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Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA
AYÚDAME A ESCOGER LA PROXIMA ADAPTACION Y EL ARTISTA PROTAGONISTA. aqui
Titulo: Love at first click
Adaptacion: Sí
Autor: Elizabeth Chandler
Genero: Romance juvenil
Advertencias: No
Otras paginas: No,pero my favorite mistake aqui
Sinópsis.
Ya no podía negar lo que implicaba el calor en mis mejillas cuando estaba alrededor de Harry.Me estaba enamorando del novio de mi hermana.
Hay algo acerca de Harry.Si,el es alto,un increíblemente y magnífico jugador de cabello oscuro,pero...él también era muy dulce y agradable,y era muy facil hablar con él.
Es una suerte que soy la fotógrafa del periódico de la escuela,porque a mi cámara le gusta Harry casi tanto como a mí.Lamentablemente para mí,también lo hace mi hermana y no hay manera de que pueda capturar a Harry con ella en la foto...
-
Hola,Priscilla Fuentes reportandose.
Primera adaptacion o publicacion que no sean mis comentarios sobre otras novelas en este blog.
Me encanto este libro,espero les guste tanto como a mi.
haganme saber con cualquier cosa que le dan seguimiento o que por lo menos leyeron la sinopsis.
AYÚDAME A ESCOGER LA PROXIMA ADAPTACION Y EL ARTISTA PROTAGONISTA. aqui
Titulo: Love at first click
Adaptacion: Sí
Autor: Elizabeth Chandler
Genero: Romance juvenil
Advertencias: No
Otras paginas: No,pero my favorite mistake aqui
Sinópsis.
Ya no podía negar lo que implicaba el calor en mis mejillas cuando estaba alrededor de Harry.Me estaba enamorando del novio de mi hermana.
Hay algo acerca de Harry.Si,el es alto,un increíblemente y magnífico jugador de cabello oscuro,pero...él también era muy dulce y agradable,y era muy facil hablar con él.
Es una suerte que soy la fotógrafa del periódico de la escuela,porque a mi cámara le gusta Harry casi tanto como a mí.Lamentablemente para mí,también lo hace mi hermana y no hay manera de que pueda capturar a Harry con ella en la foto...
-
Hola,Priscilla Fuentes reportandose.
Primera adaptacion o publicacion que no sean mis comentarios sobre otras novelas en este blog.
Me encanto este libro,espero les guste tanto como a mi.
haganme saber con cualquier cosa que le dan seguimiento o que por lo menos leyeron la sinopsis.
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Última edición por iohmyzayn el Miér 04 Sep 2013, 8:35 pm, editado 19 veces
Good Vibes.
Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA
CAPITULO 1.
¡Esta foto iba a ser fabulosa! Por supuesto, muchos de los cuerpos en mi
línea de visión (todos ellos pertenecientes a nuestro equipo de fútbol de
la escuela) venían ya prefabricados, sólo había que agregar un gran aromatizante. Pero aparte de eso, el cielo estaba increíble, lucia casi pintado, con el sol deslizándose horizontalmente a través de las nubes. Brazos musculosos en todos los tonos del blanco al marrón oscuro brillaban de color. Estábamos a finales de agosto, caluroso y húmedo, una práctica de pretemporada.
Me arrodillé en la línea lateral, lista para una serie de tomas, consiente que me estaba jugando mi suerte con el entrenador.
Al entrenador Siefert no le gustan las chicas, las prohíbe en las prácticas y nos hubiera prohibido jugar si hubiera podido. El considera que `las mujeres´ son
una gran distracción; así que debía sentirme insultada de que él me permitiera estar tan cerca como estaba, siendo la fotógrafa del periódico estudiantil.
Por supuesto, estaba vestida en una forma que no distraía mucho. Mi cabello negro, ondulado, el cual caía casi seis pulgadas bajo mis hombros, iba siempre
trenzado o de alguna manera atado. No podía ser un estorbo delante del lente de la cámara. Y me puse la misma clase de ropa para las prácticas y los juegos:
Camisetas de fricción, pantalón caqui y zapatillas deportivas. Me encantaba vestir femenina, pero en el trabajo soy una profesional. Por lo tanto creía que
me había ganado el derecho a arrodillarme en la línea de banda caliza. Bien, tal vez estaba un poco más cerca, para tomar la foto perfecta.
Oprimí el botón del la cámara digital, fruncí el ceño y volví a intentarlo.
—¡Oh,no!, ¡Nooo! —Batería descargada, ¿Cómo pude dejar que esto pasara? Miré por encima del hombro para ver donde había dejado mi bolsa de equipamiento.
—¡Cabezas arriba! ¡Cabezas arriba! —Voces gritaban. Oí el estruendo de pasos viniendo hacia mí, pero me arrodillé ahí como un ornamento de césped,mirando mi equipo. Repentinamente, la cámara estaba volando sobre mi cabeza. Mi trasero aterrizo primero,entonces estaba sobre mi espalda. Vi el cielo brillando por encima de mí, entre el casco rojo y los hombros abultados del cuerpo tumbado encima de mí. El cuerpo respiraba con dificultad, y entre nosotros dos había un balón de fútbol.
El jugador encima de mí casualmente dio la vuelta y se levanto. No parecía haberse dado cuenta de que había aterrizado sobre un cuerpo. Todo el relleno, supongo, o estaba concentrado en el entrenador que siempre gritaba sobre algo.No lo culpaba, yo estaba concentrada en buscar nuestra muy cara cámara de la escuela. Encontrándola justo de tras de mí, la cogí y la acuné entre mis manos
como un bebé, rogando que no se hubiera dañado.
—¿Estás bien? —Zayn Malik gritó, reconocí su voz;como mariscal de campo, llamaba a todos los juegos. Y él llamaba a mi hermana regularmente.
—Seguro. —Respondió Harry Styles, girando de un lado el balón que él había recién atrapado, sonriendo al defensa que no había podido derribarlo.
—Tú no idiota. —Zayn respondió, y el resto del equipo se echo a reír.
—Hayley. —Él me llamó—. ¿Estás bien? Harry miró hacia a atrás y pareció sorprendido de verme sentada en el suelo.
—Oh, lo siento, lo siento colega. —Él dijo, dando unos pasos hacia atrás,extendiendo la mano, jalándome a mis pies con un solo movimiento, como si yo fuera su compañero de equipo.
Entre el rojo de su casco y la máscara de metal alcancé a ver los famosos ojos.Verdes, pero un verde que podía tornarse en un azul místico.A veces, ellos eran del color del cielo por la noche cuando las primeras luces plateadas aparecían, otras veces, eran un mar tormentoso. ¿Cómo se esto? ¡Hey,puedo hacer primeros planos! No hay nada que atraiga al público como un disparo acertado. Y, en realidad, yo fotografiaba todo tipo de actividades escolares; bailes, conciertos, recaudaciones de fondos y momentos de todos los días en las taquillas. Con una cámara en la mano no me sentía tímida. No soy yo, todos estan mirando a… es el ojo de la cámara, es la gente que se
imagina admirando sus fotos. Me gusta que sea así.
Usualmente, la mirada de los ojos de Harry Styles no era más que un atisbo,no podía ser más, no con el entrenador Siefert gritando como un loco. A los chicos les pidió que `se mantuvieran enfocados´, y a mi me pidió no de muy buena manera que me fuera.Cuando recogí mis cosas, uno de los entrenadores asistentes trotó para preguntarme si estaba bien.
—Oh, sí.
—Conoces al entrenador —el dijo, con una expresión que era medio sonrisa,medio mueca.
—Conozco al entrenador. Volveré mañana.-Vi otra medio sonrisa, medio mueca en la cara del asistente, esta era por mí,pensé.
En cuanto salí de la cancha oí unos pasos detrás de mí.
—Tienes manchas de hierba en la espalda. —Me giré. Mi amigo Louis, quien cubría deportes para El mensajero, y que había estado trabajando en el otro lado del campo, me había seguido.
—Ahí va mi camisa de diseñador —respondí con una sonrisa.
—¿Esa es una camisa de diseñador? Siempre me he preguntado cómo puedes
saber algo así.
—Louis —dije, sacudiendo la cabeza—. Es una camiseta como la tuya, de LL Bean.
—Es Lou. —Él me corrigió, como por millonésima vez.
Amo el nombre de mi amigo,Louis Tomlinson. Va perfectamente con su cabello ondulado y castaño y con sus fuertes características. Pero él tiene una cuestión sobre ser llamado Lou, sonaba más difícil, supongo, más como un periodista deportivo, menos como un diseñador de modas italiano. Él es el mejor escritor en Saylor Mill High a pesar que sólo va en segundo año como yo, él tiene ese gran talento. Él podría no escribir nada. Pero le encanta cubrir atletismo.
Durante el primer año empecé a estar con él,tratando de absorber sus conocimientos sobre deportes. Él paso horas enseñándome en los márgenes y las gradas del gimnasio. Así yo podría anticipar la que sería la gran toma, y nos habíamos convertido en buenos amigos. No había nada romántico entre nosotros, nunca pasaría. Pero como su buena amiga sabía que tenía un corazón gentil, que lo hacía Louis para mí. Él estaba en silencio mientras caminábamos de vuelta al edificio principal de la escuela y pensé que estaba trabajando en su
columna. Nuestra fecha límite para El mensajero siempre era el miércoles a las
cuatro pm, y se publicaba cada viernes. Los fines de semana y los dos días de clase, debía darnos mucho tiempo entre ahora y la fecha límite, pero estábamos
luchando contra ese tipo de sensación de cámara lenta que sentías al final del verano.
—¿Así que sabes cuáles serán tus predicciones? —Le pregunté.
—¿Huh?
—Tus predicciones para el equipo de Futbol, para la liga, pensé que ibas a enumerarlos en tu columna.
—Sí, sí, lo voy a hacer. —Lo miré inquisitivamente.
—Sólo no lo entiendo. —Él dijo y suspiró.
—No parece tan difícil —respondí—. Terminamos en segundo lugar el año pasado y el equipo era joven. Creo que vamos a ganar el campeonato este año.
—Por supuesto —él dijo—. No veo como no podemos, quiero decir, sin contar los lesionados.
—Así que, ¿Qué es lo que no entiendes?
—Chicas.
—Oh.
—Las chicas y los deportistas.
—¿Cómo dos categorías separadas o combinadas? —Pregunté, cambiando la bolsa de mi cámara o mi otro hombro, mi equipo era pesado, pero nunca le pediría a Louis que lo llevara.
—Combinadas ¿Por qué las chicas persiguen a los deportistas? ¿Por qué creen que son tan geniales?
Me encogí de hombros, si me hubiera preguntado porque mi cámara amaba el rostro de Harry Styles le hubiera respondido que los ojos de Harry se habían
hecho para ser fotografiados, o porque si fuera Miguel Ángel le pediría a Harry que posara como David. Puede haberle dado una respuesta inteligente, pero no estaba dispuesta a ofrecer una teoría sobre por qué las chicas perseguían a chicos como Harry, Zayn u otros jugadores guapos. Había decidido el año
pasado que no valía la pena.
—Quiero decir son unos idiotas —dijo, el calor y la humedad debieron haberlo hecho enojar.
—Bien —respondí—, es obvio que los deportistas pueden ser ensimismados y egoístas, y eso los hace ciegos a otras personas, insensibles, pero no idiotas
exactamente. Lo que trato de decir es que la estúpida manera en que actúan no siempre es intencional.
—Styles habría dejado la marca de sus zapatos en ti, y nunca lo habría sabido si alguien no se lo hubiera señalado.
Me encogí de hombros.
—Es parte de ser fotógrafa.
—Descuidado, es todo el tiempo, tan malo como ser un idiota intencional.
—Eso es lo que amo de ti Louis sabes tanto Filosofía como deportes.
—¿Alguna vez has notado como las chicas persiguen a los idiotas en ves de perseguir a los chicos buenos —agregó.
Ah, ahora llegábamos al tema que le molestaba. Tuve un mal presentimiento sobre una chica que lo había rechazado, a la cual se había comido con los ojos
en el club de natación. Entramos al edificio de la escuela.
—Oye Louis, hay
como noventa y tantos grados de humedad, como una selva tropical y creo que tengo un moretón coloreando mis nalgas. No estoy de humor para deprimirme por el hecho que las chicas no persigan a los agradables escritores deportivos, y que un deportista no notaría si dejo marcas de zapatos en mí. Voy a quemar un CD y a trabajar en las fotos en casa.
Que fue lo que hice, salvo por un momento que gasté en abrir un archivo y
admirar una imagen de Harry.
¡Esta foto iba a ser fabulosa! Por supuesto, muchos de los cuerpos en mi
línea de visión (todos ellos pertenecientes a nuestro equipo de fútbol de
la escuela) venían ya prefabricados, sólo había que agregar un gran aromatizante. Pero aparte de eso, el cielo estaba increíble, lucia casi pintado, con el sol deslizándose horizontalmente a través de las nubes. Brazos musculosos en todos los tonos del blanco al marrón oscuro brillaban de color. Estábamos a finales de agosto, caluroso y húmedo, una práctica de pretemporada.
Me arrodillé en la línea lateral, lista para una serie de tomas, consiente que me estaba jugando mi suerte con el entrenador.
Al entrenador Siefert no le gustan las chicas, las prohíbe en las prácticas y nos hubiera prohibido jugar si hubiera podido. El considera que `las mujeres´ son
una gran distracción; así que debía sentirme insultada de que él me permitiera estar tan cerca como estaba, siendo la fotógrafa del periódico estudiantil.
Por supuesto, estaba vestida en una forma que no distraía mucho. Mi cabello negro, ondulado, el cual caía casi seis pulgadas bajo mis hombros, iba siempre
trenzado o de alguna manera atado. No podía ser un estorbo delante del lente de la cámara. Y me puse la misma clase de ropa para las prácticas y los juegos:
Camisetas de fricción, pantalón caqui y zapatillas deportivas. Me encantaba vestir femenina, pero en el trabajo soy una profesional. Por lo tanto creía que
me había ganado el derecho a arrodillarme en la línea de banda caliza. Bien, tal vez estaba un poco más cerca, para tomar la foto perfecta.
Oprimí el botón del la cámara digital, fruncí el ceño y volví a intentarlo.
—¡Oh,no!, ¡Nooo! —Batería descargada, ¿Cómo pude dejar que esto pasara? Miré por encima del hombro para ver donde había dejado mi bolsa de equipamiento.
—¡Cabezas arriba! ¡Cabezas arriba! —Voces gritaban. Oí el estruendo de pasos viniendo hacia mí, pero me arrodillé ahí como un ornamento de césped,mirando mi equipo. Repentinamente, la cámara estaba volando sobre mi cabeza. Mi trasero aterrizo primero,entonces estaba sobre mi espalda. Vi el cielo brillando por encima de mí, entre el casco rojo y los hombros abultados del cuerpo tumbado encima de mí. El cuerpo respiraba con dificultad, y entre nosotros dos había un balón de fútbol.
El jugador encima de mí casualmente dio la vuelta y se levanto. No parecía haberse dado cuenta de que había aterrizado sobre un cuerpo. Todo el relleno, supongo, o estaba concentrado en el entrenador que siempre gritaba sobre algo.No lo culpaba, yo estaba concentrada en buscar nuestra muy cara cámara de la escuela. Encontrándola justo de tras de mí, la cogí y la acuné entre mis manos
como un bebé, rogando que no se hubiera dañado.
—¿Estás bien? —Zayn Malik gritó, reconocí su voz;como mariscal de campo, llamaba a todos los juegos. Y él llamaba a mi hermana regularmente.
—Seguro. —Respondió Harry Styles, girando de un lado el balón que él había recién atrapado, sonriendo al defensa que no había podido derribarlo.
—Tú no idiota. —Zayn respondió, y el resto del equipo se echo a reír.
—Hayley. —Él me llamó—. ¿Estás bien? Harry miró hacia a atrás y pareció sorprendido de verme sentada en el suelo.
—Oh, lo siento, lo siento colega. —Él dijo, dando unos pasos hacia atrás,extendiendo la mano, jalándome a mis pies con un solo movimiento, como si yo fuera su compañero de equipo.
Entre el rojo de su casco y la máscara de metal alcancé a ver los famosos ojos.Verdes, pero un verde que podía tornarse en un azul místico.A veces, ellos eran del color del cielo por la noche cuando las primeras luces plateadas aparecían, otras veces, eran un mar tormentoso. ¿Cómo se esto? ¡Hey,puedo hacer primeros planos! No hay nada que atraiga al público como un disparo acertado. Y, en realidad, yo fotografiaba todo tipo de actividades escolares; bailes, conciertos, recaudaciones de fondos y momentos de todos los días en las taquillas. Con una cámara en la mano no me sentía tímida. No soy yo, todos estan mirando a… es el ojo de la cámara, es la gente que se
imagina admirando sus fotos. Me gusta que sea así.
Usualmente, la mirada de los ojos de Harry Styles no era más que un atisbo,no podía ser más, no con el entrenador Siefert gritando como un loco. A los chicos les pidió que `se mantuvieran enfocados´, y a mi me pidió no de muy buena manera que me fuera.Cuando recogí mis cosas, uno de los entrenadores asistentes trotó para preguntarme si estaba bien.
—Oh, sí.
—Conoces al entrenador —el dijo, con una expresión que era medio sonrisa,medio mueca.
—Conozco al entrenador. Volveré mañana.-Vi otra medio sonrisa, medio mueca en la cara del asistente, esta era por mí,pensé.
En cuanto salí de la cancha oí unos pasos detrás de mí.
—Tienes manchas de hierba en la espalda. —Me giré. Mi amigo Louis, quien cubría deportes para El mensajero, y que había estado trabajando en el otro lado del campo, me había seguido.
—Ahí va mi camisa de diseñador —respondí con una sonrisa.
—¿Esa es una camisa de diseñador? Siempre me he preguntado cómo puedes
saber algo así.
