Seduccion Homicida harry styles y tu

... INTRODUCCIÓN

Una noche como todas en la Morgue. Harry Styles solo tiene que encargarse de un cadáver más... la trajo la policía, nadie la ha identificado aún. Corre el cierre de la bolsa y examina el cuerpo. Sin embargo... está respirando.

Harry la reanima horrorizado. La Chica responde pero
al despertar no puede recordar nada... ni su nombre, quién es o como terminó ahí. Harry la atribuye a los fuertes golpes de su cabeza, que sin duda, el que trató de matarla le causó. Gracias a la identificación de su cartera descubre su nombre... _____(tn)________(ta).


______(tn) acaba al cuidado de Harry mientras él trata de ayudarlo a recordar su vida para que pueda volver a casa. Sin embargo, no sólo descubren que ____(tn)____(ta) no aparece en las computadoras del gobierno... simplemente no existe; además de que la persona que trató de asesinarla... ya sabe que sigue viva y que Harry la ayuda




Sus vidas corren riesgo, sus respiraciones estarán contadas si dan un solo paso en falso. Secretos y sentimientos se comienzan a desvelar. Pronto, ya no se trata sólo de que ___(tn) recupere la memoria... ahora están en una carrera contra el tiempo, entre la vida y la muerte, tratando de mantenerse juntos y vivos...


Y siendo fieles a la terquedad digna de un amor tan letal, el único miedo es...


“-...que te arranquen de mis brazos... –murmuró.


-No dejaré que nos hagan daño...”


¿Pero qué pasa cuando lo que descubres es más grande de lo que creías?


¿Qué ocurre cuando nada es como imaginaste?


¿Y como seguir creyendo... cuando todo parece perdido?







****

ustedes saben si la sigo xDD

SIGUELA ME GUSTO!!!!

PREFACIO






Los acontecimientos de los meses pasados parecían demasiado lejanos ahora. Mi respiración entrecortada y mi corazón acelerado eran lo único que escuchaba.




El pánico se apoderaba de mi cuerpo, así como la esperanza de volver a ver la luz del día se había esfumado.




No era capaz de moverme y no me atrevía a hacerlo de todas formas, ya que estaba conciente de que “él” no había bajado el revólver color negro en ningún momento.




Traté de fijar mi vista únicamente en ____(tn). Yacía tendida en el suelo sin moverse, sobre ese charco de sangre que se continuaba extendiendo por todo el húmedo lugar. Estaba tumbada de lado, dándome la espalda, por lo que no podía asegurar si se hallaba demasiado mal... rogaba con todas mis fuerzas que siguiera viva, aunque la escena no resultaba muy alentadora.




“Él” caminó hacia mí con una cínica sonrisa en el rostro. Yo no permití que mis ojos se apartaran de ____(tn) hasta que ya tenía al sujeto justo enfrente. Miró a _____(tn), luego a mí y chasqueó la lengua con fingida tristeza.




-Las cosas no parecieron salir bien ¿verdad? –me dijo con voz queda. Pegó la punta del arma a mi frente y yo sólo pude tragar grueso.




-No le hagas daño... por favor –dije en un tembloroso susurro, mentalizando mis palabras como las últimas.




-¿Me pides eso después de que ella tratara de asesinarte? –se exasperó.




-No importa lo que halla echo... sólo promételo...




-Y ahí está de nuevo –dijo riendo abiertamente-. Esa cosa patética que llamas amor te trajo hasta aquí... ¡de no ser por ella tu estarías en tu casa tranquilamente! Y ahora sin embargo... –bufó dejando la frase al aire. Yo no hablé-. En fin... te mandaré al infierno junto con ella, así que no la extrañes demasiado.




-Ahí nos veremos entonces... –murmuré con valentía... o quizás testaruda estupidez, observándolo desafiante.




Él soltó un gruñido de inconformidad. Escuché el chasquido que hizo el arma cuando hizo el percutor hacia atrás de forma amenazante, listo para soltarlo y terminar con mi patética vida con ese sencillo movimiento.




Cerré los ojos despacio, sintiendo que la valentía de hacía unos momentos desaparecía por completo.




