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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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♡Caught Up♡ ziam oneshot
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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♡Caught Up♡ ziam oneshot
Prólogo
Liam Payne es la clase de policía que tiene morales, orgullo e integridad. Zayn Malik es la clase de criminal que roba a los ricos y lo da a los necesitados. Para Liam, no hay excepciones; están los culpables y los inocentes, y espera derribar a aquellos que pertenecen a la primera categoría. Entonces, ¿por qué sigue dejando que Zayn se le escape de entre sus dedos?Parte 1
No es que haya pocos crímenes en su ciudad. Viviendo en un lugar así de grande, siempre hay alguien a quien poner esposas y acarrear hasta la cárcel. Es solo que son crímenes pequeños. No es que Liam quiera que alguien cometa un asesinato o algo así, simplemente es fastidioso encontrar a otro adolescente rebelde haciendo graffitis en las paredes de un edificio, o escurriéndose en los estantes de licor de sus padres y tomando en un lugar estúpido como un parque local en el medio de la noche. Seguro, él quiere ayudar a esos chicos, pero duda que esposándolos y metiéndolos en una celda hasta que sus padres los recojan los vaya a ayudar demasiado. Podría asustarlos, pero un mes o dos después están de vuelta en el mismo edificio, pintándolo nuevamente, o inconscientes en el mismo parque, abandonados por sus amigos quienes salieron corriendo despavoridamente al escuchar el ruido de las sirenas.
Liam, sin embargo, ama su trabajo. Ha querido ser un oficial de policía desde que tenía seis años y algunos hombres de la fuerza visitaron su pequeña escuela y dieron un discurso sobre la seguridad y cuándo llamar al 911 y el peligro desconocido – lo usual. Había algo tan admirable sobre las placas que estaban cosidas a sus uniformes; algo tan noble sobre cómo todos se paraban tan derechos, con sus mentones altos y expresiones serias. Y luego, cuando tenía ocho años y ese hombre entró en su casa cuando su padre estaba fuera, y eran sólo él y su madre, él recuerda cuán seguro se había sentido en el momento en que el policía había puesto una mano sobre su hombro y dicho, “Estás bien, hijo, no hay de qué preocuparse.” Nunca ha querido nada más.
Pero igualmente, el trabajo era mucho menos emocionante de lo que él pensó que sería. No ayuda que, detrás de las compuertas, hay muchos hombres en la fuerza que no son nobles o admirables o inspiradores. Sólo porque utilices la placa, no significa que la merezcas, piensa Liam. No es que lo diga, no en voz alta, por lo menos, exceptuando quizás a Niall cuando ha tomado un poquito más de la cuenta en el pub. Sin embargo, no puede sacarse de la mente la forma en la que Malley había pateado aquel adolescente cuando éste estaba caído e indefenso y cómo había proclamado luego que se había estado resistiendo y urgiendo una pelea, y que por eso no había habido otra opción que acudir a la violencia. Liam no podía hacer ojos ciegos, y aunque hubiera tenido una charla sobre ese tema con su supervisor, nunca se había hecho nada al respecto.
Suspirando, Liam se recuesta sobre su asiento y refriega una mano sobre su rostro. Al menos está trabajando sólo hoy. Algunos días, le ponen un compañero. La fuerza es grande, y no es de extrañar que él se quede con Jasmine un día, y luego con Jordan o Patrick el siguiente. En algunos tranquilos y pacíficos días, se puede quedar sólo. Esos son los días en los que disfruta levantarse para ir a trabajar. Esos son los días en los cuales no suspira mientras se abotona su uniforme y se desliza en el asiento del conductor en su auto.
Recién se está acomodando, sólo relajándose por otros cuarenta minutos de receso sin nada que hacer, cuando su walkie-talkie comienza a hacer ruidos, y luego una voz familiar habla claramente, informándole de un infortuno en la calle Martin.
Liam frunce el ceño y recoge el walkie-talkie, llevándolo hacia su boca. “¿La calle Martin?”, repite. “¿Estás seguro?”
“Muy seguro, sí,” Harry dice desde la otra línea. “Te necesitan lo más pronto posible, Payne.”
Liam posiciona el walkie-talkie y recoge su gorro de donde está en el asiento vació detrás de él, poniéndoselo en la cabeza. Y luego, cambia las sirenas y se sale del carril, yendo hacia la izquierda, tomando el camino más rápido para la calle tan familiar, todo esto mientras el fruncido de ceño sigue en posición en su rostro.
Su ciudad tiene bastantes barrios privados, pero la calle Martin es posiblemente la más prestigiosa. Willfellow Homes es una comunidad cerrada con un total de tres calles y exactamente treinta y dos extensas e imposiblemente grandes casas. Además de la seguridad en las puertas de la comunidad, la mayoría de las casas también tienen compuertas que las separan de las demás, y todas y cada una de ellas tiene una especie de sistema de seguridad (Liam sabe ésto porque cada algunos meses son llamados desde las casas para probar dicho sistema, para asegurar la comodidad de los que viven dentro de ellas). Gracias a esto, no ha habido un incidente en ese barrio en alrededor de seis años, y incluso allí el perpetrador ha sido capturado inmediatamente. No hay mucha gente estúpida o lo suficientemente desesperada como para intentar colarse dentro de uno de estos condominios.
Las compuertas se abren para él inmediatamente cuando llega a la entrada de la comunidad. Hay un auto de policía estacionado justo adentro de ellas, y puede ver a Roman en su auto, apuntando algo en su cuadernillo. Liam conduce a su lado y lo pasa, pero le ofrece un saludo (que no se le devuelve) porque Roman es uno de los buenos.
Justo como había pensado, la casa en cuestión a la que lo llamaron también tiene grandes compuertas. Sin embargo, éstas están completamente abiertas, y hay un auto de policía ya estacionado justo enfrente de la gran casa. Liam estaciona detrás de él, asegurándose de que tiene todo lo necesario (cuaderno, bolígrafo, placa, gorro) y luego doble-checkea su arma, sólo para cerciorarse. Liam sólo ha estado en la Unidad Armada por un total de tres años, y en ese tiempo sólo ha tenido que sacar esa arma en tres ocasiones, y sólo la ha disparado con intención una vez.
No se molesta en golpear la puerta principal. Está tan abierta como las compuertas lo habían estado, y puede ver las pisadas de sus compañeros oficiales manchando lo que probablemente había sido un piso limpio sólo hace unas horas. Liam las sigue, haciéndose camino adentro de la casa hasta que llega a una espaciosa cocina.
“Por fin llegas, Payne,” sisea Jordan, aguzando la vista. Tiene una taza de café en sus manos, y no está prestando atención alguna a las víctimas.
Al menos Max sí, racionaliza. “¿Y tú dijiste que sólo alguien con el código puede entrar en la caja?” está preguntando, ojos grandes y mirando su cuaderno cada un par de segundos al apuntar notas en él.
Los dueños de la casa son una pareja de mediana edad. La esposa es pequeña y pálida con una gran cantidad de cabello en jirones que se está engriseciendo en algunas partes. Sus ojos están rojos y está agarrando un pañuelo en una mano, el brazo de su esposo en la otra. Su esposo no se ve conmovido para nada; se ve enojado, con su cara roja, sus manos en puños a los lados de su cuerpo.
“Es exactamente lo que estoy diciendo,” escupe el hombre. “¡Nadie puede ingresar a la caja fuerte! Ni siquiera Margaret tiene el código. Te lo aseguro, es imposible.”
Liam se para al lado de Max, sacando su propio cuaderno. “¿Dónde compraste la caja fuerte?” inquiere Liam. “¿Fue hecha especialmente? ¿Hay alguna manera posible de que alguien de la compañía que la hizo pueda tener algo que ver con esto?”
El hombre se vuelve a verlo y lo estudia, con sus ojos grises aguzados. “Ahora, eso sí es una pregunta,” se burla. “Estos dos me han estado preguntando las mismas cosas una y otra vez. Pero el asunto es, oficial-.”
“Payne,” Liam le informa.
“Oficial Payne,” el hombre repite. “El asunto es, yo mismo construí la caja fuerte cuando construí esta casa completa cuando tenía veintisiete años. No hay una sóla persona en este mundo además de yo mismo que sepa infiltrarse. Ni siquiera la he abierto con alguien más en la habitación, nunca.”
“¿Puedo verla?” pregunta Liam abruptamente, dejando caer sus manos a sus costados.
El hombre se ve indeciso, pero su esposa asiente y, juntos, llevan a Liam por la casa hacia una pequeña oficina con una sóla ventana. Tan cliché que suene, realmente tiene una caja fuerte escondida detrás de la probablemente cara pieza de arte que cuelga detrás del escritorio de caoba en la habitación.
“No la toque,” Liam dice, rápidamente. “Podría seguir disturbando la evidencia.”
El hombre y su esposa se congelan. Liam se mueve alrededor de la habitación, estudiando todo lo posible.
“No entraron por la ventana, entonces.”
“La puerta principal,” dice la esposa en voz baja. “También tenían nuestra llave de seguridad. Caminaron directamente adentro como si fueran los dueños del lugar, aparentemente. La única razón por la que me desperté fue el sonido.”
Liam se pausa, en medio de abrir la cortina. “¿El sonido?”
“Motocicleta,” continúa, los ojos abiertos de par en par. “Esas cosas horribles, ¿verdad? Un vecino joven tenía una antes de mudarse. Me despertaba cada vez que prendía esa cosa, casi me dio un ataque al corazón o dos.”
“¿Y esta moto estaba pasando por aquí, o-?”
“¡Estaba justo adelante!” dice excitadamente. “¡Justo fuera de mi ventana! No pude llegar a verla, es verdad, pero la oí. Y no me digas que estoy escuchando cosas, sé lo que oí. Y sé que -quien sea que entró y se llevó-,”
“¿Qué es lo que se llevaron?” pregunta Max, entrando a la habitación. “No han sido muy claros en ese tema.”
La pareja se había mostrado furiosa y asustada al principio, pero ahora ambos se ven avergonzados y resignados. “Él es terriblemente paranoico,” dice la esposa. “No confía mucho en los bancos, y-,”
“Siempre quise asegurarme de mantener un cierto porcentaje de nuestro dinero en la casa, en casos de emergencia,” el hombre dice defensivamente. “Nunca se sabe, qué con los sistemas bancarios de este país, y-,”
“¿Cuánto?” demanda Max.
“Sesenta mil en efectivo,” el hombre dice luego de un momento.
Todos quedan callados de la impresión por un largo tiempo. Puede ver a Jordan mirando la caja fuerte, considerando, probablemente preguntándose cómo hizo para entrar tanto dinero allí. Liam, por otra parte, todavía está sobre la ventana. Esta vez sí abre la cortina, y contempla el jardín enfrente de él. No hay mucho allí atrás, en realidad. Algunos pocos árboles, y luego las altas paredes de ladrillo que rodean la propiedad.
“Huh,” dice Liam, frunciendo el ceño. “¿Pueden ustedes dos quedarse aquí con ellos por un momento?”
“¿A dónde vas, Payne?” demanda Jordan.
Liam sacude su cabeza y sale de la casa. Se dirige a su auto y rebusca en la parte trasera hasta que encuentra lo que está buscando, y luego camina alrededor de la casa, yendo hacia la pared de atrás. Encuentra facilmente lo que había logrado ver por la ventana, resaltando en la distancia. Estando cerca, se da cuenta que es una pieza de tela negra.
Agarrándola, la arranca de donde estaba estancada en la pared, y luego checkea el área a su alrededor.
Hay una huella de bota encima de la pared, que encuentra cuando trepa encima de ella. Había pensado que habría una, por esto es que trajo los binoculares que había agarrado de su vehículo y los dirige hacia sus ojos. No son los mejores, pero funcionan bien. Tiene una vista clara de la ventana, y puede ver hacia el interior porque había dejado la cortina abierta. Está la pareja, recostándose contra la pared, agarrándose entre ellos. Y Max, hablando en su walkie-talkie portable. Y luego Jordan, husmeando en objetos sin ningún respeto al hecho de que podría estar toqueteando evidencia seria. ¿Es que no se da cuenta cuán severo es este caso? Con ese tipo de dinero en medio, esto no es tan sólo un robo sin importancia en el que el ladrón robó una televisión plana.
