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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Boulevard Of Broken Dreams
O W N :: Originales :: Originales :: One Shot's (originales)
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Boulevard Of Broken Dreams
Ficha del One-Shot
• Titulo: Boulevard of Broken Dreams.
• Autor: Yo, {CJ}
• Adaptación: No.
• Género: Drama y romance.
• Contenido: Palabras.
• Advertencias: Algo de lenguaje vulgar.
• Otras páginas: No.
{CJ}
Re: Boulevard Of Broken Dreams
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Hoy estaba lloviendo. Normalmente me gustaban los días de lluvia, pero esta mañana me había levantado de mal humor. Mis vecinos habían estado toda la noche haciendo ruido y yo apenas había podido descansar. Me senté en la cama y apagué la molesta alarma. Me dirigí hacia el baño a lavarme la cara con agua fría. Al salir fui automáticamente hacia mi pequeño vestidor. Me puse el horrible uniforme de mi escuela, que consistía en una falda a cuadros de color verde vómito hasta las rodillas, una camisa blanca, la corbata del mismo material que la falda, los calcetines verdes, zapatos marrones y para terminar, una chaqueta marrón. No os hacéis una idea de lo mucho que odio este uniforme. Estaba anudando mi corbata cuando escuché a mi madre gritando mi nombre para que fuese a desayunar. Cogí mi mochila y salí de mi habitación. Bebí medio vaso de zumo que había sobre la pequeña mesa de la cocina y cogí una tostada para ir comiendo por el camino y guardé una manzana para más tarde.
- Pero hija, ¿no vas a desayunar? - dijo mi madre. Yo ya estaba abriendo la puerta de nuestro pequeño departamento.
- Llegaré tarde. Nos vemos esta noche mamá. - dije cerrando la puerta y apurando el paso hacia las escaleras.
Mi madre y yo vivíamos en un pequeño piso de un no tan pequeño edificio en pleno centro de la ciudad. Antes teníamos una bonita casa con un precioso jardín en un buen barrio, pero desde que mi padre dejó a mi madre, la cosa ha ido de mal a peor. Y os estaréis preguntando qué pasó con mi padre, pues el cerdo con el que comparto genes se largó dejándonos tiradas a mi madre y a mi para casarse con una chica que podría ser perfectamente compañera mía de clase. Mi madre desde entonces se ha sumergido en el trabajo por lo que estoy sola la mayor parte del tiempo que no estoy en la escuela y cuando mi madre esta en casa, suele tener una botella de vodka como mínimo vacía junto a ella. Y antes de que podáis pensarlo, no, no tengo amigos, los que tenía me dieron la espalda cuando más los necesitaba. Al cambiar de escuela fui la novedad unos días, pero pronto todos volvieron a sus vidas de cuentos de hadas y yo pude disfrutar de mi privilegiado puesto en clase; el pupitre del fondo del aula. Pero todo esto fue el año pasado, y hoy es el primer día de mi nuevo curso, y ya llego tarde. Subí al bus que me llevaría a la parada que hay junto a la escuela, ya sólo quedaban unos 20 minutos de trayecto y 15 para que comenzasen las clases. Me solté el pelo para poder disimular los auriculares y subí el volumen. Boulevard of Broken Dreams de Green Day estaba sonando. Mi canción favorita. Tan ensimismada estaba que casi me quedo en el bus en la parada en la que tenía que bajarme. Comencé a caminar bajo la lluvia. Miré mi reloj. El bus había llegado pronto por lo que aún me daba tiempo de llegar a clase. Apuré el paso cuando vi a varios alumnos más llegar a la puerta. Me colé como una más y me dirigí al aula.
Las horas pasaron como un gran borrón de anotaciones en mis cuadernos hasta la hora del almuerzo. Salí del aula y fui hacia el patio. Había dejado de llover hacía ya un par de horas pero el suelo aun seguía mojado por lo que muchos alumnos optaron por quedarse en la zona cercana al edificio principal, que tenía techo. Me acerqué hasta mi sitio bajo un gran árbol. Me senté en una de las grandes raíces que sobresalían del suelo y que sorprendentemente estaba seca. Saqué la manzana y le di el primer mordisco. Un ruidoso grupo de alumnos acababa de salir y se dirigía hacia la sombra del árbol bajo el que yo me encontraba. Maldije internamente y deseé que se alejaran todos. Cuando el grupo comenzó a deshacerse suspiré de alivio hasta que me di cuenta de que uno de los chicos se estaba acercando hacia mi. Lo miré bien. Sabía que lo había visto antes pero no sabía decir ni dónde ni cuándo. Yo dirigí mi mirada hacia la libreta que tenía en mi regazo. Griego.
