Portal de los Sueños

¿Qué tal está la gente por aquí? ¿Ánimos para una nueva clase de juego?

Aquí les explico :P Esto se tratará de contar sueños de la manera más creativa posible, y con "creativa" me refiero a que lo hagan como si narraran una novela. Veamos qué tal saldrá.

Aquí dejo uno de hace unos días.


"Proyecto Fallido".


Era época de exámenes y proyectos. A mi curso le había tocado un proyecto científico sobre aves exóticas muy poco comunes. Las reglas eran pocas y parecían ser simples: hacer equipos de cinco y uno de siete, elegir entre las opciones, conseguir el ave en una tienda, cuidarla y llevarla el día de la presentación al colegio para dar una exposición sobre la misma.

Mi equipo era de cinco personas, el típico grupo de siempre se había arrebatado la opción de siete apenas la anunciaron. Éramos mi grupo de amigas y yo, un grupo en el que varios hubiesen querido estar porque contaba con dos de las cinco primeras de la clase.

Llegó el momento de escoger el ave, yo no estuve presente porque me fueron a buscar antes de tiempo, ya que la elección fue después de la clase de laboratorio, es decir, la última del día. En un mensaje, la capitana del equipo me avisa que yo fui la integrante que consideraron lo suficientemente responsable para hacerse cargo del animalito. Genial, eso era lo menos que quería. Sí, puede que me reconozcan en el salón como una de las más responsables, pero cuidar a un pájaro no entraba en mis planes ni deseos. Debía devolverme al colegio para recogerlo, pues resulta que eran tan exóticas que la institución decidió buscarlos ellos mismos y darnos a las aves de una vez, así estarían seguros de que contaríamos con el espécimen y no perderíamos probablemente un 25 a 50% de nuestra calificación.

Asustada por lo que mi mamá me diría al no haber tenido palabra para negarme a la nueva mascota porque ya tenía suficiente con un perro y dos hámsters -y en realidad casi siempre me hacen responsable de algunos asuntos sin que yo opine nada y acepto tranquilamente-, le pedí ir de vuelta al MM -como se suele abreviar el nombre del colegio-. Extrañamente, no recibí ningún regaño o queja, tanto mi mamá como mi abuelo estuvieron de acuerdo con la decisión del equipo, lo que me dejó confundida porque no era tan pequeña la cosa y conociendo cómo le cae de bien a mi abuelo mi amiga -nótese el sarcasmo-.

Me entregaron una jaula totalmente cubierta por una manta rosada con diseños de Mickey y Minnie dibujados en ella junto a unas cuantas hojas en las que se me explicaba todos los cuidados que debía seguir para la conservación de los pájaros.

"La jaula debe estar siempre cubierta por una malla protectora o una manta en su defecto, puesto que estas aves son de un tamaño tan pequeño que no existe una jaula con las rejas tan juntas como para evitar su escape".

Genial, me dejaron a cargo de unos fugitivos.

El resto de las reglas eran muy sencillas, pero eso de que podrían escapar con facilidad me dejó con los nervios de punta. Estuve tan nerviosa que no levanté ni por casualidad la manta hasta que eran alrededor de las ocho o nueve de la noche, momento en el cual ya mi cuarto es tan oscuro como una sala de cine con todo apagado, incluso peor. Sí, la jaula la dejé en mi cuarto, guindada sobre mi cama.

Apoyándome de la luz que proporcionaba mi celular, al fin me armé de valor y decidí alimentarlos. En plural, porque con las altas posibilidades de escape, me dejaron tres. Busqué el envase en el que guardaba su comida, le quité la tapa y fui lentamente a mi cuarto, sin prender ninguna luz.

Estando frente al hogar de los animales exóticos, me detuve y dejé el envase de plástico sobre el colchón de mi cama para poder iluminar el espacio y no cometer errores. Aparté con cuidado la manta de Mickey y Minnie y di con una jaula también rosada. Me dio algo de risa, todo era tan a lo infantil. La risa se esfumó casi al segundo en el que empezó. Una pelusa amarilla salió volando, asustándome.

