I knew you were trouble. [Zayn Malik y Lenna Blaide]

Nombre: I knew you were trouble.
Autor: nothingtofix y @helloswagon.
Adaptación: No.
Género: Tiene de todo un poco, en realidad.
Advertencias: Escenas subidas de tono. Vocabulario vulgar.
Otras páginas: Sí.

Hola, vengo a hacer un comentario pequeño. Soy Jo, y mi amiga se llama Victoria, pero díganle Vicky porque se pone de mal humor...
Espero que este fanfic les guste.

Capítulo 1.

"Una carrera. Millones de espectadores gritando y sacudiéndose; alentando el sonido de los motores rugiendo, viendo como las ruedas de los grandes autos acarician de una manera perspicaz la acerca.
Y un solo ganador."

— ¡Se acerca una curva cerrada! —Anunció mi copiloto.

Moví el volante de mi coche de carreras, haciendo que doble forzadamente.

— ¡Tienes que derribar a ese auto, Lenna! —Objetó.

Pasé de cambio y apreté con más fuerza el volante, mi pie no se movía del acelerador, y mis nervios no paraban de aumentar.

— ¡Última vuelta, derríbalo! —Trabajo hecho.

Mi pie hundió el pedal haciendo aumentar mi velocidad notablemente. Y de a poco logro pasar al flamante auto del invicto. Estaba emocionada, quería terminar la carrera de una vez. 
Las personas siguen gritando, alentándome y otros abucheándome.

— ¡Lo tienes! —Rió mi copiloto, festejando el primer lugar en la carrera. Por ahora.

Bajé del auto, con una sonrisa victoriosa en mis labios. Nadie creería que una mujer como yo, ganaría una carrera como esta.
Moví mi vista hacia el otro corredor, él me estaba observando con el ceño un poco fruncido.
Lancé una sonrisa antes de quitar mi casco.

— ¡Lo lograste, Lenna! —Los brazos de mi copiloto rodearon mi cuerpo, alejándome del suelo.

—Tú también lo lograste, Harry. —Recordé, abrazándolo.

Pasé una mano por mi cabello hacia atrás, sacando las mechas de mi frente. Miré hacia mi alrededor con una flamante sonrisa, todos estan gritando y la pista vibra bajo mis pies. Esto se sentía tan bien.

Entrelacé los dedos con mi copiloto, Harry Styles y ambos levantamos las manos. Los festejos se hicieron mas intensos y los aplausos se hicieron presente a mi alrededor, haciendo que mi emoción aumente.

Subimos al podio, primer lugar. Lluvia de papeles por todos lados, esto es tan asombroso. Me gustaría vivir este momento para siempre. 
Me puse la gorra de promoción en mi cabeza y me subí al escalón del primer lugar. En el segundo lugar está el invicto, que ahora ya no es invicto, Zayn Malik y su copiloto, Holly McKay. Ambos con una sonrisa de comercial.
No podía creer que acababa de vencer a Zayn Malik, el invicto desde hace tres temporadas.
Los productores me trajeron la botella de Champagne, la tomé en mis manos y me acerqué al barandal, para ver a todos los espectadores festejando conmigo este maravilloso momento. Sacudí la botella y la descorché. Ese líquido dulce se esparce por todos lados y yo grité de alegría viendo como uno de mis sueños mas grandes se hace realidad justo aquí y ahora.

Todo eso terminó, y yo me fui a los bastidores, para sacarme este traje que me vuelve tan inmovilizable.
Alcancé la cremallera de mi espalda y la bajé, dejando que la parte de arriba caiga hacia abajo y deje mi torso desnudo. Usualmente no llevo ropa debajo porque se me hace muy incómodo.

—Gran carrera, Blaide.

Gracias a Dios estoy de cara a la pared y no frente a un espejo. 
Mi cuerpo se sobresaltó y cubrí la parte de adelante de mi cuerpo antes de voltear confundida. 

— ¿Zayn? —Pregunté, confundida. Él estaba en la entrada, apoyado contra el umbral, cruzado de brazos. Imagen del chico sensual y perfecto que él afirma ser.

—Ése es mi nombre. —Sonrió, con una sonrisa de marca registrada.

— ¿Qué quieres? —Cuestioné, tratando de subir la cremallera de mi traje. Estaba nerviosa porque no debió entrar así a los bastidores. La puerta estaba cerrada, no debió haber entrado de esa forma.

—Pasaba a felicitarte. Nada más. —Dijo.

Ah, qué considerado.

—Pues gracias. —Respondí, secamente.

No tengo una buena relación con los hombres. Quizás sólo me llevo bien con Harry, pero es solo por el simple echo de que es mi copiloto, y hemos pasado mucho tiempo juntos. Sé que él es una buena persona.
En cambio, Zayn, no era nada. Él puede ser el chico más hot y sensual sobre la tierra, pero nada me da indicios de que pueda confiar en él. Por lo menos no por ahora.

— ¿Te ayudo con eso? —Preguntó, mirando mi esfuerzo por alcanzar la cremayera.

Es demasiado insistente, y yo solo quiero cambiarme e irme para celebrar con mi familia y mis amigos el primer lugar.

—Puedo sola. —Avisé.

Sentí su mano rozar un poco mi piel, y subir la cremallera de mi traje.

— ¿Te hace falta algo más? —Cuestioné, ya un poco irritada.

Esbozó una sonrisa lobuna y misteriosa.

—Si comenzamos a hablar de todo lo que quiero en este instante... —Me observó bien.

Suspiré y llevé mis dedos al puente de mi naríz.

—Zayn, tengo que cambiarme, mi familia me está esperando. —Espeté, rogando a Dios que se vaya de una vez.

—Eres tan desconsiderada. Vengo a felicitarte y me hechas. —Murmuró, fingiendo estar herido.

No tengo tiempo para esto.

—Ya te agradecí. ¿Quieres que lo haga de vuelta? Gracias. Ni modo. Tu también hiciste buenas curvas. —Musité, dejando que el aire lleno de frustración salga de mi cuerpo. Espero que eso sea suficiente para él.

Una sonrisa de suficiencia con un deje de gracia se dibuja en su rostro.

—Conozco mejores curvas. —Admitió, recorriendo mi cuerpo lentamente y sin pudor con su mirada oscura.

Una sonrisa maligna se dibujó en su rostro, acercándose un par de pasos y poniendo una mano apoyada a la pared, al costado de mi cabeza.

—Aléjate. —Soltó una sonrisa.

— ¿Y que si no lo hago? —Interpeló.

—Será mejor que lo hagas. —Amenacé, mientras me acerco a su cuerpo tocando su pecho, rozando nuestros rostros. Rió roncamente, y acarició mi brazo.

—Oblígame. —Susurró.

