— One Wish—

¿Cómo se ve el diablo? Seguramente te has preguntado esto cientos de veces. Y seguramente seas otra de las personas poco imaginativas, que piensan que el diablo es esa típica criatura, mitad cabra mitad humano, de color rojo, con cuernos en la frente, capa y tridente.
Pero, ¿Qué me dirías si te digo que el diablo no es nada de eso? Más bien, te sorprenderá saber quién es en realidad el diablo, su historia, y la verdadera manera en la que me enamoré de ella. Exactamente, mi nombre es Zayn Malik,y aquí estoy yo para cambiarles todos los prejuicios que tenían sobre el diablo, empezando por el principal: El diablo NO es un HOMBRE.
Subí a mi auto y manejé hacia mi departamento. Al llegar, deje mi pequeño maletín en el sofá, al igual que mi abrigo y caminé hacia la cocina para preparar la comida. Luego de poner unos fideos en una olla y hervirlos por unos minutos, les agregué un poco de salsa que tenía en el refrigerador y me senté en el sofá, frente al televisor para comer mirando televisión.
Estaba terminando de comer cuando escuché ruido de movimientos en el piso de arriba. Al principio pensé que era producto de mi imaginación y cansancio, así que no le di importancia, hasta que los escuché de nuevo y decidí subir a ver qué los producía.  
Al subir, los ruidos seguían, pero se detuvieron cuando llegué a la puerta y noté por la misma, que estaba entreabierta, que la luz se encontraba encendida. Alguien había entrado en mi casa y se encontraba ahora en mi habitación.
Decidido a descubrir quién se encontraba husmeando en mi casa, abrí la puerta de golpe y vi una mujer enfrente de mi estantería. Al escucharme entrar, la extraña mujer volteó quedando de frente a mí. Estaba completamente     vestida de rojo , cabello negro largo hasta la cintura, y unos grandes ojos oscuros, tenía un pequeño lunar sobre la ceja izquierda y otro a un lado de la nariz. Ella no se veía sorprendida o siquiera asustada por haber sido descubierta en mi cuarto, es más, sus ojos negros reflejaban satisfacción.

-Hasta que llegas Zayn. –Dijo, con una sonrisa compradora.
-¿Quién eres? ¿Cómo sabes mi nombre? ¿Cómo y por qué entraste a mi casa?- Comencé a preguntar
- Tranquilo chico, sé más de ti de lo que piensas. –Su sonrisa estaba imborrable en su rostro.
-Todavía no contestaste quién eres y qué quieres. – Le dije, a la defensiva.
-Vengo a proponerte un trato que, creo yo, va a interesarte mucho. – Contestó, sentándose a los pies de mi cama.
-No te pongas cómoda, no te quedarás por mucho tiempo si no me dices quién eres. Llamaré a la policía.
-Ellos no me asustan, cielo. – Dijo soltando una carcajada
-Dime qué quieres –Insistí
-¡Cielos! Si que eres impaciente – Me dijo, mientras se recostaba en la cama, con sus brazos para atrás y cruzando las piernas.- ¿Qué me dirías si te digo que soy la salida a todos tus problemas?
-¿De qué problemas hablas? Yo no tengo ningún problema. –Dije, cruzando mis brazos sobre mi pecho.
-Oh vamos Zayn, busca alguien que te lo crea. – Su tono de voz, tenía cierta sobra de soberbia.- Hablo de tu trabajo, de tu jefe, de tu poca paga, de la mujer a la que has tratado de “conquistar” de alguna manera. - ¿Cómo se había enterado ella de todo eso?
-¿Y tú qué sabes sobre mis problemas?
-¿No que no tenías ningún problema? – Dijo, arqueando una ceja con total sarcasmo – Te dije Malik, sé mucho más de ti de lo que piensas.
-Bien, dime, ¿qué tienen que ver mis problemas en todo esto?
-Pues, yo tengo la solución a tus problemas. Yo puedo hacer que éstos desaparezcan. Puedo darte desde riqueza, hasta el “amor” de esa chica a la que tanto buscas, aunque yo le llamaría deseo más que amor, a eso que dices sentir, para el caso es lo mismo.
-¿Cuál es tu plan? –Pregunté repentinamente interesado en las palabras de esa extraña.
-Pues, mi plan es concederte cinco deseos, lo que sea que quieras en el mundo.
- ¿Y que obtendrás vos a cambio de esos deseos?
-Verás Zayn, cinco deseos sin restricción alguna, al cabo de un mes, lo que deseaste, quedará para siempre. Y el precio es bastante accesible para un simple humano.
-Ve al grano de una vez si no quieres salir despedida por la ventana en este momento. – Amenacé. Esta mujer estaba acabando con mi paciencia.
-Ya, ya, tranquilo hombre. Te daré cinco deseos libres y a cambio, lo único que deseo es, tu alma, amigo mío. – Dijo, acercándose y palmeando mi hombro.
-¿Acaso estás loca? ¿Mi alma? ¿Quién eres y qué clase de problemas tienes?
-Qué descortés soy, ¿verdad? No me he presentado, mi nombre es ______ - Dijo extendiendo su mano para que la tome. – Y soy el diablo.