scratches. {niall horan}

por Invitado Lun 14 Oct 2013, 6:27 pm

Ficha:

Nombre: scratches.
Autor: frazer. giannina.
Adaptación: no.
Género: romance. drama idk.
Contenido: sutiles insultos.
Advertencias: ninguna.
Otras páginas: no, solo aquí.

scratches.

parte uno.

Las gotas de lluvia empezaron a caer. Al contrario de cualquier detalle que las hiciera ver como unas simples gotas locas, éstas se dejaron caer con brusquedad. Katie se preguntó si estarían frías, perfectas como un experimento para probar con su lengua. Lo correcto sería hacerlo con los copos de nieve, pero ella quería hacerlo con el agua.

—Podrías beber de un vaso, ¿sabes? — Jane terminó de limar sus uñas, inspeccionándolas con ojo crítico. Recostada sobre un sillón de un tenue color marrón, asentía complacida por su trabajo.
—Del grifo, como una persona normal.
—No lo entiendes, Jane. — bramó la chica apartándose de la ventana, una expresión de derrota era reemplazada por el ceño fruncido.
—Por supuesto que no. — la rubia contestó con gracia. Le sonrió a su amiga de manera cómplice. Se acomodó un poco en el sillón, dejando un pequeño lugar a su lado. Dio unos golpecitos, incitando a sentarse. —Ven, dime si quedaron bien. No confío en mi criterio. — señaló refiriéndose a sus uñas.
Katie suspiró abatida y se encaminó a la chica. Aunque el sillón fuera de un tamaño normal, eso no contaba que fuera sólo uno el que tenía a dos personas encima. La castaña tiró a un lado a la rubia, a propósito, de modo juguetón. Se echó encima con una risa, y luego impulsó su cuerpo hacía delante, donde la mano de la otra se encontraba; extendiéndola frente a ella.
—Me gusta. — habló mirando el prolijo color rosa pálido. —Lucen bien, muy bien. — elogió al ver la cara de satisfacción de Jane. —Ahora que terminaste tu sección de manicura, ¿me acompañas a ver a Niall? — inquirió parándose de un salto.
—¿Por qué debería? — respondió molesta. Sus ojos avellana se mostraron aburridos.
—Es tu primo, Jane. — regañó la castaña. Aún, con el paso del tiempo —y no es que fuera mucho, dos años a penas. — no entendía porque ella tenía que pedirle aquello a la rubia, cuando ésta debería ir por sí sola.
El caso era que, de algún modo u otro, comenzaba a comprenderlo. Jane no era de esas clase de primos unidos, si bien no detestaba al chico, tuvo celos en un principio. Él había nacido como el hijo de su tío, más pequeño que ella y por lo tanto, más mimado. El ser hija única había llevado cierta satisfacción en cuanto a lujos se refiere, ¡y qué decir de mimos! Prácticamente, tenía a cada uno de los Horan comiendo de su mano. Sin embargo, llegó él. Sus tíos lo habían planeado por cinco meses, y luego de mucho sexo —porque ya había dejado de creer en la cigüeña, aunque la idea de los mismos haciéndolo le causó un gran trauma.— había llegado. Como una luz, según sus padres, como una estrella, según sus tíos. Como un príncipe que quería quitarle su trono, según ella. Aunque fuera hombre.
—Yo sé, yo sé. — suspiró. — No hace falta que me lo digas. — recriminó, enderezándose en su asiento y parándose con un gemido perezoso.
Katie la miró ceñuda. Por su parte, a ella le agradaba Niall. No tenía ningún problema con él, es más, incitaba cada vez que podía su visita; amaba verlo reír, y amaba ver sus azules ojos llenos de emoción al verlas. Al verla. Un sonrojo atacó sus mejillas, giró la cara intentando cubrirlo de su amiga, mas ésta se dio cuenta enseguida.
—Pensando en él otra vez, ¿uh? — una sonrisa pequeña comenzó a asomarse en el rostro de Jane. Su largo cabello rubio, recogido en una coleta alta y su bolso listo y preparado. Katie la miró sorprendida, pensó que había aceptado; no saldría porque sí a la lluvia.
—Ya estás lista. — señaló lo obvio, ignorando la pregunta. Jane Horan rodó los ojos con cansancio, y asintió.
—Vamos antes de que me arrepienta, Kate. — caminó hacia la puerta, sus llaves produciendo un pequeño ruido cuando jugaba con ellas. La castaña sonrió contenta, agarrando sus pertenencias y abrigo, la siguió sin chistar.
Cuando tomaron un taxi, —el cual no tardó mucho. — la castaña apreció a su amiga. Mirándola bajo ojo crítico, justo como la otra hizo momentos atrás con sus uñas, habló en un susurro.
—No te arrepientes de verlo, ¿cierto? — pronunció con voz tranquila. La rubia siguió con la vista al frente; mas, pestañó rápido, una clara señal de afirmación que tenían entre ellas. —Si lo hicieras, sería por la lluvia.
—Será rápido. — Jane murmuró, cruzando los brazos; indefensa. Katie apoyó su cabeza en su hombro, en señal de consuelo.

