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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Nobody Knows (Louis Tomlinson y Anthea Rogers).
O W N :: Fanfiction :: Fanfiction :: One Shot's
Página 1 de 1. • Comparte
Nobody Knows (Louis Tomlinson y Anthea Rogers).
por Badk1Ds Sáb 02 Mar 2013, 2:54 pm
Nombre: Nobody Knows.
Autor: Badk1Ds.
Adaptación: Ida al cine con mi papá.
Género: Romance, maltrato al señorito Louis.
Advertencias: ninguna.
Otras páginas: No.
Odio tener que decir que esta es otra idea que me vino a la cabeza con Harry, y no sé porque si lo odio. Sin embargo, mi cabeza lo pudo moldear a Louis, y eso me alegra mucho. Se me ocurrió ayer en la noche, que fui al cine con mi papá a ver "PARKER", donde trata de matanzas y balazos, nunca me he topado con algo así en el mundo de fanfiction, entonces decidí hacer mi propia versión. Lo del centro comercial, es porque fui a la plaza en la noche XD. Si esto merece una 2da parte haganmelo saber.
Autor: Badk1Ds.
Adaptación: Ida al cine con mi papá.
Género: Romance, maltrato al señorito Louis.
Advertencias: ninguna.
Otras páginas: No.
Odio tener que decir que esta es otra idea que me vino a la cabeza con Harry, y no sé porque si lo odio. Sin embargo, mi cabeza lo pudo moldear a Louis, y eso me alegra mucho. Se me ocurrió ayer en la noche, que fui al cine con mi papá a ver "PARKER", donde trata de matanzas y balazos, nunca me he topado con algo así en el mundo de fanfiction, entonces decidí hacer mi propia versión. Lo del centro comercial, es porque fui a la plaza en la noche XD. Si esto merece una 2da parte haganmelo saber.
Nobody Knows
Robo #1.
La plaza central de Miami estaba ya cerrando sus puertas, salía la gente amontonada, como si esa misma noche hubieran regalado todos los artículos de Istore. Era increíble lo mucho que se llenaba cuando había luz y también lo solitaria que se quedaba a oscuras. Por esa razón Anthea, Melanie, Lucia y Shanon decidieron dar marcha al plan esa luna llena. Era domingo, los pocos guardias que debían estar cuidando a cada esquina, dormían amontonados entre algunos colchones que dejaron olvidados fuera de un local. A veces aplaudían a Estados Unidos por no cuidar tanto de sus pertenencias, y otras veces insultaban incoherencias porque alguien tomaba las de ellas cuando dejaban sus cosas de entrenamiento fuera de los casilleros creyendo que alguna de su clan las cuidaba, sin embargo, se las robaban antes de que pestañearan.
Lo que estaban a punto de hacer no las marcaba como malas personas, es decir, ¿No lo necesitaban? Solo robarían lo necesario, lo que les era elemental. Y porque no un poco de joyería, si ya habían hecho el trabajo principal, les quedaba tiempo libre.
Melanie plantó la idea, sabotearían la cerradura de la reja derecha de la tienda Tiffany & Co, ya desde la tarde Lucia se vio capturada por una gargantilla de esmeraldas, y Shanon deseaba hacer el saqueo más grande de su vida. Por otra parte a Melanie le gustaba rapiñar por pasión, como un pasatiempo. Anthea estaba cansada, le dolían las plantas de los pies y le daban lentos punzones, entonces decidió quedarse afuera para asegurarse de que no hubiesen moros en la cosa, zopilotes en el área, con la condición de que le trajeran un collar de corazón con una cerradura en medio, como comisión. Así que aguardo, mientras sus compañeras despojaban como podían.
Louis se arrancó el delantal de un tirón, exhausto. Tenía que aguantar a todos esos chicos de 12 años esperando por elegir un frappé, a las señoras vestidas de secretarías los cafés cargados, descafeinados o no, a los señores impacientes que trataban de “probar algo nuevo” con sus periódicos en las manos; siempre para terminar todos pidiendo los mismo. Porque claro, trabajaba en una cafetería del centro comercial, tenía que conseguir el dinero suficiente para largarse de la casa de su padrastro, quería irse a vivir con Harry a Dallas, donde la gente que lo rodearía sería menos pesimista y arrogante.
