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Mensaje por Good Vibes. Jue 15 Ago 2013, 10:42 am

CAPITULO 6.


El domingo a última hora de la mañana, papá escuchó mi propuesta, mirándome por encima de sus gafas de lectura. Su pelo estaba desordenado, sus gafas posadas de manera torcida sobre su nariz, y tres diferentes periódicos del domingo estaban extendidos delante de él en la mesa del comedor. Ese es mi papá, un lindo nerd. 
—Bueno, Hayley, con este calor, el césped no crecerá mucho, y Fred dijo que regresará la próxima semana, pero si realmente quieres cortarlo...
—Lo haré.
—¿Sigues ahorrando para esa cámara?
—Sí.
Él sonrió y volvió a su lectura.
—¡Bonito atuendo! —Breeze me dijo cuando entró a la habitación, atando los
tirantes de su bikini y oliendo a aceite de bebé.
Tiré de mi camiseta de algodón sin mangas, que una vez (el año pasado) tuvo dos pequeños botones en la parte inferior del escote. La tela estaba perdiendo unos cuantos hilos también, y mis shorts lucían andrajosos, pero el algodón absorbe el sudor, y el algodón delgado “deja pasar el aire”. Ademas, sólo íbamos a ser Breeze y yo en el patio trasero. 
—Hace calor ahí fuera.
—Dímelo a mí —dijo ella, revisando los periódicos para sacar los cómics—. Mi plan para la ropa de la escuela está absolutamente arruinado. Pero al menos puedo mantener mi bronceado.
—Lleven agua con ustedes —mi padre nos dijo, cuando nos dirigimos al exterior.
Dejé una caja de bolsas para césped y una botella de agua sobre la pequeña mesa al lado de la tumbona donde Breeze se extendió. Después de abrir la puerta del cobertizo, saqué arrastrando nuestra excéntrica cortadora de césped, la llené de gasolina, y comencé. La cortadora era ruidosa y olía mal.
Empujándola hacia adelante y hacia atrás a través del patio, con el sol cayendo
de lleno sobre mí, ignoré todo a mi alrededor.
A mitad del césped, me detuve para vaciar el recolector de césped y escuché el
CD favorito de Breeze. Ella había dejado de usar audífonos, así que me imaginé
que estaba en su celular. Mientras traspasaba el césped podado de la bolsa de
lona, a la de plástico, oí su risa, luego oí reír a Harry, y se me cayó el césped por
todas partes. Rápidamente me agaché dándoles la espalda y recogí montones de la materia verde suelta. Pedazos se me pegaron en mis brazos sudados y piernas. Genial, pensé, luzco como si me estuviera creciendo pelaje verde.
Queriendo agua y necesitando bolsas, miré por encima del hombro, debatiéndome en qué hacer. Harry estaba tumbado en la tumbona junto a la de Breeze. Estudié el cerco de privacidad de seis pies que rodeaba nuestro patio, anhelando un machete. Bueno, Harry no sería el primero de los chicos de Breeze en verme en mi peor momento, me dije, mientras caminaba hacia la terraza.
Harry y Breeze se volvieron hacia mí al mismo tiempo.
—Necesito bolsas. Y agua.
—Hola, Hayley —dijo Harry, sonriendo.
—Hola.
Sus ojos siguieron el rastro sudoroso y cubierto de césped desde mi cuello hasta mis pies. 
—Parece que estás trabajando duro.
—Así es.
Ahora sus ojos se movieron rápidamente hasta la parte superior de mi cabeza.
Conscientemente, extendí mi mano hacia mí desordenado cabello atado y hallé una rama de arce. Su sonrisa se amplió cuando me quité la rama con hojas.
—Por qué no tomas un descanso, y continuó donde lo dejaste —ofreció.
Breeze alzó sus cejas depiladas. 
—¿Con un brazo?
Se echó a reír. 
—Creo que puedo manejarlo.
—Gracias, pero lo hago para ganar dinero —le dije. Tuve que pasar entre los dos para agarrar mi botella de la pequeña mesa.
—Ella está ahorrando para algún tipo de cámara lujosa —explicó Breeze,mientras yo tomaba un largo trago.
—¿Sí? ¿Qué tipo?
—Una Olympus, una cámara analógica con lentes fabulosos.
—¿Así que te parece mejor la analógica que la digital? —Preguntó él.
Tomé otro sorbo. 
—Tengo una digital decente. Pero realmente tengo que entender la analógica. Cada medio tiene su propia fuerza, y quiero aprender ambos.
Él asintió como si comprendiera, como si estuviera realmente interesado.
—Quiero probar en blanco y negro, y hacerlo de la manera antigua,revelándolas yo misma, trabajando con una ampliadora. Creo que es importante entender la historia de la fotografía, lo que quiero decir es, experimentar la historia al hacerlo, para entender mejor las capas de proceso que se unen al tomar una fotografía y, bueno, eso es todo —concluí, al darme cuenta que me había puesto demasiado efusiva en mi tema, y con mi oyente—.Necesito hielo.
—Voy a traerlo —ofreció.
—Gracias, yo misma puedo hacerlo.
—Sólo iba a traer un poco más para Breeze y para mí.
—Así que ya conoces los alrededores. —Tan pronto como lo dije, quise morderme la lengua.
Uno de los lados de su boca se alzó. 
—Los refrigeradores son en cierto modo fáciles de distinguir.
Breeze agarró mi botella y la puso en la mano izquierda de Harry. Sus dedos eran lo suficientemente largos para asir con facilidad los tres envases de plástico. Después de que desapareció a través de las puertas francesas, tomé prestada la pequeña toalla de manos de Breeze para secarme la cara. 
—¿Sabías que iba a venir?
Breeze sonrió y encogió sus hermosos hombros dorados. 
—Él simplemente apareció. Dijo que había estado pensando mucho en mí y decidió venir. ¡Es agradable estar en la parte superior de la lista de prioridades de alguien!
—Sí. —Peiné hacia atrás los mechones de pelo que estaban pegados a mi cara—.Debemos estar a noventa [°F = 32°C]. Me gustaría que no hubieran cerrado la piscina.
Sentada con la espalda recta en su silla, Breeze miró por encima del hombro, como si quisiera asegurarse de que Harry estaba fuera del alcance del oído. 
Hayley —ella dijo—, necesitas cambiarte la camisa.
Me limpié el cuello. 
—Pero sólo llevo la mitad del césped. No quiero apestar otra.
—Puedes tomar prestada una de las mías. ¿Qué tal la Artscape que te gusta? —Ella ofreció.
—¿Tu camiseta Artscape azul? —Yo no lo entendía—. ¿Qué importa cómo me veo? Él no está aquí para verme.
—Exactamente.
—¿Entonces?
—Entonces... ¡Él es mío!
—Bueno, ellos siempre lo son —dije.
Ella puso los ojos en blanco. 
—Eres tan ingenua, ¡Es increíble! Eres igual que papá. Hayley, hay más de una forma de atraer a un chico. Mírate. ¡Sólo mira!
Miré hacia abajo. Está bien, la camisa estaba abierta donde los botones habían estado, tal vez estaba muy abierta. Y el sudor hacía que el algodón se adhiriera a mi piel.
—¿Por qué crees que estaba mirándote de la forma en que lo hizo?
Sentí mis mejillas ruborizándose. 
—Porque estoy cubierta de césped.
—¡No te hagas la tonta!
En ese momento, Harry llegó a través de las puertas hacia la terraza. Aplasté la pequeña toalla contra mi pecho. Harry nos entregó nuestras aguas con hielo, y luego acercó una tercera silla. Le di las gracias, me senté y traté de organizar la toalla en una forma más o menos casual, como una chica que acaba de trabajar fuera y arroja una toalla sobre su hombro. Pero no era lo suficientemente larga, y, cuanto más trataba de cubrir las áreas abiertas y pegajosas, más parecía como si llevara un babero de bebé.
Harry de repente volvió su cabeza, pero antes de que lo hiciera, lo vi reír.
Él sabía lo que estaba pasando.
Tiré la toalla. 
—Tengo cosas que hacer —dije, tomé un trago de agua fría, y me marché a cortar el césped.
 
Good Vibes.
Good Vibes.


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Mensaje por Good Vibes. Jue 15 Ago 2013, 1:03 pm

CAPITULO 7.


No tardo mucho en llegar el cotilleo a la escuela, y para el lunes en la tarde los rumores de Breeze y Harry volaban alrededor. Me frieron con preguntas en la oficina del periódico.
—¿Está Harry persiguiendo a Breeze o Breeze está persiguiendo a Harry? —Paige preguntó.
—No tengo idea.
—Varias personas que estaban con Breeze en el estacionamiento después del juego concordaron que fue Harry persiguiéndola a ella
—Bueno, ahí esta tu respuesta, —le dije, y volví a leer el artículo de Louis de modo que pudiera encontrar la foto perfecta para él.
Harry llamó a nuestra casa el martes y el miércoles por la noche durante la semana. El viernes por la noche, él y Breeze planearon verse después del partido, incluso yo estaba un poco curiosa sobre si ellos se unirían a la famosa reunión post-juego que normalmente era celebrada en casa de uno de los jugadores. Toda la gente cool estaba invitada. Harry y Breeze eran ultra-cool, pero, por supuesto, Zayn podía estar ahí y Zayn era ahora la única estrella del equipo y no podías insultarlo.
El viernes por la noche, antes del juego, cuando estaba en la línea de banda revisando mi equipo, recibí una visita sorpresa de la estrella del equipo.
—Haaay-ley, —dijo.
—Zayn. ¿Qué sucede?

—Esa foto que tomaste la semana pasada, —el comenzó.
—Una de las que imprimiste de nosotros en ¿El Mensajero?
Era una foto fabulosa, si podía decirlo de mi misma. Zayn estaba parado en la línea lateral, sin casco, apretando un balón de fútbol americano en sus manos, mirando a la defensa. Sus ojos estaban en el juego, pero tenías la sensación de que él estaba visualizando grandes juegos de él mismo y la línea de ataque.
Usamos esa foto con una historia que Louis escribió acerca de las becas de atletismo en la universidad.
—¿Crees que podría tener una copia?
—No hay problema.
—Dos.
—Claro.
—¿Tres? —Preguntó—. Una para mis padres, una para mi abuela y una para mí. Mi mamá y mi abuela llevan un álbum de recortes deportivos de mí. Cada uno de ellos comienza con T-ball.
—¿Tienen un álbum de recortes sobre ti como un atleta de preescolar? —Intenté no reírme—. Bueno, está bien.
—¿Te importarían que sean cinco? —Preguntó—. Tú sabes, en caso de que un amigo quiera una copia.
—Voy a hacer cinco. Pero no lo difundas con los otros chicos, o toda la oficina del periódico se convertirá en un laboratorio fotográfico.
—Gracias. Hayley. Eres la más grande
Él volteó al mismo tiempo que lo hice yo, y vimos a Harry trotando atravesando el campo en dirección a nosotros. El brazo de Harry todavía estaba en un cabestrillo, y él lo sujetaba firmemente con la mano izquierda. Cuando estaba a diez pies de nosotros, dijo: —El entrenador se pregunta que estas haciendo aquí, Zayn.
Miré a través del campo.
—Naturalmente, usó palabras distintas a estas.
Zayn se echó a reír, para mi sorpresa. Él tenía que haber oído los rumores, tenía que haber sabido cuan rápido su amigo se había acercado a Breeze, pero se trataron del mismo modo de siempre.
Zayn me regaló una sonrisa.
—Nos vemos Hayley, ¿De acuerdo? —Se marchó rápidamente trotando y Harry lo siguió.
A pesar del hecho de que teníamos la ventaja de ser el equipo local, nuestro equipo jugó desordenadamente durante el primer cuarto. En el segundo cuarto, la defensa se recompuso, pero la línea de ataque tuvo problemas hasta el medio tiempo.
A los seis minutos de empezar el tercer cuarto, yo estaba arrodillada en el suelo,
hurgando en mi bolsa de la cámara, cuando me di cuenta de una pequeña sombra pegada a mi talón. Miré por encima de mi hombro. Una pequeña chica, tal vez de cinco años de edad, estaba de pie tranquilamente, apuntando su cámara plástica rosa hacia los jugadores. Había una valla que mantenía a la multitud fuera de la línea lateral, aunque los maestros y los padres de los jugadores algunas veces tenían permitido estar en el pasto. La pequeña niña me parecía familiar, e imaginé que era una de las hijas de los maestros o tal vez una integrante de una “Familia del fútbol” como la de Zayn, quienes asistían a cada partido.
Me sonrió con timidez.
—¿Cubriendo el juego? —Le pregunté, cerrando mi bolsa. Ella asintió con la cabeza—. Gran cámara.
Me sonrió abiertamente.

—Es una cámara de Barbie.
—No es broma.
—Realmente funciona, —dijo ella—. ¿Quieres ver?
Tomé su cámara y miré por el visor.
—¡Wow!
—No es una dichal. Cuando sea mayor, papi dijo que puedo tener una dichal.
—Bien, las digitales son buenas, pero hay algo muy especial en una cámara de Barbie.
Mire hacia el campo, donde los jugadores hacían fila para la siguiente jugada.
—Escucha, —le dije—, necesitas disparar de ahí atrás. A veces los jugadores
vienen volando sobre esta línea. Puedes salir lastimada.
Ella volteó hacia las gradas. Luego de vuelta al campo.
—Quiero una buena foto, —contestó con dulzura y tercamente. Sentí como que estaba viéndome a los cinco años de edad.
—Lo sé. Confía en mí, ¡Yo sé! Pero no quieres ser aplastada.
—No lo seré, —dijo, y se arrodilló a mi lado, apuntando su cámara hacia los jugadores
—¿Cuál es tu nombre? —Le pregunté.
—Emma
Me puse en pie y tomé su mano.
—Vamos, Emma. Te voy a mostrar un fantástico nuevo ángulo.

La estaba conduciendo hacia atrás a la primera fila de tribunas cuando vi a una mujer rubia bajando las escaleras hacia nosotros.
—Gracias —dijo, cuando nos alcanzó y tomó la mano de Emma—. Gracias, muchas gracias. Lo siento mucho. Su padre estaba llevándola a ella y a su hermana a los hot dog y de alguna manera debe haberla perdido.
—No hay problema. Yo acostumbraba a perderme mucho, también. Un placer conocerte, Emma.
Y continué fotografiando el juego, cuando ganamos por un gol de campo a uno punto tres segundos de que terminara el juego. Todos en Saylor Mill estaban extasiados… todos excepto yo… los goles de campo no hacen fotos muy excitantes.
Después del juego, el público salió lentamente, aún excitado. La noche era cálida, las estrellas brillaban suavemente, y los grillos cantaban como si aún fuera verano.
La gente se reunió en la hierba entre el estadio y el estacionamiento, esperando a que los jugadores salieran de los vestuarios situados debajo de las gradas.
Louis aún estaba adentro entrevistando. Sentada en un ladrillo de pared a mi lado estaba Kathleen, y yo examiné las fotos en mi cámara digital.
—Hayley, —Kathleen dijo, codeándome ligeramente—. Hayley, me parece que alguien quiere hablarte.
Levanté la vista.
—Bien, hola, Emma
La pequeña chica soltó una risita del tipo del jardín de niños, cambiando su peso de un pie a otro, queriendo hablar pero incapaz de pensar en algo que decir. Su cámara estaba colgando alrededor de su cuello.
—Disparaste todo tu rollo. —Le pregunté—. ¿Terminaste tu película?
Asintió con la cabeza y mostró sus hoyuelos.

—Uh-huh. ¿Puedo ver tus fotos?
Miré alrededor.
—¿Tú mamá sabe donde estas?
Señaló a la derecha, y su mamá nos saludó con la mano. Le regresé el saludo,entonces puse la cámara de manera que podía levantar a Emma sobre la pared
junto a mi. Esas pequeñas manos cogieron la digital más rápido de lo que yo podía pestañear.
—Yo la sujeto. —Dije, riendo.
Comencé a seleccionar las fotos de manera que ella las pudiera ver en la pantalla LCD. Ella quería ser la que presionara el botón.
—Bueno, el problema es que esta es una cámara terriblemente cara, —le expliqué.
—Por favor, Hayley, —me dijo, de manera astuta y aprendiendo mi nombre de Kathleen.
Funcionó. Puse mi brazo alrededor de ella de manera que mis manos podían estar alrededor de sus pequeñas manos y la cámara no cayera al concreto.
—Presiona aquí.
Era tan natural verla haciendo click a los botones… ¿No eran todos los niños
así...?
—¡Emma!
Las dos, Emma y yo volteamos sorprendidas. Harry estaba de pie frente a nosotras, su cabeza ladeada ligeramente, como si se preguntara qué estaba tramando ella.
—Te vi en la línea de banda, —él dijo.
—No, no lo hiciste, —Emma contestó.

—Si, lo hice. En el tercer cuarto.
Ella negó con la cabeza rotundamente, los mechones de cabello rubio iban y venían.
—¿Cuántas veces te he dicho que el campo es demasiado peligroso para ti cuando están jugando?
—Um… No lo sé, —le dijo ella, y entonces miró a la cámara y empezó a dar click en el botón, como si él no estuviera ahí.
—Emma.
Ella lo ignoró por un momento, entonces sonrió.
—Hayley me dijo que podía estar ahí.
—¿Yo… qué?
Harry sonrió.
—Ya veo. ¿Hayley necesitaba tú ayuda?
—Sí.
—No sabía que tenías una hermana pequeña. —Le dijo Kathleen a Harry.
—Dos. —Señaló hacia el sujeto. La madre de Emma estaba hablando con un hombre alto, que pensé que era su padre. Otra niña colgaba de las manos del hombre, tirando hacia arriba sus pies y tratando de oscilar.
—Esa es Meg —dijo Harry, a continuación, movió los dedos con que había señalado—. ¡Tú no crees que yo usaría esto en mí mismo!
Tres uñas estaban pintadas de un color rosa brillante.
—Wow, eso debe ser de color rosa Barbie —le dije.

—Amiga —me respondió, batiendo sus ojos hacia mí, agitando la mano—,¿Usas ese color, también?
Kathleen y yo nos reímos. Emma se inclinó para mirar las uñas de mis dedos.
—No —le dijo ella—. No lleva nada.
—Bueno, tendrías que, si vivieras en nuestra casa —Harry dijo—: Espero que Emma no estropeara tu trabajo, Hayley.
—No. Al igual que todos los fotógrafos, sólo quería conseguir una buena toma.
—Vamos —le dijo a su hermana—. Meg se está quejando. —Emma soltó mis dedos, pero no se movió.
—¿Me das una vuelta?
—Claro, seguro niña pequeña. Te voy a dar un paseo, todo el camino a la cueva del dragón. —Emma chilló y él la tomó con su brazo izquierdo, la tiró por encima del hombro y se la llevó a sus padres.
—¡Que bonito! —Kathleen observó.
—Sí, ella lo es.
Kathleen se echó a reír.
—Sí, ella, también. Aquí viene Lou. Vamos.
—Oye, papá —le dije, veinte minutos más tarde.
Estaba viendo el History Channel en la sala familiar.
—Hola, cariño. ¿Quién ganó?

—Lo hicimos nosotros, pero no fue un buen juego.
—Oh, bien, todavía se verá bien en el periódico, especialmente si ese fotógrafo fue el encargado de cubrir el juego. ¿Cual era su nombre… Barley?
—¿Has notado cómo a la gente realmente inteligente le gusta hacer bromas tontas? Barley o Hayley —le dije, dejando abajo mi bolsa, dándole un abrazo por la espalda—. ¿Quieres algo de la cocina?
—No, gracias.
Yo estaba en la cocina, apilando queso, tomate y lechuga en un pedazo de pan
cuando me enteré de que Breeze y Harry estaban saludando a papá.
Rápidamente tomé una soda fría de la nevera, no quería acabar con otra sin gas que había estado hibernando en mi dormitorio durante demasiado tiempo.
—No tardaré mucho tiempo. Sólo cambiaré mi camiseta —dijo Breeze.
—Hayley está en la cocina, —le dijo mi padre a Harry—. Ve a servirte tú mismo lo que quieras Zayn.
Como dije, mi padre es especial. Por supuesto, el pobre, aún no se acostumbra al nombre del novio que viene.
—Hey, Zayn —dije cuando Harry entró en la cocina. Uno de los lados de su boca se detuvo en una sonrisa sarcástica—. ¿Quieres tomar algo? ¿Comer?
—No, nos iremos en un minuto. Breeze sólo se está cambiando la ropa.
Debo haber sonreído en respuesta.
—¿Qué? —Me preguntó.
—Nada.