Sentí que alguien se sentaba junto a mi pero decidí ignorarlo. Sabía que era ese chico. Debía de ser nuevo para no saber que yo era la inadaptada solitaria de la escuela. Sentía su mirada sobre mi y eso me hacía sentir incómoda. Pasados unos minutos la situación se me había hecho insoportable por lo que me quité un auricular y alcé la vista. Mi mirada se encontró con sus ojos, de un color bastante peculiar, estaba entre verde azulado con toques ambarinos. Sus labios llenos se curvaron hacia arriba formando una seductora sonrisa. Su rostro estaba adornado con numerosas pecas casi imperceptibles a una distancia normal, y digo a una distancia normal porque él estaba invadiendo mi espacio personal, apenas nos separaban unos pocos centímetros.
- Hola, me llamo Jared. Jared Abott. Estoy en tu clase de griego. - dijo sonriendo y ofreciéndome la mano. Yo la miré y fruncí el ceño.
- ¿Qué quieres? - le pregunté. Su sonrisa desapareció y su rostro adoptó una expresión de confusión.
- Sólo quería ser amable. Además, ¿por qué estas sola? - dijo él.
- Porque prefiero estar sola a mal acompañada. Y ahora si me disculpas, estaba estudiando. - dije bajando la mirada a los apuntes que había hecho en la clase de griego y los cuales no entendía.
- Yo pienso igual que tu, es mejor estar solo a estar rodeado de gente falsa. - dijo acercándose más a mi y mirando hacia mis apuntes. Yo lo miré de reojo y vi que fruncía el ceño. - Esto de aquí esta mal, has escrito la grafía hacia el otro lado y significa otra cosa. - dijo señalando uno de los garabatos que había en mi libreta.
- Gracias. - dije sacando el lápiz de la mochila pero antes de que pudiese corregir mi fallo sentí que me quitaba delicadamente la libreta y comenzaba hacer anotaciones en ella. - ¡¿Pero qué haces?! - exclamé arrebatándole el cuaderno de las manos.
- Sólo intentaba ayudarte. Tenías varios errores más y pensé que ... - no lo dejé terminar porque guardé mis cosas y me levanté, comenzando a caminar hacia el aula en la que tenía la última clase del día. - ¡Eh! ¡Espera!
Hice oídos sordos y seguí caminando hasta que doblé una esquina y comencé a correr hacia el baño de chicas. Allí dentro no podría molestarme. Después de que sonase la campana conté hasta diez, salí del baño y fui hacia clase.
Cuando la campana sonó anunciando el final de mi tortura diaria, recogí mis cosas apuradamente y salí con los demás estudiantes. Todo iba bien hasta que lo vi en la parada del bus.
- Mierda, mierda, mierda. - maldije entre dientes. Pero no tenía escapatoria y menos cuando él me vio y me saludo haciendo gestos exagerados con las manos para que me acercara. Puse mi mejor cara neutral aunque en mi interior estuviese pensando todas las maneras de retorcerle el pescuezo o cortarle el cuello con las cosas que tenía en la mochila y me acerqué. - ¿Podrías dejar de hacer eso? La gente nos esta mirando raro.
- Oh, lo siento. Es que pensé que no me verías, eres algo... pequeña. - dijo mirándome de arriba a abajo. Yo estaba realmente incómoda, no me gustaba que la gente me analizase y lo que era peor es que él lo hacía de forma tan abierta. - Pero eso no es malo, digo, eres linda así pequeña y eso... y ...
Me costó unos segundos analizar lo que había dicho atropelladamente. ¿Realmente me había dicho linda? ¡Pero si no recordaba ni mi nombre! Lo miré y me di cuenta de que se había sonrojado y estaba mirando sus zapatos como si fuesen la cosa más interesante del mundo.
