—ᴀʙsᴛʀᴀᴄᴛ ɴᴏɴsᴇɴsᴇ {нαrryѕтyles}

por **Alina.** Sáb 05 Oct 2013, 2:55 pm

Titulo: abstract nonsense.
Adaptación: si.
Género: romance, suspenso.

Advertencias: violencia; escenas fuertes.
Otras páginas: no.

$—ᴀʙsᴛʀᴀᴄᴛ ɴᴏɴsᴇɴsᴇ {нαrryѕтyles} 2_zps9a133d04$
Hubo un tiempo en que recé porque Rachel fuera real.
Hasta la noche en que me enteré de que siempre había planeado matarme.

Cuando _____ tenía siete años, se cayó de un edificio.

Nadie creyó su afirmación de que fue empujada por Rachel... su amiga imaginaria.

Llevó años de terapia convencerla de que Rachel no era real, y ahora, con diecisiete años, _____quiere hacerse bailarina. Pero un accidente mortal le envía un mensaje aterrador: Rachel está de vuelta, es real, y no se detendrá ante nada para matarla. Para complicar las cosas, está Harry, el chico malo de la escuela que está siendo acosado por su propio némesis invisible de la infancia. Ambos unen sus fuerzas para aprender por qué sus torturadores imaginarios están de vuelta. Su investigación les lleva a un horrible descubrimiento... y a la terrible experiencia que los vincula entre sí.

Hola! Me llamo Alina me pueden decir Mila. Tengo 16 años y soy Mexicana;
estuve leyendo esta adaptacion en un pagina y no dude en ponerla aqui, por que !me encanto!
Les voy diciendo que no es de terror, yo dijo que es mas como de suspenso

+Di NO a los fantasmas;
+Por cada comentario te regalo muchos gracias
+NO necesitare chicas, gracias.
+ Es una adpatacion.

por **Anna Tomlinson** Sáb 05 Oct 2013, 3:01 pm

Hiiiii!!
Me llamo Anna y soy de Barceelona :P
Me atrapo muchisimo la sinopsis!! Espero que la sigas pronto y aki tienes una fiel lectora ;)
Xxoxo :bye:

PD. Si necesitas chicas, ya sabes ;)

por **Alina.** Sáb 05 Oct 2013, 3:34 pm

Anna Tomlinson escribió:
Hiiiii!!
Me llamo Anna y soy de Barceelona :P
Me atrapo muchisimo la sinopsis!! Espero que la sigas pronto y aki tienes una fiel lectora ;)
Xxoxo :bye:

PD. Si necesitas chicas, ya sabes ;)

Hola Anna! Yo me llamo alina y soy de méxico, me alegro que te gusto! En cuanto vea mas comentarios subo el primer capitulo, por el momento no necesitaré chicas pero si se da el caso yo aviso, adios —ᴀʙsᴛʀᴀᴄᴛ ɴᴏɴsᴇɴsᴇ {нαrryѕтyles} 2841648573

—ᴀʙsᴛʀᴀᴄᴛ ɴᴏɴsᴇɴsᴇ {нαrryѕтyles} 2841648573

por **FutureWifeHoran_1D** Sáb 05 Oct 2013, 5:19 pm

Hola me llamo marcela y soy de chile! :D me encanto espero subas un capitulo pronto ^^ :aah:

por **Alina.** Sáb 05 Oct 2013, 6:27 pm

FutureWifeHoran_1D escribió:Hola me llamo marcela y soy de chile! :D me encanto espero subas un capitulo pronto ^^ :aah:

Helloooow marcela!! Que bueno que te gusto en serio!
Luego subo el primer capitulo linda —ᴀʙsᴛʀᴀᴄᴛ ɴᴏɴsᴇɴsᴇ {нαrryѕтyles} 2841648573

por **disappear.** Sáb 05 Oct 2013, 7:10 pm

jsndkjasdn ¡Hola! Acá nueva lectora c: kjasdnakj me ha encantado la sinopsis. Me gusta leer suspenso si la historia está bien escrita, jsndas y creo que esta lo estará. Me encanto, sinceramente es muy atrapante la historia bc si no es una amiga imaginaria es de verdad y ya no la tomaran como loca ksjadnkasj me imagino que debería sentir mucha impotencia jsknka además caerse del piso de un edificio no es poca cosa kjasdna. Espero la subas pronto, no prometo comentar seguido pero estaré chequeando c: sjdnask beso<3

por **gumball123** Sáb 05 Oct 2013, 7:42 pm

HOLA!!!
aca nueva lectoraaaaa
Me gusto muuucho la sinopsis
Espero que la sigas pronto
Yo estare esperando el primer cap
Saludos
Tu nueva lectora
Bye
:-)

