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Una historia bastante loca (One Direction y tú)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Una historia bastante loca (One Direction y tú)
Capítulo 2: Primer día de Clases
POV ________
No me creerána la hora de la verdad cuando les digo que prefiero una tarde comiendo pizzas con los chicos de baloncesto que en vez de salir de compras. No me creerán cuando les digo que me gusta jugar a videojuegos y que soy toda una experta en ellos. No me creerán. ¿Por qué? Simple, porque soy una chica. De las más impopulares de la escuela. Y eso es difícil, ya que a todo el mundo en la escuela se le conoce, aunque sea por algo. Básicamente, la cadena popular de mi escuela es algo así:
Populares=Jugadores de Fútbol > Jugadores de Baloncesto > Rebeldes > Músicos > Estudiantes normales > Nerds/Bibliotecarios > Máquina de café estropeada > Yo
¡¡ES ASÍ!! ¡¡HASTA ROBERT, EL PORRERO INDEPENDIENTE QUE NO VIENE A CLASE ES MÁS RECONOCIDO QUE YO!! A veces no entiendo la sociedad actual. Lo bueno es que como soy tan impopular y no me conocen ni las paredes, las populares de la escuela nunca se han fijado en mí ni me han hecho burla. Eso es un punto a mi favor. ¡Ou yeah, no soy popular! ¡Yiha!...... Emmm, perdón, continuemos...
Entré en el instituto, vuelta otra vez a la rutina. Una rutina que dejé el viernes y que he vuelto a retomar el lunes. No me gustan los lunes. Al abrir la puerta, nadie se giró al ver entrar. Aquello no era una de las canciones de esa reconocida boy-band. No. Era mi vida. Mi aburrida vida. En la que naces fracasada y mueres fracasada.
Caminé por todo el hall y subí las escaleras hasta el tercer piso, donde estaban las taquillas de los alumnos. Llegue a mi taquilla, la 362. No es que hubiera muchos alumnos, y el alumno más antguo (y popular, cómo no) era Roger Adams, con el número 681. Nos ordenaban las taquillas de mayor a menor, y el número más pequeño era el 13. Y no estaban numeradas. A mi derecha tenía la taquilla 432, y a mi izquierda, la 345. Eso mismo, no teníamos un número concreto.
Dejé los libros, y me entretuve a ver a mis compañeros de taquilla. El chico de la taquilla 345 era Robert, el porrero independiente que no viene a clase, por lo tanto, me despreocupé de su presencia. Y la taquilla 432 no parecía ser ocupada por nadie. "Bien, más compañía" pensé sarcásticamente. Una vez dejado los libros que no me servían y tener los libros que necesitaba, fui a mi aula/salón. No sé cómo lo diran ustedes en vuestro país.
Al entrar al aula, puntual como siempre, nadie me hizo caso. Me senté en la última fila, en el rincón de la ventana, y empecé a escuchar música. No me gustaba aquella primera hora del lunes. Español. Esa clase me la sabía mejor que mi combinación de taquilla.
Oh, creo que olvide mencionar mi vida, que torpe soy. A veces se me olvidan las cosas, necesito pastillas para tratar mi enfermedad, el "Síndrome de Unicornia". ¡¡QUE ME VoY DEL TEMA!!
La cosa es que yo no soy originaria de Londres, ni mucho menos. Yo antes vivía en donde vives tú. Y me vine a Londres por cosas de mis padres, cuando yo era pequeña pero no tan pequeña. Tendría unos 10 años o así. Dejé mi país natal para venir a Londres con mis padres, y ahora no estáan. No viven conmigo. Están de viaje de "negocios" a Alemania. Y cuando digo "negocios", quiero decir "nos vamos a Alemania a trabajar transportando cajas de un lado del almacén al otro". No es la vida soñada, pero me llega para comer y vivir. Y pagar el piso, que es rentado, por supuesto. Rentado a una casera gruñona. A veces le encuentro parecido con la casera esa de Shin Chan, la que formaba torres de dentaduras postizas. ¡or favor, hombres del mundo, si me oís, haced que esta mujer se case con uno de ustedes! NECESITA NOVIO YA.
