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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Miedo De Mi
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Miedo De Mi
Nombre: Miedo De Mi
Autor: Mya Love
Adaptación: No
Género: Drama, Romance
Advertencias:Ninguna
Otras páginas: No
Capítulo 1
Miré la calle era la misma desde que me había marchado. El edificio después de estos últimos años seguía luciendo bien ¿Cómo no podría lucir bien? Después de todo era un residencial. Al entrar al lobby me encontré con un señor de unos 50, era nuevo sino ya me hubiera reconocido, aunque claro estuve fuera de este lugar unos 3 años era obvio que ya no seguirían los mismo vigilantes. Él se acercó, seguro era por lo del registro, no quería registrarme ni que anunciará mi llegada, seguí mi camino al primer elevador pero aquel señor no dejaría que entrará como si nada.
-Disculpe, señorita--¿Señorita? Sonreí ante eso, “señorita” hace años que no tenía nada de señorita.
-¿Si? –le pregunté en mi mejor tono de voz posible.
-Debe registrarse—señaló la vieja agenda que se encontraba en su escritorio—y decirme a qué departamento va, para asegurarme que la están esperando—Lo medité un momento. Podría darle la sorpresa, ó bien podría él mismo aquí abajo y recibirme. Mejor la sorpresa. Me acerqué a aquel hombre, con cuidado que nadie pudiese pensar algo raro sobre esto, fijé mi mirada a la suya, una vez establecido el contacto visual dilaté mi mirada y le ordené con voz suave pero firme “Sigue con tu trabajo y olvida que estuve aquí”. Quité mi mirada de la suya, sonreí, él se fue a su lugar de trabajo sin ninguna objeción y mi obstáculo había sido derribado.
Primera torre, último piso, todavía recordaba el lugar. Al entrar al elevador, que parecía tapizado por espejos disfruté de mi reflejo, mi piel morena pero al mismo tiempo pálida, cabello castaño oscuro, ondulado en una coleta, mi cuerpo el de una chica de 16 años. No tenía el cuerpo de Angelina Jolie pero por lo menos tenía un poco de curvas, mis ojos verdes que ya no eran los mismos, mi mirada ahora era fría, dura, ni un sentimiento se reflejaba en ellos pero aún así a varios chicos les parecía atractiva. Sonreí a mi reflejo, recordando todas las noches desde hace 3 años, jugando con mi comida, aunque algunas veces los dejaba irse, escapar pero sin un rastro de memoria de lo que había ocurrido.
Se abrieron las puertas del elevador, en este piso solo había dos puertas, una de ellas era a la que tenía que llegar. Puerta 14. Busqué en mi bolso, todavía conservaba la llave de este lugar. Al abrir el departamento tenía nuevos muebles, como siempre estaba limpio. Me dirigí a la nevera tomé una Coca Cola y me senté en uno de los banquitos que estaban alrededor de la barra. Unos minutos después salió de su habitación.
-¡¿Yukari?! –dijo abriendo los ojos de par en par.
-Henry, no recordaba que durmieras tanto, llevó 15 minutos esperándote—reí. Su cara de asombro pasó a una de seriedad.
-¿A qué has regresado?—sonreí.
-Yo también te he extrañado, sólo vine a ver cómo estaban las cosas en la Ciudad.
-¿Te vas a quedar?
-No lo sé, sabes que no puedo salir en la mañana tengo que esperar hasta la noche, así que si quieres me voy ahora—sonrió.
-No, eres mi hermanita, obvio no quiero que te vayas, quédate—voltee los ojos en blanco.
-¿Tu hermanita? Já ¿Después de todo sigo siendo tu hermanita?
-Si, no importa lo que pase…eres mi hermanita hija de otros fulanos—reímos--¿Y que has hecho estos últimos años?
-Beber, viajar, acostarme con chicos, déjame te digo que los humanos son una decepción en eso prefiero los vampiros—reí--¿Acaso no has visto los recibos de tu tarjeta de crédito?
-Sí, pero me negaba a pensar que te habías convertido en …alguien que no eres tú—jugué con la lata de Coca Cola.
-Esta soy yo, la nueva yo, con lo que hago no hay sentimientos.
-El no querer enfrentar tus sentimientos fue lo que te trajo aquí—gruñí.
-No, tú fuiste el culpable de eso ¿Lo recuerdas? Yo iba perfectamente hacia la muerte, me iba a suicidar y tú tenías que “salvarme” –Frunció el ceño, me fui hacia donde alguna vez fue mi habitación.
Autor: Mya Love
Adaptación: No
Género: Drama, Romance
Advertencias:Ninguna
Otras páginas: No
Capítulo 1
Miré la calle era la misma desde que me había marchado. El edificio después de estos últimos años seguía luciendo bien ¿Cómo no podría lucir bien? Después de todo era un residencial. Al entrar al lobby me encontré con un señor de unos 50, era nuevo sino ya me hubiera reconocido, aunque claro estuve fuera de este lugar unos 3 años era obvio que ya no seguirían los mismo vigilantes. Él se acercó, seguro era por lo del registro, no quería registrarme ni que anunciará mi llegada, seguí mi camino al primer elevador pero aquel señor no dejaría que entrará como si nada.
-Disculpe, señorita--¿Señorita? Sonreí ante eso, “señorita” hace años que no tenía nada de señorita.
-¿Si? –le pregunté en mi mejor tono de voz posible.
-Debe registrarse—señaló la vieja agenda que se encontraba en su escritorio—y decirme a qué departamento va, para asegurarme que la están esperando—Lo medité un momento. Podría darle la sorpresa, ó bien podría él mismo aquí abajo y recibirme. Mejor la sorpresa. Me acerqué a aquel hombre, con cuidado que nadie pudiese pensar algo raro sobre esto, fijé mi mirada a la suya, una vez establecido el contacto visual dilaté mi mirada y le ordené con voz suave pero firme “Sigue con tu trabajo y olvida que estuve aquí”. Quité mi mirada de la suya, sonreí, él se fue a su lugar de trabajo sin ninguna objeción y mi obstáculo había sido derribado.
Primera torre, último piso, todavía recordaba el lugar. Al entrar al elevador, que parecía tapizado por espejos disfruté de mi reflejo, mi piel morena pero al mismo tiempo pálida, cabello castaño oscuro, ondulado en una coleta, mi cuerpo el de una chica de 16 años. No tenía el cuerpo de Angelina Jolie pero por lo menos tenía un poco de curvas, mis ojos verdes que ya no eran los mismos, mi mirada ahora era fría, dura, ni un sentimiento se reflejaba en ellos pero aún así a varios chicos les parecía atractiva. Sonreí a mi reflejo, recordando todas las noches desde hace 3 años, jugando con mi comida, aunque algunas veces los dejaba irse, escapar pero sin un rastro de memoria de lo que había ocurrido.
Se abrieron las puertas del elevador, en este piso solo había dos puertas, una de ellas era a la que tenía que llegar. Puerta 14. Busqué en mi bolso, todavía conservaba la llave de este lugar. Al abrir el departamento tenía nuevos muebles, como siempre estaba limpio. Me dirigí a la nevera tomé una Coca Cola y me senté en uno de los banquitos que estaban alrededor de la barra. Unos minutos después salió de su habitación.
-¡¿Yukari?! –dijo abriendo los ojos de par en par.
-Henry, no recordaba que durmieras tanto, llevó 15 minutos esperándote—reí. Su cara de asombro pasó a una de seriedad.
-¿A qué has regresado?—sonreí.
-Yo también te he extrañado, sólo vine a ver cómo estaban las cosas en la Ciudad.
-¿Te vas a quedar?
-No lo sé, sabes que no puedo salir en la mañana tengo que esperar hasta la noche, así que si quieres me voy ahora—sonrió.
-No, eres mi hermanita, obvio no quiero que te vayas, quédate—voltee los ojos en blanco.
-¿Tu hermanita? Já ¿Después de todo sigo siendo tu hermanita?
-Si, no importa lo que pase…eres mi hermanita hija de otros fulanos—reímos--¿Y que has hecho estos últimos años?
-Beber, viajar, acostarme con chicos, déjame te digo que los humanos son una decepción en eso prefiero los vampiros—reí--¿Acaso no has visto los recibos de tu tarjeta de crédito?
