The Moment I Knew.

The Moment i Knew.
Básicamente, el otro día pase por afuera de una tienda, y se me ocurrió este One Shoot, Es con Ed Sheeran, y contiene párrafos de la canción de Taylor Swift... ‘’The Moment i Knew’’



Deberías haber estado aquí, deberías haber irrumpido por la puerta, con esa sonrisa de "Cariño, estoy aquí", y esto hubiera tenido sentido, Como un millón de pequeñas estrellas alineadas, y hubiera sido tan feliz.

— El debería estar aquí— murmure mirando mi reloj.

Las 9 con 10 de la noche, pegue un suspiro, mis esperanzas se desvanecían poco a poco, sus amigos me miraban mientras yo estaba en un rincón de piernas cruzadas y con una sonrisa quebrada.

— Nueve minutos más— exclame moviendo el pie.

Mi peinado se desarmaba, mis pies dolían producto de mis Clarks color negro, mi vestido apretaba en mi pecho, ya que mi respiración se hacía más lenta, pero a la vez más profunda.

— Hace tiempo que no te veía, Diane— Comento un amigo de Ed.

Mire hacia arriba, una sonrisa de lastima se formo en sus labios, yo volví a sonreír falsamente, como lo he hecho todo este tiempo.

— ¿Cómo has estado? — Pregunto.

— Bien — respondí, sabiendo que era una mentira. — espero a Edward.

La sonrisa de Jack se desvaneció, se sentó a mi lado y miro mis ojos.

— ¿Sabías que Ed no va a venir?

Y fue como en cámara lenta, parada en mi vestido de fiesta, con lápiz labial rojo, sin nadie a quien impresionar, y todos están riendo, mientras yo estoy mirando alrededor de la habitación, y hay una cosa que falta.

— No — gemí antes de poner mis manos en mi bolsita que hacia juego con mi vestido.

Vi mi reloj otra vez, solo quedaban los amigos íntimos de la relación, y baje mi mirada y camine. Una carta mental creo mi mente.

Y las horas pasan, y solo quiero estar sola, pero tus amigos más cercanos siempre parecen saber cuándo hay algo realmente malo, así que me siguen por el pasillo, y en el baño trato de no desmoronarme, por la sensación de hundimiento, y lo digo sin esperanzas:

— El dijo que estaría aquí.

9 personas en un baño, los bufidos se oyeron, mi rímel comenzó a quemar con mis ojos, mi labio inferior tembló, desate mi peinado y comencé a llorar.

— Tranquila — dijo Jackson.


¿Qué dices cuando las lagrimas comienzan a caer por tu rostro en frente de todos los que conoces? ¿Y qué haces cuando alguien que significa mucho para ti no es quien
dice ser? Deberías haber estado aquí, Y hubiera sido tan feliz.


— Ed ya llegara, Diane.


Yo asentí, limpie mis lagrimas y quise borrar lo que había pasado atrás, mis suspiros fueron combinados con risas.

— Te teníamos una sorpresa.

Mi pelo rizado se movió, yo lo acomode tratando de echar los cabellos rubios hacia atrás, me vi en aquel espejo, mis ojos azules ahora estaban rojos, sonreí de medio lado y me senté en la mesa, mire por última vez aquella puerta... Nada.

Y fue como en cámara lenta, parada en mi vestido de fiesta, con lápiz labial rojo, sin nadie a quien impresionar, y todos están sentados alrededor mío cantándome "Feliz cumpleaños a ti", y hay algo que falta, y ese fue el momento en que supe...


— No te preocupes, Diane. El te llamara, porque te ama— comento Jack antes de cruzar el umbral de la puerta.


Entonces ahí fue cuando me derrumbe, tire mis tacones lejos, junto con mi vestido, ¿Dónde estabas? ¿Te habías olvidado de mi? ¿Soy yo, importante para ti? Me deje caer contra el helado sillón, mientras hundía mi cabeza entre mis piernas. Solloce una y otra vez, y como idiota fui a la puerta, para ver si estabas ahí, con esa sonrisa que tanto amaba observar, segundos... minutos.. horas y no llegaste a mi puerta.
Y Ese fue el momento en el que supe.... Te habías olvidado de mi.
Rendida, y triste fui a mi cama, la cual habíamos compartido tantas veces... pero ahora estaba vacía, acaricie tu cojín de rayas, con tus colores favoritos.


‘’ Naranja, Morado y Verde’’


Memorizo mi mente. Sonreí y lo acune contra mi pecho, mientras me hundía en el sueño y en el llanto, pero por sobre todas las cosas, La Soledad.

4 de la madrugada con 15 minutos.


Me llamaste más tarde, y me dijiste:
— Lo siento, no pude hacerlo.


Y yo dije:
— Yo también lo siento.


Y ese fue el momento en que supe... Tu no eras el indicado.