- No me has ofendido... aunque la has cagado intentando arreglarlo, que lo sepas. - dije sentándome en el pequeño banco de la parada.
- Lo de que me pareces linda lo decía enserio. - dijo mirándome. Él seguía de pie frente a mi. Yo fruncí el ceño. Este chico no sabía que yo soy una causa perdida desde hace ya bastante.
- Jared, gracias por intentar hacerte amigo mío, pero no quiero amigos. Pierdes tu tiempo conmigo. - le dije y miré hacia la carretera, mi bus ya estaba aquí. Miré al único chico que había intentado sacarme de mi solitaria vida en bastante tiempo por última vez y subí al bus. Él tenía la cabeza gacha hasta que escuchó cerrarse la puerta. Se giró rápidamente y me buscó con la mirada. Nos quedamos mirando hasta que estuve lo suficientemente lejos como para perderlo de vista. Algo en mi se había roto al ver la expresión de su rostro, pero lo ignoré. Llegué a casa. No había nadie, hecho que agradecí ya que no tenía fuerzas para tener la habitual discusión sobre el alcohol y el mal que le hace. Me encerré en mi habitación y me puse hacer la tarea. Mi concentración se veía afectada por el recuerdo de Jared. Cuando varias horas después terminé las tareas, aproveché que mi madre aun no había llegado para darme una larga ducha de agua caliente y me vestí con un pantalón deportivo que me quedaba algo grande y una camiseta enorme, tan ancha tenía la abertura del cuello que dejaba al descubierto todo mi hombro derecho. Escuché gritos y ruido en el pasillo por lo que me acerqué a la puerta y pegué la oreja al fino material.
- ¡¿Por qué has llegado tan tarde?! ¡No sabes lo preocupada que me tenías! - exclamaba una voz femenina. - ¡No gano para disgustos contigo!
- Esta bien mamá, entra ya. Siento no haber llegado antes.
No podía ser cierto. Él no podía vivir en mi edificio. Él no. No sé qué bicho me picó en aquel momento. Abrí la puerta de golpe atrayendo la mirada sorprendida de las dos personas que habían estado hablando. La señora que supuse sería su madre nos miró y decidió dejarnos a solas.
- No lo puedo creer... - dijo Jared en apenas un susurro. Me miraba como si fuese un espejismo. - Pensé que... Nunca pensé que ... podríamos vivir tan cerca...
- ¿Por qué yo? - dije sin poder evitarlo. - ¿Por qué demonios has tenido que acercarte hoy a mi? - mis ojos comenzaron a cristalizarse.
- Yo... sólo quería conocerte... no podía... no puedo explicarme que estés siempre tan sola... no puedo imaginar por qué te encierras en ti misma. - dijo acercándose a mi. Volvió a invadir mi espacio personal, pero esta vez no me sentí incómoda, me sentí... protegida. A salvo. Me llenó esa sensación que hacía años no sentía y no pude reprimir el llanto. Me sentí vulnerable, frágil. Rota.
Jared me envolvió entre sus brazos. Y lloré. No sé durante cuánto tiempo estuvimos así. Yo me había aferrado de la camiseta de Jared y al soltarla se quedó arrugada, y donde había estado mi rostro se podían apreciar los charcos que habían hecho mis lágrimas.
- Lo siento yo... - comencé a decir apresuradamente pero Jared alzó mi rostro, mirándome a los ojos.
- Ya no estas sola. No volverás a estar sola nunca, Lilianne. - dijo antes de unir sus labios a los míos.
Puede parecer algo raro, pero después de eso lo invité a pasar a mi casa. No penséis mal, sólo hablamos, le conté todo y cuando necesité llorar, él me dejó apoyarme en su hombro. Él me contó de su vida, de los problemas de sus padres y de su alergia a los gatos. Esto que os acabo de relatar sucedió hace casi un año, y hoy puedo decir que gracias a Jared, mi novio desde hace nueve meses y mi mejor amigo desde aquella noche, he vuelto a ser yo misma. Él me ha ayudado a volver a ser feliz.