—Louis —dije, sacudiendo la cabeza—. Es una camiseta como la tuya, de LL Bean.
—Es Lou. —Él me corrigió, como por millonésima vez.
Amo el nombre de mi amigo,Louis Tomlinson. Va perfectamente con su cabello ondulado y castaño y con sus fuertes características. Pero él tiene una cuestión sobre ser llamado Lou, sonaba más difícil, supongo, más como un periodista deportivo, menos como un diseñador de modas italiano. Él es el mejor escritor en Saylor Mill High a pesar que sólo va en segundo año como yo, él tiene ese gran talento. Él podría no escribir nada. Pero le encanta cubrir atletismo.
Durante el primer año empecé a estar con él,tratando de absorber sus conocimientos sobre deportes. Él paso horas enseñándome en los márgenes y las gradas del gimnasio. Así yo podría anticipar la que sería la gran toma, y nos habíamos convertido en buenos amigos. No había nada romántico entre nosotros, nunca pasaría. Pero como su buena amiga sabía que tenía un corazón gentil, que lo hacía Louis para mí. Él estaba en silencio mientras caminábamos de vuelta al edificio principal de la escuela y pensé que estaba trabajando en su
columna. Nuestra fecha límite para El mensajero siempre era el miércoles a las
cuatro pm, y se publicaba cada viernes. Los fines de semana y los dos días de clase, debía darnos mucho tiempo entre ahora y la fecha límite, pero estábamos
luchando contra ese tipo de sensación de cámara lenta que sentías al final del verano.
—¿Así que sabes cuáles serán tus predicciones? —Le pregunté.
—¿Huh?
—Tus predicciones para el equipo de Futbol, para la liga, pensé que ibas a enumerarlos en tu columna.
—Sí, sí, lo voy a hacer. —Lo miré inquisitivamente.
—Sólo no lo entiendo. —Él dijo y suspiró.
—No parece tan difícil —respondí—. Terminamos en segundo lugar el año pasado y el equipo era joven. Creo que vamos a ganar el campeonato este año.
—Por supuesto —él dijo—. No veo como no podemos, quiero decir, sin contar los lesionados.
—Así que, ¿Qué es lo que no entiendes?
—Chicas.
—Oh.
—Las chicas y los deportistas.
—¿Cómo dos categorías separadas o combinadas? —Pregunté, cambiando la bolsa de mi cámara o mi otro hombro, mi equipo era pesado, pero nunca le pediría a Louis que lo llevara.
—Combinadas ¿Por qué las chicas persiguen a los deportistas? ¿Por qué creen que son tan geniales?
Me encogí de hombros, si me hubiera preguntado porque mi cámara amaba el rostro de Harry Styles le hubiera respondido que los ojos de Harry se habían
hecho para ser fotografiados, o porque si fuera Miguel Ángel le pediría a Harry que posara como David. Puede haberle dado una respuesta inteligente, pero no estaba dispuesta a ofrecer una teoría sobre por qué las chicas perseguían a chicos como Harry, Zayn u otros jugadores guapos. Había decidido el año
pasado que no valía la pena.
—Quiero decir son unos idiotas —dijo, el calor y la humedad debieron haberlo hecho enojar.
—Bien —respondí—, es obvio que los deportistas pueden ser ensimismados y egoístas, y eso los hace ciegos a otras personas, insensibles, pero no idiotas
exactamente. Lo que trato de decir es que la estúpida manera en que actúan no siempre es intencional.
—Styles habría dejado la marca de sus zapatos en ti, y nunca lo habría sabido si alguien no se lo hubiera señalado.
Me encogí de hombros.
—Es parte de ser fotógrafa.
—Descuidado, es todo el tiempo, tan malo como ser un idiota intencional.
—Eso es lo que amo de ti Louis sabes tanto Filosofía como deportes.
—¿Alguna vez has notado como las chicas persiguen a los idiotas en ves de perseguir a los chicos buenos —agregó.
Ah, ahora llegábamos al tema que le molestaba. Tuve un mal presentimiento sobre una chica que lo había rechazado, a la cual se había comido con los ojos
en el club de natación. Entramos al edificio de la escuela.
—Oye Louis, hay
como noventa y tantos grados de humedad, como una selva tropical y creo que tengo un moretón coloreando mis nalgas. No estoy de humor para deprimirme por el hecho que las chicas no persigan a los agradables escritores deportivos, y que un deportista no notaría si dejo marcas de zapatos en mí. Voy a quemar un CD y a trabajar en las fotos en casa.
Que fue lo que hice, salvo por un momento que gasté en abrir un archivo y
admirar una imagen de Harry.
Última edición por iohmyzayn el Mar 13 Ago 2013, 11:31 pm, editado 2 veces
Good Vibes.
Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA
HOLAAA.PROBLEMAS DESDE YA.
Estaba muy feliz adaptando la cosa esta,sin haber visto comentario alguno,y tres veces me vi en la necesidad de comenzar de 0 cuando estaba terminando.Ahí no se si la que esta mal soy yo,mi pc,o algo en el foro.Pero como lo intente 3 veces y ya me duele un hombro xd,y sin embargo NO HAY COMENTARIOS :c.Supongo que es porque o nadie esta leyendo,o a nadie le gusta.Entonces,si leiste la sinopsis y el primer capitulo y te gusto,o simplemente lo viste,DEJAME TU COMENTARIO.SIN comentarios no se si subire,porque eso me indica que estoy esforzandome en balde para que el capitulo quede bonito y bien adaptado,entonces,al primer comentario,de cualquier tipo,continuo.
pd: TENGO OTROS LIBROS [mejores que este,debo aceptar] que si les interesa,puedo subir la sinopsis..¡TENGO UNA SEMANA LIBRE! puedo subir varios capitulos en un dia y terminarlo en lo que vaya de semana.EN SERIO,¿alguien? dejenme saber si AAAAAALLLLGUIEN,ha visto o por lo menos entrado en este tema D:
*feeling so saaad*
Estaba muy feliz adaptando la cosa esta,sin haber visto comentario alguno,y tres veces me vi en la necesidad de comenzar de 0 cuando estaba terminando.Ahí no se si la que esta mal soy yo,mi pc,o algo en el foro.Pero como lo intente 3 veces y ya me duele un hombro xd,y sin embargo NO HAY COMENTARIOS :c.Supongo que es porque o nadie esta leyendo,o a nadie le gusta.Entonces,si leiste la sinopsis y el primer capitulo y te gusto,o simplemente lo viste,DEJAME TU COMENTARIO.SIN comentarios no se si subire,porque eso me indica que estoy esforzandome en balde para que el capitulo quede bonito y bien adaptado,entonces,al primer comentario,de cualquier tipo,continuo.
pd: TENGO OTROS LIBROS [mejores que este,debo aceptar] que si les interesa,puedo subir la sinopsis..¡TENGO UNA SEMANA LIBRE! puedo subir varios capitulos en un dia y terminarlo en lo que vaya de semana.EN SERIO,¿alguien? dejenme saber si AAAAAALLLLGUIEN,ha visto o por lo menos entrado en este tema D:
*feeling so saaad*
Good Vibes.
Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA
Me encanta, me agrada que te tomes el trabajo de adaptarla, gracias!!!
Lucile Malfoy Finnigan
Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA
Me encanta que te encante cjhbsdsbdi creia que estaba subiendole la novela al aire y que nadie la leia,pero GRACIAS por comentar,eso era lo que necesitaba :D.Me pondre a adaptar de nuevo en poquito rato y subo.De nuevo gracias por el comentario,no te pierdas.Lucile Malfoy Finnigan escribió:Me encanta, me agrada que te tomes el trabajo de adaptarla, gracias!!!
Good Vibes.
Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA
Capitulo 2.
De camino a casa paré en la tienda de cámaras de Marty, la cual no estaba lejos del colegio, en `el corazón de Taylor Mill´, como dicen, siendo todo eso, dos manzanas de tiendas y negocios. Taylor Mill es uno de esos lugares que empiezan como la siguiente gran intersección fuera de la ciudad, intentando llamarse a sí misma ciudad, y eventualmente se convirtió en un suburbio más para gente trabajando en Baltimore y Washington.
El dueño de Marty, un hombre alto en los sesenta años, miró hacia arriba mientras entraba.
—Todavía la tengo —me dijo. Tenía una cámara Olympus con lente que hubiera vendido por 1800 dólares nueva, y estaba en la vitrina con una etiqueta de 1000 dólares. Yo estaba acumulando dinero, con la esperanza de que Marty no vendiera la cámara antes de que tuviera lo suficiente. Curioseé por la tienda unos pocos minutos, volví a admirarla, a`ella´, luego caminé la larga milla a casa.
Nuestra casa es una extensión de un piso, establecida justo para un padre viudo y dos adolescentes. Desde el vestíbulo, caminas a la habitación familiar con un techo de catedral y chimenea. A la izquierda del vestíbulo hay dos habitaciones separadas por un baño, de mi hermana y mío. A la derecha del vestíbulo estaba la cocina y el comedor, y más allá, al extremo derecho de la casa, el dormitorio principal, donde papá podía evitar nuestra música y nuestras peleas por el baño.
—Hola, señora Klein. Huele bien —mentí, metiendo la cabeza en la cocina.
Gruñó y metió el tenedor en una patata con tanta fuerza que, si no estaba blanda de la cocina, ahora estaría blanda del golpe.
—Le dije a tu padre que no voy a estar recogiendo detrás de vosotras chicas —dijo—. Sois muy mayores
para que yo esté recogiendo vuestras habitaciones.
—De acuerdo —contesté agradablemente.
Este era uno de los varios saludos de bienvenida que la señora Klein alternaba.
Para alguien más, puede parecer un poco frío, pero no para Breeze y yo. La señora Klein llegó cuando Breeze tenía cuatro años y yo tres, justo después de que nuestra madre muriera de cáncer. Fue contratada como ama de llaves, no como proveedora de cuidados infantiles, como ella dice a menudo, y la maternidad no era una de sus características. Pero la firmeza lo era, y cuando tienes un padre dulce, cariñoso y en `el espacio´, quien esta totalmente involucrado en su trabajo, llegas a apreciar la confiabilidad. La cena siempre estaba lista a las seis y cuarto, estuvieras listo para comer o no, y el brócoli siempre está cocinado hasta que parece patatas verdes. Sin esos eventos ocurriendo una y otra vez en nuestras vidas, nos sentiríamos todos perdidos.
Cuando alcancé a Breeze y mi lado de la casa, vi lo que había sugerido el saludo de hoy. Ropas colgadas de la puerta del armario de Breeze y el espejo de cuerpo entero. Salpicaduras de camisetas coloridas, pantalones cortos, faldas, pantalones y vestidos cubrían la cama y una variedad de muebles. Pasé a la habitación, sonriendo.
—¿Es un todo al cincuenta por ciento?
Breeze, cuyo nombre real es Brianna, suspiró.
—Tan solo no estoy inspirada.
—Estás intentando elegir el modelito para el primer día de clase —supuse.
Sostuvo una pequeña falda morada en su cintura, luego la tiró al lado.
—Y el segundo y el tercero y el cuarto, ¡Gracias a Dios que es sólo una semana de cuatro días!
Asentí. En sus elecciones de ropa, Breeze consideraba mucho más de cómo la cosa lucía con su pelo rubio y sus ojos verdes (¡fabuloso!), y cómo un cierto top iba con un par de pantalones. También pensaba sobre como el look del jueves se relacionaba con el del miércoles, como el del miércoles afectaba al del jueves, y como el modelito del jueves contrastaría con el del viernes. Admiraba su atención al color y la textura. Pero yo, yo misma, nunca podría recordar lo que llevaba alguien el día anterior, y no estaba segura de cómo la gente en la escuela verdaderamente apreciaba sus composiciones de guardarropa.
—Al menos habrá montones de rebajas por el fin de semana del Día del Trabajador —dijo.
—Montones —contesté—. Una chica nunca puede tener demasiada ropa.
Una hermana más responsable puede que hubiera señalado a Breeze que ella se había pasado del presupuesto para ropa que papá había establecido para nosotras, mucho mas allá de cinco meses consecutivos. Pero por la forma en la que papá manejaba nuestro dinero, no lo hice. Como montones de padres,estaba obsesionado con mantener las cosas`constantes´. Así que cuando miraba las facturas de la tarjeta de crédito cada mes (cada una de nosotras tiene la suya propia), y veía cuanto Breeze se ha pasado, en la intimidad me da esa cantidad en efectivo. Lo cual es como compré mi cámara digital, y como estoy ahorrando para mi Olympus. Con suerte, seré capaz de comprar la cámara antes de que Breeze nos lleve a la bancarrota.
—Voy a tomar una larga ducha —la advertí—. Puede que no salga en un rato.
—Espera, necesito mi esmalte de uñas.
En ese momento el teléfono sonó. Breeze parecía dividida entre la necesidad de pintarse las uñas y el deseo de contestar al teléfono.
—¿Quieres que lo coja?
—¡No! ¡Sí! No lo sé. He estado esperando a que llamara durante la última media hora. Pero no quiero que piense… —Tamborileaba sus largas uñas en la mesita.
—Está en el cuarto tono, —dije—. El contestador esta a punto de…
—¡Cógelo! ¡Cógelo! —Gritó.
Me reí y me precipité a través de la sala para agarrar el auricular.
—¿Hola?
—¿Breeze?
—Hayley.
—¡Haaay-ley! Soy Zayn.
Como si no lo supiera.
—Hola, Zayn.
—¿Estás bien? Me estaba preguntando si estabas bien, después de ese golpe que recibiste en el entrenamiento.
—Oh, sí, no era nada —dije, tocando suavemente mi trasero.
—¿Está Breeze ahí?
—Un momento.
Silencio, silencio, estaba articulándome Breeze, queriendo que pulsara el botón del teléfono. Le pasé el teléfono y le dejé apretar el botón. Una de las reglas de oro de Breeze sobre las citas era `mantenerlos esperando.
Desafortunadamente, desde que la pretemporada de entrenamiento había empezado, Zayn estaba jugando también, aunque quizás no intencionalmente.
Me dirigí al baño, me paré fuera de él para coger una toalla limpia del armario de las toallas, y finalmente la oí decir hola en un tono que sonaba como si no tuviera idea de quien pudiera estar al otro lado del teléfono.
—Oh. Hola Zayn.
Cerré la puerta del baño, luego me acordé de su esmalte de uñas. Abriendo el cajón de su lado de la vanidad, cogí su color favorito, la acetona, una variedad de limas, y se las llevé afuera para ella.
Frunció el ceño a la botella de lavanda. O quizás a Zayn.
—¿Perdona? —Dijo—. ¿Perdona? —Repitió, su voz ascendiendo la escala—.Estoy segura que no te oí bien, Zayn.
Volví a coger su segundo y tercer color favorito. Les hizo una mueca, o a Zayn.
Volviendo al baño, saqué el cajón entero y se lo llevé. No estaba tratando de complacerla; me estaba asegurando un tiempo a solas en el baño.
—¡Qué! —Casi gritó—. ¡¿Qué?! Bueno, ¡Toma algo de Gatorade! —Su cara se estaba poniendo muy rosada—. Es viernes por la noche, Zayn. ¡Es el fin de semana del Día del Trabajador!
Primero le grita el Entrenador, luego le grita Breeze. Zayn se quedará sordo,pensé.
—¡Lo prometiste! ¡Me lo prometiste! Bueno, entonces, —dijo, su voz disminuyendo de tono, sonando de repente tranquila. Si fuera él, me estaría preocupando—. Creo que mejor te sientas y re-examinas tus opciones. Quizás ambos necesitemos reconsiderar nuestra relación.
Ha estado viendo al Doctor Phil otra vez, pensé.
No sé lo que Zayn le contestó a Breeze, pero ella colgó de golpe el teléfono.
—¡Idiota! —Una gran lágrima caía por su mejilla.
No me lance sobre mi hermana para consolarla; había visto esto demasiadas veces antes.
—¿Para qué es esto? —Refunfuñó, mirando el cajón de esmaltes de uñas. Sus ojos verdes se elevaron, brillantes de ira—. Pobrecito —dijo sarcásticamente—,está cansado. Está deshidratado. Tiene que quedarse en casa y descansar.
—Bueno —dije, parada en su puerta, tirando de la camiseta empapada de sudor sobre mi cabeza—. El Entrenador los estaba haciendo trabajar mucho hoy, y es como una sauna ahí afuera.
—Odio a Siefert. Lo odio.
—El primer partido es de aquí a una semana —continué—. El entrenador va a hacer trabajar al equipo bastante duro durante los siguientes días, luego suavizará el entrenamiento antes del partido. Así es como se supone que se hará, al menos según Louis.
—Louis —repitió, poniendo los ojos en blanco, lo que me molestó—. Siefert les dijo que se fueran a la cama a las 9 en punto. ¡Se va a ir a acostar a las 9 todo el fin de semana! ¿Qué se supone que haga?
Me desabroché los pantalones cortos y los dejé caer. —¿No os podéis juntar durante el día?
—¡Pensarías que Siefert es Vince Liberti…
—Lombardi —la corregí.
—…por la forma en que Zayn obedece! He escuchado suficiente de esto. ¿A quién va a escuchar, a mí o a Siefert?
—La cosa es la siguiente, Breeze. —Le dije, mientras seguía desnudándome—.El Entrenador probablemente tenga más importancia que tú en el futuro de Zayn. —Sus ojos destellaron y abrió la boca para contestar, pero seguí—. El segundo año es un gran año para el reclutamiento para la universidad. Y él es una estrella. Zayn, Harry, Mike… son lo suficientemente buenos para conseguir becas completas para universidades magníficas. Están siendo observados.Tienen que jugar lo mejor que puedan. Y Siefert sabe como hacerlo.
—¿Cómo si no fuera parte del futuro de Zayn? —contestó—. ¿Cómo si mi amor
y apoyo no lo fueran a ayudar a ganar una beca?
