Family Mackenzie

Skyler Mackenzie

❛❛true love never dies❜❜

Nombre completo: Skyler Mackenzie Cox.
Edad: 19 años.
D. Psicológica: Skyler, su nombre lo dice, hablar con ella es como sentirte en un mismo cielo.
La perfección de esta bella chica te hace querer morir, y no hablo por exagerar. Su forma de ser es espectacular, simplemente única y perfecta. Sky puede tener todo lo bueno de una persona, es alegre, bromista, dedicada, lista, encantadora y demás. A diferencia de todos los Mackenzie’s ella es la única responsable, es por eso le dan cierto favoritismo a Sky.

Pero aunque esta chica sea la perfección hay un detalle en ella que la hace igual a todos, aburrida.
Es una aguafiestas de primera, no sabe cómo divertirse, nunca lo ha hecho. Nadie es perfecto y ella no lo es.
Historia: —Sky, al estudio—grito Tom, el padre de la familia Mackenzie.
—Te van a regañar—tarareo Ziva mientras pintaba las uñas de sus pies.
—Claro que no—aseguro la castaña. —Al menos eso creo.

Se bajó del largo banco color gris que tenían debajo de la barra de la cocina. Sky se encontraba leyendo su saga favorita Hush Hush, por tercera vez. Nunca se cansaba de leer aquellos libros, deseaba con su vida algún día tener a alguien como Patch a su lado, aunque ella sabía que no había probabilidad alguna de que algún ángel caído se enamorara perdidamente de Sky.
Comenzó a caminar con cierta pesadez, siempre que sus padres pedían que alguno de todos sus hermanos asistieran al estudio era porque seguro habían hecho algo malo. Sky estaba nerviosa, era la primera vez que sus padres la regañarían por un motivo desconocido.

— ¿A dónde vas? —indago Harry.
—Al estudio—musito la castaña, ignorándolo por completo.
— ¿Te van a regañar? —volvió a cuestionar con cierto asombro—. Ya era hora de hacer justicia.
— ¿A quién van hacer justicia? —pregunto Valerie, integrándose a la conversación.
—A Sky, la mandaron al estudio.
— ¡Basta! Solo cállense—bufo molesta, Sky.


La castaña hizo caso omiso a las burlas de sus hermanos y continuo caminando, se detuvo una vez que llego a la entrada del estudio. Poso su mano en la fría manija del picaporte pegado a la muy elegante puerta hecha de caoba, la bajo lentamente, abriéndose así la puerta provocando un chillido molesto perturbando el completo silencio de aquella habitación.

—Toma asiento—indico Tom, padre de la familia Mackenzie.
Aquel momento era un poco incómodo para Sky, esa escena le causaba escalofríos el cual se hacía presente en los pequeños bellos rubios de sus brazos. Trago saliva, cerró la puerta y tomo asiento, justo en frente de sus padres.

—Skyler—hablo su madre, Elizabeth, con total tranquilidad.
Esta pobre chica se tensaba cada vez más, según ella recuerda, sus padres solo la llaman por su nombre cuando están molestos.
—No estás aquí para ser regañada—continuo.

Esas fueron las palabras correctas para que el cuerpo tenso de Sky entrara en un estado de alivio. Comenzó a reír por lo tonta que había sido al pensar que la regañarían, por primera vez. En cierta forma no le preocupaba ser castigada, tenía miedo al pensar que era lo que le dirían. Le causaba terror tener a su madre gritándole, todos en la familia Mackenzie sabían que la que manda en aquella casa era nada más que su mamá.

