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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Esposa Indomable (Harry Styles y tú) Adaptación Hot TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Esposa Indomable (Harry Styles y tú) Adaptación Hot TERMINADA
Holaaaaa!!
Perdón por la tardanza en unos minutos les traigo un nuevo capitulo.
Y bienvenidaaa a mi nueva lectoraa!
Perdón por la tardanza en unos minutos les traigo un nuevo capitulo.
Y bienvenidaaa a mi nueva lectoraa!
beccasvn
Re: Esposa Indomable (Harry Styles y tú) Adaptación Hot TERMINADA
Capítulo 6 parte 2
Harry volvió a su casa de Londres sobre las cuatro de la tarde y se encontró con un gran revuelo. Stamitos acudió a recibirlo a la puerta para informarle de que _____ estaba concediendo una entrevista a la prensa. El personal de servicio se agolpaba a la entrada de la sala en un silencio sepulcral. Nadie se atrevió a mirar a
Harry a la cara.
—¿A qué periódico? —preguntó fuera de sí, diciéndose que un sexto sentido
debía haberle impulsado a volver varias horas antes de lo normal.
Los amplios hombros de Stamitos se curvaron con desánimo al nombrar un
periódico sensacionalista que en años recientes había publicado varios artículos
vergonzosos sobre la vida sexual de Harry. Por una fracción de segundo, Harry sintió la piel sudorosa por el horror, algo que sólo le había sucedido en otra ocasión: cuando supo el diagnóstico de la enfermedad de su madre.
—¿Dónde están?
—En la biblioteca —dijo Stamitos.
Harry no daba crédito. En su biblioteca, el lugar más privado de su casa, al que sólo los más íntimos tenían acceso.
No había calculado que, al ser su esposa, nadie de servicio iba a cuestionar lo
que hiciera si él no daba órdenes precisas. ¿Pero cómo era posible que nadie le
hubiera llamado para decirle lo que estaba sucediendo?
La puerta de la biblioteca estaba abierta. En su interior había numerosas
personas y todo el equipo de grabación. Harry tomó aire. Era demasiado educado
como para montar una escena, pero aquella violación de su intimidad le resultó un
imperdonable acto de traición. _____ estaba arrebujada en el sofá, tan colorida y
exótica como un pájaro tropical. Llevaba un exceso de maquillaje, un vestido rosa
que no llegaba a cubrirle las rodillas, medias de rejilla y zapatos de tacón alto plateados. El conjunto era extraño. Harry deslizó la mirada por sus párpados lila
y por el rojo brillante de sus labios: se detuvo unos segundos con satisfacción en el
collar de perlas y diamantes antes de seguir hacia la curva generosa de sus senos y concluir en la parte de muslo que se veía entre las medias y el vestido. Su libido
reaccionó al instante. Era la primera vez que encontraba sexy lo extraño.
—Harry vino a ver mi casa y nos enamoramos a primera vista —decía en ese
momento _____ con una espléndida sonrisa—. Soy tan afortunada, Matt. Estoy
viviendo un cuento de hadas.
Harry la observó y se preguntó si no habría un rastro de verdad en sus palabras. Pelear constantemente con él podía ser la manera de _____ de ocultar sus
verdaderos sentimientos, o tal vez una forma perversa de llamar su atención. ¿Sería ésa la razón de que hubiera invitado a la prensa y de que se expresara como una adolescente nerviosa? La gente estaba dispuesta a lo que fuera para hacerse publicidad. ¿Sería aquella la manera de _____ de conseguir sus cinco minutos de fama? ¿Y por qué parecía conocer al periodista?
Harry vio que el joven no apartaba los ojos de las piernas de Ophelia cuando
ésta cambió de posición, y le enfureció que su esposa llevara una falda tan corta.
—¿Cómo se siente al estar casada con un millonario?
—En la gloria —______ acarició el collar—. Harry me ha dado hoy esta joya.
Harry apretó los dientes. ¿Es que no se daba cuenta de cómo sonaba? Deseó
hacerle callar por su propio bien.
—¿Qué opina de que su marido haya ido a trabajar el día después de su boda?
—Me siento abandonada —dijo _____, haciendo un mohín—. Harry va a tener que cambiar su estilo de vida. Para mí, las parejas han de pasar mucho tiempo juntas. Espero ir a todas partes con él. Sus amigos serán mis amigos, y pienso compartir todos sus intereses.
—¿Eso se debe a que desconfía de la fidelidad de su marido?
—¡Qué va! —dijo ella con decisión—. Harry besa el suelo que piso. Estoy segura de que en ese mismo momento me está echando de menos tanto como yo a él
En ese instante,_____ vio a Harry y el sentimiento de culpa la hizo ruborizarse de la cabeza a los pies. No había contado con que apareciera en medio de la entrevista, cuando de su boca escapaban los comentarios más estúpidos que era capaz de inventar. Las cabezas de los presentes se giraron al tiempo que se hacía un profundo silencio.
—Por eso mismo he vuelto antes de lo habitual —dijo Harry con una amplia
sonrisa al tiempo que cruzaba la habitación y se sentaba junto a su ruborizada
esposa.
_____ se había quedado muda, pero importó poco porque su marido tomó las
riendas de la conversación al mencionar una carrera automovilística que pasó a ser el centro de la conversación de los hombres. En medio de la acalorada conversación que siguió, Harry le dio un suave empujón hacia la puerta.
—Sube —dijo en un tono que no dejaba lugar a protestas.
Y dio la entrevista por concluida con la información de que debían prepararse
para el viaje.
_____ acababa de entrar en el dormitorio cuando Harry apareció en el umbral. Ella se volvió, nerviosa como un gato, inquieta con la certeza de haber logrado su objetivo: enfurecerlo.
—Tienes que saber tres cosas para sobrevivir —dijo él con voz ronca.
—¿Cuáles? —preguntó ella airada. Sus ojos se encontraron con la mirada
abrasadora de Harry y la cabeza le dio vueltas. El poder sexual que ejercía sobre
ella la sacudía hasta el centro de su ser. Sus senos reaccionaron automáticamente y sus pezones se endurecieron. Un intenso calor brotó entre sus piernas y humedeció su íntimo interior.
—Una: no hablas con la prensa a no ser que yo te autorice. Y nunca lo haré.
Como no te lo había advertido, no tomaré represalias en esa ocasión. ¿Quién era el periodista? Te trataba como si te conociera.
—El hermano de Pamela, Matt —_____ vio el rostro de Harry ensombrecerse—. Creías que él había filtrado a la prensa lo de nuestra boda, pero es mentira. Pamela no le había dicho nada. La condenaste injustamente. Harry no contestó.
_____, desconcertada, alzó la barbilla.
—Por eso he decidido concederle una entrevista.
Harry se quitó la chaqueta y se desanudó la corbata.
—Dos —continuó como si _____ no hubiera hablado entre medias—: no puedes aparecer en público con tan poca ropa.
_____ lo miró atónita. Jamás hubiera pensado que un poco de escote y una
falda corta pudieran molestarle. El conjunto era de los más discretos comparados con lo que vestían la mayoría de las celebridades.
—Llevo ropa interior —dijo con aire digno, pues sabía por Pamela y su adicción
a la prensa rosa que había muchas mujeres que habían optado por no usarla.
Harry se quedó parado con la chaquea a medio quitar y la miró con reprobación.
—Ni se te ocurra salir sin ropa interior. De hecho, todo lo comprendido entre
los hombros y las rodillas debe estar cubierto.
—¿Ah, sí? ¿Y por qué me han dicho que sales con mujeres que van medio
desnudas?
—No digas tonterías. Eres mi esposa y estás a otro nivel. De ti espero un
comportamiento discreto.
_____ se quedó perpleja ante aquel pequeño discurso en el que Harry establecía de manera tan clara su doble rasero sin molestarse en pedir disculpas o en
justificarse. Pero también estaba sorprendida de que no hubiera alzado la voz.
—¿Y cuál es lo tercero que tengo que saber para sobrevivir?
—Cómo apaciguar a un marido enfadado —Harry fue hacia ella y la tomó
en brazos.
_____ dejó escapar una exclamación al ver que la depositaba en la cama. Los
ojos metálicos de Harryr la clavaron en el sitio unos segundos antes de que le diera
un beso devorador que la dejó sin aliento y le aceleró la sangre en las venas.
Harry acompañó los movimientos de la lengua con los de su cuerpo, dejándola temblorosa y excitada, con una palpitante presión en la parte baja de la pelvis.
Con una sonrisa posesiva, Harry le separó las piernas y metió la mano por
debajo de su falda. Era pleno día. _____ estaba atónita, paralizada. Sabía que debía detenerlo, que se había prometido a sí misma no volver a acostarse con él, pero Harry la acariciaba ya con una maestría que le hizo perder el control. Harryle subió el vestido.
—No deberíamos —protestó ella débilmente.
—Pero si estás lista para mí… —dijo él, introduciendo los dedos por debajo de
las bragas y haciéndole gemir de placer.
El emitió un gruñido de masculina satisfacción.
—Mientras todos esos tipos te miraban las piernas, yo pensaba en hacerte esto,
yineka mu.
Le quitó las bragas y la penetró. _____ tembló al sentir su firme miembro
adentrarse en su adaptable cueva. El empujó con decisión y fuerza, con una ansiedad primitiva y básica que _____ encontró extremadamente excitante. Una oleada de eróticas sensaciones atravesó su cuerpo. Alzándola hacia sí, Harry la penetró aún más profundamente, luego se retiró levemente antes de avanzar más. _____ gimió en un estado de delirio a medida que el placer alcanzaba cotas insoportables. La intensidad y la fuerza del deseo de Harry la elevaron hasta un cegador clímax en el que el mundo se desintegró a su alrededor. Exhausta, sacudida por la abrasadora conexión que la unía a Harry, se abrazó a él mientras intentaba recuperar el aliento.
El no conseguía comprender cómo había perdido el control de aquella manera.
La miró fijamente, sorprendido por la violencia con la que la deseaba.
—¿Te he hecho daño? —preguntó.
—No —masculló ella, mortificada por lo que acababa de suceder. Miró hacia la
pared para esquivar su mirada.
—He sido brusco y tú eres muy estrecha, yineka mu —dijo él con voz ronca.
Luego agachó la cabeza y le besó el cuello.
_____ dejó escapar un murmullo al sentir un escalofrío. Cada caricia de Harry la sensibilizaba un poco más.
—Soy un hombre muy fogoso y tú me excitas mucho —admitió él, rozándole la
delicada piel con los dientes—. Supongo que no podrás acogerme otra vez.
Al darse cuenta de que era una pregunta, _____ enrojeció. Aun echada podía
notar la irritación que la pasión de Harry le había causado.
—No —dijo, violenta.
—Mi pequeña esposa virgen… Debería haber sido más considerado —dijo él en
tono de broma al tiempo que se incorporaba, se arreglaba la ropa y se peinaba el
cabello con los dedos.
Parecía tranquilo y relajado. En cambio _____ pensó que su vida ya nunca volvería a ser la misma. Con manos temblorosas se bajó la falda para cubrirse.
Súbitamente, Harry frunció el ceño.
—¿Usas algún anticonceptivo?
En una nebulosa, ____ se incorporó y negó con la cabeza.
Harry se había quedado inmóvil. Nunca había actuado tan descuidadamente y no era capaz de explicarse su comportamiento. Lo último que quería era un hijo. Por eso jamás se había arriesgado aunque ello hubiera significado tener que reprimirse.