Sonreí de costado, y levanté mi rodilla.
Antes de que pudiera golpearlo, él me da vuelta como si estuvieramos bailando, y apoyó mi espalda contra su pecho, apretándome contra él.
Sus labios comenzaron a rozar mi cuello suavemente. Sabia que estaba sonriendo, podia sentirlo.
Tenía que alejarlo de mí ahora, e irme a otro bastidor. 
Sentí como él levantaba su mano y empezaba a bajar la cremayera de mi traje, de a poco.
Suficiente.
Arrojé un codazo a sus costillas, logrando alejarme de él, para darme vuelta y poder estrellar mi mano contra su 'perfecto' rostro.

—No vuelvas a tocarme. —Finalicé, antes de llevar mi cuerpo al bastidor de al lado.

Esta vez, cerrado con seguro.
Maldito atrevido. ¿Quién se creía que era él para venir a coquetear conmigo como si fuera una cualquiera?
Aunque debía admitir que fue muy divertido ver su cara cuando casi lo beso. Era asi como "si, lo logré." 
Reí por lo bajo, si. Fue divertido.
Salí de los bastidores cambiada con mi short, blusa y mis converse, guardando las cosas en mi bolso, choqué con alguien.

Harry.

— ¿No estabas en el otro bastidor?

—Si, estaba en el otro bastidor, pero es una larga historia... —Respondí y solté una sonrisa.

—Bueno, iré a cambiarme. —Su cuerpo pasa por al lado mío.

Cuando creía que ya no estaba, sentí sus manos jalar de mi cintura, y pegarme contra la pared.
Sus brazos estaban alrededor de mi rostro, impidiéndome escapar.

— ¿A dónde vas así vestida? —Preguntó, sonriendo.— Porque si no vas a ningún lado, hay una pizzeria cerca...

—Lo siento, Harry, pero hoy no. —Sonreí.

Hizo un puchero con sus labios.

— ¡No hagas eso! —Cerré mis ojos mientras tapaba mi rostro con mis manos, riendo.

Harry lanzó una carcajada.

— ¿A dónde tienes que ir? —Cuestionó, luego de que destapé mi vista.

—A la casa de mi familia, ya sabes, quieren verme. —Me encogí de hombros.

Capítulo 2.

Amanecí debido al sonido de mi despertador, que suena todos los días a las nueve.
Saqué las sábanas de un tirón y me adentré al baño.
Luego de mi ducha, caminé hasta la gran cocina de mi casa, para ir hasta la mesada de mármol gris en donde se escontraba el frutero.
Tomé una manzana roja y la remojé con agua antes de darle un mordisco.
Caminé con la manzana hacia la puerta, para abrirla y recoger el periódico que estaba doblado en tres.
Me senté en la mesa del comedor para terminar mi manzana y abrí el periódico.
En la tapa, con una gran imágen que demuestra todo mi orgullo, muestra cómo yo logré salir en primer lugar, dejando al invicto en segundo puesto.

Sonreí al ver la imágen. No podía creer que estaba en la portada del periódico.
Salté de mi silla, caminando hasta el living y tomando el control remoto que pronto encendió la televisión.
En las noticias estoy yo, y mi primer puesto.

Esto era grandioso.

A las nueve y media salí de mi casa con ropa deportiva, hacia el parque que a esta hora suele estar vacío.
Troté hasta allí, y di un par de vueltas para entrar en calor.
Al terminar de hacer tres vueltas, me agaché para tomar un poco de aire, poniendo mis manos sobre mis rodillas.

—Uf, esa sí es una muy buena vista. —La voz de mi amigo Harry habla detrás de mí, haciendo que me dé vuelta. 

Él estaba sonriendo graciosamente, lo que provocó que yo ruede los ojos y me acerque a él.
Tenía una musculosa blanca que se adaptaba a su figura, y ésta estaba húmeda. Parecía que había estado corriendo aquí hace unas horas.
Sus brazos despiden pequeñas gotas de sudor y su respiración apenas es agitada.
Sep, estuvo corriendo.


Tomé de mi botella una gran cantidad de agua. Justo antes de alejarla Harry empujó mi botella hacia adelante, haciendo que me moje.

— ¡Harry! —Regañé con el ceño fruncido, viendo como mi amigo se reía a carcacajas.

Me levanté de donde estaba sentada y lo perseguí mientras él corría. Siempre me ganó en las carreras, yo no soy de correr muy rápido.
Harry se dio vuelta y tomó mis muñecas impidiendo que yo pueda atacarlo de alguna forma.

— ¡Fué una broma! ¡Lo siento! —Rió él— ¡Eso te pasa por no querer ir a comer una pizza conmigo! —Dijo con el mismo tono gracioso.

— ¡Eso no fué mi culpa! —Murmuré fingiendo estar enojada, pero a la vez riendo.

— ¡Si la fué! —Comentó él de vuelta, largando una risa.

— ¡Eres un idiota! —Dije.

Él volvió a reir sonoramente y me llevó hasta su cuerpo, estrechándome contra su pecho desnudo.

— ¡Harry, estas todo sudado! —Bromeé.

—Lo sé, soy irresistible.

Me alejé de él haciendo fuerza con las manos y eché el agua de mi botella en su cuerpo, haciendo que este se moje y gotee por todas partes. Lo que me hizo reir.

Volví a sentarme otra vez en el césped, saqué de la mochila de Harry una toalla para secar mi rostro y la parte de atrás de mi cuello, para luego dejarla en el césped.

Cuando fijé mi vista en Harry de nuevo, él estaba acostado boca abajo, con los dos brazos húmedos a sus costados, hizo fuerza con ellos y se elevó hacia arriba.

Ah, es ese típico ejercicio de 'lagartijas' que los hombres suelen hacer, y que es casi trabajo imposible para las mujeres, por alguna razón.
Hizo un par de esos, casi siempre los hace luego de correr. 

—Lenna, hazme un favor. ¿Podrias sentarte así como estas ahora sobre mí?

Mi carcajada resonó por todo el parque. Harry haciendo lagartijas con una persona encima de él. 
Si, claro. Y yo soy Madonna.

—Estas loco, yo no puedo hacer eso. Tal vez te rompas algo. —Me excusé.

—No voy a romperme nada, ¿podrías? —Dijo él apoyando su pecho desnudo sobre el suelo, como si su espalda fuera una pista de aterrizaje o algo asi.

—No quiero usarte como banqueta, Harry.

—No me estarías usando como banqueta, estarías ayudándome con mis ejercicios. ¿Por favor? —Rogó

Suspiré bajando la cabeza, y me levanté del suelo. 
Caminé hasta él y pasé una pierna para cada lado, agachándome hasta estar sentada encima de él, luego de eso, crucé las piernas y esperé hasta que él se eleve conmigo encima.
Wow, de verdad podía hacerlo.
Pudo notar en sus brazos que hace más fuerza de lo normal, pero él parecía tener el control de ello.

—Siento que voy a quebrarte algún hueso. —Admití.

Harry comenzó a soltar carcajadas, pero aún así, siguió haciendo flexiones.
Podía sentir su espalda vibrar debajo de mi cuerpo.

