Capitulo 7

por **Isabel''** Dom 17 Nov 2013, 5:40 pm

-Yoo… estee… no… no tengo idea de cuando… aún no
-¡Pero yo perdí la virginidad a los trece años! ¡Y tu ya tienes 17 años y aun nada!
-¡Pero nada! yo aún no quiero. -hice un puchero, ella se sentó a mi lado y suavizó un poco su mirada.
-De verdad, lo siento no debí decirte eso
-No hay problema, es más si los voy a incomodar, mejor me quedo.
-Ya vamos a cenar.-dijo rodeando sus ojos.
-¿Y Dorian?
-El comerá después -se mordió el labio.

Nos pusimos de pie, yo dejé a Perro Caliente en la alfombra y fuimos a la cocina. Vimos dos platos de porcelana y unas copas de diferente tamaño, en una mesa de granito negro. La mesa formaba parte de un mueble de decoración moderna y ordenada.

-Coge lo que quieras.
-No necesitaba tu permiso -reímos.

Empezamos a buscar comida. Jade decía tontería y media. No encontramos nada que quisiéramos, así que nos decidimos por hacer muffins. Ya íbamos a terminar, pero no sabía que hacer con la harina preparada que sobró. La examiné un momento y se me prendió el foquito. Tomé un puñado y se la tiré a Jade en la cara, pero ella la esquivó y le cayó a Dorian que llegaba con una bolsa de plástico.

-¡Pero qué demonios! -gritó soltando la bolsa dejando ver un paquetito de color aluminio en el que rezaba "Condones retardantes sabor a fresa".
-¡Ay Dios! Para que te metes en el camino -dijo Jade doblándose de la risa.
-Eres un entrometido -yo tampoco paraba de reír. Esto era cómico.
-Yo no me metí en el camino, tú te quitaste de él
-Jade, él tiene razón -intenté fingir seriedad.
-Ven amor -tomo el hombro de Dorian mientras que con la otra mano quitaba las manchas blancas impregnadas en su camisa. -Te voy a limpiar.
-Si esto pasa después de que me manche, ______ trae esa bolsa.
-Con gusto -tomé la bolsa y estaba a punto de tirarla sobre la pareja cuando Jade se aleja de el y me retiene la mano. Dorian en un movimiento en falso tira la bolsa sobre mí.

Doy un chillido y en un momento apareció Matilda, la señora de limpieza. Siempre aparecía ahí cada vez que causaba un desastre.

-¡JADE BERTO…!
-Ya me sé mi nombre Matilda. -dijo cortante.
-Y usted ______ ¡no tiene sangre en la cara o que cosa!.
-Tranquida Matildita quedida, no vayan a salirte más arrugas en esa cara -me acerqué y tomé sus cachetes- ¿No quieres verdad?
-No, pero tu no me sacas arrugas, tu me sacas canas verdes. -respondió safandose de mis manos intentando intimidarme, pero no podía, yo era mucho más alta que ella y más joven.
-No no no -negué con la cabeza mientras lo decía- a mí no me hables así- me paré derecha.
-Disculpe señora, la culpa creo que es mía de verdad, lo lamento mucho, pero si lo desea yo puedo ordenar este desastre, de todas maneras no me incomodaría en nada -dijo Dorian como si su vida pendiera de ello.
-Sería un gran favor -dije entre dientes.
-Tú cállate muchachita del demonio. Y tú joven mechoso ordena todo esto. Y si vienes a la cocina no traigas tus condones retardantes a sabor a fresa. Jade no va a estar siendo embestida brutalmente por tí -Vaya abuelita, esta se las sabe todas.
-Disculpe señora, prometo que esto no vuelve a suceder. -El hombre promete y promete hasta que lo mete -dijo en voz baja mientras lo fulminada con la mirada. Ladeo la cabeza, se arregló el mandil y salió de la cocina.
-El hombre promete y promete hasta que lo mete -repetí- me gusta.
-¿Quién es ella, Matilda? -dijo Dorian mientras barría el suelo.
-Ella es "Mi Víctima" -las últimas dos palabras las indiqué con mis manos como si las estuviera viendo en un letrero de cine con luces alrededor, y en los créditos como protagonista Matilda Cruz y dirigida por ______ ______ y por Jade Bertoliette.
-Se nota que la quieres. -añadió Dorian interrumpiendo mi silencio.
-Ah sí, como no tienes idea.
-¿Quieres agua? -me preguntó Jade.
-Por favor
-Toma -me alcanzó un vaso con refresco.
-No es agua, ¿Bebida de qué?
-Es fresa con mango, las mejores frutas tropicales, que solo llegan a mis manos. -tomé un sorbo y me di cuenta de que era una de las mejores cosas que había tomado en mi vida entera.
-¡Está delicioso! -me acabé hasta la última gota-.Amo este jugo.
-Lo supuse, nadie se resiste al sabor de las frutas tropicales -dijo presumiendo su fresa que después mordió.
-Aja, si claro, como digas… creo que esos muffins se van a quemar.
-¡Verdad! ¡Verdad!

Levantó un poco sus manos y corrió hacia el horno del cual se dejaba oler a un ligero quemado, que a mi parecer olía delicioso. Dorian alcanzó unos guantes de cocina, que estaban colgado tras la puerta.

