One Shot "Orange" - Larry Stylinson - One Direction.

Nombre: Orange
Autor: Angélica Chávez (AngieCh) y Arantxa Carpintero (Arancarpintero)
Adaptación: No
Género: Drama y Romance.
Advertencias: Indicios de escenas sexuales. Nada explícito. :)
Otras páginas: Ninguna.

Hola a todos. Les vengo a publicar este One-Shot que he escrito junto a Arancarpintero, vengo muy agradecida con ella ya que sin su ayuda no habría podido lograr esto. En sí esta novela se ha vuelto mía y de ella. :(L): (Gracias Arantxa! Ya sé que ya te lo he dicho un millón de veces pero en serio que de no ser por ti no habría podido terminar de escribirla, ¡además de que eres buenísima escribiendo! Esperaré con ansias para cuando decidas escribir una novela o algo y publicarla. :3 ).

Bueno... es tiempo del Resúmen. :D
A mi no se me da mucho eso de los resúmenes, así que perdonen por eso. ):
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Tras encerrarme en mi habitación y acostarme en mi cama comencé a maldecir entre dientes. ¿Por qué Harry no podía entenderme? Sí, estaba celoso y tenía miedo, pero miedo a que Harry me llegase a abandonar por ella, y es que todo este temor había empezado por ese estúpido gorro naranja. Esta mañana me había encontrado tan ansioso por volver a verle como para que él llegase a mí apestando a ella, a alguien que no era yo, dándome a entender con quién estuvo todo este tiempo en que nos prohibieron vernos.
Puede que yo estuviese exagerando, pero eso no quitaba el hecho de que Harry, mi Harry, pudiese estar escapándose de mis manos, y es que ese gorro naranja era la única prueba que tenía de que Harry se estaba dejando llevar por ella.
¿Qué pasaría si Harry se llegase a enamorar de ella? ¿Qué pasaría si al final él decidiese abandonarme? Harry Styles y Taylor Swift... al fin y al cabo existen fans que los apoyan y amarían que fuesen pareja. ¿Y dónde están los Larry Shippers? Nuestros fieles acompañantes en esta dura batalla llamada Amor, que pese a los terribles insultos que ellos reciben siguen ahí apoyándonos. Tan sólo deseo que los Larry Shippers no desaparezcan, porque así como me siento justo ahora, ellos resultan ser mi única luz y esperanza.

Estuve a punto de empezar a llorar hasta que escuché la puerta abrirse a mis espaldas y un cuerpo recostándose detrás mío en la cama, abrazando mi pecho, haciéndome sentir especial.
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Lo sé, lo sé. Ni parece resumen. Pero aún así quise agregar ese pedazo. En realidad si leen la novela terminarán por darse cuenta en qué parte de la novela podría ir ese pedazo. Arantxa y yo esperamos que les guste la novela. Hemos estado ansiosas desde días atrás por subirla pero por asuntos personales no podía.
Bueno, eso es todo chicas y chicos. ¡Disfrútenlo! ¡Los amamos!


¡COMENCEMOS!
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Había sido un día bastante cansado, un día en el que por fin los cinco miembros de la banda pudieron regresar en paz a su país natal. Los cinco jóvenes, luego de una serie de entrevistas y ensayos para el Take Me Home Tour, por fin pudieron volver en tranquilidad a sus hogares. Liam, Niall y Zayn una vez llegando a Inglaterra decidieron irse con sus familias a compartir un poco de su tiempo libre con ellos, mientras que Louis y Harry decidieron pasar esa corta temporada de descanso juntos.

Ese mismo día apenas Louis y Harry se habían reencontrado, luego de un emotivo intercambio de anécdotas, risas, abrazos y besos, decidieron encaminarse tranquilamente hacia su hogar, alejados de cámaras, paparazzis, Elounor y Haylor, alejados de todo aquel tormento.

Una vez que llegaron a la gran comodidad de su hogar ambos se dejaron caer agotados sobre uno de los tantos sillones que adornaban su hogar, dejando salir de sus bocas un largo y pesado suspiro mientras que dejaban que sus cuerpos y mentes se relajaran. Fue poco después que Louis decidió dirigir su mirada hacia Harry, quien tenía los ojos cerrados, para poder admirarlo una vez más. Hacía tiempo que extrañaba y anhelaba poder observar el rostro bello y joven de su novio, así que en el trayecto en que Louis iba mirando detenidamente a su novio, incluyendo a sus prendas, se dio cuenta de que en sí Harry y su estilo de vestir no había cambiado en casi nada, exceptuando por aquel nuevo gorrito naranja que ocupaba Harry para cubrir sus alocados rizos.

