The breakfast club.

Pues no me gustó mucho como quedó , pero espero les haya agradado a ustedes :)

NUEVA LECTORA!   

Soy Ana, pero me pueden llamar Shadow :niña:  O como quieran.
Soy de México y estoy súper enamorada de la lectura  :aah:  
Soy Directioner    Y mi debilidad es Harry Styles    

Síganlaaaaa!    ahora 

me encanto el capitulo rat, no te quedo nada feo, me encanto <333 ¡siguela prisc!

Paula.- escribió:me encanto el capitulo rat, no te quedo nada feo, me encanto <333 ¡siguela prisc!

n.n Gracias Pau <3

¿cómo no lo haría? Hemos derrotado a su grupito de metrosexuales más de 20 veces en voleibol , básquet y otros deportes. morí de risa con esta parte laksdjhfkfjh. Amé la personalidad de Rachel, no le tiene miedo a expresar su opinión. y por ella sacaron a la pobre Winter del armario. Y sabe lo de Jessie y el director akjfkdjfhldk. y le dice pedófilo.
me encantó. síganla.

Síguela Prisc  

A la noche subo.

Para Samantha Larson, los despertadores era solo un aparato tecnológico que recordaba a las personas lo flojas que eran. Ella, por supuesto, no tenia uno.
Una vez su padre le había regalado uno para su cumpleaños, pero ella, termino devolviéndolo y cambiándolo por un libro de texto.
Siete en punto y la castaña ya había abierto sus ojos de par en par, lista para darse una ducha, cepillarse el cabello, tomar un desayuno enérgico, y  en los minutos que le sobraban, ordenar su cama y cepillarse los dientes antes de caminar hasta el instituto que solo le quedaba a un par de cuadras.
Su madre le había dicho que era lo más parecido a un robot, un odioso y fastidioso robot. Pero que importaba. Sam no podía escuchar las tontas palabras de una mujer que trabajaba en un boliche sirviendo tragos por la noche y dormía todo el día, olvidándose de lavar la ropa, los platos sucios, hacer la cena, e incluso ayudar a su hijo menor a hacer las tareas, y mucho menos a su padre, dueño de ese mismo boliche, consumidor diario de tabaco y algunas otras sustancias que la castaña no quería ni imaginarse.
Era mucho mejor fingir que todo estaba bien. Que eran una familia perfecta.

-Vamos, Matt… despierta-dijo Sam asomando su cabeza dentro de la habitación de su hermano. Si podía ayudar a su hermano, entonces, sus padres y su vida tan liberal se borrarían de su memoria, para siempre, si tenía suerte.

-Cinco minutos más- respondió el pequeño debajo de un montón de sabana y mantas.

-Ni más ni menos… Te quiero frente a la puerta del baño para cuando termine de bañarme-dicho esto, cerró la puerta y camino hasta el fondo del pasillo, hacia el baño que compartía con su familia.
Un top por aquí, ropa interior tirada por allá, toallas húmedas acumuladas en una esquina. Eso era el baño.
La castaña era considerada perfeccionista no solo por sus padre, sino también por el resto de la escuela, los profesores e incluso el director. Pero ninguno de ellos sabía lo que era vivir así. Si podía controlar si vida, entonces compensaría la de sus padres. No por vergüenza, porque al fin y al cabo eran sus padres, sino por todas esas noche que les pedía que le leyeran un cuento y ellos se lo negaban con la escusa de que se les hacia tarde para el trabajo, por todas las veces que caía de su bicicleta y se pelaba las rodillas y no tenia quien se las soplara para calmar el dolor, por esos cumpleaños donde esperaba una muñeca, y libro, un teléfono nuevo, y recibía cualquier otra cosa que a veces ni le gustaba pero debía esforzarse para sonreír. Estaba dolida, y aunque podía ser una adolescente común y corriente, con muchos amigos, que salía los fines de semana, tenía que seguir poniendo limites en su casa, por ella y por su hermano.
Salió de la ducha envolviéndose en una toalla limpia que había traído de su dormitorio. Matt estaba al otro lado de la puerta cuando salió, aun con los ojos cerrados y las marcas de la almohada marcadas en el rostro. Sonrió al ver a su hermano en ese estado y paso a su lado para dejarle vía libre para que entrara, no sin antes alborotarle aun más el pelo con la mano.
Una colección considerable de cardiganes y bailarinas inundaban su armario. Era lo que ella consideraba apropiado y estaba bien.
Escogió un par de jeans negros, unas bailarinas rosas y un cardigán blanco salpicado por corazones pequeños de diferentes colores. Cepillo su cabello, y lo dejo suelto antes de bajar a preparar el desayuno.
Jugo de naranja fresco, cereales con leche, y tostadas con mermelada. Todo estaba listo cuando Matt llego junto a ella y se sentaron en un espacio libre de mesa que sorprendentemente no está sucio o lleno de platos. Generalmente Sam dedicaba sus sábados a limpiar la suciedad.