por **Alina.** Sáb 05 Oct 2013, 7:56 pm

truelove. escribió:
jsndkjasdn ¡Hola! Acá nueva lectora c: kjasdnakj me ha encantado la sinopsis. Me gusta leer suspenso si la historia está bien escrita, jsndas y creo que esta lo estará. Me encanto, sinceramente es muy atrapante la historia bc si no es una amiga imaginaria es de verdad y ya no la tomaran como loca ksjadnkasj me imagino que debería sentir mucha impotencia jsknka además caerse del piso de un edificio no es poca cosa kjasdna. Espero la subas pronto, no prometo comentar seguido pero estaré chequeando c: sjdnask beso<3

Hola! Que bueno que te gusto, ¿que feo no? que no le crean nada y casi la mata; en serio que tiene mucho mucho demasiado y lo que le sigue de suspenso —ᴀʙsᴛʀᴀᴄᴛ ɴᴏɴsᴇɴsᴇ {нαrryѕтyles} 2841648573

Si puedo subire el primer capitulo mas alrato o sino mañana. !Saludos!

por **Alina.** Sáb 05 Oct 2013, 7:57 pm

gumball123 escribió:HOLA!!!
aca nueva lectoraaaaa
Me gusto muuucho la sinopsis
Espero que la sigas pronto
Yo estare esperando el primer cap
Saludos
Tu nueva lectora
Bye
:-)

Hola! ¿Que tal? Gracias por comentar, lo aprecio mucho enserio.
Me alegro que te haya gustado, hare lo posible por subir el primer capitulo mas alrato o sino mañana.
¡Adios!

por **Alina.** Sáb 05 Oct 2013, 8:14 pm

Hola Chicas! Me alegro que les haya gustado la sinopsis, espero que les guste la historia y sigan leyendola y comentandola.
Tratare, hare lo posible por subir el primer capitulo mas alrato, despues de que regrese de una cena familiar, o sino se los subo mañana sin falta, Gracias!
Cambio y fuera —ᴀʙsᴛʀᴀᴄᴛ ɴᴏɴsᴇɴsᴇ {нαrryѕтyles} 2841648573

por **Alina.** Sáb 05 Oct 2013, 8:24 pm

Prólogo

$—ᴀʙsᴛʀᴀᴄᴛ ɴᴏɴsᴇɴsᴇ {нαrryѕтyles} Tumblr_msiv8xxmmA1sz7j2wo2_500$

_____ Wells

Hubo un tiempo en el que recé porque Rachel fuera real.

Durante esas largas noches sola en el hospital, cuando mamá y papá se iban para pelear en la privacidad de nuestro hogar, cuando todo lo que podía sentir era dolor, y dormir permanecía fuera del alcance —la cuerda de un globo rebotando contra el techo—, deseé y deseé, y recé porque Rachel fuera una chica real.

Me mantenía bien quieta, concentrándome con todo lo que tenía hasta que podía distinguir su vestido y la parte de atrás de su brillante cabello castaño, hasta que podía ver esos traviesos ojos azules dándome un vistazo sobre su hombro. Sabía que estaba sonriendo, aunque nunca veía su rostro.

Sus ojos me decían que estaba sonriendo. Hacían promesas que sabía que ella iba cumplir. Prometían diversión, carcajadas y escape de un mundo de afiladas agujas y comida con sabor a alcohol y a malvaviscos quemados. Durante un año, todo había tenido un sabor carbonizado, arruinado. Papá dijo que era un efecto secundario de los medicamentos que usaban para hacerme sentir mejor. Dijo que el helado sabría bien de nuevo una vez que estuviera bien. Una vez que estuviera bien, bajarían mis dosis y vería cuán maravilloso sabía todo, cuán maravilloso olía todo, cuán maravilloso sería comer, correr, jugar y ser la niña sana que nunca había sido.

Pero no estaba bien.

Las palpitaciones cerca de mi corazón —pájaros atrapados en una jaula de huesos— se estaban debilitando, pero parecía estar tomando demasiado tiempo. Tenía siete años de edad. Un mes era demasiado tiempo. Un año era una eternidad. Había estado atrapada por una eternidad en esa cama con sábanas rasposas, en esa habitación con el suelo frío que podía sentir incluso a través de mis pantuflas y la enfermera de noche, que olía tan fuertemente a café que parecía que se había bañado en él.

Quería salir. Quería una forma de olvidar. Rachel me dio las dos.