Me voy del tema, como la narradora, pero afortunadamente, ya pasó la clase de español. Sólo que ahora tenía que soportar las otras tres clases restantes antes del almuerzo. Quiero comer, me da igual que hora sea. Miré mi reloj, pero no estaba allí. Estaba en el escritorio, junto a una sopa de fideos chinos a medio terminar que me servirían de almuerzo. Refunfuñé en bajo sin ser notada (qué novedad!), y alcé la vista hacia el gran reloj de la escuela. A veces no pensaba, la verdad. Se me iba el santo al cielo. Si las clases son de una hora, y he entrado a las 8, ¿Qué hora es? Soy mensa. Son las 9. Estúpida yo.
Me dirigía a mi clase de las 9, Química. Al menos aquella materia tenía algo interesante, podría hacer la mezcla que llevaba pensando todas las navidades: Sulfato de potasio y Nitrógeno líquido. O lo que es otra cosa, K2SO4 N2. . Esperaba esa reacción con toda mi ansia, pues hacía que saliera un precioso color que cambiaba según la temperatura del individuo. Si, esos anillos que cambian de color estaban rellenos de esta sustancia.
Entré en el aula, y se colocaron por parejas. Y adivinad qué. Sola, otra vez. Y yo que creía que en la clase éramos pares… Bueno, el caso es que otra vez sola. Hice la mezcla con total seriedad y protección, y al terminar la clase, le pregunté al profesor si podía llevarme un poco de aquella mezcla, en estos momentos de color negro, a casa.
-Profesor, me preguntaba si... -el ansia me carcomía por dentro. ¡Que me lo diga, coño!
-¿Si te podrías llevar la mezcla a casa? Lo siento ________, varias chicas me lo han preguntado, y les he dicho que no. Es muy tóxico en estado líquido, por eso se enierra en recipientes. Además, todavía no sé ni por qué todavía siguen fabricando esos anillos, la verdad -"¡¡NO PUEDE SEER!!" pensé. Y entonces se me iluminaron los ojos, la idea había venido a mí
-Pero ustd no ha dicho nada de poder traer una camiseta y tintarla con el producto, ¿no? Además, el tinte quedará en forma sólida, y no es tóxico -JAQUE MATE, ¡te vencí profe puto!
-Me gusta que estés atenta a mis clases. Y es cierto que no he dicho nada, pero tendría que supervisarte. Además, perdería horas de trabajo
-No tiene por qué profesor. En la próxima clase de química, mañana, yo traeré la camiseta para poder teñirla. No tengo problema con eso -
- ¿Y qué pasa con tu experimento, jovencita?
-Puedo hacer lo de la camiseta en el recreo, y así, mañana puedo hacer el experimento de clase –el profesor comenzó a rechistar porque le iba a quitar su café- y no se preocupe, yo le traeré un café como a usted le gusta.
-Bien cargado y con dos terrones de azúcar. Te espero aquí a las 12 de hoy para ello. Y no se te olvide el café. -Dijo, recriminándome
-¡Sí profesor! –con una cara entusiasmada
¡Lo logré! ¡Si, bitches! Yo soy la Sassa Masta from Doncasta version chica. ¡Yeah nigga! Ok, creo que me he pasado. Continuemos... que ahora tendría una camiseta nueva para hacer cosas. ¡¡NO ESA CLASE DE COSAS, PERVERTIDA! Utilizaría la camiseta para jugar a videojuegos, o andar por casa, o para dormir... ¡PARA DORMIR DE VERDAD! Pervertidas... tanta novela de Justin Bieber os mata el cerebro, os hace mal. Pero no me extraña, si está como quiere, con sus abdominales KJGFAJKSDFSDYREWAJNFDSHFKAK ¡COÑO YA, A LA HISTORIA! (pero podéis mirar una foto de los abs de Justin si dais a la palabra "abdominales" de arriba" MORID, INSENSATAS!)
El caso es que yo iba hacia la clase de las 10, después de haber hablado con el profesor. Adiós sopa de tallarines, hola camiseta nueva. Aunque tengo hambre. Bah, me compraré algo en la máquina de la escuela, la que está al lado de dirección. Esa máquina no era visitada por mucha gente, por el sitio en el que estaba, ventaja para mí, pues siempre tenía esa barrita de chocolate blanco que tanto me encantaba.
