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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
El encanto de autodestruirse.
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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El encanto de autodestruirse.
Ivette es una chica hermosa, con un pasado un poco complicado. Su padre la ha abandonado a ella y a su madre. Pero tiene a sus mejores amigos para a poyarla: Brent, quien siente algo por ella; y Evelyn, su mejor amiga desde hace siete años.
Un día como cualquier otro, algo pasa. Ivette no se lo esperaba, no esperaba que éste chico invadiera su vida, sus pensamientos, su mente, no lo esperaba.
¿Qué pasará? ¿Enserio Ivette llegará a sentir algo por él? ¿A pesar de todo? ¿A pesar de los sentimientos que Brent tiene por ella, y que Ivette también tiene por Brent? ¿A pesar de Evelyn y su madre?
Un día como cualquier otro, algo pasa. Ivette no se lo esperaba, no esperaba que éste chico invadiera su vida, sus pensamientos, su mente, no lo esperaba.
¿Qué pasará? ¿Enserio Ivette llegará a sentir algo por él? ¿A pesar de todo? ¿A pesar de los sentimientos que Brent tiene por ella, y que Ivette también tiene por Brent? ¿A pesar de Evelyn y su madre?
¿Enserio llegará a autodestruirse por éste chico?
PaolaStyles16
Re: El encanto de autodestruirse.
Capítulo 1.
El aire húmedo llenaba la habitación de Ivette, había llovido esa mañana. Sintió el peso de un cuerpo sentándose sobre su cama, su madre puso una mano sobre su hombro, acariciándolo. La chica comenzó a abrir los ojos, sin rastro de tener ganas de despertar.
-¿Cariño?- la llamó su madre.- Es hora de despertar.- Ivette gruñó y se tapó el hombro con su cobija favorita de flores color verde, soltó un suspiro.
-¿Cuál es el punto de levantarme? Voy a hacer exactamente lo mismo.- dijo, las ganas de llorar invadieron los ojos de Deborah, su madre. Frunció el ceño y tragó saliva para contenerlas. Desde que el padre de Ivette las había abandonado todo había cambiado, Ivette más que nada. Su hermana Joshelyn se había ido a la universidad, lo que dejaba a Ivette y a su madre sola en esa casa.
Deborah se tranquilizó, se levantó y deslizó las persianas color azul metálico, dejando que la luz blanca del día consumiera la habitación.
-¿Puedo faltar hoy?- pidió Ivette.
-¿Tienes alguna evaluación?
-No.- dijo Ivette, aunque en verdad no sabía si tenía alguna.
-Entonces puedes quedarte.- Ivette sonrió y trató de volver a dormir, su madre salió de la habitación a servirse una taza de té de manzanilla con leche y azúcar, justo como le gustaba. En menos de media hora Ivette se dio cuenta de que no podría volver a dormir, así que se adentró al baño de su habitación, se lavó la cara y cepilló sus dientes. Se dirigió a su armario y tomó una camiseta de tirantes color negro, unos pantalones deportivos color gris el cual se los arremangó hasta las rodillas, se colocó sus zapatillas deportivas de color negro con blanco y se ató una cola de caballo en su largo cabello ondulado color negro. Para ser una chica como cualquier otra en Oxford, Inglaterra, era bastante hermosa. Cuerpo simétrico; ni tan delgada ni de contextura gruesa; piel de porcelana con millones de pecas alrededor de su cuerpo, cabello oscuro hasta donde terminaban sus costillas, alta, ojos azules. Y no tenía novio, ella últimamente apartaba a todos por lo ocurrido con su padre. Odiaba que la gente le diera falsos pesares.
Dándose cuenta del frío que hacía afuera, cogió una sudadera gris oscuro. La pasó por su espalda y se la colocó, tomó su móvil y sus audífonos, salió de su habitación y bajó las escaleras. Iba a salir por la entrada y su madre intervino.
-¿No vas a desayunar?- exclamó, Ivette se volteó.
-Ahora no, madre.- dijo irritada, sólo quería salir a correr por media hora para tranquilizarse. Se colocó los audífonos y puso su canción favorita: Pieces de Sum 41. Calentó en frente de su casa, lo básico, para luego caminar una cuadra. Justo cuando comenzó a correr, alguien de interpuso en su camino pasándole por el frente, provocando que Ivette diera un brinco de susto.
-¡Hola, extraña!- exclamó Brent, el mejor amigo de Ivette quien vivía al frente de su casa afortunadamente.
-¡Me asustaste, idiota!- dijo Ivette riendo, Brent corría a su lado, pero Ivette, quien practicaba más que él, lo rebasaba. Ésta se quitó los audífonos de los oídos.
-Auch.- dijo él, haciendo un puchero. Ivette rió y le dio un empujón en el hombro, éste rió con ella.
-¿Por qué no fuiste a clases?- preguntó Ivette.
-Por lo mismo que tú.- Ivette lo miró extrañada.-No quise ir porque quería dormir un poco más, le dije a mi padre que hoy no habían evaluaciones cuando me preguntó y dejó que me quedara.
