Casi un tonto [Logan]

Despegue mis ojos de la ventana cuando mi madre me advirtió que habíamos llegado al colegio. Había estado tan distraída pensando que mi mundo alrededor había desparecido por solo un momento. Cuando baje, escuché a algunos desubicados que tocaban la bocina como si esperaran que los autos de enfrente se convirtieran en helicópteros por el solo ruidoso sonido de su bocina. Con todo mi enojo les fulminé con la mirada y seguí caminando. Al llegar a mi clase, mis amigas que ya habían llegado antes que yo corrieron a saludarme una por una. Como siempre mi peor enemiga seguía sentada sobre la mesa y hablando con todos los varones de una forma insinuante, pero para mí simplemente asquerosa.
Me acerqué a mi mejor amiga que estaba distraída leyendo un libro y al llegar a su lugar, con suaves movimientos cerré su libro. Ella levantó la mirada con enojo pero al ver que se trataba de mi sonrió y se acercó para abrazarme. Sentí como alguien más se unía al abrazo y cuando nos separamos un poco vi a mi mejor amigo allí sonriendo. Ambos reímos mientras nos abrazábamos de una forma en que nos decíamos lo mucho que nos habíamos extrañado después de las vacaciones de invierno. Preparamos las mesas de una forma en que los tres pudiéramos estar sentados juntos. Yo estaba en el frente con mi mejor amiga, y mi mejor amigo estaba atrás, con una silla vacía atrás.
Estábamos contando algunos chistes y riendo con anécdotas de las vacaciones cuando alguien arrimó la silla y se sentó al lado de Mike, mi mejor amigo. Yo entorné mis ojos al verlo allí sonriéndome. Mi corazón se detuvo por un momento. Y mi mundo había desaparecido por solo un momento. Debo admitir que el siempre tenía ese efecto en mi. Solo nos sonreímos por unos segundos hasta que Mike se levantó enojado.
— No me quiero sentar al lado tuyo—explicó y salió de la escena.
La verdad Mike nunca había sido muy bueno para ocultar sus sentimientos. Si te odia, te lo dice. Si te ama…, pues te lo dice. Yo mire a Logan un poco avergonzada y me levanté para seguir a Mike. Estaba en frente al casillero sacando algunos libros. Cuando coloqué una mano en su hombro el volteó y me fulminó con la mirada.
— Yo me sentaré al lado de Logan y tu puedes sentarte con Lucy.
— Oh. Qué gran sacrificio para ti.
— Déjate de teatro, Michael—le ordené y retorné a mi pupitre.
Me senté y les dije a todos sobre el cambio de lugares, ninguno se opuso y cambiamos nuestras cosas de lugar. Luego de hablar un tiempo, llegó el profesor y Mike se sentó al lado de Lucy. Yo estaba tomando notas de las clases cuando sentí un brazo que pasaba por al lado de mi vientre. Agité mi cabeza y al voltear mi cabeza para mirar vi a Logan muy cerca mío.
— ¿Qué… que haces?—susurré mientras aun nos mirábamos y el soltó un resoplido entre risas.
— Guardaste mi cuaderno en tu cajón por accidente—yo me moví un poco para que él lo sacara y cuando lo sacó, yo solo miré al pizarrón fijamente. Sabía exactamente como estaba mi rostro, pero no podía evitar sentirme totalmente nerviosa luego de ese extraño momento. Mi atención desapareció completamente en ese momento y simplemente se desvió a él.
Lo miré durante la clase. Estaba tan sereno mientras trabajaba. Respondía las preguntas que el profesor de ciencias había copiado sin dudar y en algunos momentos yo trataba de copiar una o dos palabras pero simplemente no podía. Cosa que odio del amor, es el tiempo que necesitas invertir en este. A veces es voluntario, pero mi déficit de atención era totalmente involuntario, puesto que siempre trabajo duro para traer orgullo a mis padres.
— Em… ¿puedo copiarte?—pregunté con timidez y el volteó a sonreírme.
— Claro—me pasó el cuaderno y yo le devolví la sonrisa—. Ya lo termine. Y si no entiendes algo, solo pregúntame.
— Gracias—agarré su cuaderno y miré su tarea. Era un poco desordenada y tenía algunas tachaduras, pero eso de alguna forma hasta me parecía tierno.
— ¿Puedo hacerte una pregunta tonta?
— Si, si. Claro—afirmé y dirigí mis ojos a su rostro. El me miraba fijamente, casi penetrando mi alma con esos ojos constantes.
— ¿Qué es en lo que más te fijas en un chico?—yo solté una risa nerviosa y aparté mi mirada hacia el cuaderno de nuevo, empezando a copiar lo que él había hecho.
— Pues…, miro más lo de adentro. Pero obvio, es genial cuando alguien es hermoso por dentro y fuera—ambos reímos y luego yo me senté en posición india para mirarlo de frente mientras el también me miraba. Era de lo más genial conversar con él. Era mi tercer año enamorada de él y siempre me había perecido una persona muy interesante, porque tenía cosas en común conmigo, pero a la vez era muy diferente. Era como si día a día nos enseñáramos cosas nuevas y pudiéramos aprender del carácter del otro. El podía llegar a ser bastante egoísta y tonto pero yo siempre lo perdonaba. Nunca fui una persona muy rencorosa, pero con él era bastante fácil no serlo.
— ¿Qué contestarías si Nathan te pide que seas su novia?—yo le miré un poco intrigada por su pregunta. Nathan era el antisocial de la clase. No me llevaba bien con él y tampoco era muy lindo que digamos.
— Le diría que no.
— ¿por qué?
— Porque no me atrae. No es lo que busco.
— ¿y si yo tuviera el aspecto de Nathan y te lo pidiera?
<< Brillante>>—pensé—<<Es la mejor forma de averiguar si estoy enamorada de él>>
Era obvio que le diría que si, por más de que se viera como Nathan, por más de que fuera el jorobado de Notre dam. Estaba enamorada de quien él era, por completo. Lo miré por unos segundos y solté una risita tímida y casi asustada por lo que podía salir de mi boca. Aun me preguntaba cual podía ser el significado de esas “tontas” preguntas. Definitivamente este era uno de esos momentos que marcaban una gran etapa de mi vida.
— ¿Por qué me preguntas eso?
— Te dije que era una pregunta tonta—se excusó y trató de cambiar de tema—. ¿entendiste todo?
— Si. Es bastante fácil—tenía mi mirada aun fija en él y luego la aparté para seguir copiando.

