Antes de que sellemos nuestro plan con un beso, Zayn carraspea delante de nosotros.
- Nada de demostraciones públicas de afecto. Son las normas del instituto. Además, es mi compañera, imbécil. No la tuya.
- Cállate, Malik -murmura Colin, antes de ir con Darlene.
Me llevo una mano a la cadera y miro fijamente a Zayn.
- ¿Desde cuándo te preocupan tanto las normas del instituto? -pregunto.
- Desde que eres mi compañera de laboratorio. Fuera de clase eres suya. Pero en química eres mía.
- ¿Quieres ir a buscar la maza y arrastrarme por el pelo a la biblioteca?
- No soy un Neandertal. Tú novio es el mono, no yo.
- Entonces, deja de comportarte como tal.
Todas las mesas de la biblioteca están ocupadas, así que nos vemos obligados a sentarnos en un rincón de la parte de atrás, en la aislada sección de no ficción. Me siento sobre la moqueta y dejo los libros en el suelo. Me doy cuenta de que Zayn me está mirando, y lo hace con tanta intensidad que temo que sea capaz de ver a la verdadera _______ que escondo tras mi fachada. Pero no lo logrará porque hasta ahora nadie lo ha hecho.
Le devuelvo la mirada. Si quiere, puedo seguirle el juego. Su expresión no muestra nada, pero sí la cicatriz que tiene sobre la ceja izquierda y que refleja la verdad... es humano. El contorno de su camiseta delinea unos músculos que únicamente pueden conseguirse a base de trabajo manual o de ejercicio. Cuando mi mirada llega a sus ojos, el tiempo se detiene. Me está atravesando con los ojos. Tengo la sensación de que puede ver mi verdadero yo, sin conductas fingidas, sin fachadas. Solo a ________.
- ¿Qué tengo que hacer para que salgas conmigo? -me pregunta.
- No hablas en serio.
- ¿Te parece que estoy bromeando? -La señora Peterson se acerca, por lo que me libro de responder a su pregunta.
- Les estoy vigilando de cerca. Zayn, la semana pasada no vino a clase ¿Qué ocurrió?
- Me cayó un cuchillo encima.
La profesora niega con la cabeza, perpleja, y se aleja para hostigar a otros compañeros.
Miro a Zayn con los ojos como platos y le pregunto:
- ¿Un cuchillo? Estás de broma, ¿verdad?
- No. Estaba cortando tomates, y no vas a creértelo, pero se me escurrió el cuchillo y me corté el hombro. El médico me puso unas grapas. ¿Quieres verlas? -pregunta mientras empieza a subirse la manga. Me tapo los ojos con la mano. .
- Zayn, no seas asqueroso. Y no me creo que un cuchillo se te escurriera de las manos. Fue en una pelea callejera.
- No has respondido a mi pregunta -dice sin admitir ni negar mi teoría sobre la causa de la herida-. ¿Qué tengo que hacer para que salgas conmigo?
- Nada. No voy a salir contigo.
- Apuesto a que si nos diéramos el lote cambiarías de opinión.
- Como si eso fuera a ocurrir alguna vez.
- Tú te lo pierdes -dice, antes de estirar sus largas piernas frente a mí, con su libro de química descansando sobre el regazo. Me mira con sus ojos color chocolate con tal intensidad que juraría que puede hipnotizarme con ellos-. ¿Estás preparada? -pregunta.
Por un nanosegundo, me quedo observando aquellos ojos oscuros, preguntándome qué sentiría al besarlo. Mi mirada baja hasta sus labios. Durante otro nanosegundo, casi puedo sentir que se acercan a mí. ¿Cómo serán sus labios, suaves o duros? ¿Besará con dulzura o con avidez y seguridad, como refleja su personalidad?
- ¿Para qué? -susurro a medida que me acerco.
- Para el proyecto -dice-. Calentadores de manos. La clase de Peterson. Química.
Niego con la cabeza, intentando apartar todos esos ridículos pensamientos de mi mente hiperactiva de adolescente. Necesito más horas de sueño.
- Sí, calentadores de manos -digo, abriendo el libro de química.
- ¿_________?
- ¿Qué? -pregunto, mirando sin ver las palabras impresas en la página. No tengo ni idea de lo que estoy leyendo porque estoy demasiado avergonzada como para poder concentrarme.
- Me estabas mirando como si quisieras besarme.
Me obligo a soltar una carcajada.
- Sí, claro -digo con sarcasmo.
- Nadie nos está mirando, así que si quieres hacerlo, adelante. No quiero alardear, pero soy todo un profesional.
Me sonríe lentamente con una sonrisa que probablemente haya inventado para derretir los corazones de todas las chicas del planeta.
- Zayn, no eres mi tipo. -Tengo que decirle algo para que deje de mirarme como si estuviera planeando hacerme cosas de las que solo he oído hablar.
- ¿Solo te gustan los blanquitos?
- Déjalo ya -respondo entre dientes.
- ¿Qué? -insiste, poniéndose muy serio-. Es verdad, ¿no?
La señora Peterson aparece frente a nosotros.
