You’re not sorry {Zayn Malik}.

Corrí hasta ella y la apresé entre mis brazos.
—No te vayas —susurré. —Siempre has sido la única, ______.
Ella se giró, mirándome a los ojos. —Estoy cansada de tus mentiras —apoyó sus manos sobre mi rostro. —Ya no quiero sufrir más.
—Lo siento —no supe decir más que eso. —En verdad lo siento… —tomé sus manos y besé su frente. —Sabes cuánto te amo, cuánto te necesito… nena, necesito tu cariño.
—Y yo del tuyo —susurró, con un dejo de dolor. —Pero no puedo… no puedo seguir así. Me mientes, me engañas —dijo. —A mí también me duele, Zayn.
Solté su mano y tomé la maleta que llevaba. —Sé que no estoy haciendo lo correcto —arrastré aquel objeto hasta ocultarlo detrás de mí. —Sé que no puedo obligarte a que te quedes… pero… voy a cambiar —la miré. —Lo prometo.
_______ negó con la cabeza. —Las personas no cambian.
—Yo sí, lo haré. Por ti.
—¡Deja de mentir! —Me empujó y dio varios pasos hacia atrás. —Desperdicie mucho tiempo esperando a que volvieras a ser el muchacho del que me enamoré, me rendí, Zayn… y lo único que sabes hacer es deprimirme, me haces sentir menos —sonó distante. —Me ha tomado mucho tiempo, pero… ¿sabes? Me he dado cuenta, y tú… tú piensas que todo va a estar bien, pero no… no será así.
Sentí cómo las lágrimas corrían hacia abajo por mi rostro. Ella contenía las suyas, estaba cansada de llorar por mí, y yo la entendía.
—No busco que seas perfecto, Zayn —dijo. —Pero quiero que entiendas… quiero que sepas que éste chico que tengo en frente, éste moreno rebelde y empedernido no es el moreno inocente del que me enamoré. —Se pasó una mano por el pelo. —Es el colmo, ¿entiendes? Ya no quiero seguir sufriendo… y, sí, puedes decir “lo siento” pero ya no tiene caso. Ya no más.
Caminó hasta mí y cogió la maleta.
—_______... —susurré cuando aún estaba cerca.
—No hace falta que llames, ni que me escribas, no me busques —masculló. —No voy a contestar el teléfono, no responderé las cartas, no te abriré la puerta si llegas a encontrarme.
—Solíamos brillar, alto y fuerte. ¿Qué nos paso?
—¿En verdad quieres saber? —Asentí y esperé su respuesta. —No puedo prohibirte tus amistades —comenzó—, pero ellos tienen la culpa. Ellos te cambiaron. Me dejaste sola, fuera de ese puto bar que frecuentas todas las noches. Me he convertido en el ultimo orejón del tarro —susurró— …y creo que no me merezco nada de esto. Así que cuando vuelvas a ser quien eras… quizá, sólo quizá, volvamos a ser lo que éramos —me sonrió de manera triste. Se acercó a mí y besó mis labios. —Lo único que te pido es que no olvides que te amo, Zayn, porque yo sí te amo… con todo mi corazón.
Comenzó a alejarse, arrastrando aquella jodida maleta.
—¡Si en verdad me amaras no me dejarías solo! —exclamé y caí de rodillas. —¡________!
Ella ni siquiera se giro para verme, se alejó. Sin piedad. Sin resentimiento.

Llevaba encerrado en mi habitación una semana, no comía, no salía. Tan sólo me bañaba y evitaba la luz del Sol. Me había convertido en una persona indeseable. Alguien que lo único que sabía entregar era insultos, pero no aceptaba nada de los demás. Mis hermanas habían comprendido que no quería hablar con nadie… por lo que ya no molestaban.
Probé una última vez. Era la vigésimo primera vez que llamaba esta semana. Pero era la primera vez que dejaba un mensaje.