Llegué nuevamente al aula anterior, en la que había estado en español, y me senté en mi sitio de siempre. Cuando era nueva siempre me preguntaba por qué nadie se sentaba ahí. Poco más tarde lo descubrí. Estaba al lado del porrero Robert. Y no es por discriminarle, pero siempre teníamos que tener la ventana abierta para que no oliera. INCLUSO EN INVIERNO.
Entró la profesora de Griego. “Genial” pensé. Justo con la amargada señorita Jhonson. ¿Por qué ella no podía ser tan amable y cariñosa como las colonias Jhonson and Jhonson? O Nenuco. Era, en dos palabras, IN-SOPORTABLE. Otra vez con los cascos puestos.
La hora pasó, y la siguiente, por suerte, el profesor de matemática no había venido, por lo que aproveché y fui al apartamento rentado a por la sopa de fideos. Me la comí gustosamente tras calentarla en el microondas, y no me olvidé de poner el reloj en mi muñeca y una camiseta bastante grande y ancha en mi mochila. Mientras comía aquella sopa, preparaba el café de mi profesor de Química, el señor Cimavilla.
Una vez hecho, lo puse en un vaso tipo Starbucks que impedía que se derramase, y volví a la escuela con el tiempo suficiente de dejar los libros en la taquilla e ir de nuevo a laboratorio. Y ahí estaba él. Mi profesor. El señor Cimavilla, que provenía del mismo país que yo, y el cual se parecía muchísimo a un político español. Éste es cimavilla.
Le dejé el café encima de su mesa, la más grande del aula, y yo fui a por el experimento de aquella mañana. Me puse en una de los lavabos que había para lavar los instrumentos y con todo el material preparado y bien protegida, me puse a teñir la camiseta. Por suerte, la camiseta se teñía fácilmente y del color oscuro que me gustaba. Bien negra. Al terminar, tuve que esperar a que se secara, y el profesor me dijo que la dejara allí. Acto seguido, me fui a la taquilla. Necesitaba el libro de Latín. Precioso, simplemente precioso. Por favor, nótese el sarcasmo con el que articulo mis bellas palabras.
POV NARRADORA
Jajá, ahora entro yo. Si, lo sé, soy un poco malvada por dejaros en tal punto, pero la seguiré un poquito más, sólo que la narraré yo. Lo narraré lo mejor posible, así que no me lo echéis en cuenta, por favor.
Resulta que el profesor/político-español de ________, mientras ésta estaba en clase, sin querer, derramó esencia de vainilla en la camiseta. No se manchó ni nada parecido, pero dejó un agradable olor de vainilla en la camiseta. Mira tú que golpe de suerte tiene ________ a veces. Y eso que yo tengo que llevar miles de amuletos y no me toca ni el caramelito del roscón de reyes.
Bueno, a lo que vamos, que ________ pasó la hora de Latín dormida. Totalmente, por culpa del olor que despedía Robert. Es que a Robert le olía toda la ropa a porro, y era tan intenso, que la dejó medio dormida. Afortunadamente, tenía la ventana abierta para que se despejara un poco. Y lo hizo con el primer soplo de frío que entró por la ventana. Que frío, por dios... en febrero y con la ventana abierta. Necesita mantas, por dios. Que alguien la de mantas para cubrirse.
________ miró por la ventana, para dejar de atufarse con aquel olor nauseabundo, y pudo observar que había algunas personas en el patio de la escuela. Los chicos mayores estaban jugando al fútbol, los niños pequeños jugaban en el arenero, mientras que las chicas hablaban de ropa y zapatos. Que asco, no me gusta. Es decir, me gusta ir de compras y tal, pero la ropa, el maquillaje y los zapatos NO ES LO ÚNICO en la vida. También hay que preocuparse por las Zanahorias... ¡¡ES QUE NADIE PIENSA EN LAS ZANAHORIAS!!
Llegó la hora de la comida, las tres, y después de eso, una última clase de Educación Física y se podría ir a a su casa. O mejor dicho, a su piso rentado. Bueno, a sus cuatro paredes. Pero lo que importa es que se iba de aquella carcel llamada colegio.
