Always {Fred Weasley & tu}

Charla de chicas.

Luego de la cena, nos fuimos a dormir, pero como teníamos tanto que hablar con las chicas para ponernos al día decidimos que conversaríamos un poco sentadas en la esponjosa alfombra de la habitación de Ginny, teníamos jugo de calabaza y algunos pastelillos para comer mientras charlábamos.

—¿Qué tal todo con Ron, Hermione? —pregunté acomodándome entre unas almohadas sobre el suelo.

—Bueno, ya sabes, aún no tenemos nada serio, pero, al menos ya no vivimos peleados como hace un tiempo —habló la castaña.

—Si, es muy extraño, ahora que lo pienso —dijo Alex frunciendo el ceño.

—Eso esta bien, me gusta la pareja que hacen, enserio, aunque, bueno, antes te negabas a admitir que... —me quedé callada, pues ya sabían lo que seguía.

—Creo que a Ron también le gustas —Hermione se ruborizo—, digo, somos hermanos algo debo notar en él ¿No? —concluyó Ginny.

—No estamos aquí para hablar específicamente de Ron y yo, ¿No? —dijo Hermione— ya cuéntanos, ¿A quién viste en Francia, Lestrange?

—Si, me dejaste intrigada, ________ —admitió Ginny

—Bien, les diré —dije divertida al ver sus caras de intriga.

—Anda, vamos —me animó Hermione.

—Oliver Wood —ambas abrieron la boca en forma de "O" y se miraron entre ellas.

—¿Y? ¿Qué te dijo? —empezó Hermione.

—La verdad al principio fue algo incómodo, no sabía que decirle, porque, bueno no me esperaba verlo.

— ¿Y... —dijo Alex soltando un grito creo que de emoción.

—Nos besamos y me pidió que regresáramos, dijo que se haría un tiempo para que estuviéramos juntos y para que el quidditch no fuera algo que nos separara arreglaría su horario —las chicas parecían abrir cada vez más la boca, iba a continuar pero un ruido me interrumpió, me puse de pie y abrí la puerta pero no era nada, solo estaba allí Crookshanks.

—Crookshanks —gruñó Hermione— interrumpiste el relato, ven aquí —el gato obedientemente se sentó en las piernas de la chica— sigue, _______ —me pidió una vez que me senté nuevamente.

—Bueno, le dije que no... —Ginny me interrumpió.

—¿¡Le dijiste que no!? —exclamó la pelirroja.

—Si, eso dije, bueno a mi me gusta Fred, y Oliver él es mi amigo, lo quiero mucho y fue mi novio pero ya acabó —Hermione suspiró mientras acariciaba a su gato.

—¿Y con Fred te besaste, no es así? —Alexandra alzo una ceja, de un saltó me puse de pie y comencé a buscar mi pijama evadiendo la pregunta ya que estaba muy nerviosa como para contestar— Bueno, los vimos.

—¿Có...cómo qué nos vieron? —dije voltean dome y mirándolas, ellas soltaron unas carcajadas, enojada observe fijamente el poster del grupo las brujas de Macbeth.

—No te enojes, ________, es que bueno —comenzó a explicar Ginny— cuando dijiste "tengo algo que hacer" suponíamos que sería algo respecto a Fred y —soltó una atorada risa— no nos equivocábamos.

—Bueno, si, pero el asunto es que —suspiré— no sé si Fred se lo tome enserio, ya saben que él no es un chico que se destaque por la seriedad —me deje caer en la cama pensando en mi más grande preocupación en ese momento.

¿Qué le sucede a Fred Weasley?

—Espero que no olvides nunca esto, cielo —dijo irónicamente la mujer acariciando mi mejilla y mirando hacia su objetivo.

Una mujer se encontraba de rodillas en el suelo, con la cabeza afirmada en sus rodillas, su llanto se oía por toda la habitación y hacia que por mis mejillas corrieran lágrimas, el hombre que me tenía en los brazos me daba bruscas palmadas en la espalda.

—Termina el trabajo ahora matala —dijo fríamente el hombre.

—¿Así termina tu vida querida? —la bruja se acercó a la mujer que estaba en el suelo —  ¿Te va a venir a salvar ese ***** ahora?  —hablaba con irónia y maldad— ¡Mírame cuando te hablo! —le gritó tirandola del cabello— ¡Traidora a la sangre! ¡Inmunda! —la mujer lloraba y clavaba sus verdes ojos en mi.

—Por... fav... dejala, dejame ir con ella —le pidió.

—¡Jamás! —bramó el hombre— ¡Rápido, ya no la soporto!

—¡Avada Kadavra! —gritó la bruja un rayo de luz verde salió de la varita y antes de que la mujer cayera muerta soltó un grito desgarrador.


Agitada, me senté en la cama, mis mejillas estaban humedas y desesperada comence a mirar todo lo que me rodeaba, estaba en la pequeña pero brillante habitación de Ginny, estaba el poster que había estado observado ayer de las brujas de Macbeth, una foto de Gwenog Jones, capitana del equipo de quidditch femenino y el escritorio que daba a la ventana donde se veía el huerto de la madriguera, estaba todo como ayer, solo había sido una pesadilla, un recuerdo.

Las camas de las chicas estaban desocupadas, debía ser tarde por lo que fui a tomar una ducha lo suficientemente larga como para borrar los rastros de lágrimas, me puse algo de ropa y baje las escaleras hasta llegar a la cocina donde estaba reunida toda la familia.