- Pero hija, ¿no vas a desayunar? - dijo mi madre. Yo ya estaba abriendo la puerta de nuestro pequeño departamento.
- Llegaré tarde. Nos vemos esta noche mamá. - dije cerrando la puerta y apurando el paso hacia las escaleras.
Mi madre y yo vivíamos en un pequeño piso de un no tan pequeño edificio en pleno centro de la ciudad. Antes teníamos una bonita casa con un precioso jardín en un buen barrio, pero desde que mi padre dejó a mi madre, la cosa ha ido de mal a peor. Y os estaréis preguntando qué pasó con mi padre, pues el cerdo con el que comparto genes se largó dejándonos tiradas a mi madre y a mi para casarse con una chica que podría ser perfectamente compañera mía de clase. Mi madre desde entonces se ha sumergido en el trabajo por lo que estoy sola la mayor parte del tiempo que no estoy en la escuela y cuando mi madre esta en casa, suele tener una botella de vodka como mínimo vacía junto a ella. Y antes de que podáis pensarlo, no, no tengo amigos, los que tenía me dieron la espalda cuando más los necesitaba. Al cambiar de escuela fui la novedad unos días, pero pronto todos volvieron a sus vidas de cuentos de hadas y yo pude disfrutar de mi privilegiado puesto en clase; el pupitre del fondo del aula. Pero todo esto fue el año pasado, y hoy es el primer día de mi nuevo curso, y ya llego tarde. Subí al bus que me llevaría a la parada que hay junto a la escuela, ya sólo quedaban unos 20 minutos de trayecto y 15 para que comenzasen las clases. Me solté el pelo para poder disimular los auriculares y subí el volumen. Boulevard of Broken Dreams de Green Day estaba sonando. Mi canción favorita. Tan ensimismada estaba que casi me quedo en el bus en la parada en la que tenía que bajarme. Comencé a caminar bajo la lluvia. Miré mi reloj. El bus había llegado pronto por lo que aún me daba tiempo de llegar a clase. Apuré el paso cuando vi a varios alumnos más llegar a la puerta. Me colé como una más y me dirigí al aula.
Las horas pasaron como un gran borrón de anotaciones en mis cuadernos hasta la hora del almuerzo. Salí del aula y fui hacia el patio. Había dejado de llover hacía ya un par de horas pero el suelo aun seguía mojado por lo que muchos alumnos optaron por quedarse en la zona cercana al edificio principal, que tenía techo. Me acerqué hasta mi sitio bajo un gran árbol. Me senté en una de las grandes raíces que sobresalían del suelo y que sorprendentemente estaba seca. Saqué la manzana y le di el primer mordisco. Un ruidoso grupo de alumnos acababa de salir y se dirigía hacia la sombra del árbol bajo el que yo me encontraba. Maldije internamente y deseé que se alejaran todos. Cuando el grupo comenzó a deshacerse suspiré de alivio hasta que me di cuenta de que uno de los chicos se estaba acercando hacia mi. Lo miré bien. Sabía que lo había visto antes pero no sabía decir ni dónde ni cuándo. Yo dirigí mi mirada hacia la libreta que tenía en mi regazo. Griego.
Sentí que alguien se sentaba junto a mi pero decidí ignorarlo. Sabía que era ese chico. Debía de ser nuevo para no saber que yo era la inadaptada solitaria de la escuela. Sentía su mirada sobre mi y eso me hacía sentir incómoda. Pasados unos minutos la situación se me había hecho insoportable por lo que me quité un auricular y alcé la vista. Mi mirada se encontró con sus ojos, de un color bastante peculiar, estaba entre verde azulado con toques ambarinos. Sus labios llenos se curvaron hacia arriba formando una seductora sonrisa. Su rostro estaba adornado con numerosas pecas casi imperceptibles a una distancia normal, y digo a una distancia normal porque él estaba invadiendo mi espacio personal, apenas nos separaban unos pocos centímetros.
- Hola, me llamo Jared. Jared Abott. Estoy en tu clase de griego. - dijo sonriendo y ofreciéndome la mano. Yo la miré y fruncí el ceño.
- ¿Qué quieres? - le pregunté. Su sonrisa desapareció y su rostro adoptó una expresión de confusión.