-¿Tu crees que nos llenemos solo con los muffins?-preguntó Jade mientras sacaba los panquecitos.
-No, pero si comeremos más de uno. Porque si solo iba a comer uno, definitivamente me voy a quedar con ganas de más -saqué los moldes con cuidado.

Terminamos de comer y nos sentamos en la barra de la cocina americana, y al final de la mesa vi un librito celeste.

-¿Qué es esto? -tomándolo con cuidado en mis manos.
-¡Ah! Es mi agenda, portarretratos y diario. Nada personal.
-Yo creo que sí -lo abrí un poco.

Vi una foto de ella de pequeñita, aproximadamente de unos 10 años. Cuando era virgen, pensé. Junto a un niñito de ojos risueños y mostazas, como su cabello rizado. Tomados de la mano. Frente a un espectacular fondo de matices contrastantes en violetas y rojos que indicaban una puesta de sol. Que hermosa foto, en verdad.

-¿Quién es él? -preguntó Dorian señalando al niño.
-Anthony, mi hermano.
-No sabía que tenías un hermano, Jade. -dije completamente confundida.
-Nadie que no pertenezca a mi familia lo sabe.
-Pero… ¿por qué?
-Por qué el murió, _____, hace cinco años en un accidente automovilístico.
-No… no lo esperaba, si se veían muy felices -volví a mirar la foto.
-Lo éramos -afirmó ella.
-No se parecen mucho -añadió Dorian después de un momento.

Examiné la foto y, bueno, Dorian estaba en lo cierto, casi ni se parecían. Salvo el color de cabello y de sus ojos.

-Lo sé, pero aun así, yo lo amaba.
-¿Que pasó en ese accidente?.

Pregunté. Pasado un largo suspiro por parte de Jade, recibí respuesta.

-No lo sé. Su cuerpo no llegué a verlo. Fue cremado antes de ser velado. Era extraño -escondió su cabeza entre sus brazos.
-Esto me huele muy mal.
-¿A qué te refieres, Dorian?
-¿Hay pescado en tu casa? Porque el olor apesta -dijo moviendo sus manos frente a su nariz.
-Cállate idiota -besó a Dorian y yo me paré disimuladamente.

Entré a la cocina. Abrí la primera gabeta, nada. La segunda y tercera, estaban llenas de condimentos y pastas. Abrí la primera puerta de arriba que estaba a la izquierda. Luego la segunda, me agaché y la puerta de abajo tampoco contenía nada que sirviera.

por **Isabel''** Dom 17 Nov 2013, 5:42 pm

Me encaminé al frigider y presioné con mi dedo un poco la puerta para que se abra (Lo aprendí viendo como Matilda lo hacía). Sentí una suave corriente de aire helado.
Busqué con la mirada, y muy al fondo encontré una botella de Whisky. Estiré el brazo para alcanzarla. Titubeé un poco cuando ya la tenía en mis manos.

-¿Whisky? ¿Enserio?-dije al llegar a la barra junto a Jade y Dorian.
-No es tuyo, ¿O sí?. -preguntó Dorian girando sobre su cuello para ver a Jade que se puso un poco colorada.
-Yo… no soy… ¡la única que vive aquí! ¡Sí! -dijo como si se acabara de convencer de lo que dijo.
-No me imagino a Matilda con una botella de Whisky matando las penas. Dinos la verdad, ¿Es tuya esta botella de licor? Dorian y yo queremos saber. Además, tú vives sola en esta gigancasa. Nadie más que tú y tu flota de empleados.
-Si, bueno, está bien. Admito que esa botella de Whisky y la de Ron son mías.
-¿Ron? -Dorian abrió mucho sus ojos.
-Sabía que eras una chica muy ágil en poses, pero… ¿Alcohólica?
-¿Ágil en poses? -alzó una ceja, y cruzó las piernas y los brazos.
-¿Alcohólica? -insistí.
-No soy alcohólica, solo las tengo, porque me las regalaron en una fiesta ¿Contentos?.
-¿Solo es eso?. -preguntó Dorian notoriamente preocupado.
-Sí, solo eso -dijo finalmente con una voz muy suave y baja.

Dorian fingió una sonrisa de lado y volvió la mirada hacia mí que seguía con la botella. Respiró profundamente. Apoyó sus codos en la barra negra y dió un respingo realmente inesperado.

-¿Estás bien? -puse la botella en la mesa.
-Si, creo. Tengo ¡hi! po -dió otro pequeño brinco.
-Ay Dorian.

Jade sacudió su largo cabello para juntarlo en una cola.
Tenía algo que decirle. Estoy segura de eso. Vale, quizá sí, pero ahora no me acuerdo. Y si le digo que hay algo que ella no sabe. Se enfadará mucho conmigo. Somos muy íntimas y nos contamos todo lo que nos pasa. Por eso dije lo de las poses. Vacilé un momento, intentando recordar. Cuando Dorian me despertó. Yo salté del susto. Jade me miró intrigante, creo que sospecha algo.

-¿Hay algo que tengas que decirme? -apoyó su barbilla en la palma de su perfectamente cuidada mano.
-Yo, no. Bueno sí. Mañana tenemos que llevar para la clase de historia -hice un gesto de aburrimiento- un informe de Copérnico. ¿Ya lo tienes?