La había seguido fuera de mi habitación antes, siguiéndola para aventurarnos en la cafetería cerrada o arriba, en el techo donde habíamos bailado bajo las estrellas, pero esa noche fue diferente. La apestosa enfermera estaba en su escritorio cuando Rachel se escabulló en mi habitación. Siempre había esperado hasta que la enfermera se iba para rellenar su taza antes de hacerme señas hacia el pasillo. No esta vez. Ahora, caminó directamente hacia el escritorio, agarró la taza de la enfermera, y la tiró.

El líquido caliente salpicó el frío azulejo. El rancio aire del hospital floreció con un intenso y amargo olor. La enfermera chilló y se dirigió para limpiar el desastre y casi me desmayé.

Esa taza de café lo había confirmado. Mi madre estaba equivocada. Rachel no era una amiga imaginaria. Rachel era real. La vi golpear un historial médico del escritorio, con asombro, más emocionada de lo que podía recordar.

Vamos, tonta. Escuché su voz en mi cabeza, más fuerte que antes.

Sus ojos azules destellaron por encima de su hombro antes de que se diera la vuelta y corriera. La seguí, deslizándome más allá de la todavía encorvada enfermera y perseguí a Rachel. Mi corazón retumbaba débilmente en mis oídos; mis pulmones luchaban por inhalar respiraciones más profundas de las que estaba acostumbrada. No era tan fuerte como Rachel, pero estaba más fuerte. La medicina estaba funcionando. Por primera vez, creí en la promesa de mi padre. Iba a estar bien. Iba a crecer para ser alta y fuerte y poner los miserables días de mi infancia detrás de mí.

Y Rachel estaría ahí conmigo, una amiga real que sólo yo podía ver, un pedazo de magia que sólo yo podía tocar.

Seguí su risa y el suave golpeteo de sus zapatos por un pasillo y luego otro, más allá de las habitaciones que olían a enfermedad y a dolor, más allá de los amortiguados sonidos de un desvelado niño viendo Bob Esponja después de hora, más allá de los pitidos de las máquinas, los zumbidos de las luces fluorescentes y las interminables paredes de concreto, con sus alegres murales pintados por niños que estaban muertos. Había fantasmas en el noveno piso del Baptist Memorial, el lugar donde los niños iban a morir, pero Rachel no era uno de ellos. Estaba más segura de eso que nunca.

Vamos, casi estamos allí. Podía oír el entusiasmo en su voz y me apresuré hacia las escaleras que marcaban Sin Salida, las únicas que llevaban hasta el techo y las estrellas. El hospital estaba apartado de la carretera, rodeado de grandes árboles de pino que se burlaban de los enfermos niños de adentro con su verdor. En una clara noche, siempre había estrellas.

Me pregunté ¿si íbamos a bailar esta noche? Me pregunté ¿si esta vez sería capaz de oír la música que Rachel oía? Ella había dicho que las estrellas podían cantar y un día yo las oiría.

Quería escucharlas. Mucho.

Me apresuré hacia la escalera de caracol, sin aliento y con un sabor salado en mi lengua en el momento en que llegué a la parte superior, y tiré de la puerta. De repente estaba terriblemente sedienta, pero ignoré la comezón en mi boca. No era una cosa inteligente por hacer cuando se tiene diabetes, pero no me importaba. No quería pensar acerca de estar enferma. Rachel era real, el mundo ya no era el mismo lugar aburrido y sin esperanza. Era algo más, algo encantado.

El gris ceniza del techo brilló ante mí a la luz de la luna, un camino cubierto de diamantes, un campo lleno de luciérnagas donde Rachel y yo podíamos jugar sin ser observadas. La vi de pie en el lado opuesto de la gran extensión. Por una vez, me miraba directamente en vez de asomarse sobre su hombro. Su cabello colgaba en brillantes ondas sobre su rostro, ocultando sus rasgos, pero sabía que iba a ser capaz de verla si me acercaba más.

No podía esperar para verla. Quería ver su sonrisa, quería reír y tirar mis delgados brazos alrededor de su cuello y girar. Nunca había tenido una mejor amiga antes. Quería agradecerle a Rachel por venir por mí, por elegirme a mí, de entre todas las otras pequeñas niñas enfermas en el mundo.

Corrí, saltando por encima de las irregulares partes del techo, llena de luz y alegría. Sabía que el final estaba cerca. Pronto estaría fuera del hospital para siempre, pronto estaría libre de los exámenes, medicamentos y dolores en la noche.

Quizás más pronto de lo que piensas. Ella levantó su rostro.