Entonces saca su propio walkie-talkie y lo cambia a la estación adecuada para decir,
“Max, ¿puedes pedirle que ahora se dirija a la caja fuerte?”
Puede ver a Max saltar cuando oye su voz, y segundos después la suya está vieniendo desde el walkie-talkie de Liam.
“¿Puedes repetirlo?”
“Pídele al hombre que se mueva hacia la caja. Dile que pretenda abrirla, pero que no la toque verdaderamente,” instrucciona Liam.
Ve como Max adopta una cara confundida, pero pasa el mensaje. El hombre da un paso hacia la caja fuerte, mirando a su alrededor incómodamente, y levanta su mano y pretende marcar los números sin realmente tocarla. Liam aguza sus ojos. Los números del cuadrante son grandes (presiente que tiene algo que ver con la edad del hombre, y el hecho de que no había estado usando gafas – su vista probablemente no sea la mejor) y, si sus binoculares fueran sólo un poco mejores, no tiene dudas de que alguien podría adivinar fácilmente los números en la distancia.
Eso, junto con la tela y la huella, es suficiente para probar lo que Liam había estado asumiendo. Quienquiera que hizo esto, era inteligente, y lo había planeado previamente. Esto no era una corrupción rápida cualquiera. Esto era un atraco cuidadosamente pensado. Algo que había tomado al menos varios días para planearse. Y tiene un presentimiento de que atrapar al culpable no va a ser tan fácil como todos los demás probablemente asuman.
sabryykiss
Re: ♡Caught Up♡ ziam oneshot
¡Hola! Me llamo Sabri, tengo 14 y soy su autora(?.
Aquí otro fic de la maravillosa Caitlin [scottmcniceass en ao3] traducido por mí! Fue el primer trabajo que traduje así que me disculpo si está mediocre; prometo que ahora traduzco mucho mejor hehe.
Bueno, es un oneshot bastante largo, así que lo dividiré por partes. Les subiré el prólogo & la primera parte a ver si hay lectoras*-*
¡Besitos!
Sabri.
Aquí otro fic de la maravillosa Caitlin [scottmcniceass en ao3] traducido por mí! Fue el primer trabajo que traduje así que me disculpo si está mediocre; prometo que ahora traduzco mucho mejor hehe.
Bueno, es un oneshot bastante largo, así que lo dividiré por partes. Les subiré el prólogo & la primera parte a ver si hay lectoras*-*
¡Besitos!
Sabri.
sabryykiss
Re: ♡Caught Up♡ ziam oneshot
Hola, yo soy Elizabeth, tu nueva lectora*-*
Jeydhwndhsjywbd ¡SÍGUELA! ¡POR FAVOR!
Esta muy interesante... *-*
Jeydhwndhsjywbd ¡SÍGUELA! ¡POR FAVOR!
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bethlasforh0ran
Re: ♡Caught Up♡ ziam oneshot
Parte 2
Liam sale de trabajar luego de haber pasado en la estación un largo rato. Había sido quitado del caso casi inmediatamente. Los Cormac (el nombre de la pareja cuya casa había sido atracada) eran suficientemente ricos y suficientemente importantes, y la cantidad de dinero robado era suficientemente grande que una unidad de agentes especiales había sido traída para tomar parte, aunque habían conversado con Liam por un buen rato antes de empezar su propia investigación, escuchando su información sobre la tela arrancada (la cual habían confiscado) igual que el resto de ella.Liam no está realmente enfadado por todo esto, para ser honestos. Su trabajo es sacar criminales de las calles. No es quitar el polvo en busca de huellas digitales o encontrar piezas de folículo de cabello en el suelo en la escena del crimen. El había hecho lo que había podido y eso fue todo. Sólo que odiaba el agotador papeleo que tenía que hacer, y el hecho de que la pareja – los Cormac's, se recuerda a sí mismo – habían pedido que él se quedara especialmente por unas horas porque aparentemente la presencia de Liam era reconfortante, sino además servicial, por lo tanto Liam tuvo que quedarse allí parado sin hacer nada mientras otras personas hacían su trabajo mucho mejor que lo que él había podido hacerlo.
Está simplemente acostado, listo para apagar la luz de su mesa de noche cuando su celular vibra fuertemente, golpeteando la madera de la mesilla. Liam lo observa, debatiendo si atenderlo. Probablemente sea sólo Niall, preguntándole si quiere ir a tomar algo y distraerse del trabajo. O si no es Harry, pidiéndole ayuda para distraer a Niall del trabajo. Pero él no tiene suficiente energía para eso ahora. Está exhausto, y se tiene que levantar a la mañana siguiente a las seis y hacer todo de nuevo. De todas formas, agarra su celular. Podría ser importante.
No es Niall ni Harry. De hecho, el texto es de un número bloqueado. (Liam ni siquiera estaba al tanto de que bloquear números de celular en un texto era posible, si estamos siendo honestos.)
Sabes, dudo que hubieran encontrado esa parte de mi camisa si no hubieras llegado tú primero – Z, dice el mensaje.
Liam tiembla y se sienta tan rápidamente que pierde el equilibrio. Casi se tropieza al salir de la cama, recogiendo el bate de béisbol que descansa contra la pared cerca de su cama como precaución. Es algo paranoico, sí, pero el sí juega béisbol a veces, y la seguridad del hogar es algo que predica cada día, así que piensa que es una excusa razonable.
Ni siquiera tiene sus dedos alrededor del mango cuando recibe el siguiente texto.
Eres tierno, pero demasiado inteligente para tu propio bien, Oficial Payne. La próxima vez, no intentes tanto, hombre. Nos hace las cosas fáciles a los dos. – Z
Liam se hunde en su cama, el bate olvidado momentáneamente. Sólo para probar, le da a “responder al texto”. No espera que funcione, dado que el número está bloqueado, pero funciona. Con los dedos temblando, escribe un corto ¿Quién es? ¿Cómo conseguiste mi número? y espera.
El siguiente texto es casi inmediato, y no está seguro de lo que estaba esperando, pero es probablemente exactamente lo que recibió.
Como si fuera a realmente responderte eso. Aunque buen intento, oficial. – Z
Liam no se molesta en contestar esta vez. En vez de eso, selecciona el contacto de Harry y presiona el botón de llamada, dando golpecitos impacientemente con su pie en el piso mientras espera. Harry, afortunadamente, atiende, y suena sobrio, lo que lo hace mucho mejor.
“¡Liam!” dice alegremente. “Justo a tiempo para venir a quedar arruinado conmigo. ¿Estás llamándome para que te vaya a buscar?”
“No,” dice Liam, ojeando la ventana desde unos metros de su cama.
Sus cortinas son finas, y se da cuenta que quienquiera que envió esos textos podría fácilmente estar mirándolo en ese momento, si lograron hacerse con el código de aquella caja fuerte en la pared desde el otro lado de la propiedad. Se levanta rápidamente, tirándolas hasta que cierran por completo, y reza por que nadie esté mirándolo.
“¿Puedes rastrear un número bloqueado desde un texto?” pregunta, ignorando cualquier cosa que Harry haya dicho, que probablemente haya tenido algo que ver con Liam saliendo de fiesta con él, y también probablemente algo con molestar a Liam sobre teniendo que acostarse con alguien y relajarse.
“Seguro,” dice Harry. “Quiero decir, si tuviera el teléfono, y–,”
“Te lo llevaré mañana antes de ir a trabajar.”
“Eso es, como, a las cinco. Ni hablar, Li.”
“Es importante,” sisea Liam. “Alguien ha estado–,”
“¿Enviándote desnudos?” pregunta Harry. “Envíale algunos en respuesta, no seas gallina.”
“No es eso,” dice Liam sombríamente. “Te mostraré mañana.”
Debe haber algo en su voz, porque Harry deja de molestarlo y accede a mirar el teléfono de Liam. Liam le agradece y corta luego de advertirle que no se emborrache demasiado hoy, y luego cae de nuevo en su cama. Sin embargo, no se logra dormir hasta bien entrada la madrugada, y pasa la mayoría del tiempo mirando fijamente a la ventana cubierta, preguntándose si hay alguien del otro lado, devolviéndole la mirada.
-
Harry no puede hacer nada con el teléfono. Aparentemente, intentó localizar el número, pero el teléfono era desechable, no estaba registrado a un nombre específico, y no tenía un dispositivo de rastreo. En esencia, no hay nada que pueda hacer para encontrar a la persona que envió los textos.
Por supuesto, se lo menciona a su supervisor, pero nadie parece llevarle el apunte. Llamadas de broma no son algo que la gente de aquí se tome seriamente, e incluso Liam probablemente no hubiera batido una pestaña, en una circunstancia normal. Sin embargo, esto no se sentía como una.
Pero como no hay nada que pueda hacer al respecto, lo empuja fuera de su mente. No recibe ningún otro texto, y no envía ninguno tampoco. Hacerlo sería inútil. Quienquiera que sea la persona con la que está tratando, es demasiado inteligente para ser atrapado mediante un par de textos. No obtendrá ninguna información que pueda ayudar al caso – el caso al que ya ni siquiera pertenece.
Se recuerda a sí mismo esto cada vez que oye una motocicleta. Nunca se había dado cuenta de cuántas hay en esta ciudad, pero ahora que lo piensa, hay demasiadas. Es como si cada vez que volteara, hubiera una moto, y cada una de ellas podría ser conducida por el ladrón y no puede hacer nada al respecto porque no es como si él pudiera notificar a alguien por ser dueño de un cierto tipo de vehículo.
Está parando a por un café (recogiendo uno para Harry también, porque tiene que parar por la estación) cuando una moto realmente para junto a donde él está estacionado. El tráfico está lento, y el conductor está quieto allí, tamborileando los dedos impacientemente en los manubrios de la moto cuando mira a Liam. Está usando una pesada chaqueta de cuero negra, jeans negros ajustados, y una especie de tonto casco negro que cubre completamente su rostro. El conductor mira a Liam por un largo tiempo, y Liam sólo lo mira, sus cejas juntas en su frente.
En el último segundo, el visor del casco es levantado, y Liam se encuentra con un par de ojos marrones, arrugándose un poco en lo que apuesta a que es una especie de sonrisa burlona. Y el tráfico se está moviendo otra vez, el hombre está cerrando el visor sobre sus ojos, y está acelerando (no realmente, o Liam tendría una excusa para detenerlo, que le gustaría, por razones que todavía no conoce) por el camino, desapareciendo al doblar la esquina.
Liam recibe un texto unos pocos minutos después que sólamente consiste en un “:) – Z”.
-
Golpea la taza sobre el escritorio de Harry, causando un salto en el otro chico. O hombre, técnicamente, pero Liam conoce a Harry desde que era realmente un chico, y no se ve muy diferente. Más alto, quizás, más relleno. La misma sonrisa de niño que es de alguna manera inocente y al mismo tiempo no lo es, sus hoyuelos todavía apareciendo en sus mejillas sonrosadas. Es difícil verlo como un hombre, en la opinión de Liam.
“¿Qué carajos?” demanda Harry, saltando hacia atrás. “¡Casi me tiras eso en la cara!”
“Necesito que me hagas otro favor,” dice Liam sin disculparse. “Necesito que investigues cada persona en esta ciudad con una licencia de motocicleta registrada. ¿Puedes hacer eso por mí?”
Harry gira su cabeza hacia un costado. “Legalmente, no,” dice. “No sin una razón, o permiso de un jefe, pero... Podría accidentalmente mirar la lista y accidentalmente hacerte saber la información, siempre y cuando no lo menciones a nadie. A cambio, necesito una explicación.”
Liam suspira y deja saber lo que pasó a Harry, quien toma el teléfono y mira el corto mensaje por un largo tiempo. “Lo firma con una “z”,” dice Harry lentamente.