—Breeze tarda mucho tiempo en cambiarse una camiseta —supuso—. Es la primera vez conmigo, así que ella podría darse prisa. —Saqué un alto taburete de debajo de la mesa de la cocina, me senté, y tomé un mordisco de mi bocadillo. Durante varios minutos, lo mastiqué en silencio y me esforcé por leer el periódico. Harry estaba cerca de mí, eligió un taburete que hacía esquina con el mío.
Sentí sus ojos como calor, pero estaba decidida a no dejarle ver lo que estaba haciendo en mí. Le entregué algo del periódico.
—Si te da hambre, házmelo saber.
—Tal vez voy a querer un poco de agua con hielo —dijo—. No te levantes. Soy bueno escogiendo en frigoríficos.
Vi una pequeña sonrisa, y luego el centelleo en sus ojos, y me reí.
—Los vasos están sobre el fregadero.
Cuando regresó a la mesa con su agua, señaló una foto en la portada de la sección de deportes.
—¿Es esto lo que quieres hacer un día?
—¿Ser un fotógrafo deportivo profesional? No sé. Cubro otras cosas en la escuela… club, los bailes, lo que sea. Y yo no me inicié como una gran aficionada a los deportes. Pero me gusta el reto de fotografiar partidos. El movimiento constante, las condiciones de luz variable, la necesidad de estar exactamente en el lugar adecuado en el momento preciso… es genial. —Él sonrió, y yo continué—. No es suficiente para mí estar allí por la gran jugada.
Algo así como un atleta, tengo que tener mi cuerpo situado a la perfección, ir exactamente en ángulo recto.
—Eso es... “genial” —él estuvo de acuerdo—. Así que, ¿En algún momento deseas fotografiar una jugada nuevamente?
—¡Oh, sí! ¡A veces un juego entero!
—Conozco ese sentimiento —dijo—. ¿Alguna vez sientes como si hicieras todo bien, pero simplemente no funciona? ¿Y luego otras veces, eres increíblemente afortunado, y todo parece tan ridículamente fácil?
—Absolutamente.
—Entonces cuando alguien dice… creo que contigo dirían “¡Gran foto, Hayley!”
Y sientes como si hubiera sido pura suerte, ¿Te llevas el crédito por ella?
—Le digo gracias, y dejo las cosas así. ¿Y tú? ¡El mejor juego que has jugado, Harry! Pero sabes en el fondo...
—Le digo gracias —sonrió—. Y lo dejo en eso. ¿Trabajas mejor con o sin presión?
Pensé en la pregunta.
—Me gusta la presión. Me encanta cuando la adrenalina bombea. Pero hay algo muy bueno acerca de tomar un paseo por una playa desierta con mi cámara, y con nada más que mar y cielo y las gaviotas volando a mí alrededor, dejando que la foto venga a mí.
Cuando habló, su voz era suave.
—Yo podría disfrutar eso. —Los dos estábamos apoyados en los codos. En la superficie de granito brillante vi nuestros reflejos, vi cómo se inclinaba hacia mí como cuando los amigos comparten secretos, y me hice hacia atrás.
Después de un momento Harry se sentó y miró el reloj, entonces el reloj en el horno de microondas. Frunció el ceño un poco.
—¿Breeze sabe que los chicos suelen estar cansados? La fiesta no dura por mucho tiempo.
—¿Vas a la fiesta del equipo? —Le pregunté con sorpresa.
—Sí. ¿Por qué?
—Nada —le dije rápidamente.
Estudió mi cara.
—Nada. En realidad —le dije, levantándome para poner el plato en el lavavajillas.
—No lo apruebas. La Señorita Caldwell no lo aprueba.
—Bueno, es una especie de extraña manera de mostrar lealtad a un compañero de equipo. Quiero decir, tú y Jared son buenos amigos. Y él y Breeze acaban de
romper. Pero no es asunto mío.
—Tienes razón —dijo Harry, de repente su voz sonaba cerrada—. No es asunto tuyo. Pero sólo para que conste, lo aclaré con Zayn primero.
—Bueno, entonces, muy bien.
Harry tomó un largo trago de agua. 
—Vamos, Hayley, ya sabes cómo es. Si no era yo, algún otro chico hubiera saltado por un chance con Breeze. Y ella parece muy dispuesta.
—Sé cómo es —estaba de acuerdo—. No lo entiendo, pero he visto lo suficiente como para saber cómo funciona.
—Entonces, ¿Por qué no lo entiendes?

—Por la manera como la gente habla y actúa como si estuvieran locos de amor y, a continuación, ding, de repente no lo están. Es como si todo fuera sólo ficción. Como si fuera un juego.
Él mordió un cubo de hielo. 
—Bueno, a veces es sólo un juego.
—Entonces, ¿Cómo se supone que debes creer a alguien cuando no lo es?
Él inclinó su vaso y, vi los cubitos de hielo deslizarse. 
—Yo… yo no lo sé.
Me serví más soda para regresar a mi habitación.
—Supongo que eres una de esas personas realmente honestas —observó Harry.
—No —dije, después de pensarlo por un momento—, no siempre.
Se echó a reír. 
—Acabas de demostrar mi punto. Así que digamos que eres honesta noventa y nueve por ciento del tiempo.
—Está bien.
—Ese uno por ciento del tiempo cuando no lo eres —prosiguió—, ¿Qué haría que decidieras no serlo?
Me reí de él.
—Si piensas que te lo voy a decir es que estás loco.
Se encogió de hombros y sonrió.
Luego Breeze entró en la cocina, observé sorprendida la parte superior de su top. Me pregunté si Harry estaba pensando lo que yo estaba pensando: Zayn iba a ver de primera mano lo que había perdido.
¿Había Breeze superado lo suyo con Zayn? Me pregunté. ¿Estaba realmente cayendo por Harry? ¿O ella sólo lo utilizaba para llegar a Zayn? Bueno, eso era problema de Harry, no mío.
—Que pasen un buen rato, —les dije, y salí de la cocina rápido, olvidando mi refresco.
Good Vibes.
Good Vibes.


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Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA - Página 2 Empty Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA

Mensaje por Good Vibes. Sáb 31 Ago 2013, 8:37 pm

CAPITULO 8.



El sábado por la mañana tarde, Breeze estaba sentada en el borde de mi 
cama, suplicando.




—Por favor, por favor, por favor, Hayley.


—Te lo dije —contesté, metiendo una pila de ropa interior limpia en mi cajón—,
unos cuantos de nosotros vamos a jugar al mini golf esta noche.




—Bueno, si es todo el grupo, no te echaran de menos. Lo que quiero decir es — 
añadió rápidamente—, te echaran de menos, pero tendrán a otros con los 


divertirse, mientras tú haces dinero. Creía que estabas ahorrando para una 


cámara.




—¿Y quién exactamente va a pagarme este dinero?


Harry tenía que hacer de canguro; acaba de llamar para cambiar sus planes para 
esta noche. Sus padres dijeron que podía invitar a Breeze, pero Breeze se negó a 


cuidar a cualquier niño que no estuviera dormido. Harry le había advertido que 


a Emma y Meg les habían permitido quedarse hasta más tarde de lo normal un 


sábado por la noche, y después la había invitado en broma a una fiesta Barbie.




Breeze no pensó que era gracioso. —Te pagaré —dijo.


—¿Con qué? Has quemado tu presupuesto de septiembre. Y no acepto tarjetas 
de crédito. —Breeze enroscó un mechón de pelo dorado alrededor de su dedo—


. Puedo comprar algo con mi tarjeta, luego devolverlo y pedir un reembolso en 


efectivo.






No hacía falta ser un genio de los negocios para darse cuenta de que, si una 


tienda permitía eso, no sólo sería pagada por hacer de canguro, mi padre vería 


luego el cargo en la factura de la tarjeta de crédito e intentaría igualar las cosas.




Pero eso no era justo para papá. Y, a pesar de que nunca me había gustado en 
realidad el mini golf, me ericé ante la idea de que la vida social de Breeze fuera 


más importante que la mía, incluso si ella se dirigía a una tarde con el hermoso 


y genial Harry, mientras que yo estaba intentando dirigir una bola a la boca 


sonriente de un estúpido payaso.




—No —le dije firmemente.


Quince minutos después, el teléfono sonó. Breeze lo cogió, luego llamó desde 
su habitación, —Es para ti.




Me aparté de la pantalla del ordenador y cogí el teléfono. 


—¿Hola?


—¿Hayley?


—¿Si?


—Soy Laura Styles. No puedo decirte cuanto nos complace que estés 
dispuesta a cuidar de Meg y Emma. Emma esta fuera de si de alegría. Está aquí 


en el salón ahora, alineando sus muñecas para enseñártelas.




Me aparté el teléfono de la oreja un momento y lo miré con incredulidad. 




Breeze.




—Estoy tan contenta de que estés disponible con tan tardío aviso.


Me giré hacia la puerta de mi habitación, la cual daba a la puerta de Breeze, 
pero había casi cerrado la suya. Supuse que podía sentir mí mirada láser incluso 


a través de la madera.




—Tom, mi marido, te recogerá a las siete y cuarto. Ahora, dime, ¿Qué te 


gustaría comer? Por supuesto eres bienvenida a tomar cualquier cosa que se 




encuentre frigorífico, pero queremos asegurarnos que tienes algo que te guste.




—Eh…


—Perdona un momento, Hayley —Luego dijo en una tranquila y maternal 
voz—. No, no ahora chicas. Ya habrá tiempo de sobra para hablar con Hayley 


esta noche.




Iba a matar a Breeze.


—Como puedes ver —me dijo—, están ambas emocionadas de que vengas.


¿Cómo se suponía que iba a decirle que no? Claro, podría explicar que mi 
hermana debía no haberme oído correctamente. Pero en verdad odio 


decepcionar a la gente. ¡Supongo que soy una cobarde! Cuando colgué el 


teléfono, oí la puerta de Breeze abriéndose lentamente. Se asomó, entonces 


apareció. 






—Gracias, Hayley, yo…




Me levanté rápidamente de la silla. 


—Ni siquiera me hables —dije, le cerré la 
puerta en la cara.




Como descubrí más tarde, Harry le había ofrecido a Breeze llevarla a Panera 
para cenar antes de hacer de niñera, así que ahora que estaba cubierto, iban a ir 


a una cena temprana y una película. Harry llegó diez minutos antes a la cita, lo 


que significaba que estaría dando vueltas por nuestra casa durante diez 


minutos o más. Normalmente abría la puerta para las citas de Breeze porque 


papá no tenía ni idea de cómo entablar conversación con los chicos. Pero me




escondí en mi habitación, decidiendo que papa y Harry… o Zayn, como 
probablemente lo hubiera llamado, tendrían que hacerlo lo mejor que 


pudieran.




Papá había oído el portazo al principio del día y se había dado cuenta de que lo 
había dejado para entretener a la cita de esta noche. Mientras nos sentábamos 




para nuestro favorito del sábado por la noche, pollo frito de Royal Farms, me 




preguntó, 






—¿Cómo va todo?




—Bien.


Esperó, no incitando, sólo esperando. Finalmente cedí ante el silencio y le conté 
que había cambiado los planes e iba a hacer de niñera para los Styles.




Asintió. 


—La familia de Zayn.


—La de Harry —le corregí—. Al chico al que le abriste la puerta, su nombre es Harry
.




—Quizás debería apuntarlo —contestó papá, y sacó una pequeña libreta del 
bolsillo de su camisa para escribir el nombre.




Era difícil estar enfadada esta noche, entre mi dulce y espacial padre y la cálida 
bienvenida que me dieron los Styles. Como no había hecho ninguna petición 


especial de comida, habían comprado brownies y embutidos, pero el doctor Styles


 se ofreció a parar en la tienda de camino a su casa. Le dije que los 


brownies eran perfectos.




Cuando entramos por la puerta, las niñas bailaron a mí alrededor, luego cada 
una agarró una mano para dirigirme al salón. Incluso la casa me hacía sentir 


feliz. Era vieja, hecha de piedra y tablillas en el exterior, una especie de casa de 


campo cubierta. En el interior tenía suelos de madera pulida, alfombras de 


brillantes colores, confortables sillas, y un montón de cosas bonitas como papel 


pintado de flores y candelabros plateados.




El salón estaba al final del pasillo y al lado de la cocina. En un torbellino de 5 
minutos, me aprendí los nombres de una gran variedad de Barbies, muñecas, 


muñecos de peluche, junto con los números de teléfono importantes y lo que 


estaba o no permitido. Luego el doctor y la señora Styles se fueron, y las 


chicas y yo nos sentamos para jugar a las Barbies. Después de eso pintamos y 




jugamos a un juego de mesa, pero la mayor parte de la noche la pasamos siendo 




princesas.




La señora Styles les había dado a Meg y Emma una caja de cosméticos.


Algunos envases parecían ser cosas viejas, mientras que otras estaban diseñadas 
para las niñas.




Antes de irse había dicho que las niñas tenían permitido ponerse los cosméticos, 
siempre y cuando todo, salvo el esmalte de uñas, se limpiara antes de ir a la 
cama.






Sentadas en la tapa cerrada del inodoro en el baño del piso de abajo, hicimos 
turnos para ponernos los polvos. Mi cara tenía tantas capas, que parecía que me 


había metido en un saco de harina. El colorete fue aplicado. Cuando Meg no 


creyó que mis mejillas estaban lo suficiente rosas, tomó el envase de gránulos 


rojos, metió su dedo en él, y lo presionó contra mi mejilla. Emma, quien tendía a 


seguir el ejemplo de su hermana mayor, hizo lo mismo. Mirándome en el 


espejo, vi un payaso de circo con lunares circulares rojos por mejillas.




Les dejé ponerme sombra de ojos, morada en un párpado, verde en el otro, y 
como no podían ponerse de acuerdo en cual era mejor, Emma usaba la verde y 


Meg, la morada.




Las tres nos pusimos pintalabios rosa brillante. Cada una de las niñas tenía una 
tiara de joyas falsas para llevar. Me hicieron una corona de papel, la cual estaba 


encostrada con destellos y un poco desequilibrada. Me la puse con horquillas.




Agotadas de este trabajo de belleza, nos tomamos un descanso y nos comimos 
los brownies. La niñas pidieron ponerse sus camisones, porque, por supuesto, 


eran vestidos, luego volvimos al baño de la primera planta para ponernos 


esmalte de uñas brillante.




—Wow, ¡Estamos tan guapas! —Dije, apenas capaz de mantener una cara seria, 
mientras estábamos enfrente del espejo de tocador admirándonos a nosotras




mismas.




—Sí, lo estamos —contestó Emma seriamente.




Las chicas pidieron ver un video. Cuando me dieron indicaciones muy 
especificas, me di cuenta de que esto era un ritual para ir a dormir. Tuvimos 


que sentarnos en el sofá de dos plazas, no en el de tres, extender la manta azul 


en nuestro regazo y bajar las luces. Me dijeron que podía poner los pies en la 


mesa de café `como mami´. Las niñas se acurrucaron contra mí, una a cada lado, 


levantando mis brazos de forma que estarían envueltos a su alrededor.




Estábamos tan cómodas, que me daba miedo quedarme dormida. 
Estuvimos juntas alrededor de veinte minutos, las pestañas de las niñas 


revoloteando cerradas por debajo de sus coronas, cuando recordé la regla de 


quitarse el maquillaje. Apenas puse el video en pause, escuché la puerta 


delantera abrirse. Miré el reloj: las diez en punto, creía que la señora Styles




había dicho a medianoche. La luz de la entrada se encendió, pasos sonaban en 
el suelo, y un momento después, entró Harry. Se paró a unos diez pasos de sus 


hermanas y yo, nos estudió un momento, y se echó a reír. Eso las despertó.




—Hola, princesas.


—Hola, Harry —dijo Emma, sentándose.


Cuando ella abrió sus brazos, él se inclinó y le dio un abrazo. Meg abrió sus 
brazos, y también, consiguió un cariñoso abrazo. Me pregunté que pasaría si lo 


intentaba, pero, por supuesto, no lo hice.




—¿Estamos guapas? —Preguntó Meg.


—Estáis guapas —respondió Harry—. Nunca he visto tres princesas tan guapas.


—¿Has visto muchas princesas de cualquier tipo? —Pregunté, y se rió.


—¿Qué estáis viendo?


—Barbie —contestó Meg—. El lago de los cisnes.




—Un clásico —observó Harry—. ¿Te gusta, Hayley?




—En realidad, sí —admití—. ¿Qué tal tu película?


—Bueno. Era una película de chicas.


—Bien, ¿Qué piensas que es ésta?


Sonrió. 


—Una película para chicas pequeñas.


—No somos pequeñas —Emma gritó con indignación.


Él levantó una mano. 


—Lo siento. Lo siento, lo sé. Soy chicas mayores. —A mí


me dijo—: Supongo que las tenías casi dormidas antes de que irrumpiera en la 
casa.




—Está bien. Tengo que quitarles el maquillaje.


—¡No! —Gritó Meg, decepcionada.


—Tengo que seguirlo llevando —insistió Emma—. Quiero tener un sueño de 
princesas.




—Lo tendrás. —Le aseguró Harry a Emma—. Tan sólo mira a tu lámpara de 
Cenicienta mientras te quedas dormida. Vamos. 


Era obvio que Harry solía cuidar de las chicas. Él siguió el camino al baño de 


abajo, después salió con una crema y una caja de toallitas húmedas para bebés y 


una toalla húmeda—. En caso que tengamos que fregar —me dijo. Se puso a




trabajar en Meg mientras yo lavaba a Emma.


Lo miré de reojo, fascinada por la manera hábil y suave en que él quitaba el 
maquillaje.






Cuando las niñas estaban bastante limpias (sus labios aún brillaban con rosado) 


se volvió hacia mi. 






—Siguiente.




—¿Qué?


—No me digas. Vas a hacer un berrinche porque quieres mantener tu 
maquillaje.




—Bien, nooooo.


—Yo te limpio —Emma dijo.


—Y yo —Meg insistió, cada una tomó una mejilla.


—¡No, no sus ojos, no con eso! —Harry dijo, atrapando la mano de Meg—.
Cierra los ojos —él me dijo, luego suavemente limpió mis parpados—. Por Dios 


¿Cuántas capas de maquillaje usan ustedes las chicas?




Cuando él terminó de limpiar los ojos, los abrí y lo encontré mirándome 
fijamente. Por un largo momento nos miramos el uno al otro. Parecía como si 


todo lo demás en la sala hubiera desaparecido. La expresión en su rostro no se 


parecía a ninguna que hubiera registrado con mi cámara alguna vez. Luego se 


apartó y puso el paño húmedo en mi mano. 






—No sé porque estoy haciendo 


esto, tienes edad suficiente. —Se secó la mano con una toalla.




—Vamos chicas, vamos a escoger algunos libros y a darle a Hayley tiempo a 
solas en el baño.




Terminé de limpiar mi cara, me quité la corona, y luego me uní a ellos en el 
asiento de amor, Harry se sentó en el lado derecho, para que su brazo lesionado 


no fuera a ser golpeado, me senté en la izquierda y las chicas apretujadas en el 


centro. Una vez más, mi brazo estaba dispuesto alrededor de sus hombros.


Harry puso su brazo no herido a lo largo de la parte posterior del asiento, con el 


afgan sobre nuestros regazos. Emma y Meg, pasaban las páginas del libro de 




dibujos mientras Harry y yo nos turnamos para leer. Era agradable, pero esta






vez no estaba en peligro de quedarme dormida, no con las terminaciones 
nerviosas de mis hombros haciendo cosas extrañas. El brazo de Harry se cayó 


de la parte superior del asiento del amor y su mano se posó en mi hombro.




