Narcotráfico y Sexo

Capítulo III

-Ok, el chico de la mesa 1 tendrá la dicha de pasar una noche placentera con esta tipa. Espero que hagas que la noche sea de su agrado. -Nell dice lo último mirando fulminante a la chica.

El chico palidece, se nota algo nervioso..asustado quizás. No hace nada más que pestañear rápidamente intentando asimilar la información. Sus amigos y el resto lo miraban expectantes.

-Niall, yo siendo tú, iría. Esperaba que me eligieran a mí. La última vez que estuve con ella tuve que pagar para que no me llamaran en público y voilà, ahí la tienes: esperándote sin apartar la mirada de ti. No seas idiota y ve. -El ojiverdes alentó de una extraña manera a su amigo.

La chica dirige una seña de 'sígueme' al chico, gira sobre sus tacones y se encamina a una puerta, y él, tropezando, se levanta de su asiento y la sigue.

Llegan a una habitación -una de las tantas del prostíbulo- y la chica cierra la puerta de madera pulida con seguro. Tambaleante, se aproxima a la cama y cae sobre ella tomando su cabeza entre las manos. Se encuentra mareada y se observa aturdida. Se levanta algo torpemente y se sienta.

-Ok, lindo, hay que acabar con esto de una vez por todas. Mientras más rápido salga de esto, mejor.
-¿Te encuentras bien? No te ves muy segura -el chico toma asiento en la cama, no muy cerca de ella por el hecho de no espantarla.
-Yo soy la que hace las preguntas, ¿entiendes, rubio?

*Narra _____*

Estoy algo mareada. Maldito Nell, todo por su desgraciada culpa. Me decido a acabar con esto de una buena vez. Odio hacer esto, pero quiero terminar mi noche. Bajo el cierre de mi vestido y tomo el extremo inferior de él y subo hasta quedarme en ropa interior.

Él me mira confundido..¡confundido por Dios! Sabe muy bien por lo que está aquí.

Me encamino a la cama. Él está cerca de la cabecera y estoy gateando hacia su posición. A medida que lo hago, él va retrocediendo, hasta juntar su espalda con el hierro frío. Me encimo en él y me voy a los botones de su camisa, desabrocho el de su cuello y siento cómo su cuerpo se tensa. ¡Al carajo! No me va a retrasar en mi trabajo. No, no y no. Bajo y hago lo mismo con su siguiente botón, al llegar al tercero, toma mi mano y la aparta. ¿Qué mierda le pasa?

-No, por favor, no -su tono es algo parecido a una súplica. No lo sé. Pierdo mi razonamiento, la maldita droga: eso es todo.
-¿Disculpa? -me hago la ofendida.
-No puedo hacerlo. Lo siento -lo miro estupefacta-. No es correcto esto.
-¿Por qué? Para esto es que estás aquí ¿no? -me acerco más, subiéndome en su regazo. Se tensa aún más.
-En realidad, no. Vine para acompañar a los chicos. No es este mi tipo de diversión pero según Harry, podría divertirme aquí, cosa que dudo.
-¿Harry? -él asiente. ¡Mierda! Es amigo del rulitos. Varias veces estuve con él. Él fue el que me "estrenó" por decirlo así, sin contar a Nell, claro.
-Harry -susurro.
-Ajá.
-Ok, bueno no importa. Vamos a lo que estábamos -Me acerco a él para intentar besarlo y él se escurre.
-Dije que no, no puedo.
-¿Tienes novia?
-No.
-¿Te gusta alguien más y tienes miedo a que yo, una puta ramera, eche todo a perder?
-No.
-¿Es porque soy una puta ramera?
-Algo así.
-Sabes lo que difícil que es que tengas una noche conmigo? Soy una de..no, soy la mejor de este lugar.
-Suenas engreída -frunce el ceño.
-Tal vez lo sea. Ahora dime, rubio, ¿qué te detiene?
-Nada.
-¿Entonces? -arqueo una ceja.
-Yo..yo no..
-¿Eres virgen? -inmediatamente él se sonroja. ¡Mierda! ¿Virgen? Esto da risa. Tengo que desvirgar a un chico.. ¡Wow!
-¿Lo eres?
-Yo..
-¿Lo eres o no lo eres?
-Sí pero...

