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Chessboard | Original |
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 1 de 1. • Comparte
Chessboard | Original |
Nombre: Chessboard
Autor: De la novela yo, del foro a sus respectivos autores
Adaptación: Si, de un foro. Pero solo el mundo y algunos personajes, el trama de la novela es mia.
Género: Generales
Advertencias:
#Palabras obcenas, una que otra escena subida de tono, yo en general.
Otras páginas: No, realmente.
Esta es una dimensión paralela, dónde el tiempo es pasado para nosotros pero guarda algunas cosas que vemos hoy en día, los países tal y cual conocemos no existen, las criaturas de leyendas cobran vida y la tierra no es un círculo sino un gran tablero de ajedrez.
Hace muchos años, Chessboard —el pequeño mundo plano— era una ajena tierra en la cual sus habitantes vivían en constantes guerras y supervivencia. Criaturas contra humanos, humanos contra criaturas, criaturas contra criaturas, humanos contra humanos. El fin de dichas guerras era para decidir quien sería especie prepotente que gobernaría dicho mundo y delimitar territorios. No se esperaba que los humanos, una especie tan primitiva pero muy abundante y guerrera, salieran triunfantes en aquella guerra de supremacía, sin embargo aun quedaba el problema de definir que tierras pertenecían a quienes. Fue allí que la especie humana creó su primera división entre ellos: Reino del Este (Reino Rojo) y Reino del Oeste (Reino Negro).
Tanto el Reino Rojo como el Reino Negro no se echaban para atrás. Rojos querían someter a los Negros, Negros querían someter a los Rojos, rebeliones internas entre los mismos Reinos que derrocaban a sus reyes para poner a otros. Una sangrienta guerra que duró por más de 200 años en la cual se debatían la toma de terrenos, sobre todo la de una pequeña isla que estaba totalmente rodeada de la tierra principal de Chessboard. ¿Y cuál fue el resultado de tantos años de conflictos? Más división en la ya muy decaída especie humana.
Fue hasta recién en este punto que la humanidad se preocupó por la sobrevivencia de su propia especie.
Reino Negro y Reino Rojo admitieron su derrota y finalmente se dividieron ellos mismos al verse incapacitados de gobernar a tanta gente en tanto espacio. Así fue como nacieron los Reinos de Corazones y Diamantes (provinientes del Reino Rojo) y los Reinos de Espadas y Tréboles (provinientes del Reino Negro), en busca de una nueva era de paz y armonía. En orden para asegurarse de mantener dicha paz y que entre ciudadanos de un Reino no decidan unirse a los pobladores de otros Reinos para crear rebeliones y así un nuevos Reinos, los reyes de aquellos años además decidieron crear un conjuro en su propia gente (y ellos mismos) que determinara un linaje puro según su procedencia: una marca transmitida de generación a generación grabada en la piel de Corazones, Espadas, Diamantes o Tréboles según donde venga el habitante; así también como la marca especial que solo a muy pocos se les presenta e indica su importante responsabilidad para con su Reino (por si nace para ser Rey, Reina, Jack o Ace). La pequeña isla, por la cual antes el Reino Rojo y Negro tanto se disputaban, se convirtió más adelante en la Isla de Paz, un lugar dónde entrenar a la joven y futura realeza (Reyes, Reinas y Jacks) y también se podían llevar a cabo reuniones entre los representantes de los cuatro Reinos (Santuario de Paz). De este modo fue que comenzó una nueva época de dicha y tranquilidad en Chessboard, hasta que un nuevo giro ocurrió.
Pronto, a pesar que existían dichas marcas que indicaban de que Reinos eran cada pobladores, los habitantes de distintos Reinos empezaron a mezclarse creando una alteración en el linaje. La gente empezaba a nacer sin una marca y por ende no tenía procedencia fija, estaban haciendo lo que más temían los primeros reyes: una propia civilización. Por dicho acto de rebeldía fue que nació un quinto y olvidado Reino, el Reino Blanco. Una isla apartada de la tierra principal de Chessboard que hasta los primeros Reinos (Negro y Rojo) no tomaron la importancia en reclamar como suyo ni tan siquiera pelearse por él. Fue en ese lugar, Reino Blanco, que la gente sin marca y rebeldes fueron a parar tal cual como una prisión, un exilio. Además a esto, se dice que a partir de aquellas alteraciones en el linaje, aparte de los humanos sin marca, también nacieron tan solo dos personas con una marca totalmente alterada: Una con los cuatro símbolos de los Reinos. Dichas personas, conocidas como Jokers, también fueron exiliadas al olvido del Reino Blanco donde son como los amos y Reyes de esas tierras. Nadie sabe su procedencia. Nadie sabe como nacieron, aunque aseguran los más viejos que todo fue a partir de una maldición.
Hoy en día la misma ley de hace 6 siglos se mantiene. Los cuatro Reinos conserva sus tradiciones, el quinto Reino sigue siendo el depósito de gente que rompe la norma vital de alterar el linaje y la Isla de Paz continúa siendo la academia para la próxima generación a la realeza de los cuatro Reinos. ¿Será posible mantener por siempre esta armonía?
Chessboard ~
Autor: De la novela yo, del foro a sus respectivos autores
Adaptación: Si, de un foro. Pero solo el mundo y algunos personajes, el trama de la novela es mia.
Género: Generales
Advertencias:
#Palabras obcenas, una que otra escena subida de tono, yo en general.
Otras páginas: No, realmente.
Chessboard
Esta es una dimensión paralela, dónde el tiempo es pasado para nosotros pero guarda algunas cosas que vemos hoy en día, los países tal y cual conocemos no existen, las criaturas de leyendas cobran vida y la tierra no es un círculo sino un gran tablero de ajedrez.
Hace muchos años, Chessboard —el pequeño mundo plano— era una ajena tierra en la cual sus habitantes vivían en constantes guerras y supervivencia. Criaturas contra humanos, humanos contra criaturas, criaturas contra criaturas, humanos contra humanos. El fin de dichas guerras era para decidir quien sería especie prepotente que gobernaría dicho mundo y delimitar territorios. No se esperaba que los humanos, una especie tan primitiva pero muy abundante y guerrera, salieran triunfantes en aquella guerra de supremacía, sin embargo aun quedaba el problema de definir que tierras pertenecían a quienes. Fue allí que la especie humana creó su primera división entre ellos: Reino del Este (Reino Rojo) y Reino del Oeste (Reino Negro).
Tanto el Reino Rojo como el Reino Negro no se echaban para atrás. Rojos querían someter a los Negros, Negros querían someter a los Rojos, rebeliones internas entre los mismos Reinos que derrocaban a sus reyes para poner a otros. Una sangrienta guerra que duró por más de 200 años en la cual se debatían la toma de terrenos, sobre todo la de una pequeña isla que estaba totalmente rodeada de la tierra principal de Chessboard. ¿Y cuál fue el resultado de tantos años de conflictos? Más división en la ya muy decaída especie humana.
Fue hasta recién en este punto que la humanidad se preocupó por la sobrevivencia de su propia especie.
Reino Negro y Reino Rojo admitieron su derrota y finalmente se dividieron ellos mismos al verse incapacitados de gobernar a tanta gente en tanto espacio. Así fue como nacieron los Reinos de Corazones y Diamantes (provinientes del Reino Rojo) y los Reinos de Espadas y Tréboles (provinientes del Reino Negro), en busca de una nueva era de paz y armonía. En orden para asegurarse de mantener dicha paz y que entre ciudadanos de un Reino no decidan unirse a los pobladores de otros Reinos para crear rebeliones y así un nuevos Reinos, los reyes de aquellos años además decidieron crear un conjuro en su propia gente (y ellos mismos) que determinara un linaje puro según su procedencia: una marca transmitida de generación a generación grabada en la piel de Corazones, Espadas, Diamantes o Tréboles según donde venga el habitante; así también como la marca especial que solo a muy pocos se les presenta e indica su importante responsabilidad para con su Reino (por si nace para ser Rey, Reina, Jack o Ace). La pequeña isla, por la cual antes el Reino Rojo y Negro tanto se disputaban, se convirtió más adelante en la Isla de Paz, un lugar dónde entrenar a la joven y futura realeza (Reyes, Reinas y Jacks) y también se podían llevar a cabo reuniones entre los representantes de los cuatro Reinos (Santuario de Paz). De este modo fue que comenzó una nueva época de dicha y tranquilidad en Chessboard, hasta que un nuevo giro ocurrió.
Pronto, a pesar que existían dichas marcas que indicaban de que Reinos eran cada pobladores, los habitantes de distintos Reinos empezaron a mezclarse creando una alteración en el linaje. La gente empezaba a nacer sin una marca y por ende no tenía procedencia fija, estaban haciendo lo que más temían los primeros reyes: una propia civilización. Por dicho acto de rebeldía fue que nació un quinto y olvidado Reino, el Reino Blanco. Una isla apartada de la tierra principal de Chessboard que hasta los primeros Reinos (Negro y Rojo) no tomaron la importancia en reclamar como suyo ni tan siquiera pelearse por él. Fue en ese lugar, Reino Blanco, que la gente sin marca y rebeldes fueron a parar tal cual como una prisión, un exilio. Además a esto, se dice que a partir de aquellas alteraciones en el linaje, aparte de los humanos sin marca, también nacieron tan solo dos personas con una marca totalmente alterada: Una con los cuatro símbolos de los Reinos. Dichas personas, conocidas como Jokers, también fueron exiliadas al olvido del Reino Blanco donde son como los amos y Reyes de esas tierras. Nadie sabe su procedencia. Nadie sabe como nacieron, aunque aseguran los más viejos que todo fue a partir de una maldición.
Hoy en día la misma ley de hace 6 siglos se mantiene. Los cuatro Reinos conserva sus tradiciones, el quinto Reino sigue siendo el depósito de gente que rompe la norma vital de alterar el linaje y la Isla de Paz continúa siendo la academia para la próxima generación a la realeza de los cuatro Reinos. ¿Será posible mantener por siempre esta armonía?
Chessboard ~
kai.
Re: Chessboard | Original |
Personajes
Reino de Diamantes
- Spoiler:
- ReinaNombre completo: Lily Vogel
Apodos: No tiene.
Edad: 15, pero aparenta menos.
Reino: Diamantes
Rango: Reina.
Orientación Sexual: Es demasiado pequeña aún para saberlo con seguridad. Digamos que heterosexual.
Historia:
La señorita Vogel nació en una familia destrozada por la guerra.
Sus padres fueron grandes soldados, apreciados en tiempos bélicos, y sumidos en el olvido en tiempos de paz.