“Exacto,” dice Liam, chocando su mano en la mesa así como había hecho con la taza. “Es o un primer nombre o la inicial de su apellido, ¿verdad? ¿Cuántas personas crees que manejan motocicletas en esta ciudad con un nombre así?”
“Dame unas horas para no ser atrapado, y contestaré a tu pregunta,” Harry le contesta. “Ahora vete, tienes trabajo que hacer. Y éste no es.”
Liam asiente, admitiendo esto. Harry no está siendo duro; de hecho, si Harry pensó que Liam podía vivir por sí mismo, escapándose para seguir algún extraño en una motocicleta, seguro aceptaría que Liam tomara algunos riesgos. Sin embargo, Harry lo conoce demasiado, y sabe que Liam lo recordaría luego y se arrepentiría si hiciera algo estúpido. Así que toma su propio café, lo termina, y se dirige a trabajar nuevamente.
-
“Seis,” dice Harry. Una carpeta cae en el bar delante de él, lo que tiene a Liam escondiéndola de la vista de otros y a Niall corriendo hacia ellos, curiosidad evidente en sus ojos. “Hay seis coincidencias.”
“No podemos hacer esto aquí,” Liam dice rápidamente, mirando a su alrededor. “Harry–,”
“Pueden usar la habitación de atrás,” dice Niall mientras limpia un vaso. “Espero detalles de esto.”
Liam va a decir que no, pero Harry se encoge de hombros como diciendo ¿por qué no? ¿qué podría dañar?.
Muchas cosas, piensa Liam. Primero, esto ni siquiera es técnicamente legal. Él y Harry podrían estar en problemas – posiblemente despedidos, incluso – por esto. Pero es sólo Niall. Liam confía en él con su vida, así que al final asiente con la cabeza y sigue a Harry a la parte de atrás del bar, y luego a la pequeña oficina que está, por ahora, inocupada.
Liam abre la carpeta, murmurando, “No puedo creer que haya seis. En serio, ¿cómo es posible?”
“Más apellidos con “Z” de los que pensamos, aparentemente,” dice Harry.
“Cierto,” gruñe Liam.
Hojea cada página dentro de la carpeta. Hay una pequeña, blanca y negra, algo difuminada foto de una licencia en cada página, junto con el nombre y la información de la persona. Liam examina todas ellas, pero ninguna tiene los ojos que él estaba buscando. Sólo dos tienen el color de ojos marrón o avellana, y uno de ellos tiene como cuarenta, mientras que los ojos del otro son más anchos y más al estilo de un cervatillo, no afilados y con grandes pestañas como aquellos que Liam recuerda.
“Nada,” dice, sacudiendo la cabeza. “Ninguno de estos es el correcto.”
Harry golpea su hombro. “Probablemente es mejor así, Li.”
Liam asiente. “Sí,” admite. “Tienes razón.”
“Siempre la tengo,” dice alegremente. “Ahora emborráchate conmigo. Lo merezco luego de arriesgar mi culo por eso, no crees?”
Liam muerde su labio. “No me vas a dejar decir que no, ¿verdad?”
“¡Nop!” Agarra el brazo de Liam. “Incluso pagaré, si te consuela de algún modo.”
Y, bueno, Liam realmente no puede discutir con eso.
sabryykiss
Re: ♡Caught Up♡ ziam oneshot
Parte 3
“Es una obsesión,” dice Harry mientras Liam termina su cuarta – quinta? No está seguro – bebida. “Tú sabes cómo se pone Liam. Demasiado afectuoso hacia su maldito trabajo. Cree que debe salvar el mundo.”Niall ríe, tirando su cabeza hacia atrás. Liam no ve por qué es tan gracioso. ¿Hay realmente algo malo en querer hacer algo bueno para el mundo? ¿Hay realmente algo malo en querer ayudar a la gente? Él no lo cree así.
“Lo atrapará,” dice Niall con absoluta convicción. “Tienen a esos estúpidos forenses para que hagan todo el detrás-de-escena, pero tú sabes que Liam será el que le ponga las esposas.”
Su teléfono vibra sobre su muslo cuando Harry hace un sonido de acuerdo. Liam lo saca, aguzando sus ojos para intentar enfocarlos y leer el texto.
Si prometieras no arrestarme, te dejaría usar las esposas cuando quieras. – Z
Liam mira hacia arriba acusadoramente, estudiando a todos a su alrededor. Hay varios chicos cerca con el cuerpo apropiado – delgados, pero con los hombros algo anchos – y con el color de ojos correcto, pero ninguno de ellos tiene los ojos exactamente iguales. Está bastante seguro que los reconocería.
“Mira,” dice Liam, pasando su teléfono a Harry. Inclina sus codos en el bar mientras Harry lee el texto, arrepintiendo la cantidad que ha tomado. “¿Se supone que debo dejar esto pasar? Me está acosando.”
Harry ríe y presiona algunos botones, y luego le da su teléfono de nuevo a Liam, quien instantáneamente lee lo que Harry envió.
Envía fotos de tu pene ;)
Liam lo empuja y Harry casi se cae de su banco, lo que hace que Niall ría de nuevo, el sonido casi ahogado entre las vibraciones de la música. “Te das cuenta que esto significa que está aquí, ¿verdad?” Liam añade, en caso que no se hubiera enterado.
“Mierda,” dice Harry, confirmando las sospechas de Liam. “Tienes razón.” Mira a su alrededor y luego mueve su mirada de nuevo a Liam. “¿Cómo estás seguro que este tipo robó esos sesenta mil de los Cormacs, de todos modos? ¿Estás seguro de que es él realmente?”
Liam asiente solemnemente. Está seguro. Y no hay una maldita cosa que pueda hacer al respecto, lo que le está empezando a poner de los nervios. Quizás si lograra que este “Z” lo admitiera por mensaje de texto, podría mostrárselo de nuevo a su supervisor. Una confesión verdadera significaría que alguien lo tiene que escuchar a él, ¿verdad?
Por ahora, sin embargo, Liam sólo va a ordenar otra bebida e intentar olvidarse de todo esto.
-
Está sentado en su casa el domingo en la noche, mirando las noticias porque eso es lo que él hace. No realmente, pero la temporada de The Walking Dead terminó recientemente, y no tiene nada mejor que hacer. Incluso Harry no va al bar los domigos, y a menos que quiera ir a su casa y mirar cualquier mierda de comedia romántica que a Harry le gusta este mes por tercera vez, esto es lo mejor que tiene.
A veces piensa que es algo solitario. Sus padres viven en otra ciudad, y no los ve tan seguido como le gustaría. Fuera de Harry y Niall, realmente no tiene amigos. No se junta con ninguno de los chicos de la fuerza muy seguido, tampoco, y no ha tenido una cita en más de un año. No muchas personas quieren salir con un policía, aparentemente. Algo sobre que la placa es intimidante, o quizás sea el hecho de que es una especie de trabajo peligroso, y nadie quiere verdaderamente estar envuelto con alguien quien puede realmente ir al trabajo un día y no volver (aunque Liam nunca piensa así; no es tan peligroso, según él).
Debería comprar un perro, reflexiona. O un gato, pero realmente no es una persona de gatos. Son demasiado acaparadores, demasiado exigentes. Pero un perro necesitaría mucho más atención, y Liam no está seguro de que pueda ofrecerle la suficiente, y odiaría ser una de esas personas que tienen un animal que no pueden cuidar. Sin embargo, una casa completa para él sólo es demasiado, incluso si es sólo una pequeña, ruinosa, de dos habitaciones, y con un monoambiente.
“–mañana un filántropo anónimo donó unos exhuberantes cuarenta mil libras a un hogar local. Aquí está Nancy Albert en la escena de Albert's House, donde las residencias son conocidas como demasiado llenas de gente. Nancy, ¿cómo van las cosas por aquí?”
Liam se concentra en las noticias, sorprendido. La pantalla enfoca en una chica linda con el cabello rojo perfectamente estilizado, y luego una mujer más mayor con el cabello marrón menos perfecto, agarrando la mano de un niño pequeño. Sus ojos están bordeados en rojo, y hay caminos de lágrimas en su rostro.
“Nosotros no – no podemos creerlo,” dice la mujer. “La semana pasada estábamos cerca de cerrar. La casa no tiene la forma suficiente para que vivan tantas personas en ella, y – y ahora...,” Se detiene para dejar escapar un sollozo. “No tengo idea de quién eres, pero quienquiera – quienquiera que haya hecho esto por nosotros, te lo agradecemos.”
La presentadora atrae el micrófono de nuevo hacia su propia boca. “Me han dicho que no toda la donación fue en efectivo. ¿Te importaría elaborar sobre este hecho?”
La mujer, todavía sosteniendo la mano del niño, se ríe y sacude su mano. Dos chicos más grandes, de probablemente trece o algo así, aparecen en la pantalla. Ambos están sonriendo ampliamente, y la reportera sostiene el micrófono por ellos. “Fue como Navidad,” dice uno de ellos. “Había una bicicleta nueva esperando por cada uno de nosotros abajo, y la vieja televisión de la sala de estar ha sido repuesta. No creo que alguna vez he visto algo tan genial como esto.”
“Ahí lo tienen, amigos,” finaliza la reportera. “Alguien allí fuera ha hecho algo maravilloso, y creo que puedo hablar por toda la comunidad cuando digo gracias por tu generosidad. María, vuelvo contigo.”
Liam respira profundamente, su cabeza doliéndole por alguna razón. Su madre siempre le ha dicho que es demasiado empatético. Nunca fue uno de esos chicos que lloraban en las películas tristes, pero si le dabas un final feliz donde hay sonrisas y cosas buenas por todos lados, y de repente tiene lágrimas en sus ojos. Es por eso que las películas de superhéroes son sus preferidas. No importa qué, el héroe siempre salva el día. Así es como funciona, y Liam desearía que el mundo real fuera así, pero no siempre es el caso.
Estirándose por su bebida, Liam se detiene y agarra el teléfono en vez de ella cuando vibra silenciosamente. Harry siempre se ría de él por todavía usar los sonidos predeterminados, pero luego Liam se ríe de Harry por usar tonos específicos para cada persona (el de Liam resultó ser Move Bitch de Ludacris, aunque no tiene idea por qué).
Mirando las noticias? – Z
Liam ni siquiera está sorprendido a este punto. De hecho, estaba casi anticipando el siguiente texto, no que se lo mencionara a nadie, especialmente no a Harry porque Harry nunca lo dejaría en paz.
¿Cómo sabías eso? Liam envía como respuesta, moviéndose en su asiento. Sus cortinas están abiertas ahora, así que se dirige hacia ellas y las cierra. No le gusta para nada esto, este sentimiento constante de que alguien lo está mirando. Lo hace sentir tenso.
No me paso todo el tiempo acosándote, espero que lo sepas. Eso fue una sóla vez, y yo estaba aburrido y curioso. Simplemente estaba esperando que lo estuvieras viendo hoy. – Z
Liam relee el texto dos veces, y finalmente, envía, Podría haberlo estado viendo. ¿Y a ti qué te afecta?
El siguiente texto toma bastante tiempo en llegar, lo que no tiene precedentes. Cada vez que han conversado, Z ha sido rápido al responder, casi imposiblemente.
Quizás solo estoy esperando que veas mi lado de las cosas y me perdones por lo de mañana. – Z
El corazón de Liam está ahora martillando en su pecho. ¿Mañana?, envía, y no puede sentarse en tranquilidad mientras espera su respuesta. Una respuesta que nunca llega. Liam se queda sentado hasta las dos de la mañana esperándola, pero nunca recibe nada. De nuevo, se pregunta qué diablos debe hacer ahora, pero al final no puede realmente hacer nada. Mañana, se promete a sí mismo, traerá el tema a su supervisor de nuevo, aún si Jacobson se está irritando de él. Él sólo intenta hacer su trabajo, ¿verdad?
-
Excepto que Liam apenas entra a trabajar al día siguiente, es apresurado por una llamada, y debe dirigirse al otro lado de la ciudad. Su corazón está en su estómago durante todo el viaje, y ese hecho hace más fácil ignorar a Jordan en el asiento a su lado, gritándole cosas a Liam cada pocos segundos por no conducir lo suficientemente rápido.
