Awake Lover (Zarry)

Nombre: Awake Lover
Autor: Derphantasie
Adaptación: No
Género: Un poco de hot, un poco de drama, un poco de todo y mucho de bromance.
Advertencias: Si nunca has leído slash, abstente a las consecuencias de leer esto
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AWAKE LOVER

Harry despierta sin poderlo evitar, sus ojos se han acostumbrado a cierto horario y cuando sale el alba, éstos se abren automáticamente a pesar de que Harry quiere seguir durmiendo.
Mira el reloj colgado en la pared frente a su cama y maldice al ver la hora, es muy temprano para levantarse aún. Aunque tampoco quiere quedarse entre las sábanas pensando en todas las cosas que podría hacer.
Finalmente se decide y con los pies amontona las sábanas hasta atrás, se levanta y lo primero que hace es estirar sus brazos, adormecidos todavía. Las cosas parecen estar en orden, la ropa tirada en el suelo, las maletas de un lado, envases de comida chatarra en un rincón… Sí, todo sigue tal cual, y eso es lo que provoca que en el pecho de Harry se haga un agujero.
“Todo sigue igual que ayer, y que el día anterior, y el anterior a ese, y el anterior…” piensa decepcionado.
Porque en el fondo, Harry desea que los restos de comida en el suelo desaparezcan y que en su lugar, tirada con despreocupación, esté la ropa de “él” como señal de que pasaron la noche juntos. Pero sabe que eso no sucederá a menos que se ponga en acción, algo que jamás se atrevería a hacer.
Bosteza y recoge un pantalón arrugado, lo mira para verificar si tiene alguna mancha y lo huele por las dudas, pero parece estar bien, así que se lo coloca y camina mientras sube el cierre hasta el baño.
Se lava el rostro y peina su cabello, tiene muy claro que las cosas no cambiarán y sin embargo, sigue arreglándose cada mañana para que “él” lo mire y sonría. Harry supone que es una de las pocas razones por las que sigue levantándose cada mañana, sólo para verlo sonreír.
Cuando está listo, baja a desayunar. Tiene contratado el servicio a la habitación, pero prefiere sentarse en una mesa y observar a los demás mientras bebe un café para pasar la melancolía.
Pero cuando sale de su habitación, sucede algo inesperado. Al abrir la puerta, choca con alguien y lo empuja haciendo que esa persona caiga de rodillas al suelo. Harry resopla al pensar que debe ser una fan que descubrió el número de su habitación, se prepara mentalmente para el griterío y la sesión de fotos y autógrafos por la que aquella fan le hará pasar en menos de un minuto antes de que la ignore por completo para poder ir a desayunar.
Mas no es una fan, sino que es “él”.
Harry abre la boca sorprendido, es a quien menos esperaba fuera de su cuarto.
—Zayn, ¿qué haces aquí? —le pregunta preocupado. Las mejillas se le tiñen de rojo y las palmas de las manos le sudan al verlo en el suelo, con la mirada alzada atrapando la suya.
—UHmm… pensé que tal vez quisieras ir a desayunar conmigo… —murmura Zayn, mordiéndose el labio intencionalmente. Desde hace un tiempo se dio cuenta del efecto que tenía en el rizado, al principio fue un descubrimiento demasiado incómodo como para compartirlo con alguno de los otros chicos de la banda, pero después de pensarlo y analizarlo, comenzó a sacarle provecho. Y una de las cosas que más le gustaba hacer era provocar a Harry.
—Bueno… esto… seguro —balbucea como respuesta y se golpea mentalmente por mostrarse tan inseguro frente a Zayn.
Le ayuda a colocarse de pie y ambos bajan en el ascensor hasta el casino.
El sol recién cubre al lujoso hotel y unos tímidos rayos se cuelan entre los ventanales del casino. Se sientan en una mesa alumbrada por éstos y piden la comida: Harry pide una taza de café con unas tostadas y Zayn sólo un cenicero.
—¿Aún no puedes dejar el vicio? —inquiere Harry, aunque sabe de antemano la respuesta.
—¿Tú qué crees? Los vicios se transforman en obsesiones, algunas de ella pueden llegar a ser enfermizas —Harry no sabe que Zayn lo dice como si nada, que sólo es un comentario. Por eso, él malinterpreta sus palabras y se asusta al pensar que Zayn descubrió su secreto.
Su nerviosismo es palpable, se siente bajo mucha presión en esos momentos como para concentrarse en no lucir desesperado. Zayn lo mira de reojo cuando el camarero llega y les deja sus pedidos. Saca un cigarrillo del bolsillo de su pantalón y lo enciende, deja que el humo tóxico de la nicotina llene sus pulmones para seguir mirando a Harry.
Hay algo distinto en él esta mañana, piensa Zayn con inquietud. Hay algo, como un magnetismo que no permite apartar su mirada de los labios húmedos de Harry, de sus ojos brillantes y exaltados y de sus rizos perfectamente desordenados. Por primera vez, desde que empezó a jugar con las reacciones que provocaba en Harry, le encuentra un “no sé qué” que le mantiene expectante. No quiere perderse ningún movimiento, ni siquiera los parpadeos.
Le da otra calada a su cigarro, esta vez más profunda y la mantiene unos segundos para botarla con fuerza en el rostro de Harry. Él tose y se queja, al fin tiene su atención por completo. Aunque Zayn no sabe que ya la tenía desde el momento en que Harry abrió la puerta.