A pesar de que la familia Vogel fue poseedora de una forma de vida bastante elevada, cuando Lily nació, estaban sumidos en la más absoluta pobreza.
La guerra había acabado, nadie necesitaba soldados.
El poco dinero que habían conseguido amasar tras tantos años de servicio militar, desapareció en medicamentos y médicos, ya que la pequeña nació muy enferma, de meningitis.
Y, a pesar de que pudieron salvarla, su padre no corrió la misma suerte.
Una antigua herida de guerra, se le gangrenó, aunque el hombre no le dio importancia. Debió hacerlo, ya que pronto lo que él creía que era una simple infección, le llevó a la muerte.
La madre de Lily, desesperada porque se había quedado sola con su pequeña, no tuvo más opción que convertirse en asesina a sueldo, aceptando sucios trabajos, que apenas le daba dinero para subsistir.
En uno de estos trabajos, fue descubierta.
Aquella noche, ya no vovió a casa.
Sola y hambrienta, Lily ya no sabía que hacer. Salió a las calles a mendigar, sin suerte.
Un día, cuando ya sentía que se encontraba al borde de la muerte, se recostó contra un muro, dejando que la lluvia la empapara.
Pero no fue la fría mano de la muerte lo que llego.
''Su ángel'' la salvó. Aunque luego más tarde descubrió que no fue exactamente un ángel.
Desde entonces, siempre consideró a Vash Zwingli, como su hermano mayor.
Éste le llevó al palacio del Reino de Diamantes, y Lily siempre le perseguía por aquí y por allá, intentando ser cómo él, e incluso se cortó su hermoso pelo para conseguirlo.
Ella le idolatraba y le quería muchísimo.
Un día, se acatarró terriblemente, y tuvo que ir a la consulta del médico, el cuál, inspeccionandola, descubrió la marca del diamante sobre su clavícula.
Ella era la Reina.
Y a pesar de que no quería, tuvo que aceptar aquella responsabilidad.
- Spoiler:
Nombre completo: Francis Bonnefoy
Apodos: Fran, gabacho, pervertido de mierda (?) y muchas otras cosas no muy bonitas.
Edad: 23
Reino: Diamantes
Rango: Rey
Orientación Sexual: Heterosexual
Historia: Por donde empezar, el proviene de una familia media-alta francesa que se dedicaban a la creación de perfumes. Compuesta por sus padres y una hermana menor de la que siempre pensó y pensará que es adoptiva, ya que es morena y el rubio a no poder más. Aún así desde siempre la quiso mucho. Pero volvamos a lo de antes; su infancia fue a envidiar por otros muchos niños de su edad, ya que a pesar de no ser de clase alta sus padres siempre le consintieron toda clase de caprichos que deseaba. Casi nunca obtenía un no por respuesta, y cuando era así, como todo niño caprichoso se quejaba y al final se salía con la suya.
Pero no todo fue así de bonito en su vida, ya que con ocho años sus padres desaparecieron de la nada, dejándolo solo a él y su hermana. Aunque no fue algo que dio a conocer a los demás vecinos, convencido de que volverían, a demás, él sabía donde estaban los ahorros y aparentar una vida perfecta. Pero no duró mucho tiempo, ya que como niño caprichoso de esa edad acabó gastándose el dinero en toda clase de tonterías.
Tras mal vivir unos años con su hermana un día se presentaron sus padres como si nunca nada hubiese ocurrido, cosa que lo dejó desconcertado y hasta cierto punto se enfadó. Pero aún así escucho lo que le tenía que decir. Al final resultó que lo iban a llevar a una especie de academia ya que tenía un pariente lejano que era un Guardián Real de los diamantes y les contó que Francis podría ser uno de los niños con la marca, y así era. Al principio el era reacio a ir, ya que le gustaba su vida normal como niño caprichoso ahora que sus padres estaban de nuevo.
Pero una vez en la academia como rey pensó que fue una suerte estar allí. A demás de que la gente era agradable aunque más de una vez se metió en alguna bronca por tocar donde no debía o simplemente acosar a la pareja de otra persona. Y por muchas veces que le advirtieron nunca dejó de hacerlo. Pero por otra parte se ganó el respeto de muchas damas e incluso hombres por sus cualidades de cocina y moda, pero vamos a veces no era más que otro truco de los suyos para engatusarlos.
Fue muy triste cuando acabó la academia porque ya no sería tan fácil llevarse a la gente a la cama, pero bueno, por otra parte tras hacer la prueba final conocería a su Queen, Jack y Ace. Cosa que le hacía mucha ilusión, a demás de poder volver a su hermana pequeña de la que no sabia mucho, solo a través de cartas. Y en una de ellas les comunicó que sus padre habían fallecido en una accidente, aunque nunca especificó que el tipo de accidente. Después de esa carta ya no recibió ninguna, y de ella ya pasaron tres años. Aún tiene la esperanza de volver a verla.
- Spoiler:
Nombre completo: Andromeda Willux
Apodos: And, Galaxy, Wi
Edad: 18
Reino: Diamantes
Rango: Jack
Orientación Sexual: Heterosexual
Historia:
Hija del antiguo Jack de Diamantes y de una civil. Desde chica crecio en un hogar lleno de amor y cariño sin importar que. Cuando cumplio los 6 años su marca de civil comenzo a desaparecer lentamente, sus padres esperaron que apareciera en ella la Q la parca de la Reina pero para su sorpresa fue la J simbolo del Jack. A tan poca edad fue enviada a la academia donde fue entrenada dia y noche por supuesto que nunca se quejaba, entonses llego el gran dia de la prueba y estaba muerta de miedo pero uno de sus compañeros la tiro al lago, pero para su sorpresa ella soprevivio.
Última edición por # Moony Horan Cooper el Lun 03 Jun 2013, 5:29 pm, editado 1 vez
kai.
Re: Chessboard | Original |
Reino de Treboles
- Spoiler:
Nombre completo: Iván Braginsky.
Apodos: El Bolchevique, Ruso..
Edad: 25 inviernos.
Reino: Tréboles
Rango: Rey de Tréboles
Orientación Sexual: Heterosexual
Historia:
Iván siempre fue un chico solitario, atemorizante y extraño. La gente de su entorno le evitaba, no querían saber nada de él ni de su historia. La vida contada en esa historia no era precisamente para contar maravillas, pues debido a ella Iván desconfiaba de todo el mundo; y le llevó a desarrollar la personalidad que hoy posee.
Nació siendo especial, eso era indiscutible. El estigma que se hallaba sobre su cuello, en la zona derecha, era una clara muestra de que su destino era bien distinto al que todos pensaban: Rey de Tréboles. Su padre, destrozado por la muerte de su esposa, había quedado débil. Cómo una sombra de lo que fue; y yo me volcaba todo lo que podía para amenizarle la vida. Mi caracter pasó a tornarse más serio y reservado, hasta el punto de solo hablar a mi padre.
Esto cambió cuando, por sus motivos familiares, un nuevo miembro se unió a la familia: Iegor. Él fué como un regalo, y devolvió a todos: padre, él y yo, la sonrisa. A pesar de los problemas iniciales con respecto al habla, Iegor se convirtió en una persona muy querida, casi indispensable.
Su familia, después de abandonarle en la nuestra, se desentendió de él y durante mucho tiempo tuvimos paz. Fuimos felices.
Pero la ley es la ley.
Tras ser desvelado el verdadero significado del trébol en el cuello de Iván, fue enviado a la academia: modales, política, economía, legislación, latín, idiomas, diplomacia... Todas las herramientas para convertirse en un monarca ejemplar, pero bajo el precio de no poder, nunca más, ver a mi familia. Pero me equivocaba: Iegor nunca me abandonó, y como Jack de Tréboles, el sería mi más leal subordinado. La corte, sin embargo no me había disgustado, a pesar de mi carácter tan particular.
Ahora, Iván posee grandes ambiciones en cuanto a su reinado. ¿Podrían ellas desencadenar una guerra como la de hace 700 años?
- Spoiler:
Nombre completo:[/[b] Elizabeta Héderváry
[b]Apodos: Eli, Eliza, La de las sartenes, Marimacho, Bruja.
Edad: 24 años.
Reino: Tréboles.
Rango: Reina.
Orientación Sexual: Bisexual tirando hacia hetero
Historia:
Desde que era tan solo un bebé estuvo viviendo solo con hombres, ya que al nacer, o eso le contó su padre, su madre había decidido irse para volver jamas. Dejando al cargo de Elizabeta a su padre el cual era un Guardián Real de los tréboles, concretamente el número 6. Gracias a su trabajo la economía en su casa iba bien y no les faltaba de nada aunque tampoco podían darse muchos caprichos. Lo realmente malo para ella era que su padre pasaba demasiado tiempo fuera y poco el casa. Por lo que su abuelo cuando era muy pequeña la cuidaba diariamente hasta que cumplió siete añitos.
Con esa edad ya sabía más que cuidarse ella sola y su abuelo sola la visitaba cada cinco días ya que tenía varios problemas que le impedían poder vivir allí o seguir visitándola diariamente. Pero cuando lo hacía era muy agradable porque siempre le contaba alguna batalla de sus tiempos mozos y alguna que otra batalla. Cosa que le fascinó bastante, queriendo ser un soldado de mayor.
De su infancia también destaca que sus únicos amigos solo eran chicos, nunca tuvo alguna amiga. Ya que muchas niñas la trataban mal por no tener madre o por el simple hecho de ser algo ruda. Aunque tampoco le tomó mucha importancia, ya que llegó a pensar que hasta ella era un hombre, solo tenía que esperar a que le creciese "la cosita". Algo destacable era que hasta sus propios amigos creían que era un chico y la trataban como tal,
Cuando empezó a crecer un poco vio la cruel realidad, era una mujer lo quisiera o no. Y muchos amigos al enterarse se quedaron tan descolocados como ella, a algunos no les importó mucho como Gilbert o Roderich aunque su trato hacia ella cambió notablemente; y otros que dejaron de hablarle por sentirse engañados. Sin duda fue una época difícil, porque a parte su padre perdió la vida meses después envenenado. A día de hoy no sabe quien lo hizo ni porqué.
No mucho tiempo se metió en una pelea con un chico que no dejaba de insultarla y llamarle de todo por no ser un hombre en realidad. Al final no acabó muy bien parada pero el otro niño tampoco, aunque la fuerza física de este era bastante superior. Y mientras su abuelo le curaba las heridas resultantes, le vio la marca de la reina en la cadera. Cuando sus heridas sanaron del todo le pidió a su abuelo que le enseñase a usar un arma, y este le dijo que eligiese el objeto que más le gustase. Entonces pensó que cocinar no le disgustaba y tomó una sartén. Más o menos le enseñó a que la manejase de forma hábil y ella quedó satisfecha, no volverían a reírse de ella.