-¿Tienes alguna prueba hoy?-le pregunto a su hermano.

-Matemática, pero es fácil… Sacare un diez, ya lo veras-respondió Matt con suficiencia. Él solo tenía diez años, pero era muy inteligente para su edad, y además de eso, popular.  Todo lo que a Sam le gustaría, pero a ella le costaban las matemáticas –aunque no se notara - y no casi nadie se le acercaba.

-Claro que lo hare-

Terminaron el desayuno y limpiaron las cosas juntos, tendieron sus camas, cepillaron sus dientes y salieron de su casa para dirigirse al colegio.
Matt se separo antes de llegar, ya que el asistía a la escuela primaria que quedaba  un poco más lejos que la de Sam.

-Nos vemos luego-lo saludo la castaña con un beso sobre la cabeza y luego subió las escaleras que llevaban a la entraba del instituto. Llegaba temprano, como siempre.

Biología, Matemáticas, Gimnasia, el almuerzo, Historia, y  por ultimo Literatura.
Winter no había aparecido en ningún momento, por lo que tuvo que comer su sándwich sola en una mesa al fondo de la cafetería. Sam se pregunto a donde estaba y decidió ir a buscarla, pero la campana había sonado antes que pudiera hacer el intento.
Ahora estaba sentaba en uno de los primero bancos, escuchando como la Señora Jackson hablaba, o mejor dicho, fantaseaba con Romeo y Julieta. Ella consideraba la obra como una de las mejores muestras de amor en el mundo, y tenía el sueño de vivir una historia como la de ellos. Pero Sam no pensaba lo mismo. Era una de sus obras favoritas, y aunque prefería morderse la lengua porque sabía que esa mujer la odiaba por decirle la verdad clase tras clase, debía defender la idea que había tenido Shakespeare en ella.

-Eso es estúpido-soltó. Se arrepentiría, lo sabía.

-Señorita Larson… ¿Tiene algo para compartir con la clase?-pregunto la profesora, aunque más que una pregunta, era un desafío. Nuevamente, tragarse las palabras era la mejor opción. Así dejaría de catalogarla como una loca obsedida que quiere que todas las cosas salgan como ella quiere, pero no podía.

-De hecho si-dijo segura-Shakespeare no quiso retratar lo bello que es el amor, sino lo trágico que puede ser sino planeas bien tus jugadas-comento la castaña.

-Suena como si planearas enamorarte de alguien antes de hacerlo… Uno no organiza esas cosas, Señorita Larson-

-Puede que no, pero ¿Nunca escucho la frase “Si juega con fuego puede salir quemado”?-La profesora asintió, mas no volvió a hablar, por lo que la castaña continuo- Es más que obvio era solo unos adolescentes tontos. Eso no era amor… Vamos, Romeo era uno de los jóvenes más mujeriegos y Julieta… ella solo quería buscar una forma de huir de los planes de su padre. Si hubiese sido amor, hubiesen buscado una forma de estar juntos-

-Es literatura, de eso se trata-la interrumpió la profesora.

-Pero entonces uno no debería andar por ahí soñando un amor como Romeo y Julieta, por que de ser así, estaría buscando una historia donde el tipo huye por sus errores, un chica que se acobardaba y finge su propia muerte y al final, cuando se vuelven a encontrar, ambos saben que no saldrán vivos desde de eso, por lo que se suicidan… ¿Ese es su significado de amor?-pregunto Sam.

-¿Qué quieres decir con eso Samantha?-

-Lo que dije, Profesora. Es de estúpidos pensar en eso.-

-¡Ya cállate!-Sam escucho que gritaron al fondo. Probablemente era Niall Ryder, pero no le importaba. Era demasiado estúpido para como para preocuparse por el- Mientras más rápido acabe esta clase, mas rápido podre irme-

-Usted cállese, señor Ryder- soltó la señora Jackson, al borde de un ataque de nervios- ¿Me acaba de llamar estúpida señorita?- Sam abrió los ojos de par en par cuando se dio cuenta de lo que había dicho. Si la tierra se abriera en ese momento y la tragara, sería feliz.

