Sólo se ama lo que no se posee totalmente. -Louis y Tu-

Unos minutos después estaba entrando en la cafetería que apenas la estaban arreglando, salude a todos y me dirigí a la parte trasera que es donde están ubicados unos casilleros para los empleados para que guardemos nuestras cosas, una vez ahí me dedico a guardar mi bolso y aprovecho y saco mi delantal con el cuadernito de pedidos. Ya arreglada para mi día de trabajo salgo para terminar de arreglar la cafetería, apenas nos encontrábamos cinco personas, entre ellas están Austin, Emma, Charlie y yo que somos los meseros y Carl que es el cocinero. A eso de las 8:45am y ya casi terminada de arreglar la cafetería, empezaron a llegar el resto. El dueño no llegaba sino hasta las 10am, supervisaba que todo estaba bien y se retiraba a su pequeña oficina y ahí duraba el resto del día.





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Caminaba por las calles de new york, buscando de tienda en tienda una ropa accesible para ella pero ese día su suerte no la estaba ayudando, todo en esa ciudad era caro, lo sabía pero tenía la leve esperanza de que hubiera alguna tienda con rebajas, por suerte una hora después encontró una tienda con descuentos, sus ojos se iluminaron al ver un vestido en la ventanilla y sin más preámbulos entró en ella, camino hasta ella y busco un vestido de su talla y camino al probador, se lo puso y le quedaba perfecto, era un vestido plisado de color rosado con un cinturón fino de color plateado, solo faltaba buscar unos tacones altos y una chaqueta y ya tenía mi conjunto para mi entrevista. Salí del probador y camine a la cajera, pague y salí rumbo a buscar el reto de mi conjunto, unas dos cuadras después encontré una tienda de zapatos, ahí compre mis tacones y por suerte, al frente de esa tienda se encontraba una de ropa también y encontré mi chaqueta, después de haber encontrado mi ropa, decidí ir a un Starbucks, moría por el hambre. Una vez ahí, hice mi pedido y me senté en una mesa al fondo. Suspire, estaba demasiado cansada, había caminado casi toda la ciudad, pero valió la pena haberlo hecho, sonreí.



-¿Por qué la sonrisa?-volteé un poco asustada hacia mi derecha, mire al chico que estaba a un costado de mí, no podía ser cierto, esto no me puede estar pasándome, mi sonrisa se borró-



-No te importa-mire hacia la ventana- 



-Si te pregunto es porque me importa ¿No crees?-se sentó al frente de mí, no lo mire- Veo que seguiste mi consejo-fruncí el entrecejo-



-¿De qué me hablas?.



-¿No te acuerdas de nuestra conversación de ayer por la noche?-una sonrisa burlona apareció en su rostro, yo doble los ojos- veo que sí.



-¿Porque no me dejas en paz?



-Quiero ser tu amigo y no me has dejado.



-Es porque no lo necesito.



-Déjame serlo.-se sentó en el puesto de enfrente-



-Nadie te invitó a sentarte.



-Da igual, no te dejaría sola.



-¿Qué es lo que quieres?-ya estaba harta de esto, solo quería que me dejara en paz- Si quieres acercarte a Abby no necesitas acercarte a mí primero ¿lo entiendes?.



-Sí, ya lo sé.



-¿Entonces?



-Es que me causas curiosidad-se encogió de hombros-¿Sabes?, normalmente cuando alguna chica me conoce, se lanza hacia mí…



-Y tú no te niegas ¿no?-lo interrumpí, él se rio-



-Pues no, pero no es el punto, sino ¿Qué es lo que tengo que no te gusta?-yo reí, esto es ridículo-



-Nada



-¿Nada?¿En serio?



-¿Para esto me estas acosando?



-¿Acosando?



-Sí, por ejemplo ahora. Acabo de llegar y ya estás aquí preguntándome sobre si hay algo que tienes que no me gusta, cuando apenas y hemos hablamos dos veces ,sin contar está claro, de cosa sabes mi nombre porque lo sabes ¿verdad?.



-Sí.



-Perfecto, ya es un avance.-nótese el sarcasmo-



-¿Por qué eres así?



-¿Así como? 



-Tan a la defensiva 



-Louis-suspiré estresada- yo…



-Aquí está su pedido señorita-hablo el mesero dejándome el pedido, le sonreí en forma de agradecimiento y enseguida se retiró, agarre mi sándwich y le di una mordida, gemí de placer, ¡Dios! Qué bueno está, escuche una pequeña risita, abrí mis ojos, no me había dado cuenta que los había cerrado-



-¿De qué te ríes?



-pusiste una cara-rio de nuevo-



-Bueno ya.



-Ves.



-¿qué?



-Otra ves estas a la defensiva.



-Mira, en realidad no entiendo que es lo que pretendes, nadie se me acerca nunca, no soy una chica a la cual a alguien le llame la atención y es raro que un chico lo esté, no soy una chica normal y a comparación tuya yo he tenido que pasar por cosas muy difíciles, mi vida nunca ha sido fácil y ahora mucho menos. El día que te presentaron a Abby, te diste cuenta que ellos no me mencionaron y es porque soy algo insignificante, siempre lo he sido, ellos nunca han estado de acuerdo con que sea amiga de ella y...y… ¡Dios! No sé por qué te cuento esto.-suspire- Lamento ser un poco grosera, pero esto no es normal.



-No te preocupes.-mire mi comida, se me fue el apetito-



-Creo que debo irme- me levante con el propósito de salir de ahí, caminé hasta la caja, pague y salí, necesitaba respirar, fui una tonta, no debía contarle algo así y mucho menos molestarlo, yo como siempre molestando a los demás con mis problemas, bufe, nunca voy a dejar mi boca cerrada, alguien agarro mi brazo haciéndome girar sobre mi propio-



-Oye, ¿Cenarías conmigo mañana?



-No lo sé.



-¡Oh vamos!, será divertido y así podremos conocernos.



-No creo que..



-Di que sí.



-Vale.



-Excelente, paso por ti a las 7:30pm-sonrió-Oh y mira se te olvido esto-alzo la bolsa de mi ropa- ¿Para qué es?



-Es algo personal.



-Puedes decirme.



-No creo-reí-



-Está bien, pero ya lo descubriré.



-No lo creo.



-¿Qué no sabes decir otra cosa?



-Sí, bueno debo irme, nos vemos.



-¿Quieres que te lleve?



-No gracias, estoy cerca.



-¿Segura?



-Segura.



-Bien, nos vemos.



-Sí, adiós.



Camine durante unos 10min hasta llegar al apartamento, subí al ascensor y me arre-coste en una de las paredes y suspire, al llegar a mi piso, camine a mi cuarto, deje mis cosas a un lado de mi cama y me tire a ella, hoy ha sido un día raro, primero el chico que me ha estado persiguiendo y molestando me agrada, luego me invita a salir, que es algo que me tomo por sorpresa y lo que más me sorprende es que no me negué. Y por último me sentía nerviosa y estresada, temblorosa y confundida, mañana sería un día muy estresante y no sé si estaba preparada para esto, suspire, lo mejor sería dormir y dejar mi mente en blanco y sin saber cuándo, caí dormida.