Odiaba las veces que su jefe lo dejaba a cargo de la limpieza, debía lavar todas las licuadoras, cucharas, recipientes, que quedaban sucias a partir de las 4:00 pm hasta donde acabara su horario de trabajo las 12:00 am. Louis dio un último escobazo por los sillones de decoración, encontró un centavo, se sintió afortunado y a la vez arruinado. Su abuela decía que barrer en la noche, era de mala suerte y que encontrarse una moneda de centavo por el lado correcto, era de buena suerte. Cerró el local tan pronto como pudo, salió disparado al ala este. Iba a ver si Liam el chicho encargado de la tienda de video juegos, aún no se había ido. Por si es que alcanzaba una tendencia nueva en ese mundo virtual.
Sin embargo todo lo encontró sin un alma, a excepción por una chica, ella se llevaba ambos brazos en forma de cruz, como si tuviera frío aunque eso era un poco ilógico, ¿No estaban en Miami? Donde el sol te calentaba a los huesos… Luego recordó que los aires acondicionados bajaban de temperatura cuando el centro era desocupado, para mantener un buen estatus a la piel, al mañana siguiente. Louis se imaginó que la muchacha estaba desorientada, perdida, tal vez era una turista. Se acercó a ella con cuidado de no asustarla y de que pensara que era un depravado que quisiera abusar de ella, a cualquier precio.
Anthea giró la cabeza a la derecha una sombra se aproximaba a su punto, quería gritarle a sus cómplices que alguien las había descubierto, que estaban más atrapadas que un hámster en su ruedita, se le vino a la cabeza una imagen de ella contando los días en la pared de su celda de cárcel, vistiendo unos monos naranjas, sofocada por el escombro. Para cuando Louis estuvo enfrente de ella, le iba a propinar un puñetazo.
Louis le brindó una sonrisa enorme y el café cappuccino que llevaba en la mano derecha, si la chica tenía frío era mejor darle su propia ración (la que usaba con propósito de mantenerse despierto y jugar en el Xbox toda la madrugada).
Carl se ajusto los pantalones, de los cuales le colgaban una lámpara y se reincorporó en su sombrero. Vaya que debió buscar otro trabajo, o alguno menos digno de las burlas que le daba su esposa. Un poco atareado, divisó dos siluetas encontrándose. Soltó un suspiro y fingió una pose grotesca, dispuesto a fastidiarlos, arruinarles la noche, regañarlos y correrlos. Lo bueno de eso era que no lo regañarían, pues él estaba en camino a encender las cámaras de seguridad. Los adolescentes, no eran nada más que un obstáculo.
Anthea levantó el puño hasta el cachete derecho de Louis, con la otra mano preparada para dar el segundo golpe, se percató de que un guardia corría en dirección a ellos, así que en vez de dejar inconsciente al castaño lo tomo por el cuello y lo besó de la manera más profunda que pudo. Louis recibió la acción extraño, con los ojos abiertos sin poder creerlo ¿Esa chica en realidad le estaba quitando la respiración a besos? Sintió en un milisegundo a la chica rubia mordiéndole el labio, esta poso sus brazos en el cuello de Louis empujándolo a la pared de la tienda Hang Ten, justo alado de Tiffany & Co.
Melanie pasó la melena de risos por detrás de su espalda, sacudió las caderas modelando su nuevo brazalete caro y le mandó un beso a Shanon simulando ser como la ganadora del Oscar, presumiendo de sus atributos de belleza.
— Será mejor que Niall no te vea en esas fachas, ¡Es que no usas los diamantes! — apuntó Shanon, al tiempo que Melanie ahogaba una mueca, había estado jugando con Niall las últimas semanas, quería conseguir un cupón de leyenda “Gratis” a la tienda de helados de la señora Horan. Pero el de un año, ese irrevocable a una ruptura. Niall aún no caía.
— Vámonos Marilyn Monroe, o no querrás acabar tu carrera de fama tras las rejas…— dijo Lucia a regañadientes, colocándose un anillo que disimulaba lo costoso que era, uno de madre perla que resaltaba su piel transparente.
— Aguafiestas— Mel miró la vitrina que quedaba al final del pasillo, hubiera deseado ser una profesional para no solo robar lo que había en los mostradores, para vaciar las vitrinas, dejarlas sin una mínima pizca de polvo. Nada.
Las tres chicas, se sintieron satisfechas por el trabajo, limpiaron sus pantalones, sacudieron sus manos y se arrancharon los guantes de látex., el trío llevaba dos pares cada una, porque tenían miedo que investigaran sus huellas digitales.
