Te amaré, por siempre. {JessicaBauza&ZaynMalik} Terminada.

-¡Kat ven a ver esto! –Gritaron tras nosotros. Sabía que era el maldito de Louis, podía reconocer su voz a leguas de distancia. Jessica, por su parte, se exaltó.
-¿Qué sucede? ¿Quién murió? –Preguntó agotada Kat.
-Prepárate. –Le susurré a Jessica.
-Mira, a quién encontré. –Comento Louis.
-¡Santa mierda! –Chilló Kat. -¡Chicos vengan a ver esto!
-Oh dios, Katherina. –Le reproché. Todos los chicos llegaron a la escena, mientras Jessica y yo aún seguíamos tomados de manos.
-Así que… ¡Estás son las buenas nuevas! –Exclamó Harry. –Me debes cinco libras, Chiqui.
-¡No es justo Styles! –Replicó Chiqui.
-¿También apostaron? –Preguntó con el ceño fruncido Jessica.
-Sí, bueno… -Decía Chiqui.
-Que patéticos son. –Negó. -¿Qué apostaban?
-Yo aposté a que Zayn se te declararía hoy. –Dijo Harry. –Y esta tonta, apostó a que se te declararía la semana entrante. –Chiqui rodó los ojos. –Sabía que Zayn lo haría hoy, tenías que ver su cara, lucía como Kat cuando despierta. –Todos reímos, a excepción de Kat, quien golpeó la barriga de mi amigo. Por otro lado, Jessica había besado mi mejilla, haciendo que mis pómulos se enrojecieran. Dios, ¡qué vergüenza!
-Aw, mira el sonrojo de Malik. –Bromeó Liam.
-Me encantaría tomar una foto y enmarcarla; “El primer sonrojo de Zayn Malik” –Dramatizó Niall.
-Oh, vamos. Ya basta, déjenlo. –Defendió Jessica. –Luego podrán ver más, no creo que sea el último. –Todos rieron, sin contarme.
-¡Hey! Bienvenida al club. –Rió Louis.
-¿Club de que, Louis?
-El club de; Fastidiemos a Malik. –Dijo, y todos volvieron a reír. –Vayamos a la playa, chicos. –Todos comenzaron a caminar hasta la playa. Jessica se dispuso a ponerse de pie, pero la tome de la mano haciendo que se detuviera.
-¿Qué sucede, Zayn? –Preguntó.
-¿A dónde piensas que vas? –Pregunté.
-A la playa, ¿A dónde más? –Contestó divertida.
-No, quédate aquí. –Rogué.
-Dios. –Rió ella. –No sabía que fueras tan malcriado. –Negó, y la miré con cara de inocencia. –Vamos, no quiero ir sin ti. –Era ella quien rogaba ahora, y dios, si que se veía preciosa de esa manera. –Vayamos Zayn, ¡el tiempo se agota!

El tiempo se agota, el tiempo se agota, el tiempo de agota. ¡Dios! ¿Por qué tenía que recordármelo ahora?

La miré, mientras se despojaba de su ropa, para quedar en un precioso bañador de dos piezas, que sólo en ella podría lucir tan bien, se adentraba lentamente a la playa, donde se encontraban los chicos platicando. Apresuré mi paso, quitando la camisa que traía, para repetir la misma acción que Jessica había repetido hace unos segundos. Camine hasta donde estaba mi chica… ¡Dios! Se siente tan bien decirlo, decir que es mi chica, mía. Al estar a su lado, me coloqué atrás de ella para rodearla con mis brazos, el agua estaba fría. Subió su mirada, por el hecho de que era unos cinco o seis centímetros más alto que ella, y besó la parte de debajo de mentón.

-Tienes frío. –Afirmo ella. -¿Quieres salir?
-No tengo frío, tranquila. –Besé su cabello mojado. Los chicos se encontraban un poco más alejados de nosotros hablando sobre estupideces del instituto.
-Zayn, cuando te he dicho que lo sé todo, era cierto. –Reí. Me fascinaba que estuviera tan preocupada por mí. –Además que tus labios están morados.
-Es porque les hacen falta un beso.
-Oh no. –Rió ella. –Sé que aprovecharas cada oportunidad para besarme. -¡Claro! El tiempo se agota; pensé. –Me da vergüenza que todos vean eso.
-¿Vergüenza? –Pregunté. -¿De qué te vena besándote conmigo? Uhm…
-Zayn. –Frunció el ceño. –No estoy diciendo que me avergüenza estar contigo.
-Entonces, ¿qué estás diciendo?
-Digo que no me agrada que todos vean lo que hacemos, es cosa de dos, tú y yo. –Contestó Jessica. –Dios, ¿eres bipolar o que te sucede?
-Uhm, yo... –Soy un completo tonto. –Lo siento.
-No, déjalo así. No quiero pelear, y menos contigo. –Dijo. –Salgamos un rato. –Tomo mi mano, y la entrelazo con la suya.