—¡Buenos días, ______! —saludo Hermione alegremente sonriéndome desde la mesa.

—Buenos días —salude a todos aún perturbada por la pesadilla.

—Le dije a las chicas que no te despertaran, cielo, supuse que estarias cansada —dijo cariñosa Molly.

—Oh —dije sentándome a la mesa— , gracias.

—No hay nada más reconfortante que un buen sueño ¿No? —espetó el señor Weasley.

—Claro —dije tímidamente.

—Sobre todo cuando sueñas con jugadores de quidditch ¿No? —habló Fred receloso sentado frente a mi.

—¿De qué hablas, Fred? —preguntó Bill extrañado.

—Nada, secretos de ______ ¿Cierto? —alzo ambas cejas, casi me atore con el contenido de mi boca recordando a Oliver.

—¡No me diggas que sales con un jugadog de quiggditch! —Exclamó Fleur emocionada mirándome.

—¡Vaya un jugador de quidditch! —dijo Ron exaltado— Genial, ¿De qué equipo?

—No salgo con nadie, Ron —aclaré.

—Si, además ya paso la etapa de los jugadores de quidditch ¿No? —me apoyó Ginny.

—No creo que para ______ ¿No es así? —preguntó Fred— Quizás ella retoma la etapa ¿No? —hablaba fuerte y me sentía avergonzada.

—Hemos decidido con Fleur armar una especie de tienda para la boda —comenzó Bill, agradecí que cambiara el tema.

—¡Que fantástica idea! —exclamó el señor Weasley.

—¿Qué se supone que te sucede? —le susurré a Fred despacio para que solo él me oyera.

—Nada, —dijo tajante— aunque si lo pienso tu deberías saberlo perfectamente ¿No? —respondió bajo, casi murmurando.

—No, creo que no sé —respondí.

—Bueno entonces pregúntale a Wood —dijo poniéndose de pie— Vamos, George.

—Es que tengo que salir Fred, te lo mencione ayer —le respondió su gemelo.

—Como sea, —bufó— ya no tengo hambre —dio pasos largos y salió de la cocina.

George me miró y luego bajo la mirada hacia su comida.

—George —le pedí— podrías decirme que tiene.

—Bueno, es que... —levanto la mirada— esta así por ti, no me preguntes más, prometí que no hablaría.

—¿Por mi? —pregunté— él dijo Wood y bueno él solo es mi ex novio ¿No?, no entiendo porque le molesta si es pasado.

—Eso no fue lo que dijiste ayer _____ —respondió.

—¿Estaban espiando? —dije frunciendo el ceño.

—Creo que hable demasiado —dijo tomando jugo de calabaza.

—Permiso —dije poniéndome de pie.

—Pero no has comido nada _______ —me regañó la señora Weasley.

—Es que no tengo hambre, —me excuse— si me disculpan voy a subir un momento a la habitación.



Subí las escaleras dando pasos tan pesados que la madera crujía más fuerte de lo normal, ni siquiera me moleste en aparecerme, estaba decidido a desquitarme con las fuertes pisadas, cuando llegue a la planta de arriba camine con pasos largos, apunté con la varita y abrí la puerta para cerrar con un portazo.

Flash- back

—Bien, creo que ya comenzaron la charla —le dije a George — vamos, lleva las orejas extensibles — salimos de la habitación y pusimos las orejas cerca de la habitación — ¿ Crees que les cuente lo del beso? — le pregunté a George, él ya lo sabía, después de todo no tengo secretos con Georgie.

—No lo sé, pero lo averiguaremos —sonrío mi gemelo — se puso nerviosa cuando le escuchamos decir algo sobre un chico, de seguro hablaba de ti — me alzo una ceja.

—Aquí vamos —dije comenzando a escuchar la conversación.

—No estamos aquí para hablar específicamente de Ron y yo, ¿No? —dijo Hermione, George y yo soltamos una risita —  ya cuéntanos, ¿A quién viste en Francia, Lestrange? —fruncí el ceño y comencé a poner más atención.

—Si, me dejaste intrigada —continuó mi hermana.

—Bien, les diré —les respondió _______, George frunció el ceño al igual que yo.

—Anda vamos —la animó Granger.

—Oliver Wood —¿Qué? dijo mi gemelo con los labios y sin emitir ningún sonido, la sangre se me fue a las orejas, con que Oliver Wood, su ex-novio.

—Y ¿Qué te dijo? —habló Hermione desesperada, no le veía lo interesante, en absoluto.

—La verdad al principio fue algo incómodo, no sabía que decirle, porque, bueno no me esperaba verlo —¿Al principio?, espera ¿Qué quiste decir con eso, Lestrange?

—¿Y... —la animó esta vez Ginny soltando un ridículo gritó de emoción, "estúpido Wood" susurré para mí.

—Nos besamos —mi corazón se contrajo —  y me pidió que regresáramos, dijo que se haría un tiempo para que estuviéramos juntos —era todo lo que necesitaba escuchar tire la oreja extensible y me fui de ahí, George corrió atrás mio.

Mis puños se cerraron con tal fuerza que mis nudillos eran completamente blancos, me senté en la cama y lance lejos todo lo que había en ella.

—Hey, tranquilo —espetó mi gemelo.

