I'll protect you {ZIAM}

Liam Payne observaba atentamente las joyas del mostrador. Sus ojos estaban fijos en los anillos de compromiso. Miró de hito en hito dos que habían captado su atención.  Tragó saliva y le sonrió a la dependienta que no le quitaba la vista de encima. Se llevó una mano a la nuca y la acarició pensativo. Aquella decisión era muy difícil. Todos los anillos era bonitos, todos tenían un brillo peculiar. Algunos tenían más diamantes incrustados que otros pero eso no hacía que fueran más hermosos. A Liam le gustaban las cosas sencillas, baratas y simples. Suspiró. Aquello era misión imposible. Se sobresaltó un poco cuando su acompañante le dio una palmada en la espalda.

-¿Qué? ¿Te has decidido ya?-preguntó Andy sonriéndole. El castaño miró apenado los anillos encima del mostrador para luego negar con la cabeza.

-¿Estás seguro de que Linda dirá que sí?- preguntó sin dejar de mirar las joyas. Su amigo chasqueó la lengua y miró al techo. Liam observó a Andy. Habían sido mejores amigos y vecinos desde pequeños. Tenía que ayudarle y más en esta decisión tan importante. A veces envidiaba un poco la vida de Andy, pero tampoco había sentido nunca la necesidad de estar con una chica. Suspiró y señaló uno de los dos anillos que le gustaba.-Ese estará perfecto. Le encantará- comentó. Pudo ver como una sonrisa iluminaba el rostro de su acompañante y se sintió feliz por él.

-Espero que diga que sí. Llevamos seis años de relación y no puedo esperar más. Me estoy haciendo viejo, Liam- rio Andy. Liam sonrió. Esperaron juntos a que la dependienta metiera el anillo en una cajita y luego en una pequeña bolsa. El castaño esperó paciente a que su amigo pagará y salieron de la tienda. Caminaron uno al lado del otro en silencio. Liam sabía perfectamente que su amigo tenía algo que decirle y no se atrevía. Lo conocía bastante bien. Justo cuando estaba a punto de ofrecerle ir a tomar algún dulce o café para merendar, Andy habló.- Liam.

-¿Hmmm?-contestó el nombrado.

-¿Por qué nunca has tenido novia?-preguntó con curiosidad su compañero. Liam se quedó pensativo unos momentos. Era una pregunta difícil la cual requería una buena respuesta. Pero ni siquiera Liam sabía cuál era esa respuesta.  Siguió caminando en silencio.

-Andy, sabes que mi trabajo no me ayuda demasiado a la hora de tener relaciones. Pasó demasiadas horas resolviendo asesinatos y desapariciones-se excusó. No estaba seguro de lo que acababa de decir, pero era cierto.

-Eso no es excusa, Liam. Mírame a mí; paso más tiempo en el hospital que en casa y tengo a una novia que es perfecta en todos los sentidos y que espero que acepte mi propuesta de matrimonio-comentó Andy con una sonrisa de oreja a oreja. Esa pizca de envidia volvió a atacar a Liam pero lo dejó pasar. Estaba siendo egoísta e infantil con aquellos pensamientos.

-Entonces será que aún no he encontrado a esa chica perfecta en todos los sentidos- bromeó el castaño mirando a su amigo, imitando lo que este había dicho. Andy le observó un poco molesto justo cuando un chico pasó entre ellos a toda velocidad, empujando a Liam sin querer.- ¡Eh!-empezó a protestar pero se quedó boquiabierto cuando vio que una panda de tíos perseguían al chico. Caminó unos cuantos pasos apresurados sin dejar de observar al muchacho que huía de los demás. Llevo su mano al cinturón, donde guardaba su pistola y, cuando escuchó un disparó, desenfundó y echó a correr detrás del grupo sin hacer caso a los gritos de las personas que habían alrededor. Sin hacer caso a las bocinas que hacían sonar los conductores que estaban a punto de atropellarle. Sin hacer caso a los gritos de Andy mientras lo llamaba desesperadamente. Pudo ver de pasada como el grupo se adentraba en un callejón sin salida. Liam pensó un segundo que debería llamar y pedir refuerzos pero no tenía tiempo. Aquellos tipos iban armados y podrían hacerle daño al otro chico. Entró en el callejón de un saltó mientras apuntaba con la pistola a todas partes pero no había nadie. Liam bajó el arma con lentitud mientras miraba a su alrededor. Nadie. Relajó sus músculos. No tenía ni la menor idea de donde se había metido el grupo de chicos así que, dio media vuelta y decidió volver con Andy, pues estaría preocupado. Fue entonces cuando lo oyó. Un grito. Una especie de alarido lleno de dolor que venía de uno de los almacenes. Alzó de nuevo su pistola y se acercó a la puerta del edificio la cual estaba entreabierta. Liam frunció el ceño. Aquello era extraño, a no ser que esperasen a alguien más. Tomó aire antes de pegarle una patada a la puerta y abrirla de par en par.