—Zeos… me temo que yo tampoco he tomado ninguna medida —dijo con una
firmeza que dejaba clara su opinión en ese campo—. No tengo excusa. No es un error frecuente en mí y espero que no tenga ninguna consecuencia…
_____ dejó caer la cabeza y rezó para que Harry estuviera en lo cierto, pues la frialdad con la que había hablado le heló el alma. Mentalmente, contó fechas
frenéticamente y recordó, desolada, que estaba en los días más fértiles del ciclo.
—Esperemos que no —musitó en tensión.
—Tengo que hacer algunas llamadas antes de que salgamos para el aeropuerto.
_____ esperó a que llegara a la puerta para preguntarle:
—¿Me has creído respecto a Pamela y a Matt Arnold?
El la miró con desdén.
—Claro que no. ¿Cómo voy a creerte? Quizá filtraste tú misma la noticia. Eso
explicaría tu comportamiento de hoy.
—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó ella, indignada.
—Nos casamos ayer y hoy invitas a la prensa a mi casa. Está claro que te encanta ser el centro de los medios de comunicación.
Mientras se duchaba, _____ lloró con una mezcla de vergüenza, frustración y
nostalgia. Tenía que haber supuesto que Harry llegaría a esa conclusión. El plan trazado para hacer que se enfadara se había vuelto contra ella. Ya no le convencería de que no había informado a la prensa de su boda. Harry creía que era una mujer barata que buscaba ser famosa, un objeto sexual sin ningún otro valor.
Lo que no comprendía era por qué le importaba tanto lo que pensara de ella
cuando lo único que quería era divorciarse de él. Pero ya nada tenía sentido. No era capaz de pensar y actuar consecuentemente. En cuanto veía a Harry, sus defensas se tambaleaban. Era así de sencillo y así de mortificador. Siempre se había considerado fuerte, pero en aquel momento su orgullo había desaparecido.
Pero lo que más le asustaba de todo era sentirse herida y rechazada. Era lógico que Harry temiera que se quedara embarazada, pero de ahí a palidecer como lo había hecho por la remota posibilidad de que llegara a pasar… Tampoco ella quería un hijo, por supuesto que no. Quizá en el futuro, con la persona adecuada, pero desde luego, no con Harry. El deseo que despertaba en ella, se dijo con firmeza, no tenía nada que ver con los sentimientos. Por más que le avergonzara, no podía evitarlo, pero eso no le hacía parecerse a su madre. En absoluto.
Ella era demasiado inteligente como para obsesionarse con un hombre que
nunca llegaría a amarla, que nunca le ofrecería afecto exclusivo y que nunca querría
pasear con ella por la calle.
Ella era mucho más inteligente que todo eso. Mucho más.
Harry volvió a su casa de Londres sobre las cuatro de la tarde y se encontró con un gran revuelo. Stamitos acudió a recibirlo a la puerta para informarle de que _____ estaba concediendo una entrevista a la prensa. El personal de servicio se agolpaba a la entrada de la sala en un silencio sepulcral. Nadie se atrevió a mirar a
Harry a la cara.
—¿A qué periódico? —preguntó fuera de sí, diciéndose que un sexto sentido
debía haberle impulsado a volver varias horas antes de lo normal.
Los amplios hombros de Stamitos se curvaron con desánimo al nombrar un
periódico sensacionalista que en años recientes había publicado varios artículos
vergonzosos sobre la vida sexual de Harry. Por una fracción de segundo, Harry sintió la piel sudorosa por el horror, algo que sólo le había sucedido en otra ocasión: cuando supo el diagnóstico de la enfermedad de su madre.
—¿Dónde están?
—En la biblioteca —dijo Stamitos.
Harry no daba crédito. En su biblioteca, el lugar más privado de su casa, al que sólo los más íntimos tenían acceso.
No había calculado que, al ser su esposa, nadie de servicio iba a cuestionar lo
que hiciera si él no daba órdenes precisas. ¿Pero cómo era posible que nadie le
hubiera llamado para decirle lo que estaba sucediendo?
La puerta de la biblioteca estaba abierta. En su interior había numerosas
personas y todo el equipo de grabación. Harry tomó aire. Era demasiado educado
como para montar una escena, pero aquella violación de su intimidad le resultó un
imperdonable acto de traición. _____ estaba arrebujada en el sofá, tan colorida y
exótica como un pájaro tropical. Llevaba un exceso de maquillaje, un vestido rosa
que no llegaba a cubrirle las rodillas, medias de rejilla y zapatos de tacón alto plateados. El conjunto era extraño. Harry deslizó la mirada por sus párpados lila
y por el rojo brillante de sus labios: se detuvo unos segundos con satisfacción en el
collar de perlas y diamantes antes de seguir hacia la curva generosa de sus senos y concluir en la parte de muslo que se veía entre las medias y el vestido. Su libido
reaccionó al instante. Era la primera vez que encontraba sexy lo extraño.
—Harry vino a ver mi casa y nos enamoramos a primera vista —decía en ese
momento _____ con una espléndida sonrisa—. Soy tan afortunada, Matt. Estoy
viviendo un cuento de hadas.
Harry la observó y se preguntó si no habría un rastro de verdad en sus palabras. Pelear constantemente con él podía ser la manera de _____ de ocultar sus
verdaderos sentimientos, o tal vez una forma perversa de llamar su atención. ¿Sería ésa la razón de que hubiera invitado a la prensa y de que se expresara como una adolescente nerviosa? La gente estaba dispuesta a lo que fuera para hacerse publicidad. ¿Sería aquella la manera de _____ de conseguir sus cinco minutos de fama? ¿Y por qué parecía conocer al periodista?
Harry vio que el joven no apartaba los ojos de las piernas de Ophelia cuando
ésta cambió de posición, y le enfureció que su esposa llevara una falda tan corta.
—¿Cómo se siente al estar casada con un millonario?
—En la gloria —______ acarició el collar—. Harry me ha dado hoy esta joya.
Harry apretó los dientes. ¿Es que no se daba cuenta de cómo sonaba? Deseó
hacerle callar por su propio bien.
—¿Qué opina de que su marido haya ido a trabajar el día después de su boda?
—Me siento abandonada —dijo _____, haciendo un mohín—. Harry va a tener que cambiar su estilo de vida. Para mí, las parejas han de pasar mucho tiempo juntas. Espero ir a todas partes con él. Sus amigos serán mis amigos, y pienso compartir todos sus intereses.
—¿Eso se debe a que desconfía de la fidelidad de su marido?
—¡Qué va! —dijo ella con decisión—. Harry besa el suelo que piso. Estoy segura de que en ese mismo momento me está echando de menos tanto como yo a él
En ese instante,_____ vio a Harry y el sentimiento de culpa la hizo ruborizarse de la cabeza a los pies. No había contado con que apareciera en medio de la entrevista, cuando de su boca escapaban los comentarios más estúpidos que era capaz de inventar. Las cabezas de los presentes se giraron al tiempo que se hacía un profundo silencio.
—Por eso mismo he vuelto antes de lo habitual —dijo Harry con una amplia
sonrisa al tiempo que cruzaba la habitación y se sentaba junto a su ruborizada
esposa.
_____ se había quedado muda, pero importó poco porque su marido tomó las
riendas de la conversación al mencionar una carrera automovilística que pasó a ser el centro de la conversación de los hombres. En medio de la acalorada conversación que siguió, Harry le dio un suave empujón hacia la puerta.
—Sube —dijo en un tono que no dejaba lugar a protestas.
Y dio la entrevista por concluida con la información de que debían prepararse
para el viaje.
_____ acababa de entrar en el dormitorio cuando Harry apareció en el umbral. Ella se volvió, nerviosa como un gato, inquieta con la certeza de haber logrado su objetivo: enfurecerlo.
—Tienes que saber tres cosas para sobrevivir —dijo él con voz ronca.
—¿Cuáles? —preguntó ella airada. Sus ojos se encontraron con la mirada
abrasadora de Harry y la cabeza le dio vueltas. El poder sexual que ejercía sobre
ella la sacudía hasta el centro de su ser. Sus senos reaccionaron automáticamente y sus pezones se endurecieron. Un intenso calor brotó entre sus piernas y humedeció su íntimo interior.
—Una: no hablas con la prensa a no ser que yo te autorice. Y nunca lo haré.
Como no te lo había advertido, no tomaré represalias en esa ocasión. ¿Quién era el periodista? Te trataba como si te conociera.
—El hermano de Pamela, Matt —_____ vio el rostro de Harry ensombrecerse—. Creías que él había filtrado a la prensa lo de nuestra boda, pero es mentira. Pamela no le había dicho nada. La condenaste injustamente. Harry no contestó.
_____, desconcertada, alzó la barbilla.
—Por eso he decidido concederle una entrevista.
Harry se quitó la chaqueta y se desanudó la corbata.
—Dos —continuó como si _____ no hubiera hablado entre medias—: no puedes aparecer en público con tan poca ropa.
_____ lo miró atónita. Jamás hubiera pensado que un poco de escote y una
falda corta pudieran molestarle. El conjunto era de los más discretos comparados con lo que vestían la mayoría de las celebridades.
—Llevo ropa interior —dijo con aire digno, pues sabía por Pamela y su adicción
a la prensa rosa que había muchas mujeres que habían optado por no usarla.
Harry se quedó parado con la chaquea a medio quitar y la miró con reprobación.
—Ni se te ocurra salir sin ropa interior. De hecho, todo lo comprendido entre
los hombros y las rodillas debe estar cubierto.
—¿Ah, sí? ¿Y por qué me han dicho que sales con mujeres que van medio
desnudas?
—No digas tonterías. Eres mi esposa y estás a otro nivel. De ti espero un
comportamiento discreto.
_____ se quedó perpleja ante aquel pequeño discurso en el que Harry establecía de manera tan clara su doble rasero sin molestarse en pedir disculpas o en
justificarse. Pero también estaba sorprendida de que no hubiera alzado la voz.
—¿Y cuál es lo tercero que tengo que saber para sobrevivir?
—Cómo apaciguar a un marido enfadado —Harry fue hacia ella y la tomó
en brazos.
_____ dejó escapar una exclamación al ver que la depositaba en la cama. Los
ojos metálicos de Harryr la clavaron en el sitio unos segundos antes de que le diera
un beso devorador que la dejó sin aliento y le aceleró la sangre en las venas.
Harry acompañó los movimientos de la lengua con los de su cuerpo, dejándola temblorosa y excitada, con una palpitante presión en la parte baja de la pelvis.
Con una sonrisa posesiva, Harry le separó las piernas y metió la mano por
debajo de su falda. Era pleno día. _____ estaba atónita, paralizada. Sabía que debía detenerlo, que se había prometido a sí misma no volver a acostarse con él, pero Harry la acariciaba ya con una maestría que le hizo perder el control. Harryle subió el vestido.
—No deberíamos —protestó ella débilmente.
—Pero si estás lista para mí… —dijo él, introduciendo los dedos por debajo de
las bragas y haciéndole gemir de placer.
El emitió un gruñido de masculina satisfacción.
—Mientras todos esos tipos te miraban las piernas, yo pensaba en hacerte esto,
yineka mu.