Cada vez que Meg se movía, mi mano atrapada entre ella y Harry se presionaba 
contra sus cosillas. Tanto Harry como yo teníamos los pies sobre la mesa de 


café. Él estiró sus largas piernas y yo retiré las mías. Me imaginé que si nuestros 


pies se tocaban, sería como cerrar un circuito y el podría sentir la extraña 


electricidad que corría a través de mi. Al final del cuarto libro,Harry dijo—: Es 


hora de que las princesas vallan a su habitación en la torre.




Las chicas debían estar cansadas porque no se resistieron. Emma tomó mi mano 
y seguimos a Harry y Meg a una habitación con techo inclinado, tragaluces, y 


dos camas individuales separadas por dibujos color rosa. Meg encendió la luz 


de noche de Cenicienta que brillaba cálidamente. Harry apagó la lámpara de 


oficina, y los tres se arrodillaron a un lado de la cama. De repente me di cuenta 


que estábamos haciendo y me uní a la alineación.




Oramos por mamá, papá, Harry, el brazo de Harry, yo, su jardín de niños y los 
maestros de primer grado, el equipo de fútbol y Hazel, el perro viejo de la 


señora Korbet, que tenía gusanos.




—¿Matarán a los gusanos? —Emma preguntó cuando finalizamos.


—Sí —Harry respondió—. Pero los gusanos no sienten nada. —Agregamos una 
oración por el alma de los gusanos, después de eso, hubo abrazos de buenas 


noches de Harry y míos—. Somos como una familia que siempre abraza —me 


explicó cuando dos bracitos me envolvieron. Harry hizo un gesto para salir y 


después cerró la puerta.




Cuando llegamos al primer piso, dijo—: Te apuesto que nunca oraste por 
gusanos antes.




—No. Tampoco he rezado por el equipo de fútbol.




—¿Nunca lo has hecho? Hayley estoy decepcionado de ti. —Por un momento 


pensé que hablaba en serio, luego vi sus ojos más brillantes, y vi una sonrisa en 


sus ojos antes de que esta llegara a la dulce curva de su boca.




—Tal vez por eso nos está yendo tan mal —él dijo.


—Nos está yendo mal porque tú no estás jugando.


Él abrió el camino de vuelta a la sala familiar. —No. Realmente, no es eso —él 
me dijo—. Gavin tiene un gran talento y una vez que tenga confianza, las cosas 


cambiaran. Sólo espero que los fans no se vayan contra él.




—Él es bueno, pero no es…


—Confía en mi, si le dan una oportunidad voy a tener que reventarme el trasero 
para regresar a mi posición el próximo año. —Se sentó en el sofá del amor y 


puso los pies en la mesa de café.




—Louis dice que es un mal momento para quedar lesionado. —Comencé sin 
saber mucho que decir. Tal vez él no quería que actuara como si supiera que era 


el peor momento posible en cuanto a becas escolares. Tal vez se sentiría 


insultado por mi simpatía.




—Sí, bien, es parte del juego.


—Una parte dolorosa —dije.


Sus ojos parpadearon por un momento. 


—Sí. —Luego se giró hacia mí—. ¿Vas a 
sentarte? No puedo llevarte a casa ahora, no podemos dejar a las chicas solas.




—Oh, sí seguro.


Estaba un poco nerviosa hasta que sentí el sofá detrás de mis rodillas luego me 
senté. Él se rió.






—Agradecería que no hicieras eso —dejé salir.




—¿Hacer qué?


—Reírte cuando no he hecho una broma, es como si fuera graciosa o algo así.


—Tú eres graciosa Hayley.


Lo fulminé con la mirada, o bien, lo intenté.


—De una buena manera, era difícil hablar contigo de pie por eso me estaba 
riendo.




—Bien… bien tú tomaste el lado izquierdo del sofá del amor y no quiero 
sentarme en tu lado derecho porque puedo accidentalmente golpear tu brazo.


Tu sabes, si te hiero Siefert pondrá una demanda contra mi.




Él sonrió. 


—Ok —él dijo y se reunió conmigo en el asiento de cuero, en el lado 
derecho. Llevó el control remoto con él—. Puedes escoger a Barbie u otra cosa.




Escoge. Voy a hacer palomitas de maíz. Debe haber brownies afuera, siempre 
hay brownies para las niñeras. —Asentí.




—¿Quieres algo más? ¿Algo de beber? ¿Leche? ¿Coca Cola? Te traeré ambas, 
puedes escoger leche y palomitas de maíz. —Unos minutos más tarde él 


apareció con una bandeja llena de comida junto con una botella de de Coca 


Cola y una botella de leche, dos platos y cuatro vasos. Yo me reí.




—Desearía que no hicieras eso —él dijo imitándome.


Él dejó la bandeja cerca, en una mesita, tomó lo que quería, luego se deslizó 
junto a mí y puso sus pies en otra de las mesas de café Styles.




Había elegido la retrasmisión del juego del equipo americano de Maryland.


Louis y yo habíamos visto muchos juegos de fútbol pero nunca había notado




como nos sentábamos. Pero en lo único que podía pensar era que Harry estaba 


sentado a ocho pulgadas de mi, dejando suficiente sofá de su otro lado. Traté de 


concentrarme en el juego, pero me encontré mirando sus zapatos, 


preguntándome cosas extrañas, ¿Cómo sería su pie?




—¿Están en tu camino? —Harry preguntó.


—¿Qué? —Pregunté sorprendida.


—Mis pies, se que son gigantes, pero no pensé que te bloquearan la vista.


—Oh, no, no lo están, sólo me preguntaba… —Mi voz se retrajo. ¡Bien hecho 
Hayley!, ¿Y ahora que iba a decir?




—¿Preguntándote?


—Si tus hermanas también pintan tus pies.


Harry se rió. 


—De hecho lo hacen, con la esperanza de mejorarlos, tengo unos 
muy feos pies de atleta.




—Veamos. —Había salido de mi boca antes que pudiera detenerlo.


Los ojos de Harry brillaron risueños. 


—¿Quieres ver mis pies?


—Olvídalo. —Por Dios Hayley.


Pude sentirlo estudiándome, luego usando un pie contra el otro como cuña, se 
saco el Docksider. 






—Tú lo pediste —él advirtió, y se quitó el calcetín.




Miré su pie y estallé en risas. 


—Perdón —Harry dijo fingiendo estar herido—.


Perdón. Había esperado una respuesta más educada.


—Es un pie gracioso —dije—, y las uñas rosadas con escarcha no ayudan 


mucho.






—Ok veamos los tuyos.


—¿Qué?


—Es justo, quiero ver tu pie.


—Bien… bien… lucen como los de Breeze —dije.


—No lo creo —él respondió—. Porque las manos usualmente armonizan con 
los pies, aunque ustedes sean del mismo tamaño tus dedos son más largos que 


los de ella.




Yo parpadeé. Él tenía razón pero estaba sorprendida que él notara eso.


Él tiró de los cordones de mi zapato. Cuando no me moví, él los desamarró. Él 
miró hacia mí, luego gentilmente me quitó la zapatilla. Yo escondí mi pie, de 


pronto me sentí increíblemente tímida.




Es sólo un estúpido pie, Hayley, me dije a mi misma. Pero de alguna manera esto 
se sentía demasiado personal.




A pesar del hecho de que un millón de personas habían visto mis pies en la 
piscina, el que Harry mirara uno de ellos me hacía sentir muy vulnerable.




—¿Bien? —Harry dijo.


Me di cuenta que había algo peor que el que yo me quitara el calcetín, que Harry
 lo hiciera: Me lo quité. 






—Ahí lo tienes.




—Muy bonitos —él dijo—. Tienes unos pies muy bonitos y delicados.


Rápidamente me puse el calcetín.




Harry se rió en voz alta, luego se puso el calcetín y el Docksider. Me concentré 


en ponerme el zapato.




—¿Te importa si vemos Saturday Night Live? —Le pregunté.


Después de unos momentos y de grandes carcajadas de Harry. Empecé a 
relajarme de nuevo.




Por alguna razón, las parodias parecían terriblemente graciosas hoy, más 
graciosas de lo que habían sido alguna vez. Una vez empecé a reír no pude 


parar. Noté que algunas veces Harry se reía sólo porque yo lo hacía.




El reloj en el pasillo tocó las doce. Cinco minutos después el Señor y la Señora Styles 
aparecieron en la puerta principal. Miré mi reloj incapaz de creer que 


ya hubieran llegado a casa, sintiéndome por un momento como Cenicienta.




Y tal vez esa debía haber sido una advertencia para mí.
Good Vibes.
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Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA - Página 2 Empty Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA

Mensaje por Good Vibes. Sáb 31 Ago 2013, 8:40 pm

ESTE FUE MI CAPITULO FAVORITO!!
Voy a seguir la novela,aunque los capitulos esten por el suelo.
Pero el que quiera puede comentar,claro esta xd.
Good Vibes.
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Mensaje por Good Vibes. Sáb 31 Ago 2013, 9:09 pm

CAPITULO 9.


-¡Ya era hora! ¿Dónde estabas?
Había tratado de ser silenciosa, en caso de que Breeze estuviera en la cama, pero estaba apoyada contra la amplia entrada de la sala de estar, con los brazos cruzados, y una mano sosteniendo el control remoto.
Detrás suyo, la pantalla de TV mostraba el menú del DVD que ella debía haber estado mirando. 
—¿Qué?
—¿Dónde estabas?
—De niñera. Me dejaste en el trabajo, ¿Recuerdas?
—Harry se fue de aquí hace dos horas. —Asentí
—Fue directo a casa.
—Entonces ¿Por qué no lo hiciste tú?
Ahora entendí, pero supongo que todavía estaba bastante molesta con ella.
— Porque estaba de niñera. ¿Tienes pérdida de memoria a corto plazo?
—Desde que llegó Harry a casa, los Styles no te necesitaban.
—Sí, pero él no podía conducir hasta casa para traerme y dejar a las pequeñas solas. Y era muy tarde para ponerlas en su auto mientras me llevaba. Así que me quedé hasta que sus padres llegaron.
Breeze apretó el control contra su muslo. 
—No era muy tarde para llamarme.
Fruncí el ceño y aparté la vista. La idea nunca se me hubiera ocurrido.
—Haz llamado a Louis para que te lleve a casa muchas veces. Y no me digas que te quedaste hasta tan tarde porque querías ganar más dinero.
—Bueno, esa es una buena razón, —dije.Ella frunció el ceño. —Eres la persona más ridículamente honesta en todo Saylor Mill. Si lo hubieras visto desde ese ángulo, habrías llamado un taxi y pagado tú misma.
—No lo hubiera pagado, —insistí—. Pensé en qué era menos costoso para los Styles, ya sea pagando por mi taxi o pagando por horas extras, y elegí de acuerdo a eso.
Ella puso los ojos en blanco, y realmente no podía culparla. 
—Supongo que no pensé en llamar porque la estaba pasando bien… las niñas son muy lindas, — agregué rápidamente.
—¿Y cuando se fueron ellas a la cama? —Preguntó.
—¡Breeze, para! ¡Detenlo! Pon en encendido tu cerebro. Ve a mirar un espejo.Relee tu diario. Ambas sabemos de quien de nosotras dos, se enamoran los chicos. No tienes nada de que preocuparte.
Me estudió calmadamente por un momento, mordiéndose el labio. 
—Tienes brillo en tu cara.
Rocé mi mejilla. Se sentía caliente, como si estuviera ruborizada. 
—En serio, Breeze, estoy cansada. Buenas noches.
Algunas personas no entenderían por qué le haría un favor a Breeze después de haber actuado tan malhumorada la pasada noche. Pero esas personas probablemente tienen más de una hermana y un padre… un padre cuya mente puede alejarse tanto como Plutón.
Breeze y yo hemos pasado por todo juntas, y algunas veces uno tiene que olvidarse de quién tiene la razón y quién no, y sólo acostumbrarse a la insensatez del otro. O quizás todo lo que tenía que hacer era poner a Harry en una “fotografía” y deslizarlo en un marco donde sería nada más que una imagen bi-dimensional.
En cualquier caso, cuando me senté en la computadora el domingo por la tarde para trabajar en la imagen que Zayn me había pedido, le pregunté a Breeze si quería mirar conmigo las fotos de Harry y seleccionar dos, así yo las podría imprimir para ella.
Ella escogió una de esas fotos de “visión sobre la linea lateral” que a la gente parece gustarle, probablemente porque los jugadores no tienen sus cascos puestos y sus caras son más visibles. Yo habría escogido esa, también. Pero los labios de Breeze se encresparon con desdén cuando vió una de mis fotos favoritas de Harry, la que había tomado el año pasado en el baile de primavera. Él estaba parado con Nicole, su brazo rodeándola, sonriendo directo al lente de la cámara.
—Tienes que admitir que es una buena toma de él, —dije.
—Sí. —Ella levantó el brazo para tapar a Nicole—. Sí. El problema es que, si la eliminas, parecería como si tuviera el brazo amputado. Tal vez si pudieras cortarlo para mostrar sólo su rostro y cuello.
—Veré que puedo hacer.
—Gracias, Hayley. —Se alejó para hacer la tarea y algún tratamiento de belleza, y yo me puse a trabajar, mejorando la iluminación de la foto que Zayn había solicitado, después guardarla para que estuviera lista para la impresora de la escuela, la que era mejor que la mía. Cuando comencé a trabajar sobre las imágenes de Harry, tuve una repentina inspiración y me dirigí a la colección de
viejos álbumes de foto guardados en nuestra sala de estar. Conté los años hacia atrás y encontré el álbum que contenía nuestro viaje a Plaza Sésamo.
De vuelta en el cuarto, removí una de las fotos. Papá me había dicho que cuando mamá entraba en el cuarto oscuro, perdía completamente la noción del tiempo. Bueno, cuando comencé a maquillar con el Photoshop, sucedió. Lo mismo.
Un momento más tarde, Breeze golpeó en la puerta, y después entró. 
—Pensé que te habías quedado dormida.
—Sólo estoy dando los retoques finales a la imagen de Harry, —dije, y me aparté del escritorio para que ella pudiera ver la pantalla—. ¿Te gusta?
Breeze se inclinó hacia abajo para ver mejor, luego tiró su cabeza hacia atrás y rió, entonces casi me estrangula con un abrazo desde atrás. 
—¡Lo amo! ¡Lo amo!
El lunes, cuando pasé a Zayn en el pasillo, le dije que iría a imprimir copias de su foto y se las daría mañana. Ese día llovió, llovió y llovió… una tormenta que estuvo avanzando. Después de la escuela, Paige y yo estábamos pasando el rato en la oficina del periódico, esperando un aventón de Kathleen.
Había terminado las fotos de Zayn y llegué tan lejos como pude con las fotos de la edición del viernes… imágenes deportivas, una imagen del club de drama con Nicole sobreactuando, y el club de debate. Sentada en nuestra larga mesa de conferencias, trabajé en mi tarea de geometría. Kathleen estaba escribiendo un ensayo de historia. Con cuatro hermanitos en la casa, ella odia conseguir hacer mucho más aquí. Paige estaba trabajando en su novela, un romance con tantas historias de amor que iba a hacer que los lectores necesitarán un sistema de estudio. Todos los demás se habían ido, y había un sentimiento de paz en la oficina, con sólo los sonidos de mi lápiz raspando, sus llaves golpeando, y la
lluvia contra las ventanas.
—¡Haaay-ley!
Las tres alzamos la vista.
—Hola, Zayn, —dijo Kathleen, después volvió a escribir.
Paige sonrió y ladeó un poco la cabeza, estudiando a Zayn, que había entrado luciendo mojado y atractivo. Tuve la sensación que él ya había ganado un papel secundario en su novela. Había escrito una frase, después alzó la vista a él de nuevo, como una persona pintando constantemente su retrato. A Zayn no le importó. Se detuvo a sonreír para ella nuevamente, manteniendo esa sonrisa,
como un experimentado político que daba tiempo a los medios de comunicación para ajustar su foto.
Volví a mi problema de matemáticas.
—Haaay-ley, —repitió, dándose cuenta que había perdido mi atención.
—¿La práctica ya terminó? —Pregunté.
—Sí, con el campo tan mal, sólo hicimos pesas y máquinas hoy. No podemos arriesgarnos a perder a alguien más por una lesión.
Asentí, y él se sentó frente a mí. Su pelo rubio estaba oscuro por la lluvia y ondulado por la humedad. Sus ojos azules brillaban para mí.
—Apuesto a que estás aquí por tus fotos.
—Y para verte, —dijo.
Detrás de su hombro derecho, vi los ojos de Paige creciendo encima del monitor.
—Déjame conseguirlas, —le dije, alejándome de la mesa en mi silla con ruedas, deslizándome de vuelta a la plataforma donde las había dejado. Abrí la carpeta delante de él, y distribuí las copias. Había hecho dos de 8 x 12, calculando que a su abuela y a sus padres pudiera gustarles así, tres de 4 x 5, y,
como un pequeño bonus, cuatro fotos-carnet.
—¡Wow! —Dijo él.
Quizás él estaba felicitándome por mi trabajo, pero había algo gracioso en un chico mirando su propia cara en múltiples formas, diciendo ¡Wow! Mordí mi labio tratando de no reír.
—Gracias, Hayley, están geniales.
—¿Tienes un paquete en el que las puedas mantenerlas secas? —Pregunté—.Déjame buscar algunos cartones para protegerlas. —Comencé a levantarme, pero él agarró mi mano.
—Te extraño, Hayley.
—¿Qué? —Él se aferró a mi mano. Los ojos de Paige se levantaron otra vez contra el marco del monitor. Esta vez, también lo hizo Kathleen.
—Extraño verte. —Paige paró de escribir; el clic de Kathleen iba más despacio.Aparté mi mano. 
—Me ves todo el tiempo, tomando fotos en la línea lateral. No estoy en la práctica tanto como solía estar, ahora que la escuela ha empezado, pero…
—Echo de menos pasar el tiempo contigo.
—Oh, por supuesto. —Me levanté, y caminé hacia nuestro alijo de material de empacar, luego saqué una cartulina y un sobre grande—. Quieres decir en mi casa, mientras estabas esperando por Breeze.
—Sí. Era divertido.
Así que, se estaba quedando solo. Estaba buscando compañía. Quizás él estaba buscando una invitación para volver a la casa de Breeze. Finalmente se había dado cuenta del error que había cometido al terminar con ella.
—Siempre me gustaron los programas que veíamos, —dijo.
—¿No tienes televisión por cable en casa? —Pregunté. Vi que Paige hizo una mueca y negó con la cabeza. Él rió.
—Por supuesto. Sólo extraño estar cerca de ti. —Sonaba tan sincero, que por un momento casi le creí.
—Bueno, gracias, —le dije, y rápidamente metí la cartulina y sus fotografías en el sobre—. Mantenlas secas, ¿Sí? Quizás quieras dejarlas en tu casillero hasta que la lluvia pare. Espero que a tu familia le gusten.
—¡Oh, lo harán! En el juego la otra noche les mostré a mis padres quien eras. Les dije tu nombre.
—Y recuerda, —continué, como si él no hubiera dicho eso—, ten en cuenta que hice esto para ti. Sólo entre tu familia y mejores amigos. No tengo tiempo para imprimir las fotografías de todos los jugadores.
—¡Oh, seguro! De verdad aprecio que hayas hecho algo especial, sólo por mi.
—Bien. Adiós. —Recogió el sobre, y luego su mochila.
—Nos vemos después, —dijo, sonriéndome, luego se giró para sonreír a Paige y Kathleen. Cuando el sonido de sus pisadas desapareció en el pasillo, Paige se puso en pie.
—Hayley, creo que tengo que explicarte algunas cosas.
—No tienes que explicar nada, —respondí rápidamente—. He sido la hermana de Breeze desde su primer novio en cuarto grado.
—Sí, pero creo que no te has dado cuenta que…
—Conozco todas las tácticas, —dije.
—Sólo escucha por un momento…
—¡Déjalo!
—Así que, ¿Por qué no reunimos nuestras cosas? —Interrumpió Kathleen—.Estoy a punto de terminar mi escrito.
Paige se dejó caer en su silla—. ¡Pero tengo una nueva ráfaga de inspiración! — Protestó.
—Anota tus ideas, —replicó Kathleen—. El viejo VW sale en cinco minutos.
Gracias, formé la palabra con mi boca hacia ella, mientras Paige se alejaba de su
teclado.
Al día siguiente, luego de marcar la combinación para el casillero de Breeze y abrir la puerta de metal, admiré las fotografías de Flynn que había hecho para ella. Una antigua de Zayn aún estaba pegada cerca de la parte inferior, y se veía como si algo de esmalte de uñas hubiera caído sobre ella. Dejé la bolsa de almuerzo en lo alto de la pila de libros, productos para el cabello y zapatos de Breeze. Más temprano, ella había pasado a mi lado en el pasillo y me había pedido dinero, diciendo que había dejado su almuerzo en casa. Había pagado suficientes de sus almuerzos para saber que nunca vería ese dinero de vuelta, pero no quería que se muriera de hambre. Así que le dejé mi almuerzo. Si
estábamos gastando mi dinero, yo iba a ser la que comiera pizza, y ella la boloñesa con queso.
Mientras comenzaba a cerrar el casillero, escuché la voz de Harry llamándome desde la sala de clases más cercana—, Hayley, espera, tengo que poner algo ahí.
La primavera pasada, por pura necesidad, hice una regla para mi respecto a darle acceso a otros al casillero de mi hermana. Cerré la puerta y puse el candado.
—Lo siento, tendrás que deslizarlo por la ranura, o entregárselo tu mismo,