- ¿Cómo va ese borrador? -pregunta.
- Genial -respondo con una sonrisa falsa. Saco el resumen de la búsqueda que hice en casa y se lo paso a la señora Peterson mientras me pongo manos a la obra-. Anoche me documenté un poco sobre los calentadores de manos. Tenemos que disolver sesenta gramos de acetato de sodio y cien milímetros de agua a setenta grados.
- Te equivocas -dice Zayn.
Levanto la cabeza y me doy cuenta de que la señora Peterson se ha ido.
- ¿Cómo dices?
- Que te equivocas -repite Zayn, cruzándose de brazos.
- No lo creo.
- Crees que nunca te equivocas, ¿verdad?
Lo dice como si no fuera más que una rubia estúpida, lo que me saca de mis casillas.
- Claro que no -digo, alzando la voz e imitando a una auténtica niña pija-. Verás, la semana pasada compré un lápiz de labios Bobbi Brown de color rosa palo cuando debería haber elegido un rosa chicle porque va mucho mejor con el tono de mi piel. No hace falta que te diga que la compra fue un desastre total -le explico. Justo lo que él esperaba oír. Me pregunto si se lo ha tragado o si es capaz de captar por el tono de mi voz que estoy siendo sarcástica.
- Te creo -confiesa.
- ¿Y tú nunca te has equivocado? -pregunto.
- Por supuesto -admite-. La semana pasada, cuando atraqué el banco que hay al lado de la tienda Walgreens, le dije al cajero que me diera todos los billetes de cincuenta dólares que tuviera en el cajón. Aunque tendría que haberle pedido los billetes de veinte porque hay muchos más que de cincuenta.
De acuerdo, está claro que ha captado la ironía. Y me la ha devuelto por partida doble, lo que en realidad es perturbador porque, de algún modo, hace que nos parezcamos mucho. Me pongo la mano en el pecho y ahogo un grito, siguiéndole el juego.
- Qué desastre.
- Así que supongo que los dos podemos equivocamos.
Levanto en alto la barbilla y declaro, obstinada:
- Bueno, en química no me equivoco. A diferencia de ti, yo sí que me tomo en serio esta clase.
- Entonces, hagamos una apuesta. Si tengo razón, me das un beso -sugiere.
- ¿Y si la tengo yo?
- Tú eliges.
Es como quitarle un caramelo a un bebé. El ego del señor MACHOTE está a punto de recibir un buen golpe, y estaré encantada de ser yo quien se lo dé.
- Si gano, te tomarás en serio este proyecto, y a mí también -le digo-. No te meterás conmigo ni harás comentarios ridículos.
- Trato hecho. Aunque antes he de mencionar que tengo una memoria fotográfica prodigiosa.
- Zayn, he de mencionar que he copiado la información directamente del libro -admito, mirando las notas que he tomado y abriendo después el libro por la página correspondiente-. Sin mirar, ¿qué temperatura necesitamos para la preparación? -le pregunto.
Zayn es un tipo al que se le dan bien los retos. Aunque esta vez, el tipo duro va a perder. Cierra su libro y me mira, con la mandíbula apretada.
- Veinte grados. Y debe disolverse a cien grados, no a setenta -responde con total confianza.
Repaso la página y después mis anotaciones. Luego vuelvo a comprobar la página. No puedo haberme equivocado. ¿Qué página,..?
- Vaya, es cierto. Cien grados -digo, mirándolo asombrada-. Tienes razón.
- ¿Vas a besarme ahora o prefieres hacerlo más tarde?
- Ahora mismo -respondo.
Sé que le he dejado atónito porque tiene las manos inmóviles. En casa, mi vida está dictada por mis padres. Pero en el instituto es distinto. Tengo que hacerlo de ese modo porque si no tengo controlado ningún aspecto de mi vida acabaré convirtiéndome en un maniquí.
- ¿En serio? -me pregunta.
- Sí.
Le cojo una mano. Nunca me atrevería a hacerlo si hubiera alguien delante, y me siento agradecida por la intimidad que nos ofrecen los libros de no ficción que nos rodean. Se queda sin respiración cuando me pongo de rodillas y me inclino hacia él. Intento olvidarme del hecho de que sus dedos son largos y ásperos y de que es la primera vez que le toco. Estoy nerviosa. Aunque no hay necesidad. Esta vez soy yo quien tiene el control. Puedo sentir cómo intenta contenerse. Me está permitiendo dar el primer paso, lo que no está nada mal. No sé de qué sería capaz si se dejara ir.
Le obligo a colocar la mano contra mi mejilla para que pueda cubrirme la cara, y le oigo soltar un gemido. Reprimo una sonrisa porque esa reacción demuestra que soy yo quien tiene el poder. Se queda inmóvil cuando nuestros ojos se encuentran.
Entonces, giro la cabeza hacia su mano y le doy un beso en la palma.
- Ahí lo tienes, ya te he besado -digo, soltándole la mano y dando por zanjado el asunto.
El señor Latino y su gran ego han sido derrotados por una rubia estúpida.