Al poco tiempo de eso acabó en la academia, donde su vida dio un giro tremendo. Porque empezó a relacionarse con más mujeres y aprender cosas. Hasta llegó a coger algo de feminidad. Por otra parte fue duro ya que allí no tenía a sus amigos de toda la vida ni a su abuelo, fue cuestión de acostumbrarse; ya que tuvo que aprender a ser menos impulsiva e agresiva.
Una vez terminó la academia y la prueba realizada, lo primero que hizo fue ir a visitar a su abuelo. Aunque este estaba postrado en la cama con una salud muy débil. Estuvo con él hasta sus últimos días. En uno de esos días le reveló que ella no había nacido sola. Entonces empezó a darle vueltas y decidió buscar sin mucho éxito hasta ahora. También quiere saber que fue de sus antiguos.
- Spoiler:
Nombre completo: Roderich Edelstein
Apodos: Aristócrata, El señorito.
Edad: 22
Reino: Tréboles
Rango: Jack
Orientación Sexual: Heterosexual
Historia: Nacido de una familia de aristócratas por su forma de vestir, y por su amor a la música clásica, creció con grandes dotes para tocar el piano, cuando se enoja se desahoga tocando algunas partiduras en el piano, su padre era el antiguo Jack de la familia real, cuando este murió, Roderich paso a ser el nuevo Jack de la realeza, tiene una buena relación de amistad con la reina, son muy unidos, Roderich siempre la quiere como una hermanita menor, el muy leal con el Rey siempre obedece sus ordenes y siempre que los reyes salen del castillo, siempre les desea un buen viaje y que regresen a salvo, casi nunca habla, se mantiene reservado, se mantiene cerca de los reyes cuidándolos en todo momento, cuando esta aburrido y al igual de enojado se coloca a tocar música armoniosa para dar paz y tranquilidad, tanto para los reyes como para el castillo en general, siempre a querido que los reyes estén felices así que siempre en sus momentos libres toca como para entretenerse a si mismo pero lo hace para la realeza.
kai.
Re: Chessboard | Original |
Reino de Corazones
- Spoiler:
- Nombre completo: Honda Sakura.
Apodos: Mi Reina, Mi Joya.
Edad: 19.
Reino: Corazones.
Rango: Reina.
Orientación Sexual: Heterosexual.
Historia:
Habiendo nacido en la familia real, siempre fue educada para ser una persona educada y fina. No pensó demasiado en este hecho durante sus primeros años de vida, pero más adelante, cuando cumplió los quince años, empezó a añorar una vida normal en la que pudiera hacer lo que quisiera sin que le llamaran la atención. Creció en una villa cercana al palacio real estando la mayor parte del tiempo acompañada por sirvientes y sin tener demasiadas personas de su edad alrededor, debido a eso, maduró antes de lo normal y, por consiguiente, a los nueve años se comportaba como todo un adulto responsable. Veía muy poco a sus padres y aunque las pocas veces que éstos venían a visitarle le elogiaban su inteligencia y su buen comportamiento, siempre estuvo un poco insegura de sus habilidades. Toda su infancia en general hizo que se convirtiera en una persona solitaria que no está acostumbrada a tratar con otras personas.
No fue hasta que cumplió los diez años que su marca empezó a distorsionarse y convertirse en el símbolo de la reina que ahora porta con orgullo. Cuando los sirvientes notaron el cambio, llamaron entusiasmados a sus progenitores, éstos no hicieron acto de presencia y simplemente enviaron una carta en la que ordenaban que se le llevaran de inmediato a la academia. La falta de interés por parte de sus padres hirieron de sobremanera a la pequeña niña y a partir de ese momento decidió empezar a encerrarse en un caparazón sobreprotector. A pesar de que ya había notado antes la distancia que había entre ellos, no quiso darse cuenta de que no era normal que le hubiesen hecho vivir apartada o que apenas vinieran a verle. Por mucho tiempo pensó que era porque ellos estaban ocupados y por eso no tenían tiempo para ella, pero un día antes de la prueba final a la que serían sometidos antes de estar al mando de su Reino, se enteró de que sus padres nunca se habían amado, que su nacimiento fue un descuido que tuvieron un día en el que estaban un poco pasados de copas y que le consideraban nada más que un estorbo para sus objetivos.
Destrozada por la reciente revelación, huyó de la academia y se adentró en el bosque para desahogar sus penas. Al no mirar por donde iba, acabó tropezando con un estudiante de la academia de Jacks con el cual entabló una amistad tras pasar todo el día juntos. Nunca habría pensado que aquella persona que le ayudó a distraerse en el momento más difícil de su vida juvenil llegara un día a ser el que haría que su mundo diera un giro de 180º. Al finalizar el día, un sentimiento de enorme pérdida le invadió cuando tuvo que separarse de su nuevo amigo, pensó que se debía a que era la primera vez que pudo haberse comportado con total naturalidad con alguien. Más tarde descubrió que se había enamorado de aquel joven.
Cuando volvió al reino para la coronación se enteró de que sus dos padres habían fallecido poco antes de su regreso, y a pesar de que no tuvo la oportunidad de llegar a conocerles como era debido y que sabía que no le habían querido nunca, esa noche se encerró en sus aposentos y lloró toda la noche por primera vez.
- Spoiler:
Nombre completo: Ludwig Beilschmidt
Apodos: Lud, Lutz, macho-patatas, Doitsu, kraut, bruto, Luddie, rey-patata (y lo que la imaginación dé de sí)
Edad: 20 añazos recién cumplidos
Reino: Corazones
[n]Rango: [/b] Rey (patata)
Orientación Sexual:Heterosexual
Historia:
Ludwig nació en el seno de una familia acomodada. Su padre era uno de los integrantes de la guardia encargados de proteger al rey en aquellos tiempos. Su infancia fue casi normal. Casi de no ser porque su padre estaba obsesionado, tal vez demasiado, con que siguiera su ejemplo y también se convirtiera, no sólo en guardia real, sino en el mejor. En el que pudiera confiar más el rey, casi como una segunda mano derecha.
Fueron estos entrenamientos a temprana edad, que su padre le obligaba a cumplir a rajatabla, junto con los castigos que conllevaban si no se acataban los que transformaron al alemán en lo que es hoy día. Aparte de estas sesiones, que incluían "clases" de tiro con arco, puntería, equitación, equilibrio y algunas técnicas marciales y llaves de defensa personal, se podría decir que sí disfrutó como cualquier niño.
Ludwig era muy tímido. Nadie lo diría, puesto que no lo parecía tras esa expresión ya seria que mostraba. Niño al que se acercaba, amenazas temorosas que se ganaba por parte de este. Niña a la que se acercaba, niña a la que hacía correr asustada (y más amenazas temorosas de niños). Por esto siempre andaba solo, aunque no le gustara. Sin embargo, todo tiene una excepción: un día, por azares del destino, conoció a una niña, que se le antojó muy linda además, a pesar de lo cansina que podía llegar a ser. Y esa niña le comenzó a llamar "amigo" y a decirle que "le gustaba mu~cho". Se dejaron de ver por razones que aún no alcanza a entender y con el tiempo la acabó olvidando.
Ya con seis años la marca de civil había desaparecido casi del todo, y otra comenzaba a aparecerle en el pecho, a la altura del corazón. Igualmente, y aunque existía la posibilidad de que no acabara como guarda real, su padre continuó con los entrenamientos- Ya eran más que rutina para el alemán, que los hacía casi inconscientemente-. Sólo cuando una clara K se dejó ver, el progenitor tuvo que resignarse a la realidad. Su hijo podría ser el futuro rey y eso suponía enviarlo a su correspondiente academia. El día antes de su partida su madre, persona de la que recibió mimos y carantoñas (amor en general), murió de una enfermedad. Una vez separado de la casa donde se crió, no volvió a saber nada más de su padre.
En la academia su vida no cambió mucho. De nuevo andaba solo, sin tener un grupo de amigos, aunque en ocasiones hablaba con alguno cuando le pedían ayuda o algo. Pero en general se notaba la tensión. La competitividad por el cargo que desempeñaría quien lograra salir de allí. Destacó en las clases de estrategia y oratoria por encima de sus compañeros. En las demás asignaturas se mantenía en buena posición, demostrando ser un estudiante eficiente (gracias, papá).
Al final llegó tan ansiado día. Todos se mostraban nerviosos. Algunos hasta agresivos. Y sin embargo el alemán se mantenía serio como de costumbre. Ni siquiera cuando le tocaba descender a ese lago, tras haber visto cómo compañeros suyos que habían ido delante se retorcían de dolor y el ácido les quemaba la piel hasta dejarlos irreconocibles. Él simplemente cerró los ojos, respiró hondo y avanzó. Y al principió juraría que hasta le pareció que le comenzaba a escocer. Pero entonces no ocurrió nada. No tardaron en anunciarlo, primero en aquel lugar, luego, cuando le tocó suceder al antiguo rey, a todo el reino: él era el elegido.
Llegó al trono apenas cumplida la mayoría de edad y creyó que a partir de ahí sus problemas sólo serían de puertas del reino para fuera. Nunca sospechó que un Jack sería su dolor de estómago continuo.
Hace relativamente poco (año o año y medio) que se enteró de que no era hijo único. Tenía un hermano mayor sólo que, por lo visto, ya no pertenecía a ese reino. Gilbert, así se llama. Sólo lo ha visto en algunos retratos.
- Spoiler:
Nombre completo: Feliciana Vargas
Apodos: ¿Feli?
Edad: 19 Años.
Reino: Reino de Corazones
Rango: Jack
Orientación Sexual: Heterosexual
Historia:
Feliciana es la menor de los mellizos Vargas, hijos de una pareja de clase media-alta pertenecientes al Reino de Corazones. Los niños eran los esperados nietos del, en ese entonces, Rey de Corazones. A los cuatro años Feliciana y su hermano decidieron, en un acto caprichoso e infanil, que queria quedars euna noche a dormir en el palacio junto a su abuelo. Esa misma noche unos asaltantes entraron al hogar de los niños en busca de mercancias valiosas, estaba tan preocupados de que alguien les descubriese que no notaron cuando uno de ellos derribo un candelabro en el pasillo principal. Nadie salio vivo de esa casa.
A partir de ese dia los niños estuvieron bajo el cuidado de su abuelo. Feliciana no puede negar que su infancia fue feliz, lo unico que empañaba su dicha era la sensacion de que tal vez, si ese dia ella no hubiese insistido tanto, sus padres estarian vivos. Tenia a su hermano y a su abuelo, que le cuidaban y le amaban. Y tambien tenia un pequeño amigo, insistente y un tanto atemorizante, pero que en el fondo era un buen chico.