Entre pitos y flautas, ________ comío una hamburguesa con tal ansia que parecía que se la iba a salir por la nariz. Terminó la comida rápidamente, y empezó a escribir en una bolita la quedada de aquella tarde. Una batalla campal en su casa. O una partida de videojuegos de terror en su casa a las tres de la mañana. Tiró la estúpida bolita al capitán del equipo de baloncesto, y miró hacia varios lados mirando que no se hubiera dado cuenta nadie. Si se habían dado cuenta de algo, moría inmediatamente. Subiría su estatus como la leche. Y nosotros no queremos leche, queremos nata. Dulce y sabrosa nata... asdfkjsdñfjslfasdkjfs perdón, me limpio la baba y retomamos, ¿vale?
...
...
...
Ok, ya está. El chico de baloncesto la dijo que sí, y ale, ya estaba. No había sido para tanto. Pizza para pedir aquella tarde-noche. Una para ella, otra para el equipo, y otra por si acaso. Tenía mucha hambre, ella comía por mil hombres espartanos. De esos que están para decir "¡¡Ay PAPASITO, VEN AQUÍ, QUE TE QUIERO, PERO NO POR EL ORO NI POR LA PLATA, POR EL TESORO QUE TIENES ENTRE TUS PATAS!!"
Hablando de tesoros entre las patas, ¿habéis visto los cosos de los de One Direction? Como se les marca a través de la ropa.... sdkfsdkfjksalj
_____: ¡Cállate, que ya ha acabado el capítulo!
Narradora: Pero es que los papasotes de GUAN DAIRECSHION...
_____: Ni GUAN DAIRECSHION ni Pepito el Butanero. Acaba ya!
Narradora: Vale, joo.
Bueno, y aquí acaba el capítulo. Para más preguntas, hacédsela a la autora. O al púdin ese to' cuqui :3 ¡¡COMO SE MUEVE!
Hasta ahí el capítulo de hoy. Espero que hos haya gustado, y voy a cambiar la letrita, que no se ve una chota de cabra :3. Eh, pero con amor :(L):
POV ________
No me creerána la hora de la verdad cuando les digo que prefiero una tarde comiendo pizzas con los chicos de baloncesto que en vez de salir de compras. No me creerán cuando les digo que me gusta jugar a videojuegos y que soy toda una experta en ellos. No me creerán. ¿Por qué? Simple, porque soy una chica. De las más impopulares de la escuela. Y eso es difícil, ya que a todo el mundo en la escuela se le conoce, aunque sea por algo. Básicamente, la cadena popular de mi escuela es algo así:
Populares=Jugadores de Fútbol > Jugadores de Baloncesto > Rebeldes > Músicos > Estudiantes normales > Nerds/Bibliotecarios > Máquina de café estropeada > Yo
¡¡ES ASÍ!! ¡¡HASTA ROBERT, EL PORRERO INDEPENDIENTE QUE NO VIENE A CLASE ES MÁS RECONOCIDO QUE YO!! A veces no entiendo la sociedad actual. Lo bueno es que como soy tan impopular y no me conocen ni las paredes, las populares de la escuela nunca se han fijado en mí ni me han hecho burla. Eso es un punto a mi favor. ¡Ou yeah, no soy popular! ¡Yiha!...... Emmm, perdón, continuemos...
Entré en el instituto, vuelta otra vez a la rutina. Una rutina que dejé el viernes y que he vuelto a retomar el lunes. No me gustan los lunes. Al abrir la puerta, nadie se giró al ver entrar. Aquello no era una de las canciones de esa reconocida boy-band. No. Era mi vida. Mi aburrida vida. En la que naces fracasada y mueres fracasada.
Caminé por todo el hall y subí las escaleras hasta el tercer piso, donde estaban las taquillas de los alumnos. Llegue a mi taquilla, la 362. No es que hubiera muchos alumnos, y el alumno más antguo (y popular, cómo no) era Roger Adams, con el número 681. Nos ordenaban las taquillas de mayor a menor, y el número más pequeño era el 13. Y no estaban numeradas. A mi derecha tenía la taquilla 432, y a mi izquierda, la 345. Eso mismo, no teníamos un número concreto.
Dejé los libros, y me entretuve a ver a mis compañeros de taquilla. El chico de la taquilla 345 era Robert, el porrero independiente que no viene a clase, por lo tanto, me despreocupé de su presencia. Y la taquilla 432 no parecía ser ocupada por nadie. "Bien, más compañía" pensé sarcásticamente. Una vez dejado los libros que no me servían y tener los libros que necesitaba, fui a mi aula/salón. No sé cómo lo diran ustedes en vuestro país.