El mayor al notar la presencia de aquella prenda de lana no pudo evitar sentir una gran curiosidad hacia ella, no tanto por el hecho de que esta fuera nueva para su vista, sino por el hecho de que la pequeña prenda parecía desprender un olor femenino, cosa de la que curiosamente Louis se acababa de dar cuenta a pesar de la serie de abrazos y caricias que con anterioridad había compartido con el rizado.

-Oye, Harry, cariño, ¿Y ese gorro?- Preguntó el mayor frunciendo el ceño algo confundido, logrando que el rizado abriera sus ojos, mostrando nuevamente el verde en estos.

-¿Cuál?, ¿éste? - Preguntó el menor quitándose el gorro de manera despreocupada, logrando que sus rizos rebotaran al ser liberados de la presión del gorrito - Me lo ha regalado Taylor. – Agregó indiferente mientras jugaba con el pequeño gorro en manos y lo miraba detenidamente.

En ese mismo instante Harry supo perfectamente qué era lo que seguía, sabía que ahora debía enfrentarse a los celos del mayor. A los impulsivos e infantiles celos de Louis.

- Ah, y supongo que te ha encantado, ¿vedad?- Respondió Louis bufando un tanto molesto por haber escuchado aquel irritante nombre femenino salir de los labios de Harry. No es que Louis odiara a Taylor, buen tal vez sí, un poco, pero es que por culpa de ella y de sus managers Harry y él se habían visto obligados a pasar gran cantidad de tiempo separados, incluyendo año nuevo. Eso sin mencionar el hecho de que por su lado, a Louis le obligaron a estar con Eleanor fingiendo ser el novio más feliz del mundo junto a ella, cuando en realidad se sentía más que desdichado al no tener al rizado a su lado.

- Pues sí, no es mi diseño preferido ni el color es de mi gusto pero el gorrito en sí no está feo, además, prefiero seguir usándolo que botarlo por ahí y hacerle la grosería a Taylor. – Respondió el menor alzándose de hombros, intentando sonar gentil y razonable, al tiempo que intentaba sonar despreocupado e indiferente para evitarse aquella escena de celos que seguro Louis estaría por armar, aunque aún así sabía que sería imposible evitarlo.

- Mmm, pobrecita Taylor, ¿no?, no vaya a ser que su noviecito perfecto Styles le rompa el corazón. - Dijo levantándose del sillón, caminando hacia la cocina y sintiendo una horrible y molesta presión en su estómago al tiempo que sentía el coraje crecer dentro de su ser. Claramente el mayor estaba dejándose llevar, nuevamente, por los celos.

- ¡Olvidaste mencionar “FALSO noviecito”! – Alcanzó a gritar el menor antes de que el de ojos azules desapareciera tras la puerta de la cocina. No fue sorpresa para Harry el hecho de que Louis le hubiese ignorado. Al fin y al cabo, así era él estando molesto.

Sí, Louis estaba molesto, enojado. Es decir, Louis tenía celos. Pero, ¿celos de qué? ¡Ah sí! Celos de que Harry ahora se encontrara usando aquel gorrito naranja que Taylor le había regalado, celos de que su rizado ahora apestara a aquel perfume femenino gracias a ese estúpido gorrito naranja. Celos de que, en ese día en especial en el que ambos después de un largo tiempo por fin pudieron volverse a ver, Harry en lugar de oler a su perfume natural y masculino que Louis tanto amaba y extrañaba, oliera a Taylor, a mujer, a alguien a quien Harry no le pertenece. A alguien que no es él, que no es Louis.

Así fue como Harry, sentado desde su sitio, observó cómo Louis se dirigió hacia la cocina en un andar rápido y firme, como buscando alejarse de él con el pretexto de, como siempre, ir a tomar un vaso de agua fría.

