7 Minutes In Paradise {1D&JB} |nc|

{......}

Aghh, demasiados autos, demasiada gente, era gusto una de las razones por las que odia las fiestas de Bieber, uno, porque invitaba a todos y dos, porque nunca había lugares decentes para estacionarse. ¡Al fin! Después de casi media hora buscando encontró uno no tan lejos ni tan cerca de la casa. La música sonaba incluso desde el lugar donde se encontraba, puso el seguro de su camioneta y se encamino a la puerta, justo cuando iba a tocar Justin abrió la puerta.

-Su realeza, me alegra que si viniera. 

-¿Te conozco? – pregunto con cierta irritación, aunque solo lo hizo para molestar al castaño.

-Muy graciosa Jane, ya entra, Malik no tarda en llegar. – dijo mientras le lanzaba una mirada cómplice.

-Dios Justin ¿No tienes más invitados que molestas? Quítate y déjame pasar. 

-Wow, creo que alguien perdió su Louis Vuitton.

-¡Cállate! Si llego a casa y no están vendré por ti.

-Uy que miedo – dijo mientras temblaba exageradamente.

-O mejor, voy con Effy. Eh oído que ambo se lleva bastante bien ¿No? – después de eso la rubio se alejó en busca de Clarisa y Emily, sus amigas.

Después de una larga búsqueda se percató de que ambas estaban con sus respectivas conquistas, lo cual no le importó mucho porque había más de uno en esta fiesta que se le acercaría para invitarla a salir, de los cuales ninguno saldría de esta fiesta con ella, no lo aceptaba, pero tenía cierta atracción por una sola persona, la cual no podía ver ni en puntura pero siempre anhelaba verlo y saber que el la miraba, siempre habían sido pleitos entre ellos dos, unos era rebelde y mujeriego y ella era la Reina Summers, la que no podía vivir sin usar una prenda de marca o accesorios que la destacan de entre todas las demás. Justo cuando estaba a punto de subir las escaleras sus estomago se estrujo, Diablos, debí de ir al baño antes de salir, corrió al baño más cercano. Pero al parecer tendría que esperar.

-¿Disculpa, podrías retirarte? Estás obstruyendo la entrada. – reclamo en un forma agridulce. 

-Creo que ese es mi propósito – respondió  

-¿Tu propósito es impedir a los demás hacer pipí?  

-Mi propósito es que mi amiga, pueda hacer del baño sin ser interrumpida.

Sin más remedio y con una mueca de disgusto en su rostro Jane suspiro, acomodándose para poder resistir la espera.

-Dawson ¿verdad? – preguntó un poco más tranquila, pero igual de irritada.

-Sí, y tú eres Jane Summers

-Eso no me sonó a pregunta.

-No lo fue, todos saben quién eres.

-Lo sé – sonrió, eso en definitiva ayudaría a su ego, pero al mismo tiempo se sorprendió que aun sabiendo quien era le hablara de esa forma, usualmente se congelaban de solo verla- .Es por eso que me sorprendió la forma en que me contestaste.

-No quise ser grosera. – se disculpó.

-Tranquila, está bien solo... ¿Me harías un favor?

-Claro.

-¿Cuidarías la puerta para mí también?

{......}

Una vez fuera del baño conoció a Sophia Smith, una castaña con una impresionante condición física, podría pasarse una semana ejercitando y aun así asistiría a la escuela, y claro también estaba Storm Dawson, la presidenta estudiantil, más responsable que los mismos profesores. Las tres estaban sentadas en el sofá, justo frente a la pista de baile improvisada, cuando todos salieron disparados a la puerta y a las ventanas. Una pelirroja paso al lado de ella, la tomo par la muñeca y la interrogo mientras la joven se ponía algo pálida.

-¿A dónde van todos?

 -Acaban de llegar – exclamó emocionada-. El auto de Harry Styles está aparcando en la entrada. – después eso la pelirroja salió corriendo con sus amigas.

-Agh, esos chicos tienen el ego más grande que Rusia. – declaró mientras ponía los ojos en blanco.

