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Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Amor psicópata
O W N :: Originales :: Originales :: One Shot's (originales)
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Amor psicópata
Ficha
• Nombre: Amor psicópata
• Autor: Angela (yo)
• Adaptación: no
• Género: Drama y romance
• Advertencias: ninguna
• Otras páginas: no
• Autor: Angela (yo)
• Adaptación: no
• Género: Drama y romance
• Advertencias: ninguna
• Otras páginas: no
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sinopsis
Amor psicópata es una historia que tiene como protagonista a Alex, un asesino profesional que dedica sus trabajos a Luis, su jefe, esta vez le ha dado la tarea de encargarse de Mía, pero el corazón de Alex lo traiciona y sus impulsos se ven obligados a desaparecer pues no es capaz de hacerle daño a esta joven. "Amor psicópata es un remolino de emociones."
Última edición por Alice el Dom 25 Ene 2015, 1:03 pm, editado 5 veces
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Re: Amor psicópata
Amor psicópata
Fiesta de año nuevo.
Residencia de las hermanas Thomson:
Su olor a rosas llegó hasta al armario donde me ocultaba, mis fosas nasales fueron inundadas por aquel aroma embriagador, por aquel sencillo y encantador perfume de mujer. -hermosa…-no pude evitar susurrarlo, pues mis labios hablaron por sí solos, aquella joven de ojos verdes me hacía perder la razón sin motivo alguno. Abrí un poco la puerta del armario y me apreté más a esta misma “así tendré mejor vista de ella” –pensé- “No te acerques más o te descubrirán ¡Aléjate ahora mismo!”- ordenó una parte de mí-. Aun sabiendo que debía obedecer a ese sentido lo único que hice fue ignorarlo, Hice caso omiso a esas palabras y de esa advertencia.Concentrée mis ojos en la pequeña grieta que me permitía observala y, en segundos, mi respiración se detiene por completo. Me doy cuenta que acaba de salir del baño… envuelta en una blanca y pequeña toalla. Es inevitable, mi cuerpo se aprieta más a la puerta, aspiro aire en seguida, el sistema empieza a ser más seguido y acelerado. Siento como mi pulso cambia, como se llenan de color mis mejillas y como la excitación se hace evidente. ---– “¿Pero qué demonios te sucede Alex?” –Me cuestiono yo mismo –No olvides para que has venido –. Entonces mis pensamientos pervertidos se ven obligados a irse y no son más que reemplazados por mis sádicas y macabras intenciones, suspiro resignado.
En ese preciso momento ella se retira la toalla y deja a mi vista su blanca y suave piel. Justo ahora deseo con todas mis fuerzas que aquella grieta que me permite verla se haga más grande o que aquella puerta no exista, no me importa nada, es como si mi conciencia despertara, como si una locura diferente se hiciera presente entre mi ser, una necesidad extraña que me hace decir que: solo quiero estar más cerca de ella, sentirla y tenerla. -Mía…- susurre.
Veo como se coloca su ropa interior con unos dulces y delicados movimientos. Ella voltea hacia acá, sus ojos verdes miran la puerta del armario “que hermosos ojos tiene”. Mis pensamientos se ven interrumpidos por los pasos de ella, se acerca hacía acá, “eso es obvio idiota, viene por ropa, no creerás que andará por ahí en ropa interior” Maldigo en voz baja. Me escurro lo más rápidamente y sigilosamente posible buscando el lugar más recóndito del armario. Bien pude esperar a que abriera la puerta del armario y que me descubriera, luego me lanzaría a ella y la estrangularía. Pero por alguna extraña razón no quería matarla, no aún.
-¡Mía! –escucho como una voz de mujer la llama. -Mía, ¿Dónde estás? te traigo un regalo-repite la misma voz.
-Aquí hermana, en mi habitación- contesta mi princesa. Escucho como la puerta de la habitación se abre.
-¿Qué haces?-interrogó la hermana de Mía, Sara.
-Me estoy terminando de arreglar-dijo con aquella voz angelical -¿Qué traes en esa bolsa?- pregunto Mía.
-Esto- dijo levantando la bolsa de compra - es un regalo para ti-.