Justo en ese día en específico Harry se encontraba muy agotado, sin humor ni ganas de querer discutir con alguien, y menos con Louis a causa de sus ridículos celos, pero sabía que a fuerzas tenía que aclarar las cosas con él ya que de no hacerlo Louis se haría el ofendido con él y no le hablaría hasta que Harry se disculpase con él. Pero... ¡pero esta vez no!, Harry no iba a disculparse con Louis, no tendría por qué hacerlo si lo único “malo” que había hecho el menor había sido usar un gorrito de lana que le había regalado una chica. Así de sencillo era, no había algún tipo drama en aquella inocente acción del menor. Pero como era de esperarse Louis sería el único en encargarse de armar un drama por todo, sobre todo si se trataba de Harry Styles, y es que así era Louis, siempre, fuera lo que fuera, se la pasaba queriendo poseer a Harry, temiendo que alguna otra persona llegase y le arrebatase a Harry de las manos, y que Harry al final no dudara en abandonarlo.

Pero ésa era la única parte que le encantaba a Harry de los celos de Louis, aquella manera que poseía el mayor para demostrar su miedo a que Harry se alejara de él, pero claro, lo demostraba en un modo algo agresivo e irritante para Harry, pero al fin de cuenta eso eran los celos de Louis, el temor de perder al menor.
Maldiciendo en voz baja el menor se levantó de su sitio para caminar hacia la cocina, preparado para enfrentarse a su impulsivamente celoso novio.

-A ver Lou –Habló una vez que entró en la cocina- no me puedes decir que de verdad te has molestado sólo por eso. Es decir, ¿vas a armar un drama por este gorrito? –Habló alzando y mostrando el gorrito en su mano derecha a pesar de que en ese momento Louis le estuviera dando la espalda fingiendo tomar el agua de aquél vaso como si fuese la cosa más interesante del mundo. Harry sin esperar respuesta del mayor continuó - ¡Tan sólo fue un regalo de Taylor! No puedes esperar a que rechazara su obsequio y le dijera “No, lo siento Taylor pero es que Louis es tan celoso que seguro armará un drama por esto”, ¡Tampoco puedes esperar que lo aceptara para después botarlo por ahí cuando puede sernos útil, a los dos! Así que ni esperes que te vaya a pedir perdón, o te tranquilizas y te olvidas de tus celos o... o seguramente nos pasaremos los próximos días peleados por esta tontería. – Mencionó al último mientras que se volvía a colocar el gorro naranja queriendo demostrar que en serio, a Louis no debería de importarle el hecho de que si llevaba o no aquél gorrito encima.

Fue ahí que el silencio se hizo presente, dejando que la tensión en el ambiente se sintiera aún más pesada de lo que anteriormente era. Harry se quedó de pie ahí, simplemente mirando incrédulo cómo Louis ni se dignaba a voltearse y enfrentarle, ya ni si quiera se encontraba tomando agua, tan solo estaba ahí de pie, con el vaso vacío abandonado a un lado y él apoyado de frente contra el lavadero de la cocina, totalmente quieto y callado. Finalmente el mayor se dio la vuelta para mirar a los ojos verdes del rizado, e ignorando el hecho de que estuviese usando nuevamente aquella prenda anaranjada habló.

-Tú sabes perfectamente que ella quiere algo más contigo y no solo piensa que es una barba – Comenzó- Si tengo celos es porque tengo miedo a perderte, porque pienso que te puedes enamorar de ella, que puedes encontrar a alguien mejor. Te amo demasiado y ese es mi miedo, esos son mis celos. Como los que tú tenías cuando empezó todo de Eleanor, ¿recuerdas?, y que aún los sigues manteniendo solo que ahora menos porque ya casi no salimos por culpa de todos esos paparazzis que te persiguen a ti y a tu falsa novia. Son los mismos celos sólo que tú no te das cuenta. No me quiero pelear contigo por esto ni por nada, pero creo que lo mismo que sentiste tu con Elounor siento yo con Haylor y creo que tu más que nadie deberías entenderme y no lo haces.- Dicho esto el ojiazul salió de la cocina.

El ojiverde se quedó pensando en todo lo que le había dicho su novio, que en parte, tenía razón, sabía que el ojiazul no estaba pasando por la mejor semana ni el mejor momento y llegaba él de egoísta a no entenderlo, pero Louis también tenia que pensar en él, en su novio, quien también lo estaba pasando mal y no podía aguantar un ataque de celos. Sin más Harry se dirigió a la habitación donde sabia que se encontraría Louis y abrió la puerta.

Una vez que Harry cruzó y cerró sigilosamente la puerta vio a Louis acostado en su cama dándole la espalda, caminó hacia la cama y se recostó junto a él, pegándose a él y pasando una mano por su cintura, apegándolo aún más a su cuerpo.

