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"Ardiente tentación" (Louis Tomlinson y tú)

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"Ardiente tentación" (Louis Tomlinson y tú) - Página 5 Empty Re: "Ardiente tentación" (Louis Tomlinson y tú)

Mensaje por Pauxona Miér 13 Feb 2013, 10:02 am

"Ardiente tentación" (Louis Tomlinson y tú) - Página 5 Boobearlouistomlinson30

Capítulo 10 "Una invitación inimaginable" MARATÓN 1/5


– Debemos regresar al desfile – dije en voz baja.
- ¿Siempre eres así de responsable? – replicó en tono serio.
- Incluso más.
- Escapémonos, te aseguro que nadie se dará cuenta.
- Ni pensarlo, es la gran noche de tu hermana.
- Podrá perdonarme.
- ¿Siempre eres así de terco?
- Incluso más.
- En serio debemos regresar, para mi es trabajo y mi jefe está aquí – insistí poniendo mis manos en su pecho obligándolo a separarse, aunque sentí un hueco enorme cuando finalmente salió de mí.
- Está bien, tú ganas esta vez – dijo entregándome mi ropa interior.

Nos arreglamos las ropas en silencio y le dije que yo saldría primero, no estuvo muy de acuerdo, pero aceptó, no entendía porque era tan descarado. Abrí la puerta y me asomé sigilosamente, me dispuse a salir de ahí y Louis me dio una cariñosa nalgada que me hizo sonrojar, no quise voltear a verlo porque seguro aceptaría escaparme con él y tenía que recordar que estaba en horas de trabajo. Me fui directo al baño a retocarme el maquillaje y ponerme perfume, una amplia sonrisa había en mis labios, él había dicho mi nombre y yo el suyo, no habia más reglas y eso me entusiasmo sobre manera, aunque en realidad no sabía que pasaría de ahora en adelante.

Llegué al salón y ocupé mi lugar, pocos minutos después llegó Louis muy sonriente y se sentó al lado de Julieta, ella se recargó en su hombro, eso no me agradó mucho, esos dos tenían algo, era demasiada la confianza que se tenían y el acercamiento, además llegó con ella a un evento familiar, uno no lleva a cualquier persona a convivir con la familia, ahí entendí que no debía emocionarme más de la cuenta y si seguíamos teniendo algo él y yo, sería oculto, sin que nadie lo supiera.

El desfile terminó y Felicitie nos agradeció a Olivia y a mí, nos pusimos de pie y todos nos brindaron un fuerte aplauso, Louis hasta se puso de pie muy entusiasmado. Scott estaba sumamente orgulloso aplaudiendo también. Empezó la fiesta y todo mundo se dirigió a la mesa de los bocadillos.

– ¿Dónde estabas ____? – preguntó inquisidoramente Olivia.
– Fui a ver a las modelos.
- Que raro, yo fui allá y no te vi.
- Es que también fui al baño.
- Ah, vale – respondió no muy convencida.

Moví la cabeza negativamente cuando la vi ir a saludar a un chico que la miraba, yo me acerqué a la mesa y busqué algún bocadillo que no estuviera mezclado, pero como no encontré ninguno tomé un pedazo de queso y le di una pequeña mordida.

– Uf, no hagas eso en mi presencia… me trae muy gratos recuerdos – dijo Louis detrás de mí y casi me atraganto, tomé una copa y bebí.
-Quieres provocarme un infarto, ¿verdad? – exclamé dandome la vuelta para encararlo.
-Tú también a mí, no tienes idea de lo sensual que te ves comiendo.– Estás loco – dije mirando hacia el techo.
-Puede ser, pero, ¿no te fascina? – exclamó guiñándome un ojo.
- Pero, ¿ustedes se conocen? – dijo de pronto Felicitie parándose frente a nosotros y no supe que decirle, entré en pánico al pensar que hubiera escuchado el comentario de Louis, pero pensé que no tendría esa sonrisa en el rostro.
-Sí, estuvimos juntos un semestre en la universidad – respondió él muy seguro.
-Yo siempre he dicho que el mundo es un pañuelo, jamás me imaginé que fueras amiga de Luis, no te ofendas hermanito, pero tienes unas amistades – dijo dándole palmaditas en el hombro – no lo digo por Julieta , ella es aparte, pero te he conocido cada “amiguita” – agregó mirando hacia arriba.
-Bueno, en realidad no somos amigos, no nos habíamos visto desde ese entonces – dije siguiéndole el juego.
-Pero las amistades se pueden retomar, ¿verdad hermanita? – dijo abrazándola cariñosamente – además aquí entre nos hermanita , si no fuera porque le ayude en matemáticas ___ aún no se graduaría.
– ¿No me digas que ella era la que te regalaba esos deliciosos chocolates?
- La misma – respondió muy seguro dándome una mirada de complicidad.
- Sí, es que mi mamá trabajaba ahí y siempre llevaba, pero como a mí no me gustan, prefería dárselos a él en pago a sus clases, en lugar de…
-Te dije desde un principio que jamás aceptaba dinero de las mujeres, ni siquiera pensaba cobrarte, tú insistías en regalármelos – interrumpió mirándome seriamente.
- Ay sí Louis, como si desconociera la forma en que te cobrabas, fui a la misma clase que tú, ¿recuerdas?, creo que aún sigue ahí tu fama,
-Por eso ella me caía bien, porque nunca sucumbió ante tus encantos.
– Más bien dirás que te encantaban los chocolates.
– También, pero eso es aparte, definitivo, __, tienes que ir a mi boda, no voy a permitir que este hermano mío vaya con nadie más que no seas tú.

Yo me quede paralizada y abrí los ojos como platos, no podía expresar palabra alguna, una cosa era seguirle el juego de que nos conocíamos desde antes, con tal de ocultar la verdad que su familia ignoraba y otra muy diferente era llevar la farsa hasta esos extremos, yo no podía ir a esa boda y no creía que él tampoco lo quisiera, lo más probable es que ya hubiera invitado a alguien para acompañarlo.

– Genial idea hermanita, como me tienes sentenciado, no he invitado a nadie.
-Es que es la boda mas inportante del a~o y no quiero un escándalo como en la de Jaxon – puso su mano en mi brazo – no sabes ___ la vergüenza que nos hizo pasar la chica con la que fue a la boda de nuestro primo, se puso a bailar como bailarina exótica a mitad de la fiesta y a quitarse la ropa, obvio los hombres estaban encantados, pero los papás de Diana, casi piden la anulación del matrimonio ahí mismo, mi papá tuvo que hablar con ellos y tranquilizarlos, claro, después de que sacaron a la susodicha, que por cierto, estaba pasadita de copas.
-Que exagerada eres Felicitie, no fue para tanto.
- ¿Ah, no?, ¿quieres que ahorita vaya por Jaxon y Diana para que se lo confirmen?
- No es necesario hermanita, ese no es el punto.
- Así que comprenderás, ___, que obvio no voy a dejar que vaya a la mía con cualquiera, es mucho mejor que asista con una vieja amiga, además tú eres una chica linda, responsable y muy decente.

Yo seguía sin poder hablar, si Felicitie supiera cómo había conocido en realidad a su hermano y lo que acabábamos de hacer hace un par de horas, no me tendría en tan buen concepto y mucho menos me invitaría a su boda, quizá debía decirle la verdad para que se le quitara esa idea de la cabeza. Y lo peor es que Louis me miraba divertido y con una sonrisa triunfante, en definitiva ese hombre disfrutaba con mi sufrimiento, yo le di otro sorbo a mi copa antes de hablar.

– Gracias Felicitie, pero…
- Ningún pero, no voy a aceptar una negativa de tu parte, la boda es en dos meses y ahí te quiero ver, por cierto, no veo a mi novio, iré a buscarlo – dio dos pasos y se volteó a verme – no excusas ___ – agregó y me guiñó un ojo.
-Es una lástima que no te guste el chocolate, se me había ocurrido una idea genial – dijo pícaramente y después tomó un bocadillo.
– Pero, ¿cómo puedes decirme eso después de lo que acaba de decirme tu hermana? – pregunté angustiada, ¿que acaso él no podía pensar en otra cosa que no fuera sexo?
- No hay nada que decir al respecto – se llevó el bocadillo completo a la boca.
-¿Perdón?, tu hermana cree que nos conocemos de años, que soy casi un modelo a seguir y encima parece estar empeñada en que vaya a su boda con–ti–go.
– Así es Felicitie, cuando se le mete una idea en la cabeza, no hay poder humano que se la quite, pero yo no le veo mayor problema a lo que te dice, mejor que siga pensando que eres un modelo a seguir, y en cuanto a la boda, vamos y ya.
- ¿Y lo dices tan tranquilo?, se te olvida un pequeño detalle, yo tengo novio.
- Eso no es problema, tu novio seguramente tendrá un negocio que cerrar ese fin de semana – aseguró irónico y serio, con una expresión en la cara que no le había visto.
-¿Y Julieta?
- Que no es mi novia – exclamó molesto y tomó una copa que se bebió de un trago.
- No, por supuesto que no – dije sarcástica.
– Piensa lo que quieras.
-Perfecto, entonces ve con ella a la boda porque yo no iré de ningún modo – aseguré.
- ¿Estás celosa? – preguntó mirándome a los ojos.
– Tú no tienes vergüenza de verdad – exclamé exasperada.
- Eso no responde mi pregunta.
- Estoy tan celosa de Julieta como tú lo estás de Brandon, ¿satisfecho? – respondí irónica.
- ¿Alguien dijo mi nombre? – exclamó ella acercándose a él y tomándolo del brazo, lo bueno es que no era su novia, no sé que le haría si en realidad lo fuera.
– Con permiso, tengo que mirar unas cosas en la cocina – dije y me alejé.
– ¿Qué le pasa? – escuché que Julieta le preguntó.
- Nada mi niña, seguro está estresada por todo el evento.

Entré a la cocina y me dieron ganas de tirar los sartenes, es que no había conocido hombre más cínico en toda mi vida, mira que negar y engañar a la novia en el mismo lugar donde ella se encontraba. Me llevé una mano a la frente, es que yo no podía ser más *******, ¿qué me daba ese hombre que me hacía perder la cordura?, bueno, sí lo sabía, el mejor sexo que había tenido jamás, pero no podía dejarme llevar por eso, debía encontrar la forma de recobrar la sensatez.
____________________________________*_______________

Era lunes por la noche y yo seguía en la oficina, como iba a tomar un par de días libres porque finalmente Brandon y yo nos iríamos de vacaciones, tenía que dejar todo listo en la oficina. Estaba concentrada respondiendo unos mails cuando escuché que tocaron mi puerta, giré la cabeza y casi me da un paro cardíaco cuando vi que era Louis.

– ¿Tú?, ¿qué haces aquí? – pregunté más que sorprendida.
– Buenas noches, yo muy bien, aunque no tanto como tú – exclamó con una gran sonrisa entrando y se quedó de pie del otro lado del escritorio.
- Buenas noches Lou, ¿cómo estas?
-Que diferencia, primero los saludos y luego lo que quieras.
– Ahora sí me puedes decir a que debo el honor de tu visita.
- Felicitie me pidió que te entregara esto – respondió entregándome un sobre blanco en el que estaba escrito mi nombre con una hermosa letra – le has caído de maravilla ya que ha sido muy selectiva con los invitados no sé que le hiciste, pero te quiere ahí.
– Louis, pero yo… ¿tú quieres que yo vaya?
– Sería divertido, va a ser en Miami, imagínate, el mar, la playa, el sol, la arena, tú y yo desnudos al anochecer – respondió mientras caminaba y se paraba junto a mí, recargado en el escritorio, yo hice un poco la silla para atrás, nerviosa – además, Felicitie no te perdonaría tu ausencia y sabe dónde encontrarte y no querrás conocerla enfadada, hasta asusta a Jaxon, así que imagínate.
- Trataré, pero la verdad no te lo aseguro.