Sonreí, puede eso funcionar.

-Sí, ya lo tengo. ¿Alguna otra cosa?
-Bien, no sé qué intentes con eso. De verdad, no tengo nada más que decirte que ahorita me acuerde.
-Se ve extraño que las mujeres se cuenten todo lo que hacen -dijo Dorian, quien por un momento desapareció del mapa.
-Los hombres también se lo cuentan todo. Solo que con menos sentimiento y más detalles.

Me miró y noté que estaba en lo cierto.

-Pero no todo. Hay cosas que no cuento ni contaría. Me considero un caballero.
-Que embiste brutalmente a Jade

Jade dió una ruidosa carcajada mientras yo miraba a Dorian triunfadora. Nadie podría contra eso.

-Esa abuelita no tenía idea de lo que decía. -finalizó.

Matilda apareció, no sé de donde, ni cuánto tiempo estuvo ahí, solo sé que la vi con su escoba (Como casi siempre).

-Claro que sé de lo que hablo. No soy una idiota niñito lindo. -soltó la escoba y sonó muy fuerte contra el piso ceramicado.
-Te jodiste. -susurré en su oído.
-¿Pero no que era tú víctima? Puedes hacer algo ¿Verdad?
-Si te acuestas con mi amiga, hay un precio que pagar. Adiós.

Maldijo por lo bajo. Yo reí un poco. Soy una malvada. Muahahahaha, bien, no lo soy. Llamo un taxi y a los minutos llega. Me despido y salgo de la casa victoriosa, como acostumbro. Bajo las gradas y al entrar al auto negro que me esperaba afuera, me golpeo contra la parte superior de la puerta. ¡Au! fue un poco fuerte. Me hubiera salido una lágrima de dolor si no estuviera acostumbrada a ello. En el asiento trasero me encuentro mirando a la ventana, con la mano en la frente. Viendo las sombras que dejamos atrás a medida que aceleramos. Me siento triste y la verdad es que no sé porque, quizá por el golpe. Entramos por la calle cerrada en la que hay, al final, un quiosco patrocinador del Arsenal. Abro la puerta y me dan nervios saber que voy a entrar de nuevo a mi feo departamento. Al que hago que todos crean que me siento cómoda ahí. Al departamento del estilo más barroco y desarreglado que jamás haya visto. ¡Qué feo se siente!.
Saludo a la recepcionista, quien me llama después de corresponder el saludo.

-Señorita _______ *Apellido*, buenas noches. Tengo este encargo, es para usted del joven Gaffery -suspiró- pero no la había visto salir. -me entregó un sobre manila.
-Gracias, que pases buenas noches.

Sonrió amablemente. Entré en el ascensor y me temblaron las manos cuando me vi abriendo el sobre. Un archivo donde se encontraban mis datos, era la documentación que yo entregué al empezar mi trabajo en la cafetería. ¿Por qué la tenía Adam Gaffery?. Sabe quién soy, maldita sea. Qué vergüenza. Se me vino a la mente la manera tan indiscreta en la que le hablé cuando lo vi por vez primera. Aún siento sus manos rozando mi espalda. Inesperadamente di un pequeño suspiro. Me doy cuenta que ya llegué a mi piso y entro después de haber buscado mis llaves en el bolso. Pasada una noche muy tranquila, olvidándome de todo y todos, me empiezo a preparar a las cuatro.

por **Isabel''** Dom 17 Nov 2013, 5:43 pm

Ya tengo mi bolso listo que lleva un libro para apuntes; Mi billetera, que como de costumbre tiene muy pocos euros; Un kleenex y un best seller. ¡Ah! y un folder con mi informe. Solo tengo que darme un baño, cambiarme, peinarme y terminar de arreglarme. Algo asi.
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Lo hago todo, y acabo a un cuarto para las cinco. Cuarenta y cinco minutos, creo que está bien. Tardo una hora en llegar a la universidad, seis de la mañana. Paso por la reja y muestro mi carnet de estudiante. Sonrio a Jean, una mujer morena y elegante. Pasó por mi lado asintiendo con la cabeza en modo de saludo. Luego camino abriéndome paso entre las columnas imponentes, ubicadas a ambos lados de la puerta. Al encontrar mi aula en la cuarta planta, diviso a lo lejos un grupo de jóvenes. Entre ellos Zoe, risueña y divertida con una melena roja ondulada que parece algodón de azúcar; Steven, capitán del equipo de football y actual pareja de Stephanie; Antonella, aunque todos le llamamos Antu; y Deamus, Deamus Finnigan: nombre raro, chico raro.

Le gusto al chico raro, lo que se me hace un poco incómodo, porque yo no lo he visto nunca más que solo como un amigo, con el que puedo compartir lo que siento. Es una persona muy especial, pero no… en ese sentido. Entre esas personas encuentro a Jade: vestido de diseñador, zapatos caros, manicure perfecta (Ni idea de cómo se la haya cambiado tan rápido). De verdad que no entiendo que hace ella en una universidad federal.
Planto los ojos en Deamus Finnigan, su mirada choca con la mía. Su cálida sonrisa y sus ojos verdes me forman una media luna. Me acomodo el bolso y camino hacia ellos. No somos exactamente el grupo de los populares, por que recién es nuestro primer año. Pero nuestro nombre si resuena en algunas conversaciones. Cada uno por algo distinto. Yo, por mi manera tan tonta de meterme en líos, tal vez. Los saludo entusiasta. Le pregunto a Jade al oído:

-¿Qué tal te fue anoche?
-Muy, muy bien.