- HOLAAAAA:
Y bueno, se que fue un marton super corto, pero ya muero de sueño y mañana no voy a estar para subir capitulos. Asique ya me despido de ustedes linduras ya que como les dije me voy de vacaciones.
Espero que esten super bien y que les haya gustado esos capitulos. Estoy tan ansiosa por volver y subirles los otrs <3
Miles miles de besos y no me olviden (:
Solcij
Re: Química Perfecta {Zayn Malik y tu}
¡CREÍ QUE SE BESARÍAN! :OWO:
asdfghdkdj esa rayis trolleo a zayn
Bueno, espero que lo pases muy muy bien en tus vacaciones, que disfrutes mucho y que descanses, para que vuelvas con mucho mas animo y entusiasmo:DD
Y preparate que cuando vuelvas habra party hard! :sersi:
akaskdd besooos :(L): :(L):
asdfghdkdj esa rayis trolleo a zayn
Bueno, espero que lo pases muy muy bien en tus vacaciones, que disfrutes mucho y que descanses, para que vuelvas con mucho mas animo y entusiasmo:DD
Y preparate que cuando vuelvas habra party hard! :sersi:
akaskdd besooos :(L): :(L):
Cata'Smile
Re: Química Perfecta {Zayn Malik y tu}
HOLAAAAAAAA, I'M BACK
Hola linduras, volvi después de TANTO tiempo, espero que aun sigan ahí :lilo: , y para decirles *si es que les interesa* pase unas vacaciones super lindas AMOR DE VERANO AMOR DE VERANO AMOR DE VERANO, ah jajajajajajaja
Bueno, a sus pedidos, y despues de tanto tiempo, se merecen capitulo, las quiero y ahora les dejo el capitulo!
Hola linduras, volvi después de TANTO tiempo, espero que aun sigan ahí :lilo: , y para decirles *si es que les interesa* pase unas vacaciones super lindas AMOR DE VERANO AMOR DE VERANO AMOR DE VERANO, ah jajajajajajaja
Bueno, a sus pedidos, y despues de tanto tiempo, se merecen capitulo, las quiero y ahora les dejo el capitulo!
Solcij
Re: Química Perfecta {Zayn Malik y tu}
Capítulo 014
- ¿Y a esto lo llamas besar?
- Sí.
De acuerdo, me ha desconcertado un poco que _________ me haya hecho poner la mano sobre su sedosa mejilla. Maldita sea, por la manera que ha reaccionado mi cuerpo se diría que estaba bajo el efecto de las drogas. Hace un minuto, me tenía completamente hechizado. Luego, la hermosa bruja le ha dado la vuelta a la tortilla y se ha hecho con la posición de ventaja. Me ha sorprendido, eso está claro. Estallo en carcajadas, deliberadamente, para que todos se interesen por lo que hacemos, que es justo lo que ella no quiere.
- Shh -dice _________, dándome un puñetazo en el hombro para que me calle. Cuando río con más fuerza, me golpea en el brazo con el pesado libro de química.
En el brazo dolorido.
- ¡Ay! -exclamo con una mueca de dolor. Siento como si un millón de abejas me clavaran su aguijón en la herida del bíceps-.
Ella se muerde el labio color rosa palo, un tono que le va muy bien, a mi parecer. Aunque tampoco me importaría ver cómo le queda el rosa chicle.
- ¿Te he hecho daño? -pregunta.
- Sí -digo entre dientes mientras intento concentrarme en el color de sus labios para olvidarme del dolor.
- Bien.
Me levanto la manga de la camiseta para examinar la herida y (gracias a mi compañera de laboratorio) una de las grapas que me pusieron en el centro de salud tras la pelea con los Latin Hood en el parque está sangrando. ____________ tiene un buen derechazo para alguien que probablemente no pase de peso pluma.
Aspira con fuerza y se ablanda:
- ¡Oh, Dios! No pretendía hacerte daño, Zayn. De verdad que no. Cuando amenazaste con enseñarme la cicatriz, te levantaste la manga izquierda.
- No iba a enseñártela de verdad. Estaba tomándote el pelo. No pasa nada -le digo. Vaya, parece que es la primera vez que esta chica ve sangre. Aunque claro, puede que ella la tenga azul.
- Sí, sí que pasa -insiste mientras niega con la cabeza-. Te están sangrando los puntos.
- Son grapas -matizo, intentando poner una nota de humor. La pobre está más blanca de lo normal. Y respira con fuerza, casi jadeando. Si se desmaya, voy a perder la apuesta con Lucky. Si no es capaz de aguantar una mancha de sangre, ¿cómo va a reaccionar cuando tengamos relaciones sexuales? A no ser que no nos desnudemos, entonces no tendrá que ver todas las cicatrices que tengo. Y si lo hacemos a oscuras, podrá imaginar que soy alguien blanco y rico. A la mierda, me gusta hacerlo con las luces encendidas... Me gustaría sentirla contra mí, y quiero que sepa que está conmigo y no con otro idiota.
- Zayn, ¿te encuentras bien? -pregunta ____________. Su preocupación parece sincera.
¿Debería contarle que se me había ido el santo al cielo y que me he puesto a imaginar cómo sería hacerle el amor?