Le quitó las bragas y la penetró. _____ tembló al sentir su firme miembro
adentrarse en su adaptable cueva. El empujó con decisión y fuerza, con una ansiedad primitiva y básica que _____ encontró extremadamente excitante. Una oleada de eróticas sensaciones atravesó su cuerpo. Alzándola hacia sí, Harry la penetró aún más profundamente, luego se retiró levemente antes de avanzar más. _____ gimió en un estado de delirio a medida que el placer alcanzaba cotas insoportables. La intensidad y la fuerza del deseo de Harry la elevaron hasta un cegador clímax en el que el mundo se desintegró a su alrededor. Exhausta, sacudida por la abrasadora conexión que la unía a Harry, se abrazó a él mientras intentaba recuperar el aliento.
El no conseguía comprender cómo había perdido el control de aquella manera.
La miró fijamente, sorprendido por la violencia con la que la deseaba.
—¿Te he hecho daño? —preguntó.
—No —masculló ella, mortificada por lo que acababa de suceder. Miró hacia la
pared para esquivar su mirada.
—He sido brusco y tú eres muy estrecha, yineka mu —dijo él con voz ronca.
Luego agachó la cabeza y le besó el cuello.
_____ dejó escapar un murmullo al sentir un escalofrío. Cada caricia de Harry la sensibilizaba un poco más.
—Soy un hombre muy fogoso y tú me excitas mucho —admitió él, rozándole la
delicada piel con los dientes—. Supongo que no podrás acogerme otra vez.
Al darse cuenta de que era una pregunta, _____ enrojeció. Aun echada podía
notar la irritación que la pasión de Harry le había causado.
—No —dijo, violenta.
—Mi pequeña esposa virgen… Debería haber sido más considerado —dijo él en
tono de broma al tiempo que se incorporaba, se arreglaba la ropa y se peinaba el
cabello con los dedos.
Parecía tranquilo y relajado. En cambio _____ pensó que su vida ya nunca volvería a ser la misma. Con manos temblorosas se bajó la falda para cubrirse.
Súbitamente, Harry frunció el ceño.
—¿Usas algún anticonceptivo?
En una nebulosa, ____ se incorporó y negó con la cabeza.
Harry se había quedado inmóvil. Nunca había actuado tan descuidadamente y no era capaz de explicarse su comportamiento. Lo último que quería era un hijo. Por eso jamás se había arriesgado aunque ello hubiera significado tener que reprimirse.
—Zeos… me temo que yo tampoco he tomado ninguna medida —dijo con una
firmeza que dejaba clara su opinión en ese campo—. No tengo excusa. No es un error frecuente en mí y espero que no tenga ninguna consecuencia…
_____ dejó caer la cabeza y rezó para que Harry estuviera en lo cierto, pues la frialdad con la que había hablado le heló el alma. Mentalmente, contó fechas
frenéticamente y recordó, desolada, que estaba en los días más fértiles del ciclo.
—Esperemos que no —musitó en tensión.
—Tengo que hacer algunas llamadas antes de que salgamos para el aeropuerto.
_____ esperó a que llegara a la puerta para preguntarle:
—¿Me has creído respecto a Pamela y a Matt Arnold?
El la miró con desdén.
—Claro que no. ¿Cómo voy a creerte? Quizá filtraste tú misma la noticia. Eso
explicaría tu comportamiento de hoy.
—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó ella, indignada.
—Nos casamos ayer y hoy invitas a la prensa a mi casa. Está claro que te encanta ser el centro de los medios de comunicación.
Mientras se duchaba, _____ lloró con una mezcla de vergüenza, frustración y
nostalgia. Tenía que haber supuesto que Harry llegaría a esa conclusión. El plan trazado para hacer que se enfadara se había vuelto contra ella. Ya no le convencería de que no había informado a la prensa de su boda. Harry creía que era una mujer barata que buscaba ser famosa, un objeto sexual sin ningún otro valor.
Lo que no comprendía era por qué le importaba tanto lo que pensara de ella
cuando lo único que quería era divorciarse de él. Pero ya nada tenía sentido. No era capaz de pensar y actuar consecuentemente. En cuanto veía a Harry, sus defensas se tambaleaban. Era así de sencillo y así de mortificador. Siempre se había considerado fuerte, pero en aquel momento su orgullo había desaparecido.
Pero lo que más le asustaba de todo era sentirse herida y rechazada. Era lógico que Harry temiera que se quedara embarazada, pero de ahí a palidecer como lo había hecho por la remota posibilidad de que llegara a pasar… Tampoco ella quería un hijo, por supuesto que no. Quizá en el futuro, con la persona adecuada, pero desde luego, no con Harry. El deseo que despertaba en ella, se dijo con firmeza, no tenía nada que ver con los sentimientos. Por más que le avergonzara, no podía evitarlo, pero eso no le hacía parecerse a su madre. En absoluto.
Ella era demasiado inteligente como para obsesionarse con un hombre que
nunca llegaría a amarla, que nunca le ofrecería afecto exclusivo y que nunca querría
pasear con ella por la calle.
Ella era mucho más inteligente que todo eso. Mucho más.
beccasvn
Re: Esposa Indomable (Harry Styles y tú) Adaptación Hot TERMINADA
esta padrisima tines que seguirla
cinthia guagalupe
Re: Esposa Indomable (Harry Styles y tú) Adaptación Hot TERMINADA
siguela me encanto el cap !!!
Deni rt
Re: Esposa Indomable (Harry Styles y tú) Adaptación Hot TERMINADA
Me enamore completamente de tu novela esta hddjrjjfhddjdhhsh siguela plisss
Atte: nueva, sensual y fiel lectora ;)
Atte: nueva, sensual y fiel lectora ;)
Elizabethstyeles8
Re: Esposa Indomable (Harry Styles y tú) Adaptación Hot TERMINADA
Me ha encantado sigule esta super interesante
Besos y abrazos
Besos y abrazos
Invitado
Invitado
Re: Esposa Indomable (Harry Styles y tú) Adaptación Hot TERMINADA
Increible... esta novela me ha dejado sin aiento.
Siguela
Siguela
Little Majo
Re: Esposa Indomable (Harry Styles y tú) Adaptación Hot TERMINADA
Holaaa!!
Que emoción que os guste tanto!
En unos momentos pondré las dos partes de un capitulo que se lo merecen por mi tardanza.
muchos besos lindaaas.
Que emoción que os guste tanto!
En unos momentos pondré las dos partes de un capitulo que se lo merecen por mi tardanza.
muchos besos lindaaas.
beccasvn
Re: Esposa Indomable (Harry Styles y tú) Adaptación Hot TERMINADA
Capítulo 7
Harry y _____ aterrizaron en Grecia la tarde del día siguiente. Una ventisca la noche anterior había obligado a cancelar lo vuelos. Harry reservó habitación en el hotel del aeropuerto y aprovechó las horas trabajando con su equipo y evitando a _____, hasta el punto de que ésta acabó sintiéndose invisible. Oír una conversación tras otra sobre el estado de la Bolsa no contribuyó a mejorar su humor.
En un par de ocasiones, al mirar a Harry, sintió un renovado calor al recordar el
sexo que había tenido, y se sintió avergonzada por haber dejado que sucediera,
especialmente dada la frialdad con la que Harry la trataba desde entonces.
Era ya tarde cuando se echó a dormir, vestida, en el sofá. Por la mañana, con el
nerviosismo de atender a la apertura de la Bolsa, nadie recordó despertarla y fue la
última en levantarse. Sin tiempo para desayunar ni cambiarse, y con un humor de
perros, subió al avión y, desafiante, descartó los modelos más sofisticados para
ponerse unos pantalones holgados y una camiseta.
Harry había insistido en que actuaran como si su matrimonio fuera real; había llegado a amenazarla con llevarla a juicio, prácticamente la había secuestrado,
alejándola de su casa, de su jardín y de su loro, sin molestarse en darle la más
mínima explicación. ¿Cuándo pensaba comportarse como un hombre recién casado? ¿Se habría enterado ya su personal de que todo era una farsa y, por tanto, no creía necesario actuar delante de ellos?
Cuando salió de la cabina privada, la recibió un silencio sepulcral. Todos
parecían pendientes de Harry, que estaba concentrado en la lectura del periódico.
Una vez más _____ pensó que en el entorno Styles, aquellos que no formaban
parte del equipo de trabajo no existían.
Harry devoraba el artículo que Matt Arnold había escrito sobre su esposa.
Desgraciadamente, sacaba a la luz el viejo vínculo entre los Styles y los Stewart, la
boda que nunca llegó a tener lugar entre Aristide y Cathy, en un tono
melodramático.
Harry rezó para que su madre no lo leyera. Desde que estaba enferma, hacía
lo posible para que nada la perturbara.
La entrevista con _____ era el colofón de un largo artículo en el que se la alababa desde todos los puntos de vista posibles. Del diálogo se había eliminado cualquier referencia a que _____ estuviera interesada en el dinero de su marido. De hecho, se incluía una nota sobre cómo confiaba en poder utilizar su privilegiada posición para contribuir a mejorar el mundo, y se la retrataba como una mujer sencilla de valores tradicionales.
Le sorprendió descubrir que hasta los dieciséis años había vivido en un
suburbio con una madre con problemas con el alcohol y con los hombres. Los
servicios sociales habían tenido que atenderlas a menudo. En una fotografía se la veía de pequeña, con un bebé de cabello oscuro en los brazos. Parecían dos niñas
abandonadas.
_____ fue una madre para su hermana. La llevaba al colegio, cuidaba de ella.
Las circunstancias la obligaron, se citaba a una antigua vecina. Ella era la adulta y su madre, Cathy, la niña.
Harry se preguntó si la hermana pequeña habría muerto en el mismo accidente de tren que su madre, ya que no volvía a ser mencionada en el artículo. Era evidente que todos los que habían contribuido con alguna anécdota eran amigos de
____ pues se deshacían en elogios hacia ella. ¿La habría convertido aquella difícil
niñez en una mujer avariciosa? ¿Su madre y su abuela habrían hecho crecer en ella el deseo de venganza?
¿Por qué todo lo relacionado con _____ resultaba tan desconcertante? ¿Por
qué era una mezcla de contradicciones? Había estudiado tres años para ser jardinera.
Había una fotografía en la que, vestida como un espantapájaros, sonreía como la
mujer más feliz del mundo. Debía ser verdad que le gustaba mancharse de barro.
Harry no lograba identificar a aquella mujer con la que había posado ante la prensa con ropa provocativa y una sonrisa vacía. ¿Por qué había exigido el divorcio para, veinticuatro horas más tarde, reclamar la atención de los medios de comunicación más sensacionalistas?
Cuando finalmente le pasó el periódico, _____ lo miró con perplejidad y, en
cuanto vio la fotografía con Molly, sintió un nudo en la boca del estómago, que se
intensificó a medida que leía la detallada descripción que se hacía de su infancia. Que su madre fuera retratada con tanta crudeza la apesadumbró. Pero lo que más la horrorizó fue que se detallaran las circunstancias de su fallido romance con Aristide.
De todo ello, no podía culparse más que a sí misma por haber convocado a la prensa.
Era una dura lección, y tenía que asumirla.
—Tengo que resolver algunos asuntos antes de reunirme contigo en la isla —
dijo Harry cuando desembarcaron.
—¿Qué isla? —preguntó ____, sin mirarlo.
—Una isla que compré hace unos años.
Sin inmutarse, ____ comentó.
—Supongo que está rodeada de mar y que es muy privada.
—Ne… Sí.
