Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
TRAVESURAS NOCTURNAS HARRY Y TU HOT
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 2 de 3. • Comparte
Página 2 de 3. • 1, 2, 3
Re: TRAVESURAS NOCTURNAS HARRY Y TU HOT
alto ella estava embarazada oh por dios siguela besos
tortugitastyles
Re: TRAVESURAS NOCTURNAS HARRY Y TU HOT
alto ella estava embarazada oh por dios siguela besos
tortugitastyles
Re: TRAVESURAS NOCTURNAS HARRY Y TU HOT
CAPITULO 1 PARTE 3
La primera reacción había sido de furia, de resentimiento. Él estaba de fiesta, disfrutando de la vida, de sus mujeres y los lascivos jueguitos sexuales que él y sus primos practicaban y ella estaba embarazada. Pero en unos días esa furia se había calmado. El saber que ella siempre tendría una parte de él había consumido su joven mente y su corazón. El corazón que le había entregado a Harry en una seductora noche de verano. Y la felicidad había aumentado, llenándola, brillando en su interior. Hasta tres meses desde el día después que la había tomado. El día en que había perdido el niño al que amaba tanto. Había abandonado la clínica a la que le había traído Liam, empaquetado sus cosas y abandonado Virginia con unos amigos que habían estado de visita esa semana. Y aquí estaba, ocho años después, con los dedos clavados en la piel del sillón de su camioneta, temblando, aterrorizada mientras el sonido del tiroteo por fin se calmó y en su lugar los gritos de órdenes llenaron la noche. De repente, las implicaciones de su muy precaria posición le golpearon en la mente. Obviamente estaba en la escena de algún tipo de redada. ¿No era así como lo había llamado? ¿Una redada? ¿Una emboscada? Y ella había estado justo en el centro de eso. Lo cual significaba que estaba en el mismísimo centro de toda sospecha. JODIDA Y SIN REMEDIO. Eso es en lo que se había convertido toda esa jodida noche. Jodida y sin remedio, y era todo culpa de él. Él miraba fijamente la extensión en sombras del parking del almacén, las cejas bajadas, tratando de encontrarle sentido a lo que había hecho y por qué. El por qué de eso más que ninguna otra cosa. ¿Qué había irrumpido a través de los resistentes entrenamientos y creencias en lo que estaba haciendo, lo suficiente para sacar a ________(T.N) del almacén y esconderla? ¿Qué le había hecho poner en peligro de esta forma su propia alma por una mujer? Sin embargo no cualquier mujer: _____(T.N). La mujer que había invadido sus sueños durante más tiempo de lo que quería admitir. La mujer que había, en cierta forma, logrado colarse en su alma antes de que abandonara Somerset ocho años atrás. Y el por qué de eso no tenía explicación. Así como los sueños con ella que lo habían atormentado durante años tampoco tenían sentido.
—Saqué de aquí su Rodeo(AUTO)—dijo Zayn, acercándose sigilosamente a Harry mientras permanecía protegiendo la entrada del almacén—. Aparcó fuera del ámbito de las cámaras, y tenía la cabeza gacha cuando pasó por la entrada. Con algo de suerte, podremos cubrir su identidad. Harry miró a su primo y mejor amigo por el rabillo del ojo. Estaba medio tentado de culpar a su primo por cada segundo de esta locura. Después de la ambigua advertencia que le había dado, Harry se había desplazado para encontrar a quien asumían era la vendedora que había entrado en el almacén. Ella era lo único inexplicable por ahora. Harry se había movido para interceptarla antes que el resto del equipo y había reaccionado antes de pensar. Si se hubiera parado a pensar, ella ahora estaría echada en el suelo del almacén con el resto de los bastardos que habían arrestado en la emboscada. Tenían a los compradores, a los vendedores, cuatro misiles experimentales perdidos y sus chips de orientación. Era un magnífico botín para la investigación. Excepto por el hecho que la mujer que había planeado y organizado el trato no se presentó. Eso, o ella estaba escondida en el asiento trasero de la camioneta de Harry.
—Recuérdame por qué cubrimos su identidad —preguntó Harry en voz baja, recorriendo con la mirada al resto del equipo combinado de ATF y Seguridad Nacional. Mierda, él sabía por qué, pero maldita sea si quería admitirlo. Esto no era algo que ______(T.N) haría. Sabía que no. Al menos, no era algo que haría la ______(T.N) que él había conocido. —¿Por qué no está involucrada? —Zayn aventuró una respuesta burlona. —Estaba allí —señaló Harry, así como ignoró el fuerte destello mental negando que _____(T.N) podría estar de alguna forma involucrada en esto. —Ajá. —Asintió Zayn—. De lo cual te advertí yo. Tú fuiste el que la sacaste como un lobo protegiendo a su compañera, no yo, primo. Sólo te cubrí las espaldas. Este es mi trabajo. ¿Lo recuerdas?
Como un lobo protegiendo a su compañera. O un perro protegiendo un hueso, pensó sarcásticamente.
Le había echado un vistazo, y algo dentro de él había estallado en la conciencia. Sabía condenadamente bien qué habría ocurrido si no la sacaba de allí. Sí la hubieran atrapado con los otros, con la descripción que tenían de la mujer sospechosa, no habría escapado del arresto y el consiguiente encarcelamiento, estuviera involucrada o no. Y por qué eso debería importarle, no podía entenderlo. —Ella no está involucrada. —Zayn acunó el rifle en sus brazos como un amante mientras contemplaba a Harry —. Esa no es _______(T.N), Harry. Quizás no. Pero de todas formas, quizás sí y simplemente no lo veía por la lujuria. Harry apretó los labios y contempló el caos organizado dentro del ahora bien iluminado almacén. Era un hijo de puta paranoico. No confiaba en nadie excepto el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y la última vez que lo comprobó, ______(T.N) no estaba incluida en la Trinidad. Ahora estaba arriesgando su propia reputación para protegerla. No sólo por la advertencia de Zayn sino que sus propias emociones habían interferido en el trabajo por primera vez en ocho años. Y mientras estaba allí de pie, observando los arrestos, la recuperación de los misiles y los chips, y sintiendo la sensación de triunfo que irradiaba el equipo, él se sentía desvinculado. Estaba impaciente. Ansioso por solucionarlo, porque su mente estaba hirviendo, filtrando todas las posibilidades. Era posible que _______(T.N) no estuviera implicada. Y si no lo estaba, entonces era posible que por primera vez desde su regreso un año antes, tuviera algo contra ella. No podía darse la vuelta y huir, como solía hacerlo cada vez que él se acercaba. Oh no. Ya no. Entrecerró los ojos, y sus labios se curvaron con una sonrisa de anticipación. Había vivido bajo los instintos durante demasiado tiempo para descartarlo, y el instinto le otorgaba el beneficio de la duda. Pero todavía formaba parte de la ATF y ella estaba en la escena de una compra de armas. También encajaba en la breve descripción de la única mujer del grupo de ladrones que habían robado las armas e intentado venderlas. Iba a tener que vigilarla. Muy de cerca. —Oh mierda, odio esa sonrisa —gruñó de repente Zayn a su lado—. ¿Harry, que demonios estás tramando? Harry miró por encima de él, alzando las cejas con inocencia fingida.
La primera reacción había sido de furia, de resentimiento. Él estaba de fiesta, disfrutando de la vida, de sus mujeres y los lascivos jueguitos sexuales que él y sus primos practicaban y ella estaba embarazada. Pero en unos días esa furia se había calmado. El saber que ella siempre tendría una parte de él había consumido su joven mente y su corazón. El corazón que le había entregado a Harry en una seductora noche de verano. Y la felicidad había aumentado, llenándola, brillando en su interior. Hasta tres meses desde el día después que la había tomado. El día en que había perdido el niño al que amaba tanto. Había abandonado la clínica a la que le había traído Liam, empaquetado sus cosas y abandonado Virginia con unos amigos que habían estado de visita esa semana. Y aquí estaba, ocho años después, con los dedos clavados en la piel del sillón de su camioneta, temblando, aterrorizada mientras el sonido del tiroteo por fin se calmó y en su lugar los gritos de órdenes llenaron la noche. De repente, las implicaciones de su muy precaria posición le golpearon en la mente. Obviamente estaba en la escena de algún tipo de redada. ¿No era así como lo había llamado? ¿Una redada? ¿Una emboscada? Y ella había estado justo en el centro de eso. Lo cual significaba que estaba en el mismísimo centro de toda sospecha. JODIDA Y SIN REMEDIO. Eso es en lo que se había convertido toda esa jodida noche. Jodida y sin remedio, y era todo culpa de él. Él miraba fijamente la extensión en sombras del parking del almacén, las cejas bajadas, tratando de encontrarle sentido a lo que había hecho y por qué. El por qué de eso más que ninguna otra cosa. ¿Qué había irrumpido a través de los resistentes entrenamientos y creencias en lo que estaba haciendo, lo suficiente para sacar a ________(T.N) del almacén y esconderla? ¿Qué le había hecho poner en peligro de esta forma su propia alma por una mujer? Sin embargo no cualquier mujer: _____(T.N). La mujer que había invadido sus sueños durante más tiempo de lo que quería admitir. La mujer que había, en cierta forma, logrado colarse en su alma antes de que abandonara Somerset ocho años atrás. Y el por qué de eso no tenía explicación. Así como los sueños con ella que lo habían atormentado durante años tampoco tenían sentido.
—Saqué de aquí su Rodeo(AUTO)—dijo Zayn, acercándose sigilosamente a Harry mientras permanecía protegiendo la entrada del almacén—. Aparcó fuera del ámbito de las cámaras, y tenía la cabeza gacha cuando pasó por la entrada. Con algo de suerte, podremos cubrir su identidad. Harry miró a su primo y mejor amigo por el rabillo del ojo. Estaba medio tentado de culpar a su primo por cada segundo de esta locura. Después de la ambigua advertencia que le había dado, Harry se había desplazado para encontrar a quien asumían era la vendedora que había entrado en el almacén. Ella era lo único inexplicable por ahora. Harry se había movido para interceptarla antes que el resto del equipo y había reaccionado antes de pensar. Si se hubiera parado a pensar, ella ahora estaría echada en el suelo del almacén con el resto de los bastardos que habían arrestado en la emboscada. Tenían a los compradores, a los vendedores, cuatro misiles experimentales perdidos y sus chips de orientación. Era un magnífico botín para la investigación. Excepto por el hecho que la mujer que había planeado y organizado el trato no se presentó. Eso, o ella estaba escondida en el asiento trasero de la camioneta de Harry.
