THAT KIND OF LOVE NEVER DIES

Nombre: THAT KIND OF LOVE NEVER DIES (Jay McGuiness, Anna Sykes, Harry Styles)
Autor:Frida Salvatore
Adaptación:No.
Género: Drama/Romance
Advertencias: Hasta ahora solo debo decir que no escribo novelas comunes pero si con clichés
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Prefacio

Todos los recuerdos la abrumaron tras que Harry la besara. Eran demasiadas cosas vividas y sufridas.
Cayó sobre la cama, sus piernas ya no la sostenían. El llanto de su pequeña y recién nacida hija no podía sacarla de su estupor.

No esperaba lo sucedido. No esperaba volver a sentir unos suaves labios posándose en los suyos y que la hicieran sentirse tan protegida como lo hacían los de Jay.

Su historia comenzó a pasar frente a sus ojos:

…—El resultado es positivo —le había dicho Jay con una voz entrecortada—. Te dejo ir Ariadna, eres libre para seguir tu vida y no quedarte atada aun enfermo.
—Te prometí que estaría contigo sin importar cual fuera el resultado —lo contradijo Ariadna—. Y vuelvo a repetir mi promesa, me quedare contigo sin importar lo que suceda, Jay McGuiness. Te amo. Y ni pienses en alejarme, yo me quedo contigo…

…— ¿Desearías casarte conmigo Ariadna Sykes? —le preguntó Jay.
—Claro que si—aceptó Ariadna…

…Harry Styles la ponía demasiado nerviosa y había aceptado con agrado la propuesta de su prometido de mudarse a suite. Ya no tendría que despertar al lado de Harry y se iría la tentación de besar sus carnosos labios…

…Jay la besaba y acariciaba salvajemente mientras con su cuerpo presionaba el de ella para evitar que se escapara. El alcohol lo dominaba y necesitaba satisfacer sus deseos de sexo.
Ariadna lo empujó con fuerza y el joven cayó en el piso, se había desmayado por el alcohol bebido. Ella salió se arreglo la ropa y salió corriendo desesperada. En los pasillos del hotel chocó con Harry que la abrazó tranquilizándola.
Y ella cayó en la tentación de besar sus labios y terminaron en el cuarto de este, recorriendo sus cuerpos con su boca…

…—El amor no es cuestión de deber, si no de querer y entiendo que solo pienses que fue cosa del momento, pero para mí eres más que un ligue de verano y quiero que me permitas demostrártelo —le había pedido Harry…

…Estaba embarazada y desconocía quien fuera el padre de su hijo, pero tenia una promesa que cumplir. Así que aceptó la solución que Jay le ofrecía…

…El recuentro con Harry había sido inevitable y el con tan solo ver a su pequeño hijo se había percatado de lo parecidos que eran…

…Día tras día Jay se desmejoraba y ella sufría por su agonía. Toda su vida se había transformado radicalmente y ella no pudo hacer nada para evitarlo…

…Su esposo se había ido dejándola con dos pequeños a los que criar y uno en camino. La depresión la había tomado y llevado al fondo del cual no podía salir…

…Harry le había devuelto la vitalidad pero su corazón no podía olvidar a Jay. Así que había acudido con Nick, su terapeuta en busaca de consejo…

…—Deberías darte la oportunidad con Harry —le había dicho Nick—. Y no te sientas culpable, tú amabas demasiado a Jay. El lazo y la entrega entre los dos no es fácil de ver y menos de olvidar. Esa clase de amor nunca muere…

Creo que en el prefacio les dije mucho sobre lo que tratara la nove. No soy buena en esas cosas.


Capítulo 1
—Ella tenía la razón cuando te dijo que lo mejor era que la olvidaras. Ambos tienen una promesa que deben cumplir —dijo una chica de cabellos castaños, cortos y lacios que se encontraba sentada en un sillón del lujoso departamento de su hermano.
—El amor no es cuestión de deber, si no de querer —objetó el chico de cabellos castaños y rizados, que se encontraba sentado en la otra mitad del sillón.
—¿Y tu la quieres? —Le preguntó su hermana—. Es muy raro en Harry Styles enamorarse de un ligue de verano. De hecho tú nunca te enamoras.
—Ariadna es más que un ligue de verano Gemma —refutó Harry—. Ella es mucho más importante.
—Hablas como si la conocieras antes de su encuentro de verano— apuntó Gemma.
—Así es —corroboró Harry, para después añadir—: Y tu también.
—No te creo nada —habló Gemma— ¿Cómo sería eso posible? Yo solo te he oído hablar de ella.