Un par de meses antes de su quinto cumpleaños, el viejo Rey noto que la marca civil de Feliciana empezaba a verse cada vez mas tenue. El hermano de este le confirmo que, desde hace un tiempo, una mancha roja sin forma definida habia comenzado a aparecer en la pelvis del italiano. El abuelo de los chicos sabia perfectamente que tal como era Feliciana, este no sobreviviria ni una semana en cualquiera de las academias de la realeza; asi que decidio que comenzaria a instruir a sus dos nietos para que estuviesen preparados para cualquier cosa que se les viniese encima.
Feliciano, a pesar de ser una chica perezosa, disfrutaba enormemente de las clases de filosofia, historia y artes. Y a las fuerzas aprendio un tanto de defensa personal, claro, cuando no estaba huyendo de los entrenamientos. El Rey de Corazones realmente esperaba que su nieta no tuviese que recurrir a ese tipo de habilidades, pero cuando la marca se definio, no era la imponente K que el mismo llevaba en su cuerpo, ni tampoco la delicada Q que sabia correspondia a la reina la letra que se lucia en su piel; Feliciana habia sido destinada a ser un Jack. Dios realmente deberia estar pasandola a lo grande a costa suya.
El ultimo consejo que le dieron tanto su abuelo como su hermano due que intentara sobrevivir. A los nueves años recien cumplidos Feliciana Vargas, nieta del Gran Rey de Corazones, se marcho de su hogar rumbo a la academia.
¡Fue realmente divertido estar entrenando para Jack! Aunque las clases de contabilidad eran aburridas y no sabia para que le servirian en el futuro~ Y uno de sus compañeros daba miedo y siempre que se acercaba teminaba amazadolo con un arma~... ¡Pero de todas formas no le iba TAN mal como todo el mundo habia esperado! Descubrio que aunque la pelea cuerpo a cuerpo definitivamente no era su fuerte, se las arreglaba sufientemente bien con las lanzas y las flechas. ¡El profesor hasta llego a Felicitarle una vez! Pero, ah~... Luego le regaño porque se habia vuelto a escapar a la cocina para ayudar a los sirvientes.
El dia de la prueba final Feliciana se desperto de un animo realmente bueno, y lo conservo hasta aproximadamente cuando uno de sus compañeros le dijo que el agua de ese lago escoceria como acido si es que el no era el elegido ¡Realmente intento huir en cuanto escucho eso! Pero su mala suerte entro en accion, y cuando se dio media vuelta para salir corriendo, tropezo con una piedra y cayo de espaldas al lago. Resulta que despues de todo el si era el Jack.
Su abuelo casi lloraba el dia en que nombraron al Rey Luddy y a Sakura monarcas del Reino de Corazones. Balbuceaba algo sobre lo lejos que habian llegados sus nietos y hacer sopa de tomates. Feliciana no entendio, pero de todas formas se sintio feliz de poder enorgullecer a su abuelo, ademas estaba muy agradecido de que el mayor cediese sin problemas su cargo al Rey Luddy. !
- Spoiler:
- Nombre completo: Lovino Vargas
Apodos: ¿Lovi?
Edad: 19 años
Reino: Reino de Corazones
Rango: Guardia Real nº 1
Orientación Sexual: Heterosexual
Historia:
Lovino es el mayor de los mellizos Vargas, hijos de una pareja de clase media-alta pertenecientes al Reino de Corazones. Los niños eran los esperados nietos del, en ese entonces, Rey de Corazones. A los cuatro años, Lovino y Feliciana perdieron a sus padres cuando una noche quisieron quedarse a dormir en el palacio con su abuelo. El destino quiso que justo ese día unos asaltantes entraran en su casa en busca de riquezas y, sin querer, incendiaron la casa. Nadie salió vivo de allí y ellos quedaron bajo el cuidado de su abuelo. Mientras que Feliciana tuvo una feliz infancia, Lovino no pudo decir lo mismo de la suya. Nada le hubiera impedido tener una infancia dulce y tranquila, pero su consciencia y culpabilidad por la muerte de sus padres le volvió una persona agresiva y cerrada en sí misma, que sobreprotegió a su hermana de todos aquellos que se le intentaran acercar de alguna manera.
El viejo Rey notó que las marcas aparecían en los cuerpos de los mellizos, la de Feliciana más escondida, la de Lovino aparecía en su hombro y fue entonces cuando comenzó a entrenarles para que sobrevivieran en la academia. Ya que él pensó que podría sobrevivir bien en la academia, se centró en ayudar a su hermana menor, en el cual centró toda su preocupación, y esta siguió cuando los dos se separaron en las diferents academias, Feliciana en la de Jack y él en el de Aces.
Al llegar estuvo solo durante mucho tiempo, la gente no se le acercaba por su mal carácter hasta que uno de ellos se le acercó, ¿su nombre? Androneda Willux, Jack de Diamantes. A pesar de ser una persona tan diferente a él, "congeniaron" rápidamente, a pesar de que su relación se basaba en un amor-odio mezclado con maltrato por su parte. Allí fue donde comenzó todo el problema. El tiempo pasó y cada vez le cogió más cariño a Andromeda, de tal manera que ni se dio cuenta de que su debilidad estaba a flote, y allí fue cuando se volvió aun más agresivo.
Última edición por # Moony Horan Cooper el Lun 03 Jun 2013, 6:19 pm, editado 1 vez
kai.
Re: Chessboard | Original |
Reino de Espadas
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Nombre completo: Alfred Foster Jones
Apodos: ¡¡HÉROE!!
Edad: 19 años
Reino: Espadas
Rango: Rey
Orientación Sexual: Heterosexual
Historia:
Nadie podía imaginarse que el próximo Rey del Reino de Espadas no nacería en una familia cercana a la real, o no fuera hijo de nobles, sino el mayor de los gemelos de una pequeña familia de panaderos. Sus padres, que tenían poco más que su puesto y los dos bebés recién nacidos, trataron de ocultar el destino del bebé lo máximo que pudieron. Esto no fue difícil, ya que durante los primeros años de su vida la marca de nacimiento no parecía más que una borrosa mancha, y Alfred pudo vivir la vida de un niño normal durante cinco años. Hasta que, cuando tenía cinco años, la marca no pudo esconderse durante más tiempo. Lo que hasta entonces había sido una flecha difuminada se convirtió en el símbolo del reino, una espada con una K románica en el centro, nítido e imposible de obviar.
Así que Alfred fue llevado fuera del reino que más tarde gobernaría, para entrar a la academia con cinco años, siendo el menor de los reyes de su generación. Nunca volvió a saber más de sus padres o su hermano, aunque tampoco los recuerda muy bien.
Durante cierto tiempo fue un alumno ejemplar, atendía en las clases y hacía todo lo que sus profesores le mandaban, intentando no sentirse intimidado por los otros tres reyes que eran mayores que él. Sin embargo... Esto cambió más o menos cuando Alfred llegó a los diez años. Tal vez fueran las hormonas, tal vez que se creía mayor por estar rodeado de gente demasiado grande, pero el futuro rey comenzó a comportarse de una manera más rebelde. No respetaba los horarios de las clases o las comidas, ni siquiera el de sueño, y prefería escaparse cuando nadie lo veía a comer todo lo que podía sacar de la cocina que asistir a las clases que debían ayudarle en un futuro a asumir su cargo. Fue por esta época, cuando ocurrió un hecho le cambió de una manera mucho mayor de la que esperaba.
Sucedió un día en el que había decidido que no le interesaba asistir a unas aburridas clases sobre economía. Ya que tenía que escapar de los profesores y las demás personas que vigilaban que fuera a clase, corrió a adentrarse al bosque que rodeaba su academia. Y, para cuando quiso darse cuenta, estaba totalmente perdido. No solo eso, sino que había salido de su academia y había entrado en el lugar dónde vivían las futuras Reinas. Y entonces, por mera casualidad o por culpa del destino, conoció al que sería su primer, y hasta el momento único amor. Aunque no pudo evitar pensar que para la chica no había tenido tanta importancia, Alfred aumentó su mala conducta escapándose siempre que podía para observarle desde la distancia.
Está claro que los profesores no podían quedarse de brazos cruzados ante la actitud de Alfred, y por muy poco que le gustara, tuvo que ir aceptando las normas que le imponían, cumpliendo los horarios y siendo en definitiva un buen futuro rey, para que por fin pudiera hacer la prueba final, donde fue asignado con Yun Wang y Alice Kirkland. La primera impresión fue la de un grupo que no podría llegar a ser reyes, por no hablar de los desacuerdos iniciales, la falta de coordinación entre el equipo... Así que nadie podía estar más sorprendido cuando ellos tres fueron los únicos en pasar la prueba, a pesar de que los problemas internos del grupo no se habían resuelto.
Por lo que el grupo fue declarado vencedor, y enviados de vuelta al reino que ahora debían gobernar y proteger. La ceremonia de coronación fue la mayor fiesta del pueblo desde la coronación de los anteriores Rey y Reina. Puesto que los anteriores Jack, Ace y Rey habían muerto no hacía mucho tiempo, la Reina dejó su trono para que el nuevo equipo comenzara a gobernar.
- Spoiler:
Nombre completo: Alice Kirkland
Apodos: No tiene
Edad: 23 años
Reino: Espadas
Rango: Reina
Orientación Sexual: Heterosexual
Historia:
Alice nació en la cuna de la realeza, sin embargo, su llegada no fue muy bien recibida. Su madre, la esposa del anterior Rey de Espadas, en un romance infiel (choque y fuga) que tuvo con el antiguo Jack de Espadas, su padre, quedó embarazada de la futura Reina de aquella nación. Claro, tener a Alice no fue fácil, no solo por el ENORME escándalo de que la esposa del Rey, con quien tenía cuatro hijos ya, haya cometido un acto de adulterio y con nada menos que el Jack del mismo reino; sino que además, se haya conseguido el odio de sus propios hijos mayores en cuanto a aquella traición imperdonable.
El tiempo pasó y, en el proceso que Alice crecía, se percató de una habilidad innata en ella: podía ver seres que otros no veían y practicar magia. A raíz de ello, se convirtió en una persona muy estudiosa y lombriz de biblioteca al desear saber más como poder desarrollar dicha habilidad. Sin embargo, a pesar de descubrir aquella capacidad, su autoestima caía al ser el centro de bullying de sus hermanos mayores y, aun si buscaba por ayuda, era imposible cuando estos cuatro a veces unían fuerzas para lastimarla. Allí en el palacio fue que, desde muy pequeña, aprendió que no existía tal cosa como la “amistad”, solo el egoísmo y la amabilidad sínica. Para su suerte, su hermano mayor, quien era el que más le molestaba, años después se le reveló una marca en el cuerpo, la de candidatura a la realeza como Rey, así que fue llevado a la academia.