Cientos de veces imaginé mi muerte, y nunca le temí, pero era horrible pensar que todo acabaría así: Un revólver en mi frente, de rodillas y sin poder acercarme a _____(tn) para cerciorarme si aún respiraba. Más miedo acometió contra mi pecho y el aire pareció solidificarse. Apreté los ojos con más fuerza y derramé un par de lágrimas sin poder evitar el temblor de mis manos que cerraba con fuerza, esperando el ultimo sonido que escucharía... el de un disparo...




Me sorprendía el echo de que morir me asustara tanto. Hacía unos meses estaría resignado, pero ahora no. No quería morir, no quería dejar el mundo de los vivos, porque ahora tenía un verdadero motivo para estar vivo... y ese motivo estaba en el suelo, sangrando abundantemente, y quizás... muerta.




-Discúlpame –susurré dirigiendo mis palabras exclusivamente a mi adorada ___(tn)... que aunque estuviera viva o muerta, de todas formas no podría escucharme-. Discúlpame ___(tn)... –otra lágrima salió de mis párpados fuertemente apretados-. Te fallé... –musité.




El asesino estiró una sonrisa al escuchar mis palabras, pareciendo entretenido de oír mi herido lamento que no se encargó de suavizar su mirada sedienta de muerte... mas bien, la avivó...

ya la sigo

Siguela me gusto
Si necessitas alguna Chica ara Liam aqui me tienes

CAPITULO 1

Aún recuerdo cuando mis amigos en la secundaria hablaban de lo que querían ser de adultos.


Bomberos. Doctores. Abogados. Publicistas...


Yo siempre lo tuve claro, desde los doce años que fue cuando supe de la existencia de la carrera me dije... “Esto es lo que quiero hacer”.


Claro, a muchos les aterra, a otros les intimida...


Mi nombre es Harry Edward Styles Cox dejémoslo solo en Harry Styles y soy un Médico Forense. En pocas palabras... “Me gano la vida abriendo cadáveres”(*)


Siendo un Forense de Inglaterra se gana sorprendentemente bien. No muy sorprendentemente de echo, creo que cada día hay mínimo un asesinato sobre la misma calle en la que trabajo. Eso lo hace tan fascinante... siempre hay un muerto que requiere tu atención.


Desde siempre me he hallado inclinado hacia las cosas que a muchos les parecen inquietantes o terroríficas. Sinceramente, las personas se lo toman muy a pecho: Una persona viva es mucho más terrible que una muerta... al menos la primera sí puede hacerte daño.


A mis veinticinco , mi vida no ha demostrado ser demasiado interesante, claro, porque convivir con fétidos cuerpos en descomposición deja de ser interesante después de un tiempo. Así que en esta etapa de mi vida, podría considerarme una persona “Normal”, aunque a decir verdad, todos somos “Anormales”, dependiendo el punto de vista de cada uno.


Sin embargo, siempre he tenido el presentimiento de que la gente no encuentra “Muy normal” el que una persona disfrute más la compañía de los muertos, que la de los vivos... como yo. Seamos sinceros, al menos los muertos tienen la delicadeza de permitir que les cuentes hasta el más aburrido de tus días y procuran no involucrarse sentimentalmente contigo para después herirte de forma cruel...


Así que cuando era de noche y yo me hallaba sólo haciendo mi labor, no temía interactuar con mis mudos pacientes.


Como la noche en que Ella llegó a mi vida...



Ese día me hallaba muy atareado. Había ocurrido un homicidio múltiple en una casa al norte de la ciudad y el caso me fue encargado a mí. Tuve que realizar cuatro autopsias verificando mis suposiciones acerca de un envenenamiento en la comida, cosa que afirmé después de lavarles el estómago a la adorable familia, hallando restos de una lasaña de curiosa tonalidad. Unos cuantos análisis y el queroseno fue detectado en los aparatos. Caso cerrado.


Me despedí de la familia mientras los guardaba en las bolsas de cadáveres y después en sus cajones musitando un “Dulces sueños” como si arropara a alguien en su cama. Ya serían sus parientes los encargados de llevárselos de aquí.


Continué con mi labor... un par de chicos (o sus pedazos) debían ser identificados después de un catastrófico choque.