El ojiazul no hacía nada, tan solo estaba quieto ahí. Hubo un silencio incómodo hasta que el rizado susurró en su oído muy suavemente:

- Discúlpame por no entenderte, lo que ocurre es que estoy tan loco por ti que no puedo entender cómo puedes pensar que te puedo cambiar por otra persona o que puedo buscar a otra persona mejor, ¿cómo puedo tener lo mejor si ya lo tengo? - Dicho esto le dio un pequeño beso debajo de su oído.

Louis inseguro se volteó lentamente a mirar a su rizado una vez que éste dejó de depositar besos bajo su oreja. Quería enfrentar a Harry por una vez más, pero esta vez no para discutir, si no para sincero con él.

-Pero, es que... ella. Taylor. Ella es una gran chica, es guapa, rubia, de ojos azules y labios rojos, es cantante, y vaya que canta hermoso, además de que tiene un gran carisma y sabe luchar por lo que quiere. ¿Qué chico no caería enamorado de ella? Bueno, yo soy una excepción, porque para mí no hay ser en este mundo más perfecto y hermoso que tú. Tú siempre serás mi luz, mi vida, mi esperanza, mi mundo, ¡mi todo! Pero tú, ¿Qué tal si tú no me amas lo suficiente? ¿Qué tal si al final ella resulta ser mejor persona que yo? ¿Qué tal si ella consigue alejarte de mí? No lo sé, Harry. No estoy seguro de ser lo mejor que puedas tener. Y es que al ver ese obsequio que te ha traído ella, al olerla a ella en ti me hace creer que estás cayendo en sus garras, que te estás dejando llevar por ella y que al final logrará conquistarte. Y es que estoy seguro de que ella jamás te llegará a amar tanto como lo hago yo. Lo siento Harry, siento comportarme como un celoso y tonto enamorado, pero de verdad que tengo mucho miedo de perderte.

Harry al ver la cara de preocupación de Louis decidió que era momento de tomar las riendas del asunto.

No podía creer que el ojiazul pensará así de él, y tampoco que confiara tan poco en sí mismo. Era obvio que Louis no estaba consciente de la increíble persona que era él, con sus ojos azules, profundos y perfectos como el mar, su piel bronceada que tanto amaba acariciar en todas aquellas noches de pasión, y ¿por qué no?, también durante las mañanas cada que despertaba acurrucado contra su cuerpo, también están sus labios suaves y delgados que logran hacer maravillas en su mundo, la manera en la que él huele, su físico, ¡Su voz!, ¡Claro que sí!, Louis poseía la voz más hermosa que Harry jamás había escuchado en toda su vida. Por eso y miles de cosas más, grandes y pequeñas, Harry siempre había visto a Louis como un ángel, el mejor de los ángeles, siempre ahí estaba Louis con una sonrisa genuina para ofrecer a los demás, siempre buscando divertirse y lucir alegre con las personas a pesar de que no lo estuviera, buscando hacer feliz a las los que le rodearan evitando herirlos, evitando hacerles algún mal. - Claro, eso a excepción de unas cuantas de personitas que sólo lo separaban de Harry. - Louis era una persona increíble y única a los ojos de Harry, era un hombre fuerte y atlético. ¿Y qué importaba si Louis tenía un poquito de panza? A él no le importaba, no había defecto en Louis que para Harry no fuese defecto, sino que un detalle más por agregar a la perfección que es su novio.

Para Harry no había otro ser en el mundo que superara a Louis, porque él amaba a Louis como a nadie nunca amó, y está seguro que lo seguirá amando hasta el final de los tiempos. Es por eso que él, Harry, se sentía el hombre más afortunado de todo el universo al tener a su ojiazul consigo, a su lado. Y es por eso que si Louis se llegase a alejar de Harry, sea cual sea el motivo, Harry no podría seguir adelante estando solo, se rendiría y caería, así de sencillo.

Entonces así fue como Harry, angustiado por la inseguridad de Louis decidió tomar las riendas.