En realidad, yo creía que el amor verdadero podía ser encontrado en el instituto. Mi tía Sandy se enamoró del tío Greg durante el segundo año, y ahora están esperando su primer niño. Eso pasa. ¿Pero a Breeze? En dos años, ha pasado por al menos un jugador de cada deporte: rugby y fútbol, baloncesto y lucha, lacrosse y… bueno, no de beisbol, pero lo compensó con el cantante principal de nuestro musical de primavera.
—Zayn va a tener que elegir —dijo mi hermana—.Soy yo o Siefert.
—No estoy segura de que yo le ofrecería esa opción.
Se volvió hacia mí.
—¡Como si supieras algo de citas! ¡Como si fueras una experta en chicos! ¡Tú vas a los bailes con tu estúpida cámara! Es decir, quizás para ti, es dulce…
—Voy a tomar una ducha. —Interrumpí y le di la espalda. Sabía que Breeze sólo se estaba quitando su frustración por Zayn conmigo, pero a veces ella decía cosas hirientes. Debido a que ella es despreocupada, nunca se toma en serio lo que alguien más dice de ella, se olvida que otras personas sí lo hacen.
Media hora después, cuando salí del baño lleno de vapor, Breeze se disculpó.
—Lo siento, Hayley, estaba loca por Zayn. Cuando digo cosas estúpidas, deberías ignorarme. Lo sabes. Eres mi mejor hermana.
—Soy tu única hermana. —Repliqué, después me reí.
—¿Quieres ir al centro comercial?
—¿Esta noche? Iba a trabajar en algunas fotos.
—Siempre deberías ir a las ofertas cuando las cosas están nuevas.
—Depende…
—No, es un hecho. Una vez que todo ya esta seleccionado…
—Me refiero a que depende de si lo que planeas hacer es lo que hicimos hace tres semanas cuando fuimos de compras.
—¿Que fue qué?—Dijo ella, pestañeando inocentemente. Con sus ojos delineados, sombreados, y cubiertos de rímel.
—Seleccionar mi ropa.
—Ahora, ¿Por qué haría eso?
—¿Porque usamos la misma talla? —Sugerí.
Ella sonrió un poco.
Breeze y yo tenemos exactamente la misma forma y talla, pero la mayoría de la gente no pensaría lo mismo. Cuando no estoy andando sobre mis rodillas o acostada sobre mi estómago para conseguir una buena foto, me gusta vestir con colores suaves y bonitos. Lo que no me gustan son los chicos con ojos saltones, mirándome fijamente a través de la ropa ajustada, como tampoco me gusta la gente que nota a la chica detrás de la cámara. Eso sólo me hace sentir autoconsiente.
Breeze nunca ha tenido un momento de auto-conciencia en su vida.
Para ella, es algo natural que todos, especialmente los chicos, no puedan quitarle los ojos de encima.
—No voy a pedirte prestado nada, —dijo mi hermana—. Por una razón, no podemos usar los mismos colores.
Breeze me lo repetía una y otra vez, el rojo brillante era perfecto para una morena como yo. Los pasteles lucían mejor con su color rubio, pero ella deseaba usar rojo, y a veces lo hacía. No me engañó hace tres meses, cuando ella trató de convencerme para que comprara un top tejido muy caro y ajustado de color escarlata.
—Vamos, —dijo ella—, agarremos algo para comer y vayamos.
Dejamos una nota para papá, quien trabaja hasta tarde otra vez. Breeze, quien tenía una licencia provisional, condujo nuestro Mazda, y también yo lo hacía, cuando ella agitaba ambas manos mientras hablaba.
El centro comercial estaba abarrotado. Supuestamente estábamos buscando ropa de otoño que habían sido puestas en liquidación, pero tras dos horas de descartar colocadas en varillas de metal, Breeze empujó un traje de baño en mi cara.
—Tienes que probártelo.
—La piscina se cierra el lunes.
—Está en liquidación. Mira el precio. ¿Sabes cuántos de estos trajes suelen venderse?
Tomé el gancho que me daba. El bikini era de un rojo fuego. Si me acalambraba repentinamente, estaba segura que el salvavidas iba a verme hundirme.
—Pruébalo, —dijo ella—. ¿Por favor?
Me encogí de hombros.
—¿Por qué no?
Lo agregamos a la pila que llevamos a un vestidor compartido. Lo guardé para el final.
—¡Impresionante! —Exclamó. Breeze mientras yo lo modelaba para ella—.¡Absolutamente impresionante!
Me miré en el espejo. ¡Wow! lo había llenado en los lugares correctos.
—¡Lo que un gran corte puede hacer por ti! —Añadió mi hermana—. Déjame probármelo.
Me quité el traje y se lo di. Le quedaba igual que a mí, pero el color había perdido su toque.
—Oh. Supongo que no es tan genial, —dijo ella, poniéndolo aparte.
Y ahí fue cuando decidí comprarlo.
La mañana siguiente, desperté temprano, miré la mochila sobre la silla, y lamenté instantáneamente mi compra. Devuélvelo, pensé, mientras me daba la vuelta en la cama.
Pero no podía… estaba en liquidación. Había tirado treinta dólares por el desagüe, treinta dólares que podría haberlos usado para mi cámara. Me decía a mi misma que no podía ser tan rojo como recordaba. Salté de la cama y abrí el bolso. Lo era. El cloro ayudaría, pero ¿Cuántas vueltas tendría que nadar antes de que el traje dejara de ser una señalización para los toros?
Miré el reloj, `siete cuarenta y cinco A.M.´, nuestra piscina comunitaria se abría de ocho treinta a nueve treinta, pero sólo para hacer largos. Después de eso, el último fin de semana de vacaciones de verano, estaría atestada. Voy a nadar con la gente grande, pensé, y me forzaré a mi misma a usar este nuevo traje de baño. Me puse encima una remera larga y lancé una toalla grande y protector solar dentro de una bolsa. Después de un bagel y un jugo, garabateé una nota, dejándola en el usual lugar sobre la encimera de la cocina, y caminé a la piscina.
Dos hombres fláccidos de mediana edad, una mujer mayor con un gorro de baño floreado, y yo llegamos al mismo tiempo. El socorrista subió a su silla y yo me saqué la remera, tirándola sobre mi tolla en la parte menos profunda de la piscina, donde los otros tres habían depositado sus cosas. Saqué la gran horquilla de mi pelo, sacudiendo las ondas.
—Haaay-ley.
Me giré, sorprendida. —¡Zayn! —Supongo que no importaba la clase de traje de baño que estuviera usando, los ojos de Zayn me iban a recorrer—. ¿Qué estás haciendo aquí? —Pregunté.
—Haciendo un entrenamiento aeróbico fácil. Pensé que seríamos sólo yo y las personas de edad.
—Yo también.
—Mi toalla está allí, por el trampolín. —Señaló.
—Probablemente sólo nade y me vaya. —Me puse mis gafas protectoras a modo de venda y empecé a caminar hacia el costado de la piscina—. Escoge tu
carril, —le dije.
—Entonces, ¿Cuán loca está Breeze? —Preguntó.
Me encogí de hombros.
—Supongo que eso es algo que deberías hablar con ella.
—Estaba esperando que le dijeras cuán duro está trabajando el entrenador con nosotros y cómo de molesto estaba en el campo ayer.
Por supuesto, lo había hecho, pero no iba a admitirlo, porque no me gustaba jugar al mensajero entre mi hermana y sus novios. No importaba tanto cuando los chicos se veían forzados a andar conmigo en el cuarto de estar, mientras ella se vestía para sus citas. Pero estaba resentida cuando, sin ningún aviso, ella me dejaba para entregar el mensaje que ella había salido y se había olvidado de ellos. Y definitivamente odiaba cuando ellos esperaban que yo le entregara sus mensajes a ella.
—Tal vez podrías acompañarla por mi, —sugirió Zayn—, mientras el entrenador está atrás de nosotros molestándonos.
¿Cómo si no tuviera nada mejor que hacer que ser la compañera de mí hermana?
—No lo creo. —Mi tono fue cortante, y vi cómo sus ojos se ensanchaban un poco—. Escucha, Zayn, ¿Por qué no tratas de explicárselo? Tú sabes, realmente explicárselo, lo que el entrenador está pidiendo, que los cazatalentos estarán en las gradas, la clase de competencia en la que estás con otros jugadores que quieren las mismas becas, esa clase cosas.
—Veo, —dijo él—, que tú entiendes.
—Y tienes que darle una chance a Breeze de comprender, explicándoselo.
—Pensé que quizás podrías ayudarme y…
Sacudí mi cabeza.
—Lo siento. Tiene que venir de ti.
Además, pensé, está claro que ella no me escuchará.
Escogí el carril entre el gorro de baño floreado y hombre calvo y fláccido, así Zayn y yo no estaríamos discutiendo sus problemas de noviazgo entre las vueltas.
El agua se sentía genial y nadé y nadé. Cuando finalmente salí, sólo el gorro floreado y Zayn todavía seguían. Me tendí sobre la toalla para secarme. Con el sol calentando mi espalda, rápidamente me quedé dormida y empecé a soñar.
Estaba en la práctica de futbol. Ojos grises, ojos que podían volverse de un azul místico, estaban mirándome desde un rostro enmascarado sobre un campo oscuro. Harry estaba sonriendo y por un momento pensé que podría…
Entonces escuché la voz de mi hermana.
—¡Esto es una sorpresa!
Me di la vuelta somnolienta.
—¿No viste mi nota sobre la encimera?
—Hola, Breeze.
Salté ante el sonido de una voz muy cerca de mi oído. ¡Mi brazo estaba apoyado contra el brazo de Zayn!
—¿Qué estás haciendo aquí? —Pregunté, sentándome rápidamente, mirando la zona del trampolín, donde supuestamente él había dejado sus cosas. Ahora su toalla rayada de playa estaba puesta entre medio de la silla del nadador calvo y yo.Zayn rió.
—¿Por qué sigues preguntándome eso?
—Parece que no hay mucho lugar para mí, —comentó Breeze.
—Hay mucho, —dije, arrodillándome, lanzando mi bloqueador solar y mis gafas de sol al bolso—. Sólo me estaba secando y me quedé dormida. —Me puse mi remera por la cabeza y recogí la toalla—. Tengo carpetas de fotos en las que tengo que trabajar en casa. Los veo chicos.
—¿Tienes algunas fotografías grandes de mi? —Llamó Zayn—. ¿Alguna copia que me puedas dar?
Estaba ansiosa por salir de ahí. Afortunadamente, un batallón de niños ruidosos llegó. Me volví, tiré del lóbulo de mi oreja, y sacudí mi cabeza, fingiendo que no podía escucharlo.
Entonces lo escuché cuando le decía a Breeze.
—Tu hermana luce realmente ardiente con ese traje.
Deseaba que alguien distinto a Zayn lo hubiera dicho; aún así, disfrutando de la protección de mi larga remera, me encontré caminando de una manera más descarada.
Por supuesto, su cumplido no era la mejor estrategia para alentar a Breeze de que le perdonara un toque de queda a las nueve. ¿Zayn era tan bobo, me pregunté, o simplemente insensible? ¿O había unas pocas células cerebrales activas en ese pedazo de lomo, conspirando para ponerla celosa, esperando que ella, después, estuviera agradecida por cualquier momento que él pudiera darle?
¿Quién sabe?
¡A quién le importa!
De camino a casa paré en la tienda de cámaras de Marty, la cual no estaba lejos del colegio, en `el corazón de Taylor Mill´, como dicen, siendo todo eso, dos manzanas de tiendas y negocios. Taylor Mill es uno de esos lugares que empiezan como la siguiente gran intersección fuera de la ciudad, intentando llamarse a sí misma ciudad, y eventualmente se convirtió en un suburbio más para gente trabajando en Baltimore y Washington.
El dueño de Marty, un hombre alto en los sesenta años, miró hacia arriba mientras entraba.
—Todavía la tengo —me dijo. Tenía una cámara Olympus con lente que hubiera vendido por 1800 dólares nueva, y estaba en la vitrina con una etiqueta de 1000 dólares. Yo estaba acumulando dinero, con la esperanza de que Marty no vendiera la cámara antes de que tuviera lo suficiente. Curioseé por la tienda unos pocos minutos, volví a admirarla, a`ella´, luego caminé la larga milla a casa.
Nuestra casa es una extensión de un piso, establecida justo para un padre viudo y dos adolescentes. Desde el vestíbulo, caminas a la habitación familiar con un techo de catedral y chimenea. A la izquierda del vestíbulo hay dos habitaciones separadas por un baño, de mi hermana y mío. A la derecha del vestíbulo estaba la cocina y el comedor, y más allá, al extremo derecho de la casa, el dormitorio principal, donde papá podía evitar nuestra música y nuestras peleas por el baño.
—Hola, señora Klein. Huele bien —mentí, metiendo la cabeza en la cocina.
Gruñó y metió el tenedor en una patata con tanta fuerza que, si no estaba blanda de la cocina, ahora estaría blanda del golpe.
—Le dije a tu padre que no voy a estar recogiendo detrás de vosotras chicas —dijo—. Sois muy mayores
para que yo esté recogiendo vuestras habitaciones.
—De acuerdo —contesté agradablemente.
Este era uno de los varios saludos de bienvenida que la señora Klein alternaba.
Para alguien más, puede parecer un poco frío, pero no para Breeze y yo. La señora Klein llegó cuando Breeze tenía cuatro años y yo tres, justo después de que nuestra madre muriera de cáncer. Fue contratada como ama de llaves, no como proveedora de cuidados infantiles, como ella dice a menudo, y la maternidad no era una de sus características. Pero la firmeza lo era, y cuando tienes un padre dulce, cariñoso y en `el espacio´, quien esta totalmente involucrado en su trabajo, llegas a apreciar la confiabilidad. La cena siempre estaba lista a las seis y cuarto, estuvieras listo para comer o no, y el brócoli siempre está cocinado hasta que parece patatas verdes. Sin esos eventos ocurriendo una y otra vez en nuestras vidas, nos sentiríamos todos perdidos.
Cuando alcancé a Breeze y mi lado de la casa, vi lo que había sugerido el saludo de hoy. Ropas colgadas de la puerta del armario de Breeze y el espejo de cuerpo entero. Salpicaduras de camisetas coloridas, pantalones cortos, faldas, pantalones y vestidos cubrían la cama y una variedad de muebles. Pasé a la habitación, sonriendo.
—¿Es un todo al cincuenta por ciento?
Breeze, cuyo nombre real es Brianna, suspiró.
—Tan solo no estoy inspirada.
—Estás intentando elegir el modelito para el primer día de clase —supuse.
Sostuvo una pequeña falda morada en su cintura, luego la tiró al lado.
—Y el segundo y el tercero y el cuarto, ¡Gracias a Dios que es sólo una semana de cuatro días!
Asentí. En sus elecciones de ropa, Breeze consideraba mucho más de cómo la cosa lucía con su pelo rubio y sus ojos verdes (¡fabuloso!), y cómo un cierto top iba con un par de pantalones. También pensaba sobre como el look del jueves se relacionaba con el del miércoles, como el del miércoles afectaba al del jueves, y como el modelito del jueves contrastaría con el del viernes. Admiraba su atención al color y la textura. Pero yo, yo misma, nunca podría recordar lo que llevaba alguien el día anterior, y no estaba segura de cómo la gente en la escuela verdaderamente apreciaba sus composiciones de guardarropa.
—Al menos habrá montones de rebajas por el fin de semana del Día del Trabajador —dijo.
—Montones —contesté—. Una chica nunca puede tener demasiada ropa.
Una hermana más responsable puede que hubiera señalado a Breeze que ella se había pasado del presupuesto para ropa que papá había establecido para nosotras, mucho mas allá de cinco meses consecutivos. Pero por la forma en la que papá manejaba nuestro dinero, no lo hice. Como montones de padres,estaba obsesionado con mantener las cosas`constantes´. Así que cuando miraba las facturas de la tarjeta de crédito cada mes (cada una de nosotras tiene la suya propia), y veía cuanto Breeze se ha pasado, en la intimidad me da esa cantidad en efectivo. Lo cual es como compré mi cámara digital, y como estoy ahorrando para mi Olympus. Con suerte, seré capaz de comprar la cámara antes de que Breeze nos lleve a la bancarrota.
—Voy a tomar una larga ducha —la advertí—. Puede que no salga en un rato.
—Espera, necesito mi esmalte de uñas.
En ese momento el teléfono sonó. Breeze parecía dividida entre la necesidad de pintarse las uñas y el deseo de contestar al teléfono.
—¿Quieres que lo coja?
—¡No! ¡Sí! No lo sé. He estado esperando a que llamara durante la última media hora. Pero no quiero que piense… —Tamborileaba sus largas uñas en la mesita.
—Está en el cuarto tono, —dije—. El contestador esta a punto de…
—¡Cógelo! ¡Cógelo! —Gritó.
Me reí y me precipité a través de la sala para agarrar el auricular.
—¿Hola?
—¿Breeze?
—Hayley.
—¡Haaay-ley! Soy Zayn.
Como si no lo supiera.
—Hola, Zayn.
—¿Estás bien? Me estaba preguntando si estabas bien, después de ese golpe que recibiste en el entrenamiento.
—Oh, sí, no era nada —dije, tocando suavemente mi trasero.
—¿Está Breeze ahí?
—Un momento.
Silencio, silencio, estaba articulándome Breeze, queriendo que pulsara el botón del teléfono. Le pasé el teléfono y le dejé apretar el botón. Una de las reglas de oro de Breeze sobre las citas era `mantenerlos esperando.
Desafortunadamente, desde que la pretemporada de entrenamiento había empezado, Zayn estaba jugando también, aunque quizás no intencionalmente.
Me dirigí al baño, me paré fuera de él para coger una toalla limpia del armario de las toallas, y finalmente la oí decir hola en un tono que sonaba como si no tuviera idea de quien pudiera estar al otro lado del teléfono.