Me dio una de esas sonrisas arrebatadoras que elevaba mi pulso a mil y entonces recordé lo que había fantaseado con él en varias ocasiones, mi corazón se aceleró ante semejante idea, no imaginé que pudiera cumplirla, lo bueno es que pasaban de las ocho y no había nadie más en la oficina, salvo los vigilantes pero se encontraban en la planta baja, así que decidí arriesgarme.

– Necesito ir a la oficina de mi jefe por unos papeles – dije para despistarlo, quería tomarlo por sorpresa.
- Está bien, te espero.

Le di una pequeña sonrisa y salí, entré a la oficina de Olivia y le agradecí su vanidad como nunca antes. Me miré en el espejo que tenía pegado detrás de la puerta y arreglé un poco mi cabello, no sé para que con lo que tenía planeado hacer. Caminé de puntas a mi oficina y lo vi sentado sosteniendo y mirando una foto mía con Brandon, se me había olvidado que la tenía ahí. Cerré despacio la puerta de la oficina y le puse el seguro, caminé tratando de no hacer ruido y cuando estuve a su lado, le quite el portarretratos de la mano y lo puse con la foto hacia abajo sobre el escritorio.

Me miró y entonces yo me senté encima de él, con mis piernas a sus costados, me sonrió sensualmente, adoraba esas sonrisas, puse mis manos sobre el respaldo de la silla y lo besé apasionadamente, él me abrazó y comenzó a acariciar mi espalda, devorando mi lengua, yo comencé a desabrochar su camisa sin dejar de besarlo y él me sacaba la blusa de la falda, cuando lo logró, acarició la piel de mi espalda y sentí que movía sus dedos para desabrochar mi blusa, pero lo frené.

Me hice un poco hacia atrás y la desbroché yo lentamente, él me miraba fascinado, con la sonrisa retorcida, me abrí la blusa y desabroché el sostén, de casualidad me había puesto uno que se abrochaba por enfrente, cuando destapé mis senos él comenzó a besarlos, pasando su lengua por mis pezones, yo emití un suave jadeo y eché mi cabeza hacia atrás por las sensaciones que me provocaban sus labios.

Subió mi falda y comenzó a retirar mi ropa interior, me puse de pie para quitármela por completo y él saco un condón de la bolsa del pantalón, me sorprendía tanto que siempre llevara uno consigo, no quise pensar en eso, sólo disfrutar del momento. Le quite el condón de la mano, le desabroché el pantalón y me hinqué, me llevé su erección a la boca y él emitió un gruñido delicioso, así que seguí absorbiéndoselo con delicadeza, su cabeza la tenía hacia atrás y se lamía los labios gimiendo con sus dedos enterrados en mis cabellos.


Cuando ya no aguanté más, le coloqué el condón y me monté en él emitiendo un gemido cuando lo sentí dentro de mí, él levanto la cara, me tomó por nalgas y me ayudo a subir y bajar mientras nos besábamos frenéticamente, yo tenía los ojos cerrados, concentrada únicamente en las maravillosas sensaciones que me hacía sentir, me fascinaba la forma en que se movía en mi interior. Nos separamos para respirar, pero nuestros labios seguían juntos, jadeando, inundando nuestras bocas con el tibio aliento que emanábamos. Le sujeté las manos y las enlacé con las mías colocándolas en los costados de su cabeza.

– Me fascina cuando tomas el control – susurró con la voz entre cortada.
– Te haré mi esclavo, entonces – dije mientras me movía en círculos.
- Hazme lo que quieras… pero, no me dejes.

Le sonreí y seguí moviéndome, no quería engancharme en sus palabras, no cuando estábamos teniendo sexo, en ese estado se dicen muchas cosas, pero no tienen el mismo valor a cuando se dicen con los cinco sentidos bien puestos. Apreté más sus manos cuando sentí que juntos llegábamos al orgasmo y recargué la cabeza en el respaldo de la silla, él se soltó y me abrazó fuertemente.

- De verdad eres maravillosa – susurró en mi oído y una sonrisa apareció en mi cara.
Pauxona
Pauxona


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"Ardiente tentación" (Louis Tomlinson y tú) - Página 5 Empty Re: "Ardiente tentación" (Louis Tomlinson y tú)

Mensaje por Pauxona Miér 13 Feb 2013, 10:07 am

"Ardiente tentación" (Louis Tomlinson y tú) - Página 5 Louistomlinson

Capítulo 11 "¿Qué significa esto?"MARATÓN 2/5


Un repentino ruido nos hizo aterrizar de golpe en la realidad y me levanté a toda prisa, con los dedos temblorosos me abroché el sostén y abroche la blusa, abrí la puerta despacio y sólo asomé medio cuerpo, era uno de los vigilantes que había subido a hacer su rondín habitual.

- Buenas noches señorita ___, ¿todavía por aquí? – dijo amablemente.– Sí, terminando una campaña, pero ya casi me voy.
– ¿Quiere que le pida un taxi?
- No es necesario, gracias.

Me sonrió y caminó a los elevadores, yo apreté los ojos de miedo y cerré de nuevo la puerta. Me di la vuelta y Louis estaba parado justo detrás de mí, con su dedo pulgar delineó mis labios y luego acarició mi mejilla y bajó a mi cuello acariciándolo también.

– Debemos irnos, los policías estarán a la expectativa de mi salida, además, deben saber que estás aquí.
- Dije que iba a otro piso, no saben que estoy aquí contigo, es una gran ventaja que las ventanas de tu oficina tengan persianas, no se dio cuenta de mi presencia – dijo mientras besaba suavemente mi cuello y acariciaba mi cintura.
– Louis, por favor – dije con un hilo de voz, mi cuerpo estaba reaccionando de nuevo a sus caricias haciéndome perder la perspectiva de donde nos encontrábamos.
- Sólo una vez más, haré un viaje de negocios y no sé cuando pueda regresar a Nueva Jersey, quizá nos veamos hasta el día de la boda – anunció lamiendo mi oreja en tanto sus manos acariciaban mis senos por encima de la blusa.
– Aún no te he confirmado que iré.
- Con mayor razón, necesito hacerte mía una vez más esta noche.

Me besó apasionadamente mientras desabrochaba la blusa y la bajaba dejando al descubierto mis hombros, dio pequeños besos en uno y después siguió por mi cuello y paso hasta el otro hombro, yo tenía mis manos entre sus cabellos. Me cargó y me depositó sobre el escritorio, como pude hice a un lado las cosas y tiré el portarretratos al suelo, él se rio y sentí como separaba suavemente mis piernas para enterrar su cabeza y besar mi parte más íntima. No pude reprimir el gemido al sentir como movía su tibia lengua en mí, puso un dedo en mi boca y comencé a chupárselo para no gritar, estaba totalmente envuelta en las magníficas sensaciones que me estaban provocando sus besos, en esa parte tan sensible.

Sentí que iba a explotar y él se detuvo, yo lo miré casi con furia y él sólo me sonrió, se colocó un nuevo condón, tomó mis piernas y entró en mí de golpe, moviéndose con desesperación, gimiendo al unísono, lo veía morderse el labio inferior, totalmente perdido en la excitación y en la lujuria del momento, gruñó cuando llegó al clímax, lo que provocó que yo lo alcanzara instantes después y luego salió de mí.

El sonido de mi movil hizo que pegara un grito del susto y hasta me llevé la mano al pecho, Louis se rió a carcajada abierta y yo le di una mirada de odio. Alcancé el aparato y los colores se me fueron de la cara cuando vi que era una llamada de Brandon, no quería siquiera imaginar que hubiera pasado si se le hubiera ocurrido llamar dos minutos antes. No muy segura contesté, sabía que insistiría.

– Hola – dije conteniendo la respiración.
– Hola ___, adivina donde estoy.
– Ni idea – no tenía cabeza ni para pensar del uno al cinco menos para adivinar.
- Afuera de tu oficina, marqué a tu casa, pero como no me contestaste supuse que estarías aquí, te invito a cenar.
– Que sorpresa, en unos minutos bajo – dije nerviosa y le colgué.

Miré con pánico a Louis y comencé a abrocharme la blusa y metérmela en la falda. Comencé a buscar mis medias, pero no las veía por ningún lado, él estaba parado cruzado de brazos viéndome seriamente, creo que había adivinado quien me había llamado, yo levanté los hombros y moví la cabeza negativamente, él sabía perfectamente de la existencia de Brandon, además, lo que había entre nosotros sólo era sexo, aunque ya no existieran las reglas, al final del día lo único que nos unía era eso, sexo sin compromiso ni ataduras.

- ¿Buscas esto? – preguntó mostrándome mis nada sexys medias azules.
– Cómo te gusta hacerme sufrir – exclamé y levanté la mano para quitársela pero él puso la suya detrás de su espalda – no es momento de juegos, tengo que irme ya.
- Pues vete, yo no te estoy deteniendo.
- Dame eso de una buena vez.
- No, quiero conservar algo tuyo hasta que vuelva a verte.
- Pero eso no – grité entre seria y asustada.
- ¿Por qué no?
- Por obvias razones que no quiero repetirte, dámelas ya y estoy hablando en serio.
- ¿O qué?, ¿vas a llamar a los policías?
- Ash, me estás desesperando en serio, ya déjate de juegos.
- Hasta luego ___, que pases buenas noches.

Comenzó a caminar y lo atajé en la puerta casi estampándolo en ella.

Por favor Louis - dije en tono suplicante, casi al borde de las lágrimas de desesperación.
– Él te tiene completa, ¿qué más da que yo conserve esto?
- No, no me tiene completa y lo sabes, no te puedo dejar eso, al menos no hoy, otro día, te lo prometo, cuando volvamos a vernos, te daré otra cosa hoy, por favor.
– ¿Y qué me darías a cambio?

Lo tomé de la mano obligándolo a caminar conmigo, no quería que se me escapara, se veía molesto y quizá podría ser capaz de cometer una locura. Abrí el cajón de mi escritorio con la mano que tenía libre, sin soltarlo, ahí tenía un pañuelo, lo saqué y lo puse sobre el escritorio, tomé el pequeño perfume que estaba también en el cajón y le rocié un poco al pañuelo y se la di. Me sonrió y me entregó las medias.

-Ah, se me olvidaba decirte, no uses vestido rosa ni lila para la boda – dijo en el umbral de la puerta.
- No te he asegurado que iré.
- Buenas noches, ____.

Salió y yo me coloqué rápido mis medias. Brandon me llamó de nuevo y le aseguré que ya bajaba. Fui al baño y me arreglé un poco el cabello, el maquillaje y me puse un poco de perfume. Cuando subí al coche, Brandon me dio una mirada de reproche.

– Perdón, se atascó la impresora y no podía dejarla así, el servicio es muy caro.
- Está bien, ¿adónde quieres ir a cenar?
- No sé, ¿a ti que se te antoja?
- Comida china, ¿te apetece?
- Sí, vamos.

No hablamos mucho en el camino al restaurante, ni durante la cena, Brandon estaba mensajeándose con un cliente, según me dijo, aunque se le escapan unas sonrisitas que dudaba que un cliente se las provocara, quizá era lo que yo quería ver para no sentirme tan culpable por engañarlo, después de todo iba a cumplir su promesa de irnos de viaje solos los dos, sin trabajo de por medio, o, ¿lo estaría haciendo para acallar sus culpas también?

Fui al baño y me miré al espejo, pensé que tal vez debería dejar a Brandon, no se merecía lo que le estaba haciendo y ya una vez había intentado dejar a Louis y no había funcionado, así que ahora me tocaba hacer la prueba con mi novio. Suspiré resignada, el viaje sería la última oportunidad para tratar de salvar mi relación con él. Me llevó a mi departamento y me dijo que nos veríamos hasta el jueves, que era cuando salíamos de viaje.