—Oh, lo siento, soy fortachón y puedo levantar a una chica de 19 años, aún mientras me río como una cabra. —Dije imitando su voz, lo cual lo hizo reír peor.— ¿Puedo bajar, Harry? —Pregunté.

—Sí. —Respondió, calmando su risa.

Me hice a un lado, y Harry se dio vuelta, mostrando sus hoyuelos en una enorme sonrisa.
Harry agarró su botella, que todavía contenía agua, y volvió a mojar todo su torso, y su rostro.

— ¿Quieres un poco? —Me ofreció su botella.

—Bueno. —Estiré mi brazo para tomar la botella, pero él estreyó el agua en mi rostro, mojando toda mi musculosa, y mi short.

Harry comenzó a reír, pero dejó de hacerlo cuando tomé mi botella y mojé sus rizos. Movió su cabeza repetidas veces, como lo hace un cachorro apenas sale del agua.
Me lanzó una sonrisa y cuando menos lo esperé, su cuerpo estaba sobre el mío.

—Te atrapé. —Rió.

Las gotas de sus, ahora empapados, rizos, caían sobre mi rostro. Contando las gotas que su rostro ya tenía.
Pasé mi mano por su cabello, peinándolo hacia atrás. 
Su torso desnudo estaba a centímetros de mi musculosa mojada.

—Es lindo verte empapada... —Dijo, sonriendo pícaramente.

Se veía demasiado provocativo todo mojado...
Él estaba apunto de besarme, cuando mi celular comenzó a sonar.

Capítulo 3.


Harry dejó salir un suspiro frustrado por sus dientes y dejó caer su cabeza, en señal de fastidio.
Parece que alguien ha arruinado sus planes.

—Lo siento. —Dije.

Me moví un poco, alcanzando mi celular sin movernos de la posición, y miré el identificador. 

Zayn.

¿Desde cuándo tengo a Zayn en mi teléfono? Iba a atender, pero al parecer Harry tiene otra idea.

Él me ganó y sacó el celular de mis manos.

— ¡Harry, no! —Murmuré, tratando de alcanzar mi teléfono de vuelta.

Él miró el identificador y noté como frunció el ceño. Creo que esto no va a ser bueno.
Él contesta sin siquiera pedir permiso, con un tono enojado o molesto.

—Hola. —Habló con la voz dura y seca. Él espera a que Zayn le hable a cambio de una respuesta— Harry, Harry Styles. —Hace una pausa, escuchando del otro lado de la línea— Aquel mismo, y si. Interrumpes algo importante.

Traté de quitarle el pequeño aparato de sus grandes manos, pero él movió su cuerpo, alejándose completamente de mi. Movió su cabeza un par de veces, rociándome con el agua que caía de sus rizos mojados. Arregló su cabello, sin dejar de escuchar a Zayn.

—No te interesa saber qué interrumpes. —Estaba bastante enojado.

Harry estiró su mano para levantarme de un solo tirón. Podía escuchar las quejas de Zayn, pero no entendía nada de lo que decía.

—Deja de molestarnos, Zayn. Aléjate de Lenna. —Se había sobrepasado.

Traté, reiteradas veces, de quitarle el celular, pero fueron intentos fallidos, ya que Harry comenzó a correr por todo el parque. 
Era más que obvio saber que jamás lo atraparía y le sacaría mi teléfono. Sus piernas eran más largas, y él hacía más ejercicio.

— ¡Harry! —Grité. Quería mi teléfono.

Trató de reprimir una sonrisa y se detuvo. Su pecho subía y bajaba agitadamente.
Me escondí detrás de un árbol, y cuando él comenzó a buscarme, corrí hacia su espalda y me trepé por esta. Le quité el celular de la oreja, pero cuando iba a hablar, él ya había terminado la llamada.

— ¡¿Qué fue lo que hiciste, Harry?! —Pregunté confundida.

Él me cargó en su espalda y me llevó hasta el lugar donde estábamos.

— ¡Harry Styles, bájame! —Ordené, gritándole.

Él no me dijo nada, solo me colocó en el suelo de vuelta y se sentó en el césped, a mi lado.
Soltó mi celular en el piso, como si ya no le diera importancia o como si le tuviera desprecio.

— ¿Por qué atendiste el teléfono? ¡Es mío, era mi llamada! —Regañé.

Harry se encogió de hombros y buscó en su mochila otra botella de agua.
¿Tenía un refrigerador ahí dentro?

— ¿Desde cuándo tienes su número? —Preguntó él, con cierto desdén en su tono.

Subió la botella hacia sus labios y bebió de ella, dejando caer un par de gotas por los costados de su boca.
Fruncí el ceño.

—Yo... yo no lo se. —Dije en voz baja mirando mi celular.

Era raro, en ningun momento le pedí a Zayn su número, nunca lo agendé.

—No lo sabes. —Probó el. Clara señal de que no me creía.

—No, no lo sé. Hablo en serio, no sabía que lo tenía agendado. —Excusé.

—Claro, seguro.

Bueno, si la situación hubiera estado invertida, y fuera yo la que tuviera que creerle a él, no le habría creído. Estaba en su derecho de hacerme una... ¿Escena de celos?
No, si eso era una escena de celos entonces no estaba en su derecho.

— ¿Qué te dijo? —Cuestioné.— Se escuchaban sus gritos, estaba molesto.

—Él interrumpió —Dijo sin mirarme, observando la botella de agua en su mano—. Y yo se lo dije, no fue mi culpa.

—Como sea, no quiero que vuelvas a tocar mi celular. Las llamadas son privadas. —Objeté.

Guardé mi celular en el bolsillo de mi pantalón deportivo, y me levanté, sacudiendo mi pantalón.
Estaba molesta, no debio haber tomado mi telefono, y menos atenderlo.
Empecé a caminar en dirección a mi casa, dejando a Harry atrás.

—Lenna, espera. —Él habló a mis espaldas, y yo me detuve, viendo como se ponía adelante mío.

Tenia su mochila puesta, pero no se habia puesto la camiseta aun, la tenia colgada en su mochila, del lado derecho.

—Lo siento. —Se sinceró— No debí tomar tu celular, o atenderlo.

—No, no debiste. —Insistí.

—Es que fue raro, se supone que él es la competencia. ¿Por qué hablas o fraternizas con la competencia?

—No fraternizo con él —Dije—. Ni siquiera sé cómo llegó ese número a mi teléfono. —Admití— Se supone que eres mi amigo, ¿podrías creerme? Me ayudaria mucho. —Terminé.

Él suspiró y pasó la mano por su cabello aún húmedo y luego la deslizó por su nuca, para despues dejarla caer pesadamente de nuevo al costado de su cuerpo.

—Claro, tienes razón. Lo siento. ¿Podrias perdonarme?

— ¿Tengo otra opción? —Dije con una media sonrisa.

—No. —Rió él— Muero de hambre y tu casa es la más cercana.

Rodeé los ojos y acerqué mi mano para sacudir su cabello mientras caminábamos de vuelta a mi casa.