—¡Qué bien! —dijo ____ con sarcasmo, imaginándose achicharrada por el sol, aislada del mundo, mientras Harry lo pasaba bien en otro sitio—. No te preocupes por mí. Aunque no vuelvas hasta que me haya convertido en una momia, seguro que estarás encantado de que me pongan en un rincón para decorar. Es mucho más cómodo que tener a una mujer viva a tu lado.
—¡Qué graciosa! —dijo Harry, cortante.
—Me has ignorado todo el viaje y ni siquiera me has dicho dónde íbamos.
—Estamos en medio de una crisis bursátil —farfulló Harry, como si eso explicara todo—. Mientras tú dormías, yo he estado trabajando.
_____ clavó una mirada centelleante en él.
—¿Y? —preguntó, retadora, al tiempo que docenas de flashes se disparaban al
otro lado de la barrera de seguridad que se había colocado para impedir que los
paparazzi se acercaran.
Desconcertado por una reacción a la que nunca se había viso expuesto porque
la excusa de tener que hacer dinero siempre había resultado objetivamente
incuestionable,Harry apretó los dientes.
—Sonríe a las cámaras —ordenó.
—Lo siento, me he quedado sin batería —replicó ______—. Además, no tengo
ningún motivo para sonreír.
—Tú tienes la culpa de que se haya montado este circo.
___ palideció al darse cuenta de que no le faltaba razón y se obligó a esbozar una sonrisa.
Ya en la limusina, Harry le dirigió una mirada de reprobación.
—Exijo que te comportes en público.
—Y yo, que tú lo hagas en privado —replicó _____, airada—. Me pediste que actuara como una esposa y eso es lo que estoy haciendo. Ninguna mujer recién
casada aceptaría recibir este tipo de trato en la que se supone que es su luna de miel.
Harry la desconcertó al dejar escapar una carcajada. _____ estaba loca,
pero le parecía irresistible. Y el recuerdo de su aterciopelado interior lo excitó al
instante. Cerró la mano sobre la de ella y la atrajo hacia sí.
—Si puedo volver esta noche, prometo atenderte —dijo con voz ronca y mirada
insinuante.
El enfado de _____ se vio espoleado por el desconcierto que le causó la reacción de Harry, y por la vergüenza de la promesa implícita en sus palabras.
—¡No me refería a eso! —dijo ruborizándose hasta la raíz del cabello—, ¡No
eres bienvenido en mi cama! No va a haber ni un solo error más.
Como respuesta, Harry la apretó contra su sólido y musculoso cuerpo y la
besó con voracidad. _____ sintió una oleada de calor reptar por su vientre y libró
una dura batalla con su propia reacción antes de que, al abrirse la puerta del coche, los dos se separaran de un salto.
—Luego seguimos, yineka mu —musitó él, bajándose delante de un alto edificio.
La puerta se cerró de nuevo y la limusina arrancó.
_____ sacudió la cabeza para librarse de la neblina que le envolvía la mente.
Ya no sabía si Harry se había decidido a interpretar el papel de marido o si sólo
pretendía provocarla.
En la selecta clínica privada, Harry fue recibido por el especialista con el que
tenía concertada una cita. Tranquilizado con las noticias que recibió sobre el estado de salud de su madre, tomó un ascensor privado para subir a su suite. La obsesión de su madre por guardar en secreto la enfermedad lo exasperaba. Pero adoraba a Virginia y estaba dispuesto a cumplir todos sus deseos.
Cuando le habían diagnosticado el cáncer, se había sentido destrozado, y la
tensión de mantener su preocupación oculta se había sumado a la depresión inicial
en la que se había sumido su madre y a su negativa a ser operada.
Aunque estaba exhausta tras el tratamiento, Virginia, una mujer delgada de casi
sesenta años, se esforzaba por mantener un buen aspecto. Pero su hijo notó al
instante que tenía los ojos enrojecidos; con el rabillo del ojo también vio la esquina
del periódico asomando por debajo de la colcha de la cama.
—Ya has leído el artículo sobre _____ —comentó.
—Ya sabes que recibo todos los periódicos.
—Y te ha disgustado.
Virginia esquivó su mirada.
—No. Lo que me ha entristecido han sido los recuerdos de pasado, aunque no
puedo negar que siento curiosidad por conocerla. Al fin y al cabo, su madre y yo
fuimos amigas durante mucho tiempo.
—Si me hubieras dejado decirle que estabas en el hospital, la habría traído a
visitarte —dijo él, aunque en realidad no estaba seguro de poder confiar en la actitud de _____ hacia su frágil madre. Después de todo, Virginia siempre sería para ella la mujer que sustituyó a Cathy Stewart en el corazón de Aristide.
—No pienso arruinar con mi enfermedad vuestras primeras semanas juntos —
dijo Virginia con determinación—. Sobre todo cuando tu mujer acaba de perder a su abuela. Ni siquiera sé qué haces aquí; deberías estar con tu esposa.
Harry la miró con dulzura.
—Hacía días que no te veía.
Virginia suspiró.
—Pero si estoy bien… Me alegré mucho cuando me dijiste que te habías casado.
Te juro que sólo titubeé unos segundos porque pensé que te habías casado con esa pobre chica sólo por hacerte con Madrigal Court.
Harry conservó la sonrisa con dificultad.
—¿Cómo se te ocurre algo así?
—Eres mi hijo y te quiero, pero sé que puedes ser muy cruel —replicó Virginia—. Pero también sé que sólo renunciarías a tu libertad por alguien muy especial, y que esa boda tan rápida y discreta es muy propia de ti. Por lo que he leído, _____ ha tenido una vida muy desgraciada.
—Pero no se regodea en ello. Es una mujer luminosa.
Harry eligió la palabra a conciencia, buscando la mejor descripción para la vivaracha y enérgica _____. Virginia lo observó con ansiedad.
—Voy a decirte algo que te puede molestar, pero si os divorciáis, me lo echaré
en cara. No debes enfadarte con _____ por haber concedido esa entrevista. Necesita tiempo y ayuda para acostumbrarse a nuestro mundo…
—Claro.
—Las mujeres te han malcriado, o mejor dicho, el poder te ha malcriado —dijo
la mujer con voz queda—. No has tenido que aprender a ceder. Quiero que tu
matrimonio dure. Necesito tener la tranquilidad de que tienes un hogar y una
familia.
Harry palideció. Si os divorciáis, me lo echaré en cara. Aquel comentario
combinado con la palabra «familia» los sacudió hasta la médula.
Aunque por respeto a su intimidad su madre no le hubiera dicho nada hasta
entonces, debía desear hacía tiempo que sentara la cabeza con una mujer. La
enfermedad le hacía pensar en un futuro que temía no llegar a ver. Era lógico que
quisiera tener un nieto. Y aunque él fuera un adulto curtido por un pasado de
violencia, traición y crueldad, Virginia siempre se preocuparía de su felicidad.
Emocionado, Harry fue hacia la ventana.
—Cuida de _____. No dejes que el trabajo te impida hacerlo —Virginia suspiró—. Ya está. Prometo no volver a hablar de esto.
Pero aunque pasó a preguntar por el estado de la casa en la que pasó su
infancia, Harry no salió de su perplejidad ante lo que acababa de decirle. Jamás
antes había interferido de aquella manera en su vida privada. Y un comportamiento
tan poco característico en ella le hizo preguntarse si no sabría algo sobre su
enfermedad que él desconocía. El tratamiento estaba surtiendo efecto, pero ¿acaso habría alguna razón por la que sospechara que la evolución de la enfermedad no sería buena?
La primera visión que _____ tuvo de la isla de Harry la dejó sin respiración; Kastros era maravillosa.
En uno de los extremos, había un colorido pueblo de pescadores, mientras que
la espléndida casa moderna de Lysander ocupaba el otro extremo, y se asomaba a una gloriosa bahía bordeada de pinos con una playa de arena blanca.
Al entrar fue recibida por el personal, que amablemente se ofreció a satisfacer
cualquiera de sus necesidades. En primer lugar, visitó la casa, que era espectacular en cuanto a tecnología, diseño y confort. En una terraza disfrutó del almuerzo, y el chef se acercó para saber si le había gustado.
Aunque no lo quisiera, _____ tuvo que admitir que estaba impresionada. Pero
a medida que avanzaron las horas y oscureció sin que Harry diera señales de
vida, un recorrido más detallado de su entorno hizo que matizara su opinión inicial.
El dormitorio principal era majestuoso. En el vestidor había una selección de
vestuario y ropa interior nueva de varias tallas; y en el cuarto de baño, encontró una
variada colección de cosméticos y perfumes. Poco a poco _____ fue llegando a la
conclusión que aquél era el paraíso al que Harry solía llevar a sus amantes.
Deslizó una mirada crítica por la gigantesca cama, los espejos que la rodeaban y
la tenue iluminación, y decidió que era una cámara diseñada para el placer adulto.
¡Así era como Harry se entretenía entre reuniones de trabajo! Con mucha
actividad sexual y mujeres que esperaban ser remuneradas por ocupar la cama de un millonario. El recuerdo del collar que le había dado la hizo estremecerse.
Para la medianoche, _____ se había instalado en un dormitorio de invitados
que se encontraba en el extremo opuesto de la casa. Tenía que marcar límites y
mantenerlos. Estaba decidida a que Harry le concediera el divorcio aunque para
ello tuviera que convertirse en una molestia permanente. Comportarse bien durante
las últimas horas no había servido de nada. Harry estaba acostumbrado a mujeres
dispuestas a plegarse a sus deseos y luego ser ignoradas. Debía haberse dedicado a protestar y a reclamar su atención, pero la idea de hacerlo delante de su personal la había desanimado.
Pensar que le estaba dejando llevar las riendas le repugnó. Después de
arrancarla de su casa y de su jardín, la dejaba sola en una isla privada en la que no
tenía ni ocupación ni compañía. Y entre tanto, ¿dónde estaba y qué estaba haciendo él? Puesto que había exigido que se comportaran como una pareja de recién casados, ¿por qué tenía que hacer ella todos los sacrificios?
A la mañana siguiente, cerca del mediodía, le anunciaron la inminente llegada
de Harry. El personal entró en acción. La actividad en la casa era febril. Allí
donde Harry iba, se ponía una alfombra roja para darle la bienvenida y todos se
afanaban en agradarle. _____ descubrió que tenía que mantenerse firme para
ignorar la presión de los demás para que actuara de la misma manera.
A Harry le enfadó que _____ no saliera a recibirlo, y se dio cuenta de que
tenía ideas muy claras de cómo debía comportarse una esposa. En el caso de _____, debía haberse mostrado ansiosa por verlo y, por tanto, ser la primera en querer darle la bienvenida. ¿Es que no sabía cómo contentar a un hombre? En la cama era evidente que no, pero en ese sentido, no tenía ningún problema en convertirse en su maestro.
El recuerdo de Virginia hizo que frunciera el ceño. Era cierto que, si no le decía
a _____ lo que esperaba de ella, quizá no llegara a descubrirlo por sí misma. Tal
vez lo mejor fuera expresarlo con claridad para que no diera lugar a malentendidos.
Marcar las directrices con nitidez despejaría las dudas.
—¿Dónde está mi esposa? —preguntó.
Harry se quedó atónito con la respuesta. Cuadró los hombros, se irguió a su
máxima e imponente altura y cruzó la casa hasta llegar a la puerta del dormitorio
correspondiente.
Un hombre malcriado por las mujeres o por el exceso de poder habría irrumpido en la habitación o habría alzado la voz. Pero él no era ese tipo de hombre, y para demostrárselo a sí mismo, llamó a la puerta.