- Sólo quería ser amable. Además, ¿por qué estas sola? - dijo él.
- Porque prefiero estar sola a mal acompañada. Y ahora si me disculpas, estaba estudiando. - dije bajando la mirada a los apuntes que había hecho en la clase de griego y los cuales no entendía.
- Yo pienso igual que tu, es mejor estar solo a estar rodeado de gente falsa. - dijo acercándose más a mi y mirando hacia mis apuntes. Yo lo miré de reojo y vi que fruncía el ceño. - Esto de aquí esta mal, has escrito la grafía hacia el otro lado y significa otra cosa. - dijo señalando uno de los garabatos que había en mi libreta.
- Gracias. - dije sacando el lápiz de la mochila pero antes de que pudiese corregir mi fallo sentí que me quitaba delicadamente la libreta y comenzaba hacer anotaciones en ella. - ¡¿Pero qué haces?! - exclamé arrebatándole el cuaderno de las manos.
- Sólo intentaba ayudarte. Tenías varios errores más y pensé que ... - no lo dejé terminar porque guardé mis cosas y me levanté, comenzando a caminar hacia el aula en la que tenía la última clase del día. - ¡Eh! ¡Espera!
Hice oídos sordos y seguí caminando hasta que doblé una esquina y comencé a correr hacia el baño de chicas. Allí dentro no podría molestarme. Después de que sonase la campana conté hasta diez, salí del baño y fui hacia clase.
Cuando la campana sonó anunciando el final de mi tortura diaria, recogí mis cosas apuradamente y salí con los demás estudiantes. Todo iba bien hasta que lo vi en la parada del bus.
- Mierda, mierda, mierda. - maldije entre dientes. Pero no tenía escapatoria y menos cuando él me vio y me saludo haciendo gestos exagerados con las manos para que me acercara. Puse mi mejor cara neutral aunque en mi interior estuviese pensando todas las maneras de retorcerle el pescuezo o cortarle el cuello con las cosas que tenía en la mochila y me acerqué. - ¿Podrías dejar de hacer eso? La gente nos esta mirando raro.
- Oh, lo siento. Es que pensé que no me verías, eres algo... pequeña. - dijo mirándome de arriba a abajo. Yo estaba realmente incómoda, no me gustaba que la gente me analizase y lo que era peor es que él lo hacía de forma tan abierta. - Pero eso no es malo, digo, eres linda así pequeña y eso... y ...
Me costó unos segundos analizar lo que había dicho atropelladamente. ¿Realmente me había dicho linda? ¡Pero si no recordaba ni mi nombre! Lo miré y me di cuenta de que se había sonrojado y estaba mirando sus zapatos como si fuesen la cosa más interesante del mundo.
- No me has ofendido... aunque la has cagado intentando arreglarlo, que lo sepas. - dije sentándome en el pequeño banco de la parada.
- Lo de que me pareces linda lo decía enserio. - dijo mirándome. Él seguía de pie frente a mi. Yo fruncí el ceño. Este chico no sabía que yo soy una causa perdida desde hace ya bastante.
- Jared, gracias por intentar hacerte amigo mío, pero no quiero amigos. Pierdes tu tiempo conmigo. - le dije y miré hacia la carretera, mi bus ya estaba aquí. Miré al único chico que había intentado sacarme de mi solitaria vida en bastante tiempo por última vez y subí al bus. Él tenía la cabeza gacha hasta que escuchó cerrarse la puerta. Se giró rápidamente y me buscó con la mirada. Nos quedamos mirando hasta que estuve lo suficientemente lejos como para perderlo de vista. Algo en mi se había roto al ver la expresión de su rostro, pero lo ignoré. Llegué a casa. No había nadie, hecho que agradecí ya que no tenía fuerzas para tener la habitual discusión sobre el alcohol y el mal que le hace. Me encerré en mi habitación y me puse hacer la tarea. Mi concentración se veía afectada por el recuerdo de Jared. Cuando varias horas después terminé las tareas, aproveché que mi madre aun no había llegado para darme una larga ducha de agua caliente y me vestí con un pantalón deportivo que me quedaba algo grande y una camiseta enorme, tan ancha tenía la abertura del cuello que dejaba al descubierto todo mi hombro derecho. Escuché gritos y ruido en el pasillo por lo que me acerqué a la puerta y pegué la oreja al fino material.