Sonreímos tontamente y por último saludo a Zoe.

-¡Hola ______! Espero de verdad que me disculpes por perder tu pluma el otro día.
-Descuida -respondo relajada-. No me costó nada comprar una nueva.

'A ti todo te cuesta un ojo en la cara. Admítelo', me regañó mi cerebrita. ‘¡Ja! no sabes aún administrar tu dinero. ¡No sabes!', canturreó. Aich. ¡Ya cállate!

-Claro que se administrar mi dinero. -dije en voz baja.
-¿Otra vez tu geniecita? -me preguntó Jade.
-Cerebrita -resoplé.

Entramos a la clase. Me senté en la primera fila para poder entender la clase. No me gusta en absoluto la ubicación. A mis lados están los que más participan. Y me siento un poco inútil. Pero, no aburre tanto a veces. Desde aquí puedo ver todas las estupideces que hacen al frente antes de que el catedrático(a) entre por esa puerta, con su caminata segura que a la mayoría intimida. Por ejemplo, hacen representaciones escénicas de cualquier tipo. Desde drama a comedia. Romance a humor negro. De todo. Me encanta la carrera y universidad donde estoy. ¿Cómo habría sido si me hubiera quedado a estudiar en América? 'Ni idea'.

Por la puerta entra Stephanie. Hubiera deseado no girar la vista hacia ella, pero es imposible. Se encarga de que todos la vean. A mi me parece que es muy egocéntrica. 'Quizá es porque lo sea.' Sí Camina por el aula con su aire despectivo y se sienta en las piernas de Steven. Quien muy agradecido por el tacto le besa el cuello. Yo ruedo los ojos y parece que él lo nota. Pero no importa. Detrás de mí, se sienta Deamus; y a mi lado derecho, Jade.

Me volteo para verlos a ambos y ella hace lo mismo.

-¿Tienes paraje para el baile.?
-Si Deamus. Y no es un baile. Solo un evento de los patrocinadores de la Universidad, tenemos que estar allí.
-¿Quién es?

Me preguntó haciendo caso nulo a lo que dije después.

-No te lo creerás. ¡Esta chica tiene una suerte maldita!
-Baja la voz Jade, no quiero que te escuchen.
-¿Quién? -Deamus de pronto enpalideció.
-Nadie Deam.
-¡Mentira! Seguro que lo conoces. -yo callé a Jade poniendo mi mano subre su boca.
-Ella quiere decir que… -forcejeaba con ella cuando se safó de mi clavando su uña en mi dedo-.¡Au!
-Tú te lo buscaste -entró el profesor Gabrel, que se quedó mirándome, molesto. Yo no le hice nada. Me encogí de hombros y me senté derecha.
-Bien jóvenes. Antes de todo pasaré lista para recoger sus trabajos. Para los que, imagino, se habrán esforzado.
-No me has contestado. -escucho bajo por detrás.
-Niall Horan -digo jugando con mis dedos.
-¿Niall? ¿Horan? -dijo el profesor bajo sus lentes de media luna.
-Nada señor Gabrel.
-Su trabajo primero.
-¿No iba a pasar lista? -dije intentando disimular el rubor que aparecía por mis mejillas.
-Su trabajo primero, señorita…
-______ *Apellido*
-¿Lo tiene o no?. -su mirada fría y dura me da un poco de miedo.
-Si profesor. Lo tengo justo -empiezo a buscar en mi bolso-. Aquí.
-Bien-dice serio.

Toma el folder con brusquedad entre sus manos. Todo el aula mira expectante. Nadie se sorprende. Cosas así solo me suelen pasar a mí.

-Interesante su informe- asiente leyéndolo- pero no lo suficiente.
-Pero, profesor. Contiene todo lo que nos pidió. Su biografía, su…
-No lo suficiente -repite entre dientes.

Se sentó en su escritorio y empezó a pasar lista. Yo me quedé en mi asiento paralizada. ¿Qué le hice yo ahora?. Nada. '¡Pero claro!', dijo mi cerebrita, 'Tú no eres lo suficientemente inteligente como para caerle. ¡Dah!'.
Tú no te metas, estoy lo suficientemente confundida como para que me metas más ideas locas en la cabeza. Cosas en las que no quiero ni pensar.

-¿Niall Horan? No te creo.

Desperté de mis pensamientos y me dí un golpecito a la cabeza, con la esperanza de que
le doliera a mi cerebrita.

-Te lo dije -afirmó Jade mordiendo la punta de su lapicero.
-Es que… es… - Deamus buscó la palabra apropiada- extraño.
-Ilógico -por fin dejo su lapicero en la carpeta-. Pero cierto, ______ junto toda la suerte que jamás tuvo.
-¿Suerte? -preguntó Deam alzando una ceja.
-Quizá fortuna, quizá no. No lo sé. Solo sé que con él iré. Y eso es lo que importa. -dije en voz baja a modo de disculpa ¿De qué?
-Pensé que te gustaría ir conmigo.
-¡Ja! -llegó Stephanie, ¿Que va a hacer ahora?-.Ella -me miró- ¿contigo?-le regresó la vista-.Ambos son bien extraños, pero acéptalo Finnigan. Ella no te hará caso.
-Señorita Whitham, ¡siéntese!
-Whitham no se tiene por que sentar.
¿Que haces idiota? Siéntate Steven. Te meterás en problemas. Y en problemas solo me meto yo.
-Repita eso señor Granger. -dijo el profesor poniéndose de pie. Lenta y calculadoramente.

