Tócame Despacio {Zarry} Terminada

Dios!!
Odio esa parte lo que le espera a Harry! dios
Seguilaaaaaa! ya quiero leer me se la ultima parte por eso digo lo que dijo!
Donde encontré la novela justo esas paginas no están!!
por fa!!! seguila pronto!

 jsdfhsdjfhsdjhfjsd
hoy la seguiré Jjajahajshaj enserio¿?
:DD

JessikA. escribió:Este capítulo fue más que perfecto *-* 
Zarry se esta volviendo mi debilidad enserio, ya hasta pienso escribir una novela Zarry, que me encantan juntos *-* 
Espero que la sigas pronto preciosa, muchas gracias por adaptar esta bella historia *-* un beso :*

me alegro que te guste :S
si llegas a subirla me la mandas !
Hoy la sigo, muchas gracias a ti por leer 
Besitos con sal:3

Franklin estaba de pie, justo detrás de él. Una maligna y pervertida sonrisa se dibujaba en sus labios. Tenía una mirada enloquecida en sus asquerosos ojos avellanados y Harry casi vomita al sentir el olor a alcohol en su  aliento. El joven se echó hacia atrás hasta toparse con el fregadero y entonces el hombre comenzó a caminar en su dirección. 

—Pequeño bashtardo. Eresh la rashón de  que  mi eshposha me  dejara  y she llevara a mi pequeña hija con  ella.—El hombre hablaba mal y se detuvo frente a Harry.  

El chico abrió la boca para gritar, con la esperanza de que Shea pudiera escucharle, pero el hombre le dio un puñetazo a Harry en la cara, sacándole el aire y lanzándolo contra la cocina. De repente, las manos del  hombre comenzaron  a tocarlo por todos lados, arrancándole la ropa y esta vez gritó del temor. La mano de Franklin le tapó la boca, distorsionando sus gritos y luchó para desvestir al chico con una mano. Harry lo mordió con fuerza haciendo que el hombre gritara por el dolor.  

—¡Gilipollas! —gritó el borracho. Tomó a Harry por la garganta y lo tiró contra la mesa de la cocina. Una de las sillas se rompió. Parte de una pata golpeó un hombro de Harry, haciéndolo gritar antes que Franklin lo  levantara y lanzara contra la alacena que estaba junto a la pared. Las puertas de vidrio se rompieron, los platos  se destrozaron y la madera de las puertas saltó en pedazos. Harry gruñó al sentir la sensación caliente del  dolor atravesando su espalda. Cayó sobre el suelo de forma agónica mientras las lágrimas rodaban por su  rostro. Los únicos pensamientos que tuvo fueron sobre Zayn y lo que sufriría después. Franklin se acercó. Una  sonrisa presumida  se dibujó en sus labios.  

—Ahora eres mío.—Franklin lo levantó en el aire, sin importarle la sangre que cayó al suelo, y lanzó al adolescente sobre su estómago en la mesa del comedor, dejando que sus piernas colgaran a un lado. Dolió. Más que las heridas que su padrastro le había proferido. Harry quería correr, huir, pero no podía mover las  piernas y movió los brazos con desesperación. Las lágrimas inundaron su visión cuando le quitó los pantalones, lo suficiente como para dejarle las piernas atrapadas, descubriéndolo para que el asqueroso hombre pudiera violarlo. 

—No...por favor, no—suplicó mientras sentía el pene del hombre tocar su entrada y de repente Franklin se desvaneció. Pudo escuchar gritos y puñetazos. La visión de Harry falló y perdió el conocimiento, llevándoselo  consigo a las profundidades del subconsciente. Antes de desmayarse por completo, su último pensamiento volvió a ser para Zayn.  
 
 
Zayn regresó a la casa por su botiquín de primeros auxilios, ya que uno de los hombres se había herido el  hombro con un alambre. Escuchó cristales romperse y gritos que provenían de la casa. El pánico se apoderó  de su ser mientras corría desde el vehículo a la casa. Ahí fue cuando vio a Harry cubierto de sangre  y al hijo  de perra de Franklin detrás del chico, listo para violarlo. Tiró su cuerpo contra el hombre, la furia hirviendo en su interior al ver la forma en la que ese cerdo bastardo había lastimado a Harry. Su puño acertó de pleno contra la cara del  hombre, que miró a Zayn con furia mientras se agarraba la nariz. Zayn nuevamente se lanzó contra el hombre, golpeándolo con furia.  

—¡Oh, Dios! ¡No puede ser! —escuchó a Shea gritar justo detrás de él y eso lo hizo recapacitar. 
Franklin estaba inconsciente debajo de él. La sangre brotaba de su labio y nariz. Zayn se puso de pie y corrió  hacia Harry, y casi lloró al ver al chico recostado en la mesa. Se apresuró a terminar de quitarle los pantalones vaqueros al chico y  analizó  la  situación. Maldijo fuertemente y le dio un grito a Shea para llamar su atención.  
—Llama al Sheriff. ¡Ahora! Dile que venga para arrestar a ese cabrón antes de que lo mate. Y una vez lo hayas hecho, ponte en contacto con Charlie y dile que mande algunos de los hombres aquí para que vigilen al bastardo hasta que llegue el Sheriff.  

Zayn ató a Franklin a una silla. Se aseguró de que los nudos estuvieran bien hechos antes de levantar a Harry y llevarlo a su vehículo, tratando de no moverlo mucho. Harry estaba cubierto de sangre y su piel estaba muy pálida.  

—No te atrevas a dejarme, Harry. No después de haberte encontrado.¿Me oyes?—gruñó con fiereza, cubriendo el cuerpo de Harry con la manta que habían usado aquel día que salieron de picnic. Después se dirigió al vehículo y salió de la casa a toda velocidad. 

Corrió hasta la ciudad, rezando a Dios para que mantuviera a su pequeño a salvo hasta que llegaran al hospital. Suspiró lleno de alivio cuando por fin tuvo el pueblo a la vista y frenó en frente de la clínica, dejando el motor  encendido y sacando cuidadosamente a Harry del camión. La sangre cubría la parte frontal de su ropa y la enfermera gritó cuando entró a la clínica. 
 
—¿Dónde está el doctor? ¡Por favor Betty! ¡Se está muriendo! —Zayn no se percataba de las lágrimas que  brotaban de sus ojos ni del terror absoluto que reflejaba su rostro.  
El doctor salió de la parte trasera, donde había estado examinando a otro paciente e indicó a Zayn que llevara al chico a una de las salas para examinarlo. 