Lo próximo que escucho es un gritillo de alegría ¿Qué habría en la bolsa? La curiosidad me gana, abro un poco más el armario para observar la situación. -Póntelo, rápido –le ordenó Sara a Mía-. Veo como Mía se apresuró a colocarse el vestido. Era rosa, y algo largo, pues le llegaba hasta sus lindas rodillas, lo cual me pareció increíble pues así podría admirar sus piernas, dirijo ahora mi mirada hacia su escote, tiene un corte encantador, sus pechos se acomodan a la perfección. Joder durante todo los días que la he vigilado nunca antes la había tenido tan cerca y tan hermosa. Mierda, y justamente cuando la tengo que matar. Entonces pienso en cambiar mis planes, primero violarla y luego matarla. Pues algo le tengo que llevar al jefe y no puede ser una muñeca inflable. Suspiro resignado, ese maldito loco siempre específica a las chicas. Si tan solo pudiera llevarla a otra. -Vamos Mía todos están esperándote, Sobre todo Brandon- dijo su hermana con un tono divertido.
Una ira se apodera de mí ¿Quién es él tal Brandon?.
-Basta Sara, ya te dije que solo lo veo como un amigo, no puedo mirarle como otra cosa.
-Bueno como digas- dice Sara algo desanimada.
Mía y Sara salen de la habitación. Esa es mi oportunidad y seguro la única que tendré. Salgo a zancadas del armario, recorro la habitación a paso apresurado y mi mirada se topa con una fotografía encima de la mesita de noche. Era Mia y su hermana… junto con una mujer pelirroja, “seguro su madre” fue lo único en lo que pude pensar. Mi jefe es un millonario enfermo, lo conocí hace cuatro años cuando tenía diecinueve, en ese entonces yo era un joven loco viviendo sin sentido, sin hogar y sin familia. No era más que un simple vagabundo que solo se dedicaba a tomar y a meterse cualquier estupidez en el cuerpo, Luis, mi jefe, me rescato de aquella vida sin futuro y se dedicó a cuidar de mí y me inculcó su sádica y extraña sabiduría, me enseñó a ver el mundo como él y me entrenó para convertirme en lo que soy. “Un psicópata que roba la vida de jóvenes inocentes” No puedo evitar sonreír ante aquel pensamiento, no lo niego, mi trabajo me fascina. Matar es algo que provoca sensaciones inexplicables, es parecido al amor… o eso creo yo. Luis me ha pedido esta vez a “Mía” lo único que tengo que hacer es matarla y llevarsela, no se para que la quiera pues yo lo único que hago es llevar la mercancía, no sé lo que hace con los cuerpos que llevo, hasta ahora he matado a diecisiete chicas y “Mía” será la dieciocho.
-Espera hermana he olvidado algo, adelante yo enseguida voy- mierda, mierda, mierda.
La puerta se abre, no hay tiempo para correr o esconderse. Lamento que tu vida termine de esta manera “Mía”. Me doy la vuelta en un giro, en un segundo sacó el arma de mi chaqueta y apunto sin pensar. He quedado frente a ella, es más bajita que yo… o como la maldigo es tan jodidamente linda. Se ve tan pequeña y hermosa !Dios! no creo ser capaz de matarla.
-No te atrevas a gritar-ordenó en un tono calmado. Ella levanta las manos tan inocentemente. Oh joder, no puedo matarla. Me acerco a ella lo más lento posible pues no quiero asustarle, esa ya no es mi intención. Me coloco detrás de ella, mi arma sigue apuntándole y ella parece demasiada tranquila. Maldición el nervioso aquí soy yo. Me pasó una mano por mis mechones rubios. Mi frente esa llena de sudor y mis movimientos son torpes !Oh dios! no lo puedo negar esta mujer esta que me pone.
-vas… vas a… - tartamudeo ella con una voz tan apagada.
-¿A matarte?- pregunte. Ella voltea un poco su cabeza hasta encontrarse con mis ojos azules. En su mirada había miedo y pánico.
-¿vas a matarme?-interrogó ella con la voz casi quebrada ¿Qué carajo hago ahora? No puedo hacerlo, no puedo matarla, no a ella, no ahora, simplemente no puedo… pero sé bien lo que sucederá si no lo hago, Luis me mandara a matar a mí, es mi vida o la suya. Me acerco a ella con un paso delicado, la miro a los ojos, es tan pequeña y linda. Poso mi mano en su mejilla y la acaricio con mi pulgar, algunas lágrimas escapan de sus ojos y en verdad yo no quiero que llore… ya no aguanto… no lo soporto. Junto mi boca con la de ella, me pierdo en sus rosados y suaves labios... Al diablo todo pues no la mataré, me importa una mierda lo que me haga Luis después. No pienso dársela, ella es “Mía” y lo será para siempre... pues lo confieso yo la...