Abrí la puerta de mi casa girando la llave y ambos entramos, mientras Harry arrojaba su mochila que tenia el sudor de su espalda en mi sillón.
Generalmente, odiaba esas cosas, pero él era mi mejor amigo, no iba a preocuparse mucho por eso.

—Estuvimos en televisión hoy, y en el periódico. —Comenté.

— ¿De verdad? —Preguntó él con una sonrisa incrédula dibujada en sus labios. Yo le sonreí de vuelta, asintiendo con la cabeza.

Él fué por una manzana a la cocina y cuando volvió le mostre el periódico.
Soltó una risa vaga y se llevó el diario al sillón para leerlo ahí. 
En realidad yo ni siquiera lo había leído.
Me acerqué hasta detras de él y apoyé mis antebrazos en el sillón, viendo lo que él veía, por encima de su hombro desnudo y aún un poco húmedo.

—Escucha esto —Empezó, yo rei por lo bajo y me incorporé poniendo las manos en cada uno de sus hombros, para apretar ligeramente hacia abajo, lográndo hacer masajes—: El día de ayer el equipo de Lenna Blaide y su copiloto, Harry Styles, dejó atrás al dúo invicto desde hace tres temporadas, Zayn Malik y Holly McKay —sonreí para mis adentros—. Si bien en el podio no demostraron una actitud hostil, se sabe muy bien que el equipo de Malik y McKay no están contentos con esto. —Harry se interrumpió a si mismo con una risa divertida, y yo lo acompañé en su diversión.

— ¿Deberían estarlo? —Cuestioné yo, hundiendo más mis manos en su piel y en distintas direcciones. 

Él tiró su cabeza hacia atrás dejando salir un gemido de sus labios mientras cerraba los ojos, disfrutando el contacto.

—No lo sé, no lo creo. —Rió él, mirándome de cabeza con sus ojos verdes brillantes y con una sonrisa. Apreté de nuevo sus hombros y volvió a soltar el aire en forma de gemido, otro—. Deberías considerar ser mi masajista personal.

Yo reí. Estaba loco.
Saqué mis manos de sus hombros y él se levantó del sillón para ir de nuevo hasta la cocina.
Era su lugar favorito de la casa.
Tomó del refigerador la jarra de jugo, mientras yo me sentaba en la mesada, con los pies colgando. 
Él se puso en frente mío, delante de mi rostro, mientras se servía juego en un vaso que sacó de la alacena.

— ¿Cuándo es la próxima carrera? —Interpelé.

—En dos días. —Respondió antes de llevarse el vaso a la boca.

Él me ofreció el vaso aún con jugo en él, y yo negué con la cabeza, diciéndole que no quería.
Dejó el vaso a un costado y apoyó las manos a los costados de mis muslos, para luego mirarme.

— ¿No estás saliendo con Zayn, cierto? —Preguntó él con una mirada expectante.

—No estoy saliendo con Zayn, Harry. ¿Por qué te preocupa tanto? —Cuestioné con el ceño fruncido.

—Pues...

—No quiero que hagas una escena de celos. Es ilógico. —Musité.

—Para mí es bastante lógico. —Objetó.

—¿Por qué?

—Porque no me agrada la idea de que salgas con él, o que te llame y todo eso. —Dijo con una mirada oscura, pero sincera.

Yo reí para mis adentros, soltando un poco de aire entre mis dientes. No podía creer que Harry se esté comportando así.
Tomé aire, llenando mis pulmones y diciéndome que mantenga la calma. No podia decirle cualquier cosa, era Harry.

—Harry, no pasa nada entre Zayn y yo. No creo que lo adecuado sea hacerme una escena de celos, porque... es decir, no tienes por qué preocuparte de eso. Soy tu amiga, no tu novia. Y...

Iba a terminar esa idea que rondaba por mi mente, pero él tomó aire vorazmente y rodeó mi cintura con un solo brazo para atraerme hasta él rápidamente hasta chocar con su cuerpo.
Insitintivamente puse las manos en su pecho y lo miré con el ceño fruncido; estaba confundida, por no decir aturdida.

—Es que sí, mierda, estoy celoso.

—Harry… —Quise decir su nombre como una advertencia, pero salió más como una plegaria.

Antes de que yo pudiera detener cualquiera de sus pensamientos o de sus actos, él tomó mi mentón y acopló sus labios con los míos, para empezar a moverlos suave y lentamente. 
El beso era demasiado tierno como para negarlo, o incluso detenerlo.
Corrí mis manos hasta su nuca y las enredé en sus rizos mientras él corría y arrastraba sus labios hacia la derecha, por la comisura de mis labios, hasta mi mandíbula y finalmente a mi cuello, mordisqueando mi piel suavemente.

Capítulo 4.


Los labios de Harry subieron a mi boca, presionando nuestros labios con la misma intensidad de antes. Mis manos masajeaban sus rizos, haciendo que suelte algunos gemidos.
Nuestro beso se fue intensificando. Mientras yo jalaba suavemente de los rizos de Harry, él devoraba mis labios seductoramente.
Esto era pecado. Esto estaba mal.
Quizás Harry era la persona más deseable y sensual del mundo, pero besarlo estaba mal. Jamás besaría a mi mejor amigo.

—Harry... —No podía hablar porque sus labios no se separaban de los míos.

Jaló de mi cuerpo un poco más, haciendo que suelte un pequeño grito, y obligándome a enredar mis piernas en su cintura.
Mierda, esto sería más complicado que cualquier cosa. Él tenía una erección.
Creo que detener a Harry iba a ser como correr un maratón estando en silla de ruedas.
Alejé mis manos de sus rizos, y las apoyé en su hombro desnudo.
Mi cuerpo chocó contra una pared, y un gemido escapó de mis labios.
Empujé un poco su cuerpo, separando nuestros labios. Harry enfocó su vista en mis ojos.

— ¿Por qué me detienes? —Cuestionó, respirando agitadamente.

—Esto no está bien, Harry. —Enredé mis manos en su cuello, estaba a punto de caerme del cuerpo de Harry.

— ¿Justo ahora tienes que detenerme? —Frunció su ceño.

Mordí mi labio, estaba lamentándome mentalmente por haber hecho lo que hice debajo de sus boxers.

— ¿Preferías que te detenga cuando ambos estemos semi desnudos? —Pregunté con el ceño fruncido.

—No me hubieses detenido... —Avisó, soltando un gruñido.

Harry Styles gruñendo... Uhhmmm... Tenía razón, quizá no lo hubiese detenido.

—Creo que lo mejor sería que nos alejemos. —Acoté.

—Me gusta estar pegado a ti. —Afirmó.

—Yo tengo ganas de darme una ducha e ir a descansar, así que... creo que lo mejor será que vayas a tu casa, Harry. —Admití.

— ¿Por qué no hablas en plural? Podríamos darnos una ducha, y podríamos dormir juntos. Y si quieres podemos ir a mi casa.

Desenredé mis piernas de su cintura, pero, de todas formas, Harry me acorraló.

— ¿Segura que quieres alejarte de mi? —Susurró en mi oído.