Al entrar al aula, puntual como siempre, nadie me hizo caso. Me senté en la última fila, en el rincón de la ventana, y empecé a escuchar música. No me gustaba aquella primera hora del lunes. Español. Esa clase me la sabía mejor que mi combinación de taquilla.
Oh, creo que olvide mencionar mi vida, que torpe soy. A veces se me olvidan las cosas, necesito pastillas para tratar mi enfermedad, el "Síndrome de Unicornia". ¡¡QUE ME VoY DEL TEMA!!
La cosa es que yo no soy originaria de Londres, ni mucho menos. Yo antes vivía en donde vives tú. Y me vine a Londres por cosas de mis padres, cuando yo era pequeña pero no tan pequeña. Tendría unos 10 años o así. Dejé mi país natal para venir a Londres con mis padres, y ahora no estáan. No viven conmigo. Están de viaje de "negocios" a Alemania. Y cuando digo "negocios", quiero decir "nos vamos a Alemania a trabajar transportando cajas de un lado del almacén al otro". No es la vida soñada, pero me llega para comer y vivir. Y pagar el piso, que es rentado, por supuesto. Rentado a una casera gruñona. A veces le encuentro parecido con la casera esa de Shin Chan, la que formaba torres de dentaduras postizas. ¡or favor, hombres del mundo, si me oís, haced que esta mujer se case con uno de ustedes! NECESITA NOVIO YA.
Me voy del tema, como la narradora, pero afortunadamente, ya pasó la clase de español. Sólo que ahora tenía que soportar las otras tres clases restantes antes del almuerzo. Quiero comer, me da igual que hora sea. Miré mi reloj, pero no estaba allí. Estaba en el escritorio, junto a una sopa de fideos chinos a medio terminar que me servirían de almuerzo. Refunfuñé en bajo sin ser notada (qué novedad!), y alcé la vista hacia el gran reloj de la escuela. A veces no pensaba, la verdad. Se me iba el santo al cielo. Si las clases son de una hora, y he entrado a las 8, ¿Qué hora es? Soy mensa. Son las 9. Estúpida yo.
Me dirigía a mi clase de las 9, Química. Al menos aquella materia tenía algo interesante, podría hacer la mezcla que llevaba pensando todas las navidades: Sulfato de potasio y Nitrógeno líquido. O lo que es otra cosa, K2SO4 N2. . Esperaba esa reacción con toda mi ansia, pues hacía que saliera un precioso color que cambiaba según la temperatura del individuo. Si, esos anillos que cambian de color estaban rellenos de esta sustancia.
Entré en el aula, y se colocaron por parejas. Y adivinad qué. Sola, otra vez. Y yo que creía que en la clase éramos pares… Bueno, el caso es que otra vez sola. Hice la mezcla con total seriedad y protección, y al terminar la clase, le pregunté al profesor si podía llevarme un poco de aquella mezcla, en estos momentos de color negro, a casa.
-Profesor, me preguntaba si... -el ansia me carcomía por dentro. ¡Que me lo diga, coño!
-¿Si te podrías llevar la mezcla a casa? Lo siento ________, varias chicas me lo han preguntado, y les he dicho que no. Es muy tóxico en estado líquido, por eso se enierra en recipientes. Además, todavía no sé ni por qué todavía siguen fabricando esos anillos, la verdad -"¡¡NO PUEDE SEER!!" pensé. Y entonces se me iluminaron los ojos, la idea había venido a mí
-Pero ustd no ha dicho nada de poder traer una camiseta y tintarla con el producto, ¿no? Además, el tinte quedará en forma sólida, y no es tóxico -JAQUE MATE, ¡te vencí profe puto!
-Me gusta que estés atenta a mis clases. Y es cierto que no he dicho nada, pero tendría que supervisarte. Además, perdería horas de trabajo
-No tiene por qué profesor. En la próxima clase de química, mañana, yo traeré la camiseta para poder teñirla. No tengo problema con eso -
- ¿Y qué pasa con tu experimento, jovencita?