—¿Tranquilo? —dije con ironía— ¿Acaso escuchaste? "Me pidió que regresáramos y que se yo... tiempo para estar juntos" —imite ridículamente su voz—  y viene a mi casa y tiene el descaro de besarme ¿Con que fin, George, hacerme ridículas ilusiones y reírse de mí?

Fin del flash- back

Subí a la planta de arriba y camine unos cuantos pasos hacia la habitación de los gemelos, si a Fred le gustaba fisgonear no creo que le importara que irrumpiera en su habitación. Abrí la puerta a toda prisa y me plante en el marco con ambas manos apoyadas en las caderas mientras él me observaba con aquel recelo de la cocina.

—¿Que quieres? ¿No te enseñaron a tocar la puerta antes de entrar? —dijo irritado mirándome recostado desde su cama.

—Y a ti ¿¡No te enseñaron a no escuchar con tus estúpidas orejas extensibles tras las puertas!? —exclamé bastante molesta por su actitud.

—No hubiese escuchado con mis "estupidas" —hizo comillas con las manos— orejas extensibles, si tu hubieras sido honesta desde el principio.

—Sabes, Fred —baje mi tono de voz— No tengo la menor intención de pelear y menos contigo —me miró extrañado, hasta yo lo estaba por mi cambio repentino de actitud.

—Y ¿Entonces? —se sentó observándome más que confundido.

—No he vuelto con Wood y no pienso hacerlo porque te quiero, Weasley —una sonrisa se dibujo en su rostro que disimulo con una tos.

—Entonces… —no lo deje terminar y lo interrumpí.

—No voy a estar con alguien que no tiene confianza en mi —frunció el ceño— y que escucha lo que quiere oír tras las puertas ajenas con inventos creados por él.

—¿A qué te refieres, __________? —preguntó poniéndose de pie y dando unas zancadas hasta quedar cerca de mi.

—Que quiero estar con alguien que confié en mi —no sabía como lograba hablar tan calmada— y no voy a estar contigo hasta que demuestres eso, si me disculpas te voy a dejar solo —dije volteando pero su agarre me detuvo.

—Debemos hablar...

—Preferiría que no habláramos nada, al menos por hoy no, Fred —dije en tono suplicante zafándome de su mano y saliendo de allí.

Entre a la habitación de Ginny que estaba desocupada con la cabeza a punto de estallar, pensado en la pesadilla que perturbaba mi mente y ahora en lo de Fred, quizás era lo mejor distanciar un poco las cosas antes de tener algo, necesitaba que confiara en mi, que me preguntara las cosas y no las escuchara tras puertas.



¿Qué había querido decir? ¿Qué se había acabado lo que recién comenzábamos?, Me senté pensando cada palabra que había escuchado salir de su boca, con lo que me gusta escucharla hablar, "No hablemos, al menos por hoy no", supongo que era inútil ir y decirle algo, tendría que esperar hasta mañana ¿No?.

Quizás exagero un poco cuando dijo que yo no confiaba en ella, claro que lo hago, lo que pasa es que no confió en Wood, nunca me lleve mal con el chico, en absoluto, me agradaba y me daba gracia su extremo fanatismo por el quidditch, pero cuando empezó a salir con ______, fue distinto, me dejo de agradar y cada vez que los veía de la mano o abrazados (Si, abrazado de mi _____) la sangre me hervía, solo quería que se fuera luego y me diera el pase libre y cuando eso sucedió tuve una larga espera para controlar mis nervios que duro hasta un par de semanas antes de marcharme de Hogwarts cuando descubrí que también ella sentía lo mismo, pero mi felicidad no duro mucho porque no la pude seguir viendo, no tanto como yo quería. Y ahora que la tenía en mi casa arruinaba todo ya en el segundo día, genial, Fred Weasley, el experto en artilugios de broma y experto en arruinar sus relaciones amorosas.

Creo que estaba a prueba, así es mi pequeña ________me tenía a prueba ¿Quién lo diría no?.
Definitivamente dejaría las orejas extensibles de lado en esta relación, a menos que se tratara de un caso de extrema urgencia.


Primer día a prueba:

Al día siguiente me sorprendí cuando ví a Ariadna, la novia de George en casa, este ultimo parecía más radiante que los días anteriores, suertudo, pero sin embargo no me iba a dejar deprimir por los "pastelitos de calabaza felices", yo tenía otros planes que llevar a cabo hoy, tenía que reconquistar a mi querida y pequeña ________.

Mamá nos había enviado a realizar algunas tareas del hogar, era la forma perfecta de mostrarme como todo un caballero y destacarme con ella que estaba ordenando el cobertizo donde papá guardaba artefactos muggles.

—¿Qué es esto? —escuche que se pregunto así misma confundida.

—Un enchufe, —respondí desde atrás— creo que los muggles lo utilizan como un adorno de baño, se bañan con él —dije sin saber que hablaba.

—Oh —dijo sin mucha importancia guardándolo en una caja.

—¿Necesitas qué te ayude? —pregunte caballerosamente tomando la caja en mis manos que la chica estaba a punto de tomar.

—Déjala ahí, por favor —dijo apuntando un estante — No sabía que los muggles tenían artefactos tan extraños —hablaba como si lo hiciera para sí misma.

—Si, muchos —le respondí — te sorprenderías. Aquí guardábamos el auto de papá, ¿Lo recuerdas?

—Claro —respondió — Como olvidar el vociferador de Ron —miró hacia otro lado.