Steven me miró y luego se mordió el labio. Frunció el entrecejo y habló.

-Ya se sienta, Stephanie ya se va a sentar.
-Me gusta el apellido de Steven. -me dice Jade en voz baja para que el profesor no la escuche-. Me recuerda a Hermione.
-¿Hermione? -pregunto mirando a Steven aún.
-Si, la de Harry Potter -dijo como si fuera eso muy obvio.
-¡Ah!

Steven miró a Deamus, y por la cara que puso, seguro Deamus lo miraba mal. Rió bajito y luego me guiñó un ojo. '¡Pero que idiota!' gritó mi cerebrita, que parecía escandalizada.
Es solo un guiño. No significa nada.
Me encuentro caminando con Deam y Jade bajo el umbral de un pórtico enorme que da hacia un jardín interno. Todos los árboles están secos. Solo uno tiene aún hojas amarillentas. Nos sentamos en un banco. Jade saca su libro y de él un grupo de hojas A4 engrapadas en la que hay un diálogo.

-¿Ya te lo memorizaste? -me pregunta sacándolo de su cuaderno.
-No -negué con la cabeza y me mordí el labio.

Hice una mueca, que indicaba que no tenía ni idea de que era eso.

-¡El diálogo! -se abanicó con los papeles dos veces-. de la obra teatral. Joder. ¿No sabías nada?
-No. ¿De qué obra es? -ví la primera cara.
"Romeo & Juliet-William Shakespeare"
-Un clásico -dijo Deamus leyendo el título.
-Ay no, maldita sea. -empecé a contarlas hojas- ¿Para cuándo es?

Voy 14 y aún faltan más. Que no sea para hoy. ¡Por favor!.

-Para mañana. ¿______ en serio no sabías nada? -se acomodó su largo cabello a un lado-. Eres Julieta.

Sonreí de oreja a oreja. Me mordí el labio y alze las manos gritando -¡EURECA!- Mierda. Son 37 hojas. Y hoy tengo trabajo.
Venga, tengo que organizarme. En el break repasaré, Mmm, pensé un momento, 20 primeras hojas. Al principio Julieta no aparece mucho. Y sus diálogos son muy cortos. Luego en la noche, me aprendo lo demás. Espero que sea fácil. Cosa que dudo. Por que el papel de Julieta es uno muy detallado. Y romántico. Me muerdo el labio. ¿Quien será Julieto?. '¡Tonta!'. Se burla mi cerebrita. 'Es Romeo idiota'.
No me insultes. A mi no me digas nada más. Y ya callate, Nadie pidió tu opinión.
'Soy lo que en verdad tu piensas pero no quieres aceptar. Soy eso y lo sabes', me contestó al cabo de un momento.
No lo sé, tú y yo pensamos muy distinto.
'Es porque te engañas mucho', me replicó ella.
No me engaño. Solo creo lo que es mejor.
'Quieres creer lo que es mejor, lo que no siempre es lo que en verdad crees', dijo finalmente.
A veces es tan lista, otras tan antipática. Es una bipolar. Al menos en eso se parece a mí.

-Eres Julieta, -me dijo Deam con cariño-. Eres perfecta para el papel.
-No lo creo -niego con la cabeza-. No soy como ella, apuesto a que no tiene tantos cambios temperamentales como yo -Suspiro inundándome en mis pensamientos-. Al menos ella encuentra a su príncipe azul.

'Los príncipes no existen', dice mi cerebrita con los brazos cruzados y golpeando el suelo con la punta de su pie.

-Yo sé que, si bien no será quizá un príncipe azul, encontraras una persona que sea muy especial. -me dice mientras toma mi mano-.Que tu llegaras a amar -añade en voz baja, una voz que expresa dolor.

Me siento mal por él. ¿Qué puedo hacer yo? Tengo ganas de abalanzarme hacia él para consolarlo, pero sé que no soy la indicada para hacerlo.

-Te quiero, gracias por todo Deam.
-Siempre que lo necesites, cuenta con migo. Para lo que sea. Lo que sea.
-Lo tendré en cuenta.
-Oye ______ eres una malvada. Como le pudiste hacer eso a Adam. -dice Jade, embelesada mirando un roble ubicado en el medio del jardín.
-Dios, Jade. -me quejo.

Que la tierra me coma. ¡Como se le ocurre decir eso!.

-¿Quién es Adam? -pregunta Deamus.
-Nadie -regaño entre dientes.

Poso mis manos en mi cabeza y me agarro con fuerza el cabello.

-Es un joven de mirada intensa, cabello perfecto, talla ideal, labios rosas perfectamente contornados y carnosos. Cortesía de _____. ¡Ah! y le salvó la vida.

Deam me miró boquiabierto. Me dió un poco de gracia su gesto, pero me guardé la sonrisa para mis adentros. Mantuve mi cara seria, y alzé la vista, asentí. Y luego hize un mohín.