Sin mirar, el doctor comenzó a gritarle a su enfermera que pidiera a MedEvac un helicóptero mientras trataba  de evitar que la sangre continuara brotando.No quería comenzar a retirar el enorme trozo de cristal que tenía  clavado en la parte inferior izquierda de su espalda por temor a causarle mayor daño.  
El helicóptero tardó unos eternos quince minutos en llegar, tiempo durante el cual, Zayn sostuvo la mano de Harry, negándose a soltarle.  
—Quédate conmigo, Harry. ¡Por favor!—Se le hizo un nudo en la garganta y trató de contener las lágrimas y controlar su angustia.  

Escuchó las hélices sobre sus cabezas mientras el helicóptero llegaba al hospital. Zayn susurraba a la oreja de Harry todo el tiempo.  
—No te dejaré ir. Te seguiré hasta los límites del cielo y las profundidades del infierno y pelearé con Dios y con el mismísimo diablo para quedarme a tu lado.
  
Cuando llegaron al hospital, se llevaron a Harry, dejando a Zayn en un pasillo mirando a los doctores y  enfermeras llevarse al joven al quirófano. No sentía un entumecimiento así, desde la vez que encontró a sus padres en la cocina tantos años atrás. Se dejó caer sobre sus rodillas y cubrió su rostro con las manos. Lloró, y enormes sollozos sacudieron los hombros del vaquero. Una cálida mano se colocó sobre uno de sus hombros y otra sobre su brazo. Le ayudaron a ponerse en pie y lo llevaron a la sala de espera.  
—Estoy segura que se pondrá bien, señor. Nuestros doctores son de los mejores del mundo. Tiene que tener  un poco de fe—murmuró la enfermera suavemente, dándole unas palmadas en el hombro antes de dejarlo a solas con su dolor. 

Shea llegó una hora después. Entró a la sala de emergencias como una exhalación.  
—¿Puede alguien decirme si Harry Styles está bien? 
Zayn escuchó la voz pero no levantó la mirada. La mujer del puesto de enfermeras le señaló hacia la sala de  espera y Shea salió corriendo hacia donde Zayn estaba, dejándose caer sobre la silla de al lado.  
—¿Se pondrá bien? —preguntó, y sus ojos suplicaban que le dijera que sí. 
—No lo sé—respondió con voz entrecortada—.Llevan dentro más de una hora y no me han dicho nada. Oh, Dios Shea. Si él... —no pudo terminar la oración porque su voz se cortó.  
Ella abrazó a su hermano y le frotó la espalda para consolarlo.  
—Shh. Se pondrá bien, Zayn. Es un chico fuerte y luchador. Te ama mucho. No te dejará. 
Varias horas después, Zayn caminaba de un lado a otro de la sala de espera; sus ojos reflejaban enojo.  
—¿Por qué demonios no han salido todavía? ¡Cuánto tiempo necesitan, cojones! 
—Siéntate, Zayn. Estoy segura de que están haciendo todo lo que pueden —dijo Shea agotada, frotándose los ojos.Su hermano se estaba sintiendo cada vez más ansioso según iba pasando el tiempo—.No tener noticias,  es una buena noticia.
 
Pasó otra hora antes que un doctor atravesara las puertas, suspirando exhausto. Su rostro reflejaba el cansancio de haber pasado largas horas en una sala de operaciones. Se situó en mitad de la sala de espera.  
—¿Hay alguien aquí por Harry Styles?

 Zayn se puso inmediatamente de pie.  

—¿Se pondrá bien? 
—No podemos estar seguros. Hemos retirado gran parte de los cristales incrustados en su espalda, pero hirieron su columna dorsal. Hemos reparado todo lo que nos ha sido posible, pero no sabemos si podrá volver a caminar. Ahora está en fase de recuperación y está estable. Los próximos días nos irán diciendo más y una vez despierte, podremos establecer si se verá confinado a una silla de ruedas o no.  

Shea dejó escapar la respiración ante las palabras del doctor. Su mano cubrió su boca y sus ojos se llenaron  de lágrimas. Zayn cerró los puños junto a los costados y preguntó—: ¿Cuándo puedo verlo? 
—La enfermera le llevará cuando salga de recuperación.—El  doctor  se  dio la vuelta y se marchó. Al doctor se le había contraído el corazón al tener que dar tal noticia. Siempre le entristecía no poder dar esperanza a los  familiares y seres queridos de sus pacientes.  

Zayn mantuvo la cabeza gacha, los ojos cerrados y trató de no gritar de furia y angustia. El chico había sufrido demasiado y ahora quizás nunca volvería a caminar. Si Harry moría, le arrancaría a ese cerdo todos los  miembros y se los daría a los coyotes. Escuchó llantos y murmullos, el altavoz llamando al personal del  hospital. El olor de antiséptico llenaba sus fosas nasales cuando respiraba profundamente. Si hubiera sabido que Franklin haría algo así, jamás habría dejado solo a Harry.  

Su mente recordó la noche anterior; la expresión de placer del rostro de Harry, los gemidos y suspiros, la piel  desnuda contra la suya. La confesión de amor del adolescente y la tímida sonrisa que se dibujó en sus labios casi hizo que sus rodillas se doblegaran por el dolor. Vivirás Harry. Tienes que hacerlo. 

Transcurrieron otro par de horas antes de que la enfermera llegara a buscarles. Les llevó a la unidad de  cuidados intensivos y a la habitación donde Harry estaba todavía dormido.Parecía como si estuviera muerto. Shea empezó a llorar; acarició el cabello de Harry. Zayn se acercó y le besó los labios. Se sentían fríos al  contacto, casi como si no tuvieran vida y eso hizo que su corazón latiera rápidamente. Los monitores cercanos  sonaban al compás del corazón del adolescente y Zayn tomó una silla cercana y se sentó al lado de Harry. 
Levantó la mano del muchacho y la sostuvo contra su mejilla. La piel de Harry estaba bastante pálida contra las sábanas. No había color, ni una chispa de vida, tampoco la risa ronca proveniente de la boca del chico. Las lágrimas volvieron a los ojos de Zayn y los cerró fuertemente, los apretó y le pidió a Dios que lo escuchara. No podía perderlo. 

Zayn perdió la noción de las horas y los días mientras Harry permanecía en estado de coma. Los doctores no parecían preocupados; dijeron que después de una situación traumática y dañina como la que el chico había  vivido, la mente se cerraba mientras el cuerpo se curaba. Zayn  apenas dormía, no comía y sólo esperaba. Esperaba cualquier señal de que Harry regresaría a él. 
Shea le traía ropa, le informaba de lo que pasaba en el rancho y de que ya habían comenzado a preparar la última parte del ganado que debía ser marcada y castrada. No pasaría mucho tiempo antes de que fueran enviados a una subasta. Nada de eso importaba a Zayn: sólo el chico que yacía en la cama.  

