If We Were Boys ||N.C||One Direction||

Probablemente las cosas nunca habían estado peores que en ese momento, cuando creíamos que todo era un desastre las cosas se ponían aun peor.

— ¿Qué? —Exclamé con asombro cuando Micki nos confesó que Paul, la había descubierto.
—Lo siento chicas, juro que yo no hice nada fuera de lo normal, solo que él escuchó mi charla con Kyle y me descubrió —se defendió ella sintiéndose culpable.
—Creo que hasta aquí llegamos, es hora de irnos antes que todo se salga de control —Sugerí pero inmediatamente Tay se opuso.
—Sé que esto es más difícil de lo que pensamos, pero no podemos irnos ahora —Habló dándonos ánimos como la líder del grupo, extraño en ella, ya que probablemente sea la más tímida y reservada de todas aunque con nosotras sea muy abierta.
—Apoyo a Taylor, después de todo lo que hemos hecho aquí no podemos irnos —Acotó Carmin quien hasta el momento se había mantenido al margen, también extraño en ella.
— ¿Y que hemos logrado? Además de ser avergonzadas por George y otros idiotas, claro —Soltó Rose con cierta ironía y yo asentí apoyando lo que decía.
— ¿Saben? Koti y Rose tienen razón —Dijo Lau –Pero eso no significa que debamos abandonar la academia —se encogió de hombros –Al contrario, creo que debemos aprovechar esta oportunidad.
—Tu porque quieres seguir viéndole el culo a Tomlinson —Solté un bufido cruzándome de brazos y todas me miraron. No era que yo fuese una santa, ni mucho menos pero era muy difícil escucharme decir una mala palabra o hablar de mala manera, simplemente era incapaz de decir lo que sentía o discutir con alguien pero últimamente estaba pasando casi a diario.
—Sí, es cierto, su culo es hermoso —gracias a su repuesta, supe lo mal que estaba comportándome con mis amigas, y me sentí horrible.
—Chicas, odio este lugar, no le puedo encontrar nada positivo, lo siento, pero locura se termina aquí para mí —Me levanté del suelo, donde estaba sentada y me dispuse a salir de la habitación hasta que un “espera” por parte de Tay me hizo voltear a verla— ¿Qué? —pregunté intentando mantener la calma.
—Debe de haber alguna manera de que podamos evitar que te vayas —dijo ella con un toque de tristeza en sus ojos que me hizo sentir la peor persona del planeta.
—El único que en este momento podría evitar que yo me vaya de esta academia es Liam, pero como jamás me lo pedirá, me iré —Necesitaba estar sola, por lo cual me retiré de la habitación sin más.
 
La enorme ansiedad que tenía me hizo volver a revisar el fondo de mi valija, donde tenía algunas golosinas y frituras guardadas, pero para mi sorpresa, ya no había nada –demonios- exclamé molesta ¿Era posible que ya hubiese acabado con todo? Realmente no era una buena señal. Metí nuevamente la valija bajo la cama y me encerré en el baño, me quité la maldita peluca y la ropa, solo quedándome con las prendas íntimas, luego, subí a la balanza. Mis ojos comenzaron a cristalizarse, mi médico decía que no debía pesarme sino cada vez que lo viese a él en el consultorio, pero nunca le hice caso. Mi estatura es de 1,60 y mi peso ideal ronda los 58 kg, aunque no se notara demasiado físicamente, había aumentado 5 desde que llegué a la academia, podrá no parecer nada, pero para mí era mucho -63 k- murmuré y sequé mis lagrimas, me bajé de la balanza y me paré frente al espejo a verme –gorda- me dije entre dientes, hacía mucho no me sentía tan mal. Recordé aquellos tiempos en donde era una niña a la cual sus compañeros molestaban por estar pasada de peso, sufrí tanto aquel tiempo que creí que jamás saldría adelante, pero lo hice ¿Acaso estaría cayendo otra vez? Lavé mi cara reiteradas veces con agua fría para que nadie notase que había llorado, pensé en ir a hablar con el doctor Kyle pero lo cierto es que no quería cruzar palabra con nadie, sentía que si lo hacía, rompería en llanto. Tampoco era una buena opción quedarme encerrada en esa habitación, quería dejar de ser Derek al menos por un rato.
 
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No tenía idea de lo que estaba haciendo, estaba caminando por los pasillos del London music boys vestida como chico pero sin ocultar a Dakota, sin faja, sin peluca, poniendo en riesgo el plan que habíamos hecho con las chicas, poniéndome en riesgo a mi misma que aunque no fuese la chica más atractiva del planeta, era una chica dentro de un internado lleno de adolescentes con las hormonas encendidas y sin contacto con una chica desde hace ya algún tiempo.
Cuando realmente me di cuenta de lo que estaba haciendo, me puse la capucha, escondí mi rubia cabellera y rápidamente me dirige a la oficina de Kyle. Me adentré en ella sin siquiera golpear y me llevé una gran sorpresa al ver que había alguien dentro.