Fue recién a sus 7 años, mientras se cambiaba, que notó algo extraño y similar a la marca que le celebraron tanto a su hermano mayor antes de que se lo llevaran. La espada con la Q detallada se hizo presente en su cuello y, por obvias razones, el pequeño Alice también fue deportada a dicha academia dónde lo convertirían en una verdadera Reina de Espadas. Aquel día fue el último que vio a sus padres y se enteró de otras voces cuando alistaba sus maletas que, su madre, la Reina de Espadas, estaba esperando un hijo (o sea, embarazada). A pesar de la noticia chocante para él, algo dentro en sí resultó dulce y hasta tierno... tendría un hermano menor y deseaba tanto conocerlo a su regreso.
Sin duda, los años en la academia fueron los mejores de su vida. Ser Reina no se apartaba mucho de las cosas que le instruían previamente en el castillo de Espadas y, así como ella, los demás postulantes para ser Reinas también guardaban modales y eran muy recatados... a excepción de una niña que se comportaba como chico (y pudo haber jurado que era niño si es que su profesora no la habría presentado tal cual era). Realmente era un lugar muy tranquilo, a no ser por el chico que solía espiar el lugar y le daba ciertos escalofríos, pero seguía siendo un lugar acogedor. Tiempo después la tranquilidad llegó a su fin cuando la academia terminó y vino la prueba final de hacer equipos con sus destinados a ser sus “futuros” Rey y Jack. De hecho, esa tranquilidad solo la rompió su futuro Rey.
Al regresar al castillo de Espadas, más que la preocupación de su coronación, estaba muy entusiasmado de conocer al hermano menor que tuvo que dejar antes de partir a la academia, sin embargo, nadie en el lugar le dio razón acerca de la existencia de un segundo hijo de la antigua Reina.
- Spoiler:
- Nombre completo: Yun Wang
Apodos: Nene(Hermana Mayor en chino)
Edad: 21 años
Reino: Espadas
Rango: Jack de espadas
Orientación Sexual:Heterosexual
Historia:
Nacido en el reino blanco, porque sus padres son de allí, jamás pensó ser elegida como candidata a ser el jack de ninguno de los reinos y menos de del reino de espadas donde su abuelo, ya fallecido, fuera un valiente y reconocido jack. Cuando a los ocho años se le presento la marca su padre lloro abrazándolo, Yun jamás lo había visto así de orgulloso por ell, siempre fue el segundón después de su hermano mayor, un chico alto y fuerte, un valiente guardián del reino blanco. Para ellos Yun fue siempre muy delicada y fina para ser una guerrera. La tarde en que tuvo que marchar a la academia su padre le entrego de regalo una daga enjoyada que el rey le entregara a su abuelo en recompensa por sus valientes servicios. Desde ese momento se volvió un tesoro para ella. Durante su entrenamiento en la escuela conoció a los jack de los otros reinos y juntos hicieron varias cosas que aun recuerda con añoranza. Fue en una de las excursiones de entrenamiento que conoció a la persona que se convertiría en su gran amor, lamentablemente esa persona se encuentra en una posición lejos de su alcance. Cuando fue designado para la prueba final junto con Alfred y Alice creyó que tenia perdida la prueba pero ambos jóvenes, a pesar de sus diferencias, fueron capaces de demostrar su valía como futuros reyes. Gracias a ello Yun les tomo respeto y decidió dar su vida por protegerlos. Claro que a pesar del tiempo aun no entiende como dos personas que se aman tanto pueden discutir tanto, es incomprensible para ella.
kai.
Re: Chessboard | Original |
Reino Blanco
- Spoiler:
- Nombre completo: Peter Kirkland
Apodos: Pequeñín/ Niño cejón…
Edad: 10 años
Reino: Reino Blanco
Rango: Joker
Orientación Sexual: ¿Eso…eso se come?
Historia:
Peter no sabe nada de su pasado más lejano. Es el hijo bastardo del Jack de Espadas. Nada más nacer, la marca que le delataba como Joker pareció en el lado izquierdo de su frente y sus padre debía exiliarlo al Reino Blanco. A pesar de ello, Peter pertenecía a la Familia Real del Reino de Espadas, y decidieron ocultar su símbolo tapándolo siempre con gorros. Además…lo poco que algunos criados le veían la marca, les parecía la marca del Jack de Espadas, como la de su padre. A pesar de todos los esfuerzos y de que insistieron a los criados de no quitarle su gorro al pequeño, un día, el Rey de Espadas le quitó el gorro –más bien se le cayó al propio Peter- y entonces obligó al Jack de Espadas a deshacerse de su hijo.
Peter ingresó en el Reino Blanco a los dos años y, en solo un año, se convirtió en una especie de “reina” en el Reino. Su trabajo como Joker es ir cogiendo a todos los mestizos y cuidar de ellos. Gilbert ha sido su mentor todos estos años y le considera, a parte de su compañero, su hermano mayor. Es la única persona con la que se lleva bien y su único amigo.
Aunque se le ha olvidado todo su pasado, a veces nota ciertas anomalías no muy propias de su reino de las que prefiere no hablar, como su gusto por la lectura, su bondad oculta, y, lo más extraño de todo, su capacidad de hacer magia y ver seres magicos.
- Spoiler:
Nombre completo: Gilbert Beilschmidt,
Apodos: Gilbo, Gil, OreSama
Edad: 23
Reino: Reino Blanco
Rango: Joker
Orientación Sexual: Awesomesexual{Heterosexual}
Historia:
Gilbert es el primogénito de una familia formada por una mujer del pueblo y uno de los guardias principales del Reino de Corazones. Vivió en aquella casa rodeado de servidumbre y niños con los que jugar, podría decirse que hubiese sido un niño muy feliz de no haber sido la obsesión de su padre con el orden y el entrenamiento. Cuando tenía no más de dos años y medio, su éste empezó a obligarle a hacer algunos entrenamientos, como correr o hacer flexiones y abdominales todos los días, ayudar a su madre con la limpieza y, además, aprender a leer y escribir. Evidentemente, aquel hombre pedía demasiado de una persona que apenas había aprendido a caminar y que todavía chapuceaba sus palabras, pero no era un hecho que tomase en cuenta o por el que se preocupara, Gilbert solo recuerda todo lo que tenía que hacer y los castigos si osaba negar su palabra, no el motivo por los que era obligado a seguir sus ordenes a rajatabla.
Poco tiempo después del inicio de sus entrenamientos, se dio cuenta de que todos los integrantes de su familia, incluida la servidumbre, trataban con excesivo cuidado a su madre, cuando se acercó a preguntarle, torpemente y con palabras mal formadas, qué era lo que le pasaba, ella le regaló una sonrisa grande y resplandeciente, sonrisa que todavía habita en sus sueños, y le contestó que iba a tener un hermanito con el que jugar y divertirse. No podría decir con exactitud qué fue lo que sintió en aquel momento, pero sabe a ciencia cierta que aquella noche hubo un gran banquete en la casa, en honor al segundo embarazo de su madre.
Su condena no tardaría en aparecer. Faltaban menos de dos meses para el parto de la señora de la casa cuando una sirvienta se dio cuenta al asearle que la marca que tenía a la altura de la cadera comenzaba a verse difusa, todos pensaron que iba a tener un rango importante en el Reino, cuán equivocados estaban.
Muy pronto, todo signo de pertenecer al país de los Corazones desapareció, y paulatinamente con el paso de los días, era remplazado por la marca maldita: resultó ser un Joker.
A pesar de la insistencia de los de su casa de ocultarle a los ojos de los demás, fue su padre el que dio la orden de que se lo llevaran, él mismo fue la primera persona que jamás recuerda haberle dicho ser una abominación.
Un día más tarde, estaba jugando con su hermanito recién nacido cuyo nombre ya no recuerda, cuando un señor de cabellos blancos y rostro amable entró en la posada con su padre siguiéndole los talones y se presentó, su nombre era Friedrich, y resultó ser uno de los que se ocuparon de la crianza de su madre y sus hermanos y que fue expulsado del Reino al contraer matrimonio con una dama del Reino vecino.
Fritz, como le llamaría más adelante, se lo llevó a su nuevo hogar, un gran palacio enteramente del color de la nieve situado en el Reino Blanco, del que más adelante se autoproclamaría Rey, y lo crio como si fuera su hijo, a veces se siente culpable al pensar que el viejo Fritz fue más un padre de lo que su verdadero progenitor lo fue, pero es la verdad. Le dio lo que siempre había anhelado tener de parte de su padre: amor.
Con el paso de los años, Gilbert acabó convirtiéndose en lo que hoy es, y todo se lo debe a aquel hombre que todavía recuerda con gran cariño, que le enseñó casi todo lo que sabe, que retomó los entrenamientos una vez consideró que tenía la edad suficiente, que le dio de comer, le vistió y lo cuidó de todos los que querían acabar con su vida ‘’antes de que fuera demasiado tarde’’.
Fritz murió un par de meses después de que Gilbert cumpliera los 12 años, y con su fallecimiento se llevó su infancia. A partir de ese momento, empezaría a gobernar su Reino.
Un día, al comienzo de su liderazgo, una persona flaca y debilucha entró en su palacio con un niño en brazos, se lo dejó en sus aposentos y, cuando Gilbert quiso ir a preguntar a qué venía todo eso, el hombre ya había desaparecido. Más tarde se enteró de que había sido un mensajero del Reino de Espadas. En ese momento estaba solo, con apenas catorce años, y viéndose obligado a cuidar de un niño al que no conocía de nada solo porque así lo ponía en una carta en la que se afirmaba que aquel infante era nada más y nada menos que otro Joker.
Al contrario de lo que los demás habrían hecho, no intentó deshacerse del mocoso, sino que lo tomó bajo su protección y empezó a cuidarle tal y como el viejo Fritz había hecho con él. Se sentía como si por fin le hubieran devuelto el hermano pequeño que hace ya tanto tiempo le arrebataron y al que no se había dado cuenta hasta en ese momento que echaba de menos con todo su ser. Pero no fue un remplazo, ni mucho menos, Gilbert, incluso desde esa edad, siempre pensó que las personas no podían ser remplazadas, que todas debían tener su propio lugar en ese extraño y plano mundo en el que vivían.
