Nota de suicidio (One shot) ORIGINAL Terminado

Parte 1


Caminaba sin rumbo alguno por las desoladas calles de mi ciudad. Me dirigía hacia mi destino. El cielo estaba nublado y había una gran ventisca. Mi mente se concentraba en estar en blanco. No quería pensar en nadie. No podría hacerlo, llevaba demasiado tiempo tratando de buscar una solución. Pero no había salida, era como el carrusel. Sólo que sin niños felices, ni deslumbrantes caballos en los cuales uno se podía sentar. Una vez que entrabas no salías. Tanto tiempo sentado escuchando como todos se mofaban de mí, y yo sin hacer nada. Insultos, golpes y demás cosas que me llevaron a esta situación. Mis padres me despreciaban y mis hermanos me molestaban. En un momento llegué a pensar que era adoptada, pero era demasiado parecida a mi madre como para poder serlo. Mi pequeña hermana y mi hermano mayor, dos terremotos andantes. Ella me sacaba cosas, mientras que él me ignoraba. Mis compañeros eran los peores, me molestaban por ser diferente. La sociedad en sí te impulsa a ser una copia idéntica de los demás, pero yo tengo otros ideales y pensamientos. Soy libre en todos los aspectos, mientras que ellos no. Me acusan de monja, chupa medias y demás cosas por ser buena alumna.
Ya no hay salida, no dejaré que nadie me convenza de hacer lo contrario. Me cansé de auto-flagelarme, quería una solución fácil y menos dolorosa. Múltiples cortes se hallaban en mis brazos y piernas. Todo esto por la mierda que había a mí alrededor, pero no todo causado por mis compañeros y mi familia sino por él. Mi primer amor, mi primer beso, mi primera vez, mi primer novio, Liam Payne. Todavía recuerdo el día que lo conocí, se veía tan guapo con su chaqueta de cuero y sus jeans. Pero todo fue una simple ilusión. La típica historia del popular y la nerd, como la dama y el vagabundo. Dos clases distintas, dos estatus distintos. Pensaba que juntos podríamos derribar ese prototipo de alumnado, pero me equivoca. Sólo era un rufián, un sin vergüenza, un asqueroso manipulador.
La primera vez, la recuerdo como si fuera ayer. Segada por la emoción me dejé llevar, sin darme cuenta de que me estaban filmando. Los días de vacaciones de invierno habían pasado lentos y agotadores sin sus llamadas, ni sus visitas. Lo esperaba como una esposa que espera que su marido vuelva de la guerra. Recuerdo haber terminado las vacaciones con una sonrisa, él me había enviado un mensaje. Me declaraba su amor, pero eran sólo palabrerías. Llegar al instituto fue lo peor que pude hacer, me hubiera quedado en la cama ese día. Las risas se escuchaban por el pasillo. Estaba acostumbrada a que se rían de mí, pero no tanto como ese día. Comencé a ver muchas personas reunidas en el sector de audio-vídeo. Recuerdo verlo con una sonrisa burlona. Les estaba enseñando el vídeo de mi primera vez haciendo el amor con él, aunque creo que sólo fue sexo. “Gané la apuesta” gritaba triunfante por el pasillo. Le pedí una explicación, a lo que él contesto “cariño, no quiero nada contigo. Era una puesta, fuiste difícil de conseguir monjita”. Mis lágrimas caían a montones. Es hasta el día de hoy que lo sigo viendo, se enamoró de otra chica. Pura coincidencia que fuera mi hermana, pero así es la vida.

Parte 3


De repente aparecí en mi casa, el destino me estaba mostrando como eran las cosas después de mi suicidio. Sonó el teléfono, mi hermana sonriendo atendió la llamada.
- ¡Mamá! – Gritó ella llorando a mares. Jay, mi madre, bajó rápidamente a ver lo que sucedía. Jessy le entregó el teléfono y se echó a llorar. Todos se reunieron alrededor de mi madre que no admitía palabra alguna. Se había quedado dura mientras unas cuantas lágrimas silenciosas salían por sus ojos.
- Mi bebé ha muerto.- Dijo llorando a mares.
- ¿De qué diablos hablas Johana? – Mi padre sacudió su cabeza negando lo acontecido. Mi hermano subió corriendo las escaleras, lo seguí.
- Se ha suicidado. – Entré a mi propia habitación, es raro decirlo después de haber pasado a otra vida. Encontró mi nota y empezó a leer. Sus lágrimas salían sin control alguno. Bajó las escaleras y mostró la nota, mi nota de suicidio.

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Fue raro estar en mi propio funeral, todos estaban allí. Desde mis compañeros de curso hasta mis familiares lejanos. El sacerdote hablaba de mi vida mientras todos lloraban. Se podía leer perfectamente mi nombre en la lápida.

Rachel Lea Tomlinson

1994-2012
Ángel, de alma pura y bondadosa. Amada y querida por todos.



Al lado de mi lápida había muchas flores, jazmines, rosas, tulipanes. Todos de luto. Siempre pensé que el negro era un color aburrido.
Cerraron mi ataúd. Vi como enterraban mi cajón, con mi frío e inerte cuerpo dentro de él. Me habían vestido de negro, me habían maquillado y cerrado mis ojos.
- Extrañaremos su sonrisa, sus bromas y sus cambios de humor. No creemos que se haya ido, parecía ayer la última vez que vimos sus hermosos ojos verdes. Aunque no esté físicamente sabemos que estará siempre con nosotros. La amamos y la amaremos por siempre. Descansa en paz pequeña hermanita, espero poder volver el brillo en tus ojos alguna vez. – Decía Louis, mi hermano, tirando un ramo de flores cerca de mi lápida. Todos se fueron, llorando.
Fui a mi casa con mi familia, ellos no me veían. Me senté junto a mis padres en el sillón, mis hermanos se sentaban a sus pies. Luego de un rato, ellos subieron rápidamente las escaleras. Entraron en mi cuarto y se sentaron en mi cama. Comenzaron a cantar nuestra canción preferida, subieron mis padres y se unieron a la hermosa melodía. Sin darme cuenta comencé a cantar con ellos y derramar unas cuantas lágrimas. “Estoy aquí” escribí en el espejo de mi cuarto para luego irme, no podía estar siempre allí. Los estaría cuidando, pero desde otro lugar.
Lo último que supe fue que mis padres murieron 10 años después que yo, Louis formó junto con su novia, Eleanor, una exitosa empresa llamada “Tomlinson&Calder”. Mi pequeña hermana