—Si estuviese aquí te llevaría a dar un paseo —le levante las cejas algo exagerado y ella me evitó agitando su varita y ordenando las cosas del estante.

—Que amable —espetó

—¿Te gustaría ir a dar un paseo conmigo a las colinas, cuando sea tarde? —pregunté tratando de ser amable.

—No, creo que no, gracias, quedé con Ariadna, creo que necesitaba conversar un asunto personal conmigo, gracias de todas maneras —se excusó.

—Claro —sonreí de lado.

Segundo día a prueba:

—¿Te ayudo a fregar los platos? —pregunté, ni yo creía lo que había dicho ella me miro extrañada y asintió no muy convencida con la cabeza.

—Limpia los que están allí —me pidió apuntándome con el dedo índice.

—A la orden, jefa —dije divertido observándola como se encargaba de otras cosas no preste intención a lo que hacía con mi varita cuando sentí un ¡Crac! de unos platos cayendo al suelo, sobre saltada volteo y yo hice lo mismo ¡Había quebrado los platos!

—¡Reparo! —apuntó los pedazos con la varita y estos se volvieron a unir — Fred, quizás deberías ayudar a Ginny con el gallinero, mejor —me pidió.

—Me quedaré aquí, no creo que Ginnevra me necesite —dije afirmándome en el mueble y mirándola de arriba abajo

—¿Podrías dejar de verme así? —pidió volteando— Me pones nerviosa —una amplia sonrisa se dibujo en mi rostro, la sonrisa de la victoria.

Tercer día a prueba:

—¿Cuando lo vas a perdonar? —iba caminando y me quede quieto al escuchar la conversación de chicas, no debía moverme, si _______ me veía, todo el trabajo realizado seria en vano.

—No lo sé —parecía confundida mientras le hablaba a las chicas.

—Es que ya no parece Fred —habló Ginny — ya sabes él nunca se ofrecería a hacer las cosas de los demás.

—Si —concordó ________ — Quizás es tiempo de olvidar las orejas extensibles ¿No?

—Ajá —habló Ariadna— creo que si __________, nadie soporta que se comporte como un caballero, es extraño y escalofriante.

—Bueno ______, todo está en tus manos —acotó Alex.

Creo que ya había conseguido que mi pequeña _______ me perdonara, ahora volvía Fred Weasley, el bromista.

Jaja que bueno estuvo, lo de las pruebas me mató, es tan tierno
Fred, un caballero   Ok'No
Siguela

Sii sube una maratón.
Jo que suerte tienes, yo hasta él 20 no termino

Sí, sube maratón :c
Quiero leer
Y que genial que hayas salido de vacaciones, yo no salgo hasta el 18 xd

Nos cambiábamos de ropa luego de terminar la reunión de la orden, el cielo ya oscurecía y debíamos apurarnos para sacar a Harry de su casa justo a tiempo, como había dicho Moody.

Bajamos las escaleras, las únicas que iríamos de las chicas seriamos yo y Hermione ya que Alexandra tenia los nervios de punta porque llegaría Potter, Ginny era menor de edad y Ariadna, bueno digamos que George le había pedido que se quedara esperándolo, y luego de una larga charla la castaña había cedido.

—Mamá... —comenzó nuevamente Ginny.

—¡No, Ginny! —exclamó severamente— ya te he dicho que eres menor de edad y que es muy arriesgado para ti.

—A ti no se te ocurra preguntarlo de nuevo —le dijo George a Ariadna.

—¿Pero como voy a saber si estarás bien? —le preguntó la chica preocupada y no muy convencida de dejar que su novio fuese sin ella.

—Solo confía en mi, soy experto en escoba y pensaré que los mortifagos son como las bludgers ¿De acuerdo? —le acarició el mentón—  voy a estar bien —le dio un corto beso en los labios que me recordó cuanto desearía poder estar así con Fred

—¡Deprisa! —bramó Ojoloco.

—Adiós señora Weasley —me despedí con un beso en la mejilla de la mujer que ahora se encontraba llorando.

—Cuídense por favor —pidió.

—Claro —respondió el señor Weasley.

Iba a salir de la casa cuando me jalaron el brazo y me tiraron unos metros hacia atrás.

—¿Fred? —pregunté observando al chico que estaba frente a mi.

—¿Podemos hablar? —preguntó, la verdad quería hablar con él pero ahora era el momento menos oportuno para hacerlo.

—No creo que ahora debamos... —me interrumpió.

—Solo quiero que sepas que lo siento, es todo —dijo nervioso— y también... —se comenzó a acercar acelerando mis latidos— yo quería —se agacho unos centímetros para quedar más a mi altura, me quede quieta mientras el solo se acercaba más y yo perdía mi vista en las lineas de sus labios, que se veían absolutamente tentadores.

—¡Aquí están! —gruñó Ojoloco tomándome de un brazo haciendo que Fred se sobresaltara y me soltara rápidamente— ¡Rápido!

—¡Este hombre si que esta loco! —bramó Fred— ¿Qué no podías esperar unos segundos? —protestó haciéndome reír

—Unos segundos nos podrían costar la vida —gruño Moody.

Salí de la madriguera llevada por Ojoloco y seguida por Fred y George quien se había unido a su gemelo.

Nos reunimos todos en un circulo mientras Ojoloco repasaba el plan.

—Si alguien cae esta noche, no pueden detenerse a buscarlo, lo importante es traer a Potter con vida aquí ¿Entendido? —gritó.