La luz de la luna era una mano atrapándola bajo su barbilla, sosteniéndola en su lugar, obligándome a mirar larga y fijamente, y verla por lo que realmente era.

—Rachel —jadeé, una parte de mí pensando que, diciendo su nombre, arreglaría las cosas.

No podía.

Rachel estaba rota. Donde su boca debería haber estado, había sólo una delgada línea de color rojo, una herida que se abría y sangraba cuando sonreía. Rachel no era real, después de todo. Y ella no era mi amiga.

Para cuando vi el lugar destrozado en la pared alrededor del techo, el que Rachel había estado bloqueando con su delgado cuerpo, yo ya estaba volando a través de él. Me retorcí en el aire, tomando una respiración y sosteniéndola como si me mirara a mí misma desde la distancia. Podía ver el terror en mi propio rostro, ver mis brazos y mis piernas agitarse a través del aire en contra del fondo de completa oscuridad.

No había estrellas. Estaban ocultas detrás de las nubes, renuentes de ser testigos de mi asesinato.

Ella siempre había planeado matarme. Sentí la verdad en los impacientes dedos que usó para sacar mis manos de la piedra de la que había tenido la suerte de aferrarme. Ella negó con emoción mientras sus uñas se enterraban en mi piel. Me aferré y grité, largo, duro y fuerte, el sonido de la celebración de mi recién descubierta salud. Nunca había sido capaz de gritar así antes.

Creo que ese grito salvó mi vida. Ese grito hizo que una mujer dos pisos más abajo abriera su ventana y mirara hacia afuera, y arriba, justo a tiempo. A pesar de que estaba enferma —con un cáncer que después la mató—, me alcanzó. Y cuando sus brazos se cerraron alrededor de mi cintura, ella no me dejó ir, incluso cuando el impulso de mi caída casi la empujó fuera de la ventana.

El periódico lo llamó un milagro. Mi madre lo llamó un intento de suicidio. Mi padre lo llamó un horrible efecto secundario de una sobredosis de medicina experimental. Mis doctores cambiaron mi tratamiento, mi madre trajo a un psiquiatra, y aprendí a decir que Rachel era un producto de mi propia imaginación que no volvió nunca más.

Mentí.

Durante días, semanas —una segunda eternidad de estar acostada en mi cama rezando que no oyera los zapatos golpeando en el pasillo—, mentí. Pero ella siempre venía.

Al principio con amigables y traviesos ojos, tratando de atraerme como lo había hecho antes, y luego con cuchillos que había robado de la cafetería y jeringas con fluidos que intentaba deslizar en mi intravenosa. Dedicó su imaginaria existencia a mi muerte, y con cada intento conseguía acercarse más y más a matarme. Viví con temor de que, tarde o temprano, me atraparía distraída y nuestro terrorífico juego estaría acabado.

Entonces, un día, ella sólo… se fue.

Me tomó meses confiar en que Rachel realmente se había ido, años para convencerme a mí misma de que sólo había sido una loca niña enferma con una hiperactiva imaginación. Pero finalmente lo hice. Lo logré, me mejoré, salí del hospital y nunca miré hacia atrás.

El día antes del accidente era una niña con determinación promedio. Conseguía A’s y B’s y una ocasional C, estaba obsesionada con convertirme en una bailarina profesional, escribía cosas enojada acerca de mi madrastra, en mi diario, y soñaba con el día en que sería libre para ser todas esas cosas que iba a ser.

No soñaba con la muerte, pero parecía que la muerte había estado soñando conmigo.

por **gumball123** Sáb 05 Oct 2013, 8:46 pm

HOLA
aca yo denuevo
Esta muuy interesante la nove
Es muy genial
Sube el siguiente cap cuando puedas
Yo estare esperando con muchas ansias el siguiente cap
Saludooos
Tu lectora
Byeeeeeeee
:-) o_O

por **Anna Tomlinson** Dom 06 Oct 2013, 3:04 pm

Wow. Simplemente lo amé. Espero que cuelgues pronto y perdón x tardar taanto en comentar, tube un dia largo y ocupado...
Xxoxo
:bye:

por **Alina.** Mar 08 Oct 2013, 9:57 pm

Capítulo 1

$—ᴀʙsᴛʀᴀᴄᴛ ɴᴏɴsᴇɴsᴇ {нαrryѕтyles} 1_zps8e562c00$
____ Wells

El autobús huele a diesel, sándwiches viejos, a fantasmas de sudorosos jugadores de fútbol, y a oportunidad. Dulce y brillante oportunidad. Inhalo profundamente y casi sonrío, pero no. Incluso en un día como éste, con el sol de invierno brillando a través de las ventanas del autobús y doce horas completas de libertad y la posibilidad de explorar la ciudad de Nueva York extendiéndose ante mí como cuentas de colores brillantes sobre un alambre, no hay razón para que baje la guardia.