A mi historia aun le faltan muchas páginas que escribir. Era el primer día luego de las vacaciones de verano y estaba terriblemente ansiosa de ver a mis amigos y amigas. Y por más de que trataba de ocultarlo, también tenía ansias de ver a Logan. Volví al colegio. Tres meses de vacaciones habían pasado casi volando por delante a mis ojos. Bajé del auto y entre por la gran entrada donde había mucha gente hablando y poniéndose al día. Con mi cuaderno y mi bolso en la mano, corrí a mi clase y salude a todas mis compañeras. Menos a algunas, ustedes me entienden. Volteé para dirigirme hacia la clase de en frente pero una mano estiró mi brazo. Al voltear, mis ojos se conectaron con otros dos ojos que me miraban con profundidad.
— Em…, hola Logan—puse un mechón de cabello detrás de mi oreja y el sacó su celular del bolsillo.
— ¿me mandaste un mensaje alguna vez?
— Pues sí, pero no me ofendí porque no lo respondieras ni nada.
— Necesito hablarte de algo muy importante.
— Escúpelo—dije en forma simpática y despreocupada.
— Olvídalo—el volteó y yo intrigada agarré su brazo.
— ¿Qué sucede?, ¿Qué es tan grave?—el bajo su mirada para poder mirarme bien pues la leve diferencia de altura ya se empezaba a notar.
— Nada—volteó y me dejó allí. Parada. Pensando. Preguntándome por un año completo, que era lo que me iba a decir.
Desde ese momento nunca volvimos a hablar. No entendía que había hecho mal. ¿Era yo quien se había equivocado?, ¿fue él quien cometió el error? Nunca lo supe porque el idiota siempre escapó de mí.
Simplemente había dejado eso pasar por alto, porque retener cosas que me lastiman en mi corazón no era lo mío. Pero cada vez que lo miraba, no importaba que, tenía sentimientos muy fuertes. Demasiado fuertes debería decir. El había terminado de alguna forma con los “chicos populares” de la promoción y yo nunca fui de juntarme con ese tipo de gente. Soy de esas personas que no se preocupan por cuanta gente conocen sino por cuanta felicidad tienen. Soy una antisocial en potencia y orgullosa.

Ya estábamos cerca de mis quince años y en solo dos días iba a festejarlo como nunca. En realidad hoy era mi cumpleaños, pero decidimos festejarlo el viernes, en vez de en un miércoles.
Yo y mi mejor amiga estábamos juntas en mi casa cuando mi mejor amigo, Michael, llamó por teléfono a avisar que ya había llegado. Lucy y yo bajamos con emoción ya que el traía el disco de Demi Lovato que había estado esperando meses para tener. Cuando abrí la puerta lo que vi fue a Logan con una guitarra y a Mike recostado contra el auto mirando todo con una leve sonrisa.
Yo entorné mis ojos y lo miré directo a los ojos por unos segundos. Empezó a tocar una melodía que me parecía bastante conocida y cuando empezó a cantar simplemente mi emoción se derramó por mis ojos. Era mi canción favorita. Lucy sonreía al verme tan emocionada pero yo simplemente estaba que moría de amor.
— Logan, yo—interrumpí y el negó con la cabeza.
— Sh—sonrió y yo solo corrí hacia él y lo abracé.
— ¿Cómo supiste que esa era mi canción favorita?
— Creo que hablábamos demasiado en clases—replicó el entre risas y yo coincidí con él.
— Mi boletín mensual de conducta piensa lo mismo—me separé levemente y ambos unimos nuestras frentes—. Por cierto, cantas horrible.
— Gracias—se acercó a mí y unió nuestros labios haciendo que me sintiera la persona más feliz del mundo.
— ¿Por qué tardaste tanto?—dije entre besos.
— Porque soy un tonto.
— Pensamos lo mismo—dijeron Mike y Lucy levantando sus manos y todos reímos.
— Los tontos esperan tanto que pierden su oportunidad—dije defendiéndolo y el rió.
— Perdón por casi ser un tonto.
— No dije que venir en el momento correcto te hacia menos tonto. Eres un idiota—volví a besarlo—. Pero te amo…
— Yo… también—me abrazó con fuerza y yo sonreí.
— Pero si eres bueno tocando la guitarra.
— Gracias…