—Si me pones en esta situación, no, no quiero alejarme de ti. —Confesé.

Puse mis manos en su pecho y lo alejé de mi.

—Ve a tu casa, Harry. —Pedí— De verdad siento lo de recién...

Soltó una risa ronca.

—No, realmente no lo sientes como yo lo siento. —Él hablaba de lo que sentía debajo de sus bóxers.

—Bien, si quieres sacarte las ganas de follar con una chica, ve a un prostíbulo y tendrás varias opciones.

Me observó con una sonrisa seductora.

—Tengo ganas de follar contigo, no con chicas de un prostíbulo. —Se quejó.

— ¡Eres mi mejor amigo! ¡No follarás conmigo! —Caminé en dirección al sillón, y tomé su mochila.

— ¿Estás enojada o simplemente me echas de tu casa por diversión? —Lanzó una risa.

—No te echo de mi casa por diversión, pero tampoco estoy enojada... —Le sonreí y extendí la mochila hacia su pecho.

—Sé que tu querías lo mismo que yo. —Susurró.

Mordí mi labio inferior mientras negaba con la cabeza.

—Bien, me iré, tengo que calmar mis hormonas, y contigo cerca, es imposible... ¿Me abres la puerta? —Cuestionó.

Asentí y caminé hasta la puerta, la abrí.

—Hasta luego, Lenna. —Iba a besar su mejilla, pero corrió su rostro y terminé besando sus labios. Me alejé.

—Hasta luego.

¿Qué fue lo que acaba de pasar? Sea lo que sea, tengo que olvidarlo. Tengo que subir, ducharme y sacarme ese extraño día de encima.
Si, eso quería.
Subí a mi alcoba y tomé mi camisón junto con ropa interior para poder ducharme e irme a dormir por fín.

No volví a ver a Harry después de dos días; no lo encontré en el parque, tampoco en el mercado. Tal vez haya charlado un poco con su… mucama o ama de llaves, como sea, pero no lo he vuelto a ver desde entonces.
Pasaron los dos días y hoy tenía una carrera. Una carrera importante y muy definitoria para los corredores que competíamos en ella. En ésta, se definía quién entra a los cuartos de final para ganar la copa del año. De modo que era bastante presión. En la carrera anterior pude sacar a Zayn del invicto, lo que baja puntos para él, sin embargo no suma para mí, porque no gané muchas carreras antes. Bueno, lo que sucedía es que estas carreras eran cruciales, tenía que salir entre los primeros tres puestos para calificar, y planeaba hacerlo. El primer puesto era mío y no lo iba a dejar.
Entré al autódromo con mi bolso colgando de mi hombro, por la puerta trasera, para evitar a toda la muchedumbre de cerveceros en la entrada principal.
Iba a entrar a los bastidores porque llegaba tarde, y choqué con alguien.

— ¡Lenna!

— ¡Harry! —Respondí.

— ¡Estás tarde! ¿Dónde te metiste? —Preguntó él.

—Lo siento, lo siento, me quedé dormida.

—De todos los días, hoy. ¡Ya, ve a cambiarte!

— ¡Tu me estás reteniendo, idiota! —Dije dejándolo atrás para ir a los bastidores.

Diez minutos, sólo diez minutos tenía para cambiarme.
Saqué mi short para ponerme unas calzas ajustadas que van debajo del traje, usualmente no las usaba, y no sabía por qué me las ponía ahora, justo ahora que estoy tarde.
Saqué la camiseta de mi cuerpo, junto con el sujetador, para guardarlos en mi bolso y sacar el traje de carrera.
Abrí la cremallera del traje, pero me estremecí cuando senti algo suave rozar toda mi columna vertebral. Me erguí y ahogué un grito cerrando lo ojos. 
Quien quiera que fuera, no podia darme vuelta.
Claro, no tardé mucho en darme cuenta.
El objeto que él sostenía llegó hasta el final de mi espalda , rodeó mi cintura y lo elevó hasta la altura de mis ojos, acercando sus labios a mi hombro desnudo.

Una rosa. Zayn es tan romántico.

—Es para tí. —Murmuró en mi oido roncamente.

Elevé mi mano para tomar la flor. Antes de que yo pudiera hacer movimiento alguno él tomó mis dos manos y las cruzó por mi cuerpo, para que yo no pudiera moverme.

—Zayn, es tarde, deberías estar cambiándote.

—Ya estoy cambiado, la única que está tarde aquí eres tú. Y no creo que vayas a avanzar mucho, me encanta cómo te ves. —Ronroneó en mi oído.

Cerré los ojos. Ya había vivido esto antes, de hecho, tres días antes, en la carrera en la que le gané. Tomé aire y lo solté lentamente tratando de tranquilizar mis sentidos.

—Zayn, es tarde. Necesito cambiarme, vamos a llegar tarde a la carrera.

Con solo diez minutos para cambiarme, esto era prácticamente un delito.

—Qué pena. —Murmuró él, arrastrando su labio inferior por mi cuello. 

Tomé mi traje y lo puse en la parte delantera de mi torso. Me volteé para enfrentarlo. Puse una mano en su pecho y lo alejé con mi brazo, poniéndolo a la distancia en la que éste daba. 
Ahora que lo veía, él estaba cambiado. Con la diferencia que la parte de arriba colgaba de sus caderas hacia abajo, y en su lugar había una musculosa blanca apegada a su figura. 
Claro, él no estaba en aprietos. 

—Quiero que te vayas, ahora. —Objeté seriamente. 

Él rió, y se volvió a acercar a mí mirándome con una mirada intensa, justo hasta mis labios.
Ya, si quería un beso podía habérmelo pedido desde un principio, no era necesario hacer ese teatro con la rosa y toda la cosa.

— ¡Lenna, maldita sea, es tarde! ¿Qué demo…—

Otra voz irrumpió en la sala, tardé segundos en darme cuenta que Harry estaba parado en el umbral de la puerta con el picaporte en la mano, mirándome. Mirándonos.

— ¿Qué rayos hace él acá? —Me observó.

Era una situación demasiado incómoda. Todavía no tenía puesto mi traje, y tenía a dos hombres delante mío.
Zayn sonrió arrogante, y miró a Harry.

—Sal de aquí, Malik. —Dijo Harry.

— ¿Si no qué?

—Si no te partiré la cara. —Amenazó Harry. Él jamás usaba ese tono de voz con las personas.

—Jamás te atreverías a golpear a una persona. —Se burló Zayn.

— ¿Tengo que repetirte las cosas dos veces para que las hagas? Te pareces a un niño idiota de 5 años. —Soltó.

Zayn dirigió su mirada a mis ojos, y rodó los suyos.

—Como sea, que tengas suerte hoy, princesa. —Dijo guiñándome un ojo, y saliendo del cuarto, no sin antes dar una mirada asesina a Harry.

Volteé mi cuerpo hacia la pared para empezar a ponerme el traje lo más rápido que pude. Así de rápido subí mi cremallera y empecé a atar mi cabello, para luego poder ponerme los zapatos.