Los días siguientes tuve mucho trabajo, pero ya no podía ver mi oficina de la misma manera, por ratos me quedaba mirando la silla donde Louis me había hecho suya y me había pedido que no lo dejara, la sonrisa *beep* aparecía en mi cara sin remedio, como deseaba que sus palabras fueran ciertas, pero eran sólo eso, palabras que se las llevaba el viento porque no daba ninguna otra señal, si en realidad quisiera que yo estuviera en su vida mostraría algún interés, que sé yo, una llamada, un mensaje, pero nada, silencio total. Abrí el cajón y me topé con la invitación de felicitie la saque y me puse a leerla, era color crema, de un papel finísimo y una letras preciosas.

Suspiré después de leerla, a pesar que el matrimonio no era mi gran ilusión, ya me había mentalizado que algún día daría ese paso con Brandon, aunque ahora no estaba tan segura de lograrlo, pero tampoco me lo imaginaba con Louis no se veía que fuera de ese tipo, dado que mejor se iba a casar su hermana menor que él. Moví la cabeza, pero, ¿qué estaba pensando? Es increíble lo vulnerables que somos las mujeres y como unas simples palabras nos hacen perder la perspectiva. “No me dejes”, recordé como si lo estuviera escuchando en ese preciso momento, con su voz distorsionada, suspiré de nuevo, dejé la invitación en el mismo lugar y seguí con mi trabajo.

A las diez de la mañana en punto llegó Brandon por mí para irnos al aeropuerto, subió al departamento por mi maleta y una vez en la calle, el taxista la metió a la cajuela. Apenas habíamos subido al vehículo su movil sonó, él miró el identificador, pero no respondió la llamada y envió un mensaje.

– Perdón amor, parece que no todos en la oficina se enteraron que estoy de vacaciones – justificó mientras escribía.
– No te preocupes.

Llegamos al aeropuerto y se alejó un poco de mí para hablar por teléfono, ¿es que ni siquiera este fin de semana lo iban a dejar en paz? Empezaba a odiar su trabajo. Después de registrar las maletas me senté en la sala de espera mientras él seguía pegado al celular recargado en un muro. Más tarde tomó asiento a mi lado y me dio un beso en frente y luego empezó a leer el periódico, fantásticas vacaciones iba a pasar, estaba a punto de regresarme a mi casa cuando anunciaron que subiéramos al avión.

Afortunadamente, en el último minuto había decidido llevar mi Ipod, así que cuando anunciaron que se podía prender aparatos me puse el mío, en tanto veía que Brandon ya tenía los ojos cerrados, claro él estaba sumamente acostumbrado a los aviones.

Finalmente llegamos a nuestro destino, al subir al taxi le entregó un papel con una dirección, yo bajé la ventanilla del coche para permitir que el aire acariciara mi cara. Minutos después llegamos a un muy bonito vecindario y el taxi se estacionó frente a una hermosa casa con techo de dos aguas. El taxista bajó las maletas y las puso justo en la puerta. Brandon le pagó y después me tomó del brazo para caminar juntos, sacó unas llaves del pantalón y abrió la puerta, tomó el par de maletas y las dejó en mitad de la sala. La casa era relativamente pequeña, pero muy espaciosa y con muebles rústicos de madera.

- Brandon, ¿de quién es esta casa? – pregunté sentándome en el confortable sillón.
- De un cliente, me la prestó por este fin de semana, al parecer quiere venderla y la anda promocionando a ver si alguien se interesa por ella.
- ¿Tú eres un posible comprador?
-Eso le hice creer con tal de que me la prestara, así nos ahorramos lo del hospedaje y lo gastamos en otra cosa, ya después le diré que no te gusto.
- Francamente es muy linda – respondí entrando a la cocina – pero, no podríamos costearla, el rumbo parece muy caro.
- Lo es, así que mejor disfrutemos de la casa por estos días, subiré las maletas, para ir a comer y dar un paseo por los alrededores.

Salí de la cocina para seguir explorando la casa, al fondo había una hermosa cantina, con las copas colgando del techo y varias botellas en los anaqueles, fui a curiosear y vi que había casi de todo, brandy, ron, whisky, vodka, tequila, pero todas estaban selladas, parecía que sólo formaban parte de la decoración.

Brandon bajó corriendo las escaleras y salimos. Caminamos un poco hasta llegar a la avenida principal y ahí tomamos un taxi. Comimos en un bonito restaurante y estuvimos platicando por un par de horas, como en los viejos tiempos, en el garaje de su casa, en el cual había sido nuestra primera vez, un día que su padre fue a casa del mio a ver un partido en la televisión, aquello parecía tan lejano.

De regreso, pedimos al taxista que nos dejara en la avenida principal y bajamos caminando por el sendero, jugando y haciendo bromas, me había olvidado de todo eso, Brandon solía ser muy alegre y jovial antes de entrar a trabajar a aquella casa de bolsa que lo había convertido en un adicto al trabajo. Y no pude evitar sentir remordimientos por mi conducta, él matándose en el trabajo y yo enredándome con un hombre que, para completar el cuadro, era cliente suyo, me pregunté que tanto se frecuentaban, pero decidí no expresarlo en voz alta.

Al ir cruzando el caminito que llevaba a la entrada principal de la casa un aroma delicioso a comida llegó a mi nariz, lo que me recordó que hacía mucho yo no cocinaba. Brandon abrió la puerta y al entrar a la sala escuchamos música proveniente de la cocina, ambos nos volteamos a ver y le mostré mi Ipod que lo traía en la bolsa de mi chaqueta. Así que, sigilosos y yo con un poco de miedo, caminamos lentamente hacia la cocina que tenía la puerta cerrada, Brandon la empujó con sumo cuidado y casi me da un infarto al ver a Juleta y Louis cocinando y cantando cual recién casados. Volteé a ver a Brandon con una cara de no dar crédito y él sólo se encogió de hombros sorprendido por verlos también ahí, carraspeó un poco y Julieta volteó y nos miró extrañada, pero nos sonrió. Louis también volteó y la expresión en su rostro era inescrutable, no daba el menor indicio de lo que pasaba por su mente.
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Mensaje por Pauxona Miér 13 Feb 2013, 10:10 am

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Capítulo 12 "Perdiendo el control"MARATÓN 3/5


- ¡Brandon, ___!, que gusto de verlos – exclamó Julieta alegremente – malvado, no me dijiste que los habías invitado – dijo a Louis dándole un golpecito en el hombro.
- En realidad no sabíamos que ustedes estarian aqui, Louis me prestó la casa por el fin de semana – respondió Brandon mirándolo como pidiéndole una explicación.
- ¿Qué no era el próximo fin de semana? – exclamó Louis serio y confundido.
- Bueno, hay suficiente espacio para los cuatro y así será mucho más divertido – agregó entusiasmada Julieta casi brincando.

Yo simplemente no podía hacer ni decir nada, estaba estupefacta tratando de procesar la información en mi mente, el shock había sido más grande a cuando me lo topé en el estadio y lo que más me había molestado era haberlo visto tan feliz con Julieta, ¿cómo podía decir que no era su novia si parecía todo lo contrario? Lo único que atiné hacer fue agarrar a Brandon del brazo para sacarlo de la casa mientras le daba una mirada de odio a Louis que nos veía seriamente.

- ¿Él fue quien te presto la casa? – pregunté molesta afuera de la puerta principal.
-Sí – respondió parándose frente a mí.
– No podemos quedarnos aquí, busquemos un hotel, al fin estamos a diez minutos del centro de Las Vegas.
- Pero baby, ¿desde cuándo eres antisocial?
- ¿Baby? – pregunté extrañada olvidando por un segundo el origen de la pelea.
- dije..___ , por el enfado ya ni me escuchas bien.
- Te escuché perfectamente bien y me dijiste baby, ¿desde cuándo me dices así?
- Ya sé porque fue la confusión – exclamó ignorando mi pregunta – es que primero le había dicho que vendríamos el siguiente fin de semana, pero como tengo que ir a… San Francisco en esa fecha le cambié el día a la mera hora, fue mi culpa ___, perdón – se acercó y puso una mano en mi mentón – pero, no podemos hacerle un desaire cariño, Louis ha sido muy amable conmigo, además, se ve que a Julieta le caes muy bien, será como aquel viaje que hicimos con Cynthia y Diego, acuérdate que la pasamos genial.
- Pero, se suponía que la razón de este viaje era para estar solos tú y yo.
- Y lo estaremos cariño, ¿a poco crees que ellos no querrán estar solitos también? – respondió guiñándome un ojo – anda, no seas así, serían prácticamente 3 días.

Sentí como se me revolvió el estómago con la insinuación, la escenita de la cocina estaba muy fresca en mi mente y no quise ni pensar como hubiera terminado si no hubiésemos interrumpido. Brandon me dio un ligero beso en los labios y escuchamos que alguien carraspeaba, volteamos, pero él seguía sosteniendo mi mentón.

-Perdón, no quise interrumpir, la cena está casi lista, pasen y después vemos como nos acomodamos – exclamó Julieta desde el umbral de la puerta, Louis estaba detrás de ella con una mirada de pocos amigos, como si quisiera fulminar a alguien.
- Gracias Julieta, pero nosotros acabamos de comer, además supongo que ustedes quedran estar solos, creo que será mejor que Brandon y yo nos vayamos a un hotel – dije separándome de él, pero entrelacé mi mano con la suya.
- De ninguna manera, el que se confundió fui yo, los que debemos irnos somos Julieta y yo – dijo Louis abrazándola por la cintura.
- No, Louis, por supuesto que no, es tu casa, además la culpa fue mía porque primero te dije que vendríamos el siguiente fin de semana y apenas el martes te avise que siempre llegaríamos hoy, yo fui el de la confusión.
- Nadie se va a ir a ningún lado, quizá no somos los mejores amigos del mundo pero será grandioso convivir este fin de semana y conocernos más, ¿verdad, nene? – dijo Julieta mirando a Louis y le dio unas palmaditas en la mejilla.
- Yo encantado, esta es su casa y Julieta tiene razón, no veo ninguna razón para que no la podamos pasar bien los cuatro – respondió mientras chocaba delicadamente su cabeza con la de ella que le sonrió.
– Yo tampoco le veo mayor problema, es que ___ tenía la ilusión de que estuviéramos solos ella y yo – intervino Brandon dándome un beso en la comisura de los labios.
- ___, no te preocupes por eso, compartirán habitación, y Louis y yo podemos usar tapones en las orejas contra el ruido.
- Julieta, pero que cosas dices.
– Ay ______, ya todos somos adultos aquí, no tiene nada de malo, anda, acompáñame a la cocina a terminar la cena – exclamó Julieta tomándome de la mano que tenía libre obligándome a caminar.

Con dificultad solté a Brandon, yo seguía con el estómago hecho nudos por las muestras de afecto entre ella y Louis y cuando pasé a su lado le corrí la mirada furiosa y él desvió la suya. Me excusé con Julieta diciéndole que estaba muy cansada y que mejor aprovecharía para subir a acomodar mis pertenencias. Cuando salí de la cocina Louis y Brandon miraban la televisión y sostenían una copa cada uno, sólo les dije buenas noches y subí corriendo las escaleras.

Abrí la puerta de la primera habitación y sólo había una maleta que supuse era la de Louis y Julieta, me dieron ganas de arrojarla por las escaleras, pero sabía que tenía que guardar la compostura, nos quedaban tres largos y tortuosos días que no sabía cómo iba a sobrellevar. En la habitación contigua estaba mi maleta y la de Brandon. Tomé la mía y empecé a desempacar, aún era temprano, pero me puse mi pijama y me metí a la cama, no estaba dispuesta a bajar y seguir presenciando las expresiones de cariño entre Julieta y Louis, no tenía idea si podría evitar hacer una escena de celos que no venía al caso porque también estaba mi novio.