—Oh. Hola Zayn.
Cerré la puerta del baño, luego me acordé de su esmalte de uñas. Abriendo el cajón de su lado de la vanidad, cogí su color favorito, la acetona, una variedad de limas, y se las llevé afuera para ella.
Frunció el ceño a la botella de lavanda. O quizás a Zayn.
—¿Perdona? —Dijo—. ¿Perdona? —Repitió, su voz ascendiendo la escala—.Estoy segura que no te oí bien, Zayn.
Volví a coger su segundo y tercer color favorito. Les hizo una mueca, o a Zayn.
Volviendo al baño, saqué el cajón entero y se lo llevé. No estaba tratando de complacerla; me estaba asegurando un tiempo a solas en el baño.
—¡Qué! —Casi gritó—. ¡¿Qué?! Bueno, ¡Toma algo de Gatorade! —Su cara se estaba poniendo muy rosada—. Es viernes por la noche, Zayn. ¡Es el fin de semana del Día del Trabajador!
Primero le grita el Entrenador, luego le grita Breeze. Zayn se quedará sordo,pensé.
—¡Lo prometiste! ¡Me lo prometiste! Bueno, entonces, —dijo, su voz disminuyendo de tono, sonando de repente tranquila. Si fuera él, me estaría preocupando—. Creo que mejor te sientas y re-examinas tus opciones. Quizás ambos necesitemos reconsiderar nuestra relación.
Ha estado viendo al Doctor Phil otra vez, pensé.
No sé lo que Zayn le contestó a Breeze, pero ella colgó de golpe el teléfono.
—¡Idiota! —Una gran lágrima caía por su mejilla.
No me lance sobre mi hermana para consolarla; había visto esto demasiadas veces antes.
—¿Para qué es esto? —Refunfuñó, mirando el cajón de esmaltes de uñas. Sus ojos verdes se elevaron, brillantes de ira—. Pobrecito —dijo sarcásticamente—,está cansado. Está deshidratado. Tiene que quedarse en casa y descansar.
—Bueno —dije, parada en su puerta, tirando de la camiseta empapada de sudor sobre mi cabeza—. El Entrenador los estaba haciendo trabajar mucho hoy, y es como una sauna ahí afuera.
—Odio a Siefert. Lo odio.
—El primer partido es de aquí a una semana —continué—. El entrenador va a hacer trabajar al equipo bastante duro durante los siguientes días, luego suavizará el entrenamiento antes del partido. Así es como se supone que se hará, al menos según Louis.
—Louis —repitió, poniendo los ojos en blanco, lo que me molestó—. Siefert les dijo que se fueran a la cama a las 9 en punto. ¡Se va a ir a acostar a las 9 todo el fin de semana! ¿Qué se supone que haga?
Me desabroché los pantalones cortos y los dejé caer. —¿No os podéis juntar durante el día?
—¡Pensarías que Siefert es Vince Liberti…
—Lombardi —la corregí.
—…por la forma en que Zayn obedece! He escuchado suficiente de esto. ¿A quién va a escuchar, a mí o a Siefert?
—La cosa es la siguiente, Breeze. —Le dije, mientras seguía desnudándome—.El Entrenador probablemente tenga más importancia que tú en el futuro de Zayn. —Sus ojos destellaron y abrió la boca para contestar, pero seguí—. El segundo año es un gran año para el reclutamiento para la universidad. Y él es una estrella. Zayn, Harry, Mike… son lo suficientemente buenos para conseguir becas completas para universidades magníficas. Están siendo observados.Tienen que jugar lo mejor que puedan. Y Siefert sabe como hacerlo.
—¿Cómo si no fuera parte del futuro de Zayn? —contestó—. ¿Cómo si mi amor
y apoyo no lo fueran a ayudar a ganar una beca?
En realidad, yo creía que el amor verdadero podía ser encontrado en el instituto. Mi tía Sandy se enamoró del tío Greg durante el segundo año, y ahora están esperando su primer niño. Eso pasa. ¿Pero a Breeze? En dos años, ha pasado por al menos un jugador de cada deporte: rugby y fútbol, baloncesto y lucha, lacrosse y… bueno, no de beisbol, pero lo compensó con el cantante principal de nuestro musical de primavera.
—Zayn va a tener que elegir —dijo mi hermana—.Soy yo o Siefert.
—No estoy segura de que yo le ofrecería esa opción.
Se volvió hacia mí.
—¡Como si supieras algo de citas! ¡Como si fueras una experta en chicos! ¡Tú vas a los bailes con tu estúpida cámara! Es decir, quizás para ti, es dulce…
—Voy a tomar una ducha. —Interrumpí y le di la espalda. Sabía que Breeze sólo se estaba quitando su frustración por Zayn conmigo, pero a veces ella decía cosas hirientes. Debido a que ella es despreocupada, nunca se toma en serio lo que alguien más dice de ella, se olvida que otras personas sí lo hacen.
Media hora después, cuando salí del baño lleno de vapor, Breeze se disculpó.
—Lo siento, Hayley, estaba loca por Zayn. Cuando digo cosas estúpidas, deberías ignorarme. Lo sabes. Eres mi mejor hermana.
—Soy tu única hermana. —Repliqué, después me reí.
—¿Quieres ir al centro comercial?
—¿Esta noche? Iba a trabajar en algunas fotos.
—Siempre deberías ir a las ofertas cuando las cosas están nuevas.
—Depende…
—No, es un hecho. Una vez que todo ya esta seleccionado…
—Me refiero a que depende de si lo que planeas hacer es lo que hicimos hace tres semanas cuando fuimos de compras.
—¿Que fue qué?—Dijo ella, pestañeando inocentemente. Con sus ojos delineados, sombreados, y cubiertos de rímel.
—Seleccionar mi ropa.
—Ahora, ¿Por qué haría eso?
—¿Porque usamos la misma talla? —Sugerí.
Ella sonrió un poco.
Breeze y yo tenemos exactamente la misma forma y talla, pero la mayoría de la gente no pensaría lo mismo. Cuando no estoy andando sobre mis rodillas o acostada sobre mi estómago para conseguir una buena foto, me gusta vestir con colores suaves y bonitos. Lo que no me gustan son los chicos con ojos saltones, mirándome fijamente a través de la ropa ajustada, como tampoco me gusta la gente que nota a la chica detrás de la cámara. Eso sólo me hace sentir autoconsiente.
Breeze nunca ha tenido un momento de auto-conciencia en su vida.
Para ella, es algo natural que todos, especialmente los chicos, no puedan quitarle los ojos de encima.
—No voy a pedirte prestado nada, —dijo mi hermana—. Por una razón, no podemos usar los mismos colores.
Breeze me lo repetía una y otra vez, el rojo brillante era perfecto para una morena como yo. Los pasteles lucían mejor con su color rubio, pero ella deseaba usar rojo, y a veces lo hacía. No me engañó hace tres meses, cuando ella trató de convencerme para que comprara un top tejido muy caro y ajustado de color escarlata.
—Vamos, —dijo ella—, agarremos algo para comer y vayamos.
Dejamos una nota para papá, quien trabaja hasta tarde otra vez. Breeze, quien tenía una licencia provisional, condujo nuestro Mazda, y también yo lo hacía, cuando ella agitaba ambas manos mientras hablaba.
El centro comercial estaba abarrotado. Supuestamente estábamos buscando ropa de otoño que habían sido puestas en liquidación, pero tras dos horas de descartar colocadas en varillas de metal, Breeze empujó un traje de baño en mi cara.
—Tienes que probártelo.
—La piscina se cierra el lunes.
—Está en liquidación. Mira el precio. ¿Sabes cuántos de estos trajes suelen venderse?
Tomé el gancho que me daba. El bikini era de un rojo fuego. Si me acalambraba repentinamente, estaba segura que el salvavidas iba a verme hundirme.
—Pruébalo, —dijo ella—. ¿Por favor?
Me encogí de hombros.
—¿Por qué no?
Lo agregamos a la pila que llevamos a un vestidor compartido. Lo guardé para el final.
—¡Impresionante! —Exclamó. Breeze mientras yo lo modelaba para ella—.¡Absolutamente impresionante!
Me miré en el espejo. ¡Wow! lo había llenado en los lugares correctos.
—¡Lo que un gran corte puede hacer por ti! —Añadió mi hermana—. Déjame probármelo.
Me quité el traje y se lo di. Le quedaba igual que a mí, pero el color había perdido su toque.
—Oh. Supongo que no es tan genial, —dijo ella, poniéndolo aparte.
Y ahí fue cuando decidí comprarlo.
La mañana siguiente, desperté temprano, miré la mochila sobre la silla, y lamenté instantáneamente mi compra. Devuélvelo, pensé, mientras me daba la vuelta en la cama.
Pero no podía… estaba en liquidación. Había tirado treinta dólares por el desagüe, treinta dólares que podría haberlos usado para mi cámara. Me decía a mi misma que no podía ser tan rojo como recordaba. Salté de la cama y abrí el bolso. Lo era. El cloro ayudaría, pero ¿Cuántas vueltas tendría que nadar antes de que el traje dejara de ser una señalización para los toros?
Miré el reloj, `siete cuarenta y cinco A.M.´, nuestra piscina comunitaria se abría de ocho treinta a nueve treinta, pero sólo para hacer largos. Después de eso, el último fin de semana de vacaciones de verano, estaría atestada. Voy a nadar con la gente grande, pensé, y me forzaré a mi misma a usar este nuevo traje de baño. Me puse encima una remera larga y lancé una toalla grande y protector solar dentro de una bolsa. Después de un bagel y un jugo, garabateé una nota, dejándola en el usual lugar sobre la encimera de la cocina, y caminé a la piscina.
Dos hombres fláccidos de mediana edad, una mujer mayor con un gorro de baño floreado, y yo llegamos al mismo tiempo. El socorrista subió a su silla y yo me saqué la remera, tirándola sobre mi tolla en la parte menos profunda de la piscina, donde los otros tres habían depositado sus cosas. Saqué la gran horquilla de mi pelo, sacudiendo las ondas.
—Haaay-ley.
Me giré, sorprendida. —¡Zayn! —Supongo que no importaba la clase de traje de baño que estuviera usando, los ojos de Zayn me iban a recorrer—. ¿Qué estás haciendo aquí? —Pregunté.
—Haciendo un entrenamiento aeróbico fácil. Pensé que seríamos sólo yo y las personas de edad.
—Yo también.
—Mi toalla está allí, por el trampolín. —Señaló.
—Probablemente sólo nade y me vaya. —Me puse mis gafas protectoras a modo de venda y empecé a caminar hacia el costado de la piscina—. Escoge tu
carril, —le dije.
—Entonces, ¿Cuán loca está Breeze? —Preguntó.
Me encogí de hombros.
—Supongo que eso es algo que deberías hablar con ella.
—Estaba esperando que le dijeras cuán duro está trabajando el entrenador con nosotros y cómo de molesto estaba en el campo ayer.
Por supuesto, lo había hecho, pero no iba a admitirlo, porque no me gustaba jugar al mensajero entre mi hermana y sus novios. No importaba tanto cuando los chicos se veían forzados a andar conmigo en el cuarto de estar, mientras ella se vestía para sus citas. Pero estaba resentida cuando, sin ningún aviso, ella me dejaba para entregar el mensaje que ella había salido y se había olvidado de ellos. Y definitivamente odiaba cuando ellos esperaban que yo le entregara sus mensajes a ella.
—Tal vez podrías acompañarla por mi, —sugirió Zayn—, mientras el entrenador está atrás de nosotros molestándonos.
¿Cómo si no tuviera nada mejor que hacer que ser la compañera de mí hermana?
—No lo creo. —Mi tono fue cortante, y vi cómo sus ojos se ensanchaban un poco—. Escucha, Zayn, ¿Por qué no tratas de explicárselo? Tú sabes, realmente explicárselo, lo que el entrenador está pidiendo, que los cazatalentos estarán en las gradas, la clase de competencia en la que estás con otros jugadores que quieren las mismas becas, esa clase cosas.
—Veo, —dijo él—, que tú entiendes.
—Y tienes que darle una chance a Breeze de comprender, explicándoselo.
—Pensé que quizás podrías ayudarme y…
Sacudí mi cabeza.
—Lo siento. Tiene que venir de ti.
Además, pensé, está claro que ella no me escuchará.
Escogí el carril entre el gorro de baño floreado y hombre calvo y fláccido, así Zayn y yo no estaríamos discutiendo sus problemas de noviazgo entre las vueltas.
El agua se sentía genial y nadé y nadé. Cuando finalmente salí, sólo el gorro floreado y Zayn todavía seguían. Me tendí sobre la toalla para secarme. Con el sol calentando mi espalda, rápidamente me quedé dormida y empecé a soñar.
Estaba en la práctica de futbol. Ojos grises, ojos que podían volverse de un azul místico, estaban mirándome desde un rostro enmascarado sobre un campo oscuro. Harry estaba sonriendo y por un momento pensé que podría…
Entonces escuché la voz de mi hermana.
—¡Esto es una sorpresa!
Me di la vuelta somnolienta.
—¿No viste mi nota sobre la encimera?
—Hola, Breeze.
Salté ante el sonido de una voz muy cerca de mi oído. ¡Mi brazo estaba apoyado contra el brazo de Zayn!
—¿Qué estás haciendo aquí? —Pregunté, sentándome rápidamente, mirando la zona del trampolín, donde supuestamente él había dejado sus cosas. Ahora su toalla rayada de playa estaba puesta entre medio de la silla del nadador calvo y yo.Zayn rió.
—¿Por qué sigues preguntándome eso?
—Parece que no hay mucho lugar para mí, —comentó Breeze.
—Hay mucho, —dije, arrodillándome, lanzando mi bloqueador solar y mis gafas de sol al bolso—. Sólo me estaba secando y me quedé dormida. —Me puse mi remera por la cabeza y recogí la toalla—. Tengo carpetas de fotos en las que tengo que trabajar en casa. Los veo chicos.
—¿Tienes algunas fotografías grandes de mi? —Llamó Zayn—. ¿Alguna copia que me puedas dar?
Estaba ansiosa por salir de ahí. Afortunadamente, un batallón de niños ruidosos llegó. Me volví, tiré del lóbulo de mi oreja, y sacudí mi cabeza, fingiendo que no podía escucharlo.
Entonces lo escuché cuando le decía a Breeze.
—Tu hermana luce realmente ardiente con ese traje.
Deseaba que alguien distinto a Zayn lo hubiera dicho; aún así, disfrutando de la protección de mi larga remera, me encontré caminando de una manera más descarada.
Por supuesto, su cumplido no era la mejor estrategia para alentar a Breeze de que le perdonara un toque de queda a las nueve. ¿Zayn era tan bobo, me pregunté, o simplemente insensible? ¿O había unas pocas células cerebrales activas en ese pedazo de lomo, conspirando para ponerla celosa, esperando que ella, después, estuviera agradecida por cualquier momento que él pudiera darle?
¿Quién sabe?
¡A quién le importa!
Última edición por iohmyzayn el Mar 13 Ago 2013, 11:32 pm, editado 1 vez
Good Vibes.
Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA
El capitulo esta sencillito,pero ahi esta,gracias al primer comentario,woohooo /o/.
Mas como esos y la sigo,no importa la hora,si me doy cuenta continuo.
NO FANTASMAS PLEASE! Si quieren me pueden avisar por twitter @haroldftzayn porque mi hermana me quita la pc y no tengo el blog en mi celular,pero si no,como quiera revisare mas tarde.
de nuevo...me gustaria terminarla esta semana,asi que coooorraaan!
jeje,bye :*
Mas como esos y la sigo,no importa la hora,si me doy cuenta continuo.
NO FANTASMAS PLEASE! Si quieren me pueden avisar por twitter @haroldftzayn porque mi hermana me quita la pc y no tengo el blog en mi celular,pero si no,como quiera revisare mas tarde.
de nuevo...me gustaria terminarla esta semana,asi que coooorraaan!
jeje,bye :*
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Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA
Gracias por no comentar ehhh,pero como quiera voy a subir :D
NO NO NO.....COMENTARIOS
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Good Vibes.
Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA
CAPITULO 3.
Los repartidores del periódico salieron el viernes, al final de nuestra primera semana de clases. A veces parecía un milagro cuando las historias y fotos finalmente se reunían, y esta era una de esas ocasiones.
Nuestra editora en jefe, Kathleen, era genial, pero nuestro asistente de edición,Dillon, era un desastre… mas interesado en hacerse popular que en cubrir exhaustivamente las noticias.
Había estado tan ocupada martes, miércoles, y jueves intentando acostumbrándome a las clases y trabajando en las fotografías, que no había notado mucho sobre Breeze y Zayn, excepto que ellos habían estado teniendo muchas peleas telefónicas. La noche del viernes, me deslicé dentro de mis caquis de enormes bolsillos, mientras Breeze se embutía en unos jeans que habían sido hechos de un modelo de cera de su cuerpo (sólo bromeo), y nos encaminamos al juego. Tenía que llegar allá temprano de modo que pudiera cargar mis cámaras y llenar mis bolsillos de baterías extra, tarjetas de memoria, y pequeñas libretas de notas para apuntar los nombres de cualquiera que no fuera jugador que fotografiara.Louis me encontró dentro del estadio.
—¿Por qué tu hermana se está pintando las uñas en la oficina del periódico?
—No junto a los computadores, ¿Cierto? Le dije que se mantuviera alejada de
ellos. Ella fue tan amable de modificar su horario para traerme acá, y necesitaba arreglarse en algún lado.
Una de nuestras cronistas, Paige, vino detrás de mí.
—¿Breeze está en la oficina? Quizás pueda obtener una entrevista previa al partido.
Louis hizo rodar sus ojos.
—¿Una entrevista preguntándole qué? ¿Si Harry es este año el apoyo de Zayn? ¿Cuán seguido Zayn va a lanzar un flat?¿Si Zayn y Harry van a ser el mejor combo TD en la historia de nuestro colegio? ¡Ella no sabe nada de fútbol!