No van a una casa esta vez. En vez de eso, van a un negocio. Igual que con los Cormacs, sin embargo, fue otro robo de la caja fuerte. El dinero era menos esta vez (quince mil, que es todavía una cantidad increíble, aunque nada comparado con el caso anterior), pero el hombre con el que está trabajando esta vez es mucho más volátil.
“–tu maldito trabajo,” le espeta a Liam mientras investiga la habitación en la que esta la caja fuerte. “Ya te dije, él estaba manejando una motocicleta, todo de negro, con una chaqueta de cuero y–,”
“Y eso lo reduce a casi cada persona en esta ciudad con una motocicleta,” Liam suspira, dándose vuelta. “¿No sabes los números de la patente? ¿Tienes alguna seguridad afuera? Creo que vi cámaras mientras estaba llegando aquí.”
“Esas cámaras no trabajan desde hace ocho años,” escupe el hombre. “¿Sabes cuánto cuesta ese tipo de seguridad? Sin mencionar el hecho de que debo pagar a alguien que mire las cintas y se asegure de que nadie entre aquí, lo cual es tu trabajo, oficial.”
Liam se refusa a enfadarse, pero Jordan se ve mucho más que un poco enojado mientras se entretiene con las cosas de la habitación, agarrando lo que tiene a mano. “Lo siento mucho, señor,” Liam le dice al hombre. “Tendremos a nuestros mejores agentes en esto, le aseguro.”
“Y más les vale,” murmura el hombre. “No puedo siquiera sentirme seguro en mi maldita oficina. ¿A dónde está yendo este mundo?”
“Hey, Payne,” dice Jordan, desviando su atención del hombre irritado. Está sosteniendo un sobre grande, sacudiéndolo un poco. “Esto tiene tu nombre en él.”
“¿Qué?” pregunta Liam, acercándose para agarrarlo. “¿De dónde lo sacaste?”
“Nunca he visto eso en mi vida,” les dice el hombre de negocios. “Yo no traje eso aquí adentro, y soy el único que ha estado en esta habitación, exceptuando ese hijo de p–,”
Liam lo silencia en su mente, optando por abrir el sobre en su lugar. Encuentra una colección de artículos de periódicos en su interior, y los saca, colocándolos en el escritorio enfrente de él. El primero es fechado de unas semanas antes, días antes del atraco en la casa de los Cormac's.
Grupo de hogar local es condenado por la ciudad. Residentes fueron dados un preaviso de dos meses para evacuear el edificio. “Es un día triste,” dice Alexander Cormac, el inspector local quien había dado la condenación a Albert's House. “Desearía que hubiera algo que yo pudiera hacer, pero tristemente yo solo inspecciono estas cosas. La ciudad no puede permitirse poner dinero en arreglar cosas como estas ahora. Hay asuntos más importantes en nuestras manos.” Los dieciséis residentes de Albert's House están ahora trabajando para encontrar hogares adecuados para los niños del hogar.
Liam deja caer el artículo y coge el siguiente, escaneándolo rápidamente.
Ayer en la tarde el jurado junto al contratista local, Alex Cormac, en el caso que envuelve a John Benjamin. Benjamin, 16, estaba andando en su bicicleta tarde en la noche del jueves décimo cuando fue golpeado por Cormac, quien proclama que Benjamin habría volado hacia él, sin darle oportunidad de frenar. Benjamin sostenía que Cormac debía pagar sus facturas médicas, pero... continúa en la página 7.
No incluía la página siete, pero no era realmente necesario, ¿verdad? Liam no tiene que leer las otras páginas para saber qué es esto. Esto la manera del ladrón – Z – de decirle a Liam que quizás, sólo quizás, Cormac lo merecía. Mientras Liam no cree que la justicia funciona de esa forma, mientras no justifica el robo de ninguna manera, no puede evitar sentirse casi satisfecho sobre lo que pasó. Es bastante obvio, ahora, exactamente quién donó ese dinero al grupo de hogar. Tampoco tiene dudas que, si fuera a investigar, un cierto John Benjamin probablemente haya recibido una gran cantidad de dinero recientemente.
“¿Qué es?” demanda Jordan, elevando sus cejas expectantemente.
Liam sacude su cabeza y posiciona los artículos de nuevo en el sobre. “Puedes preguntarle a Jacobson cuando volvamos a la estación,” dice, lo que hace que la cara de Jordan se vuelva roja, pero realmente no hay nada que él pueda hacer al respecto.
sabryykiss
Re: ♡Caught Up♡ ziam oneshot
Espero y puedas seguirla pronto*-*
Me encanta*-*
Y la seguiste en lo que yo escribía eso, lol.
Bueno, me pondrá leer hahdajhsjshdhhs*-*
Me encanta*-*
Y la seguiste en lo que yo escribía eso, lol.
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bethlasforh0ran
Re: ♡Caught Up♡ ziam oneshot
Parte 4
Como era de esperarse, Jacobson finalmente está empezando a tomar a Liam en serio. No tiene idea si esto tiene algo que ver con él, o si tiene que ver con el hecho de que la unidad de forenses no había logrado averiguar nada de ninguna de las dos escenas del crimen. Espera que sea por él, pero lo duda seriamente.Sin embargo, le quitan su carpeta y su teléfono, confiscando el segundo como evidencia, lo que sólo hace que Liam se enfade porque el como que necesita su celular, y quizás no hubieran tenido que quitárselo como evidencia si alguien hubiera simplemente escuchado las primeras tres veces que él dijo lo que pasaba. Pero claro que él no dice esto, porque le gustaría conservar su trabajo y sabe que es necesario. Así que sale y compra un teléfono de repuesto barato hasta que consiga el suyo viejo de nuevo.
Al menos está distraído. Le permiten entrar en el caso de nuevo, y es traído en la discusión sobre toda la información que poseen actualmente – que no es mucha, en realidad. De hecho, Liam ha juntado mucha más que cualquier otra persona.
“No va a agarrarlo con evidencia encontrada en una de las escenas,” dice Liam finalmente, mientras estudian las mismas piezas de evidencia por la quinceava vez. “Es demasiado inteligente para dejar algo atrás.”
“¿Y qué esperas que hagamos?” pregunta uno de los otros oficiales. Es mucho más grande que Liam, y está en una unidad diferente así que Liam no lo reconoce por su nombre. No que él quisiera, decide. Liam no se lleva bien con cabrones, y hay algo sobre este tipo que simplemente gritacabrón. “¿Sólo dejarlo ir? ¿En serio? ¿Qué están enseñando a los oficiales de estos días?”
Liam lo ignora. “Tenemos que averiguar dónde va a atacar ahora, no averiguar quién es de donde ya ha atacado. No deja evidencia. De hecho, es algo brillante. Pero tiene un patrón.”
“¿Qué tipo de patrón?” pregunta Jacobson, dándole su completa atención a Liam.
Liam recoge el artículo de periódico, y luego saca algunos suyos. Los esparce sobre la mesa. “Piénsenlo,” dice. “Primero quita los sesenta mil a Cormac, ¿y qué hace? Da cuarenta de ellos a un grupo de hogar que, justo alrededor de un mes antes, Cormac había condenado. Y luego también hemos contactado a Benjamin, el adolescente a quien había golpeado, y luego intentado de demandarlo, y también le habían dado una generosa cantidad de dinero de un benefactor anónimo. No es tan difícil de poner las piezas juntas.”
“Todo eso sólo suma cincuenta y cinco mil,” alguien señala. “No es todo lo que se ha quitado.”
Liam asiente. Ya ha pensado en eso. “Obviamente se queda algo para él,” explica Liam. “Un pequeño porcentaje.”
Sostiene los nuevos artículos en alto, los que había cortado él mismo. Todos ellos tienen que ver con el hombre de negocios con el que habían lidiado el otro día, quien estaba actualmente en cargos por no pagar apoyo infantil a sus tres hijos luego de que su madre lo dejara (cada artículo menciona algo sobre abuso, pero ninguno de ellos pudo confirmarlo).
“Llamé a su ex esposa ayer,” le dice Liam a todos. “Fue a recoger el periódico hace dos días y encontró nueve mil libras, en billetes, en su buzón. Aunque no está confirmado, todos están bastante certeros de que ella lo dejó porque él abusaba de ella.”
“Dónde están los otros seis mil?” alguien demanda.
“Cara Peterson,” dice Liam. “Ella había archivado una orden de restricción contra Holton hace un año luego de días de ser admitida en el hospital por heridas severas a su cabeza y costillas. Lo mismo. Abrió su buzón y halló cuatro grandes adentro.”
Todos están en silencio. Finalmente alguien habla, otra persona que Liam no reconoce. “Así que este tipo,” dice, rascando su barbilla mientras reconsidera sus palabras, “es un cabrón abusivo, y nuestro ladrón está robándole y pagándole a las personas que dañó?”
“Así parece,” dice Liam rotundamente. “Al menos que alguien tenga otra idea.”
Todos gruñen señalando que no, y Liam sonríe abiertamente.
“Así que tenemos un motivo, entonces,” alguien dice mientras mueve algunos papeles. “Ahora sólo tenemos que averiguar dónde va a atacar su siguiente robo, y atraparemos a este hijo de perra.”
Jacobson le da una palmada en la espalda a Liam y lo envía fuera a conseguir café para todos. Ni siquiera le preocupa, no cuando sabe, al menos, que está ayudando. Es por eso que entró en esta oficina en primer lugar, ¿verdad? Para ayudar a la gente. No para hacer que la gente pensara que él era un héroe, no para obtener la apreciación.
Cuando llega con el café, todos están corriendo en la habitación. Liam da un paso atrás, intentando que no lo choquen, para no derramarse la bebida en las manos, pero alguien se las quita y lo empuja hacia la puerta con un apresurado, “Él de nuevo. Esta vez en Johnson. La firma de abogados. Sólo empleados en el edificio que estaban allí proclaman que escucharon una motocicleta no mucho antes de que su jefe volviera y encontrara su caja fuerte vacía.”
Liam asiente, considerando esto, y luego se está moviendo, yendo hacia su auto, pausando sólo el tiempo suficiente para que otro oficial, uno con el que había hablado antes, en el asiento del pasajero. El viaje es mayormente silencioso, excepto por el hombre preguntándole a Liam la pregunta ocasional, la pregunta final siendo, “¿Por qué tenía tu nombre aquel sobre? ¿Por qué está arriesgando todo para darte eso a ti?”
Liam no contesta inmediatamente, pero cuando lo hace es con un completamente honesto, “Realmente no lo sé.”
Z es un criminal extremadamente codiciado, a este punto, y cuando llegan a la firma de abogados, ya hay otros cuatro autos de policía estacionados a lo largo de la calle, así como un auto sin marcar. Liam sale del auto, el otro oficial siguiéndolo detrás, y es dejado entrar al edificio por Maya, una mujer de su propia unidad que se lleva bastante bien con él, la mayoría del tiempo.
Liam es llevado a una pequeña oficina al final del pasillo en el tercer piso. Otros oficiales ya están allí adentro, pero realmente se mueven fuera del camino cuando entra Liam, lo que es sorprendente.
“No hay sobre esta vez,” alguien le dice.
Liam mira alrededor de la habitación, dándose cuenta de que es cierto. No hay uno a plena vista, pero tiene un presentimiento de que hay uno aquí de todas formas. “¿Guardas carpetas aquí?” Liam pregunta al único hombre en un traje de negocios, obviamente el dueño de la caja fuerte que había sido quebrantada.
El hombre frunce el ceño y asiente, dirigiéndose al gabinete cerca de la puerta. “Guardo todos mis archivos—,”
“Estoy buscando uno en específico,” dice Liam, moviéndose hacia él. Afortunadamente, cada carpeta está etiquetada y en orden alfabético. Rápidamente encuentra las 'P's, y hay un sólo sobre estancado entre dos carpetas que saca.
“¿Por qué no lo dejaría en el escritorio como la última vez?” alguien pregunta.
