Si me amas tienes que confiar en mi

Cuando una bella mortal comienza a cazar vampiros en Central Park, los Vampiros
hacen lo lógico en estas circunstancias: llamar a su más poderoso guerrero para que la
detenga: el general del ejército Vampiro, Zayn Malik.
Zayn Malik ha estado muerto durante casi quinientos años y ya nada, ni nadie,
consigue asombrarlo... hasta que aparece _______ Wallace. Sólo una mirada a esta seductora agente del cuerpo de élite de la CIA “Equipo Estacar” basta para pararle el corazón. Pero entonces descubre que ella es una asesina de vampiros, dispuesta a matar a los monstruos que terminaron con la vida de sus padres, y el deber de Zayn es detenerla.
El único vampiro bueno es el que está muerto. Ese ha sido el lema de _____ desde
que consagró su vida a la destrucción de esos seres. Y ahora le toca a Zayn Malik
hacerle cambiar de idea.
Vale, él es un sexy guerrero Highland que parece recién salido de una portada de
novela romántica, con acento, kilt, y espada incluidos; pero también es uno de ellos. Y su
misión es exterminarlos.
La batalla acaba de comenzar, pero, ¿terminarán destruyéndose... o sucumbiendo a
una pasión que dure eternamente?

Después de cuatrocientos noventa y tres años de teletransportarse de un lugar a otro, Zayn Malik  todavía sentía el impulso de mirar debajo de su falda para asegurarse que todo había llegado sin averiarse. Había algunas áreas en las que un hombre, vampiro o no, odiaba ser estafado. Se resistió, sin embargo, ya que no estaba solo. Acababa de
materializarse en la oficina que Roman Draganesti tenía en Industrias Romatech y el antiguo monje estaba sentado detrás de su escritorio, mirándolo con calma. Zayn blandió la claymore, su enorme espada escocesa, de su espalda.