Así pues, al año de aquel primer encuentro, decidió que no era justo, por muy asombroso que fuera, ser el único al mando del Reino, y que Peter, el bebé que le encasquetaron, debía ser algo así como la Reina de su país, ya que era poseedor de la misma marca que él tenía.
Con el transcurso del tiempo se dio cuenta de un dato curioso: a pesar de lo dura que había sido, no cambiaría su vida por nada en el mundo.
- Spoiler:
Nombre completo: Luna Braginsky
Apodos: Lu, Moon, rusa.
Edad: 25
Reino: Reino Blanco
Rango: Joker
Orientación Sexual: Heterosexual
Historia:
Hija unica de un miembro de la guardia real de treboles exactamente el numero 3, desde muy chica aprendio a valerse sola ya que su madre habia muerto ya hace muchos años y su padre nunca estaba en casa. Ella hacia cualquier travesura que quisiera y su padre nunca la regañaba tal solo le pedia que nunca pero nunca que se quitara los guantes.
Cuando cumplio los seis años comenzo a ir a la escuela alli era molestada por muchas personas por el simple hecho de usar guantes, sin mas se los quito y una de las maestras noto un simbolo que se formaba si se juntaba las manos: Era una joker.
Fue exiliada al Reino Blanco con apenas 7 años, en este lugar se encontro con Fritz y Gilbert. Fritz la trato como su hija y la quizo mucho, al cumplir los 14 Fritz murio quedandose en el cargo de Rey Gilb, al principio Gilbert le pidio que sea la Reina pero lo rechazo argumentando que estaria mejor como Jack. Poco despues llego el pequeño Peter, quien mimo mucho y trato como el hermano menor que nunca tuvo.
kai.
Re: Chessboard | Original |
Capitulo 001
La reina de treboles se encontraba descansando en su trono. Sus cabellos eran largos, de color café, el más exquisito café de los Cuatro Reinos, y sus ojos eran de un hermoso verde esmeralda; de algún modo comparables a las irises profundas color musgo de la Reina de Espadas.
Su nombre de civil era Elizabeta Hedervary pero claro que hace mucho tiempo que nadie la llamaba asi. Del lado derecho de ella se encontraba un trono vacio, el de su Rey, Ivan Brangisky hace mucho se habia casado por obligacion. Del lado izquierdo se encontraba su fiel Jota, Roderich Edelstein, un joven de su edad con cabellos castaños y ojos violetas oscuros vestido con su traje de Jota negro con detalles verdes, este parecia estar simplemente en otro mundo sin prestar mucha atencion su Reina.
-Roderich, ¿En que piensas?- La Reina pregunto interesada mientras se arreglaba el vestido.
-En muchas cosas, Mi Reina.- Respondio el Jota sin apartar la vista del frente.
-Ve con el Rey de Diamantes y preguntale como van sus alianzas.- El contesto la Reina.
-Si, Mi Reina.- El Jota dio una exagerada revencia mientras salia de la sala del trono seguido por algunos guardias.
Y la Reina soltó un suspiro largo, apoyando la barbilla sobre el dorso de su mano, mirando hacia el ventanal, donde se veían las miles de hectáreas teñidas de verde, intensificándose en dirección a los bosques. Y de los labios rojos de la Reina salió un nombre, casi como un secreto. La mujer se levantó, cogió el jarrón de flores que el Jota había traído como obsequio a los monarcas y lo arrojó al suelo, dejando que se estrellase contra la cerámica blanca y se rompiese en mil pedazos, antes de caer de rodillas, susurrando maldiciones y palabras de odio. Lo odiaba por confundirla. Sí, lo odiaba por hacer que sus pensamientos se apartaran de su Rey, de su único amor.
* * *
A millas de distancia, la mañana apartaba las nubes del cielo. El Rey de Corazones, el benevolente Ludwig Beilschmidt, caminaba por los jardines que rodeaban a su castillo, acompañado de su Reina, de cabellos negros cortos. Sakura Honda se alzaba como la gran estratega del siglo tras la última guerra de los cuatro reinos. La Jota les seguía, corriendo torpemente, para avisarles de la llegada de un invitado, pero los reyes no lo supieron hasta que la Jota cayó estrepitosamente en un arbusto y el invitado hizo acto de presencia al ver que los Reyes no acudían a su encuentro.
- Pero qué… Feliciana, ¿qué te ha ocurrido? – Preguntó la Reina.
La pobre Jota apenas respiró y apuntó a sus espaldas, señalando a una figura alta vestida de azul y negro.
- El Rey… De Espadas… Ha llegado. – Musitó la joven Jota, de cabellos cobrizos.
El Rey de Corazones la apartó suavemente, con cuidado, y se adelantó hacia el invitado.
- Buenos días, Alfred. – Saludó el Rey de cabellos rubios peinados hacia atrás.
- Buenos días a ti, Ludwig. – Contestó el aludido, asintiendo.
- ¿Qué asuntos son los que te han traído a mi reino? – Preguntó el alto Rey vestido de rojo.
El Rey de Espadas se rascó la nuca, sus cabellos rubios cortos agitándose suavemente, sin decir una palabra. La Reina de Corazones se estremeció, temiendo que su Rey notase algo extraño en aquella visita.
- Veo que has venido sin tu Reina. – Observó agudamente el Rey rojo, sin siquiera levantar la vista.
Era demasiado obvio que había venido solo. De otro modo, la Reina misma se hubiese presentado ante ellos sin esperar. Con el carácter que poseía, era obvio que haría algo así.
- Ludwig. Esto es un asunto privado que debo tratar con tu Reina… - Suspiró el Rey azul, su mirada celeste escondiéndose en los arbustos del jardín.
Los ojos igualmente celestes del Rey de Corazones divagaron entre su Reina y el Rey extranjero. Sin embargo, terminó por suspirar y llamar a su Jota, que se presentó sin mucha tardanza, ya que estaba a poca distancia de ellos.
- ¡Dígame, Ludw…! Digo… ¡Rey mío! – Soltó atropelladamente la joven.
- Quédate con tu Reina y no le quites los ojos de encima. En caso de que el joven Rey Alfred cometa algún acto reprochable, suena el pito y mis hombres acudirán. – Ordenó el Rey de Corazones, la Jota asintio. – Será nuestro adiós, entonces, Alfred. Volveremos a vernos. – Se despidió el Rey rojo, alzando una mano grande y estirándola hacia el Rey de Espadas, que se la estrechó desconfiado.
El Rey de Corazones giró y se devolvió a su Palacio, dejando a su Reina y a su Jota junto al Rey del Reino contra el que se habían enfrentado encarnizadamente en la última guerra.
La Reina de Corazones le señaló el sendero que se internaba en la arboleda florida. Alfred asintió y siguió sus pasos. La Jota se mantuvo detrás de ellos, sigiloso y atento… O al menos lo más que podía.
* * *
Más allá del estrecho que parecía separar al Reino de Corazones del resto del continente, en una habitación de un palacio teñido de dorado y naranjo, una jovencita recién entrada en la adolescencia se cortaba el cabello. Buscaba que ese fuese su recordatorio de a quién pertenecía, cuál era su familia. Y aunque su Rey se enfadase, sabría que se alegraría de su decisión. El que no estaría de acuerdo sería su hermano. Lily Vogel era la princesa postulante al trono del flameante Reino de Diamantes. Llevaba toda su vida prometida a su Rey, un joven esbelto y muy atractivo, de hermosa melena dorada –casi como todo en aquel Palacio- y ojos azules como el mar de los Cuatro. Aquel hombre, llamado Francis y siendo el segundo de su nombre, era un amante de la belleza y de los lujos innecesarios. Tomaba muchas distracciones, pues su labor de estar día y noche en el trono le parecía cansadora. Era por eso que Lily y su hermano Vash, el Ace, tomaban muchas de las decisiones concernientes al Reino. Francis se dedicaba más a la diplomacia que a otras cosas de importancia –como lo eran el ejército- por su grandilocuencia. Esa misma grandilocuencia capaz de llevar a muchas grandes damas de los cuatro reinos a su cama.
Lily no le detestaba. Le parecía simpático, sobre todo cuando cenaban juntos y tras el banquete Francis tocaba el violín para ella. Pero en esos momentos, su hermano lucía furibundo. No, Vash no quería que Lily se casara con Francis, y era algo que había decidido ya desde hacía mucho tiempo. Su hermana llevaba quince años atada al Rey, sin amarlo. Pero el reino completo esperaba que la chica cumpliese la mayoría de edad y tomase el lugar a los pies de Francis, oyendo las liras que sonaban continuamente en el salón, contando historias de tiempos antiguos y guerras gloriosas.
Por otro lado Francis, que cabalgaba por los prados cercanos, no parecía muy en contra de la idea. Es más, el Rey aceptaba y quería mucho a su Princesa, pero… No era la clase de amor que el Rey buscaba. Lily era como una hermana pequeña, no como una amante; y lo que Francis deseaba era alguien a quién amar.
Quizá por eso la idea se le vino a la mente. La idea que daría el puntapié inicial a una guerra violenta que se llevaría a muchos soldados y civiles más allá de los océanos, donde reina la muerte. Algo tan inocente como una mascarada, lo que haría que en el futuro, Francis usase al amor como estandarte para la guerra.
* * *
- Alfred, no tenías que venir aquí tan repentinamente… Podrías haber avisado. ¿Qué pensará Alice? – Sakura se veía alterado ante los ojos de Feliciana, que observaba la escena transcurrir frente a sus ojos.
El aludido se quedó de pie junto a la Reina, sus ojos celestes desviándose hacia el suelo.
- Lo siento, Sakura. En serio lo siento. Sólo… Necesitaba verte. – Musitó el Rey, clavado en su lugar.
La Reina de Corazones se acercó a él y le puso las manos en los hombros. El Rey de Espadas era alto, y la Reina se veía reducida y delicada a su lado.
- Es arriesgado, Alfred. Ludwig lo sabe, de eso estoy segura. – Suspiró Sakura, apartándose al ver que Feliciana se sentaba junto a un árbol, buscando el momento perfecto para tomarse una siesta.
- No me importa… - Contestó Alfred, sus manos dirigiéndose a la Reina para abrazarle, quien le apartó con la sola mirada.
- Debería importarte. Tienes tu propia Reina, Alfred. ¿Sabes qué pasaría si Alice se entera? Sería capaz de pasar por sobre tu autoridad y declararle la guerra a mi Reino. Tómale la importancia que el asunto merece. – Bufó la Reina, pasando de una actitud conciliadora a dejar que sus ojos cafés se tiñesen de ira ante la insistencia del joven Rey de Espadas, que tragó saliva y se contuvo, de pie frente a ella.