Cuando apenas terminaba, me trajeron el cadáver pútrido y desenterrado de una joven de quince años que la policía halló en un parque. Es la clase de casos duros y un tanto deprimentes que ves en las noticias y te erizan la piel... aquí en la morgue es algo de todos los días. Calculé tres meses de muerta, violación y el cruel factor de haber sido enterrada viva... el asesino era todo un bastardo experto en crueldad...


-¿Ya terminaste con la chica? –me preguntó Berenice.


Sé que no me gusta interactuar mucho con los vivos, pero Berenice Ross es una de mis excepciones favoritas. Llegó hace sólo un año a trabajar, fresca e inocente como una lechuga. Actualmente se hallaba a mi cargo, era mi “ayudante”, por así decirlo. Cabello castaño claro, ojos grandes y marrones, cara de alguien mucho más joven y tan asustadiza como un ratón.


Al entrar con su bata puesta (que utilizaba más por higiene que porque en verdad la necesitara) se detuvo, cubriéndose la nariz a causa del olor.


Apenas alcé la vista de mi trabajo al oírlo entrar y reí entre dientes al ver su expresión. Ella se colocó su cubre bocas, idéntico al que yo tenía puesto.


-No necesito ayuda, Bere, gracias... –le dije despreocupado.


-Esque Bob ya se dio cuenta de que me mandaste al salón de café para ganar tiempo –suspiró con resignación.


-Vuelvo a repetírtelo... si tanto te horrorizan los cadáveres, no sé que haces en la Morgue. Dedícate a ser florista o algo así –agregué riendo mientras pasaba el bisturí por los pulmones de mi “paciente”.


-No puedo romper la tradición –me repitió con gesto de abatimiento como siempre que le decía lo anterior-. Ya sabes que por cuatro generaciones, mi familia se ha dedicado a esto...


-Al fascinante negocio de la muerte –musité elevando el bisturí con restos de sangre y tierra de los pulmones, fijando mi mirada ahí meticulosamente-. La pobre habrá tenido los diez minutos más escalofriantes de toda su vida... asfixiándose y luchando desesperadamente por salir... mmmm... –chasqué la lengua.


-Bueno... ¿y que quieres que haga? –preguntó Bere rendida.


-Te envié al salón de café porque es obvio que tanta podredumbre te horroriza. No creo que puedas hacer gran cosa. Además, ya casi acabo.


-Entonces, te observaré desde aquí.


Casi siempre era así. Se quedaba observando y nada más. Admito que en ocasiones era reconfortante que alguien te contestara a lo que decías, cosa que mis difuntos amigos no podían hacer. Ese era el motivo de que lo encubriera con el jefe, en vez de delatarlo. Era un gran oyente y consejero. Casi podía decir que éramos amigos.


-¿Cuánto tiempo llevan estos periódicos aquí?


Su voz me hizo volverme.


Sobre una mesa metálica, contra la que Bere estaba recargado, había un buen grupo de periódicos apilados. Tomó uno y comenzó a hojearlo. Yo volví a mi trabajo.


-¡Esto tiene tres meses desde su publicación! –exclamó sorprendido.


-Son unas de las muchas cosas que guardo en mi locker y olvido sacar –contesté sin darle importancia-. Estaba por llevarlas al bote de basura cuando trajeron a la encantadora Heather a mi mesa. ¿Podrías tirarlos?


-Sí claro... –dijo un poco despistado mientras leía algo en la primera plana de ese viejo periódico-. Aquí dice que Steve Parten escapó de prisión...


Me reí un poco al escucharlo. Sin duda eso la desconcertó.


-Un mes después hallaron su sangre en unas rocas a las orillas de un río. Por lo que parece, la corriente se lo llevó. Yo mismo confirmé en el laboratorio que se trataba de su sangre. Esta más extinto que los dinosaurios.


-Valla... no me enteré... –musitó.


-Claro que no. El gobierno prefiere poner titulares en los periódicos diciendo “POLICIA ESTATAL ATRAPA A PARTEN" que “POLICIA ESTATAL LE PIERDE LA PISTA A PARTEN... MURIÓ POR SU CUENTA”. Es el tipo de cosas que no mencionan para no perder el prestigio.


-¿Hallaron su cuerpo?


-¿Y hacer una búsqueda en el río? ¿Con quién crees que tratas? ¿El FBI? –reí con ganas con sólo pensarlo-. Prefirieron ahorrarse el dinero.