La señora P. aparece por el pasillo con una expresión ceñuda.
- Chicos, esto es una biblioteca. Guarden silencio -dice. Pero entonces repara en la pequeña veta de sangre que me serpentea por el brazo y me mancha la manga-. ___________, acompáñele a la enfermería. Zayn, la próxima vez que venga al instituto, lleve la herida bien vendada.
- Señora P, ¿no cuento con su comprensión? Me estoy desangrando.
- Haga algo para ayudar a la humanidad o al planeta, Zayn, y entonces contará con mi comprensión. La gente que se mete en peleas callejeras no conseguirá nada de mí excepto rechazo. Ahora vaya a curarse.
_________ coge los libros de mi regazo y dice con voz temblorosa:
- Vamos.
- Puedo llevar los libros -digo mientras la sigo fuera de la biblioteca. Estoy presionándome la manga contra la herida, con la esperanza de que detenga la hemorragia.
Ella camina delante de mí. Si le digo que necesito ayuda para caminar porque me siento débil, ¿se lo tragará y acudirá a mi rescate? Tal vez debería tropezarme... aunque conociéndola, seguro que no le importará.
Justo antes de llegar a la enfermería, se da la vuelta. Le tiemblan las manos.
- Lo siento mucho, Zayn. No pretendía...- Ha perdido los papeles. Si se pone a llorar, no sé qué voy a hacer. No estoy acostumbrado a tratar con chicas lloronas. No creo que a Carmen se le escapara ni una sola lágrima durante el tiempo que salimos juntos. De hecho, no estoy muy seguro de que Carmen tenga conductos lacrimales. Eso solía gustarme, porque las chicas sensibles me ponen nervioso.
- Oye... ¿estás bien? -pregunto.
- Si esto llega a saberse, no voy a lograr que lo olviden nunca. Ay, Dios, si la señora Peterson llama a mis padres, me matarán. O al menos desearé que lo hagan.
Ella sigue hablando y temblando, como si fuera un coche sin frenos y con unos pésimos amortiguadores.
- ¿________?
- ... y mi madre me echará la culpa de todo. Admito que es culpa mía. Pero se pondrá histérica conmigo y yo tendré que explicárselo, y espero que...
Antes de que pueda decir nada más, le grito:
- ¡_________!
Me mira con una expresión tan confusa que no sé si sentir lástima por ella o si sentirme atónito porque no dejara de hablar. Parecía que no iba a detenerse nunca.
- ¡Eres tú quien se está poniendo histérica! -le recuerdo. ________ tiene los ojos claros y brillantes, pero ahora están apagados y vacíos, como si estuviera en otra parte. Mira al suelo, a su alrededor, a todos lados menos a mí-. No, no es verdad. Me encuentro bien y una mierda. Mírame. -Vacila un instante.
- Estoy bien -dice, mirando ahora a una de las taquillas que hay en el pasillo-. Olvida todo lo que te he dicho.
- Si no me miras, voy a desangrarme aquí mismo y tendrán que hacerme una trasfusión. Mírame, joder. -Cuando lo hace, todavía respira con dificultad.
- ¿Qué? Si quieres decirme que mi vida está fuera de control, ya soy consciente de ello.
- Ya sé que no pretendías hacerme daño. Incluso aunque hubiera sido así, probablemente lo mereciera -digo. Espero quitarle hierro al asunto para que a la chica no le dé un ataque de nervios en el pasillo-. Cometer errores no es ningún crimen, ¿sabes? ¿De qué sirve tener una reputación si no puedes arruinarla de vez en cuando?
- No intentes hacer que me sienta mejor, Zayn. Te odio.
- Yo también te odio. Ahora, por favor, larguémonos de aquí. No quiero que el conserje se pase todo el día limpiando mi sangre del suelo. Somos parientes, ¿sabes?
Ella niega con la cabeza. No se traga que el conserje de Fairfield sea un pariente mío. Bien, puede que no sea exactamente un pariente. Pero tiene familia en Atencingo, la misma ciudad en la que viven los primos de mi madre.
En lugar de marcharnos, mi compañera de laboratorio abre la puerta de la enfermería para que entre. Creo que todavía puede responder, aunque aún le tiemblen las manos.
- Está sangrando -le grita a la señorita Kioto, la enfermera del instituto.
La señorita Kioto me obliga a sentarme en una de las camillas.
- ¿Qué te ha pasado?
Miro a ________. Tiene una expresión de preocupación, como si le angustiara que pudiera dañarla allí mismo. Espero que el ángel de la muerte tenga el mismo aspecto que ella cuando estire la pata. No me importaría ir al infierno si me recibe alguien como _________.
- Se me han abierto las grapas -digo-. No es para tanto.
- ¿Y cómo ha ocurrido? -pregunta la señorita Kioto mientras humedece un trozo de tela blanca y me da ligeros toques en el brazo. Contengo la respiración, esperando a que desaparezca el escozor.
- Lo he golpeado yo -dice _________ con un hilo de voz.
La enfermera se da la vuelta, asombrada.
- ¿Lo has golpeado?
