Being a Hero (Harry Styles y tu).

wiiiiwi! espero el cap <3

mas wiiiiiiwi...
pasé de páginaaaaaaaaaaaaaa!
Huuuuuuuuuhuuu! <3

Papá y yo nos encontrábamos admirando los pasillos de la escuela, un lugar muy grande lleno de oficinas silenciosas, salones y lockers. Habían tenido que hacerme varios estudios para asegurarnos de que todo iba bien conmigo y así pudiera estar en una escuela.
— ¿Segura que no prefieres a la Sra. Louise? Ella es…
—No papá, me está gustando mucho éste lugar.
Seguimos caminando pasillo por pasillo mientras papá seguía intentando convencerme de que estar en casa con la profesora Louise  era una mejor opción.
—Quédate aquí— me dijo mientras entraba a una de las tantas puertas del pasillo. “Coordinación” leí en mi mente.
Me senté recta y pegada al respaldo de una de las sillas junto al tal saloncito; mis piernas estaban completamente juntas al igual que mis pies, y así me mantuve un largo rato.
Reinaba un tranquilo silencio por el pasillo y había llegado a mi límite, así que me paré sin gana alguna y empecé a caminar alrededor del lugar. Veía que los lockers tenían un número grabado. “1020” “1021” “1022”. Caminaba leyendo cada número y sin darme cuenta terminé al otro lado del pasillo. Entonces llegué a una puerta que daba a un salón de clases. Veía como todos estaban callados e inexpresivos. El profesor gritaba cosas que no lograba escuchar, solo estaba segura de que los gritos iban dirigidos a un joven que se encontraba parado y con una posición de orgullo. Al ver cómo finalmente el chico se dirigía hacia la puerta, rápidamente me recargue en los lockers.

—Lo siento — le dije sin pensar y sin ninguna razón. Él tan solo me dirigió una mirada furiosa y al mismo tiempo confundida. Vi que tenía unos hermosos ojos verdes, era un chico muy atractivo. Rápidamente voltee mi cara sonrojada mientras de reojo veía como aquel chico se alejaba sin ni siquiera voltear. Esa fue la primera vez que lo vi.
 
— ¡Jane!— Era papá quien me gritaba desde lo lejos. Me hacía señales con su brazo indicándome que ya debíamos irnos.

—Siento mucho la tardanza, pero tenía que arreglar unos asuntos. — No respondí. Me había quedado perdida en los ojos verde jade del muchacho.
— ¿Jane?
— ¿Si?
— ¿Pasa algo?
—No, estoy perfectamente.
— ¿Segura?
— ¿Qué hacías en coordinación?— cambié de tema.
—Solo arreglaba unos asuntos importantes.
—Bien…— no quise preguntar más.
—Entonces, ¿me he tardado mucho?
—Demasiado diría yo.
—Lo siento, pero creo que te gustaría saber algo…— Lo voltee a ver atónita y confundida. —Estaremos ocupados este fin de semana, empezarás el lunes.




Capítulo corto D: perdón por haber tardado pero esta semana subo cap más largos.

no te preocupes! subiste cap y es lo que cuenta, a demás me encantó! seguila <3

Ahhhh. Perdón por no subir capítulo ésta semana. El próximo lo subiré probablemente hasta el martes porque el archivo donde lo guardé está en mi otra computadora en la casa de mis abuelos D: PERDONAR POR FAVOR. 

Bieeeeen. Sucede que tengo una infección en mis ojitos y no veo muy bien. No me dejan estar en la computadora entonces quiero avisar que tal vez suba un capítulo bastante corto. NO ME ODIEN :( ya sé que soy un monstruo.

no te preocupes, linda! si sabré yo de ojos u.u es mejor que no pases tiempo en la compu, o que descargues un lector de pantalla! (Programa que lee toodo lo que aparece en la compu) jajaj yo tengo que usarlo, de otro modo no podría estar acá! espero que te mejores :) y no te preocupes!

—Entonces, ¿te ha gustado la escuela?— preguntó papá mientras metía los palillos de pasta al agua hirviente.
—Sí, bastante.
— ¡Mañana empiezas!
—Lo sé.
—Para que me quede más tranquilo quiero que lleves tus medicamentos contigo, Jane.
—Sí, claro. —Sonreí  levemente.
—Gracias. —Entonces nos quedamos en un tenso silencio mientras preparábamos la comida. Ambos metidos en nuestro mundo.
—Jane, vi que te… topaste con un muchacho. — Torpemente mis manos dejaron caer la cuchara que llevaba. Me sonrojé.
—Lo siento, debo ir a revisar de nuevo los libros y esas cosas, ahora vuelvo. —Jamás había tocado temas así con papá, nunca pensé en hacerlo. Me apenaba mucho, además tenía que pasar una eternidad para que alguien me atrajera.