Paige rió.
—Tú no lo entiendes, Lou. El fútbol es sólo una pequeña parte de esta noche. Mira a la multitud.
Veinte minutos antes del juego, la gente comenzó a entrar. El fútbol era muy importante en nuestra escuela, y no eran sólo los estudiantes los que asistían.
Todo Saylor Mill amaba las Noches de viernes bajo las luces.
En cuanto a Paige, tenía cierto respeto por sus habilidades, lo cual era algo que Louis no podía entender. Admiraba el hecho de que ella tuviera un aspecto característico: cabello color castaño, cortado en una lisa y brillante melena hasta el mentón, y lápiz de labios rojo brillante. Criada por sus abuelos, creo que ella debía haber visto demasiadas películas de niñas reporteras, quizás bastante viejas, pero de alguna forma, para ella, el aspecto funcionaba. Y por último, ella podía oler la información como no creerías, y ella podía redactar, quiero decir, ella podía producir en serie. Cuando ella no estaba trabajando en el periódico, ella posteaba largos capítulos de su novela de romance en un sitio de ficción de internet.
Esta noche, Paige llevaba, como siempre, un cuaderno rojo y una pequeña grabadora a casete, junto con una pequeña cámara digital.
—¿Son ciertos los rumores? —Ella me preguntó—. ¿Están Breeze y Zayn peleando como pitbulls?
—No lo sé.
—Nicole dijo que están camino a terminar.
Deslicé un cartucho de película dentro de la más vieja e irritante cámara del colegio, la cual aún lograba entregar impresiones excelentes.
—Por supuesto, Nicole siempre ha estado en contra de Breeze, y a Breeze no le
gusta Nicole, aún cuando ellas pretenden muy a menudo que se llevan bien, como viudas del fútbol.
—¡Viudas del fútbol! —Exclamó Louis—. No están casados, así que cómo ellos pueden…
Paige continuó.
—Todos saben que los ojos de Breeze deambulan si el chico con el que ella sale no mantiene sus ojos de ella.
Me encogí de hombros.
—¿Hacia dónde están deambulando? —Preguntó Paige.
Pude haberle dicho que los ojos de Breeze estaban por lo general vagando.
—¿Puedes aventurar alguna idea? —Persistió.
—¿Cuántas preguntas son necesarias para que te des por vencida? —Pregunté.
Paige rió.
—Uno de estos días, Hayley, voy a arrancar alguna pieza de cotilleo de ti. Bueno, estoy fuera. —Después que ella estuvo fuera del alcance del oído,
Louis se giró hacia mí.
—¿Están peleando?
—¡Louis Tomlinson! —Exclamé—. ¿No es esa pregunta demasiado baja para ti, que eres un deportista solamente interesado en deportes y noticias internacionales?
—Tengo otros intereses. Sólo no hablo de ellos.
—Bueno, es cierto —dije, sonriendo—. Bien, las porristas han terminado sus elongaciones. Tengo que obtener algunas fotos de pompones.
Tomé algunas fotos junto a unos adorables niños saltando alrededor del cubículo de los refrescos, las usuales fotos hiperactivas de los fans en las gradas, luego a una serie de jugadores mientras entrenaban y corrían por el estadio a través de los arcos de globos. Espere por la única que en realidad quería, los jugadores de pie a lo largo de las líneas laterales, los cascos rojos sostenidos a su lado, las manos sobre sus corazones, durante el himno nacional. Las expresiones de sus rostros, la sensación de anticipación y emoción suspendida en el aire, y ese sentimiento de tiempo suspendido, era perfecto para una foto en calma.
Desde mi posición Harry estaba al final de la línea de jugadores. Sus ojos estaban elevados hacia la bandera y su grueso y oscuro cabello se agitaba con la brisa. Él era uno de los afortunados muchachos cuyas mejillas de verdad demostraban cuando el decidía no afeitarse ese día… muy rudo, para el otro equipo y un motivo para detener los corazones de las chicas que se acercaban.
Era tan tentador usar mi teleobjetivo. Pero yo era una periodista disciplinada, y aunque las fotos capricho-del-momento resultaban por lo general bien, primero
tenía que cubrir las asignaciones que me había impuesto a mí misma. Además, cuando revisé mis fotos de los años previos, noté que había hecho acercamientos a Harry como treinta veces de más. Incluso cuando estaba cubriendo los bailes, tenía muchas fotos de él, aunque culpaba de eso a su novia, Nicole, quien era una coqueta de verdad con la cámara. Y con respecto a mí, no era como si estuviera enamorada de él o algo, nunca le había hablado, excepto para decir mantenlo justo ahí o Queso. No, no había nada más peligroso que lo que yo llamaba un enamoramiento de cámara.
El juego comenzó y me moví arriba y abajo a lo largo de las líneas laterales, lanzando flashes. El primer cuarto, mientras el equipo estaba estableciendo el curso de su juego, no obtuve nada que valiera la pena imprimir. Cuerpos apilados creaban fotografías malísimas. Pero en el segundo cuarto, Zayn comenzó a realizar algunos pases bastante buenos. Para el momento en que estábamos en la línea veinte del campo de juego, tenía dos fotografías estupendas de Zayn decidiendo la jugada y disparando, y tres de nuestros recibidores suspendidos en el aire. Harry, que medía seis pies y cuatro de alto, era espectacular saltando alto por la pelota. Él atrapó un pase que pareció llevarlo hacia las luces del estadio. La multitud se volvió loca.
Estábamos primeros y en la meta. Y si había alguien más en el estadio que se estresaba tanto como el entrenador Siefert cuando estábamos primeros y en la
meta, era yo, preguntándome como iba a captar las imágenes de la anotación. El equipo contrario pidió un tiempo fuera. Louis se fue a parar junto a mí, justo fuera de la línea de anotación.
—¿Quién del equipo lo tomará? —Pregunté.
—Bueno —comenzó Louis—, hay una serie de posibilidades.
—Yo no quiero posibilidades. Quiero el nombre del jugador en el que me debería enfocar.
—¿Cuántas veces tengo que explicártelo, Hayley? Aunque sé quien tiene posibilidades en el juego, el hombre podría estar cubierto y…
—No tienes que explicarme. Sólo estoy nerviosa. Desearía poder clonarme.
—Podrías permitir que otra persona utilice una cámara —dijo irónicamente.
—Conoces las reglas de Siefert, sólo un fotógrafo en la línea.
—Lo que sé es que sigues las reglas que te gustan, y encuentras una forma de
sortear las que no lo hacen.
Los equipos se alinearon a lo largo de la yarda seis.
—Yo diría que el primero o el décimo van a ejecutar. A la izquierda.
Cuando el equipo lo hizo, me volteé hacia Louis.
—Bien dicho.
—¿Viste cómo de abierto estaba Mark en la esquina de anotación? Estoy seguro de que es un plan de Siefert.
Tomé eso como una insinuación y me preparé mentalmente para hacer una toma en la esquina.
Pero la fotografía fue mala, apenas reconocible, sólo obtuve otra linda foto de
un lío de brazos y piernas.
—Harry —dijo Louis—. Yo apuesto por Harry. Es el tercero. Y también es en el que más confianza tiene Zayn.
—¿No lo sabrá el otro equipo?
—Con Harry, eso no tiene importancia —respondió Louis—. Él prospera bajo
presión. El puede hacer que suceda.
Miré a través del visor como Zayn ladraba la maniobra al juego, tomé una foto, luego dio tres pasos atrás. Todo el mundo estaba en movimiento. Zayn se libró de un tackle, recomenzó, bombeó una, dos veces… y entonces lo vi desplegarse… como en camara lenta. Harry se deslizaba en la zona final. Los defensores se movieron en su dirección, uno de cada lado. La pelota voló perfectamente como un misil dirigido a una altura que sólo Harry podría alcanzar. Mis ojos fueron más rápidos que mi cerebro y una sensación se desplazó directamente a mis dedos. Tres jugadores y una pelota se
aproximaban.
—Gran toma, gran toma, gran toma —mi cerebro estaba gritando mientras las manos de Harry agarraban la pelota.
Entonces escuché el horrible impacto y un enervante ruido sordo, uno que me
recordó que había pesados cuerpos ahí fuera, yendo a gran velocidad y apurándose a sí mismos, sólo con la delgada protección de almohadillas. Los tres jugadores bajaron en un montón. Dos de ellos se levantaron. Harry no lo hizo. Sentí mi estómago contraerse. Los alegres gritos de la multitud se convirtieron en un silencio.
Uno de los jugadores rápidamente se arrodillo al lado de Harry. El otro gritó y agito frenéticamente el brazo en dirección a los suplentes. Siefert y sus entrenadores salieron en una carrera muerta y empujaron a un lado a los compañeros de Harry que se habían acumulado.
La voz de Louis vino en un susurro.
—Él no se está moviendo. Hayley, él no se está moviendo.
—Oh, Dios.
Louis y yo nos paramos muy cerca el uno del otro, la parte superior de nuestros brazos estaban presionadas juntas. Un hombre y una mujer siguieron a los entrenadores al campo. Los jugadores formaron un círculo y juntaron las manos como muestra del apoyo del equipo.
—Por favor manténganse en sus lugares. Por la seguridad de todos, por favor,
manténganse en sus lugares —dijo la voz en el sistema de alto parlante.
Algunos de los estudiantes estaban tratando de entrar en el campo. Vi a los profesores que habían venido al juego formando una barrera en el borde de la
cancha.
—Esto es malo —dijo Louis.
—Puede ser malo, ¿Quisiste decir que puede? ¿Verdad?
—¿No deberías estar cubriendo esto? —Preguntó él.
Miré a la cámara en mis manos. No quería. ¿Pero qué clase de periodista fotográfica era, si no podía fotografiar a un jugador de fútbol herido? ¿Qué clase de profesional podría ser si dejaba sentimientos personales (no es que tuviera sentimientos personales por él), interponerse en mi camino?
—Supongo.
—Puedes hacer sólo fotos de la multitud —sugirió Louis—. Y si todo sale bien, podemos titularlo como: Un momento de susto en el juego y dejar que la foto
de la multitud cuente la historia.
—Está bien. —Escuché el ruido de una sirena en la distancia.
Giré para buscar a mi hermana, sabiendo que el gentío atractivo, incluyendo a las novias de los jugadores, siempre se sentaban en las primeras cinco filas. Vi a Breeze cambiar su posición e inclinar la cabeza por un momento, y supe que ella me estaba buscando. A veces era como una telepatía… sin mensajes, sólo un tipo de vínculo. Sintiéndome mejor, empecé a tomar fotos de la gente y algunos jugadores. Los paramédicos llegaron. Vi a Nicole, la novia de Harry, peleando con la gente del campo. Ella giró y se encontró con el visor de mi cámara.
Unos minutos después una camilla fue llevada a la zona.
—¿Puedes ver algo? —Le pregunté a Louis, debatiéndome en buscar o no una posición más alta en las gradas.
—No. Supongo que ellos lo están cargando. Tienen que ser cuidadosos, en el caso de que halla algún daño en la espina o el cuello.
—¿Cómo de ese tipo… del tipo que termina en parálisis? —Dije, a medida que mi voz se desvanecía. Parecía durar para siempre. Entonces, de repente, allí había una brecha en la multitud mientras la gente era empujada hacia atrás, permitiendo a los paramédicos acarrear la camilla sobre la hierba.
Harry, reposaba sobre su espalda, movió su cabeza suavemente como si estuviera tratando de mirar alrededor.
—¡Se está moviendo! —Dijo Louis con alivio.
Harry movió los pulgares hacia arriba como señal. La multitud enloqueció.
Un momento después me di cuenta de que no estaba viendo la escena a través de la cámara. Fue Nicole la que hizo que me diera cuenta.
Allí había algún tipo de dispositivo en busca de objetivos en Nicole que siempre me encontraba y a la cámara, y ahora ella estaba sobre la giratoria camilla bastante melodramática, mirándome expectante. Rápidamente levanté la digital.
Afortunadamente, Harry, respondiendo a los gritos de la multitud, dio otros pulgares hacia arriba. Nicole bajó la mirada hacia él con una expresión de dolor y esperanza que era muy exagerada, si me lo preguntas, pero yo estaba allí como periodista, no un director de películas. Click, click, click.
Después de que la ambulancia se lo llevó, los equipos empezaron a jugar de nuevo, pero menos fuerte que antes. Entonces alguien gritó—: ¡Por Harry! ¡Por Harry! —Y la acción se repitió.
Más tarde en el cuarto tiempo, cuando nuestro equipo estaba al frente y resultó ser el ganador, se anunció por alto parlante que Flynn había sufrido una leve contusión y un brazo roto. Se nos solicitó que visitáramos la página de la escuela durante la semana por información, para no molestar a su familia.
Louis sacudió la cabeza.
—Allí va nuestra temporada.
Última edición por iohmyzayn el Mar 13 Ago 2013, 11:34 pm, editado 1 vez
Good Vibes.
Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA
POBRE HAROLDO.Comentarios por favor D":
Good Vibes.
Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA
¡En el mundo hay gente bruta y astuta!.Yo soy bruta porque una pc me controla y no me deja manejar las cosas como quiero.
No hay comentarios,y con la que me esta montando la pc,no creo seguir subiendo...
Si estas ahi,di algo :D
No hay comentarios,y con la que me esta montando la pc,no creo seguir subiendo...
Si estas ahi,di algo :D
Good Vibes.
Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA
CAPITULO 4.
Las lesiones de Harry calmaron las discusiones entre Breeze y Zayn…temporalmente.
Pero la noche del lunes, tras la llamada del entrenador para decirle a todos que
intensificaran su juego, los dos estaban de vuelta en ellas.
El martes por la mañana, cuando Breeze giró hacia el estacionamiento de la escuela, era obvio que la atención de mi hermana para las tareas diarias, tales como conducir, estaba dispersa. Nuestro Mazda se paseó por el carril izquierdo, que no hizo al conductor que venía en dirección contraria, demasiado feliz.
Gracias al repentino estallido de la bocina del conductor, Breeze llamó la atención de Harry, junto al que se detuvo. Zayn, que acababa de salir de su pequeño auto rojo, también nos echó un vistazo.
—Hey, Harry —dijo mi hermana.
Desde el lado del pasajero, todo lo que pude ver, fue el brazo derecho de Harry en un yeso o cabestrillo, mientras el antebrazo izquierdo y su enorme mano sostenían una pila de libros contra las costillas.
—Hola, Breeze. ¿Cómo te va?
—¿Cómo te va a ti? —Le dijo.
—No está mal —dijo alegremente.
Por supuesto, ese hubiera sido el momento en que debería haberme apoyado en el coche, para que Harry pudiera verme por la ventana y haberle dicho de modo
casual: —Hey, espero que te recuperes pronto. —Pero yo seguía siendo invisible, mirando los dedos hinchados de color púrpura en su mano derecha.
Tal vez fuera porque estaba a unos metros de distancia, y sin una cámara que se
interpusiera entre nosotros, pero Harry parecía... demasiado real. Incapaz de ver su rostro y sus increíbles ojos, fui extremadamente consiente de su voz.
—Una cosa que aprendí —dijo Harry a Breeze—, es no dar por sentado mi brazo derecho. ¡Mi madre tuvo que cortar mi carne anoche!
Ella se echó a reír.
—Puesto que no puedes escribir, ¿Te van a eximir de las pruebas y trabajos?
—No, me van a dar más tiempo para picotear en un teclado.
—Bueno, estoy segura de que hay un montón de niños que estarán encantados de ayudarte —dijo, volviendo la cabeza ligeramente, sus ojos se deslizaron a la derecha para ver si Zayn venía hacia nosotros. Yo sabía tanto cómo mi hermana, que ella contaba con ello.
—Hey, Zayn —Harry le saludó.
El estómago de Zayn y los brazos de Harry se unieron a la ventana del lado del
conductor.
Mientras tanto, por supuesto, yo estaba siendo objeto de todo tipo de miradas enojadas de las personas que se veían obligadas a circular en el lado equivocado de la carretera (mi lado), para pasar nuestro coche. Nadie tocó la bocina, tal vez por respeto a Harry.
—¿Qué hay de nuevo, Breeze? —Preguntó Zayn. Podía oír la tensión en su voz.
—Le estaba diciendo a Harry, que teniendo él un solo brazo y todo, estaría feliz de ayudarle, tenemos la misma hora para el almuerzo. Y con certeza también tengo tiempo en la mañana y por la tarde.
Golpe bajo, pensé.
—Sigue siendo parte del equipo —dijo Zayn con frialdad—, y el entrenador nos anima a comer juntos como un equipo.
Ella se rió y se encogió de hombros.
—Bueno, entonces, sólo voy a ser una buena amiga en la tarde y noche.
Golpe bajo, golpe bajo.
—Voy a estar alrededor, Harry.
—Eso está muy bien —dijo—. Uh, creo que estamos causando un atasco de tráfico aquí.
Mi hermana examinó con calma la hilera de coches que estaban tratando de pasar por el carril que había dejado abierto para los conductores procedentes de
los dos sentidos.
El color era fuerte en sus mejillas y sus ojos verdes tenían un brillo peligroso en
ellos.
—Yo no creo en esclavos siguiendo las reglas —respondió ella—, ni las Siefert, ni las de nadie. —Luego se lanzo al carril medio despejado, sin advertir a los otros conductores. Las bocinas sonaron. Brezee echó atrás la cabeza y se rió.
Cerré los ojos hasta que estuvimos seguras y estacionadas.
El miércoles por la mañana, después de otra aventura de los pelos de punta con
Brezee en el estacionamiento de la escuela, fui a la oficina del periódico. Las cosas estaban zumbando, como siempre en los días que vamos a la imprenta.