—Recuérdame por qué cubrimos su identidad —preguntó Harry en voz baja, recorriendo con la mirada al resto del equipo combinado de ATF y Seguridad Nacional. Mierda, él sabía por qué, pero maldita sea si quería admitirlo. Esto no era algo que ______(T.N) haría. Sabía que no. Al menos, no era algo que haría la ______(T.N) que él había conocido. —¿Por qué no está involucrada? —Zayn aventuró una respuesta burlona. —Estaba allí —señaló Harry, así como ignoró el fuerte destello mental negando que _____(T.N) podría estar de alguna forma involucrada en esto. —Ajá. —Asintió Zayn—. De lo cual te advertí yo. Tú fuiste el que la sacaste como un lobo protegiendo a su compañera, no yo, primo. Sólo te cubrí las espaldas. Este es mi trabajo. ¿Lo recuerdas?
Como un lobo protegiendo a su compañera. O un perro protegiendo un hueso, pensó sarcásticamente.
Le había echado un vistazo, y algo dentro de él había estallado en la conciencia. Sabía condenadamente bien qué habría ocurrido si no la sacaba de allí. Sí la hubieran atrapado con los otros, con la descripción que tenían de la mujer sospechosa, no habría escapado del arresto y el consiguiente encarcelamiento, estuviera involucrada o no. Y por qué eso debería importarle, no podía entenderlo. —Ella no está involucrada. —Zayn acunó el rifle en sus brazos como un amante mientras contemplaba a Harry —. Esa no es _______(T.N), Harry. Quizás no. Pero de todas formas, quizás sí y simplemente no lo veía por la lujuria. Harry apretó los labios y contempló el caos organizado dentro del ahora bien iluminado almacén. Era un hijo de puta paranoico. No confiaba en nadie excepto el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y la última vez que lo comprobó, ______(T.N) no estaba incluida en la Trinidad. Ahora estaba arriesgando su propia reputación para protegerla. No sólo por la advertencia de Zayn sino que sus propias emociones habían interferido en el trabajo por primera vez en ocho años. Y mientras estaba allí de pie, observando los arrestos, la recuperación de los misiles y los chips, y sintiendo la sensación de triunfo que irradiaba el equipo, él se sentía desvinculado. Estaba impaciente. Ansioso por solucionarlo, porque su mente estaba hirviendo, filtrando todas las posibilidades. Era posible que _______(T.N) no estuviera implicada. Y si no lo estaba, entonces era posible que por primera vez desde su regreso un año antes, tuviera algo contra ella. No podía darse la vuelta y huir, como solía hacerlo cada vez que él se acercaba. Oh no. Ya no. Entrecerró los ojos, y sus labios se curvaron con una sonrisa de anticipación. Había vivido bajo los instintos durante demasiado tiempo para descartarlo, y el instinto le otorgaba el beneficio de la duda. Pero todavía formaba parte de la ATF y ella estaba en la escena de una compra de armas. También encajaba en la breve descripción de la única mujer del grupo de ladrones que habían robado las armas e intentado venderlas. Iba a tener que vigilarla. Muy de cerca. —Oh mierda, odio esa sonrisa —gruñó de repente Zayn a su lado—. ¿Harry, que demonios estás tramando? Harry miró por encima de él, alzando las cejas con inocencia fingida.
thyarescarleth
Re: TRAVESURAS NOCTURNAS HARRY Y TU HOT
tortugitastyles escribió:alto ella estava embarazada oh por dios siguela besos
ya la segui (:
thyarescarleth
Re: TRAVESURAS NOCTURNAS HARRY Y TU HOT
Capitulo 1 parte 4
—Sólo estoy considerando como es mejor decidir quién es culpable y quién inocente —dijo arrastrando las palabras—. No hay nada por lo que preocuparse, Zayn. Nada en absoluto.
Era bastante preocupación para Harry y todavía más para ______(T.N).
Para Harry, porque ______(T.N) le hizo romper sus reglas y era algo que nunca había hecho, bajo ninguna circunstancia. Y para ella, porque él iba a cobrarse el pago de esas reglas rotas de su dulce cuerpecito.
Los hombros de Zayn se desplomaron.
—Mierda. ¿Por qué ahora tengo el presentimiento que debería haber actuado como el caballero de la brillante armadura yo mismo en vez de darte la oportunidad de sacarte la cabeza del culo? Harry bufó ante eso.
—Deja de preocuparte. Lo tengo controlado.
—Te aseguro que me preocupo cada vez que me dices que no me preocupe. Es una regla cósmica. Harry alzó las cejas y rió divertido.
—Confía en mí. Zayn lo contempló con preocupada incredulidad.
—Tío, no vayas a arrastrarme a esa mierda kamikaze otra vez, ¿vale? Cuatro años de eso en los Marines fue suficiente. Prometiste calmarte una vez que llegamos a casa. ¿Te acuerdas? —Zayn le hizo memoria—. Piensa en tu rodilla, tío. Estás a un paso de ser un lisiado. No te pases, ¿vale? La sonrisa de Harry se hizo más amplia.
—¿Tomármelo con calma? Calma no es lo que tengo en mente, pero tomarlo, desde luego. Zayn clavó los ojos en él suspicazmente.
—No hagas algo que vayas a lamentar, Harry. No tengo tiempo de ir salvándote el culo. Harry le palmeó el hombro antes de ir hacia el hombre que había sido levantado del suelo de cemento y preparado para una bonita excursión a la celda de la cárcel más cercana.
—No te preocupes, Zayn. —Le sonrió sobre el hombro—. No te preocupes por nada. Agarra su coche. Dile al comandante que vinimos por separado; no necesitan saber más. Simplemente le pediste prestado el coche a un amigo. Te alcanzaré más tarde. Tenía que hacer planes. Planes que incluían a una sexy y pequeña camarera, su cama y toda clase de húmedos, calientes y lascivos actos sexuales. La próxima vez que le volviera la espalda, al menos recordaría como se sentía, lo que significaba ser poseída por él. Y por Dios, que antes de acabar, sería suya. Con toda el alma. Por las buenas o por las malas. Harry había dejado de jugar.
—Sólo estoy considerando como es mejor decidir quién es culpable y quién inocente —dijo arrastrando las palabras—. No hay nada por lo que preocuparse, Zayn. Nada en absoluto.
Era bastante preocupación para Harry y todavía más para ______(T.N).
Para Harry, porque ______(T.N) le hizo romper sus reglas y era algo que nunca había hecho, bajo ninguna circunstancia. Y para ella, porque él iba a cobrarse el pago de esas reglas rotas de su dulce cuerpecito.
Los hombros de Zayn se desplomaron.
—Mierda. ¿Por qué ahora tengo el presentimiento que debería haber actuado como el caballero de la brillante armadura yo mismo en vez de darte la oportunidad de sacarte la cabeza del culo? Harry bufó ante eso.
—Deja de preocuparte. Lo tengo controlado.
—Te aseguro que me preocupo cada vez que me dices que no me preocupe. Es una regla cósmica. Harry alzó las cejas y rió divertido.
—Confía en mí. Zayn lo contempló con preocupada incredulidad.
—Tío, no vayas a arrastrarme a esa mierda kamikaze otra vez, ¿vale? Cuatro años de eso en los Marines fue suficiente. Prometiste calmarte una vez que llegamos a casa. ¿Te acuerdas? —Zayn le hizo memoria—. Piensa en tu rodilla, tío. Estás a un paso de ser un lisiado. No te pases, ¿vale? La sonrisa de Harry se hizo más amplia.
—¿Tomármelo con calma? Calma no es lo que tengo en mente, pero tomarlo, desde luego. Zayn clavó los ojos en él suspicazmente.
—No hagas algo que vayas a lamentar, Harry. No tengo tiempo de ir salvándote el culo. Harry le palmeó el hombro antes de ir hacia el hombre que había sido levantado del suelo de cemento y preparado para una bonita excursión a la celda de la cárcel más cercana.
—No te preocupes, Zayn. —Le sonrió sobre el hombro—. No te preocupes por nada. Agarra su coche. Dile al comandante que vinimos por separado; no necesitan saber más. Simplemente le pediste prestado el coche a un amigo. Te alcanzaré más tarde. Tenía que hacer planes. Planes que incluían a una sexy y pequeña camarera, su cama y toda clase de húmedos, calientes y lascivos actos sexuales. La próxima vez que le volviera la espalda, al menos recordaría como se sentía, lo que significaba ser poseída por él. Y por Dios, que antes de acabar, sería suya. Con toda el alma. Por las buenas o por las malas. Harry había dejado de jugar.
thyarescarleth
Re: TRAVESURAS NOCTURNAS HARRY Y TU HOT
oh oh harry no ara lo que estoy pensando o si siguela besos
tortugitastyles
Re: TRAVESURAS NOCTURNAS HARRY Y TU HOT
Capitulo 2
Ella todavía estaba dónde la dejó. No es que no hubiera esperado que estuviera, pero siempre era reconfortante saber que uno estaba en lo cierto en estos asuntos.
—Quieta —le dijo mientras se sentaba en el asiento del conductor y ponía la llave en el contacto—. No quieres que nadie te vea mientras nos marchamos, ¿no?
Encendió la música. AC/DC se estremeció en la cabina de la camioneta mientras pulsaba el botón de las ventanas, abriéndolas del todo, y salía rápidamente del parking como un hombre en una misión. Levantó la mano hacia los oficiales de la policía estatal del frente del estacionamiento, y no por primera vez estuvo agradecido de haber aparcado su camioneta al lado de uno de los edificios abandonados en vez de entrar con el resto del equipo más tarde.