—Apresúrate, vas tarde. —Hablo Harry, secamente.

—Ya lo sé. —Contesté, buscando en mi bolso los zapatos para correr.

—Pues no se nota.

—Esto no fue mi culpa.

—Como sea. Si no sales en dos minutos voy a ocupar tu lugar.

— ¿Quieres calmarte? —Pregunté.

—No llegué hasta estas rondas en las carreras solamente para perderlas porque tú llegas a la hora que te plazca.

Él salió del bastidor azotando la puerta. Mientras yo terminaba de cambiarme. Genial, ahora tengo que correr con Harry de mal humor.

Até mis zapatos y salí de ahí. Caminé rápidamente por los pasillos vacíos. Claro, todos estaban en la pista, ya listos.

Llegando a la entrada de la pista en la que se desprendía una luz cegadora y cruzando el umbral, la gente empezó a gritar mi nombre. Y otros a abuchearme.
Claro, nunca tuvieron que esperar tanto, y menos por mi culpa. Las carreras siempre empezaban unos minutos antes de lo normal y yo los hice esperar, y todo por el intento de seducción de Zayn.

Los competidores ya estaban en sus autos, incluyendo a Harry. Sólo que él tenía apoyado sus antebrazos en el techo del auto, del lado del piloto, esperándome.
Llego hasta mi auto con serios insultos por parte de mis contrincantes y luego Harry. Quien me miró con desdén y odio antes de rodear el auto y sentarse en el asiento del coopiloto.

Eso iba a ser genial.

Me senté en el asiento del piloto. El ambiente entre Harry y yo era incómodo. Tal vez demasiado. Él no quería hablarme y yo quería saber qué era lo que estaba pensando. No sabía lo que él estaba sintiendo. Tal vez era enojo, resentimiento… ¿dolor?

No, no lo creo. ¿Por qué ha de estar dolido? Debía ser resentimiento, sólo por haber estado ‘coqueteando’ con el ‘enemigo’. Lo malo es que él no sabía que yo no fui la culpable de todo eso.

Aunque pude haber puesto seguro a la puerta.

—Lenna —Él me llamó, su tono no era para nada agradable, y no me gustaba la forma en la que lo usaba conmigo—, enciende el auto. —Masculla.

El auto, claro. Estúpida.

Giré la llave y luego el auto vibró para luego encender su motor, enseñándole al público de qué está hecho. Quería sentirme con el mismo poder, pero no podía. Con Zayn como contrincante y agregándole sus intentos de seducción; con Harry resentido a mi lado; y el público abucheándome por llegar sus preciados minutos tarde.

Esta no va a ser una buena carrera.

Pisé el acelerador a medias cuando me dieron la señal después de las tres luces en verde. La bandera se levantó dándome el paso y moví mi coche hacia adelante. Los autos aceleraban cada vez más en cuanto se iban acercando a la línea de partida. Ésta era la vuelta de prueba.

—Toma la curva tres, a la izquierda. —Instruyó Harry.

Miré dos autos adelante. Ese era el auto de Zayn. Y por lo que ví, él tenía planeado hacer lo mismo. 
No puedo ir a la izquierda, si él también va a ir a la izquierda. Eso no era estratégico.

—Creo que es mejor ir a la derecha. —Opiné.

—No. A la izquierda.

Oh, genial. Esto era fantástico.

Apreté la mandíbula. No tenía tiempo para esta clase de cosas. Harry estaba resentido conmigo y yo no quería llevarlo más adelante, pero no iba a dejar que alguien más ganara la carrera cuando sabía qué era lo que podía o no podía hacer.

—Va a ser mejor a la derecha y arrebatamos el puesto con una curva cerrada. ¿Qué no lo ves? —Interpelé con voz tranquila. Estaba rezando que él pudiera entender esta vez.

—Es peligroso. Podrías chocar. Ve por la izquierda. —Cuidó él.

—Pero Zayn va a ir por la izquierda también. —Objeté.

Uno, dos, tres segundos de silencio. Y luego...

— ¡¿Por qué mierda tendría que importarme lo que hace Zayn?! —Gritó él, haciéndome estremecer en mi asiento— ¡Deja de pensar en ese idiota y haz la puta curva tres!

— ¡No estoy pensando en Zayn, no es conveniente hacer esa curva! —Le dije sin mirarlo.

— ¡Te estoy diciendo que la hagas, maldita sea! —Obligó.

— ¡No! —Negué.

Antes de llegar siquiera a la primera curva, el radio del auto sonó. Harry presionó un botón, el cual casi se rompe, porque estaba enojado.

— ¡¿Qué?! —Abrumó él.

— ¿Qué es lo que está pasando en ese auto? —Dijo Rick, el que estaba a cargo del grupo, mirándonos desde la base.

—Quiero que tome la curva tres, por la izquierda. —Explicó Harry.

—Y yo no quiero hacerlo. Zayn tiene planeado hacer esa curva, va a robármela porque está delante de nosotros. Quiero ir por la derecha, por una curva cerrada. —Pude notar que Harry tensó la mandíbula. Creo que odiaba que dijera la palabra 'Zayn'.

—Harry, Lenna es el piloto. Deja que haga lo que quiera.

— ¡Si tiene un accidente también moriré! —Exageró él.

— ¡No voy a tener un accidente! —Grité yo respondiéndole. Totalmente ofendida por eso.

Chocar, yo. Si, claro. No era justo que me califique de mala corredora sólo por no estar de acuerdo con su estrategia.
El radio se apagó.
Lo que más duele es que él no confíe en mí. Ni siquiera me dió oportunidad para... para que pueda ver que mi estrategia es más conveniente. Ahora es sólo puro enojo y resentimiento.
Bien, Harry, tomaré la curva que yo quiera.

Pisé el acelerador con más fuerza, y pasé de cambio fácilmente. Podía notar como Harry estaba enojado, ni siquiera estaba mirando la pista, estaba jugando con sus dedos, y no podía ver sus ojos porque su cabello se lo tapa.
No me importa, voy a ganar esta carrera, en la vuelta final él va a prestar atención.
Logré pasar al segundo auto, la gente aclamó. Estaba en segundo lugar y ahora voy a robarle el lugar a Zayn Malik, de nuevo. Voy a reirme en su cara cuando eso pase, porque su plan de seducción no salió como él esperó.

Esta era la última curva, aquí vamos. Ví cómo Zayn está tomando la curva por el lado izquierdo, y yo sonrío de costado. Justo como lo pensé. 
A la cuenta de tres, voy a girar a la derecha. Harry sube la vista.
Uno... Dos.. ¡Tres!
Giro mi volante a la derecha y piso el acelerador junto con el cambio. Antes de que yo pudiera darme cuenta de lo que estaba pasado, el camino se bloqueó.
Zayn estaba delante mío otra vez. ¡Fué un amague! ¡Fué por la derecha! ¡Oh maldito insubordinado social!
Me tomó por sorpresa mientras maldigo mentalmente todos mis pensamientos. 
El banderín se agita mientras anuncian al ganador, Zayn.