Lo interrumpo. Para aclarar, mis carcajadas lo interrumpen. ¿Él virgen? Jajajaja, sí claro, entonces Nell y yo somos vírgenes hasta el matrimonio.

-¿Qué es tan gracioso?
-Deja de bromear. Tú, bueno, tú tienes cara de virgen e inocente y todo lo demás pero no creo que lo seas.
-¿Puedes parar de reír, por favor?
-No me pidas algo imposible. Tú no eres virgen. ¿Cómo vas a serlo? ¡Por Dios! ¡Eres un chico!
-Y tú una chica. ¿Cuál es el punto?
-Pero por lo general, los chicos son los que andan desvirgando. Las chicas son las vírgenes y los chicos no.
-Entonces yo seré en este caso la chica y tú el chico porque soy el virgen, no tú. Digamos que yo estoy chapado a la antigua.

Ok..este tipo en resumen me dijo puta.. Bien.. Es realidad así pero..duele.

Sintiendo su rechazo, me levanto de su regazo y me dirijo a la puerta. Ya frente a ella, la abro y al chico le muestro la salida.

-Ya que no quieres.. Simplemente vete. Ahora.
-¿No podemos hacer otra cosa?
-Por favor ¿a qué vienes a un prostíbulo? No creo que sea a hablar.
-Es exactamente lo que quiero hacer, ya sabes, conocerte mejor. Tal vez así..
-Oh niño yo te digo una cosa. Tómalo como una bofetada de la realidad: vienes aquí, pagas, pasas la noche y te vas. Tú no vienes aquí a formar una relación más profunda que la de una empleada y su cliente. No tenemos porqué hablar. Sólo vienes aquí..por sexo -me encojo de hombros.
-¿No podemos simplemente hablar? -parece fastidiado.
-¿Qué ganamos con eso?
-El hecho de conocernos.
-¿Y yo gano...?
-Hablemos, por favor.
-No, necesito cubrir mi noche.
-Yo pagaré como si hubiésemos hecho -traga saliva-. Eso.
-¿Estás dispuesto a pagar tanto por una simple charla?
-Sí.

Wow, esto es algo raro. Nadie ha venido o querido pasar una noche conmigo simplemente hablando.

-¿De verdad?
-Sí.
-¿Qué quieres saber de mí? Soy una puta ramera y ya. Es todo.
-Ay que linda historia. De verdad, me llegó hasta el alma.
-Muy gracioso señor como-te-llames. ¿Qué cuentas tú?
-Bueno, yo, me llamo Niall, Niall Horan y..

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

¡Vaya! Este chico debería ser reportero. Insiste mucho en cuanto a preguntas y ya ha respondido las mías. Ha pasado tiempo ya, así que es hora de irse.

Nos levantamos y bajamos al salón principal donde suelen hacerse los putos bailes y eso. Me vuelvo y miro hacia él.

-Rubio, ya es hora de irme, adiós -digo sin dejarlo hablar girando en mis tacones y subo las escaleras. Ya a punto de perderme entre la oscuridad del pasillo, él dice: -Espera _____, no te vayas.
-¿Qué? -escupo cortante.
-¿Me das tu número?
-Ahm, déjame pensar.. ¡No!
-¿Por qué? -hace berrinches.
-Porque no.
-Dame tu número -gruñe exigente.
-No, entiende, no puedo.
-Dime por qué
-Serías chico virgen muerto -bromeo.
-Correré el riesgo, entonces -me dice pícaro y me guiña su ojo de color azul.
-No.
-Por favor, ______.

IV

¡Qué insistente! Ruedo mis ojos y bufo.

-Ok, rubio. Siempre y cuando tengas dinero para...
-¿No podemos simplemente llamar para salir o algo así?
-¡Pides el número de una puta! ¿Crees que te lo doy para que me invites a tomar té?

Susurra algo para sí mismo que no logro escuchar. Doy mi número al chico virgen y me voy.

*Narra Niall*

Quedé completamente estupefacto. Esa chica tiene algo. Por supuesto, es una puta que se acuesta con todo el mundo reprocha mi subconsciente pero no le hago caso. Estoy sumamente feliz.

------------------------------------------------------------------------------------------------

Llego a casa y cierro la puerta detrás de mí. La sala está vacía. Eso es bueno, no quiero toparme con las preguntas incómodas de Harry.