Él y Zayn se habían apostado para observar el área durante el día y dar luz verde cuando el equipo pudiera entrar. Era lo que le había salvado el culo a ______(T.N). Nadie se daría cuenta cuando Zayn explicara que habían venido por separado y se marchara en el Rodeo de _____(T.N). Podrían hacerse preguntas, hasta que llegara el cotilleo que una tal ________(T.N) Payne actualmente residía con un tal Harry Styles en su infame casa flotante, el Nauti Harry. Mientras ponía distancia entre la camioneta y la escena del arresto, dejó que se relajaran los músculos del cuello y de los hombros antes de bajar la música y echar un vistazo entre las plazas del largo asiento de la parte trasera. Algo se encogió en su interior ante la visión de la pálida cara y los grandes ojos marrón oscuro. Ojos chocolate. Tenía unos grandes y oscuros ojos color chocolate, y él era un hombre que sabía cómo saborear ese dulce en particular.
—Ya puedes levantarte —le dijo, devolviendo su atención a la conducción mientras giraba hacia uno de los caminos vecinales que serpenteaban a través del condado.
Ella se movió lentamente, desenroscándose del asiento trasero y trasladándose al vacío asiento del pasajero al lado de él, antes de ponerse cómoda y mirar con rigidez al exterior por el parabrisas.
—Ponte el cinturón de seguridad. —Harry apoyó el brazo en el marco de la ventana abierta y se rascó la mandíbula pensativamente mientras conducía. A su lado, _____(T.N) se abrochó el cinturón de seguridad, moviéndose casi con vacilación, echándole un vistazo cada pocos segundos con silenciosa cautela. Sabía que estaba jodida. No podía saber lo jodida que iba a estar, pero definitivamente jodida.
—Vamos a jugar —dijo él por fin, arrastrando las palabras con diversión mientras la recorría con la mirada.
—Hemos estado jugando durante un año —le replicó ella—. Simplemente no te acordaste de remitirme las reglas. Él sonrió ante eso. Esta era _________(T.N). Nunca sin una cortante réplica.
—Este juego es fácil —le prometió—. Un juego de adivinanzas. Dime, si puedes, exactamente qué demonios estabas haciendo en el maldito almacén. Tuvo que apretar los dientes mientras la cólera ardía con cada palabra, invalidando la diversión que había sentido anteriormente. Otra vez, la vio, con la mirada clavada en el maldito terrorista, los ojos abiertos de par en par, la cara pálida, esa pistola alzándose sin cesar hacia su cara. Ella se estremeció.
—Cosas mías —luego le respondió, con voz angustiada—. Max envió el resto de mis cosas desde Virginia. Tengo un aviso. La compañía de reparto dijo que estaban en el almacén en una de las casillas. Tengo aquí la llave.
—Hurgó en su bolso, la voz temblorosa—. Mira. Tengo la llave. Ella le tendió la llave. Harry la tomó lentamente, echándole una ojeada, luego se la devolvió. Era en efecto una llave del casillero con las siglas AUM, de Almacénelo Usted Mismo, grabada en ella. —¿Dónde está el aviso? No hurgó en su bolso. En lugar de eso se mordió nerviosamente el labio inferior con los dientes.
—¿Dónde está el aviso, _______(T.N) ______(T.S.N)? —le preguntó otra vez. _________(T.N) se estremeció.
—La dejé en el Rodeo, mi coche. Detrás del almacén.
Harry sacudió la cabeza. —¿No lo metiste en el bolso, eh? —La miró con suspicacia.
—Está allí. En el asiento del pasajero. —Juntó las manos en el regazo y se retorció los dedos. Ella solía hacerlo cada maldita vez que andaba a su alrededor. Desde que tenía dieciséis años hasta unos meses antes de que abandonara el pueblo, un poco más de ocho años atrás.
—Ya veremos —gruñó él.
—¿Ya se ha acabado el juego? —le preguntó enfadada—. Me gustaría regresar a casa. En ese momento, Harry sonrió abiertamente.
—Harry, estás llevándome a casa, ¿no? Lo oyó en su voz. Lo estaba pillando.
—Todavía no. —Le echó una rápida sonrisa, la anticipación empezaba a aumentar junto con la acalorada lujuria ante el entendimiento que vio en sus ojos.
—¿Entonces adónde me llevas? —A tu nueva casa.
—¿Y eso está? —Soltó la pregunta a través de sus apretados dientes. Harry casi se rió ahogadamente. Oh sí, las tornas estaban cambiando.
—El juego de pregunta y respuesta más tarde —le replicó, rehusando a contestar por el momento—. Por ahora, déjame preguntarte esto: ¿Tienes algún indicio de qué demonios estaba ocurriendo en el almacén? Ella espiró con cansancio, apoyó la cabeza contra el asiento, y dijo:
—¿Drogas? —Fue dicho con tal aire de resignación que él se inclinó a creer que quizás no estaba involucrada con los terroristas. Con sus antecedentes, era condenadamente difícil creer que lo estuviera. Su hermano, Liam, era uno de los mejores soldados de las Fuerzas Especiales que Harry había conocido, su reputación era sólida, y de hecho Harry sabía que había sido Liam quien había criado a _______(T.N).
—¿Sabes en el problema que estás metida? Le echó un vistazo a tiempo de ver como sus pestañas se cerraban, aleteando sobre las mejillas como sombras oscuras.
Ella todavía estaba dónde la dejó. No es que no hubiera esperado que estuviera, pero siempre era reconfortante saber que uno estaba en lo cierto en estos asuntos.
—Quieta —le dijo mientras se sentaba en el asiento del conductor y ponía la llave en el contacto—. No quieres que nadie te vea mientras nos marchamos, ¿no?
Encendió la música. AC/DC se estremeció en la cabina de la camioneta mientras pulsaba el botón de las ventanas, abriéndolas del todo, y salía rápidamente del parking como un hombre en una misión. Levantó la mano hacia los oficiales de la policía estatal del frente del estacionamiento, y no por primera vez estuvo agradecido de haber aparcado su camioneta al lado de uno de los edificios abandonados en vez de entrar con el resto del equipo más tarde.
Él y Zayn se habían apostado para observar el área durante el día y dar luz verde cuando el equipo pudiera entrar. Era lo que le había salvado el culo a ______(T.N). Nadie se daría cuenta cuando Zayn explicara que habían venido por separado y se marchara en el Rodeo de _____(T.N). Podrían hacerse preguntas, hasta que llegara el cotilleo que una tal ________(T.N) Payne actualmente residía con un tal Harry Styles en su infame casa flotante, el Nauti Harry. Mientras ponía distancia entre la camioneta y la escena del arresto, dejó que se relajaran los músculos del cuello y de los hombros antes de bajar la música y echar un vistazo entre las plazas del largo asiento de la parte trasera. Algo se encogió en su interior ante la visión de la pálida cara y los grandes ojos marrón oscuro. Ojos chocolate. Tenía unos grandes y oscuros ojos color chocolate, y él era un hombre que sabía cómo saborear ese dulce en particular.
—Ya puedes levantarte —le dijo, devolviendo su atención a la conducción mientras giraba hacia uno de los caminos vecinales que serpenteaban a través del condado.
Ella se movió lentamente, desenroscándose del asiento trasero y trasladándose al vacío asiento del pasajero al lado de él, antes de ponerse cómoda y mirar con rigidez al exterior por el parabrisas.
—Ponte el cinturón de seguridad. —Harry apoyó el brazo en el marco de la ventana abierta y se rascó la mandíbula pensativamente mientras conducía. A su lado, _____(T.N) se abrochó el cinturón de seguridad, moviéndose casi con vacilación, echándole un vistazo cada pocos segundos con silenciosa cautela. Sabía que estaba jodida. No podía saber lo jodida que iba a estar, pero definitivamente jodida.
—Vamos a jugar —dijo él por fin, arrastrando las palabras con diversión mientras la recorría con la mirada.
—Hemos estado jugando durante un año —le replicó ella—. Simplemente no te acordaste de remitirme las reglas. Él sonrió ante eso. Esta era _________(T.N). Nunca sin una cortante réplica.
—Este juego es fácil —le prometió—. Un juego de adivinanzas. Dime, si puedes, exactamente qué demonios estabas haciendo en el maldito almacén. Tuvo que apretar los dientes mientras la cólera ardía con cada palabra, invalidando la diversión que había sentido anteriormente. Otra vez, la vio, con la mirada clavada en el maldito terrorista, los ojos abiertos de par en par, la cara pálida, esa pistola alzándose sin cesar hacia su cara. Ella se estremeció.
—Cosas mías —luego le respondió, con voz angustiada—. Max envió el resto de mis cosas desde Virginia. Tengo un aviso. La compañía de reparto dijo que estaban en el almacén en una de las casillas. Tengo aquí la llave.
—Hurgó en su bolso, la voz temblorosa—. Mira. Tengo la llave. Ella le tendió la llave. Harry la tomó lentamente, echándole una ojeada, luego se la devolvió. Era en efecto una llave del casillero con las siglas AUM, de Almacénelo Usted Mismo, grabada en ella. —¿Dónde está el aviso? No hurgó en su bolso. En lugar de eso se mordió nerviosamente el labio inferior con los dientes.
—¿Dónde está el aviso, _______(T.N) ______(T.S.N)? —le preguntó otra vez. _________(T.N) se estremeció.
—La dejé en el Rodeo, mi coche. Detrás del almacén.
Harry sacudió la cabeza. —¿No lo metiste en el bolso, eh? —La miró con suspicacia.
—Está allí. En el asiento del pasajero. —Juntó las manos en el regazo y se retorció los dedos. Ella solía hacerlo cada maldita vez que andaba a su alrededor. Desde que tenía dieciséis años hasta unos meses antes de que abandonara el pueblo, un poco más de ocho años atrás.
—Ya veremos —gruñó él.
—¿Ya se ha acabado el juego? —le preguntó enfadada—. Me gustaría regresar a casa. En ese momento, Harry sonrió abiertamente.
—Harry, estás llevándome a casa, ¿no? Lo oyó en su voz. Lo estaba pillando.
—Todavía no. —Le echó una rápida sonrisa, la anticipación empezaba a aumentar junto con la acalorada lujuria ante el entendimiento que vio en sus ojos.
—¿Entonces adónde me llevas? —A tu nueva casa.
—¿Y eso está? —Soltó la pregunta a través de sus apretados dientes. Harry casi se rió ahogadamente. Oh sí, las tornas estaban cambiando.