Y esa fue nuestra primera ¿discusión?
El tiempo se agota, el tiempo se agota. Y entonces fue en ese momento, en que es maldita frase se había quedado enfrascada en mi cabeza.



-¡Liam, Louis muévanse! Jessica y yo tenemos hambre. –Gritó Niall.
Seis y media de la tarde, comenzaba a oscurecer. Liam y Louis cocinaban bistec que habíamos comprado previamente en el mercado, mientras Harry y Zayn, trataban de encender una fogata. Éramos un poco tontos al prender una fogata, y cocinar un una parrillera, cuando adentro, en la casa de Louis, teníamos todo lo que necesitábamos, y más.
Ah, y sin olvidar que el oso de Niall se encontraba tirado en la arena, viendo a Kat, como si jamás la hubiese visto en su vida. Las chicas y yo, nos encontrábamos hablando de no sé qué. En realidad yo no hablaba, sólo negaba o asentía, mi cabeza estaba en otro lugar.
Zayn. Ese era mi tema central. Zayn, Zayn, y más Zayn. Dios, me cabeza explotaría, y no serían sesos exactamente lo que vieran al explotar. Hace aproximadamente, cuatro horas y media, estábamos en algo así como una relación, de las cuales, tres no hemos hablado. No es que estuviese enojada, porque en realidad no lo estaba, fue él quien comenzó con su paranoia, era él quien no me hablaba, porque créanme que mi orgullo era muy grande, y no lo dejaría atrás por un error de él.
Los chicos lograron encender la fogata, y trajeron consigo unas mantas; Kat y Niall tenían una, Liam y Kat otra, Louis y Harry estaban cocinando los bistecs, mientras Zayn se acercaba a mí con una manta.

-¿Puedo? –Preguntó señalándome, su pregunta era si podía sentarse junto a mí para abrazarme con la manta. Una pregunta un poco insólita, lo sé.
-No hace falta que preguntes. –Sonreí. E hizo lo que esperaba, cubrirnos con la manta.
-Lo siento. –Susurró, en el momento en que nuestras miradas cruzaron. –No quería crear una discusión ni nada parecido, sólo… Arg, soy un tonto.
-No es nada que yo no sepa. –Reí, y el frunció el ceño. –Ya, te he dicho que lo dejarás así, y vienes con otro drama, Zayn. –Le reproché. –Luego vienen con que las chicas con las problemáticas. –Ambos reímos. –En serio no sucede nada. –Sonreí.
-De acuerdo, princesa. –Todos mis vellos se erizaron, amaba que dijera eso. -¿No hay beso para acabar con esto? –Negué.
-Zayn…
-No me importa lo que pienses o digas. –Me tomo por el mentón, obligándome a sentir su respiración chocando con la mía. –Pero yo te besaré, cada vez que tenga la oportunidad. –Dicho esto, comenzó a depositar pequeños besos en mis labios, haciendo que me removiera. Sonreí contra sus labios, y el dio un último beso en ellos.
-¿Podrían dejar de comer pan frente a los pobres? –Preguntó Harry, haciendo que ambos nos exaltáramos.
-Te he dicho que trajeras a Camille. –Dijo Louis.
-Es lesbiana, Louis. –Frunció el ceño Harry. –Tal vez, terminaría enamorándose de una de las chicas. –Todos rieron, a mi excepción, no le encontraba.
-Creo que es un poco sexista que se rían de los homosexuales. –Sentencié. Kat se comenzó ahogar con la soda, y a Liam estaba a punto de caérseles sus ojos. –Sólo digo.
-Entonces, ¿No te importaría que algún pariente cercano o amigo tuyo fuera homosexual? –Preguntó Kat.
-No, no soy sexista. Tú tampoco deberías serlo, recuerda a Esther y Raquel. –Fue ahí cuando Kat se tensó. ¿Estaría mal nombrarlas? –Si tendría un problema que alguien que conociese fue necrofílico, pero cada quien con su gusto. –Ahora, sí reí, al igual que los demás.
-Bueno, dejando atrás el tema sobre la homosexualidad y necrofilia. –Decía Louis. -¿Cómo dormiremos? Sólo hay cuatro habitaciones.
-¡Yo con Louis! –Gritó Harry.
-Harry, dijimos que dejando atrás la homosexualidad. –Dijo Kat, haciendo que todos riéramos. –Niall y yo hemos quedado en dormir juntos. He imagino, que Jess y Zayn querrán igual.
-¿Qué ustedes qué? –Dijo Liam. –No señoritas, ninguna de las dos dormirá con esas bestias. –Sí, esta era una faceta de Liam que no conocía. Celoso.
-Sí yo no duermo con Niall, tú no duermes con Chiqui. –Replicó Kat.
-Y comenzó la pelea. –Susurró Zayn, haciéndome reír. –Jess, ¿Quieres dormir conmigo?
-Ehm, yo… Sólo sí tú quieres. Aunque no creo que Liam lo permita.
-Yo me encargo de eso. –Dijo, para luego depositar un húmedo beso en mi frente.