-Sí, pero me negaba a pensar que te habías convertido en …alguien que no eres tú—jugué con la lata de Coca Cola.
-Esta soy yo, la nueva yo, con lo que hago no hay sentimientos.
-El no querer enfrentar tus sentimientos fue lo que te trajo aquí—gruñí.
-No, tú fuiste el culpable de eso ¿Lo recuerdas? Yo iba perfectamente hacia la muerte, me iba a suicidar y tú tenías que “salvarme” –Frunció el ceño, me fui hacia donde alguna vez fue mi habitación.
MYA LOVE
Re: Miedo De Mi
NUEVA LECTORA:hay me encanta tu nive por favor seguila que me muero de intriga por saber que fue lo que hiso que ella cambiara, subi mas cap que me muero!
por cierto pasate por mi nove cuando puedas:
https://onlywn.activoforo.com/t21220-podria-ser-amigos-y-algo-mas
por cierto pasate por mi nove cuando puedas:
https://onlywn.activoforo.com/t21220-podria-ser-amigos-y-algo-mas
Leyre
Re: Miedo De Mi
*___________* okas!!!! la ame!!! si ves en mi perfil amooo los libros juveniles de vampiros!, aolo lei un poco y recorde los libros de los cazadores de sombras!... me encantó! continúala! :)
madog17Efron:3
Re: Miedo De Mi
Hola, bienvenidas, dejo un cap. Muchas gracias por sus comentarios. Perdón si este capítulo es corto.
Capítulo 2
Seguía como la había dejado, una cama con sabanas rosas, dos buros a lado de ella color chocolate, un tocador en frente de la cama, mi clóset mantenía la misma ropa de cuando tuve que dejar todo aunque no fuese del modo que yo quería. Vi una foto dentro del closet, estaba entre 2 vestidos que en algún momento logré considerar “lindos”, tomé la foto entre mis dedos con cuidado. Había una chica de 17 con cabello lacio, castaño oscuro como el mío, ojos color esmeralda, piel apiñonada (bueno eso siempre nos decían a mi hermana y a mí, aunque ambas nos negábamos y decíamos tener la piel morena), entre sus brazos había una pequeña niña de 11 o 12, esa niña era yo…atrás estaban mi padre y mi madre. Sonreí al recordar aquel día, habíamos ido a Cancún como cada año, mi hermana coqueteaba con los salvavidas, yo trataba de verme tan bien como ella en bikini, ella solo me sonreía y trataba de ayudarme…eso era difícil, tan solo tenía 11 o 12, ni siquiera era alta como ella, pero mi hermana como siempre, tratando de ayudarme hacía hasta lo imposible por verme feliz y con una sonrisa.
Sentí su mano tocar mi espalda. Lo volteé a ver. Henry me abrazó.
-¿La extrañas?—me preguntó. No pensaba responder, la respuesta iría en contra de mi “nueva yo”.
-¿Tú la extrañas?—le pregunté con mi voz todavía fuerte.
-Si, bastante—me respondió apretándome más a él—sin embargo…era lo mejor, no podía seguir con ella si no le era del todo sincero—lo aparté y lo miré.
-Nunca entendí por qué no la convertiste o por qué a mi si y a ella no…me gustaría que me respondieras ahora, me lo debes—dije con una risa. Él suspiró.
-Yukari, te convertí porque necesitabas ayuda—pensé en defenderme, en decirle que yo solita me las hubiera arreglado muy fácilmente, si él hubiese dejado que la sangre brotará esa noche de mi yugular…el asunto estaría más que resuelto. Pero me callé, era un tema que siempre terminaba en lo mismo—y ella, bueno, tu hermana ya tenía su vida planeada, sabía lo que quería—lo interrumpí.
-Henry, ella quería esa vida “planeada” pero contigo a su lado—dije recordando cómo cada noche antes de irme a dormir, me contaba que él era el amor de su vida. En aquel tiempo me hubiese reído pero había una muy buena razón para no criticarla, llevaban 3 años de noviazgo, mi hermana tenía 18 cuando lo conoció o algo así, el punto era que mi hermana toda su vida había sido el tipo de chica que andaba con más de 2 novios al mismo tiempo, la chica que chicas envidiaban, admiraban y que chicos deseaban y algunos le guardaban rencor, pero cuando conoció a Henry, cambió, y no porque él se lo pidiera, sino porque ella quiso, ella quería solo estar con él, no quería a otro chico.
-Yukari—suspiró—simplemente no podía detener su vida porque yo quisiera y …. Cambiemos de tema ¿Por qué tú regreso?
-Te vas a enojar—me reí. Me miró a los ojos enojado—Henry, estos 3 años, bueno el primer año tuve la misma meta que cuando “me salvaste” pero después pude irme un tiempo a meditar el asunto y aprendí varias cosas…conocí personas, pero no cambió el hecho de que fuera un desastre—me reí—pronto, me hice una de las vampiresas más buscadas, aprendí metafísica, aprendí cosas que muy pocos vampiros pueden hacer, rompí corazones y soy de las vampiresas más fuertes que hay, no me llevó por ningún sentimiento…sería un orgullo para los primeros vampiros, de hecho lo soy…ese es el problema, de hecho.
-Explícate—dijo sobando sus parpados. Miré por la ventana de la habitación, la ciudad parecía estar muy movida, parecía que nadie descansaba.
-Conocí “psíquicos”, “metafísicos”, brujas, etc…me enseñaron varias cosas, aprendí con facilidad…como sabes para nosotros es muy fácil hacer que cualquier humano haga lo que le mandemos—asintió sin ganas, no era precisamente una cosa que le alegrará—bueno pues entre las cosas que aprendí, puedo hacer que cualquier vampiro, inmortal, lo que sea me obedeza, aprendí demasiadas cosas parecidas pero tuvo un precio, los “Primeros” se dieron cuenta.
-Espera—me interrumpió--¿Los conociste? Creí que eran un mito.
-¿Mito? No, bastante reales, y están furiosos, quieren acabar con la mayor parte de la “sociedad” vampírica, porque a la mayoría le ha dado por tener una historia “hollywoodesca”—alzó una ceja confundido—bueno ya sabes, enamorarse de humanos…dicen que han hecho que perdamos el poder, la clase, todo lo que nos hacía vampiros….están muy molestos, ese no es el punto….hay pocos vampiros como yo, y obviamente nos quieren de su lado.
-¿Y eso por qué no es bueno? Digo aparte de el hecho de que me matarán—sonrió—eres aparentemente importante.
-El problema mi hermoso hermano—dije parándome de la cama, empecé a caminar de un lado a otro—no quiero, no quiero tener que vivir en Transilvania con ellos, y que me digan qué hacer…tú me conoces, yo me mando sola…si no acepto dentro de 1 año y medio, me buscarán y me matarán—bajé la mirada—no le tengo miedo a los gatos que mandan, pero si a ellos….son demasiado fuerte, llevan demasiado tiempo vivos como para no serlo—dije divertida por la idea, claro, en el fondo asustada—me quiero quedar un tiempo contigo, solo para ver si se olvidan de mí.
-Bueno pues sabes que eres bienvenida…claro, que debes aceptar algunas reglas.
-Está bien, aceptaré unas reglas—contesté de mala gana.
-Primera debes ir a la escuela—lo miré incrédula con ganas de reírme en su cara y gritar un sonoro “NO”, aguanté las ganas y solo asentí—Segunda no más fiestas, alcohol, chicos, etc.
-¿Qué? ¿Y qué propones qué haga? ¿Hacer una cuenta en Facebook?
-Actuar como una adolescente normal, usar el internet…enamorarte.
-Espera….¿Qué parte de que matarán a cualquier vampiro enamorado, no entendiste?
-OK, bueno pero nada de la “diversión” que acostumbras.
-Vale ¿Qué más?
-Nada de matar para comer.
-Agh..no seas incoherente, nosotros sobrevivimos de sangre, tengo que matar para comer—le dije furiosa.
-Puedes mantenerte viva como yo.
-No—me negué de tan solo recordar cómo sabía esa manera. Cuando yo mataba a alguien, y succionaba su sangre, se sentía cálida, estaba “fresca”, era dulce, hasta el olor era mucho mejor, pero la manera de Henry era pedirla de un Banco de Sangre, teniendo que beber sangre que estuvo congelada tanto tiempo como la pésima carne de esos negocios de comida congelada, era fría, sabía rara y no en el buen sentido, era un sabor amargo…el olor era insoportable, olí a comida podrida, aunque claro, tenía lo mismo que la otra sangre y podría conservarme viva.