-¿Acaso me has estado espiando?- preguntó la chica de cabellos oscuros, Brent rió.
-¿Quién me delató?- respondió, causando que la chica se riera a carcajadas.- Bueno, cambiemos de tema, ¿qué haces corriendo tan temprano?
-Te iba a hacer la misma pregunta.- eso era lo que Brent amaba de Ivette, siempre respondía lo que uno menos se iba a esperar. Era misteriosa, eso se lo había dicho más de las veces de las que él podía contar.
-Vi que ibas a salir a correr y quise acompañarte.
-Creí que no corrías.
-No lo hago.- Ivette se imaginó el resto, sólo corría por ella.
-De acuerdo…- dijo ella para evitar el silencio incómodo entre los dos, últimamente solían ser más frecuentes por algo que él le decía. Y aunque Ivette, no quería aceptarlo, dentro sabía que él sentía algo por ella.- ¡Se me olvidó decirte! Evelyn y yo venderemos entradas para la tocada de Sleeping with Sirens. ¿Vienes?- Evelyn e Ivette eran mejores amigas desde hacía siete años, Sleeping with Sirens el grupo favorito de los tres.
-¡Claro! ¿A qué hora?
-Te paso un mensaje luego.
-De acuerdo. ¿A dónde iremos?
-No lo sé, vamos a caminar a ver si vendemos alguna entrada y después nos vamos al centro comercial.- dijo Ivette.
-Estás algo seca hoy.- dijo de repente Brent, cosa que irritó todavía más a Ivette.
-Lo siento, hoy se cumple un mes desde que mi padre me abandonó.- Brent se detuvo en seco, ella se detuvo unos segundos después.
-¿Estás bien?- preguntó Brent, Ivette frunció el ceño.
-Qué raro, pensé que dirías algo como: Lo siento. Que me darías algún falso pesar.
-No voy a decir esa estupidez, no soy como los demás hipócritas.- Ivette sonrió.
-Lo sé, es por eso que ando contigo.- dijo Ivette mientras que colocaba un brazo alrededor del cuello del castaño. Brent se detuvo y bebió un poco de agua de su termo, fue entonces cuando Ivette se dio cuenta: Brent era guapo, la luz del sol que se aproximaba cubría su cabello castaño lizo largo, la camiseta de tirantes color negro resaltaba lo tenso de su cuerpo, en sus brazos se veían sombras de músculos que se aproximaban, las gotas de sudor recorrían sus sienes, fue entonces cuando volteó hacia la muchacha y frunció el ceño.
-¿Qué?- preguntó, la chica pestañeó varias veces saliendo de sus pensamientos y sintió cómo la sangre subía hasta sus mejillas.
-Nada, es que quiero agua.- mintió. El chico le ofreció y ella bebió poco, para luego salir corriendo tan rápido como pudo. Brent trataba de seguirle el paso pero no podía, Ivette era inhumanamente rápida. Lo que ella quería era correr de sus problemas y confusiones, no quería sentir algo más allá de cariño por Brent, sabía que iba a salir herida. Pero Brent estaba más que claro: quería estar con ella. Muchas veces él había pensado en decirle pero nunca había tenido la oportunidad, mejor dicho nunca había tenido el valor para decirle que la amaba. La chica le avisó de lejos que iba a dar unas vueltas más a su ritmo, el cual Brent no podía seguir, y luego regresaría a su hogar. Eso hizo, cuando regresó se adentró rápidamente a la ducha. Al salir, se colocó una camiseta suelta de medio lado, unos shorts deportivos y un par de calcetines, no se puso zapatos para andar en su casa.
Bajó a la cocina y se preparó un sándwich con tocino, su favorito. Volvió a subir y lo comió en su habitación, mientras observaba su película favorita: Las 10 cosas que odio sobre ti. Después se puso a ver unas tres o cuatro películas más, cuando se dio cuenta eran más de las tres y no le había pasado el mensaje a Brent. Para ser honesta, ella no quería que él fuera. A pesar de tanto cariño que le tenía, no quería que se encariñaran tanto. Tanto como para que se diera cuenta de que lo amaba, a pesar de que estuviera insegura sobre eso. Le dijo que se vieran en media hora con Evelyn en Radcliffe Square. Cuando revisó su móvil, vio que tenía tres mensajes de Evelyn:
EN DÓNDE ESTÁS? LLEVO QUINCE MINUTOS ESPERÁNDOTE! HASTA AHORA HE VENDIDO TRES ENTRADAS.- nada mal, pensó Ivette.