No sonrío cuando la gente está mirando. No frunzo el ceño, tampoco. Me esfuerzo por ser neutral y equilibrada.

Cada mañana de invierno, me pongo los pantalones de color caqui, una camisa blanca con cuello, y un suéter azul. Todos los días, me cepillo el largo cabello, de color marrón rojizo, en una baja cola de caballo y coloco rímel y un toque de brillo de labios. Luzco ordenada y bonita, lo suficiente para no ser objeto de burlas, simple y modesta como para no ser amenazante.

Agradable. Invisible. Justo la manera en que me gusta.

—¿Así que le entregaste a tu madrastra la nota? —pregunta Mina. No paso por alto la excitación depredadora en su voz.

Mina es raramente agradable, y nunca invisible. Hoy, ella lleva la falda azul y blanca del uniforme enrollada en la cintura, para lucir más sus fuertes piernas de bailarina, junto con temibles botas negras de motociclista. Su pelo negro, corto hasta la barbilla, está planchado en agresivos picos y su delineador de ojos es espeso y hostil.

Si ella no fuera ocho centímetros más baja que yo, nunca hubiera sido lo suficientemente valiente para decirle "hola" en su primer día de clase de ballet dos años atrás. Mina era aún más aterradora entonces, antes de que obtuviera las calificaciones suficientes para entrar en la Preparatoria Madisonville y se viera obligada a retirar sus numerosos piercings y adherirse al código de vestimenta del colegio privado.

—¿Ella aún no cae a cuenta de que tu no la consideras como tu mejor amiga? — pregunta Mina, en una imitación perfecta del tono optimista de la vivaz de mi madrastra—. ¿Lloró porque los últimos cuatro años de amor y dedicación de madrastra no han ganado tu corazón? —Aprieta sus manos contra su pecho y finge un sollozo.

Ayer por la noche, después de dos horas de ensayo del Cascanueces con Ivon la Destructora de pies y almas, yo estaba lista para crear un drama por mí misma. Había probado el sabor metálico de los problemas en mi lengua cuando Mina y yo redactamos la carta de chantaje, y me gustó mucho.

Me esfuerzo por la neutralidad y el equilibrio en la mayoría de las cosas, pero en lo que a madres en mi vida se refiere, mayormente trato de no ceder a la tentación de envenenar su crema sin lácteos. Tanto mi madre como mi madrastra, Penélope, son intolerantes a la lactosa. Es lo único que tienen en común, aparte de casarse con mi padre. Ambas hacen mi vida difícil, mamá porque ella no puede ser molestada, Penny porque ella molesta demasiado.

—No se la entregué. Decidí esperar —le digo a Mina.

—¿Qué?

—Casi son vacaciones de Navidad. Voy a estar atrapada en la casa a solas con ella por días, mientras papá está en el trabajo. Si está molesta, va a rondar por ahí actuando patética y me sentiré muy mal.

—Ella va a convencer a tu papá de que eres demasiado joven para ir, y perderás tu lugar si esperas mucho más tiempo para pagar el depósito. —Mina camina hacia la parte de atrás en el autobús, se pone de puntillas a la caza de dos asientos vacíos uno junto al otro. Pero los chicos de último año en frente de nosotras son altos, anchos y se están tomando su tiempo. Ella se vuelve hacia mí—. Tienes que mostrarle que no vas dejarla arruinar tu vida.

Suspiro. Perder el campamento, de ocho semanas, de danza de la Facultad de Artes en la ciudad de Nueva York el próximo verano probablemente no va a arruinar mi vida, pero no va a ayudar a mi carrera tampoco. Mina y yo seguimos siendo sólo estudiantes de segundo año, pero los bailarines necesitan estar listos para ir a trabajar directamente salidos de la escuela secundaria, o antes. No es que quiera ser bailarina de ballet. Tengo diferentes metas, metas que nunca voy a decirle a Mina. Nuestro supuesto deseo mutuo de sangrar en nuestras zapatillas de Oops! para ganarnos la vida es el pegamento que mantiene unida nuestra amistad.

Mi única amistad. No siento la necesidad de más, pero no quiero perder a Mina. A pesar de sus defectos, ella es una buena amiga. Leal, pero carece de ese deseo de intimidad extrema que he notado en otras relaciones de mejores amigas. Nos decimos muchas cosas una a la otra, pero no todo. Eso me gusta. Se siente... seguro.