-Solo me resbalé -digo ruborisándome un poco.
-¿Por que querías saber su nombre? -preguntó Jade alzando una ceja.
-Dilo -me dijo Deamus.
-Porque ese hombre me impactó. -empiezo a jugar con mis dedos.
-Y sabiendo lo raro que es que un hombre impacte a ______ -Jade chasqueó la lengua-.
Tienes competencia Deam.
-No -negó él con la cabeza-. Yo solo soy su amigo.
-Y creador de la Friend Zone -dijo Stephanie.

Nos había estado espiando todo este tiempo. ¿Habrá oído lo de Adam?. ¡Aich! Por qué es tan mala con Deam, ¿Él que le hizo?.
Aprieto mi mandíbula al pensar en como se debe estar sintiendo él. La fulminó con la mirada. Al parecer se ve un poco intimidada, por que giró sobre su talón y se fué. Con Steven y su otro amigo, cuyo nombre no recuerdo bien.
¿Por qué con Deam? ¿Será asi con todos? Necesito saber, para entenderla si es que puedo. Lo tiene todo. Al menos eso parece. '¿Y si tal vez no tuvo unos padres que le instruyeran?'
Jade me despierta de mis pensamientos, con un golpecito en el hombro.

-¿Qué? -digo volteándome para verla.
-Creo que ya nos toca clase de Escenificación. Y probablemente la profesora te comente que eres Julieta.
-Vale, pues entonces vamos.

Nos paramos y tomamos nuestras cosas. Llegamos a la puerta blanca, cerrada, que indicaba que éramos los primeros en llegar. ¡Uf! Que alivio.

-Adiós Deam, -me despedí de él con un abrazo-. Nos vemos al rato.

Y entro, seguidamente Jade hace lo mismo. Nos sentamos y esperamos. Habrán pasado unos dos minutos, cuando el aula se empieza a llenar. Voy donde están Steven y Zoe. Steven me rodea con un brazo. Un gesto un poco inapropiado para mí, aunque todos lo hagan.
Me muevo incómoda con la intención que note mi desconforme.

-¿Tiene esto algo de malo? -dice al frente.

Soplo y levanto los cabellos que caían en mi frente.

-Si para mí. -y le miro.
-Yo creo que no -mira hacia su izquierda, donde estoy yo.

Veo sus ojos verdes. Realmente verdes, y siento que por un momento no me molesta estar ahí. No siento ningún tipo de incomodidad. Y eso hace que esboce una sonrisa.

-Bueno, no tiene nada de malo -luego digo en voz baja-. creo.
-No -miró su guion en la mesa-. Y hay que prepararnos, por que yo voy a ser Romeo.
-¿¡Qué!? -digo alarmándome más de lo que pretendía.
-¡Porqué! -escuché exclamar en voz baja a Deam, desde afuera.

Me sonrojé un poco.

-¿Y tiene eso algo de malo?
-Pero -me solté de él-. creí que tú no querías hacer ninguna obra conmigo después del último inconveniente.
-¡Bah! Eso ya pasó y no importa ya -volvió a abrazarme-. Además, fue divertido.
-Si tú lo dices -me encogí de hombros.

Sentí un jalón en la manga izquierda de mi blusa. Giré la cabeza sobre mi hombro y mi cabello le azotó en la cara a Steven, obligándolo a soltarme. Corrí disparada a perseguir a Jade que reía como loca mientras se alejaba a grandes zancadas. Utiliza muy bien sus tacos. Yo no podría. Corríamos cual escolares, yo con los brazos extendidos hasta al frente, riéndome muy contagiosamente. Dimos dos vueltas al aula. Empezando la tercera, puedo escuchar cerrarse la puerta muy fuerte a mis espaldas. Me paro en seco y me mantengo encogida de hombros esperando lo peor. Si es la profesora, me jodí. Por qué siempre con ella, maldita sea. Siento todas las miradas sobre mí, y mis mejillas, orejas y frente se ponen rojas, tengo un feo bochorno en la cara. Giro despacio, y veo la alta figura de Rose, la señorita que enseña la disciplina de Escenificación. Esperé que dijera algo como "¿Otra vez Daniela?", "Ya sabes que hacer" o "¿Cuando no _____?". En lugar de eso me sonrió y se acercó a mí con paso decidido. Yo quedé completamente petrificada. No es esto lo que estaba esperando. Se posó frente a mí.

-¡Julieta! -exclamó y abrió los brazos para abrazarme-. ¡Oh Julieta!
-Pero que demonios. -digo cuando me soltó.

Se volteó y se dirigió a los alumnos.

-Y así alumnos mios, estoy ocultando por medio de mi actuación, -gesticulaba con las manos mientras hablaba fluidamente-. mi inevitable molestia por la señorita. Siendo esta la única manera de no explotar de furia, frente a ustedes.
-Esto… ¿eso no es ser hipócrita?
-Eso.es.ACTUACIÓN -repuso ella.
-Oookeey, ¿y me voy con el conserje o que?
-Te daré una oportunidad, hoy no irás con el regidor, solo serás Julieta, -señalo a Steven con una elegante reverencia que solo a ella le sale tan bien- y él tu encantador Romeo.