-Yukari—dijo mi nombre en un reclamo, asentí con la cabeza—buena niña.
-Eaa, dejemos en claro, que no soy ninguna cría que debas mandarle ser “buena” persona ¿Entendido?
-Tampoco eres muy adulta.
-Touché…pero no soy una cría, ¿Vale?
-Entendido, hay una última regla.
-¿Cuál?—pregunté desesperada de tantas reglas.
-Tienes que abrazar y querer a tu hermano mayor—me reí, cuando sonrió. Desde el día en que mi hermana nos presentó a ambos, desde ese día él me había adoptado como hermana menor, desde ese día él había tenido un solo objetivo en su mente, cuidar de mi, y ese cuidado involucraba un amor, pero no como el que le tenía a mi hermana era realmente, un amor de hermanos.
Mi primer día de escuela, me había costado trabajo convencer a Henry de que me dejará entrar a esta escuela. En primer punto, él me quería meter a una privada, pero eso significaría más reglas, además de que hacía tiempo había ido a una de esas escuelas, llena de chicas y chicos snobs. Nada me podía decir que esta escuela no sería igual, pero por lo menos, tenían que hacer un examen general para entrar al principio de año, lo cual me decía que tenían un poco más de cerebro o eran unos “matados”. Habían pasado 2 meses de que habían iniciado las clases así que tuve que usar cierto “don” para lograr ser aceptada, no le agradó a Henry puesto que según él “Es malo, usar a los demás como tus marionetas”.
Capítulo 2
Seguía como la había dejado, una cama con sabanas rosas, dos buros a lado de ella color chocolate, un tocador en frente de la cama, mi clóset mantenía la misma ropa de cuando tuve que dejar todo aunque no fuese del modo que yo quería. Vi una foto dentro del closet, estaba entre 2 vestidos que en algún momento logré considerar “lindos”, tomé la foto entre mis dedos con cuidado. Había una chica de 17 con cabello lacio, castaño oscuro como el mío, ojos color esmeralda, piel apiñonada (bueno eso siempre nos decían a mi hermana y a mí, aunque ambas nos negábamos y decíamos tener la piel morena), entre sus brazos había una pequeña niña de 11 o 12, esa niña era yo…atrás estaban mi padre y mi madre. Sonreí al recordar aquel día, habíamos ido a Cancún como cada año, mi hermana coqueteaba con los salvavidas, yo trataba de verme tan bien como ella en bikini, ella solo me sonreía y trataba de ayudarme…eso era difícil, tan solo tenía 11 o 12, ni siquiera era alta como ella, pero mi hermana como siempre, tratando de ayudarme hacía hasta lo imposible por verme feliz y con una sonrisa.
Sentí su mano tocar mi espalda. Lo volteé a ver. Henry me abrazó.
-¿La extrañas?—me preguntó. No pensaba responder, la respuesta iría en contra de mi “nueva yo”.
-¿Tú la extrañas?—le pregunté con mi voz todavía fuerte.
-Si, bastante—me respondió apretándome más a él—sin embargo…era lo mejor, no podía seguir con ella si no le era del todo sincero—lo aparté y lo miré.
-Nunca entendí por qué no la convertiste o por qué a mi si y a ella no…me gustaría que me respondieras ahora, me lo debes—dije con una risa. Él suspiró.
-Yukari, te convertí porque necesitabas ayuda—pensé en defenderme, en decirle que yo solita me las hubiera arreglado muy fácilmente, si él hubiese dejado que la sangre brotará esa noche de mi yugular…el asunto estaría más que resuelto. Pero me callé, era un tema que siempre terminaba en lo mismo—y ella, bueno, tu hermana ya tenía su vida planeada, sabía lo que quería—lo interrumpí.
-Henry, ella quería esa vida “planeada” pero contigo a su lado—dije recordando cómo cada noche antes de irme a dormir, me contaba que él era el amor de su vida. En aquel tiempo me hubiese reído pero había una muy buena razón para no criticarla, llevaban 3 años de noviazgo, mi hermana tenía 18 cuando lo conoció o algo así, el punto era que mi hermana toda su vida había sido el tipo de chica que andaba con más de 2 novios al mismo tiempo, la chica que chicas envidiaban, admiraban y que chicos deseaban y algunos le guardaban rencor, pero cuando conoció a Henry, cambió, y no porque él se lo pidiera, sino porque ella quiso, ella quería solo estar con él, no quería a otro chico.
-Yukari—suspiró—simplemente no podía detener su vida porque yo quisiera y …. Cambiemos de tema ¿Por qué tú regreso?
-Te vas a enojar—me reí. Me miró a los ojos enojado—Henry, estos 3 años, bueno el primer año tuve la misma meta que cuando “me salvaste” pero después pude irme un tiempo a meditar el asunto y aprendí varias cosas…conocí personas, pero no cambió el hecho de que fuera un desastre—me reí—pronto, me hice una de las vampiresas más buscadas, aprendí metafísica, aprendí cosas que muy pocos vampiros pueden hacer, rompí corazones y soy de las vampiresas más fuertes que hay, no me llevó por ningún sentimiento…sería un orgullo para los primeros vampiros, de hecho lo soy…ese es el problema, de hecho.
-Explícate—dijo sobando sus parpados. Miré por la ventana de la habitación, la ciudad parecía estar muy movida, parecía que nadie descansaba.
-Conocí “psíquicos”, “metafísicos”, brujas, etc…me enseñaron varias cosas, aprendí con facilidad…como sabes para nosotros es muy fácil hacer que cualquier humano haga lo que le mandemos—asintió sin ganas, no era precisamente una cosa que le alegrará—bueno pues entre las cosas que aprendí, puedo hacer que cualquier vampiro, inmortal, lo que sea me obedeza, aprendí demasiadas cosas parecidas pero tuvo un precio, los “Primeros” se dieron cuenta.
-Espera—me interrumpió--¿Los conociste? Creí que eran un mito.
-¿Mito? No, bastante reales, y están furiosos, quieren acabar con la mayor parte de la “sociedad” vampírica, porque a la mayoría le ha dado por tener una historia “hollywoodesca”—alzó una ceja confundido—bueno ya sabes, enamorarse de humanos…dicen que han hecho que perdamos el poder, la clase, todo lo que nos hacía vampiros….están muy molestos, ese no es el punto….hay pocos vampiros como yo, y obviamente nos quieren de su lado.
-¿Y eso por qué no es bueno? Digo aparte de el hecho de que me matarán—sonrió—eres aparentemente importante.
-El problema mi hermoso hermano—dije parándome de la cama, empecé a caminar de un lado a otro—no quiero, no quiero tener que vivir en Transilvania con ellos, y que me digan qué hacer…tú me conoces, yo me mando sola…si no acepto dentro de 1 año y medio, me buscarán y me matarán—bajé la mirada—no le tengo miedo a los gatos que mandan, pero si a ellos….son demasiado fuerte, llevan demasiado tiempo vivos como para no serlo—dije divertida por la idea, claro, en el fondo asustada—me quiero quedar un tiempo contigo, solo para ver si se olvidan de mí.
-Bueno pues sabes que eres bienvenida…claro, que debes aceptar algunas reglas.
-Está bien, aceptaré unas reglas—contesté de mala gana.
-Primera debes ir a la escuela—lo miré incrédula con ganas de reírme en su cara y gritar un sonoro “NO”, aguanté las ganas y solo asentí—Segunda no más fiestas, alcohol, chicos, etc.
-¿Qué? ¿Y qué propones qué haga? ¿Hacer una cuenta en Facebook?
-Actuar como una adolescente normal, usar el internet…enamorarte.
-Espera….¿Qué parte de que matarán a cualquier vampiro enamorado, no entendiste?
-OK, bueno pero nada de la “diversión” que acostumbras.
-Vale ¿Qué más?
-Nada de matar para comer.
-Agh..no seas incoherente, nosotros sobrevivimos de sangre, tengo que matar para comer—le dije furiosa.
-Puedes mantenerte viva como yo.