Liam tiene una idea, pero no la dirá en voz alta. Z sin dudas sabe que Liam le dijo a todos los demás sobre la última carpeta, así que sabe que Liam no será el único que la está buscando, y probablemente sepa que Liam podría ni siquiera llegar a tocarla, así que no la dejó libre.
Por qué Liam entiende tanto a este hombre, no tiene idea. Le pone incómodo. Es un criminal, y el hecho de que Liam se siente extrañamente conectado a él está mal. El hecho de que Liam quizá piense que sus acciones son quizás, algo así como justificadas es aún peor.
Con su espalda dando a los demás, Liam abre el sobre, encontrando los esperados artículos en su interior. Pero Liam ya había encontrado todos los del caso anterior por sí solo, y estos son, en su lugar, para este caso. Los ojos de Liam escanean las palabras de los primeros artículos, su estómago temblando a lo que encuentra. Se los da al oficial a su izquierda, quien los toma y los pasa a los demás. Honestamente, Liam está un poco molesto de que Z sólo hubiera quitado veinte mil a este tipo.
El último artículo es diferente. Todos los otros habían sido artículos sobre Martin Quinn, el dueño de la firma. Éste – éste no lo es. Liam cuidadosamente lo desliza dentro de su manga y se da vuelta. “Esos eran todos,” dice, rezando para no verse culpable. Es un pésimo mentiroso, Harry siempre se lo dice.
Nadie le está prestando atención a él. En su lugar, todos están compartiendo los artículos y mirando a Martin cautelosamente. Todos los artículos establecen que él nunca fue convicto de nada, pero Liam tiene un presentimiento que el dinero había tenido una gran parte en eso. Y si realmente era culpable en esos crímenes de los que había sido acusado, entonces no hay ni una parte de Liam que se sienta mal por este hombre, para nada. De hecho, le toma todo lo que tiene para contenerse de esposar las muñecas de Martin y arrastrarlo hasta la estación.
-
Nada más llegar a casa, Liam saca su laptop y extrae el artículo escondido de su bolsillo, en donde lo había puesto cuando había sido perdido de vista por los demás. Ni siqueira está seguro por qué lo hizo, exactamente. Ahora mismo está en posesión de posiblemente la única pieza de evidencia que lo ayudaría a declarar culpable a este hombre, quien ahora ha robado más de cien mil libras de varias personas diferentes en dos meses. Y no le dijo a nadie acerca de eso.
Escanea el artículo de nuevo, pero no dice demasiado. Sólo hablo sobre un criminal convicto (sólo un apellido – Connors – registrado) quien pasó cuatro años en prisión por un crimen que no cometió. Un crimen que había reclamado que otro hombre, Jeremy Ivan, había cometido. Mientras había sido eventualmente revelado de que Connors no había, de hecho, cometido el crimen, el otro hombre terminó saliéndose con la suya y pagando sólo una pequeña multa, sin tiempo en la cárcel. Connors nunca fue compensado por los cuatro años de su vida que perdió gracias a esto.
Liam abre Google y escribe en el buscador Jeremy Ivan. La cantidad de resultados que aparecen es enorme, y ninguno de ellos es muy útil,así que añade el nombre de su ciudad al final de la búsqueda y prueba de nuevo. Esta vez funciona mejor.
Hay varios artículos sobre el juicio entre él y Connors, pero nada sobre Ivan en sí. Pasa la mayoría de la noche buscando Jeremy Ivan, pero al final no encuentra lo que estaba buscando. Ivan es, aparentemente, extremadamente rico, pero se retiró hace seis años y no es dueño de un negocio. El único lugar en el que Z podría atacar es su casa, pero no hay una dirección adjuntada.
Eventualmente, Liam se rinde y llama a Harry.
“No me mates,” es la primera cosa que dice.
“Matar a un policía,” dice Harry lentamente. “Sí, preferiría no hacer eso, así que mejor no me des una razón para hacerlo.”
Liam hace un ruido frustrado pero no deja que Harry lo escuche. “Necesito que rompas las reglas de nuevo.”
Harry gruñe. “Liam, vamos, sabes que yo—,”
“Nada grande,” promete Liam. “Necesito una dirección. Nada más.”
Un largo, exhalado suspiro es todo lo que consigue en respuesta.
“Jeremy Ivan,” dice rápidamente. “Necesito saber dónde vive. No lo preguntaría si no fuera importante, Harry, tú lo sabes. Sólo— sólo prueba por mí. O no lo hagas. Si crees que te va a meter en problemas, yo ya pensaré en algo.”
“Lo estoy viendo ahora mismo,” le dice Harry. “No necesito acceso a ningún archivo. Hay una cosa llamada el Internet—,”
“Ya había probado con eso.”
“Sí, pero tú eres tú,” responde Harry. “Y eres una causa perdida en cuanto a tecnología. Esta es mi especialidad. Dame, como, dos minutos, yo sólo— si, yo— ahí. 276 Prince Crescent.”
Liam mira boquiabierto a nada en particular por unos momentos, luego finalmente dice, “Gracias.”
“No hagas nada estúpido, Liam,” advierte Harry. “Prométemelo.”
“No haré nada,” le asegura Liam.
“Estás mintiendo.”
“Soy pésimo mintiendo.”
“Sí que lo eres.”
“¿Me detendrás?” pregunta.
“Ni siquiera sé lo que harás,” puntúa Harry. “Pero— no, no te voy a detener. Si alguien pregunta, por si acaso, yo ni te conozco.” Deja escapar otro suspiro. “Maldita sea, Liam, ¿en qué te has metido?”
No por primera vez hoy, Liam contesta, “Realmente no lo sé.”
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Se levanta temprano al día siguiente así tiene tiempo extra para prepararse. Se ducha, afeita, doble-checkea para asegurarse de que tiene desodorante, y luego pasa el resto de la mañana haciendo el desayuno, comiéndolo, y preocupándose. Preocupándose sobre lo que pasará hoy. Preocupándose sobre nada pasando hoy. Preocupándose sobre ser atrapado y despedido. O quizás asesinado, incluso, quién sabe. Z es, después de todo, un criminal notorio en este punto, y mientras Liam seriamente duda que sea capaz de algo violento o peligroso, no puede evitar considerar algo como eso sucediéndole.
Antes de irse, agarra la botella extra de gas del cajón de abajo de su mesa de noche y lo mete en su bolsillo, por si acaso, y luego toma una respiración profunda y sale a trabajar. Le llega un texto a mitad de camino, pero no puede checkearlo hasta que haya estacionado, y está mordiendo su labio inferior en el tiempo que tiene que esperar para verlo.
Tiene que ser Harry, lo sabe. Tiene que serlo. Y eso mismo ya es preocupante, porque Harry no conversa tan temprano en la mañana si puede evitarlo. Hay una parte de él, sin embargo, que considera quién más podría ser, y eso hace que la espera para averiguarlo sea imposible.
Cuando saca su teléfono del bolsillo, encuentra un corto texto de un número bloqueado que sólo lee 12:30 esta tarde. No hay etiqueta al final, como la hay usualmente. Sólo eso.
Liam responde Okay.
Desea que el texto no le hubiera llegado hasta más tarde en el día, porque está estancado en permanecer las siguientes cinco horas haciendo nada más que mirar el reloj. Técnicamente debería estar haciendo papeleo, pero no se puede concentrar lo suficiente para leer las letras negras escritas en las páginas blancas, todo convirtiéndose en un ilegible gris difuminado.
Toma demasiado café para intentar ponerse más alerta, pero lo único que hace es ponerlo nervioso y posiblemente más desenfocado, algo que Harry comenta cuando se escapa a verlo. Liam niega sus preocupaciones y pretende volver a trabajar hasta que Harry se retira. Si se queda, verá verdaderamente lo que piensa Liam, y Liam no puede permitir que nadie lo detenga.
Finalmente, el reloj llega a las 11:30, y sale de su asiento, estirándose primero. Empuja su camisa hacia abajo y luego se dirige hacia la puerta, intentando aparecer lo más casual posible.
“Saldré a comer un poco temprano,” dice fácilmente mientras camina hacia la puerta. “Bastante hambriento, saben. Y sólo estoy haciendo papeleo, de todos modos, así que... volveré pronto.”
Todos vuelven a su trabajo, ignorándolo completamente, así que Liam se desliza por la puerta y dentro de su auto. No necesita un mapa, gracias a que conoce a esta ciudad como la palma de su mano, pero doble-checkea la dirección que ha anotado en una hoja de papel en su bolsillo.
Llegó un poco temprano, así que estaciona al final de la calle. Esto es malo, porque le da incluso más tiempo para dudar de lo que hace. Cuando sale del auto, hace su rutina normal, pero esta vez doble-checkea las esposas en lugar del arma. No es la pistola lo que usará.
Liam lentamente camina por la calle, leyendo cada número de casa hasta que llega al 276. Se pausa en el camino de entrada, mirando a su alrededor, pero no ve una motocicleta en la calle por ningún lado. No hay un auto en la entrada, tampoco, aunque hay un gran garage. Podría estar aparcado adentro, racionaliza, que es la razón por la cual se acerca a la puerta y golpea primero.
Apenas toca sus nudillos en la puerta y se abre. Nadie más la está abriendo, tampoco. Simplemente no estaba cerrada lo suficiente, y lo único que tomó fue un poco de presión para que se abriera del todo.
“¿Hola?” llama Liam. Hace una mueca a la forma en que su voz hace eco en el pasillo principal. “Um, policía” Frota una mano sobre su corto cabello. “Mierda. Um. Voy a entrar!”
¿Qué estoy haciendo? se pregunta Liam. Igualmente, toma un paso dudoso hacia adentro. Y luego otro. Y luego otro. Nadie sale a detenerlo. De hecho, está bastante seguro que no hay ni una sóla persona en esta entera y bastante enorme casa.
Checkea cada habitación, encontrando el estar y la cocina y luego la puerta al sótano. Cuando nadie aparece y le pregunta qué carajos está haciendo, prueba el piso de arriba. La primera habitación es un dormitorio, la segunda es un baño, pero la tercera es una oficina.
“Yo no entraría ahí,” dice alguien detrás de él.
Liam salta, sobresaltado, y se da vuelta, agarrando el gas en su bolsillo en vez de el arma en su funda. En el final opuesto del pasillo, más cerca de las escaleras (y la única salida que Liam conoce), está el mismo hombre de la motocicleta. Liam sabe que es él. La misma chaqueta, todo igual. La única diferencia visible es el hecho de que está usando una de esas ridículas, cliché, máscaras de esquí que cubre la mayoría de su rostro, exceptuando sus ojos y su boca – una boca que Liam definitivamente no pasa más tiempo mirando del necesario.
Se pregunta si es tan obvio cómo se siente, sus nervios de pánico. Lamiendo sus labios intenta calmar su corazón latiendo rápidamente y enfocarse en respirar paralelamente. “¿En serio vamos a hacer eso del — ,” Liam señala a su cara, “— cliché de máscara de esquí?
Eso le gana una risa. Z se posiciona sobre sus talones y sonríe ampliamente sobre la estúpida máscara, sacudiendo la cabeza. “¿Es eso lo mejor que tienes, Oficial Payne?”
Liam se tensa. “Es Liam,” le dice a Z. “No— no Oficial Payne ahora.”
“Ya sé tu nombre,” dice Z fácilmente, rodando esos ojos que han estado algo así como embrujando Liam por semanas. “Apuesto a que sé más de ti de lo que piensas.”
“Eso da miedo,” le informa Liam.
Z rueda sus ojos nuevamente. “Te dije que no te acoso,” le dice. “Sólo soy inteligente, y cauto, y tú has sido mi más grande obstáculo desde que todo esto empezó.”
Liam cruza sus brazos sobre su pecho, muy discretamente intentando alzar una mano hacia su cinturón, de donde cuelgan sus esposas. “En serio,” dice, voz rotunda. “¿Por qué es eso?”