***
-¡Alex!- Me levanto de un tremendo golpe -¡Alex! mierda despierta ya, que el jefe te está llamando a su oficina- Sigo dormilón, miró a Jack algo difuso, tiro un bostezo y estiro mis brazos. -Tiene un nuevo encargo para ti, pero anda ya flojo- me dice dándome un coscorrón. Sonrió pues amo mi trabajo.
El sueño que acabo de tener me ha dejado algo fuera de órbita. Pero lo acepto fue el mejor sueño de toda mi vida.
-¿Quién es ahora?- le preguntó a Jack mientras miro por la ventana.
-Mía, Mía Thomson…-.
Residencia de las hermanas Thomson:
Su olor a rosas llegó hasta al armario donde me ocultaba, mis fosas nasales fueron inundadas por aquel aroma embriagador, por aquel sencillo y encantador perfume de mujer. -hermosa…-no pude evitar susurrarlo, pues mis labios hablaron por sí solos, aquella joven de ojos verdes me hacía perder la razón sin motivo alguno. Abrí un poco la puerta del armario y me apreté más a esta misma “así tendré mejor vista de ella” –pensé- “No te acerques más o te descubrirán ¡Aléjate ahora mismo!”- ordenó una parte de mí-. Aun sabiendo que debía obedecer a ese sentido lo único que hice fue ignorarlo, Hice caso omiso a esas palabras y de esa advertencia.Concentrée mis ojos en la pequeña grieta que me permitía observala y, en segundos, mi respiración se detiene por completo. Me doy cuenta que acaba de salir del baño… envuelta en una blanca y pequeña toalla. Es inevitable, mi cuerpo se aprieta más a la puerta, aspiro aire en seguida, el sistema empieza a ser más seguido y acelerado. Siento como mi pulso cambia, como se llenan de color mis mejillas y como la excitación se hace evidente. ---– “¿Pero qué demonios te sucede Alex?” –Me cuestiono yo mismo –No olvides para que has venido –. Entonces mis pensamientos pervertidos se ven obligados a irse y no son más que reemplazados por mis sádicas y macabras intenciones, suspiro resignado.
En ese preciso momento ella se retira la toalla y deja a mi vista su blanca y suave piel. Justo ahora deseo con todas mis fuerzas que aquella grieta que me permite verla se haga más grande o que aquella puerta no exista, no me importa nada, es como si mi conciencia despertara, como si una locura diferente se hiciera presente entre mi ser, una necesidad extraña que me hace decir que: solo quiero estar más cerca de ella, sentirla y tenerla. -Mía…- susurre.
Veo como se coloca su ropa interior con unos dulces y delicados movimientos. Ella voltea hacia acá, sus ojos verdes miran la puerta del armario “que hermosos ojos tiene”. Mis pensamientos se ven interrumpidos por los pasos de ella, se acerca hacía acá, “eso es obvio idiota, viene por ropa, no creerás que andará por ahí en ropa interior” Maldigo en voz baja. Me escurro lo más rápidamente y sigilosamente posible buscando el lugar más recóndito del armario. Bien pude esperar a que abriera la puerta del armario y que me descubriera, luego me lanzaría a ella y la estrangularía. Pero por alguna extraña razón no quería matarla, no aún.
-¡Mía! –escucho como una voz de mujer la llama. -Mía, ¿Dónde estás? te traigo un regalo-repite la misma voz.
-Aquí hermana, en mi habitación- contesta mi princesa. Escucho como la puerta de la habitación se abre.
-¿Qué haces?-interrogó la hermana de Mía, Sara.
-Me estoy terminando de arreglar-dijo con aquella voz angelical -¿Qué traes en esa bolsa?- pregunto Mía.
-Esto- dijo levantando la bolsa de compra - es un regalo para ti-.
Lo próximo que escucho es un gritillo de alegría ¿Qué habría en la bolsa? La curiosidad me gana, abro un poco más el armario para observar la situación. -Póntelo, rápido –le ordenó Sara a Mía-. Veo como Mía se apresuró a colocarse el vestido. Era rosa, y algo largo, pues le llegaba hasta sus lindas rodillas, lo cual me pareció increíble pues así podría admirar sus piernas, dirijo ahora mi mirada hacia su escote, tiene un corte encantador, sus pechos se acomodan a la perfección. Joder durante todo los días que la he vigilado nunca antes la había tenido tan cerca y tan hermosa. Mierda, y justamente cuando la tengo que matar. Entonces pienso en cambiar mis planes, primero violarla y luego matarla. Pues algo le tengo que llevar al jefe y no puede ser una muñeca inflable. Suspiro resignado, ese maldito loco siempre específica a las chicas. Si tan solo pudiera llevarla a otra. -Vamos Mía todos están esperándote, Sobre todo Brandon- dijo su hermana con un tono divertido.