Varias personas estaban trabajando en los ordenadores, en un extremo de la sala rectangular. Nuestra editora en jefe, Kathleen, estaba estudiando una copia en el centro de la mesa de conferencias. Dillon, editor asistente, estaba sentado en una de las cómodas sillas que estaban agrupadas en el otro extremo de la larga habitación, con los pies arriba, se veía como si estuviera pensando que su apellido era Hearst.
Amo la oficina de El Mensajero… la amo cuando nos reunimos alrededor de la mesa de conferencias, discutiendo las ideas del otro, la amo en las mañanas, como ésta cuando el sol se cuela a través de sus tres series de ventanas largas y las llaves estaban haciendo clic a la distancia.
—¡Noticia de última hora! —Anunció Paige, al entrar en la habitación—. ¡Paren las impresiones!
Como dije antes, ella se ve como una chica reportera de películas viejas. La gente seguía escribiendo. Dillon se levantó y se unió a Kathleen en la mesa de
conferencias.
—¡Pero realmente es una gran noticia! Nicole ha mandado a Harry de paseo.
Pararon de escribir. Incluso Louis, que estaba en su PC de la esquina miró hacia ellos.
—¿Harry Styles? —Preguntó alguien—. ¡De ninguna manera! —Dijo otra persona.
Paige dio los detalles jugosos. El golpe final fue hecho por una carta escrita a mano, o e-mail o de acuerdo con una de sus fuentes, en persona, en Papa John's.
Lo que sea. Una persona dijo Nicole que lloro lágrimas de cocodrilo, diciendo que temía lastimar profundamente a Harry. Otra fuente dijo que ella se reía en su cara. Un tercio dijo que salió de Papa John's y tiró un montón de servilletas al piso. Lo que sea. Pero la sorprendente verdad, que confirmaron todas las fuentes, fue que ella puso fin a la larga relación. ¡Harry fue mandado de paseo!
—Bueno —dije, como todo el mundo hablaba de ese chocante chisme en lugar de trabajar sobre el documento, que debía presentarse a la impresora a las 4 pm —, tal vez deberíamos sacar una de esas ediciones especiales de la revista People, dedicado totalmente a Harry Styles; su carrera deportiva, su lesión, y su vida amorosa.
Vi el destello brillante en los ojos de Paige.
—¡Estoy bromeando, Paige, es broma!
Dillon flexionó sus manos y luego las cruzó sobre la mesa frente a él.
—Entonces, ¿Cómo vamos a manejar la foto?
—¿Qué foto? —Preguntó Louis.
—La foto —contestó Kathleen. Se paso los dedos por el pelo castaño y corto—.La de Harry con los dedos inspiradores.
—Y con Nicole al lado de su camilla —agregó Dillon—, que parece un cruce entre la Madre Teresa y Angelina Jolie.
Nos echamos a reír.
—¿No se puede eliminarla a ella? —Me preguntó Jenny. Ella cubría las partes de arte y el entretenimiento para el periódico, sobre todo las películas, y estaba trabajando en la computadora junto a Louis.
—¿Quieres decir enviar a Nicole al cielo del Photoshop? —Le respondí—.Puedo, pero no lo haré.
—¿No hay suficiente tiempo? —Preguntó Dillon.
Le lance una mirada.
—¡Principios!
—¿Qué principio es ese? —Preguntó Paige.
—Este es un periódico, no una revista de cultura pop. Somos periodistas. Nicole estaba allí, asaltando la cámara. Y si se utiliza la fotografía, tendrá que salir allí.
No voy a tergiversar lo que pasó.
—Pero ¿Qué pasa con los sentimientos de Harry? —Preguntó Jenny—. Sería totalmente embarazoso para él.
—Es un deportista —dije—, y los deportistas tienen el ego del tamaño de Saturno. Él va a sobrevivir.
—Alguna objeción, ¿Lou? —Preguntó Kathleen—. Tú eres el editor de deportes.
—Estoy de acuerdo con Hayley. Yo no creo que debamos mejorar fotos de esa manera. Ajustar la iluminación es una cosa, cambiar una realidad es otra. Y además —añadió—, basándome en el comportamiento de las chicas que he visto en la sala, yo diría que Harry no va a sufrir vergüenza por mucho tiempo.
—¿En serio? Nombres, nombres —le pidió Paige.
Louis no le hizo caso.
—Bueno, la foto real será fantástica para la circulación —señaló Dillon—. No vamos a tener ningún periódico sobrante. Voto a favor e los principios... esta vez.
—Bueno —dijo Kathleen, volviéndose hacia mí—, tú estás diciendo que vayamos con la foto tal cual, o nada.
—Un buen periódico dice las cosas como son —le contesté—. Y si en una foto se ve que una chica es una manipuladora y un tipo es un idiota por dejarse envolver, ni modo, así son las cosas.
—Por otro lado —dijo Kathleen, con una calma que le había valido ser la jefa—,somos un periódico de escuela, no el New York Times. No veo por qué debemos avergonzar a alguien que ha contribuido mucho a nuestra escuela con una imagen que comenta chismes más que noticias. ¿Puedes encontrar otra buena foto de ese artículo antes de las cuatro en punto? —Preguntó.Suspiré.
—Claro que sí. Pero para el registro, trabajaría de la misma manera, si estoy cubriendo para el New York Times o el Courier.
—Tomo nota —respondió Kathleen con una sonrisa—. Y gracias, Hayley.
Las lesiones de Harry calmaron las discusiones entre Breeze y Zayn…temporalmente.
Pero la noche del lunes, tras la llamada del entrenador para decirle a todos que
intensificaran su juego, los dos estaban de vuelta en ellas.
El martes por la mañana, cuando Breeze giró hacia el estacionamiento de la escuela, era obvio que la atención de mi hermana para las tareas diarias, tales como conducir, estaba dispersa. Nuestro Mazda se paseó por el carril izquierdo, que no hizo al conductor que venía en dirección contraria, demasiado feliz.
Gracias al repentino estallido de la bocina del conductor, Breeze llamó la atención de Harry, junto al que se detuvo. Zayn, que acababa de salir de su pequeño auto rojo, también nos echó un vistazo.
—Hey, Harry —dijo mi hermana.
Desde el lado del pasajero, todo lo que pude ver, fue el brazo derecho de Harry en un yeso o cabestrillo, mientras el antebrazo izquierdo y su enorme mano sostenían una pila de libros contra las costillas.
—Hola, Breeze. ¿Cómo te va?
—¿Cómo te va a ti? —Le dijo.
—No está mal —dijo alegremente.
Por supuesto, ese hubiera sido el momento en que debería haberme apoyado en el coche, para que Harry pudiera verme por la ventana y haberle dicho de modo
casual: —Hey, espero que te recuperes pronto. —Pero yo seguía siendo invisible, mirando los dedos hinchados de color púrpura en su mano derecha.
Tal vez fuera porque estaba a unos metros de distancia, y sin una cámara que se
interpusiera entre nosotros, pero Harry parecía... demasiado real. Incapaz de ver su rostro y sus increíbles ojos, fui extremadamente consiente de su voz.
—Una cosa que aprendí —dijo Harry a Breeze—, es no dar por sentado mi brazo derecho. ¡Mi madre tuvo que cortar mi carne anoche!
Ella se echó a reír.
—Puesto que no puedes escribir, ¿Te van a eximir de las pruebas y trabajos?
—No, me van a dar más tiempo para picotear en un teclado.
—Bueno, estoy segura de que hay un montón de niños que estarán encantados de ayudarte —dijo, volviendo la cabeza ligeramente, sus ojos se deslizaron a la derecha para ver si Zayn venía hacia nosotros. Yo sabía tanto cómo mi hermana, que ella contaba con ello.
—Hey, Zayn —Harry le saludó.
El estómago de Zayn y los brazos de Harry se unieron a la ventana del lado del
conductor.
Mientras tanto, por supuesto, yo estaba siendo objeto de todo tipo de miradas enojadas de las personas que se veían obligadas a circular en el lado equivocado de la carretera (mi lado), para pasar nuestro coche. Nadie tocó la bocina, tal vez por respeto a Harry.
—¿Qué hay de nuevo, Breeze? —Preguntó Zayn. Podía oír la tensión en su voz.
—Le estaba diciendo a Harry, que teniendo él un solo brazo y todo, estaría feliz de ayudarle, tenemos la misma hora para el almuerzo. Y con certeza también tengo tiempo en la mañana y por la tarde.
Golpe bajo, pensé.
—Sigue siendo parte del equipo —dijo Zayn con frialdad—, y el entrenador nos anima a comer juntos como un equipo.
Ella se rió y se encogió de hombros.
—Bueno, entonces, sólo voy a ser una buena amiga en la tarde y noche.
Golpe bajo, golpe bajo.
—Voy a estar alrededor, Harry.
—Eso está muy bien —dijo—. Uh, creo que estamos causando un atasco de tráfico aquí.
Mi hermana examinó con calma la hilera de coches que estaban tratando de pasar por el carril que había dejado abierto para los conductores procedentes de
los dos sentidos.
El color era fuerte en sus mejillas y sus ojos verdes tenían un brillo peligroso en
ellos.
—Yo no creo en esclavos siguiendo las reglas —respondió ella—, ni las Siefert, ni las de nadie. —Luego se lanzo al carril medio despejado, sin advertir a los otros conductores. Las bocinas sonaron. Brezee echó atrás la cabeza y se rió.
Cerré los ojos hasta que estuvimos seguras y estacionadas.
El miércoles por la mañana, después de otra aventura de los pelos de punta con
Brezee en el estacionamiento de la escuela, fui a la oficina del periódico. Las cosas estaban zumbando, como siempre en los días que vamos a la imprenta.
Varias personas estaban trabajando en los ordenadores, en un extremo de la sala rectangular. Nuestra editora en jefe, Kathleen, estaba estudiando una copia en el centro de la mesa de conferencias. Dillon, editor asistente, estaba sentado en una de las cómodas sillas que estaban agrupadas en el otro extremo de la larga habitación, con los pies arriba, se veía como si estuviera pensando que su apellido era Hearst.
Amo la oficina de El Mensajero… la amo cuando nos reunimos alrededor de la mesa de conferencias, discutiendo las ideas del otro, la amo en las mañanas, como ésta cuando el sol se cuela a través de sus tres series de ventanas largas y las llaves estaban haciendo clic a la distancia.
—¡Noticia de última hora! —Anunció Paige, al entrar en la habitación—. ¡Paren las impresiones!
Como dije antes, ella se ve como una chica reportera de películas viejas. La gente seguía escribiendo. Dillon se levantó y se unió a Kathleen en la mesa de
conferencias.
—¡Pero realmente es una gran noticia! Nicole ha mandado a Harry de paseo.
Pararon de escribir. Incluso Louis, que estaba en su PC de la esquina miró hacia ellos.
—¿Harry Styles? —Preguntó alguien—. ¡De ninguna manera! —Dijo otra persona.
Paige dio los detalles jugosos. El golpe final fue hecho por una carta escrita a mano, o e-mail o de acuerdo con una de sus fuentes, en persona, en Papa John's.
Lo que sea. Una persona dijo Nicole que lloro lágrimas de cocodrilo, diciendo que temía lastimar profundamente a Harry. Otra fuente dijo que ella se reía en su cara. Un tercio dijo que salió de Papa John's y tiró un montón de servilletas al piso. Lo que sea. Pero la sorprendente verdad, que confirmaron todas las fuentes, fue que ella puso fin a la larga relación. ¡Harry fue mandado de paseo!
—Bueno —dije, como todo el mundo hablaba de ese chocante chisme en lugar de trabajar sobre el documento, que debía presentarse a la impresora a las 4 pm —, tal vez deberíamos sacar una de esas ediciones especiales de la revista People, dedicado totalmente a Harry Styles; su carrera deportiva, su lesión, y su vida amorosa.
Vi el destello brillante en los ojos de Paige.
—¡Estoy bromeando, Paige, es broma!
Dillon flexionó sus manos y luego las cruzó sobre la mesa frente a él.
—Entonces, ¿Cómo vamos a manejar la foto?
—¿Qué foto? —Preguntó Louis.
—La foto —contestó Kathleen. Se paso los dedos por el pelo castaño y corto—.La de Harry con los dedos inspiradores.
—Y con Nicole al lado de su camilla —agregó Dillon—, que parece un cruce entre la Madre Teresa y Angelina Jolie.
Nos echamos a reír.
—¿No se puede eliminarla a ella? —Me preguntó Jenny. Ella cubría las partes de arte y el entretenimiento para el periódico, sobre todo las películas, y estaba trabajando en la computadora junto a Louis.
—¿Quieres decir enviar a Nicole al cielo del Photoshop? —Le respondí—.Puedo, pero no lo haré.
—¿No hay suficiente tiempo? —Preguntó Dillon.
Le lance una mirada.
—¡Principios!
—¿Qué principio es ese? —Preguntó Paige.
—Este es un periódico, no una revista de cultura pop. Somos periodistas. Nicole estaba allí, asaltando la cámara. Y si se utiliza la fotografía, tendrá que salir allí.
No voy a tergiversar lo que pasó.
—Pero ¿Qué pasa con los sentimientos de Harry? —Preguntó Jenny—. Sería totalmente embarazoso para él.
—Es un deportista —dije—, y los deportistas tienen el ego del tamaño de Saturno. Él va a sobrevivir.
—Alguna objeción, ¿Lou? —Preguntó Kathleen—. Tú eres el editor de deportes.
—Estoy de acuerdo con Hayley. Yo no creo que debamos mejorar fotos de esa manera. Ajustar la iluminación es una cosa, cambiar una realidad es otra. Y además —añadió—, basándome en el comportamiento de las chicas que he visto en la sala, yo diría que Harry no va a sufrir vergüenza por mucho tiempo.
—¿En serio? Nombres, nombres —le pidió Paige.
Louis no le hizo caso.
—Bueno, la foto real será fantástica para la circulación —señaló Dillon—. No vamos a tener ningún periódico sobrante. Voto a favor e los principios... esta vez.
—Bueno —dijo Kathleen, volviéndose hacia mí—, tú estás diciendo que vayamos con la foto tal cual, o nada.
—Un buen periódico dice las cosas como son —le contesté—. Y si en una foto se ve que una chica es una manipuladora y un tipo es un idiota por dejarse envolver, ni modo, así son las cosas.
—Por otro lado —dijo Kathleen, con una calma que le había valido ser la jefa—,somos un periódico de escuela, no el New York Times. No veo por qué debemos avergonzar a alguien que ha contribuido mucho a nuestra escuela con una imagen que comenta chismes más que noticias. ¿Puedes encontrar otra buena foto de ese artículo antes de las cuatro en punto? —Preguntó.Suspiré.
—Claro que sí. Pero para el registro, trabajaría de la misma manera, si estoy cubriendo para el New York Times o el Courier.
—Tomo nota —respondió Kathleen con una sonrisa—. Y gracias, Hayley.
Good Vibes.
Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA
FIUU,mañana sigo
Pobre Harry,doña Nicole lo dejo ahora con todo y brazo chueco barbara.
Cualquiera la ahorca.
Gracias por no comentar eh :c,entran pero no comentan,asi no progresa el mundo no 3
Pobre Harry,doña Nicole lo dejo ahora con todo y brazo chueco barbara.
Cualquiera la ahorca.
Gracias por no comentar eh :c,entran pero no comentan,asi no progresa el mundo no 3
Good Vibes.
Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA
En una hora y media subo capitulo /o/
...aunque nadie haya comentado :lloro:
...aunque nadie haya comentado :lloro:
Good Vibes.
Re: Love at first click -Harry Styles y Hayley -ADAPTADA- TERMINADA
CAPITULO 5.
Después terminar con el periódico, varios de nosotros nos quedamos en la oficina.
Paige nos leyó el último capítulo de su romance (y Louis hizo una salida rápida), luego Kathleen, Jenny, y yo posteamos reseñas de elogios en su sitio de ficción.
A las cinco en punto éramos sólo Jenny y yo, hablando de películas. Su madre es profesora de cursos de filmes, y las noticias de Jenny son sobre cosas de filmes que jamás hubiera pensado buscar. Es cool. Cuando finalmente llegué a casa, me sorprendí al encontrar a papá en la cocina, levantando la tapa de una olla, como si no supiera que había un montón de fideos suaves tendidos adentro.
Eran las seis dieciocho y la Sra. Klein tenía su cartera y su bolsa de compras de vinilo en la mano.
—Hola, Sra. Klein. Hey, papá. ¿Proyecto terminado?
—Hola, dulzura. Por ahora. —Dijo él—. Es bueno verte.
Dejé caer mi mochila a mis pies, aunque sabía eso ameritaría lo que Breeze y yo llamábamos la “uni-ceja” de la Sra. Klein, mientras ella pasaba cerca.
—Voy a conseguir otro plato —dije, viendo que sólo había dos en la mesa de la cocina.
—Breeze dice que no tiene apetito —dijo la Sra. Klein.
Miré de ella a mi padre.
—¿Algo está mal?
—Nada nuevo. —Respondió la Sra. Klein—. Buenas noches, Sr. Caldwell.Buenas noches, Hayley.
—Buenas noches. —Me volví hacia mi padre cuando la puerta se cerró detrás de ella.
—Creo que es un problema de chicos —dijo él.
Mi padre, quien trabaja para la NASA y ayuda a diseñar maquinas que serán lanzadas al espacio en una década más o menos a partir de ahora, vive la otra parte de su vida en el siglo anterior y utiliza términos como “problemas de chicos”.
—¿Breeze y Zayn tuvieron otra pelea?
—Una grande, al parecer. Ella no quiere salir de su habitación. Iba a hacerle un buen plato de fideos calientes con mantequilla.
Sonreí. La respuesta de papá a cualquier crisis que estuviera más allá de su capacidad de discusión (y hoy en día la mayoría de ellas lo estaban) era algo con mantequilla, a veces… fideos, pan tostado, palomitas de maíz.
—¿Por qué no voy a verla y veo que está pasando? —Dije— ¿Estas famélico? — Él era alto y delgado, y siempre se veía hambriento para mí.