- Gracias, Sakura. Volveré cuanto antes a mi Reino, pero ten por seguro que no tardaré en regresar. – El Rey de Espadas cogió la mano de su Reina amante y le besó el dorso, retirándose.
Sakura suspiró antes de volverse hacia la Jota, que ya llevaba dormido algunos momentos. La joven de estatura baja decidió no importunarle y regresar junto a su verdadero Rey.
* * *
- ¿Una fiesta?
- ¿Habla en serio, mi Rey?
Francis se quitó los guantes, el pecho inflado de orgullo ante su magnífica idea, y se sentó en su trono, con las manos en los brazos del mueble acolchado.
- ¡Claro que sí, Andromeda, Roderich! Será una fiesta para conmemorar los años de paz de los Cuatro Reinos. Deben invitar a todos los nobles, aristócratas, generales… A todos los que se les ocurra invitar… Ah, por supuesto, no deben olvidar hacerles la invitación a los Reyes, Reinas y Jotas. – El Rey de Diamantes cruzó los pies y los apoyó en el banco acolchado a sus pies, el lugar destinado a ser el asiento de honor de la Reina. – He sabido que la Reina de Tréboles es bella. No he tenido oportunidad de conocerle, y ésta podría ser la ocasión perfecta. – Los ojos azules brillaron con ansias. Roderich se sonrojó y bajó la cabeza, ocultándose. - También me gustaría ver a mis amigos del Oeste, del Reino de Espadas, y a los de mi color… Ya saben que los de Corazones son casi como parte de mi familia.
- ¿Qué clase de fiesta será, mi Rey?
Y ante la pregunta de Willux, Francis sonrió malicioso, girando el rostro lentamente para verle.
- Una mascarada. – Respondió, sin dejar de mirarle con sus ojos intensos.
Andromeda asintió y se retiró, con la excusa de preparar invitaciones para los poderosos de los Cuatro Reinos. Bien sabía Francis que no soportaba que la mirase de ese modo.
- ¡Galaxy! No se te olvide invitar al Reino Blanco.- Le grito el Rey a su Jota
Roderich, sin embargo, se mantuvo allí, y cuando la Jota se retiró, se aproximó un poco más al Rey de Diamantes.
- ¿Estás seguro de todo esto, Francis? – Preguntó el Jota castaño.
- Completamente, Rod. – Dijo el Rey de Diamantes, sin moverse.
- Odias a las Espadas. – Articuló el de ojos violeta, caminando por el salón, la voz fuerte y segura.
- Bien sabes que necesito alianzas. Y cuando el color llama, nada es más fuerte. – Soltó Francis, siguiendo a Roderich con la mirada.
- ¿Y a quién quieres enfrentarte, mi buen Rey? – Roderich frunció el ceño.
Su trabajo era controlar que la paz no fuese alterada por Reino alguno y, claramente, le irritaba enormemente que su único Rey amigo se sintiese movido a la violencia de la guerra.
- No lo sé, eso lo veremos. Es probable que quiera ir a por la Reina de Corazones si su figura es tan hermosa como dicen. – El Rey naranjo suspiró y apoyó la barbilla en el dorso de su mano. – Los Espadas son mis aliados más fuertes por ahora, y los tres Reinos juntos podemos con los Corazones perfectamente.
Roderich cerró los ojos y tragó con fuerza, intentando envalentonarse.
- Tus ambiciones te harán caer, Francis. No eres un buen monarca por ti solo. Te das festines enormes y banquetes incomparables. Y ni hablar del tema ese de los baños. Eres derrochador. No puedo imaginarte frente a un ejército. – Masculló Roderich, aproximándose al Rey hasta que sus labios quedaron junto al oído del monarca, que se levantó en silencio.
- Alguien está interesado en la Reina de Corazones, al parecer. Tranquilo, a alguien más encontraré en la mascarada. Sólo lo hago porque no quiero casarme con Lily. – Se defendió el Rey de melena dorada, entrecerrando sus ojos oceánicos.
Roderich casi se atragantó. La puerta del salón se abrió y un mensajero entró a la habitación. Al poco andar se detuvo y se inclinó ante el Rey, levantándose aparatosamente para leer un papel. En la sala del trono de todos los reinos, los mensajes se leían en voz alta, a menos que el Rey permitiese que el mensajero consultase si debía hacerse público o no. Y Francis no era de los benevolentes que lo permitían. Le llamaban transparencia ante el Rey.
- Tengo un mensaje para el Jack de Treboles, desde el Reino de Tréboles. El Rey ha vuelto de su amena reunión con la Reina de Espadas y le llama a su Palacio para la entrevista sobre los castaños del sur. – Leyó fuerte y claro el mensajero, inclinándose levemente.
- Envía un mensaje de regreso, por favor, avisando que el Jack va de camino al Reino de Tréboles y que espera enterarse de boca del Rey y no de su Ace presumido acerca de los pormenores del asunto. – Bufó el castaño, alejándose de Francis, que volvió a sentarse en su trono, estirando una mano para coger un racimo de uvas, antes de recostarse de lado en su gran asiento y comer como un César hubiese hecho.
El mensajero corrió hacia la puerta y Roderich volteó hacia el Rey.
- Has invitado al Reino Blanco, ¿Por que?-
-Hace falta un poco de divercion.-
* * *
La Comodin vei hacia el mar del Reino Blanco, este se encontraba bastante calmado para su gusto, a sus espaldas se alzaba el gran castillo que el viejo Fritz habia contruido hace mucho tiempo, aunque sus actuales ocupantes solo eran Gilbert, Peter y ella. Este siempre se encontraba inpecable sin dudarlo tal vez eran las contantes regañadas que hacia contra sus compañeros Comodin.
Algo le acaricio lentamente su cabello gris, no se asusto ya sabia muy bien de quien venia ese gesto. Volteo lentamente para encontrarse con unos ojos rojos que constrastaban con los suyos violetas.
- Gilbert, deja quieta tu cola.- Regaño la Comodin al albino que se encontraba frente de ella haciendo alusion a la larga cola de demonio que les salia a ambos de la parte baja de la espalda.
-Kesesesese, ¿Te incomoda?- El albino aparto su cola de su cabeza para entrelazarla con la de la chica.
Luna se alarmo y le dio un golpe en el estomago al albino haciendo que soltara su cola, unos pasos se escucharon acercandose a ellos.
- Moon, Gil.- Esa voz solo podia pertenecer al pequeño Peter el tercer Comodin del castillo que siempre era tratado como el hermano menor por los mayores.- Nos han invitado a un... ¿Gilbert, que te ha pasado?-
-Nada pequeño.- El Comodin trataba con las pocas fuerzas que le quedaban poder levantarse.
-Solo aprendio a no meterse con las colas de los demas.- Comento Luna sonriendo a su pequeño compañero.- ¿Que venias a decirnos?-
-¡Nos invitaron a una fiesta!- Sonrio el pequeño.- En el Reino de Diamantes.-
kai.
Re: Chessboard | Original |
La seguiré solo que el capitulo lo tengo en otra compu y esa me la han quitado tendrás que esperar un poco lo siento.Mey de nialler escribió::3 ¿sigue?
kai.
Re: Chessboard | Original |
Capitulo 2
Francis se dejó llevar por la placentera sensación. Sus manos empuñaron las sábanas y la cuarta cortesana del día dejó escapar un gemido que resonó en el cuarto del Rey.
El Rey naranjo suspiró largamente, recuperando el ritmo normal de su respiración sin mucho problema, y se levantó de la cama. La mujer le siguió rápidamente en su camino hacia la ventana y le acarició los hombros, buscando que el Rey le diese la importancia que solía darle a sus amantes. Pero no recibió lo que buscaba, porque había pagado por ella. Había pagado todo lo que valían sus caricias y sus besos.
- ¿Qué ocurre, mi Rey? – Preguntó la cortesana, presionando su cuerpo desnudo contra el del Rey más apuesto de los Cuatro Reinos.
- Mira hacia afuera, Anne. Todo este Reino, todas estas tierras son mías… - Suspiró el monarca.
La joven observó el patio, viendo los jardines siendo arreglados para la mascarada.
- Parece que los preparativos están en marcha, mi Rey. – Contestó la mujer.
Francis negó con la cabeza por la ignorancia y superficialidad de la cortesana y observó más allá de las mesas que acarreaban los sirvientes.
- Eres egoísta, Anne. Piensas en la mascarada más que en lo que tu Rey dice. – Los ojos azules del Rey se alzaron al cielo azul.
- ¿Acudirá a la fiesta con la Princesa, mi Rey? – Continuó preguntando la cortesana.
Francis separó a la mujer de piel pálida de su cuerpo y se dirigió a la cama, buscando una bata con la que arroparse.
- Es lo que se espera que haga. Y así se hará. Apuesto a que querías acudir conmigo al baile. – Sonrió el monarca, cogiendo su bata de seda.
La cortesana rió suavemente, acercándosele de nuevo.
- Cualquier mujer del Reino moriría por asistir al baile con usted, mi Rey. – Dijo alegre la joven, abrazando al Rey, que le hizo apartar las manos con una mirada seria.
- Déjame solo, Anne. Tengo que arreglarme. – Soltó de pronto, la cortesana procediendo a recoger sus ropas. – Dile a Vash que envíe a algunas sirvientas a preparar mi baño de rosas.
- Así será, su Alteza. – Asintió la mujer, poniéndose el vestido apresuradamente antes de salir por la puerta, descalza como había llegado.
Francis sonrió. Estaba excitadísimo con aquella mascarada.
* * *
Alice suspiró y miró por la ventana del carruaje. El antifaz cubría parte de su rostro eficientemente, dejando a la vista sólo sus verdes orbes. Alfred sujetó su mano con suavidad, sin mirarle. Pero Alice supo, por el sonrojo que se atisbaba bajo el antifaz plateado de su esposo, que quería arreglar las cosas con ella.
- No me engañes, Alfred. – Soltó la Reina, bajando la mirada. – Sé cómo ves a la Reina de Corazones. Conozco esa mirada en ti. Sólo… No lo hagas. No es conveniente.
Alfred se mordió el labio inferior, desencantado, y llevó sus labios a la mejilla de su Reina.
- Lo lamento tanto, Alice. – Susurró.
Alice ignoró su gesto y volvió la mirada hacia el exterior. Ya estaban cerca de aquel Palacio dorado que Alice nunca había visitado y que le hacía ilusión desde ya varias lunas.
Los carruajes se detuvieron en la entrada. Los invitados comenzaron a bajar de ellos y a ingresar a los jardines, siguiendo las indicaciones de una alegre joven de piel tostada y antifaz rojo, que vestía rojo y café en su hermoso vestido, pero que mantenia un ligero espacio blanco. Alice conocía aquel rostro bajo el antifaz. Se trataba de Andromeda, la Jota de Diamantes.