Shanon iba a comenzar a reír estruendosamente, Lucia tuvo que taparle la boca con ambas manos, sosteniendo las perlas con la boca, también resistiendo su risa. Por otra parte, Melanie pudo resistir las carcajadas. Anthea se tragaba a un chico, ahogándolo entre sus labios y él no parecía estar tan incómodo. Sus semblantes cambiaron a preocupación, cuando denotaron la verdadera razón de lo que Anthea hacia, un policía nocturno se acercaba. Las habían cachado con las manos en la masa.
Louis seguía tratando de procesar lo que ocurría, la rubia no lo dejó ni jadear, lo petrifico. Anthea sintió un leve golpecito en el hombro, despegó la cara de la de Louis y se acomodo el atuendo con las mejillas sonrojadas, abrumada por la adrenalina.
— Disculpe, señorita… esta no es la hora ni el lugar para esto— anunció el hombre de enorme estómago. Parecía más un luchador, que un guardia. Carl encontró la mirada de la chica en sus no tan encantadores dones y se aclaró la garganta.
— Oh lo siento, es que… ya sabe… tenía que ver a mi novio, ¡Recién llegué de Nueva York! ¡Hace dos semanas que no lo veo! — bramó Anthea, aún atosigando a Louis en un abrazo. Louis abrió la boca, confundido. Justo cuando iba a dar su primera palabra (que no tenía idea de cuál sería), Anthea le planto otro beso fugaz, callándolo.
— Tiene que retirarse, está cerrado— Anthea echo un vistazo rápido a Louis. Se perdió en sus ojos, luego supo que excusa razonable poner.
— Nos vamos, solo vine a acompañarlo. Es su día tarde en el trabajo, ¿Qué usted no quiere tomar café calientito por la mañana y regresar a su casa contento? — hablo Anthea. Melanie observó la escena, sabiendo que hacer, le dio un ademán a Anthea, esta comprendió al instante y siguió gesticulando—. ¡Cuánto extrañe a este chico! ¡No sabe! ¡Hasta mi perro lo extraño!
Louis quedó atónito. La chica iba a noquearlo, luego lo besa y ahora tenían un perro.
— Claro señorita, tiene razón. Pero yo también la tengo, por favor desalojen. Y que tengan una buena noche, parecen estar muy unidos… — Melanie, Lucia y Shanon pasaron a sus espaldas, escabulléndose, esfumándose, desapareciendo con desdén.
— ¡Por supuesto! — clamó Anthea para plantarle otro beso. Carl cambió su escepticismo por aceptación.
Louis ya se acostumbraba a los besos constantes de la chica, ella lo tomo de la mano, entre lazando sus dedos, reposando su cabeza en él. Cuando estuvo lo suficiente lejos para que nadie los escuchara, lo derribó con una patada rápida al suelo.
— ¿Y tú quien eres? ¿Quieres que acabemos muertos los dos? — Louis sintió los gritos y el aliento de Anthea chocarle.
— Creo que soy tu novio de Nueva York… ¿Qué no? — Louis hizo un vago intento de cambiar de posición con Anthea, ella lo tenía bien sostenido, no logrando ni darle un pequeño susto.
— Quisieras— Anthea tenía los ojos inyectados en sangre, furiosa, ese chico pudo haber acabado con su reputación de chica popular en la escuela. Todo. Y él decía que era su novio de Nueva York, ¡Sobre su cadáver! Claro, le sirvió como cuartada. Solo eso. No había tenido novio desde que el distinguido Zayn Malik la había engañado con otra chica de cabello morado, ¿Es que no se fijaba de lo que perdía? ¿en qué clase de mundo vivía?
— ¡Anthea, Anthea, Anthea! ¡¿Qué demonios ocurrió?! — vociferó Melanie apareciendo de la penumbra con sus otras colaboradoras.
— Este idiota, no sé quién diablos lo llamo.
— A mí ni me vean, no me gustan los niñitos berrinchudos— jactó Lucia en un suspiro.
— Paso, odio el café de donde trabaja— finalizó Shanon.
El cuarteto pidió una explicación contemplando a Louis derribado y a Anthea sobre su control. Louis reparó a las cuatro chicas guapas, con ojos hermosos y a tres con joyería de marca y comprendió.
— A mí tampoco me vean, yo solo trabajo en el café— inquirió Louis, tronándose el cuello y preguntándose a sí mismo ¿Porqué metía la pata siempre? Esta vez, el lodo donde hundió la bota era verdaderamente soluble, inesperable.
