Invisible [Nick&Tu ] 3ra Temporada CANCELADA

Esa noche estábamos con Nick, afuera sentados en un sillón de mimbre mientras bebíamos una malteada de frutas que el mismo había preparado. Luego de cenar, Robert trajo de nuevo a Lucy, quien a regañadientes, comió toda la cena que le trajo el mozo.

Desgraciadamente a la salida los molestos paparazis comenzaron a especular y a sacar fotos. Nick estaba hecho una furia cuando le preguntaron a Marie sobre si le dolía que Delta no luchara por su custodia. Me dio miedo al verlo en ese estado, pero era comprensible que actuara así. Yo misma me hubiera tirado encima del paparazzi a golpearlo si llegaba a preguntarle algo indebido a mi hijo.

Hablando de Ian Nicholas, el me ignoro gran parte de la cena y solo dejo que Robert lo cargara para salir de aquel lio ¿Acaso mi propio hijo de cuatro años me detestaba por no poder llamarlo solamente Ian? No podía comprenderlo, pero tampoco me podía comprender a mi misma como podía afectarme tan solo decirle Ian… se supone que ese era su nombre. Pero solo con decir su primer nombre, me venía a la mente la hermosa imagen de su padre, luego todo el dolor al saber que jamás lo volvería a ver.

- ¿Estas bien por lo ocurrido con los paparazis? – le pregunte a Nick.

- Sí, pero me dolió ver a mi hija llorando por ese estúpido. – suspiro y se masajeo la frente – No puedo creer que aguante tanto a tiempo a Delta por estar enamorado de ella, y más si hice sufrir a mi hija… No me lo podre perdonar jamás.

Al ver su cara contraída por la angustia, le acaricie el hombro en forma de apoyo.

- Yo tampoco puedo perdonarme estar cuatro años de mi vida y la de Nicholas, encerrada en casa solo porque no podía superar la muerte de mi marido… y para ser sincera, aun me duele.

- Es distinto, Ian te amaba ____. Delta solo me uso y me hizo sufrir a mí, y más a nuestra hija. Bueno, mi hija solamente. La detesta, no sabes cuánto. No es así con sus otros dos hijos, pero con Marie es totalmente fría y malvada. Costo darme cuenta al principio, pero jamás volveré a dejar que maltraten a mi hija, nunca más.

Apoye mi cabeza en su hombro y tome su mano enredándola con la mía. Podía sentir su dolor y su arrepentimiento, su angustia, su bronca por no haberse dado cuenta de la arpía que tenia al lado, pero debía dejar aquello atrás y empezar una nueva vida con su hija. Marie necesitaba dejar a la perra de su madre – quien no se merecía ser la progenitora de una niña tan hermosa y dulce – y vivir feliz con su padre.

Pensé en mi y en mi hijo ¿Acaso también debíamos alejarnos para empezar de nuevo sin el recuerdo de Ian para que pudiera olvidar el dolor? Solo pensarlo sentía que estaba traicionando a la persona que me había dado tanto amor y confianza. No, nunca podría dejar de lado el recuerdo de Ian. Jamás lo permitiría.

- Van a poder seguir adelante, Marie tiene un padre espectacular – le sonreí, el no tardo en devolverme la sonrisa.

- Gracias… siento si te duele que te pregunte, pero ¿Cómo fueron estos cuatro años? Ya sabes, no hemos tenido contacto en mucho tiempo.

- Descuida, siempre me duele aunque no me acuerde de el – sonreí tristemente recordando la sonrisa y la voz de Ian – Fueron dolorosos, lo admito. Si no fuera por Mía y Robert, yo ya estaría muerta. Después del entierro de Ian, simplemente corrí hasta mi hogar y me encerré en el estudio. Tome una navaja y me corte los dos brazos cortando mis venas – le mostré las cicatrices que tenía en ambas muñecas – Si Ian moría, yo también quería morir, no pensé en nada más. No me importo mi hermana, ni Lucy, ni mis amigas, ni mi familia, ni siquiera me habías importado tu. Todo se concentraba en el horrible dolor desgarrador que tenia dentro mío y que no podía parar. Hasta que Robert me llevo a urgencias y me dijeron que estaba a salvo yo y mi bebe. No tenía ni la menor idea de que estaba embarazada, de lo contrario no lo hubiera hecho. Fueron cuatro años de depresión, llantos y borracheras. Nunca deje que Lucy o Ian Nicholas me viera en ese estado, pero todos en casa sabían el horrible problema que estaba pasando. Había a veces que siquiera me podía levantar de la cama, que no podía masticar la comida. Fue horrible, y no se lo deseo a nadie realmente, ni siquiera a Delta.

Nick se quedo callado por unos segundos, pero me apretó la mano con más fuerza y paso el brazo por mis hombros. Estar así con él, era reconfortante, sentía que era mejor que todo el alcohol ingerido en cuatro años para que olvidarse el dolor.

- ¿Y para ti como fueron estos cuatro años? – susurre aguantando las lagrimas de mis ojos que querían salir.

