I Promise. (Larry Stylinson)

Aun recuerdo sus últimas palabras antes de irse. Aun recuerdo su última promesa antes de subirse a aquel avión que lo alejaría de mí por un largo tiempo, por no decir que para siempre. Ni siquiera estaba seguro de volverlo a ver, unas semanas antes de que partieran había escuchado a mi madre hablando con la suya y decían cosas como que su futuro era incierto, no sabían si realmente les iría bien en su trabajo y si así fuera probablemente no volverían en un tiempo largo ya que allá sus hijos podrían tener una mejor educación y más oportunidades de un trabajo mejor. Me sentí mal porque yo muy en el fondo deseaba que las cosas no les fueran tan bien y que los obligara a volver a Doncaster, pero en ese momento me sentí egoísta ¡Era verdad! Doncaster no era una ciudad comparada con lo maravilloso que sería vivir en la Nueva York, aquella bella ciudad protagonista de muchos programas de televisión, series y famosas películas, lugar donde muchas estrellas de cine viven y el lugar donde cualquier persona le gustaría vivir. Doncaster quedaba como un pequeño pueblo a comparación. Me sentí el doble de egoísta.

Los recuerdos me atacaban y un dolor intenso de cabeza me golpeo inesperadamente. La familia Tomlinson abordaba el avión correspondiente y yo seguía rezando para que algo pasara y su vuelo tuviera que ser cancelado, algo como que Nueva York está sufriendo por una tormenta eléctrica horrible o que algún Dinosaurio acompañado por los Ovnis y están atacando la ciudad de los taxis amarillos.

Egoísta de nuevo.

Tenía que estar feliz, por él y por mí pero, ¿Cómo podía estar feliz cuando el amor de mi vida se me estaba yendo de las manos? Una noche estábamos plácidamente semi-acostados en el sofá de mi casa mirando una película mientras comíamos palomitas y bebíamos refrescos y ahora solo nos decimos adiós.

Nuestra relación fue un secreto para los oídos de todos. Familia, amigos, conocidos y no conocidos, de hecho, pensábamos contárselo a nuestras familias porque sabíamos que ya lo sospechaban –Sino es que ya lo sabían- pero después de pensarlo diez minutos más la idea fue descartada. También pensábamos decírselo a los chicos, ellos definitivamente merecían saberlo pero cuando convocamos a una reunión los otros tres chicos nos habían dicho que ya lo sabían, incluso lo sabían antes de que alguno de nosotros estuviera pensando en una relación seria. Ellos lo habían tomado excelente. Mejor de lo que nosotros lo hubiéramos pensado.

Llevábamos casi 1 año de relación. El mejor casi año de toda mi vida. Él era lo mejor de mi vida, ¿Qué se suponía que haría ahora? ¿Qué sería de mí? Seguro moriría en menos de 72 horas, sería mi fin sin él.

—Vámonos Harry, el vuelvo sale en…

—No aun mamá. —Mire mi reloj y aun faltan cinco minutos para que el vuelvo despegara. —Cinco minutos más. —Respondí ocultando mis horribles ganas de llorar.

—Cariño, sé que Louis y tu eran mejores amigos pero…

“Mejores amigos”, el mundo siempre nos vería como mejores amigos. La gente no aceptaría una relación como la nuestra, siempre nos apuntarían, nos insultarían y siempre nos lastimarían porque la gente es así, la gente no entiende el verdadero amor. Ridículo.

¿Cuándo se fue que no me di cuenta? ¿Cuándo partió el avión que llevaba con él al amor de mi vida? ¿Cuándo? Suspire sintiéndome peor que hace cinco minutos, me perdí tanto en mis pensamientos y en mi mundo que no me había dado cuenta cuando se habían ido, cuando habían volado.

Mire a mi derecha y se encontraban mis tres mejores amigos. Niall lloriqueaba y Liam intentaba consolarlo con un abrazo y susurrándole cosas que yo ignoraba, Zayn, por su parte, sobaba suavemente el hombre de ambos chicos intentando ocultar su tristeza. Me miro. Con aquella mirada penetrante que hace que cualquier chica y chico homosexual o bisexual muriera, pero no funciona conmigo. Yo solo caía con la mirada azul océano de mi castaño. Zayn intentaba sonreírme pero aquella sonrisa termino siendo una mueca graciosa.