-Oh, no… solo dije que era estúpida la idea…-respondió intentando reparar su error. A veces, la estúpida era ella por dejarse llevar.

-Yo creo que si la llamo estúpida-replico Niall. Sam se dio vueltas esta vez y le mostro el dedo medio.

-¡Samantha! ¡A la dirección ahora mismo!-soltó la profesora. La castaña dio un respingo en un silla y sintió como algo pesado caía en su estomago. Había estado en la dirección antes, pero nunca por algo así.

-Pero…-

-Nada de peros… No aceptare otra falta de respeto de tu parte…-

-Yo solo quería dar mi opinión-respondió la castaña siendo sincera.

-Pues su opinión no es bien recibida aquí-La señora Jackson le entrego una nota, y le abrió la puerta para que se retirara. Sintió las mejillas arder y las risas a su espaldas. Pero aun así, se levanto  con dignidad. Antes de salir escucho- Y usted también, señor Ryder-

-¿Y yo por qué?-

-Por quedarse dormido en mi clase-

Sam acelero el paso. No quería cruzarse con nadie y menos con Niall.

La oficina estaba vacía para cuando llego. Le entrego el papel a la secretaria y minutos después la invito a pasar, para hablar con el director.

-Señorita Larson… un placer-la saludo el hombre. Tenía aproximadamente cuarenta años y se cuidaba muy bien. Sam sabia que un par de alumnos tenían privilegios por el gracias a ciertos “favores”.

-No se esfuerce, señor, se que usted me odia también-soltó la castaña.- La verdad duele muchas veces-

-Nadie te odia Sam… Solo eres demasiado fastidiosa…-

-¿Fastidiosa?-

-Sí, fastidiosa. No a todos los profesores les gusta que le repliquen en clase frente a sus alumnos. Sé que eres inteligente, pero deberías aprender a cerrar la boca de vez en cuando. No todo debe ser como a vos te gusta- Claro que nada era como a ella le gustaría, pero ellos no sabían, no entendían, y probablemente, nunca lo harían.

-Solo estaba dando mi punto de opinión sobre Romeo y Julieta-se defendió Sam.

-Pero llamaste estúpida a tu profesora-

-Claro que no… Solo dije que me parecía estúpida la idea de querer un romance como ellos, y la profesora se ofendió…-

-Debes aprender Sam. Creo que un castigo te haría bien-

-¡¿Qué?!-

-Vendrás mañana a las siete en punto-

-Pero es sábado…-

-¿Y?-El director levanto una ceja retándola a decir algo más, pero Sam prefirió morderse la lengua aunque fuese demasiado tarde, estaba castigada.
Refunfuño, mientras tomaba su mochila del piso y se levantaba para salir. Niall estaba al otro lado del vidrio esmerilado que recubría la oficina,  sentado de una manera despreocupada, como si ya hubiese hecho eso miles de veces.

-Hasta mañana Sam-

-Es muy injusto-soltó antes de abrir la puerta y salir de la oficina.
El rubio se paro cuando la castaña salió, y camino hacia ella, para entrar a ver al director, sin antes decir:

-No eres tan perfecta, princesa-

Sam rodó los ojos, mientras contaba hasta un millón. Necesitaba planear como asistiría al castigo, limpiaría su casa, y estudiaría para el examen de Historia del lunes. Iba a ser un fin de semana largo.

Spoiler:

Me encantó tu capítulo Prisc, pobre Sam, tiene que controlar toda su vida porque a sus padres no le interesa hacerlo. Amé la manera en la que la castigaron alksjfkdfl, la maestra lo malinterpretó todo y de paso también mandó a Niall.

Ame el cap  amo como escribes Prisc
Amo la novela, por cierto, en la siguiente ronda se explicara como los chicos entraron en detencion ¿verdad?

Prisc te quedo hermoso! :3 amó como escribes :D jakajskas ese Niall es un loquisho , en fin... Lo amé<3

Akdhfhsllajdjd ME ENCANTOOO   

Me siento un poco identificada con Samantha     

Siganlaaaaa!    Las amo 

Shiguela Bea <3