No supe en qué momento me quedé dormida. De pronto, sentí el peso de alguien sentándose en la cama y una suave mano que empezó a acariciarme la espalda, abrí los ojos y giré mi cabeza, era Brandon que me miraba con deseo y aunque estaba que reventaba de los celos no iba a tener relaciones con él sólo por venganza.

- Brandon no estoy de humor ahora, me duele la cabeza, estoy cansada por el viaje.
- Está bien, como quieras, luego estás reclamando y ahora sales con que te sientes mal – dijo molesto levantándose de la cama.
- Claro, yo sí tengo que aguantarme que tú prefieras trabajar que hacerme el amor y con una vez que yo me niego me lo echas en cara.
– No quiero volver a discutir contigo ___, ya tuve suficiente por hoy de recriminaciones, ¿no que te duele la cabeza?
- Pues sí y mucho, buenas noches – dije molesta y me puse la almohada sobre la cabeza.

Minutos después él se acostó a mi lado, apagó la luz de la mesa de noche y me dio la espalda sin decir nada. Apreté la almohada de coraje, estaba por levantarme para ir a dormir al sofá cuando mi telefono sonó, lo tomé y era número oculto.

- Hola – contesté desconcertada.
- Tienes cinco minutos para bajar a la cocina o subo y le cuento todo a Brandon, recuerda que tengo una prenda que te pertenece – sentenció Louis y me colgó.

El enfado que yo sentía se transformó en pánico, por el tono de su voz, supe que su amenaza no era en vano y no podía permitir que eso sucediera, no tenía la menor idea de cuál sería la reacción de Brandon y francamente no quería averiguarlo y menos con la mini discusión que acabábamos de tener.

- ¿Quién era? – preguntó Brandon sin voltear a mirarme.
– Nadie, me colgaron, voy por un vaso de agua para tomarme una pastilla – respondí poniéndome las pantuflas y levantándome de la cama.

Brandon no me dijo nada más y salí de la habitación con el pulso hasta las nubes, ¿qué se creía Louis Tomlinson para amenazarme de ese modo?, cuando él estaba de lo más contento con su noviecita, me iba a escuchar, si a esas íbamos yo también tenía varias cosas que contarle a Julieta, que seguramente no le agradarían para nada.

Desde la sala se distinguía la luz proveniente de la cocina, tomé un respiro y entré. Louis estaba parado, recargado en el mueble junto al lavabo, sosteniendo mi pañuelo entre sus manos. Mis ojos se abrieron de par en par al verlo, definitivamente no estaba jugando, estaba dispuesto a decirle todo a Brandon y entregarle pruebas contundentes.

- ¿Qué pretendes? – pregunté seria y molesta cruzándome de brazos.
- No quiero que él te toque – respondió usando el mismo tono de voz que yo.
– Es mi novio, ¿lo olvidas?, ¿acaso yo te estoy prohibiendo que lo hagas con tu novia?
– ¿Cuántas veces tengo que decirte que Julieta no es mi novia?
– Que cínico eres, ¿cómo te atreves a negarla después de lo que he visto hoy?
- Pues no se compara con lo que yo vi – exclamó acercándose a mí.
– Pues yo no niego a Brandon, sabes perfectamente que es mi novio – dije caminando hacia atrás
- No me lo recuerdes – dijo acercándose más – no me hagas recordar que lo vi dándote un beso.
- Pues eso es lo que hacen los novios, ¿no?, no sólo cocinan y cantan juntos y se toquetean frente a otros – seguí caminando y topé con la nevera.
- Con un demonio – exclamó exasperado a pocos pasos de mí – ¡Julieta no es mi novia!, es mi amiga de toda la vida.
- Mira qué casualidad, Brandon y yo también nos conocemos desde niños.
- Ahora comprendo porque recurriste a mí – dijo sarcásticamente poniendo sus manos al lado de mis hombros impidiéndome el paso.
– ¡Cómo te atreves! – exclamé y quise darle una bofetada, pero me atajo la mano.
– Sabes que tengo razón, si él cumpliera con sus obligaciones no tendrías ninguna necesidad de citarte con un extraño.
– Fue una estupidez de la que ahora me arrepiento – exclamé soltándome, pero él rápidamente subió el brazo y volvió a hacerme prisionera.
– ¿En verdad te arrepientes? – preguntó a milímetros de mis labios y aspiré su aliento embriagador – ¿estás segura? – agregó acariciando suavemente mi cuello y luego descendió su mano a uno de mis senos que masajeó encima de la ropa, mirándome fijamente a los ojos.
– Basta, por favor – dije con un hilo de voz, no podía controlar mi cuerpo cuando él me estaba tocando y tenía su aliento clavado en mi nariz.
– ¿En serio quieres que me detenga? – susurró en mis labios mientras su mano bajaba por mi costado hasta mi nalga que apretó y luego pegó su cuerpo al mío, uniendo nuestros sexos que sólo los separaba la delgada ropa de nuestras pijamas.
- Alguien puede bajar – dije con dificultad, olvidando todo el enfado.

Su respuesta fue lamer mis labios y levantar mi pierna para pegar mucho más su cuerpo al mío y rozar más nuestros sexos moviéndose suavemente, sin dejar de mirarme, un jadeo se escapó de mis labios, no podía evitarlo, él me hacía perder completamente el sentido de todo y, aunque la cabeza me gritaba que detuviera esa locura, mi cuerpo entero lo reclamaba, no tenía fuerzas suficientes para detenerlo.

Introdujo su lengua ansiosa en mi boca y la mía la recibió con la misma inquietud. Puso ambas manos en mis nalgas y yo lo envolví con mis piernas, me cargó y comenzó a caminar conmigo mientras yo le lamía el cuello, sentí que mi espalda chocaba con una puerta y como pude la abrí volviendo a besarlo, entramos y me colocó sobre una superficie fría. Se separó, encendió una tenue luz y cerró la puerta, entonces me di cuenta que estaba sentada encima de una lavadora dentro de un pequeño cuarto.

Volvió a mi lado y me besó desenfrenadamente mientras sus manos soltaban las tiras de mi pantalón, le ayude a bajármelo al igual que mi ropa interior, y le quité la parte de arriba de su pijama, le besé y lamí el torso desnudo olvidándome completamente de donde estábamos. Él terminó de desnudarme y me besó los pechos en tanto yo bajaba su pantalón y su bóxer, antes de quitárselo por completo sacó un condón y se lo puso entrando en mí con urgencia.

Me besó para ahogar mi gemido y se movía con rapidez en tanto yo lo rodeaba con mis piernas aprisionándolo. Se separó de mis labios y nuestras narices se rozaban, nos mirábamos a los ojos mientras él seguía moviéndose en mi interior, nuestros gemidos se mezclaban y ambos sonreíamos sumergidos en el enorme placer que estábamos sintiendo, no existía nada más en ese momento, sólo él, yo y el fuego de la pasión. Sentí como llegaba al orgasmo y él me besó para callar el grito que emitiría, hizo los últimos movimientos y alcanzó el éxtasis total sin dejar de besarme. Nos abrazamos y sentí su pecho agitado en el mío.

– Nadie te ha hecho vibrar como yo y nadie jamás podrá hacerlo, soy el único que conoce el mapa de tu cuerpo y sabe exactamente qué lugares tocar y cómo hacerlo – dijo mientras me abrazaba y acariciaba mi espalda.
- Lo sé, lo sé y me asusta – acepté avergonzada.
– No tienes nada que temer ____ – respondió separándose sólo lo necesario para mirarme.
- Esto es una locura Louis
– Sí, la más maravillosa que he cometido en toda mi vida.

Puse mis manos en su rostro y lo besé delicadamente, él me correspondió de la misma manera, después de unos minutos nos separamos y comenzamos a vestirnos en silencio. Cuando iba a abrir la puerta él me jaló de un brazo haciéndome voltear.

– No permitas que te toque, por favor.
- Y tú prométeme que no la tocaras a ella.
– No estamos en la misma habitacion, te repito que sólo somos amigos, en cambio, yo no podré dormir sabiendo que compartes la cama con él.
- Sólo será para dormir, lo prometo – le di un ligero beso y salí de ahí.

Crucé lentamente la cocina y la sala sintiéndome en las nubes, jamás me imaginé que esa aventura fugaz de lejos y en verdad me asustaba lo que estaba sintiendo, al menos para mí estaba dejando de ser sólo sexo, mi corazón estaba por quebrantar completamente la tercera regla. Subí cuidadosamente las escaleras y al llegar al último escalón vi que Julieta salía de mi habitación.
Pauxona
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Mensaje por Pauxona Miér 13 Feb 2013, 10:12 am

"Ardiente tentación" (Louis Tomlinson y tú) - Página 5 40717329455796393343616

Capítulo 13 " Rebasando límites"MARATÓN 4/5


- ¿Julieta? – exclamé mirándola desconcertada – ¿qué hacías en mi cuarto?
- Ay ____, me asustaste, es que esa habitacion es la que ocupo normalmente y como soy muy sensible para la luz, necesito dormir con antifaz y entré por el que siempre guardo en el cajón de la mesita de noche – aclaró y me lo enseñó – toqué la puerta y como nadie me contestó entré, pensé que Brandon y tú habían salido a dar un paseo nocturno – agregó con una sonrisa pícara.
– ¿Brandon no está en la recámara? – pregunté sorprendida.
– No, no hay nadie, ¿dónde estabas tú?
- Bajé a la cocina a tomarme una pastilla para el dolor de cabeza.
- Ah vale, buenas noches, que descanses, no, mejor diviértete – dijo de lo más divertida y vi como entraba a la habitacion de enfrente.

Entré a la mía y en efecto Brandon no estaba en la cama, el pánico volvió a inundarme y mi corazón se aceleró al pensar en la posibilidad de que se hubiera dado cuenta de lo que yo estaba haciendo. Iba a tomar mi movil para llamarlo cuando vi que salió del baño y al verme parada en mitad de la recámara se asustó y soltó su movil que cayó sobre la alfombra, de inmediato se agachó para levantarlo.

– ___, te tardaste una eternidad – dijo nervioso y dejó el aparato sobre la mesa de noche y se sentó en la cama.
- Salí a tomar el aire para ver si me sentía mejor.
– ¿Y funcionó? – preguntó mientras se acostaba dándome la espalda.
– Sí, ya estoy bien.
- Hasta mañana, cariño, que descanses.
- Hasta mañana, Brandon.

Me acosté a su lado en la orilla de la cama y apagué la luz, no pude evitar sentirme mal por lo que había hecho con Louis mientras mi novio estaba bajo el mismo techo, pero tampoco pude evitar sentir incertidumbre por la actitud de éste, ¿qué hacía hablando por teléfono en el baño?, si el reloj de la mesa de noche marcaba poco más de la una de la mañana.

Aún no despertaba por completo cuando sentí como acariciaban mi brazo y subían la manga de la pijama para deslizar sus dedos en mi hombro y moverlos en círculos, después bajaron por mi espalda y metieron la mano por debajo de la tela para acariciar mi cintura mientras sentía como pegaba su cuerpo al mío. Abrí los ojos al sentir que su mano bajaba más allá de la cintura y volteé para encararlo.