-Louis, no puedo tener a alguien mejor porque lo mejor eres tú y yo por suertudo te tengo. El gorro tan solo tiene el olor de Taylor pero yo eso lo puedo arreglar poniéndole tu colonia – Eso logró que el ojiazul echara una risita que contagió al Styles. Y continuó- Pero todo mi cuerpo tiene tu olor, tus mordidas, tus besos, tus chupones, tu saliva, tus caricias, todo yo prácticamente tiene tu presencia, tus marcas. Te amo demasiado como para cambiarte por esa rubia que no se compara en nada contigo. Hemos pasado por tantas cosas y créeme que por lo poquito que nos falta para terminar con el contrato no voy a dejarte ni ahora ni nunca ¿De verdad piensas que te voy a cambiar por otra persona cuando ya todo mi cuerpo te pertenece a ti? Y no sólo hablo de tus caricias y de todas aquellas noches que compartimos juntos, sino que de todos esos tatuajes que me cubren y que representan mi amor por ti. Te amo demasiado Boo, por favor deja el miedo, yo ya pasé por eso y sé que no es bonito vivir con ese miedo, y créeme que lucho porque dejes el miedo pero parece que tu inseguridad quiere superarlo todo. Eres perfecto para mi, eres lo mejor que tengo y no te voy a cambiar por nadie porque eres mi vida.

Y así fue como Louis finalmente pudo sonreír. Sabía que al final y como siempre sólo Harry conseguiría acallar todos aquellos temores y malas voces que revoloteaban dentro de su ser. El menor al volver a ver a su Boo bear sonreír sintió un enorme alivio crecer sobre su ser, sintiendo que al fin su corazón volvía a latir de manera alegre y cálida.

Ambos se quedaron mirando a los ojos, admirando ese brillo especial que éstos tornaban al encontrarse el uno con el otro, azul contra verde, y se sonrieron mutuamente. No les importaba si el otro llegaba a escuchar los latidos alocados y alegres de su corazón, porque al fin las cosas se habían solucionado y ahora sólo les quedaba disfrutar de ese hermoso sentimiento que compartían.

Al fin pudieron dejar de presenciar la tristeza en los ojos del contrario.

Si algo odiaban Harry y Louis era tener que ver a la persona que más amaban en un mal estado, es decir, débiles. Odiaban que su alma gemela fuese herida, odiaban no poder ver aquella hermosa sonrisa formarse sobre sus rostros. Odiaban sentirse impotentes cada que no lograban conseguir que el otro volviera a sentirse bien, a gusto, sano y fuerte. Pero si no lograban que el otro se alegrase no significaba que se abandonarían, no, ¡jamás! Pese a las duras situaciones a las que tengan que enfrentarse siempre estarán juntos, dispuestos a hacer todo lo posible para que el otro sonriera, dispuestos a escalar todos los obstáculos juntos. Siempre juntos. Porque si uno caía el otro también lo haría. Porque si uno se iba, el otro desistiría.

Harry y Louis finalmente dejaron que sus labios se unieran, simultáneamente soltaron un suspiro al volver a sentir los labios del otro sobre sí. El beso no era rudo ni desesperado, si no que lento, suave y dulce, demostrándose lo mucho que se necesitaban y lo mucho que temían perderse el uno al otro.
El mayor fue subiendo sus manos desde la espalda del ojiverde hasta su cabello rizado, topándose con el gorrito anaranjado a lo que comenzó a quitárselo lentamente, ante esta acción el rizado sonrió divertido contra los labios del ojiazul sintiendo cómo el pequeño gorrito era quitado lentamente de su cabeza. Una vez que los alocados rizos del menor fueron liberados el mayor botó a un lado el gorro, sin importarle dónde éste cayera, permitiéndose olvidarse de él para volver a concentrarse en los labios de su novio.

En esa misma tarde a la luz del atardecer se volvieron a entregar el uno al otro, acariciando sus pieles con amor y delicadeza, dejándose amar como en su primera vez juntos, como cuando recién descubrieron aquel hermoso y único sentimiento que ambos compartían, dejándose absorber nuevamente por el maravilloso mundo que el corazón del otro le ofrecía.

*
Narra Harry.

Al día siguiente desperté con dos brazos aprisionándome contra un cuerpo que despedía un aroma exquisito y bastante familiar para mis sentidos. Sonreí enternecido ante la sensación cálida de la respiración de mi ojiazul contra mi cuello, cerca de la nuca. Nos encontrábamos acostados en la cama, tan sólo cubiertos por unas cuantas sábanas con los cuerpos completamente desnudos. Yo me encontraba a espaldas de él mientras que mi novio rodeaba con ambos brazos mi torso. Sí, era mi novio, el que por cierto me dio una noche increíble.