-¡Todos con las manos arriba!-gritó mientras entraba y analizaba la escena. Había unos cuantos tipos pateando al chico que huía, el cual estaba tirando en el suelo, jadeando. Un hombre gordo y barbudo observaba la escena. Iba armado. Todos se quedaron mirando a Liam, algunos sorprendidos, otros asustados. La paciencia del agente se estaba acabando.- ¡Tiren las armas y…!-no terminó la frase cuando uno de los tipos le tiró un cuchillo. Sin dudar, Liam apretó el gatillo y la bala salió disparada hacia la frente del agresor, matándolo al momento. Entre ese pequeño momento de confusión, todos los demás tipos salieron corriendo hacia el fondo del almacén, donde había una pequeña puerta trasera, y huyeron. El agente no quería matar a nadie más, así que los dejó ir. Sin embargo, el tipo gordo se quedó allí de pie, apuntando con su arma al chico que perseguían, el cual se había puesto  y miraba de forma desafiante al hombre. –Señor, deje el arma en el suelo y dese la vuelta despacio-dijo Liam en voz muy alta para que pudiese ser escuchado y  sin dejar de apuntar a aquel tío. Pero este no le hizo caso, ni siquiera se inmuto cuando oyó la voz de Liam. Simplemente, disparó contra el chico. Un segundo después, Liam disparó contra el tipo quien cayó al suelo justo al tiempo en el que la bala se le enterraba en el hombro. El castaño observó al chico. Estaba tirado en el suelo y no se movía. “Mierda, mierda. Por dios, no. Dios, Dios, Dios” pensaba el agente a medida que corría hacia el joven. Se agachó a su lado y suspiró aliviado al ver que respiraba y se encontraba consciente.

-So…Solo me ha rozado. El… cuello-murmuró el chico con dificultad. Liam lo observó detenidamente. Tenía el pelo negro y revuelto. Su tez era morena y sus ojos tenían un peculiar color marrón que hizo que el estómago del agente se revolviese. Bajo ellos se encontraban unas pequeñas ojeras. Una barba de tres días adornaba su rostro, el cual tenía una herida que sangraba, y lo hacía parecer mayor. Dirigió su mirada al cuello del chico y pudo comprobar que estaba sangrando. Apretó aquella herida con fuerza mientras se quitaba su camisa, dando gracias a alguna divinidad por tener la manía de llevar una camiseta debajo de la otra prenda.

-¿Cómo te llamas?- preguntó Liam mientras hacía presión con la camisa en la herida de bala que tenía el chico en el muslo.

-Estás sangrado-comentó  el moreno señalando la cara del agente. Liam lo miró extrañado para luego llevarse una mano a la mejilla. Era cierto. Tenía un pequeño corte allí, seguramente del cuchillo que le había lanzado el criminal de antes. El chico bajó el brazo con una mueca de dolor dibujada en su rostro.

-Será mejor que no te muevas-dijo el castaño. Sintió la presencia de alguien más en el almacén y cogió su arma sin pensar. Levantó la mirada, apuntando al sujeto que estaba en la puerta parado para después darse cuenta de que era Andy. No venía solo.

-Liam-jadeó su amigo al ver la escena. El tipo gordo se encontrada aun tirado en el suelo, tapándose el mismo la herida. Junto a él estaba el cadáver del que le había tirado el cuchillo a Liam.- Traje a una policía, por si tenías…

-Andy, ven rápido. Necesito que revises sus heridas-lo interrumpió el castaño sin ni siquiera mirar a la chica vestida de policía que había junto a Andy. Ambos se aproximaron con rapidez al cuerpo del moreno. El chico miró con desconfianza a recién llegado y jadeó de dolor cuando el médico le puso las manos en el abdomen y pecho.

-Parece que tiene alguna costilla rota…Pero no estoy seguro-comentó Andy mientras chequeaba la herida del cuello.- Liam, puedo llamar a una ambulancia. Está perdiendo mucha sangre.  El hospital en el que trabajo está a unas cuantas manzanas de aquí.

-Estaría bien. Aunque también quiero que llames a Linda. Quiero que venga a limpiar este desastre y a levantar un informe. Me haré cargo de las muertes, no pasa nada-dijo el castaño sin quitar ojo al chico. Su amigo se levantó mientras sacaba un móvil de su bolsillo y se alejó.

-¿Cómo te llamas, cielo?-preguntó con tono dulce la policía. Liam alzó los ojos y recordó que antes había hecho esa misma pregunta, pero no había sido contestada. Observó como el moreno estudiaba a la mujer con la mirada.