ME VOY A PREPARAR Y TE VEO ALLÁ.- respondió ésta. Revisó en su armario, necesitaba algo provocativo para que los chicos compraran sus entradas. Escogió esto: http://www.polyvore.com/cgi/set?id=106808379&.locale=es. Al terminar de maquillarse, tomó su bolso con las entradas a vender adentro y bajó, su madre ya había salido a trabajar así que tenía que coger sus llaves y cerrar la puerta de la entrada. Tomó un taxi hacia Radcliffe Square y en menos de media hora ya estaba en el lugar correcto. Encontró a sus amigos riendo, incluso Evelyn se veía mejor que ella. Evelyn llevaba puesto esto: http://www.polyvore.com/bffs/set?id=72167993. Ivette se sorprendió, para ser algo tan simple le quedaba como anillo al dedo a Evelyn.
-¡Wow! ¿A dónde vas a ir?- preguntó Evelyn.
-A vender entradas.- rió Ivette.
-¡No pareciera!- Evelyn seguía riendo con ella, mientras que Brent observaba a Ivette con una mirada extrañada. El se había puesto algo normal: pantalones un poco ajustados color negro, unas vans azul marino, una camiseta a botones del mismo color que sus zapatos y por arriba un suéter de lana color marrón, la camiseta a botones sobresalía por las mangas arremangadas y por el cuello.
-Necesitamos atraer la atención para que nos compren entradas.- explicó Ivette.- ¿Y tú? ¿Qué tienes?- le preguntó a Brent.
-¿Enserio se bajaron tanto sólo para vender entradas?- preguntó con una voz tan seca y cínica como la del mismo diablo.
-¿A qué te refieres? ¿Cuál es tu problema?- preguntó Evelyn.
-No entiendo por qué tuvieron que vestirse como putas sólo para vender entradas, es ridículo, ustedes no son así.- explicó enojado Brent, Ivette sospechaba que su enojo era por algo más que eso.
-Tranquilo, relájate, es sólo por hoy.- respondió Evelyn y Brent se tranquilizó, Ivette prefirió guardar silencio porque sabía que si hablaba, todo empeoraría.
Y siguieron caminando.
El aire húmedo llenaba la habitación de Ivette, había llovido esa mañana. Sintió el peso de un cuerpo sentándose sobre su cama, su madre puso una mano sobre su hombro, acariciándolo. La chica comenzó a abrir los ojos, sin rastro de tener ganas de despertar.
-¿Cariño?- la llamó su madre.- Es hora de despertar.- Ivette gruñó y se tapó el hombro con su cobija favorita de flores color verde, soltó un suspiro.
-¿Cuál es el punto de levantarme? Voy a hacer exactamente lo mismo.- dijo, las ganas de llorar invadieron los ojos de Deborah, su madre. Frunció el ceño y tragó saliva para contenerlas. Desde que el padre de Ivette las había abandonado todo había cambiado, Ivette más que nada. Su hermana Joshelyn se había ido a la universidad, lo que dejaba a Ivette y a su madre sola en esa casa.
Deborah se tranquilizó, se levantó y deslizó las persianas color azul metálico, dejando que la luz blanca del día consumiera la habitación.
-¿Puedo faltar hoy?- pidió Ivette.
-¿Tienes alguna evaluación?
-No.- dijo Ivette, aunque en verdad no sabía si tenía alguna.
-Entonces puedes quedarte.- Ivette sonrió y trató de volver a dormir, su madre salió de la habitación a servirse una taza de té de manzanilla con leche y azúcar, justo como le gustaba. En menos de media hora Ivette se dio cuenta de que no podría volver a dormir, así que se adentró al baño de su habitación, se lavó la cara y cepilló sus dientes. Se dirigió a su armario y tomó una camiseta de tirantes color negro, unos pantalones deportivos color gris el cual se los arremangó hasta las rodillas, se colocó sus zapatillas deportivas de color negro con blanco y se ató una cola de caballo en su largo cabello ondulado color negro. Para ser una chica como cualquier otra en Oxford, Inglaterra, era bastante hermosa. Cuerpo simétrico; ni tan delgada ni de contextura gruesa; piel de porcelana con millones de pecas alrededor de su cuerpo, cabello oscuro hasta donde terminaban sus costillas, alta, ojos azules. Y no tenía novio, ella últimamente apartaba a todos por lo ocurrido con su padre. Odiaba que la gente le diera falsos pesares.
Dándose cuenta del frío que hacía afuera, cogió una sudadera gris oscuro. La pasó por su espalda y se la colocó, tomó su móvil y sus audífonos, salió de su habitación y bajó las escaleras. Iba a salir por la entrada y su madre intervino.
-¿No vas a desayunar?- exclamó, Ivette se volteó.
-Ahora no, madre.- dijo irritada, sólo quería salir a correr por media hora para tranquilizarse. Se colocó los audífonos y puso su canción favorita: Pieces de Sum 41. Calentó en frente de su casa, lo básico, para luego caminar una cuadra. Justo cuando comenzó a correr, alguien de interpuso en su camino pasándole por el frente, provocando que Ivette diera un brinco de susto.
-¡Hola, extraña!- exclamó Brent, el mejor amigo de Ivette quien vivía al frente de su casa afortunadamente.