como todos, —dije cuando me alcanzó.
—¿Todos menos tú? —Respondió.
—Privilegios especiales de hermana.
Él rio. —Entiendo.
—¿Lo haces?
—Sí. No quieres jugar al UPS10 —asentí—. El problema es, —dijo—, que un libro no cabe por la ranura, y creo que lo necesita para después del almuerzo.
Miré hacia el libro de Química de Breeze.
—No sé como terminé teniéndolo, —añadió.
Era mi turno para reír. Dejar sus pertenencias en cualquier lado era una de las formas favoritas de Breeze para mantener a los chicos buscándola.
—¿Qué? —Dijo, sonando a la defensiva. Aparentemente estaba bien para él encontrarme divertida, pero no para mi pensar que él lo era.
—Bien, tú ganas, —dije, y marqué la combinación.
Levanté el almuerzo de modo que él pudiera dejar el libro debajo. Cuando comencé a cerrar el casillero, atrapó la puerta. Había visto sus dos fotos. Miró un momento en la que salía serio, luego sus ojos bajaron hacia la que había tomado en el baile del año pasado. Ahí él se veía hermoso, genial, feliz… sus brazos alrededor del enorme pájaro de Plaza Sésamo11. Había trabajado duro en los detalles, haciendo que mi reemplazo de Nicole no dejara huellas, y añadiendo unas pequeñas plumas amarillas aquí y allá, en los pantalones de Harry. Por casi un minuto, la estudio seriamente, luego se reclinó sobre los casilleros y rio y rio.
—¡Es fantástica! ¡Es perfecta! ¡Hayley, eres una maga!

Me encogí de hombros.
Harry se encorvó luego para mirar la foto de Jared que estaba manchada de esmalte de uñas, luego se enderezó. 
—Así que, ¿Quién esta colgando en tu casillero?
—¿En el mío? Uh, Ansel Adams.
—¿Y? —Harry presionó.
—Y él era un gran fotógrafo americano.
—Sé quién es Ansel Adams, —dijo Harry, sonriendo.
Sabía que Harry estaba siendo curioso, preguntándome que chico podría admirar actualmente lo suficiente como para colgarlo en mi casillero. Pero no le estaba diciendo que fuera sólo el fallecido Ansel.
Él se rindió. 
—Cuando tengas una oportunidad, ¿Te importaría hacerme una copia de mi fotografía con el gran pájaro? Les encantará a Meg y Emma. Sin apuro… sé que has estado haciéndole un montón de fotografías para Zayn.
—¿Él te dijo eso?
—Él me las mostró.
—Pero le pedí que no le dijera a nadie salvo su familia y mejores amigos.
—Bueno, yo soy un mejor amigo.
—Tú eres el chico que esta coqueteando con su ex novia. —Al momento que lo dije, quise saltar dentro del casillero y cerrar la puerta.
Harry dejó de sonreír. 
—Eso de verdad te molesta, ¿Cierto?
Lo que me molestaba aún más era el hecho de que de verdad quería tanto que Harry no fuera el típico semental irreflexivo. Rayé con mi zapato la pared en la base del casillero.
—Supongo que si no le molesta a Zayn, sería muy estúpido que me molestara a mí.
Zayn no respondió y finalmente miré hacia arriba, encontrando sus ojos. Él miró a lo lejos, la primera vez que había esquivado mi mirada, y luego retornó su atención a las fotografías, esta vez estudiando en la que salía serio. 
—Eres muy buena, Hayley.—Asentí. 
—Sí. Es la única cosa que hago bien.
—No es lo único, —dijo—. Lo hiciste sonar como que es lo único.
—No lo dije de esa forma. —Él estaba haciéndome sentir cohibida. Cerré la puerta y la aseguré—. Mi madre fue una reportera gráfica. Supongo que está en los genes.
—Tienes sus ojos, —añadió.
—No.
—¿No los tienes?
—Mis ojos son marrones, como los de mi padre. Los ojos de mi madre eran de un verde hermosísimo, como los de Breeze.
—Pero tú tienes lo que es importante, tienes la forma de ver de tu madre, —dijo Harry, con voz suave.
—Yo… yo supongo que sí. Tengo que correr. De verdad tengo que correr. —Por el rabillo del ojo, vi a Louis como a veinte pies más adelante—. ¡Louis!
¡Gabe! —le llamé—. Me olvidé de la reunión. Espera. —Me apresuré hacia él.
—¿Cuál reunión? —Preguntó, cuando lo alcancé.
—Shhh. —Miró por sobre su hombro—. Era sólo una escusa.
—Oh. Entiendo, —dijo.
Supongo que fue la terrible cohibición que había sentido y un montón de frustración reprimida: reí como una hiena. —No, no lo haces. No tienes ni idea igual que yo, al menos sobre algunas cosas.
—¿Cosas de chicos y chicas? Sé más de lo que tú piensas, —respondió Louis.
—Oh, de verdad.
—Por ejemplo, —dijo, mirando tras de nosotros otra vez, hacia Harry que estaba hablando con dos porristas—. Sé que tus mejillas no están tan rosadas

debido a mí.
Good Vibes.
Good Vibes.


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Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA - Página 2 Empty Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA

Mensaje por Pinkoalas Dom 01 Sep 2013, 4:08 am

Nueva lectora!!! 
Me encanta tu novela!! 
A louis le gusta Hayley!! 
Asdfghh
Pinkoalas
Pinkoalas


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Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA - Página 2 Empty Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA

Mensaje por Good Vibes. Dom 01 Sep 2013, 6:32 pm

CAPITULO 10.





O Harry era muy lento para entender la idea de Breeze con respecto al tiempo, o él pensó que podía apurarla. La noche del miércoles apareció veinte minutos antes para su estudiada cita con Breeze. Se entretuvo conmigo y la Sra Klein, la que se pasó la mayor parte del tiempo murmurando sobre el hecho de que Breeze se perdería la cena que había preparado tan cuidadosamente. Entonces Harry se unió a mí Papa y a mí, que succionábamos fideos desde una cacerola empapados con salsa de atún increíblemente mala.
Quizás su gran plato de Tuna Delight  lo ayudó a ver la situación más claramente. El jueves por la noche él y Breeze tuvieron su primera disputa por teléfono, el tema fue la negativa por parte de él a recogerla la noche del viernes antes del partido.
De lo que pude escuchar, mientras me inclinaba sobre mi libro de biología en mi escritorio, Harry quería estar en los vestidores temprano con el equipo. Y se había dado cuenta de que no podría contar con Breeze para estar listo. Breeze, por supuesto, se sentía insultada. Su voz se alzaba de la misma manera que lo hacía con Zayn.
—¡Pero si no están jugando...! ¿Qué diferencia hace…? ¡Seifert es un monstruo controlador!
El viernes por la noche Breeze hizo autostop hacia el juego con Kathleen, Jenny, y conmigo. No estaba satisfecha en ir en la caravana, especialmente después de que Kathleen la obligó a maquillarse en el baño de las chicas, en lugar de la oficina del periódico
—¿Con esa luz? —Breeze jadeó. Kathleen sonrió y asintió.
 
Louis y yo nos reunimos y nos dirigimos al estadio. Discutimos sobre el partido, de lo que esperábamos ver en el equipo oponente, etcétera, pero él parecía preocupado.
—¿Nueva remera? —Pregunté, justo después de que nos separáramos de la línea suplementaria. Louis siempre usaba la misma remera para los juegos. Una L.L. Bean13, como yo.
—Uh, sí, creo que sí —dijo, mirando hacia abajo, como si hubiera olvidado que se puso.
Pero no lo había hecho, yo lo podía decir por su voz, así que retrocedí para ver la remera. Era negra con letras plateadas diciendo: BALTIMORE FILM FESTIVA.
—Cool.
Se encogió de hombros como si la remera fuera insignificante… era un terrible actor y se adelantó hacia la reja enfrente de los jugadores suplentes. Film Festival, pensé. Jenny. ¿Podría ser?
Estaba cavilando sobre esta posibilidad cuando de repente fui atacada por detrás. Dos pares de brazos cortos me rodearon las caderas. Miré hacía abajo y observé que mis emboscadoras usaban tiaras.
—Princesa Meg y Princesa Emma. Lucen maravillosas esta noche.
Tomé muchas fotos de ellas mientras me contaban las noticias: iban a comprar un gatito.
—Si es niña, la llamaremos Princesa —dijo Meg.
—Y si es niño, ¿Príncipe?
—No, Colmillo —dijo Emma—. Harry tiene que elegir si es niño.
Mantuve a las niñas conmigo hasta que la Sra. Styles viniera por ellas, como sabía que haría.
Cuando me giré de nuevo hacia las rejas, me sorprendí de encontrar a Jenny parada en la línea lateral con su cabello negro y lacio brillando en la brisa. En los juegos, Jenny disfrutaba mirando a la gente en las gradas más que a los atletas. Ella no presionaba a los chicos como Paige, tratando de obtener chismes de ellos, sólo los miraba como… bueno, como si estuviera viendo una película.
—¿Qué pasa?
—Pensaba en después del juego, —dijo Jenny—. ¿Quieren salir y conseguir algo de comer? Si Kathleen no quiere, tu y Lou podrían sólo venir a mi casa y mi madre los puede llevar a la suya más tarde.
Yo y Lou… sus mejillas se sonrojaron mientras hablaba. Si ella empezaba a vestir una remera que dijera ESPN ZONE, lo sabría de seguro.
—Bien.
Vi a Jenny alejarse para encontrar a Kathleen, y suspiré. Los capitanes de equipo se acercaron para tirar la moneda, tomé mi cámara y suspiré de nuevo.
Debo de haber suspirado en voz alta porque Louis se materializó a mi costado.
—No me rendiría todavía —dijo.
Me giré hacía él. —¿Disculpa?
—Pienso que vamos a ganar este partido.
—Oh. Bien. Por cierto, Jenny dijo que le gustaría ir en busca de algo para comer después del partido.
Lo miré de reojo, pero su cara no mostraba expresión alguna y cuidadosamente mantuvo sus ojos en los árbitros y los jugadores en el centro de la cancha. —
¿Quieres decir solamente contigo? —Preguntó.
Louis nunca habría pensado algo tan tonto el año pasado. —Sí, Louis, solo yo, Jenny y kathleen. Los chicos no están permitidos.
Él asintió solemne.
—Estoy bromeando. ¡Bromeando! Con todos nosotros, por supuesto. —Él está en efecto enganchado, pensé.
Su cara se iluminó, asintió esta vez en silencio.
—Sabes, no puedo evitar respectar a Harry—dijo Louis. Mis ojos se movieron al lado opuesto de la cancha. Harry estaba con Gavin, su reemplazo, hablaba y gesticulaba mirando al entrenador—. Ha estado trabajando duro con Gavin. Él está allí cada día en la práctica marcando sus posiciones y siendo positivo.
Harry es realmente un jugador de equipo. Ya sabes, puede hacerme unas cuantas bromas cínicas sobre atletas, pero es realmente una gran persona.
—Sí —dije.
Louis se giró hacia mí. —¿Qué está mal contigo? Suenas deprimida.
—¿Qué está mal conmigo? —Devolví—. Tú eres el que está vistiendo una remera extraña. ¿A quién estás tratando de impresionar?
Bueno, esto lo hizo. Mantuvimos distancia entre nosotros, cubriendo el resto del juego a unas 15 yardas de distancia.
Me sentía mal por haber saltado sobre su pecho. Es sólo que ver a Jenny y a Louis me estaba haciendo miserable. No podía ni de lejos negar lo que el calor en mis mejillas significaba cuando estaba alrededor de Harry. Significaba la misma cosa que las caras rosadas de Jenny y Louis, sólo que ellos estaban enamorándose felizmente el uno del otro, y yo estaba enamorándome del novio de mi hermana.
Vuelve al lente de la cámara, quería gritar a Harry.
Al final del medio tiempo, mientras estaba tomando los últimos tragos de mi soda, Harry trotó a lo largo de la cancha. Me quedé allí, mis pies plantados como raíces.
—Hayley.
—Harry.
—Tengo un mensaje de parte de Zayn.
—No me lo digas. Quiere otra foto.
Harry sonrió. —Él quiere saber si te gustaría venir a la fiesta de los jugadores después del juego. Es en su casa.
—¡Oh!
—Pareces sorprendida —dijo Harry.
—Bueno, estoy sorprendida. No te hagas el tonto, Harry. Sabes que sólo la gente “cool” y hermosa va.
—Quizás seas tú la que piensa como una tonta —dijo Harry.
Miré hacia él, y aparté la mirada, deseando todavía que se volviera una foto.
—De todas maneras, no puedo ir. Ya tengo planes con mis amigos del periódico.
—Y tú no eres el tipo de chica que deja plantada a una persona para aceptar una mejor oferta.
—Típico deportista —me burlé—. ¿Qué te hace pensar que salir con el equipo de fútbol es una mejor opción que salir con mis amigos del periódico?
Harry parpadeó, entonces sus mejillas se sonrojaron.
—Tienes un punto —dijo, y miró a través de la cancha. Por un momento nos miramos el uno al otro con cautela.
Bueno, estaba haciendo un magnífico trabajo alienando a todos hoy. Debería haber tomado lo que Harry dijo como un cumplido… probablemente esa era su intención.
Al final del tercer cuarto, cuando nuestro equipo llevaba la delantera, Harry volvió, cruzando el campo. Por un momento nos miramos con cautela.
—Tengo otro mensaje —dijo—. A Zayn le gustaría que tu y todos tus amigos del periódico vayan a su fiesta.
No sabía que decir. Louis siempre había deseado ser invitado a esa fiesta. Me di cuenta de que quizás él quería quedar bien juntándose con los deportistas en frente de Jenny. Mientras pensaba la situación, miré a través de la cancha y vi a Siefert parado con sus manos en las caderas, mirándonos a Harry y a mí.
—Siefert te está enviando puñales —dije.
Harry se giró para ver. —Está bien. Estamos bien, él y yo.
—Bueno, ¿No es maravilloso eso? —Respondí—. Tú y Siefert están bien. Y también Zayn y Siefert. ¿Pero se le ha ocurrido a alguno de los dos que yo he trabajado duramente para ganarme el derecho de estar en las prácticas y fotografiar al equipo, y que no puedo permitirme estar en el libro negro de Siefert? ¡Dile a Zayn que pare de enviarme sus malditos mensajes a través de la cancha!
Harry retrocedió un paso. —Con mucho gusto —respondió, luego volvió a la zona de suplentes.
Me mordí el labio, luego pateé infelizmente la reja de la línea lateral. Iba a conseguir que Harry Styles volviera dentro de su foto enmarcada, aun si eso significaba construir una muralla a su alrededor.
Supuse que mi mensaje llegó directamente a Zayn, porque esa fué la última vez que vi a Harry durante el juego. Más tarde, mientras Jenny, Kathleen y yo salíamos del estadio, Louis se nos unió y dijo excitado. —Todo el mundo, ¿Adivinen que? Zayn me atrapó justo en la esquina de los vestidores y nos invitó a todos a su fiesta. ¿Quieren ir?
—¿Qué si quiero ir? —Dijo Paige, quien teniendo alguna clase de sexto sentido que le dijo que algo se estaba gestando, había aparecido mágicamente al lado de Kathleen—. Déjenme avisarle a Dillon. Él es mi chofer.
Katleen consideró la invitación.
—Siempre me he preguntado cómo serán esas fiestas. Y habrá comida gratis, —señaló prácticamente.
—¡Vamos! —Dijo Jenny entusiastamente.
Habiéndole dicho a Harry  que quería estar con mis amigos del periódico, no podía abandonarlos de pronto.
Lo chequeamos con nuestros padres por el móvil, y luego permanecimos en el estacionamiento hasta que los jugadores salieron y nos dirigimos a la fiesta. A Louis le había dado la dirección.
La casa de Zayn era plana y extensa, parecía como si hubiera sido completamente amueblado por IKEA.
En el sótano había una mesa de ping-pong, una mesa de billar, una pantalla grande con centro de entretenimiento, equipos de ejercicio, y varios sofás que no eran de IKEA, que parecía como si hubieran sobrevivido a años de abuso.
Había algunas parejas que permanecían juntas, pero esto era sin duda un evento de equipo, y las porristas y las novias de los atletas tendían a ir por ahí en grupos de solo chicas. Los padres seguían llegando con bandejas de fiambres. Me hice un sándwich, pero apenas conseguí probarlo. Mirando las enormes piezas de carne siendo devoradas por el equipo como si fuera yogur, fue suficiente para convertirme en vegetariana.
Vi Breeze, antes de que ella me viera, hablando con otras dos chicas. Tenía el brazo extendido, su dedo se deslizó por el lazo de la correa de Harry. Cuando las chicas empezaron a irse, alzó la vista y me miró con sorpresa.
—¡Hayley! ¿Cómo llegaste aquí?
—Vine con Kathleen y los demás.
Harry, que había estado hablando con varios compañeros de equipo, y tirando del brazo de Breeze como un perro con una correa, terminó su conversación y se volvió hacia nosotras.
—Hayley —dijo, pero sin sonreír. No me había dado cuenta antes, pero por lo general sonreía cuando decía mi nombre.
—Harry—respondí, sonando tan espinosa como él.
—Entonces, ¿Quién te invitó? —Preguntó Breeze con curiosidad.
—Zayn, le pidió a todo nuestro grupo que viniéramos.
Pensó en esto por un momento. —¿Por qué? —Harry la miró de reojo.
—No tengo idea.
En ese momento, vi que los ojos de Harry miraban por encima de mi hombro.
Esa fue la única advertencia que tuve, la única cosa que me impidió saltar un kilómetro, cuando de repente sentí un brazo por la cintura y la costilla de un hombre aplastando mi hombro izquierdo.
—Viniste —dijo Zayn.
Lo miré con curiosidad, le dio un apretón mi brazo.
—Tenía mucho miedo de que no vinieras, Hayley.
Miré a Breeze. Ella era una buena actriz, pero la conocía lo suficiente como para ver el ligero brillo en sus ojos. Harry, miró a Zayn y luego a mi, pensativo, pero no me dio indicios de qué estaba pensando.
En cuanto a Zayn, no tenía ojos para nadie más que yo. —¿Conseguiste algo de comer? —Preguntó—. Deja que te lleve arriba, así puedes obtener algo de una bandeja que no haya sido magullada por animales salvajes.
—Gracias, pero ya me comí un sándwich. —Yo trataba de no enojarme, estaba
tratando de creer que Zayn sólo estaba siendo amable, pero yo sospechaba que estaba haciendo esto para vengarse de Breeze.
—Escucha —dijo Zayn, su mano resbalo de mi cintura, con habilidad, para encontrar mi mano libre, apoderándose de ella—. Quiero que conozcas a mis padres.
—¿Tus padres?
Vi a Breeze elevar una ceja perfecta.
—Les he dicho todo sobre ti. Vamos.
Él es tan bueno en este juego como Breeze, pensé, tirando de mi mano. Cuando quiso volver a cogerla, me metí ambas en los bolsillos. —Yo te sigo, —le aseguré. Al pasar junto a un sofá, Louis y Jenny me miraron y sonrieron.
—¡Oye, hermano! —Zayn se dirigió a un tipo alto que estaba en la parte inferior de las escaleras del sótano, apoyado en la barandilla, hablando con Kathleen.
Llevándome por las escaleras, Zayn explicó: —Este es mi hermano mayor, Alex.
Él es un estudiante de segundo año en Georgetown, tiene más cerebro que músculos.
Por suerte para Kathleen, pensé. En voz alta le dije: —¿Por qué tus padres quieren conocerme?
—Les encantan tus fotos sobre mí —dijo—, la que me diste recientemente y las demás que han estado en el periódico.
Bueno, pensé, eso tiene sentido. Pero aún así, el brazo alrededor de la cintura y cogerse de la mano, no era más que la esperanza de que Breeze se diera cuenta.
Cuando entramos en la cocina, tres parejas de padres de fútbol se dieron la vuelta para ver quién era la chica bonita que Zayn traía por el codo.
—Mamá, papá, ella es Hayley.
—Haaay-ley. —El Sr. Malik me saludó tal y como lo hacía Zayn, me hizo sonreír.
—Hayley Caldwell. Reconoceríamos el crédito de esas fotos en cualquier lugar
—dijo la señora Malik, abriendo los brazos para darme un abrazo de oso. No había duda acerca de donde Zayn y su hermano mayor habían sacado su tamaño… de ambos padres.
—Oh —dijo otro padre—. ¿Eres la fotógrafa del equipo?
Disfruté de la atención y los elogios que siguieron. Y yo estaba un poco sorprendida de que Zayn no tratara de escapar, se quedó a mi lado, sonriendo.
—Debes mostrarle nuestra colección de deportes —el Sr. Malik le sugirió a su hijo. Zayn hábilmente tomó mi mano y me llevó delante, y esta vez, se lo permití.
—Esta es la oficina de mi papá —dijo, abriendo la puerta a un cuarto con un escritorio, equipo de computación, un sofá, y estanterías—. Él siempre ha mantenido nuestros buenos libros aquí, porque mis hermanos y yo, casi hemos destruido los que había en la recamara familiar o en la sala de abajo.
Me eché a reír.
—¿Cuántos hermanos tienes?
—Tres. Dos de ellos están casados. No tengo hermanas.
—Pobre de tu mamá.
—Oye —dijo, señalando a una vieja foto de una joven atleta con el esquipo de hockey sobre césped—. ¡Ella es la más gamberra de todos nosotros! —Me reí de nuevo.
—Me gusta la manera como ríes, Hayley —dijo Zayn, lo que de inmediato me hizo detenerme. Su voz sonaba un poco demasiado sincera.
Me acerqué a una estantería que cubría toda una pared. La mitad de ella era el santuario de Zayn. No había estado bromeando cuando dijo que su madre y su abuela tenían álbumes de recuerdos. Había por lo menos una docena de libros gordos, tal vez uno por cada año desde el T-Ball. Vi que había hecho una decente contribución al altar de fotografías, no sólo su reciente solicitud, habían laminado y enmarcado páginas de deportes que incluían el trabajo de Louis y yo. Había suficientes trofeos para fundir acero para un SUV.
El otro lado de la estantería estaba repleto de libros sobre deportes (equipos históricos, los equipos de Baltimore, los jugadores famosos), libros donde había fotos maravillosas.
—¿Puedo mirar algunos de estos? —Le pregunté.
—¿Mis álbumes de recuerdos? —Él respondió con esperanza, aunque yo estaba de pie delante de los otros libros.
—En realidad, quería echarle un vistazo a las fotos históricas —le dije, con la esperanza de no herir sus sentimientos, y también con la esperanza de evitar una largo recorrido a través de su vida, que era seguro que venían con los cuadernos.
—O.K —dijo, y elegí varios libros de la estantería.
—Escucha, Zayn, esta es tu fiesta —le dije mientras yo llevaba los libros al sillón—. Se supone que debes hablar con todos, así que adelante. Me gustaría echarle un vistazo a estas fotografías durante unos minutos, ver cómo lo hacen los profesionales.
—Yo también —contestó, se sentó a mi lado, su pierna contra mi pierna. Por supuesto, eso era lo más fácil si ibas a compartir un libro.
Miramos la historia de los Potros de Baltimore antes de que el equipo se trasladara a Indian{polis… cosas maravillosas, si eras un foto-fenómeno como yo. —Realmente me encanta la fotografía en blanco y negro.
—A mi también —dijo Zayn, que se desperezó, luego de forma incidental el brazo reposo a lo largo del respaldo del sofá, e igual de casualmente lo dejó caer sobre mis hombros.
Me quedé mirando una gran foto de Johnny Unitas, pero ya había perdido mi enfoque. Todo lo que podía pensar era en cómo me había sentido cuando me senté con Harry y sus hermanitas, y como la mano de Harry se había posado en mi hombro. Y mientras yo estaba comparando el cosquilleo que sentía entonces a la nada absoluta que sentía ahora, me di cuenta de que la fiesta estaba abajo, que los padres de Zayn estaban ocupados en la cocina, y que, mientras yo examinaba los libros, Zayn se las había ingeniado para cerrar la puerta de la oficina. Aquí estaba yo sola en el sofá con el quarterback de la escuela. ¿Dónde estaba mi hermana cuando la necesitaba?
—Oh, lo siento —dijo Breeze, empujando la puerta y echando un vistazo a largo de la habitación.
¡Gracias, hermana mayor! Pensé. Y luego pensé, Zayn contaba con esto, él sabía que ella nos iba a seguir para ver lo que estábamos haciendo. No me importaba.
Estaba tan contenta por la interrupción.
—¡Breeze! Ven aquí. Mira estos libros.
Ella entró en la habitación, y para mi sorpresa, también lo hizo Mike, el pateador de gran talento del equipo, un tipo peculiar que fue el principal héroe del béisbol en la primavera.
¿Dónde estaba Harry?
—Mike, mira todos estos libros —Breeze le dijo con voz dulce, con el tono de: `estoy-hablando-solamente-para-ti´. Conocía esa voz, y fruncí el ceño. ¿Qué estaba tramando Breeze? ¿Volver con Zayn? ¿Mantener la atención de Harry? ¿O pasar a Mike?
Zayn y yo nos movimos, permitiendo a Mike y Breeze unirse a nosotros en el sofá. Todo era un poco demasiado agradable para mí. Unos minutos más tarde, el hermano de Zayn, Alex, entró en la habitación con Kathleen, y fueron seguidos por Harry y un apoyador llamado Reggie y dos porristas.
Los ojos de Harry barrieron el sofá… Zayn, yo, Breeze, y Mike. Una vez más, no podía leer la expresión de su cara. En cuanto a Reggie, sólo le interesaba la búsqueda de una bandeja de sándwiches, y no había ninguno en la oficina. Sin embargo, las porristas eran más observadoras. Cuando la habitación comenzó a sentirse insoportablemente caliente y me excusé, oí una animadora decir a la otra: —¡Parece que las chicas Caldwell se quedaron con la alineación titular!