-No—me negué de tan solo recordar cómo sabía esa manera. Cuando yo mataba a alguien, y succionaba su sangre, se sentía cálida, estaba “fresca”, era dulce, hasta el olor era mucho mejor, pero la manera de Henry era pedirla de un Banco de Sangre, teniendo que beber sangre que estuvo congelada tanto tiempo como la pésima carne de esos negocios de comida congelada, era fría, sabía rara y no en el buen sentido, era un sabor amargo…el olor era insoportable, olí a comida podrida, aunque claro, tenía lo mismo que la otra sangre y podría conservarme viva.
-Yukari—dijo mi nombre en un reclamo, asentí con la cabeza—buena niña.
-Eaa, dejemos en claro, que no soy ninguna cría que debas mandarle ser “buena” persona ¿Entendido?
-Tampoco eres muy adulta.
-Touché…pero no soy una cría, ¿Vale?
-Entendido, hay una última regla.
-¿Cuál?—pregunté desesperada de tantas reglas.
-Tienes que abrazar y querer a tu hermano mayor—me reí, cuando sonrió. Desde el día en que mi hermana nos presentó a ambos, desde ese día él me había adoptado como hermana menor, desde ese día él había tenido un solo objetivo en su mente, cuidar de mi, y ese cuidado involucraba un amor, pero no como el que le tenía a mi hermana era realmente, un amor de hermanos.
Mi primer día de escuela, me había costado trabajo convencer a Henry de que me dejará entrar a esta escuela. En primer punto, él me quería meter a una privada, pero eso significaría más reglas, además de que hacía tiempo había ido a una de esas escuelas, llena de chicas y chicos snobs. Nada me podía decir que esta escuela no sería igual, pero por lo menos, tenían que hacer un examen general para entrar al principio de año, lo cual me decía que tenían un poco más de cerebro o eran unos “matados”. Habían pasado 2 meses de que habían iniciado las clases así que tuve que usar cierto “don” para lograr ser aceptada, no le agradó a Henry puesto que según él “Es malo, usar a los demás como tus marionetas”.
MYA LOVE
Re: Miedo De Mi
Capítulo 3
Recuerdo mi cumpleaños número 16. Toda mi vida había anhelado la llegada de ese número…pero no contaba con ser un desastre. A mis 14 todo cambió, yo cambié. Me di cuenta de lo sola que estaría toda mi vida, que nunca sería como mi hermana, que tenía que decidir entre lo que yo quería y lo que todos suponían “debía” hacer, la presión de tener que ser mejor que mi hermana, el hecho de que media escuela me molestara por no ser como ella, ni física ni de ninguna otra manera. Yo era más gordita, “fea”, y por mi actitud aparentemente según mis compañeros moriría más sola que un perro ¿Cómo es que alguien que tiene casi todo, con solo unas palabras pierde lo más importante? En mi cumpleaños 16, ver que no había hecho nada con mi vida, además de anhelar ser alguien más y llorar por lo que me decían, creer cada cosa que me decían…me pregunté a mi misma <<¿Vale la pena seguir un camino que obviamente está hecho para alguien más fuerte que yo?>> Una noche antes de cumplir 16 me miré al espejo y me lo pregunté. Esa noche lloré en silencio, como cada noche de mi vida en la que me decepcionaba a mí misma. Esa noche me arruiné más de lo que ya estaba, a la mañana siguiente decidí no comer el desayuno especial que mi madre había preparado, quizás ahí empezó a agravarse el problema…si, mis 16 no fueron lo que yo hubiera esperado. A los 7 meses de haber cumplido mis 16, me encontré con una chica, una antigua amiga y sus palabras al verme fueron <<¿Por fin has dejado de soñar tanta bobería?; Oh, mira sigues igual de llenita que antes ¡Qué Linda!; No seas tan apática por eso nadie te quiere>> Sus palabras quedaron, como siempre, estancadas en mi cerebro. Mi mente las repitió día y noche. Ya no valía la pena, yo ya no valía la pena. No era culpa de nadie, mi falta de amor propio y de fuerza y confianza, era solo culpa mía, yo fui la que se creyó todo. Así, fue como me atreví a tomar la navaja suiza (Que le había rogado a mi padre me comprará porque “podría llegar a ser útil) y la presioné sobre mi cuello, con un movimiento rápido, decidido logré cortar la piel.
Miré a mis nuevos compañeros, no llevaba ni una hora pero la mayoría ya tenía un propósito “Ser mi amigo”. Le sonreí a una chica que se veía sola.
-Hola—le dije sentándome a su lado, la chica me miró con sus ojos verdes.
-Hola—respondió con una sonrisa y una voz llena de timidez. La chica era de baja estatura, igual que yo, cara redonda, blanca y cabello casi rubio.
-Me llamo Daph,soy nueva—traté de ser agradable. Difícil en mí, pero no imposible. Su timidez me recordaba a mí, en algún momento.
-¡WOW! ¿Hablándole a la “rarita”?—escuché una voz decir atrás de mí, me voltee para mirarla. Una chica del mismo color de cabello que la chica tímida, más alta que yo, con ojos cafés. La miré desdeñosamente, como miraba a la mayoría de los humanos.
-Déjame adivinar…eres una chica con tan poca autoestima que tienes que decirle cosas “rudas” a los otros.
-¿Baja autoestima? No creo—me senté en una silla. Alcé mi mirada.
-No te estaba preguntando, estaba afirmando.
-No sé quién te crees pero cuidado niña—la interrumpi, miré mis manos. Imagine que tan sencillo sería usarlas para quitarle el aire, y tener la cena.
-Ni te atrevas a amenazarme, y mira fijemos unas cosas aquí, tú serás una princesa pero yo, yo soy la reina, de ahora en adelante si esto—hice una seña al salón que nos rodeaba—te pertenecía, ahora ya no. Yo mando, y más te vale mantener esa boquita cerrada o pensar dos veces lo que hablas porque te juro que si no lo haces probablemente te arrepientas—entró la profesora, supuse sería la profesora por el hecho de que gritó enojada “Silencio”.
Para el mediodía todo el grupo sabía quién era, y entendieron que hasta la basura se separa. Definitivamente, les había quedado en claro que les convenía ser de mi agrado. La chica molestosa de la mañana, que después supe su nombre el cual era Karina, dejó de fastidiarme pero no estaba alegre de que yo la opacara. Todo el grupo se moría por ser mi amigo, pero decidí hablarle a la chica callada. Su nombre era Fernanda.
3 días después, le volví a pedir a Henry, no ir a la escuela. Después de todo, yo no necesitaba aprender nada. Una de las vampiresas más jóvenes y poderosas ¿Qué podía aprender en una torpe escuela de mortales?
Aquel día en la escuela, en todo el instituto se había corrido el rumor de mi llegada. Literalmente, todos los alumnos me respetaban, los profesores tenían miedo de mí. Sí, todos sabían quién era yo. Me tenían miedo por dos razones, mi actitud desdeñosa (Que había confirmado, a cualquiera que tuviera la osadía de estar en mi contra. Les despedazaba su ego. Los que me buscaban, me encontraban) la segunda razón, solo sabían que había logrado entrar a la escuela tarde, algo que nadie había logrado…para ellos significaba que tenía padres importantes. Para mí, la única que sabía la verdad, significaba que mejoraba constantemente en mi control sobre cualquiera.
Me senté en la cafetería con Fernanda, ella hablaba una y otra vez sobre una banda de música. Le sonreía, y asentía de vez en cuando. Un chico se acercó a la mesa y la saludo, no lo conocía, de hecho no se me hacía familiar.
-Yukari, él es Matí. Matí, ella es Yukari—nos presentó alegremente Fernanda. Miré al chico, le sonreí.
-Hola—dijo el chico sin muchos ánimos.
-Siéntate—le ofreció Fernanda al chico amablemente, él solo asintió. Se sentó a lado de ella. Yo seguía jugando con la lata de Coca Cola que estaba en frente de mí—Bueno, voy por un helado ¿Quieren algo?
-No, gracias—contestamos ambos al unísono. Fernanda se alejó. El chico solo me miraba, desdeñosa y repulsivamente.
-Esa mirada ¿A qué se debe?—Le pregunté con una mirada que recorría cada parte de aquel entrometido. Él no era nada especial, no tenía nada especial.
