I can't believe I'm here {Draco, Harry y tú|HP}

I can't believe I'm here

Si algo sabía Invitado, era que ella no era como las demás. Era especial, no solo por fuera, sino por dentro. Y algo iba a hacer que su vida cambiase y diera un giro de ciento ochenta grados. Todo comenzó con un simple colgante que se encontró en la arena de la playa…

Chapter One

Invitado fue con su mejor amiga, Aurea, a la playa de su ciudad, Venecia–aunque la ciudad estuviera llena de canales, en otra isla cercana habían playas preciosas−, en esa playa no había casi nadie, era un lugar perdido, pero precioso, el agua era cristalina, azul turquesa, y la arena era marrón blanquecino, mejor que Hawái, diría yo.
Se sentaron en la arena a hablar de sus cosas.
-¿Tú crees que soy rara? Digo, a todo el mundo le gusta la música de ahora, menos a mí, y tengo una personalidad distinta.-Dijo Invitado.
-Invitado…-Suspiró.- ¿Cuántas veces te tengo que decir que no? Eres única, todo el mundo lo es, pero tú eres especial, no sé que es, pero tienes algo.-Le dijo la rubia a su mejor amiga.
-¿Nos bañamos?-Preguntó la morena de ojos azules empezando a quitarse la camiseta de los Guns N’ Roses que llevaba encima del bikini. La rubia aceptó la proposición de Invitado−aunque según ella el agua estaba muy fría− y se metieron en el agua. Jugando con el agua. Salpicándose y riéndose.
Fuera del agua, habían varias personas; una madre con su hijo−al cual estaba intentando ponerle la protección solar−, un grupo de chicos de la edad de las dos amigas, alguno que otro las estaban mirando−pues eran preciosas− y unas cuantas cuarentonas de turno cotilleando sobre la vida de personas ajenas a ellas.
Después de un rato, una media hora más o menos, decidieron salir del agua, ya que en ese corto periodo de tiempo se les había arrugado la piel de las manos a las italianas. ¿Os ha pasado que cuándo salís del mar os viene como una ráfaga de viento abominable? Pues eso es lo que les pasó.
Corrieron hasta donde habían puesto sus cosas. Estaban heladas. Cogieron las toallas y se taparon con ellas. Se sentaron sobre la arena; encima de otra toalla que habían puesto. Invitado se percató de que los chicos las estaban mirando.
-Aurea, mira, esos nos están mirando…-Susurró la morena a su amiga. La rubia miró al grupo de chicos y les saludó con la mano, con gracia. Los chicos se miraron entre sí, sonriendo. Pero no fueron hacia donde estaban ellas, al parecer tenían que irse pronto y cogieron sus cosas, no sin antes despedirse de las chicas lanzándoles un beso.
Pasaron las horas y ya era de noche, no había absolutamente nadie en la playa. Decidieron irse de allí, ya hacía demasiado frío.
-¿Y esto?-Preguntó Invitado mirando a una cosa brillante que yacía en el suelo. La cogió y la examinó; era una especie de colgante de color plata, con algunas piedras incrustadas−diamantes−, que le hacían ganar un brillo especial. Era sumamente bonito, tenía una inscripción que no podía ser leída debido a la poca luz de la noche.-¿Crees que me lo puedo quedar?-Preguntó esta a su amiga.
-¿Ves aquí a alguien? Llévatelo, tiene pinta de ser carísimo.-Así hizo la morena, se lo llevó a su casa.

Chapter Three

Amaneció soleado, los rayos de sol daban en la cara de Invitado, odiaba cuando se despertaba por culpa de la luz solar, pero odiaba aún más cuando la despertaban los gritos de su hermano, o cuando él tocaba con su banda a todo volumen.

Se levantó y bajó a la cocina, donde desayunó, allí estaba su hermano, no tenía ganas de entablar una conversación con él…
-Buenos días.-Dijo él. ‘Perfecto, un día que no quiero hablar con él y me da los buenos días’, pensó la morena. Ella le saludó también.-Hoy vienen los chicos a ensayar.-Ella lo asesinó con la mirada.-Yo sólo te aviso.-Dijo éste guiñándole un ojo. Invitado sabía por qué su hermano había hecho eso, iba a venir Luca, era una preciosidad de chico, y a Invitado le encantaba, al parecer su hermano se había percatado de ello.
Eran las doce del mediodía más o menos, ella se duchó. Fue a su habitación, cual fue su sorpresa que allí estaba su hermano con Luca, usando su laptop.

-¿Qué mierdas estás haciendo aquí? Vete, ahora.-Sintió la mirada de Luca, la estaba mirando de arriba abajo, Invitado iba solo con una toalla por los muslos.
-Estamos usando tu ordenador, en el nuestro no va el Internet.-Dijo Alessandro mirando de reojo a su amigo.
-Me da igual que no vaya. Quiero que salgáis de mi habitación. Ahora.-Exigió elevando la voz. Ellos obedecieron.-Cerrad la puerta.-Luca no dejaba de mirarla hasta el último momento.
-Joder, tío, tu hermana está buenísima, me pone burro.-Dijo Luca en cuanto la puerta estuvo cerrada.
-No lo niego, pero ni se te ocurra mirarla.-Advirtió Alessandro.
-Pero, Aless, soy un hombre, no puedo resistirme a tal cuerpo.-
-¡Que te digo que no!. Venga. Vamos a ensayar.-Dijo.
-Pero si aún faltan Fabio y Gio.- Dijo el amigo, mirando a la habitación de la chica.
-Da igual, lo que sea, pero deja de pensar en mi hermana, por favor.-Dijo en tono serio. No le caía bien su hermana pero tampoco quería que su mejor amigo se liara con ella. Después de todo era su hermana.

Invitado se vistió pensando en cierto chico llamado Luca, no le dio mucha importancia a eso, supuso que cualquier chico en su sano juicio la miraría, incluso pensó que su hermano también la había mirado de reojo, tal vez eran paranoias suyas, pero eso había visto.