-¡Me asustaste, idiota!- dijo Ivette riendo, Brent corría a su lado, pero Ivette, quien practicaba más que él, lo rebasaba. Ésta se quitó los audífonos de los oídos.
-Auch.- dijo él, haciendo un puchero. Ivette rió y le dio un empujón en el hombro, éste rió con ella.
-¿Por qué no fuiste a clases?- preguntó Ivette.
-Por lo mismo que tú.- Ivette lo miró extrañada.-No quise ir porque quería dormir un poco más, le dije a mi padre que hoy no habían evaluaciones cuando me preguntó y dejó que me quedara.
-¿Acaso me has estado espiando?- preguntó la chica de cabellos oscuros, Brent rió.
-¿Quién me delató?- respondió, causando que la chica se riera a carcajadas.- Bueno, cambiemos de tema, ¿qué haces corriendo tan temprano?
-Te iba a hacer la misma pregunta.- eso era lo que Brent amaba de Ivette, siempre respondía lo que uno menos se iba a esperar. Era misteriosa, eso se lo había dicho más de las veces de las que él podía contar.
-Vi que ibas a salir a correr y quise acompañarte.
-Creí que no corrías.
-No lo hago.- Ivette se imaginó el resto, sólo corría por ella.
-De acuerdo…- dijo ella para evitar el silencio incómodo entre los dos, últimamente solían ser más frecuentes por algo que él le decía. Y aunque Ivette, no quería aceptarlo, dentro sabía que él sentía algo por ella.- ¡Se me olvidó decirte! Evelyn y yo venderemos entradas para la tocada de Sleeping with Sirens. ¿Vienes?- Evelyn e Ivette eran mejores amigas desde hacía siete años, Sleeping with Sirens el grupo favorito de los tres.
-¡Claro! ¿A qué hora?
-Te paso un mensaje luego.
-De acuerdo. ¿A dónde iremos?
-No lo sé, vamos a caminar a ver si vendemos alguna entrada y después nos vamos al centro comercial.- dijo Ivette.
-Estás algo seca hoy.- dijo de repente Brent, cosa que irritó todavía más a Ivette.
-Lo siento, hoy se cumple un mes desde que mi padre me abandonó.- Brent se detuvo en seco, ella se detuvo unos segundos después.
-¿Estás bien?- preguntó Brent, Ivette frunció el ceño.
-Qué raro, pensé que dirías algo como: Lo siento. Que me darías algún falso pesar.
-No voy a decir esa estupidez, no soy como los demás hipócritas.- Ivette sonrió.
-Lo sé, es por eso que ando contigo.- dijo Ivette mientras que colocaba un brazo alrededor del cuello del castaño. Brent se detuvo y bebió un poco de agua de su termo, fue entonces cuando Ivette se dio cuenta: Brent era guapo, la luz del sol que se aproximaba cubría su cabello castaño lizo largo, la camiseta de tirantes color negro resaltaba lo tenso de su cuerpo, en sus brazos se veían sombras de músculos que se aproximaban, las gotas de sudor recorrían sus sienes, fue entonces cuando volteó hacia la muchacha y frunció el ceño.
-¿Qué?- preguntó, la chica pestañeó varias veces saliendo de sus pensamientos y sintió cómo la sangre subía hasta sus mejillas.
-Nada, es que quiero agua.- mintió. El chico le ofreció y ella bebió poco, para luego salir corriendo tan rápido como pudo. Brent trataba de seguirle el paso pero no podía, Ivette era inhumanamente rápida. Lo que ella quería era correr de sus problemas y confusiones, no quería sentir algo más allá de cariño por Brent, sabía que iba a salir herida. Pero Brent estaba más que claro: quería estar con ella. Muchas veces él había pensado en decirle pero nunca había tenido la oportunidad, mejor dicho nunca había tenido el valor para decirle que la amaba. La chica le avisó de lejos que iba a dar unas vueltas más a su ritmo, el cual Brent no podía seguir, y luego regresaría a su hogar. Eso hizo, cuando regresó se adentró rápidamente a la ducha. Al salir, se colocó una camiseta suelta de medio lado, unos shorts deportivos y un par de calcetines, no se puso zapatos para andar en su casa.
Bajó a la cocina y se preparó un sándwich con tocino, su favorito. Volvió a subir y lo comió en su habitación, mientras observaba su película favorita: Las 10 cosas que odio sobre ti. Después se puso a ver unas tres o cuatro películas más, cuando se dio cuenta eran más de las tres y no le había pasado el mensaje a Brent. Para ser honesta, ella no quería que él fuera. A pesar de tanto cariño que le tenía, no quería que se encariñaran tanto. Tanto como para que se diera cuenta de que lo amaba, a pesar de que estuviera insegura sobre eso. Le dijo que se vieran en media hora con Evelyn en Radcliffe Square. Cuando revisó su móvil, vio que tenía tres mensajes de Evelyn:
EN DÓNDE ESTÁS? LLEVO QUINCE MINUTOS ESPERÁNDOTE! HASTA AHORA HE VENDIDO TRES ENTRADAS.- nada mal, pensó Ivette.
