Different. Problem? -TERMINADA-

Es otro día común y corriente, la universidad es un asco; me encuentro en este lugar para ser el hombre que mi padre espera que sea. De lo que me alegro es de que puedo tirarme a todas las chicas que quiera, soy un mujeriego y no me da pena admitirlo. Todas las chicas saben que de mí solo pueden conseguir una noche y nada más. Ya están acostumbradas. No hay mucho que decir, soy un fiestero de primera, al lado de mi fiel amigo Harry Styles. Tomo, fumo y tengo sexo casi diario. Nada prodigio a decir verdad, y realmente el serlo no me interesa en lo más mínimo.

Me encuentro feliz con mi vida aunque sea una mierda. Bueno, no feliz pero por lo menos estable...

Entré a la primera hora de clase, tenía ciencias económicas. Bah. Me dediqué a coquetear con Sheryl, ella me había prometido una noche de pasión para este fin de semana, ósea hoy. Viernes. Me estuve insinuando todo el tiempo, la rubia se enroscaba un mechón de su cabello y se mordía los labios. Hum. Provocativo. Volteé la mirada y me encontré con Denna. La del pasado fin de semana, ésta me guiñó un ojo y yo solo sonreí.
—¡Señor Malik! ¿Cree que mi clase es un juego?—exclama el profesor furioso conmigo. ¿Quería enserio que le respondiera? No es que su clase me interesara mucho... —Malik retírate de mi clase ahora—las personas hicieron algo de bulla—¡Callaos todos ahora mismo!—replicó furibundo aquel maestro idiota.
—Nos vemos, hombre—le dije haciendo un signo militar en mi frente para con él. Tensó los músculos, o aquello que tuviese en ese cuerpo extraño y me indicó la puerta. Cerré los ojos mientras salía a la libertad un rato. Me fui del edificio a pasear un rato y tal vez tirarme a la profesora de Mercadeo por... ¿Sexta vez? Si, sexta vez. Caminé casi sin rumbo y no vi cuando me choqué con alguien. Una chica cayó al suelo y todos sus libros se esparcieron por el suelo.
—Oh, lo lamento—dije con una sonrisa.
—Ten más cuidado, maricón—gruñó un castaño con cierta mirada asesina posada en mí, la chica lo miró y le puso una mano en el pecho.
—Caleb... No pelees ¿si?—pidió aquella chica con voz de soprano. Sonreí, era preciosa. En un día de estos me la tiraría...
—Vámonos, linda—le pidió su novio cogiendo sus cosas y ayudándola.
—Si, si. Pero Caleb discúlpate con el chico—miró desorbitada hacia algún lugar. Caleb chasqueó la lengua y dijo:
—Lo siento, hombre.—y dicho esto agarró su mochila y la de la desconocida y empezó a caminar—¿A qué esperas Ro?
—Siento el comportamiento de mi hermano—Oh, ¿su hermano? Perfecto—es a veces algo sobre protector y...
—¡Roonie!—exclamó Caleb cogiendo del brazo a la chica.
—Adiós—se despidió a ciegas y caminó con Caleb hacia algún lugar.
—Adiós—dije yo, algo tarde.
¿Qué tenía aquella chica que me gustaba tanto?
Aún no lo sabía. Pero por supuesto, lo descubriría...

En toda aquella semana no había vuelto a ver a la chica con la que me había chocado... ¿Cuál era su nombre? Roll...Ross... ¿Roonie? ¿A quién engaño? No he dejado de pensar en ella...cada día me intriga más y siempre quiero verle, pero jamás me la encuentro. Hoy saldría con Jelk, la nerd de mi clase de Economía Mundialista y Mercadotecnia. Me la tiraría, como ya todos saben. Incluso ella, y no rechistó ante mi propuesta.

Me quedé algo aburrido en uno de los descansos entre mis clases tomadas, y llamé a Doniya.
—¿Qué quieres des-adaptado?—preguntó al teléfono.
—Mamá ha dicho que se van de viaje, por lo que tengo la casa...y pienso llevar una chica.
—¡¿Y a mi que me importan tus encuentros, pervertido?! —gruñó.
—Quiero que Waliyha y Saffa no estén. ¿40 dólares?
—80
—¡Dios!—me mordí la lengua—Bien, ochenta.
—Que mierda...si hubiese sabido que accedías tan fácil hubiese subido el precio del monto.
—Ya, adiós.—colgué. Tomé mi mochila y caminé hacia donde Harry.
—¡Eh, Malik!—me llamó Harry.
—¿Qué?
—¿A dónde vas con tanto apuro?
—Voy a tirarme a Jelk—rió lo bastante alto como para que varias chicas se quedarán mirándole extraño.
—¡Eres un maestro!—sonrió.
—Un maestro—acerté con una sonrisita de suficiencia