...

Jane Horan no era fanática de los hospitales. Katie Williams lo sabía. La primera vez que la acompañó tuvo que hacer un gran esfuerzo por mantenerla de pie, casi podía sentir sus temblores como si fuera una señal de miedo estúpido. Su boca se secaba y constantemente tenía que beber agua para mantenerla húmeda; a veces, mojaba sus labios secos en un intento de volver a su color rosáceo natural. La rubia sentía todo eso, y más.
Los nervios a flor de piel. El retorcijo en sus manos, en su estómago. Sentía un profundo arañazo en su interior, un desgarramiento que sólo incrementaba a medida que avanzaba hacia ése lugar. Y luego, las garras que producían éste estaban listas para descuartizar, dejándola inmóvil de pie, mirando el tan rubio cabello de su primo, —justo como el suyo. — y sus ojos cerrados, esperando abrirlos en su llegada.
No pudo evitar el escalofrío, no pudo. Cuando el taxi se detuvo, su respiración se agitó. El arañazo comenzaba, inquieto en su interior.
—Disculpe. — la castaña preguntó a la recepcionista, quien, sin prestarle mucha atención, era un lío de papeles. Katie carraspeó incómoda, la rubia a su lado jugaba con sus manos sin decir nada. —Disculpe. — volvió a llamar.
La mujer levantó la vista del papeleo en sus manos. Regaló una sonrisa de disculpa justo cuando el teléfono sonó.
—Dígame. — contestó levantando el tubo. Williams no entendía si le decía a ella, o a la persona al otro lado del teléfono, se encogió de hombros y volvió a hablar:
—Venimos a ver al paciente Horan.
—Claro, pueden pasar. Ya conocen el número de su habitación. — sin decir más, volvió a la comunicación telefónica.
La castaña agitó su cabello, mascullando por lo bajo. Empezó a caminar, con Jane a su lado.
—Grosera. — escupió.
—¿Acaso dije que me arrepentiría? Porque, estoy comenzando a tener esa sensación. — la rubia tomó una respiración profunda. Enfermeras pasaron corriendo justo a su lado, dos doctores adelantados. El escalofrío que había recorrido su cuerpo en el taxi volvió.
—Tranquila, Janie. — la otra la abrazo por el costado. La menciona, le sonrió en gratitud.
El número doscientos firmaba en la puerta, y de repente Katie comenzó a sentir lo que a su amiga le pasaba cada vez que venían. Una opresión en su pecho se instaló, profunda, como una estaca que le clavaban sin piedad.
Ella podía gritar, sin embargo los sonidos no escapaban de su boca. De repente, quería estallar; miles de sensaciones la atacaban, su sensibilidad débil lo hizo. Sintió sus ojos picar, negó con la cabeza aturdida; no quería, ni debía llorar. ¿Por qué hacerlo? Niall despertaría, hablaría con ellas. Por su parte, sonreía feliz, una máscara que usaba para esconder la nostalgia que la embargaba.
Era una prisión. Podía sentir como todo se encogía, el miedo —de vaya saber qué. — apoderándose lentamente. La respiración agitada, los sentimientos escondidos que se encendían y dolían al mismo tiempo.
Comenzó a caminar a la camilla donde su cuerpo reposaba, no le importó Jane. Estaba segura que se quedó en el marco de la puerta; pero no quería devolverse. Acarició con ternura sus cabellos, los ojos le picaron. Mucho más.
—Hey, tú. — susurró inclinándose y depositando un beso en su pálida mejilla.
Katie Williams era una chica simpática, risueña. No le tenía miedo a nada, absolutamente a nada; eso quería creer. Era divertida, encantadora, débil, inquieta y tenía miedo.
Miedo de perderlo.