Salí de la cocina sin mostrar la cara y subí las escaleras lo más rápido que me fue posible. Al llegar a mi habitación tomé mi mochila y empecé a contar y a inspeccionar los libros que se encontraban en ella.
Repasaba una y otra vez la lista de libros y cuadernos aunque ya sabía que todo estaba perfectamente. Mis dedos pasaban la hilera de útiles que se encontraban en la mochila. Entonces sentí cómo un leve calor recorría mi cara. Un líquido caliente recorrió mi barbilla. Al caer una gota de aquel fluido en uno de los libros, me percaté de que se trataba de sangre.

Toqué levemente la parte superior de mi labio y al instante mis dedos se mancharon del color rojizo.

—Eh, Jane la cena…—dijo papá desde la entrada de la habitación. Sin pensarlo voltee a verlo.
— ¿Pero qué? ¿Qué sucedió?— Corrió por una toalla húmeda.
—Estoy bien papá.
— ¿Estás mareada? ¿Vista borrosa?
— ¡Solo es un poco de sangre!
— ¿Estás segura que estás bien?
—Papá, si no vas a sacar el pastel de carne del horno se va a quemar— dije con monotonía. Se quedó observándome por unos instantes.
—Cierto.
Me entregó la toalla húmeda y corrió hacia la cocina. No era muy común que sangrara cuando estaba totalmente sana, y mucho menos al sonrojarme.

—Se ha manchado. — Suspiré molesta mientras tomaba el libro con la salpicadura escarlata.

Bajé las escaleras como si no hubiera sucedido nada. Papá dirigió su mirada hacia mí mientras colocaba los cubiertos en el comedor. Estaba segura que dijera lo que dijera o cualquier alego, no lo calmaría a menos de que llamara a un especialista; papá siempre era así, por cualquier insignificante accidente que tuviera, era un buen motivo para llamar a un médico.

— ¿Mejor?—Colocó los últimos cubiertos —.Debería llamar al señor Patrick.
—Papá, llamar al Dr. Adams no servirá de nada. Sabes que aunque volviera a enfermar, yo ya no querría…
— ¡Cállate Jane!— Golpeó la mesa haciendo que un vaso callera—. Si se requiere llamar al Dr. Patrick Adams se hará sin cuestionamientos, ahora siéntate a comer.

Ambos nos quedamos en nuestra misma posición por un largo rato, en silencio. Era lo suficientemente orgullosa para darle la espalda y dirigirme hacia mi cuarto, pero en vez de eso, me senté observándolo con desdén y orgullo. Él, a diferencia, sólo se sentó silenciosamente y comenzó a servir del pastel de carne.




— Con el Dr. Adams. — Estaba pegada a la puerta emparejada hacia la habitación de papá. Escuchaba su conversación con el médico.
— ¿Buenas noches Dr. Adams? — Comenzó con seriedad. Esa era su manera de hablar cuando estaba disgustado, es decir, casi siempre. Jamás odié a papá, solo odiaba el hecho de que se preocupara tanto por mí que ciegamente, en realidad, pocas veces fue una figura paterna para mí—.Sucede que ésta tarde Jane sangró de la nariz y ambos sabemos que…no es una buena señal— finalizó con la voz quebrada. Esperé un largo rato para escuchar nuevamente la voz seria y casi recuperada de papá—. Ajá, si… claro, por supuesto, totalmente de acuerdo doctor. Pero para estar seguros ¿podremos hacer una cita para este fin de semana?— Tan solo escuchaba la voz del Dr. Patrick, sin embargo no lograba entender sus palabras.

—De acuerdo, gracias, pase una buena noche. —  Me alejé cuidadosamente de la habitación de papá.
— ¿Jane?— Escuché gritar tenuemente a papá desde el cuarto, no contesté—, debo estar alucinando.


¡Pi pi pi! Vibró y sonó estruendosamente la alarma de mi reloj, que marcaba cuarto para las siete. Marcaba mi primer día de clases en toda mi vida. Adiós a las lecciones en casa y adiós a los tiempos vacíos y aburridos. Cuarto para las siete, hora en que empezaba mi nueva vida, quizá algo más salvaje de lo que conocía pero sin duda, hora de un cambio.