—Como sabes—hablo, Tom—. Tus hermanos han tenido últimamente una serie de momentos rebeldes—continuo, haciendo énfasis en la última palabra.
—Comprendemos que cualquier adolescente a esas edad quiera ser rebelde y vivir un poco más de su vida—dijo, Eli—. Pero tus hermanos están llegando al límite. Es por eso tu padre y yo hemos decidido mandarlos a la casa de campo que tenemos en Ohio.
—¿Los mandaran de vacaciones por comportarse mal? —indago incrédula, Sky.
—No, hace años que no vamos a darle mantenimiento. De seguro estará cayéndose en pedazos—rio cómplice, Tom.
—Ya era hora de darle una lección a sus hijos—acompaño la risa ronca de su padre con su inocente y melodiosa risa.
—El caso aquí es—Elizabeth, ya un poco enfadada interrumpió el momento de risas de su esposo y su hija—. Tú también iras a ese viaje.
—¡¿Qué?! —exclamo, levantándose del elegante sofá donde se encontraba—. Eso no es justo.
—Claro que no, sabemos que no lo es. Pero tienes que ir con tus hermanos—respondió su padre manteniendo la calma aún sentada en su cómodo sofá de piel.
—Hija, tienes que entender que tú eres la única en la que confiamos. Tenemos la sensatez que cuidaras a tus hermanos—explico su mama.
—¡Pero yo no quiero desperdiciar mi verano en una cabaña que está a punto de caer en pedazos!

Lo que Skyler tenía pensado para su verano era todo un largo lapso de tranquilidad en su cuarto, estudiando, leyendo libros y saliendo una que otra vez. Para ella su verano se le vera arruinado cuando la manden a un estado a cientos de kilómetros de su hogar…

—Skyler, lo sentimos pero es nuestra última palabra—hablo su madre, levantándose de su asiento y soltando la mano de su esposo. Acercándose a su hija, dando un fuerte y cálido abrazo, depositando un beso en su frente…

Sky correspondió el abrazo, aun así muriera de enojo no era capaz de negar un abrazo de su madre. La soltó, dio media vuelta y se dirigió una vez más a la puerta de caoba, la misma puerta por donde había entrado. Entonces repitió lo de hace unos segundos, pero esta vez lo hizo con rapidez, deslizo la manija y abrió la puerta.
De esta cayeron cinco jóvenes al piso, unos encima de otros. Sky bajo su mirada y se dio cuenta que todos sus hermanos se encontraban espiando la conversación desde ya hace varios minutos. Entonces de grande zancadas caminaba entre sus hermanos caídos tratando de llegar así salir del estudio.

—Imbéciles—musito.

Zayn Mackenzie

❛❛Danger sweetens the brew. Makes it more delicious❜❜

Nombre completo: Zayn Javadd Mackenzie Cox.
Edad: 19 años.
D. Psicológica:Zayn podía ser calificado como alguien completamente distante, frío, y reservado; adjetivos que encajaban perfectamente bien en su personalidad, llegando incluso a describirle completamente. Es un joven de pocas palabras, y cuando deja escapar de su boca una oración, ésta es precisa e indicada, por lo que usualmente, siempre será él quien gana las batallas verbales. Es un tanto egoísta con las personas a quienes desconoce, pues no le importa herir sus respectivos sentimientos; tanto con actitudes, como con palabras. Se muestra como alguien completamente enigmático, que se protege a sí mismo con una coraza invisible, sin dejar a la intemperie nada que pueda ser usado en su contra. 
Es un muchacho excesivamente sobreprotector con las personas a quien ama. Además, es calificado como eterno amante del peligro y lo prohibido, pues, según él, hace que todo sea más excitante. Raras veces expresa sus emociones y sentimientos, debido a que no quiere ser visto como un chico débil a quien puedes herir con extrema facilidad. Jamás se le ha visto llorar, exceptuando a los berrinches que hacía cuando era un infante. Le encantan las peleas, ya que gracias a su casi inhumana fuerza, logra ser el vencedor la mayoría de las veces. Zayn es tan terco y obstinado, como él mismo; sin mencionar que es inteligente, astuto, y un joven más que audaz.
Cabe decir también, que sólo hay algo que ama más que al peligro, y esto resulta ser, nada más ni nada menos, que a las féminas. Las mujeres son, evidentemente, su secreta debilidad.
Historia: — ¡Ya estoy harto, Zayn! —exclamó el padre del interpelado, con tanta frustración, que hubo absoluto silencio después de aquella diminuta frase.