...

hola, aquí de nuevo yo xd. No sé, ¿por qué será que todo o casi todo lo que digo comienza así? lol, bueno como dije, no sé porque otro; sin embargo aquí estoy, jodiendo de nuevo con un shot, esta vez del rubio hermoso<3. Éste será divido en dos partes, he de ahí porque tan corto, y si tengo respuesta subiré la siguiente c: Sinceramente, fue un arranque, pues tenía inspiración, cosa que casi nunca tengo, y cuando comencé a escribir una idea se me vino a la cabeza, y decidí cortarla en dos; por eso está tan corto. a Katie me la imagino como Zoella<33, gracias a las cúles ladies que me ayudaron a elegir, igual, luego entendí que le pegaba bien al personaje. Jane, me la imagino como Dianna aka perfection Agron<3. ily<3.

por **sampaio.** Mar 15 Oct 2013, 4:23 pm

¡Gia! maldita sea, porqué escribes así de perfecto, sigo pensando en que tu redacción es implacable, además, Zoella es jodidamente perfecta y como que encajó perfectamente con el papel de Katie. Sinceramente, cada vez que me encuentro con un shot tuyo, como que me enamoro más de tu forma de escribir.

por Invitado Mar 15 Oct 2013, 7:07 pm

Cam. escribió:
¡Gia! maldita sea, porqué escribes así de perfecto, sigo pensando en que tu redacción es implacable, además, Zoella es jodidamente perfecta y como que encajó perfectamente con el papel de Katie. Sinceramente, cada vez que me encuentro con un shot tuyo, como que me enamoro más de tu forma de escribir.

¡Cami!

JAJAJAJA, no digas mentiras; en realidad, hago lo mejor que puedo c: gracias, beibi<3. Yo sé, Katie encaja perfecto scratches. {niall horan} 3275125450

aunque, he de admitir que no sabía qué artista poner como su representante, y gracias a varias sugerencias pensé que se adaptaba mejor c: gracias por comentar mis shot's, Cam. ily<33.

por Invitado Mar 15 Oct 2013, 9:02 pm

parte dos.

Katie mordió su labio. No sabía porque experimentaba tales sensaciones, era algo nuevo en su persona; y por un momento pensó si sólo era un juego de su mente. Su respiración se agitó, había perdido la cuenta de cuántas veces lo había hecho en el día, mas así como le pasaba, impedía que formulara alguna palabra clara y coherente. Balbuceos torpes escapaban en susurros, el nerviosismo erizando los vellos de sus brazos; podía sentir un aliento en su nunca.