-Puedo hacer lo de la camiseta en el recreo, y así, mañana puedo hacer el experimento de clase –el profesor comenzó a rechistar porque le iba a quitar su café- y no se preocupe, yo le traeré un café como a usted le gusta.
-Bien cargado y con dos terrones de azúcar. Te espero aquí a las 12 de hoy para ello. Y no se te olvide el café. -Dijo, recriminándome
-¡Sí profesor! –con una cara entusiasmada
¡Lo logré! ¡Si, bitches! Yo soy la Sassa Masta from Doncasta version chica. ¡Yeah nigga! Ok, creo que me he pasado. Continuemos... que ahora tendría una camiseta nueva para hacer cosas. ¡¡NO ESA CLASE DE COSAS, PERVERTIDA! Utilizaría la camiseta para jugar a videojuegos, o andar por casa, o para dormir... ¡PARA DORMIR DE VERDAD! Pervertidas... tanta novela de Justin Bieber os mata el cerebro, os hace mal. Pero no me extraña, si está como quiere, con sus abdominales KJGFAJKSDFSDYREWAJNFDSHFKAK ¡COÑO YA, A LA HISTORIA! (pero podéis mirar una foto de los abs de Justin si dais a la palabra "abdominales" de arriba" MORID, INSENSATAS!)
El caso es que yo iba hacia la clase de las 10, después de haber hablado con el profesor. Adiós sopa de tallarines, hola camiseta nueva. Aunque tengo hambre. Bah, me compraré algo en la máquina de la escuela, la que está al lado de dirección. Esa máquina no era visitada por mucha gente, por el sitio en el que estaba, ventaja para mí, pues siempre tenía esa barrita de chocolate blanco que tanto me encantaba.
Llegué nuevamente al aula anterior, en la que había estado en español, y me senté en mi sitio de siempre. Cuando era nueva siempre me preguntaba por qué nadie se sentaba ahí. Poco más tarde lo descubrí. Estaba al lado del porrero Robert. Y no es por discriminarle, pero siempre teníamos que tener la ventana abierta para que no oliera. INCLUSO EN INVIERNO.
Entró la profesora de Griego. “Genial” pensé. Justo con la amargada señorita Jhonson. ¿Por qué ella no podía ser tan amable y cariñosa como las colonias Jhonson and Jhonson? O Nenuco. Era, en dos palabras, IN-SOPORTABLE. Otra vez con los cascos puestos.
La hora pasó, y la siguiente, por suerte, el profesor de matemática no había venido, por lo que aproveché y fui al apartamento rentado a por la sopa de fideos. Me la comí gustosamente tras calentarla en el microondas, y no me olvidé de poner el reloj en mi muñeca y una camiseta bastante grande y ancha en mi mochila. Mientras comía aquella sopa, preparaba el café de mi profesor de Química, el señor Cimavilla.
Una vez hecho, lo puse en un vaso tipo Starbucks que impedía que se derramase, y volví a la escuela con el tiempo suficiente de dejar los libros en la taquilla e ir de nuevo a laboratorio. Y ahí estaba él. Mi profesor. El señor Cimavilla, que provenía del mismo país que yo, y el cual se parecía muchísimo a un político español. Éste es cimavilla.
Le dejé el café encima de su mesa, la más grande del aula, y yo fui a por el experimento de aquella mañana. Me puse en una de los lavabos que había para lavar los instrumentos y con todo el material preparado y bien protegida, me puse a teñir la camiseta. Por suerte, la camiseta se teñía fácilmente y del color oscuro que me gustaba. Bien negra. Al terminar, tuve que esperar a que se secara, y el profesor me dijo que la dejara allí. Acto seguido, me fui a la taquilla. Necesitaba el libro de Latín. Precioso, simplemente precioso. Por favor, nótese el sarcasmo con el que articulo mis bellas palabras.
POV NARRADORA
Jajá, ahora entro yo. Si, lo sé, soy un poco malvada por dejaros en tal punto, pero la seguiré un poquito más, sólo que la narraré yo. Lo narraré lo mejor posible, así que no me lo echéis en cuenta, por favor.
Resulta que el profesor/político-español de ________, mientras ésta estaba en clase, sin querer, derramó esencia de vainilla en la camiseta. No se manchó ni nada parecido, pero dejó un agradable olor de vainilla en la camiseta. Mira tú que golpe de suerte tiene ________ a veces. Y eso que yo tengo que llevar miles de amuletos y no me toca ni el caramelito del roscón de reyes.