Última edición por iohmyzayn el Dom 01 Sep 2013, 6:54 pm, editado 1 vez
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Mensaje por Good Vibes. Dom 01 Sep 2013, 6:36 pm

Pinkoalas escribió:Nueva lectora!!! 
Me encanta tu novela!! 
A louis le gusta Hayley!! 
Asdfghh
Hola,Bienvenida,que bueno que te gusta :3
Creo que este capitulo responde a tu pregunta xd.
Hayley anda arrazando
No te pierdas x.
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Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA - Página 2 Empty Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA

Mensaje por Good Vibes. Dom 01 Sep 2013, 7:19 pm


Holaaa.
Comentarios y continúo.
BYEEE!
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Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA - Página 2 Empty Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA

Mensaje por Good Vibes. Lun 02 Sep 2013, 4:07 pm

CAPITULO 11.


El sábado por la tarde fue claro lo que Breeze traía entre manos.
Atendiendo a una llamada en la puerta; encontré a Harry, quien estababajo la impresión de que tenía una cita con mi hermana. Pero, no, ¡Él había sido plantado! Breeze hacía esto cuando sentía que su novio la tomaba por sentado. Probablemente, Harry había estado demasiado tiempo con sus compañeros de equipo en la fiesta de la otra noche, y esto y la cosa de Mike dieron un resultado. Le dije exactamente lo que ella me había dicho: `Que ella estaría fuera toda la tarde con un amigo´.
Tal vez era la primera vez que Harry había sido plantado por una chica. Se quedo en silencio por un momento, pensando, luego preguntó: —¿Puedo entrar y esperar?
—¿Para qué?
Él se rió incomodo, —tal vez… ella se acuerde.
Lo miré como si fuera extremadamente estúpido, y él me devolvió la mirada.
—Si eso es lo que quieres —le dije, apartándome para dejarlo entrar. Harry miró
a su alrededor, y luego se sentó frente al juego universitario televisado, que había encendido mientras esperaba la llegada de Louis. Una vez al mes, Louis y yo íbamos a los bolos, y nunca fui tan feliz como ahora. Él llegara en cualquier momento, me dije. Mientras tanto, yo mentalmente dibujé un ancho borde blanco, luego un arco de madera gruesa alrededor del novio de mi hermana.
—Entonces —Harry me dijo—. ¿Pasaste un buen rato anoche?
—Siempre paso un buen rato cuando jugamos bien. Y con tantos puntos en el juego tengo un montón de fotos decentes de las que elegir. Actualmente, tengo
unas fotos excelentes de la defensa, tomas que los muestran siendo eficaces, que
no es tan fácil como mostrar la ofensiva.
Harry rió.
—Me refería la fiesta, Hayley.
Sabía a lo que se refería. Y sabía que Harry no era tonto, debió de darse cuenta
de que Zayn estaba tratando de darle celos a Breeze. Tiene que haber sabido que estaba siendo utilizada en esa escena en ese pequeño y acogedor sofá.
¿Sabía él que, cuando Zayn me tocó, no sentí nada, pero cuando él lo hizo, sentí electricidad? Espero que no.
—Oh, sí — dije—. La fiesta fue buena.
Sonó el timbre. Con un suspiro de alivio, fui a abrir.
—¡Zayn! — Exclamé.
—Hola Hayley —dijo él, sonriendo.
—Hola. Uh, Breeze salió con un amigo, estará afuera toda la tarde.
—¡Genial! —Él respondió y apartó la puerta—. ¡Hey! Tienes puesto el juego.
Como en los viejos tiempos —añadió, y se dirigió a la sala de estar. En la puerta
se detuvo brevemente—. Harry.
—Zayn, ¿Qué estás haciendo aquí?
—Visitando. ¿Y tú?
—Yo… yo estoy esperando a Breeze.
Zayn sonrió y sacudió la cabeza. —Ella estará fuera toda la tarde.
—Sí, eso es lo que dice Hayley. —Harry respondió, mirándome—. Pensé que ella… ella puede recordar y volver.
Zayn rió. —No lo hará, confía en mí, viejo amigo. Puede que sea mejor que vayas a casa.
—Ya veo. — La voz de Harry sonó tensa.
—No hay nada de que preocuparse —agregó Zayn—. Es la manera de Breeze de tener citas.
Harry asintió. —Bueno, no es como si fuéramos novios.
—En realidad, con Breeze, es como ella actúa, incluso si son novios.
Hubo un golpe seco en el marco de la puerta principal. —Sólo soy yo, Hay—una voz profunda llamó a través de la cortina.
—¿Ahora quién es? —Harry preguntó.
—Entra, Louis —llamé.
—Hey, chicos. —Louis dijo al entrar en la habitación—. Buena fiesta la de la otra noche, Zayn. ¿Lista para irnos, Hayley?
Déjame buscar mi bolso, me volví hacia Harry y Zayn. —Si ustedes quieren pasar el rato juntos y ver el partido, yo no tengo problema. Hay refrescos en la
nevera.
—¿Vas a salir? ¿Ahora? —Zayn preguntó, como si nunca se le hubiera ocurrido
que yo no querría andar con él, que yo podría haber hecho algunos planes para
el sábado por mi misma—. ¿A dónde irán?
—A los bolos.
Él y Harry intercambiaron miradas. Por supuesto, los bolos no es considerado uno de los deportes más cooles, no una vez que sales de la escuela primaria.
—¿Diez bolos18?
—Palos chicos19 —le contesté—. Un juego de habilidad.
—No he rodado palos chicos desde sexto grado —señaló Harry.
—Yo tampoco —dijo Zayn—. ¿Puedo ir viejo amigo?
Negué con la cabeza a Louis lo más sutilmente posible, tratando de hacerle una señal, pero Zayn había descansado su pesada manos sobre el hombro de Louis, con la esperanza de que le devolviera el favor por invitarlo la otra noche a la fiesta.
—Claro —respondió Louis—. Eso será divertido.
—¿Puedo ir también? —Harry preguntó.
Una vez más, negué con la cabeza.
—¿Quieres decir con Breeze? —Louis preguntó de vuelta, frunciendo el ceño
un poco, y perdiendo totalmente la señal que le di.
—Ella estará fuera toda la tarde —dijo Harry.
—Bueno, entonces, seguro. Los cuatro podemos salir.
Así fue como terminé pasando la tarde del sábado con dos deportistas calientes y un chico tierno, sensible del tipo atractivo. La chica en el boliche, que estaba repartiendo los zapatos de alquiler, me dijo al oído: —¡Caramba! ¿Cuál es tu
secreto?
Suspiré. —Una hermana que juega demasiados juegos.
Los tres chicos y yo volvimos a mi casa a las cuatro y media. Breeze debió haber llegado a casa justo antes que eso. Reconociendo el Toyota de Harry estacionado
en frente de nuestra casa, se sentó en el porche, leyendo una revista y esperando. La mirada de asombro de la encargada de los bolos no era nada en comparación con la mirada de Breeze cuando los cuatro salimos del coche de Zayn.
—Hey, estás en casa —dijo Harry a Breeze, sonriendo con facilidad mientras caminaba por el sendero.
Me di cuenta entonces de que Breeze había conocido a su oponente. Este no era
un tipo que iba a estar abatido cuando lo dejaban plantado, siempre podía encontrar algo divertido que hacer. Aparentemente, Breeze se dio cuenta de esto también. Ella lo invitó a una película por la tarde, no una de película sólo para chicas.
Diez minutos después de que ella llegó a casa de la película, llamó a la puerta del baño. —Estoy en casa. Tengo una pregunta, Hayley.
Abrí la puerta, mi boca llena de espuma de pasta de dientes.
—Cuando termines —dijo Breeze.
La cerré de nuevo, deseando haberme ido a la cama temprano. Cuando entré a su habitación, ella estaba sentada en su tocador, contemplando su cepillo para el cabello. La pequeña blusa tejida que llevaba debía ser nueva. Se veía totalmente fantástica en ella.
Se volvió hacia mí. —Hayley, ¿Por qué Zayn vino hoy?
—No lo sé. —Mi hermana me estudió, con la cabeza inclinada hacia un lado.  Realmente no lo sé. Sólo se presentó.
Asintió levemente. —Está tratando de volver conmigo.
—¿Es por eso que estás saliendo con Harry? —Le pregunté—. ¿Estás tratando de volver con Zayn?
—Por eso fue al principio —admitió—. Ahora… —Ella se encogió de hombros, y luego se echó a reír—. Tantos chicos y tan poco tiempo.
Hice una mueca. Ella lo vio.
—No te sulfures, Hayley —dijo ella, inclinándose para poder cepillarse el pelo desde la parte posterior de su cuello.
—¿Nunca te preocupa lastimar a la gente?
—¿Gente como quién?
—Harry.
Echó su cabeza hacia atrás rápidamente. Su cabello volvió hacia atrás,reluciendo a la luz de la lámpara.
—Y Zayn, y Mike —añadí, pero ella ya había oído el tono de mi voz.
—Oooh. ¿Sólo tenemos un pequeño-diminuto flechazo con Harry?
—Hemos —repetí—. Sólo puedo hablar por mí, y la respuesta es no.
—Bueno, creo que la respuesta puede ser…
—No —dije firmemente. Era la pura verdad. No había nada de pequeñodiminuto,
sobre mis sentimientos por Harry.
—¿Entonces, sientes pena por él? No lo olvides, Hayley, él me buscó primero.
Él conoce el juego, todos los riesgos y todos los trucos. Cuando se trata de citas, Harry es toda una estrella en el equipo universitario.
Asentí con la cabeza. ¿Cómo pude olvidar eso?
—Te tomas todo tan en serio —dijo ella, riendo. Luego se inclinó hacia el espejo y estudió su barbilla—. Dios, espero que eso no sea un grano.
Y yo esperaba fervientemente que se tratara de un centenar de granos, luego me
sentí mal. Por primera vez en mi vida, había dejado que un muchacho se interpusiera entre mi hermana y yo.
Breeze se apartó del espejo y se volvió hacia mí. —Es gracioso, sabes. Justo cuando Zayn aparece de nuevo, me doy cuenta de cuánto me gusta Harry.
—Divertido.
—El baile de otoño es la semana que viene. Supongo que tienes que cubrirlo para el periódico.
—Sí —dije, y volví a mi habitación.
—Zayn y Mike sólo pueden permanecer por una hora, ya sabes, por el estúpido
toque de queda de Siefert.
Cerré mi puerta con suavidad. —Lo sé. Buenas noches.
—Afortunadamente, Harry puede estar afuera conmigo por siempre y siempre.
Con su por siempre y siempre me subí a la cama y apagué la lámpara.
—Harry es tan bello —Breeze continuó—. Y listo. Y cool.
Yo quería tirar la almohada sobre mi cabeza.
—Y elegante. Y un tipo de rico. Y… ¿Hayley? —Tiré la almohada sobre mi cabeza—. ¿Estoy hablando sola?

—Sí —grité de vuelta—. Buenas Noches.
Good Vibes.
Good Vibes.