- Por accidente -intervengo yo, sin saber exactamente por qué intento proteger a una chica que me odia y que probablemente preferiría suspender la clase de la señora P. que ser mi compañera.
Mis planes con _________ no iban como esperaba. El único sentimiento que ha afirmado sentir por mí es el odio. E imaginarme a Lucky montado en mi moto es mucho más doloroso que la mierda antiséptica que la señorita Kioto está frotando contra mi herida.
Si quiero salvar la dignidad y mi Honda, voy a tener que conseguir quedarme a solas con _________. Puede que su preocupación signifique que no me odia del todo. Nunca he conocido a una chica que lo tenga todo tan programado, que sepa con tal claridad cuáles son sus objetivos. Es un robot. O eso me parece. Siempre que la veo, parece actuar como una princesa acosada por las cámaras. Quién iba a decir que un simple brazo sangriento conseguiría trastocarla.
Miro a ________. Está concentrada en mi brazo y en las curas de la enfermera. Ojalá estuviéramos en la biblioteca. Estoy seguro de que estaba pensando en enrollarse conmigo. Me he excitado solo de pensarlo, aquí delante de la señorita Kioto. Menos mal que la enfermera se aleja hacia el botiquín, ¿Dónde hay un enorme libro de química cuando necesitas uno?
- Quedemos el jueves después del instituto. Ya sabes, para trabajar en el borrador -sugiero. Y tengo dos razones para hacerlo: la primera es que, delante de la señorita Kioto, debo dejar de pensar en _______ desnuda, y la segunda es que quiero quedarme a solas con ella.
- El jueves estoy ocupada -dice.
Probablemente tenga planes con Cara Burro. Es obvio que prefiere estar con ese idota antes que conmigo.
- Pues el viernes -añado, probándola aunque tal vez no debería hacerlo. Poner a prueba a una chica como __________ podría significar un duro golpe para mi ego. Aunque la he cogido en un momento vulnerable y todavía le tiemblan las manos después de haber visto la sangre. Admito que soy un experto manipulador.
Se muerde el labio inferior, un labio que cree llevar pintado del color equivocado.
- El viernes tampoco puedo. -La erección se me ha bajado del todo-. ¿Qué te parece el sábado por la mañana? -sugiere-. Podemos quedar en la biblioteca de Fairfield.
- ¿Estás segura de que puedes hacerme un hueco en tu apretada agenda?
- Cállate. Nos veremos allí a las diez.
- Es una cita -anuncio mientras la señorita Kioto, que obviamente está escuchándonos, termina de ponerme una venda en el brazo.
________ recoge sus libros.
- No es una cita, Zayn -asegura por encima del hombro.
Agarro el libro y salgo corriendo al pasillo tras ella. Camina sola. La música aún no suena por los altavoces, lo que significa que todavía están dando clase.
- Puede que no sea una cita, pero todavía me debes un beso. Siempre cobro las deudas -replico. Los ojos de mi compañera de laboratorio pasan de estar apagados a brillar con intensidad. Es una mirada enloquecida y ardiente. Mmm, peligroso. Le guiño un ojo-. Y no te comas el coco con el color que te vas a poner en los labios el sábado. Tendrás que volver a pintártelos después de que nos hayamos dado.
Solcij
Re: Química Perfecta {Zayn Malik y tu}
OMG VOLVISTE!!!
-levanta un cartel luminoso- BIENVENIDA!! aksjdksa
que bueno que lo pasaste muy bien, ya te extrañaba, eh?:(
debes seguirla, ok linda? kasjdadkas pobre zayn, el gran golpe que recibió de la rayis jajaja
siguela, hace los deveres, comete todos tus vegetales, y muchos besotes de mi parte akkddds :(L):
PD: - estoy tan feliz, nuevo video de the saturdays, los brits awards y volviste de vacaciones, el mejor dia de todos :corre:
-levanta un cartel luminoso- BIENVENIDA!! aksjdksa
que bueno que lo pasaste muy bien, ya te extrañaba, eh?:(
debes seguirla, ok linda? kasjdadkas pobre zayn, el gran golpe que recibió de la rayis jajaja
siguela, hace los deveres, comete todos tus vegetales, y muchos besotes de mi parte akkddds :(L):
PD: - estoy tan feliz, nuevo video de the saturdays, los brits awards y volviste de vacaciones, el mejor dia de todos :corre:
Cata'Smile
Re: Química Perfecta {Zayn Malik y tu}
Capítulo 015
Una cosa tengo clara... no voy a¿ estar con Zayn Malik. Afortunadamente, la señora Peterson nos ha tenido ocupados toda la semana, haciendo experimentos, de modo que no hemos tenido tiempo de hablar excepto para decidir quién enciende el mechero Bunsen. Aunque cada vez que miro el brazo vendado de Zayn, me acuerdo del golpe que le propiné.