¿Qué era eso? Juraba que era un insecto extraño, y yo le tengo un pánico horrendo a los bichos. Solté la manta, quedando un lado de la jaula expuesto. Busqué mi celular y volví a encenderlo, la pantalla se había bloqueado. Iluminé a esa cosa y resulta, resulta que era uno de los pajaritos. Genial, fugitivo uno de tres, porque de inmediato se fue por la ventana. ¿Por qué tuve que dejar la ventana abierta? Luego recordé que quedaban dos, volteé y uno ya estaba en su plan de escape, y tan pronto lo vi, desapareció por la ventana también.

No podía ser, sólo me quedaba uno de esos pájaros. De verdad eran escapistas, y es que su tamaño era conveniente para eso. Eran incluso más pequeños que un dedo meñique, llegaría a asegurar que eran del tamaño del dedo anular del pie de alguien que calza talla 38, sólo que su color los delataba, eran de un amarillo bastante chillón y sus plumas de verdad parecían una pelusa. Su cuerpo era delgado, casi la mitad de un lápiz, de color negro. Después de aceptar que perdí, me acomodé los lentes -de tanto movimiento intentando rescatar a los dos que escaparon, casi se me cayeron- y empecé a pensar cómo hacer para que no se me perdiera el último.

Veo de nuevo hacia la jaula, el restante revoloteaba por debajo de la manta, para mi suerte. Recordé la razón por la que estaba ahí, debía darle comida. Tomé un poco de las semillas en mi mano izquierda e intenté depositarla en el recipiente donde debía ir el alimento, mas lo que yo tanto temía sucedió. La pelusa de plumas amarillas logró encontrar una salida justo al lado de donde tenía mi mano, escapando. 

De un solo movimiento solté cualquier cosa que cargaba en manos, cayendo una mitad en el suelo y la otra sobre mi cama. No, no, no, no, no. ¡No podía dejar que este escapara! Improvisé, vacié el envase de comida y decidí intentar atraparlo ahí para devolverlo a la jaula, porque ni loca lo agarraría con la mano, probablemente lo mataría aplastado. Aproveché que se quedó en el mismo lugar, pero ese pajarito era más inteligente de lo que creí. Cuando estuve a punto de rescatarlo, voló hacia el interior de mi clóset y se perdió entre la ropa.

¡NO! ¡Jamás lo encontraría! ¡Jamás encontraría otro pájaro de repuesto en los dos días que faltaban para la exposición! Si tan sólo conociera a alguien que... ¡Espera! ¡Me salvé!

Recordé que el papá de una de mis mejores amigas trabaja con aves, incluso tienen un montón de todo tipo en su casa. ¿Por qué no? La llamaría, ella es casi vecina mía así que si tenía que ir a su casa de inmediato, lo haría.

Decidí no hacer tanto escándalo. Le mandé unos mensajes explicando la situación. Pocos minutos después, escuché el tono de Line. Me respondió. ¡Vaya situación! En su equipo, ella fue la elegida a cuidar el pájaro por razones obvias, ¡y resulta que a ella también se le perdieron! Como lo imaginé, me dijo que fuera a su casa para decirle a su papá si por casualidad tenía algún individuo que me salvara la nota.

Fue cuestión de minutos, quizás unos diez, cuando ya me encontraba en el patio de la casa de mi amiga en los mismos apuros, sólo que ella estaba siendo duramente regañada por la capitana de su equipo a través de una videollamada por haber perdido a su ave. La vi defendiéndose, así que yo por hacer algo, me metí en la conversación y admití que también había perdido los míos, a lo que la única que no lo sabía se sorprendió. "¡¿Angela perdiendo algo?! ¡Eso tenía que ser una broma!" Ojalá, porque si el papá no me conseguía otro en dos días, un 30% de mi calificación de Biología se irían volando por la ventana.

---------------------------------------------------------------

Fin  :P Como imaginarán, ahí desperté. Puede que este juego parezca difícil por como yo lo he hecho, se ve largo, pero eso es sólo porque mis sueños son así, largos. Pero no, es sencillo, y es divertido. ¡Anímense! En serio es entretenido contar un sueño de una manera distinta a la locura que solemos hacer con un montón de espacios vacíos. Simplemente no se asusten con este que yo he dejado aquí como primera jugadora, je...