-¿Qué te interesa?—me contesto dejando atrás su gentilidad de hacía unos momentos. Lo volví a mirar, piel blanca, ojos castaños grandes con unas pestañas minúsculas, nariz un poco torcida en el tabique, labios delgados en forma de corazón, boca pequeña y más alto que yo. No era un chico musculoso. Su cabello era una maraña castaña. Definitivamente, no tenía nada único, no tenía ni un gramo de lo que otros chicos con los que había estado tenían. Si él seguía con esa actitud, seguro sería mi próxima cena, de mis únicas cenas con las que no jugaría.
-Me interesa que mi “persona” a la que miras, no puede ser mirada así por cualquiera—le respondí en un tono dulce pero con una mirada feroz.
-Disculpe, Doña Perfecta—chasqueó la lengua—serás hermosa—me miró de arriba abajo—eso no te da derecho a ser una pesada.
-¿Perdón?—lo miré atónita, él apretó los labios.
-No eres indispensable, nadie lo es, y aunque lo fueras no significa que tengas que ser una rídicula.
-Bueno y ¿Tú me conocías de antes o qué?—le pregunté harta de él.
-Si, digo, toda la escuela habla de ti…mis amigos están que no paran de babearse por ti pero ya es tiempo de que entiendas que no eres la gran cosa.
-Ah, ¿Y tú si? –me paré de la mesa—cuando regrese Fer, dile que la veo en clase, y tú—lo señalé mientras ponía mi mochila en mi hombro—ten cuidado de cómo me hablas—él solo bufó.
Los días pasaron, Karina no dejaba de ser una pesada con Fer o con cualquier otra chica que no fuera de su agrado. Quizás yo no era la más amable pero no me metía con nadie, al menos de que ellos lo hicieran conmigo, sin embargo Karina era una historia muy distinta.
El viernes había invitado a Fer a la casa, arriba en el roofgarden, había una piscina.
-Fer, ¿Trajiste traje de baño, verdad?—le pregunté.
-No…no me gustan—me dijo tímidamente, me senté en mi cama.
-¿Y eso?
-Bueno es…que…son muy pegados—me reí ante su “gran punto”.
-Es un traje de baño, debe de ser pegado. Mira, tengo 3 nuevos, agarra uno, yo te lo regalo—le dije amablemente. Ella los tomó de la bolsa que le había señalado. Los 3 eran bikinis. Ella los miraba como si fuesen un monstruo.
-Es solo que…yo…¿Puedo confesarte algo?—me preguntó.
-Claro—sentir empatía por alguien no era lo mío, pero con esta chica lo hacía, porque después de todo, me recordaba de alguna manera a mi antigua yo.
-No me gustan porque me veo gorda—suspiró.
-¿Quién te ha dicho eso? No eres gorda, y aunque lo fueras ¿Cuál sería el problema?
-Que según Karina—en ese momento me di cuenta de algo, la siguiente vez que Karina metiera su estúpida boca donde no le interesará, Karina estaría muerta, al fin, hacía tiempo que la sangre fresca no ha tocado mi cuerpo.
Karina, cada día era insoportable y el tal “Matías” más, pero era amigo de Fer así que lo tendría que soportar. Esa mañana de Viernes, pensé en no ir a la escuela, pensé en huir de ese aburrimiento infernal y darme una vuelta por algún bar, o antro, o lo que fuese. Herny me conoce lo suficiente para saber lo que pienso. Así que por ese motivo, no me quitaría un ojo de encima. Mi desesperación y aburrimiento era obvio.
En mi primera clase, me encontré con una chica más alta que yo, de cabello negro y piel morena con mirada turquesa. Me sonrió.
-Yukari—dijo en un ronroneó mi nombre, su voz me sonó familiar.
-Jezebel ¿Qué te trae por aquí?—le contesté cuando identifiqué su voz.
-Mmm no mucho—ambas vimos a un chico de mi grupo pasar a nuestro lado, Jezebel se desabrochó la playera que traía dejando ver parte de su brasier.
-Veo que no cambias.
-Querida, me han subido de rango y en unos niveles más podré quizás estar en el departamento de lujuría—se rió—se me da bastante bien, además los humanos son tan fáciles—me reí junto con ella.
-Lo sé, los humanos y los licántropos se excitan tan fácilmente—amabas reímos.
-Como sea, vine para ver si es cierto que estás escapando.
-¿Escapar? ¿Yo? Jezebel, no digas esas estupideces, yo nunca escapo, escapan de mi—Fer llegó y me saludó, solo moví mi mano en forma de saludo. Matías que venía con ella, seguramente solo a dejarla porque después de todo él iba en otro grupo, no pudo evitar mirar a Jez—Matías—dije casi en un gruñido—sigue tu camino—Jez le mandó un beso al aire y él solo caminó dentro del salón.
-¿celosa?—preguntó juguetonamente Jez.
-No
-Quiero pensar que no te gusta ese mortal.
-Pues piénsalo, porque no me gustan tan…así—dije desdeñosa.
-Yukari, más te vale no decepcionar a Lilith con una estupidez así—la interrumpí.
-No soy tú, ¿O acaso ya no te acuerdas quién fue la que perdió cuernos y todo por un humano?—ella volteó la mirada a otro lado—Exacto, y que tampoco se te olvide que por mí los tienes de vuelta.
-Un error en 239 años de existencia—chasqueó la lengua.
-Ese error casi te cuesta convertirte en polvo.
-Como sea, me quedaré en este instituto quiero vigilarte para que no hagas una estupidez—se rió—estaré en último año, si quieres búscame—pasó una mano por mi cabello, y se fue.
Recuerdo mi cumpleaños número 16. Toda mi vida había anhelado la llegada de ese número…pero no contaba con ser un desastre. A mis 14 todo cambió, yo cambié. Me di cuenta de lo sola que estaría toda mi vida, que nunca sería como mi hermana, que tenía que decidir entre lo que yo quería y lo que todos suponían “debía” hacer, la presión de tener que ser mejor que mi hermana, el hecho de que media escuela me molestara por no ser como ella, ni física ni de ninguna otra manera. Yo era más gordita, “fea”, y por mi actitud aparentemente según mis compañeros moriría más sola que un perro ¿Cómo es que alguien que tiene casi todo, con solo unas palabras pierde lo más importante? En mi cumpleaños 16, ver que no había hecho nada con mi vida, además de anhelar ser alguien más y llorar por lo que me decían, creer cada cosa que me decían…me pregunté a mi misma <<¿Vale la pena seguir un camino que obviamente está hecho para alguien más fuerte que yo?>> Una noche antes de cumplir 16 me miré al espejo y me lo pregunté. Esa noche lloré en silencio, como cada noche de mi vida en la que me decepcionaba a mí misma. Esa noche me arruiné más de lo que ya estaba, a la mañana siguiente decidí no comer el desayuno especial que mi madre había preparado, quizás ahí empezó a agravarse el problema…si, mis 16 no fueron lo que yo hubiera esperado. A los 7 meses de haber cumplido mis 16, me encontré con una chica, una antigua amiga y sus palabras al verme fueron <<¿Por fin has dejado de soñar tanta bobería?; Oh, mira sigues igual de llenita que antes ¡Qué Linda!; No seas tan apática por eso nadie te quiere>> Sus palabras quedaron, como siempre, estancadas en mi cerebro. Mi mente las repitió día y noche. Ya no valía la pena, yo ya no valía la pena. No era culpa de nadie, mi falta de amor propio y de fuerza y confianza, era solo culpa mía, yo fui la que se creyó todo. Así, fue como me atreví a tomar la navaja suiza (Que le había rogado a mi padre me comprará porque “podría llegar a ser útil) y la presioné sobre mi cuello, con un movimiento rápido, decidido logré cortar la piel.
Miré a mis nuevos compañeros, no llevaba ni una hora pero la mayoría ya tenía un propósito “Ser mi amigo”. Le sonreí a una chica que se veía sola.
-Hola—le dije sentándome a su lado, la chica me miró con sus ojos verdes.
-Hola—respondió con una sonrisa y una voz llena de timidez. La chica era de baja estatura, igual que yo, cara redonda, blanca y cabello casi rubio.
-Me llamo Daph,soy nueva—traté de ser agradable. Difícil en mí, pero no imposible. Su timidez me recordaba a mí, en algún momento.