ME VOY A PREPARAR Y TE VEO ALLÁ.- respondió ésta. Revisó en su armario, necesitaba algo provocativo para que los chicos compraran sus entradas. Escogió esto: http://www.polyvore.com/cgi/set?id=106808379&.locale=es. Al terminar de maquillarse, tomó su bolso con las entradas a vender adentro y bajó, su madre ya había salido a trabajar así que tenía que coger sus llaves y cerrar la puerta de la entrada. Tomó un taxi hacia Radcliffe Square y en menos de media hora ya estaba en el lugar correcto. Encontró a sus amigos riendo, incluso Evelyn se veía mejor que ella. Evelyn llevaba puesto esto: http://www.polyvore.com/bffs/set?id=72167993. Ivette se sorprendió, para ser algo tan simple le quedaba como anillo al dedo a Evelyn.
-¡Wow! ¿A dónde vas a ir?- preguntó Evelyn.
-A vender entradas.- rió Ivette.
-¡No pareciera!- Evelyn seguía riendo con ella, mientras que Brent observaba a Ivette con una mirada extrañada. El se había puesto algo normal: pantalones un poco ajustados color negro, unas vans azul marino, una camiseta a botones del mismo color que sus zapatos y por arriba un suéter de lana color marrón, la camiseta a botones sobresalía por las mangas arremangadas y por el cuello.
-Necesitamos atraer la atención para que nos compren entradas.- explicó Ivette.- ¿Y tú? ¿Qué tienes?- le preguntó a Brent.
-¿Enserio se bajaron tanto sólo para vender entradas?- preguntó con una voz tan seca y cínica como la del mismo diablo.
-¿A qué te refieres? ¿Cuál es tu problema?- preguntó Evelyn.
-No entiendo por qué tuvieron que vestirse como putas sólo para vender entradas, es ridículo, ustedes no son así.- explicó enojado Brent, Ivette sospechaba que su enojo era por algo más que eso.
-Tranquilo, relájate, es sólo por hoy.- respondió Evelyn y Brent se tranquilizó, Ivette prefirió guardar silencio porque sabía que si hablaba, todo empeoraría.
Y siguieron caminando.
PaolaStyles16
Re: El encanto de autodestruirse.
Capítulo 2.
El frío viento helaba los huesos de Ivette, deseaba que eso terminara para pode irse a casa o por lo menos ponerse unos pantalones, comenzaba a odiar los shorts que llevaba puesto. Evelyn e Ivette observaron un grupo de personas mayores, sólo tres de ellos eran chicas de aproximadamente dieciocho años, un año mayores que el grupo de Ivette. Evelyn se acercó a Ivette y le dijo al oído:
-Sígueme el paso.- Evelyn se preparó: colocó su mano derecha sobre su cintura y caminó contoneándose hasta llegar a ellos, Ivette era un poco más conservadora así que caminó como suele hacer, normal. Cuando llegó, Evelyn se estaba presentando con los chicos más atractivos en comparación: dos castaños y un rubio.- ¡Oh, miren! Es mi amiga Ivette. Ivette ellos son Ryan, Félix y Jacob. Chicos, ¿no quieren alguna entrada para ir al concierto de Sleeping with Sirens? Es en tres días, se las dejamos en 50.- dijo Evelyn. Había un chico, de cabellos oscuros, sentado a un metro de ellos fumando, quien no dejaba de ver a Ivette. A ésta no le gustaba ser el centro de atención, ni siquiera llamar la atención (lo de la ropa fue porque Evelyn la obligó), mucho menos que la miraran como el chico lo hacía. Éste iba vestido con una camiseta de mangas hasta los hombros color gris, unos pantalones ajustados color negro y unas botas militares. La miraba con ojos vidriosos, como si estuviera decepcionado de ella. Ivette se incomodó demasiado.
-Evelyn encárgate tú de los chicos y Brent de las demás, necesito hacer algo.- dijo y se dirigió hacia el chico de rizos oscuros y piel de porcelana.
-¿Se te ofrece algo?- preguntó el chico, mirando hacia su izquierda. Su voz era tan grave, que hasta podría decirse que era sexy.
-¿Se te ofrece a ti algo? ¿Por qué me estabas mirando tanto?- el chico rió.
-Por nada, es que me da risa.
-¿Qué?- el chico tardó en responder.
-No pareces ser de ésas chicas.
-¿De cuáles?
-De las que hacen todo para llamar la atención, de las que se visten como lo estás, por cualquier cosa. No lo sé, me da risa. Me da risa y es decepcionante. Lo que la sociedad te impulsa a hacer.
-Lo dice el que se ha fumado tres cigarros.- respondió rápidamente Ivette.
-¿Cómo sabes que me he fumado tres cigarros?
-Tienes dos aplastados y medio apagados al lado de tus ridículas botas.- el chico de rizos puso una sonrisa tenaz en su rostro sin mostrar los dientes y miró hacia arriba, hacia los ojos verdes de Ivette.