-Si bueno, no podemos negar que son muy guapos – repuso Sophia dando un sorbo a su vaso de refresco.

-Aun así, eso no les da derecho a tratar a los demás como se les dé la gana – acuso Storm.

-Vale, pero tampoco es que Jane aquí trate muy bien a los demás – indicó Sophia algo incómoda.

-Es diferente, Styles por ejemplo, se lleva a la cama a una pobre tonta cada noche y después las desprecia como a pañuelos. Yo jamás haría algo así.

-Oh por favor Summers, tú también desprecias chicos como a pañuelos. – Elizabeth Scodelario, la persona más orgullosa de la escuela o quizás de la faz de la tierra, otra popular y conocida, no eran amigas, pero la conocía por fiestas que su padre y los padres de ella asistían, su padre era empresario al igual que el suyo.

-Ah, pero jamás los he mentido a mi cama Scodelario, además ellos son hombres – respondió en confianza.

-En eso tienes razón. Los hombres especialmente a esta edad sólo piensan en una cosa, yo lo sé, tengo hermanos – Elizabeth se sentó con confianza a nuestro lado en el brazo del sofá.

-Si bueno. ¿A qué debemos el placer de tu compañía? – pregunte

-Todos han ido a ver a los tontos bajar de un auto y dicen que va a haber un juego o algo así. Ustedes parecen tener cerebro.

-Parece que los idiotas nos reunieron – habló Sophia-. Un gusto Elizabeth, soy Sophia Smith.

-Llámame Effy – pidió ella y poso su vista en Storm- A ti te conozco.

{......}

Minutos después nuestro “grupo” creció, Paola Odiar y Perrie Roth, ambas eran desconocidas para la rubia, pero para su sorpresa le agradaron, jamás imagino que alguien con el cabello verde y del lado izquierdo rapado o una que parcia tímida y linda para volverse en la alburera más grande del mundo, pero claro aun siendo graciosa y muy divertida.

-¡Hora de jugar! – interrumpió Justin sobre toda la música.

-¿Alguien ha escuchado el juego de 7 minutos en el paraíso? Bueno, me alegra informarles a las damas, que seis afortunadas tendrán la suerte de jugarlo con mis amigos y su servidor.

La exclamación fue mayor esta vez, pues eran los chillidos de cada chica en le fiesta, excepto de nuestro pequeño grupo.

-Pero que idiotez – murmuró Effy rodando los ojos lo suficientemente bajo como para que sólo nosotras escucháramos.

-¿Escucharon algo? – pregunto Justin dirigiéndose a nosotras-. Parece que se ha formado un interesante grupo aquí – caminó en nuestra dirección.

La multitud hizo un espacio para que llegara hasta nuestro grupo.

-No molestes Justin – digo irritada.

-Búscate otras perras para tus juegos – habló Paola.

-Me parece que ustedes son las que estaba buscando – insulto.

-¿Acabas de llamarnos perras? – acuso Perrie.

-Bueno... no quise decir eso. Me refería a que ustedes son las candidatas perfectas.

-Creo que pasamos – dijo Storm con una sonrisa falsa mientras todas asentíamos.

-Bah, no creí que fueran unas gallinas aburridas – nos retó y los demás abuchearon, como si nos importara.

-No somos gallinas – Sophia frunció el ceño.

-Entonces vamos a jugar.

-Bien – sentenció Effy -. No dejaré que un idiota nos llame gallinas.

-Perfecto señoritas – habló complacido, ignorando el insulto de la castaña.-Uno de mis amigos está en el armario de allá. ¿Quién va a ser la primera? – Nos miramos entre nosotras -. ¿Qué tal la presidenta? – sugirió burlón -. Si, tu, vamos Storm, ven acá.