Golpeé mi cabeza contra el volante repetidas veces. Harry tenía razón, pero no se lo haría saber.

— ¡Te dije que tomaras la otra curva, maldita sea, Lenna! ¡Hemos perdido cuando estábamos en la cima, y de vuelta estamos en la nada! ¡Y todo por tu culpa! —Vociferó.

Levanté mi vista y observé sus ojos inyectados de furia.

— ¡Y no me vengas a decir nada, porque sabes que tenía razón, tu solo querías llevarme la contra! —Siguió gritando.

— ¡Bien! ¡Tenías razón! ¿Feliz, Harry? Siempre tienes la razón. —Admití, enojada.

Harry rodeó sus ojos y salió del coche, golpeando la puerta fuertemente al cerrarla.

Mierda, mierda, mierda, mierda. Debí haber ido por la izquierda, debí haber sabido que no puedo esperar nada de Zayn. Él es impredecible. Debí haberlo sabido, maldita sea.
Salí del auto para que los encargados de los Peets se lo lleven a reparaciones y retoques mientras me sacaba el casco.
Caminé fuera de la pista y antes de que pudiera entrar a los bastidores un flash irrumpió en mi campo visual. 
Eran los reporteros.

— ¿Qué crees que fué lo que te hizo quedar en segundo lugar? —Gritó uno de por ahí.

No tenía tiempo para eso.
Bajé mi cabeza sin decir una palabra y me meto en los pasillos privados de los corredores, para ir a los bastidores a cambiarme. Quería irme de aquí lo antes posible.
No voy a ir al podio, que vaya Harry y que reciba la 'medalla'.
Entré y cierre con seguro antes de que al estúpido de Zayn se le ocurra hacer una de sus estupideces que ya me tenían harta.
Me puse una blusa, y sobre ésta, me coloqué una campera negra. Y un short con mis converse.
Salí a escondidas del lugar con mi bolso.
Caminé despacio por las calles, dejando atrás la carrera y las criticas.
Estaba deprimida, si así se le puede decir. Tuve que haber escuchado a Harry. Tuve que haber tomado en cuenta que Zayn también iba a ir por la derecha. Pero no, yo y mi maldita mente arruinamos todo.

Escuché un bocinazo detrás de mi. Escondí mi cabeza con la capucha de la campera, escondiéndome de cualquier persona.
Obviamente que no tenía la capa de invisibilidad de Harry Potter, y obviamente que quién sea que esté detrás de mí, sabrá quién soy. Pero, fue lindo pensar que esa capa estaba sobre mi cuerpo.

— ¡Blaide! —Otro bocinazo. Maldita sea, era Harry.

No soportaría más su mal humor. Por lo tanto, lo evadí y seguí mi lenta caminata.

Otro bocinazo y le partiría la cabeza con un zapato.

— ¡¿Qué quieres?! —Grité al escuchar otro bocinazo. No me di vuelta.

— ¡Oh, vamos! Ven aquí, te llevaré a casa. Está apunto de largarse una tormenta eléctrica y tu aquí, caminando sola —Murmuró elevando su tono de voz para que logre escucharlo.

Paré mi caminar.

— ¿No que me odias y que no quieres verme más? Eso pareció cuando me gritaste en el auto. —Farfullé.

—Tema olvidado. Sube, te llevaré a casa.

Moví mi vista, y efectivamente ahí estaba el auto de Harry. Y Harry con una sonrisa un tanto... seductora.

—Subiré solo porque no quiero caminar... —Murmuré. Harry asintió complacido.

Un par de gotas cayeron sobre mi cuerpo. Apuré mi paso y entré al auto de Harry.

—Y por cierto, no te odio. —Dijo.

Asentí y miré la ventanilla. No le diría nada. No por ahora.
Mi capucha tapaba el rostro de Harry, pero aún así podía sentir su mirada sobre la mía.

—Pisa el maldito acelerador, quiero llegar a mi casa. —Pedí, cansada.

—Tranquila, Lenna. Eso haré. Es solo que estaba esperando que mi auto encendería. Pasa que tardaste tanto en subirte a mi auto, que se apagó de tanto esperarte. —Comentó. No sabía si lo decía para molestarme, o si lo decía de verdad.

—Creo que llegaré más rápido caminando. —Estaba a punto de abrir la puerta, cuando la mano de Harry atrapó mi brazo. Lo observé.

—Creo que lo mejor será que te quedes dentro del auto... —Me observó.

— ¿Si no qué? —Traté de zafarme de su agarre.

—Si no te mojarás toda... Y créeme que cualquier violador querrá que seas su próxima víctima.

Suspiré.

—Bien, pero apúrate. —Accedí.

Harry asintió y pisó su acelerador.

—Lamento haberte tratado así en el auto, Lenna —Se disculpó.

Me encogí de hombros, restándole importancia.
Estaba de mal humor. Estaba enojada. Estaba hecha un desastre.

— ¿Estás haciéndote la indiferente conmigo? —Dijo en tono juguetón.

—No. A decir verdad, no me interesa tu disculpa en este momento. —Respondí secamente.

Harry frenó el auto en seco. Por suerte no venía nadie detrás de nosotros.

— ¿No te interesa? Oh, vamos, señorita Resentida, sal de tu mundo lleno de orgullo y dime que tenía razón. —Seguía con esa estúpida sonrisa en su rostro.

—Tenías razón. Sí. Wow. ¿Te llenó sufiente el ego? Porque no lo volveré a repetir. —Rodeé mis ojos.

Observé sus ojos, estaba furiosa. Primero me trataba para la mierda, y ahora me decía esto.

—Ahora es mi turno de decir: Te lo dije. —Observó mi rostro.

—Sí. Y no te escuché, y tampoco te presté atención, y tampoco quiero prestarte atención ahora. ¿Ya puedes dejar el drama y llevarme a mi casa? —Demandé.

—Claro.

Encendió el auto de vuelta y me dirigió a mi casa, sana y salva.
Bajé del auto y cerré la puerta, sin siquiera saludarlo. Escuché la puerta de Harry cerrarse y al minuto sentí su mano girar mi cuerpo y pegarme contra su pecho.

— ¿Qué mierda quieres? ¡Ahora estoy empapada por la maldita lluvia! —Me quejé.

—Un beso. Quizás dos. Quizás tres. Quizás cuatro. —Admitió.

—Pues no lo tendrás. Te comportaste como un idiota, y te sigues comportando como tal. —Traté de alejarme de él.

—Éste idiota no se irá sin un beso.

—Lamento decirte que te quedarás fuera de mi casa esperando por ese beso, porque no te lo daré. Ni hoy, ni mañana, ni pasado. —Dije.

Harry se encogió de hombros y unió sus labios con los míos. Movía sus labios sensualmente, mandándome descargas eléctricas.
No me inmuté. No me moví. No correspondí su beso. Nada.

—Bésame. —Ordenó, sobre mis labios, exigiendo más.