Al otro lado, _____ se tensó y se preparó para una escena.
Harry y _____ aterrizaron en Grecia la tarde del día siguiente. Una ventisca la noche anterior había obligado a cancelar lo vuelos. Harry reservó habitación en el hotel del aeropuerto y aprovechó las horas trabajando con su equipo y evitando a _____, hasta el punto de que ésta acabó sintiéndose invisible. Oír una conversación tras otra sobre el estado de la Bolsa no contribuyó a mejorar su humor.
En un par de ocasiones, al mirar a Harry, sintió un renovado calor al recordar el
sexo que había tenido, y se sintió avergonzada por haber dejado que sucediera,
especialmente dada la frialdad con la que Harry la trataba desde entonces.
Era ya tarde cuando se echó a dormir, vestida, en el sofá. Por la mañana, con el
nerviosismo de atender a la apertura de la Bolsa, nadie recordó despertarla y fue la
última en levantarse. Sin tiempo para desayunar ni cambiarse, y con un humor de
perros, subió al avión y, desafiante, descartó los modelos más sofisticados para
ponerse unos pantalones holgados y una camiseta.
Harry había insistido en que actuaran como si su matrimonio fuera real; había llegado a amenazarla con llevarla a juicio, prácticamente la había secuestrado,
alejándola de su casa, de su jardín y de su loro, sin molestarse en darle la más
mínima explicación. ¿Cuándo pensaba comportarse como un hombre recién casado? ¿Se habría enterado ya su personal de que todo era una farsa y, por tanto, no creía necesario actuar delante de ellos?
Cuando salió de la cabina privada, la recibió un silencio sepulcral. Todos
parecían pendientes de Harry, que estaba concentrado en la lectura del periódico.
Una vez más _____ pensó que en el entorno Styles, aquellos que no formaban
parte del equipo de trabajo no existían.
Harry devoraba el artículo que Matt Arnold había escrito sobre su esposa.
Desgraciadamente, sacaba a la luz el viejo vínculo entre los Styles y los Stewart, la
boda que nunca llegó a tener lugar entre Aristide y Cathy, en un tono
melodramático.
Harry rezó para que su madre no lo leyera. Desde que estaba enferma, hacía
lo posible para que nada la perturbara.
La entrevista con _____ era el colofón de un largo artículo en el que se la alababa desde todos los puntos de vista posibles. Del diálogo se había eliminado cualquier referencia a que _____ estuviera interesada en el dinero de su marido. De hecho, se incluía una nota sobre cómo confiaba en poder utilizar su privilegiada posición para contribuir a mejorar el mundo, y se la retrataba como una mujer sencilla de valores tradicionales.
Le sorprendió descubrir que hasta los dieciséis años había vivido en un
suburbio con una madre con problemas con el alcohol y con los hombres. Los
servicios sociales habían tenido que atenderlas a menudo. En una fotografía se la veía de pequeña, con un bebé de cabello oscuro en los brazos. Parecían dos niñas
abandonadas.
_____ fue una madre para su hermana. La llevaba al colegio, cuidaba de ella.
Las circunstancias la obligaron, se citaba a una antigua vecina. Ella era la adulta y su madre, Cathy, la niña.
Harry se preguntó si la hermana pequeña habría muerto en el mismo accidente de tren que su madre, ya que no volvía a ser mencionada en el artículo. Era evidente que todos los que habían contribuido con alguna anécdota eran amigos de
____ pues se deshacían en elogios hacia ella. ¿La habría convertido aquella difícil
niñez en una mujer avariciosa? ¿Su madre y su abuela habrían hecho crecer en ella el deseo de venganza?
¿Por qué todo lo relacionado con _____ resultaba tan desconcertante? ¿Por
qué era una mezcla de contradicciones? Había estudiado tres años para ser jardinera.
Había una fotografía en la que, vestida como un espantapájaros, sonreía como la
mujer más feliz del mundo. Debía ser verdad que le gustaba mancharse de barro.
Harry no lograba identificar a aquella mujer con la que había posado ante la prensa con ropa provocativa y una sonrisa vacía. ¿Por qué había exigido el divorcio para, veinticuatro horas más tarde, reclamar la atención de los medios de comunicación más sensacionalistas?
Cuando finalmente le pasó el periódico, _____ lo miró con perplejidad y, en
cuanto vio la fotografía con Molly, sintió un nudo en la boca del estómago, que se
intensificó a medida que leía la detallada descripción que se hacía de su infancia. Que su madre fuera retratada con tanta crudeza la apesadumbró. Pero lo que más la horrorizó fue que se detallaran las circunstancias de su fallido romance con Aristide.
De todo ello, no podía culparse más que a sí misma por haber convocado a la prensa.
Era una dura lección, y tenía que asumirla.
—Tengo que resolver algunos asuntos antes de reunirme contigo en la isla —
dijo Harry cuando desembarcaron.
—¿Qué isla? —preguntó ____, sin mirarlo.
—Una isla que compré hace unos años.
Sin inmutarse, ____ comentó.
—Supongo que está rodeada de mar y que es muy privada.
—Ne… Sí.
—¡Qué bien! —dijo ____ con sarcasmo, imaginándose achicharrada por el sol, aislada del mundo, mientras Harry lo pasaba bien en otro sitio—. No te preocupes por mí. Aunque no vuelvas hasta que me haya convertido en una momia, seguro que estarás encantado de que me pongan en un rincón para decorar. Es mucho más cómodo que tener a una mujer viva a tu lado.
—¡Qué graciosa! —dijo Harry, cortante.
—Me has ignorado todo el viaje y ni siquiera me has dicho dónde íbamos.
—Estamos en medio de una crisis bursátil —farfulló Harry, como si eso explicara todo—. Mientras tú dormías, yo he estado trabajando.
_____ clavó una mirada centelleante en él.
—¿Y? —preguntó, retadora, al tiempo que docenas de flashes se disparaban al
otro lado de la barrera de seguridad que se había colocado para impedir que los
paparazzi se acercaran.
Desconcertado por una reacción a la que nunca se había viso expuesto porque
la excusa de tener que hacer dinero siempre había resultado objetivamente
incuestionable,Harry apretó los dientes.
—Sonríe a las cámaras —ordenó.
—Lo siento, me he quedado sin batería —replicó ______—. Además, no tengo
ningún motivo para sonreír.
—Tú tienes la culpa de que se haya montado este circo.
___ palideció al darse cuenta de que no le faltaba razón y se obligó a esbozar una sonrisa.
Ya en la limusina, Harry le dirigió una mirada de reprobación.
—Exijo que te comportes en público.
—Y yo, que tú lo hagas en privado —replicó _____, airada—. Me pediste que actuara como una esposa y eso es lo que estoy haciendo. Ninguna mujer recién
casada aceptaría recibir este tipo de trato en la que se supone que es su luna de miel.
Harry la desconcertó al dejar escapar una carcajada. _____ estaba loca,
pero le parecía irresistible. Y el recuerdo de su aterciopelado interior lo excitó al
instante. Cerró la mano sobre la de ella y la atrajo hacia sí.
—Si puedo volver esta noche, prometo atenderte —dijo con voz ronca y mirada
insinuante.
El enfado de _____ se vio espoleado por el desconcierto que le causó la reacción de Harry, y por la vergüenza de la promesa implícita en sus palabras.
—¡No me refería a eso! —dijo ruborizándose hasta la raíz del cabello—, ¡No
eres bienvenido en mi cama! No va a haber ni un solo error más.
Como respuesta, Harry la apretó contra su sólido y musculoso cuerpo y la
besó con voracidad. _____ sintió una oleada de calor reptar por su vientre y libró
una dura batalla con su propia reacción antes de que, al abrirse la puerta del coche, los dos se separaran de un salto.
—Luego seguimos, yineka mu —musitó él, bajándose delante de un alto edificio.
La puerta se cerró de nuevo y la limusina arrancó.
_____ sacudió la cabeza para librarse de la neblina que le envolvía la mente.
Ya no sabía si Harry se había decidido a interpretar el papel de marido o si sólo
pretendía provocarla.
En la selecta clínica privada, Harry fue recibido por el especialista con el que
tenía concertada una cita. Tranquilizado con las noticias que recibió sobre el estado de salud de su madre, tomó un ascensor privado para subir a su suite. La obsesión de su madre por guardar en secreto la enfermedad lo exasperaba. Pero adoraba a Virginia y estaba dispuesto a cumplir todos sus deseos.
Cuando le habían diagnosticado el cáncer, se había sentido destrozado, y la
tensión de mantener su preocupación oculta se había sumado a la depresión inicial
en la que se había sumido su madre y a su negativa a ser operada.
Aunque estaba exhausta tras el tratamiento, Virginia, una mujer delgada de casi
sesenta años, se esforzaba por mantener un buen aspecto. Pero su hijo notó al
instante que tenía los ojos enrojecidos; con el rabillo del ojo también vio la esquina
del periódico asomando por debajo de la colcha de la cama.
—Ya has leído el artículo sobre _____ —comentó.
—Ya sabes que recibo todos los periódicos.
—Y te ha disgustado.
Virginia esquivó su mirada.
—No. Lo que me ha entristecido han sido los recuerdos de pasado, aunque no
puedo negar que siento curiosidad por conocerla. Al fin y al cabo, su madre y yo
fuimos amigas durante mucho tiempo.
—Si me hubieras dejado decirle que estabas en el hospital, la habría traído a
visitarte —dijo él, aunque en realidad no estaba seguro de poder confiar en la actitud de _____ hacia su frágil madre. Después de todo, Virginia siempre sería para ella la mujer que sustituyó a Cathy Stewart en el corazón de Aristide.
—No pienso arruinar con mi enfermedad vuestras primeras semanas juntos —
dijo Virginia con determinación—. Sobre todo cuando tu mujer acaba de perder a su abuela. Ni siquiera sé qué haces aquí; deberías estar con tu esposa.
Harry la miró con dulzura.
—Hacía días que no te veía.
Virginia suspiró.
—Pero si estoy bien… Me alegré mucho cuando me dijiste que te habías casado.
Te juro que sólo titubeé unos segundos porque pensé que te habías casado con esa pobre chica sólo por hacerte con Madrigal Court.
Harry conservó la sonrisa con dificultad.
—¿Cómo se te ocurre algo así?
—Eres mi hijo y te quiero, pero sé que puedes ser muy cruel —replicó Virginia—. Pero también sé que sólo renunciarías a tu libertad por alguien muy especial, y que esa boda tan rápida y discreta es muy propia de ti. Por lo que he leído, _____ ha tenido una vida muy desgraciada.
—Pero no se regodea en ello. Es una mujer luminosa.
Harry eligió la palabra a conciencia, buscando la mejor descripción para la vivaracha y enérgica _____. Virginia lo observó con ansiedad.
—Voy a decirte algo que te puede molestar, pero si os divorciáis, me lo echaré
en cara. No debes enfadarte con _____ por haber concedido esa entrevista. Necesita tiempo y ayuda para acostumbrarse a nuestro mundo…
—Claro.
—Las mujeres te han malcriado, o mejor dicho, el poder te ha malcriado —dijo
la mujer con voz queda—. No has tenido que aprender a ceder. Quiero que tu
matrimonio dure. Necesito tener la tranquilidad de que tienes un hogar y una
familia.