—Puedo esperar —respondió, acomodando sus calcetines sobre el acolchado de su sillón favorito en la sala familiar.
Llevé mi mochila a mi habitación, me lavé la cara y entonces llamé suavemente a la puerta de Breeze.
—Vete.
—Soy yo.
Un momento después la puerta se abrió. La cara de Breeze se veía rosada e hinchada.
—Hola.
—Hola.
—Entonces, supongo que la entrada de hoy de tu diario no va a empezar con “todo es fabuloso”—le dije.
—No.
—¿Quieres hablar de ello?
Ella lo pensó por un momento, y luego se apartó para dejarme entrar. Al principio no podía decir si ella estaba en otra sesión de planificación de armario, o si ella había estado tirando las cosas en una rabieta. Entonces vi el largo puntiagudo tacón de su zapato purpura favorito atravesando una de las fotos de Zayn como quarterback que yo le había dado. Ella me vio mirándolo.
—Rompimos.
Después de todas las peleas, no debería haberme sorprendido, pero esto era sólo el comienzo de la temporada, y con Harry fuera, Zayn sería el héroe.
—Lo siento, Breeze. De verdad lo siento.
—Bueno, supongo que alguien debía hacerlo.
—¿No fuiste tú? —Le pregunté mirándola a los ojos rojos.
Ella se alejó de mí y se detuvo en su peinador a recoger su cepillo. Ella comenzó a cepillarse el pelo, cada cepillada más fuerte que la anterior.
—Por favor sé cuidadosa —le dije—. Le tengo mucho cariño a ese hermoso cabello dorado.
Hizo una pausa, su boca temblando.
—Realmente lo siento, Breeze. Me gustaría saber cómo hacer que te sientas mejor.
—Zayn dijo que con toda la presión que había sobre él en estos momentos, sabía que no podía darme la atención que merecía. Dijo que no era justo para mí. Que debería ser libre de salir con quien yo quisiera.
—En realidad —le dije sorprendida—. Eso fue en cierto modo decente de su parte.
—¡Decente! —Exclamó.
—Bueno… considerado.
—¡Considerado! —Gritó ella—. Eres tan ingenua, Hayley. No sabes nada de salir con chicos.
—Breeze, desde que el campamento de fútbol comenzó, has estado peleando y diciendo…
—Soy perfectamente capaz de decidir por mi misma tener una cita con quien yo
quiera. —Breeze me interrumpió—. No necesito que me dé permiso. ¡¿Quién se cree que es?!
—¿Tu novio? —Le sugerí.
—Soy perfectamente capaz de conseguir la atención que merezco… y cada vez más los chicos están presionándome. Ciertamente no necesito que él me empuje en esa dirección.
—Ya veo.
—Hayley, él no estaba siendo considerado. Fue un cobarde. Rompió conmigo y pretendió que era lo mejor para mí.
Pensé en la situación.
—Entonces, ¿Qué pasa si es lo mejor para ti?
Ella me miró fijamente, esperando comprensión en vez de una respuesta racional.
—Simplemente no entiendes estas cosas.
Quizás, pero entendí por qué ella no había respondido mi pregunta. Si ella admitía que podía ser lo mejor para ella, entonces no sería capaz de charlar, despotricar y pedir comprensión. Pero si admitía que no era lo mejor, podía asumir el papel de “botada”. Tan lejos como podía recordar, Breeze nunca había sido botada.
—Ven a comer con papá y conmigo.
—No tengo hambre.
—Nos gustaría que estuvieras con nosotros —dije—. No sé por qué, pero te extrañamos cuando no estás ahí. —Le di un abrazo rápido, después me fui y al final escuché sus pasos detrás de mí.
* * *
La escuela estuvo zumbando el jueves y el viernes, y Paige giró por los pasillos revestidos de casilleros, atravesó la cafetería, y entró y salió del periódico como un tornado rojo. Harry y Nicole. Breeze y Zayn. ¿Quién lo hubiera imaginado?
Quizás debería haberme sentido peor por Harry y Breeze, ambos encontrándose botados inesperadamente. Pero yo había pasado por tantas rupturas con Breeze… y escuchado a sus novios desconsolados, quienes, después de haber
pasado tanto tiempo en nuestra sala de estar, me confundían con sus hermanas… que simplemente no podía. Además, la frialdad y la belleza usualmente sobreviven. Y había un millón de chicas sintiendo simpatía hacia Harry. Exageré, había sólo de seis a siete en todo momento agrupadas alrededor de él.
—¿Qué estaba pensando Nicole? —Preguntó Paige, sacudiendo su cabeza.
Por supuesto, era de terrible mal gusto romper con un chico cuatro días después de la lesión que había puesto a su temporada, una lesión sobre la que el estadio completo había retenido el aliento. Pero sabía como la mente de Nicole funcionaba.
Ella andaba en los mismos círculos ultra-cool en los que Breeze estaba, y era importante para ella que no sólo le gustara el chico con el que salía, sino que él
le diera estatus. Era esperado que él la proveyera de entradas para los eventos en los que era genial ser visto. Ella era lo bastante lista para saber que, aunque Harry era el héroe del momento, con cada nuevo partido, su puntuación bajaría, al menos en comparación con las nuevas puntuaciones del resto de los jugadores. De cierta manera, el entrenador Siefert y ella estaban analizando quien reemplazaría a Harry. Pero a diferencia del entrenador, ella tenía otras ligas para considerar. La noticia de que ella había asistido el jueves por la tarde a las audiciones del grupo de teatro voló rápido. Tal vez, pensé, ella estaba tan cansada del horario del equipo de fútbol como Breeze.
* * *
El partido del viernes era en una escuela que estaba como a veinte minutos de Saylor Mill. Los chicos viajaban en caravanas, y Louis, Jenny, y yo le pedimos a Kathleen que nos llevara.
Desafortunadamente para Kathleen, ella rápidamente se estaba convirtiendo en “tutora”. Su novio estaba en su primer año de la universidad de Pennsylvania y no estaba interesado en venir a casa. Así que ella pasaba su tiempo entre el periódico, varios cursos difíciles, y nosotros… llevandonos por ahí.
Breeze preguntó si podía ir con nosotras esa noche. Nos apretujamos y la dejamos sentarse silenciosamente mirando por la ventana. Como mi hermana podía conducir sola, pensé que estaba sufriendo realmente. Sabiendo que los otros entrenadores no eran tan fanáticos como Siefert, hice una oferta.
—¿Te gustaría estar conmigo en las líneas? —Pregunté. —Tengo una cámara extra que puedes usar alrededor del cuello.
Por un momento sus ojos se empañaron.
—¡Eres mi mejor hermana!
—La única que tienes —le recordé.
Ella asintió.
—Pero estoy bien. Puedo manejar esto. Supongo que descubriré quienes son mis verdaderos amigos —agregó, y se dirigió a las gradas en un traje que atraería a los chicos como moscas a la miel. Oh, si, ella podía manejar esto.
En el transcurso del juego, parecía que el jugador de segundo año llamado Gavin Thompson podría reemplazar a Harry, especialmente después de que atrapó el pase, se sacudió a dos defensores, y corrió por un touchdown. Lástima que perdió el balón en el siguiente esfuerzo ofensivo, y el otro equipo se recuperó y corrió para anotar.
Realmente una lástima, porque perdimos contra un equipo al que deberíamos haber ganado.
Después de la metida de pata, Harry fue y se quedó de pie al lado de Gavin, no dijo nada, sólo se quedo junto a él. Era la única forma en la que un jugador podía apoyar a otro cuando este había cometido un terrible error: sólo estar ahí para él y decirle por medio de sus acciones, está bien, estamos juntos en esto.
Me encontré admirando a Harry por hacerlo, especialmente cuando nadie más lo hacía.
Como acordamos antes, todos los que vinimos con Kathleen nos encontramos en su carro quince minutos después de que acabó el juego. Breeze mandó un mensaje con Jenny diciendo que ella había conseguido alguien más para que la llevara a casa. Kathleen hizo las rondas, dejándonos de puerta en puerta, y yo quede de última.
Al entrar a la casa, parada en el comienzo de la sala, pude ver que la luz de la cocina estaba encendida. Yo sabía que papá se iba a la cama temprano después de largos proyectos como con el último.
—Hey, Breeze —llamé a mi hermana.
—Hey, Hayley —respondió.
—Ese juego fue de todas formas más el peor —dije, poniendo abajo la bolsa de la cámara y el paquete—. ¡Lo habríamos hecho mejor si Harry hubiera jugado con un brazo, y hubiera dejado su cabeza y casco en la banca!
Breeze no contestó, pero el sonido de una risa grave vino de la cocina. Su transporte a casa.
—Supongo que tienes hambre —me dijo Breeze.
—¿Alguna vez he vuelto después de ver tipos rudos golpeándose el uno al otro y no he querido algo del cajón de comida? —Otra vez la risa grave.
Breeze sabía que me gustaba comer después de los juegos. Supuse que de haber querido privacidad, hubiese llevado a “su transporte a casa” a la cubierta de
atrás.
—Tengo un millón de fotos por bajar —dije, entrando a la cocina. —Sólo me hago un sándwich pa-para, uh, llevarlo, uh… a mi cuarto.
—Hola. —La voz de Harry fue dulce como su sonrisa. Él y Breeze estaban sentados en los taburetes a un lado del bar. Sus… ojos me miraban con curiosidad amistosa.
Paso su mirada de mí a Breeze.
—Creo que ni siquiera sabía que tenías una hermana.
—Somos gemelas —dije.
Me echó un vistazo sorprendido. No debí haberlo dicho, pero no era el primero que encontraba asombroso el hecho de que Breeze y yo compartiéramos genética.
—Uh, fraternal. —Contestó, inseguro, y Breeze rió. Ella uso su risa cantarina y femenina.
—Sólo bromeaba —dije, y me di la vuelta, alegre de tener el refrigerador abierto para poder fijarme en él. ¿Por qué lo escogió a él? Pensé. Claro, ellos dos habían sido dejados, entonces era muy natural que se encontraran el uno al otro. ¿Ella coqueteó primero? Tal vez él. ¿Por qué tendría que importarme?
—Hayley es estudiante de segundo año —le dijo Breeze.
—¿Vas a Saylor Mill? —Me preguntó.
Me di la vuelta con la bolsa de carne y el tarro de mayonesa, con una mueca no muy amable en el rostro. Parece ser que jamás me notó en el costado de la cancha. Me pregunto si hubiese reconocido a Louis. ¡Él tenía que!, ¡Louis le hizo entrevistas! Y de nuevo, si tienes un ego del porte de Saturno…
—Supongo —dijo—. Si recién venías del juego.
Tomé un plato y un cuchillo con mala pinta (olvidamos prender el lavaplatos, entonces nuestro cuchillo de uso diario estaba sucio). Breeze, igualmente sin deseos de lavar nada a mano, había tomado dos recipientes chinos del armario de la esquina del comedor.
—¿Chocolate batido o mantequilla de nuez? —Le preguntó a Harry, mientras salía del taburete y abría el congelador.
—El que esté abierto —dijo él, después se volteó hacia mí—. Saylor es una escuela gigante.
—Sí, lo es.
—Y, claro, la disposición de los horarios, no da para que las personas de años diferentes se crucen mucho en los pasillos.
—Si se llegan a cruzar —dije, no para que se sintiera mejor por lo que había dicho, sino porque quería acabar con la miserable conversación que probaba que él jamás me había notado, a pesar del hecho que yo era la única que fotografiaba al equipo.
—Hayley hace toda la cobertura de fotos para el equipo de fútbol —le dijo Breeze.
—¿Ella lo hace?
Eché un vistazo por encima de la carne que estaba apilando en mi rodaja de pan.
—¿Lo haces? —Al menos era lo suficientemente educado como para sonrojarse.
Limpié mis manos en una toalla de cocina, tomé mi cámara digital, la cual había dejado en el mesón de la cocina, y la sostuve frente a mi cara.
—¿Ahora me reconoces?
Se sonrojó aún más.
—No te preocupes —dije, bajando la cámara—. En las prácticas, el entrenador siempre te está diciendo que te concentres. Él estaría encantado de saber cuánto caso le haces.
Harry me miró pensativamente por mucho tiempo, y ahora yo pude sentir como mis mejillas tomaban un leve color rosa. Aplasté mi Roast Beef con otro pedazo de pan y corté el sándwich a la mitad de un solo golpe.
—Hace como dos semanas —dijo Harry—, caí sobre un fotógrafo que estaba en la línea lateral.
—¡No me dijiste eso! —Me gritó Breeze. Y después agregó—: De ahí fue de donde salió el moretón en tu trasero. Fue asombroso, Harry, toda una gama de morados, parecía un ramo de pansies.
—Gracias por los detalles, Breeze —dije, me di la vuelta para guardar la carne y la mayonesa. No podía esperar para salir de ahí.
Pero al momento que cogí mi sándwich, Harry movió su cabeza, tratando de que lo viera. Era imposible mirar a otro lado. Tal vez era así como le ganaba a sus oponentes, los hipnotizaba con sus hermosos ojos.
—Espero que estés bien —dijo.
—Sí, tengo relleno natural ahí.
Sostuvo mi mirada.
—Yo, uh, de verdad lo siento.
Supe por su tono que no sólo se estaba disculpando por la caída, sino también por nunca haberme notado.
—No hay problema —dije y salí de la cocina lo más rápido que pude.
Cinco minutos después, estaba mirando las fotos en mi ordenador, y tomando sorbos de una coca que encontré en mi cuarto, había estado demasiado apurada como para recordar que debí haber agarrado algo de tomar. No podía entender por qué me molesto tanto que Harry Styles estuviera en nuestra cocina. Tal vez era porque su presencia aquí rompía las reglas sagradas de un “amor de foto”.
Un “amor de foto” no es muy diferente de cualquier otro tipo de “amor secreto”. Mucha gente tiene esa experiencia de fijarse en una cara que llama su atención en un cuarto lleno de personas, en mi caso, fue en una cancha de fútbol y por medio de un lente de cámara.
Lo que sea. Las reglas de tener un “amor secreto” eran; que sientas cosquillas al
ver esa cara, imaginar cosas con la persona dueña de aquella cara (cosas que probablemente no tenían nada que ver con quien era en realidad esa persona), y
jamás pero jamás cruzar esa distancia entre esa persona y tú. ¡Arruinaría el sueño! ¡Borraría la fantasía!
Desafortunadamente, cuando tu “amor secreto” empieza a comerse cosas de tu refrigerador, él se vuelve un poco real.
Había terminado de tomar mi coca cuando Breeze llamó a mi puerta.
—Pasa.
Se quedó parada algunos minutos, mirando por encima de mi hombro mientras yo daba click en cuatro fotos del juego, las cuales pensaba que eran las mejores.
—Eres realmente buena en lo que haces, Hayley.
—Gracias, esta nueva cámara que la escuela compró ayuda mucho. Escribe increíblemente rápido en el disco.
—Mmm —dijo, perdiendo el interés. Después rió y se lanzó a lo largo de mi cama—. ¿En qué estaba pensando? ¿Realmente estaba pensando?
Di click en otra foto y le di la vuelta en la pantalla.
—Tienes que ponérmelo más fácil. ¿Qué estabas pensando cuándo?
—¿Cuándo salía con Zayn?
—Oh. —Suspiré—. Probablemente lo mismo que pensaste cuando saliste con los otros.
—Pero esta vez es diferente —dijo Breeze—. Él es magnífico, ¿Cierto?
—¿Quién? —Pregunté, como si no lo supiera.
—Harry. Harry Styles.
—Sip, es magnífico.
Se levantó en un codo.
—Él no es como los otros chicos con los que he salido.
Había escuchado esas palabras antes.
—Tiene un cuerpo increíble, ojos para morirse, sentido del humor.
—Una posición alta en la escuela —agregué.
—Todo en el mismo paquete —dijo Breeze, levantándose de la cama y dando vueltas alrededor. Me tuve que reír. Si hubiera sido un musical, ella habría empezado a cantar.
—¿Tú le pediste que te trajera?
—No —respondió—. ¡No, no, no! Harry me preguntó. Me buscó durante el medio tiempo, ¡En realidad me andaba buscando! Es bueno ser apreciada.
Miró de nuevo sobre mi hombro. —Esas fotos son del juego de hoy —dijo, pareciendo decepcionada.
—Sí…
—¿Tienes algunas de otros juegos en esta computadora?
—Claro.
—Imprímeme algunas de Harry —dijo, inclinándose hacia abajo para darme un abrazo por detrás—. ¡Eres la mejor hermana!
Bailó fuera de la habitación, y yo seguí trabajando en las fotos que había tomado,aunque no tan contenta como antes.
Después terminar con el periódico, varios de nosotros nos quedamos en la oficina.
Paige nos leyó el último capítulo de su romance (y Louis hizo una salida rápida), luego Kathleen, Jenny, y yo posteamos reseñas de elogios en su sitio de ficción.
A las cinco en punto éramos sólo Jenny y yo, hablando de películas. Su madre es profesora de cursos de filmes, y las noticias de Jenny son sobre cosas de filmes que jamás hubiera pensado buscar. Es cool. Cuando finalmente llegué a casa, me sorprendí al encontrar a papá en la cocina, levantando la tapa de una olla, como si no supiera que había un montón de fideos suaves tendidos adentro.
Eran las seis dieciocho y la Sra. Klein tenía su cartera y su bolsa de compras de vinilo en la mano.
—Hola, Sra. Klein. Hey, papá. ¿Proyecto terminado?
—Hola, dulzura. Por ahora. —Dijo él—. Es bueno verte.
Dejé caer mi mochila a mis pies, aunque sabía eso ameritaría lo que Breeze y yo llamábamos la “uni-ceja” de la Sra. Klein, mientras ella pasaba cerca.
—Voy a conseguir otro plato —dije, viendo que sólo había dos en la mesa de la cocina.