Steven me guiñó un ojo, y yo puse los ojos en blanco, resoplé y me senté en primera fila, como de costumbre. ¿Que me hará hacer ahora? Rara vez estoy en su clase. Soy una niñita descarriada. ¡Me encanta! 'Te mete en problemas'. Y ahí vamos de nuevo. ¡No!. Todos empiezan a sacar sus libros de apuntes, y yo los imito. Abro el cuaderno en donde separé una caratula que decía "Disciplina: Escenificación; Encargado(a): Rose Paulette Lí; Ciclo: Primero; Universidad: Universidad federal de Londres; Regidor: Sebastian Kennedy"

-¿Live crazy life? -empezó diciendo Rose-. ¡Si!, ¿Pero como vivir libre sin llegar al libertinaje? El derecho de uno termina donde empieza el de otro, algo así es la actuación. Una buena interpretación termina donde empieza la exageración.

-¿Vamos al teatro a ver la obra de los del cuarto? -Decía Deam mientras se acomodaba su mochila en su espalda.
-Claro, me encantaría a mí, Jade tu que dices- la miré cuando terminamos de bajar los peldaños para llegar a la reja de salida.
-No lo sé, supongo que sí. ¿Que obra harán?
-Creo que es una adaptación, o algo así. -respondió Deamus-. Hasta luego señoritas.

A Jade le dió un fugaz beso en la mejilla y a mí uno en los nudillos. Me recordó que fué eso lo que Niall Horan me hizo la última vez que lo ví, sonreí bobamente y parece que Deam me malinterpretó. Me siento incómoda pero lo intento ocultar, con éxito.

-Hasta luego Deamus. -le digo cuando al fin se empieza a alejar.

Voltea a verme y nos sonríe. Saca su celular del bolsillo y empieza a marcar un número. Suena y vibra el móvil de Jade lo que la hace saltar. Mira su pantalla y ríe leyendo algo. Me enseña el teléfono y leo: "Somos unos oshitos ricos que ruedan bobamente en el suavecito césped del desierto". No puedo evitar sonreír, y rodar los ojos.

-Ya se estaba comportando muy normal -dije y acompañada de Jade fui a la cafetería 2, que era la más cercana a aquí.

Entramos y empezamos a oler el menú de hoy. Parecen embutidos, algo alemán supongo. Nos sentamos en una mesa para cuatro y en las dos sillas sobrantes se sientan Zoe y Antu.

por **Isabel''** Dom 17 Nov 2013, 6:15 pm

Empezamos a charlar. Se hacen más notorios mis cambios de humor. Cuando veo que la fila para entrar a un puesto de ventas se ha acortado un poco me dispongo a preguntarles a mis compañeras si les compro algo.

-Me traes un agua mineral con gas, por favor. -para Jade.
-Una lata de coca-cola y una barra energética -para Zoe.
-No nada descuida -me sonrió Antonella.
-Bien, ya vengo. Agua mineral con gas, coca-cola y barra energética. Lo tengo.

Voy en camino al puesto, y de paso saludo a tres personas que he visto en clases. Pierre, Lucas y Angie, creo. Me golpeo con la pata de una silla y cierro fuerte los ojos de dolor. Pero camino como si nada hubiera pasado. Mierda, como duele. No voy a chillar, justo tenía que ser de el meñique el lado que se golpeó. Llego a la tienda.

-_____ ¿Que te pasa? -me dice Miriam amablemente.

Miriam es la encargada de vender los productos. Es una señora de cabello negro azabache, resaltando algunas canas. Tiene ojos hundidos, nariz aguileña, labios finos y frente ancha. Es delgada y alta. De mi estatura prácticamente. Tiene en su cara dibujada una sonrisa preocupada.

-Estoy bien, gracias por el interés. -digo sobándome mi pie imaginariamente.
-No hay de qué, querida. ¿En que puedo servirte?
-Me da una coca cola en lata, una botella de agua mineral con gas, mmm… sí de esa marca estará bien. Y una barra energética. ¡Ah! y para mí… -Miriam me interrumpió.
-Toma querida, y ya sé que es lo que quieres.

Me entregó una bolsa de plástico blanca, revisé el contenido y ahí estaba todo incluido un pomito de Nutella, con sello. Siempre me da eso, pero olvido como se llama.

-Gracias Miriam, mmm… ¿cuanto es?
-Son 7 euros.
-Tengo 5 solamente, te los doy y ahorita te traigo el que falta ¿Vale?
-Descuida mi niña.

Aunque sea al menos a alguien le caigo bien y para el día que he tenido, al fin alguien me trata con cortesía. Le sonrió amablemente, le pago con mis escasos cinco euros y regreso a mi sitio con mi dedito meñique latiéndome. Mientras voy caminando doy golpecitos a la bolsa con mi rodilla. Jade saca su cartera de mi silla que, supongo, estaba reservándome. Pongo la bolsa ahí y ella junto a Zoe me dan los euros que faltaban y corro donde Miriam para pagarle. Al regresar encuentro en la bolsa mi Nutella toda machucadita por los golpes que le di. Pero me la como igual. Tengo tanta hambre que me comería toda la cafetería entoldada. Empiezo a leer el libreto que Rose me dio. Una rápida lectura y con un resaltador marco mis intervenciones. Empiezo a memorizármelas.