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Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA - Página 2 Empty Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA

Mensaje por Good Vibes. Lun 02 Sep 2013, 4:30 pm

CAPITULO 12


El domingo en la tarde, una voz tan dulce como la de un hada me dijo en el teléfono:
—Hey, Hayley. ¿Puedes venir?
—¿Emma?
—Tenemos al gatito. ¿Puedes venir? ¿Traerías tu cámara?
—¡Mi turno! —Escuché—. ¡Dámelo, Emma!
—¡No, estoy hablando!
—¡Mi turno! ¡Mi turno!
—¡Meggieeeeee! —Eso fue seguido de un aullido—. ¡Emma me rasguñó!
Un segundo aullido se unió al primero. —¿Aló? —dije—. Hola…
—Hey —dijo Harry.
—Hey.
Oh, grandioso, pensé, todo lo que dijo fue hola y mis mejillas ya están calientes.
—Tenemos el gatito.
—Eso escuché.
—Estoy de niñero —continuó.
—Y puedo decir que tienes todo bajo control.
Rió. —Si quisieras venir, pelearían por ti tanto como por el gatito, y el pobre Colmillo podría sobrevivir.
—Colmillo… bonito nombre.
—Me gusta.
Hubo un largo silencio.
—Entonces ¿Quieres venir? —Preguntó—. Las chicas y yo podríamos recogerte y…
La voz de Breeze vino desde atrás. —Yo la tomaré ahora —dijo—. Vi el
identificador de llamadas.
—Breeze está aquí —le dije a Harry—, pidiendo hablar contigo.
—¿Hayley? Hayley, yo…
Breeze me quitó el teléfono de las manos. —Hey, ¿Qué está pasando? —Preguntó, frunciendo el ceño un poco—. ¿Niñero? Bueno, si Hayley quiere ir, yo puedo llevarla. Déjame ver que está haciendo. —Presionó mute—. ¿Quieres ir a ver un gatito?
—Claro. —No quería decepcionar a Meg y Emma, y si Breeze estaba ahí, no tendría que preocuparme por estar a solas con Harry.
Breeze presionó el botón de mute. —Estaremos ahí pronto.
Eso significó una hora. Al momento que llegamos a la casa de los Styles, las chicas estaban locas por la espera. Cogieron mis manos y me llevaron a la cocina, donde se estaba quedando el gatito hasta que se acostumbrara a la casa.
El pequeño gato atigrado era muy dulce, y probablemente debía haberse llamado Fluffy en vez de Colmillo. Breeze y yo lo mimamos. Después las chicas querían llevarlo afuera para su sesión de fotos. Le pusieron un collar rosado y conectaron una cuerda larga a esto, ya que su jardín no estaba completamente cercado. Les encantaba molestarlo. Supuse que no faltaba mucho para que Colmillo se encontrara vestido con algo más que sólo el collar.
Meg llevó al gatito al patio, seguida de Emma con su cámara de Barbie, y yo con mi digital.
—Me encantaría algo de beber, Harry —escuché que decía Breeze mientras salíamos, y yo supe que ellos dos se quedarían dentro.
Emma y yo tomamos muchas fotos de Colmillo en el patio de piedra.
—Déjenme tomar algunas con ustedes sosteniéndolo —les dije a las niñas, estudiando el patio de los Styles. La luz en la parte sombreada era demasiado azul, pero sabía que el sol brillante haría bizquear a las muchachas.
Como a unos veintitrés metros estaba un viejo arce que había dejado caer muchas de sus hojas antes de tiempo, haciéndolo un sutil filtro de sol. Apunté hacia él.
—Allá.
Con tres adorables objetivos, me aseguré de tomar unas buenas fotos, pero su constante movimiento las hacia tan desafiantes como el equipo de fútbol. Las niñas querían enseñarle algunos trucos a Colmillo, y el gatito estaba muy contento de perseguir un pedazo de cuerda. El problema era, que también le gustaba mucho perseguir hojas, pedazos de hierba, una mano en movimiento, y su propia cola.
Cuando Colmillo descubrió un hilo de cabello que se había salido de mi coleta, las niñas pensaron que era gracioso. Emma me saco el clip y todo el cabello cayó. Las niñas chillaron de la risa mientras Colmillo atacaba, se movía y masticaba.
Se lo pasé a Emma para que pudiera recoger mi cabello, pero Emma dejo ir al gatito, justo cuando una ardilla pasaba corriendo. Colmillo se fue, y en un segundo él estaba arriba del árbol. No dejo de escalar hasta que estuvo muy arriba.
Las niñas y yo nos levantamos volando y nos apresuramos a la base del arce. El
viejo árbol tenía millones de ramas yendo en diferentes direcciones, haciendo muy fácil para un gato pequeño subir. La parte no-tan-fácil sería la bajada.
—Aquí, Colmillo. Aquí, gatito, gatito.
Al principio el gatito no nos prestaba atención. Estaba fascinado por las aves que volaban a la misma altura que él. Pero después de unos minutos, tal vez cuando se hizo claro que la ardilla había huido y los pájaros no querían ser sus amigos, el gatito nos miró, con su grave cara redonda.
—Aquí, Colmillo. Aquí, gatito, gatito.
Colmillo fácilmente puso una pata fuera, se puso nervioso, y la recogió. Hizo lo
mismo durante dos minutos, entonces empezó a llorar, lo que hizo llorar a Meg
y Emma.
—Él está bien —dije—. Está bien. Sólo está un poquito asustado, eso es todo.
Justo cuando dije eso, Colmillo lo intentó de nuevo, pero esta vez se resbaló y
cayó 15 centímetros. Parte de su cuerda se atoró en una de las ramas.
Oh, Dios, pensé, se va a colgar. —Vayan por Harry —les dije, tratando de mantener mi voz bajo control. Agarrando la rama más baja, empecé a escalar.
Meg corrió a la casa, gritando. Emma se quedó a un lado del árbol, sollozando.
—Todo va a estar bien, Emma.
No había llegado muy lejos cuando descubrí que había una razón para que el
árbol perdiera muchas de sus hojas temprano, partes de él están pudriéndose.
Tuve que sentir mi camino por cada rama, probando antes de poner mi peso en ella. Muchas de las ramas se rompieron inquietantemente.
Estaba a unos seis metros de altura, pero aún a algunos metros bajo el gato,cuando escuché el golpe de la puerta de atrás de la casa.
Meg corrió hacia nosotros, gritando y señalándome. Vi a Harry parado en el patio durante un momento, perplejo, entonces se dio cuenta que era yo la que estaba en el árbol y vino corriendo.
—¿Qué haces allá arriba? —Gritó—. ¿Cogiendo ardillas? —Alcanzando la base, paró y miró detenidamente arriba de mí—. Oh, Dios. ¿Por qué no me llamaste?
Deberías haberme llamado apenas el gato comenzó a subir.
—¿Para qué escales el árbol con un solo brazo?
—Hayley, la mitad de este arce está podrido. Hemos estado esperando a los de servicios de árboles para que lo tiren.
—Bueno, cuando acabe tal vez ya no los necesites —dije. Deslicé mi pie del tronco, probando una rama que hizo mucho ruido al romperse, después probé con otra. Estaba asustada, pero sabía que no podía soportar ver a un gatito colgado. Finalmente, Colmillo estaba a mi alcance. Estirando mi mano, desenganche la cuerda enredada, después lo agarré.
Aterrorizado, el gatito hundió sus pequeñas garras en mi brazo. Lo jalé hacia abajo y lo sostuve junto al pecho, hablándole, tratando de calmarlo.
Agarrando la bola de pelos con una mano y el tronco del árbol con la otra,despacio comencé a bajar. —Con cuidado —suplicó Harry.
Yo estaba a unos doce metros del suelo cuando Colmillo se dio cuenta que estaba cerca, cerca para un gato, supongo. Liberándose de un tirón, se trepó a una rama lateral, pero perdió el equilibrio. Por un momento colgó de sus patas delanteras, luego se dejó caer, torciendo su cuerpo en el aire, aterrizando diestramente en cuatro patas. Orgulloso de sí mismo, el gatito salió corriendo.
Las niñas gritaron y corrieron tras él.
Harry permaneció debajo del árbol. —Por favor, ten cuidado, Hayley —dijo, con su cara vuelta hacia mí.
—Oye, he subido un bosque de árboles en mi… —¡Crrrack!
En un momento estaba mirando hacia abajo a Harry. Al siguiente, un borrón de
hojas voló por el suelo y subió rápidamente a mi encuentro. Mi caída terminó con un fuerte golpe. Me quedé tirada allí, aturdida, consciente de ramas de árbol y hojas en un montón a mí alrededor.
—¿Estás bien? Hayley, ¿Estás bien?
La voz de Harry era apagada, venía de debajo de mí… Él había amortiguado mi caída.
—¡Oh! ¡Oh, Dios mío! —Dije, tratando de levantarme rápidamente y clavando mi codo fuertemente en sus costillas.
—Umph.
—¡Oh, lo siento! Lo siento mucho, espero no haberte lastimado —le dije, entonces presioné mi rodilla en su abdomen.
—Ay.
—¡Oh, no! —Rápidamente rodé hacia un lado y caí sobre su brazo, el fracturado.
—¡Hayley!
—¡Tu brazo! Oh, Dios, ¡Lastimé tu brazo!
—¡Hayley, detente! —Su mano izquierda me sujetaba todavía—. No te muevas,
simplemente no te muevas hasta que podamos averiguar dónde está cada cosa.
Me quedé muy quieta. Podía oír el corazón de Harry. Podía sentir su respiración.
Su mano se relajó contra mi espalda. La última vez que había estado tan cerca de él, todo lo que podía pensar era si había roto la cámara de la escuela. Ahora todo en lo que podía pensar era Harry.
Luego empezó a sacudirse, estaba riéndose. Me deslicé fuera de él y ambos nos sentamos.
—Bueno, ahora tengo un moretón en mi trasero que va a lucir como un ramillete de pansies —dijo—, lo que nos iguala. —Extendió la mano y sacó una
ramita de mi pelo—. ¿Estás segura de que estás bien? —Preguntó, sin dejar de
reír, alargó su mano para quitar un mechón de pelo de mi cara.
De repente se detuvo. Sólo... se detuvo.
Lo miré a los ojos. Eran azul otoñal, tan llenos de luz como el cielo. Sabía que
debía mirar hacia otro lado… sabía que mis ojos le decían secretos que él no debía saber, pero seguí mirándolo. Su mano se quedó donde estaba, medio tocando mi mejilla.
Vi a Zayn tragar saliva. Con un dedo, suavemente tocó mis labios. Retiró un
poco su mano. Tragó de nuevo. Con un solo dedo, me tocó muy ligeramente, trazó mi boca. Su rostro se acercó cada vez más al mío.
—¡Ya lo tenemos! —Meg gritó—. Ya lo tenemos.
Harry y yo retrocedimos, y las niñas dejaron caer sus vientres encima de nosotros.
—¡Todo el mundo salté en las hojas! —Emma dijo, arrojando puñados de ellas en el aire. El gatito se trepó, disfrutando el paisaje de cuerpos derrumbados y ramas de árboles.
—¿Qué está pasando ahí afuera? —Breeze gritó. Volviendo la cabeza, vi que ella estaba parada en el patio, pero no sabía cuánto tiempo había estado allí.
Me levanté con dificultad. —Colmillo se quedó atorado en el árbol. Tuve que
destrabarlo… no con mucha gracia —añadí.
Harry se levantó y se sacudió. Me acerqué a donde había dejado mi cámara y pinza para el pelo. No queriendo mirarlo a los ojos de nuevo, definitivamente no queriendo mirar a mi hermana, hice lo único que podría hacerme sentir medio normal. Empecé a revisar las fotos que había tomado. Pero realmente no estaba viendo las imágenes digitales. Todo lo que veía eran los ojos de Harry.
Lo único que sentía era el ligero toque de su dedo en mis labios.
—Mantengan a Colmillo lejos del árbol, niñas —les dijo Harry a sus hermanas.
Cuando los miré, la mitad de la boca de Harry se alzó en una sonrisa irónica—.
Es mejor mantener a Hayley lejos de él, también —añadió, luego se dirigió hacia el patio. Harry y Breeze volvieron al interior.
Emma y Meg le dijeron a Colmillo cuan travieso era, entonces Meg dijo: —Tengo sed.
—Yo también —dijo Emma.
—Vamos por un poco de jugo. ¿Hayley?
—¿Eh? Oh. Muy bien. —Seguí a las niñas y a Colmillo.
Cuando entramos a la casa me sentí aliviada al encontrar la cocina vacía y las dos puertas que conducían al resto de la casa, cerradas. Me sentía extraña, casi temblorosa. Mis dedos no funcionaban bien. Emma me miró con curiosidad cuando derramé el jugo en su vaso.
Las chicas y yo estábamos tomando nuestras bebidas, con el agotado Colmillo echado sobre mis pies, cuando oí pasos entrando a la sala de al lado.
—Entonces —dijo Breeze, su voz estaba excediéndose—, ¿Estamos saliendo?
—¿Qué quieres decir? —Harry replicó.
Meg y Emma volvieron sus cabezas, mirando hacia la puerta de la estancia.
—¿Estás saliendo conmigo o no? —Breeze demandó.
—¿No es obvio? —Preguntó Harry.
—¡Es obvio para mí que te gusta coquetear!
Hubo un largo silencio, y Meg preguntó en voz baja. —¿Qué significa coquetear?
Antes de que pudiera pensar en una buena respuesta, la voz de Harry intervino:
—No estoy ciego, Breeze. ¡Tú coqueteas incluso más que yo!
—No bajo un árbol, ¡No lo hago!
Mi mano apretó mi vaso.
Oí a alguien caminando de ida y vuelta. Flynn yendo y viniendo.
—Juegas muy bien el juego, Breeze —dijo—, pero no se requiere mucho para
preocuparte.
¿Qué se preocupe? ¿Ése era el plan?
—Lo que me preocupa —respondió Breeze—, es con quién estás coqueteando.
Ella es muy inocente, Harry, muy ingenua y vulnerable. No quiero ver su corazón roto. ¿Entiendes?
Yo entendí. Mis mejillas ardían.
—Creo que —Emma le dijo a Meg—, coquetear significa jugar al aire libre.
—Vamos a salir ahora —les dije a las niñas.
—¡Harry! —Gritó Meg—. ¿Qué significa coquetear?
Hubo un largo y horrible silencio. Se oyeron pasos y la puerta entre la cocina y la estancia se abrió. Breeze estaba sentada en el sofá de cuero.
Harry, llenó el marco de la puerta, se asomó para vernos, primero a las niñas, luego a mí. Me obligué a devolverle la mirada. Su boca era una línea recta, sus
ojos estaban entrecerrados.
Sabía que mis mejillas estaban rojas como un tomate. Volteándome, recogí los vasos de jugo, y los puse en el fregadero. —Emma pensó que significaba jugar
al aire libre —le dije.
Oí a Harry tomar una respiración profunda y soltar el aire lentamente. —Eso significa jugar fuera de las líneas, Emma.
—¿Cómo fuera del terreno de juego?
—Como fuera del terreno de juego —respondió en voz baja.
Recogí al gatito. —Colmillo y yo vamos de nuevo al jardín. ¿Quieren venir, niñas?

Me fui sin esperar respuesta.
Good Vibes.
Good Vibes.


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Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA - Página 2 Empty Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA

Mensaje por Good Vibes. Lun 02 Sep 2013, 4:31 pm

Ahi estan dos capitulos.
Nos vemos,comenten!
Good Vibes.
Good Vibes.


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Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA - Página 2 Empty Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA

Mensaje por Good Vibes. Mar 03 Sep 2013, 2:34 pm

CAPITULO 13.