A mi izquierda estaba mi madre abrazando a Gemma, ambas tenían caras de dolor y tristeza. Mi madre se había vuelto muy amiga de Jay, tenían una bonita amistad y salían a tomar café todos los viernes a las seis, misma hora que Gemma salía con sus amigas, misma hora en la que Louis llegaba a mi casa repentinamente para divertirnos jugando videojuegos, mirando películas o hacer cualquier cosa que la gente pensaba. Pero no, nos acurrucábamos en un rincón de mi sofá, compartíamos palabras bonitas, caricias y sonrisas. Después, volvíamos a ser los mejores amigos ante la vista de todos, pero comenzaban a sospechar. Si tenía suerte, dejaríamos de ser un secreto cuando Louis volviera, cuando él y su familia volvieran.

“Volveré, lo prometo. Y cuando eso pase, le diremos a todos, dejaremos de ser un secreto.”

Me lo prometió y Louis siempre cumplía con sus promesas, me lo dijo antes de subirse a aquel maldito avión. A partir de ese momento odiaría con toda mi alma ese avión y a esa ciudad, odiaría a Nueva York porque ahora esa ciudad tendría a mi castaño, a mi inmaduro… A mi Boo Bear.

El tiempo había llegado, el avión había despegado y Niall se había tranquilizado. Mamá me comunicó que Gemma tenía que hacer algunas cosas y que por eso tendríamos que irnos ya, yo solo asentí y caminé hasta los chicos para despedirme. Todos me abrazaron y me susurraron diferentes palabras de aliento.

“El volverá amigo, no te preocupes” Dijo Zayn intentando sonreír, pero de nuevo otra mueca apareció.

“Ya Hazza, me harás llorar de nuevo, Louis volverá” Dijo Niall mientras se tallaba los ojos. Se veía adorable.

“Louis va a volver Harry, solo tenemos que esperar, el te lo prometió y lo va a cumplir, el estará aquí.” Dijo Liam con una sonrisa paternal que hizo que mis esperanzas volvieran.

“Gracias” les susurre antes de despedirme y apresurarme para alcanzar a mamá y a Gemma que se habían adelantado.

Los días pasaron y cada vez se me hacía más difícil comprender mi vida sin Louis. No recibía ninguna llamada, ninguna carta, no sabía nada de él. Es como si se lo hubiera tragado Nueva York, ¿Acaso se había olvidado de mi en una semana? No, es no podía ser.

Cada día me sentía peor y se me hacía más difícil todo. Sentía un fuerte dolor en mi pecho que un Doctor no podría curar, tampoco hablar con Liam que era como la voz de mi conciencia, tampoco consultando al filosofo Zayn, ni siquiera yendo a comer con Niall. Nada me lo quitaría, nada a menos que el chico castaño y de ojos azules apareciera por arte de magia por esa puerta, pero no pasaría.

Recostado en la cama de mi habitación, mirando el techo, sintiéndome vacio por dentro. Solo.

—Dios, ¿Hace cuanto no limpias aquí? Ya huele a muerto. —La voz de Gemma se hizo presente. Ella tapo su nariz con su mano y se adentro a la habitación para sentarse en una esquina de la cama. —Entonces…

—No lo sé.

— ¡Vamos Harry! ¿Por qué no llamas a Niall, Liam y Zayn para que salgas? Ellos te alegraran y quizá después tengas ánimo para limpiar aquí, realmente lo necesita. —Dijo y ella sonrió. Siempre he pensado que tiene una linda sonrisa.

—No tengo ganas de nada, pero gracias Gemma. Ahora, solo quiero estar solo. —Suspire y lleve mis manos a mi cara tallándola.

Gemma me miraba preocupada. Sabía que sus intenciones eran buenas, sabía que ella quería que estuviera bien pero ¡Yo estoy bien! Algo desanimado, pero no me voy a morir por eso, no aun. Solo necesitaba noticias de el, saber que el estaba bien, que aun me quería y me extrañaba de la misma manera en la que yo lo extrañaba a él, necesitaba escuchar su voz diciéndome “Hazza Bear”, diciendo que me amaba, lo necesitaba todo de él.

—Tu novio volverá, no te desanimes hermanito. —Dijo tranquilamente Gemma mientras volvía a sonreirá mirándome fijamente.