—El juego de pregunta y respuesta más tarde —le replicó, rehusando a contestar por el momento—. Por ahora, déjame preguntarte esto: ¿Tienes algún indicio de qué demonios estaba ocurriendo en el almacén? Ella espiró con cansancio, apoyó la cabeza contra el asiento, y dijo:
—¿Drogas? —Fue dicho con tal aire de resignación que él se inclinó a creer que quizás no estaba involucrada con los terroristas. Con sus antecedentes, era condenadamente difícil creer que lo estuviera. Su hermano, Liam, era uno de los mejores soldados de las Fuerzas Especiales que Harry había conocido, su reputación era sólida, y de hecho Harry sabía que había sido Liam quien había criado a _______(T.N).
—¿Sabes en el problema que estás metida? Le echó un vistazo a tiempo de ver como sus pestañas se cerraban, aleteando sobre las mejillas como sombras oscuras.
thyarescarleth
Re: TRAVESURAS NOCTURNAS HARRY Y TU HOT
Capitulo 2 parte 2
—¿Me llevas a la cárcel?
¿La llevaba? Demonios no, no lo hacía. Si fuera a entregarla a las autoridades, lo habría hecho en el almacén. Era un maldito estúpido, eso es lo que era. Un idiota cachondo.
—Todavía no. —Apretó los labios antes de mover la mano hacia su mejilla y dejar el dedo índice acariciando sus labios, recordando el beso de ella mientras observaba atentamente la carretera, con el codo todavía apoyado en el marco de la ventana. Maldita sea si no se estaba metiendo en un lío esta vez.
—¿Qué vas a hacer, Harry? —le preguntó quedamente. El sonido de su voz lo ponía más duro. No sólo duro, caramba, su polla había estado dura desde el día que alcanzó a verla caminando por la calle Mayor hacía un año y supo que había vuelto, incluso antes de poder verle la cara. No, estaba más duro. Dolorosamente duro. De repente una visión de su cabeza descendiendo hacia la polla hizo que todo su cuerpo se encogiera de dolor. Grandes e inocentes ojos color chocolate alzando la mirada hacia él mientras la cabeza de su polla desaparecía en su boca casi hizo que se le escapara un gemido del pecho. Esa visión lo acosaba; esta y varias más. La visión de su coño, oscuros rizos saturados con sus jugos mientras separaba los tiernos pliegues con la gruesa erección. El sonido de sus gritos mientras le metía la hambrienta cresta en el trasero y la tomaba por allí, oyendo su sobresalto, su placer. Los sueños que lo habían acosado durante años. Sueños que tenía la intención de hacer realidad ahora que estaba en su poder.
—Al barco. —Su casa flotante. El Nauti Harry. Su casa. Oyó la fuerte inspiración que tomó.
—No. Él le echó un vistazo, viendo el asco en su cara, y una llama de cólera le traspasó la mente otra vez. No había sido lo bastante buena para poner los pies en su casa ocho años atrás, y todavía pensaba que era demasiado buena para eso.
—¿Prefieres la cárcel? —Aflojó un poco el gas, mirando los alrededores como si buscara un lugar para dar la vuelta.
—No estaba haciendo nada —argumentó entonces con desesperación—. Sabes que no, Harry. Fue una coincidencia...
—No creo en las coincidencias, _______(T.N).
—Entonces un error —gritó ella cuando empezó a detenerse en el amplio arcén más adelante—. Dios, Harry, sabes que no ando con drogas. Se acercó al arcén y se detuvo. Cubriendo el volante con los brazos, la contemplo en silencio.
—No puedes llevarme a la cárcel, Harry. Liam regresará pronto a casa, y te lo dirá. Todo esto es un error.
—Liam no puede solucionar esto, ________(T.N) —le dijo en voz baja, intencionadamente—. Permaneces conmigo. —Le dio un minuto para procesarlo—. O la cárcel. Tú eliges. Ella respiraba con dificultad, irregularmente. Si fuera sólo miedo lo que vislumbró en sus ojos, la habría liberado en ese mismo momento. Dios sabía que Liam podía sin lugar a dudas tratar con esto cuando regresara a casa. Pero no fue sólo miedo; allí vio pasión y algo más. Algo evasivo, un conocimiento, una certeza que algo estaba a punto de sacudir su pequeño mundo. Ella se lamió los labios. Un pequeño y rápido movimiento de lengua que le oprimió el estómago de hambre. Deseaba esa lengua, y lo deseaba tanto como para hacer algo tan despreciable, tan sucio que casi, sólo casi, lo hizo avergonzarse. En lugar de eso sonrió, porque iba a estar bien. Condenadamente bien.
—¿Giro o continuamos hacia el puerto deportivo? —le preguntó entonces—. Tú eliges, cariño. Y si escogía dar la vuelta, ¿entonces qué demonios iba a hacer? Esperó, contemplándola, inexpresivo, su mirada, lo sabía, ardiente y hambrienta. Ella sabía lo que él quería. Ella sabía el precio que él le exigía por sacarla de esta. Sus labios temblaron antes de lamerlos de nuevo. Su mirada parpadeaba con indecisión. Y él no iba a ayudarla. Maldita sea si volvía a perseguirla como un perro tras una perra en celo, siendo rechazado cada vez. Esta vez no. Esta vez, era su turno. A su manera o a la cárcel. O al menos, esa era la impresión que intentaba darle.
—No des la vuelta —suspiró por último, la mirada gacha, la cabeza volviendo estoicamente a mirar otra vez a través del parabrisas.
—¿Entonces vamos al Nauti Harry? —le preguntó él.
—Si es mi única opción. —Su voz era tensa, enfadada. Muy bien, dejemos que se enfade. Él había estado muy furioso ocho años atrás, y todavía podía recordar la cólera al saber que ella había abandonado el pueblo con otro hombre. Sabido, ni hablar, la había visto en el coche con el bastardo cuando salían del pueblo.
Todavía lo recordaba. Caramba, había tenido pesadillas sobre eso cuando menos se lo esperaba.
—No es tu única opción, _______(T.N) _______(T.S.N) —le dijo en voz baja—. Puedes explicarles a las autoridades lo que estabas haciendo allí. Es muy fácil. Por supuesto, él tendría que explicar por qué no fue arrestada con el resto de la banda, pero esperaba que ella no se diera cuenta de eso.
—Sí. Podría hacerlo —le replicó burlona—. Y por supuesto, tú podrías negar rotundamente que me sacaste de allí. ¿No es verdad? Él sonrió abiertamente. Que Dios la guardara, tenía que reconocérselo. Harry se encogió de hombros.
—¿Qué puedo hacer? No comprobé el asiento trasero hasta que oí a alguien moviéndose. Puedo ser un poco distraído cuando tengo prisa.
—¿Y el motivo de que Zayn este conduciendo mi Rodeo en vez de ir en el coche contigo? Harry abrió los ojos.
—Tú y Zayn sois amigos, _______(T.N). Le prestaste el Rodeo. Está bien, en realidad no era tan pervertido. Mierda, si escogiera la cárcel, la llevaría a casa y le explicaría alguna otra cosa. Pero ella debería saberlo. Si no lo sabía, bien, era error de ella, no suyo.
—Esto es pervertido, Harry —le replicó, el disgusto marcaba su voz.
—Claro que sí. —Asintió estando de acuerdo—. Pero tengo la reputación de ser pervertido. ¿No? —Su sonrisa era pura inocencia. Una de la clase que normalmente hacía a Zayn buscar la ruta de escape más próxima. Ella se frotó las manos sobre la cara antes de pasarse los dedos por el pelo que había atado bien apretado en una larga cola de caballo. El pelo que él se moría por aflojar, por esparcir hacia atrás mientras la ponía de espaldas en su cama. El pelo que deseaba agarrar mientras la montaba fuerte y profundo. Ella negó con la cabeza antes de mirar hacia delante otra vez.
—Así que, nos dirigimos al puerto deportivo, ¿no? Ella asintió lentamente.
—De acuerdo.
Harry soltó el freno y se reincorporó a la carretera antes de acelerar y dirigirse hacia la oscura carretera.
—Actúas como si fueras a Pena de muerte. —Sonrió él. Ella no contestó. Harry la contempló otra vez, observando mientras se frotaba los brazos desnudos y miraba por la ventana, la expresión de ella sombría, descorazonada. ¡Maldita fuera! No era como si tuviera la intención de violarla. Chantajearla un poco, sí. Pero sólo habría sexo bajo ciertas condiciones. Primero estaría malditamente seguro que ella lo deseaba tanto como él. No era un completo bastardo. Pero era un bastardo cachondo. Y un bastardo furioso. Ella había vivido en sus sueños ocho jodidos años, y no podía entender por qué. Lo había cambiado en una época en que él necesitaba retener ese filo de descuidada indiferencia. Había agudizado sus emociones, llenado su cabeza y no podía encontrarle sentido. Lo había atormentado. Era así de simple, y era hora que el tormento cesara.
—No te preocupes cariño. No será tan malo —le aseguró, alcanzando a palmearle la rodilla en un gesto de consuelo totalmente falso—. Hubo un tiempo en que solíamos llevarnos bien, ¿lo recuerdas? Un tiempo. ______(T.N) giró la cabeza lentamente y miró fijamente su perfil. Un tiempo en que ella lo había amado con toda la pasión y la inocencia de una joven que adoraba al chico más malo del pueblo. Pero ya no era una niña; era una mujer adulta. Era bien consciente de cuan fácilmente él podría destrozar su vida otra vez.
—Recuerdo lo estúpida que era —respondió al fin con una medida de auto-repugnancia ante el recuerdo—. Y recuerdo haber aprendido la lección. En verdad no recuerdo mucho más que eso, Harry. Quizás tú puedas hacerme memoria de la época en que realmente nos llevábamos bien. Él no recordaba esa noche. ______(T.N) sabía que no. Y sabía que Liam nunca le habría contado lo sucedido. Se lo había prometido. Harry tamborileó los dedos sobre el volante.
—Huías de mí en cada ocasión que tenías —le gruñó en respuesta. No en cada ocasión. No una oscura noche cuando lo encontró demasiado borracho para conducir y lo llevó a casa. Y luego lo ayudó a romperle el corazón.
—¿Me llevas a la cárcel?