Zayn se encontraba bajo el umbral de la puerta principal, observando un día lluvioso con un cigarrillo entre sus labios. Ni siquiera se sorprendió al escuchar los gritos de su enfadado padre viniendo tras él para regañarle de forma impresionante. 

—Esta es la última vez que llegan multas por exceso de velocidad en aquella motocicleta tuya, ¿escuchaste? Ya me cansé de todas tus salidas nocturnas. No quiero más alcohol, ni drogas en esta casa. ¡Y te conseguirás un trabajo de medio tiempo, porque ya no pagaré nada que tenga que ver con tus imprudencias! —dijo el pobre hombre.

Zayn no se movió. Pareció imperturbable aún cuando su padre se puso al frente suyo, con el ceño y los labios fruncidos, mirándole como si no lo reconociera. El moreno nunca lo había visto tan enfadado, y eso no le importaba en absoluto. Es más, le parecía tan divertido, que con sus labios formó una media sonrisa.

—Ya basta, ¡no quiero que me seas indiferente! Mírame a los ojos cuando te hablo, jovencito, ¡y contéstame! 

Sin embargo, Zayn no dijo palabra alguna.

—Eso es todo—murmuró su progenitor un tanto fastidiado por la actitud de su hijo—. Me darás las llaves de tu motocicleta en este mismo instante—ordenó, y al ver que Zayn no le miró siquiera, con furia agregó—: Dámelas, antes de que te las quite yo mismo.

El joven moreno tensó su mandíbula, y una vez que sacó el cigarrillo de sus labios, sopló justo en la cara de su padre. Éste cerró los ojos antes de que el humo producido por el cigarrillo se los irritara, y se enfureció más de lo debido.

—Atrévete—articuló Zayn.

Entonces, se subió a su motocicleta y la condujo con una velocidad impresionante, haciendo caso omiso a cualquier orden recientemente dada.

Harry Mackenzie

❛❛call me harry, i mean it, call me.❜❜

Nombre completo: Harry Edward Mackenzie Cox.
Edad: 18 años.
D. Psicológica: Harry es un joven de dieciocho años. Sensual, hermoso, un casanova juvenil, que nunca piensa en el daño que sus acciones y/o palabras pueden causar a los que lo rodean, especialmente a las mujeres. No se compromete con nada ni con nadie. Para él las relaciones son pasajeras y se mantienen mientras rindan beneficios sino, se descartan y se sigue sin mirar atrás. Odia compromiso y esta feliz de usar las chicas para tener relaciones sexuales, independientemente de sus sentimientos y de las consecuencias de los resultados. No hace, hace que otros hagan por él. Sabe cómo lograr que todos y, principalmente todas, siempre le digan ''si''. Nunca escucha a ninguna de sus clases porque está demasiado ocupado mirando escotes y faldas muy cortas de las que lo rodean. Harry comenzara a estudiar economía en la Universidad de Londres, claro que solo la ve como un inmenso abanico de fiestas y nuevas mujeres por conocer. Siempre una vez, por una única noche para no volverlas a ver. Harold no es ese señorito ingles que muestra ante sus padres. Desde los 16 años, Harry salió cada noche de su vida, jamás repitió dos veces la misma camisa. Ni dos veces la misma chica. Harry también es conocido por las fiestas que organiza. Son legendarias, siempre temáticas, divertidas, llena de gente. Y todas las fiestas son, además, secretas. Cuando llega papá, se termina. Aun con sus defectos, Harry siempre se mostró dulce y compañero con sus hermanas.
Historia: Edito.