Z se encoge de hombros. “Varias razones. No eres el más inteligente, pero eres astuto. Entiendes a la gente. Y haces esto por una razón. Los demás— los demás lo hacen por dinero, o por fama, ¿sabes? Encuentran un caso como los que tú has manejado últimamente, y sólo quieren hacerse cargo porque hay un bonus para ellos, o su nombre será escrito en negrita en la página del diario de la semana entrante. Pero tú—,” se pausa, girando su cabeza hacia el costado. “No, tú lo haces porque genuinamente te gusta ayudar a la gente. Los otros se rendirán luego de un tiempo. Ninguna cantidad de dinero o fama vale todo su esfuerzo. Jugarán al héroe otro día, se disculparán con todos los que robé, dirán que no hay nada que puedan hacer.”
Da un paso sobre el pasillo, acercándose a Liam, y Liam instictivamente da uno hacia atrás hasta que recuerda por qué está aquí. Luego se planta en el piso, esperando a que Z se le acerque.
“Sin embargo, tú no,” dice, en voz grave. “Tú no quieres jugar al héroe, Liam Payne. Tú solo quieres ayudar a la gente. Tienes morales, ¿verdad? Y no te rendirás, porque estás luchando por algo. Seguro, algo tan patético e imposible como probar al mundo que todavía hay bien allí afuera, pero todavía es algo. Es de los que luchan por una razón, de los que te tienes que preocupar.”
Liam pretende estar tan imperturbado por esto como puede, pero es complicado porque es su punto débil. Es algo en lo que ha pensado más de una vez él mismo. Quizás no la última parte, pero el resto. Le asusta que esta persona sepa eso sobre él, que haya conseguido abrir a Liam y hurgar entre lo que hay en su interior, guardando piezas importantes de información que le beneficiaban.
“¿Qué hay sobre ti?” pregunta Liam con un tono defensivo en su voz. “Jugando a Robin Hood y al vigilante. Estás haciéndolo de la manera equivocada, y creo que tú lo sabes, pero en el final estás haciendo exactamente lo que yo.”
Ahora es su turno para decir, “En serio. ¿Y qué es eso?”
“Ayudando a la gente.” Liam da un paso adelante mientras habla. “Aquellos que lo merecen.” Otro paso. Ya puede distinguir los rayos de colores en esos ojos marrones, reflejando la baja luz de la lámpara sobre sus cabezas. “Estás luchando por algo, sólo que estás luchando de la manera equivocada.”
Z sonríe malignamente. “No me conoces, Liam.”
Liam le devuelve la sonrisa. “Tú tampoco me conoces a mí,” dice, alcanzando la delgada muñeca que puede ver asomándose por la manga de la chaqueta de cuero de Z.
En el último segundo, Z salta hacia atrás, lejos de Liam. Se retuerce, volviéndose a las escaleras, y agarra la barandilla con lo que Liam ahora ve que es una mano cubierta con un guante. No cualquier tipo de guante. El tipo de guante que usan los doctores, o dentistas. “Más de lo que piensas, Liam,” Z llama sobre su hombro. “Y yo tendría cuidado. Tus huellas están sobre toda la casa, y el pobre Jeremy acaba de perder los diez mil que tenía en su caja fuerte, y los quince que había puesto dentro del colchón.”
Liam se queda observándolo un largo momento antes de volver en sí y corriendo abajo en las escaleras. La puerta delantera se cierra entre ellos, y Liam agarra el pestillo, abriéndola. Y Z sólo— se fue. Se queda ahí en el umbral por un momento, y pronto, el sonido de una motocicleta encendiéndose en una calle llega a sus oídos. Incluso si corriera, nunca llegaría allí a tiempo. Esto es probado correcto un momento después cuando el ruido del motor comienza a ser más distante, y luego desaparece por completo.
Se queda allí parado en la entrada por un largo tiempo, antes de dejar salir un insulto de auto-odio, de enojo, “Mierda.”
sabryykiss
Re: ♡Caught Up♡ ziam oneshot
Para cuando Jeremy Ivan vuelve a casa, ve que su dinero no está, y llama a la policía, Liam ya ha vuelto a la estación, esperando nerviosamente la llamada. No es enviado con el resto del equipo, sin embargo. En su lugar, le envían en otra misión, otra instrusión del otro lado de la ciudad. Éste es diferente. Un sistema de alarma sonó, y Z nunca sería tan estúpido para hacer eso.
Cuando Liam llega a la casa, espera que alguien más ya esté allí, otro policía. Sin embargo, está solo. Todos los demás están, aparentemente, demasiado ocupados con el caso de Jeremy Ivan. Éste está en uno de los barrios modestos de la ciudad. Es una casa de tamaño normal, y Liam se pregunta por qué alguien se molestaría en entrar aquí. No tiene idea qué se llevaron, o si siquiera se llevaron algo, realmente, porque no les llegó una llamada de las residencias. Les llegó una de los vecinos que clamaban que habían visto a alguien moviédose por la casa que no concordaba con la descripción de los dueños, quienes deberían estar trabajando en el momento.
Liam golpea fuerte en la puerta principal, pero nadie le atiende. No hay un auto en la entrada, así que asume que no hay nadie en casa, pero la puerta está destrancada. Apenas toca sus nudillos contra la puerta y se abre totalmente.
Entrando en la casa, Liam se siente frío. Sabe que hay algo mal. No sabe cómo es que lo sabe, sólo lo hace. Hay alguien en esta casa. Alguien que no debería estar aquí. Hay algo turbio en la atmósfera, algo distintivamente diferente.
Sacando su arma de la funda, Liam quita el seguro y comienza a avanzar lentamente en la casa. Igual que en la de Jeremy Ivan, no hay nada en el primer piso, así que decide subir las escaleras, haciendo una mueca a la manera en la que sus pisadas hacen eco en toda la casa.
Cuando está empujando y abriendo la primera puerta en la izquierda, escucha a alguien detrás de él. Se da vuelta, con el arma elevada, pero antes de que la pueda apuntar a la persona, su boca se abre de la sorpresa.
Hay un cuerpo tirado en el suelo, inconsciente. Hay un gran tubo de metal en la mano del hombre, y se salió de su agarre cuando se cayó, haciendo un fuerte ruido al caer antes de rodar lejos del cuerpo. Y parado sobre él, con un arma en su mano, dada vuelta cosa que el mango está apuntando a Liam, está Z.
Liam lo mira boquiabierto, mientras Z empuja con su tobillo al hombre en el piso. “Imbécil,” murmura. “Alguien va a tener un gran dolor de cabeza cuando se despierte.”
“¿Qué— qué estás haciendo aquí?” demanda Liam, bajando su arma.
Z levanta su mirada hacia Liam, sonriendo. Todavía tiene la máscara puesta, pero Liam puede ver la manera en que sus labios se inclinan hacia arriba y sus ojos brillan, burlones. “Puedo o no tener un escáner de policías,” admite. “Quizás los oí llamándote, y cuando me di cuenta que te iban a enviar aquí solo, decidí que iba a venir de visita. Sólo para estar seguros.”
Okay, eso es la respuesta a una pregunta, pero él tiene muchas más. “Tienes un arma,” empieza. “¿Tienes siquiera una licencia para esa cosa?”
Z ríe. “Eres tan boy scout, Liam. Deberías estar agradeciéndome. Este tarado estaba a a segundos de aplastar tu cerebro contra la pared, espero que te des cuenta.”
No, no se había dado cuenta, en realidad. Ahora que lo ha dicho, se da cuenta que es verdad. “¿Por qué?” pregunta Liam. “¿Por qué me ayudarías?”
“Porque este juego de gato y ratón sería mucho menos divertido si alguien me matara mi ratón, ¿no crees?” dice Z. Le da a Liam una última sonrisa deslumbrante y se cuela en una de las habitaciones.
El cerebro de Liam comienza a trabajar otra vez, y corre a por Z, entrando en la habitación. Está vacía, pero la ventana está abierta, así que se mueve hacia ella, recostándose sobre el marco y mirando hacia el suelo. Es una caída grande, pero Z no está en el suelo, herido. Simplemente no está.
Sacando su walkie-talkie, Liam cierra sus ojos con fuerza, preguntándose por qué dejó que este tipo se le escapara de nuevo. “Voy a necesitar una ambulancia,” dice Liam al walkie-talkie. Y una examinación de la cabeza, aparentemente, porque Liam se está realmente volviendo loco.
-
La siguiente semana es muy frenética. El papeleo que tiene que llenar por el último caso era muy extenso, sin mencionar que es cuestionado sobre el nuevo caso de Z. Aparentemente los oficiales rastrearon el edificio, pero no dejó un sobre esta vez. Liam lo sabe, mayormente porque el sobre estaba en su vestidor en casa, acompañado por una pequeña bolsa de papel marrón que tenía una sola galleta de chispas de chocolate y manteca de maní, que es la favorita de Liam, pero está seguro que ni Harry sabe ésto sobre él. Esto es casi tan preocupante como el hecho de que Z ahora ha progresado y ha entrado en su casa, también.
Justo como la última vez, los artículos son sobre este caso, con uno único que no lo es. Y justo como la última vez, Liam hace sus investigaciones, encuentra lo que necesita, y se queda la información para sí mismo y espera al texto que le diga cuándo debe ir. Excepto que no recibe uno en toda la semana, así que intenta concentrarse en su trabajo nuevamente, de la forma que lo hacía antes de que todo esto empezara. Cuando estaba orgulloso de sí mismo por lo que hacía. Ahora, sin embargo, sólo está decepcionado.
Podría haber agarrado a Z si lo hubiera querido, piensa. Podría haber compartido más información con los demás, incluyendo la localización del próximo lugar en donde Z atacará, el cual Liam ha escrito en su cuaderno al lado de su computadora y no le ha dicho a nadie, ni siquiera a Harry. Ésta es su vida ahora, aparentemente. Está guardando los secretos de un criminal, incluso a su mejor amigo, quien ha sabido todo sobre él desde que Liam tenía como once años.
Se pone peor aquel martes cuando está sentado en su oficina, estudiando más su papeleo, y le llega un texto. Liam saca su teléfono sin preocuparse de alguien regañándolo por usarlo gracias a la puerta cerrada.
Necesito un favor. — Z
Liam bufa en voz alta antes de cubrirse la boca y mirando a su alrededor, no que hubiera alguien ahí para oírlo. Rápidamente le contesta, Ni loco. ¿Hablas en serio? y lo envía, dejando caer su teléfono en el escritorio y prometiéndose a sí mismo que va a ignorar los textos desde ahora. Se está envolviendo demasiado en este caso, y obviamente le está haciendo mal.
El siguiente texto llega y él simplemente lo ignora. Por exactamente siete minutos hasta que se harta.
Me la debes. Te salvé la vida. — Z
Liam aguza los ojos mientras escribe, No te pedí que lo hicieras, y no voy a ayudar a un criminal.
El siguiente texto consiste en una dirección y una hora.
-
Liam mira a su alrededor, confuso. Ha estacionado afuera de lo que parece ser una peluquería y un restaurant. Estaba esperando una vieja casa en ruinas en el medio de la nada, ¿y esto es lo que recibe? ¿Aquí es donde Z quiere verlo?
Y no dijo a dónde quería ir, tampoco. No dijo que fuera a dentro, o le dio alguna instrucción. Sólo le dio la dirección y la hora. Llegó cinco minutos antes, y no está seguro si debería esperar en el auto o entrar al restaurante y esperar a que Z lo vea allí adentro. O quizás debería llamar a Harry y hacer que envíe un auto al restaurante para cuando llegue Z.
Sin embargo, no va a hacer eso. Incluso si tuviera la oportunidad, no lo haría. Y no tiene la oportunidad, porque la puerta del pasajero está abriéndose y una figura enmascarada se está deslizando a su lado y diciendo, “Conduce.”
Y mierda, Liam conduce sin dudarlo ni un segundo.
Siente una mano en su cinturón, pero está demasiado ocupando intentando no chocar al auto delante de él para quitarla, y cuando mira al asiento del pasajero, Z tiene sus esposas en su falda. “Precaución,” explica, dándole a Liam una sonrisa torcida. “Dudo que me vayas a arrestar pero, ya sabes, no me gusta mucho usar esposas a menos que sea en la cama.”