—Sabes que ella es la que toma las decisiones, no tu padre, ¿verdad? Quiero decir, que no está bien. Ni siquiera está realmente relacionada contigo.

—Lo sé —digo—. Ya se me ocurrirá algo. Es que... no me sentí bien con ello cuando llegué a casa.

Bromear secretamente con Mina acerca de delatar a Penny sobre los cientos de dólares que gasta en su hermano perdedor cada mes es una cosa. Amenazar con exponerla es otra. Penny es una molestia, pero ella cuida de mí a su manera, controladora y algo maniática. Y no puede evitar mentirle a mi papá. Él no cree en la caridad para los familiares. Mi madrastra está tratando de hacer lo que siente que tiene que hacer por su hermano mientras mantiene feliz a su marido. No importa lo mucho que me molesta su constante metida de nariz en el asunto de mi "crianza" — desde su psicótica atención a mi alimentación, a los forzados viajes familiares por diversión—, todavía siento un cierto grado de simpatía por ella.

Después de todo, ¿no he dicho mi cuota de mentiras en nombre de mantener feliz a papá?

—Eres demasiado buena —dice Mina—. Es un problema.

Mis labios se estiran en una línea, elevándose en los bordes.

—Voy a trabajar en la búsqueda de mi mal interior.

—Sí, haz eso. —Ella le da otra mirada desagradable a los muchachos que pierden el tiempo en el pasillo frente a nosotras y tira del llavero de zapatillas de ballet que cuelga de la cremallera de mi mochila—. He oído que los espectáculos de Navidad son grandes lugares para conectar con el mal interno.

—Probablemente. Santa es bastante terrorífico cuando piensas en ello.

—Totalmente terrorífico. ¿Realmente tenemos que ir? ¿No has visto la entrepierna de las Rockettes suficiente?

La ansiedad aprieta la piel en mi cuello, por lo que me arrepiento de abotonarme la parte superior de la camisa.

—Me gustan las Rockettes.

—¿En serio?

—En serio.

No, en realidad no. No me gustan las Rockettes, me encantan las Rockettes. Me encantan tanto que quiero ser una de ellas. Olvida las zapatillas de Oops!, dame zapatos de tap y patadas altas. Mina se moriría si lo supiera. Así como mi padre. Ballet como una opción de carrera es bastante malo, pero por lo menos es "culturalmente relevante".

—Bien. —Mina pone los ojos en blanco y mi garganta se afloja—. Pero el próximo año vamos al Met. —Ella se da la vuelta y pisa con fuerza en el suelo. El chico frente a ella, un estudiante de último año con cabello castaño, mira por encima de su hombro y sonríe.

A pesar de su factor de miedo, Mina es muy, muy bonita.

—¿Cuál es el problema, Zayn? —pregunta Mina, una mezcla perfecta de coqueteo y molestia en su tono.

No estoy sorprendida de que ella sepa el nombre del tipo. La Preparatoria Madisonville está dividida en campus de chicos y campus de chicas, pero todos se reúnen para paseos, bailes y cosas de caridad. En los últimos dos años, Mina se ha encargado de saber los nombres de todos los chicos de buen aspecto en Madisonville y ha salido en citas con más de un puñado de ellos. Me arrastró a una de ellas una sola vez. La doble cita terminó poco menos de una hora después de que comenzara. Estaba demasiado nerviosa para decirle una palabra al muchacho que su cita había traído para mí.

Creo que su nombre era Niall, pero no puedo recordarlo realmente. He tratado de bloquear su nombre y rostro de mi memoria, era lo mejor para no ruborizarme de un rojo brillante la próxima vez que lo viera. Él no está en el viaje de hoy, eso lo sé.

—Krista y sus secuaces están tardándose una eternidad. —Zayn asiente con la cabeza hacia la parte posterior del bus, donde un puñado de chicas de último año organizan almohadas, mantas y pequeños televisores portátiles, todos conectados a una laptop a través de una red de cables.— El viaje a la ciudad sólo tarda dos horas, pero se ven como si estuvieran preparándose para un vuelo trasatlántico.

—Fabuloso. Me pregunto qué vamos a ver ahora. ¿Crepúsculo, Luna Nueva, Eclipse o Amanecer? —Mina rueda los ojos de nuevo. Su lápiz de ojos hace que se vean aún más intensamente azul. Realmente bonitos. Puedo decir que Zayn los ha notado, pero no se da cuenta de que me doy cuenta. La gente por lo general no lo hace.

—Yo no voy a ver nada. —Él se desliza en el asiento a su izquierda—. Voy a dormir. Puedes sentarte conmigo, si quieres. —Él asiente con la cabeza al espacio vacío a su lado.