-¡WOW! ¿Hablándole a la “rarita”?—escuché una voz decir atrás de mí, me voltee para mirarla. Una chica del mismo color de cabello que la chica tímida, más alta que yo, con ojos cafés. La miré desdeñosamente, como miraba a la mayoría de los humanos.
-Déjame adivinar…eres una chica con tan poca autoestima que tienes que decirle cosas “rudas” a los otros.
-¿Baja autoestima? No creo—me senté en una silla. Alcé mi mirada.
-No te estaba preguntando, estaba afirmando.
-No sé quién te crees pero cuidado niña—la interrumpi, miré mis manos. Imagine que tan sencillo sería usarlas para quitarle el aire, y tener la cena.
-Ni te atrevas a amenazarme, y mira fijemos unas cosas aquí, tú serás una princesa pero yo, yo soy la reina, de ahora en adelante si esto—hice una seña al salón que nos rodeaba—te pertenecía, ahora ya no. Yo mando, y más te vale mantener esa boquita cerrada o pensar dos veces lo que hablas porque te juro que si no lo haces probablemente te arrepientas—entró la profesora, supuse sería la profesora por el hecho de que gritó enojada “Silencio”.
Para el mediodía todo el grupo sabía quién era, y entendieron que hasta la basura se separa. Definitivamente, les había quedado en claro que les convenía ser de mi agrado. La chica molestosa de la mañana, que después supe su nombre el cual era Karina, dejó de fastidiarme pero no estaba alegre de que yo la opacara. Todo el grupo se moría por ser mi amigo, pero decidí hablarle a la chica callada. Su nombre era Fernanda.
3 días después, le volví a pedir a Henry, no ir a la escuela. Después de todo, yo no necesitaba aprender nada. Una de las vampiresas más jóvenes y poderosas ¿Qué podía aprender en una torpe escuela de mortales?
Aquel día en la escuela, en todo el instituto se había corrido el rumor de mi llegada. Literalmente, todos los alumnos me respetaban, los profesores tenían miedo de mí. Sí, todos sabían quién era yo. Me tenían miedo por dos razones, mi actitud desdeñosa (Que había confirmado, a cualquiera que tuviera la osadía de estar en mi contra. Les despedazaba su ego. Los que me buscaban, me encontraban) la segunda razón, solo sabían que había logrado entrar a la escuela tarde, algo que nadie había logrado…para ellos significaba que tenía padres importantes. Para mí, la única que sabía la verdad, significaba que mejoraba constantemente en mi control sobre cualquiera.
Me senté en la cafetería con Fernanda, ella hablaba una y otra vez sobre una banda de música. Le sonreía, y asentía de vez en cuando. Un chico se acercó a la mesa y la saludo, no lo conocía, de hecho no se me hacía familiar.
-Yukari, él es Matí. Matí, ella es Yukari—nos presentó alegremente Fernanda. Miré al chico, le sonreí.
-Hola—dijo el chico sin muchos ánimos.
-Siéntate—le ofreció Fernanda al chico amablemente, él solo asintió. Se sentó a lado de ella. Yo seguía jugando con la lata de Coca Cola que estaba en frente de mí—Bueno, voy por un helado ¿Quieren algo?
-No, gracias—contestamos ambos al unísono. Fernanda se alejó. El chico solo me miraba, desdeñosa y repulsivamente.
-Esa mirada ¿A qué se debe?—Le pregunté con una mirada que recorría cada parte de aquel entrometido. Él no era nada especial, no tenía nada especial.
-¿Qué te interesa?—me contesto dejando atrás su gentilidad de hacía unos momentos. Lo volví a mirar, piel blanca, ojos castaños grandes con unas pestañas minúsculas, nariz un poco torcida en el tabique, labios delgados en forma de corazón, boca pequeña y más alto que yo. No era un chico musculoso. Su cabello era una maraña castaña. Definitivamente, no tenía nada único, no tenía ni un gramo de lo que otros chicos con los que había estado tenían. Si él seguía con esa actitud, seguro sería mi próxima cena, de mis únicas cenas con las que no jugaría.
-Me interesa que mi “persona” a la que miras, no puede ser mirada así por cualquiera—le respondí en un tono dulce pero con una mirada feroz.
-Disculpe, Doña Perfecta—chasqueó la lengua—serás hermosa—me miró de arriba abajo—eso no te da derecho a ser una pesada.
-¿Perdón?—lo miré atónita, él apretó los labios.
-No eres indispensable, nadie lo es, y aunque lo fueras no significa que tengas que ser una rídicula.
-Bueno y ¿Tú me conocías de antes o qué?—le pregunté harta de él.
-Si, digo, toda la escuela habla de ti…mis amigos están que no paran de babearse por ti pero ya es tiempo de que entiendas que no eres la gran cosa.
-Ah, ¿Y tú si? –me paré de la mesa—cuando regrese Fer, dile que la veo en clase, y tú—lo señalé mientras ponía mi mochila en mi hombro—ten cuidado de cómo me hablas—él solo bufó.
Los días pasaron, Karina no dejaba de ser una pesada con Fer o con cualquier otra chica que no fuera de su agrado. Quizás yo no era la más amable pero no me metía con nadie, al menos de que ellos lo hicieran conmigo, sin embargo Karina era una historia muy distinta.
El viernes había invitado a Fer a la casa, arriba en el roofgarden, había una piscina.
-Fer, ¿Trajiste traje de baño, verdad?—le pregunté.
-No…no me gustan—me dijo tímidamente, me senté en mi cama.
-¿Y eso?
-Bueno es…que…son muy pegados—me reí ante su “gran punto”.
-Es un traje de baño, debe de ser pegado. Mira, tengo 3 nuevos, agarra uno, yo te lo regalo—le dije amablemente. Ella los tomó de la bolsa que le había señalado. Los 3 eran bikinis. Ella los miraba como si fuesen un monstruo.
-Es solo que…yo…¿Puedo confesarte algo?—me preguntó.
-Claro—sentir empatía por alguien no era lo mío, pero con esta chica lo hacía, porque después de todo, me recordaba de alguna manera a mi antigua yo.
-No me gustan porque me veo gorda—suspiró.
-¿Quién te ha dicho eso? No eres gorda, y aunque lo fueras ¿Cuál sería el problema?
-Que según Karina—en ese momento me di cuenta de algo, la siguiente vez que Karina metiera su estúpida boca donde no le interesará, Karina estaría muerta, al fin, hacía tiempo que la sangre fresca no ha tocado mi cuerpo.
Karina, cada día era insoportable y el tal “Matías” más, pero era amigo de Fer así que lo tendría que soportar. Esa mañana de Viernes, pensé en no ir a la escuela, pensé en huir de ese aburrimiento infernal y darme una vuelta por algún bar, o antro, o lo que fuese. Herny me conoce lo suficiente para saber lo que pienso. Así que por ese motivo, no me quitaría un ojo de encima. Mi desesperación y aburrimiento era obvio.
En mi primera clase, me encontré con una chica más alta que yo, de cabello negro y piel morena con mirada turquesa. Me sonrió.
-Yukari—dijo en un ronroneó mi nombre, su voz me sonó familiar.
-Jezebel ¿Qué te trae por aquí?—le contesté cuando identifiqué su voz.
-Mmm no mucho—ambas vimos a un chico de mi grupo pasar a nuestro lado, Jezebel se desabrochó la playera que traía dejando ver parte de su brasier.
-Veo que no cambias.
-Querida, me han subido de rango y en unos niveles más podré quizás estar en el departamento de lujuría—se rió—se me da bastante bien, además los humanos son tan fáciles—me reí junto con ella.
-Lo sé, los humanos y los licántropos se excitan tan fácilmente—amabas reímos.
-Como sea, vine para ver si es cierto que estás escapando.
-¿Escapar? ¿Yo? Jezebel, no digas esas estupideces, yo nunca escapo, escapan de mi—Fer llegó y me saludó, solo moví mi mano en forma de saludo. Matías que venía con ella, seguramente solo a dejarla porque después de todo él iba en otro grupo, no pudo evitar mirar a Jez—Matías—dije casi en un gruñido—sigue tu camino—Jez le mandó un beso al aire y él solo caminó dentro del salón.
-¿celosa?—preguntó juguetonamente Jez.
-No
-Quiero pensar que no te gusta ese mortal.
-Pues piénsalo, porque no me gustan tan…así—dije desdeñosa.