Y ese lodo se llamaba Anthea Rogers.
La plaza central de Miami estaba ya cerrando sus puertas, salía la gente amontonada, como si esa misma noche hubieran regalado todos los artículos de Istore. Era increíble lo mucho que se llenaba cuando había luz y también lo solitaria que se quedaba a oscuras. Por esa razón Anthea, Melanie, Lucia y Shanon decidieron dar marcha al plan esa luna llena. Era domingo, los pocos guardias que debían estar cuidando a cada esquina, dormían amontonados entre algunos colchones que dejaron olvidados fuera de un local. A veces aplaudían a Estados Unidos por no cuidar tanto de sus pertenencias, y otras veces insultaban incoherencias porque alguien tomaba las de ellas cuando dejaban sus cosas de entrenamiento fuera de los casilleros creyendo que alguna de su clan las cuidaba, sin embargo, se las robaban antes de que pestañearan.
Lo que estaban a punto de hacer no las marcaba como malas personas, es decir, ¿No lo necesitaban? Solo robarían lo necesario, lo que les era elemental. Y porque no un poco de joyería, si ya habían hecho el trabajo principal, les quedaba tiempo libre.
Melanie plantó la idea, sabotearían la cerradura de la reja derecha de la tienda Tiffany & Co, ya desde la tarde Lucia se vio capturada por una gargantilla de esmeraldas, y Shanon deseaba hacer el saqueo más grande de su vida. Por otra parte a Melanie le gustaba rapiñar por pasión, como un pasatiempo. Anthea estaba cansada, le dolían las plantas de los pies y le daban lentos punzones, entonces decidió quedarse afuera para asegurarse de que no hubiesen moros en la cosa, zopilotes en el área, con la condición de que le trajeran un collar de corazón con una cerradura en medio, como comisión. Así que aguardo, mientras sus compañeras despojaban como podían.
Louis se arrancó el delantal de un tirón, exhausto. Tenía que aguantar a todos esos chicos de 12 años esperando por elegir un frappé, a las señoras vestidas de secretarías los cafés cargados, descafeinados o no, a los señores impacientes que trataban de “probar algo nuevo” con sus periódicos en las manos; siempre para terminar todos pidiendo los mismo. Porque claro, trabajaba en una cafetería del centro comercial, tenía que conseguir el dinero suficiente para largarse de la casa de su padrastro, quería irse a vivir con Harry a Dallas, donde la gente que lo rodearía sería menos pesimista y arrogante.
Odiaba las veces que su jefe lo dejaba a cargo de la limpieza, debía lavar todas las licuadoras, cucharas, recipientes, que quedaban sucias a partir de las 4:00 pm hasta donde acabara su horario de trabajo las 12:00 am. Louis dio un último escobazo por los sillones de decoración, encontró un centavo, se sintió afortunado y a la vez arruinado. Su abuela decía que barrer en la noche, era de mala suerte y que encontrarse una moneda de centavo por el lado correcto, era de buena suerte. Cerró el local tan pronto como pudo, salió disparado al ala este. Iba a ver si Liam el chicho encargado de la tienda de video juegos, aún no se había ido. Por si es que alcanzaba una tendencia nueva en ese mundo virtual.
Sin embargo todo lo encontró sin un alma, a excepción por una chica, ella se llevaba ambos brazos en forma de cruz, como si tuviera frío aunque eso era un poco ilógico, ¿No estaban en Miami? Donde el sol te calentaba a los huesos… Luego recordó que los aires acondicionados bajaban de temperatura cuando el centro era desocupado, para mantener un buen estatus a la piel, al mañana siguiente. Louis se imaginó que la muchacha estaba desorientada, perdida, tal vez era una turista. Se acercó a ella con cuidado de no asustarla y de que pensara que era un depravado que quisiera abusar de ella, a cualquier precio.
Anthea giró la cabeza a la derecha una sombra se aproximaba a su punto, quería gritarle a sus cómplices que alguien las había descubierto, que estaban más atrapadas que un hámster en su ruedita, se le vino a la cabeza una imagen de ella contando los días en la pared de su celda de cárcel, vistiendo unos monos naranjas, sofocada por el escombro. Para cuando Louis estuvo enfrente de ella, le iba a propinar un puñetazo.