– Louis, ¿qué rayos haces aquí? – exclamé atemorizada levantándome de la cama.
- Comprobando si eres capaz de cumplir con tu promesa – respondió en tono serio acostándose de lado y poniendo su cabeza sobre su mano cerrada.
- Estás loco, ¿cómo entras así nada más?, Brandon puede estar en el baño.
– No te preocupes por él, salió a correr hace quince minutos.
– De todas maneras vete, Julieta sí está en la casa.
- Esa niña no se despierta antes de las once y apenas son las nueve de la mañana – dijo hincándose en la cama.
– Por favor, Louis, no me hagas las cosas más difíciles.
- ¿Tú?, ¿difíciles?, ¿y yo cómo califico que no tienes voluntad para impedir que él te acaricie? – exclamó acercándose a mí que seguía de pie cerca de la cama.
- Louis, estaba dormida, perdón si no tengo mucho control bajo ese estado.
- Sentí cuando te despertaste y no me detuviste – me tomó por la cintura y me hizo caer en la cama colocándose encima de mí – no quiero imaginarte entre sus brazos.
- Tonto, yo sabía perfectamente que eras tú, mi cuerpo te reconoce.

Me sonrió encantadoramente, mientras sus ojos analizaban mi cara y me quitaba un mechón, para luego besarme apasionadamente, mientras su mano doblaba una de mis piernas y acariciaba la pantorrilla debajo del pantalón.

- Buenos días ___ – dijo sonriente en mis labios rozando su nariz con la mía.
- En serio que sí estás loco, ¿te caíste de niño y te golpeaste la cabeza?
- No, me la golpeó una hermosa desconocida la noche de un martes y ella fue la que me hizo enloquecer – respondió mientras besaba mi cuello.
- ¿Así que estás loco por una desconocida? – pregunté sonriendo con los ojos cerrados, siguiéndole el juego.
- Sí, no sé que me ha hecho, creo que me embrujó – respondió lengüeteando el lóbulo de mi oreja mientras se abría paso para que nuestros sexos se rozaran.
– Deberías hacerte una limpia para librarte del hechizo – dije acariciándole lentamente la espalda.
- No se me había ocurrido, gracias por el consejo.

Volvió a besarme en los labios mientras mis manos jugaban con su cabello y movía mi pelvis acompasadamente con la suya. Bajó dando pequeños besos a mi cuello, yo jadeé acariciando el suyo.

– Lou ya basta – dije con un hilo de voz sintiendo como se elevaba mi temperatura – no podemos continuar con esto y menos aquí.
– Vamos a mi habitacion, entonces.
- Por supuesto que no, Brandon no tarda en regresar.
- Tenías que recordármelo – dijo molesto – está bien, por ahora lo dejaremos así.

Me dio un pequeño beso en los labios y con dificultad se levantó de la cama, mientras yo le sonreía. Me levanté después que él y camine hacia el baño, cuando puse la mano en el picaporte sentí que me agarraba, me dio la vuelta y volvió a besarme apasionadamente, le correspondí unos instantes y después rompí el beso.

– Luis, por favor, detente – dije seria poniendo mis manos sobre su pecho alejándolo.
- Es que no puedo evitarlo, me encantas ___ – dijo mirándome a los ojos – pero, ganas otra vez, ya me debes dos.
– Anoche te cobraste una, ¿ya se te olvido tu amenaza?, me hiciste entrar en pánico.
- Discúlpame, estaba cegado y fue lo único que se me ocurrió para verte a solas.
– Lo pensaré, claro que si te vas ahora ayudará a aclarar mi mente.
- Chantajista.
- ¿Yo?, el ladron cree que todos son de su condición.

Me sonrió y me dio otro pequeño en los labios, me quedé ahí parada para asegurarme que salía de la habitacion, cuando lo hizo y cerró la puerta, entré al baño. Me metí a bañar y cuando termine de vestirme Brandon entro a la habitación, me saludó a lo lejos y me dijo que se daría un baño. Bajé a la cocina para preparar algo de desayunar y Julieta estaba ahí tomando café y hojeando una revista.

– Buenos días, Juelieta.
- Hola ___, buenos días – respondió y se levanto para saludarme de beso en la mejilla – justo estaba pensando en ti, estoy viendo un anuncio de la ropa de Jazzy – agregó enseñándome la revista y la miré unos segundos.
– Por cierto, ahora que lo mencionas, tengo duda de algo que me dijiste el día de la presentación – dije sirviéndome una taza de café.
– Adelante, con confianza.
- Cuando te dije que Brandon estaba de viaje, me dijiste que él no cambiaba, ¿por qué?
- Ah, es que el día que firmó el contrato con Louis yo fui a la cena y estuvieron hablando de negocios toda la noche y mencionó que viajaba mucho y luego Louis me ha contado que le llama y siempre está en juntas, por eso lo dije, ¿pensaste que yo y él nos veíamos clandestinamente?
- No, para nada, no te creo capaz de engañar a Louis – dije para ver su reacción.
- Jamás lo haría, lo adoro – aseguró.
- Buenos días, señoritas – exclamó Louis entrando a la cocina.
- Hola baby, buenos días – respondió ella y lo abrazó efusivamente.

Yo no respondí y le corrí la mirada con enfado, que amigos tan cariñosos eran, alguno de los dos me estaba mintiendo y dudaba que ella tuviera alguna razón para hacerlo. Abrí el frigorifico para no mirarlos y escuché que Brandon los saludaba, me abrazó por la cintura, yo volteé y nos dimos un beso en los labios. Louis carraspeó y nos sugirió ir a desayunar a un pequeño restaurante que estaba a un par de calles. Todos estuvimos de acuerdo y salimos los cuatro.

Brandon y yo íbamos tomados de la mano y Julieta sostenía del brazo a Louis, después él la cargó sobre sus hombros y tuve ganas de golpearlo y de paso yo darme de topes en un árbol, ¿cómo era posible que me dejara envolver por ese embaucador de oficio? Sólo era un hermoso mentiroso, como dice una canción y, muy a mi pesar, me tenía vuelta loca sin remedio, jamás me imaginé perder así la cabeza por alguien, quizá debía recurrir a la ayuda de un psiquiatra.

Llegamos al restaurante y nos sentamos en una pequeña mesa, Julieta frente a Brandon y Louis frente a mí. La camarera nos llevó los menús, la verdad yo no tenía mucha hambre, así que sólo ordené un zumo de naranja y fruta con yogurt, en un recipiente por separado. Julieta me miró de forma extraña y Brandon empezó a explicarle lo rara que soy para comer mientras ella se reía, luego se pusieron a intercambiar anécdotas curiosas.

Yo sentía las miradas de Louis y trataba de evitarlas lo más posible. Minutos después nos dejaron los platillos y al llevarme un pedazo de piña a la boca sentí que Louis puso su pie sobre el mío y lo subió un poco. Yo retiré el mío bruscamente mientras lo miré frunciendo el seño, él sonrió divertido, miré a Brandon, nerviosa y seguía hablando animadamente con Julieta, al parecer ninguno de los dos se había dado cuenta. Louis lo notó y siguió con su jueguito, yo ya no sabía para donde moverme y tuve que ir al baño para tranquilizarme, ese hombre quería destrozarme los nervios. Al regresar ya habían pedido la cuenta y suspiré aliviada.

Julieta propuso ir a algún hotel de Las Vegas a jugar un poco y de paso ver algún espectáculo, así que regresamos a la casa y Louis sacó del garaje un Audi que había alquilado. Brandon y yo nos subimos en la parte de atrás y Julieta encendió la radio después de subir. Brandon me abrazó y noté la mirada seria de Louis a través del espejo retrovisor, pero me volteé y recargué mi cabeza en el hombro de Brandon no sé porque Louis ponía esas miradas cuando él jugaba con Julieta en los altos.

Llegamos a un hermoso hotel y entramos al casino, ellos se fueron a una mesa de póker y Julieta y yo a unas maquinas de esas que si te sale tres veces la misma figura ganas, pero con mi suerte lo único que logré fue perder cien dólares, en cambio ella ganó 250. Después Brandon me abrazó emocionado, me cargó y me dio vueltas porque ganó dos mil, cuando me dejó en el suelo Louis nos miraba con el ceño fruncido, pero yo lo ignore y tomé a mi novio de la mano.

Comimos en el restaurante del hotel y ahora opté por sentarme frente a Julieta, lo cual provocó que Louis se riera divertido, nuevamente. Al terminar, compramos las entradas para un espectáculo musical y mientras esperábamos recorrimos las tiendas de suvenir y me sorprendió que Brandon comprara un oso de peluche que en la camisa decía I love Las Vegas, me dijo que era para la sobrina de Ryan que iba a cumplir años próximamente, no recordaba que él tuviera una sobrina y Brandon me explicó que era hija de un primo que acababa de mudarse a Nueva Jersey y que también trabajaba en la casa de bolsa.

Regresamos a la casa pasadas las once de la noche. Brandon se puso de inmediato la pijama y se metió a la cama, yo decidí darme una ducha, me sentía muy cansada y esperaba que él se durmiera para evitar que se pusiera “romántico”, no lo hacía por Louis, sino por mí, aunque estuviera engañando a mi novio, tampoco era una cualquiera que se iba a revolcar con los dos en la misma casa.

Entré al baño, me desmaquillé y me lavé los dientes, todo muy lentamente para hacer tiempo. Aún con la bata de baño puesta abrí la llave de la regadera, girepara quitármela y colgarla y me topé con Louis que alcanzó a taparme la boca para que no gritara. Se llevó el dedo índice de su otra mano a la boca, indicándome que guardara silencio, yo asentí con la cabeza y me soltó.

– ¿Cómo rayos entraste? – pregunté en un susurro mientras me preguntaba dónde estaría ahora Brandon que Louis pudo escabullirse al baño sin problema alguno.
– Vaya que eres distraída, este baño conecta con las dos habitaciones – respondió y me mostró la puerta que yo no había distinguido – cuando escuché el agua correr me asomé para ver si eras tú y que suerte tuve – agregó soltándome la tira de la bata que se abrió dejando al descubierto parte de mi cuerpo desnudo.
- Ahora sí enloqueciste por completo, Brandon está en la habitación de al lado.
- ¿Y a poco no lo hace más excitante? – susurró mirándome con pasión.

Yo me quedé paralizada, él se acercó y me quitó la bata, me recargó en la pared y mi cuerpo se arqueó ante el frío del azulejo, la adrenalina comenzó a recorrer mi cuerpo mientras él pegaba el suyo al mío y sentí su erección. Me lamió el cuello, luego subió a mi mandíbula y después a mis labios mientras se pegaba más y más a mí. Lo abracé por la espalda, quise besarlo, pero echó la cabeza un poco hacia atrás sonriendo y sólo pude lamerle los labios, así que eso seguí haciendo, primero, el inferior de un lado a otro y luego el de arriba. Sus manos estaban masajeando mis nalgas, yo bajé su bóxer y acaricié su masculinidad, él correspondió de la misma manera acariciando mi parte más íntima con dos dedos, nos besamos desesperadamente y luego sustituyó sus dedos por su miembro, pero sin introducirlo, sólo me frotaba suavemente.

Se separó para ponerse el condón que tomó del lavabo, me hizo darme la vuelta, tomó mis manos y las puso a los lados del lavabo. Yo lo sujete con fuerza, se colocó detrás de mí y se introdujo en mí, me mordí el labio para no gritar y él comenzó a moverse sujetándome de las caderas, yo trataba de reprimir los gemidos, a pesar de que se escuchaba el agua cayendo. Él salía y entraba de mí sin cesar, puso dos dedos en mi boca que igual salían y entraban de ella y su otra mano subía y bajaba por mi muslo, apreté los ojos cuando sentí que él explotaba en mi interior desencadenando que yo lo alcanzara segundos después.

– Estuve esperando todo el día por esto – susurró en mi oído – me trastornas ____, cada día ansío más estar contigo – agregó y me giro la cara para besarme.