-Yukari, más te vale no decepcionar a Lilith con una estupidez así—la interrumpí.
-No soy tú, ¿O acaso ya no te acuerdas quién fue la que perdió cuernos y todo por un humano?—ella volteó la mirada a otro lado—Exacto, y que tampoco se te olvide que por mí los tienes de vuelta.
-Un error en 239 años de existencia—chasqueó la lengua.
-Ese error casi te cuesta convertirte en polvo.
-Como sea, me quedaré en este instituto quiero vigilarte para que no hagas una estupidez—se rió—estaré en último año, si quieres búscame—pasó una mano por mi cabello, y se fue.
MYA LOVE
Re: Miedo De Mi
aww estuvieron geniales los cap al fin le sigues me encanta esta nove estan original,muchs besos espero que le sigas
Leyre
Re: Miedo De Mi
siiiiiiii al fin subiste cap! estuvo increible! kedé como ke mueroooooo!!!! obvio siguela pronto pleaseeeee!!!!!
madog17Efron:3
Re: Miedo De Mi
Hola :D Gracias por los comentarios. Es un capítulo pequeño pero espero les guste y entretenga :3
Capítulo 4
Los días que siguieron fueron aburridos, hasta que por fin una mañana Jezebel me invitó a salir en la noche. Le juré e hiper juré a Henry que no haría nada malo, en caso de que lo hiciera me quitaría su anillo. Un anillo de una piedra verdosa que tenía un hechizo para proteger a cualquier vampiro del Sol, ya que yo debía ir a la escuela, y Henry trabajaba de noche como neurocirujano para poder tener sangre “gratis”, me había prestado el dichoso anillo, hasta que consiguiera uno para mí.
Esa noche, la Luna brillaba con una luz blanca hermosa. No había muchas estrella pero la Luna era suficiente, estaba totalmente llena. El aire revoloteaba mi cabello que caía en mi espalda semi desnuda y por delante decorando el escote que traía puesto. Le sonreí a Jez.
-Ya me hacía falta un salida más estilo…nosotras—le dije mientras subía a su carro. Ella llevaba puesto un short negro, unas botas negras de tacón y una playera de tirantes plateada. Me sonrió.
-Si, eso de ser una niña pura, santa & casta, no va con la hija favorita de Lilith—ambas reímos. Lilith, la reina de los vampiros, respetada por cualquier bruja, demonio, etc. Y yo de los miles de vampiros y vampiresas, era su favorita. Decía que era su hija, los demás vampiros por sentimentales no eran dignos ni siquiera de la inmortalidad y ni se diga de qué pensaba de las vampiresas que se enamoraba y entregaban todo por “amor”. Yo, era su orgullo desde el primer día que nos conocimos en la Sala de los Antiguos, me dio la mano y escuchó cada anécdota mía, escuchó lo que los Antiguos tenían que decir sobre mí; ella no tuvo opción que sentirse orgullosa de mí. Igual que ella jugaba con los sentimientos de cualquiera, sobre todo de los chicos humanos, igual que ella era indiferente a varias cosas que pasaban a mi alrededor.
Una vez en el club al que habíamos decidido ir, tomé una margarita en el lugar mientras bailaba con algunos chicos que no se veían tan mal. Uno de ellos de ojos color esmeralda y sonrisa blanca con cabello rubio cenizo, tenía una sola idea en su mente…”llevarme a la cama”. Sería muy divertido aprovecharme de él. Empezó a sonar un remix de “Turn me On”, empecé a pegarme al chico de mirada dulce y lujuriosa, mis brazos encontraron lugar en su cuello, las manos de él también encontraron lugar en mi cuerpo, poco a poco bajaron a mi espalda baja acercándome a él. Me besó el cuello, yo acaricié su oreja lo más coquetamente posible, abrí mis ojos y sobre su hombro vi a Jez con un chico que se me hacía conocido. Me alejé del chico de mirada verde, él me tomó de la mano le sonreí, lo miré a los ojos, dilaté mi mirada y le susurré “Olvídame, vete por otro lado y en una hora ve al parque de enfrente” Tenía que alimentarme, además ayudaría al problema de población.
Me acerqué a Jez y el chico, los separé bruscamente, miré al chico. Lo sabía, era él. Jez enojada de que la interrumpiera, de lo que parecía ser una noche divertida para ella, me gruñó.
-¿Qué haces aquí?—le pregunté al chico.
-¿Qué te interesa?—me contestó. Miré su ropa, se veía bastante bien con la camisa blanca, la corbata y los pantalones entubados negros…normalmente no se vestía así, además de que eso no le quitaba el gran letrero de “Niño bueno e inocente” de la cara.
-¡Matías!—le dije molesta—Me interesa que si sigues aquí, no saldrás con vida ¿Acaso no sabes que tienes un letrero de “Niño inocente” en la cara?—Jez se rio.
-Bueno..eso yo se lo puedo quitar—dijo guiñándole un ojo a Matías que se ruborizó.
-Jezebel, consíguete otro—le ordené y le enseñé los colmillos. Ella puso los ojos en blanco y se alejó moviendo las caderas de un lado a otro.
-No tienes porque meterte en mi vida.
-Si tengo, porque resulta que donde te pase algo a ti, Fer va a sufrir, ademáste odio pero no es para desearte algo malo…no estás hecho para estar aquí.
-¿Y tú si?—me preguntó.
-Si, tengo más experiencia de la que crees—lo tomé del brazo—quiero ver que te vayas de este lugar—aunque fuese extraño, me molestaba que alguien que conocía estuviera en mis dominios. Ambos salimos entre discusiones, se subió a su carro. Bajó la ventana y me dijo.
-Hay más lugares.
-Bien por ti, siquiera ya no quedará en mi consciencia que no ayudé al chico bueno—me reí desdeñosamente. Lo vi alejarse, regresé al club. Al entrar el olor a sangre me noqueó, lamí mis labios tratando de controlar mis ganas por beber un poco de ese líquido carmesí. Tomé unas copas más para tratar de no romper totalmente mi promesa, pero el olor se concentraba cada vez más. Recordé al chico de los ojos verdes, lo busqué desesperadamente. Lo encontré ligando con otra chica, le saludé con una sonrisa. Él me miró de arriba abajo. La chica me mató con la mirada, me acerqué un poco más.
-Hola—le dije tratando de controlar mis ganas de gritar y solo sacarle la sangre ahí mismo.
-¿Te importa?—me preguntó la chica en un gruñido.
-¿Interrumpirlos? No, no me importa—tomé al chico del brazo ligeramente--¿A ti te importa?—me mordí el labio, no en señal de coqueteo, más bien en señal de desesperación…claro así como se le notaba la cara de excitación que tenía, seguro no había notado la diferencia.
-No—se rio, y me tomó de la cintura…hablé un poco con el chico, dejé que me besará un poco y desabotoné su camisa. Poco a poco lo guie fuera del lugar, a su carro. ME metió entre besos a la parte trasera del auto, sus manos desabrocharon poco a poco el brasier, cuando logró su cometido poniendo un poco de fuerza lo puse debajo de mi, saqué más mis colmillos y lo mordí, él solo gritó. Succioné como loca de su yugular, él trataba de huir ¿Acaso podía ser más fuerte que yo? No, no podía, solo era un mortal. Apreté mis uñas en su pecho, dejando marcas. Sus gritos fueron disminuyendo, no tenía ganas de matarlo…podría serme útil de nuevo…lo dejé inconsciente. Me limpié las comisuras con mis muñecas y estas con una toallita húmeda que cargaba conmigo en mi sostén. Esa idea era cómica porque me recordaba a mi abuelita.
Obligué al pobre muchacho a despertar y lo hice olvidar todo, le metí la idea de que las marcas habían sido causadas por una noche bastante loca, y por supuesto le hice olvidar mi rostro. Se quedó dormido en su carro, un Mazda 3 plateado.
Jezebel me encontró un tiempo después en su carro, el pequeño Fiat color rojo.
-¿Te divertiste?—le pregunté mientras ella entraba tratando de arreglar su playera. Se rio.
-No, pero bueno después veremos verdaderos chicos—nos reímos. Parecía que ella había olvidado el suceso con Matías.