-Siempre te dan los protagónicos –dice Antu al verme resaltando el nombre Julieta.
-No siempre Antonella. –digo alzando la vista para poder verla.
-¿Qué haces? –me pregunta ella.

-Resalto lo que tengo que hacer –y regreso a lo mío.

por **Isabel''** Dom 17 Nov 2013, 6:39 pm

Listo :)

por **Isabel''** Miér 25 Dic 2013, 8:40 pm

[…] (El día del evento de benefactores)

-Oye, _____ ¿Niall no te ha llamado? -me dice Jade mentas yo alacio su cabello.

-Sí, curiosamente han invitado tambien a Harry -digo riéndo.
-Oh my Gosh! -se volteó a verme y por suerte yo ya había alejado las tenazas.
-Jade, si no quieres que te mate, quédate tranquila -refunfuñé.

Ella hizo un puchero y se sentó bien viéndo el
espejo.

-Muy bien -terminé de alisarle el cabello y me fuí a bañar.

Entré en la ducha y abrí la regadera. Esperé un momento a que se calentara el agua, entré bajo el chorro y empecé a masajearme el cuerpo. Tomé la botellita de gel corporal en mis manos e hice espuma. Me encantaba bañarme en casa de Jade. Su shampoo olía delicioso. Y el gel era de manzanilla, jazmín y algunas flores silvestres.
Me sequé con MI toalla y me envolví en ella para salir.
Agarré el cepillo y desenredé mi cabello completamente mojado, que llegaba justo debajo de mis pechos.
Salí del cuarto de baño y ví que Jade ya estaba arreglándose.

-¿Y con quién irá Harry? -me preguntó.
-Mmm… Stephanie Whitham.
-¿Y Steven? -me preguntó naturalmente.

Ya nos habíamos acostrumbado a sus cambios de pareja.

-Al parecer la encontró besandose con el capitán de béisbol.
-Le gustan los capitanes.
-Eso creo.

Entré al cuarto de invitados a cambiarme y ahí en la cama estaba el vestido que Niall me regaló. Lo rocé con la yema de mis dedos y dejé caer la toalla que me cubría.
Me puse una lencería gris. No acostrumbaba usar prendas tan diminutitas, pero esta sería la escepción. No lo sé, me antojó.
Deslizé mis pies dentro de los tacones. Eran realmente bellos, y con el dinero que no gasté por el vestido utilicé un poco para comprarlos.
Me metí en el vestido y Jade abrió la puerta. Me ayudó con el encaje y noté una cintura que no sabía que tenía. Jade me prestó un collar de perlas y lo acepté por que yo no tenía uno. Jade me ayudó con el maquillaje: gloss, rimel, rubor y delineador; nunca he usado sombras y siento que me veré rara con ellas, aunque a Jade le queden bien. También accesorios y listo.

-¡Me encanta! -exclamó Jade.
-A mí tambien me encanta el tuyo. Dorian rodará por las escaleras al verte.
-Y Niall te va a querer comer.

La miré con los ojos entrecerrados y ella se cruzó de brazos. Nos quedamos viendo así un rato y yo me paré de la cama por que si no terminaría con el trasero más plano que el de Taylor Swift.

-¡Ay no! ¡ya llegaron! -gritó Jade cuando el timbre sonó.

Nos quedamos petrificadas viéndonos entre nosotras. El timbré volvió a sonar.

-¡¡Anda abre la maldita puerta!!
-¡¡Abrela tú!!
-¡Es tu casa no mía!
-Rayos -masculló

El timbre sonó por tercera vez.

-¡¿Tu flota de empleados?!
-¡¡Les dí el día libre!!
-¡Fuck!
-Dejemos de gritar -dijo bajándo la voz.
-Muy bien, muy bien. ¿Ahora qué?

Nuestro cerebro abandonó su lugar y mis neuronas se desmayaron al ver a Jade desesperada. El timbre volvió a sonar y sentí que era el peor sonido que jamas había oído.

-¡Que la virgen vaya! -volvimos a gritar.
-¡Argg! -dí un portazo y bajé las escaleras con cierta torpeza por los tacos.

Abrí la puerta y me derretí. Me quedé con la boca ligeramente abierta y los ojos abiertos como platos. Niall estaba en esmoquin. Había olvidado que lo compramos el otro día. Lo miré de pies a cabeza y me recoste en el umbral de la puerta. Dí un silbido.

-_____, estas… i… increíble. -me mordí el labio.
-Y tú latigable (lo dije en español).
-¿Yo qué? -me preguntó embobado.
-Nada, se te vé muy bien -me acerqué a abrazarlo.

Él hizo un recorrido con sus manos hacia mi cintura causando un pequeño cosquilleo. Rodeé su cuello con mis manos y plantó un pequeño beso en mi mejilla. Me dejó en estado de shock y mis neuronas que se levantaron al verlo, y otra vez se volvieron a desmayar.
-Me encanta como te queda -me separé un poco de él a regañadientes.

El traje me dejaba una silueta perfecta de sus hombros y se ajustaba en su cintura. Se veía realmente bien. A mí sorprendió su cuerpo y sus ojos resaltaban. Había dejado su cabello un poco despeinado y lo agradecía. Detrás de él ví a Dorian recostado en un BMW.

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DILEMMI (N.H.)

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