Los Reyes de Espadas bajaron del carro con lentitud. Alfred vestía de negro, exceptuando su camisa inmaculada, y usaba un sombrero de copa alta que no dejaba a nadie indiferente. El bastón con gemas incrustadas en su mano era también toda una atracción y un símbolo de poder, que el joven Rey se había empeñado en usar para lucirse frente a los invitados. A su lado, Alice vestía un vestido azul, sobrio, y había dejado de lado el sombrerito que utilizaba de costumbre, usando en cambio, una boina como la que usaba su Jota. Sus zapatos eran azules. Su antifaz era plateado, brillante como el de Alfred. No llevaba más que una daga al cinto, por mera seguridad.
Yun, la Jota, vestía como lo hacía habitualmente, exceptuando el hecho de que ahora sus ropas eran de color morado, y su antifaz era negro.
- Deberíamos entrar separados, para que no nos reconozcan. Yo iré primero. Ustedes lo harán luego. Yun, escoltarás a Alice. – Ordenó el Rey azul, girando sobre sus talones y entrando de inmediato a los jardines.
Alice se admiró del Palacio desde afuera, las luces amarillas que alumbraban los jardines se le antojaban modernas y preciosas con sus formas de pájaros dorados y de animales salvajes. A su lado pasaron los Tréboles, demasiado evidentes con sus ropas de vistosos verdes. Y Alice observó a la Reina, sus largos cabellos cafés cayendo en trenzas dispersas sobre su espalda e incluso más abajo, llegándole a donde supuso que estarían sus rodillas; metida en un vestido apretado y abultado en la falda.
- Su Alteza, creo que ya deberíamos entrar. – Sugirió la Jota de cabellos negros, bufando por lo bajo.
Alice asintió y avanzó por el sendero que la Jota roja le indicó, seguido de su servidor.
* * *
La fiesta estaba estupenda, o eso podía decir Alice, mirando desde su asiento en un pequeño balcón, a un costado del salón, junto a una ventana. Las velas ardían suavemente en candelabros de oro brillante, colgando del techo o simplemente de pie. A la Reina de Espadas tanto brillo le tenía en plena fascinación. Alice estaba fascinada.
De pronto, de una de las escaleras frente a él, un joven vestido de dorado, con más de la mitad del rostro cubierto con una máscara dorada, muy recargado, y con una rosa solitaria entre sus dedos, bajó acompañado de una joven de cabellos cortos, en cuya cabeza portaba una corona de flores y su vestido era naranjo con detalles en plateado; su máscara hacía juego con los detalles y tenía la forma de una luna menguante. El joven soltó delicadamente la mano de la doncella, que corrió en dirección a un joven solitario que se mantenía de pie junto a una de las varias fuentes en las que fluía el agua.
Alice paseó la mirada verde por los presentes. Alfred retozaba conversando con quien la Reina supuso que era el As de Corazones, vestido de rosado pero con ropas que simulaban las de un arlequín. Un poco más allá, un grupo se amontonaba. Los Comodines, vestidos de negro, con coloridos antifaces, conversaban con el Rey de Tréboles no muy amistosamente, la joven Reina, de cabellos cafés, que bailaba un vals con el Jota de Tréboles, vestido en negro y pantalones verdes.
Un poco más allá, los Reyes de Corazones se secreteaban. Alice supuso que hablaban de Alfred, pues el Rey lanzaba miradas mortíferas al Rey de Espadas. Yun paseaba por la pista, esperando que alguien se dignase a bailar con ella… O quizá sólo vigilaba a Alfred desde una distancia prudente.
De la nada, el joven vestido de dorado apareció junto a los Tréboles que bailaban en la pista y pareció pedir una pieza con la joven. El Jota entregó la mano de su Reina al hombre, que se arregló la coleta de cabellos dorados antes de coger la mano de la dama y comenzar a bailar con ella. Alice observó cuidadosamente los movimientos de aquel varón de porte y elegancia imponente. Cogía a la mujer suavemente por la cintura, bajo los cabellos cafés y la hacía girar con gran delicadeza a través de la pista. Y en un giro, tras haber pasado un par de minutos en los que también habían cruzado algunas palabras, el hombre desapareció, dejando a la Reina de Tréboles sola, hasta que el Jota de Treboles se le aproximó y se inclinó ante ella para pedirle una pieza.
Ella aceptó, y un resplandor llamó la atención de Arthur nuevamente. Al otro extremo del salón, el hombre dorado requería la compañía de la Reina de Corazones. El Rey le dirigió un par de palabras, el joven pareció reír antes de coger con delicadeza la mano de la Reina. Alfred le dirigió una mirada celosa, y de pronto, Alice, que se había puesto de pie y apoyado en el balcón, sintió el poder de una mirada, de unos ojos azules profundos que ya conocía desde la infancia, pero que no podía reconocer tras el velo de la madurez.
Los cabellos negros se mecieron en el aire al ritmo del vals, mientras el joven de cabellos dorados presionaba a la Reina contra su cuerpo, no lo suficiente para ser una ofensa, pero sí le sostenía bastante más fuerte. Dieron dos giros juntos, y el joven volvió a desaparecer, para esta vez quedarse bajo el balcón en el que Alice observaba. O eso supuso ella, hasta que sintió una presencia completamente ajena tras él. No quiso voltear de inmediato, disfrutando el aroma suave que aquella persona dejaba escapar por sus poros.
- No parece disfrutar de la fiesta. – Sonrió el joven, acercándosele.
Alice suspiró.
- No me gustan las fiestas. Prefiero leer antes que bailar. – Contestó, girándose y viendo al hombre.
- Le he estado viendo desde algunos minutos… Y me gustaría bailar con usted, aunque fuese aquí, en el balcón.
Alice sopesó la idea proveniente de aquella voz grave y, sin embargo, tan dulce.
- Supongo que puedo concederle una pieza, señor.
La Reina ofreció su mano desnuda, y el hombre la cogió con delicadeza. Su mano se apoyó en el hombro de quien le rodeaba con el brazo la cintura. Alice ofreció un suave suspiro, que hizo que los labios ajenos se torciesen en una sonrisa seductora. El hombre se movió suavemente hacia un lado; Alice con él, y luego al otro. Y la Reina de Espadas supo que esos ojos de azul oceánico causarían su tragedia.
- Es usted uno de esos hombres que se las dan de picaflores, ¿no es así? – Preguntó la de cabellos largos, dejándose guiar; sus ojos cautivados por los azules.
- Véalo como le plazca, pero al final de la noche sólo una persona recibirá la rosa que traigo conmigo. – Dijo el joven de dorados cabellos, haciendo a Alice girar antes de soltarle la mano y apartarse de ella. – Y usted parece ser un buena candidata… - Continuó.
Alice se sonrojó bajo el antifaz y se giró hacia la pista de baile. Cuando volvió a mirar hacia sus espaldas, el hombre ya no estaba.
* * *
Las campanadas de las doce ya habían repicado en el Palacio cuando los Espadas abandonaban la mascarada a medio acabar. Alice se arropó aguardando paciente hasta que la puerta del carruaje se abrió. El Rey subió primero, y ella le siguió luego, soltando su capa hasta que se vio dentro del vehículo, segura y cómoda en el asiento de cuero; pero recordando con nostalgia aquellos sofás tapizados en seda, llenos de mullidos cojines y almohadas de los más diversos y exóticos colores, que confortaban a los invitados de los Diamantes. Alice hubiese querido agradecer al Rey por sus atenciones, pero nunca le encontró; nunca le fue presentado.
Yun se estaba tardando en subir, cruzando palabras con una joven vestida de naranjo y cortos cabellos rubios; con una corona de flores y verdes ojos resplandecientes. Alice tragó saliva; era la acompañante del joven de ropas doradas que había bailado con ella.
La Jota subió a la carroza.
- Mi Reina, la Princesa de Diamantes desea hablar con usted.
Alice tragó saliva, intentando no cruzar miradas con Alfred al levantarse y bajar del carro, encontrándose con la doncella en las puertas del Palacio. La noche era agradable, pero algo fría para la costumbre de los Diamantes; por eso la chica estaba usando una capa de delicadas lanas en vez de una de velo, como sería lo común.
- Buenas noches. – Soltó Alice; su rostro descubierto observando los rasgos delicados de la florecilla que tenía enfrente. No debía pasar de los quince años. Y, con elegancia, la joven se inclinó frente a él, en una agraciada reverencia.
- Muy buenas noches sean, Reina de Espadas. He sido enviada como emisaria de alguien muy interesante y con mucho dinero a quien le gustaría tenerle de invitada más a menudo en el Reino. – Dijo la chica, soltando las palabras que había memorizado.
- Supongo que se trata de tu Rey. ¿Vestía de dorado?
La muchacha asintió y estiró las manos. En ellas portaba un sobre amarillento y una rosa solitaria, algo diferente a la que el hombre había llevado junto a él en el baile.
- Ha dicho que la rosa cultivada que llevaba consigo no era suficiente para reflejar su belleza, Reina. Así que decidió ir él mismo a por una rosa salvaje de la colina. Son algo escasas, por eso ha tardado la entrega. Lamenta la tardanza de todo corazón. – Continuó la chica mientras Alice cogía la rosa y el sobre, asegurándose de estar de espaldas a la carroza antes de guardarse la carta en la chaqueta, bajo la capa, pero con la rosa en su mano. Era roja, intensa.
- Dale las gracias de mi parte. – Contestó Alice, sin percatarse de que se estaba sonrojanda.
- Así será.
La chica se inclinó levemente antes de girar.
- ¡Espera! Al menos dime tu nombre, Princesa. – Pidió Alice.
La muchacha volteó, sonriendo mientras la brisa se alzaba desde la colina.
- Lily. Lily Zwingli.
- Soy Alice. Alice Kirkland. Ha sido un placer. ¿El nombre de tu Rey?
La joven se encogió de hombros.
- Me dijo que se sentiría honestamente honrado si usted pide el nombre a su esposo y éste le responde inocente. – Contestó, en cambio, girándose y entrando a los jardines.
Alice se quedó allí, de pie, sujetando la rosa fuertemente en su mano, sin darse cuenta de que las espinas le hacían sangrar. Sus ojos verdes se dirigieron al Palacio, sin saber que, desde una ventana, el Rey que causaría el caos le observaba con el corazón agitado y las pestañas rubias moviéndose rápidamente al parpadear, mientras dejaba que sus doncellas le despojasen de sus prendas doradas.
kai.
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