Pronto saldré de vacaciones y podré subir uno más largo. :D
Capítulo 4
Los días que siguieron fueron aburridos, hasta que por fin una mañana Jezebel me invitó a salir en la noche. Le juré e hiper juré a Henry que no haría nada malo, en caso de que lo hiciera me quitaría su anillo. Un anillo de una piedra verdosa que tenía un hechizo para proteger a cualquier vampiro del Sol, ya que yo debía ir a la escuela, y Henry trabajaba de noche como neurocirujano para poder tener sangre “gratis”, me había prestado el dichoso anillo, hasta que consiguiera uno para mí.
Esa noche, la Luna brillaba con una luz blanca hermosa. No había muchas estrella pero la Luna era suficiente, estaba totalmente llena. El aire revoloteaba mi cabello que caía en mi espalda semi desnuda y por delante decorando el escote que traía puesto. Le sonreí a Jez.
-Ya me hacía falta un salida más estilo…nosotras—le dije mientras subía a su carro. Ella llevaba puesto un short negro, unas botas negras de tacón y una playera de tirantes plateada. Me sonrió.
-Si, eso de ser una niña pura, santa & casta, no va con la hija favorita de Lilith—ambas reímos. Lilith, la reina de los vampiros, respetada por cualquier bruja, demonio, etc. Y yo de los miles de vampiros y vampiresas, era su favorita. Decía que era su hija, los demás vampiros por sentimentales no eran dignos ni siquiera de la inmortalidad y ni se diga de qué pensaba de las vampiresas que se enamoraba y entregaban todo por “amor”. Yo, era su orgullo desde el primer día que nos conocimos en la Sala de los Antiguos, me dio la mano y escuchó cada anécdota mía, escuchó lo que los Antiguos tenían que decir sobre mí; ella no tuvo opción que sentirse orgullosa de mí. Igual que ella jugaba con los sentimientos de cualquiera, sobre todo de los chicos humanos, igual que ella era indiferente a varias cosas que pasaban a mi alrededor.
Una vez en el club al que habíamos decidido ir, tomé una margarita en el lugar mientras bailaba con algunos chicos que no se veían tan mal. Uno de ellos de ojos color esmeralda y sonrisa blanca con cabello rubio cenizo, tenía una sola idea en su mente…”llevarme a la cama”. Sería muy divertido aprovecharme de él. Empezó a sonar un remix de “Turn me On”, empecé a pegarme al chico de mirada dulce y lujuriosa, mis brazos encontraron lugar en su cuello, las manos de él también encontraron lugar en mi cuerpo, poco a poco bajaron a mi espalda baja acercándome a él. Me besó el cuello, yo acaricié su oreja lo más coquetamente posible, abrí mis ojos y sobre su hombro vi a Jez con un chico que se me hacía conocido. Me alejé del chico de mirada verde, él me tomó de la mano le sonreí, lo miré a los ojos, dilaté mi mirada y le susurré “Olvídame, vete por otro lado y en una hora ve al parque de enfrente” Tenía que alimentarme, además ayudaría al problema de población.
Me acerqué a Jez y el chico, los separé bruscamente, miré al chico. Lo sabía, era él. Jez enojada de que la interrumpiera, de lo que parecía ser una noche divertida para ella, me gruñó.
-¿Qué haces aquí?—le pregunté al chico.
-¿Qué te interesa?—me contestó. Miré su ropa, se veía bastante bien con la camisa blanca, la corbata y los pantalones entubados negros…normalmente no se vestía así, además de que eso no le quitaba el gran letrero de “Niño bueno e inocente” de la cara.
-¡Matías!—le dije molesta—Me interesa que si sigues aquí, no saldrás con vida ¿Acaso no sabes que tienes un letrero de “Niño inocente” en la cara?—Jez se rio.
-Bueno..eso yo se lo puedo quitar—dijo guiñándole un ojo a Matías que se ruborizó.
-Jezebel, consíguete otro—le ordené y le enseñé los colmillos. Ella puso los ojos en blanco y se alejó moviendo las caderas de un lado a otro.
-No tienes porque meterte en mi vida.
-Si tengo, porque resulta que donde te pase algo a ti, Fer va a sufrir, ademáste odio pero no es para desearte algo malo…no estás hecho para estar aquí.
-¿Y tú si?—me preguntó.
-Si, tengo más experiencia de la que crees—lo tomé del brazo—quiero ver que te vayas de este lugar—aunque fuese extraño, me molestaba que alguien que conocía estuviera en mis dominios. Ambos salimos entre discusiones, se subió a su carro. Bajó la ventana y me dijo.
-Hay más lugares.
-Bien por ti, siquiera ya no quedará en mi consciencia que no ayudé al chico bueno—me reí desdeñosamente. Lo vi alejarse, regresé al club. Al entrar el olor a sangre me noqueó, lamí mis labios tratando de controlar mis ganas por beber un poco de ese líquido carmesí. Tomé unas copas más para tratar de no romper totalmente mi promesa, pero el olor se concentraba cada vez más. Recordé al chico de los ojos verdes, lo busqué desesperadamente. Lo encontré ligando con otra chica, le saludé con una sonrisa. Él me miró de arriba abajo. La chica me mató con la mirada, me acerqué un poco más.
-Hola—le dije tratando de controlar mis ganas de gritar y solo sacarle la sangre ahí mismo.
-¿Te importa?—me preguntó la chica en un gruñido.
-¿Interrumpirlos? No, no me importa—tomé al chico del brazo ligeramente--¿A ti te importa?—me mordí el labio, no en señal de coqueteo, más bien en señal de desesperación…claro así como se le notaba la cara de excitación que tenía, seguro no había notado la diferencia.
-No—se rio, y me tomó de la cintura…hablé un poco con el chico, dejé que me besará un poco y desabotoné su camisa. Poco a poco lo guie fuera del lugar, a su carro. ME metió entre besos a la parte trasera del auto, sus manos desabrocharon poco a poco el brasier, cuando logró su cometido poniendo un poco de fuerza lo puse debajo de mi, saqué más mis colmillos y lo mordí, él solo gritó. Succioné como loca de su yugular, él trataba de huir ¿Acaso podía ser más fuerte que yo? No, no podía, solo era un mortal. Apreté mis uñas en su pecho, dejando marcas. Sus gritos fueron disminuyendo, no tenía ganas de matarlo…podría serme útil de nuevo…lo dejé inconsciente. Me limpié las comisuras con mis muñecas y estas con una toallita húmeda que cargaba conmigo en mi sostén. Esa idea era cómica porque me recordaba a mi abuelita.
Obligué al pobre muchacho a despertar y lo hice olvidar todo, le metí la idea de que las marcas habían sido causadas por una noche bastante loca, y por supuesto le hice olvidar mi rostro. Se quedó dormido en su carro, un Mazda 3 plateado.
Jezebel me encontró un tiempo después en su carro, el pequeño Fiat color rojo.
-¿Te divertiste?—le pregunté mientras ella entraba tratando de arreglar su playera. Se rio.
-No, pero bueno después veremos verdaderos chicos—nos reímos. Parecía que ella había olvidado el suceso con Matías.
Pronto saldré de vacaciones y podré subir uno más largo. :D
MYA LOVE
Re: Miedo De Mi
ola nueva lectora genial la nove siguelacuando puedas lee la mia
https://onlywn.activoforo.com/t35471-i-cant-belive-im-loved-of-someone-imposible-niall-horan-y-tu
https://onlywn.activoforo.com/t35471-i-cant-belive-im-loved-of-someone-imposible-niall-horan-y-tu
miss:horan<3
Re: Miedo De Mi
¡Hola! ¡Bienvenida Miss Horan! :D Bueno, quería avisar que subiré capítulo hasta el fin de semana, espero les guste :) Tendré toda una semana de vacaciones y estaré subiendo así, que si quieren se pueden pasar también por alguno de mis fanfics :) https://onlywn.activoforo.com/t22934-us-means-trouble-nathan-sykes-nosotros-significa-problema https://onlywn.activoforo.com/t12185-high-school-drama-justin-cody-christian-y-__ También tengo terminadas :) https://onlywn.activoforo.com/t10829-don-t-fall-in-love-too-much-drama-one-direction https://onlywn.activoforo.com/t5901-tu-eres-mi-medio-hermano-maldita-sea-skandar-k-y-tn https://onlywn.activoforo.com/t10877-the-love-is-endless-cody-s-y-tn :D
MYA LOVE
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