Simplemente no te quiere |NC|

Llegue temprano a casa, aun me sentía feliz y con una gran oportunidad enfrente. Pero no satisfecho, a veces la actitud de Oppal me desanima y me dan ganas de mandar todo a la mi.erda. Pero luego veo su sonrisa, y aunque no sea dirigida hacia mi, me enamora mas de ella, y de la posibilidad de que algún día esa bella sonrisa sea dirigida solo a mi.
— Hola Sussan -Dije al encontrarme a mi madre en la cocina, me dirigí al refrigerador y saque un vaso con refresco.
— ¿Como que Sussan jovencito? Te eh dicho un millón de veces que no te comportes como tu hermano, Zayn. -Dijo Sussan un poco histérica, la reventaba que yo o mis hermano la llamara por su nombre.
— Ya mama, no te pongas así — Le dio un beso en la mejilla, ella acaricio la de el.
— Estoy a un minuto de servir la comida... — y antes de que mama terminara de hablar, le dije que no tenia hambre.
— Pero. ¿Pero comiste algo en el colegio? — Cuestiono mirándome a los ojos seria, mama casi nunca estaba en el casa, y era muy raro que cocinara, pero cuando lo hacia no había excusas para no comer todos juntos en la mesa. Yo asentí ante su pregunta y di media vuelta, listo para subir a mi habitación. En el pasillo de las habitaciones, vi a mi hermana Connie salir de su habitación, se miraba mas que desconcertada indecisa, así que me desvié de la puerta a mi habitación y camine hacia ella.
— Que te ocurre — Le pregunte serio, ella me miro y negó con la cabeza para luego decir que nada con una mueca de desinterés. Luego de pararme frente a ella, y mirarla fijamente a los ojos, me di cuenta que efectivamente tenia algo que decirme, algo que no quería saber, así que hable primero sin permitirle la palabra.
— Entonces baja a la mesa que mama esta a punto de servir la cena — Le dije casi como una orden, ella asintió, y camino hacia la cocina, aun indecisa de algo, o por algo.
Yo simplemente negué con la cabeza, y con mi mano toque mi nuca, Connie es una niña de 16 años que es no es rebelde, yo diría que es tímida, es muy callada, conmigo suele hablar, no tiene muchas amigas, pero sea como sea la adoro, la protejo de cualquier problema que le pueda suceder, es una de las personas mas importantes de mi vida, mi hermanita.
Una vez en mi habitación, me conecte a la red social, y no tenia a mis amigos conectados, decidí revisar la biografía de -''La señorita Bleew''- Entonando esa frase con mas entonación.
-Imbécil, idiota, estúpido, ¡ahh!- Repetía frente la pantalla de la computadora, al esta mostrarme las ultimas imágenes de Amber y su imbécil... novio, hasta el solo decir esa palabra me molesta.
-Ahh, ¡a la mie.rda!- Me desconecte al momento de decir esa oración histérico y furioso.
Me acosté en mi cama y después de quejarse un poco, se quedo dormido.
Zayn se sorprendió al despertarse sin escuchar el despertador color gris. -A la pu.ta- Dijo con una ligera sonrisa, ya que estaba tan entusiasmado con ese día que hasta se despertó temprano. Apago el despertador antes que sonara agudamente abrumándolo, y se metió a la ducha. Al salir del baño se vistió y bajo a la cocina, no estaba su madre solo Connie, quien estaba comiendo cereal en la mesa de la cocina.
— Hola Zayn —Me saludo Connie. — Hola —Le devolví el saludo. Saque un vaso con leche y comencé a beberlo, tenia hambre, pero quería llega temprano al instituto. Salí de la cocina para irme, pero luego regrese.
— ¿Quieres que te lleve, solo así podre llevar el auto de Alex? — Le pregunte asomándome por la puerta de la cocina. —Si — Dijo y coloco el plato rápidamente en el lavabo.
Los dos nos dirigimos al auto de nuestro hermano mayor Alex, el esta estudiando fuera de Londres, y su auto es casi intocable.  
Saque el auto del garage y comencé a conducir. Zayn tenia la manía de hablar de muchas cosas mientras conducía. Hacia preguntas y cosas que hacían que Connie riera.
Al llegar al instituto, Connie se desapareció, y Zayn se dirigió al salón de la primera hora de clases: La que se estaba convirtiendo en mi favorita, bueno temporalmente Filosofía.
Caminando por el pasillo sentí mi celular vibrar, así que lo saque de mi pantalón y conteste, era Grant.
-Que onda- Conteste, pero en ese momento se corto la llamada, vi con desconcierto hacia varios lados, y vi a Niall caminar un poco mas adelante que yo, luego me detuve para ver hacia atrás de mi, y allí venia Grant, le llevaba mucha ventaja en el recorrido, así que caminaba mas rápido.
Nos saludamos con las manos y le dije que vi a Niall caminar apresurado hace un momento. Mientras caminábamos, no escuche respuesta de el, así que lo voltee a ver, iba a mi derecha, dirigí mi mirada a la misma dirección de los ojos de el, y supe el porque de su distracción, miraba a su diosa Michelle. Ella iba con sus amigas, y lograron rebasarnos, caminando frente a nosotros. Mi mirada involuntariamente busco a Oppal, exitosamente la encontré, tan bella como siempre, me alegraba la idea de que nos dirigíamos al mismo lugar.
— Es tan bella —Dijo Grant escapándose de su boca un suspiro. En otra situación hubiese reído, pero yo me encontraba igual que el.
Entrando al salón de inmediato vi a Harry, Louis, Niall y pronto entrando por la puerta a Liam. Yo me sentó cerca de los chicos, como es costumbre, lo mismo hizo Grant.