—Hola, ________, ¿cómo estás? —No supe cómo empezar. —, pues espero que bien. Espero que feliz… ¿quieres saber cómo estoy yo? Sólo, encerrado, triste, débil. Sigo siendo el mismo gusano de siempre… con la única diferencia de que ahora te amo más, y he entendido todo lo que has dicho… —susurré. —Pues… no lo sé. Te amo, no lo olvides.
Corté y dejé caer el teléfono sobre el sofá.
Encendí mi portátil y me logueé en twitter. Hacía tiempo que no lo abría, quizá la misma depresión me había llevado a odiar todo lo que antes hacía con ella. O al menos… lo que hacíamos juntos.
Tuiteé: ‘How do you look at someone you love and tell yourself “it’s time to walk away”?, just tell me how.’
Apagué el ordenador, no quería ver las respuestas de nadie. Algunas cómo: “Zayn está triste, ¿quién es la perra que lo hace sufrir?”, o… “Tenemos que hacer sufrir a esa zorra, #Die______Die.” Eran tonterías, sí, pero siendo quien soy… la cosa se ponía difícil… y no quería que _______ quedara pegada en todo esto, y sufriera por mi culpa… ya no más. Encendí la televisión… “hay rumores sobre una, supuesta, ruptura de…” vi mi foto en la pantalla y la apagué sin dar tiempo a nada.
—Joder… —susurré y me dejé caer sobre la cama. —Jodidos paparazis.
En ese momento quise dejar de sentir, quise dejar de ser quien soy… pero no podía tirar todo al tacho por una baja… por una baja llamada ________.
Cerré los ojos, optando por imaginarla cerca de mí. Optando por encerrarme en mis recuerdos.
La pantalla de mi móvil se encendió, un mensaje.
Ahogué un sollozo al darme cuenta de quién era.
Darrel.
Cogí el teléfono y abrí el sms. –Querido Zayn, siento tener que comunicarte esto por mensaje, ya que preferiría decírtelo de frente… _______ se ha ido. Está lejos, de ti, de mí… de todos. Ha dejado su teléfono aquí, me ha dicho que no quiere oírte… por el solo hecho de que tiene miedo de arrepentirse. Te ama… pero le has hecho mal y ya no quiere saber de ti, al menos por ahora. Te quiero, hermano. Darr–.
Arrojé el móvil contra la pared, conteniendo la idea de arrojarlo por la ventana. Sería un problema más para la banda si decidía hacer eso.
—¡Zayn! —se oyó. —Zayn, ¿estás bien? ¿Qué has hecho?
¿Qué hacía Harry en la habitación contigua?
Lloriqueé en silencio y me quedé quieto. La puerta se abrió de golpe y mi amigo de rulos asomó la cabeza.
—¿Qué te sucede, hermano? —preguntó. —¿Por qué te aíslas?
No respondí, no quise… no quería llorar delante de él.
—Venga, Zayn, ¿qué pasa? No hablas con nosotros desde hace casi una semana… eso nos inquieta —dijo. —Me preocupas. Nos preocupas, Zayn.
—No importa…
—¡Sí! —exclamó. —Si importa, porque nosotros somos parte de tu vida, somos tus amigos, tus hermanos… Malik.
—No quiero… no quiero que hagas esto —lo empujé. —Deja que me ahogue solo, no quiero llevarlos conmigo.
—¡Deja de decir estupideces! —me golpeó en la cara. —¡Te he dicho que no vamos a dejarte solo, no ahora, Zayn!
Llevé una de mis manos a mi rostro, donde Harry me había golpeado.
Liam asomó detrás de la puerta, acompañado de Niall quien corrió a abrazarme. Y me sentí la peor persona del mundo. Los había alejado de mí por un capricho…
Abracé a Nialler con todas mis fuerzas, lloré sobre su hombro. —Lo siento —llegué a susurrar.
—Te entendemos —dijo Liam mientras me daba algunas palmadas en la espalda. —Tranquilo.