Harry palideció. Si os divorciáis, me lo echaré en cara. Aquel comentario
combinado con la palabra «familia» los sacudió hasta la médula.
Aunque por respeto a su intimidad su madre no le hubiera dicho nada hasta
entonces, debía desear hacía tiempo que sentara la cabeza con una mujer. La
enfermedad le hacía pensar en un futuro que temía no llegar a ver. Era lógico que
quisiera tener un nieto. Y aunque él fuera un adulto curtido por un pasado de
violencia, traición y crueldad, Virginia siempre se preocuparía de su felicidad.
Emocionado, Harry fue hacia la ventana.
—Cuida de _____. No dejes que el trabajo te impida hacerlo —Virginia suspiró—. Ya está. Prometo no volver a hablar de esto.
Pero aunque pasó a preguntar por el estado de la casa en la que pasó su
infancia, Harry no salió de su perplejidad ante lo que acababa de decirle. Jamás
antes había interferido de aquella manera en su vida privada. Y un comportamiento
tan poco característico en ella le hizo preguntarse si no sabría algo sobre su
enfermedad que él desconocía. El tratamiento estaba surtiendo efecto, pero ¿acaso habría alguna razón por la que sospechara que la evolución de la enfermedad no sería buena?
La primera visión que _____ tuvo de la isla de Harry la dejó sin respiración; Kastros era maravillosa.
En uno de los extremos, había un colorido pueblo de pescadores, mientras que
la espléndida casa moderna de Lysander ocupaba el otro extremo, y se asomaba a una gloriosa bahía bordeada de pinos con una playa de arena blanca.
Al entrar fue recibida por el personal, que amablemente se ofreció a satisfacer
cualquiera de sus necesidades. En primer lugar, visitó la casa, que era espectacular en cuanto a tecnología, diseño y confort. En una terraza disfrutó del almuerzo, y el chef se acercó para saber si le había gustado.
Aunque no lo quisiera, _____ tuvo que admitir que estaba impresionada. Pero
a medida que avanzaron las horas y oscureció sin que Harry diera señales de
vida, un recorrido más detallado de su entorno hizo que matizara su opinión inicial.
El dormitorio principal era majestuoso. En el vestidor había una selección de
vestuario y ropa interior nueva de varias tallas; y en el cuarto de baño, encontró una
variada colección de cosméticos y perfumes. Poco a poco _____ fue llegando a la
conclusión que aquél era el paraíso al que Harry solía llevar a sus amantes.
Deslizó una mirada crítica por la gigantesca cama, los espejos que la rodeaban y
la tenue iluminación, y decidió que era una cámara diseñada para el placer adulto.
¡Así era como Harry se entretenía entre reuniones de trabajo! Con mucha
actividad sexual y mujeres que esperaban ser remuneradas por ocupar la cama de un millonario. El recuerdo del collar que le había dado la hizo estremecerse.
Para la medianoche, _____ se había instalado en un dormitorio de invitados
que se encontraba en el extremo opuesto de la casa. Tenía que marcar límites y
mantenerlos. Estaba decidida a que Harry le concediera el divorcio aunque para
ello tuviera que convertirse en una molestia permanente. Comportarse bien durante
las últimas horas no había servido de nada. Harry estaba acostumbrado a mujeres
dispuestas a plegarse a sus deseos y luego ser ignoradas. Debía haberse dedicado a protestar y a reclamar su atención, pero la idea de hacerlo delante de su personal la había desanimado.
Pensar que le estaba dejando llevar las riendas le repugnó. Después de
arrancarla de su casa y de su jardín, la dejaba sola en una isla privada en la que no
tenía ni ocupación ni compañía. Y entre tanto, ¿dónde estaba y qué estaba haciendo él? Puesto que había exigido que se comportaran como una pareja de recién casados, ¿por qué tenía que hacer ella todos los sacrificios?
A la mañana siguiente, cerca del mediodía, le anunciaron la inminente llegada
de Harry. El personal entró en acción. La actividad en la casa era febril. Allí
donde Harry iba, se ponía una alfombra roja para darle la bienvenida y todos se
afanaban en agradarle. _____ descubrió que tenía que mantenerse firme para
ignorar la presión de los demás para que actuara de la misma manera.
A Harry le enfadó que _____ no saliera a recibirlo, y se dio cuenta de que
tenía ideas muy claras de cómo debía comportarse una esposa. En el caso de _____, debía haberse mostrado ansiosa por verlo y, por tanto, ser la primera en querer darle la bienvenida. ¿Es que no sabía cómo contentar a un hombre? En la cama era evidente que no, pero en ese sentido, no tenía ningún problema en convertirse en su maestro.
El recuerdo de Virginia hizo que frunciera el ceño. Era cierto que, si no le decía
a _____ lo que esperaba de ella, quizá no llegara a descubrirlo por sí misma. Tal
vez lo mejor fuera expresarlo con claridad para que no diera lugar a malentendidos.
Marcar las directrices con nitidez despejaría las dudas.
—¿Dónde está mi esposa? —preguntó.
Harry se quedó atónito con la respuesta. Cuadró los hombros, se irguió a su
máxima e imponente altura y cruzó la casa hasta llegar a la puerta del dormitorio
correspondiente.
Un hombre malcriado por las mujeres o por el exceso de poder habría irrumpido en la habitación o habría alzado la voz. Pero él no era ese tipo de hombre, y para demostrárselo a sí mismo, llamó a la puerta.
Al otro lado, _____ se tensó y se preparó para una escena.
beccasvn
Re: Esposa Indomable (Harry Styles y tú) Adaptación Hot TERMINADA
síguela me encanto el capi síguela !!! ninguno de los dos quiere ceder pero ya los veré unos capis después síguela!!!
Deni rt
Re: Esposa Indomable (Harry Styles y tú) Adaptación Hot TERMINADA
Holaa!
un minuto y les traigo el siguiente capitulo!
espero que les guste y comenten.
besooos
un minuto y les traigo el siguiente capitulo!
espero que les guste y comenten.
besooos
beccasvn
Re: Esposa Indomable (Harry Styles y tú) Adaptación Hot TERMINADA
Capítulo 8 parte 1
—¿Si? —dijo ____ con frialdad al tiempo que la puerta se abría de par en par. Fue un verdadero reto controlar la reacción física que despertó en ella ver a Harry, pues en el instante en que posó los ojos en él una corriente eléctrica la recorrió de arriba abajo.
Harry la observó a través de sus pobladas pestañas mientras esbozaba una
sonrisa apreciativa. Aunque no hubiera acudido a la puerta, tuvo la seguridad de que lo estaba esperando. La tensión era tan palpable en sus delicadas facciones, que el enfado de Harry se evaporó súbitamente. En dos zancadas fue hasta ella y la tomó en brazos.
—Sia diavolo… ¡Creía que no llegaba nunca, yineka mu!
—¡Harry! —_____ dio un gritito cuando lo que pretendía era responder con desdeñosa frialdad.
—No te he saboreado desde anteayer —musitó él contra sus labios. Y, apretándola contra sí, salió con ella de la habitación—. Para un hombre de mi apetito sexual, eso es mucho tiempo, hará mu.
Su voz grave y sensual recorrió la piel de _____ como una caricia.
—Bájame —protestó débilmente.
—Sé que no es eso lo que quieres, y menos ahora que me tienes todo para ti. No
volveré a ignorarte, lo prometo —dijo él, mordisqueándole el labio inferior y
aprovechando su suspiro de sorpresa para meter la lengua en el interior de su boca.
A pesar de que se había prometido resistirse, _____ hundió los dedos en su
negro cabello mecánicamente. El uso su lengua para excitarla y _____ se estremeció de placer. Intentó pensar, razonar, pero sólo fue consciente de que Harry la dejaba sobre una superficie blanda. El corazón le latía como si fuera a estallarle. Harry le quitó la camiseta de algodón y con la misma destreza le retiró el sujetador de encaje que cubría sus senos. Desconcertada por la velocidad a la que estaba actuando, y por la violencia con la que su cuerpo respondía, _____ se quedó paralizada. Aunque su mente no funcionara, sentir su piel desnuda expuesta a las caricias de Harry hizo que sonaran alarmas en su interior y se llevó las manos al pecho para protegerse.
—No debería… —balbuceó.
—Pero yo sí —dijo Harry con arrogancia, al tiempo que agachaba la cabeza para apoderarse de su boca con una provocativa lentitud.
El deseo que _____ había intentado controlar estalló como un impulso incontenible cuando sintió la tensión acumularse en el centro húmedo y caliente de su cuerpo.
—Haz eso de nuevo —se oyó decir.
Y Harry lo hizo. En algún lugar de su mente, ______ registró un aroma que le resultaba familiar. Su sentido común y su razón intentaron abrirse camino través
de la neblina en la que la envolvían las sensaciones para ayudarla a descubrir qué era lo que no encajaba.
Harry la ayudó a incorporarse para que apoyara la espalda en las almohadas. Con expresión hambrienta admiró la sus senos.
—Maravillosa —ronroneó, rozando con el pulgar sus endurecidos pezones.
_____ cerró los ojos con fuerza cuando él se inclinó para atrapar entre sus dientes sus rosados pezones. Pero en el mismo instante en que su cuerpo experimentaba una explosión de placer, reconoció el misterioso olor que se había filtrado por los recodos de su memoria y supo qué era lo que la perturbaba. No se trataba de la colonia de un hombre, sino del perfume de una mujer.
—Has estado con otra… —dijo, sintiendo náuseas ante aquella obvia deducción.
Harry alzó la cabeza y la miró desconcertado.
—¿Qué has dicho?
_____ se bajó la camiseta torpemente y se levantó de la cama. Sentía la piel fría y pegajosa. ¿Cómo podía haber sido tan estúpida?
—¿Qué sucede? —Harry la estudiaba en tensión.
_____ se cruzó de brazos para que Harry no pudiera ver que temblaba.
Las piernas apenas podían sostenerla. Se sentía traicionada y estúpida.
—Por eso te quedaste anoche en Atenas. Estabas con otra mujer.
Harry se quedó paralizado. No tenía ni idea de cómo había llegado a esa conclusión ni tenía la menor intención de averiguarlo. Tenía la política de no dar
nunca explicaciones o de negar acusaciones de ese tipo. No participaba en escenas de celos. No intervenía en pataletas. Y no pensaba cambiar de actitud.
—¡No te atrevas a mirarme como si me hubiera vuelto loca! —exclamó _____,
sintiendo que su ira se acrecentaba ante la ausencia de reacción por parte de
Harry.
—¿Qué quieres que haga? —preguntó él con una irritante calma—. Estamos
haciendo el amor y de pronto empiezas una pelea.
—¡No tienes la menor sensibilidad! —exclamó ella, fuera de sí.
—Pero tú tienes tanta que es bastante para los dos, glikia mu —dijo él con
sarcasmo.
Su tono fue como una bofetada para ____. ¿Cómo podía haberse acostado
con un hombre capaz de tratarla de aquella manera? Había prestado oídos sordos a su conciencia, había dado la espalda a sus principios para sucumbir a la tentación que Harry le ofrecía. Y si no podía resistirse a él, ¿en qué se diferenciaba de las mujeres que se dejaban tentar por su riqueza?
—Tu chaqueta huele a perfume de mujer —dijo con firmeza. Estaba proporcionándole una última oportunidad para que se explicara, a pesar de que no
creía que la mereciera y de que, conscientemente, no había pensado dársela.