Después de hablar un rato se encaminó con unos amigos, una chica estaba de espaldas a mí y podía jurar que ya había visto aquella cabellera. Harry sonrió a la chica y ella se dio media vuelta. Cuando la vi, algo en mi corazón se enredó y este empezó a latir desenfrenado. Era ella. Ronnie. Traía una sonrisa de oreja a oreja, mientras hablaba con Harry de algo divertido.
Ella se volteó y yo la saludé. No me devolvió el saludó y siguió derecho. Ni siquiera me sonrió. Hice una mueca y de pronto apareció Jelk.
—Hola Zayn—se acomodó sus gafas y se mojó los labios. Ya habían pocos en la universidad, la tomé del brazo y caminamos distantes. Se subió a mi Ferrari, en lado del copiloto y arrancamos el auto. Quería descargar mis energías en algo. ¿Cómo porque no me saludaría? ¿Acaso soy invisible? No. Para nada. ¿Qué mier...?
Respiré hondo mientras aparcaba en el lujoso garaje que poseía mi hogar.
Jelk se bajó del auto y tomó su bolso.
—¿Dónde está la habitación?—ella ya sabía de que iba esto. Caminamos dentro de mi casa y ella sonrió—es preciosa.
Subimos al segundo piso, le indiqué el baño y esperé afuera. Escuché la puerta abrirse y abrí los ojos como platos al verla diferente, sin lentes-no se veía más llamativa, sólo diferente-y con un babydoll de color negro, se mordió los labios y me miró con deseo. Ese fue el momento exacto que disparó en mí la adrenalina previa a la acción.

Me acerqué a ella y empecé a besarle el cuello. Ella me agarró de los brazos y me apretó, fui bajando con mi lengua hacia el inicio de sus senos y di dos besos en cada uno. La tomé por las caderas y enredó sus piernas entorno a mi cintura, es decir, al ras de mi miembro, que empezaba a recibir las descargas de entendimiento. Hora de diversión. La dejé sobre la cama, presionando el lado derecho de su pelvis y ella se arqueó para mí, tumbé su cabello a los lados de sus hombros y después de lo que dijo me dejé llevar:
—Hazme tuya, Malik—la deshice de su llamativo conjunto y solo quedó con lencería de color rojo pasión, me lamí los labios y ella sonrió. Me dediqué a tocarla y a hacerla vibrar, mientras ella gemía y gemía y volvía a gemir. Cuando supe que estaba completamente mojada, quité sus dos últimas prendas. Y practiqué con ella aquel sexo único. Agarro mi cabello mientras mi lengua trabajaba sobre su feminidad.—Oh...Zaa..Zayyy... ¡Zayn!—exclamó con la boca abierta mientras yo bebía de su intimidad como un maniático. Necesitaba aprecio y tenía deseos de lujuria por la ignorada que me había metido Ronnie. Así qué la hice sufrir otro rato, se quedaba sin respiración cuando casi llegaba al orgasmo y entonces me retiraba para que no lo hiciese, gemía y jadeaba casi de forma sobrenatural por lo que yo le estaba haciendo. Cuando ya mi miembro cortaba la tela de mis bóxers, lo liberé, me acomodé un poco y entré de un tirón. Gritó, si...pero su grito no me llenó como yo quería. Visualicé el grito que si amaría y no pude creer lo enfermo que estaba. Quería los jadeos de Ronnie, que ella vibrara abajo de mí. Que nada nos separara, nada. Respiré hondo. Estaba con Jelk no con Ronnie. A Jelk era a la que tenía abajo de mí, a la que en ese momento tenía que hacer vibrar aunque mi corazón deseara con fuerza mover el piso de otra.
Me moví con vaivenes desesperados sobre el cuerpo de aquella chica, mientras ella se mordía los labios y varios látigos de fuego colapsaban entre nuestros cuerpos y nuestras intimidades.
Cuando al fin llegamos al orgasmo, gemí suavemente, a diferencia de ella, que hizo el escándalo de su vida.
Se levantó entonces, mientras yo retiraba mi condón.
—Oh Zayn, me has dado el mejor sexo de la vida—rió alegre. Después entró al baño, cuando ella salió se fue sin más.

Mi regla número 1: No hay sentimientos aquí.
Pasé el fin de semana pensando en Ronnie.

Me duché bien. Y después de un rato me quedé profundo. Al día siguiente caminé hacia la universidad, en esta todo paso normal, ahora no eran sólo Denna y Sheryl quienes intentaban tontear conmigo, ahora se sumaba Jelk.

Me despedí de las tres con un guiño y me fui a un pequeño descanso.
—¡Hey Malik! Quiero presentarte a dos amigas—me tomó por los hombros y me llevó a donde dos chicas, la primera era de pelo negro y ojos azules y la otra...la otra era castaña y de ojos miel. Esa era Ronnie. Mi corazón latió algo rápido.
—Ro, Lizz les presento a Zayn Malik—las dos dijeron 'hola' sin más.—Zayn, esta es Ronnie Bloom y ella es Elizabeth Jefferson.
—Hola—saludé a Ronnie.
—Ten cuidado, es frágil—me advirtió Harold con voz tensa.
—Hola—dijo ella sin mirarme.
—¡Malik!—gritó Layla Doolittle. Ay, no. Hice una mueca.
—Te llama tu novia—dijo entre dientes Ronnie.
—No, no. Ella no es mi...
—Ve—dijo mirando al vacío.
Oh, mierda

Sucede y acontece que mi querida Layla quería iniciar una relación. Le dije que no y me gané una bofetada en el rostro.
Suspiré mientras entraba a las piscina para relajarme viendo el agua. Cuando entré vi a Ronnie nadando. Mi corazón latió nuevamente con afán. Ella lo hacía despacio y de un momento a otro de hundió. Y no regresó. Me lancé en picada por las escaleras y llegué a la orilla de la piscina, me quité la camiseta y los pantalones y me metí en bóxers, me hundí bajo el agua y la saqué a la superficie. Tomé aire y me acerqué a la orilla, volteé a verla y ella con los ojos cerrados se volvió a hundir. Puse los ojos en blanco, que chica más testaruda.