—Breeze dice que no tiene apetito —dijo la Sra. Klein.
Miré de ella a mi padre.
—¿Algo está mal?
—Nada nuevo. —Respondió la Sra. Klein—. Buenas noches, Sr. Caldwell.Buenas noches, Hayley.
—Buenas noches. —Me volví hacia mi padre cuando la puerta se cerró detrás de ella.
—Creo que es un problema de chicos —dijo él.
Mi padre, quien trabaja para la NASA y ayuda a diseñar maquinas que serán lanzadas al espacio en una década más o menos a partir de ahora, vive la otra parte de su vida en el siglo anterior y utiliza términos como “problemas de chicos”.
—¿Breeze y Zayn tuvieron otra pelea?
—Una grande, al parecer. Ella no quiere salir de su habitación. Iba a hacerle un buen plato de fideos calientes con mantequilla.
Sonreí. La respuesta de papá a cualquier crisis que estuviera más allá de su capacidad de discusión (y hoy en día la mayoría de ellas lo estaban) era algo con mantequilla, a veces… fideos, pan tostado, palomitas de maíz.
—¿Por qué no voy a verla y veo que está pasando? —Dije— ¿Estas famélico? — Él era alto y delgado, y siempre se veía hambriento para mí.
—Puedo esperar —respondió, acomodando sus calcetines sobre el acolchado de su sillón favorito en la sala familiar.
Llevé mi mochila a mi habitación, me lavé la cara y entonces llamé suavemente a la puerta de Breeze.
—Vete.
—Soy yo.
Un momento después la puerta se abrió. La cara de Breeze se veía rosada e hinchada.
—Hola.
—Hola.
—Entonces, supongo que la entrada de hoy de tu diario no va a empezar con “todo es fabuloso”—le dije.
—No.
—¿Quieres hablar de ello?
Ella lo pensó por un momento, y luego se apartó para dejarme entrar. Al principio no podía decir si ella estaba en otra sesión de planificación de armario, o si ella había estado tirando las cosas en una rabieta. Entonces vi el largo puntiagudo tacón de su zapato purpura favorito atravesando una de las fotos de Zayn como quarterback que yo le había dado. Ella me vio mirándolo.
—Rompimos.
Después de todas las peleas, no debería haberme sorprendido, pero esto era sólo el comienzo de la temporada, y con Harry fuera, Zayn sería el héroe.
—Lo siento, Breeze. De verdad lo siento.
—Bueno, supongo que alguien debía hacerlo.
—¿No fuiste tú? —Le pregunté mirándola a los ojos rojos.
Ella se alejó de mí y se detuvo en su peinador a recoger su cepillo. Ella comenzó a cepillarse el pelo, cada cepillada más fuerte que la anterior.
—Por favor sé cuidadosa —le dije—. Le tengo mucho cariño a ese hermoso cabello dorado.
Hizo una pausa, su boca temblando.
—Realmente lo siento, Breeze. Me gustaría saber cómo hacer que te sientas mejor.
—Zayn dijo que con toda la presión que había sobre él en estos momentos, sabía que no podía darme la atención que merecía. Dijo que no era justo para mí. Que debería ser libre de salir con quien yo quisiera.
—En realidad —le dije sorprendida—. Eso fue en cierto modo decente de su parte.
—¡Decente! —Exclamó.
—Bueno… considerado.
—¡Considerado! —Gritó ella—. Eres tan ingenua, Hayley. No sabes nada de salir con chicos.
—Breeze, desde que el campamento de fútbol comenzó, has estado peleando y diciendo…
—Soy perfectamente capaz de decidir por mi misma tener una cita con quien yo
quiera. —Breeze me interrumpió—. No necesito que me dé permiso. ¡¿Quién se cree que es?!
—¿Tu novio? —Le sugerí.
—Soy perfectamente capaz de conseguir la atención que merezco… y cada vez más los chicos están presionándome. Ciertamente no necesito que él me empuje en esa dirección.
—Ya veo.
—Hayley, él no estaba siendo considerado. Fue un cobarde. Rompió conmigo y pretendió que era lo mejor para mí.
Pensé en la situación.
—Entonces, ¿Qué pasa si es lo mejor para ti?
Ella me miró fijamente, esperando comprensión en vez de una respuesta racional.
—Simplemente no entiendes estas cosas.
Quizás, pero entendí por qué ella no había respondido mi pregunta. Si ella admitía que podía ser lo mejor para ella, entonces no sería capaz de charlar, despotricar y pedir comprensión. Pero si admitía que no era lo mejor, podía asumir el papel de “botada”. Tan lejos como podía recordar, Breeze nunca había sido botada.
—Ven a comer con papá y conmigo.
—No tengo hambre.
—Nos gustaría que estuvieras con nosotros —dije—. No sé por qué, pero te extrañamos cuando no estás ahí. —Le di un abrazo rápido, después me fui y al final escuché sus pasos detrás de mí.
* * *
La escuela estuvo zumbando el jueves y el viernes, y Paige giró por los pasillos revestidos de casilleros, atravesó la cafetería, y entró y salió del periódico como un tornado rojo. Harry y Nicole. Breeze y Zayn. ¿Quién lo hubiera imaginado?
Quizás debería haberme sentido peor por Harry y Breeze, ambos encontrándose botados inesperadamente. Pero yo había pasado por tantas rupturas con Breeze… y escuchado a sus novios desconsolados, quienes, después de haber
pasado tanto tiempo en nuestra sala de estar, me confundían con sus hermanas… que simplemente no podía. Además, la frialdad y la belleza usualmente sobreviven. Y había un millón de chicas sintiendo simpatía hacia Harry. Exageré, había sólo de seis a siete en todo momento agrupadas alrededor de él.
—¿Qué estaba pensando Nicole? —Preguntó Paige, sacudiendo su cabeza.
Por supuesto, era de terrible mal gusto romper con un chico cuatro días después de la lesión que había puesto a su temporada, una lesión sobre la que el estadio completo había retenido el aliento. Pero sabía como la mente de Nicole funcionaba.
Ella andaba en los mismos círculos ultra-cool en los que Breeze estaba, y era importante para ella que no sólo le gustara el chico con el que salía, sino que él
le diera estatus. Era esperado que él la proveyera de entradas para los eventos en los que era genial ser visto. Ella era lo bastante lista para saber que, aunque Harry era el héroe del momento, con cada nuevo partido, su puntuación bajaría, al menos en comparación con las nuevas puntuaciones del resto de los jugadores. De cierta manera, el entrenador Siefert y ella estaban analizando quien reemplazaría a Harry. Pero a diferencia del entrenador, ella tenía otras ligas para considerar. La noticia de que ella había asistido el jueves por la tarde a las audiciones del grupo de teatro voló rápido. Tal vez, pensé, ella estaba tan cansada del horario del equipo de fútbol como Breeze.
* * *
El partido del viernes era en una escuela que estaba como a veinte minutos de Saylor Mill. Los chicos viajaban en caravanas, y Louis, Jenny, y yo le pedimos a Kathleen que nos llevara.
Desafortunadamente para Kathleen, ella rápidamente se estaba convirtiendo en “tutora”. Su novio estaba en su primer año de la universidad de Pennsylvania y no estaba interesado en venir a casa. Así que ella pasaba su tiempo entre el periódico, varios cursos difíciles, y nosotros… llevandonos por ahí.
Breeze preguntó si podía ir con nosotras esa noche. Nos apretujamos y la dejamos sentarse silenciosamente mirando por la ventana. Como mi hermana podía conducir sola, pensé que estaba sufriendo realmente. Sabiendo que los otros entrenadores no eran tan fanáticos como Siefert, hice una oferta.
—¿Te gustaría estar conmigo en las líneas? —Pregunté. —Tengo una cámara extra que puedes usar alrededor del cuello.
Por un momento sus ojos se empañaron.
—¡Eres mi mejor hermana!
—La única que tienes —le recordé.
Ella asintió.
—Pero estoy bien. Puedo manejar esto. Supongo que descubriré quienes son mis verdaderos amigos —agregó, y se dirigió a las gradas en un traje que atraería a los chicos como moscas a la miel. Oh, si, ella podía manejar esto.
En el transcurso del juego, parecía que el jugador de segundo año llamado Gavin Thompson podría reemplazar a Harry, especialmente después de que atrapó el pase, se sacudió a dos defensores, y corrió por un touchdown. Lástima que perdió el balón en el siguiente esfuerzo ofensivo, y el otro equipo se recuperó y corrió para anotar.
Realmente una lástima, porque perdimos contra un equipo al que deberíamos haber ganado.
Después de la metida de pata, Harry fue y se quedó de pie al lado de Gavin, no dijo nada, sólo se quedo junto a él. Era la única forma en la que un jugador podía apoyar a otro cuando este había cometido un terrible error: sólo estar ahí para él y decirle por medio de sus acciones, está bien, estamos juntos en esto.
Me encontré admirando a Harry por hacerlo, especialmente cuando nadie más lo hacía.
Como acordamos antes, todos los que vinimos con Kathleen nos encontramos en su carro quince minutos después de que acabó el juego. Breeze mandó un mensaje con Jenny diciendo que ella había conseguido alguien más para que la llevara a casa. Kathleen hizo las rondas, dejándonos de puerta en puerta, y yo quede de última.
Al entrar a la casa, parada en el comienzo de la sala, pude ver que la luz de la cocina estaba encendida. Yo sabía que papá se iba a la cama temprano después de largos proyectos como con el último.
—Hey, Breeze —llamé a mi hermana.
—Hey, Hayley —respondió.
—Ese juego fue de todas formas más el peor —dije, poniendo abajo la bolsa de la cámara y el paquete—. ¡Lo habríamos hecho mejor si Harry hubiera jugado con un brazo, y hubiera dejado su cabeza y casco en la banca!
Breeze no contestó, pero el sonido de una risa grave vino de la cocina. Su transporte a casa.
—Supongo que tienes hambre —me dijo Breeze.
—¿Alguna vez he vuelto después de ver tipos rudos golpeándose el uno al otro y no he querido algo del cajón de comida? —Otra vez la risa grave.
Breeze sabía que me gustaba comer después de los juegos. Supuse que de haber querido privacidad, hubiese llevado a “su transporte a casa” a la cubierta de
atrás.
—Tengo un millón de fotos por bajar —dije, entrando a la cocina. —Sólo me hago un sándwich pa-para, uh, llevarlo, uh… a mi cuarto.
—Hola. —La voz de Harry fue dulce como su sonrisa. Él y Breeze estaban sentados en los taburetes a un lado del bar. Sus… ojos me miraban con curiosidad amistosa.
Paso su mirada de mí a Breeze.
—Creo que ni siquiera sabía que tenías una hermana.
—Somos gemelas —dije.
Me echó un vistazo sorprendido. No debí haberlo dicho, pero no era el primero que encontraba asombroso el hecho de que Breeze y yo compartiéramos genética.
—Uh, fraternal. —Contestó, inseguro, y Breeze rió. Ella uso su risa cantarina y femenina.
—Sólo bromeaba —dije, y me di la vuelta, alegre de tener el refrigerador abierto para poder fijarme en él. ¿Por qué lo escogió a él? Pensé. Claro, ellos dos habían sido dejados, entonces era muy natural que se encontraran el uno al otro. ¿Ella coqueteó primero? Tal vez él. ¿Por qué tendría que importarme?
—Hayley es estudiante de segundo año —le dijo Breeze.
—¿Vas a Saylor Mill? —Me preguntó.
Me di la vuelta con la bolsa de carne y el tarro de mayonesa, con una mueca no muy amable en el rostro. Parece ser que jamás me notó en el costado de la cancha. Me pregunto si hubiese reconocido a Louis. ¡Él tenía que!, ¡Louis le hizo entrevistas! Y de nuevo, si tienes un ego del porte de Saturno…
—Supongo —dijo—. Si recién venías del juego.
Tomé un plato y un cuchillo con mala pinta (olvidamos prender el lavaplatos, entonces nuestro cuchillo de uso diario estaba sucio). Breeze, igualmente sin deseos de lavar nada a mano, había tomado dos recipientes chinos del armario de la esquina del comedor.
—¿Chocolate batido o mantequilla de nuez? —Le preguntó a Harry, mientras salía del taburete y abría el congelador.
—El que esté abierto —dijo él, después se volteó hacia mí—. Saylor es una escuela gigante.
—Sí, lo es.
—Y, claro, la disposición de los horarios, no da para que las personas de años diferentes se crucen mucho en los pasillos.
—Si se llegan a cruzar —dije, no para que se sintiera mejor por lo que había dicho, sino porque quería acabar con la miserable conversación que probaba que él jamás me había notado, a pesar del hecho que yo era la única que fotografiaba al equipo.
—Hayley hace toda la cobertura de fotos para el equipo de fútbol —le dijo Breeze.
—¿Ella lo hace?
Eché un vistazo por encima de la carne que estaba apilando en mi rodaja de pan.
—¿Lo haces? —Al menos era lo suficientemente educado como para sonrojarse.
Limpié mis manos en una toalla de cocina, tomé mi cámara digital, la cual había dejado en el mesón de la cocina, y la sostuve frente a mi cara.
—¿Ahora me reconoces?
Se sonrojó aún más.
—No te preocupes —dije, bajando la cámara—. En las prácticas, el entrenador siempre te está diciendo que te concentres. Él estaría encantado de saber cuánto caso le haces.
Harry me miró pensativamente por mucho tiempo, y ahora yo pude sentir como mis mejillas tomaban un leve color rosa. Aplasté mi Roast Beef con otro pedazo de pan y corté el sándwich a la mitad de un solo golpe.
—Hace como dos semanas —dijo Harry—, caí sobre un fotógrafo que estaba en la línea lateral.
—¡No me dijiste eso! —Me gritó Breeze. Y después agregó—: De ahí fue de donde salió el moretón en tu trasero. Fue asombroso, Harry, toda una gama de morados, parecía un ramo de pansies.
—Gracias por los detalles, Breeze —dije, me di la vuelta para guardar la carne y la mayonesa. No podía esperar para salir de ahí.
Pero al momento que cogí mi sándwich, Harry movió su cabeza, tratando de que lo viera. Era imposible mirar a otro lado. Tal vez era así como le ganaba a sus oponentes, los hipnotizaba con sus hermosos ojos.
—Espero que estés bien —dijo.
—Sí, tengo relleno natural ahí.
Sostuvo mi mirada.
—Yo, uh, de verdad lo siento.
Supe por su tono que no sólo se estaba disculpando por la caída, sino también por nunca haberme notado.
—No hay problema —dije y salí de la cocina lo más rápido que pude.
Cinco minutos después, estaba mirando las fotos en mi ordenador, y tomando sorbos de una coca que encontré en mi cuarto, había estado demasiado apurada como para recordar que debí haber agarrado algo de tomar. No podía entender por qué me molesto tanto que Harry Styles estuviera en nuestra cocina. Tal vez era porque su presencia aquí rompía las reglas sagradas de un “amor de foto”.
Un “amor de foto” no es muy diferente de cualquier otro tipo de “amor secreto”. Mucha gente tiene esa experiencia de fijarse en una cara que llama su atención en un cuarto lleno de personas, en mi caso, fue en una cancha de fútbol y por medio de un lente de cámara.
Lo que sea. Las reglas de tener un “amor secreto” eran; que sientas cosquillas al
ver esa cara, imaginar cosas con la persona dueña de aquella cara (cosas que probablemente no tenían nada que ver con quien era en realidad esa persona), y
jamás pero jamás cruzar esa distancia entre esa persona y tú. ¡Arruinaría el sueño! ¡Borraría la fantasía!
Desafortunadamente, cuando tu “amor secreto” empieza a comerse cosas de tu refrigerador, él se vuelve un poco real.
Había terminado de tomar mi coca cuando Breeze llamó a mi puerta.
—Pasa.
Se quedó parada algunos minutos, mirando por encima de mi hombro mientras yo daba click en cuatro fotos del juego, las cuales pensaba que eran las mejores.
—Eres realmente buena en lo que haces, Hayley.
—Gracias, esta nueva cámara que la escuela compró ayuda mucho. Escribe increíblemente rápido en el disco.
—Mmm —dijo, perdiendo el interés. Después rió y se lanzó a lo largo de mi cama—. ¿En qué estaba pensando? ¿Realmente estaba pensando?
Di click en otra foto y le di la vuelta en la pantalla.
—Tienes que ponérmelo más fácil. ¿Qué estabas pensando cuándo?
—¿Cuándo salía con Zayn?
—Oh. —Suspiré—. Probablemente lo mismo que pensaste cuando saliste con los otros.
—Pero esta vez es diferente —dijo Breeze—. Él es magnífico, ¿Cierto?
—¿Quién? —Pregunté, como si no lo supiera.
—Harry. Harry Styles.
—Sip, es magnífico.
Se levantó en un codo.
—Él no es como los otros chicos con los que he salido.
Había escuchado esas palabras antes.
—Tiene un cuerpo increíble, ojos para morirse, sentido del humor.
—Una posición alta en la escuela —agregué.
—Todo en el mismo paquete —dijo Breeze, levantándose de la cama y dando vueltas alrededor. Me tuve que reír. Si hubiera sido un musical, ella habría empezado a cantar.
—¿Tú le pediste que te trajera?
—No —respondió—. ¡No, no, no! Harry me preguntó. Me buscó durante el medio tiempo, ¡En realidad me andaba buscando! Es bueno ser apreciada.
Miró de nuevo sobre mi hombro. —Esas fotos son del juego de hoy —dijo, pareciendo decepcionada.
—Sí…
—¿Tienes algunas de otros juegos en esta computadora?
—Claro.
—Imprímeme algunas de Harry —dijo, inclinándose hacia abajo para darme un abrazo por detrás—. ¡Eres la mejor hermana!
Bailó fuera de la habitación, y yo seguí trabajando en las fotos que había tomado,aunque no tan contenta como antes.
Good Vibes.
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