Durante los siguientes tres días mantuve un bajo perfil, mi cara en un libro de texto, detrás de mi cámara, o pegada a la pantalla de la computadora. Supuse que si podía abarrotar lo suficiente de palabras o imágenes mi cerebro, no quedaría ni un espacio para Harry. Evité a Breeze.
Evité el almuerzo en la cafetería y pasar por algún sitio cercano a la taquilla de
Breeze y al estadio de fútbol. No contestaba el teléfono.
El miércoles, colocamos el papel en el lecho a las cuatro de la tarde como de costumbre. Jenny consiguió que su mamá la recogiera poco después, para ver una película en D.C. de la clase que le gustan a su mamá. Paige tenía una cita para un corte de cabello. Dillon y los otros vagaron sin rumbo, hasta que sólo quedamos Kathleen, Louis y yo.
Gabriel escribía rápido en la esquina de la oficina del periódico. Kathleen se sentó en silla junto a mí, y la empujó más cerca.
—¿Cómo está todo? —Me preguntó.
Mantuve mis ojos en las fotos del grupo de teatro proyectadas en la pantalla delante de mí.
—Bien.
—Has estado callada, —ella dijo.
—Bueno, he tenido mucho trabajo.
—Siempre tienes mucho trabajo, Hayley, pero hay una clase de felicidad en la forma en que pasas de una cosa a otra. Y eso es lo que desapareció.
Miré hacia abajo a mi teclado. —Todo volverá, —dije—. Sólo necesito estar tranquila hasta que… — me encogí de hombros, porque mis sentimientos hacia
Harry nunca terminarían.
—Hasta que ya no necesite más estar tranquila.
Ella asintió con la cabeza. —Okay. Sabes que me gusta escucharte. Tienes mi número celular, —dijo y se fue.
Yo conseguiría pasar por esto, me dije a mi misma, y trabajé duro en las fotos del ensayo del club de teatro, deteniéndome sólo un momento para examinar a Nicole, la antigua novia de Harry, coqueteando con la cámara. Falsa, pero muy bonita.
¡Idiota! Le dije a su foto, pasándola.
—Estas murmurando contigo misma, Hayley, —Me dijo Louis.
—Esta es una democracia, tengo derecho.
Él sonrió y se acercó, tomando la silla que Kathleen había dejado vacante. —¿Podemos hablar?
Oh, no, no mas preguntas. —Depende ¿Cuál sea el tema?
—Jenny.
Dejé de trabajar en las fotos frente a mí. —Está bien.
—Intento decidir si preguntarle o no que vaya conmigo al baile.
—¿Y tú me estas preguntando a mí un concejo? Gabriel, sabes que soy tan boba sobre chico-y-chica como tú. —Pensé por un momento—. En realidad, más
boba.
—Pero eres una chica, —me dijo—. Y yo un chico. Así que entre nosotros debemos ser capaces de resolverlo.
Me reí. No había reído en tres días y se sentía bien. —Supongo que sí, — agregue—. ¿Así que cuál es el problema? ¿Quieres llevarla?
—Oh, ¡Sí!
—Así que entonces, ¿Por qué no le preguntas?
—Me da miedo asustarla de algún modo.
Deslicé el mouse atrás y adelante, haciendo a la flecha ir por toda la pantalla.
—Cuando estas alrededor de ella, cuando están solos tú y ella, ¿Alguna vez actúa como si estuviera lejos?
—No. No, es solo que… —él pasó una mano por su cabello rizado.
—¿Solo qué?
—De verdad me gusta, Hayley. Realmente, de verdad me gusta. En serio.
—De verdad —dije, sonriendo, pero podía sentir las lágrimas detrás de mis ojos. Era tan sincero. Sus sentimientos estaban más cercanos a un amor verdadero que cualquiera de esos atletas con montones de experiencias en ser infieles—. Entonces creo que debes aprovechar la oportunidad.
—Pero así esta la cosa, —dijo—, prefiero estar a su alrededor como sólo un amigo a nada en absoluto. Y si la ahuyento…
—Pienso que si ahuyentas a Jenny, lo superara. Tal vez no tan pronto como te gustaría, pero finalmente lo hará. Y todo el tiempo, yo estaré ahí como tu amiga.
Louis me miró, entonces sonrió, sus ojos cálidos y marrones. —Se que lo harás, Hayley. ¡Gracias! —Él me dio un tímido abrazo rápidamente, entonces se puso de pie.
—Mejor pregúntale pronto. Ya estamos a miércoles y la gente usa ropa elegante.
Él asintió con la cabeza. —¿Caminarás a casa?
—Sí, pero más tarde. Tengo muchos más trabajo que quiero hacer.
—Voy a cerrar la puerta detrás de mí, —dijo, entonces junto sus cosas y se fue.
Tan pronto como la puerta se cerró. Presioné mis manos contra mi cara. Una lagrima rodo (solo una), y eso era debido a que, al apretar mis ojos con fuerza,
una de las lagrimas se fue por el camino equivocado. No iba a llorar.
En los siguientes veinte minutos trabajé en las fotos de teatro, entonces fui a mi
casillero, conseguí ser reprendida por un maestro, quien me recordó que los estudiantes supuestamente no deben estar en el edificio, y después me marché.
El equipo de fútbol todavía debía estar practicando porque había autos en el
estacionamiento de estudiantes. Caminé rápido.
Se avecinaba una tormenta. El viento se había levantado y una masa de nubes
púrpuras se acercaba desde el oeste. Se sentía bien mi cabello agitándose
alrededor de mi cabeza.
Pensé en que se podía sentir bien el granizo cayendo con fuerza sobre mí,
algunas veces las tormentas externas eran el único alivio para las tormentas
internas.
—Hayley. ¡Hayley! ¡Tierra a Hayley!
Me detuve entre un SUV de color granate y un deportivo de color lima.
—Harry.
Él empezó a avanzar rodeando el carro, entonces se detuvo, como si sintiera mi
rechazo y supiera que yo quería que ese carro quedara entre nosotros. Él me estudió por un momento.
—¿Cómo estás? —Me preguntó.
—Bien. ¿Cómo está Colmillos?
—Creciendo. Lo hemos mantenido lejos del árbol, hasta el momento.
—Bien.
—Hayley, escucha, yo…
—Tienes un nuevo yeso, —lo interrumpí. La manera que dijo mi nombre, con
delicadeza, como un chico que sabe que estaba hablando a una chica que era inocente, vulnerable, absurdamente ingenua… como un chico que iba a pedir disculpas por el mejor momento de mi vida. No podía soportarlo. —El yeso parece más cómodo, —le dije.
—Este es más pequeño, —replicó—. Puedo pasarlo por la manga.
—Bien.
—Hayley, no te he visto por varios días. —Hizo una pausa, como si esperara que le diera una explicación. Yo sólo me quedé ahí de pie, dejando mi cabello flotar alrededor.
—Supongo que estabas fuera anoche, cuando pasé.
—Sí.
—Y la noche anterior.
—Sí.
—Te vas a casa ahora.
—Sí.
—Te puedo llevar.
—No.
Las palabras flotaron en el aire entre nosotros, enormes como una señal de carretera, una que decía SÓLO SALIDA. —Yo, mm, me gusta caminar, —
agregué, intentando no sonar tan forzada.
—Pero se avecina una tormenta, —señaló.
—Me gustan las tormentas. También.
—Ya veo.
—Adiós. —Caminé rápidamente y estaba contenta de oír a alguien llamando el nombre de Harry, de manera que no sentí sus ojos en mi espalda.
Justamente había alcanzado el final del camino de la entrada a la escuela cuando un Hyundai rojo paró a mi lado. Él conductor bajo la ventana.
—Haaay-ley. ¡Mi fotógrafa favorita!
No necesitaba esto justo ahora. Pensé. Pero dije en voz alta: —Hola, Zayn.
—¿Has estado trabajando en el periódico? —Me preguntó. —¿Cómo está quedando la página deportiva?
—Bien.
—¿Estará saliendo el viernes?
—Sí.
—No puedo esperar para verlo.
Y laminarla en un cuadro, pensé.
—Acabo de salir de la práctica de fútbol.
—Bien.
—Fue genial. El entrenador parecía muy contento hoy.
—Me alegro de oírlo.
—Creo que finalmente estamos poniendo las piezas juntas.
—Genial.
—Oye, ¿Qué tal un viaje a casa? —Me preguntó—. Tu cabello parece un tornado —añadió con una sonrisa.
El viento estaba aumentando. Sentí la primera gota de lluvia salpicando mi brazo. Sería un largo y mojado viaje caminando a casa.
—En realidad, eso estaría bien.
Zayn tiró del freno de emergencia, saltó de su coche y no de manera espectacular, tomó la pila de libros de mis manos, y los llevo junto a él al otro lado. Lo seguí. Oí un coche de tracción por detrás de Zayn. Él lo evadió, luego se inclinó para “ayudarme” con mi cinturón de seguridad.
—Gracias, ya lo tengo.
Cerró la puerta y se dirigió a mi lado, mientras el coche de atrás presionaba la bocina. Cuando se hubo abrochado el cinturón de seguridad, él empezó a hablarme de la práctica, entrando en detalles que sólo el entrenador, o tal vez su
madre y su abuela, querrían oír. El conductor detrás de nosotros, finalmente se
rindió. Cuando el auto giró a la derecha, miré y vi a Harry arrojar una mirada
en mi dirección.
Zayn habló todo el camino a casa, luego estacionó el coche delante de mi casa y hablamos un poco más. Cuando tomó un respiro, tomé la manija de la puerta.
—Hayley, espera —dijo—. Tengo algo que preguntarte. ¿Irías al baile?
—¿Yo…? ¿Qué?
—¿Irías al baile?
—¿Contigo?
—Por supuesto, yo sólo te puedo llevar durante la primera hora. Ya sabes las
reglas del entrenador. Pero yo estaba pensando que podría ser perfecto.
Podríamos ir juntos, y luego, después de mi partida, puede permanecer ahí y tomar fotos.
Me senté de nuevo en el asiento. Sorprendentemente, su idea tenía algún sentido. Podría ir al baile con una cita. Podría usar el vestido que había estado guardando para una ocasión especial. Entonces podría dejar a mi cita sin que se molestara, y yo sería libre para tomar fotos.
¿Era este otro intento de llegar a Brezze? ¿O estaba simplemente tratando de mantener su orgullo, con una cita para el baile, con una chica que estaría dispuesta a acompañarlo durante una hora y no esperar nada más? Decidí que no me importaba. Esto lo ayudaba y esto me ayudaba, y no estábamos engañándonos entre nosotros. No estábamos haciendo daño a nadie.
—Yo estaba pensando que podría llevarte a cenar primero —dijo—. Podríamos ir al puerto.
—Oh, no tienes que hacer eso —le dije.
—Pero me gustaría hacerlo —dijo—. Me encanta salir a comer fuera.
Me encogí de hombros. —Bueno... está bien. ¡Está bien!
Esa noche, cuando Breeze necesitaba prestado un poco de papel, vio mi vestido largo colgando de un gancho en el interior de la puerta de mi armario. Ella lo
bajó y se puso el vestido sobre ella, mirándose en el espejo.
El vestido era de un oscuro rosado satinado, con una falda larga y blusa de
tirantes que dejaba un poco de los hombros y gran parte de mi espalda desnuda. Me había enamorado de él durante las rebajas de después de graduación el año pasado y lo había comprado en uno de mis momentos de debilidad con Breeze, diciéndome a mí misma que con el tiempo, cada vez que lo fuera a usar, sería una ganga.
—Rojo sería más sorprendente —dijo.
—Pero este es el color que amo —le contesté.
—¿Qué zapatos vas a llevar? —Colgó el vestido, y comenzó a salir de mi armario.
—No lo sé. Hasta ahora, no había planeado vestirme para el baile.
Ella estaba fuera en un instante. Oí un deslizamiento de cajas en su armario,luego regresó con un par de zapatos plateados con una curva y altura increíbles.
—Wow. ¿Los he visto antes?
—Probablemente no. Ellos nunca combinaron con nada de lo que me he puesto,pruébatelos.
Me quité mis sandalias. ¡Zapatos de Princesa! Mis pies parecían fabulosos en ellos.
—¡El vestido, también, tonta!
Mientras lo hacía, yo la escuchaba hurgando en el baño de la vanidad.
Trajo tres esmaltes y los puso junto al vestido. —Este, creo, “Puesta de sol rosa”
—dijo—, aunque debes probar todos ellos para estar segura. El color puede ser
tan engañoso. Diferentes marcas de esmalte pueden reflejar la luz de fondo de
diferentes maneras.
Me estaba preparando con tanto cuidado como yo hacía con una fotografía.
—¿Qué vas hacer con tu pelo? —Me preguntó.
—No sé.
—Puedes levantarlo, poniendo algunas piezas a lo largo —dijo ella, poniendo
los esmaltes de uñas en mi escritorio—. Y creo que… sí… rositas. Demasiado
dulce para mí, pero va contigo. Me pregunto lo difícil que será conseguir rosas
que coincidan con tu vestido... No, no, ¡Blancas! —Ella empezó a levantar el pelo en trozos, sosteniéndolo por encima de mi cabeza—. Las blancas harán que
tu cabello se vea más oscuro y rico. ¡Perfecto!
Dejó caer el pelo y dio un paso atrás. —Creo que deberías hacerte un peinado
profesional. Ha sido mi experiencia que hacerlo quedarse arriba, y lograr que
las cosas permanezcan en él, nunca funciona, cuando lo haces tú misma.
—¿No es caro?
—Obtienes lo que pagas, Hayley —ella dijo—. No pasaría nada si una sola vez
todos en la escuela ven que puedes lucir mejor.
—¿Y puedo usar estos zapatos?
—Debes usarlos —dijo—, a pesar de que te harán más alta que Louis —
añadió con un leve—: Bueno, ese es su problema.
—Creo que Louis va con Jenny.
—¿Louis y Jenny? ¿Con quién vas a ir tú?
—Voy con Zayn.
Sus ojos se abrieron. Por un momento, tuve miedo de que los zapatos mágicos
fueran a desaparecer, luego se sentó en mi cama mirándome pensativa.
—Por supuesto, estarán juntos sólo una hora —dijo.
—Así es. Funciona de maravilla. Cuando vuelva a casa, voy a tomar fotos.
Pero primero iremos al puerto a cenar —pensé que tenía que añadirlo.
Ella asintió con la cabeza como si entendiera. —Probablemente a Phillips. A él
le encanta la comida de Phillips.
—A mí también.
Contempló sus uñas, moviendo los dedos, luego dejó caer las manos sobre su
regazo. —Ten cuidado, Hayley.
Me saqué los maravillosos zapatos. —¿Cuidado con qué?
—¡Hayley, debes ver lo que está haciendo Zayn! Es obvio. Él te está utilizando
para llegar a mí.
—No te preocupes. Es solo que Zayn  y yo necesitábamos una cita. Y no me
importa escuchar cosas de fútbol, y…
—¿Estás diciendo que nunca lo escuchaba? ¿Estás diciendo que nunca me gustó
comer en Phillips, incluso si es una casa de cangrejos ruidosa y totalmente anti
romántica?
Parecía un poco sensible en este momento. —Escúchame, Breeze. Este es uno de
esos acuerdos que funcionan convenientemente para nosotros dos. Esto no significa que Zayn y yo estamos calientes por el otro, nosotros definitivamente
no lo estamos.
—Mmm —fue todo lo que dijo.
A medida que salía de la habitación, le pregunté: —¿Dónde debería hacerme el
peinado?
Ella se encogió de hombros. —Cada lugar que conozco es caro.
Good Vibes.
Good Vibes.


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Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA - Página 2 Empty Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA

Mensaje por Good Vibes. Mar 03 Sep 2013, 3:00 pm

CAPITULO 14.


El viernes por la noche, como un jugador bien entrenado, mantuve los ojos en el campo en cada segundo del juego. Durante los tiempos de espera cuando los jugadores estaban al margen, revisé mis fotos, evitando incluso echar un vistazo a Harry. Al medio tiempo, Meg, Emma, y el Dr. Styles me cogieron en el puesto de perritos calientes.
Zayn había enviado un mensaje a través de Louis antes del partido, diciendo
que estábamos invitados a la fiesta de fútbol, que se celebraba en la casa de Mike. Después del partido, me encontré con Zayn en el estacionamiento y le dije que estaba demasiado cansada para ir.
Apoyó su pesada mano sobre mi hombro.
—Estoy hecho polvo, también. Vamos a tu casa y veamos la televisión.
—¿Así puedes estar ahí cuando Breeze llegue a casa? —Pregunté. Por supuesto,era posible que él realmente estuviera agotado, pero había estado suficientes veces sentada en el sofá con él—. No creo que sea una buena idea, Zayn.
—¿No?
—Esta fiesta es una cosa de equipo, y tú eres el capitán del equipo. Debes estar allí.
Consideró mi argumento.
—Incluso si es sólo por un corto tiempo, debes estar allí por los chicos. Y si te vas a casa temprano, eso está bien. Será un buen ejemplo.
Sonrió.
—Das buenos consejos, Hayley.
Me encogí de hombros.
—Siempre estás cuidando de mí. Siempre estás pensando en lo que es bueno para mí como jugador. —Había una extraña especie de calidez en la voz de Zayn—. ¡Eres mi mejor fan! —Me dio un abrazo de esos qua hacen crujir los huesos, levantándome sobre mis pies.
Cuando se movió, vi a varios miembros del equipo mirar en nuestra dirección.
Eché un vistazo hacia ellos, y mis ojos se encontraron con Harry, observándome
por encima del hombro de mi hermana.
Kathleen me dejó en casa, luego ella, Louis, y Jenny fueron a la fiesta. Por la sonrisa en el rostro de Louis, me di cuenta que tenía una cita para el baile de mañana por la noche.
* * *
El sábado a las cinco y media p.m., sonó el timbre.
—Ya voy yo por ti, cariño —dijo mi padre, dejando su revista.
—Gracias. —Abrí la bolsa de la cámara sobre una mesa de la sala familiar para
asegurarme de que tenía pilas de repuesto y tarjetas de memoria.
—Hola, Zayn, —llamé sin volverme—. Estoy empacando. Por lo menos no tengo que preocuparme de que nada se moje. Es una noche absolutamente perfecta.
—Sí. Lo es.
Al sonido de la voz de Harry, me enderecé. ¿Por qué siempre viene tan temprano? Sólo no parecía poder acogerse al horario de Breeze. ¡Él me volvería loca!
Me obligué a dar la vuelta lentamente, como si hubiera sido Zayn. En su traje oscuro, Harry parecía cinco años mayor y absolutamente magnífico. Ninguno de nosotros podía pensar en nada que decir. Mirándonos fijamente el uno al otro, nos quedamos tan quietos como maniquíes en un escaparate. Tal vez eran los tacones altos, pero me sentí mareada.
—Lo siento, Zayn —dijo mi padre, rompiendo el hechizo—. Estaba seguro de que eras Harry.
—Es él, papá. Me equivoqué.
—Es que hay muchos como tú —dijo mi padre continuando en tono de disculpa.
Harry se rió secamente.
—Entiendo, Sr. Caldwell. Este lugar es una pista de aterrizaje regular para los chicos.
—Más y más —dijo mi padre, y luego regresó a su silla y se escondió detrás de su revista.
—Estás aquí muy temprano para Breeze, sabes.
—Ya lo sé —respondió Harry.
Recogí el mando a distancia del televisor y se lo tendí a él. Él no lo tomó de inmediato.
—Te ves... bien, Hayley.
—Gracias. —El timbre volvió a sonar—. Ya voy yo, papá.
Abrí la puerta y dejé entrar a otro tipo de gran aspecto con un traje.
—¡Wow! — Exclamó Zayn—. ¡Wow! ¡Haaay-leeeeey!
Me eché a reír. La reacción de Zayn era un poco exagerada y fuerte, pero tenía
la intención de ser amable, y yo tenía una necesidad desesperada de algunos elogios y aliento.
—Entra mientras cojo mi bolsa de la cámara y el bolso. Ah, y mis zapatos para correr. Después de bailar voy a merodear en algo distinto a estos —le dije, levantando la falda para que pudiera verlos.
Silbó con aprecio, y me reí de nuevo, y lo conduje a la sala de estar.
—Me gustan las rosas en el pelo —dijo.
—¡Gracias! —Le estuve agradecida por darse cuenta. El salón definitivamente me hizo retrasar la búsqueda de mi cámara.
—Hola, señor Caldwell. Hola, Harry. —Tanto papá como Harry se pusieron de
pie. Papá le estrechó la mano, y luego se retiró a su revista.
—¿No tiene Hayley un aspecto increíble? —Le dijo Zayn a Harry.
—Sí.
—Muy diferente de cuando está tomando fotos en la línea lateral, ¿No?
Harry asintió con la cabeza, pero no dijo nada. Sentí mis mejillas calentarse.
—¿Recuerdas cuando Harry pasó por encima de ti en la pretemporada —me dijo Zayn—, y ni siquiera se dio cuenta?
Harry ladeó la cabeza ligeramente hacia atrás, el tipo de gesto que podría rápidamente convertirse en una mueca.
—Bueno, si te hubiera visto así —agregó Zayn con entusiasmo—. Te garantizo que él se hubiera dado cuenta.
—No necesariamente —dijo Harry.
Mis mejillas se pasaron de caliente a fuego caliente.
—Cuando estoy concentrado en el fútbol, todo lo que veo es el fútbol. No importa quién está allí… o cómo se vea.
—Zayn, estoy hambrienta. Vamos.
—¡Lo que tú digas, preciosa!
Llevaba mis zapatos de correr y el monedero de cuentas de fantasía (el monedero de cuentas de Breeze) , y no discutí cuando Zayn insistió en llevar mi bolsa de la cámara a su coche.
En el momento en que nos encontrábamos estacionados en un garaje del centro
junto a Harborplace, tuve la certeza de que Zayn estaba disfrutando de una nentusiasta y enérgica noche. Así que supuse que era una suerte que estuviéramos comiendo en un lugar turístico, en lugar de en un restaurante a la luz de las velas y con manteles blancos. Familias, parejas y grupos de personas con etiquetas de visitante de una convención se alineaban junto a la puerta de Phillips.
Decidimos esperar por una mesa en el patio al aire libre. Con el nombre de
Zayn en la lista de recepción y una espera de cuarenta y cinco minutos,caminamos por el ancho paseo marítimo de ladrillo que corría a lo largo del puerto, haciendo una pausa para sentarnos en un banco de vez en cuando.
Hablamos de fútbol, y fútbol, y fútbol (la NFL, la universidad, la escuela secundaria), Zayn llevaba gran parte de la conversación.
Mientras caminábamos, miré hacia el agua, su sedosa superficie púrpura empezaba a motearse con las luces de los pequeños barcos de recreo. Un barco
de Brasil estaba atracado a un lado del puerto, los marineros nos miraban y saludaban.
El taxi acuático tocó la bocina y se deslizó fuera de su muelle. Dejando atrás los restaurantes y pequeñas tiendas, los rascacielos haciendo largos patrones por la luz. Sólo tres veces (de acuerdo, cuatro, quizá cinco) me pregunté cómo sería
caminar por un lugar tan romántico con Harry.
Cuando regresamos al restaurante, tuvimos que esperar cinco minutos más,
pero nos dieron una mesa fabulosa en el otro extremo del patio. Grandes
contenedores de hormigón llenos de flores nos separaban de la gente que
caminaba por el paseo marítimo. Durante unos minutos miré a la gente y a los
barcos más allá de ellos. No necesitaba mirar el menú, yo siempre pedía lo mismo.
—Siempre tienen lo mismo —dijo Zayn, y me reí. Se volvió para ver si había un camarero a la vista—. Hey, mira quién está aquí.
Lo sabía antes de mirar, y supuse que había sido idea de Breeze. A cuarenta metros de distancia, ella y Harry estaban sentados. Ella tenía que venir,también, aunque esto fuera “totalmente poco romántico”.
Temprano en la mañana, había visto su vestido negro sobre la cama, pero no lo
había visto en ella. Sí, yo lucia “bien” incluso muy bonita, pero si Breeze hubiera caminado cerca del bote brasileño. La tripulación hubiera abandonado el barco.
Me giré para ver la reacción de Zayn ante ella. Él rápidamente, de alguna manera culpable, giró sus ojos a mí. —El mejor lugar en la ciudad para comer—él dijo, luego empezó una discusión sobre comida con tanto entusiasmo como cuando hablaba de fútbol.
Hicimos nuestro pedido y la sopa de cangrejo llegó inmediatamente, cuando
estábamos cuchareando la deliciosa sopa, Jared dijo con una voz que era usualmente seria en él: —Hayley eres tan buena para mí.
Sonreí con inquietud. ¿Qué significaba eso?
—Estoy tan agradecido haberte encontrado.
—¿Perdón?
—Es tan gracioso —él dijo—. Realmente pensé que quería a Breeze.
Bajé mi cuchara.
—Ambas son increíbles —Zayn continuó, luego dirigió una mirada a mi hermana—. Quiero decir ella es preciosa… ¡Es sexy! —Él desvió sus ojos lejos de ella—. Pero es mucho más fácil estar contigo.
¡Fácil!. La mesera retiró nuestros tazones de sopa y trajo la ensalada.
—Tú realmente me entiendes Hayley —Zayn siguió—. Conoces suficiente sobre
el fútbol para apreciar mi talento. Entiendes completamente el estrés bajo el que estoy. Haces lo que puedes para ayudarme, y me gusta eso.
Él buscó mis dedos, pero yo fui más rápida que él, luego retiró la mano del
tenedor que ahora blandía.
—Tú me pusiste primero —él siguió—, y no muchas chicas saben cómo hacer eso. — Fruncí el seño, pero él pareció no notarlo.
—Ninguna de las bonitas —él agregó, y sacudió su cabeza.
Golpeé con mi tenedor la ensalada, aplastando un tomate.
—Eres increíble, Hayley ¡Creo… creo que me estoy enamorando de ti!
—Pero Zayn…
—Eres la novia perfecta.
—Zayn. Yo…
—La chica perfecta para un atleta como yo.
—Zayn.
—Contigo, mis padres y el entrenador Siefrert ¿Cómo podría fallar? Esto no es
sólo sobre esta noche, Hayley. Quiero que estés conmigo en cada paso del camino. Quiero que seas mi chica.
—¡Zayn!
—¿Qué?
—Olvidaste preguntar qué es lo que yo quiero.
Él estuvo en silencio por un momento. —Sólo lo asumí.
—Exacto.
Su rosto era una calabaza de color blanco. —No entiendo.
—Escucha —dije—. No tenía idea que estuvieras pensando en mí de esta… esta
confusa manera. Durante las pasadas semanas, pensé que me estabas prestando
atención porque estabas tratando de llegar a Breeze.
—Y en el principio fue así —él respondió—. Eso es lo gracioso. Harry y yo
hicimos un trato, porque yo pensé que quería a Breeze, y luego, repentinamente comprendí que ¡Tú eras la chica perfecta!
—Harry y tú… ¿Qué trato?
—Bueno, sabía que Breeze iba a estar imposible durante la temporada se fútbol.
Sabes que tengo que rendir, Hayley. Tengo que hacer lo que Siefert dice. Tengo
que…
—Conozco esa parte ¡Continua!
—Todos saben que si no prestas suficiente atención a Breeze, ella empieza a vagar. Y no había manera en que pudiera prestarle suficiente atención durante la temporada. Así que cuando Harry resultó herido y Nicole lo botó, le pedí un favor. Le pedí que hiciera un esfuerzo más por el equipo, si sabes a lo que me refiero.
—Continua —dije.
—Fue simple. Pretendí romper con Breeze, y él pretendió salir con ella.
—Él sólo está pretendiendo…
—Estaba –Zayn me corrigió—. Estaba pretendiendo. Era tan fácil, quiero decir,si alguien sabe cómo llegar a una chica, ese es Harry. Diablos, si le ofrecieran una beca universitaria por eso Harry lo haría…
—Entendí tu punto —dije.
—Sólo necesitaba que la mantuviera ocupada, y luego, al final de la temporada,
él iba a romper con ella, y yo la tendría de vuelta. Pero aquí esta lo gracioso —
Zayn continuo—. Ayer Harry me dijo que no podía seguir mintiendo de esta
manera.
—¿Por qué?
—Él esté enamorado. ¡Pobre chico! Enamorado como yo nunca lo he estado.
Todos en el equipo lo notaron, quiero decir Harry está en otro mundo. Él ha
perdido totalmente su enfoque. ¡Nunca había visto a un chico en una situación
que lo superaba de esa manera! Así que lo saqué de su miseria. Le dije que
podía tener a Breeze, seguro, ella es sexy.
Zayn miró en su dirección. —Increíblemente sexy. —Él se sintió obligado a agregar: —Pero es demasiado problema.
Quería gritar, quería romper platos. Todo este tiempo, Harry y Zayn habían estado jugando. Harry se había quemado con su propio juego, y dada la manera de coquetear de Breeze, el continuaría en ese estado. Mientras tanto, él me hizo
miserable también. Y en cuanto a Zayn, él obviamente estaba enamorado de
Breeze y me quería para ser una ¡Maldita niñera de futbol!
Luché para mantenerme calmada. —Se te ocurrió pensar, Zayn, ¿Qué el amor
no es fácil? ¿Alguna vez te has detenido a pensar que el amor, el amor real,puede ser más difícil de encontrar, y mantener, que cualquier otra cosa,incluyendo una beca universitaria?
—No con alguien como tú —él dijo y buscó mi mano de nuevo. La retiré.
—Eres una chica tan dulce Hayley.
—¿Dulce? ¿Inocente? ¿Ingenua? —Dije odiando la descripción.
—¡Sí! No sé por qué pensé que nunca saldría con una chica como tú.
Me levanté lentamente. —Yo tampoco lo puedo imaginar —dije, luego tomé su
ensalada y se la arrojé en la cabeza.
De las mesas a nuestro alrededor vino una brusca respiración. Zayn me miró
sin palabras. Tomé mi bolso y por la esquina de mi ojo vi a Harry y a Breeze
mirándonos. Harry empezó a reír.
Caminé hacia su mesa, no podía hacer nada con su risa. Lo miré y el presionó
sus labios juntos, tratando de tragarse la risa, pero era imposible. Todo su cuerpo se estremecía. Y el mío se estremecía también, pero con ira.
Giré hacia mi hermana. —Cuando comprendas que ha pasado, espero que me
entiendas. —Luego tomé la ensalada de Harry y se la arrojé en la cabeza.
—Administrador, al patio al aire libre —una voz en el alto parlante dijo—, administrador, al patio al aire libre.
Miré alrededor rápidamente buscando una salida y entendí que no podría hacerlo sin encontrarme con el administrador. Levanté mi falda y subí torpemente los contenedores de flores y salí corriendo.
Good Vibes.
Good Vibes.