—Claro —respondieron todos menos Mundungus quien estaba al parecer bajo los efectos del pánico.

—Seguro se le terminara de caer la nariz esta noche —murmuró Fred.

—O el otro ojo —siguió George.

—¡Pues para su mala suerte no se me caerán las orejas para escuchar sus *****! —gritó Ojoloco observándolos con el ojo mágico— ¡Avancen!

Comenzamos a caminar, habíamos acordado caminar un par de kilómetros hasta llegar a donde estaban los thertrals, las escobas y Hagrid y la motocicleta de Sirius esperándonos.

—Aún puedes quedarte, _______ —me habló Remus.

—Ya te dije que iré, quiero hacerlo —respondí

—Como sea —dijo malhumorado avanzando a la cabeza del grupo con Ojoloco.

—Tranquila, a mi también me pidió que me quedara, es así, algo sobre protector para mi gusto —espetó Tonks caminando a mi lado

—Solo espero que Harry llegue bien a la madriguera —interrumpió Hermione que caminaba con Ron junto a nosotros.

—Claro que llegará —acotó Ron— digo a peleado con Tu-sabes- quien en persona, esta noche tal vez nos encontremos con un par de mortifagos, nada serio según Lupin y Moody. Harry a sobrevivido a cosas peores, debes estar tranquila —el pelirrojo paso el brazo por el hombro de Hermione y adelantaron unos pasos.

—Gracias, Ron —le dijo la castaña.

—¡Hola, chicas! —hablaron los gemelos llegando a nuestro lado.

—Hola, chicos —saludo Tonks yo me quede callada.

—Aprovechamos los par de metros que caminaremos... —comenzó George.

—¡Para vender nuestros productos! —siguió Fred— las pastillas vomitivas...

—Que bien —murmure.

—Los turrones sangra narices, los caramelos longuilinguos, galletas de canarios y todo lo que pueden ver en ¡Sortilegios Weasley!, incluyendo el filtro del amor —habló rápido el pelirrojo.

—Que no les venderemos,por cierto —dijo Fred hablándole a su gemelo con los dientes apretados.

—¡Oh, claro que no! —exclamó George- pero si te apetecen unos chocolates rompe dientes, Tonks.

—No nos haremos responsables si a tu hijo no le salen dientes —le advirtió Fred.

—De todas maneras, no gracias, chicos, quizás le puedan ir a vender a los demás, a Ojoloco —dijo burlona Nymphadora

—Muy graciosa, Dora —respondieron al unisono.

—Pero —prosiguió Fred— no tenemos pedazos de narices para ofrecerle.

—¡Que cruel! —exclamé.

—¡Era broma! —respondieron juntos riendo— ¡Ya nos vamos! —dijeron corriendo y ofreciendo sus productos a los que iban más adelantados.

Luego de varios minutos llegamos hasta donde se encontraba Hagrid, esperándonos, me senté unos segundos en el pasto mientras Ojoloco le repasaba el plan al guarda bosques.

—Todos están de acuerdo —concluyó Ojoloco.

—Bueno, yo también, por supuesto —respondió Hagrid.

—A mi no me han preguntado si... —Fletcher se quedo callado cuando Moody lo comenzó a mirar con su ojo mágico.

—¡Ya vayamos, estamos atrasados! —exclamó Ojoloco— ¡Deprisa!

—¡Todos listos! —exclamó el señor Weasley.

—Esta es la casa —gruñó Moody—, rápido ¿Qué esperan? ¡Entren! —ordeno de mala gana.

Jamás había estado en ese lugar, las casas eran cuadradas y el césped parecía muy bien cuidado. Entramos por la puerta trasera antes de que Ojoloco nos lanzara otra mirada fulminante y al instante Harry estuvo frente a todos asombrado, todos saludamos generalmente al chico de la cicatriz.

—¿Listo para partir? —le pregunté luego de que Hermione y Ron lo abrazaran.

—Definitivamente, —dijo Harry sonriéndonos a todos— ¡Pero no esperaba a tantos!

—Cambio de planes —gruñó Moody que cargaba dos enormes sacos— Pongámonos a cubierto antes de hablar de ello.

Harry nos llevo hacia una impecable cocina muggle donde riendo y charlando ocupamos todas las sillas que se encontraban allí, Kingsley contó las novedades del primer ministro mientras después poníamos al corriente de todo lo sucedido a Potter.

—¡Harry! —exclamó de pronto Tonks— no sabes lo que me ha ocurrido... —no pudo continuar porque Ojoloco la interrumpió.

—Muy bien, muy bien —gruñó— hemos deshecho el plan A, no podemos conectar más a esta casa con la Red flu, ni trasladores, no podemos ni siquiera aparecer, una absoluta estupidez.

—Segundo problema —continuó Lupin— , eres menor de edad, todavía pueden rastrearte.

—No podemos esperar a que el rastro se rompa, porque perderás toda la protección que tu madre te dio —siguió el señor Weasley.

—¿Entonces que vamos a hacer? —preguntó inquieto Harry.

—Vamos a usar métodos de transporte que no puedan detectar —aclaré mientras Fred tomaba mi mano, lo mire de reojo extrañada y seguí hablando—, escobas, thertrals y la motocicleta de Hagrid.

—Ahora bien, el encantamiento de tu madre se romperá mientras cumplas la mayoría de edad o mientras dejes de vivir con tus tíos —gesticuló Moody.