¿La llevaba? Demonios no, no lo hacía. Si fuera a entregarla a las autoridades, lo habría hecho en el almacén. Era un maldito estúpido, eso es lo que era. Un idiota cachondo.
—Todavía no. —Apretó los labios antes de mover la mano hacia su mejilla y dejar el dedo índice acariciando sus labios, recordando el beso de ella mientras observaba atentamente la carretera, con el codo todavía apoyado en el marco de la ventana. Maldita sea si no se estaba metiendo en un lío esta vez.
—¿Qué vas a hacer, Harry? —le preguntó quedamente. El sonido de su voz lo ponía más duro. No sólo duro, caramba, su polla había estado dura desde el día que alcanzó a verla caminando por la calle Mayor hacía un año y supo que había vuelto, incluso antes de poder verle la cara. No, estaba más duro. Dolorosamente duro. De repente una visión de su cabeza descendiendo hacia la polla hizo que todo su cuerpo se encogiera de dolor. Grandes e inocentes ojos color chocolate alzando la mirada hacia él mientras la cabeza de su polla desaparecía en su boca casi hizo que se le escapara un gemido del pecho. Esa visión lo acosaba; esta y varias más. La visión de su coño, oscuros rizos saturados con sus jugos mientras separaba los tiernos pliegues con la gruesa erección. El sonido de sus gritos mientras le metía la hambrienta cresta en el trasero y la tomaba por allí, oyendo su sobresalto, su placer. Los sueños que lo habían acosado durante años. Sueños que tenía la intención de hacer realidad ahora que estaba en su poder.
—Al barco. —Su casa flotante. El Nauti Harry. Su casa. Oyó la fuerte inspiración que tomó.
—No. Él le echó un vistazo, viendo el asco en su cara, y una llama de cólera le traspasó la mente otra vez. No había sido lo bastante buena para poner los pies en su casa ocho años atrás, y todavía pensaba que era demasiado buena para eso.
—¿Prefieres la cárcel? —Aflojó un poco el gas, mirando los alrededores como si buscara un lugar para dar la vuelta.
—No estaba haciendo nada —argumentó entonces con desesperación—. Sabes que no, Harry. Fue una coincidencia...
—No creo en las coincidencias, _______(T.N).
—Entonces un error —gritó ella cuando empezó a detenerse en el amplio arcén más adelante—. Dios, Harry, sabes que no ando con drogas. Se acercó al arcén y se detuvo. Cubriendo el volante con los brazos, la contemplo en silencio.
—No puedes llevarme a la cárcel, Harry. Liam regresará pronto a casa, y te lo dirá. Todo esto es un error.
—Liam no puede solucionar esto, ________(T.N) —le dijo en voz baja, intencionadamente—. Permaneces conmigo. —Le dio un minuto para procesarlo—. O la cárcel. Tú eliges. Ella respiraba con dificultad, irregularmente. Si fuera sólo miedo lo que vislumbró en sus ojos, la habría liberado en ese mismo momento. Dios sabía que Liam podía sin lugar a dudas tratar con esto cuando regresara a casa. Pero no fue sólo miedo; allí vio pasión y algo más. Algo evasivo, un conocimiento, una certeza que algo estaba a punto de sacudir su pequeño mundo. Ella se lamió los labios. Un pequeño y rápido movimiento de lengua que le oprimió el estómago de hambre. Deseaba esa lengua, y lo deseaba tanto como para hacer algo tan despreciable, tan sucio que casi, sólo casi, lo hizo avergonzarse. En lugar de eso sonrió, porque iba a estar bien. Condenadamente bien.
—¿Giro o continuamos hacia el puerto deportivo? —le preguntó entonces—. Tú eliges, cariño. Y si escogía dar la vuelta, ¿entonces qué demonios iba a hacer? Esperó, contemplándola, inexpresivo, su mirada, lo sabía, ardiente y hambrienta. Ella sabía lo que él quería. Ella sabía el precio que él le exigía por sacarla de esta. Sus labios temblaron antes de lamerlos de nuevo. Su mirada parpadeaba con indecisión. Y él no iba a ayudarla. Maldita sea si volvía a perseguirla como un perro tras una perra en celo, siendo rechazado cada vez. Esta vez no. Esta vez, era su turno. A su manera o a la cárcel. O al menos, esa era la impresión que intentaba darle.
—No des la vuelta —suspiró por último, la mirada gacha, la cabeza volviendo estoicamente a mirar otra vez a través del parabrisas.
—¿Entonces vamos al Nauti Harry? —le preguntó él.
—Si es mi única opción. —Su voz era tensa, enfadada. Muy bien, dejemos que se enfade. Él había estado muy furioso ocho años atrás, y todavía podía recordar la cólera al saber que ella había abandonado el pueblo con otro hombre. Sabido, ni hablar, la había visto en el coche con el bastardo cuando salían del pueblo.
Todavía lo recordaba. Caramba, había tenido pesadillas sobre eso cuando menos se lo esperaba.
—No es tu única opción, _______(T.N) _______(T.S.N) —le dijo en voz baja—. Puedes explicarles a las autoridades lo que estabas haciendo allí. Es muy fácil. Por supuesto, él tendría que explicar por qué no fue arrestada con el resto de la banda, pero esperaba que ella no se diera cuenta de eso.
—Sí. Podría hacerlo —le replicó burlona—. Y por supuesto, tú podrías negar rotundamente que me sacaste de allí. ¿No es verdad? Él sonrió abiertamente. Que Dios la guardara, tenía que reconocérselo. Harry se encogió de hombros.
—¿Qué puedo hacer? No comprobé el asiento trasero hasta que oí a alguien moviéndose. Puedo ser un poco distraído cuando tengo prisa.
—¿Y el motivo de que Zayn este conduciendo mi Rodeo en vez de ir en el coche contigo? Harry abrió los ojos.
—Tú y Zayn sois amigos, _______(T.N). Le prestaste el Rodeo. Está bien, en realidad no era tan pervertido. Mierda, si escogiera la cárcel, la llevaría a casa y le explicaría alguna otra cosa. Pero ella debería saberlo. Si no lo sabía, bien, era error de ella, no suyo.
—Esto es pervertido, Harry —le replicó, el disgusto marcaba su voz.
—Claro que sí. —Asintió estando de acuerdo—. Pero tengo la reputación de ser pervertido. ¿No? —Su sonrisa era pura inocencia. Una de la clase que normalmente hacía a Zayn buscar la ruta de escape más próxima. Ella se frotó las manos sobre la cara antes de pasarse los dedos por el pelo que había atado bien apretado en una larga cola de caballo. El pelo que él se moría por aflojar, por esparcir hacia atrás mientras la ponía de espaldas en su cama. El pelo que deseaba agarrar mientras la montaba fuerte y profundo. Ella negó con la cabeza antes de mirar hacia delante otra vez.
—Así que, nos dirigimos al puerto deportivo, ¿no? Ella asintió lentamente.
—De acuerdo.
Harry soltó el freno y se reincorporó a la carretera antes de acelerar y dirigirse hacia la oscura carretera.
—Actúas como si fueras a Pena de muerte. —Sonrió él. Ella no contestó. Harry la contempló otra vez, observando mientras se frotaba los brazos desnudos y miraba por la ventana, la expresión de ella sombría, descorazonada. ¡Maldita fuera! No era como si tuviera la intención de violarla. Chantajearla un poco, sí. Pero sólo habría sexo bajo ciertas condiciones. Primero estaría malditamente seguro que ella lo deseaba tanto como él. No era un completo bastardo. Pero era un bastardo cachondo. Y un bastardo furioso. Ella había vivido en sus sueños ocho jodidos años, y no podía entender por qué. Lo había cambiado en una época en que él necesitaba retener ese filo de descuidada indiferencia. Había agudizado sus emociones, llenado su cabeza y no podía encontrarle sentido. Lo había atormentado. Era así de simple, y era hora que el tormento cesara.
—No te preocupes cariño. No será tan malo —le aseguró, alcanzando a palmearle la rodilla en un gesto de consuelo totalmente falso—. Hubo un tiempo en que solíamos llevarnos bien, ¿lo recuerdas? Un tiempo. ______(T.N) giró la cabeza lentamente y miró fijamente su perfil. Un tiempo en que ella lo había amado con toda la pasión y la inocencia de una joven que adoraba al chico más malo del pueblo. Pero ya no era una niña; era una mujer adulta. Era bien consciente de cuan fácilmente él podría destrozar su vida otra vez.
—Recuerdo lo estúpida que era —respondió al fin con una medida de auto-repugnancia ante el recuerdo—. Y recuerdo haber aprendido la lección. En verdad no recuerdo mucho más que eso, Harry. Quizás tú puedas hacerme memoria de la época en que realmente nos llevábamos bien. Él no recordaba esa noche. ______(T.N) sabía que no. Y sabía que Liam nunca le habría contado lo sucedido. Se lo había prometido. Harry tamborileó los dedos sobre el volante.
—Huías de mí en cada ocasión que tenías —le gruñó en respuesta. No en cada ocasión. No una oscura noche cuando lo encontró demasiado borracho para conducir y lo llevó a casa. Y luego lo ayudó a romperle el corazón.
thyarescarleth
Re: TRAVESURAS NOCTURNAS HARRY Y TU HOT
tortugitastyles escribió:oh oh harry no ara lo que estoy pensando o si siguela besos
YA LA SEGUI (: BESOS
thyarescarleth
Re: TRAVESURAS NOCTURNAS HARRY Y TU HOT
ESTO ES PARA QUE USTEDES SE DEN CUENTA LO QUE HACE
ESTE TRUCO VAMOS A PROBAR NO SE SI ES VERDAD PERO
LA PERSONA QUE ME LO ENVIO ESTA TODAVIA
ASOMBRADA DE LO OCURRIDO, YA QUE ELLA DICE QUE LO
HIZO POR HACERLO Y QUE PIDIO ALGO QUE CREIA CASI
IMPOSIBLE DE LOGRAR PROBEMOS. Para ti mismo di el
nombre de la unica persona del sexo opuesto con quien
quieras estar (tres veces...)... * Piensa en algo que
quieras lograr dentro de la proxima semana y repitelo
para ti mismo(a) (seis veces)... * Piensa en algo que
quieras que pase entre tu y la persona especial (que
dijiste en el no. 1) y dilo a ti mismo/a (doce veces)... *
Ahora haz un ultimo y final deseo acerca del deseo que
escogiste. * Despues de leer esto tienes 1 hora para
mandarlo a 15 temas y lo que pediste se te hara realidad
en 1 semana. A la mayor cantidad de gente a quien lo
mandes mas fuerte se hara tu deseo. Si tu escoges
ignorar esta carta lo contrario del deseo te sucedera, o
esto no sucedera jamas.............. Que tus días estén
llenos de logros y tus noches de sueños copia y pega es
en 15 o + temas más ....