Ziva Mackenzie

❛❛Don't worry, be yourself❜❜

Nombre completo: Ziva Janesse Mackenzie Cox.
Edad: 17 años.
D. Psicológica: Ziva, Ziva, Ziva... sólo una palabra la describía correctamente: perra. Oh, ¿suena un poco fuerte, no? quizás, pero ésta chica no tiene ni un pelo de santurrona, es todo lo contrario. Hasta tal vez sea la peor de la casa, sería lo contrario de su hermanita Skyler. Oh, y sus padres la retan veinte de las veinticuatro horas diarias; un puro dolor de cabeza y de garganta, el grito de sus padres muy rara vez funcionaba con ella. Después de todo su cara no era de tan santa, ¿no? y si piensan que lo es, vallan a preguntarle a los diez  -o más- chicos que sus corazones han salido lastimados, ésta chica no tiene escrúpulos; no tiene pelos en la lengua... no tiene sentimientos. Oh, y nunca falta su humor sarcástico, es tan insoportable a veces. Pero claro, siempre esta el hermanito que se ríe de ello y eso la potencia más, no es bueno darle mucha importancia a sus estupideces  y sus 'cosas de una perra'. Tiene un gran semblante ante los insultados, al ser una persona así tiene que aguantar gritos de vulgaridades e insultos, y claro ella no presta ni el minino de atención, es más ni le afecta la divierte y le nutre ese maldito ego y eso la hace más fiera todavía. Ni la más descarada del instituto de perras -si es que eso existe- podría superarla, sí, un grado muy -demasiado- alto es el de ella. Lo que menos podrías hacer es hacerla enojar te tendría que aguantar un gran sermón de insultos; definitivamente no es bueno vérselas con ella, o tan siquiera querer aprovecharse por que ten de seguro que nada de iluso saldrás de allí. Es una gran fiera de selva suelta en un mundo no compatible para ella. Un dato curioso: al no tener sentimientos es bastante obvio que no tiene sentimientos, ¿o no? y sentimientos para ella es el amor; jamas se enamoraría de un chico.
Historia: Edito.

Valerie Mackenzie

❛❛it's never too late to change❜❜

Nombre completo: Valerie Mackenzie Cox.
Edad: 17 años.
D. Psicológica: Valerie es la chica más ordenada de la familia. Suele hacer las cosas por su cuenta y nunca pedir permiso. Siendo la más aplicada y la hija modelo a seguir de los Mackenzie, sus padres depositan toda su confianza en ella. Y es gratificante para alguien que puede mantener doble vida. En el día es la dulce chica rubia; la que obedece, hace tareas, nunca falta a clases, ayuda en el hogar y no malgasta el tiempo en tonterías. Sus padres, enorgullecidos hasta la médula de que Val no cause problemas, se sienten un poco salvados. Y Valerie sabe aprovecharlo.
Pero, ¿qué pasa cuando las luces se apagan?
El llamado de la noche toca su ventana y huye hacia la verdadera Valerie Mackenzie. Extrovertida, risueña, traviesa, segura de sí misma… son algunos de los adjetivos. En la mayoría de los pubs de la ciudad todos aman a la hermosa chica rubia que saca brillo a la pista, conoce gente nueva y bebe sin control. Y justo antes de que caiga la mañana vuelve a colocarse la máscara de ángel.
Sin problemas.
Pero, a pesar de sus facetas, Val es la mejor amiga que puedan desear. Su toque inocente, su inteligencia e intuición, su gran sentido del humor, su humildad y la confianza que inspira su persona, hechiza a cualquiera que entable una conversación. Tal vez sea igual de vaga, inmadura y rebelde que sus hermanos, pero es la mejor manipulando las cartas a su favor.
Historia: Valerie no dejaba de mecer el pie de un lado a otro, provocando que la tapicería del auto se dañara por sus nervios. Su celular casi muerto marcaba las 8:27 am y el corazón desbocado no ayudaba en nada, y mucho menos el sol abrasador.

Hacía un calor de mierda.