Shea le regañó por no comer, luego se marchó del dormitorio para comprarle algo en la cafetería. Zayn volvió a  fijar su atención en la cama, retomando su vigilia una vez más. 
—Por favor, Harry. Abre los ojos por mí. Necesito ver esos bellos ojos púrpura. Necesito ver esa sonrisa adorable que amo tanto.—Sus palabras siempre eran iguales. Diciéndole a Harry que lo amaba y necesitaba, rogándole al chico que no lo dejara.  

Se produjo un cambio una semana después de que el adolescente fuera hospitalizado. Su mano se movió, la  que Zayn sostenía. Zayn lo miró lleno de esperanza  e ilusiones, rogándole a Harry que se levantara. Zayn vio  cómo los párpados de Harry se levantaban lentamente, revelando un par de esferas violetas.  
—Za-Zayn—susurró Harry, sonando confundido y preocupado. 
—Harry. ¡Oh, Gracias a Dios!—Zayn se levantó de su asiento y se acercó para abrazar con cuidado a Zayn y besarle los labios con suavidad.  
—¿Dónde estoy?—preguntó Harry; aún no sabía muy bien lo que había ocurrido.  
—En el Hospital Livingston Memorial. Ingresaste por una pérdida de sangre y heridas graves.¿No lo recuerdas? 

Harry trató de recordar lo que había ocurrido, le llevó un minuto, pero entonces sus ojos se abrieron confusos  cuando por fin lo hizo y las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos.  
—Él...iba a... 
—Shhh. Tranquilo; no lo hizo. Está pudriéndose en la cárcel y te juro por todo lo que soy que jamás volverá a  tocarte.—Zayn acarició con cuidado  la mejilla de Harry y una sonrisa se dibujó en sus labios. 

El doctor llegó y entonces se dio cuenta de que Harry se había despertado. Pasó un rato haciéndole algunas pruebas y después le hizo preguntas a Harry. Le informó de sus heridas y de la cirugía; también le informó de  que existía la posibilidad de que no volviera a caminar. El amable doctor le sugirió con suavidad que Harry debía pensar en la posibilidad de hablar con un psiquiatra con respecto a los abusos previos y a la situación actual. Harry permaneció en silencio, mirando al  doctor como si le hubiera salido otra cabeza. Sus ojos se posaron  en Zayn  y notó el dolor que se reflejaba en los ojos color esmeralda que adoraba. Una vez el doctor se marchó, Zayn regresó a su lado y sostuvo otra vez su mano.  

—Ni se te ocurra pensarlo, Harry. Volverás a caminar. Pero, pase lo que pase, te amo y eso jamás cambiará. ¿Me oyes?
 
Observó el cambio en la expresión del adolescente mientras hablaba el doctor y sabía qué pensamientos daban vueltas en la cabeza de Harry. Tal vez sería una carga para ellos, pero jamás dejaría a Harry.  
—No te dejaré, sin importar lo que pase. Tengo fe en ti. Serás capaz de caminar —dijo Zayn con emoción. 

Harry lo miró alterado, giró la cabeza y comenzó a llorar. ¿Por qué Dios le hacía esto? ¿Por qué jamás podía  ser feliz? Sintió cómo el vaquero se subía a la cama a su lado, lo abrazó y consoló.  
—Te amo, Harry. Eso es todo lo que importa. Ahora, calla. Duerme. Hay que tomarse las cosas día a día, cariño.—Las lágrimas por fin se detuvieron y Harry se quedó dormido, exhausto por las distintas emociones y la preocupación que le atormentaban. 

El primero en despertar fue Harry. Se recostó sobre el largo y cálido cuerpo de Zayn, mientras miraba al techo. El doctor había vuelto esa mañana para revisar si tenía alguna sensación en las piernas y para cerciorarse de  que su hombro y espalda estaban sanando bien. Sus ojos se llenaron de lágrimas otra vez y trató de apagar  sus sollozos mientras caían las lágrimas. Rodaron por sus mejillas y humedecieron su cabello y almohada. Giró la cabeza y miró a Zayn: su hermoso rostro estaba relajado, sus labios entreabiertos y sus largas pestañas se posaban sobre sus mejillas. Harry no podía creer que un hombre tan bello quisiera a alguien como él, con cicatrices y ahora posiblemente paralítico. Se le quedó mirando sorprendido cuando la voz adormitada  de Zayn interrumpió sus pensamientos.  

—Deja de pensar en lo que sea que estés pensando, pequeño. No irás a ningún lado, me da igual cómo acabe todo.—Esos ojos verdes se abrieron lentamente, aún parecían adormitados, pero la respiración de Harry se  detuvo cuando notó el amor y afecto que brillaban en los ojos del hombre. Zayn sonrió y levantó su mano para  acariciar con su pulgar la mejilla de Harry. —No lo entiendes, ¿verdad? Te amo. Me da igual que pierdas un brazo, una pierna, que te crezca una segunda cabeza o lo que sea, eso jamás cambiará. 
—Pero...—el adolescente comenzó a protestar, pero Zayn le silenció con sus labios, apoderándose de la boca  del joven. La húmeda lengua de Zayn  se movió sobre el labio inferior de Harry. 
—Te amo.—Zayn lo besó otra vez—.Te amo —Y lo volvió a besar—.Te... amo. 

Harry no pudo evitar sonreír entre besos, envolvió el cuello de Zayn con sus brazos. El sonido de una garganta aclarándose hizo que se separaran. Harry se sonrojó y ocultó su rostro en el pecho de Zayn, pero éste último se limitó a sonreír y saludó al doctor. El hombre se acercó a la cama.  
—Buenos días,Harry. ¿Cómo te sientes hoy? ¿Sientes dolor? 
—No—respondió el adolescente, mirando con cautela al doctor. 
—Bien. Señor Malik, por favor permítame un poco de espacio, necesito hacerle un par de pruebas.—El doctor le indicó a Zayn que se levantara de la cama y Harry le observó con temor. Zayn se quedó allí de pie, cerca de la cama y mirando todo intensamente. 

El doctor movió la sábana, descubriendo las piernas de Harry y tocó la pierna derecha.  
—¿Sientes eso? 
Harry sacudió la cabeza de forma negativa. El doctor se dirigió a sus pies, haciéndole cosquillas a Harry y esperando una respuesta.  
—¿Y eso? —Volvió a sacudir la cabeza en respuesta.  El doctor hizo unas anotaciones en su tabla y levantó la pierna derecha de Harry, colocó su pie sobre su hombro. Movió sus dedos por la pierna de Harry hasta su muslo.—¿Y aquí? Una mirada entristecida se apoderó de los ojo de Harry y sacudió la cabeza. El doctor hizo  varias pruebas más antes de terminar y colocar las piernas de Harry en la cama, luego lo cubrió con la sábana.  
—¿Qué es lo que le pasa, Doctor? —Zayn preguntó inmediatamente, luego se acercó a la cama y tomó la mano de Harry. 
—Bueno, las buenas noticias son que a pesar de que Harry no haya sentido nada, su piel se contrajo en varias ocasiones. Ésa es una buena señal. Si sus piernas estuvieran totalmente paralizadas, no habría ningún tipo de respuesta. Lo que sigue es que comience una  fisioterapia una vez hayan sanado las heridas y veremos qué pasa. No pierdas las esperanzas, Harry. Si lo haces, eso retrasará tu 
recuperación y la posibilidad de que vuelvas a caminar. —El  doctor dio unas palmadas en la espinilla de Harry y luego se retiró. 