{......}

Esto sería algo interesante, nadie jamás creería que la presidenta estudiantil jugara esta clase de cosas, o nadie creería que nosotras seis formaríamos un grupo como este, todas habían pasado ya, por un momento pensé que yo no pasaría, en el transcurso de todas las entradas y salidas de ellas había sido regañada por mi curiosidad y mis nervios fueron aumentado, por un momento tuve la idea de salir de ese círculo con la excusa de que iría al “baño”, pero justo cuando estaba a punto de hacerlo  Perrie salió, ruborizada y con una sonrisa, pero me pareció ver una mirada incrédula, en estado de shock, “chisme, esto será un gran chisme” lo sé, quizás me oigo muy creída o más bien muy chismosa, pero al final de esto todo sería chisme, rumores que no harán más que molestarnos durante el año escolar.

-¿Quién falta? – pregunto Justin asiéndose el occiso porque me miraba como esperando que alzara a mano, bien ya eran tres razones por las que odiaba las fiestas de aquel idiota, siempre salía con sus juegos -. ¡Vamos Summers! Tus amigas ya pasaron solo faltas tú.

-Sabes Just, sería tan fácil darme la vuelta y dejar al idiota del closet esperando. Pero no soy tan niña como para salir corriendo.

-¡Eso es todo Jane!  Vamos, tu galán te espera. – ¿Galán? Ay no, esto me sonaba mal, mientras me ponía la venda me daba todas la indicaciones de cómo sería el juego, 7 minutos dentro y 10 segundos para que nos arreglemos-. Lo reserve para ti, sé que te gustan los morochos malhumorados.

Dios, una vez dentro del closet mis piernas me temblaban, mi corazón palpitaba tan rápido que sentía sus latidos hasta en mis sienes, ese olor, ¡Lo sabía! Se quitó la venda con tanta velocidad que ni ella se lo creyó, no sabía si estar enojada  o feliz, Malik era guapo, muy guapo para ser honestos y ella siempre había sentido algo por Él, un que claro, jamás de los jamases se lo declararía. 

-Dios Summers ¿No pudiste esperar? – Hablo con voz ronca, habría contestado si no fuera por el nudo en mi garganta, Zayn soltó una risita mientras estiraba su mano y sobaba su mejilla -. Planee un modo de quitarte la venda, pero dejemos las palabrearas para después amore mio.

Y la beso, de una forma dura y posesiva, como si reclamara su propiedad en un beso, su lengua entro de como un látigo, sin titubear su lengua examino todo a su paso, cuando ambos miembros bucales se encontraron, Zayn la masajeo con más gentileza. Su manos derecha estaba posesivamente sobre su espalda baja apretando su cuerpo con Él, su mano derecha sobo desde las costillas hasta su pecho izquierdo, lo sobo despacio, como si realmente tuvieran más de 7 minutos. ¡7 minutos!, solo 7 malditos minutos, separo las piernas y se colgó de Él abrazando su cadera con las piernas, lo cual Zayn no desaprovecho, pegando su ingle a la de ella y simulando una penetración. 

-Dios, se siente tan bien – gimotee mientras el besaba y mordía mi cuello. 

-Jane deberías de tener el cabello recogido – susurro sobre este, causando que soltara una carcajada -. Me encanta tu risa y tu sonrisa. – Malik alzo mi falda alcanzando mis bragas, Dios por un momento desee que no fuera un maldito juego de 7 minutos. 

-¡10! – se escuchó desde afuera.

-Bájame – gemí 

-¡9! – Zayn parecía sordo porque ni me soltó ni se separó de mi cuello -. ¡8!

-Zayn bájame 

-¡7!

-Malik 

-¡6!

-¡Malik bájame! 

-¡5! – empuje a Zayn moviéndolo solo unos centímetros, mientras yo trataba de arreglar mi vestido y recuperar el aliento, Zayn solo reía y me ayudaba con el cabello -. ¡3! – Zayn me abrazo posesivamente y me daba otro beso, pero esta vez con más suavidad y gentileza, su mano se encontraba en mi trasero tratando de alzar la falda cuando Justin abrió la puerta y sonrío pícaramente -. Vamos Malik ya tuviste tus 7 minutos.