El profesor Di Russo entro al salón, tan atareado como siempre, con las manos ocupados por libros, carpetas, su portafolio. Una vez parado frente a su escritorio nos vio a todos panoramicamente. Se saco un poco sus lentes, para vernos mejor, como si fueran una lupa.

Todos nos mirábamos estupefactos, ya sabíamos lo que debíamos hacer, sin embargo personalmente no podía creer que tenia que hablar con ella.
— ¡Vamos! ¡vamos!, comiencen a ponerse de acuerdo - Dijo el profesor chequeando el reloj que llevaba en su muñeca izquierda, y seguidamente sentándose en la silla junto a su escritorio.
— Los puntos comienzan a contar desde este momento ¡Así que adelante! - Exclamo el profesor, esta vez haciendo ademan de eso con sus manos.
Podía ver como sus ojos se desviaban rápidamente de los míos, al estos encontrarse. Me levante decidido y me acerque a ella, pronto observaba a todos ir con sus ''parejas''.
Me llamo la atención ver a Harry aparentemente decirle ''No tienes de otra'' a Rachel, ella solo lo miraba nerviosa, y a la par de ella estaba su novio, quien parecía no despegarse de ella.
— Vamos Harry, ve por tu chica —Le dije, animándolo a hacer lo que debía hacer. El rió de medio lado y dio paso decidido hacia la silla de Rachel.
— ¡No lo puedo creer! ¿De que vamos a hablar?, ¡Estoy feliz! ¡Viva! —Escuchaba exclamar nervioso, feliz y preocupado a Niall.
— Bueno, pues empieza a creerlo, allí esta, esperando por ti, hablaran de una tarea aburrida y... Me alegro que estés feliz, pero esto no es una cita romántica Niall.  — Le dije como respuesta de sus interrogantes. Al poco tiempo lo pude ver dirigiéndose hacia Katerina. Estaba muy nervioso.
Mientras por fin me decidí a donde Oppal, vi a Liam ya conversando con Jane, parecía que Jane tenia varios inconvenientes y esquivaba su conversación. Luego Carrie y Louis parecía que ya se estaban poniendo de acuerdo en todo, o era lo que yo pensaba.
— Hola — Le dije acomodando la silla que estaba a la par de ella, y sentándome. Al no escuchar respuesta alguna salir de su bella boca, no puedo negar que me enoje un poco, pero sinceramente ver su rostro ligeramente elevado y hacia el lado contrario de mi, me daba risa. Es una chica caprichosa y malcriada, pero así me gusta.

— Te molesta que ponga mi mano aquí — Dije con una sonrisa, y posando mi mano sobre la de ella.
— Si, y mucho — Dijo agudamente, y casi en un grito. Separo de una forma brusca su mano de la mía y saco una libreta y un bolígrafo.
— Aja, pero lo primero es llevarnos bien linda, mira, no lograremos nada si te sigues comportando hasta ahora niña mimada — Le aclare las cosas, y sin embargo ella parecía no poner ni la mínima atención a mis palabras, en cambio solo escribía algo en la libreta. Después de unos segundos, arranco
la pagina en la que había estado escribiendo y la puso en mi asiento.
Yo solo la vi, y la rompí frente a ella, al oír el ruido del papel romperse volteo a verme, y rojo de furia grito:
— ¡Profesor, le exijo que me cambie de pareja! — Pronto todos dirigieron sus miradas hacia nosotros. Yo solo reí.
— Lo siento srta Bleew — Dijo el señor Di Russo levantándose de la silla. — Ya eh hecho las parejas, y no se me apetece desordenarlas —Dijo serio, y mirando su reloj siguió — Dado que ya se esta acabando la hora, y su impertinencia srta Bleew, les ordeno a todos que deben reunirse donde sea, porque tengo otros temas los cuales exponer en el resto de la semana, y desde luego es importante que se lleven bien, busquen un lugar, un día, una hora adecuada, y reúnanse para areglar sus diferencias, créanme que luego me lo agradecerán —Dicho esto el timbre sonó. Si hubiese sido un día como cualquier otro, todos en el momento estarían saliendo disparatados, como locos saliendo del salón, pero no, todos a excepción de los chicos estaban asombrados, nerviosos, en especial las chicas.