Logan se sintió aliviado al escuchar las palabras del doctor, tomó la silla y la acercó. Acomodó su enorme cuerpo en ella, sin soltar la mano de Harry. El joven no habló y luchó por mover los dedos de sus pies. No respondieron de ninguna manera a sus intentos. Una enfermera  llegó un momento después y le sirvió el desayuno, que Zayn le obligó  a comer. El enorme vaquero no le dejaba deprimirse. Le hablaba constantemente y le decía que lo amaba y otras cosas más.  
Tres días después de que Harry se despertara, Zayn volvió al rancho.  

—Tan pronto como la temporada alta  concluya, volveré. Shea se quedará contigo estos días y te llamaré cada noche. No les causes molestias a las enfermeras con tus comidas, Harry.—El enorme hombre le miró seriamente, ante lo cual el joven simplemente sonrió  porque sabía que no estaba realmente enfadado—.Tienen instrucciones específicas de llamarme si no comes y regresaré antes de lo que te imaginas para obligarte a comer. 

—¡Sí, señor!—Harry lo saludó con la mano en la cabeza, le costó mucho trabajo disimular la sonrisa de sus labios. 
Zayn rió y se acercó a besarlo.  
—No olvides que te amo, Harry. Sin importar lo que pase. ¿Me oyes? Por favor, pon todo lo que esté en tu mano para curarte. Quiero llevarte a casa pronto. ¿Lo prometes?  

Los ojos color esmeralda de Harry reflejaban preocupación, amor y ruego. A casa. Esa palabra resonó en su mente. Zayn se marchó con la promesa  de  que trataría de mantenerse positivo. El vaquero lo consideraba parte de su familia y trató de recordarse a sí mismo que si la situación fuera al revés sentiría lo mismo por Zayn.

Oh! Dios!!!
pense que ya no subirias...
pero subiste!!!
Me encanto el cap!!
maldito Flankin o como se escriba
Seguila pronto!!

Hola nueva lectora!!!!!!!!!!!! Me encantó siguela prontoooooo y porfa luego pasame el libro me encantaria añadirlo a mi collección y si tienes otros tambien...
Valemar17@yahoo.com.ar
soy Vale por cierto

Oh! Dios!!!
pense que ya no subirias...
pero subiste!!!
Me encanto el cap!!
maldito Flankin o como se escriba
Seguila pronto!!

DFJKHSDJFHSD tuve un problema por eso me demore en subir 
jdfhsjkdhfjksdhf 
si HIJO DE PU** D:
mañana creo que podre subir

Estos dos son una ternurita me hacen amarlos 
sin duda fue uno de los mas lindos 
puto Franklin lo odio me cae tan mal este wn 
siguela beba 
besos

Mar_love1D escribió:Noo! Lloré con este cap! :lloro:
Pobre Harry! :(  Espero que se pueda recuperar! 
¡Maldito Franklin! :x  :x  :x  Sabía que era él! 
Seguilaaa! ;)
:bye:

SHFDKSDJFHSDJK yo también llore la primera vez que lo leí
Sii jdfhdjkfhsjkd es un hijo de pu**
mañana talvez la siga :D

Valenessie escribió:Hola nueva lectora!!!!!!!!!!!! Me encantó siguela prontoooooo y porfa luego pasame el libro me encantaria añadirlo a mi collección y si tienes otros tambien...
Valemar17@yahoo.com.ar
soy Vale por cierto

Hooooooooola gsjfgshgfgsd me alegro :D
mañana talvez la siga kaldsjlkdjaskldjas ya te envié el libro 
*OO* chocalas *-*

fran stiles escribió:Estos dos son una ternurita me hacen amarlos 
sin duda fue uno de los mas lindos 
puto Franklin lo odio me cae tan mal este wn 
siguela beba 
besos

dfsdkhfjksdhfjk Awww*___* 
Sii es un hijo de ****
Mañana talvez la sigo :S
Besitos con sal:3

Gracias por el libro, espero la sigas pronto

Valenessie escribió:Gracias por el libro, espero la sigas pronto

:DD por nada :DD
tuve algunos problemas a si que tal vez mañana la pueda seguir :S

Capitulo 16

[Capitulo Final]

Un sonido llamó su atención y al girar la cabeza se topó con una niña pequeña que estaba parada en el  umbral de su puerta.Era adorable, con unos enormes ojos azules, rizos de color rojo y un camisón de hospital. Abrazaba a un viejo oso de felpa.  
—Hola—dijo seriamente, parada cerca de la puerta. 
—Hola—respondió Harry. Sentía curiosidad por saber de dónde venía la niña.  
—¿Estás enfermo?—preguntó la pequeña. 
Eso lo hizo titubear. ¿Qué debía decirle? Supuso que la verdad. Así que respirando profundamente dijo: —Supongo que sí. Me hice mucho daño y ahora no me funcionan las piernas.  
La niña entró un poco más en su habitación, seguía abrazando al oso de felpa.  
—Yo también estoy enferma. 
—Lamento escuchar eso, ¿qué te pasa? 

Ella se acercó más y se subió a la silla que estaba al lado de la cama; se sentó sobre sus propias piernas. El aire de inocencia que envolvía a la pequeña casi hizo que Harry se doblara de dolor al verla. Sonrió para animarla. La niña le devolvió la sonrisa.  
—El doctor dice que me dio cáncer. En la cabeza.—Se señaló los brillantes rizos rojos.  
Harry contuvo la respiración y sintió una enorme tristeza al saber que una niña tan linda y tan pequeña  sufría así. Le sorprendió que la niña no pareciera triste o enfadada por estar enferma. Le conmovió.  
—Soy Harry.¿Cómo te llamas? 
—Becca Thompson—se presentó ella con orgullo, y extendió supequeña mano en señal de saludo. 
Harry sonrió y sostuvo la pequeña mano entre las suyas, maravillándose ante la diferencia de tamaño.  
—Es un placer conocerte, Becca. ¿Dónde está tu mami? 
—Está en el cielo junto con mi abuela. Mi papi ha tenido que ir a trabajar para poder pagar la medicina  para curarme.—Sus ojos azules reflejaban su ingenuidad y eso hizo que Harry se sintiera avergonzado por la forma en la que se había estado comportando. Le hizo darse cuenta de que era afortunado por estar vivo. 