-Pero no estaría de más que el FBI viniera –aseguró Bere seria-. Quiero decir... ese Parten estuvo detrás de los asesinatos de varios hombres...


-Hay cientos de personas que asesinan hombres, mujeres, niños, ancianas y jóvenes todos los días–resoplé impaciente-. El FBI no le va a dedicar dos semanas de investigación a cada uno de ellos. Bere... sinceramente deberías estar acostumbrado.


Ella no dijo nada y acabó por tirar todos los periódicos a la basura.


-Listo, terminé –dije tranquilo, cerrando el cierre de la bolsa para después quitarme el cubre bocas y los guantes-. ¿Podrías llevarla a los cajones? Haz que se sienta cómoda –añadí estirándome.


-¿Te he comentado lo escalofriante que es la atención que les dedicas a los cadáveres? –dijo Bere con voz queda mientras movía la mesa con rueditas.


-Muchas veces –me sinceré-. No entiendo porqué la gente se asusta.


-Porque los tratas como si estuvieran vivos –me replicó con obviedad.


-¿Y solo por estar muertos no merecen el mismo trato? ¡Que racismo!


Berenice puso los ojos en blanco, yo sólo sonreí.


Cuando terminó de guardar a Heather en los cajones para cadáveres que se hallaban como pequeños lockers cuadrados que desplegaban una mesa donde se colocaba al difunto, ella y yo salimos al pasillo hacia la recepción del primer piso, bajando las escaleras mientras charlábamos tranquilamente.


Ya estaba por abrir mi locker y guardar mi bata como ella había echo cuando divisé a alguien en la recepción, o más bien, Berenice lo divisó y el exagerado rubor de sus mejillas me hizo saber al instante de quién se trataba.


Me volví para hallarme con los ojos del detective Liam Payne, que se hallaba hablando con la recepcionista, y ella me señalaba a mí, sin duda, acababa de preguntar por mi funesta persona.


Sonrió y se acercó. Casi pude percibir cuando Bere dejó de respirar a mi lado.


-Tranquila... –susurré sin despegar apenas los labios.


-Harry, Berenice –nos saludó Liam con una inclinación de la cabeza y una sonrisa. Yo contesté al gesto igualmente.


-¡Hola! –exclamó Bere con una sonrisa, luego ésta se extinguió mientras se ruborizaba y se miraba los zapatos.


-Ehm... ¿qué se te ofrece Liam? –le dijo atrayendo su atención para encubrir a mi obvia compañera.


-¿Largo día? –inquirió amable.


-Solo un poco, ya nos íbamos a casa... de echo... –vacilé un segundo-. Recién Bere terminó con el caso que tú te encargaste de investigar, el de esa chica Heather que llevaba meses desaparecida.


-¿De verdad? –la miró.


Bere me observaba con los ojos como plato, yo fingí que no lo notaba. Pero entonces observó a Liam y sus mejillas nuevamente se pusieron rojas.


-S-sí –respondió al fin-. La enterraron viva, calculo... unos diez minutos antes de que se sofocara.


-Valla, pobrecilla...


Liam parecía interesado, yo me volví hacia mi locker para guardar mi bata, ocultando una sonrisita al imaginar la felicidad de Bere. Creo que es una de las pocas personas por las que me preocupo en hacerles ése tipo de gestos.


-Oye Harry , sé que es un poco tedioso que te lo pida –dijo entonces Liam haciéndo que me volviera-. Pero esque hallamos un cadáver en el río hace unas horas. Una Doña nadie seguro, porque nadie la reporta ni la reconoce, pero no sabemos quién es. Sterling me dijo que lo olvidara, que le diéramos sepultura y listo, pero sabes que no me gusta dejar cabos sueltos... ¿podrías...? –sonrió de forma encantadora.

-Sí, claro –dijo al instante Berenice a causa de esa sonrisa e interrumpiendo las palabras que ni alcancé a pronunciar-. Mañana te tendremos todo lo que averigüemos.


-Oh... gracias... –pareció un poco decepcionado-. Gracias Bere... aunque, esperaba que Harry se encargara de eso...


-Ah... bueno... –balbuceó mirando hacia otro lado.