Quiso reír en voz alta, pero probablemente la tomarían como una ignorante irrespetuosa, aunque ni la recepcionista le hizo caso. Tal vez, apresada por el miedo que la carcomía estaba volviéndose loca, cayendo en la nada misma de la desesperación. No podía evitarlo, aunque sonará típico, pero, empezaba a creer que no le agradaban en nada los hospitales. Comprendió a Jane.
—Vamos, abre los ojos. — acarició su mejilla con dulzura, sus ojos acuosos demostraron que las lágrimas estaban preparadas para caer. Sorbió su nariz en un descuido, y levantó la vista del chico para perforarla en su amiga.
—Despierta, Niall. Jane está aquí, y ella quiere verte despierto. — susurró tranquila. Todavía conectando su mirada con la chica. Movió su mano derecha en un gesto, incitando a acercarse. Echó una mirada hacia, sentándose en el pequeño sillón que reposaba al lado de la camilla.
Jane se había acercado con pasos lentos, pacientes y temerosos. Observó a su primo por unos segundos, su mano temblorosa regaló una caricia tenue a su cabello. Su boca se abrió en un gemido de nostalgia.
—¡Oh, Niall! Malditos enfermeros que se les ocurre sedarte ahora, con mi perfecta presencia aquí. — murmuró, una pequeñísima sonrisa adornando su pálido rostro.
—No lo hicieron.
La rubia alzo su mirada avellana, clavándose en la castaña por segunda vez. Katie nunca comprendió el dicho de: —los ojos son la ventana del alma— al menos, no le encontró razón lógica. Su actitud inquieta, pero positiva le ha negado dejar ver ésa etapa en las personas, una desilusión tan grande para una joven tan entusiasta, no podría soportarlo.
Su madre decía que nunca debía creer en eso, porque según ella, las personas lo decían como una risa pero no cómo un acierto. Tampoco comprendió eso, mas la mujer continuaba diciendo que, nunca vieras a los ojos a una persona, porque podrías sorprenderte y largarte a llorar; no era su alma, era su historia.
—Cuando conoces a alguien tan, pero tan bien como la palma de tu mano, sabrás que jamás te defraudará. Si quieres conocer su alma, ¿qué se supone que has estado haciendo todo el tiempo? Ya la conociste, pero no su vida.
—Mamá, no entiendo lo que dices. Sabes que no me gustan tus acertijos, puedes comentármelo luego, cuando pueda entenderlo. — la chica se cruzó de brazos, una mueca divertida en su rostro. El asunto le causaba gracia, tal vez, su hermano había hecho una de sus travesuras y ella sólo estuviera dándole un apreciado sermón sobre vaya a saber qué. Poca lógica a decir verdad.
—Ya lo entenderás, Katie. Una mirada refleja tantos sentimientos como vidas; si tienes miedo de apreciarla, no mereces hacerlo. — comentó sirviendo el jugo.
—¡Vaya! — silbó por lo bajo. —Alguien está poética hoy. — contestó risueña. Su madre la cautivó con una expresión de resignación, tomó la bandeja que contenía tres vasos llenos de bebida naranja y se la entregó.
—Sube. Dale a tu hermano y a sus amigos algo con que hidratarse. — se dio media vuelta, y continuó con lo que hacía.
Ella, frunció el ceño. Y claramente, siguió su orden.
Ahora, tal vez, lo comprendía. La mirada de Jane era afligida, el dolor puro se demostraba y no se ocultaba, como quería mostrar. Podía observar su existencia como una niña rebosante de alegría, y el intruso que llegaba a quitar su trono de princesa, y futura reina. Observaba su reacción al momento de conocer el paradero de su primo, los chillidos seguían aturdiendo sus oídos; sus gritos, exclamaciones, maldiciones. Observaba su desesperación al verlo postrado en esa camilla, con doctores a su alrededor; con aparatos desconocidos que, según ellos, salvarían su vida.
Observaba los arañazos que le invadían. Katie los sentía, las ganas de gritar hasta quedarse ronca, los ojos desorbitados de llanto, balbuceos torpes.
—Yo sé, Kate. No me lo repitas. — pronunció por lo bajo. La mencionada miró sus manos, arrepentida. Sin embargo, un débil gemido se escuchó. Impredecible, como sólo él sabía serlo. Sus manos comenzaron a moverse, sus ojos a parpadear.
—Mierda, mucha luz. — se quejó, intentando cubrirse con sus brazos. Jane rió a su lado, casi de inmediato los azulinos ojos de Niall se posaron en su cuerpo. Una sonrisa débil pero alegre cruzando su rostro. Katie se preguntó cómo era que seguía con esa actitud, ¿cómo no podría derribarse?
—¡Hey! Miren quien está aquí, la grandiosa de Jano. — comentó, la sonrisa aún no caía. La rubia alzó las cejas sorprendidas, él había utilizado su apodo de niños; era por eso mismo que no quería venir. No era que no quería verlo, sólo ver su rostro extasiado de placer al hablar con ella le producía estragos, intentando recapacitar cómo estaba tan bien cuando ella se desmoronaba en una fina máscara. ¿Era egoísta, o realista?
—Jano suena mal, rubio. — sorbió su nariz y restregó con su manga los ojos. Parpadeó un par de veces, y se inclinó de nuevo. Besó con ternura su frente.
—Pero me encanta escucharlo de tus labios, hace que luzca mejor.
Niall lanzó una carcajada, recomponiéndose en su totalidad. Aunque Katie sabía que no era cierto, amaba escuchar su risa; a su parecer, era como un tintineo de campanas.
—Hola, Katie. Es lindo verte de nuevo. — susurró. Su expresión era indescifrable. Su rostro pálido, sus labios rosáceos, daban un aspecto que ella no quería entender, pero no descartaba la idea de que seguía siendo adorable.
—Yo también estoy contenta de verte, Ni. — se levantó del sillón de manera perezosa, y se sentó a su lado. Se inclinó, su aliento golpeteando su piel; casi murmurando en su oído. —Estoy contenta de que hayas despertado, pronto, lo harás todos los días. Ya te mejorarás, y juntos, podremos lamer las gotas de lluvia. — terminó el suave murmullo, oliendo su cabello con el propósito de ocultar las lágrimas que comenzaban a caer.
Katie Williams era una chica simpática, risueña. No le tenía miedo a nada, absolutamente a nada; eso quería creer. Era divertida, encantadora, débil, inquieta y tenía miedo.
Miedo de perderlo.
Ella jamás lo haría, el temor se iría.

...

hola<3, aquí la segunda parte del shot jks scratches. {niall horan} 2841648573

no quedó tan bien, y bueno, quedó abierto pero, eso lo dejo a conclusión de ustedes(?) ah. ily<3.

por Invitado Dom 20 Oct 2013, 2:35 pm

Oh my gosh scratches. {niall horan} 961472736

¿Por qué escribís tan bien?

¿Por qué amo tanto tus historias?

ahsjdkagdjahs ay Shia me harás llorar ;-;

Nialler<333 Katie<333 Jano<333

Está hermoso scratches. {niall horan} 4242539333

Te amo hija mía scratches. {niall horan} 2841648573

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