—Lamento escuchar eso. Mi mamá está allí también, junto con mi papá. 
—¿No tienes ni mami ni papi? —Becca preguntó con curiosidad—.¿Entonces quién cuida de ti? 
Harry no pudo evitar sonreír al pensar en Zayn y Shea.  
—Mis amigos cuidan de mí. 
—Oh, eso es bueno. ¿Puedo ser tu amiga también? —preguntó la pequeña con timidez, como si temiera ser rechazada. Harry asintió y ella sonrió, saltando sobre la silla.  
—¡Ahí estás, Becca!—dijo una mujer joven con uniforme de enfermera a rayas, entrando en la habitación—.Te he estado buscando por todos lados—regañó a la niña con dulzura mientras sonreía a Harry—.Se me escapó. 
—Está bien. Si no le molesta, y por supuesto tampoco a su padre, no me importaría que viniera  a  visitarme cuando le apetezca—la invitó Harry. Quería estar al lado de la pequeña y ayudarla si podía.  

La pequeña le dio un beso en la mejilla, luego tomó la mano de la enfermera que se la llevó de la  habitación. Becca comenzó a charlar con ella en cuanto se marcharon.Harry se recostó suspirando sobre la almohada. No parecía justo que una criatura tan bella e inocente fuera víctima de tal enfermedad. Y  tampoco parecía justo quejarse tanto cuando había alguien que sufría igual que él, pero sonreía. El doctor había dicho que la fisioterapia tendría que esperar hasta que sus heridas sanaran, cosa que podría llevar varias semanas. Se compungió al mirar la blancura estéril de su habitación. El único color que había eran las flores que había traído Zayn y los globos de Shea. Sus ojos se posaron en los distintos colores delos  ramos de margaritas, pensamientos y narcisos. Eran hermosas y sintió cómo sus labios se curvaron ligeramente en sus comisuras, al pensar en el hombre que se las había regalado. 

Para cuando Harry había sanado lo suficiente como para que pudiera comenzar con la fisioterapia, se  sentía impaciente y ansioso. La pequeña Becca lo visitaba con regularidad, y le hablaba acerca de ella y  de sus amigos. Él le había contado historias de sus amigos de la infancia, nada del abuso, pero sí habló de su mamá. Becca le daba esperanzas y podía ver que tenía toda una vida por delante, así que  necesitaba disfrutarla y vivirla al máximo.Zayn conoció a Becca uno de esos días y Harry no pudo evitar  llorar después de que la niña se marchara. Le contó todo respecto a la enfermedad de la pequeña.Zayn le  consoló, lo abrazó mientras lloraba y le susurró palabras dulces al oído. 

Un día que Harry estaba viendo una comedia en la televisión, un enfermero enorme empujando una silla de ruedas entró en la habitación, acompañado por el doctor.  
—Buenos días, Harry. ¿Cómo te sientes hoy? —preguntó el doctor. 
—Bien.—Harry miró al enfermero con cautela, lo observó mientras aseguraba las ruedas de la silla y se aproximaba a su cama.  
—Te presento a Sam. Será tu fisioterapeuta mientras intentamos que tus piernas vuelvan a funcionar.—El  doctor anotó algo en su expediente y luego se retiró, dejándolos a solas.  
Harry observó angustiado al hombre.  
—Hola, Harry. Espero que podamos ser amigos mientras trabajo para que tus piernas puedan volver a  moverse —Sam sonrió, sintiendo la ansiedad del joven. 

Sam era casi cinco centímetros más alto que Zayn, tenía una enorme sonrisa, grandes músculos, cabello cobrizo y unos brillantes ojos verdes. Los ojos le recordaban ligeramente a los de Zayn y se relajó ligeramente.  
—Ahora, necesito moverte a la silla de ruedas,¿de acuerdo? —Harry volvió a tensarse cuando Sam deslizó un brazo debajo de sus rodillas y el otro debajo de su espalda antes de levantarlo contra su pecho.El sudor se acumuló en la frente de Harry mientras intentaba controlar el pánico que sentía. Sam  lo acomodó con delicadeza en la silla de ruedas,quitó el seguro a las ruedas y comenzó a empujarlo por  la habitación. El enorme hombre comenzó a charlar con él mientras se dirigían al ascensor, invitando a Harry a que le respondiera. Para cuando llegaron a la clínica de fisioterapia, Harry comenzó a sonreír y a reír, mirando directamente al enorme hombre. 

La terapia comenzó lentamente. Sam se limitó a ejercitarle los músculos durante una hora. Harry aún no sentía nada, pero trató de alejar la desesperación de su mente y se recordó a sí mismo que aunque no  pudiera volver a caminar, Zayn estaría ahí para él sin importar nada. Al final de la sesión, se sintió abatido y dejó caer la cabeza sobre su pecho cuando entraron en la habitación del hospital.Sam lo levantó y  acomodó en su cama. Cuando llegó el vaquero, se detuvo abruptamente al ver que un hombre extraño lo estaba tocando. 
—Soy Sam, el  fisioterapista de Harry, tú debes ser Zayn. —Sam se acercó al vaquero y extendió su mano. Zayn tomó la mano frente a él; aún estaba furioso al pensar que ese hombre había tocado a su  pequeño, pero no podía hacer nada al respecto porque ese tipo ayudaría a que Harry pudiera volver a  caminar. Soltó la mano del hombre y se colocó al lado de Harry. Besó la sien del muchacho.  
—¿Cómo te encuentras?¿Qué tal te ha ido en tu primera sesión? 

Harry comenzó a explicarle con todo lujo de detalles lo que había hecho, y ninguno de los dos se dio  cuenta cuando Sam se retiró de la habitación. Sus ojos estaban posados en el otro y Harry tomó la mano  del vaquero en cuanto éste se sentó sobre su cama. A Zayn le hacía sentirse bien saber que Harry  deseaba tenerle cerca y sonrió mientras el adolescente hablaba, acariciando el cuello del chico con sus dedos.  
—Al parecer tuviste un gran día. Eso es bueno. Me alegra oírlo. Estoy tan feliz de verte sonreír, Harry. 