-No me malentiendas –pidió rápidamente-. Pero esque tiene más experiencia en el campo y pues... aprovechando que venía quería saber si querías ir a tomar algo o...


Bere lo observó al instante con los ojos abiertos por completo y poco a poco el rubor que había dejado sus mejillas se apoderó de ellas de nuevo.


-¿Qué...?


-Digo, solo si quieres –apresuró el otro incómodo.


-¡Claro que quiero! Ehm... digo... esta bien –acabó musitando apenada.


-Me encargaré del cadáver, Liam –le dije como si nada mientras sacaba la bata del locker de nuevo para volver a encubrir a Bere-. Son las ocho, ya casi todos se habrán ido y créeme que no hay nada que me guste más que trabajar con el lugar en silencio y quietud.


-¿Lo harás? Muchas gracias –me sonrió alegremente.


-De nada, ustedes diviértanse...


-De acuerdo, iré por el cuerpo, la ambulancia lo puso en una bolsa para cadáveres y me costó recuperarlo...


Se dio la vuelta y salió por las puertas dobles de cristal, bajando la pequeña escalinata hacia su camioneta de policía. Yo lo observaba y luego desvié mi vista a Bere que me miraba impactada.


-¿Viste y escuchaste lo que yo? –exclamó gesticulando exageradamente con la boca y con una cara de no creerlo.


-Sí, Liam Payne , el detective especializado en homicidios te invitó a salir –me reí colocándome la bata nuevamente.


-¡Solo me pidió que fuéramos a tomar algo! –señaló.


-Dios santo, hay que ser idiota para no darse cuenta de que es una cita Berenice –me reí de nuevo. Ella se ruborizó.


-¿En verdad lo crees?


-No es un secreto que te babeas por él desde la primera vez que lo viste entrar para notificar sobre un cadáver hallado en el parque de la ciudad –bufé escéptico-. Y sus visitas son más frecuentes desde hace un año. No es coincidencia.


-¡Oh dios, santo...! –se desesperó cubriéndose el rostro con las manos-. ¡Tengo una cita con Liam Payne !


-Y si actúas así durante la cita creerá que estás loca.


-Gracias Harry –me dijo de repente. Lo miré y me abrazó con fuerza. Yo parpadeé perplejo-. ¡Muchas gracias!


-Eh... claro... –murmuré palmeando su espalda desconcertado-. Ahm... a todo esto... ¿porqué me das las gracias?


-Porque siempre me haces quedar bien con él –explicó al soltarme-. Y porque ahora te quedarás más tarde trabajando solo, y todo porque yo voy a salir con él...


-¡Como si eso me molestara! Sabes que la Morgue es mi segunda casa.


-Y los muertos tus adorables huéspedes –agregó riendo.


-Claro. Seguramente esta visita que Liam ha tenido la amabilidad de invitar a mi mesa será muy bien recibida.


Bere solo rió mientras Liam llegaba con la larga bolsa blanca en sus brazos. Parecía que el cuerpo dentro no ocupaba demasiado, seguramente era el cuerpo de una adolescente. Lo guié escaleras arriba hasta entrar a la sala de autopsias donde me encargaba de trabajar y lo depositó en la mesa metálica libre. Bere venía detrás.


-Bien, aquí la tienes –me dijo al fin Liam sacudiéndose las manos.


-Gracias Liam. Cuídate. Tú también Bere. Que se diviertan.


-Sí, gracias –dijeron ambos.


Liam se dio la vuelta y sonrió a Bere. Ambos salieron, y pude captar la última sonrisa de emoción del castaño justo después de que yo le hiciera una discreta seña con el pulgar para desearle suerte.




-¡Bien...! Manos a la obra –me incliné sobre la bolsa y comencé a correr el cierre despacio-. Bienvenido a la Morgue de Inglaterra, mi amigo, soy Harry Styles, mucho gusto. Estaré encantado de servirte esta noche.... ¡Oh, valla...!


Terminé de descorrer el cierre, observando al joven en mi mesa. No era un adolescente, solo una adulta joven de baja estatura. Mi expresión de sorpresa se debió a los brutales moretones y heridas en su cuerpo, y tatuada de los brazos , solo unos cuantos calcule unos 7 entre sus 2 brazos . Sin duda, el golpe que había causado su muerte era uno de la sien; desde la herida había corrido mucha sangre y que se hallaba coagulada sobre su blanca piel desde la sien hasta el hombro.