“Tu novio volverá”

“Volverá tu novio”

“Novio”

¿Ella lo sabía? ¿O solo bromeaba? A quien engaño, ella lo sabía.

— ¿Quién te lo dijo? —Pregunte rápidamente sentándome junto a ella.

—Nadie, lo descubrí yo sola. Fue hace tiempo realmente, esperaba que nos lo dijeran pero no llegaba el día, de todos modos ya lo sabía.

— ¿Cómo lo supiste? Digo, pensé que lo escondíamos bien. —Ella lanzo una gran carcajada y yo fruncí el seño.

— ¿Ustedes? ¿Ocultarlo bien? —Volvió a soltar una carcajada haciéndome molestar. —Ustedes nos gritaban a todos “¡Estamos saliendo!” Harry, jamás fueron discretos, se notaba a kilómetros que lo suyo iba más allá de una amistad, era obvio. —Sobó mi hombro en señal de ¿Apoyo?

—Mamá… ¿Ella lo sa...sa…

— ¡Claro que lo sabe ricitos! —Gemma se levanto de la cama de golpe, sonriendo y acercándose para alborotarme los risos. —Ella está feliz Harry, aunque claro que la desanimo que no le tuvieran confianza para decírselo, pero ella te apoyara siempre… ¡Al igual que yo y Jay!

¿Jay también lo sabía? Yo que creía que hacíamos una actuación increíble de mejores amigos, pero bueno de todos modos Gemma siempre solía decirme que nunca aprendería a actuar, a mentir ni a hacer cualquier otra cosa que no sea la correcta.

—Jay también lo acepta. De hecho, en sus viernes de café, té y galletitas hablan de ustedes dos, una vez las acompañe ¡No paraban de hablar de ustedes! Los adoran y les parecen adorable, es la verdad Harry deberías decírselo a mamá, Jay ya lo sabe.

¿Lo sabía? ¿Cómo Gemma podría saber que Jay ya estaba enterada de nuestra relación? La única opción que quedaba era de que se habían comunicado con Jay.

— ¿Cómo sabes? ¿Hablaste con Jay? —Pregunte. Estaba entre entusiasmado y preocupado, ¿Por qué nadie me dijo que Jay llamo? Era mi oportunidad de hablar con Louis.

—Oh, no, no yo no. Mamá dijo que ayer llamo Jay, fue por la mañana y tú estabas en clases, quizá olvido decírtelo pero le dijo que Louis y ella ya habían tenido esa… “charla” —Hizo comillas con sus dedos y luego siguió. —Ahora ella espera que tu lo digas, quiere que le tengas esa confianza.

—Louis no se lo habría dicho sin antes haberlo consultado conmigo.

—Jay lo atrapo en el avión, le hizo el interrogatorio y no tuvo otra salida. Díselo Harry. —Me sonrió y se dispuso a ir hacia la puerta. —Debo irme, mamá está en el Supermercado no debe tardar en llegar. Ella sabe que saldré con Darren, no me esperen.

— ¿Darren? ¿Quién es Darren? —Enarque una ceja y me levante de la cama para poder estirarme.

—Un amigo, ahora vístete y llama a los chicos, diles que vengan y hagan lo que los chicos hacen, después hablas con mamá… —Estuvo a punto de salir de la habitación cuando se giro rápidamente. — ¡Casi lo olvido! Jay dijo que Louis te mandaba saludos y que te extrañaba mucho, cuando pueda se pondrá en contacto contigo. Y bueno… ha lloriqueado por ti muchas veces, no eres el único. —Rio y salió.

El me extrañaba. No me había olvidado y para mí eso era suficiente consuelo, además se pondría en contacto conmigo, volvería a escuchar su chillona y encantadora voz de nuevo, aunque sea por teléfono no importaba volvería a escucharlo a él. Por otro lado, la idea de llamar a los chicos está descartada, no quiero hablar con nadie ahora y además tengo que pensar en cómo iniciar la conversación con mamá, pero lo hare de alguna manera.

Se escucho que una puerta se habría, se escucharon pasos… mamá había llegado y yo tenía que hablar. Baje rápidamente encontrándome con una Anne sonriente mientras sacaba la comida de las bolsas del supermercado. Di un largo suspiro y me adentre a la cocina. Mamá se volteo para mirarme mejor y me pregunto si ya me sentía mejor y así iniciamos la plática.