—Su hermano me envió un texto —sollocé, suponía que estaban al tanto por las noticias que circulaban actualmente. —Ella no quiere volver a verme. ¡Me he comportado como un imbécil! Debería haberla apreciado cuando estuvo entre mis brazos.
—Pero no lo hiciste —dijo Harry, en tono severo. —Ahora no puedes vivir de lamentos, Zayn… debes encontrarla, encontrarla y decirle que has sido un idiota. ¡Porque eso fuiste! —Louis lo tomó por los hombros, él acababa de llegar. —¡Te la presente porque creí que eras el indicado para ella! —gritó. —¡La considero mi hermana! ¡Tiene mi sangre, joder! —me miró. Se soltó del agarre del mayor. —No debería habértela presentado… tú… solo le has hecho daño.
La tranquilidad de Harold se fue al tacho. Lo entendía, perfectamente… si alguien le hiciera aquello a una de mis hermanas no contaría la historia.
—Lo siento —sollocé. —Perdóname, Harry… —susurré. —Te juro que voy a remediar todo esto.
—Más te vale —me señaló— …más te vale.
Y salió de allí hecho una furia.

Caí de rodillas y cubrí mi rostro con ambas manos. Me sentí un idiota, un enorme y grandísimo idiota. Harry no merecía pasar por esto. Y ________... ________ tampoco.
Louis se había ido detrás de Harry para que no cometiera ninguna locura.
—Saldré —susurré y me puse de pie, Liam me siguió. Me giré y apoyé mi mano en su pecho. —Sólo.
Salí de la habitación, caminé por el pasillo y me escabullí fuera del hotel. Caminé sólo, en silencio. No necesitaba nada, ni a nadie. Quería sentir los labios de ________ junto a los míos, pero la cosa se complicaba si no tenía idea de dónde estaba ella. Me metí en el primer bar que vi, me senté en la barra y miré al muchacho que entendía.
—Un doble, por favor —le sonreí.
Así pasé la tarde, entre copas… cervezas, vodka.
—¿Zayn? —escuché una voz muy conocida para mí. —Joder, Zayn, ¡¿qué demonios haces aquí?! Levántate, imbécil… no voy a dejarte aquí.

Abrí los ojos y los cerré nuevamente, la luz me cegó. Me pasé ambas manos por el pelo y me senté en la cama, de espaldas a la ventana.
Tomé mi celular, el cual yacía sobre la mesita de noche, le envié un mensaje a Liam diciendo que estaba bien… que no se preocuparan por mí.
Me puse de pie, y cómo pude salí de la habitación, sin prestar atención a lo que me rodeaba. Bajé las escaleras y llegué a la sala. ¿Dónde demonios me había metido? ¿Cómo llegué aquí? Giré sobre mis talones, examinando el lugar.
—Joder —susurré. —¡Joder! ¡¿Qué carajos hago aquí?! —grité al notar dónde me encontraba. —Eres un imbécil Zayn, intentas dejar de sufrir… te emborrachas y terminas en su casa. ¡Imbécil! —exclamé. —¡Grandísimo idiota!
Me dejé caer, sentado, sobre los escalones.
No recordaba dónde había estado antes de llegar aquí, por ende no sabía cómo había llegado. No tenía ni la más pálida idea.
Dejé que las lágrimas rodaran por mis mejillas y caminé hasta la cocina.
Ahí estaba.
Dándome la espalda.
Tenía puesta mi musculosa favorita, una remera negra con el símbolo de Pink Floyd estampado en ella. Las lágrimas siguieron su camino, sin querer detenerse.
La oí sollozar.
—________... —susurré.
Se quedó tiesa, no movió ni un musculo.
—________... mi amor —me acerqué. —Mi amor, no sabes cuánto te he necesitado… joder —la abracé por detrás y besé su mejilla. —No tienes ni idea de cuánto te eche de menos, amor —sollocé.
Ella tomó mis manos, permaneciendo en esa posición. —Yo también te extrañaba… demasiado —susurró y acercó mi mano a sus labios. —No puedo dejar de pensarte, ni siquiera intentándolo.