—Estoy feliz de que estés aquí, Zayn. Te he echado tanto de menos.—Harry se acercó a la mano de Zayn, cerró los ojos y suspiró contento—.Me muero de ganas de ir a casa. ¿Cómo está todo en el rancho? ¿Ya ha envenenado Shea a alguien? —Shea se había hecho cargo de preparar la comida para  los empleados regulares ahora que el rancho había vuelto a su rutina normal. 
—No, no ha envenenado a nadie por el momento. Pero le haré saber que tienes fe en ella —dijo Zayn con seriedad—.La comida no está tan mal. Ha estado siguiendo las recetas de un libro al pie de la letra e  incluso algunas que le escribiste. No es para nada como tu comida, pero una vez estés en casa y bien, podremos turnarnos para la preparación de la comida. Tendrás bastante por hacer cuando vuelvas a casa y no quiero que centres toda tu atención en la comida. 
Harry lo miró desconcertado.  
—¿A qué te refieres con que tendré bastante por hacer cuando llegue a casa? Una mirada lasciva se  apoderó del rostro del enorme vaquero y éste  se acercó para susurrarle al oído.  
—Una vez vuelvas a casa, no dejaré que salgas del dormitorio por lo menos durante  una  semana.  Así  que  será  mejor  que  te  prepares  para  estar  en  cama “recuper{ndote” por un tiempo. —Kaden suspiró, sus mejillas se enrojecieron y no de vergüenza, sino de deseo. 

La terapia  física continuó. Harry pasó la mayor parte del tiempo con Sam durante las siguientes semanas.No había ningún resultado, ninguna respuesta a la terapia y comenzó a desilusionarse.Becca  dejó de visitarlo tan seguido según fue enfermando y debilitándose cada vez más. Se había puesto muy pálida y era incapaz de sentarse durante grandes periodos de tiempo. Ahora era Harry el que la visitaba.  Le leía historias o se inventaba alguna para tratar de distraerla y verla sonreír, le hacía muecas mientras le contaba la historia y cambiaba el tono de su voz para diferenciar a los distintos personajes. El padre sólo se había aparecido una vez durante el tiempo que Harry la visitó y el hombre actúo con frialdad hacia su hija. Eso hizo que el corazón se le partiera por la pequeña. La casa de cartón que habían construido con  su amistad se rompió un día que Harry fue  a  visitarla, y se enteró de que había empeorado durante la  noche. Había vomitado sangre y había perdido la consciencia. Harry esperó ansiosamente a su lado, rezando a Dios para que la ayudara. 
—¡Si no le pones mayor empeño, Harry, te quedarás en una silla de ruedas durante el resto de tu vida!  ¿Es eso lo que quieres?—Sam miró encolerizado a Harry; el chico estaba sentado sin moverse y sin  importarle nada en la piscina. Llevaban trabajando durante casi treinta minutos y Harry seguía sin entusiasmo y distraído. 

Harry se quedó mirando a Sam y luchó por no derramar las lágrimas que había estado tragándose durante días. Becca todavía seguía en coma. Los doctores decían que era improbable que despertara. Durante la última semana, había estado a su lado constantemente, hablándole y animándola para que mejorara.La depresión se apoderó de él, matando a su vez las ganas de mejorarse.Sam notó que los últimos días la  situación había empeorado y sabía el motivo, pero le frustraba que el adolescente no utilizara la situación  para motivarse.Habían transcurrido casi cuatro meses desde su accidente y sus piernas aún no respondían por mucho que se esforzaban.  

—¿Quieres que alguien te ayude a hacer todo durante el resto de tu vida? ¡Empieza a trabajar!—Sam  subió el tono de su voz con la esperanza de llamar la atención de Harry. 
—No tengo ganas de hacerlo hoy—respondió  distraídamente. Su mirada estaba pérdida y sin interés. 
—¡Pues qué mal! Porque lo harás te guste o no. ¡Ahora empuja! —Sam levantó la pierna derecha del joven y la dobló hasta que tocó su delgado pecho. Harry suspiró y forzó a su pierna a moverse en dirección a  Sam, casi lloró cuando una onda de dolor atravesó su cuerpo mientras movía su pierna. Inclusohizo retroceder al hombre.  
—Excelente—Sam gritó—¡Otra vez! 
—¡Duele!—Harry exclamó. El sudor se acumuló en su frente y apretó  los dientes. El fisioterapista empujó su rodilla contra su pecho otra vez y Harry sintió menos dolor al repetir el ejercicio. La esperanza recorrió todo su ser, su cuerpo y su corazón cuando se le hizo más fácil mover la pierna. Sam dejó caer su pierna derecha con suavidad y tomó la izquierda, obligándole a repetir el mismo ejercicio. Finalmente le dejó  descansar y el pecho  de Harry se movió  con  intensidad por su acelerada  respiración.  La  mandíbula  también  le  dolía  por  haber  estado apretando los dientes durante tanto tiempo.  
—¡Éste es un progreso  enorme,  Harry!  Lo  repetiremos  mañana. —Sam le ayudó a salir de la piscina, lo levantó y llevó  al  vestuario, donde le ayudó a ponerse una camisa y unos pantalones  eportivos que  Zayn  le  había  traído  de casa. 

Quizás  si  lograba  caminar  otra  vez  Becca  mejoraría.  Le  pidió  a  Dios  que ayudara  a  la  niña;  que la  trajera  de  vuelta  del  coma  y  le  ayudara  a  mejorar. Prometió esforzarse al máximo si el de allí arriba cumplía ese deseo. Casi no podía sostener la cabeza mientras Sam lo llevaba de vuelta a su habitación y lo tumbaba a la cama. Durmió durante varias horas y cuando despertó Logan estaba en la silla al lado de su cama leyendo un libro.  
—Zayn —dijo con voz rasposa.  
—Te has despertado —sonrió Zayn, colocando un separador en el libro que había estado leyendo, y poniéndolo sobre una mesa cercana. Se levantó y se acercó a  la  cama, besó  a Harry  brevemente  y  pasó su legua sobre  los suaves  labios  del muchacho. Acarició el cuello de Harry durante unos segundos antes de alejarse y esbozar  una  sonrisa. —Sam  me  ha  contado  lo  de  tu  progreso  de  hoy.  ¡Estoy  tan feliz por ti! 