Amaba despertar así junto a él, mucho más cuando hacía más de una semana que no amanecía así junto a él. Era increíble. Agarré una de sus manos y la guié hasta mis labios para darle un suave y tierno beso, el cual hizo que él se despertara un poco - lo supuse por el ligero cambio que tuvo su respiración contra mi cuello - y le di otro beso, esta vez en su muñeca justo por donde tenía ese tatuaje de las comillas que representaba lo mismo que mi 'I can't change', estaba por terminar de despertarlo cuando me volteé con cuidado para mirarlo de frente y sin querer apareció en mí una sonrisa de imbécil enamorado al verlo aún con los ojos cerrados, en un gesto bastante relajado y angelical. Le di un beso en su barbilla, luego en su nariz, en sus ojos, en sus mejillas y así hasta que me percaté de algo.

- Como que alguien se hace el dormido sólo para que le dé besos, ¿eh? –Terminé de decir eso y entonces resonó una dulce y corta risita en la habitación, a lo que en mis labios se formó una sonrisa divertida.

- Buenos días mi amor - Me dijo estirándose para despertar bien.

- Buenos días - Le contesté - Te ves tan lindo durmiendo - Apareció otra risita por parte de mi novio.

Al poco nos tuvimos que levantar y mientras nos íbamos vistiendo nos dedicábamos unas cuantas bromas y travesuras. Una vez ya vestidos decidimos bajar a desayunar, y mientras comíamos se me ocurrió una brillante idea, a lo que comenté.

- Boo, hoy iré a devolverle el gorro a Taylor –Y en su rostro apareció una gran y hermosa sonrisa.

- ¡Gracias Hazz!, sólo que... no sé en dónde lo boté ayer – Me sonrió tímidamente y yo sólo solté una carcajada.

-Pues ahora lo buscas, Tomlinson - le dije y él lanzo un gruñido, yo volví a sonreír.

Minutos después Louis subió a la habitación en donde pasamos la noche anterior, finalmente al poco apareció con el gorro en la mano y yo ya iba saliendo para ver a Taylor.

- Gracias Boo, prometo volver rápido, es solo darle el gorro y que nos vean juntos. Te prometo que después podremos pasar juntos todo el día -Le di un beso apasionado

- Bien, pero no olvides decirle a Taylor que si te toca la asesino -Solté una risita.

- Eres un celoso - Susurré al tiempo que me acercaba a sus labios y mordía su labio inferior- Y eso me encanta - Agregué al tiempo que acercaba su cuerpo al mío y bajaba mis labios hasta llegar a su cuello, lamiéndolo lentamente, intentando ser sensual. Sabía que ese era uno de sus puntos débiles. Noté que mi novio alzó un poco su cabeza dándome más acceso mientras soltaba un pequeño gemido y acariciaba mis rulos.

Pude sentir la respiración de Louis acelerarse un poco, tal cual como hacía cada que comenzaba a excitarse. De verdad que me estaba divirtiendo y sabía que él también, pero me tenía que marchar. Sabía que si me iba y lo dejaba a medias él se vengaría, pero no me importó.

Justo cuando él empezaba a meter su mano bajo mi playera me alejé con una sonrisa traviesa en mis labios, él me miró confundido, caminé hacia la puerta y mientras le guiñaba un ojo susurré "Te amo, Louis", y una vez que salí de la casa le escuché gritar - ¡Me voy a vengar de esto Harry Styles! Ya verás cómo te irá cuando regreses - al otro lado de la puerta.

Reí. Definitivamente lo había dejado con ganas.

*

En cuanto más iba acercándome al lugar en donde había quedado con la rubia más nervioso me ponía, me sentía apenado con ella puesto que no sabía exactamente qué decirle al verla ni de qué manera devolverle su obsequio.

Di tres resoplidos seguidos a la vez que mentalmente ensayaba lo que planeaba decirle, evitando sonar grosero con ella.

Al cabo de un par de minutos ya me encontraba sentado en la banca de aquél parque en el que habíamos quedado, y al parecer ella no se encontraba por ahí. Parece que tendré que esperar.

Pasaron cinco minutos, luego diez, veinte, ella no aparecía. Comenzaba a creer que no vendría hasta que a lo lejos escuché una voz femenina, bastante familiar, gritar mi nombre.