—Te llevaremos a casa de los padres de Tonks —informo Lupin, teníamos todo friamente calculado— estarás a salvo ya que tiene hechizos protectores y entonces luego te llevaremos a la madriguera

—Si, pero, ¿No será demasiado obvio que todos vayamos a la casa de Tonks? —preguntó Harry.

—Ah, ya lo olvidaba, no volaremos todos a casa de Tonks, habrá 7 Harry Potter volando en el cielo esta noche —terminó de contar el plan el señor Weasley.

Moody saco de su capa un frasco de color barro y lo agito, Harry se quedó en silencio unos segundos y luego abrió los ojos como un plato.

—¡No! —dijo ruidosamente— de ningún modo, no dejaré que arriesguen su vida por mi.

—Les dije que no cederías —dijo Hermione con un dejo de complacencia.

—Bueno, a ninguno de nosotros nos apetece mucho la idea, Harry —hablo serio Fred, que aun tomaba de mi mano, pero yo no puse resistencia lo que parecía agradarle— Imagínate quedar flacos y huesudos para siempre.

Harry no sonrió.

—No pueden hacerlo si no coopero.

—Bueno, esa es la falla del plan —dijo George— Obviamente no hay ninguna posibilidad de que nosotros consigamos un poco de pelo si no cooperas.

—Si, catorce contra uno, al que por cierto no le esta permitido utilizar mágia, no tenemos ninguna posibilidad —se burló Fred.

—Que gracioso —dijo Harry.

—Todo el mundo aquí es mayor de edad, Potter, y están todos preparados para afrontar riesgos —gruñó Moddy.

Solté la mano de Fred y camine unos pasos hacia delante.
.
—Si tiene que ser a la fuerza, entonces así será —dije arrancando unos buenos cabellos a Harry.

—¡Demonios, __________! —se quejó Harry.

—¡Muy bien! —me celebraron los gemelos al unisono.

—Bien —se acerco Ojoloco cojeando a tomar los cabellos para luego echarlos al frasco— les advierto sabe a orina de gnomo.

Fleur, Ron, Hermione, Fred, George y yo nos alineamos delante del brillante fregadero, nos acercaron vasos para que tomáramos la poción y rápidamente nuestros cuerpos se transformaron en los de Harry.

Moody despreocupado comenzó a soltar los lazos de los bolsos que había traído y luego nos quedo mirando.

Fred y George se giraron el uno hacia el otro y dijeron juntos:

—¡Guau!, somos idénticos.

—Bah —dijo Fleur— Bill no me miges estoy hogenda.

—Aquí esta la ropa —dijo Ojoloco vaciando el contenido de los bolsos en el suelo—, ya pueden cambiarse.

Todos comenzaron a cambiarse como si nada, iba a hacer lo mismo cuando Fred me habló, lo reconocí de inmediato por su voz

—Cúbrete los ojos —me pidió guiñándome un ojo, era bastante extraño tomando en cuenta que lo hacia desde el cuerpo de Harry.

—Bueno —interrumpió Moody— las parejas serán las siguientes: Arthur y Fred, o quién quiera que seas dijo cuando el gemelo se disponía a responderle, George y Lupin, o Fred ¡Cómo sea!- gruño- Fleur...

—Yo llevo a Fleur en un thestral, —dijo Bill— no le gustan mucho las escobas.

— Granger con Kingsley, de nuevo en thestral y Tonks y Ron —fruncí el ceño confundida.

—Y ¿Yo?—pregunté.

—Lestrange tu irás conmigo y Mundungus, de ese modo pensarán primero que tu eres el verdadero Harry.

—Y tu conmigo Harry —hablo Hagrid— ¿Te parece bien? Iremos en la moto, ya sabes, los otros medios no soportan mi peso, irás en el sidecar.

—Genial —dijo Harry, no parecía tan sincero.

—Creemos que los mortifagos pensarás que vas en escoba, ya sabes —dijo Ron— vuelas muy bien.

Salimos al patio trasero de la casa a montarnos en los medios de transportes respectivos y Fred se acerco a mi.

—Cuídate, ¿Si? —asentí con la cabeza— te veo allá , no olvides que te quiero —iba a abrir la boca para responder algo pero me interrumpieron.

—Basta de cursilerias, ya es hora —dijo Moody.

—Adiós —dijo Fred guiñándome un ojo y enseñándole la lengua a Moody en su cara lo que me hizo reir un poco.

—Bien entonces —dijo Moody—. Todo el mundo preparado, quiero que salgamos exactamente al mismo tiempo o la diversión se perderá.

Todo el mundo sacudió la cabeza y nos elevamos en el aire.

Los primeros cinco segundos en el aire fueron tranquilos, iba en medio de Dung y Ojoloco quien no emitía ninguna palabra e iba concentrado con la vista en frente.

No tardo mucho, cuando el cielo se lleno de sombras negras encapuchadas y con mascaras, eran mortifagos, y venían por nosotros, sinceramente habíamos pensado que habrían algunos, pero no tantos como se presentaban frente a nosotros.

Nos separamos de los demás, cada pareja fue por su camino y nosotros fuimos hacia el norte siendo perseguidos por un buen número de encapuchados.

—¡Más rápido! —me gritó Ojoloco, hice caso y acelere un poco hacia en frente.