Harry sintió cómo las lágrimas se acumulaban en sus ojos al volver a pensar en Becca. Logan le miró alarmado.  
—¿Qué sucede? 
Las  palabras  salieron  de  sus  labios  antes  de  que  pudiera  detenerlas  y momentos  más  tarde,  fue  rodeado  por  los  brazos  de  Zayn.  Éste  le  calmó  y consoló.  
—A  veces  la  vida  nos  hace  enfrentarnos  a  situaciones  que  no  son  fáciles  y estoy seguro de que Dios hará todo lo posible para ayudarla si eso es lo que tiene planeado para ella. Pero si ése no es el caso y desea llevarla a su lado, será porque ése es el lugar al que pertenece. Trabaja duro y mejórate porque así, cuando Becca se recupere del coma, podrás ayudarla a mejorar también, Harry. Estoy seguro de que la harás muy feliz si te ve caminando y eso le dará el aliento que necesita para mejorar.  
Cuando  por  fin  dejó  de  llorar,  Harry escuchó  los  latidos  de  corazón  de Zayn debajo de su oreja y se preguntó cómo su vida había podido cambiar tanto desde que conoció a este hombre.  
—¿Zayn? 
—¿Mmm? —El  vaquero  suspiró  y  disfrutó  al  sentir  a Harry  entre  sus brazos.  Tenía  muchas  ganas  de  llevárselo  a  casa.  Extrañaba  la  luz  del  chico  y  las risas en casa. El viejo rancho parecía vacío sin él. 

—Te  amo —dijo Harry  en  voz  alta  haciéndole  saber  a  Zayn  con  sus palabras, la honestidad de sus sentimientos. 
Zayn movió  uno  de  los  mechones  oscuros del cabello de Harry y lo acomodó detrás de su oreja. Luego se acercó a la pálida oreja para murmurarle.  
—Yo también te amo, mi pequeño. 
Harry sintió una calidez esparcirse por todo su cuerpo, trayendo consigo un sentimiento  de  seguridad  y paz.  Algo  que  no  había  sentido  en  mucho  tiempo. Zayn cambió de posición para poder recostarse a  su lado y se acurrucó, abrazándolo  y  ambos  disfrutaron  de  la  presencia  del  otro.  No  importaba  lo  que fuera a pasar: Zayn aún lo amaba y eso le  dejaba sin aliento. Los problemas que había  causado  desde  su  llegada, los ataques  de  pánico,  la  frustración  que  Zayn debió  sentir  cuando  únicamente  se  abrazaban  y  besaban... todo  eso  no  pareció hacer que el vaquero pensara peor de él ni que lo dejara de amar. Quizás valía la pena, y quizás, sólo quizás al final podría ser feliz. 

La situación de Becca no cambió y eso obligó a que Harry trabajara cada vez más  duro. Le rogó a Dios  que  escuchara  sus  palabras  mientras  rezaba  a  su  lado. Una  pequeña  niña,  tan  bella,  tan  llena  de  vida  y  espíritu  no  merecía  que  su  corta vida se apagara sin más. Durante las semanas de su primer avance, comenzó a usar muletas para moverse. Por fin, pasó a usar un bastón y a cojear mientras caminaba. Cada paso le causaba dolor, pero también le daba esperanza, para él mismo y para la pequeña pelirroja que había aprendido a amar en tan poco tiempo. Los doctores hacían  todo  lo  que  podían  para  ayudarla,  pero  parecía  que  no  era  suficiente.  El resto era cuestión de Dios. 

Un día antes de que Harry se fuera a casa, Becca llegó a él por medio de sus sueños.  Vestía  un  pijama  blanco,  sus  rizos  estaban  brillantes  e  iba  de  la  mano  de una mujer que él no había visto antes. Sonrió y le lanzó un beso mientras sonreía a la  mujer  a  su  lado. Ella no movió los labios, pero Harry pudo  escuchar  sus palabras  aunque  no  estaba  seguro  de  comprenderlas. Sin embargo,  supo  que  la mujer  que  sostenía  la  mano  de  Becca  era  su  madre.  En  el  momento  en  el  que despertó,  comenzó  a  llorar  a  mares.  Sabía  que  Becca  se  había  ido. Lo supo en su corazón mientras comenzaba a sentarse, empujaba las sábanas y se levantaba de la cama. Tomó su bastón y cojeó por su dormitorio hasta llegar al área de pediatría. Al  acercarse  a  su  habitación,  se  encontró  con  la  enfermera  Sandy,  que  salió  del dormitorio  de  Becca  con  lágrimas  en  los  ojos.  Lo  miró  y  su  rostro  le  dijo  la respuesta que ya sabía.  

Harry  caminó  en  dirección  a  la  chica  y  se  abrazaron  mientras  miraban  la cama  vacía  de  Becca.  Aunque  se  le  había  roto  el  corazón,  sabía  que  Becca  estaba con su madre y que ya no sufriría. Un halo cálido había rodeado a la pequeña y la paz  se  reflejaba  en  sus  ojos  mientras  le  sonreía  en  sueños.  Inhaló  profundamente, tragándose  las  lágrimas  porque  Becca  se  enfadaría  si  se  ponía  triste.  Sonrió  al recordar el día en el que se enfadó con él porque no quiso hacer su fisioterapia. Sus ojos  reflejaron  su  enojo  y  comenzó  a  exigirle  que  se  levantara  de  la  cama, diciéndole  que  no  tenía  permiso  para  no  intentarlo.  Lo  había  hecho  por  ella, porque ella le había preguntado ¿quién más la llevaría al parque cuando su papito estuviera  trabajando?  Eso  había  hecho  que  dejara  atrás  su  depresión  y  le  dio  los ánimos para volverlo a intentar. 
Harry permaneció  en  silencio  a  la  mañana  siguiente cuando Zayn vino  a buscarle y eso inmediatamente llamó la atención del vaquero.  
—¿Qué ocurre, Harry?¿Ha pasado algo? 
Una sonrisa melancólica se dibujó en sus labios.  
—Becca falleció anoche. 
—Oh,Harry. —El vaquero le abrazó. Zayn sostuvo a Harry contra su cuerpo,  acarició su cabellera oscura  y una de sus enormes manos frotó su espalda—.Lo siento.  
—Está  bien. Sé  que  está  con  su  madre  y  que  está  feliz.  Vino  a  visitarme  en sueños  anoche.  Me  dijo  que  no  me  entristeciera  y  que  estaba  orgullosa  de  que estuviera caminando de nuevo. —Harry abrazó la cintura de Zayn—. Quiero ir a ver a su papá y decirle que estará bien.  
Zayn se alejó y miró al entristecido adolescente, pero no había lágrimas en 
su mirada, sólo aceptación y tristeza.  
—Está  bien,  llevaré  tus  cosas  al  auto  y  nos  encontraremos  en  la  puerta delantera.  