-¿Así que te gustan mis botas?- dijo. Ivette le volteó los ojos mientras suspiraba, cuando estaba a punto de voltearse, el chico enrolló sus piernas alrededor de las de ellas sin hacer mucho esfuerzo y la acercó a él. Ésta soltó un grito bajo y se apoyó sobre los hombros del chico para no caerse.
-¡¿Qué haces?!- exclamó. Éste rio. Dejó libre las piernas de la castaña y se levantó, la chica había dado dos pasos tambaleantes hacia atrás para no caerse. Cuando ésta levantó la mirada y se encontró con el de rizos oscuros ahogó un grito y se quedó inmóvil. Si Ivette hubiera visto el rostro de Brent a seis metros detrás de ellas, se le hubiera erizado la piel. Brent tensó la mandíbula viendo la escena. El de rizos acercó el cigarro hacia sus labios e inhaló el humo. Se volteó hacia la chica con el humo aún dentro de su boca y lo soltó en todo su rostro, ésta apartó la mirada y después volvió a voltear hacia él. Éste soltó el cigarro y lo pisoteó.- ¿Así que ése es tu truco para conquistar a las chicas? ¿Burlarte de ellas y luego soplarles el humo de cigarro en todo el rostro? Es bastante original.- dijo sarcásticamente.
-No, pero sí hace que te sonrojes. Y, como es parte de mi rutina, irme para que me persigas diciendo: ¿Cuál es tu problema? Buscando hablarme, y así comencemos una relación de por lo menos seis meses con turbulencias y después que terminemos por una infidelidad y luego… Bueno, comienza otra vez el ciclo.
-Wow, sí que tienes experiencia. ¿Cuántas veces lo has hecho?
-Ahí está, buscas hablarme para que me quede. Así que lo siento, pero no eres de mi tipo.- Ivette tensó la mandíbula.
-¡Qué curioso! Iba a decir exactamente lo mismo.- le lanzó una sonrisa sarcástica al de rizos y se volteó con los brazos cruzados, luego se dirigió hacia Brent. A mitad de camino, el de rizos la tomó por el codo.- ¡¿Qué quieres?!
-A ti.- Ivette se sonrojó, en parte porque le sorprendió que le haya dicho eso de la nada siendo él tan arrogante y segundo porque le molestó que dijera eso SIENDO él tan arrogante.
-No es gracioso.- le dijo, no supo qué más responder.
-Enserio, eres la primera chica que no sale corriendo tras de mí. ¿Por qué?
-Porque no soy como las demás idiotas que lo único que quieren es acostarse contigo.- antes de que ella se diera cuenta, lo tenía demasiado cerca de su rostro, el olor a cigarro se impregnó en la nariz de la chica e hizo que tosiera.
-Puede ser.
-Es lo que es, bienvenido a la realidad.
-Vamos a salir.- dijo rápidamente el chico, Ivette no sabía qué hacer, cómo actuar, qué decir, cómo sentirse, ¡nada!
-¿Sin conocerme? Ni siquiera sé tu nombre.
-Luke, Luke Collins.
-Ivette, lo siento, pero no puedo salir contigo.- ella notó cómo Luke levantó la mirada sobre su cabeza y luego la bajó hasta sus ojos verdes.
-¿Enserio? Ah, ya entiendo, es que tu novio se molestaría.- señaló con un movimiento rápido de cabeza detrás de ella, cuando Ivette volteó se encontró con Brent mirándolos con la mandíbula tensa, a la chica se le erizó la piel al ver a Brent así, como estaba.
-Él no es mi novio.- dijo la chica volteándose hacia Luke.
-Pero siente algo por ti. Tan sólo míralo, los celos lo comen por dentro.- el chico río.- Y aquí viene.
-¿Te está molestando, Ivette?- ésta volteó hacia él y se mareó.
-No, estoy bien, no era necesario que vinieras.
-Ya la oíste, adiós.- le dijo Luke a Brent. Éste dio un paso adelante.
-¿Cuál es tu problema?- dijo Brent.
-Mi problema eres tú.- Luke se acercó a Brent e Ivette se interpuso en su camino.
-¡Paren, por Dios! Parecen unos niños, Brent ve y termina de venderles las entradas a las chicas, Evelyn ya debe de estar terminando con los demás idiotas y podremos largarnos de aquí.
-¿Y tú qué harás después?- dijo Luke hacia Ivette, de la manera más seductora que pudo.
-Suficiente.- Brent se acercó rápidamente hacia Luke y lo tomó del cuello de su camiseta, jalando. Luke se liberó y ambos pegaron sus cabezas, a ambos se les notaban las venas en sus frentes.- Aléjate de ella.- susurró Brent, e Ivette pudo escucharlo; un escalofrío le recorrió la piel. Luke lo empujó y luego le dio un puñetazo en el rostro, rápidamente le dio un rodillazo en el estómago, y Brent cayó sin aire al suelo. Cuando Luke dio un paso hacia Brent, Ivette se volvió a interponer en su camino, al mismo tiempo los universitarios se acercaron a la escena.