Liam le hace una cara. “Devuélvemelas.”
“No,” dice, desafiante. “A menos que quieras que yo te las ponga a ti.” Mueve sus cejas. “¿Qué dices, Payne? ¿Quieres saber qué se siente ser el que está atrapado?”
“Deja eso,” espeta Liam. “¿Y a dónde estoy yendo? Sólo dijiste que conduciera.”
Z se encoge de hombros. “Donde sea que quieras ir.” Se pausa. “Pero no te hagas el listo y me lleves a la estación.”
Liam aguza sus ojos y aprieta el volante demasiado fuerte. “Debería. Debería trancar las puertas, y—,”
“Y no lo harás,” Z finaliza por él. “Ambos sabemos que no lo harás, así que vamos a no ser imbéciles y pretender que hay siquiera una chance de que lo hagas, ¿okay?”
Liam toma una curva a la izquierda bruscamente, y luego una a la derecha, y luego está siguiendo el camino familiar hacia la estación. Está a unos cinco minutos de llegar cuando el cuerpo a su lado se tensa, y luego Z esta agarrando la manija de la puerta, intentando abrirla, pero Liam ya la ha trancado.
“Todavía tengo un arma, sabes,” le recuerda, pero la voz de Z es débil.
“Dispárame,” Liam le dice. “Ambos sabemos que no lo harás, así que vamos a no ser imbéciles y pretender que hay siquiera una chance de que lo hagas,” se burla.
“Liam—,”
Presiona los frenos tan bruscamente que Z vuela hacia adelante, sus manos agarrando el panel. “Eso es lo que pasa cuando no utilizas el cinturón de seguridad. Podría multarte por eso.”
Están a solo una calle de la estación, y Liam puede ver las puertas principales claramente desde donde está sentado. Y sólo esta estacionado allí, sin moverse hacia adelante, porque, como había pensado antes, está cagado.
Z está respirando dificultosamente, ojos de par en par. Se da vuelta hacia Liam, su boca abierta, y sólo lo mira por un largo tiempo. “Honestamente creí que tu— creí—,”
“¿Qué es lo que quieres de mi?” espeta Liam, interrumpiéndolo. “¿Por qué yo? ¿Por qué haces esto?”
Casi tan rápido como la aterrorizada y vulnerable expresión había cruzado las partes descubiertas del rostro de Z, la pedante, burlona expresión vuelve. “Quiero varias cosas de ti, Liam Payne, la mayoría de ellas sin duda te dejarían sonrojándote de nuevo,” dice. “¿Y por qué tú? Porque es divertido jugar contigo. Y por qué lo hago no es de tu maldita incumbencia, babe.”
Liam arquea una ceja, una expresión de acero cruzándole el rostro. Gira las llaves del auto, encendiéndolo; amenazadoramente presiona el acelerador un poco, burlón, y dice, “¿En serio quieres presionarme ahora?”
Z suspira. “Okay, okay.” Rasca su cabeza a través de la máscara de esquí. “Estoy en problemas.”
Liam espera para que siga, pero eso es todo. Y luego se encuentra a sí mismo riendo, tan fuertemente que el sonido llena el pequeño vehículo. “¿Es enserio? Eres consciente de la enorme cantidad de dinero que has robado los últimos meses, ¿verdad? Claro que estás en problemas. Eres un criminal buscado, idiota.”
Quizás él lo encuentre graciosísimo, pero Z no, aparentemente. “No tengo problemas con la policía,” escupe. “Bueno, no sólo con la policía. Pero ellos no son un problema para mí. Si hubiera pensado que alguien en la fuerza es lo suficientemente inteligente como para atraparme, quizás lo serían, pero son todos unos idiotas que—,” se corta a sí mismo.
Liam pestañea, intentando disimular la expresión herida en su propio rostro que no debería estar allí. No le importa lo que este criminal piense de él. No le importa una mierda. Sin embargo, sí le importa. Le importa, y odia que lo haga, y de nuevo, está tan cagado.
“Hey,” dice Z suavemente, con su mano en el hombro de Liam. “No estaba hablando sobre ti. Estaba refiriéndome al resto de ellos.”
“Como sea,” Liam dice, empujando su mano. “Tienes dos minutos. Cuando los dos minutos acaben, o estás fuera de mi auto, o trancaré de nuevo las puertas y conduciré al final de la calle a la estación. ¿Entendido?”
Z busca sus ojos por un momento, pero al final asiente. “De acuerdo,” dice. “De todos modos, necesito tu ayuda. Yo—,”
“¿Son drogas?” Liam pregunta antes de que pueda terminar. “¿Es eso sobre lo que trata todo esto? ¿Drogas?”
Z larga un sonido, sorprendido, y mira fijamente a Liam, en shock. Y luego aguza sus ojos peligrosamente y dice, “Mierda, realmente piensas bien de mí, ¿verdad?”
Liam no se marchita ante la intensidad de su enfurecimiento, que está haciendo que el cuerpo entero de Z casi que vibre. “¿Por qué lo haría? Mira lo que has estado haciendo.”
“Tienes razón,” dice Z lentamente, asintiendo. “No, tienes razón. Sólo pensé que— pero estaba equivocado. Vete a la mierda, Liam.”
No había esperado esa reacción. Honestamente había creído que lo de las drogas tenía sentido. Porque sí lo tenía. Es común que alguien tenga problemas con las drogas y luego recurra al crimen para pagar sus deudas. Seguro, nunca lo ha visto pasar en una escala tan grande, no con ese tipo de dinero envuelto, pero igual. De todas formas Z se ve genuinamente ofendido porque el siquiera asuma ésto, y luego está agarrando la manija de la puerta y abriéndola.
Liam agarra su brazo en el último segundo y lo trae hacia adentro de nuevo, presionando las trancas automáticas. “Lo siento,” dice rápidamente. “Yo sólo— lo asumí. Me parecía la respuesta más lógica.”
“Sí, bueno, no lo es,” Z dice entre dientes. “Y vete a la mierda por siquiera pensarlo.”
Liam pasa una mano sobre su rostro, dejando salir un largo exhalo. “Sólo dime lo que quieres y lo consideraré.”
Se ve como si quisiera decir que no ahora. Se ve como si arrepintiera siquiera pedirle ayuda a Liam. Igual, suspira y dice, “Dejé algo muy importante en lo de Ivan la otra noche. Necesito que lo saques por mí. Me prometí que no lo perdería, y ahora lo hice y lo necesito de vuelta.”
Liam hace un sonido de sorpresa. “¿Qué? Yo—,”
“Por favor,” ruega Z. “No te lo pediría si no fuera importante. Pero— pero lo es, y lo necesito de vuelta, y no puedo ir a buscarlo yo mismo. Ese bastardo no ha salido de su casa en días, y lo necesito. Tú tienes una razón para ir. Sólo ve a su puerta, dile que necesitas otra declaración o algo así, o que necesitas mirar la evidencia. Él te creerá, tienes una de esas caras.”
“¿Y qué si estoy ocupado?” pregunta Liam, elevando sus cejas.
Z le lanza una mirada no-divertida. “No lo estás,” dice con convicción. “Tienes los siguientes dos días libres.”
“¿Te he dicho lo espeluznante que es tu acoso?” Liam sacude su cabeza. “Porque lo es. Realmente lo es.”
“Puedo vivir con eso,” dice Z encogiéndose de hombros. “Pero no puedo vivir sin mi anillo. Lo necesito.”
“Un anillo,” repite Liam. “¿Todo ésto por un anillo? Te das cuenta que podría meterme en muchos problemas, ¿verdad? Abusar mis privilegios de policía si alguien se entera que fui allí sin una razón. Ayudar a un criminal. Podría perder mi trabajo, podría...”
Z asiente así que se detiene. “No, lo entiendo.” dice. “Ni siquiera debería haberte puesto en esta situación desde el principio. Lo siento.”
Y luego está fuera del auto, trotando en la calle y desapareciendo al doblar la esquina. Una vez que está fuera de vista, Liam enciende las llaves del auto y se dirige de nuevo al trabajo, sin dudas en su mente que mañana, nada más salga de trabajar, le dará a Jeremy Ivan otra visita.
Cuando Liam llega a la casa, espera que alguien más ya esté allí, otro policía. Sin embargo, está solo. Todos los demás están, aparentemente, demasiado ocupados con el caso de Jeremy Ivan. Éste está en uno de los barrios modestos de la ciudad. Es una casa de tamaño normal, y Liam se pregunta por qué alguien se molestaría en entrar aquí. No tiene idea qué se llevaron, o si siquiera se llevaron algo, realmente, porque no les llegó una llamada de las residencias. Les llegó una de los vecinos que clamaban que habían visto a alguien moviédose por la casa que no concordaba con la descripción de los dueños, quienes deberían estar trabajando en el momento.
Liam golpea fuerte en la puerta principal, pero nadie le atiende. No hay un auto en la entrada, así que asume que no hay nadie en casa, pero la puerta está destrancada. Apenas toca sus nudillos contra la puerta y se abre totalmente.
Entrando en la casa, Liam se siente frío. Sabe que hay algo mal. No sabe cómo es que lo sabe, sólo lo hace. Hay alguien en esta casa. Alguien que no debería estar aquí. Hay algo turbio en la atmósfera, algo distintivamente diferente.
Sacando su arma de la funda, Liam quita el seguro y comienza a avanzar lentamente en la casa. Igual que en la de Jeremy Ivan, no hay nada en el primer piso, así que decide subir las escaleras, haciendo una mueca a la manera en la que sus pisadas hacen eco en toda la casa.
Cuando está empujando y abriendo la primera puerta en la izquierda, escucha a alguien detrás de él. Se da vuelta, con el arma elevada, pero antes de que la pueda apuntar a la persona, su boca se abre de la sorpresa.
Hay un cuerpo tirado en el suelo, inconsciente. Hay un gran tubo de metal en la mano del hombre, y se salió de su agarre cuando se cayó, haciendo un fuerte ruido al caer antes de rodar lejos del cuerpo. Y parado sobre él, con un arma en su mano, dada vuelta cosa que el mango está apuntando a Liam, está Z.
Liam lo mira boquiabierto, mientras Z empuja con su tobillo al hombre en el piso. “Imbécil,” murmura. “Alguien va a tener un gran dolor de cabeza cuando se despierte.”
“¿Qué— qué estás haciendo aquí?” demanda Liam, bajando su arma.
Z levanta su mirada hacia Liam, sonriendo. Todavía tiene la máscara puesta, pero Liam puede ver la manera en que sus labios se inclinan hacia arriba y sus ojos brillan, burlones. “Puedo o no tener un escáner de policías,” admite. “Quizás los oí llamándote, y cuando me di cuenta que te iban a enviar aquí solo, decidí que iba a venir de visita. Sólo para estar seguros.”
Okay, eso es la respuesta a una pregunta, pero él tiene muchas más. “Tienes un arma,” empieza. “¿Tienes siquiera una licencia para esa cosa?”
Z ríe. “Eres tan boy scout, Liam. Deberías estar agradeciéndome. Este tarado estaba a a segundos de aplastar tu cerebro contra la pared, espero que te des cuenta.”
No, no se había dado cuenta, en realidad. Ahora que lo ha dicho, se da cuenta que es verdad. “¿Por qué?” pregunta Liam. “¿Por qué me ayudarías?”
“Porque este juego de gato y ratón sería mucho menos divertido si alguien me matara mi ratón, ¿no crees?” dice Z. Le da a Liam una última sonrisa deslumbrante y se cuela en una de las habitaciones.
El cerebro de Liam comienza a trabajar otra vez, y corre a por Z, entrando en la habitación. Está vacía, pero la ventana está abierta, así que se mueve hacia ella, recostándose sobre el marco y mirando hacia el suelo. Es una caída grande, pero Z no está en el suelo, herido. Simplemente no está.
Sacando su walkie-talkie, Liam cierra sus ojos con fuerza, preguntándose por qué dejó que este tipo se le escapara de nuevo. “Voy a necesitar una ambulancia,” dice Liam al walkie-talkie. Y una examinación de la cabeza, aparentemente, porque Liam se está realmente volviendo loco.