—Vienen por nosotros —habló Dung, era apenas audible su voz entre tanto alboroto— creen que tu eres.

—Deben ser ellos, avísale —gritó un mortifago apuntándonos con la varita—, morirás de una vez Potter, Avada Kadav...

—¡Cave Inimicum! —fuí más rápida y nos protegí a los tres del hechizo.

—¡Rápido, Dung! —le pedía Mundungus que se quedaba atrás.

Escuchaba los hechizos que iban por doquier, Ojoloco se defendía de algunos y Mundungus parecía estar en estado de shook, ya que se quedaba quieto como un petrificado.

—¡Confringo! —grité sacando a Fletcher de un aprieto con un mortifago.

—¡Crucio! —sentí reaccione y descendí un poco evitando el hechizo de mi oponente.

—¡Desmaius! —lancé el encantamiento al primer mortifago que se me cruzo y subí un par de metros hasta llegar de nuevo junto a Ojoloco y Dung.

—¡ Pensé que ya no estabas! —gritó Ojoloco—, no te separes es esencial que te mantengas aquí, ¡Everte Statum! —gruño apuntando a un seguidor de Voldemort.

—¡Expulso! —grité botando a un mortifago de su escoba.

—¡Flipen...

—¡Impedimenta! —si de algo me sentía orgullosa era de mi habilidad con los hechizos de defensa.

Una mota negra se acercaba a nosotros a una velocidad increíble, por unos segundos me desconcentre de lo que hacía y cuando ya la ví cerca de nosotros pude notar quién era... Voldemort.

—¡Ahhhhh! —sentí el grito de Dung, estaba aterrado al igual que yo— Lo siento yo... —de pronto vi como se alejo de nosotros dejándonos ahí.

—¡Mundungus, vuelve! —grité ahogada en rabia y temor a lo que podía suceder, saque mi vista de Fletcher y la volví a Ojoloco y Voldemort que se peleaban.

—¡Avada Kadavra! —sentí antes de cerrar los ojos y ver como la maldición le caía de lleno en la cara a Moody, y este ultimo caía unos trecientos metros al suelo perdiendo la varita.

—¡Nooooooo! —grité, él Innombrable me observo con una sonrisa que me atemorizo en el rostro, mis ojos estaban llenos de lágrimas recordando los segundos anteriores.

—Veo que solo quedas tú, niña inútil —dijo apuntándome con su varita ¿Niña? de seguro el efecto de la poción multijugos había concluido.

—¡Señor, es él! —escuche que gritaron de un lado, Voldemort desapareció tan rápido como llego.

Estaba sola, sin ninguna protección fue lo primero que pensé antes de volar a todo lo que me permitía la escoba.

—¡Matenla, maten a esa mocosa ! —escuché aquella voz inconfundible, esa que aparecía en algunas de mis pesadillas, Bellatrix Lestrange, mi tía.

—¡Expulso! —grité volteándome a mis perseguidores aunque no tuve la certeza de si el hechizo le había dado a alguno.

Una de las sombras que distinguí entre las nubes grises fue la de Rodolphus Lestrange que venía hacia mi a toda prisa, con la varita alzada, de seguro intentaría matarme.

—¡Protego! —fue lo único que pensé antes de que pudiera decir antes de que el dijera alguna palabra.

—¡Expulso! —mi escoba se descontrolo amenazando con botarme de ella, luego de eso sentí como un hechizo me daba de lleno en un brazo dejándome un corte en el pantalón y la pierna, me ardía y casi me era imposible avanzar más.

Lo único consolador en ese momento era que ya divisaba la madriguera un par de metros más abajo por lo que descendí sintiendo a Rodolphus tras de mi, fue haciendo un vuelo sinuoso tratando de esquivar hechizos que al igual que el anterior no me llegaban del todo pero me rozaban produciendo heridas en mis brazos y un rasmillón en mi mejilla.

—¡Derrivador! —fue lo último que gesticulo mi tío botándome de la escoba para su mala suerte dentro de las protecciones de la madriguera.

Fui descendiendo rápidamente metros abajo y antes de caer[/b] bruscamente al suelo dije Aresto momentum, quede a unos centrimetros del suelo y cuando el hechizo termino caí con un ruido sordo cerrando los ojos, estaba viva, no sabía como pero lo estaba.

Sentí ruidos a mi alrededor y como una puerta se abría de golpe, abrí mis parpados que me pesaban y trate de ponerme de pie.

—Déjame ayudarte, cielo —sentí la voz de la señora Weasley tomándome por los codos y ayudándome a reincorporarme.

Allí estaban algunos mirándome expectantes, Lupin no tardo en acercase y apuntarme con su varita sobresaltándome un poco dadas las condiciones.

—¡Basta! —le gritó Molly — ¿No ves como esta?

—Tengo que comprobar que sea ella —dijo Remus aún con la varita en alto.

—Déjala, Lupin —habló Arthur—, ven te curaremos esas heridas —puso mi brazo en su hombro ayudándome a caminar— ¿Te duele? —asentí, el labio me temblaba un poco, tenía ganas de llorar de tan solo recordar lo ocurrido- Eres la ultima que llega.

—¿Estas bien? —preguntó Harry que estaba a la entrada de la puerta con Alexandra nos detuvimos un poco ante él.

—Si, eso creo, Ojoloco... —no podía terminar ya que mi voz se quebró al nombrar al uno de los hombres más valientes que había conocido.