Con su hermosa cabeza alzada en un majestuoso ángulo y una mirada de acero,
Harry se encogió de hombros con insolencia.
—Yo no admito escenas como ésta.
Encendida y desesperada por no oírle decir que sus sospechas eran completamente injustificadas, _____ alzó la voz.
—¿Que no admites…?
—Tampoco admito que me griten —dijo Harry con frialdad.
—Si crees que esto es gritar, no conoces el significado de ese verbo —dijo
_____, con la cabeza alta, mirándolo con ojos centelleantes—. ¿Estuviste anoche
con alguien? Tengo derecho a saberlo.
Harry sonrió con desdén.
—Tú no tienes derecho a nada.
_____ apretó los puños con fuerza.
—Claro que lo tengo. Estamos casados. Si tú hubieras accedido a mantener la
relación a un nivel platónico, no tendría derecho a preguntarte. Pero no quisiste
aceptar ese acuerdo —le recordó con rabia—. No puedes pretender que esto sea un matrimonio de verdad sólo para lo que te conviene.
—No tengo nada que decir.
_____ ya no pudo más. Tomó la botella de agua que había en la mesilla y se la
tiró. Ni siquiera lo pensó. Instintivamente la asió y la lanzó con todas sus fuerzas.
Harry la esquivó y el cristal se hizo añicos contra la pared, salpicando agua en
todas direcciones.
—Necesito una ducha —comentó él, impertérrito—. Para cuando salga, espero
que te hayas calmado, yineka mu.
—Ni lo sueñes —le advirtió _____, temblando de rabia.
En el tenso silencio que siguió, Harry se quitó la chaqueta y la dejó en la cama. _____ le había sacado de sus casillas. ¿Cómo se atrevía a hacer aquella escena y a tirarle cosas? De no haber estado casados, se habría deshecho de ella en
aquel mismo instante, aunque antes la habría obligado a disculparse. O mejor, antes habría conseguido que le suplicara que le hiciera el amor.
—Este dormitorio explica lo que sientes por las mujeres —dijo _____ con
desdén—. Nos utilizas y nos desprecias.
Harry se volvió hacia ella con una mirada fulminante.
—¿Qué quieres decir con eso?
—Imagino que la ropa de los armarios es el pago por sus servicios —dijo
_____—. No tratas a las mujeres como iguales. Las mantienes a distancia. Prefieres comprar el sexo o ¿prefieres que diga que las recompensas con regalos caros?
—Se espera de los ricos que seamos generosos. Me gusta agasajar a mis
huéspedes. No pienso disculparme por ello.
_____ apretó los labios.
—Yo no…
—Ten cuidado con lo que dices de mis parejas de cama puesto que tú eres una
de ellas y me has costado mucho más que la media —dijo él con desdén.
Ni siquiera intentó disimular su desprecio. _____ se quedó paralizada, consciente de que había una parte de verdad en aquella réplica. El enfado la hizo enrojecer. Sabía bien que se había puesto a merced de Harry desde el momento en que le había dejado pagar las deudas de Madrigal Court, iniciar las reparaciones y comprarle ropa y joyas.
—Pero yo nunca había tenido el menor interés en conocerte, y aún menos en
casarme contigo o en quedar aislada en tu estúpida isla —dijo, entre dientes,
haciendo un esfuerzo sobrehumano por mantener el control y contener las
lágrimas—. Me has alejado de mi casa, de Haddock, de mi jardín…
—Sacarme todo el dinero del que has sido capaz exige algunos sacrificios por tu
parte —dejó caer Harry con heladora calma.
Obligada a rememorar las palabras airadas que le había dirigido el día de su
boda, _____ confirmó que Harry devolvía los golpes con fuerza y que acababa
de lanzarle uno a la boca del estómago.
La puerta del cuarto de baño se cerró. _____ corrió a tomar la chaqueta de Harry y a olfatearla. El olor a un conocido perfume era inconfundible y sólo podía
haberse impregnado de él por contacto.
_____ se estremeció. Harry podía hacer el amor con dos mujeres en un
mismo día sin ninguna dificultad. Según Pamela, su libido era legendaria. Cerró los
ojos con fuerza. Había mantenido relaciones con otra mujer e imaginar su cuerpo
desnudo entrelazado con el de una morena espectacular era más de lo que podía
soportar. De hecho, sintió náuseas y tuvo que sentarse con la cabeza inclinada hacia delante para combatir el malestar. Si era culpable, era lógico que Harry no
quisiera responder a sus preguntas o que no se inventara alguna excusa. El
consideraba que podía actuar a su antojo.
¿Por qué entonces ella se sentía como si la hubiera apuñalado? ¿Por qué
temblaba como si acabara de sufrir un accidente? Después de todo, Harry se
comportaba tal y como cualquier mujer en su sano juicio habría esperado. Los
Styles no creían en la fidelidad. Ella lo sabía bien. A Aristide Styles nunca le
había bastado con una sola mujer, y convivir con ese modelo desde la infancia debía haber marcado a su hijo.
Se obligó a ponerse en pie. No tenía sentido perderse en sus reflexiones y
analizar unas emociones que sólo la conducían a la parálisis. Estaba tan furiosa con él que temblaba como una hoja. Y supo que tenía que romper las ataduras porque no podía consentir que Harry la destrozara. No comprendía por qué el dinero había adquirido tanta importancia como para hacerla actuar en contra de sus principios.
En el dormitorio que había ocupado la noche anterior, sacó una bolsa de viaje y
metió ella las escasas prendas que le pertenecían y descartando la ropa que Harry
le había comprado. No quería nada que tuviera que ver con él.
—Kyria Styles —Stamitos, el jefe de seguridad de Harry se cruzó con ella
en el vestíbulo—. ¿En qué puedo ayudarla?
—Quiero ir al pueblo. Conduciré yo misma.
Stamitos vaciló una fracción de segundo antes de ofrecerse a llevarle la bolsa y
mostrarle personalmente la colección de coches que se guardaban en el garaje.
_____ estaba ansiosa por partir antes de que Harry notara su ausencia.
Preguntó si había un servicio de barco hacia alguna otra isla. El hombre le informó de que habría uno a primera hora de la mañana.
____ eligió un modelo deportivo negro, dejó la bolsa en el asiento del pasajero y alargó la mano para pedir las llaves.
—Deje que conduzca yo, kyria —sugirió Stamitos con cara de preocupación—.
Es un coche muy rápido.
—Prefiero conducir yo misma —_____ se montó, se puso el cinturón y
arrancó marcha atrás como si fuera a correr un rally.
El sol calentaba con fuerza. El coche discurría por una carretera limitada a un
lado por exuberantes bosques y al otro, por el mar, en el que se reflejaban los rayos
del sol. Pasaría la noche en el pueblo.
Estaba calculando si tendría dinero suficiente para alquilar una habitación
cuando, al doblar una curva, tuvo que pisar el freno a fondo para esquivar un rebaño de cabras. Las ruedas traseras derraparon y el coche se desplazó lateralmente hacia un árbol contra el que chocó antes de detenerse. El corazón de _____ latía como si acabara de correr una maratón. Temblorosa, pero ilesa, bajó para ver el daño que había sufrido el coche y dejó escapar un gruñido. Estaba abollado y lleno de arañazos; pero tras su desolación inicial, _____ decidió que Harry se lo merecía.
Y puesto que a las cabras no les había pasado nada, se dijo, al menos le había evitado un enfrentamiento con uno de sus vecinos. A lo largo de su vida _____ había sido capaz de salir de todos los contratiempos aplicando su pensamiento positivo y no comprendía por qué había dejado de hacerlo en el momento en que conoció a Harry.
Entró en el pueblo y aparcó en el puerto, delante de una taberna en la que había
un cartel que anunciaba alojamiento. Un grupo de hombres jugaba al dominó bajo la sombra de un gran nogal. Cuando entró en el bar y pidió una habitación, se hizo el silencio. Un camarero se fijó en el coche y gritó algo. Todo el mundo debía saber que pertenecía a Harry, y _____ asumió que comentaba algo sobre las abolladuras, incluyendo alguna broma sobre la manera de conducir de las mujeres. A lo que dijo el camarero le siguieron silbidos y expresiones de sorpresa. _____ sentía que le ardían las mejillas y lamentó no haber dejado el coche en la carretera.
Una mujer de aspecto maternal que estaba tras la barra le preguntó si se
encontraba bien y le ofreció una taza de té. Fue un alivio para _____ que la
acompañara a una encantadora habitación con una cama de hierro y cortinas de color pálido que una suave brisa alborotaba. Como estaba acalorada, decidió darse una ducha.
—¿Si? —dijo ____ con frialdad al tiempo que la puerta se abría de par en par. Fue un verdadero reto controlar la reacción física que despertó en ella ver a Harry, pues en el instante en que posó los ojos en él una corriente eléctrica la recorrió de arriba abajo.
Harry la observó a través de sus pobladas pestañas mientras esbozaba una
sonrisa apreciativa. Aunque no hubiera acudido a la puerta, tuvo la seguridad de que lo estaba esperando. La tensión era tan palpable en sus delicadas facciones, que el enfado de Harry se evaporó súbitamente. En dos zancadas fue hasta ella y la tomó en brazos.
—Sia diavolo… ¡Creía que no llegaba nunca, yineka mu!
—¡Harry! —_____ dio un gritito cuando lo que pretendía era responder con desdeñosa frialdad.
—No te he saboreado desde anteayer —musitó él contra sus labios. Y, apretándola contra sí, salió con ella de la habitación—. Para un hombre de mi apetito sexual, eso es mucho tiempo, hará mu.
Su voz grave y sensual recorrió la piel de _____ como una caricia.
—Bájame —protestó débilmente.
—Sé que no es eso lo que quieres, y menos ahora que me tienes todo para ti. No
volveré a ignorarte, lo prometo —dijo él, mordisqueándole el labio inferior y
aprovechando su suspiro de sorpresa para meter la lengua en el interior de su boca.
A pesar de que se había prometido resistirse, _____ hundió los dedos en su
negro cabello mecánicamente. El uso su lengua para excitarla y _____ se estremeció de placer. Intentó pensar, razonar, pero sólo fue consciente de que Harry la dejaba sobre una superficie blanda. El corazón le latía como si fuera a estallarle. Harry le quitó la camiseta de algodón y con la misma destreza le retiró el sujetador de encaje que cubría sus senos. Desconcertada por la velocidad a la que estaba actuando, y por la violencia con la que su cuerpo respondía, _____ se quedó paralizada. Aunque su mente no funcionara, sentir su piel desnuda expuesta a las caricias de Harry hizo que sonaran alarmas en su interior y se llevó las manos al pecho para protegerse.
—No debería… —balbuceó.
—Pero yo sí —dijo Harry con arrogancia, al tiempo que agachaba la cabeza para apoderarse de su boca con una provocativa lentitud.
El deseo que _____ había intentado controlar estalló como un impulso incontenible cuando sintió la tensión acumularse en el centro húmedo y caliente de su cuerpo.
—Haz eso de nuevo —se oyó decir.
Y Harry lo hizo. En algún lugar de su mente, ______ registró un aroma que le resultaba familiar. Su sentido común y su razón intentaron abrirse camino través
de la neblina en la que la envolvían las sensaciones para ayudarla a descubrir qué era lo que no encajaba.
Harry la ayudó a incorporarse para que apoyara la espalda en las almohadas. Con expresión hambrienta admiró la sus senos.