- ¡¿Por qué has llegado tan tarde?! ¡No sabes lo preocupada que me tenías! - exclamaba una voz femenina. - ¡No gano para disgustos contigo!
- Esta bien mamá, entra ya. Siento no haber llegado antes.
No podía ser cierto. Él no podía vivir en mi edificio. Él no. No sé qué bicho me picó en aquel momento. Abrí la puerta de golpe atrayendo la mirada sorprendida de las dos personas que habían estado hablando. La señora que supuse sería su madre nos miró y decidió dejarnos a solas.
- No lo puedo creer... - dijo Jared en apenas un susurro. Me miraba como si fuese un espejismo. - Pensé que... Nunca pensé que ... podríamos vivir tan cerca...
- ¿Por qué yo? - dije sin poder evitarlo. - ¿Por qué demonios has tenido que acercarte hoy a mi? - mis ojos comenzaron a cristalizarse.
- Yo... sólo quería conocerte... no podía... no puedo explicarme que estés siempre tan sola... no puedo imaginar por qué te encierras en ti misma. - dijo acercándose a mi. Volvió a invadir mi espacio personal, pero esta vez no me sentí incómoda, me sentí... protegida. A salvo. Me llenó esa sensación que hacía años no sentía y no pude reprimir el llanto. Me sentí vulnerable, frágil. Rota.
Jared me envolvió entre sus brazos. Y lloré. No sé durante cuánto tiempo estuvimos así. Yo me había aferrado de la camiseta de Jared y al soltarla se quedó arrugada, y donde había estado mi rostro se podían apreciar los charcos que habían hecho mis lágrimas.
- Lo siento yo... - comencé a decir apresuradamente pero Jared alzó mi rostro, mirándome a los ojos.
- Ya no estas sola. No volverás a estar sola nunca, Lilianne. - dijo antes de unir sus labios a los míos.
Puede parecer algo raro, pero después de eso lo invité a pasar a mi casa. No penséis mal, sólo hablamos, le conté todo y cuando necesité llorar, él me dejó apoyarme en su hombro. Él me contó de su vida, de los problemas de sus padres y de su alergia a los gatos. Esto que os acabo de relatar sucedió hace casi un año, y hoy puedo decir que gracias a Jared, mi novio desde hace nueve meses y mi mejor amigo desde aquella noche, he vuelto a ser yo misma. Él me ha ayudado a volver a ser feliz.
{CJ}
Re: Boulevard Of Broken Dreams
Hermoso.
Creo que todas hemos de habernos sentido así en alguna época escolar.
Y soñado con encontrar esa alma gemela, aunque tardemos en darnos cuenta que está frente a nuestros ojos...
Este shot es sencillo, dulce y tan de tu estilo Carli :3
Sin saber nada antes me imagine a Lillianne morena y a Jared rubio... ¿estarán inspirados en cierta pareja que conozco? ^.^
Creo que todas hemos de habernos sentido así en alguna época escolar.
Y soñado con encontrar esa alma gemela, aunque tardemos en darnos cuenta que está frente a nuestros ojos...
Este shot es sencillo, dulce y tan de tu estilo Carli :3
Sin saber nada antes me imagine a Lillianne morena y a Jared rubio... ¿estarán inspirados en cierta pareja que conozco? ^.^
ThatBitch.
Re: Boulevard Of Broken Dreams
ThatBitch. escribió:Hermoso.
Creo que todas hemos de habernos sentido así en alguna época escolar.
Y soñado con encontrar esa alma gemela, aunque tardemos en darnos cuenta que está frente a nuestros ojos...
Este shot es sencillo, dulce y tan de tu estilo Carli :3
Sin saber nada antes me imagine a Lillianne morena y a Jared rubio... ¿estarán inspirados en cierta pareja que conozco? ^.^
Gracias por pasarte, volver a leerlo y comentar sis!!!
No sabía que tenía mi propio estilo tan definido, jajajajajja
Puede ser... no voy a desmentir nada... :3
{CJ}
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