—¿No puedes ir más rápido, Buck? —le dijo con voz rasposa. Sabía que las combinaciones extrañas con vodka no le harían ningún bien. Intuía que sus padres no se despertarían hasta las 9:00 am pero no dejaba de sentir esa opresión en el pecho tan fuerte. Sabía que arruinaría todo lo que construyó en años por una noche loca de viernes si se llegaban a enterar que por las noches era otra.
—Val, siento una estampida de caballos en la cabeza —volteo el castaño con cara de malestar, Valerie frunció los labios y rodó los ojos cuando sintió una de sus manos acariciarle el muslo desnudo. Todo había sido su culpa, si el chico hermoso no se habría de presentar en sus narices jamás se le hubieran revuelto las hormonas. El alcohol y la calentura no eran una combinación muy buena— Bien, ya llegamos —dijo, cruzando la calzada principal y estacionando el automóvil en la casa de los vecinos— ¿Nos volveremos a ver? La pasamos muy bien anoche, pero te necesito de nuevo para recordar cuán buena eres —ronroneó besándole el cuello. Val soltó una risotada y le plantó un casto beso en los labios.
—Te llamaré, ¿está bien? —el chico asintió y la besó profundamente— Nos vemos luego, tengo que llegar antes de que mis padres me descubran —abrió la puerta del deportivo y se acomodó el corto vestido de lentejuelas negras— Gracias por todo Buck, nos vemos luego —dijo la rubia, dando un portazo, agitando su mano y emprendiendo marcha hacia el jardín trasero de la mansión.

Los pies le ardían de tanto bailar. Se deshizo de los Louboutin y trepó la valla del jardín, cayendo de bruces al fino césped. Se sobó las muñecas con una mueca de dolor y con dificultad se puso de pie.

Mierda.

—¿En dónde estabas, Valerie? —rugió su padre, dándole vuelta, violentamente, a la carne que se encontraba sobre el asador. Zayn, Harry y Ziva se bañaban en la piscina, mientras que su madre tomaba el sol a la par de sus hijas, Tessa y Sky.

Demonios, pensó. Lo había olvidado… justamente hoy habían planeado un sábado familiar. El corazón lo sentía en los oídos y se quedó sin habla. Harry frunció el ceño en su dirección y salió empapado para cubrirle la espalda. Había hecho todo lo posible para que su madre dejara de preguntar por ella, mintiéndole que estaba profundamente dormida.

—Lo siento, te cubrí hasta donde pude —masculló, acariciándole los brazos. Val asintió e hizo un amago de sonrisa. Harry era su hermano favorito— Papá, no la regañes… yo…
—¡Tú nada, Harry! —gritó, botando la espátula al suelo y pasando ambas manos por su cabello castaño— Estoy tan decepcionado de tí… me lo esperaba de cualquiera, pero ¿tú? —negó con la cabeza.

Y fue así cómo formó parte del proyecto…

Tessa Mackenzie

❛❛That you don't like the way I am, doesn't mean you have the right to change me❜❜