Está tratando de mantenerlo casual, pero puedo decir que está interesado en Mina. Me pregunto si es sólo porque ella es bonita o si ha oído las historias. Según la leyenda, Mina es "buena en la cama." No sé si eso es cierto o no. Mina y yo no hablamos de esas cosas. Creo que se puede decir que el sexo me desconcierta y que prefiero mantener el misterio. No importa que vaya a tener diesiocho años en junio. El sexo es una cosa de adultos para mí. Tal vez es porque soy muy delgada y plana de pecho que todavía me siento como una niña. Tal vez sea porque, imaginarme desnuda, piel contra piel, con otro ser humano me da escalofríos.

Por lo que puedo decir, tocar, abrazar, la cercanía en general, está sobrevalorada. Prefiero ser inviolable, sola en mi cuerpo, sin que nadie intente cerrar la brecha entre una persona y otra. Yo había forzado suficiente cercanía cuando era pequeña, cuando decenas de médicos y enfermeras con sus herramientas y frías manos daban por sentado el hecho de que podían tocarme cuando quisieran.

—¿En serio? —Mina inclina la cadera contra el asiento. Su falda se eleva, revelando aún más de su muslo—. ¿Así que consigo que verte dormir todo el camino a New York? Suena divertido.

Oh no. Ella no lo haría. ¿O sí?

por **Alina.** Mar 08 Oct 2013, 10:06 pm

Zayn sonríe.

—Soy lindo cuando duermo.

—¿Quién te dijo eso? —Mina se desplaza más cerca. Mis dientes rechinan. No lo haría. No dejaría que me sentara sola. Ella sabe que no tengo a nadie más.

—Mi madre. —Zayn parpadea con sus grandes ojos marrones, preguntándose si Mina captó la broma.

Risa baja, un ronroneo de aprobación, y Mina se desliza en el asiento al lado de Zayn.

—Está bien, pero si roncas y babeas lo grabaré y lo publicaré en YouTube.

El pánico se derrama en mi torrente sanguíneo y nada a través de mis venas, apretando mi garganta, doblando mis dedos, haciendo que mi vejiga duela a pesar de que he usado el baño justo antes de subir al autobús. Los pocos pasos de vacío delante de mí, donde Mina y Zayn estaban de pie un segundo antes, se extienden por kilómetros.

La chica detrás empuja mis hombros con su aliento caliente. Me tengo que ir, encontrar otro asiento, pero no puedo poner mis pies en movimiento.

—No te importa, ¿verdad, _____? —Los ojos azules de Mina encuentran los míos, preguntando si entendí el mensaje. Claro que lo hago. No soy tan ignorante como cree que soy. Ella está enojada porque no le di a Penny esa carta, frustrada por el hecho de que estoy haciéndola ir a ver a las Rockettes, por tercer año consecutivo.

Este es mi castigo.

Sacudo la cabeza, la lengua demasiado pesada para formar palabras. Gracias a Dios, mis pies comienzan a moverse por su cuenta, arrastrándome por el pasillo. Llego a la telaraña de cables de las chicas de último año y tengo que concentrarme en subir un pie y pasar, moviendo mis pies de forma segura hacia abajo del otro lado. La acción me tranquiliza. Pasos de danza, es sólo como pasos de baile coreografiados, una serie de organizados movimientos que me llevan a donde tengo que ir, al lugar preestablecido en el escenario. No hay incertidumbre, no hay necesidad de tener miedo.

Mis manos tiemblan sobre el cuero gastado de los asientos a cada lado del pasillo, con los ojos mirando a la ventana trasera y la palanca de emergencia roja debajo. He llegado al final de la línea.

—¿Estás bien?

Giro hacia la voz. Pertenece a un chico, que yo reconozco, pero no es una de las conquistas de Mina. Mina sólo pretende ser mala. En realidad ella tiene que estar en casa a las once, va a misa todos los domingos con su familia, y cuida a sus dos pequeños medios hermanos cada miércoles por la noche. Ella nunca ha escrito una carta diciéndole a su padrastro cuanto odia la forma en que dice cosas malas sobre su padre biológico, nunca escapa por su ventana de la planta baja, y nunca le ha replicado a un maestro o entregado su tarea un día tarde, o ha llevado el pelo suelto para clase de ballet.

Su mayor acto de desafío es perpetrado con su lápiz delineador de ojos.