—Yo… Lo siento —Salí de inmediato antes de que pudiera decirme algo. Había visto a un chico de espaldas sentado en la silla que yo misma había usado para confesarme días atrás. No me dio tiempo a ver quién era, pero al parecer las chicas y yo no somos las únicas con problemas dentro del instituto, por más duros que se muestren los chicos si visitan a Kyle debe haber algo que no anda bien. Pensando en eso, me olvidé de mis problemas por un minuto, eso hasta que la puerta se abrió, por acto reflejo, miré en dirección a esta y me sorprendí al ver que quien salía de la oficina de Kyle era nada menos que Liam. Bajé la cabeza de inmediato para que no me viese, pero él ni siquiera se percató de mi presencia, sin decir nada se fue a paso apurado, probablemente no quería que nadie lo viera saliendo de allí.

Levanté mi vista hacia la puerta, donde estaba Kyle parado y me hizo una seña de que entrase.

— ¿Qué te trae por aquí? Estabas muy apurada al parecer —Me puse cómoda y me quité la capucha, al fin, una vez más podía ser Dakota sin miedo a que nadie me descubra –Déjame adivinar… —pasó la mano por su mentón en un gesto pensante y continuó –Estas harta de ocultar tu identidad ¿Cierto? —asentí.
— ¿Por qué Liam estaba aquí? —pregunté interesada, en ese momento mis problemas habían quedado de lado, de verdad quería saber que estaba sucediéndole a él.
—Bueno, no puedo contarte demasiado porque es un secreto profesional pero creo que tu y él están pasando por una situación muy similar —lo miré con un gesto de confusión por lo cual mostró una sonrisa– Tú estás cansada de ocultar tu identidad y el está cansado de ser reconocido por todos —hizo una leve pausa y al ver que no emití palabra alguna prosiguió– Dakota ¿No crees que esta experiencia está ayudándote tanto a ti como a tus amigas?
—Claro que no —Respondí un tanto molesta sin comprender como podía llegar a esa absurda conclusión.
—Yo creo que sí, estoy seguro de que nunca antes tuviste tantas ganas de mostrarte ante todos como quien en realidad eres, Dakota, una chica —me detuve a procesar su razonamiento y si, Kyle estaba en lo cierto, por primera vez en años quería ser yo y no alguien más, aunque no fuese en las mejores circunstancias pero estaba dándome cuenta de que por más problemas que haya tenido en mi vida me siento mejor siendo yo misma que ocultando mi identidad.
—Viéndolo de eso modo…
—Ahora dime ¿Qué te trae por aquí?
—Eso ya no importa, acabo de darme cuenta que Dakota estará mejor en cuando Derek cumpla con la misión que lo trajo hasta aquí —sonreí y me levanté de la silla.
 
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Entré a la habitación en donde se encontraba Liam, sentado en su cama tocando la guitarra, quedó viéndome como si fuese un extraterrestre o algo así.
— ¿Y tú quién eres? —Preguntó con un gesto de confusión y dejó el instrumento a un lado. Por un momento creí que estaba tomándome el pelo, hasta que me di cuenta lo que de verdad ocurría; Dakota. No había peluca, ni faja, ni nada, era yo, con mi pelo rubio y mi cara de niña.
—Koti ¿Tú? —Me miró extraño levantándose de la cama, por un momento creí que me atacaría o algo así, mi pregunta fue estúpida, ya sabía quién era, todos saben eso, pero se detuvo pasos antes.
—Liam —Respondió sin problemas— ¿Qué se supone que hace aquí una chica? — ¡Buena pregunta! Pensé ¿Qué demonios inventaría para salir de esta con vida?
—Yo… Ehmm… Soy la prima de Derek, vine a traerle unas cosas que me pidió —Sonreí intentando verme sincera y amable, al parecer resultó porque se dibujó una sonrisa en su bello rostro.
— ¿Sabes? La mayoría de las chicas reaccionan de manera más eufórica al verme, me gusta que tu no —por un momento, vi al Liam del cual me había enamorado perdidamente, el dulce, tierno y amable, casi me derrito y me lanzo en sus brazos, pero al parecer eso no sería una buena idea por lo cual me contuve.
—Yo jamás haría eso —Reí apenas al igual que él ¿A quién quería engañar? Desde que lo vi por primera vez quise lanzarme en sus brazos y besarlo hasta quedarme sin aire, y ahora, me comporto como una lady, todo sea por el plan. — Creo que ya debo irme, fue un placer conocerte —me quise ir rápido pero me detuvo tomándome del brazo.
—Espera, puedo acompañarte a la salida —negué, no iría a ningún lado, solo al cuarto de las chicas en busca de una faja y peluca para poder entrar de nuevo en mi habitación como Derek.
—No es necesario, mi primo está esperándome allí —besé su mejilla sintiendo su exquisito perfume varonil y su barba apenas crecida raspó mi suave rostro causándome un encantador escalofrío.
De verdad no quería hablar más caería rendida ante sus pies y mandaría todo al demonio. Me adentré al cuarto de Micki, donde se encontraba sola, pero en pocos minutos, luego de que las llamáramos estaban todas ahí, como siempre, unidas ante todo y apoyándonos incondicionalmente. Luego de pedir las correspondientes disculpas por mi mal comportamiento hacia ellas, les conté lo sucedido en la charla con Kyle y luego con Liam, además, que ahora Derek tenía una prima.