No lo hice. Dejé mis brazos en jarras, y alejé mis labios de los suyos.
Harry gruñó mientras abría sus ojos y jaló de mis brazos, dejándolos alrededor de su cuello. Dejó caer sus manos sobre mis mejillas y volvió a besarme, más salvaje, y más exigente.
Movió sus manos sobre mi cabello, quitando la capucha.

—Mueve tus malditos labios. —Pidió roncamente.

Y así fue. Lo besé. Tal como él quería. Pero que después no se queje cuando lo deje con ganas de follar. No follaría con él.

Capítulo 5.

Sentí la sonrisa de Harry. Bajó sus manos hasta mi cintura y comenzó a mover sus pies, en dirección a mi casa.

—No, no. —Traté de separarme de él, pero después de todo: yo tampoco quería separarme.

—Oh, vamos, Lenna, déjame entrar contigo. —Volvió a besar mis labios.

Maldije mentalmente.
Harry apenas me dejaba hablar. Él estaba llenando mis labios de besos que me dejaban sin respiración.

—Déjame abrir la puerta, Styles. —Pedí, y alejé nuestros labios.

Dí media vuelta e inserté la llave en la cerradura para girarla dos veces y así conseguir abrirla.
Antes de que pudiera darme vuelta de nuevo yo sola, Harry giró mi cuerpo por mi cintura. Luego de eso él me besa rápidamente caminando conmigo hacia adentro mientras yo retrocedo al mismo tiempo al centro del recibidor de mi casa mientras enriedo mis manos en sus rizos.
Hundió sus labios en los míos mientras la respiración de cada uno se iba de a poco.
Era increíble cómo hace un rato él estaba enfadado conmigo y ahora quiere follar. Pero mierda, es imposible oponerse a un hombre como él.
Levantó mi cuerpo, acariciando mis muslos, insitándome a ponerlas alrededor de sus caderas; y lo hago. 
Él acaricia mis piernas y las aprieta contra su cuerpo, clavando su ya naciente erección contra mí.
Caminó a la izquierda, irónicamente. Dirigiéndose al sofá. 
Dejó caer su cuerpo, sentándose en el mueble, dejándome a horcajadas sobre él. De nuevo, su erección clavó contra mi cuerpo, haciendo que jadeé.

—Hoy no me hiciste caso —Dijo él con la voz ronca— ¿Por qué no me hiciste caso? —Preguntó bajando sus labios hacia mi cuello para morderlo. 

Mis manos aprietan su cabello mientras mis jadeos se hacen más constantes.

—Ya te dije que lo siento —Susurré extasiada.

—Has sido una niña mala.

¿Niña? ¿Me había dicho niña?
Él bajó sus manos hasta debajo de mi blusa y acaricia mi piel por encima del sujetador. Un gemido se escapa de mis labios.
Ya, entendí su mensaje. Voy a pagar por no haberle hecho caso.
Dejó besos húmedos por mi cuello y por mi rostro, mientras mi respiración se agitaba de a mil. Desabotonó mi blusa y la sacó casi al mismo tiempo igual que mi sujetador. Cosa que no entiendo cómo pudo hacerlo tan rápido y tan sencillo.

Él tomó mi cintura más fuerte, e inclinó su cuerpo a la derecha, para que quedemos acostados en el sillón, quedando él encima mío.
Su camiseta es historia, junto con sus pantalones, quedando solamente en bóxers. Él era igual de rápido que yo y sacó mi short, quedando iguales, literalmente.
Cuestión de segundos antes de que las últimas ropas que nos quedaban, se unan con la otra ropa sacada hace ya rato. Él toma mis dos manos y las entrelaza con sus dedos, para ponerlas y apoyarlas a los costados de mi cabeza.
Él se aleja un poco de mí y mira mis ojos.

Santa mierda, esos ojos. Podría mirarlos por el resto de mi vida y aún más.

Rozó solamente sus labios contra los míos, aún húmedos. 

—Dime —Susurró contra mis labios lentamente. —¿Zayn te hace sentir... como yo?

Un gemido escapó de mis labios, cerrando los ojos. No podía creer que haya preguntado eso. Zayn ni siquiera me había visto fuera del autódromo.
Él se frotó contra mí, cosa que me hace gemir de nuevo, aún sin separar sus labios de los míos.

—Quiero que me mires —Dijo—Y que me contestes. —Insistió.

Abrí mis ojos para encontrarme con los suyos, aún me está mirando con una mirada impaciente y salvaje.

—No. —Murmuré, negando con la cabeza casi en súplica—No lo hace.— Confesé.

Diciendo eso, él gruñó y se deslizó dentro de mí de un sólo tirón, justo después de colocarse un condón sacado del bolsillo de su jean. Otro gemido, de la boca de ambos, resuena en la habitación. 
Se movió hacia atrás, gemí de nuevo, solo que esta vez en modo de protesta. No tardó mucho en volver a empujarse hacia adentro, lo que hizo que otro sonido salga de mi boca.
Mis manos apretaban la suyas, mientras que mis piernas se ataban completamente a su alrededor.
En cada embestida lo sentía más profundo, y eso hacía que mi respiración falle inútilmente, y que mi corazón se acelere.

Bajó sus besos por mi cuello, dejando varias mordidas. Mañana tendría marcas por todo mi cuerpo.

—Mierda, Lenna— Gimió sobre mis labios, sin dejar de embestirme.

Jalé de sus rizos y atraje su boca a la mía, pegando más nuestros cuerpos.
Maldita sea, esto no estaba bien.
Harry era mi mejor amigo. ¿Acaso alguien puede tener sexo con su mejor amigo?
La mirada de Harry se posó sobre la mía.

— ¿Qué pasó?— Preguntó soltando algunos jadeos.

Tragué saliva mientras clavaba mis uñas en su espalda.
Mordí mi labio inferior.

— ¿Si otra chica fuese tu mejor amiga... te acostarías con ella?— Cuestioné observándolo, intentando reprimir mis gemidos constantes.

Comenzó a moverse más lento, inclinando su cadera hacia la derecha. Lanzó una sonrisa al darse cuenta que había llegado a mi punto débil. Gemí fuertemente sobre su cuello, erizando su piel.
Harry pensó por unos segundos su respuesta.

—Si te respondo que sí, me golpearás. Y si te respondo que no, me amarás más, ¿verdad?— Sonrió de lado.

Mierda, se veía tan bien.

—Responde con la verdad y ninguno de los dos saldrá lastimado— Acompañé su sonrisa.

—No. No me acostaría con mi mejor amiga si ella no fueses tú.— Respondió sincero.

Mordí mi labio, escondiendo una sonrisa. Harry sonrió.

— ¿Y tú?— Me observó.

—Uhmmm... Suponiendo que nadie es tan... sexy como tú...— Jugué con sus rizos— No. Si otro chico fuese mi mejor amigo, definitivamente no me acostaría con él.

Harry besó mis labios por milésima vez en el día y comenzó a mover más rápido sus caderas.