Aquel lugar definitivamente solo era para celebrar las rimbombantes fiestas de personas jodidamente ricas; no como las personas de su clase social. Que solo podían entrar aquel lugar siendo invitados o seguir soñando con ellos.
Era evidente, que a pesar de las ropas nuevas recién compradas, su madre Anne, su hermana Gemma y el mismo a pesar de su galantería desentonarían con el resto de los invitados.
Nunca debieron haber aceptado acompañar a George aquella fiesta.
—¡Tienes que atraparme!* —exclamó una chica rompiendo el silencio del lugar donde se encontrara.
—Si te atrapo el juego habrá terminado* —le contestó una voz de chico.
—De eso se trata el juego—volvió a hablar la chica entre risas.
Harry se había acercado a mirar mejor y la vio correr, escapando de los brazos del chico que se disponía a besarla.
La joven ciertos momentos corría y otros caminaba de espaldas a Harry para ver que tan lejos estaba el otro joven.
Harry la tenia cada vez más cerca, que podía observar que su piel era blanca, que hacía contraste con el rosa pastel de su vestido strapless. La joven seguía acercándosele, y caminaba de espaldas. Llevaba la suficiente ventaja para no preocuparse porque el chico la alcanzara.
Justo en el momento que parecía que chocaría contra el cuerpo de Harry se dio la vuelta, y este se enfrentó a sus ojos azules tan oscuros como el mar que le miraban expectantes.
—Hola —le saludó con voz que le sonó infantil y cantarina.
—Hola —devolvió el saludo Harry.
—Tú debes ser uno de los invitados de George ¿No? —preguntó la chica.
—Si, yo soy uno de esos—contestó Harry, con voz temblorosa, ya que había quedado impresionado por el cabello de la chica, que presentaba 3 diferentes formas: ondulado, rizado y lacio por partes separadas, al igual que el color un castaño con luces rojas que hacían que sus ojos tomaran un tono verde.
—¡Cariño! ¿Por qué te detuviste? —preguntó con tan solo llegar el chico que hace unos momentos perseguía a la joven. Era alto, de cabellos rizados y ojos azules, unos tonos mas claros que los de la joven desconocida. Su cuerpo era el de una persona que se dedicaba al ejercicio sin muchas exigencias, y su rostro evidenciaba que era mayor que la joven.
Había tomado a la chica por detrás, rodeando su cintura con sus brazos, mientras llenaba de besos su cabello y cara.
—Porque me encontré a uno de los invitados de George —le contestó mientras señalaba a Harry.
—Mucho gusto —dijo el chico mientras tendía su mano hacia Harry, sin dejar de rodear con la otra a la chica—. Jay McGuiness. ¿Tú debes ser Harry, el hijo de Anne?
—El que viste y calza—corroboró Harry—. Un gusto Jay y para servirle… —y calló abruptamente al darse cuenta de que no conocía el nombre de la jovencita.
—Ariadna —lo ayudó la joven.
—El nombre más hermoso que pueda haber en el mundo —le alagó Jay, a lo cual Ariadna se sonrojó.
Y una campana sonó. Harry no sabía de donde provenía ni que fin tenia el ruido pero los otros dos jóvenes si.
—Ya es hora de empezar la fiesta —dijo Jay—. Ven Harry, creo que estas un poco perdido—y comenzaron a caminar. Ariadna rodeaba con un brazo la cintura de Jay, que hacia lo mismo con la de ella. El brazo libre de Ariadna estaba colocado sobre el pecho de Jay que tomaba con su mano libre la de Ariadna, si no es que le acariciaba el rostro. Eso provocaba que avanzaran despacio. Pero regalaba a los demás invitados la oportunidad de ver a dos jóvenes perfectamente enamorados, algo que de forma extraña le provocaba celos a Harry. Al parecer Ariadna lo había cautivado.
Aquella fiesta era para celebrar el decimoséptimo cumpleaños de Ariadna y la comida transcurría con el mismo protocolo que el de una fiesta de una persona cualquiera. Chistes malos que eran respondidos con risas falsas, que también respondían a las anécdotas de los presentes. Bostezos eran provocados por las narraciones con las que se ponía al corriente a la familia presente de los negocios o viajes realizados, de las nuevas cosas compradas y una larga lista de etcéteras. Todo era una farsa en la que los únicos que no se involucraban eran Ariadna y Jay, que estaban demasiado ocupados en llenarse de mimos o simplemente mirarse. A ellos se les unían Gemma y Harry que no tenían demasiadas cosas de las que hablar con los estirados que se encontraban sentados a la mesa.
Cuando Ariadna se vio obligada a abrir los regalos que se apilaban en una mesa circular cerca de la que donde estaban comiendo, también se unió a la farsa de agradecimientos y sonrisas de cortesía.
—Y ahora toca que abra el regalo de Jay —habló Ariadna, tras haber abierto una caja que contenía una espantosa bufanda traída desde Rusia. Harry había notado que seguía el orden en que los invitados estaban sentados más lejos a los que estaban más cerca de ella—. Pero tu regalo no esta aquí—apuntó mientras se daba la vuelta a donde se encontraba Jay, para mirarlo con ojos interrogantes.
El aludido se puso de pie y comenzó a hablar mientras se dirigía a donde se encontraba Ariadna:
—Es una caja demasiado pequeña para que la notaras, con un contenido demasiado importante así que decidí dártela personalmente —y sacó una pequeña caja de terciopelo azul de la bolsa de su pantalón.
Al encontrarse frente a frente a Ariadna se arrodilló ante la cara de estupor de todos los presentes.
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*Katerina Petrova Cronicas Vampiricas 2da temporada "Klaus"
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