Early Winter (Joe Jonas y Mar)

Nombre: Early Winter
Autor: stanzi
Adaptación: NO.
Género: Drama y Romance/One Shot
Advertencias: Ninguna
Otras Páginas: Tumblr.

Estaba demasiado borracha, pero aún tenia clarísimos mis pensamientos: Joe mi “mejor amigo” se acababa de casar.

-¡Tranquila Mar!- Dijo Joe, volteando la cara para tratar de evitar la ráfaga de besos que yo estaba propiciándole y por más que se volteaba, yo buscaba su boca con desesperación y necesidad, mientras el me cargaba al patio trasero del salón donde se estaba dando la recepción. Me puso en el suelo y se sentó a un lado mío. De un momento a otro las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos sin más preámbulos.
-Pero, Mar- Dijo secándome las lagrimas que brotaban sin cesar.- ¿Qué te pasa? Jamás te he visto llorar así- en su rostro se tornó un gesto de preocupación porque de hecho, jamás me había visto llorar. Yo era la clase de persona que no muestra sus sentimientos fácilmente, pero ahora lo hacía y enfrente de Joe. –¿Por qué te casaste con ella?- pude decir balbuceando.
- Porque de verdad la amo Maricela. Te juro que yo no sabía-dijo serio, lo cual hizo que sollozara más fuerte. – ¿Es que nunca te diste cuenta idiota? –Dije en un susurro.- ¡¿Por qué no te diste cuenta de que yo te amo?! –a la medida de mis palabras iba dejándome caer en el regazo de Joe. – ¿Que no fue claro todo lo que hacía por ti? Es por ti que me acerqué a tu hermano Nicholas. Por ti. –Comencé a temblar, estaba haciendo demasiado frio, pues estábamos en invierno; Joe tomo su chaqueta y la puso sobre mis hombros. –Enserio no me lo imaginé, no sabía…-dijo después de unos segundos. Me levanté rápido de sus piernas y limpié con el torso de mi mano las lagrimas que no dejaban de correr.- Y si lo hubieses sabido… ¡¿qué Joe?! Eso no cambia nada.
-Pensé que enserio te gustaba Nick… Tú me dijiste que él era el que te gustaba-Dijo reprochándome.
-¡Por favor Joseph!- dije molesta- Eso era lo que quería que tu vieras pero en realidad quería tenerte a ti. Limpié de nuevo las lagrimas, las negras y espesas lagrimas que corrían por mi rostro congelado.
-Esto es muy confuso Mar. –dijo cabizbajo. Me levanté y comencé a caminar hacia el aparcado. – ¡Espera!-gritó.
-¡¿Mas?! –respondí mientras corría a donde estacioné mi automóvil y comencé a manejar sin rumbo fijo. Las lágrimas seguían brotando y recorriendo mi rostro, lo cual hacía (junto con la nieve) imposible la vista. Manejé mucho más sin importarme nada, tal vez por horas no sé, hasta que me detuve porque el dolor, las lágrimas y la nieve aumentaban. Pegué mi rostro al volante y seguí llorando sin consuelo alguno por mucho tiempo, tanto, que el frío entumeció mis manos y empañó los cristales.
Oí unos golpes en la ventana, así que distraídamente la abrí; era Joseph. Quien sabe cómo, pero me había encontrado. Rápidamente abrí la puerta ya que su aspecto no era el más favorable pues tenía los labios verdes casi azules y estaba demasiado pálido.
-Le he dicho todo Mar- dijo una vez que recupero su respiración.
-Espera, ¿de qué estás hablando?- dije un poco emocionada.
-Le dije a Chelsea, que eres tú. Eres la que yo amo, por la que sufrí tantos años al verte con mi hermano menor, por la que busqué horas en el crudo invierno y la que me hizo estar acá ahora. –tosió, sus labios ahora eran azules. Las lágrimas comenzaron a brotar de nuevo por mi rostro pero esta vez eran de felicidad. Lo que había esperado y forjado por años era verdad. Abracé a Joe con las pocas fuerzas que me quedaban, pues mi cuerpo estaba entumido. Puse a Joe en el copiloto e intenté encender de nuevo el automóvil pero vaya sorpresa que me lleve, el motor se había congelado. Me quede pasmada viendo hacia la nada, era imposible quedarnos en el auto en medio de la nada y con un invierno adelantado. – Tranquila Mar- susurró Joe. No tarda en amanecer, nos encontrarán. Respondí a sus palabras con una sonrisa y me pasé al asiento de atrás para después ayudar a Joe y recargarlo en mi regazo. Joe estaba casi congelado, lo único que cubría su pálido y frio cuerpo eran sus pantalones y su camisa; La chaqueta la tenía yo.
-Mar, tengo mucho frio-susurró buscando mi rostro. ¡Oh no! sus labios ahora eran morados.
-Calma Joe- dije desesperada- No te duermas amor, no te duermas . Me quite su chaqueta y se la puse encima. Trate de frotarlo, pero estaba igual de entumida que el.
-Mar, enserio, tengo mucho sueño, déjame dormir…-sus ojos comenzaban a cerrarse y su labios oscurecían cada vez mas.
-No, Joe, no te duermas, esta por amanecer amor, vamos que podemos, tenemos que poder, no me dejes, no ahora. Me levante poniendo su cabeza con cuidado en el asiento y me acosté encima de él, pasándole el poco calor que tenía mi cuerpo. Lo abrazé fuertemente y lo bese con cuidado y desesperación. Era la primera vez que nos besábamos y fue demasiado dulce, pero frio. Su aliento era de mas gélido, y su boca que por segundos estuvo inerte, comenzó a moverse en compás con la mía. Recargué mi cabeza en su pecho- Vamos Joe, no te duermas corazón… Ya sé, vamos a cantar ¿si?- dije tratando de animarlo. Comencé a tararear la canción con la que nos habíamos conocido, “Better Today”. Tarareé hasta que mis labios no pudieron seguirse moviendo. Joe, con el poco calor que le ofreció mi cuerpo seguía respirando, temblaba pero lo sentía respirar y eso era “bueno”. Lo vigilé por unos minutos más, pero mis ojos no aguantaron y me deje llevar por el frio y el sueño.
Me despertaron los rayos de sol que se colaban por el cristal que ya no estaba congelado; me incorporé y ahora era Joe el que tenía mi cabeza en su regazo, sus labios ya no estaban más morados y en su rostro había desaparecido la preocupación y el dolor.
-¿Ya no tienes frío? –pregunté tontamente, pues yo tampoco me sentía mal.
-No- respondió fulminándome con una sonrisa. – Y me siento mejor que nunca. Dio un suave, dulce y corto beso en mis labios. –Vámonos Mar, ya no tenemos que preocuparnos más, ahora estamos juntos, empecemos a vivir nuestro amor. Abrimos la puerta con rudeza sacando la nieve que la atrancaba y tomados de la mano comenzamos a caminar por el sendero de nieve casi derretida.
De repente se oyeron unas sirenas a lo lejos, la nieve que quedaba se tiño de rojo y azul y con pisadas de unos hombres que transportaban camillas y equipo médico rodeando el automóvil. Pero ya era tarde;J oe y yo, habíamos escapado a un mejor lugar, sin juicios ni dolor, donde podríamos ser felices sin preocupación y sin rencor.
-Han muerto- exclamó el oficial de policía en jefe. La mujer que vestía de novia oía lentamente la noticia; impactada, se tiro al congelado suelo llorando desconsoladamente.

omj los dos murieron
que trsite :(
estuvo muy buena