-
La siguiente semana es muy frenética. El papeleo que tiene que llenar por el último caso era muy extenso, sin mencionar que es cuestionado sobre el nuevo caso de Z. Aparentemente los oficiales rastrearon el edificio, pero no dejó un sobre esta vez. Liam lo sabe, mayormente porque el sobre estaba en su vestidor en casa, acompañado por una pequeña bolsa de papel marrón que tenía una sola galleta de chispas de chocolate y manteca de maní, que es la favorita de Liam, pero está seguro que ni Harry sabe ésto sobre él. Esto es casi tan preocupante como el hecho de que Z ahora ha progresado y ha entrado en su casa, también.
Justo como la última vez, los artículos son sobre este caso, con uno único que no lo es. Y justo como la última vez, Liam hace sus investigaciones, encuentra lo que necesita, y se queda la información para sí mismo y espera al texto que le diga cuándo debe ir. Excepto que no recibe uno en toda la semana, así que intenta concentrarse en su trabajo nuevamente, de la forma que lo hacía antes de que todo esto empezara. Cuando estaba orgulloso de sí mismo por lo que hacía. Ahora, sin embargo, sólo está decepcionado.
Podría haber agarrado a Z si lo hubiera querido, piensa. Podría haber compartido más información con los demás, incluyendo la localización del próximo lugar en donde Z atacará, el cual Liam ha escrito en su cuaderno al lado de su computadora y no le ha dicho a nadie, ni siquiera a Harry. Ésta es su vida ahora, aparentemente. Está guardando los secretos de un criminal, incluso a su mejor amigo, quien ha sabido todo sobre él desde que Liam tenía como once años.
Se pone peor aquel martes cuando está sentado en su oficina, estudiando más su papeleo, y le llega un texto. Liam saca su teléfono sin preocuparse de alguien regañándolo por usarlo gracias a la puerta cerrada.
Necesito un favor. — Z
Liam bufa en voz alta antes de cubrirse la boca y mirando a su alrededor, no que hubiera alguien ahí para oírlo. Rápidamente le contesta, Ni loco. ¿Hablas en serio? y lo envía, dejando caer su teléfono en el escritorio y prometiéndose a sí mismo que va a ignorar los textos desde ahora. Se está envolviendo demasiado en este caso, y obviamente le está haciendo mal.
El siguiente texto llega y él simplemente lo ignora. Por exactamente siete minutos hasta que se harta.
Me la debes. Te salvé la vida. — Z
Liam aguza los ojos mientras escribe, No te pedí que lo hicieras, y no voy a ayudar a un criminal.
El siguiente texto consiste en una dirección y una hora.
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Liam mira a su alrededor, confuso. Ha estacionado afuera de lo que parece ser una peluquería y un restaurant. Estaba esperando una vieja casa en ruinas en el medio de la nada, ¿y esto es lo que recibe? ¿Aquí es donde Z quiere verlo?
Y no dijo a dónde quería ir, tampoco. No dijo que fuera a dentro, o le dio alguna instrucción. Sólo le dio la dirección y la hora. Llegó cinco minutos antes, y no está seguro si debería esperar en el auto o entrar al restaurante y esperar a que Z lo vea allí adentro. O quizás debería llamar a Harry y hacer que envíe un auto al restaurante para cuando llegue Z.
Sin embargo, no va a hacer eso. Incluso si tuviera la oportunidad, no lo haría. Y no tiene la oportunidad, porque la puerta del pasajero está abriéndose y una figura enmascarada se está deslizando a su lado y diciendo, “Conduce.”
Y mierda, Liam conduce sin dudarlo ni un segundo.
Siente una mano en su cinturón, pero está demasiado ocupando intentando no chocar al auto delante de él para quitarla, y cuando mira al asiento del pasajero, Z tiene sus esposas en su falda. “Precaución,” explica, dándole a Liam una sonrisa torcida. “Dudo que me vayas a arrestar pero, ya sabes, no me gusta mucho usar esposas a menos que sea en la cama.”
Liam le hace una cara. “Devuélvemelas.”
“No,” dice, desafiante. “A menos que quieras que yo te las ponga a ti.” Mueve sus cejas. “¿Qué dices, Payne? ¿Quieres saber qué se siente ser el que está atrapado?”
“Deja eso,” espeta Liam. “¿Y a dónde estoy yendo? Sólo dijiste que conduciera.”
Z se encoge de hombros. “Donde sea que quieras ir.” Se pausa. “Pero no te hagas el listo y me lleves a la estación.”
Liam aguza sus ojos y aprieta el volante demasiado fuerte. “Debería. Debería trancar las puertas, y—,”
“Y no lo harás,” Z finaliza por él. “Ambos sabemos que no lo harás, así que vamos a no ser imbéciles y pretender que hay siquiera una chance de que lo hagas, ¿okay?”
Liam toma una curva a la izquierda bruscamente, y luego una a la derecha, y luego está siguiendo el camino familiar hacia la estación. Está a unos cinco minutos de llegar cuando el cuerpo a su lado se tensa, y luego Z esta agarrando la manija de la puerta, intentando abrirla, pero Liam ya la ha trancado.
“Todavía tengo un arma, sabes,” le recuerda, pero la voz de Z es débil.
“Dispárame,” Liam le dice. “Ambos sabemos que no lo harás, así que vamos a no ser imbéciles y pretender que hay siquiera una chance de que lo hagas,” se burla.
“Liam—,”
Presiona los frenos tan bruscamente que Z vuela hacia adelante, sus manos agarrando el panel. “Eso es lo que pasa cuando no utilizas el cinturón de seguridad. Podría multarte por eso.”
Están a solo una calle de la estación, y Liam puede ver las puertas principales claramente desde donde está sentado. Y sólo esta estacionado allí, sin moverse hacia adelante, porque, como había pensado antes, está cagado.
Z está respirando dificultosamente, ojos de par en par. Se da vuelta hacia Liam, su boca abierta, y sólo lo mira por un largo tiempo. “Honestamente creí que tu— creí—,”
“¿Qué es lo que quieres de mi?” espeta Liam, interrumpiéndolo. “¿Por qué yo? ¿Por qué haces esto?”
Casi tan rápido como la aterrorizada y vulnerable expresión había cruzado las partes descubiertas del rostro de Z, la pedante, burlona expresión vuelve. “Quiero varias cosas de ti, Liam Payne, la mayoría de ellas sin duda te dejarían sonrojándote de nuevo,” dice. “¿Y por qué tú? Porque es divertido jugar contigo. Y por qué lo hago no es de tu maldita incumbencia, babe.”
Liam arquea una ceja, una expresión de acero cruzándole el rostro. Gira las llaves del auto, encendiéndolo; amenazadoramente presiona el acelerador un poco, burlón, y dice, “¿En serio quieres presionarme ahora?”
Z suspira. “Okay, okay.” Rasca su cabeza a través de la máscara de esquí. “Estoy en problemas.”
Liam espera para que siga, pero eso es todo. Y luego se encuentra a sí mismo riendo, tan fuertemente que el sonido llena el pequeño vehículo. “¿Es enserio? Eres consciente de la enorme cantidad de dinero que has robado los últimos meses, ¿verdad? Claro que estás en problemas. Eres un criminal buscado, idiota.”
Quizás él lo encuentre graciosísimo, pero Z no, aparentemente. “No tengo problemas con la policía,” escupe. “Bueno, no sólo con la policía. Pero ellos no son un problema para mí. Si hubiera pensado que alguien en la fuerza es lo suficientemente inteligente como para atraparme, quizás lo serían, pero son todos unos idiotas que—,” se corta a sí mismo.
Liam pestañea, intentando disimular la expresión herida en su propio rostro que no debería estar allí. No le importa lo que este criminal piense de él. No le importa una mierda. Sin embargo, sí le importa. Le importa, y odia que lo haga, y de nuevo, está tan cagado.
“Hey,” dice Z suavemente, con su mano en el hombro de Liam. “No estaba hablando sobre ti. Estaba refiriéndome al resto de ellos.”
“Como sea,” Liam dice, empujando su mano. “Tienes dos minutos. Cuando los dos minutos acaben, o estás fuera de mi auto, o trancaré de nuevo las puertas y conduciré al final de la calle a la estación. ¿Entendido?”
Z busca sus ojos por un momento, pero al final asiente. “De acuerdo,” dice. “De todos modos, necesito tu ayuda. Yo—,”
“¿Son drogas?” Liam pregunta antes de que pueda terminar. “¿Es eso sobre lo que trata todo esto? ¿Drogas?”
Z larga un sonido, sorprendido, y mira fijamente a Liam, en shock. Y luego aguza sus ojos peligrosamente y dice, “Mierda, realmente piensas bien de mí, ¿verdad?”
Liam no se marchita ante la intensidad de su enfurecimiento, que está haciendo que el cuerpo entero de Z casi que vibre. “¿Por qué lo haría? Mira lo que has estado haciendo.”
“Tienes razón,” dice Z lentamente, asintiendo. “No, tienes razón. Sólo pensé que— pero estaba equivocado. Vete a la mierda, Liam.”
No había esperado esa reacción. Honestamente había creído que lo de las drogas tenía sentido. Porque sí lo tenía. Es común que alguien tenga problemas con las drogas y luego recurra al crimen para pagar sus deudas. Seguro, nunca lo ha visto pasar en una escala tan grande, no con ese tipo de dinero envuelto, pero igual. De todas formas Z se ve genuinamente ofendido porque el siquiera asuma ésto, y luego está agarrando la manija de la puerta y abriéndola.
Liam agarra su brazo en el último segundo y lo trae hacia adentro de nuevo, presionando las trancas automáticas. “Lo siento,” dice rápidamente. “Yo sólo— lo asumí. Me parecía la respuesta más lógica.”
“Sí, bueno, no lo es,” Z dice entre dientes. “Y vete a la mierda por siquiera pensarlo.”
Liam pasa una mano sobre su rostro, dejando salir un largo exhalo. “Sólo dime lo que quieres y lo consideraré.”
Se ve como si quisiera decir que no ahora. Se ve como si arrepintiera siquiera pedirle ayuda a Liam. Igual, suspira y dice, “Dejé algo muy importante en lo de Ivan la otra noche. Necesito que lo saques por mí. Me prometí que no lo perdería, y ahora lo hice y lo necesito de vuelta.”
Liam hace un sonido de sorpresa. “¿Qué? Yo—,”
“Por favor,” ruega Z. “No te lo pediría si no fuera importante. Pero— pero lo es, y lo necesito de vuelta, y no puedo ir a buscarlo yo mismo. Ese bastardo no ha salido de su casa en días, y lo necesito. Tú tienes una razón para ir. Sólo ve a su puerta, dile que necesitas otra declaración o algo así, o que necesitas mirar la evidencia. Él te creerá, tienes una de esas caras.”
“¿Y qué si estoy ocupado?” pregunta Liam, elevando sus cejas.
Z le lanza una mirada no-divertida. “No lo estás,” dice con convicción. “Tienes los siguientes dos días libres.”
“¿Te he dicho lo espeluznante que es tu acoso?” Liam sacude su cabeza. “Porque lo es. Realmente lo es.”
“Puedo vivir con eso,” dice Z encogiéndose de hombros. “Pero no puedo vivir sin mi anillo. Lo necesito.”
“Un anillo,” repite Liam. “¿Todo ésto por un anillo? Te das cuenta que podría meterme en muchos problemas, ¿verdad? Abusar mis privilegios de policía si alguien se entera que fui allí sin una razón. Ayudar a un criminal. Podría perder mi trabajo, podría...”
Z asiente así que se detiene. “No, lo entiendo.” dice. “Ni siquiera debería haberte puesto en esta situación desde el principio. Lo siento.”
Y luego está fuera del auto, trotando en la calle y desapareciendo al doblar la esquina. Una vez que está fuera de vista, Liam enciende las llaves del auto y se dirige de nuevo al trabajo, sin dudas en su mente que mañana, nada más salga de trabajar, le dará a Jeremy Ivan otra visita.
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