—Lo saben —aclaró Bill—, iremos a buscar el cuerpo, Lupin y yo, lo vimos todo con Fleur, es mejor que descanses un poco.

Entre con ayuda de los señores Weasley a la sala de la casa donde se encontraban Ron y Hermione sentados que se sobresaltaron al verme, George con un agujero en el lugar donde se encontraba su oreja y la cara cubierta de sangre, Ariadna y Fred estaban junto a él, este último se paro y camino hacia mi abrazándome y acariciando mi cabello.

—¿Estas bien? —preguntó hablándome al oído, asentí cuando me aleje un par de centímetros.

—Siéntate, aquí cariño —me llamó Molly palmeando uno de los sofá— Ginny, cielo —le habló a la pelirroja que acababa de llegar— tráeme uno de los libros de curaciones.

Me senté en el sofá mientras todos me miraban las heridas

—¿Cómo esta George? —pregunté al mirar al gemelo nuevamente.

—Mejor —respondió Ariadna—, aunque no recuperará la oreja ya que se la arrancaron con una maldición.

—Aún habla ***** —dijo Fred tomando mi mano y sentándose en una silla junto a mi.

—¡Fred! —lo riñó molly.

Tonks entró a la habitación sentándose junto a Ron y Hermione.

—¿Quién te hizo esos cortes? —preguntó.

—Rodolphus, Bellatrix le pidió que me matará pero creo que no... —tragué saliva— lo intento, sin embargo tuve suerte.

—Bellatrix, las pagará muy caro te lo aseguró —me calmó Fred.

—Bueno, yo también fui su presa esta noche, pero no lo logró —hablo Nymphadora.

—Aquí esta, mamá —dijo Ginny entrando nuevamente—, luces horrible —dijo sonriente al parecer tratando que yo hiciera lo mismo.

—¿Y tú, te has visto a un espejo Ginevra? —le respondió Fred.

—Chicos, chicos —les pedí.

—Te arderá un poco, cariño, pero pasará y ya no tendrás nada —puso su mano en la herida de mi pierna y cuando la levanto estaba llena de sangre, el estómago se me revolvió—, creo que voy a necesitar un paño, no pasa nada —dijo tratando de calmarme, todos miraban y Ron se puso más pálido que de costumbre.

—Aquí hay uno —dijo Hermione extendiendo un género blanco.

—Bien, tranquila —abrió su libro y comenzó a murmurar unas palabras apuntando mis heridas que ardían increíblemente y luego desaparecían por completo— ya casi esta —dijo apuntando mi pierna que fue lo que más dolió— listo, estarás adolorida por algunas horas, es normal, ahora debes descansar, ayúdenme a subirla a la habitación —le pidió a los chicos.

—No te preocupes, yo la subo —respondió Fred quien aún estaba junto a mi.

—Esta bien, Freddie —dijo la señora Weasley saliendo a la cocina.

—Si quieres- comenzó Hagrid revelando su presencia —te prepararé un estofado de buey—todos pusieron una disimulada cara de repugnancia-, con uñas quedan más deliciosos aún

—No te molestes, Hagrid —dije tratando de no sonar asqueada.

—¿No pueden hacer uno de orejas? —habló George por primera vez medio dormido.

—Bueno, sería más trabajo, demoran más en cocerse —explicó Hagrid.

—Bien, vamos —dijo Fred tomándome en sus brazos—, te llevaré a arriba.

—Adiós —dijeron casi al unisonó, pude ver como Tonks me guiñaba un ojo burlándose.

Subimos las escaleras y cuando llegamos a la habitación de Ginny, Fred me dejo cuidadosamente sobre la cama recostándose junto a mi.

—No tienes porque quedarte —susurré mirando su rostro iluminado por la luz de la ventana—, tienes que ir a ver a Georgie.

—Me quedaré hasta que te duermas, además él está siendo cuidado por Ariadna —acarició mi mejilla—. Me alegra tenerte aquí, junto a mi- dijo de la nada

—A mi, me alegra estar aquí, hubo un segundo en el que pensé que no llegaría —dije temblando un poco Fred lo notó y me acerco a él dándome un pequeño beso en los labios.

—Jamás voy a dejar que nada malo te pase, lo juro —dijo aún cerca mío, el dolor que sentía en mi cuerpo paso a segundo plano ya que solo sentía mi corazón acelerado al tenerlo junto a mi.

—Yo no dejaré que nada te ocurra, tampoco —rocé sus labios con los míos disfrutando de eso al ver que Fred al instante cerraba los ojos, lo acerque más sellando aquel beso, aquel pacto y moviéndolos sin prisa, con toda lentitud, hasta que nos separamos.

—¿Me perdonas? —preguntó, asentí con la cabeza y el sonrió— Tienes que descansar, si no lo haces, tendré problemas con mamá- dijo aún sonriéndome—, cierra los ojos ¿Si? —dijo poniendo sus dedos sobre mis parpados cerrándolos al contacto— me quedaré aquí hasta que te duermas.

—A veces pienso que no eres Fred Weasley —dije recordando que en el pasado jamás imagine a Fred diciendo cosas semejantes a las que dice ahora, hablando tan enserio.

—Y yo a veces pienso que hablas mucho —respondió—, ya duérmete —dijo soltando una risita—, no me obligues a aturdirte —solté una pequeña risa, para luego relajarme y caer en los brazos de morfeo.