No es así con este chico. Él es realmente malo. Fue suspendido dos veces el año pasado, una vez por golpear a un asistente del entrenador durante la práctica de lacrosse. En ese momento, todo el mundo estaba seguro de que sería expulsado para siempre. Él tiene una beca estudiantil. Se espera que tenga un excelente comportamiento, agradecido por el regalo que le han dado. Y aunque su familia fuera la principal contribuyente de la Preparatoria Madisonville, hay una política estricta de “no violencia". No se nos permite golpearnos entre sí, y mucho menos a un maestro, incluso si es sólo un asistente del entrenador.

Pero llegó agosto, y allí estaba él, Harry Styles en carne y hueso, encorvado sobre la mesa de registro de las actividades extraescolares, inscribiéndose para el programa de deportes en el otoño, después de la escuela. Su rizado cabello castaño despeinado en la forma en que siempre tuvo, sus brillantes ojos verdes agudos y vigilantes, extranjero en una sala llena de gente que nunca había considerado si eran depredadores o presa. Bueno... la mayoría no lo había considerado. Hay una razón por la que juego la carta de la diabetes para salir de cualquier cosa remotamente parecida a un deporte de competición en la clase de gimnasia.

No es así con Harry. Juega todos los deportes conocidos por el hombre y es extraordinario en cada uno. He visto lo que su cuerpo puede hacerle a otros muchachos en el equipo de lucha libre, observé la violencia contenida en la forma en que empuña el bastón de lacrosse. Todos sospechan que la promesa atlética es la razón por la que se le permitió quedarse, a pesar de que es probablemente peligroso y aterrador, sin duda.

Harry no tiene un solo amigo en la Preparatoria Madisonville. Él es el único muchacho que he visto que puede jugar con un equipo, pero no parece una parte de él. Él no bromea o sonríe con los otros chicos, él no sale con alguna de las chicas. Él es un extraño en todos los sentidos de la palabra. Lo veo en la ciudad, al menos una vez a la semana, pero siempre solo. Ni siquiera los más duros, más fríos, chicos citadinos se acercan a él.

Bien podría tener cinta amarilla de precaución alrededor de su cuerpo.

—¿Estás bien?

Y está preguntando si estoy bien.

—¿_____?

Y sabe mi nombre. Sus ojos se deslizan hacia la parte delantera del autobús y luego a mí.

—Siéntate. —Su mano se cierra alrededor de mi muñeca. Su dedo y el pulgar se superponen, comenzando un segundo viaje alrededor de mi brazo. Mi brazalete de diabética se desliza hacia abajo para rozar contra su piel, pero él no parece darse cuenta.

Bien. No me gusta que la gente lo sepa si puedo evitarlo. Mi diabetes es leve en comparación con lo que era cuando yo era una niña, pero aun así... es algo que me gusta mantener en secreto. Ignorarla. A pesar de que hago una nota mental para comer el pastelillo que hay en mi mochila antes de que pase mucho tiempo, antes de que la inyección de insulina que me di hace unos minutos en el baño entre en acción, me las arreglo para pasar por alto en gran medida las matemáticas asociadas con el manejo de la diabetes.

No se puede ignorar el hecho de que Harry me está tocando. Él está mirándome a los ojos, esperando una respuesta. Esperando acción.

Si alguien me hubiera dicho que esto iba a suceder, habría estado aterrorizada. Mi ataque de pánico después de la salida de Mina se habría desvanecido a un pequeño temblor en mi radar, en comparación con el terremoto de esta interacción. Un chico me está tocando, y no sólo cualquier chico, sino Harry Styles.

Pero esto se arrastró en mí inconsciente, en el momento de ser tirada hacia abajo en el asiento vacío al lado de Harry. Su mano es cálida y firme, pero extrañamente apacible. Es como si supiera lo ridículamente difícil que el solo de danza en la parte posterior del autobús fue para mí, como si entendiera lo que se siente el ser rompible.

—Es el último asiento vacío. —Su tono es despectivo, pero sus dedos permanecen en mi muñeca antes de alejarse. Cruza los brazos y se vuelve hacia la ventana, pero sus hombros son tan amplios que su cuerpo todavía roza el mío.

El lugar en el que nos tocamos tiene por sí mismo un ataque de pánico en miniatura. La piel bajo mi suéter quema caliente y luego fría, las terminaciones nerviosas se hacen trizas y se reforman a raíz de este nuevo descubrimiento impactante.

El descubrimiento de que tal vez la separación no es tan deseable como yo había pensado, que, tal vez, sólo tal vez, las brechas entre las personas están destinadas a ser cerradas.

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—ᴀʙsᴛʀᴀᴄᴛ ɴᴏɴsᴇɴsᴇ {нαrryѕтyles}

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