-¡Harry! - Voltee y la vi acercándose, venía corriendo y se veía agotada. Como siempre venía muy bien arreglada y maquillada, sin mencionar que a kilómetros podía percibir en ella aquel mismo perfume que poseía el gorrito naranja que me regaló, se nota que esa mujer se esmera en resaltar entre los demás. – Oh Harry, lamento la tardanza, tuve unos cuantos contratiempos con mi equipo de audio. Temía ya no encontrarte aquí - Resopló a la vez que se dejaba caer agotada junto a mí sobre la banquita. - Bueno, ya estoy aquí, ¿Qué sucede Harry?, ¿para qué me has llamado?

Supe que era el momento, tenía que hablar ahora. De uno de mis bolsillos fui sacando el gorro naranja a lo que ella me miró extrañada, yo sólo la miré a los ojos. Me encontraba algo nervioso por lo que haría, pero no estaba en mis planes dejar ir esta oportunidad por culpa de ellos. Lo haría por mi Boo bear. Por nosotros.

-Bueno Taylor, tú hace unos cuantos días me regalaste este gorro, ¿Cierto?- Comencé, a lo que ella sólo asintió con la cabeza. – Bueno yo... – Dudé - No quiero sonar grosero, en serio, he intentado buscar la manera de cómo decírtelo pero... creo que tendré que ir directo al grano.

-Ya, ¿qué sucede con el gorro? – Me preguntó alzando una ceja, realmente me sentía un poco culpable por lo que iba a decir.

-Bien – Tomé aire y hablé - Es sólo que no creo poder aceptarte por más tiempo este obsequio. Ya sabes, no quiero que lo nuestro empiece a sonar como algo serio, es más, para mi jamás fuimos algo más que amigos – Sí, finalmente lo dije. Me le quedé viendo y ella tan solo permaneció en silencio, mirando fijamente al gorro y luego a mis ojos.

- ¿Es que acaso no te ha gustado? – Susurró.

-¡No, no! No digas eso, es sólo que... - ¡Piensa Harry! Una buena excusa. – Ya sabes cómo es eso de la prensa y los paparazzis, de hecho no me sorprendería si ahora mismo hubiese uno por aquí, y pues... no quiero que para el público lo nuestro se lo tomen en serio. Yo no quiero nada serio contigo Taylor. No te lo tomes a mal por favor... es sólo que, yo ya tengo a mi persona especial- Terminé, diciendo lo último mientras sonreía al recordar a mi Boo bear. Volteé nuevamente a mirarla esperando una respuesta suya, por un segundo de verdad temí que se lo tomaría a mal.

-Oh ya, está bien – Dijo cortante al tiempo que tomaba el gorro de mis manos. Parecía un poco ida, me miró a los ojos con una mirada... ¿decepcionada?, no estoy seguro.

Su respuesta fue bastante corta para mí, más de lo que yo esperaba que ésta sería, así que la miré incrédulo, esperando a que ella dijera algo más que eso, esperando a que leyera mi mirada. Y creo que así lo hizo.

-En... en serio Harry, no hay problema en eso. – Dijo un poco más animada, levantándose – De todas maneras ya sospechaba que tú no querrías nada conmigo, está en tu actitud y tu manera de ser con los demás, eres un chico encantador Harry y lamento no poder ser esa persona especial que te tiene así. – Dijo mirándome a los ojos y tomando una de mis manos con cariño, casi sentía como si me estuviera tratando como a un hermano menor.

- Gracias por entenderme, Taylor. – Susurré a lo que ella me sonrió.

- Bueno Harry, fue un gusto conocerte. Creo que después de esto no nos podremos seguir viendo... ya sabes, los Tours. – Me dijo mirándome a los ojos con una encantadora sonrisa.

- Sí lo sé, igualmente fue un gusto pasar estos días contigo. Espero y nos volvamos a ver – Le dije levantándome de mi sitio, haciendo tomar eso como una despedida, “Sí, espero y así sea” me respondió antes de envolverme en un cálido abrazo, una vez que nos separamos me dedicó una pequeña sonrisa y finalmente se alejó por donde vino mientras colocaba el gorrito sobre su cabellera rubia.

Satisfecho miré al suelo y sonreí, al fin me había deshecho de aquel asunto. ¡Había resultado mejor de lo que esperaba! Agotado emprendí camino de regreso hacia la casa que comparto con Louis, ansioso por contarle que posiblemente ‘Haylor’ había terminado.

(....)

Pasado un tiempo finalmente llegué frente a la gran puerta de nuestra casa y entré. Tal fue mi sorpresa al encontrarla aparentemente vacía y silenciosa.