-¡Ivette!- escuchó gritar a sus espaldas, cuando volteó Evelyn se abría paso entre la multitud; las chicas, quienes Ivette desconocía sus nombres, se arrodillaron al lado de Brent gritando su nombre. Evelyn se encontraba parada con los brazos extendidos. Asombrada.- ¡¿Qué haces?!- exclamó. Ivette se arrodilló hacia Brent, quien ya recuperaba el aire, y empujó a las chicas que estaban a su lado.
-Permiso.- les dijo, Ivette se sentía tan avergonzada que lo único que quería era salir corriendo. Tomó a Brent por su brazo izquierdo y lo colocó alrededor de su cuello, lo levantó con ayuda de Evelyn, quien lo tomó por su otro brazo y también lo enrolló alrededor de su cuello, ambas hacían fuerza para ayudarlo.- Nos vamos.- anunció Ivette, sin que Evelyn protestara porque sabía que Ivette no la dejaría quedarse. Y se fueron de la escena.
El frío viento helaba los huesos de Ivette, deseaba que eso terminara para pode irse a casa o por lo menos ponerse unos pantalones, comenzaba a odiar los shorts que llevaba puesto. Evelyn e Ivette observaron un grupo de personas mayores, sólo tres de ellos eran chicas de aproximadamente dieciocho años, un año mayores que el grupo de Ivette. Evelyn se acercó a Ivette y le dijo al oído:
-Sígueme el paso.- Evelyn se preparó: colocó su mano derecha sobre su cintura y caminó contoneándose hasta llegar a ellos, Ivette era un poco más conservadora así que caminó como suele hacer, normal. Cuando llegó, Evelyn se estaba presentando con los chicos más atractivos en comparación: dos castaños y un rubio.- ¡Oh, miren! Es mi amiga Ivette. Ivette ellos son Ryan, Félix y Jacob. Chicos, ¿no quieren alguna entrada para ir al concierto de Sleeping with Sirens? Es en tres días, se las dejamos en 50.- dijo Evelyn. Había un chico, de cabellos oscuros, sentado a un metro de ellos fumando, quien no dejaba de ver a Ivette. A ésta no le gustaba ser el centro de atención, ni siquiera llamar la atención (lo de la ropa fue porque Evelyn la obligó), mucho menos que la miraran como el chico lo hacía. Éste iba vestido con una camiseta de mangas hasta los hombros color gris, unos pantalones ajustados color negro y unas botas militares. La miraba con ojos vidriosos, como si estuviera decepcionado de ella. Ivette se incomodó demasiado.
-Evelyn encárgate tú de los chicos y Brent de las demás, necesito hacer algo.- dijo y se dirigió hacia el chico de rizos oscuros y piel de porcelana.
-¿Se te ofrece algo?- preguntó el chico, mirando hacia su izquierda. Su voz era tan grave, que hasta podría decirse que era sexy.
-¿Se te ofrece a ti algo? ¿Por qué me estabas mirando tanto?- el chico rió.
-Por nada, es que me da risa.
-¿Qué?- el chico tardó en responder.
-No pareces ser de ésas chicas.
-¿De cuáles?
-De las que hacen todo para llamar la atención, de las que se visten como lo estás, por cualquier cosa. No lo sé, me da risa. Me da risa y es decepcionante. Lo que la sociedad te impulsa a hacer.
-Lo dice el que se ha fumado tres cigarros.- respondió rápidamente Ivette.
-¿Cómo sabes que me he fumado tres cigarros?
-Tienes dos aplastados y medio apagados al lado de tus ridículas botas.- el chico de rizos puso una sonrisa tenaz en su rostro sin mostrar los dientes y miró hacia arriba, hacia los ojos verdes de Ivette.
-¿Así que te gustan mis botas?- dijo. Ivette le volteó los ojos mientras suspiraba, cuando estaba a punto de voltearse, el chico enrolló sus piernas alrededor de las de ellas sin hacer mucho esfuerzo y la acercó a él. Ésta soltó un grito bajo y se apoyó sobre los hombros del chico para no caerse.
-¡¿Qué haces?!- exclamó. Éste rio. Dejó libre las piernas de la castaña y se levantó, la chica había dado dos pasos tambaleantes hacia atrás para no caerse. Cuando ésta levantó la mirada y se encontró con el de rizos oscuros ahogó un grito y se quedó inmóvil. Si Ivette hubiera visto el rostro de Brent a seis metros detrás de ellas, se le hubiera erizado la piel. Brent tensó la mandíbula viendo la escena. El de rizos acercó el cigarro hacia sus labios e inhaló el humo. Se volteó hacia la chica con el humo aún dentro de su boca y lo soltó en todo su rostro, ésta apartó la mirada y después volvió a voltear hacia él. Éste soltó el cigarro y lo pisoteó.- ¿Así que ése es tu truco para conquistar a las chicas? ¿Burlarte de ellas y luego soplarles el humo de cigarro en todo el rostro? Es bastante original.- dijo sarcásticamente.