ESTE TRUCO VAMOS A PROBAR NO SE SI ES VERDAD PERO
LA PERSONA QUE ME LO ENVIO ESTA TODAVIA
ASOMBRADA DE LO OCURRIDO, YA QUE ELLA DICE QUE LO
HIZO POR HACERLO Y QUE PIDIO ALGO QUE CREIA CASI
IMPOSIBLE DE LOGRAR PROBEMOS. Para ti mismo di el
nombre de la unica persona del sexo opuesto con quien
quieras estar (tres veces...)... * Piensa en algo que
quieras lograr dentro de la proxima semana y repitelo
para ti mismo(a) (seis veces)... * Piensa en algo que
quieras que pase entre tu y la persona especial (que
dijiste en el no. 1) y dilo a ti mismo/a (doce veces)... *
Ahora haz un ultimo y final deseo acerca del deseo que
escogiste. * Despues de leer esto tienes 1 hora para
mandarlo a 15 temas y lo que pediste se te hara realidad
en 1 semana. A la mayor cantidad de gente a quien lo
mandes mas fuerte se hara tu deseo. Si tu escoges
ignorar esta carta lo contrario del deseo te sucedera, o
esto no sucedera jamas.............. Que tus días estén
llenos de logros y tus noches de sueños copia y pega es
en 15 o + temas más ....
Areli
Re: TRAVESURAS NOCTURNAS HARRY Y TU HOT
waooo hazza es un pervertido total siguela besos
tortugitastyles
Re: TRAVESURAS NOCTURNAS HARRY Y TU HOT
Capitulo 2 parte 3
—Huías de mí en cada ocasión que tenías —le gruñó en respuesta. No en cada ocasión. No una oscura noche cuando lo encontró demasiado borracho para conducir y lo llevó a casa. Y luego lo ayudó a romperle el corazón.
—Entonces fui lista —le dijo, sintiendo el pesar que colmaba en su interior. Si sólo hubiera sido más lista. Si entonces sólo hubiera afrontado la realidad, y lo que había ocurrido. Quizás los últimos ocho años habrían sido diferentes. Por lo menos, no habría estado atormentada con tantos “ y-si” y el hecho de que había sido una cobarde. Harry gruñó ante eso.
—Qué lástima que no fueras lo suficientemente lista para mantenerte apartada de oscuros almacenes por la noche. Si lo hubieras sido, ahora no estarías aquí. Qué lástima que para empezar no hubiera sido lo suficientemente lista para permanecer en Virginia. Pero no, había tenido que regresar a casa. Añoraba estar en casa. Añoraba las montañas, el lago, y el hogar. Y supo que ya era hora de enterrar a los viejos fantasmas. Había tenido que regresar para hacer las paces con sus recuerdos y consigo misma. Y con Harry. Sólo que no había esperado hacer las paces con él de esta manera. En vez de eso, se encontró con más demonios. Se encontró en la insostenible posición de depender de Harry en algo tan fundamental como su libertad. Y no tenía ninguna duda de cómo exactamente tenía él intención de manejar la situación. Había ido tras ella desde que había vuelto a Somerset hacía un año. No la había acosado. Simplemente siempre estaba por los alrededores. Siempre sonriendo con esa descarada sonrisa suya, echándole esa ojeada burlona, esa invitación a jugar. O si no, la miraba enfurecido. Y él llenaba sus sueños. Acalorados sueños, recuerdos de una noche inolvidable y sus consecuencias.
Contempló las millas pasar, sintiendo la mano en su rodilla cuando no estaba cambiando las marchas de la potente camioneta, y sintiendo la calidez de su toque quemando a través de la falda. Al menos no le estaba metiendo mano. Su cuerpo estaba tan excitado ahora que se preguntaba si podría soportarlo. Si su corazón podría soportarlo. Pensaba que había aprendido la lección antes de abandonar Somerset. Después de todo, sabía qué era Harry, conocía sus intenciones, y sabía que ella nunca podría vivir con eso. Los Chicos Traviesos eran legendarios en Somerset y los condados colindantes. Sus proezas, su dedicación al placer de una mujer, y la insistencia en compartir esas mujeres habían sido bien conocidas. Su hermano, Liam, la había advertido sobre Harry repetidamente.
Su cabeza le había advertido sobre Harry, pero su corazón no había querido escuchar. Podía domesticar al chico malo, se había convencido a sí misma.
El amor lo podía transformar en posesivo. Todo lo que tenía que hacer era tocarlo, amarlo y él se daría cuenta que la amaba. Ella resopló silenciosamente mientras echaba un discreto vistazo a su severo perfil. Qué tonta había sido. Ingenua, inconcebiblemente inocente, increíblemente insensata. Y todavía no había aprendido la lección, no hasta el alma. Porque una parte de ella nunca había olvidado esa noche. Esa seductora noche de verano cuando la había tomado con su particular determinación y fogosa lujuria. Cuando le enseñó las verdaderas profundidades del placer carnal y la suprema desesperación. —Esto no va a funcionar.
—Las palabras salieron de sus labios mientras él entraba en el pequeño puerto deportivo propiedad de su tío Paul Styles. Ahora podía sentir el pánico creciendo en su pecho, la seguridad de que el Nauti Harry le iba a traer más recuerdos y más dolor del que podía soportar.
—No puedo hacerlo.
—Estaba temblando cuando Harry aparcó la camioneta en el estacionamiento privado delante del puerto. Apagó el motor. Sacando la llave del contacto, se volvió y clavó los ojos en ella silenciosamente. Él o la cárcel. Podía verlo en su expresión. ________(T.N) negó con la cabeza lentamente antes de tragar con dificultad.
—No soy una de las putas de los Chicos Traviesos —susurró severamente—. No puedo hacerlo para permanecer libre de la cárcel, Harry. Antes me pudriría en una prisión que comprar mi libertad a expensas de mi alma. Él la contempló, los claros ojos verdes gélidos, desapasionados, mientras la observaba. Su expresión era tan oscura como las sombras circundantes, y tan silenciosa como la muerte. Este no era el hombre que había conocido ocho años atrás. Encantador, aunque melancólico, Harry “Dawg” Styles había tenido una voluntad de hierro, pero no había sido frío. Había sido duro pero con sentimientos. No como ahora. Se había unido a los Marines justo después de que ella dejara el pueblo; sabía eso. Tras una misión, lo habían enviado a casa a causa de una herida que le había destrozado la rótula. No es que ella hubiera visto algún signo de lesión en la forma en que se movía. Pero ahora mismo, se estaba frotando la rodilla distraídamente mientras la observaba.
—Vamos a hablar de esto en el barco —dijo por último amonestándola—. Aquí no.
—Harry, no. —Ella extendió la mano, agarrándole el brazo cuando iba a abrir la puerta—. En el barco no. No iré a ese barco, y no me abriré de piernas para los Chicos Traviesos. No quise hacerlo cuando era demasiado estúpida para entenderlo, y sin duda alguna no quiero hacerlo ahora. Te engañas a ti mismo si crees que puedes convencerme de actuar de otra manera.
—¿Y si ir al barco significase abrirte de piernas sólo para mí, _______(T.N)? —le preguntó—. ¿Irías entonces?
—Huías de mí en cada ocasión que tenías —le gruñó en respuesta. No en cada ocasión. No una oscura noche cuando lo encontró demasiado borracho para conducir y lo llevó a casa. Y luego lo ayudó a romperle el corazón.
—Entonces fui lista —le dijo, sintiendo el pesar que colmaba en su interior. Si sólo hubiera sido más lista. Si entonces sólo hubiera afrontado la realidad, y lo que había ocurrido. Quizás los últimos ocho años habrían sido diferentes. Por lo menos, no habría estado atormentada con tantos “ y-si” y el hecho de que había sido una cobarde. Harry gruñó ante eso.
—Qué lástima que no fueras lo suficientemente lista para mantenerte apartada de oscuros almacenes por la noche. Si lo hubieras sido, ahora no estarías aquí. Qué lástima que para empezar no hubiera sido lo suficientemente lista para permanecer en Virginia. Pero no, había tenido que regresar a casa. Añoraba estar en casa. Añoraba las montañas, el lago, y el hogar. Y supo que ya era hora de enterrar a los viejos fantasmas. Había tenido que regresar para hacer las paces con sus recuerdos y consigo misma. Y con Harry. Sólo que no había esperado hacer las paces con él de esta manera. En vez de eso, se encontró con más demonios. Se encontró en la insostenible posición de depender de Harry en algo tan fundamental como su libertad. Y no tenía ninguna duda de cómo exactamente tenía él intención de manejar la situación. Había ido tras ella desde que había vuelto a Somerset hacía un año. No la había acosado. Simplemente siempre estaba por los alrededores. Siempre sonriendo con esa descarada sonrisa suya, echándole esa ojeada burlona, esa invitación a jugar. O si no, la miraba enfurecido. Y él llenaba sus sueños. Acalorados sueños, recuerdos de una noche inolvidable y sus consecuencias.
Contempló las millas pasar, sintiendo la mano en su rodilla cuando no estaba cambiando las marchas de la potente camioneta, y sintiendo la calidez de su toque quemando a través de la falda. Al menos no le estaba metiendo mano. Su cuerpo estaba tan excitado ahora que se preguntaba si podría soportarlo. Si su corazón podría soportarlo. Pensaba que había aprendido la lección antes de abandonar Somerset. Después de todo, sabía qué era Harry, conocía sus intenciones, y sabía que ella nunca podría vivir con eso. Los Chicos Traviesos eran legendarios en Somerset y los condados colindantes. Sus proezas, su dedicación al placer de una mujer, y la insistencia en compartir esas mujeres habían sido bien conocidas. Su hermano, Liam, la había advertido sobre Harry repetidamente.