- ¿Louis? –Entré a casa y cerré la puerta- ¡Ya llegué! ¿Estás en casa? – Pregunté en voz alta a la vez que asomaba la mirada dentro de cada habitación por la que pasaba. Finalmente su voz me respondió.

- ¡Aquí, Harry! – Le escuché gritarme desde nuestra habitación. Caminé directamente hacia ella, extrañado por el ambiente misterioso que mantenía la casa, y tal fue mi gran sorpresa al verlo recostado sobre nuestra cama en una pose bastante seductora, con solo una toalla amarrada a la cintura mientras que me dirigía una mirada llena de lujuria. Tan solo la simple escena lograba encenderme.

- Te dije que me vengaría, ¿no? – Me dijo alzando la ceja mientras se sentaba en la cama, acariciando con la yema de los dedos los bordes de aquella toalla que con ganas deseaba quitarle.

Con una sonrisa me fui acercando a él, desabotonándome la camisa, desabrochando el cinturón de mi pantalón, sabiendo qué era lo que seguía.
Era increíble la manera en la que Louis podía lograr encenderme con tan sólo una mirada.

Finalmente quedamos frente a frente y tan solo una mirada bastó para hacer que nuestros sentidos exploraban. Juntamos nuestros labios en un beso desesperado, lleno de pasión, amor y lujuria. Fui recostándolo en la cama mientras me colocaba sobre él y con ambas manos me deshice de la única prenda que lo cubría.

Lo consiguiente del día se resume en caricias, gruñidos y una larga serie de gritos y gemidos. Terminó por desnudarme por completo, frotando su cuerpo contra el mío una y otra vez. Encendiendo mis sentidos como la primera vez. Podría decir que fue una noche llena de lujuria y pasión, una de las mejores de mi vida. Nuestros cuerpos se movían a veces de manera suave y otras de manera salvaje, siempre al compás, siempre pegados el uno al otro, repartiendo besos y caricias sobre el cuerpo del otro, arrancándonos suspiros y espasmos de placer.

*
Esto vendría siendo lo más cercano a una de nuestras tantas historias jamás reveladas, historias que nadie conoce y posiblemente nadie conocerá. Miles de secretos se avecinan tras las paredes de nuestros hogares, miles de miradas cómplices nos seguirán acompañando. Aquellos pequeños roces frente a las cámaras, aquellos susurros y aquellas miradas traviesas que vendrían siendo la única prueba de que lo nuestro va más allá de la amistad. No estoy seguro de saber qué es lo que pasará después de todo esto, pero de lo que estoy seguro es de que amo a Louis Tomlinson, y siempre lo amaré.

Porque esto es así, yo amé, amo y amaré a una sola persona, y esa persona es Louis Tomlinson, y voy a estar con él, me voy a casar con él, voy a formar una familia con él, voy a tener una casa con él - bueno, ya la tengo pero será una más grande – la cual compartiremos con nuestra hija, porque sí, voy a adoptar hijos con él, y a una pequeña niña que se llame Darcy, Darcy Tomlinson Styles. Para entonces sé que no me importará Management porque cuando haga todas esas cosas con él Modest ya se habrá extinguido. Pueden existir miles de peleas, miles de escenas de celos tontos, tanto de su parte como de la mía, puede haber arrepentimientos y lágrimas pero ésta no va a dejar de ser una relación perfecta. La más perfecta del mundo. Sé que vendrán momentos difíciles, pero si ya hemos pasado por todo esto juntos y sin separarnos, ¿por qué nos rendiríamos ahora? Esto es, fue y será así por siempre, una relación como otra cualquiera pero la más perfecta, porque esta relación es sólo mía y del amor de mi vida. De Harry Edward Styles y Louis William Tomlinson.

¿Quién dice que las novelas no pueden ser ciertas? Tantas novelas existentes, ¿Cuántas de ellas serán verdad? ¿Cuántas de ellas nos representarán tal cual como somos?

Nosotros nos hacemos llamar Larry Stylinson, no Harry Styles y Louis Tomlinson, ¿saben por qué? Porque ni en el nombre queremos estar separados el uno del otro. Siempre juntos querremos estar. De esta manera, cada que digan "Larry", sabremos que están hablando de ambos como si fuésemos uno solo.

No nos gustaría que nos separasen una vez que hemos encontrado a nuestra alma gemela.

FIN.