-No, pero sí hace que te sonrojes. Y, como es parte de mi rutina, irme para que me persigas diciendo: ¿Cuál es tu problema? Buscando hablarme, y así comencemos una relación de por lo menos seis meses con turbulencias y después que terminemos por una infidelidad y luego… Bueno, comienza otra vez el ciclo.
-Wow, sí que tienes experiencia. ¿Cuántas veces lo has hecho?
-Ahí está, buscas hablarme para que me quede. Así que lo siento, pero no eres de mi tipo.- Ivette tensó la mandíbula.
-¡Qué curioso! Iba a decir exactamente lo mismo.- le lanzó una sonrisa sarcástica al de rizos y se volteó con los brazos cruzados, luego se dirigió hacia Brent. A mitad de camino, el de rizos la tomó por el codo.- ¡¿Qué quieres?!
-A ti.- Ivette se sonrojó, en parte porque le sorprendió que le haya dicho eso de la nada siendo él tan arrogante y segundo porque le molestó que dijera eso SIENDO él tan arrogante.
-No es gracioso.- le dijo, no supo qué más responder.
-Enserio, eres la primera chica que no sale corriendo tras de mí. ¿Por qué?
-Porque no soy como las demás idiotas que lo único que quieren es acostarse contigo.- antes de que ella se diera cuenta, lo tenía demasiado cerca de su rostro, el olor a cigarro se impregnó en la nariz de la chica e hizo que tosiera.
-Puede ser.
-Es lo que es, bienvenido a la realidad.
-Vamos a salir.- dijo rápidamente el chico, Ivette no sabía qué hacer, cómo actuar, qué decir, cómo sentirse, ¡nada!
-¿Sin conocerme? Ni siquiera sé tu nombre.
-Luke, Luke Collins.
-Ivette, lo siento, pero no puedo salir contigo.- ella notó cómo Luke levantó la mirada sobre su cabeza y luego la bajó hasta sus ojos verdes.
-¿Enserio? Ah, ya entiendo, es que tu novio se molestaría.- señaló con un movimiento rápido de cabeza detrás de ella, cuando Ivette volteó se encontró con Brent mirándolos con la mandíbula tensa, a la chica se le erizó la piel al ver a Brent así, como estaba.
-Él no es mi novio.- dijo la chica volteándose hacia Luke.
-Pero siente algo por ti. Tan sólo míralo, los celos lo comen por dentro.- el chico río.- Y aquí viene.
-¿Te está molestando, Ivette?- ésta volteó hacia él y se mareó.
-No, estoy bien, no era necesario que vinieras.
-Ya la oíste, adiós.- le dijo Luke a Brent. Éste dio un paso adelante.
-¿Cuál es tu problema?- dijo Brent.
-Mi problema eres tú.- Luke se acercó a Brent e Ivette se interpuso en su camino.
-¡Paren, por Dios! Parecen unos niños, Brent ve y termina de venderles las entradas a las chicas, Evelyn ya debe de estar terminando con los demás idiotas y podremos largarnos de aquí.
-¿Y tú qué harás después?- dijo Luke hacia Ivette, de la manera más seductora que pudo.
-Suficiente.- Brent se acercó rápidamente hacia Luke y lo tomó del cuello de su camiseta, jalando. Luke se liberó y ambos pegaron sus cabezas, a ambos se les notaban las venas en sus frentes.- Aléjate de ella.- susurró Brent, e Ivette pudo escucharlo; un escalofrío le recorrió la piel. Luke lo empujó y luego le dio un puñetazo en el rostro, rápidamente le dio un rodillazo en el estómago, y Brent cayó sin aire al suelo. Cuando Luke dio un paso hacia Brent, Ivette se volvió a interponer en su camino, al mismo tiempo los universitarios se acercaron a la escena.
-¡Ivette!- escuchó gritar a sus espaldas, cuando volteó Evelyn se abría paso entre la multitud; las chicas, quienes Ivette desconocía sus nombres, se arrodillaron al lado de Brent gritando su nombre. Evelyn se encontraba parada con los brazos extendidos. Asombrada.- ¡¿Qué haces?!- exclamó. Ivette se arrodilló hacia Brent, quien ya recuperaba el aire, y empujó a las chicas que estaban a su lado.
-Permiso.- les dijo, Ivette se sentía tan avergonzada que lo único que quería era salir corriendo. Tomó a Brent por su brazo izquierdo y lo colocó alrededor de su cuello, lo levantó con ayuda de Evelyn, quien lo tomó por su otro brazo y también lo enrolló alrededor de su cuello, ambas hacían fuerza para ayudarlo.- Nos vamos.- anunció Ivette, sin que Evelyn protestara porque sabía que Ivette no la dejaría quedarse. Y se fueron de la escena.
PaolaStyles16
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