-Zayn…Zayn Malik-contestó dudoso para luego tragar saliva. El rostro de la policía se volvió pálido de golpe. Había una mezcla de sorpresa y temor en sus ojos.

-Y… ¿Cuántos años tienes, Zayn?-preguntó la mujer. Algo en su voz le dijo a Liam que estaba siendo muy cuidadosa. Pero, ¿por qué?

-Veinte añ…-comenzó a decir Zayn pero, antes de que pudiese terminar la frase, se había desmayado. Liam le agarró y lo atrajo a su pecho.

-Eh, chico-murmuró sacudiéndole. Observó que la respiración del joven se ralentizaba por momentos. “Mierda” pensó Liam. Pasó un brazo por la espalda de Zayn y otro por sus piernas para luego levantarlo.-Andy-buscó a su amigo con la mirada. Allí estaba, hablando con alguien por teléfono.- ¡Andy!-gritó más fuerte. Andy se giró para mirarle y abrió la boca cuando lo vio con el moreno en brazos-Necesita ayuda urgente, no puede esperar a la ambulancia.

-Liam, ya he avisado al hospital. Tiene que aguant…

-¡NO!- gritó el castaño. Andy lo miró con sorpresa.- No voy a dejar que este chico muera, lo siento. La ambulancia le servirá a ese -comentó Liam señalando con la cabeza al tipo gordo tirado en el suelo. –Dile a Linda que vaya a verme al hospital. Nos vemos-dijo y, sin darle oportunidad a Andy de rechistar, salió corriendo de allí con Zayn en sus brazos. Apretó el cuerpo del moreno contra su pecho mientras corría entre la gente, pidiendo paso. Ni siquiera sabía por qué hacía eso. Podría haber esperado a la ambulancia. Pero, solo el hecho de pensar que el chico que llevaba en sus brazos podía morir, hacía que un nudo se le formase en la garganta. ¿Qué diablos le pasaba? No pasaron ni diez minutos cuando ya se encontraba a las puertas del hospital, aferrando el cuerpo de Zayn contra el suyo.

-¡Ayuda! ¡Soy agente del FBI y necesito ayuda urgente!-gritó al entrar en el edificio. En seguida dos enfermeras se acercaron a él.-Me llamo Liam Payne, soy agente del FBI y este chico necesita ayuda urgente-informó Liam a una de las enfermeras quien acercó una camilla rápidamente y empezó a preguntar por los datos de Zayn.-Solo sé que se llama Zayn y tiene veinte años-dijo Liam mientras ponía con cuidado al moreno sobre la camilla. Fue entonces se dio cuenta de que estaba despierto. ¿Cuánto llevaba consciente?

-Tengo que irme…No puedo…-murmuró con dificultad. Liam se acercó él y le acarició la frente, sintiendo ante este contacto un gran escalofrío por todos los rincones de su cuerpo.

-Aquí estarás bien, Zayn-dijo llamándolo por primera vez por su nombre.  Después de esto, el moreno volvió a un estado de inconciencia y se lo llevaron. Liam se sentó a esperar en la sala de familiares. Observaba sus manos ensangrentadas mientras los médicos iban y venían y el tiempo pasaba. Una enfermera se acercó a él y se arrodilló delante de Liam.

-No es profundo, así que no habrá que ponerte puntos-comentó la chica. El agente frunció el ceño. Estaba confundido hasta que la enfermera  acarició con un algodón su mejilla. Supuso que había aplicado algo en él, ya que la herida le escoció un poco. Antes de que pudiese darle las gracias, escuchó su nombre. Se giró y se encontró con Linda y Andy. Este último venía vestido con el uniforme del hospital. La primera que llegó a su lado fue Linda.

-¿Cómo está el chico?-preguntó sin saludar siquiera.

-No lo sé-contestó Liam. Andy informó que iba a ver cómo estaba Zayn y despareció.- ¿Qué hay del tipo gordo?- preguntó  el castaño con curiosidad. Observó cómo Linda agachaba la mirada y se permitió unos segundos para mirarla. Su pelo negro estaba sujeto en una coleta y parecía más mayor. Liam aún no se explicaba como una chica tan dulce como Linda había terminado en el FBI.

-No pudieron hacer nada-contestó Linda secamente. El castaño suspiró y se llevó una mano a los ojos para rascarlos.-No te preocupes, Liam. No levantarán cargos. Solo te darán unos días y volverás al trabajo.-La chica colocó una mano en la espalda del agente. Liam se preguntó si su amigo se había atrevido ya a pedirle matrimonio. –Liam.

-¿Sí?-contestó el nombrado.

-¿Estás seguro que el que está ahí adentro es Zayn Malik?

-Claro que sí, Linda. ¿Por qué?- Liam la miró extrañado. Sin embargo, la chica miraba al suelo desconcertada.

-Liam, Zayn Malik lleva desaparecido seis años.