Era martes. Estaba decidido a encarar a Ronnie. ¿Cómo porque llamaba la atención haciendo pensar a las personas que se ha ahogado? Y cómo porque no me saludó esa vez.

La encontré caminando con una media sonrisa.
—Oye—le dije, siguió derecho—¡Oye!—la tomé del brazo—Ronnie soy Zayn—esta cambió su cara a una de entendimiento.
—¿Porqué me coges así?
—Quiero saber que tienes, tu indiferencia y tu rareza algunas veces—tanteó mis labios a ciegas y yo cerré mi boca, su contacto me hizo dar cosquillas en los labios.
—No hables, Zayn—me pidió. Abrió su bolso y sacó un bastón, de un tirón lo estiró y cayó frente a mí—¿sabes qué es?—me quedé como idiota. La seguridad con la que cogía ese aparato me hacía pensar que...—Soy ciega, Malik. ¿Sabes qué es eso? No veo nada, estoy en negro. Nada de nada. Vine a una universidad para parecer más normal. No sabía que no sabías.
—Yo...
—No te compadezcas de mí, Zayn. Ya tengo suficiente con mi hermano—ahora entendía todo—por cierto, ¿también querías tener sexo conmigo?—me quedé con la boca abierta—no respondes, lo sabía. Disfruta tu vida Malik, personas como yo no nos juntamos con personas como tú.

Y dicho esto con su bastón caminó a ciegas, realmente. Por aquel puente y yo me quedé como el peor idiota de este planeta...

Después de esa confesión no la volví a buscar, no por su problema. Si no porque tenía miedo de que me odiara si la buscaba, lo mejor sería dejarlo así. Yo, siendo el típico mujeriego y ella con su complicada vida, yo no me metería, después y me ganaba una golpiza de su hermano. Y podría ser bien merecida.

Tuve varias pesadillas esa semana, de ella siendo atropellada por un auto, de ella siendo violada, de ella indefensa. Y me levanté hecho un mar de sudor. Mi resolución se fue a tomar viento, yo la protegería. No entendía porque tenía esas ganas de cuidarla, pero por supuesto que lo haría.

Me la encontré caminando con unas amigas, no llevaba el bastón, ni iba agarrada de sus amigas, sonreía mirando hacia adelante.
Por un momento pensé que me había mentido para alejarme. Pero lo siguiente que vi fue que casi tropieza con una piedra, muy visible ante cualquier ojo. Sus amigas la ayudaron y ella se rió, sus amigas también pero un poco tensas.
—¿Qué no pueden andar con una invidente?—preguntó burlona Ronnie.
—Deja las bobadas, Ro...sigamos—me paré justo frente a ellas.

Las chicas a su lado pararon con cara de enamoradas frente a mí.
—¿Qué pasa chicas? ¿Porqué paran?—preguntó Ronnie con su deliciosa voz.
—Zayn Mali..Malik está fren...frente a nosotras—exclamó la morena a su lado.
—¿Zayn Malik?—preguntó en un resoplido Ronnie.
—El mismo, lindura—la piropeé.
Se soltó de las dos chicas y me extendió su mano. La cogí.
—Vamos a otro lugar, ya vengo chicas—las otras dos asintieron, la guié conmigo a un lado más apartado—¿Se puede saber porqué paraste mi caminata diaria?
—Porque pensé en lo que dijiste y sí, quería acostarme contigo...hacerte gemir hasta el éxtasis—se sonrojó de forma involuntaria—pero ahora...—me puso un dedo en los labios.
—Te dije claramente que no quería compasión.
—No es compasión lo que he venido a darte, simplemente quiero ser tu amigo. No por compasión, sino por que me caes muy bien—ella asintió.
—Bien, Malik. ¿Quieres una cita?
—Por supuesto que sí—dije con una sonrisa, ella sonrió burlona—si, solo eso—actué como chico malo. Ella se rió a carcajada limpia.
—Ok, Malik. Mañana en la tarde, de salida de aquí—iba a tomar otro rumbo pero me devolví.

—Y a pesar de lo que me dijiste—exhalé en su oído, viendo como la hacía erizar—aun quiero hacerte mía—agarré mi maleta y me separé de ella caminando de lo contento. Volteé a ver. Ella se había quedado con una expresión pasmada y sus amigas habían vuelto con ella.

Ese es mi Malik—anunció mi consciencia a mi ego en alto...