Su cabeza le había advertido sobre Harry, pero su corazón no había querido escuchar. Podía domesticar al chico malo, se había convencido a sí misma.
El amor lo podía transformar en posesivo. Todo lo que tenía que hacer era tocarlo, amarlo y él se daría cuenta que la amaba. Ella resopló silenciosamente mientras echaba un discreto vistazo a su severo perfil. Qué tonta había sido. Ingenua, inconcebiblemente inocente, increíblemente insensata. Y todavía no había aprendido la lección, no hasta el alma. Porque una parte de ella nunca había olvidado esa noche. Esa seductora noche de verano cuando la había tomado con su particular determinación y fogosa lujuria. Cuando le enseñó las verdaderas profundidades del placer carnal y la suprema desesperación. —Esto no va a funcionar.
—Las palabras salieron de sus labios mientras él entraba en el pequeño puerto deportivo propiedad de su tío Paul Styles. Ahora podía sentir el pánico creciendo en su pecho, la seguridad de que el Nauti Harry le iba a traer más recuerdos y más dolor del que podía soportar.
—No puedo hacerlo.
—Estaba temblando cuando Harry aparcó la camioneta en el estacionamiento privado delante del puerto. Apagó el motor. Sacando la llave del contacto, se volvió y clavó los ojos en ella silenciosamente. Él o la cárcel. Podía verlo en su expresión. ________(T.N) negó con la cabeza lentamente antes de tragar con dificultad.
—No soy una de las putas de los Chicos Traviesos —susurró severamente—. No puedo hacerlo para permanecer libre de la cárcel, Harry. Antes me pudriría en una prisión que comprar mi libertad a expensas de mi alma. Él la contempló, los claros ojos verdes gélidos, desapasionados, mientras la observaba. Su expresión era tan oscura como las sombras circundantes, y tan silenciosa como la muerte. Este no era el hombre que había conocido ocho años atrás. Encantador, aunque melancólico, Harry “Dawg” Styles había tenido una voluntad de hierro, pero no había sido frío. Había sido duro pero con sentimientos. No como ahora. Se había unido a los Marines justo después de que ella dejara el pueblo; sabía eso. Tras una misión, lo habían enviado a casa a causa de una herida que le había destrozado la rótula. No es que ella hubiera visto algún signo de lesión en la forma en que se movía. Pero ahora mismo, se estaba frotando la rodilla distraídamente mientras la observaba.
—Vamos a hablar de esto en el barco —dijo por último amonestándola—. Aquí no.
—Harry, no. —Ella extendió la mano, agarrándole el brazo cuando iba a abrir la puerta—. En el barco no. No iré a ese barco, y no me abriré de piernas para los Chicos Traviesos. No quise hacerlo cuando era demasiado estúpida para entenderlo, y sin duda alguna no quiero hacerlo ahora. Te engañas a ti mismo si crees que puedes convencerme de actuar de otra manera.
—¿Y si ir al barco significase abrirte de piernas sólo para mí, _______(T.N)? —le preguntó—. ¿Irías entonces?
thyarescarleth
Re: TRAVESURAS NOCTURNAS HARRY Y TU HOT
Subi nuevo capitulo (:tortugitastyles escribió:waooo hazza es un pervertido total siguela besos
thyarescarleth
Re: TRAVESURAS NOCTURNAS HARRY Y TU HOT
Capitulo 3
Ocho años atrás, se había escabullido del dormitorio de Harry en la cubierta superior y había escapado del Nauti Harry como un ladrón en las tempranas nieblas matutinas. Pero esa mañana había dejado atrás algo, una parte de sí misma que nunca había recobrado. Ahora ______(T.N) dio un paso atrás a través de la puerta francesa reforzada que daba a la sala de estar y detuvo los recuerdos que amenazaban con abrumarla. Él todavía dejaba una lámpara de baja intensidad iluminando la mesa pequeña colocada al lado del sofá. Ahora había un lujoso sofá color castaño, dónde antes había uno de cuero negro. Un sillón reclinable haciendo juego estaba al lado de la misma mesa. La televisión ahora estaba colgada en la pared, al lado de la entrada y en el otro extremo de la habitación, había una pequeña mesa de comedor y cuatro sillas. Una barra de teca separaba el área del comedor de la cocina, dos taburetes estaban bajo ella. La alfombra era de un espeso y rico verde oscuro. Ocho años atrás había sido de un tostado oscuro. La sala de estar y la cocina ahora eran más refinadas, declarando un gusto más adulto en el mobiliario pero todavía con una gran influencia masculina. Maderas oscuras y pocos adornos. Una foto de su unidad del Cuerpo de Marines estaba sobre la mesa al lado del sofá junto con una fotografía de los primos Traviesos vestidos de camuflaje y una foto de Louis y su prometida, Elly Salyers. No había cuadros o grabados en la pared. No había nada para decorar las estancias. Más allá de la cocina estaban otro dormitorio grande y un baño pequeño, junto con otro baño extra. Desde donde estaba parada _____(T.N), también podía ver la escalera curva que iba hacia la cubierta superior y al cuarto principal y baño, así como también a la cabina de mandos.
Se sobresaltó cuando la puerta se cerró y se trancó detrás.
—Necesito una cerveza —anunció Harry—. ¿Quieres una? _______(T.N) negó con la cabeza mientras agarraba su bolso y miraba moverse a Harry a través de la sala de estar, luego hacia la cocina. Retiró una cerveza de la nevera antes desenroscarle el tapón con un giro rápido y lanzarlo bajo la barra, dónde debía estar escondido el cubo de basura. Fue hasta el fregadero primero, sacó un paño para secar platos de una pila pequeña en la encimera, lo humedeció, luego se lo lanzó a ella.
—Límpiate la cara. Ella sintió náuseas ante el pensamiento de la sangre que la había rociado. Estaba en su cara, en su ropa. Frotó su piel rápidamente, severamente, esperando que pudiese lograr limpiarla mientras él la miraba. Él llevó la botella de cerveza a sus labios y bebió un largo trago, sin apartar la mirada de ella. Se había quitado el chaleco a antibalas, pero todavía llevaba puesta la pistolera y el arma. La camiseta negra se pegaba a su pecho ancho y a sus bíceps abultados. Vaqueros negros de cintura baja en las caderas que esbozaban piernas largas, musculosas y un bulto más que impresionante.
—Estás limpia —le anunció mientras estiraba la mano—. Dame el paño. Su mirada fija se apartó bruscamente de esa zona. Era más que obvio que estaba excitado, listo para ella. Y ella odiaba admitir que su cuerpo había estado listo desde el momento en que le preguntó si estaba dispuesta a abrirse de piernas sólo para él. Le lanzó el paño de regreso, ignorando su sonrisa burlona cuando lo agarró y lo echó al fregadero. Estaba loca. Debería de haberse alejado mientras tuvo oportunidad.
—Una noche —murmuró ella—. Eso es todo. La botella fue apoyada tan bruscamente sobre la barra que la cerveza se derramó por encima, y _______(T.N) se sobresaltó con el sonido.
—No estás negociando —le informó, su expresión endureciéndose—. No me atrapaste a mí posiblemente quebrantando la ley y asociándome con criminales, _______(T.N). Te atrapé a ti. ¿Recuerdas? Sus uñas se clavaron en el cuero de su bolso.
—Y sé lo que quieres a cambio de mi libertad —le espetó ella—. Está bien, quieres follar. Quieres algo que no has podido sacarme en este año: mi cuerpo. Lo puedes tener. Por una noche.
—¿Y si quiero más que una noche? El tono oscuro y aterciopelado de su voz envió un temblor a través de su matriz, apretando los músculos de su estómago mientras ella le devolvía la mirada en estado de shock.
—¿Por qué querrías más de una noche? —negó con la cabeza confundida—. ¿Cuántas mujeres has mantenido más de una noche, Harry? Ella todavía tenía amistades en Somerset a las que les gustaba chismear. Harry era tan jugoso ahora como lo había sido hacía ocho años.
—_______(T.N), no eres las otras mujeres —le dijo con acento sureño—. Nunca antes he tenido que perseguir a una durante ocho años. Ha forjado un hambre. Una que dudo que una noche vaya a saciar. Lo miró parpadeando en shock. Había esperado lo que él quería, pero no esto. Una noche la podía manejar. ¿Más de una noche?
—¿Cuántas noches más? —le preguntó, a duras penas sin que su voz temblara. La expresión de Harry se endureció más aún.
—No lo he decidido.
—¿No lo has decidido? ¿Entonces se supone que tengo que estar lista y disponible cada vez que tengas una erección? Entonces mientras lo consideraba, una sonrisa burlona llenó su cara. Asintió lentamente.
—Eso me serviría. _______(T.N) apretó los dientes e hizo cálculos de cuánto tiempo todavía tendría que esperar antes de que Liam regresara. Él se había ido tres meses. En su última conversación, le había señalado que podría regresar dentro de pocas semanas. ¿Podría manejar ser la amante de Harry por ese tiempo? ¿Podría irse con su alma intacta si lo hiciera?
—No pienses tanto en ello —espetó irritado—. Podría cambiar de idea.
_____(T.N) cruzó los brazos sobre sus pechos y aquietó la cólera que empezaba a crecer dentro de ella. No podía darse el lujo de estar enojada en este momento; tenía que pensar. Harry siempre se las arregló para hacerle un lío mental. No podía dejarle hacerlo esta vez.
—Estás siendo un bastardo —le dijo con contundencia—. Sabes que no estaba involucrada en lo que fuere que estabas haciendo allí. No trafico con drogas, nunca lo hice. Él se encogió de hombros tranquilamente mientras se apoyaba contra la barra.
—No te he visto en ocho años, _______(T.N). Las personas cambian en ese tiempo. —No me digas, y las personas traficando drogas trabajan como camareras en pequeñas cafeterías miserables donde ni siquiera pagan el salario mínimo —le espetó—. No juegues conmigo; no me agrada. Al menos admite que estás usando esto para forzarme a algo que no estaba dispuesta a darte. Un ceño fruncido apareció repentinamente entre sus cejas, causando que su estómago se apretara nerviosamente.