Bueno, a lo que vamos, que ________ pasó la hora de Latín dormida. Totalmente, por culpa del olor que despedía Robert. Es que a Robert le olía toda la ropa a porro, y era tan intenso, que la dejó medio dormida. Afortunadamente, tenía la ventana abierta para que se despejara un poco. Y lo hizo con el primer soplo de frío que entró por la ventana. Que frío, por dios... en febrero y con la ventana abierta. Necesita mantas, por dios. Que alguien la de mantas para cubrirse.
________ miró por la ventana, para dejar de atufarse con aquel olor nauseabundo, y pudo observar que había algunas personas en el patio de la escuela. Los chicos mayores estaban jugando al fútbol, los niños pequeños jugaban en el arenero, mientras que las chicas hablaban de ropa y zapatos. Que asco, no me gusta. Es decir, me gusta ir de compras y tal, pero la ropa, el maquillaje y los zapatos NO ES LO ÚNICO en la vida. También hay que preocuparse por las Zanahorias... ¡¡ES QUE NADIE PIENSA EN LAS ZANAHORIAS!!
Llegó la hora de la comida, las tres, y después de eso, una última clase de Educación Física y se podría ir a a su casa. O mejor dicho, a su piso rentado. Bueno, a sus cuatro paredes. Pero lo que importa es que se iba de aquella carcel llamada colegio.
Entre pitos y flautas, ________ comío una hamburguesa con tal ansia que parecía que se la iba a salir por la nariz. Terminó la comida rápidamente, y empezó a escribir en una bolita la quedada de aquella tarde. Una batalla campal en su casa. O una partida de videojuegos de terror en su casa a las tres de la mañana. Tiró la estúpida bolita al capitán del equipo de baloncesto, y miró hacia varios lados mirando que no se hubiera dado cuenta nadie. Si se habían dado cuenta de algo, moría inmediatamente. Subiría su estatus como la leche. Y nosotros no queremos leche, queremos nata. Dulce y sabrosa nata... asdfkjsdñfjslfasdkjfs perdón, me limpio la baba y retomamos, ¿vale?
...
...
...
Ok, ya está. El chico de baloncesto la dijo que sí, y ale, ya estaba. No había sido para tanto. Pizza para pedir aquella tarde-noche. Una para ella, otra para el equipo, y otra por si acaso. Tenía mucha hambre, ella comía por mil hombres espartanos. De esos que están para decir "¡¡Ay PAPASITO, VEN AQUÍ, QUE TE QUIERO, PERO NO POR EL ORO NI POR LA PLATA, POR EL TESORO QUE TIENES ENTRE TUS PATAS!!"
Hablando de tesoros entre las patas, ¿habéis visto los cosos de los de One Direction? Como se les marca a través de la ropa.... sdkfsdkfjksalj
_____: ¡Cállate, que ya ha acabado el capítulo!
Narradora: Pero es que los papasotes de GUAN DAIRECSHION...
_____: Ni GUAN DAIRECSHION ni Pepito el Butanero. Acaba ya!
Narradora: Vale, joo.
Bueno, y aquí acaba el capítulo. Para más preguntas, hacédsela a la autora. O al púdin ese to' cuqui :3 ¡¡COMO SE MUEVE!
Hasta ahí el capítulo de hoy. Espero que hos haya gustado, y voy a cambiar la letrita, que no se ve una chota de cabra :3. Eh, pero con amor :(L):
Pequeñas Cosas
Re: Una historia bastante loca (One Direction y tú)
Por que tu nove es tan GENIAL? *. *Sigue así, me encanta como escribes es tan fwhbsazhbsdz espero que subas otro capitulo por que esta genial! besos <3
florriobo21
Re: Una historia bastante loca (One Direction y tú)
aklhdodhakdsjsdk Mori x.xd con tu nove kslhdkhsdak Es tan Genial slakdkals
Espero que Subas Pronto eso.
Besos y UnicorniosVoladoresDeNarnia
Espero que Subas Pronto eso.
Besos y UnicorniosVoladoresDeNarnia
InfiniteMoment
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