Intento no pensar en él mientras me pinto los labios para mi cita con Colín. Es viernes por la noche, y vamos a ir a cenar y al cine. Después de comprobar mi aspecto en el espejo, hasta tres veces, y de ponerme el brazalete de Tiffany's que me regaló por nuestro aniversario el año pasado, me dirijo a la piscina del jardín, donde mi hermana está junto a su terapeuta físico. Mi madre, que lleva su bata de terciopelo rosa, descansa acomodada en una tumbona, leyendo una revista de decoración. La tranquilidad reina en la escena, excepto por la voz del terapeuta físico que le da instrucciones a Shelley. Mi madre baja la revista y veo que su expresión es tensa y ceñuda.
- _______, no vengas más tarde de las diez y media.
- Mamá, el cine empieza a las ocho. Llegaremos a casa cuando acabe la película.
- Ya has oído lo que te he dicho. No más tarde de las diez y media. Si tienes que salirte del cine para llegar a casa a tu hora, pues te sales. Los padres de Colin no respetarán a una chica que no tiene toque de queda.
El timbre de casa suena.
- Probablemente sea él -digo.
- Pues date prisa y ve a abrirle. Un chico como él no esperará para siempre, ya lo sabes.
Salgo corriendo hacia la puerta principal antes de que mi madre lo haga por mí y nos haga quedar a los dos como tontos. Colin aparece en el umbral de la puerta con una docena de rosas rojas en la mano.
- Para ti -dice, sorprendiéndome.
¡Vaya! He sido una idiota por pensar tanto en Zayn esta semana. Abrazo a Colin y le doy un beso, un verdadero beso en los labios.
- Deja que las ponga en agua -digo, retrocediendo.
Canturreo alegre mientras me dirijo a la cocina, oliendo la dulce fragancia de las rosas. Pongo agua en un jarrón, preguntándome si Zayn habrá llevado flores a su novia alguna vez. Puede que regale cuchillos o algo así, por si su novia los necesita cuando vaya a alguna parte sin él. Estar con Colin es tan...
¿Aburrido?
No. No somos aburridos. Somos prudentes. Acomodados. Monos.
Después de cortar la parte inferior de los tallos y colocar las rosas en el jarrón, encuentro a Colin charlando con mi madre en el patio, algo que no me gusta mucho que haga.
- ¿Preparado? -le pregunto.
Colin me lanza su súper sonrisa blanca del millón de dólares.
- Sí. Tráela a las diez y media -grita mi madre.
Como si una chica con toque de queda deba tener además valores. Qué ridiculez, pero miro a Shelley me trago las ganas de discusión.
- Por supuesto, señora Miori -responde Colin.
Una vez sentados en su Mercedes, le pregunto:
- ¿Qué película vamos a ver?
- Hay un cambio de planes. La empresa de mi padre ha conseguido entradas para ver a los Chicago Cubs. En un palco situado justo detrás del bateador. Cariño, vamos a ver a los Cubbies.
- Qué guay. ¿Estaremos de vuelta a las diez y media? -le pregunto, porque no me cabe ninguna duda de que mi madre estará esperándome a la puerta de casa.
- Sí, a no ser que el partido se prolongue demasiado. ¿Cree tu madre que te convertirás en una calabaza o algo así?
- No, solo es que, bueno, no quiero darle un disgusto -digo, cogiéndolo de la mano.
- No te lo tomes a mal, pero tu madre es un poco rara. Está muy buena, no me importaría tirármela, aunque está totalmente pirada.
- ¡Puaj! ¡Colin, acabas de confesarme que te tirarías a mi madre! Qué asqueroso eres -exclamo, soltándole la mano.
- Venga ya, _______ -dice, mirándome-. Tu madre parece más tu hermana gemela que tu madre. Está buenísima.
Mi madre hace mucho ejercicio y tiene un cuerpo de treintañera, a pesar de sus cuarenta y cinco años. Pero saber que mi novio cree que está buena es una asquerosidad total.
Ya en el partido, Colin me conduce al palco de la empresa de su padre en el estadio Wrigley Field. El lugar está abarrotado de gente de varios bufetes de abogados del centro de la ciudad. El padre de Colin nos da la bienvenida. Su madre me da un abrazo y un beso al aire antes de dejarnos para que nos relacionemos con el resto de la gente. Observo a Colin mientras habla con otras personas en el palco. Aquí se siente en casa, está en su elemento. Estrecha la mano, sonríe de oreja a oreja y responde con carcajadas a los chistes que cuentan los demás, tengan o no gracia.
- Veamos el partido en esas butacas de ahí -sugiere, llevándome a un asiento después de haber comprado unos perritos calientes y refrescos en la cafetería.
- El año que viene espero conseguir una pasantía en Harris, Lundstrom y Wallace -dice en voz baja-. Así pasaré más tiempo con estos tipos.
Cuando el señor Lundstrom aparece a nuestro lado, Colin adopta un tono muy serio. Le miro con admiración mientras habla con el señor Lundstrom como si fueran viejos amigos. Definitivamente, mi novio tiene un don especial para hacerle la pelota a la gente.
- He oído que quieres seguir los pasos de tu padre -dice el señor Lundstrom.
- Sí, señor -replica Colin, y acto seguido se ponen a charlar sobre fútbol y finanzas, cualquier cosa que se le ocurre a Colin para seguir conversando con el señor Lundstrom.