—¿Qué nos ha pasado?
—No lo sé… pero no quiero que te alejes de mí… no de nuevo —se giró y ocultó su cabeza en el hueco de mi cuello.
—Te amo —susurré. —Te amo muchísimo.
—Yo también te amo —murmuró contra mi cuerpo.

Buscó su boca y sus lenguas se encontraron. Zayn deslizó sus manos hacia arriba y comenzó a acariciarle la espalda por debajo de la ropa. Comprobó que no llevaba sujetador y de inmediato le rodeó un pecho con la mano. ______ se arqueó contra él mientras enredaba sus dedos en la mata de cabello azabache.
Ella se separó un poco y lo miró a los ojos. Sabía que aquella mirada, tan intensa, reflejaba el mismo deseo que había en los suyos.
Se quitó la blusa con movimientos lentos y la arrojó por el aire. Cuando Zayn apoyó las palmas abiertas sobre las montañas en llamas que eran sus pechos, ______ creyó que algo había explotado en su interior. Arqueó su cuerpo hacia adelante, elevó la cabeza hacia el techo y le ofreció al moreno lo que él más anhelaba.
Luego llegaría su turno de tomar posesión. Cuando la boca de Zayn se cerró sobre uno de sus pezones _______ se sacudió en pequeñas convulsiones. Sus manos bajaron hasta el cinturón de los vaqueros y, en un segundo, logró quitárselos. Él se movió un poco para que ella pudiera bajarle los pantalones y llegar a su objetivo. Zayn dio un salto cuando la mano de ______ rodeó su miembro erecto. Él la besó con furia y ella respondió con el mismo fervor.
Lo había extrañado, muchísimo.
Su mano seguía atormentándolo sin piedad y entonces, Zayn deslizó las suyas por sus costados para alcanzar la redondez de sus caderas hasta encontrar la fuente de su ardor. ______ dejó escapar un gemido y se movió hasta montarse encima de él. Sus piernas pronto se enredaron alrededor de la cintura de Zayn.
Lo sujetó del rostro y lo incitó a que la besara nuevamente. Comenzó a frotarse contra él, primero con movimientos lentos, hasta perder el control total de su cuerpo que se sacudía con violencia al ritmo del suyo.
Cuando por fin él la poseyó, ______ exhaló un leve grito. Sus dedos se clavaron en la espalda poderosa del moreno, sus cuerpos unidos eran una explosión de vibraciones.
Ella le besó el rostro hasta que se detuvo en su boca. Sabía que los labios entreabiertos de Zayn anhelaban los suyos, pero debía esperar para tenerlos otra vez.
—_______... —balbuceó, preso de la pasión.
Ella le acarició la boca con la yema de su dedo pulgar.
—Dímelo. Repíteme eso que me has dicho esta mañana. Quiero volver a escucharlo.
Zayn pasó su lengua por su labio inferior.
—Te amo.
—Dilo otra vez —le pidió mientras le daba besos ligeros en el cuello.
—Te amo, te amo _______ _______.
Lo miró a los ojos. Aquellos ojos avellana y poderosos que le traspasaban el alma.
—Yo también te amo, Zayn Malik.
Sus cuerpos aún seguían unidos, como si ya no pudieran separarse nunca más.
Zayn le besó la boca con ternura y acarició la piel sedosa de su espalda y de sus hombros mientras _______ le susurraba al oído, una y otra vez, lo mucho que lo amaba.

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Bueno, sólo espero que les haya gustado.
La última parte, (más específicamente: lo hot), es una adaptación al libro Nomeolvides de Sienna Anderson ya que me apena escribir cosas subidas de tono... es que no sé cómo.
Les agradezco que lo leyeran.
Las quiero.
Steph.
PD: Por cierto, Steph y [Anonymous] somos la misma persona, el segundo es mi user y el primero es mi seudónimo... ya que no he querido dar mi nombre real aún... porque prefiero mantenerme en el puto misterio.