Una ira se apodera de mí ¿Quién es él tal Brandon?.
-Basta Sara, ya te dije que solo lo veo como un amigo, no puedo mirarle como otra cosa.
-Bueno como digas- dice Sara algo desanimada.
Mía y Sara salen de la habitación. Esa es mi oportunidad y seguro la única que tendré. Salgo a zancadas del armario, recorro la habitación a paso apresurado y mi mirada se topa con una fotografía encima de la mesita de noche. Era Mia y su hermana… junto con una mujer pelirroja, “seguro su madre” fue lo único en lo que pude pensar. Mi jefe es un millonario enfermo, lo conocí hace cuatro años cuando tenía diecinueve, en ese entonces yo era un joven loco viviendo sin sentido, sin hogar y sin familia. No era más que un simple vagabundo que solo se dedicaba a tomar y a meterse cualquier estupidez en el cuerpo, Luis, mi jefe, me rescato de aquella vida sin futuro y se dedicó a cuidar de mí y me inculcó su sádica y extraña sabiduría, me enseñó a ver el mundo como él y me entrenó para convertirme en lo que soy. “Un psicópata que roba la vida de jóvenes inocentes” No puedo evitar sonreír ante aquel pensamiento, no lo niego, mi trabajo me fascina. Matar es algo que provoca sensaciones inexplicables, es parecido al amor… o eso creo yo. Luis me ha pedido esta vez a “Mía” lo único que tengo que hacer es matarla y llevarsela, no se para que la quiera pues yo lo único que hago es llevar la mercancía, no sé lo que hace con los cuerpos que llevo, hasta ahora he matado a diecisiete chicas y “Mía” será la dieciocho.
-Espera hermana he olvidado algo, adelante yo enseguida voy- mierda, mierda, mierda.
La puerta se abre, no hay tiempo para correr o esconderse. Lamento que tu vida termine de esta manera “Mía”. Me doy la vuelta en un giro, en un segundo sacó el arma de mi chaqueta y apunto sin pensar. He quedado frente a ella, es más bajita que yo… o como la maldigo es tan jodidamente linda. Se ve tan pequeña y hermosa !Dios! no creo ser capaz de matarla.
-No te atrevas a gritar-ordenó en un tono calmado. Ella levanta las manos tan inocentemente. Oh joder, no puedo matarla. Me acerco a ella lo más lento posible pues no quiero asustarle, esa ya no es mi intención. Me coloco detrás de ella, mi arma sigue apuntándole y ella parece demasiada tranquila. Maldición el nervioso aquí soy yo. Me pasó una mano por mis mechones rubios. Mi frente esa llena de sudor y mis movimientos son torpes !Oh dios! no lo puedo negar esta mujer esta que me pone.
-vas… vas a… - tartamudeo ella con una voz tan apagada.
-¿A matarte?- pregunte. Ella voltea un poco su cabeza hasta encontrarse con mis ojos azules. En su mirada había miedo y pánico.
-¿vas a matarme?-interrogó ella con la voz casi quebrada ¿Qué carajo hago ahora? No puedo hacerlo, no puedo matarla, no a ella, no ahora, simplemente no puedo… pero sé bien lo que sucederá si no lo hago, Luis me mandara a matar a mí, es mi vida o la suya. Me acerco a ella con un paso delicado, la miro a los ojos, es tan pequeña y linda. Poso mi mano en su mejilla y la acaricio con mi pulgar, algunas lágrimas escapan de sus ojos y en verdad yo no quiero que llore… ya no aguanto… no lo soporto. Junto mi boca con la de ella, me pierdo en sus rosados y suaves labios... Al diablo todo pues no la mataré, me importa una mierda lo que me haga Luis después. No pienso dársela, ella es “Mía” y lo será para siempre... pues lo confieso yo la...
***
-¡Alex!- Me levanto de un tremendo golpe -¡Alex! mierda despierta ya, que el jefe te está llamando a su oficina- Sigo dormilón, miró a Jack algo difuso, tiro un bostezo y estiro mis brazos. -Tiene un nuevo encargo para ti, pero anda ya flojo- me dice dándome un coscorrón. Sonrió pues amo mi trabajo.
El sueño que acabo de tener me ha dejado algo fuera de órbita. Pero lo acepto fue el mejor sueño de toda mi vida.
-¿Quién es ahora?- le preguntó a Jack mientras miro por la ventana.
-Mía, Mía Thomson…-.
Fin
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