Me sumergí en mis pensamientos mientras esperaba a que el agua se calentara. Desperté sin ningún esfuerzo y el agua caliente haría un excelente trabajo en despabilarme. Pasé cuidadosamente mi mano sobre las gotas que caían de la regadera. Mi mente se dirigía de un tema a otro, sin enredarse ni dar círculos, sólo viajaba de pensamientos y así llegué a recordar al muchacho con el que me topé en la escuela ¿Lo volvería a ver? ¿Me reconocería? De pronto fui interrumpida.

—Jane, si no quieres llegar tarde mejor sal ahora— dijo papá mientras tocaba con firmeza la puerta.
—Pero si sólo llevo…
—Llevas dentro media hora, Jane.
—Sal del cuarto papá. — Le ordené con amabilidad. Salí enrollada en una toalla casi corriendo e intentando no resbalar.  Me cepillé los dientes, mi cabello y tomé la primera playera que me encontré. Me puse con trabajo unos jeans y seguidamente unos flats.
— ¡Jane, ya me voy!— gritó papá de mala gana desde la entrada de la casa.
— ¡Espera un segundo, no puedes irte sin mí!— Corrí por el pasillo y por las escaleras.
— ¡Llegas tarde!

Entré acelerada al auto mientras papá observaba los espejos retrovisores. Encendí el radio para escuchar algo de música. “Im still here”  nombré la canción en voz baja, simultáneamente respiraba rápidamente.

—Estuviste corriendo— afirmó.
—Por una buena causa.

Era una mañana fría y despejada como siempre solía estar en Cheshire. Las calles estaban algo llenas de gente que se ejercitaba, paseaba a su perro, hombres de negocio en sus autos o padres que iban a dejar a sus hijos a la primaria. Siempre me gustó observar las calles y maravillada veía como la ciudad ya se movía a las siete y media de la mañana, incluso antes.

Pasamos por varias avenidas y cuadras, quince minutos después, contemplé unos tres edificios alargados; El de en medio, más grande que los otros dos, tenía un enorme reloj antiguo con números romanos; habían numerosas ventanas y grandes puertas que daban al interior de la torre. El campus estaba lleno de profesores y alumnos, unos caminaban apresuradamente y otros platicaban tranquilamente bajo los árboles del área. Aunque ya había estado ahí una semana antes, verlo lleno de gente a su alrededor era más emocionante.

—LLEEEE-GAMOS— dijo papá con leve entusiasmo. Por un momento me negaba a salir del pequeño automóvil y mi sonrisa era nerviosa.
—Nos vemos hasta tarde pá.
—No sueles decirme “pá”, Jane— dijo tranquilamente—. Que tengas un buen día. — Jamás pensé que escucharía esas palabras.

Al bajar del auto, caminé sobre el cemento sin mirar atrás. Todo parecía una jungla; profesores caminaban de aquí a allá con sus vasos de café a la mano; porristas haciendo pirámides y piruetas en medio del camino y sobre todo gente desesperada que buscaba entrar al edificio sin ahogarse entre la multitud, como yo.

— ¡Hola!— me sorprendió una voz dulce y calmante, no sabía si se dirigía hacia mí — ¿Hola? ¿Estás ahí?— Voltee mi mirada hacia la agradable voz y me encontré con un chico mucho más alto que yo, una dulce cara y unos ojos avellana que destellaban un brillo de bondad.

—Ummm, hola— dije en tono introvertido.
—Soy Liam…Payne ¿Y tú eres…?
—J…Jane, Jane Flint— balbucee.
—Nunca te había visto por aquí. Te vi algo sola y pensé en acompañarte, además no hace falta saber que eres nueva, así que también puedo ayudarte con tus horarios y estas cosas.
—No hace falta que me tengas lástima.
—Bueno, no es lástima, yo le llamo cordialidad con un toque de amabilidad, pero si te molesto puedo irme.
—No, en realidad me agradas. — Liam sonrió. Entramos con esfuerzo a la torre, donde habían escaleras y pasillos enormes, luces colgaban del alto techo y se escuchaban bullicios al rededor. Lograba reconocer perfectamente los pasillos en donde estuve días antes, sin embargo no sabía exactamente a dónde ir.
—Seguro buscas tu grupo. Te entregaron un horario cuando te inscribiste, ahí viene tu grupo y salón asignado, yo soy del grupo C ¿Ya has visto el tuyo? — Negué con la cabeza y enseguida busqué entre mis cuadernos. Vi una pequeña cartulina rectangular amarillenta en la que se encontraban varios datos. Comencé a leerla mientras Liam me observaba con atención.
—B— dije en voz baja, aunque al parecer él escuchó.
—Te tocó con el profesor Carton, es de historia y es bastante estricto. Llegar tarde a sus clases es lo peor que puedes hacer en éste lugar. Pero no te preocupes, tengo amigos y amigas en tu grupo, puedo presentártelos para que no estés tan sola— explicó Liam como un guía turístico.
—Sería genial— dije monótonamente. Entonces escuché  el mismo timbre que sonó la vez que vine con papá.
—Hora de clases, si no te apuras la multitud te va a aplastar viva.
—Pero no sé cuál es mi salón.
—Está en frente del mío, puedo guiarte— Liam me tomó del brazo, jalándome cuidadosamente entre la masa de gente. Su mano contra mi piel era suave y delicada lo suficientemente duro para no soltarme pero lo suficientemente  cuidadoso para no herirme.