Llego al pie de la escalera y subo los primeros escalones ya que una voz profunda me interrumpe sacándome de mis pensamientos.

-¿Qué tal la noche?
-¿Qué pose le hiciste? -Louis preguntó curioso.
-¿Gritó mucho o no? -Zayn se unió.
-Déjenlo en paz -riñe Liam.
-Hicimos de todo, ya saben.. Estuvo bien -miento y sueno muy inseguro.

Louis se levanta del taburete de la barra de desayuno y se aproxima rápidamente a mí. Toma mi cara entre sus manos y me mira fijamente a los ojos.

-Dí la verdad. Tan sólo dilo. Eres un tonto ¡no lo hiciste!
-¿No lo hiciste? De lo que te perdiste -se lamente Hazza.
-Bueno, ella se quitó el vestido apenas entramos a la habitación. Me sedujo pero no lo suficiente, subió a mi regazo y yo..simplemente la detuve -me encojo de hombros.
-Tengo dos dudas: la primera es..¿no te excitaste? -pregunta Louis incrédulo-. Y dos: ¿cuándo llegará el maldito momento en el que estés listo?
-Louis.. -riñe Liam. Odia las malas palabras.
-Niall, con ella hubieses pasado la noche de tu vida. Las veces en que yo estuve con ella tocaba, acariciaba, besaba, ella también lo hacía..uff cosas inigualables que sólo ella puede hacer. Te perdiste de muchas cosas -se muerde el labio.
-¡Maldita sea, Harry! ¡Cállate! -dicho esto subo las escaleras y entro a mi habitación. Cierro la puerta y me recuesto en ella. ¿Qué me está pasando?

*Por teléfono*

-¿Qué? -espeta una voz masculina.
-¿Quién habla? ¿Es acaso usted el padre de _____?
-Habla Nell. ¿Qué quieres, idiota?
-¿Puedo hablar con ella?
-No.

*Fin de llamada*

*Narra Nell*

-¿Quién mierda era ese?
-No lo sé -responde rápidamente.
-¿Qué?
-NO-LO-SÉ -responde subiendo el tono cada vez más.
-Llama a ese hijo de puta -la agarro por el maldito cabello-. ¡Hazlo ya!

La suelto y la tiro contra el piso. Lanzo el teléfono hasta donde está ella y le indico que tiene cinco minutos para la llamada.

-¡No llames ahora!...¡No! Ahora no..debo irme..¿Qué? No..¡Adiós!

Y corta, se vuelve y está tirada en el piso. Me dirige una mirada llena de furia. ¡Maldita!

-¿Quién es el puto?
-Ahm..nadie. ¿Qué? -reprende al notar mi sonrisa.
-Te digo que eres igual a la maldita zorra de tu hermana. Una maldita mentirosa como tu hermana.
-Yo no soy cómo ella
-Eres idéntica. Me sorprende que no hayas vendido a nadie como ella lo hizo contigo.
-Eres un maldito hijo de puta -se levanta.
-Eres tan miserable. Das pena.
-Si yo doy pena no quiero ni imaginar el puesto donde quedas tú -se acerca mucho a mí y en sus ojos grises arde la rabia.
-Pues, soy mejor que tú. Debes obedecerme, sino, no eres nada
-¡Maldito desgraciado! Algún día vas a pagar todo lo que me has hecho -me da una fuerte cachetada.
-Con que quieres jugar así ¿eh Robson? -la tomo del cabello y la halo hacia mí-. Quieres jugar rudo..juguemos rudo.

La arrastro y la arrojo contra la pared. El fuerte sonido de su cabeza llena de mierda al golpearse con el concreto es música para mis oídos.

Hago repetidamente la acción hasta que la siento sollozar. Tiro del cabello hacia abajo para levantar su rostro. Al tenerla ahí, golpeo su cara y la suelto. Por el impacto, cae y se amortigua sobre sus débiles brazos de puta ramera. Justo lo que quería.

-Ahí tienes desgraciada, para que te quede claro de quién manda aquí. Ahora dime ¿quién es el puto? ¿Sabes qué? No importa. Ahora, ahí está la cama y aquí está mi pene, quítate la mierda de ropa que tienes encima.