Princess Die (Harry Styles y Avery Bellisario)

Avery Bellisario.

No es un nombre común, pero ese es mi nombre. Al principio lo odiaba, creo que mamá pudo organizar mejor su tiempo para buscarme un nombre digno. Sin embargo cuando conocí a Harry y me llamaba “princesa”, me olvidé de mi nombre por completo.

Harry Styles el amor de mi vida o algo así, de solo pensar en él se me pone la piel china y mi corazón se hace un vuelco. Me pregunto ¿cómo puede ser eso?, yo no puedo sentir nada. Es imposible.

Las personas estaban sentadas por familias, las distinguía porque mi mejor amiga Dania se encontraba en los brazos de su madre, tampoco comprendí la razón de sus sollozos. Mi hermano Mike tenía unas enormes ojeras, papá estaba devastado, mi madre demostraba estar perdida. Esto sería mi boda conmigo en el altar, si no fuera por todas las personas con los ojos aguadados y suspiros de desesperación. Estamos todos en la iglesia, si no es una boda ¿qué clase de celebración es?.

Harry no se aparecía por ninguna parte, alargaba el cuello en su búsqueda. Con la esperanza de ver unos rizos alocados, que gritara mi nombre y correr rendida a sus brazos. Mis intentos fueron en vano.
Decidí acercarme a Dania, cuestionarla de su estado de ánimo y el entristecimiento de los presentes. Al estar lo suficiente cerca de ella, le toque el hombro observando mis esqueléticos nudillos. Dania hizo caso omiso, pareció sentir un escalofrío y se zarandeo.

—Dania, ¿aún sigues molesta? ¿Tanto te enojo que te plantará por salir con Harry aquella noche? — dije recordando nuestra última pelea — Dan, prometo no volver a hacerlo… Harry es un tonto y me convenció esa vez. No volverá a ocurrir — Continuo ignorándome, note como movía la boca. No hablaba conmigo si no con su madre, se susurraban con la vista enfrente. Alcé la mirada y fue una navaja afilada para mi pecho.

Los momentos vinieron a mí, el cuerpo de Harry bañado en sangre, las marcas de cortadas en todo su cuerpo, sus ojos sin el color natural azul como el mar, Harry… sin vida. Mis escasas lágrimas brotaron, las había desgastado todas. Algo que no podía suprimir era el dolor que sentía en ese instante. Harry murió a sangre fría, no supe cómo ni cuándo deje de ser su princesa, sólo me entere de la tragedia. Lo demás está nublado en mi mente.

El funeral. Eso era lo que vendría después.

El ataúd está abierto, dando una tétrica imagen. Me lamié los labios con indiferencia saboreando el sabor labial de cerezas, el favorito de Harry. ¿Cómo puede arreglarme tanto para esta mi última ceremonia?, soy un desastre. A veces sentía que Styles, era el único que me comprendía… a su lado era una chica diferente, no solo Avery. Era su princesa… de cómo me enamoro y yo caí en su red.
Regresé a la realidad, Harry no me ayudaría porque él ya es hombre muerto.

Mi veredicto final estaba a las afueras del ataúd, la carta que escribí. Con las piernas temblándome me dirigí a la enorme caja. Evite su contenido, jalé del papel para leer mi inconfundible caligrafía:

“Harry, ¿por qué te fuiste? No tengo nada sin ti, debiste haberme llevado contigo.
¿No me amabas?, ¿era eso?. Juraste estar siempre a mi lado, de la misma manera que lo hice yo…
Por eso me voy contigo, lo más pronto posible.”

Antes de terminar la lectura, unos brazos me interrumpieron. Me estremecí con miedo a voltear, nadie hacia tanto contacto físico conmigo, a menos… a menos… de que fuera Harry.

—¿Cómo no voy a amarte princesa? — escuche un susurro en mi oído, sintiendo chocar su aliento con mi cuello. Gire en torno a él.

Harry, me recibió con su sonrisa de oreja a oreja. Su mirada estaba llena de color. Este chico, era mi Harry y no estaba dispuesta a soltarlo.

—Harry… — me abalance para abrazarlo.

—No debiste hacerlo Avery… ¿Estabas en tus facultades mentales? — Sonó molesto, frunció el ceño.

—No importa, ahora estamos juntos — él me observo con sigilo y detalle, queriendo llevarse mi rostro con aspecto joven a la tumba.

—Princesa… te amaré en esta y todas las vidas — pegó nuestras frentes con dulzura.

—No, me he convertido en Princess Die — en princesa muerta, espeté.

—Vámonos se nos hace tarde… esto apenas es el comienzo — no me importo nada. Lo tomé de la mano, alegrándome de que esa no sería la última vez — ¿Te quieres despedir?

—De lejos está perfecto.

Ambos dimos un vistazo final a mi cuerpo inerte. El ataúd me contenía, no estaba muerta solo durmiendo. Sacrifique mi vida por el amor de Harry. Eso era todo.

Era una princesa muerta y caída. Di permiso a mis cabellos de pasearse por los aires, a mi cuerpo de volar y a mi espíritu de ser libre cuando me tiré de aquel edificio.

Soy una princesa muerta, desde hoy en adelante. Simplemente lo mismo.

Siempre seré la princesa de Harry, solo eso importaba.

—Hey tú — le hable, como si estuviéramos vivos.

—Hola tú — me contesto en forma de broma.

—Te amo…

—Eso lo sé, por eso estaremos juntos toda la eternidad mi princesa.

Harry era más alto que yo, me puse de puntas para darle un beso de muerte.