—No te forzaría.
—¿Entonces cómo lo llamarías? ¿Te follo o voy a la cárcel? Que mierda de opciones, Harry —se burló ella. _______(T.N) observó como se le tensaban los músculos de la mandíbula, un marcado tic pulsando a través de ella mientras la miraba.
—Pensé que estaba siendo bastante caritativo —gruñó—. Niega que te interesa estar en mi cama.
—Lo hago. Cada vez que he ignorado tus pequeños esfuerzos mezquinos de flirtear. ¿O no lo notaste?
—También me di cuenta del beso de antes —le dijo él con tono de seducción como terciopelo negro. Su voz rastrilló en sus terminaciones nerviosas y le recordó justamente qué tan bueno había sido—. Ese no fue forzado, _______(T.N). Para de engañarte. Te encantó. Bien, en eso tenía razón. Su estómago se apretó con el recuerdo y el conocimiento de que ella no tenía defensas contra él.
—Estoy de acuerdo con una noche...
—Y dije que una noche no es suficiente. Quiero el verano. Todo el verano. _______(T.N) se congeló. ¿Tres meses? El verano recién había comenzado y él quería el resto.
—¿Por qué? —le preguntó forzando las palabras a pasar por sus labios entumecidos mientras se le quedaba mirando fijamente.
Ocho años atrás, se había escabullido del dormitorio de Harry en la cubierta superior y había escapado del Nauti Harry como un ladrón en las tempranas nieblas matutinas. Pero esa mañana había dejado atrás algo, una parte de sí misma que nunca había recobrado. Ahora ______(T.N) dio un paso atrás a través de la puerta francesa reforzada que daba a la sala de estar y detuvo los recuerdos que amenazaban con abrumarla. Él todavía dejaba una lámpara de baja intensidad iluminando la mesa pequeña colocada al lado del sofá. Ahora había un lujoso sofá color castaño, dónde antes había uno de cuero negro. Un sillón reclinable haciendo juego estaba al lado de la misma mesa. La televisión ahora estaba colgada en la pared, al lado de la entrada y en el otro extremo de la habitación, había una pequeña mesa de comedor y cuatro sillas. Una barra de teca separaba el área del comedor de la cocina, dos taburetes estaban bajo ella. La alfombra era de un espeso y rico verde oscuro. Ocho años atrás había sido de un tostado oscuro. La sala de estar y la cocina ahora eran más refinadas, declarando un gusto más adulto en el mobiliario pero todavía con una gran influencia masculina. Maderas oscuras y pocos adornos. Una foto de su unidad del Cuerpo de Marines estaba sobre la mesa al lado del sofá junto con una fotografía de los primos Traviesos vestidos de camuflaje y una foto de Louis y su prometida, Elly Salyers. No había cuadros o grabados en la pared. No había nada para decorar las estancias. Más allá de la cocina estaban otro dormitorio grande y un baño pequeño, junto con otro baño extra. Desde donde estaba parada _____(T.N), también podía ver la escalera curva que iba hacia la cubierta superior y al cuarto principal y baño, así como también a la cabina de mandos.
Se sobresaltó cuando la puerta se cerró y se trancó detrás.
—Necesito una cerveza —anunció Harry—. ¿Quieres una? _______(T.N) negó con la cabeza mientras agarraba su bolso y miraba moverse a Harry a través de la sala de estar, luego hacia la cocina. Retiró una cerveza de la nevera antes desenroscarle el tapón con un giro rápido y lanzarlo bajo la barra, dónde debía estar escondido el cubo de basura. Fue hasta el fregadero primero, sacó un paño para secar platos de una pila pequeña en la encimera, lo humedeció, luego se lo lanzó a ella.
—Límpiate la cara. Ella sintió náuseas ante el pensamiento de la sangre que la había rociado. Estaba en su cara, en su ropa. Frotó su piel rápidamente, severamente, esperando que pudiese lograr limpiarla mientras él la miraba. Él llevó la botella de cerveza a sus labios y bebió un largo trago, sin apartar la mirada de ella. Se había quitado el chaleco a antibalas, pero todavía llevaba puesta la pistolera y el arma. La camiseta negra se pegaba a su pecho ancho y a sus bíceps abultados. Vaqueros negros de cintura baja en las caderas que esbozaban piernas largas, musculosas y un bulto más que impresionante.
—Estás limpia —le anunció mientras estiraba la mano—. Dame el paño. Su mirada fija se apartó bruscamente de esa zona. Era más que obvio que estaba excitado, listo para ella. Y ella odiaba admitir que su cuerpo había estado listo desde el momento en que le preguntó si estaba dispuesta a abrirse de piernas sólo para él. Le lanzó el paño de regreso, ignorando su sonrisa burlona cuando lo agarró y lo echó al fregadero. Estaba loca. Debería de haberse alejado mientras tuvo oportunidad.
—Una noche —murmuró ella—. Eso es todo. La botella fue apoyada tan bruscamente sobre la barra que la cerveza se derramó por encima, y _______(T.N) se sobresaltó con el sonido.
—No estás negociando —le informó, su expresión endureciéndose—. No me atrapaste a mí posiblemente quebrantando la ley y asociándome con criminales, _______(T.N). Te atrapé a ti. ¿Recuerdas? Sus uñas se clavaron en el cuero de su bolso.
—Y sé lo que quieres a cambio de mi libertad —le espetó ella—. Está bien, quieres follar. Quieres algo que no has podido sacarme en este año: mi cuerpo. Lo puedes tener. Por una noche.
—¿Y si quiero más que una noche? El tono oscuro y aterciopelado de su voz envió un temblor a través de su matriz, apretando los músculos de su estómago mientras ella le devolvía la mirada en estado de shock.
—¿Por qué querrías más de una noche? —negó con la cabeza confundida—. ¿Cuántas mujeres has mantenido más de una noche, Harry? Ella todavía tenía amistades en Somerset a las que les gustaba chismear. Harry era tan jugoso ahora como lo había sido hacía ocho años.
—_______(T.N), no eres las otras mujeres —le dijo con acento sureño—. Nunca antes he tenido que perseguir a una durante ocho años. Ha forjado un hambre. Una que dudo que una noche vaya a saciar. Lo miró parpadeando en shock. Había esperado lo que él quería, pero no esto. Una noche la podía manejar. ¿Más de una noche?
—¿Cuántas noches más? —le preguntó, a duras penas sin que su voz temblara. La expresión de Harry se endureció más aún.
—No lo he decidido.
—¿No lo has decidido? ¿Entonces se supone que tengo que estar lista y disponible cada vez que tengas una erección? Entonces mientras lo consideraba, una sonrisa burlona llenó su cara. Asintió lentamente.
—Eso me serviría. _______(T.N) apretó los dientes e hizo cálculos de cuánto tiempo todavía tendría que esperar antes de que Liam regresara. Él se había ido tres meses. En su última conversación, le había señalado que podría regresar dentro de pocas semanas. ¿Podría manejar ser la amante de Harry por ese tiempo? ¿Podría irse con su alma intacta si lo hiciera?
—No pienses tanto en ello —espetó irritado—. Podría cambiar de idea.
_____(T.N) cruzó los brazos sobre sus pechos y aquietó la cólera que empezaba a crecer dentro de ella. No podía darse el lujo de estar enojada en este momento; tenía que pensar. Harry siempre se las arregló para hacerle un lío mental. No podía dejarle hacerlo esta vez.
—Estás siendo un bastardo —le dijo con contundencia—. Sabes que no estaba involucrada en lo que fuere que estabas haciendo allí. No trafico con drogas, nunca lo hice. Él se encogió de hombros tranquilamente mientras se apoyaba contra la barra.
—No te he visto en ocho años, _______(T.N). Las personas cambian en ese tiempo. —No me digas, y las personas traficando drogas trabajan como camareras en pequeñas cafeterías miserables donde ni siquiera pagan el salario mínimo —le espetó—. No juegues conmigo; no me agrada. Al menos admite que estás usando esto para forzarme a algo que no estaba dispuesta a darte. Un ceño fruncido apareció repentinamente entre sus cejas, causando que su estómago se apretara nerviosamente.
—No te forzaría.
—¿Entonces cómo lo llamarías? ¿Te follo o voy a la cárcel? Que mierda de opciones, Harry —se burló ella. _______(T.N) observó como se le tensaban los músculos de la mandíbula, un marcado tic pulsando a través de ella mientras la miraba.
—Pensé que estaba siendo bastante caritativo —gruñó—. Niega que te interesa estar en mi cama.
—Lo hago. Cada vez que he ignorado tus pequeños esfuerzos mezquinos de flirtear. ¿O no lo notaste?
—También me di cuenta del beso de antes —le dijo él con tono de seducción como terciopelo negro. Su voz rastrilló en sus terminaciones nerviosas y le recordó justamente qué tan bueno había sido—. Ese no fue forzado, _______(T.N). Para de engañarte. Te encantó. Bien, en eso tenía razón. Su estómago se apretó con el recuerdo y el conocimiento de que ella no tenía defensas contra él.
—Estoy de acuerdo con una noche...
—Y dije que una noche no es suficiente. Quiero el verano. Todo el verano. _______(T.N) se congeló. ¿Tres meses? El verano recién había comenzado y él quería el resto.
—¿Por qué? —le preguntó forzando las palabras a pasar por sus labios entumecidos mientras se le quedaba mirando fijamente.
thyarescarleth
Página 2 de 3. • 1, 2, 3
Temas similares
» TRAVESURAS NOCTURNAS HARRY Y TU HOT
» Nueva novela (: TRAVESURAS NOCTURNAS HARRY Y TU HOT
» Mariposas nocturnas
» NECESITO CHICAS NOCTURNAS PARA NOVELAAAAA DE 1D (TODAS LAS VACANTES ESTAN LIBRES)
» Las travesuras de mi hermana (HOT) - Louis tomlinson
» Nueva novela (: TRAVESURAS NOCTURNAS HARRY Y TU HOT
» Mariposas nocturnas
» NECESITO CHICAS NOCTURNAS PARA NOVELAAAAA DE 1D (TODAS LAS VACANTES ESTAN LIBRES)
» Las travesuras de mi hermana (HOT) - Louis tomlinson
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 2 de 3.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.