Cuando desperté, a la mañana siguiente, Brandon no estaba en la cama, supuse que se había ido a correr de nuevo, miré el reloj y casi eran las diez de la mañana, así que me levanté. Después de lavarme los dientes, me ganó la curiosidad y me asomé a la habitación de Louis, pero no estaba, entonces bajé a la cocina. Estaba por abrir la puerta y escuché murmullos.

- Yo también te extraño mucho princesa, te prometo que lo primero que haré mañana cuando regrese será ir a verte – dijo la ya familiar voz masculina y se me hizo un nudo en la garganta...
Pauxona
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"Ardiente tentación" (Louis Tomlinson y tú) - Página 5 Empty Re: "Ardiente tentación" (Louis Tomlinson y tú)

Mensaje por Pauxona Miér 13 Feb 2013, 10:17 am

"Ardiente tentación" (Louis Tomlinson y tú) - Página 5 Tomlinsoncalderairport1

Capítulo 14 " Dejando las cosas en claro"MARATÓN 5/5


Pasé saliva, tratando de ordenar las ideas en mi cabeza y aclarar mi garganta, abrí la puerta de golpe, él se dio la vuelta y me miró asustado, guardó silencio unos segundos, me dio una sonrisa fingida y siguió hablando.

– Tengo que irme hermanita – volvió a guardar silencio, supuse que estaba escuchando al interlocutor – aquí está ____, yo le doy tus saludos, sí, ella también te manda saludar, un beso y mañana hablamos – agregó y finalmente colgó – buenos días cariño – dijo dándome un beso pero yo moví la cabeza y me lo dio en la mejilla – era Carla, está de vacaciones en Nueva Jersey.

No le respondí nada, sólo asentí con la cabeza, ¿desde cuando Brandon le llamaba princesa a su hermana?, por qué me sentí mal al escucharlo?, si me engañaba yo le estaba haciendo lo mismo, creo que al final lo que duele es el orgullo o quizá yo sola era la que me seguía haciendo rollos extraños en la cabeza por el peso de la culpa, la pregunta era ¿qué sentía yo por Brandon?, tenía que encontrar la forma de averiguarlo.

Tomé su cara con mis manos y lo miré a los ojos, se veía nervioso, trataba de esquivar mi mirada y entonces lo besé dulcemente, él titubeo, pero al final puso sus manos en mi cintura y yo corrí las mías hacia su cuello, terminó por abrazarme completamente y el beso se intensifico un poco, yo bajé mis manos a su espalda y de pronto, se escuchó un fuerte carraspeo que nos hizo romper el beso, pero permanecimos abrazados.

– Lamento la interrupción – dijo Louis visiblemente molesto, con el ceño fruncido, recargado en la puerta con los brazos cruzados y los puños cerrados.
– No te preocupes Louis, lo dejaremos para después, ¿verdad amor? – respondió Brandon sin soltarme y me dio un corto beso en los labios.
- Pueden aprovechar más tarde cuando Julieta y yo vayamos al supermercado – exclamó en tono sarcástico y pude notar como apretaba más los puños.
- Voy a preparar café – dije separándome de Brandon y pude sentir la mirada asesina de Louis aún cuando estaba de espaldas.
– Brandon, ¿me puedes dar las llaves del Audi?, por favor, ya que tú fuiste el que lo guardó en el garaje.
- Claro, voy por ellas, las dejé en la habitación.

En cuanto Brandon salió de la cocina, Louis me sujetó fuertemente por el brazo y me hizo girarme para mirarlo.

– ¿Qué parte no te quedo clara de que no permitieras que te tocara? – recriminó furioso.
– Es mi novio, no puedo rechazarlo todo el tiempo.
– Eres mía ___, sólo mía y si no quieres que le tumbe los dientes al imbécil ese, vas a buscarte un pretexto muy bueno para que ni siquiera te mire.
–Suéltame que me estás lastimando, no eres nadie para exigirme nada, recuerda que lo nuestro es sólo sexo sin compromiso, fue fácil conseguirlo y con esa misma facilidad puede acabarse.
– Estás muy equivocada si piensas que te voy a dejar ir con facilidad, me perteneces, no lo olvides.
- No soy un objeto Louis, puedo tomar mis propias decisiones, no lo olvides tú.

Se escucharon los pasos fuertes de Brandon y entonces me solté. No supe de donde saqué fuerzas para decirle eso, lo que había entre Louis y yo no era sólo sexo, al menos no de mi parte, y debía reconocer que por un lado me sentía feliz por los celos de Louis, aunque no sabía si los provocaban un sentimiento afectivo o sólo era su orgullo de hombre herido.

Brandon y Julieta entraron a la cocina, ella abrazó de nuevo muy efusiva a Louis y sentí un dolor en el pecho, después me saludó a mí muy entusiasta como siempre, yo le sonreí, pero la tensión se sentía en el aire.

Desayunamos ahí, casi en silencio, sólo Julieta y Brandon hablaban de vez en cuando. En cuanto terminé, subí a mi habitación a cambiarme, me puse unos vaqueros y un suéter ligero. Brandon subió después y me abrazó por detrás, pero me separé argumentando que no estábamos solos y que no era nuestra casa. Él aceptó sin recriminaciones y empezó a cambiarse de ropa y yo bajé. Escuché las risas de Julieta provenientes de la parte trasera de la casa, resoplé y caminé hacia allá, estaba jugando ping pong con Louis, quien se puso serio al verme.

Minutos después llegó Brandon y entonces Julieta propuso que jugáramos los cuatro. El juego empezó tranquilo, pero de repente, Louis empezó a golpear la pelota demasiado fuerte mandándosela a Bradon que le respondía de la misma manera, Julieta y yo nos quitamos al ver lo agresivo que se estaba poniendo el asunto. Louis miraba con rabia a Brandon y se notaba que tenía todas las intenciones de golpearlo con la pelota y si no hubiera sido porque Brandon era muy hábil para regresársela, lo habría conseguido.

Julieta me sugirió que entráramos a casa y no muy convencida lo hice ya que ella prácticamente me arrastró al interior, pero yo estaba sumamente nerviosa por lo que pudiera pasar entre ellos si se quedaban solos. Ella encendió el televisor y empezó a cambiar de canal en canal hasta que encontró algo que le llamó la atención, era un partido de hockey sobre hielo y gritó emocionada porque su equipo favorito estaba jugando. Más tarde entraron Louis y Brandon y éste también se entusiasmó porque era gran aficionado de ese deporte, así que se sentó al lado de Julieta en el sillón.

– ¿A caso te gusta el hockey? – preguntó sorprendido.
– Uy sí, desde niña, mi papá lo jugaba, aunque nunca estuvo en un equipo profesional.
- ¿Y a qué equipo le vas?
- A Chicago Blackhawks.
– ¿Bromeas?, yo también.
– Chócalas amigo – exclamó entusiasmada y le extendió la mano que Brandon se la chocó – ojala que ganen, acaba de empezar el partido.
- Julieta, ya habíamos quedado en ir al supermercado – dijo Louis serio.
– Pero baby, sabes que cuando los Balckhawks juegan el mundo desaparece para mí, vamos cuando termine, ¿sí?
- Y tú sabes que a mí eso me aburre.
– A ____ también – intervino Brandon.
- Entonces ustedes, par de aburridos, vayan a hacer las compras mientras mi amigo Brandon y yo vemos el partido.
- Sí, es buena idea y de paso traen unas cervezas – agregó Brandon.

Louis me miró y entró a la cocina por las llaves del coche, que había dejado ahí cuando se las entrego Brandon. Yo no estaba muy segura de ir, lo que menos quería era que empezara con reproches otra vez, pero al ver que Julieta y Brandon estaban ensimismados viendo el televisor y yo no encontrar otra cosa que hacer, decidí acompañar a Louis, al fin que iríamos a un lugar lleno de gente.

Caminé hacia el coche y Louis me abrió la puerta para que subiera, él se dio la vuelta y entró también, sin decir nada, lo puso en marcha y la radio empezó a sonar .

Conseguir mucho de mí
Conseguir mucho de ti
Caminando por las calles y apenas y te conozco
Parece como si estuviéramos predestinados
Tomarnos de las manos cuando salimos en las noches
Tengo novia dices, esto no está bien
Y yo también tengo a alguien esperándome
¿Qué es esto?, es sólo el principio
¿Por qué no puedo respirar cada que pienso en ti?
¿Por qué no puedo hablar cada que digo algo sobre ti?
Es inevitable,
Es el hecho de que caeremos ahí,
Así que dime
¿Por qué no puedo respirar cada que pienso en ti?

– Perdóname, no debí tratarte así en la mañana – empezó a decir mientras la canción seguía sonando – pero, me enferma la idea de pensar que él te toque, sé que es tu novio y que yo sólo soy un extraño en tu vida, que ni siquiera nos conocemos bien – guardó silencio mientras le tocaba un semáforo en rojo – sólo no puedo procesar esa idea, lamento mucho haber perdido los estribos ___, por favor, perdóname.
– No me gusta que me trates como un objeto, sé que nuestra… lo que sea que tengamos, empezó de forma extraña, pero eso no te da derecho a que me trates así.
- Lo sé, estoy muy arrepentido.
– Y después, ¿qué fue todo ese despliegue de hombría en el ping pong?
- Una forma muy infantil de… demostrar quién es el mejor.
- Eso no se demuestra así Louis, no necesito un súper macho a mi lado.
- ¿Me perdonas? – preguntó con cara de arrepentimiento.
– Lo voy a pensar y ahora sí es en serio.
- ¿Qué tengo que hacer para que me perdones?
– Comportarte como el adulto que eres y pensar con la cabeza y no con el hígado.
– Lo intentaré.
– Cuando lo hagas, entonces hablamos – dije firme y miré por fuera de la ventanilla.

Llegamos al supermercado y él se bajo a abrirme la puerta, me tendió su mano para que me apoyara, no pude negarme a su gesto y cuando salí del coche quedamos cerca mirándonos, pero yo desvié la vista y comencé a caminar sin esperar a que cerrara la puerta del coche. Después él me alcanzó y entramos al lugar. Tomó una canastilla y me guió por uno de los pasillos.

– ¿Qué venimos a comprar? – pregunté caminando a su lado.
– Todo lo necesario para la cena, ya mañana nos vamos, así que hoy haremos un festín.
- ¿Y cuál será el menú?
- Pasta y ensalada, sin faltar un buen vino.
- Pero, falta el postre.
- Cierto, ese te toca a ti.
- ¿Te gusta el flan napolitano?
- ¿Sabes prepararlo?
- Por supuesto, soy una gran cocinera.
- Eso quiero verlo, habrá flan entonces.

Le sonreí y caminamos al pasillo a buscar los ingredientes para el flan, incluido el molde porque me dijo que no tenía. Después fuimos al área de frutas y verduras, escogimos una lechuga verde y una morada, pequeños tomates, uvas y finalmente fuimos por la pasta, el queso y el vino.

– Qué bonita pareja, seguro acaban de casarse, me recuerda a nosotros hace cuarenta años.

Escuché que una señora le decía al que debía ser su esposo, él asintió y le dio un dulce beso en los labios, mi corazón se oprimió y por primera vez en mi vida me visualicé anciana y sólo había un hombre con el que quería llegar a esa edad.

– Ya está todo, podemos irnos– dijo Louis sacándome del trance – ¿estás bien?
- Sí – apenas pude decir, sin quitar la vista de la pareja que seguía mirándonos.
- ¿Los conoces? – me preguntó mirándolos también y les sonrió.
- No.

Louis me sonrió, pero de forma muy diferente a como lo hacía normalmente, aunque en ese minuto no supe si era realidad o mi mente me estaba haciendo una jugada, para mi sorpresa me tomó de la mano y me hizo caminar.