—Maravillosa —ronroneó, rozando con el pulgar sus endurecidos pezones.
_____ cerró los ojos con fuerza cuando él se inclinó para atrapar entre sus dientes sus rosados pezones. Pero en el mismo instante en que su cuerpo experimentaba una explosión de placer, reconoció el misterioso olor que se había filtrado por los recodos de su memoria y supo qué era lo que la perturbaba. No se trataba de la colonia de un hombre, sino del perfume de una mujer.
—Has estado con otra… —dijo, sintiendo náuseas ante aquella obvia deducción.
Harry alzó la cabeza y la miró desconcertado.
—¿Qué has dicho?
_____ se bajó la camiseta torpemente y se levantó de la cama. Sentía la piel fría y pegajosa. ¿Cómo podía haber sido tan estúpida?
—¿Qué sucede? —Harry la estudiaba en tensión.
_____ se cruzó de brazos para que Harry no pudiera ver que temblaba.
Las piernas apenas podían sostenerla. Se sentía traicionada y estúpida.
—Por eso te quedaste anoche en Atenas. Estabas con otra mujer.
Harry se quedó paralizado. No tenía ni idea de cómo había llegado a esa conclusión ni tenía la menor intención de averiguarlo. Tenía la política de no dar
nunca explicaciones o de negar acusaciones de ese tipo. No participaba en escenas de celos. No intervenía en pataletas. Y no pensaba cambiar de actitud.
—¡No te atrevas a mirarme como si me hubiera vuelto loca! —exclamó _____,
sintiendo que su ira se acrecentaba ante la ausencia de reacción por parte de
Harry.
—¿Qué quieres que haga? —preguntó él con una irritante calma—. Estamos
haciendo el amor y de pronto empiezas una pelea.
—¡No tienes la menor sensibilidad! —exclamó ella, fuera de sí.
—Pero tú tienes tanta que es bastante para los dos, glikia mu —dijo él con
sarcasmo.
Su tono fue como una bofetada para ____. ¿Cómo podía haberse acostado
con un hombre capaz de tratarla de aquella manera? Había prestado oídos sordos a su conciencia, había dado la espalda a sus principios para sucumbir a la tentación que Harry le ofrecía. Y si no podía resistirse a él, ¿en qué se diferenciaba de las mujeres que se dejaban tentar por su riqueza?
—Tu chaqueta huele a perfume de mujer —dijo con firmeza. Estaba proporcionándole una última oportunidad para que se explicara, a pesar de que no
creía que la mereciera y de que, conscientemente, no había pensado dársela.
Con su hermosa cabeza alzada en un majestuoso ángulo y una mirada de acero,
Harry se encogió de hombros con insolencia.
—Yo no admito escenas como ésta.
Encendida y desesperada por no oírle decir que sus sospechas eran completamente injustificadas, _____ alzó la voz.
—¿Que no admites…?
—Tampoco admito que me griten —dijo Harry con frialdad.
—Si crees que esto es gritar, no conoces el significado de ese verbo —dijo
_____, con la cabeza alta, mirándolo con ojos centelleantes—. ¿Estuviste anoche
con alguien? Tengo derecho a saberlo.
Harry sonrió con desdén.
—Tú no tienes derecho a nada.
_____ apretó los puños con fuerza.
—Claro que lo tengo. Estamos casados. Si tú hubieras accedido a mantener la
relación a un nivel platónico, no tendría derecho a preguntarte. Pero no quisiste
aceptar ese acuerdo —le recordó con rabia—. No puedes pretender que esto sea un matrimonio de verdad sólo para lo que te conviene.
—No tengo nada que decir.
_____ ya no pudo más. Tomó la botella de agua que había en la mesilla y se la
tiró. Ni siquiera lo pensó. Instintivamente la asió y la lanzó con todas sus fuerzas.
Harry la esquivó y el cristal se hizo añicos contra la pared, salpicando agua en
todas direcciones.
—Necesito una ducha —comentó él, impertérrito—. Para cuando salga, espero
que te hayas calmado, yineka mu.
—Ni lo sueñes —le advirtió _____, temblando de rabia.
En el tenso silencio que siguió, Harry se quitó la chaqueta y la dejó en la cama. _____ le había sacado de sus casillas. ¿Cómo se atrevía a hacer aquella escena y a tirarle cosas? De no haber estado casados, se habría deshecho de ella en
aquel mismo instante, aunque antes la habría obligado a disculparse. O mejor, antes habría conseguido que le suplicara que le hiciera el amor.
—Este dormitorio explica lo que sientes por las mujeres —dijo _____ con
desdén—. Nos utilizas y nos desprecias.
Harry se volvió hacia ella con una mirada fulminante.
—¿Qué quieres decir con eso?
—Imagino que la ropa de los armarios es el pago por sus servicios —dijo
_____—. No tratas a las mujeres como iguales. Las mantienes a distancia. Prefieres comprar el sexo o ¿prefieres que diga que las recompensas con regalos caros?
—Se espera de los ricos que seamos generosos. Me gusta agasajar a mis
huéspedes. No pienso disculparme por ello.
_____ apretó los labios.
—Yo no…
—Ten cuidado con lo que dices de mis parejas de cama puesto que tú eres una
de ellas y me has costado mucho más que la media —dijo él con desdén.
Ni siquiera intentó disimular su desprecio. _____ se quedó paralizada, consciente de que había una parte de verdad en aquella réplica. El enfado la hizo enrojecer. Sabía bien que se había puesto a merced de Harry desde el momento en que le había dejado pagar las deudas de Madrigal Court, iniciar las reparaciones y comprarle ropa y joyas.
—Pero yo nunca había tenido el menor interés en conocerte, y aún menos en
casarme contigo o en quedar aislada en tu estúpida isla —dijo, entre dientes,
haciendo un esfuerzo sobrehumano por mantener el control y contener las
lágrimas—. Me has alejado de mi casa, de Haddock, de mi jardín…
—Sacarme todo el dinero del que has sido capaz exige algunos sacrificios por tu
parte —dejó caer Harry con heladora calma.
Obligada a rememorar las palabras airadas que le había dirigido el día de su
boda, _____ confirmó que Harry devolvía los golpes con fuerza y que acababa
de lanzarle uno a la boca del estómago.
La puerta del cuarto de baño se cerró. _____ corrió a tomar la chaqueta de Harry y a olfatearla. El olor a un conocido perfume era inconfundible y sólo podía
haberse impregnado de él por contacto.
_____ se estremeció. Harry podía hacer el amor con dos mujeres en un
mismo día sin ninguna dificultad. Según Pamela, su libido era legendaria. Cerró los
ojos con fuerza. Había mantenido relaciones con otra mujer e imaginar su cuerpo
desnudo entrelazado con el de una morena espectacular era más de lo que podía
soportar. De hecho, sintió náuseas y tuvo que sentarse con la cabeza inclinada hacia delante para combatir el malestar. Si era culpable, era lógico que Harry no
quisiera responder a sus preguntas o que no se inventara alguna excusa. El
consideraba que podía actuar a su antojo.
¿Por qué entonces ella se sentía como si la hubiera apuñalado? ¿Por qué
temblaba como si acabara de sufrir un accidente? Después de todo, Harry se
comportaba tal y como cualquier mujer en su sano juicio habría esperado. Los
Styles no creían en la fidelidad. Ella lo sabía bien. A Aristide Styles nunca le
había bastado con una sola mujer, y convivir con ese modelo desde la infancia debía haber marcado a su hijo.
Se obligó a ponerse en pie. No tenía sentido perderse en sus reflexiones y
analizar unas emociones que sólo la conducían a la parálisis. Estaba tan furiosa con él que temblaba como una hoja. Y supo que tenía que romper las ataduras porque no podía consentir que Harry la destrozara. No comprendía por qué el dinero había adquirido tanta importancia como para hacerla actuar en contra de sus principios.
En el dormitorio que había ocupado la noche anterior, sacó una bolsa de viaje y
metió ella las escasas prendas que le pertenecían y descartando la ropa que Harry
le había comprado. No quería nada que tuviera que ver con él.
—Kyria Styles —Stamitos, el jefe de seguridad de Harry se cruzó con ella
en el vestíbulo—. ¿En qué puedo ayudarla?
—Quiero ir al pueblo. Conduciré yo misma.
Stamitos vaciló una fracción de segundo antes de ofrecerse a llevarle la bolsa y
mostrarle personalmente la colección de coches que se guardaban en el garaje.
_____ estaba ansiosa por partir antes de que Harry notara su ausencia.
Preguntó si había un servicio de barco hacia alguna otra isla. El hombre le informó de que habría uno a primera hora de la mañana.
____ eligió un modelo deportivo negro, dejó la bolsa en el asiento del pasajero y alargó la mano para pedir las llaves.
—Deje que conduzca yo, kyria —sugirió Stamitos con cara de preocupación—.
Es un coche muy rápido.
—Prefiero conducir yo misma —_____ se montó, se puso el cinturón y
arrancó marcha atrás como si fuera a correr un rally.
El sol calentaba con fuerza. El coche discurría por una carretera limitada a un
lado por exuberantes bosques y al otro, por el mar, en el que se reflejaban los rayos
del sol. Pasaría la noche en el pueblo.
Estaba calculando si tendría dinero suficiente para alquilar una habitación
cuando, al doblar una curva, tuvo que pisar el freno a fondo para esquivar un rebaño de cabras. Las ruedas traseras derraparon y el coche se desplazó lateralmente hacia un árbol contra el que chocó antes de detenerse. El corazón de _____ latía como si acabara de correr una maratón. Temblorosa, pero ilesa, bajó para ver el daño que había sufrido el coche y dejó escapar un gruñido. Estaba abollado y lleno de arañazos; pero tras su desolación inicial, _____ decidió que Harry se lo merecía.
Y puesto que a las cabras no les había pasado nada, se dijo, al menos le había evitado un enfrentamiento con uno de sus vecinos. A lo largo de su vida _____ había sido capaz de salir de todos los contratiempos aplicando su pensamiento positivo y no comprendía por qué había dejado de hacerlo en el momento en que conoció a Harry.
Entró en el pueblo y aparcó en el puerto, delante de una taberna en la que había
un cartel que anunciaba alojamiento. Un grupo de hombres jugaba al dominó bajo la sombra de un gran nogal. Cuando entró en el bar y pidió una habitación, se hizo el silencio. Un camarero se fijó en el coche y gritó algo. Todo el mundo debía saber que pertenecía a Harry, y _____ asumió que comentaba algo sobre las abolladuras, incluyendo alguna broma sobre la manera de conducir de las mujeres. A lo que dijo el camarero le siguieron silbidos y expresiones de sorpresa. _____ sentía que le ardían las mejillas y lamentó no haber dejado el coche en la carretera.
Una mujer de aspecto maternal que estaba tras la barra le preguntó si se
encontraba bien y le ofreció una taza de té. Fue un alivio para _____ que la
acompañara a una encantadora habitación con una cama de hierro y cortinas de color pálido que una suave brisa alborotaba. Como estaba acalorada, decidió darse una ducha.
beccasvn
Re: Esposa Indomable (Harry Styles y tú) Adaptación Hot TERMINADA
hola me encanto el capitulo!! Siguela porfavor
Lizeth Styles
Re: Esposa Indomable (Harry Styles y tú) Adaptación Hot TERMINADA
esta increíble tienes que seguirla muy pronto
waditha
Página 4 de 6. • 1, 2, 3, 4, 5, 6
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