Pasamos unos dos pasillos y subimos con aún más trabajo las escaleras. Había lockers en cada piso y pasillo, a su lado puertas con una ventanilla que mostraban el interior de los saloncillos. Nos detuvimos en un pasillo ancho con aún más casilleros, habían unas cuantas personas en él. En medio del pasillo, estaban dos aulas, cada una de las dos en un extremo del ancho del pasillo. Mi salón y el de Liam.

—Bien, nos veremos luego, si tú quieres. — El muchacho e sonrió, mostrando una afable mirada reconfortante.
—Sería estupendo. — Di media vuelta y con cautela y silencio. Tome la fría perilla alargada y me di paso a mi nuevo grupo de clases.

Al entrar todos andaban en desorden, riendo, a veces gritando y la mayoría sentados en la mesa de sus pupitres; las largas ventanas estaban abiertas dejando pasar la tenue luz del sol y algo de aire. No sabía dónde sentarme o si el profesor tenía que señalarme mi lugar, así que solo me quedé quieta en la entrada y con la mirada al suelo.

— ¡Sentados!—  Di un pequeño brinco al escuchar la ronca y severa voz desde la entrada. Al voltear, supe que se trataba del profesor Carton, como me había dicho Liam. Todos al instante obedecieron y no se escuchó ni si quiera una mosca.
—La clase anterior trató sobre la Guerra Civil en España, si no me equivoco— comenzó el profesor mientras caminaba de un lado a otro. Yo permanecí parada con las mejillas tensas y sonrojadas, incapaz de llamar la atención del señor Carton.
—Profesor…— Alzó la mano una chica con desde atrás.
—Diga señorita Maryssa. — La chica solo se limitó a señalarme para indicarle al profesor mi presencia. Sin entender por qué, escuché algunas risas y murmullos.
— ¡Oh! Usted debe ser la chica nueva, pensé que nunca llegaría. Por favor, siéntese junto a la señorita Clawse— dijo señalando un ligar vacío en la tercera fila de los escritorios.

Con esfuerzo subí mi mirada y vi que todos me observaban en silencio, sin embargo sentí que miles de críticas se me clavaban en la espalda. Caminé hacia donde el profesor me señaló con pasos pequeños y sigilosos. Las miradas se fueron disminuyendo, pero había una que me perturbaba hasta dejarme los pelos de mis brazos rizados. Busqué desesperadamente esa mirada tan penetrante y justo cuando llegué a mi asiento, me di cuenta de que la mirada era del chico de ojos verdes con el que me topé hace unos días.

me encantó el cap! espero esté todo bien con Jane... es la primera vez que no leo a la escuela como algo abrrido! jajaja me encanta como escribes
Wooow compañera de Harold! asfghj Liam fue muy tierno <3 me encanta la nove!

Menina escribió:me encantó el cap! espero esté todo bien con Jane... es la primera vez que no leo a la escuela como algo abrrido! jajaja me encanta como escribes
Wooow compañera de Harold! asfghj Liam fue muy tierno <3 me encanta la nove!

Ah me hiciste una sonrisota :* que bueno que te guste la novela, gracias por leerla jaja. :aah: 

Cinderella ❥ escribió:

Menina escribió:me encantó el cap! espero esté todo bien con Jane... es la primera vez que no leo a la escuela como algo abrrido! jajaja me encanta como escribes
Wooow compañera de Harold! asfghj Liam fue muy tierno <3 me encanta la nove!

Ah me hiciste una sonrisota :* que bueno que te guste la novela, gracias por leerla jaja. :aah: 

jhajaja ahora vos me hiciste una sonrisota a mi! :) gracias a vos, amo leerla <3