Pagó todas las cosas y se negó rotundamente a que yo contribuyera con algo. Caminamos al estacionamiento y metió las bolsas en el maletero. Volvió a abrirme la puerta y luego subió él. Empezó a manejar por una calle inclinada, era un rumbo diferente al que tomamos cuando llegamos, al subir estaba un poco desierto, sólo había casas de un lado y del otro había un pequeño bosque. El coche se movio un poco y se apagó.

- ¿Qué pasa? – pregunté extrañada.
– No lo sé – trató de encenderlo tres veces y no funcionó.
- Creo que se averio, que lata, me molesta alquilar coches, no sabe uno quien los usa ni si les dan mantenimiento.
– ¿Y qué haremos?
- Esperar un poco, quizá sólo necesita enfriarse.

Me acomodé en el asiento y eché mi cabeza atrás en el respaldo. Él hizo lo mismo, pero me di cuenta que jugaba con sus manos. De pronto, se dio la vuelta y me miró sin decir nada, yo me acomodé de lado para verlo también, acarició mi rostro y puso un mechón atrás de mi oreja, yo sostuve su mano, entonces, se acercó y me besó despacio, sin intentar algo más, yo le respondí de la misma manera, pero bajé su mano con la mía y la puse sobre uno de mis senos, él comenzó a acariciarlo lentamente, mi mano buscó los botones de su camisa y empecé a desabrocharla y a acariciar la piel que iba quedando al descubierto. Él se separó y echo su asiento hasta atrás, con sus ojos me invitó a que me sentara sobre él y eso hice.

Volvimos a besarnos mientras él metía sus manos debajo de mi suéter y acariciaba mi piel. Besé su cuello y su torso, desabroché el cinturón y el pantalón, me separé y me quité el suéter, él se acercó y besó la parte superior de mis senos que salía del sostén en tanto yo acariciaba su masculinidad, él me desabrochó el pantalón y me acarició por encima de las medias, jadeé al sentir sus caricias.

– ___, no debiste ponerte pantalón – se quejó con la voz entrecortada.
– No tenía planeado hacer esto y menos aquí.

Me sonrió y entonces, yo me senté en el asiento del copiloto y me quite el pantalón y la ropa interior mientras él bajaba el suyo hasta las rodillas después de sacar un condón del bolsillo.
– ¿Acaso eres dueño de esa empresa? – pregunté al tiempo que se lo colocaba.
– No, pero me gusta estar prevenido, uno nunca sabe en qué momento se darán las cosas – respondió mientras me atraía a su cuerpo.

Me senté sobre él con las piernas a los lados y entró en mí, empecé a moverme lentamente, con mis manos sobre el respaldo del asiento, él movía las suyas de mis muslos a mis nalgas. Nuestros rostros estaban pegados por la nariz, nos mirábamos, jadeábamos en sincronía, a la par que nuestros cuerpos se fundían en uno. Aceleré los movimientos, él me sostenía por las caderas, nos besamos apasionadamente en tanto los movimientos se volvían más frenéticos, buscando un solo objetivo. Rompí el beso y puse mi boca en su cuello moviéndome aún más rápido y segundos después sentí como mi cuerpo se estremecía al llegar al éxtasis total al mismo tiempo que él.

Me quedé así unos minutos, mientras nuestras respiraciones recobraban su curso normal, lo besé nuevamente y luego de un lapso me separé, al pasarme al otro asiento no sé cómo, creo que con el codo hice sonar la bocina del auto. El soltó una risa divertida y yo también. Me puse la ropa mientras él se acomodaba la suya. Encendió el auto que respondió a la primera y lo miré sorprendida, arqueando una ceja.

– Está bien, me pillaste y me confieso culpable, jamás falló el auto – aceptó con una sonrisa en los labios.

Capítulo 15: Buscando la verdad


- ¡Me engañaste!, eres un mentiroso y un tramposo – dije cruzándome de brazos.
– Tú eres la causante de todo, me vuelves loco, no podía esperar hasta la noche para tenerte entre mis brazos.
-¿En serio? – pregunté un tanto sonrojada.
- Por supuesto, no sé qué me pasa cuando estoy contigo que pierdo el control, eres un peligro ___, nublas mi mente y no me permites ver las cosas con claridad.
– Quizá debas remitirme a las autoridades – respondí jugando.
– Eso haré, pero tu condena será estar encerrada en un cuarto conmigo, sin oportunidad de fianza ni de apelación.
- Eso sí me da miedo – exclamé y me abracé a mí misma.
– Debería, en serio, ya no sé qué otra locura podría cometer, eres una hermosa tentación andante.
– Definitivamente deberían encerrarme, en una torre alta sin accesos.
– Y yo iría a rescatarte – dio la vuelta en la siguiente esquina – ya no puedo imaginar mi vida sin ti, definitivamente me hechizaste.

Mi corazón se disparó ante esas palabras y ya no supe que más decirle, coloqué mi mano encima de la suya, sobre la palanca de velocidades y él me sonrió, en un semáforo en rojo se acercó y me besó dulcemente. Seguimos el trayecto en silencio, yo quería preguntarle tantas cosas, pero no sabía cómo, no quería arruinar el momento, parecía mágico. Llegamos a la casa, Louis metió el coche a la cochera, me ayudó a bajar y me dio un beso en los labios, yo lo miré asustada.

– ¡Louis!, pueden vernos.
– Tranquila, todavía siguen viendo el partido – respondió y volvió a besarme, pero después de unos segundos lo separé.
– Basta, no es bueno tentar a la suerte.

Me sonrió y luego bajó las bolsas del maletero, caminamos a la cocina y dejamos todo ahí, en efecto, Julieta y Brandon seguían viendo el partido. Él me preguntó por las cervezas y le dije que se nos olvidaron, sólo esperaba que no notaran que nos tardamos más de la cuenta, pero al verlos tan emocionados siguiendo el partido descubrí que no habían sentido el tiempo pasar.

Subí a darme una ducha y cuando bajé ya había terminado el partido. Julieta y Louis estaban en la cocina y no pude evitar sentir celos de esa escena, pero cuando él se dio cuenta de mi presencia me guiñó un ojo y se me aceleró el corazón, olvidando la molestia. Brandon estaba afuera de la casa, hablando por su movil otra vez, así que me puse a preparar el flan.

Era una situación tan extraña, Louis partía las lechugas mientras Julieta preparaba la pasta y yo estaba poniendo los ingredientes en el molde, entonces extrañamente, noté que la actitud de ella estaba un poco diferente, no estaba tan efusiva con Louis y por primera vez escuché que lo llamó por su nombre en lugar de decirle “baby”, que por cierto, odiaba que le dijera así.

Brandon entró finalmente y también se puso a ayudarnos, puso el vino en la nevera y comenzó a separar las uvas de los racimos. Parecíamos cuatro buenos amigos de toda la vida compartiendo un agradable momento culinario, incluso las cosas entre Louis y Brandon estaban más relajadas, se habían olvidado del acalorado partido de ping pong y, como mi novio estaba distante conmigo, Louis se estaba comportando tranquilamente. Como a las seis estaba lista la cena, Julieta y yo pusimos la mesa y después nos sentamos los cuatro a comer mientras seguíamos hablando.

– ¿Por qué no mezclas los alimentos ____?, de todas maneras se mezclan en el estómago – preguntó Julieta divertida.
- No sé, es una manía que tengo desde niña, creo que fue a raíz de una vez que me enfermé del estómago.
- Que curioso, nunca había conocido a alguien así y yo que pensaba que era rara.
- Creo que todos tenemos alguna manía, la de Brandon es hablar por teléfono.
- Cariño, no es algo que disfrute mucho, créeme, es sólo por el trabajo.
- Yo también trabajo mucho Brandon, pero no soy esclavo del teléfono – dijo Louis serio mientras lo fulminaba con la mirada porque me había agarrado la mano, pero yo la retiré suavemente para que él no notara nada extraño.

El comentario de Louis aunado a la conversacion que yo había escuchado en la mañana y al volver a verlo hablando por telefono, me llevaron a la conclusión de que Brandon escondía algo, quizá no era una amante, pero había algo raro en su vida que no quería que yo supiera y lo analicé con la mirada unos segundos tratando de descubrir que era lo que me escondía. Después que terminamos de cenar vimos una película de acción y luego jugamos Jenga.

Hubo un momento en el que entré a la cocina por un vaso de zumo y Louis entró tras de mí...

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HERMOSAS !!! LO SIENTO MUCHO POR DESAPARECER, ESPERO QUE NO HAYAN DEJADO DE LEER LA NOVE T-T, HE TENIDO UN VERANO MUUUY OCUPADO Y CASI NI TENGO TIEMPO PARA LEER NI PARA SUBIR CAPIS NUEVOS, POR ESO NO HABÍA SUBIDO :C, MAÑANA SUBO CAPI NUEVO, GRACIAS POR LEER SON LAS MEJORES <3
Pauxona
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Mensaje por Alexa Swift Miér 13 Feb 2013, 2:27 pm

AAAAAAAH VOLVISTEEEEEEE!! :lloro: Que alegria me das!sdfghdfkgh
Y ademas 5 capitulos?ESO SI ES UNA DISCULPA!kjdfghdksfghdgh Y y y y jope Louis es tan tan dfgfhjdfkhgdf :imdead:
Estoy deseando que sea mañana y saber que pasa
Alexa Swift
Alexa Swift


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Mensaje por MrsTomlinson19 Miér 13 Feb 2013, 9:39 pm

Ajabkfl VOLVISTE y lo mejor de todo con MARATÓN :D ya extrañaba esta novela, siguela pronto, ya quiero saber que rayos pasa con Brandom >< y Louis es un loquillo no aguanta ni un minuto ajhjdk besos
MrsTomlinson19
MrsTomlinson19


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Mensaje por Pauxona Jue 14 Feb 2013, 7:28 pm

Alexa Swift escribió:AAAAAAAH VOLVISTEEEEEEE!! :lloro: Que alegria me das!sdfghdfkgh
Y ademas 5 capitulos?ESO SI ES UNA DISCULPA!kjdfghdksfghdgh Y y y y jope Louis es tan tan dfgfhjdfkhgdf :imdead:
Estoy deseando que sea mañana y saber que pasa

Ahora capi nuevooo, lou es tan...violable :x jajaja. Gracias por leer hermosa <3
Pauxona
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Mensaje por Pauxona Jue 14 Feb 2013, 7:29 pm

MrsTomlinson19 escribió:Ajabkfl VOLVISTE y lo mejor de todo con MARATÓN :D ya extrañaba esta novela, siguela pronto, ya quiero saber que rayos pasa con Brandom >< y Louis es un loquillo no aguanta ni un minuto ajhjdk besos

Ahora capi nuevooo :D, a lou le doy con todo :x XDD. Gracias por leer hermosa <3
Pauxona
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Mensaje por Pauxona Jue 14 Feb 2013, 7:34 pm

"Ardiente tentación" (Louis Tomlinson y tú) - Página 5 53669822650592412269720

Capítulo 15 (Parte II)"Tu pasatiempo peculiar"


– Por favor, quédate esta noche conmigo, es la última que estaremos aquí, el lunes viajo muy temprano a Londres voy a ver un nuevo hotel y regresaré días antes de la boda de Felicitie– me pidió parándose frente a mí con cara de gorrión herido.
- Pero Louis ¿cómo me pides eso?, ¿qué quieres que le diga a Brandon?
- No sé, ármale una discursion y le dices que te dormirás en la otra habitacion, por favor – suplicó no sólo con palabras sino también son su mirada.
- No sé Louis... me pones en un apuro.
- No es mayor al que tú me pones, ___, no vamos a vernos como en mes y medio, regálame esta noche, por favor – insistió tomando la punta de mis dedos.
- Mira, hagamos esto, subiré y cuando esté dormido me escapo, Brandon tiene el sueño muy pesado y seguro no se dará cuenta.
– Está bien – aceptó con una gran sonrisa mientras acariciaba mis dedos.
- Chicos me voy a dormir – anunció Julieta entrando a la cocina y separamos abruptamente las manos mientras la mirábamos asustados.
- Hasta mañana niña, que tengas dulces sueños – dijo Louis cariñosamente y yo lo miré seria y salí de la cocina después de despedirme de ella.

