currents { Corrientes.

―Se lo envía la Señorita Marks―Dijo con el tono autoritario.

El hombre se exalto por la aparición repentina de la chica. Casi pega un grito pero mantuvo la compostura y se limitó a dar un pequeño brinco en su silla de cuero. La miro de arriba abajo hasta parar en sus ojos azules, era un azul fuera de lo común… Era simplemente extraño. Y fue cuando todo se conectó estando dentro de su cabeza. ‘Una current’ 

― ¿Se va a quedar mirándome o va a aceptar la carta? ―Expreso irritada.
― De-demela ―Tartamudeo aun asustado. 

Tiro la carta en el escritorio del Director de esa escuela pública y salió de la oficina como si nada. Al tener la apariencia de una chica de diez y seis años -porque los tiene-  podía hacerse pasar por cualquier estudiante de alguna de las escuela en las que entregaba la carta que le entrego la Señorita Marks. 
A estas alturas era más cómodo hacer que era una adolescente normal, que teletransportarse de un lado a otro. Realmente todo era más sencillo que ser un o una Current. Todo es mejor que ser usado para el beneficio de una compañía clandestina. Pero no hay opciones para algunos como ella. Ella no pudo escapar como los otros. 

Ella no pudo dejar de ser parte de La División. 
Mientras en su cabeza se debatían muchas cosas sintió como su pecho se oprimía y de esa desagradable manera despertó de su “trance”. Tenía muchas miradas sobre ella. Los muchachos de hormonas alborotadas la miraban mientras que las chicas, celosas,  le prestaban atención a su figura y ojos azules como el hielo.
Siguió caminando contoneando las caderas y con la cabeza bien en alto. Poco le importaban las miradas, su carácter dominante le daba extrema seguridad antes estas situaciones y lo agradecía. 
Su seguridad cayó al piso en el momento en el que se topó con unos ojos iguales a los de ella… Reconocible en todos lados que el dueño de esos ojos era un current. Pero, a esa edad, un current tenía que haber pasado en su infancia por La División. Lo debía de haber hecho.

― ¡Hey, tu! ― Grito la chica de cabello negro para llamarle la atención al muchacho. 

En el momento en que sus ojos conectaron el muchacho quedo petrificado. Debía tener diecisiete años o más. Buena musculatura, lindo cabello rubio y unos ojos verdes eléctricos. ‘Cooper’ Pensó inmediatamente.
El adolescente rápidamente evaluó a la chica que le llamaba y sin pensarlo se acercó.  

―Deberías empezar a escapar― Dijo el muchacho, tenía la voz gruesa ―Se lo que eres.
―Tu deberías escapar. Esta escuela está siendo monitoreada por La División. Yo vengo con ellos y te acabas de dejar en evidencia lindura.
― ¡Silencio! 

La campana sonó y los dejo solos en el pasillo de la secundaria.

―Cooper… Tranquilo.―La pelinegra se acercó peligrosamente a su cara―Lo quieras o no. Regresaras a la vida de un experimento. 

Y por arte de su asombroso ADN, la chica desapareció dejando atrás la bruma negra de siempre.

― ¿Sarah? ―Logro decir desconcertado. 

Oh lo sé, en realidad me conformaría con que llegara Derek, no importa si soy una simple mortal más, solo con que llegue Derek