Harry asintió, se retiró de la habitación y caminó lo más rápido que pudo al área  de  pediatría.  Sintió  en su  alma  que  todo  estaba  bien  y  ese  sentimiento  se apoderó  de  él  por  completo.  El  padre  estaba  encorvado  en  una  silla  fuera  del dormitorio de Becca con la cara entre las manos. Al acercarse, el hombre levantó la mirada con lágrimas en los ojos y vio al adolescente que había sido el amigo de su hija.  Harry se  puso  de  cuclillas  al  lado  del  hombre  y  abrazó  sus  temblorosos hombros. El dolor emocional podía hacer que hasta el hombre más grande, se viera pequeño bajo su peso.  
—Mi  pequeña  se  fue,  se  marchó. —El  padre  lloró  mientras  se  mecía  de adelante hacia atrás.  
—Becca estará bien, señor Thompson. Está en paz al lado de su mamá —dijo Harry en voz baja mientras trataba que el hombre escuchara sus palabras—. Lo sé; y  también  sé  que  está  feliz  donde  quiera  que  esté.  Y  le  esperará  allí.  Sé  que  ella querría  que  supiera  que  le  ama  y  mucho.  Y  que  le  echará  de  menos  hasta  que puedan estar juntos otra vez. 

El  señor  Thompson  tembló  porque  las  palabras  lastimaron  su  corazón herido.  
—¿Cómo lo sabes? ¿Cómo puedes saberlo? 
—Lo sé en mi corazón —dijo Harry con confianza.
 El señor Thompson se puso de pie, se frotó los ojos y trató de controlarse.  
—Mi hermana preparará el fu-funeral. Le diré que te mande la información 
por si quieres asistir. 
—Gracias. 
—No, gracias por haber sido su amigo. Te admiraba mucho, Harry. Eras de lo único que hablaba cuando venía a verla por la noche. Me alegro de que te haya conocido. —El  señor  Thompson  le  apretó  el  hombro  y  trató  de  expresar  sus emociones  sin  palabras,  luego  se  fue  caminando  como  un  hombre  viejo  por  el hospital. 

Harry frotó el dolor en su pecho y caminó hacia el ascensor, que lo llevó a la planta  baja  donde  Zayn  le  estaba  esperando.  Shea  lo  recibió  en  casa,  junto  con Charlie  y  Mantacor.  Aun  le  dolía  pensar que  Becca  ya  no  estaba  en  este  mundo, pero seguía esforzándose con su bastón. Asistió al funeral a los pocos días de haber vuelto a casa con Zayn a su lado. No pudo evitar llorar, aunque sabía que Becca se enfadaría con él. El padre le regaló una fotografía de Harry y Becca juntos que se habían hecho un día en el hospital antes de que empeorara. Ahora la guardaba como un tesoro en su billetera. 

El día que pudo caminar sin un bastón, fue a “verla” y a contarle acerca de su  logro.  Se  sentó  cerca  de  ella  en  su  tumba  y  acarició  las  letras  de  su  nombre. Rebecca Beverly Thompson, la luz de los ojos de su padre.  
—Oye, Becca. Te echo mucho de menos. Algunas veces me detengo y pienso en  ti.  ¿Sabes  una  cosa?  Ya  no  tengo que  usar  el  bastón.  Puedo  caminar  sin  él, desearía  que  estuvieras  aquí  para  verlo,  pero  sé  que  donde  quiera  que  estés, podrás verme y saber que estoy bien.  Miró  al  césped  y  comenzó  a  arrancar  algunas  hierbas  que  habían  crecido alrededor de la lápida.  
—Sólo  quería  darte  las  gracias,  porque  si  no  hubiera  sido  por  ti,  no  habría tenido la fuerza para volver a caminar. Me guiaste durante todo el camino.  Se puso de pie, luchó un momento por mantener el equilibrio ya que aún no estaba  del  todo  estable,  colocó una  rosa  que  había  traído  con  él  sobre  la  lápida  y sonrió ligeramente.  
—Te veré luego, Becca. 
—¿Estás listo para ir a casa? —Harryse dio la vuelta y vio a Zayn, que lo esperaba  pacientemente.  Parecía  que  el  hombre  siempre  le  estaba  esperando 
pacientemente hasta que le alcanzaba. Le sonrió, apresurándose a llegar a su lado. 
Deslizó un brazo sobre el de Zayn y sonrió. 
—Vamos  a  casa. —Caminaron  hasta  el  vehículo  y  Zayn  le  abrió la  puerta, luego se dirigió al lado del piloto. El vaquero tomó su mano y entrelazó sus dedos después de encender el motor y alejarse del cementerio. 

Harry giró  la  cabeza  a  un  lado  para  estudiar  el  perfil  del  hombre  más grande.  El  sol  iluminaba  sus  facciones  mientras  los  árboles  a  su  alrededor producían sombra. Podía ver la paz en el rostro de Zayn y las miradas de afecto y amor que el vaquero le dirigía. Los labios de Zayn se curvaron en sus comisuras y miró de reojo a Harry.  
—¿Qué? ¿Tengo algo en la cara? 
—No, no es eso. Es sólo que pensaba en lo agradecido que estoy. 
—¿Agradecido? ¿Por qué? —preguntó Zayn confundido.  
—Por  haber  tenido  la  suerte  de  conocerte  y  que  me  amaras —respondió Harry con honestidad,  tratando  de  expresar  con  la  mirada  la  sinceridad  de  sus palabras.  
Zayn sonrió, llevó una mano de Harry a su boca y besó con gentileza sus nudillos.  
—Debería ser yo el agradecido.Si no fuera por mi  primo,  jamás  te  habría conocido y mi mundo aún estaría oscuro, sin la luna que ilumina mi camino. Harry se  sonrojó  al  escuchar  las palabras cursis que Zayn había usado, pero su corazón se inundó del amor que sentía hacia el vaquero.  
—Apresurémonos a llegar a casa porque me muero del hambre.  
—¡Pero  acabamos  de  comer  un  enorme  desayuno!  —exclamó Zayn anonadado, girándose para mirar a Harry. 
—No he dicho que me muriera de hambre de comida...—bromeó Harry, guiñándole el ojo a Zayn. 
Le llevó un momento al hombre procesar el significado de las palabras del joven, pero una vez las comprendió echó la cabeza hacia atrás y se carcajeó.  
—Apenas han transcurrido ocho horas —dijo, sonriendo al ver el enrojecimiento que había aparecido en todo el rostro del chico—.Pero si no puedes esperar a que volvamos al rancho, hay un motel en la interestatal... —añadió, sugestivamente.  
Harry asintió con entusiasmo y se acercó para comenzar a besar el cuello de Zayn. Aún le sorprendía lo bien que las cosas habían terminado para él en Montana, pero no cambiaría nada de esto jamás. Le agradeció a Dios que le hubiera dado ese empleo y que Zayn supiera que debía tocarle despacio, dejándole deseoso de más.


*Estoy un poco triste este es el ultimo capitulo pero aun falta el epilogo, quiero dar las gracias a todas las que leyeron esta novela :D no podría haberlo echo sin ustedes :DD 
Besitos con sal:3 *

no puedo creerlo 
termino llore con el final wn 
mierda esto fue jodidamente bueno 
besos beba 

PD:quiero el epilogo luegoooooooo