Pero no me habían sorprendido los golpes, claro, ya que he visto cosas mil veces peores. Lo que me sorprendió, fue que alguien hubiera sido capaz de arruinar tal belleza con tantas heridas y cardenales. No tuve que examinarla siquiera para percatarme que a la que hoy tenía el honor de atender: Era hermosa.


Su cabello castaño muy oscuro y largo hasta un poco por debajo de los brazos reposaba al fondo de la blanca bolsa para cadáveres, unos cuantos cabellos paseaban por su cara. Me permití retirarlos con delicadeza para apreciarla mejor. Nariz pequeña y redonda, labios carnosos aunque no gruesos y de un rojo pálido que contrastaba a la perfección con su piel. Cejas oscuras, pobladas, pero no demasiado. Todo en la justa medida para lucir el tipo de belleza que no solía venir a parar a mi mesa.


-Me tomó por sorpresa, mi estimada desconocida –le admití con una sonrisita.


Claro, como todo cadáver que iba a parar al hospital antes que a la Morgue ya no llevaba sus ropas, que debían estar empacadas en una bolsa más pequeña. Miré alrededor en busca de la bolsa pero no la vi. Recorrí la bolsa de la difunta, hallandola al final de sus pies, bien arrinconada, una bolsa más pequeña... justo la que buscaba.


-Parece que Liam se quería ahorrar los viajes –le comenté inclinándome para tomarla.


Pero cuando me retiraba, mi mirada “casualmente” pasó por su cuerpo hasta toparme con su cuerpo. Me detuve unos segundos y luego me percaté de que mis mejillas ardían. Reí como para mí mismo y observé el rostro de la muchacha.


-Disculpa a mi morbosa cabeza, pero son cosas que en ocasiones no se pueden evitar –le di la espalda, colocando la bolsa sobre una mesa más firme y comencé a sacar de ahí sus húmedas ropas-. Estás bien armada... –murmuré entonces con una peculiar sonrisa.


“¿Yo dije eso?” me pregunté riendo de nuevo “Valla, va a parecer que me he vuelto un necrófilo o algo parecido”.


Tendí su ropa sobre la mesa en busca de algún cabello o cualquier otra evidencia que me ayudara a buscar a su asesino, pero no había nada a la vista.


-Hmmm... valla –murmuré decepcionado.


Me giré de nuevo hacia ella y la observé de cerca. Mis ojos recorrieron su rostro tan delicado.


-¿Quién pudo haberte echo esto? –me pregunté en voz baja.


Me resultaba insano, estúpido, sin sentido... ¿quién sería capaz de dañar una criatura tan adorable?


Observé su pecho y brazos tatuados hasta llegar a su mano. La observé detenidamente, estudiando cada uno de sus grabados, y despacio, la tomé. Volví a observarla. Mi mano se deslizó desde su mano, por su brazo hasta que subió a su pecho de forma suave.

Tanto contacto con mis pacientes no era común en mí, lo sabía. ¿Qué tenía éste cuerpo en especial que me atraía tanto?

Pero entonces la sentí... con mi mano sobre su pecho pude percibir un movimiento lento, suave... una respiración.

Me aparté al instante soltando un grito como si su piel me hubiera quemado. Lo observé de nuevo con los ojos tan grandes como dos pelotas de ping pong. Logré percibirla con la mirada, aunque apenas... su pecho subía y bajaba lentamente...

Ese cadáver estaba respirando... Ese mujer estaba vivo... Y lo peor era que...

“Prefiero ser un necrófilo que admirar a una persona viva...”
nota : necesito una chica para NIALL :)

Ok yo pido a Niall Si Liam esta ocupado se puede?

sip si se puede :)

Hao!!
Hola me encanto el cap.

SIGUELA !!!

por fa Siguela , me muero por saber que va a pasar cuando ella despiertee!! :wut:


GRACIAS!:) :love:

https://onlywn.activoforo.com/t28594-enganada-zayn-malik-y-tu#1573819


es mi nueva nove las invito a leerla