Brandon estaba sentado en el sillón cambiando de canal en canal. Julieta pasó, se despidió de él y subió. Louis salió de la cocina y se sentó en el otro sillón sin decir nada. Minutos después Brandon se levantó y le dio el mando de la television.

- Ya es tarde, vámonos a dormir, cariño – exclamó mirandome.

Louis me dio una mirada suplicante que Brandon no percibió porque estaba dándole la espalda y entonces recordé las misteriosas llamadas telefónicas.

- No tengo sueño, además, hay que lavar los platos, no sé pueden quedar sucios y no quiero andar con prisas mañana.
– Está bien, pero no tardes – se inclinó para darme un beso, pero agaché la cabeza y terminó por dármelo en la frente.– Louis, ¿tú no vas a dormirte ya?
– Sí, pero primero tengo que sacar unas cosas del coche para entregarlo mañana.
– Bueno, hasta mañana – se despidió y subió las escaleras.

Louis se quedó sentado ahí y cuando se escuchó que Brandon cerró la puerta de la habitación, me sonrió y se acercó a mí.

– Gracias señorita limpieza – exclamó en tono de burla.
- Muy gracioso, acompáñame a la cocina, anda.

Me tomó de la cara y me plantó un beso en los labios, yo le recriminé con la mirada, él me tomó de la mano y entramos a la cocina. Me puse el delantal y comencé a lavar los platos mientras él se recargaba en el mueble, a mi lado.

– Cuéntame de ti – dijo metiendo sus manos a los bolsillos de su pantalón.
- ¿Qué quieres saber?
- Lo que quieras contarme..
– Está bien, pero… – tomé un fuerte suspiro, era una duda que tenía desde el primer día que lo conocí y que después de este fin de semana se había incrementado – ¿tú podrías primero contestarme una pregunta?
- Claro, pregúntame lo que quieras, las reglas ya no existen – me guiñó el ojo.
- ¿Por qué un chico como tú tiene un… pasatiempo tan… peculiar?
- ¿A qué te refieres? – exclamó extrañado.
- A la forma en que nos conocimos – dije mirando el plato que lavaba para evitar mirarlo – ¿por qué lo haces?, si no es por dinero, que obvio no te falta, entiendo lo del placer, pero, ¿no sería más fácil conseguirse una novia o ligarse a alguien en un bar?, ¿por qué así?, ¿por qué esas reglas?
- Es complicado __ – suspiró – así como a ti, un amigo mío de la universidad me dio el teléfono de una chica y me explicó de que se trataba el asunto – miró al suelo un tanto avergonzado, creo que era la primera vez que hablaba de eso con alguien – me dijo que era un tipo de sociedad secreta, de cierto nivel económico, quizá para salir de la rutina o cumplir fantasías que no harían con su pareja, así que un día por curiosidad le llamé a la chica y… bueno, fue emocionante eso de no saber nada de la otra persona y seguí con el juego, a veces yo llamaba y a veces me llamaban – me miró fijamente mientras yo procesaba la información y me dio una rabia pensar que él llamara a alguien – ahora tú dime, ¿quién realmente te dio mi teléfono?, no te ofendas, pero tú no encajas en el prototipo de las chicas que están involucradas.
- Me lo dio una chica en el baño de un bar, no sé cómo se llama y vagamente la recuerdo – ahora fue mi turno de avergonzarme, él soltó una risita y movió la cabeza.
- ¿Y por qué me llamaste?, estarás de acuerdo que fue sumamente arriesgado.
- Lo sé, me imaginé miles de cosas pero – suspiré – el día que te llamé era mi cumpleaños, mi papá vive muy lejos y mi mamá en Los Ángeles y, para variar, Brandon tuvo que trabajar hasta tarde, así que me sentía muy sola, de casualidad encontré la servilleta con tu número y después de vacilar mil veces te llamé.
- Vaya, veo que la cuarta regla fue rota mucho antes que las demás.
– ¿De qué hablas? – pregunté sorprendida, sólo recordaba tres.
– Regla número cuatro, no repartir los teléfonos indiscriminadamente y menos a desconocidos, te repito que es como una secta, había que ser muy selectivos a la hora de dar algún teléfono, ni imaginas que personajes están envueltos ahí.
– No quiero saberlo, se me revuelve el estómago de imaginar con cuantas has estado.
- ¿Ahora entiendes lo que yo siento al pensar que Brandon pueda tocarte? – respondió poniendose detrás de mí y abrazándome por la cintura
- No es lo mismo, él es mi novio.
– A eso precisamente me refiero, nosotros hemos hecho el amor, sé que suena trillado, pero es la verdad, yo sólo he tenido sexo con esas mujeres, ninguna había significado nada – me dio un beso en el cuello – hasta que tú apareciste una noche y me cambiaste la perspectiva de todo – añadió recargando su mandíbula en mi hombro.
- Entonces, ¿no soy una más? – dije con el corazón en la boca.
– ¿Y todavía lo preguntas?, jamás había roto las reglas __, sabía perfectamente que esas mujeres estaban con otros de la misma forma que estaban conmigo, así que ninguna valía la pena, pero contigo fue muy diferente, por eso no te dije la última regla, desde un principio supe que no le darías mi teléfono a nadie, así que no era necesario decirla.
– ¿Y ahora qué va a pasar?
- Lo que tenga que pasar – me abrazó con más fuerza – lo único que debes saber es que no dejaré que salgas de mi vida – resopló en mi oído – y espero que el que salga y pronto de la tuya sea él, no quiero compartirte con nadie… y menos con él.
- ¿Por qué lo dices de esa forma?, ¿tú sabes algo de Brandon que yo desconozca?
- No, me gustaría para que de una vez por todas lo dejaras, pero no sé nada – me dio otro beso en el cuello – mejor olvidémonos de él y aprovechemos estas horas juntos.
Colocó sus manos en el plato que sostenía y me ayudó a restregarlo al igual que los demás que faltaban, ninguno decía nada, sólo sentía su cuerpo pegado al mío y su aliento sobre mi cabeza. Nuestras manos se rozaban entre los platos y el jabón que resbalaba, Louis deslizaba sus dedos en los míos, la sensación era maravillosa, sentí poco a poco como él se excitaba, pegando más su cuerpo al mío que en automático hice hacia atrás y cerré los ojos al sentir también mi excitación. Él dejó correr el agua para retirar el jabón de los platos y después los pusimos en el escurridor.

Con sus manos, aún mojadas, acarició mi abdomen por debajo de la camisa y un escalofrío delicioso recorrió mi piel mientras me daba besos cortos en el cuello. Me giré para quedar frente a él y nos besamos apasionadamente en tanto le acariciaba el pecho por encima de su camisa . Él me tenía abrazada, acariciando mi espalda. Subí mis brazos sin que él lo pidiera y me quitó la camisa y después el sostén, delineó mis senos con las yemas de sus dedos y después los besó en tanto yo acariciaba sus cabellos. Se separó un poco mirándome con un infinito deseo, entonces yo le quite la camisa y la dejé caer al suelo, besé su torso perfecto, lamí sus pezones y él jadeaba acariciando mis nalgas por encima del pantalón y después deslizó sus manos para desabrochármelo.

Me cargó y me colocó en la mesa para quitarme el resto de la ropa, mi respiración estaba más que acelerada y lo único que deseaba era sentirlo en mi interior, no importaba cuantas veces me hiciera suya, la sensación previa era la misma, incluso más intensa con cada encuentro. Mientras Louis retiraba el condón de su envoltura yo le desabroché el pantalón y se lo baje al igual que su bóxer, mientras se lo colocaba me besó apasionadamente y segundos después sentí como se introdujo, yo puse mis manos en sus nalgas para impulsarlo a que entrara más profundo, él me acariciaba el contorno de mi cuerpo y nos mirábamos, grabándonos las expresiones de placer que ambos teníamos en la cara, tratando de gemir lo más bajo que se pudiera.

Dirigió su boca a mi cuello y lo recorrió con su lengua y después lo succionó con sus labios, yo lo sujeté fuertemente por la espalda, sintiendo como entraba y salía de mí con un ritmo exquisito y lo aprisioné con mis piernas para intensificar la sensación, gruñó en mi oído y entonces, tomé su rostro con mis manos y lo besé desesperadamente, pero terminé rompiendo el beso porque no pude reprimir el grito al llegar al orgasmo al mismo tiempo que él, que apenas y pudo ponerme su mano en mi boca para que no fuera tan audible mientras me miraba con sus ojos acuosos debido al intenso placer que acabábamos de experimentar. Retiró su mano de mi boca y me besó una vez más, en tanto yo acariciaba su cuello y sus hombros bien definidos, después me abrazó fuertemente unos segundos y luego frotó mi nariz con la suya en tanto acariciaba mis mejillas.

- ¿Qué me hiciste ___?, que me tienes todo hipnotizado.
– Lo mismo que tú me hiciste a mí, porque yo estoy igual que tú.

Me regaló la hermosa sonrisa que me encantaba y volvió a besarme, nos separamos lo necesario para tomar aire cuando, de pronto, se escuchó un ruido y se encendió la luz de la sala y en el suelo alcance a ver una sombra.


Última edición por Pauxona el Sáb 30 Ago 2014, 4:33 pm, editado 1 vez
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"Ardiente tentación" (Louis Tomlinson y tú) - Página 5 Empty Re: "Ardiente tentación" (Louis Tomlinson y tú)

Mensaje por Alexa Swift Vie 15 Feb 2013, 9:51 am

AH Espera,que los pillaran!No no no no deben pillarlos!Louis es tan tan tan tan tan tieeeeerno...No quiero que se vaya,él está muy bien con la rayis sdjfhdsjghdfg
Siguelaaaaa
Alexa Swift
Alexa Swift


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"Ardiente tentación" (Louis Tomlinson y tú) - Página 5 Empty Re: "Ardiente tentación" (Louis Tomlinson y tú)

Mensaje por Yoana Tomlinson Vie 15 Feb 2013, 12:21 pm

awww Louis es tan tierno...siguela cuando puedas!! quien le habrá pillado? espero que no sea Brandon...que me muero...
bss!! :bye:

PD.: estais en verano¿?


Última edición por Yoana Tomlinson el Dom 17 Feb 2013, 2:36 am, editado 1 vez
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"Ardiente tentación" (Louis Tomlinson y tú) - Página 5 Empty Re: "Ardiente tentación" (Louis Tomlinson y tú)

Mensaje por MrsTomlinson19 Sáb 16 Feb 2013, 10:06 pm

Queee ? oh dios tienes que seguirla, quien los pilló? OMG Louis es tan lindo, tienes que seguirla ya!!
MrsTomlinson19
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"Ardiente tentación" (Louis Tomlinson y tú) - Página 5 Empty Re: "Ardiente tentación" (Louis Tomlinson y tú)

Mensaje por clari styles Dom 17 Feb 2013, 4:11 am

Noooo los van a pillaaaar :O Jajjaja

tienes que seguirla es tan sadhasjksldña. La amo
clari styles
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"Ardiente tentación" (Louis Tomlinson y tú) - Página 5 Empty Re: "Ardiente tentación" (Louis Tomlinson y tú)

Mensaje por Taniia Fernanda Jue 28 Feb 2013, 8:13 pm

OMG no puede ser... siguela... ojala no sea nadie de los qe viven en la casa.... nooooooooooooo mee mori... jum siguela rapido
Taniia Fernanda
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