Louis le brindó una sonrisa enorme y el café cappuccino que llevaba en la mano derecha, si la chica tenía frío era mejor darle su propia ración (la que usaba con propósito de mantenerse despierto y jugar en el Xbox toda la madrugada).
Carl se ajusto los pantalones, de los cuales le colgaban una lámpara y se reincorporó en su sombrero. Vaya que debió buscar otro trabajo, o alguno menos digno de las burlas que le daba su esposa. Un poco atareado, divisó dos siluetas encontrándose. Soltó un suspiro y fingió una pose grotesca, dispuesto a fastidiarlos, arruinarles la noche, regañarlos y correrlos. Lo bueno de eso era que no lo regañarían, pues él estaba en camino a encender las cámaras de seguridad. Los adolescentes, no eran nada más que un obstáculo.
Anthea levantó el puño hasta el cachete derecho de Louis, con la otra mano preparada para dar el segundo golpe, se percató de que un guardia corría en dirección a ellos, así que en vez de dejar inconsciente al castaño lo tomo por el cuello y lo besó de la manera más profunda que pudo. Louis recibió la acción extraño, con los ojos abiertos sin poder creerlo ¿Esa chica en realidad le estaba quitando la respiración a besos? Sintió en un milisegundo a la chica rubia mordiéndole el labio, esta poso sus brazos en el cuello de Louis empujándolo a la pared de la tienda Hang Ten, justo alado de Tiffany & Co.
Melanie pasó la melena de risos por detrás de su espalda, sacudió las caderas modelando su nuevo brazalete caro y le mandó un beso a Shanon simulando ser como la ganadora del Oscar, presumiendo de sus atributos de belleza.
— Será mejor que Niall no te vea en esas fachas, ¡Es que no usas los diamantes! — apuntó Shanon, al tiempo que Melanie ahogaba una mueca, había estado jugando con Niall las últimas semanas, quería conseguir un cupón de leyenda “Gratis” a la tienda de helados de la señora Horan. Pero el de un año, ese irrevocable a una ruptura. Niall aún no caía.
— Vámonos Marilyn Monroe, o no querrás acabar tu carrera de fama tras las rejas…— dijo Lucia a regañadientes, colocándose un anillo que disimulaba lo costoso que era, uno de madre perla que resaltaba su piel transparente.
— Aguafiestas— Mel miró la vitrina que quedaba al final del pasillo, hubiera deseado ser una profesional para no solo robar lo que había en los mostradores, para vaciar las vitrinas, dejarlas sin una mínima pizca de polvo. Nada.
Las tres chicas, se sintieron satisfechas por el trabajo, limpiaron sus pantalones, sacudieron sus manos y se arrancharon los guantes de látex., el trío llevaba dos pares cada una, porque tenían miedo que investigaran sus huellas digitales.
Shanon iba a comenzar a reír estruendosamente, Lucia tuvo que taparle la boca con ambas manos, sosteniendo las perlas con la boca, también resistiendo su risa. Por otra parte, Melanie pudo resistir las carcajadas. Anthea se tragaba a un chico, ahogándolo entre sus labios y él no parecía estar tan incómodo. Sus semblantes cambiaron a preocupación, cuando denotaron la verdadera razón de lo que Anthea hacia, un policía nocturno se acercaba. Las habían cachado con las manos en la masa.
Louis seguía tratando de procesar lo que ocurría, la rubia no lo dejó ni jadear, lo petrifico. Anthea sintió un leve golpecito en el hombro, despegó la cara de la de Louis y se acomodo el atuendo con las mejillas sonrojadas, abrumada por la adrenalina.
— Disculpe, señorita… esta no es la hora ni el lugar para esto— anunció el hombre de enorme estómago. Parecía más un luchador, que un guardia. Carl encontró la mirada de la chica en sus no tan encantadores dones y se aclaró la garganta.
— Oh lo siento, es que… ya sabe… tenía que ver a mi novio, ¡Recién llegué de Nueva York! ¡Hace dos semanas que no lo veo! — bramó Anthea, aún atosigando a Louis en un abrazo. Louis abrió la boca, confundido. Justo cuando iba a dar su primera palabra (que no tenía idea de cuál sería), Anthea le planto otro beso fugaz, callándolo.
— Tiene que retirarse, está cerrado— Anthea echo un vistazo rápido a Louis. Se perdió en sus ojos, luego supo que excusa razonable poner.