—No fumes encima de mí, Zayn. Es de mal gusto —el moreno sonríe, pensando que es inevitable no encontrarle un doble sentido a una frase en la oración dicha por Harry.
—Pues tendrás que acostumbrarte a que te fume encima —le contesta, ocultando otra sonrisa detrás del cigarro.
Harry se tensa, sin poder creer lo que ha escuchado. ¿Es idea suya o Zayn se le insinuó?
“No, deben ser tonteras mías…” piensa con nostalgia.
Como Harry es el único que come, acaba pronto con el desayuno y en menos de unos cuantos minutos se encuentra acorralado por la mirada de Zayn. Quiere encerrarse en su habitación e imaginar que le devuelve la mirada, porque en su mente no es un cobarde. Por supuesto que no, de ser así jamás hubiese comenzado a ver a Zayn de otra manera que no fuera como sólo otro miembro de la banda.
Sin embargo, el moreno desborda confianza. Así que guiado por sus impulsos e instintos, le dice a Harry que se va a su cuarto a ordenar algunas cosas en su maleta.
—¡Espérame, ya terminé de desayunar! —exclama Harry cuando lo ve abandonar su silla—. Si quieres te acompaño, yo también tengo cosas que ordenar.
El casino se llena de a poco, ya es una hora prudente para despertar, así que Zayn acelera el paso antes de que la recepción se llene de gente y las fans aparezcan en la entrada del hotel y no lo dejen realizar su plan.
Esperan el ascensor, juntos, casi chocando sus hombros. Cuando éste llega con un tintineante sonido, las compuertas se abren y una pareja adulta con un par de niños salen de allí. Los chicos le sonríen por inercia, sería de mala educación no saludarlos a pesar de no conocerlos.
Cuando entran y las puertas se cierran, Harry recae en el espacio reducido que se encuentra. Antes no le había importado tanto, pero después de creer que Zayn se le insinuó, su único deseo en esos momentos es salir lo más pronto posible de allí.
Pero la suerte no está de su lado.
Antes de llegar al sexto piso –donde se hospedan los demás junto con el staff-, Zayn rodea a Harry y de improvisto lo acorrala contra la pared. Como son de espejos, Harry puede ver por todos lados su rostro asombrado. No se esperaba ese movimiento por parte de Zayn.
—¿Qué estás haciendo? ¿Sucede algo malo? —dice Harry con dificultad, puede sentir la respiración cálida de su amigo contra su piel y eso hace que se le erice la nuca.
Pero Zayn no responde, sólo sigue respirando demasiado cerca de su él. De a poco, acerca más su cuerpo hasta quedar completamente pegado a Harry, ya no ha espacios que los separen.
Harry lo trata de apartar, intenta empujarlo, pero una parte de él –y la que domina la mayor parte de su cuerpo- no quiere perder el contacto, así que tampoco utiliza mucha fuerza en sus intentos por acabar con esta situación.
De la nada, Zayn posa sus labios sobre el cuello de Harry y comienza a besarlo con ansias. Nunca imaginó que la piel de “Hazza” supiera tan bien.
Harry cierra los ojos y crispa los labios, disfrutando de las caricias de Zayn. Deja escapar un ronco sonido de su garganta cuando Zayn lo muerde y asciende hasta llegar a su rostro. No lo hace esperar y se consumen en un anhelado beso por ambos.
Harry se siente en el paraíso, los labios de Zayn se acoplan a la perfección con los suyos y son mortales a medida que el tiempo pasa.
Entonces Zayn se separa un poco, estira el brazo y oprime el botón rojo que hay en el tablero del ascensor. Lo mejor será detenerlo antes de que las puertas se abran otra vez y alguien lo encuentre en ese estado.
Las palabras no son necesarias, cada uno sabe muy bien que hacer. Zayn vuelve a acorralar a Harry y él pasa sus manos por los anchos hombros del moreno. Se besan otra vez, Harry puede sentir la lengua de Zayn que se abre paso por su boca y no le importa, es capaz de desvestirse si Zayn se lo pide.
Pero no llegan a ese punto, porque de repente Zayn lo enviste contra la pared con tal fuerza que su espalda queda adolorida de inmediato, Zayn lo besa por última vez mientras le acomoda la ropa y los rizos, y cuando encuentra que se ve más o menos decente, se separa y oprime el botón rojo para que el ascensor vuelva a marchar.
Harry no entiende que ha sucedido, aunque no tiene que comprender mucho para saber que fue el momento más glorioso de su vida desde que se dio cuenta que se sentía atraído por Zayn.
El ascensor hace su sonido tintineante y las puertas se abren en el sexto piso. En la entrada, Liam, Louis y Niall conversan animadamente sobre los próximos conciertos que les esperan. Al ver a sus amigos, los saludan con entusiasmo y les preguntan si quieren bajar a desayunar con ellos.
—No se preocupen, nosotros ya comimos —les asegura Zayn. Le dedica una mirada cómplice a Harry y él asiente para darle la razón.
—Además —añade Zayn—, íbamos de camino a mi habitación, Harry me iba a ayudar a ordenar mis cosas.
—Bueno, en ese caso, nos vemos más tarde —les dice Liam, y Harry y Zayn salen del ascensor y se despiden de sus amigos.
—Ahora, tú y yo de verdad iremos a mi habitación, aunque supongo que dejaremos más desordenado de lo que está —le susurra Zayn, haciendo que Harry sienta un estremecimiento en la parte baja de su ombligo.
—Entonces, vamos —dice Harry con total seguridad.
Zayn sonríe para sus adentros, seguir a sus instintos nunca falla.