- Horribles, ni te imaginas. Fueron lindos la parte en que nació Marie y cuide a los hijos de Delta, son unos chiquillos traviesos pero siempre cuidaban a su hermana menor cuando lo necesitaba, incluso de Delta. Ella simplemente gastaba dinero y se la pasaba tratando mal a Marie, o amenazándola con que no me dijese nada. Realmente, fueron horribles. Mientras pasaba el tiempo a su lado, la vida perdía color y ya no podía sentir cálido nada. Quizás por eso soy más frio y duro como antes. – sonrió con tristeza.

- Sigues siendo el mismo tonto que no se daba cuenta que mujer se perdía – dije alardeando en broma. Nick rio.

- ¿Disculpa? Tú eras la tímida que le daba miedo acercarse a mi…

- Y tú eras el idiota que me trataba mal.

- Ya, era un crio, deja de hacerme sentir como un tirano – rio encantadoramente, como todo lo que lo componía - ¿Sabes? Recuerdo todo lo que hemos vivido hace años y lo siento como si parecieran siglos. Éramos tan chicos y tan inmaduros como para mantener una relación seria. Mas con mi carácter y el tuyo.

- Aun me acuerdo cuando pensé que tu y Miley tenían algo nuevamente – reí y me tape con la mano libre la cara – Que estúpida que era.

- ¿Y mi odio hacia Selena? Hoy en día, es una de mis mejores amigas. Hemos pasado por mucho y sin embargo me ayudo demasiado con el tema de Delta. Ella y Miley realmente me abrieron los ojos para que me divorciara de ella.

- Hace tiempo que no hablo con Selena ¿Qué es de su vida? Lo último que supe fue que volvió con David Henrie.

- Si están hace dos años, y creo que el estará esperándola en el altar – aseguro y yo sonreí contenta por ella. A pesar de todo, se merecía ser feliz también con una persona que la amase enserio.

- ¿Y qué hay de ti? ¿Vas a darme la oportunidad?

- Ya hablamos de eso, Nick… - respondí separándome de el – Si no puedes respetar el recuerdo de Ian, no puedo dejar que entres en mi vida y …

Nick no me dejo terminar, porque sujeto mi cabeza entre sus manos y me dio un beso en las dos mejillas. Su sonrisa y sus ojos me hicieron ver su respuesta, el estaba dispuesto a ayudarme a que el dolor pasase después de cuatro años de la muerte de Ian, estaba dispuesto a tolerar mis depresiones, estaría conmigo a pesar que aun amaba a Ian .

Sus labios se unieron conmigo, transformando todo en amor y alejando el dolor tan presente e insistente que había en mi. No sé como paso, ni sé cómo fue, pero ya habíamos decido que luego de que me divorcie de Robert, esperaríamos un año para anunciar nuestro casamiento, pero al paso que iban las cosas, seguro que serian dentro de tres meses.

Pero ver el rostro lleno de terror de Nicholas una vez que nos besamos luego de discutir sobre nuestro futuro, fue lo que me hizo dudar si alguna vez llegaría a casarme con Nick. Mi hijo se echo a correr hacia el bosque sin dejarme oportunidad siquiera de hablar. Me pare con rapidez y me eche a correr hacia él mientras lo llamaba.

La noche estaba oscura y tenía miedo de que nos podíamos llegar a encontrar en el bosque. No pensé que Ian Nicholas se tomaría tan mal. No sé cuánto tiempo estuve buscándolo, llamándolo a gritos y llorando, solo sé que cuando pensé que jamás lo encontraría, apareció Ian, mi dulce Ian con los brazos cruzados y esa mirada suya comprensiva como cuando rompía llorar. Le di una media sonrisa y simplemente me disculpe. Me disculpe por poner en peligro la vida de nuestro hijo cuando pensaba matarme, le pedí perdón por no haber ayudado mas a Lucy con sus problemas en los cortes, por casarme con su mejor amigo por no poder tener la tenencia por mí misma, por ser tan débil y dejar que todos los de mi alrededor se consumieran conmigo en el dolor insoportable en el que vivía. Le pedí perdón por querer volver a reiniciar mi vida con Nick Jonas, su primo.

Ian sonrió tristemente, y giro la cabeza observando algo detrás de él.

- Todo está bien, _____ - escuche su voz claramente.

Desapareció, así la de nada como apareció. Pero detrás de el apareció mi hijo, con lagrimas redondeando su mejilla y con los ojos rojos. Camino hacia a mí con una pierna mala. Oh por dios, Había olvidado su accidente.

Corrí hasta él y lo abrace con fuerza.

- ¡No vuelvas a correr así! ¿Me escuchaste? ¡Nunca más! – le grite zamarreándolo.

- Perdón, mama – lloriqueo el – Pero no me gusto verte con el tío Nick…sentí que ibas a olvidar a papa para siempre y nunca más me hablarías de el…

- ¡No! ¡Nunca dejare que eso pase! ¿De acuerdo, cielo?

- ¿Es una promesa?

- Es una promesa – asentí sonriendo a medias y volviéndolo a abrazar.

Si quería empezar una nueva vida con Nick, necesitaba primero que nada, la aprobación de la persona que mas amaba en mi vida.