— Nos vamos, solo vine a acompañarlo. Es su día tarde en el trabajo, ¿Qué usted no quiere tomar café calientito por la mañana y regresar a su casa contento? — hablo Anthea. Melanie observó la escena, sabiendo que hacer, le dio un ademán a Anthea, esta comprendió al instante y siguió gesticulando—. ¡Cuánto extrañe a este chico! ¡No sabe! ¡Hasta mi perro lo extraño!
Louis quedó atónito. La chica iba a noquearlo, luego lo besa y ahora tenían un perro.
— Claro señorita, tiene razón. Pero yo también la tengo, por favor desalojen. Y que tengan una buena noche, parecen estar muy unidos… — Melanie, Lucia y Shanon pasaron a sus espaldas, escabulléndose, esfumándose, desapareciendo con desdén.
— ¡Por supuesto! — clamó Anthea para plantarle otro beso. Carl cambió su escepticismo por aceptación.
Louis ya se acostumbraba a los besos constantes de la chica, ella lo tomo de la mano, entre lazando sus dedos, reposando su cabeza en él. Cuando estuvo lo suficiente lejos para que nadie los escuchara, lo derribó con una patada rápida al suelo.
— ¿Y tú quien eres? ¿Quieres que acabemos muertos los dos? — Louis sintió los gritos y el aliento de Anthea chocarle.
— Creo que soy tu novio de Nueva York… ¿Qué no? — Louis hizo un vago intento de cambiar de posición con Anthea, ella lo tenía bien sostenido, no logrando ni darle un pequeño susto.
— Quisieras— Anthea tenía los ojos inyectados en sangre, furiosa, ese chico pudo haber acabado con su reputación de chica popular en la escuela. Todo. Y él decía que era su novio de Nueva York, ¡Sobre su cadáver! Claro, le sirvió como cuartada. Solo eso. No había tenido novio desde que el distinguido Zayn Malik la había engañado con otra chica de cabello morado, ¿Es que no se fijaba de lo que perdía? ¿en qué clase de mundo vivía?
— ¡Anthea, Anthea, Anthea! ¡¿Qué demonios ocurrió?! — vociferó Melanie apareciendo de la penumbra con sus otras colaboradoras.
— Este idiota, no sé quién diablos lo llamo.
— A mí ni me vean, no me gustan los niñitos berrinchudos— jactó Lucia en un suspiro.
— Paso, odio el café de donde trabaja— finalizó Shanon.
El cuarteto pidió una explicación contemplando a Louis derribado y a Anthea sobre su control. Louis reparó a las cuatro chicas guapas, con ojos hermosos y a tres con joyería de marca y comprendió.
— A mí tampoco me vean, yo solo trabajo en el café— inquirió Louis, tronándose el cuello y preguntándose a sí mismo ¿Porqué metía la pata siempre? Esta vez, el lodo donde hundió la bota era verdaderamente soluble, inesperable.
Y ese lodo se llamaba Anthea Rogers.
Badk1Ds
Re: Nobody Knows (Louis Tomlinson y Anthea Rogers).
por 1derfulhazza Sáb 02 Mar 2013, 11:03 pm
Wut? Louis masoquista! Jajaj si definitivamente haz segunda parte, a esta le hiso falta algo, no se que; aun asi me gusto! Pobre louis:B
Pd: anthea me recuerda a una antena.-. Btw perdon por no haber leido antes, te eh fallado :( pero es que todo el dia estuve ocupada perdon, espero perdones a tu fan #1
Lots of love from harlett & im waiting for the second part :*
Pd: anthea me recuerda a una antena.-. Btw perdon por no haber leido antes, te eh fallado :( pero es que todo el dia estuve ocupada perdon, espero perdones a tu fan #1
Lots of love from harlett & im waiting for the second part :*
1derfulhazza
Re: Nobody Knows (Louis Tomlinson y Anthea Rogers).
por giocardenasa Dom 14 Abr 2013, 6:15 pm
MERECE UNA SEGUNDA PARTE HAZLA PLEASEEE<3
giocardenasa
Re: Nobody Knows (Louis Tomlinson y Anthea Rogers).
por Badk1Ds Vie 24 Mayo 2013, 2:27 am
giocardenasa escribió:MERECE UNA SEGUNDA PARTE HAZLA PLEASEEE<3
Oh Dios veo comentarios muy tarde D: he perdido el hilo de la historia lo siento : ( pero gracias por leerme xoxo
Badk1Ds
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