Megan me llama al móvil y le describo los momentos claves del partido. Mientras charlamos, espero a que Colín termine de hablar con el señor Lundstrom. Megan me comenta que se lo ha pasado genial bailando en un sitio llamado Club Mystique, un local en el que dejan entrar a adolescentes. Me asegura que a Sierra y a mí nos encantaría.
En la séptima entrada, Colin y yo nos ponemos en pie y tarareamos el himno. Desafinamos un montón, pero no importa porque en este momento da la impresión de que los miles de seguidores de los Chicago Cubs que están cantando desafinan tanto como nosotros. Me gusta divertirme así con Colin, lo que me hace pensar que he sido excesivamente crítica con nuestra relación.
A las nueve y cuarenta y cinco me vuelvo hacia él y le repito que no puedo llegar a casa con retraso aunque el partido no haya acabado aún. Él me coge de la mano. Tengo la sensación de que va a disculparse por no haberme hecho mucho caso durante su conversación con el señor Lundstrom. Entonces, el señor Lundstrom invita al señor Wallace a unirse al grupo.
A medida que pasan los minutos, empiezo a ponerme nerviosa. Ha habido demasiada tensión en mi casa últimamente. No quiero añadir más.
- Colin... -digo, apretándole con fuerza la mano.
Él me responde rodeándome los hombros con un brazo.
Al final de la novena entrada, cuando ya son las diez pasadas, intervengo en la conversación:
- Lo siento, pero Colin tiene que llevarme a casa.
El señor Wallace y el señor Lundstrom estrechan la mano de Colin y, acto seguido, lo saco del estadio.
- _______, ¿sabes lo difícil que es conseguir una pasantía en HL&W?
- Ahora mismo no me importa, Colin. Tengo que estar en casa a las diez y media.
- Pues llegarás a las once. Llama a tu madre y dile que estamos en mitad de un atasco.
Colin no se imagina cómo se pone mi madre cuando está de malhumor. Afortunadamente, son muchas las veces que he podido evitar que venga a recogerme a casa, y cuando lo hace es solo para pasar unos pocos minutos. No tiene ni idea de cómo me siento cuando mi madre descarga su ira sobre mí.
Nos ponemos en marcha, no a las once, sino casi a las once y media. Colin todavía sigue hablando de su posible pasantía en HL&W mientras escucha el resumen del partido por la radio.
- Tengo que irme -digo, acercándome para darle un beso rápido.
- Quédate aquí un rato -me susurra contra los labios-. Hace una eternidad que no hemos tenido tiempo de divertirnos un rato juntos. Lo echo de menos.
- Yo también, pero es muy tarde -replico, lanzándole una mirada cargada de disculpas-. Pasaremos juntos más noches.
- Espero que sea pronto.
Entro en casa, preparada para el sermón. Tal y como esperaba, mi madre me espera en la entrada, cruzada de brazos.
- Llegas tarde.
- Lo sé. Lo siento.
- ¿Crees que puedes saltarte mis reglas a la torera?
- No.
Deja escapar un suspiro.
- Mamá, de verdad que lo siento. En lugar de ir al cine, fuimos a un partido de béisbol y el tráfico era horrible.
- ¿Aun partido de béisbol? ¿Habéis estado en la ciudad todo este tiempo? ¡Os podrían haber atracado!
- Estamos bien, mamá.
- Crees que lo sabes todo, _______, pero no es así. Vete a saber, podrías estar muerta en algún callejón de la ciudad mientras yo pienso que estás en el cine. Comprueba tu bolso y mira si te falta dinero o algún documento.
Abro el bolso y repaso el contenido de mi bolso, únicamente para complacerla. Sostengo en alto el dinero y los documentos.
- Está todo aquí.
- Considérate afortunada. Por esta vez.
- Siempre me ando con cuidado cuando voy a la ciudad, mamá. Además, Colin estaba conmigo.
- No quiero oír ninguna excusa, _______. ¿No has pensado que sería un detalle por tu parte llamar para contarme el cambio de planes y para decirme que ibas a llegar tarde? -¿Para qué me grite por teléfono y después tenga que aguatar al llegar a casa? De ninguna manera. Sin embargo, no puedo decirle eso en la cara.
- No se me ocurrió -contesto sin más.
- ¿Alguna vez piensas en esta familia? El mundo no gira a tu alrededor, _______.
- Ya lo sé, mamá. Te prometo que la próxima vez llamaré. Estoy cansada. ¿Puedo irme a la cama?
Me despacha con un gesto de la mano.
El sábado por la mañana me despierta el grito de mi madre. Aparto de una manotada las sábanas, me levanto y salgo corriendo por la escalera para ver a qué se debe tanto alboroto.
Shelley está en su silla de ruedas, frente a la mesa de la cocina. Tiene la boca llena de comida y se ha manchado la camiseta y los pantalones. Parece una niña pequeña en lugar de una mujer de veinte años.
- ¡Shelley, si vuelves a hacerlo, te irás a tu habitación! -le grita mi madre antes de colocar un bol de comida triturada en la mesa, delante de ella.