–Muy bien, viejo amigo. ¿A quién puedo matar por ti esta noche?
     Roman se rió entre dientes.
     – Siempre listo para la acción. Gracias a Dios nunca cambias.
     Zayn  se estremeció interiormente. Había sido sólo una broma.
     –Ya... ¿Necesitas que mate a alguien?
     – Esperemos que no. Creo que un buen susto será suficiente.
     –Ah– Por el rabillo del ojo, Zayn  vio la puerta abierta–. ¿Y no podría
hacerlo Connor? Es un hombre bastante feo.
     –He oído eso– Connor entró en la habitación, llevando una carpeta.
Sonriendo, Zayn se sentó y puso en su regazo la vaina con su claymore
favorita.
     –Entonces, ¿cuál es el problema?
     –El cazador ha regresado. Un vampiro fue asesinado anoche en Central
Park–, explicó Roman–. Un ruso Malcontent.
     –Ouch, eso es bueno–. Zayn asintió con la cabeza. Un Malcontent
menos de qué preocuparse. Los vampiros asesinos que no querían
modernizarse y beber la sangre sintética fabricada en Romatech.
     –No, es malo –, respondió Roman–. Katya Miniskaya acaba de llamar y
nos acusa del asesinato.
     Ante el sonido del nombre, Zayn apretó la vaina de cuero y mantuvo
su rostro en blanco.
     –Me sorprende que siga siendo la Maestra de su Aquelarre.
     Connor se sentó en la silla junto a Zayn.
     –Es suficientemente cruel como para serlo. He oído que algunos de los
rusos que se quejaron por tener un Maestro que es mujer, no sobrevivieron
más de una noche.
     –Si, ella puede ser muy cruel–. Zayn  sintió la mirada de simpatía de
Roman sobre él y miró hacia otro lado. El monje sabía demasiado.
Afortunadamente, todas las faltas que había confesado a su viejo amigo
tuvieron lugar en la más estricta confidencialidad.
     –Katya nos amenaza–, Connor continuó–. Si alguien más de su aquelarre
es asesinado, nos va a declarar la guerra a nosotros.
     –Maldición–, murmuró Zayn–. Entonces, ¿quién es el cazador? Puede
estar causando problemas, pero merece una medalla–, miró a su empleado.
Connor soltó un bufido.
     –Yo no lo haré, como tampoco lo harán mis hombres. Nos pagan para
proteger a Roman, su esposa, su casa y su negocio, y sólo somos tres para
hacer el trabajo. No tenemos tiempo para vagar por Central Park.
     Zayn asintió con la cabeza. Como propietario de MacKay Security and
Investigation, que proporciona protección para un número importante de
Maestros de Aquelarre como Roman, había reasignado recientemente a cinco
de los hombres de Connor.
      –Siento dejaros pocos jugadores, pero necesito a todos los hombres
disponibles en el terreno. Es imperativo que encuentre a Casimir antes de
que...
      Zayn no quería pronunciar las palabras. Demonios, ni siquiera quería pensarlas. Durante trescientos años habían creído que el vampiro más infernal
del mundo estaba muerto, para descubrir hacía poco que aún estaba al acecho con la intención de matar y destruir.
      –¿Hubo suerte en la búsqueda?– preguntó Roman.
      –No, solo pistas falsas–.Zayn tamborileó con los dedos en la vaina de
cuero de su regazo–. Entonces, ¿tienes alguna idea de quién es el cazador?
¿Podría ser el mismo que mató a unos cuantos Malcontents el verano pasado?
      –Creemos que sí–. Roman se inclinó hacia delante, apoyándose sobre los
codos. –Connor piensa que está trabajando para la CIA.
      Zayn parpadeó.
      –¿Un mortal matando vampiros? Es muy poco probable.
      –Creemos que está en uno de los Equipos Estacar–. Connor golpeó la
carpeta que llevaba. Escrito en negrita en la tapa se leía Equipo Estacar. Hubo
una pausa incómoda, ya que todos sabían que el jefe de los Equipos Estacar
era el suegro humano de Roman. Zayn se aclaró la garganta.
      –¿Piensas que el padre de Shanna es el cazador? Sin ánimo de ofender a
tu esposa, Roman, pero no me importaría asustar al mierda de Sean Whelan.
      Roman suspiró.
      –Él es... una molestia.
     Zayn estuvo de acuerdo, aunque él hubiera utilizado un lenguaje más colorido.
      –¿Cuántos mató el verano pasado?
      –Tres–, contestó Connor. Angus entrecerró los ojos.
      –¿Por qué parar por un tiempo y luego empezar a matar otra vez?
      – Desde principios de marzo, dos mortales han sido asesinados en
Central Park, degollados–, explicó Roman.
      –Para ocultar las marcas de los colmillos–, concluyó Zayn. Se trataba de
un viejo truco de vampiro–. Así que los Malcontents comenzaron esto, y el
cazador quiere vengarse.
      –Sí– asintió Roman.– Después de los asesinatos amenacé a Katya y a su
Aquelarre con echarlos fuera del país. Así que es lógico que ella asuma que
somos nosotros los que tomamos represalias.
      – Nadie creería que un humano es capaz de matar a un vampiro–,
dijo Zayn frunciendo el ceño. Era un mal momento. No tenía tiempo para ir
detrás de un cazador humano, no cuando Casimir estaba aumentando su
ejército a base de transformar a asesinos y criminales en vampiros. Los
vampiros-demonios debían ser detenidos antes que superaran en número a
los buenos y estallara otra guerra. No había duda de que era exactamente por
eso que los Malcontents estaban causando problemas ahora. Querían distraer
a Zayn y a sus hombres de su verdadero propósito.
      –¡Hola chicos!– Gregori cruzó la puerta abierta y entró–. ¿Qué pasa?– Su
sonrisa se desvaneció mientras estudiaba todas las caras–. Joder, parece que habéis ido a un funeral. ¿Qué pasó, Malik? ¿Te has hecho una carrera en tus
fantásticos calcetines?
      –Se llaman medias –se quejó Zayn. Gregori resopló.
     –Oh, eso es muy varonil. Espera, ya sé lo que pasó. Pusiste tu falda al
revés y cuando te sentaste, ¡ay! el alfiler con forma de espada que llevas se
metió en tu culo.
     Zayn arqueó una ceja a Gregori y a continuación miró a Connor.
     –¿Cómo puede ser que aún no hayas matado a éste?
     Gregori parpadeó.
     –¿Perdón?
     Roman se rió entre dientes mientras buscaba en un cajón del escritorio.
     –Escucha bien mientras me voy.
     –¿Te vas?– preguntó Zayn.
     –Voy a acompañar a Shanna al médico–. Puso una botella de color
ámbar rojizo sobre el escritorio. Tenía una etiqueta de color oro brillante
donde ponía Blissky–. Esto es para ti, Zayn. Empezaremos a venderlo la
próxima semana.
     –Ah, bien–. Zayn se levantó y recogió la botella. Había estado
esperando a Roman para terminar su último trago de Fusion Cuisine–. He
echado mucho de menos el sabor del buen whisky escocés.
     –Disfruta.– Roman se dirigió a la puerta–. Gregori me hará saber lo que
habéis decidido.
     Zayn arrastró sus ojos fuera de la botella de Blissky. ¿Por qué la esposa
humana de Roman iba al médico por la noche?
     –¿Hay algún problema con el embarazo?
     –No, todo va bien– dijo Roman evitando mirar a Zayn. Cabrón. Había
un problema. El monje siempre había sido un pésimo mentiroso.
     –Tío, deberías ver a Shanna. Te juro que está enorme–. Gregori extendió
los brazos lo suficientemente amplios como para indicar un hipopótamo.
Roman se aclaró la garganta. Gregori hizo una mueca. –Pero ella sigue tan
encantadora como siempre.
     Roman sonrió débilmente.
     –Hablaré contigo más tarde, Gregori. Y gracias,Zayn, por ayudarnos a
encontrar al cazador.
    Zayn le devolvió la sonrisa.
     –Ya me conocéis, siempre estoy listo para una buena cacería–. Cuando
Roman cerró la puerta, se volvió hacia Connor y Gregori. –Muy bien, vosotros
dos. ¿Qué pasa con el embarazo?
     –Nada.– Connor dirigió a Gregori una mirada de advertencia.
     –Sí, claro–. Gregori rodó sus ojos, y luego dio la vuelta al escritorio para
sentarse en la silla de Roman. Zayn frunció el ceño mientras abría la botella
de Blissky. Sacaría la verdad a Gregori más tarde.
     –Volvamos al trabajo,– dijo Connor dejando caer la carpeta sobre el
escritorio–. Estos son los perfiles y las fotos de los miembros del Equipo
Estacar, excepto el de Austin Erikson, que trabaja para nosotros.
     Zayn destapó la botella y fue recompensado con el aroma del fino
whisky escocés.
     –Tal vez Austin sepa quién es el cazador.
     Connor hizo una mueca.
     –Sí, lo sabe. El verano pasado me dijo que lo había convencido para que
parase.
     –¡Maldita sea! ¿Te dijo quién era?