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Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA - Página 2 Empty Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA

Mensaje por Good Vibes. Mar 03 Sep 2013, 3:25 pm

CAPITULO 15.FINAL.


No es fácil correr en zapatos de princesa. Quizás ese es el por qué Cenicienta dejó uno en el baile. Estaba lista para deshacerme de ellos en el puerto, pero Breeze usualmente pagaba mucho por sus zapatos,y no quería tener que hurgar en el fondo para mi cámara más de lo que ya lo había hecho en esta noche desastrosa. Por supuesto, sabía que el administrador del restaurante sólo le habría puesto fin al vertido de la ensalada y me habría escoltado a la salida. Era de Harry de quien yo estaba escapando.
No me detuve a descansar hasta que llegué al acuario, donde encontré un banco, sobre el que me eché, asustando a las palomas. Quería gritar, pero no me permitiría llorar, ¡No lo haría! En vez de eso, me senté sobre el banco e hice unos profundos ruidos al tragarme los sollozos que hicieron apartar a las palomas. Al final, saqué mi teléfono celular y presioné “Casa”.
No hubo respuesta, así que traté con el celular de papá. Que como de costumbre, él no había recordado encender. Sabía que un taxi desde la ciudad a Saylor Mill sería costoso, pero no podía quedarme acá un segundo más. Cogí un taxi.
Tan pronto como el taxi arrancó, también lo hicieron mis lágrimas. Ellas rodaron silenciosamente hasta que llegué a casa. Salté del auto y estaba sorbiendo por la nariz cuando justo el auto de papá entró por el camino de entrada. Papá se dirigió hacia mí, llevando un cubo de comida para llevar, pareciendo desconcertado. Esperé tranquilamente hasta que él abriera la puerta, después entré.
—Estás en casa temprano, —dijo él.
—Sí.
Hubo un largo silencio. Dejó el pollo sobre la mesa. —¿Qué debo hacer, Hayley? Dime que hacer, no sé cómo ayudar.
—No creo que puedas ayudar, papá. Ahora mismo, sólo quiero lavar mi cara y
relajarme.
Cuando llegué a mi cuarto, me saqué el vestido y los zapatos, después removí
las rosas de mi pelo. Había sido pegado de tal forma con esa cosa de la peluquería, que requirió tres champús para desenredarlo. Al final, me envolví en mi bata y salí a la terraza.
Papá pegó su cabeza a la puerta. —¿Quieres compañía?
—No me importa.
—¿Qué tal un rollo untado con mantequilla?
Me reí un poco, y lo tomó como un sí, sacando su comida favorita y poniéndola sobre la mesa entre nosotros.
Nos sentamos en silencio, ambos mirando las estrellas. Él probablemente estaba
imaginando una máquina que se dirigiera a Plutón. Yo deseaba estar en esa máquina.
—Papá, —dije al fin—, sé que esto va a sonar tonto. Quiero decir, mamá era tu
esposa, no tu novia, pero… pero lo que necesito saber es, después de que muriera, ¿Cómo hiciste para dejar de pensar en ella? Lo que estoy preguntando es, si uno ama a alguien, y uno no puede tener a esa persona, ¿Cómo haces para sacártelo de la cabeza?
Mi padre se giró para mirarme, sorprendido. —No lo haces.
—Oh, ¡Estupendo!
—Cariño, tu madre siempre estará en mi cabeza y en mi corazón. —Se detuvo, alzando la vista a las estrellas—. Pero no duele del modo en que solía hacerlo.
—Entonces, ¿Cómo haces para que no duela tanto?
—En realidad, tú y Breeze lo hicieron. Con sólo mirarlas, preocuparme, amarlas, y de alguna manera, sin darme cuenta de ello, la cicatrización empezó.
Supongo que aprendí de tu mamá. Ella tuvo una infancia difícil, pero ella
sobrevivió porque siempre se enfocó en el afuera en vez del adentro. Se mantuvo fotografiando a los otros, se mantuvo centrada en los otros, en vez de ser arrastrada por lo que había sucedido en su vida.
Por un momento, escuché la voz de Harry el día que nos quedamos parados enfrente del casillero de Breeze: Tienes lo que es importante. Tienes la forma de ver de tu madre.
Papá empujó el plato de rollos de mantequilla hacia mí. Alcancé uno. Cuando
vi el alivio en su cara, me comí tres.
—Hay varios mensajes en el teléfono, —dijo.
Asentí, recogiendo el plato, y me fui dentro. Apoyándome en el mostrador de la
cocina, escuché a Breeze, después a Zayn, preguntar que estaba mal. Harry no preguntó… sólo dejó su número de celular. Borré los mensajes.
Papá tomó los sonidos del contestador automático como señal para entrar a la
cocina. Lo vi limpiar una encimera que no necesitaba ser limpiada.
—Prometí que fotografiaría el baile, —dije.
Asintió calladamente.
—Nadie puede hacerlo tan bien como yo. Excepto, —agregué—, mamá podría hacerlo. Y ella lo haría, sin importar qué. ¿Puedes llevarme y recogerme después?
Mi padre sonrió. —Ya lo sabes.
Me puse mi mejor par de jeans y una bonita camiseta ajustada. Dejando caer mi
pelo húmedo y ondulado, usé dos pequeños clips para mantenerlo apartado de
mis ojos, luego tuve una repentina inspiración: una rosa de seda en cada lado.
¡Muy de chica! Puse mi cámara digital en mi mochila, me dirigí a la puerta y después me detuve.
Había dejado los zapatos plateados al lado de mi escritorio; uno estaba parado, el otro estaba de lado. Eran fabulosos. Hacían a mis pies lucir fabulosos. Y había pasado mucho tiempo pintando mis uñas. Después de guardar mis zapatillas en
la mochila, me deslicé en los zapatos de princesa. ¡Listo!
Mientras papá me llevaba a la escuela, me pregunté cómo iba a imaginar mi primera visión de Harry y Breeze. Me pregunté si Jared había ido sin una cita al
baile, y si él y Harry olían a aderezo de ensalada.
—¿Tienes tu teléfono celular? —Preguntó papá, mientras se acercaba a la puerta
del gimnasio.
—Sí. Un millón de gracias. Te llamaré cuando acabe.
Le dio a mi mano un apretón tímido, el que casi me hace llorar otra vez.
El comité del baile me saludó en la puerta. —¡Yay! Ya está aquí.
—¡Nuestra propia paparazzi ha llegado!
Ya habían pasado cuarenta cinco minutos de baile, y el gimnasio, transformado
por los brillantes adornos, palmeras modernas, y cuerdas de luces, estaba atestado de personas. La primera persona que vi fue Jenny, luciendo fantástica en su vestido verde, bailando con Louis. Hey, no lucía tan mal, pensé, ¡Así se hace, Lou!
Vi a Kathleen del otro lado de la pista con un chico alto, pensé que finalmente había conseguido que su novio universitario volviera a casa. Luego él se giró.
Era el hermano de Zayn, ese “con m{s cerebro que músculos”. Ve por él, chica,
Vi a Paige revoloteando entre la multitud. Sabía que tarde o temprano mis ojos iban a encontrar a Harry y Breeze. Retrocedí a un rincón oscuro, contenta por la
protección de sus sombras, esperando verlos antes de que ellos me vieran.
—Buenas tardes, Caldwell.
—¡Entrenador! —Exclamé. Siefert había buscado el mismo rincón oscuro—.
Supongo que está aquí para mantener vigilados a sus chicos.
Él asintió. —Supongo que estás aquí para tomar fotos.
—Sí, señor. —Alcé la vista al gran reloj del gimnasio—. Sólo les quedan quince
minutos.
—He decidido darles hasta las diez.
—¡Wow! Eso es muy amable de su parte.
—No, Caldwell, la palabra es resignado.
Asentí, y me descubrí sonriendo un poco. El entrenador enseñaba ciencia a los
novatos y siempre se refería a sus estudiantes femeninas como señorita fulana.
Pero él me llamaba `Caldwell´, de la forma en que llamaba a Harry; `Styles´, o
Zayn; “Malik´. Me sentía parte del equipo.
—Así que supongo que necesitas ingresar a la oficina del periódico para recoger
tus cámaras, —él dijo.
—La verdad es que dejé las cámaras de la escuela en el auto de Zayn, así que traje la mía.
—Wright esta por ahí, —me dijo, con una indicación de su cabeza.
Miré en la dirección que el entrenador indicó. Zayn estaba inspeccionando la mesa de la comida como si no hubiera comido por días. Breeze estaba de pie junto a él.
Escaneé el área en busca de Harry. Luego Breeze, con esa pizca de telepatía que tenemos, se giró en mi dirección, buscando entre la gente. Cuando di un paso a la luz, ella me sonrió, y luego me cerró un ojo.
—Pusimos las cámaras en la oficina del periódico, —Siefert continuó, removiendo el enorme anillo de su cinturón, toqueteando la llave maestra—. Si pierdes estas llaves, Caldwell, probablemente sería mejor que dejaras el país.
—Volveré en un instante, Entrenador.
Me dirigí a la oficina del periódico, preguntándome sobre el triangulo de Zayn,Breeze, y Harry, deseando que no me viera envuelta en el melodrama que
estaba a punto de venir. Sólo focalízate en tus fotografías, Hayley me dije a mi
misma, mientras abría la puerta de la oficina.
Cerrándola suavemente tras de mí, deslice las llaves en mi bolsillo y me incliné
contra la puerta. Con las luces apagadas, la luz de la luna brillaba a través de las
ventanas en el lado opuesto de la habitación volviendo plata la enorme mesa donde nos reuníamos cada semana para esbozar nuestras ideas. Era reconfortante estar aquí. Era reconfortante ver la bolsa de mi cámara esperando por mí en la mesa.
—Hola.
Mi corazón se detuvo. Harry se levantó, emergiendo de las sombras hacia la luz de luna. Me quedé donde estaba, mi espalda contra la puerta. Él olía a champú más que a ensalada, se había cambiado de ropa.
—¿Podemos hablar? —Preguntó.
—Seguro. Algún día, —dije—. Pero el entrenador está esperando que vuelva enseguida con las llaves y…
—El Entrenador me dejó entrar, —Harry interrumpió.
—¿Él lo hizo?
—Hayley, —Harry dijo—. No puedo ver tu rostro en las sombras.
—Sí, lo sé.
Él rió suavemente. —De verdad me gustaría verlo.
—Se ve igual como lo hace usualmente.
—Bien, —dijo él—. ¿Cuál de los cientos de diferentes miradas que he visto en tus ojos está ahí ahora?
Tragué con fuerza. Él no podía evitar hacerme sufrir.
—Supongo que viste que Breeze y Zayn volvieron, —Harry dijo.
—¿Lo hicieron? —Respondí, sorprendida—. Los vi de pie juntos, pero… — mi
voz se perdió—. Has recibido otro golpe en nombre del equipo.
—¿Qué?
—Dejaste que Jared la recuperara.
—Bueno, supongo que puedes decir…
—Mantuviste tu palabra, aun cuando te habías enamorado de Breeze.
Harry me miró fijamente, luego rompió a reír en carcajadas. —Oh, dios. No lo entiendes. De verdad no lo entiendes.
—¿Cómo podría entender algo? —Pregunté furiosamente. —Has olvidado que
soy inocente, ingenua, ridículamente…
—Lo que tú eres es simplemente honesta. Dices lo que haces. No juegas juegos.
El hecho que otra gente lo haga, no te hace ingenua, hace de todos los demás que actúan deshonestamente, como yo, unos idiotas.
Mordí mi labio. —No necesito que me hagas sentir mejor.
—¿Entonces puedo hacerme sentir mejor? —Él preguntó—. Hayley, dame la oportunidad de explicarlo.
Me deslicé pasándolo y me moví hacia la ventana, encontrando más fácil estar
en la luz que tan cerca de él en la oscuridad.
—Cuando Zayn me pidió jugar este pequeño juego con Breeze, —Harry dijo—,
pensé que era loco y estúpido, pero no me importó. Mi temporada había terminado. Las esperanzas que tenía de ser descubierto temprano y conseguir
una oferta universitaria se habían evaporado. Y me habían botado. No me
importaba nada. Nada.
Pero tarde o temprano, tenía que tomar el control de las cosas y parar de sentir
pena por mí mismo. Así que cuando Zayn me lo pidió, me dije que si el plan lo
ayudaba a concentrarse mejor en el futbol, bueno, podía recibir, como tú lo has
señalado, otro golpe por el equipo.
Él cruzó la habitación hacia mí. —Yo ya sabía cómo era Breeze. No tenía que
preocuparme por herir a una chica que era la reina del juego de las citas.
Desafortunadamente, no tenía idea de que la reina tenía una hermana.
Miré fijamente a mis zapatos plateados. Brillaban en la luz de la luna.
—No tenía idea de que me enamoraría de su hermana.
¿Enamoraría?
—La noche que hablamos en la cocina, —él continuó—, cuando me dejaste claro
lo que pensabas sobre que llevara a Breeze a la fiesta del equipo, y sobre eso,Zayn me lo había pedido, te dije que a veces el amor era sólo un juego. Y tú me dijiste, `¿Entonces cómo se supone que creas en alguien cuando no lo es?’
Después de eso, ¿Cómo podía admitir lo que estaba haciendo? ¿Cómo se
supone que iba a decir que era sólo una farsa lo de tu hermana, pero que en realidad me estaba enamorando de ti? ¿Cómo podía esperar que me creyeras?
¿De verdad él había dicho eso? ¿Enamorando de mí?
—Hayley, todos saben que Breeze siempre está atrasada, —él continuó—. Creo
que está escrito en nuestra guía del estudiante. ¿Por qué crees que continuaba
llegando temprano? ¡Ni siquiera a tiempo sino más temprano!
—Los chicos hacen cosas como esa cuando están enamorados de ella.
—El día en que ella me plantó, ¿Por qué crees que quería quedarme? ¿Pensaste
que era tan estúpido y desesperado que de verdad creía que iba a volver?
—Sí.
Él rió. —Honesta como siempre. Pero equivocada. Ahí estaba pensando,hombre, este es mi día de suerte tengo a Hayley para mí mismo. Y luego Zayn
apareció, y después Lou.
—Pero Zayn dijo que habías roto el acuerdo con él porque no podías seguir pretendiendo… porque estabas… estabas enamorado de Breeze, —dije,
tragando la parte más complicada de mi frase.
—Le dije que estaba enamorado. No le dije de quien. Zayn asume que todos
piensan y sienten lo que él, así que asumió que era de Breeze.
Harry se acercó, elevando su mano, luego dudando, y dejándola caer a su lado.
—Hayley, mírame. Mírame… ¿Por favor? ¿Es posible? Dime que no estoy solo
en esto.
Lo miré y continúe mirándolo. Elevé mi mano y con un dedo suavemente tracé
su boca. Harry inclinó su cabeza. Su beso fue largo y dulce.
—Hayley, —dijo él, temblando un poco, apretándome aún más contra él.

—Harry.
Good Vibes.
Good Vibes.


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