Nombre completo: Teressa Mackenzie Cox.
Edad: 16 años.
D. Psicológica: En su mayoría, Tessa es una persona alegre, sociable y un poco risueña. Puede llegar a ser muy optimista pero no es para nada hiperactiva. Prefiere ocultar sus sentimientos ante las demás personas ya que no le gusta que otros carguen con sus problemas. Aunque esté destrozada por dentro igual la verás con una sonrisa en su rostro. Es muy fácil tomarle confianza, pero es muy difícil para ella confiar en los demás. La mayoría del tiempo es muy inocente, cuesta mucho que entienda las palabras con doble sentido y aún más difícil captar las acciones. No es para nada responsable y le da la mismo defraudar a las personas o no. A pesar de todo, puede ser muy insistente, cuesta mucho que la hagan cambiar de opinión. Es una persona muy orgullosa y terca, tenga la razón o no, nunca verás a Tessa pedir perdón. Ella puede ser amable con las personas, pero solo si creé que se lo merecen. Es una persona muy inteligente pero aparenta totalmente lo contrario, ya que ser sobresaliente nunca ha sido una de sus metas. Uno de sus defectos es que la mayoría de veces se deja cegar por el orgullo y la vagancia, y en su vida, eso le ha traído muchos problemas.
Historia: —No puedes perder más clases Tessa, es la última del día de hoy, por lo menos trata de poner atención.— le habló Sky a su distraída hermana.
—De acuerdo—la castaña bajo la mirada, su hermana le dio un corto abrazo y se dirigió a su salón.
Tessa se quedó unos segundos en su sitio, mirando a sus alrededores, su mente le decía que debía ir a clases, pero su cuerpo parecía querer hacer lo contrario. Miraba como los pasillos rápidamente se vaciaban a su alrededor. Suspiró fuertemente y comenzó a caminar resignada mirando únicamente sus pies.
—Tessa—la castaña se volvió al escuchar el llamado.- ¿Adónde vas?
—Clases—incluso la única palabra hacía que cualquier emoción se evaporara del cuerpo de la castaña, tener que estar una hora sentada en un salón, pretendiendo escuchar a su profesor de literatura, no era una de sus actividades favoritas.
—Nunca vas a la última clase ¿Ahora decides seguir el ejemplo de Sky?—el moreno rodó los ojos.
—Sólo quiere lo mejor para mí. —Tessa alzó sus hombros mientras una mueca se formaba en sus labios.
—Vamos—la alentó- una clase no hará la diferencia- Zayn la tomó del brazo y comenzaron a caminar hacia la salida. Ella no opuso ninguna clase de resistencia.
—Ya que insistes- una sonrisa se posó en los labios de ambos hermanos mientras se montaban en la motocicleta del mayor para salir del instituto.

(**)

La última hora había pasado mejor y más rápido al lado de Zayn, pero llegó el momento de ambos volver a casa. Todo lucía tranquilo en la entrada, sus padres no llegaban hasta tarde por lo que ninguno de los dos se encontraba nervioso o preocupado. Tessa bajó de la motocicleta, pero su hermano no lo hizo ya que debía llevarla al garaje. Entró por la gran puerta de caoba blanca y se dirigía rumbo a su habitación cuando escuchó su nombre.
—Teressa, al estudio- escuchó a sus espaldas la voz de su padre junto con las pisadas, indicándole que él no esperaba respuesta de su parte. Cerró los ojos mientras maldecía internamente. No sabía qué hacía allí tan temprano. Abrió los ojos y se volvió.
—No—habló lo suficientemente alto para que su padre la escuchara y volviera a acercarse a su hija.
— ¿Qué?
—No voy a ir al estudio- negó de nuevo mientras cruzaba los brazos.
—Faltas a clases, repruebas todo el bloque, estás a punto de perder el año y ¿aún así me retas?—la incredulidad se reflejaba tanto en la voz como en el rostro de su padre. La muchacha frunció el ceño y su padre comprendió que reprobar fue la última palabra que su hija había escuchado—¿Creíste que no me daría cuenta?- sacó el papel de notas y lo puso frente a los ojos de la castaña.
Tessa estaba más que confundida, ¿Cómo había conseguido eso? Ella estaba segura de que lo había tirado a la basura. Un sonido se escuchó en la planta de arriba y Tessa dirigió su mirada en esa dirección, Sky estaba al borde de las escaleras, escuchando y por su mirada arrepentida, Tessa pudo descifrar cómo su padre había conseguido las notas, cómo había sabido que había faltado a clases y por qué estaba aquí tan temprano, Sky le había dicho todo.
—Ya estoy cansado de la mismo Teressa, acabas de desperdiciar la última oportunidad que tenías.— lo último que escuchó la castaña fue el portazo que su padre había dado en el estudio , quedándose paralizada en su lugar, sintiendo únicamente los brazos del moreno envolverla en un abrazo y la mirada arrepentida de su hermana unos metros más arriba.