Shelley lo tira al suelo. Mi madre ahoga un grito y después fulmina a mi hermana con la mirada.
- Yo me encargo -digo, corriendo hacia mi hermana.
Mi madre nunca le ha puesto la mano encima a mi hermana. Sin embargo, su excesiva desesperación causa el mismo efecto.
- No la mimes tanto, _______-advierte mi madre-. Si no come, la alimentaremos a través de un tubo. ¿Te gustaría eso?
No soporto que mi madre haga esto. Siempre imagina lo peor que puede suceder en lugar de intentar arreglar lo que está mal. Cuando mi hermana me mira, veo la misma desesperación en sus ojos.
Mi madre señala a Shelley con el dedo y después a la comida que hay esparcida por el suelo.
- Esa es la razón por la que hace meses que no te llevo a un restaurante -le dice.
- Mamá, para -le ruego-. No tienes que empeorar las cosas. Shelley ya está alterada, ¿De qué sirve echar más hierro al asunto?
- ¿Y qué hay de mí?
La tensión aparece de nuevo: nace en mi interior y se extiende por todo mi cuerpo hasta llegar a los dedos de las manos y de los pies. Se hace más intensa y estalla con tal fuerza que apenas soy capaz de reprimirla.
- ¡Esto no tiene nada que ver contigo! ¿Por qué siempre crees que todo se vuelve contra ti? -vocifero-. Mamá, ¿no te das cuenta de que se siente dolida? En lugar de chillarle, ¿por qué no te detienes un momento a pensar qué ha podido salir mal?
Sin pensarlo dos veces, cojo una toallita y me arrodillo al lado de mi hermana. Empiezo a limpiarle los pantalones.
- ¡_______, no! -grita mi madre.
No le hago caso. Aunque debería hacerlo, porque antes de que logre apartarme, Shelley me coge del pelo y empieza a tirar con fuerza. Con todo el alboroto, se me ha olvidado que a Shelley le ha dado últimamente por tirar del pelo a la gente.
- ¡Ay! -exclamo-. ¡Shelley, para, por favor!
Intento alcanzarle las manos y presionarle los nudillos, tal y como nos dijo el médico que hiciéramos para lograr que nos soltara, pero es inútil. Estoy en la posición equivocada, agachada sobre los pies de Shelley con el cuerpo torcido. Mi madre está soltando tacos, la comida vuela por la cocina y empiezo a sentir el cuero cabelludo en carne viva.
Shelley sigue tirando con fuerza, a pesar de que mi madre intenta conseguir que me suelte el pelo.
- ¡Los nudillos, mamá! -grito, recordándole lo que sugirió el Dr. Meir. Maldita sea, ¿cuánto pelo me ha arrancado? Tengo la sensación de que una gran parte de la cabeza me ha quedado calva.
Parece que mi madre ha aceptado la sugerencia y debe de haber presionado con fuerza los nudillos de mi hermana porque por fin me suelta el pelo. O eso o Shelley me ha arrancado el mechón que estaba agarrando.
Caigo al suelo y acto seguido me llevo la mano a la parte de atrás de la cabeza.
Shelley está sonriendo.
Mi madre frunce el ceño.
Y las lágrimas me resbalan por las mejillas.
- Voy a llevarla al Dr. Meir ahora mismo -dice mi madre, agitando la cabeza, dejando claro que soy yo la culpable de toda esta situación descontrolada-. Esto ha llegado demasiado lejos. _______, coge el coche de tu padre y ve al aeropuerto O'Hare a recogerlo. Su vuelo llega a las once. Es lo mínimo que puedes hacer para echar una mano
Solcij
Re: Química Perfecta {Zayn Malik y tu}
OMG MUJER DEBES SEGUIRLA
por que la madre de la rayis es tan mala con shelley?
y colin no se pone en el lugar de la rayis>:(
AY QUE RABIA akdaksjkdsa :OWO:
siguela ok? hazlo por zayn, la rayis, tus lectoras, tu madre, tu mascota, t vecina, ricky martin, etc aksjdkkd
besos, adiooos akjdk
por que la madre de la rayis es tan mala con shelley?
y colin no se pone en el lugar de la rayis>:(
AY QUE RABIA akdaksjkdsa :OWO:
siguela ok? hazlo por zayn, la rayis, tus lectoras, tu madre, tu mascota, t vecina, ricky martin, etc aksjdkkd
besos, adiooos akjdk
Cata'Smile
Página 5 de 6. • 1, 2, 3, 4, 5, 6
Temas similares
» Quimica Perfecta (Zayn Malik y tu)
» Química Perfecta. (Zayn Malik y tú)
» Química perfecta (Zayn Malik y Tu)
» Quimica Perfecta- Zayn Malik- NEW
» Química Perfecta [Adaptación de un Libro] {Zayn Malik y Tú}
» Química Perfecta. (Zayn Malik y tú)
» Química perfecta (Zayn Malik y Tu)
» Quimica Perfecta- Zayn Malik- NEW
» Química Perfecta [Adaptación de un Libro] {Zayn Malik y Tú}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 5 de 6.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.